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Fundación Educacional Jean Piaget de Los Andes

Octavo Año Básico


Prof. Katherine Henríquez Ahumada
Lengua y literatura

Evaluación mensual
Unidad 1 “Epopeya”

Nombre: ___________________________________Fecha: 01 de abril 2019

Nivel de exigencia: 60%Pje.real: 30ptos. Pje. obt:_____ptos

Instrucciones: lee atentamente el siguiente texto, lee las preguntas y subraya aquella
información que te permite responder cada pregunta formulada.

Texto 1: CANTO XXXII De cómo Blodel luchó con Dankwart en el alojamiento.


Los guerreros de Blodel estaban listos. En número de mil avanzaron hacia la sala en que
Dankwart estaba a la mesa con los criados. Entre los héroes estalló la lucha más violenta. Cuando
el guerrero Blodel pasó junto a las mesas, Dankwart el mariscal lo recibió amistosamente.
—Bienvenido por aquí, mi señor Blodel: ignoro lo que ocurre; ¿qué noticias vais a darme?
—No te está permitido saludarme —le respondió; pues mi venida aquí es para tu muerte por causa
de tu hermano Hagen, que mató a Sigfrido. Menester es que los Hunos te lo hagan pagar a ti y a
muchos guerreros.
—Nada de eso, señor Blodel —le replicó Dankwart—, pues si fuera así tendríamos que
arrepentimos de nuestro viaje a esta corte. Era aún un niño cuando Sigfrido perdió la vida. No sé
pues que puede exigir de mí la esposa del rey Etzel.
—Nada puedo deciros acerca de eso; tus parientes Gunter y Hagen lo hicieron; ahora defenderos,
pobres gentes, no podéis escapar y es menester que vuestra muerte sea una satisfacción para
Crimilda.
— ¿De modo que no queréis dejarnos? —preguntó Dankwart—. ¡Siento las disculpas que os he
dado y que hubiera podido ahorrarme! El rápido y fuerte guerrero saltó de la mesa y tiró de una
acerada espada ancha y fuerte. Con ella asestó tan fuerte tajo a Blodel que la cabeza cubierta
con el yelmo cayó a sus pies.
—Sea esta el morgengabe—dijo el fuerte Dankwart— para la viuda de Nudungo a quien querías
ofrecer tu amor.
Un huno, que lo estimaba, le había dicho que la esposa del rey les preparaba crueles
emboscadas. Cuando los guerreros de Blodel vieron muerto a su señor, no quisieron tener
consideración por más tiempo de los extranjeros. Con las espadas levantadas y poseídos de
indecible rabia, acometieron a los sirvientes, pero muchos se arrepintieron. Dankwart gritó a los
jóvenes:
—Bien veis, nobles jóvenes, lo que os aguarda. Ya que somos extranjeros, defendámonos bien.
Estamos en peligro por más que Crimilda nos haya invitado afectuosamente.
Los que no tenían espadas se defendieron con los bancos, cogiendo del suelo los anchos
escabeles. Los servidores de los Borgoñones no querían retroceder. Con las sillas abollaron
muchas corazas.
¡Con cuánta furia se defendieron aquellos jóvenes lejos de su patria! Echaron fuera de los
alojamientos a los invasores quedando muertos quinientos o más de ellos. Todos los del
acompañamiento estaban húmedos y rojos de sangre.
Esta noticia la supieron al poco tiempo los guerreros del rey Etzel y les causó gran dolor
el que Blodel con sus hombres hubieran muerto y que la causa fuera el hermano de Hagen y su
acompañamiento.
Antes que el rey lo supiera, se reunieron los Hunos en número de dos mil o más. Se
dirigieron contra el acompañamiento como tenía que suceder y de todos ellos no dejaron a uno con
vida.
Morgengabe: regalo de la mañana.
Los infieles llevaron un fuerte ejército delante del alojamiento. Los servidores
extranjeros se defendieron valerosamente: ¿pero de qué les servían sus pujantes esfuerzos?
Ellos debían sucumbir. Poco tiempo después sucedió una terrible catástrofe.
Oiréis contar cosas maravillosas de un horrible acontecimiento. Nueve mil servidores
yacían en tierra destrozados, como también doce caballeros feudatarios de Dankwart. Viósele
solo resistir todavía a sus enemigos.
El ruido se calma, el estruendo cesa, Dankwart, la buena espada, mira hacia atrás y
exclama: — ¡Qué desgracia! ¡Cuántos amigos he perdido! Ahora, ¡ay de mí! yo sólo tengo que hacer
frente a mis enemigos. Las estocadas llovían sobre su cuerpo.
Muchas mujeres de héroes lloraron en estos momentos: levantado su escudo apretó las
correas e hizo correr más de una cota de mallas.
— ¡Desdichado de mí! qué sufrimiento —exclamó el hijo de Aldriano—. ¡Retroceded ahora,
guerreros hunos! Dejadme tomar aire, que el viento me refresque, porque estoy muy fatigado del
combate.
Y viose al héroe avanzar resueltamente. Cansado de luchar se precipitó fuera de aquella
sala. ¡Cuántas espadas resonaron sobre su casco! Los que no vieron las maravillas hechas por su
brazo, se precipitaron al encuentro del guerrero del país de Borgoña.
—Dios quiera —dijo Dankwart— que yo tenga un mensajero, para hacer saber a mi hermano Hagen
a qué extremo me reducen los que me atacan. Él me libraría de ellos o caería muerto a mi lado.
Los Hunos le respondieron:
—Tú mismo serás el mensajero cuando te llevemos muerto ante tu hermano. Entonces el hombre
de Gunter conocerá por fin el dolor. Tú has causado aquí muchos males al rey Etzel.
—Cesad vuestras amenazas y alejaos de mí —replicó Dankwart—, o inundaré aún de sangre la
coraza de más de uno de vosotros. Yo mismo iré a la corte a dar la noticia y me quejaré a mi señor
de vuestros furiosos ataques.
Se defendió tan vigorosamente contra los hombres de Etzel, que ya no osaron atacar con
la espada. Lanzaron sus picas contra su escudo, que se puso tan pesado, que se vio obligado a
dejarlo caer.
Creyeron vencerle ahora que no llevaba escudo, pero les hizo muchas profundas heridas a
través de sus cascos. Muchos hombres valientes cayeron a sus pies. El atrevido Dankwart
adquirió mucha gloria.
Por ambos lados se precipitaron sobre él, pero más de uno se lanzó demasiado pronto al
combate. Corrió ante sus enemigos, como corre el jabalí ante los perros en la selva. ¿Podía
mostrarse más valiente?
Señaló su camino humedeciéndole con la sangre que vertía. Jamás un guerrero solo ha
combatido sus enemigos mejor que él lo hizo. Se vio al hermano de Hagen dirigirse fieramente
hacia la corte.
Entre los que confiando en su fuerza, se avanzaron ante los escalones, pegó algunas tan
fuertes estocadas, que todos por temor volvieron a las escaleras. Su poderosa fuerza había
hecho grandes prodigios.

1.- ¿Cuál de los siguientes árboles genealógicos muestra el linaje de Dankwart?

2.- ¿Por qué Dankwart se encontraba en el territorio del rey Etzel?


A. Porque había ido a capturar a Blondel.
B. Porque el rey Borgoñés lo había enviado como mensajero.
C. Porque el rey Etzel quería establecer una alianza con él y sus hermanos.
D. Porque la reina Crimilda lo había invitado para tenderle una trampa.

3.- De acuerdo a los diálogos del texto ¿Quién había ordenado la muerte de Dankwart?
A. Aldriano, el rey de Borgoña. B. Etzel, el rey de los Hunos.
C. Crimilda, la viuda de Sigfrido. D. Gunter, hermano de Dankwart.
4.- ¿Cuál de los siguientes hechos puede ser considerado como la CAUSA de que Blodel quiera
asesinar a Dankwart?
A. El hermano de Dankwart, Hagen, había asesinado a Sigfrido.
B. El padre de Dankwart, Aldriano, había asesinado a Sigfrido.
C. Aldriano había mandado a su hijo a conquistar el reino de los Hunos.
D. Dankwart había asesinado a los compañeros y sirvientes de Blodel.

5.- ¿Cuál es la CONSECUENCIA de la muerte de Blondel para Dankwart y sus soldados?


A. Sus soldados son diezmados por un gran ejército del rey Etzel y él debe luchar solo
contra ellos.
B. El encuentra a la muerte en la batalla contra el ejército Huno y sus soldados son tomados
prisioneros.
C. Su cuerpo es llevado ante sus hermanos y su ejército es tomado como botín de guerra.
D. Dankwart es tomado prisionero y todo su ejército es diezmado.

6.- ¿Con cuál de los siguientes temas se relaciona el fragmento anterior?


I. La venganza. II. El patriotismo. III. La fuerza del guerrero. IV. La violencia de la guerra.

A. I y II B. I y III C. I, III y IV D. I, II, III y IV

7.- Del siguiente fragmento podemos deducir que:


“Era aún un niño cuando Sigfrido perdió la vida. No sé pues que puede exigir de mí la esposa
del rey Etzel.”

A. Dankwart es el hermano mayor de Gunter y Hagen.


B. No hay probabilidades de que Dankwart haya participado en el asesinato de
Sigfrido.
C. Dankwart no conoce a la reina Crimilda.
D. Hay probabilidades de que Dankwart este mintiendo.

8.- Ordena los acontecimientos cronológicamente, según el relato.

1. Crimilda envía a Blodel a vengar la muerte de Sigfrido.


2. Dankwart es invitado al reino de los Hunos.
3. Blodel es asesinado por Dankwart.
4. Sigfrido es asesinado por Hagen.
5. El ejército de los Hunos ataca a Dankwart y a su ejército.

A. 2 – 1 – 3 – 4 – 5 B. 4 – 1 – 2 – 5 – 3 C. 4 – 2 – 1 – 3 – 5 D. 5 – 3 - 2 – 4 – 1

A continuación se presentan una serie de fragmentos seleccionados. En cada uno de ellos se


ha destacado una palabra. Marca la alternativa que represente mejor el significado de la
palabra destacada, aplicando las claves del contexto.

9.- “No te está permitido saludarme —le respondió; pues mi venida aquí es para tu muerte
por causa de tu hermano Hagen, que mató a Sigfrido. Menester es que los Hunos te lo
hagan pagar a ti y a muchos guerreros.”

A. Necesario B. Innecesario C. Injusto D. Indebido

10.- “El rápido y fuerte guerrero saltó de la mesa y tiró de una acerada espada ancha y
fuerte. Con ella asestó tan fuerte tajo a Blodel que la cabeza cubierta con el yelmo cayó a
sus pies.”
A. Lustrada B. Limpia C. Fuerte D. Acertada
11.- “Con las espadas levantadas y poseídos de indecible rabia, acometieron a los sirvientes,
pero muchos se arrepintieron.”

A. Intentaron B. Atacaron C. Ahuyentaron D. Desalojaron

12.- “Los que no tenían espadas se defendieron con los bancos, cogiendo del suelo los
anchos escabeles. Los servidores de los Borgoñones no querían retroceder.”

A. Armas B. Alimentos C. Utensilios D. Apoya pies

13.- “Los infieles llevaron un fuerte ejército delante del alojamiento. Los servidores
extranjeros se defendieron valerosamente: ¿pero de qué les servían sus pujantes
esfuerzos? Ellos debían sucumbir.”
A. Resistir B. Morir C. Huir D. Retroceder

14.- “Entre los que confiando en su fuerza, se avanzaron ante los escalones, pegó algunas
tan fuertes estocadas, que todos por temor volvieron a las escaleras. Su poderosa fuerza
había hecho grandes prodigios.”
A. Milagros B. Hazañas C. Aventuras D. Desafíos

Texto n°2: LA COLERA DE AQUILES.

Diez años... ¡Pronto se cumplirán diez años desde


que los griegos, bajo el mando de Agamenón, iniciaron el
sitio a la ciudad de Troya! De todos los combatientes,
Aquiles es el más valiente. Nada más normal: ¡su padre
desciende de Zeus en persona y su madre, la diosa Tetis,
tiene por antepasado al dios del océano!
Pero esa noche, el valiente Aquiles regresa extenuado y
desanimado: Troya parece imposible de tomar y, para
colmo, la peste, que se ha declarado hace poco, ataca sin
perdón a los griegos.
Cuando entra en su tienda, ve a su mejor amigo, Patroclo,
que lo está esperando.
—¡Ah, fiel Patroclo! —exclama abriendo sus brazos—. Ni
siquiera te vi en el fuego de la batalla... Espera: voy a
saludar a Briseida y soy todo tuyo.
Briseida es una esclava troyana de la que Aquiles se
apoderó, después del asalto de la semana anterior, tras el
reparto habitual del botín. La joven prisionera le había
lanzado una mirada suplicante, y Aquiles sucumbió ante su encanto. Briseida misma no
parecía indiferente a su nuevo amo.
Aquiles aparta la cortina, pero la habitación de Briseida está vacía. ¿Acaso la bella esclava
huyó? Imposible: Briseida lo ama, Aquiles pondría las manos en el fuego. ¡Y, además, los
griegos están rodeando los muros de la ciudad! Confuso, Patroclo da un paso hacia su amigo:
— ¡Sí, Briseida ha partido, Aquiles! Venía a avisarte. Agamenón, nuestro rey, ha ordenado
que la tomaran...
— ¿Cómo? ¿Se ha atrevido?
Empalidece y aprieta los puños. Aquiles tiene grandes cualidades: es, lejos, el guerrero más
peleador y más rápido. Lohanapodado Aquiles de pies ligeros. ¡Sin su presencia, los griegos
tendrían que haber abandonado el sitio cien veces y deberían haber regresado a su patria!
Por otra parte, un oráculo predijo que la guerra de Troya no podría ser ganada sin él... Pero
tiene también algunos defectos: es impulsivo, colérico, muy, muy susceptible.
—Déjame explicarte —dijo Patroclo en tono conciliador—, ¿Te acuerdas de Criseida?
—¿Quieres hablar de la esclava con que Agamenón se quedó cuando distribuimos el botín?
—Ella misma. El padre de Criseida, un sacerdote, quiso recuperar a su hija. A pesar del
enorme rescate que ofreció, Agamenón se ha negado.
—¡Ha hecho bien!
—El problema —prosiguió Patroclo suspirando—, es que ese sacerdote, para vengarse, ha
suscitado sobre nosotros la cólera Apolo. ¡Esa es la razón de la peste que diezma a nuestras
filas! Va a cesar, pues Agamenón entregó a Criseida a su padre esta mañana. Pero el rey
quiso reemplazar a su esclava perdida. Y ordenó que vinieran a buscar a Briseida.
Lejos de calmar a Aquiles, esta explicación aumenta su cólera. Apartando a su amigo
Patroclo, se precipita fuera de la tienda, en unos pocos pasos, alcanza el campamento del
rey. Se encuentran allí todos los reyes de las islas y de las ciudades de Grecia. Aquiles
empuja a Menelao, a Ulises y a tres soldados que no se apartan lo bastante rápido.
— ¡Agamenón! —clama plantándose ante él con las piernas separadas—. ¡Esta vez es
demasiado! ¿Con qué derecho me quitas esclava que he elegido para mí? ¿Olvidas que tú lo
has hecho antes que yo? ¿Y que, además de Criseida, te has atribuido un botín diez veces
mayor del que dejaste a tus más prestigiosos guerreros?
Un anciano de larga barba blanca se interpone. Es Calcante, el adivino.
—Aquiles —murmura—, yo recomendé al rey devolver a Criseida. Los oráculos son
implacables: ¡era la única manera de calmar a Apolo y de terminar con la peste que nos
diezma!
—No pongo en duda tu oráculo, Calcante —masculla Aquiles—. ¿Pero por qué Agamenón me
ha sacado a Briseida? Después de cada combate, siempre sucede lo mismo: ¡el rey se sirve
primero, y a sus anchas! ¡No deja más que cosas sin valor a los que combaten en la primera
línea!
Agamenón empalidece. Dominando su irritación, saca pecho y lanza a su mejor soldado:
— ¿Olvidas, Aquiles, que le estás hablando a tu rey?
— ¡Un rey! ¿Eres digno de eso, Agamenón, que no sabes más que dar órdenes y apartarte de
los combates? Es sobre todo después de la batalla cuando te vemos, ¡para el reparto del
botín!
— ¡Me estás insultando, Aquiles!
—No. ¡Tú me has ofendido robándome a Briseida! ¡Exijo que me devuelvas a esa esclava, me
corresponde por derecho!
— ¡De ninguna manera! ¿Te atreverías a desafiar a tu rey, Aquiles?
Agamenón no tiene tiempo de terminar la frase: Aquiles saca su espada... cuando se le
aparece la diosa Atenea.
— ¡Cálmate, ardiente Aquiles! —le murmura en tono conciliador—. Tienes otros medios para
vengarte del rey sin matarlo, créeme.
La visión se desvanece. Aquiles, que es el único que ha visto a la diosa, guarda su espada.
— ¡Bien! —decide con voz firme—. Quédate con Briseida. Pero sabe que, a partir de ahora,
no me involucraré más en los combates. Después de todo, ¿qué me importa esa famosa
Helena que Paris ha secuestrado a tu hermano? ¡Los troyanos nunca me han hecho nada a
mí!
Y delante de Menelao, esposo de Helena, que le arroja una mirada estupefacta a
Agamenón, Aquiles gira los talones y se va.
Una vez en su tienda, no puede contener las lágrimas. Sí: Aquiles llora, tanto de despecho
como de rabia. Pues a la pérdida de Briseida se suma la humillación de haber sido
desposeído de ella delante de todos sus compañeros. ¡Eso no puede perdonárselo al rey!
Algunos días más tarde, Patroclo tiene una cara tan triste que, al entrar en la tienda de
Aquiles, éste le pregunta:
—¿Tan malas son acaso las noticias?
—¡Sí! ¿No oyes los estertores de nuestros guerreros agonizando a algunos pasos de aquí?
Ay, vamos a perder la guerra. Oh, Aquiles —agrega Patroclo señalando, en un rincón de la
tienda, la armadura y el casco de su amigo—, ¿me autorizarías a combatir hoy portando tus
armas?
—¡Por supuesto! Lo que es mío te pertenece. ¿Pero por qué?
—Así vestido, sembraré el terror entre los troyanos: al ver tu armadura, creerán que has
retomado el combate.
—Ve... ¡pero te ruego que seas prudente! —responde Aquiles mientras abraza a su amigo.
Durante la tarde, la larga siesta del héroe es interrumpida: un guerrero griego entra en su
tienda. Está exhausto y anegado en lágrimas.
—¡Aquiles! —gime—. ¡La desgracia se abatió sobre nosotros! ¡Patroclo ha muerto! ¡Héctor, el
más intrépido de los troyanos, lo atravesó con su lanza! Incluso, lo ha despojado de tu
armadura. Nuestros enemigos se disputan su cuerpo.
Con estas palabras, Aquiles se levanta para gritar a los dioses su dolor. Se mesa los
cabellos, rueda por el suelo y se cubre el rostro con tierra. Solloza a la vez que gime:
—¡Patroclo, mi hermano, mi único amigo de verdad!
Muerto. Patroclo ha muerto. El sufrimiento que experimenta Aquiles duplica su cólera;
desvía entonces su furor:
—¡Maldito Héctor! ¿Dónde está? Ah, Patroclo, ¡Juro vengarme. No asistiré a tus funerales
sin antes haber matado a Héctor con mis propias manos!

15.- ¿Cuál de las siguientes filas corresponde al linaje de Aquiles?


Ascendencia Paterna Madre Ascendencia Materna
A Zeus Tetis Apolo
B Agamenón Briseida Zeus
C Zeus Tetis Poseidón
D Poseidón Tetis Zeus

16.- ¿Quién es Briseida?


A. Una princesa troyana que fue entregada a Aquiles como parte de un botín de
guerra.
B. Una sacerdotisa troyana, capturada por Agamenón en la batalla contra los troyanos.
C. La hija de un sacerdote, que fue tomada como esclava por el rey Agamenón.
D. Una esclava troyana entregada a Aquiles, como parte de un botín de guerra.

17.- ¿Cuál es la Causa o Motivo de que Briseida haya abandonado la tienda de Aquiles?
A. Briseida no soportaba ser la esclava del Pélida Aquiles.
B. Apolo la había ayudado a escapar después de oír sus oraciones.
C. Agamenón había ordenado que la sacaran y así reemplazaría a Criseida.
D. Su padre un poderoso sacerdote había ofrecido un rescate para recuperar a su
hija.

18.- Según el texto ¿Cuál es la razón de que la peste haya aparecido en el ejército de los
griegos?
A. Agamenón ordeno que los cuerpos de los griegos no fueran enterrados.
B. Apolo ha enviado la peste como castigo al ejército, luego de que Agamenón se
negara a entregar a la hija de uno de sus sacerdotes.
C. Apolo ha enviado la peste como castigo por la cólera e impulsividad de Aquiles.
D. El padre de Criseida contaminó el cofre donde estaba el botín del rescate que
pagaría por su hija.

19.- ¿Qué acontecimiento había predicho el oráculo?


A. Que Patroclo entregaría a Briseida.
B. Que la guerra no podría ser ganada sin Aquiles.
C. Que la guerra sería ganada por Héctor y los troyanos.
D. Que Criseida se enamoraría de Aquiles.

20.- ¿Qué rol desempeña Calcante en esta historia?


A. Es un adivino que consulta al oráculo y aconseja al rey Agamenón.
B. Es un viejo consejero de Agamenón.
C. Es un viejo sacerdote Troyano que amenaza a Agamenón.
D. Es un general del ejército de Agamenón.
21.- ¿Quién impide que Aquiles ataque a Agamenón durante la discusión que sostienen al
interior de la tienda del rey?
A. Febo Apolo. B. Calcante. C. Menelao. D. Atenea.

22.- ¿Cuál es la causa de la tristeza y preocupación de Patroclo?


A. La muerte de sus compañeros de armas por la negativa de Aquiles de luchar contra
los Troyanos.
B. La predicción del oráculo de Calcante.
C. La ofensa que Agamenón le propinó a Aquiles.
D. La pérdida de la esclava de Aquiles.

23.- ¿Qué consecuencia produce en el desenlace de la historia el hecho de que Patroclo le


pidiera la armadura a Aquiles?
A. Aquiles muerto de dolor por la muerte de Patroclo decide abandonar Troya.
B. Aquiles ofende a los dioses y éstos lo castigan haciéndole perder la batalla.
C. Patroclo muere en la batalla y Aquiles presa de ira se enfrenta a Héctor.
D. Patroclo logra vencer la batalla y la guerra de Troya finaliza.

24.- ¿A qué conclusión podemos llegar después de leer este fragmento?


A. Agamenón es un rey justo y que antepone el bienestar de sus soldados y su pueblo a
sus propios intereses.
B. La ira de Aquiles se transforma en una de sus principales debilidades, ya que esta
actitud provoca grandes desgracias. ‘
C. Los griegos creen que los dioses no intervienen en los acontecimientos que se
producen en la tierra.
D. La principal causa de la guerra entre los griegos y los troyanos fue económica.

Marca la alternativa que represente mejor el significado de la palabra destacada, aplicando


las claves del contexto.

26.- “—Déjame explicarte —dijo Patroclo en tono conciliador—, ¿Te acuerdas de


Criseida?—¿Quieres hablar de la esclava con que Agamenón se quedó cuando distribuimos
el botín?
A. Benigno. B. Luchador. C. Pacificador. D. Desafiante.

27.- “—El problema —prosiguió Patroclo suspirando—, es que ese sacerdote, para vengarse,
ha suscitado sobre nosotros la cólera Apolo. ¡Esa es la razón de la peste que diezma a
nuestras filas!”
A. Alejado. B. Dirigido. C. Levantado. D. Recrudecido.

28.- Un anciano de larga barba blanca se interpone. Es Calcante, el adivino.


—Aquiles —murmura—, yo recomendé al rey devolver a Criseida. Los oráculos son
implacables: ¡era la única manera de calmar a Apolo y de terminar con la peste que nos
diezma!
A. Riguroso B. Despiadado C. Intolerante D. Violento

29.- “—No pongo en duda tu oráculo, Calcante —masculla Aquiles—. ¿Pero por qué
Agamenón me ha sacado a Briseida? Después de cada combate, siempre sucede lo mismo: ¡el
rey se sirve primero, y a sus anchas!”
A. Murmura B. Reclama C. Susurra D. Niega

30.- “— ¡Sí! ¿No oyes los estertores de nuestros guerreros agonizando a algunos pasos de
aquí? Ay, vamos a perder la guerra.”
A. Respiración de los enfermos. B. Respiración de alguien cansado.
C. Respiración de un moribundo. D. Respiración de alguien asustado.

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