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Una cofradía urbana de indios a fines de

la colonia: San Pedro de Naturales


(Jujuy- Río de la Plata)*

Enrique Normando Cruz**

Introducción

Las cofradías religiosas eran asociaciones laicas en las que se desarrollaron procesos
étnicos, económicos y religiosos; en las cofradías urbanas de indios, en particular, predomi-
naron los segundos por encima de los primeros tal como lo muestra el estudio de la única
cofradía de indi os que funcionó en el casco urbano de la ciudad de Jujuy (ubicada en el
medio de las rutas mercantiles que en lazaron el Litoral ganadero del Río de la Plata con los
mercados mineros potosinos). El período estudiado comprende el funcionamiento de la
cofradía de 1752 a 1776, y se analiza el "Libro de colecturía" : registro en que se consigna la
elección de autoridades y la recolección de limosnas realizadas al efecto; que junto a regis-
tros de tributarios, referencias de inventarios de bienes y testamentos, permitió inferir cues-
tiones vincu ladas a los bienes y recursos, elecc ión de autoridades y el mantenimiento de
patrones de relaciones tradicionales rurales y de identificación étnica.

Una parte del material bibliohemerográfico utilizado en este trabajo fue recolectado gracias a una beca
de residencia en la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla en el otoño de 2003.
** Investigador Asi stente del Consejo Nacional de Investigaciones C ientíficas y Técnicas de la Argentina.

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Artículos, notas y documentos

Las cofradías de indios

El desan-ollo del comercio en distintas regiones centrales y periféricas del occidente


indiano, en el siglo XVJII , promovió que los patriciados urbanos hispanos conjugarah satisfacto-
riamente su carácter nobiliario con una nueva ética comercial que originó nuevas prácticas
mercantiles (Brading, 1997; Langue, 1999 y Florescano, 1985), de las cuales también participaron
las sociedades indígenas que así se mestizaron (Larson, 1990; Han-is, Larson y Tandeter, 1987).
Así, pensar en función de la resistencia o la adaptación indígena andina al mercado resulta inútil ;
y para llegar a saber más acerca del carácter económico de sus intervenciones mercantiles es
necesario insertarlas en estudios más amplios de las relaciones sociales, porque ello dará la clave
de los motivos sociales, funciones y consecuencias de tal participación (Stem, 1987). En la idea de
precisar los motivos y consecuencias de la posición indígena en la sociedad colonial, es que se
analiza una institución colonial de amplio desanollo en todos los grupos sociales, en las dos
Repúblicas y en todo el espacio indiano colonial: las cofradías. Una asociación característica del
Antiguo Régimen Hispanocolonial porque a las funciones económicas y étnicas que las peninsu-
lares españolas cumplen (Foster, 1961; Moreno Navan-o, 1985 y 1997), se le adosan las vinculadas
a la evangelización y al catecismo indiano. La diferencia entre las populares cofradías españolas
y las indianas está en el aditamento funcional en una situación de dominación colonial , que da
lugar a un reforzamiento de las funciones financieras, de políticas de tien-as y como medio de
control de recursos (MacLeod, 2000), de integración identitaria y reforzamiento de las autorida-
des étnicas (Diez Hurtado, 1984 ), de dominación doctrinal, control social y extracción de exceden-
tes (Celestino y Meyers, 1981 ; Platt, 1992). La importancia de estudiarlas se asocia al hecho de que
sus características distintivas incumben a problemas generales americanos de las sociedades
indígenas, como los de reconstitución de la identidad étnica (Cannagnani , 1983), y la
institucionalización de nuevas fonnas de autoridad política y nuevos roles económicos al interior
de las sociedades indígenas (Gibson, 1986; Fan-is, 1992).
En este breve estado de la cuestión de los estudios sobre las cofradías es menester
hacer una salvedad: las características distintivas de las cofradías religiosas indígenas india-
nas señaladas han sido consideradas y evaluadas como tales, especialmente en el caso de
las cofradías rurales predominantemente indígenas; pero las cofradías de indios urbanas,
que cumplían , a no dudarlo, similares funciones a sus pares rurales, lo hicieron en un medio
social distinto que las aproximó a las asociaciones religiosas hispánicas y de las castas
(Bechtloff, 1996; Garland Ponce, 1994; Moura de Figueiredo, 1994 ). La situación esbozada
constituye un problema que no ha merecido el mismo desa1Tollo historiográfico.
En el caso del virreinato del Río de la Plata y la región del Tucumán en la que está
ubicada la ciudad de Jujuy, las cofradías religiosas se fundaron desde el mismo momento de
la instalación hispánica en todas las ciudades y alcanzaron un gran desarrollo social. Por
ejemplo en la tardía ciudad colonial de Buenos Aires se contabiliza más de quince (Fogelman,
2000), en Mendoza por lo menos dos (Maurin, 2001 ), en Córdoba más de cinco y en Jujuy por
lo menos quince en el siglo XVIII (Cruz, 1997). Tal extensión social no se corresponde con
una preocupación historiográfica, que por el contrario se ha centrado en las cofradías de
españoles (Martínez de Sánchez, 2000; Barral, 2000) y no en las de indígenas, es más cuando
se ha estudiado estas últimas, se ha considerado especialmente las cofradías rurales y no las
urbanas (Márquez Miranda, 1933 ; Zanolli, 2000; Cruz, 2000).

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Enrique Normando Cruz: Una cofradía urbana de indios

En esta carencia es que encontramos justificación al estudio de la única cofradía de


indios en la parte urbana de la ciudad de Jujuy, el mismo que a su vez es posible por las
referencias historiográficas de los estudios sobre las cofradías de indios rurales y las cofra-
días urbanas de españoles y castas. Dichas referencias, comparativamente, pennitieron acla-
rar el grado y el tipo de procesos de identificación étnica, elección de autoridades y control
de recursos, que a los indígenas en un medio urbano les permitió desarrollar esta asociación .

Los indígenas del casco urbano de la ciudad de Jujuy


Jujuy era entre las ciudades de la gobernación del Tucumán la que contaba con
mayo r cantidad de indígenas, porque se encomendaban en menor grado de parcialización
que en Salta, Tucumán y Catamarca y se incorporaban de mejor manera a los mercados
urbanos y al desarrollo comercial motorizado por el auge de la minería potosina (Santamaría,
1995); ya que desde 1692 en que se instaló la aduana seca en la ciudad, el distrito se ubicó en
el medio de la carrera comercial que unía e l Litoral ganadero y el puerto de Buenos Aires con
Potosí (Santamaría, 1999).
En la población general del distrito de Jujuy a fines del siglo XVIII encontramos un
predominio de los indígenas con un 82%, luego le sigue gente negra con un 13% y los
blancos con un 5% (Maeder, 1984; Frías, 1999).
La población indígena se divide en dos grupos, un primer grupo denominado como
·' naturales" : gente de los pueblos y parajes de los curatos valliserranos y puneños de
Tumbaia, Humahuaca y Casab indo y Cochinoca, que concurrían a l casco urbano de la
ciudad para servir la "mita de plaza" (Jolís, 1789: 355). A los que hay que sumar, los indígenas
del sur de Charcas que a partir del antecedente del poblamiento atacameño y aimara del tipo
mitmaqkuna desarrollado entre el XV y XVI (Santamaría, 1992), migraron especialmente des-
de la segunda mitad del XVIII al rectoral, o a los curatos rurales de Tumbaia y Humahuaca 1•
El segundo grupo es llamado de "indígenas", y se trata de indios de la frontera del
Chaco cazados como ·'piezas" esclavas en las campañas militares realizadas desde las ciuda-
des del Tucumán desde mediados del XVII y primera mitad del XVIII para compensar la caída
demográfica de los indígenas del área valliserrana del siglo XVII (Doucet, 1988; Garavaglia,
1984), y también para incorporar un nuevo producto a la carrera mercantil regional. Esto se
aprecia en el rec ibo que en 1745 hace el teniente de gobernador y capitán a guerra de Jujuy
genera l Diego Tomás Martínez de lriarte de 15 "piezas" entre hombres y mujeres naturales
del Chaco "apresadas en guerra", que reparte entre los soldados y un comerciante que "a
cuenta riesgo" las lleva a las "provincias del Perú lo más remotas para que no puedan
volver porque no conviene se queden en nuestra provincia" 2• Además de ser tratados como

Los indios .. naturales" de los valles cá lidos y pueblos del sur de Charcas de Suipacha. Valle de Acoyti ,
Río de San .luan. Moxos. Livi-livi. Tarij a, Valle de San Carlos. Moraya , Los Sauces. Santiago de
Cotaga it a, -~·alina y Potosí: se casan con indias .. naturales'· de los parajes y pueblos jujeños del Chañi,
Yala. fru ya. Ocloyas. Leó n. Tumbaia, Pun11amarca, Maimara. Tilcara. Uquia y Humahu aca . ·' Pedi-
mentos de matrimonios dt: Naturales del curato rectoral de Jujuy, Jujuy, 1754-1780 y r 781 -1 793",
Archivo del Obispado de Jujuy.
2 ··Recibos de pi ezas de Diego Tomás Ma11ínez de lriarte, Jujuy, 1745", Archivo de Tribunales de Jujuy.
carpeta 38. legajo 1264.

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"piezas", los indios del Chaco se ponen en "depósito": fi gura jurídica local que consiste en
reducirlos a una especie de servicio personal domést ico en la casa de un vecino español ; las
"chinitas" mocovíes y tobas (niñas y mujeres jóvenes del Chaco) en casas de españoles, y
los jóvenes varones y adu ltos en las obras públicas de la ciudad: acequias, fábrica de
iglesias, cárcel; y también se conchaban coactivamente en las "chacaras" del ejido urbano
y haciendas de la frontera del Chaco jujeño (Cruz, 2001 ).
En el censo de 1778-1779 figura otra referenci a de los indios que viven en el casco
urbano de la ciudad. Entre la población integrada por españoles, mestizos, negros y mul atos,
los indio s son considerados en categorías más específicas qu e las de " natural es" e
" indígenas", como a) "taseros" o tributarios: indígenas que junto a sus familias y capitaneados
por un cacique concurren a la ciudad a la mita de plaza o a trabajar en las haciendas de los
alrededores ; b) ''.forast eros": indígenas que luego de concurrir a la mita de plaza se avecindan
en la ciudad, y tambi én los que provienen de las jurisdicciones vecinas de Salta, Tucumán,
Santiago del Estero y Catamarca en sus viajes de arreos de "productos de la tierra" o
·'productos de Castilla" desde y hacia el Alto Perú; c) indígenas de "otras partes de arriba":
lo s migrantes de los val les del sur de Charcas (Tarija, Tal ina, Livi-Livi, Mojos y Suipacha) 3 .
Si es posible establecer algún tipo de separación clasista de la población india, esta
se relacionaría con la adscripción de una parte de ella a la condición de vecino, pues para
serlo era necesario tener casa habitada en la traza urbana, so lar en las chacras y asistencia de
indígenas. Tal condición figura en una lista de 1784 del cabildo de aquellos vecinos que
participan de una derrama para pagar un médico, en la que se indica que en la ciudad viven
además de los españo les, vecinos ec lesiásticos, forasteros y vecinos naturales con sus
parientes 4 •
Como conjetura para explicar la composición social de la cofradía de San Pedro, se
plantea que los indios del casco urbano del distrito de Jujuy se dividían en dos grupos. El
primer grupo; es el de los ·'naturales", compuesto por: los caciques, su fami li a y los tributa-
rios del rectoral , los mi grantes de ''otras partes de arriba" que en el casco urbano se
desempeñaban como oficiales albañiles, carpinteros, herreros, pintores, sombrereros y zapa-
teros y tratantes de "productos de la tierra", y los indios de los curatos rurales de Tumbaia
y Humahuaca que permanecían luego de concluido su turno en la mita de plaza sirviendo en
una casa españo la, o trabajando como pregoneros en los constantes remates que hacía el
cabildo, regentando casas de comida, atendiendo chicherías, empleados como peones en las
obras de la ciudad, en haciendas del contorno rural de la ciudad o bien, conchabados como
so ldados partidarios. Y el segundo grupo, es el de los '' indios" propiamente dichos: indíge-
nas tobas. wichíes y mocovíes de la fronterajujeña del Chaco, que como esclavos y cautivos
se incorporaban a la se rvidumbre de las casas españolas y a la peonada conchabada de las
obras públicas de la ciudad y de las haciendas fronterizas del Chaco.

3 ''Censo Ordenado por el mini stro Gá lvez y ll evado adelante por el Alcalde Provinci al Diego de la
Corte. Jujuy, 1Ose pti embre de 1779" . Editado por Ricardo Rojas . Archivo Capitul ar de Jujuy. Libro 11 .
Censo de la Provinci a (1778- 1779). Buenos Aires, 1913.
4 ·' Francisco Castaiieda contra el cabildo de la ciudad de Jujuy. sobre pago de honorarios. Jujuy, 1784,' º
Archivo Hi stórico de Jujuy. Archivo Ricardo Roj as, caja 40. legajo 3, legajillo s/n, 1784.

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Enrique Normando Cruz: Una cofradía urbana de indios

Una cofradía indígena urbana

Las cofradías son asoc iac io nes de laicos con los objetivos predominantes de la
práctica de la caridad cristiana y la asistencia y la beneficencia soc ial. Pero tambié n pennitían
a lcanzar otros objetivos a sus asociados: financieros, de control de bi enes y recursos ,
inmobiliarios y de autoridad e identificación étnica. La prec isión de las funcion es derivadas
de los objetivos se asocia con la advocación religiosa consagrada como patrona, con la
composición socia l de los cofrades, con el medio (rural o urbano) en que desarro llaba sus
tareas, con los grupos étnicos que acoge y con las neces idades de la estructura económica
en la que se inserta .
El estudio de la cofradía de San Pedro toma en cuenta especialmente el libro de
registro de e lecc iones de autoridades y de cofrades entre 1752 y 1776, que no representa
necesariamente e l período de funcionamiento de la cofradía, ya que los libros de registros
con los que se cuentan para estudiar las cofradías: de colecturía, de elección de autoridades
o de registro de cofrades, o combinados; só lo indican la cronología desde que se registra
a lgunos datos que la asociación considera necesario comunicar a las autoridades eclesiásti-
cas y e l aval más o menos lega l de las mismas . Además, para no considerar estrictamente que
el período de desarrollo de la vida social de una cofradía se enmarca en la cronología del libro
de regi stro, existe ev id enc ia, relacionada con la propia lóg ica de funcionamiento , que indica
que la institucionalización de las prácticas religiosas , asociativas, financieras, caritativas y
étnicas de un grupo cualquiera de personas, en torno a una cofradía, es el resultado de la
combi nac ión de distintos factores; y que en caso de no concurrir todos estos ello no impli-
caría que no se o rganic en de fonna similar los afanes asoc iativos de los feligreses, quienes
pueden asoc iarse y organizarse en torno a una fiesta religiosa o un a organización de cu lto
religioso familiar.
En el tiempo en c.¡ue funcionaba la cofradía de San Pedro de Naturales en el casco
urbano de la ciudad también encontramos a la cofradía de Nuestra Señora del Cannen , de
Ánimas Benditas del Purgatorio, de San Benito de Palermo, del Santísimo Sacramento y de
N uestra Sei'iora del Rosario; en los anexos rurales, la cofradía de la Purificación y Copacabana
y la de San Lorenzo del Molino; y en los curatos rurales indígenas otras tantas, además de
num erosas fie stas reli g iosas que organizan a los indígenas en torno a las difundidas devo-
ciones populares and in as de la Candelaria, Concepción y Nuestra Sei'iora de Copacabana.
Refiriéndonos a las cofradías del curato rectoral , la única que declara exp lícitamente
en su denominación que es exc lusivamente para indígenas nat ural es es San Pedro. Las otras
asoc iacio nes del casco urbano también reciben indígenas, pero ninguna mencion a explícita-
mente este detalle específico de adscripción étnica, ni siq uiera la cofradía de San Benito de
Palermo en Jujuy, que se trata de una advocación elegid a por negros y mul atos, es una
cofradía también abi erta en su asociación a otros grupos étnicos y sociales. Las otras que
también rec iben indígenas en el centro de la ciudad de Jujuy, son: Benditas Ánimas del
Purgatorio y Rtdención de Cautivos de Jerusa lén, dos asoc iaciones completamente abiertas
en el sentido de que reciben a cualquier persona si n plantear requisito alguno de ingreso o
condiciones espec iales. Del mismo carácter que las anteriores, pero con cierta preferencia
para con las muj eres espai'io las, es la cofradía de Nuestra Señora del Carmen y de forma
simil ar el Santís imo Sacramento recibe también indígenas pero estaba confonnada especial-

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mente por los miembros capitulares españoles de la ciudad. Finalmente la de Nuestra Señora
del Rosario, exclusiva de la familia de los fundadores españoles.
La fuente con la que se analiza el funcionamiento de la cofradía de San Pedro de
Naturales es el único documento que se ubicó sobre ella. Se trata de un libro d'e colecturía:
libro principal de las limosnas aportadas a la asociación en el momento de registro y elección
de autoridades en el que figuran las donaciones de limosnas en general y la elección de
autoridades, pero no contiene ni las constituciones, ni oraciones o licencias o reglamenta-
ciones específicas 5 . Aparte de este documento, no se localizó ninguna otra referencia nota-
rial , judicial o epistolar de donaciones testamentarias, reconocimiento de deudas, servicios o
pagos de cuotas que suelen figurar en los testamentos e inventarios de bienes. Esto debido
tal vez a que, en conjunto con la ausencia de un Libro Mayor, 24 años de funcionamiento no
son suficientes para ampliar una adhesión cofradial en la esfera social a la que dirige su
convocatoria y que dé lugar a donaciones testamentarias; en otra explicación posible, la
ausencia se debería a que las limosnas y cuotas de las autoridades y cofrades eran suficien-
tes para que la cofradía cumpliera con todos sus objetivos, sin necesitar de capellanías,
censos o donaciones especiales.
Esto ubica a la cofradía de San Pedro en un grado intennedio entre las cofradías con
Libro mayor y las fiestas religiosas, porque las fiestas tienen una organización y funciona-
miento de tipo cofraderil en cuanto a autoridades elegidas y limosnas recolectadas durante
la fiesta y elección de autoridades. En especial en Jo referente a la administración de muchos
y variados bienes muebles e inmuebles y sobre todo, en la administración y control cofraderil
de los cofrades de la misma . Tal grado de estructuración y organización cofraderil de esta
cofradía explica el porqué el Libro de colecturía de San Pedro no se trata de un registro
particular e independiente, sino que está incluido al final del libro nº 4 de matrimonios de
Naturales de la iglesia matriz de la ciudad, y precediendo otro registro también de colecturía
y elección de autoridades de la fiesta de Santa Rosa también de naturales.

El registro cofraderil

Los registros que permiten a las asociaciones organizar y administrar su funciona-


miento se conocen como ·' Libros de cofradías", y pueden tratarse del tipo " Libro Mayor" o
del tipo "L ibro de colecturía" . Los del primer tipo encabezan el manuscrito con las constitu-
ciones de la asociación otorgadas o acordadas en junta por los futuros cofrades ( como se
llama al conjunto de disposiciones reglamentarias que la organizan). Luego figuran las con-
cesiones pontificias, indulgencias, penitencias, oraciones especiales a la divinidad consa-
grada y la reglamentación general de los cofrades. Finalmente la lista de las personas que se
incorporan a la cofradía y de los que alternan anualmente en los cargos electivos, con un
detalle específico de las donaciones de los que salen elegidos como autoridades , o las
cuotas en carácter de limosnas aportadas por cada uno.

5 ·' Libro de co lecturía de la cofradía de San Pedro de Naturales (en adelante Libro de colecturía). Jujuy.
1752-1776." Archivo del Obispado de Jujuy, Libro de Matrimonios, Catedral ( 1693-1836), Nº 4.
Naturales.

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Enrique Normando Cruz: Una cofradía urbana de indios

De las cofradías que funcionan en la ciudad de Jujuy en la segunda mitad del siglo
XVIII , la de Nuestra Señora del Cannen, del Santísimo Sacramento y la Archicofradía de San
Benito de Palermo poseen Libro Mayor; San Pedro de Naturales un Libro de colecturía, y
ningún tipo de registro la de Nuestra Señora del Rosario, Benditas Ánimas del Purgatorio y
Redención de Cautivos .
En el Libro de colecturía de San Pedro, cada registro anual se realiza el día de la fiesta
de l patrono y, encabezando cada anotación , figura la fórmula de convocatoria a ele~ción de
autoridades reali zada en conjunto por el capellán y el procurador y mayordomo perpetuo,
máxima autoridad de la cofradía. A continuación, el escribano elabora una lista en la que se
consigna el cargo y el nombre (a veces el oficio y parentesco) de los que se adscriben por vez
primera o que reconfirman la misma. A la primera lista le sigue una segunda paralela, en la que
se consigna la cuota de ingreso o anual que como cofrade o autoridad electa debe entregar
cada uno con el monto y el tipo de bien: "plata sellada", servicios o especies y a veces, el
detalle de alguna colecta realizada por las autoridades designadas al efecto. Finalmente, cada
elección se clausura con exhortaciones del capellán respecto de los ingresos económicos y
la cantidad de cofrades que son elegidos como autoridades y la rúbrica del mismo, en
ocasiones también acompañada por la del escribano.

Los servicios

Las cofradías religiosas tienen como objetivos principales la organización y adminis-


tración de una fiesta religiosa y de la sepultura y entierro de los cofrades; por lo que pennite
la asociación de personas y la recolección y administración de bienes y recursos que dan
lugar al desarrollo de otros objetivos: acceso y control comunitario o corporativo de bienes
y rec ursos que de otra manera no se tendría, constituir una entidad de préstamo y financiera
y permitir el desa1TOll0 de procesos de identificación étnica y de construcción o reforzamiento
de la autoridad.
La fie sta religiosa de la cofradía de San Pedro se celebraba el 27 de julio en un ciclo
festivo que comprendía la misa y ceremonia religiosa el día anterior, la fiesta el mismo día que
se realizaba con procesión y misa cantada con sennón, y finalizaba con la elección de auto-
ridades en el tercer día y una fiesta de agasajo de las autoridades entrantes y salientes.
El ciclo festivo se caracterizaba por el estruendo y brillo de fuegos de artificio realiza-
dos con la pólvora y cohetes donados como limosnas por los cofrades y autoridades. Era
importante contar con estos instrumentos festivos, a tal punto que se tenía una autoridad
específica: el "ayudante para los .fuegos" 6 • Al tratarse de una cofradía de indios y en el
espacio surandino en que se localiza la ciudad de Jujuy, es probable que el mayor estruendo
que se buscaba con la designación cofradial del "ayudante de fu ego" y las donaciones de
cohetes y pólvora, se asocie con el culto tradicional indígena todavía vigente a fines de la
colonia del estruendo del rayo andino aimara o quechua (Bouysse-Casagne y Harris, 1987:
45- 46). Otro grupo social que también realizaba una estruendosa fiesta con cohetes y música
era el de los cofrades negros y mulatos de la archicofradía de San Benito de Palenno que

6 Elección de autoridades del 27 de julio 1755 . Libro de colecturía.

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funcionaba en la Iglesia del convento de San Francisco (Tornmasini, 1934: 115). El carácter
ruidoso y estruendoso de la fiesta religiosa era importante al interior y al exterior de las
cofradías, porque en las asociaciones urbanas de indios se unían la solemnidad y la diver-
sión popular: "a la liturgia y procesión, que por lo general son realizadas canto un festival
espiritual, seguían/es un banquete, juegos pirotécnicos y según los recursos .financieros,
una corrida de toros" 7 •
El banquete, los juegos pirotécnicos y la música de las fiestas son característicos en
el cristianismo andino 8 , por lo que el problema para las autoridades civiles y ecles iásticas no
correspondían a cuestiones de religiosidad , pensamiento o cosmovisión rivales y opuestas
a la oficial cristiana, sino más bien con cuestiones vinculadas al supuesto orden y desorden
público que las mismas pudieran traer aparejadas. Por ello es que el cabildo de Jujuy, en una
de las pocas disposiciones atinentes a controlar las fiestas y celebraciones públicas religio-
sas ordenaba que : "en las funciones que se hacen en la iglesias no se use cueles y camaretas,
por el general perjuicio que se origina en los edificios y casas" 9 • Sin embargo, lo ais lado de
la disposición capitular y el consentimiento y promoción de las autoridades civiles y religio-
sas de las cofradías y fiestas religiosas, muestran la ambivalencia de las autoridades civiles
y ec lesiásticas para con los "entusiasmos, bebidas, .fiestas y aún heterodoxia" de las cofra-
días (MacLeod, 2000: 213).
Para el desarrollo del segundo objetivo cofradial: la sepultura y entierro de los cofra-
des, en San Pedro se dispuso de una capilla y cementerio en la iglesia matriz de la ciudad 1°. En
esto, es particulannente distinto a una rural e indígena que en lo atinente a la sepultura y
entierros no disponía especial atención, corno por ejemplo la cofradía del Carmen que sí
dispuso para sus cofrades de oraciones y plegarias especiales al respecto, además de la
" imposición" del escapu lario. Todavía más específicamente destinadas a cumplir este obje-
tivo, estaban configuradas las cofradías de las Benditas Ánimas del Purgatorio y de Reden-
ción de Cautivos, que de manera exclusiva se organizaron para recaudar limosnas y recibir
donaciones testamentarias a fin de costear las misas y oraciones de entierro y sepultura.
La sepultura y entierro en una cofradía era fundamental para los miembros adscritos
a estas sociedades, porque significaba contar con el plus de "capital espirituaf' que la

7 Es e l caso de las co fradí as de indi os de Pátzcuaro en Nueva España (Bechtloff, 1996: 133).
8 Sobre la aceptaci ón de las autoridades hispánicas de las tradiciones indígen as en el cristianismo
co lonial puede verse la compilación de Ramos sobre la evangelización ( 1994). el trabajo de Gruzinsky
acerca del peso y lugar de las fiestas y las imágenes religiosas indígenas en el proceso de occidentalización
colonial ( 1995 ); y las re ferenci as a esos procesos inclusivos en la configuración de las nu evas
relaciones de poder en las comunidades de Chaya nta en la audiencia de Charcas durante la coyuntura
de la gran rebelión andina (Serulnikov. 2006 ), supervivencia en el Potosí desde los tiempos co loniales
a la actualidad (Platt. 1992). y lo conflictivo que fu e dicho proceso, persecuciones de idol atrías
mediante especialmente (Griffiths, 1998; Ramos y Urbano. 1993 ).
9 La camareta es una especie de cañoncito de hi erro que se dispara en las fiestas religi osas de indios.
··Disposición del cabildo de .lujuy, Jujuy, 2 de septiembre de 1780'', Archivo del Obispado de Jujuy. caja
19. legajo (2- 1) 11.
1O La cofradía de Nuestra Sefiora del Rosario del convento de San Francisco cuenta al igual que San Pedro
con cementerio y capilla propia. En el Santísimo Sacramento. San Benito de Palermo y Nuestra
Sefiora del Ca1111en se usan los cementerios de las iglesias res pectivas que las contienen.

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Enrique Normando Cruz: Una cofradía urbana de indios

asociación a una cofradía ofrece, en lo que se ha dado en llamar la "economía de la salvación


eterna" (Lavrin, 1998: 49). Economía ésta además flexible porque se reconoce la posibilidad
de recibir en la cofradía aun a los que no pagaran la cuota de ingreso: la cofradía de San Pedro
excedía su arco de asistencia de los cofrades adscriptos a el la comprendiendo a los indíge-
nas naturales o indios del Chaco pese a que no lo estuvieran, para que quienes mueran solos
y sin nadie que se hiciera cargo del entierro y sepultura no terminaran sepultados en el
cementerio de la iglesia matriz con sólo un pobre " lienzo de tucuyo blanco" 11 •

Bienes y recursos

Para cumplir con sus objetivos, las cofradías contaban con bienes y recursos de
diverso tipo: recolectados como limosnas, recibidos como cuotas de ingreso y elección de
autoridades o donados por testamento; y también con recursos derivados de los censos
correspondientes de dichos bienes muebles e inmuebles puestos en circu lación en los mer-
cados respectivos mobiliarios e inmobiliarios de cada ciudad colonial.
La situación de las cofradías de Jujuy presenta esta diversidad y variedad en la
percepción y tipo de bienes y recursos con los que cumplía sus objetivos. Las cofradías
rurales de indios dependían menos de las limosnas de dinero en efectivo recibidas durante la
fiesta de la advocac ión y más del ganado y la producción de propiedades de la asociación 12 •
En cambio, la de San Pedro contaba exclusivamente con el dinero en efectivo y con donaciones
en especie y trabajo que recolectaba y recibía durante la elección de autoridades.
En San Pedro de Naturales, se ven registrados especialmente en el Libro de co lecturía
los bienes y recursos recibidos durante la elección anual de autoridades e ingreso de nuevos
hermanos . Cada cofrade nuevo o ya perteneciente a la cofradía está anotado junto a su
donación, al igual que cada nueva autoridad, así como todos los concurrentes a la fiesta y
procesión de la advocación. Finalmente, figura la feligresía indígena urbana y de la campaña,
que entregaba su donación a los diputados 13 • El monto principal de bienes y recursos está
ingresado durante la jornada en que se hacen los festejos y celebraciones religiosas del
santo patrono, cuando las autoridades son e legidas, con el aporte de limosna correspon-
diente a la jerarquía del cargo para el cual cada cofrade resu lta elegido. Dichos recursos y
bienes se suman a lo que el " Diputado del Campo" en un año de ejercicio recauda entre los
indígenas campesinos y trabajadores conchabados de las "chacaras" y haciendas de los
alrededores de l casco urbano. Similar tarea desempeña el "Diputado de la Ciudad', pero del
vecindario e indígenas naturales del casco urbano.
Los bienes y recursos que se reciben figuran en "plata sellada", en productos y en
trabajo : tres libras de pólvora del ayudante del alférez Juan de Figueroa (elección de 1752),

11 ··Causa judi cial por muerte de Gabriel Pino, Jujuy, 1777" . Archivo e.le Tribunales de Jujuy, carpeta 52 ,
legajo 171f
12 .. Inventarios hechos por los curas excusadores e.le los curatos de Casabindo y Cochinoca, de los bienes
capdlánicos de Nuestra St:l'iora de la Asunción (patrona e.Id pueblo de Casabindo), y de las cofradías de
Nuestra Se1'iora de la Asunción, Candelaria y Purificación. CoiTespondíentes a los años 1798. 1799,
180 l. 1803. 1804, 1813. 1826". Archivo Histórico de Jujuy, caja 1.1775-1826.
13 Libro de colt::cturía.

Nº 44, primer semestre del 2007 235


Artículos, notas y documentos

seis libras de cera y un peso de plata y dos libras de pólvora del ayudante mayor Gregorio Guzmán
(elección 1753), dos docenas de cohetes del cofrade Pedro del Pozo (elección 1768), una libra de
cera de María Cruz (elección 1770) y dos libras de cera de Gregorio Rojas (elección de 1771 ) 14 •
Pero también se recibe trabajo como donaciones: el cofrade Antonio Cruz promete
''asistir a la Iglesia" con Josefa Valdez (elección 1770). También Marcos Cruz cuando es
elegido diputado, además de los 4 reales se compromete a recolectar la limosna de ese año
(elección de 1770). Pedro Salcedo y Bernardo se ofrecen para "pedir la demanda" durante
todo un año (elección de 1768), y Juan de Albornoz se compromete a recolectar el dinero
necesario para realizar cuatro misas durante cuatro meses (elección de 1768) 15•
La prorrata del dinero en efectivo que recibe la cofrad ía de San Pedro, cada año en que
registra su funcionamiento en el libro, corresponde conjuntamente al éxito de la cofradía en
la convocatoria de elección de autoridades. Presenta una trayectoria ascendente hasta un
pico de recaudación y convocatoria de autoridades en el cuarto año de su funcionamiento ,
y desde allí paulatinamente descienden junto a los recursos y bienes, los cofrades que se
registran y eligen como autoridades.

Limosnas y cofrades de San Pedro de Naturales

Elección Donaciones Cantidad de cofrades


elegidos como autoridades
1752 43 pesos 1 real 58
1753 30 pesos 2 reales 74
1755 35 pesos 54
1756 52 pesos 73
1757 49 pesos 2 reales 66
1759 47 pesos 2 reales 61
1768 19 pesos 31
1769 ·?
/., · 28
1770 27 pesos 4 reales 38
1771 12 pesos 3 reales 13
1775 10 pesos 6
1776 18 pesos 4 reales 7

Los cofrades de San Pedro aportan , en promedio, 1 peso de a 8 reales durante la fiesta
de elección de autoridades. La diferencia en el monto de la limosna se registra cuando son
elegidos como autoridades, pues a mayor importancia del cargo de gobierno y administra-
ción en la cofradía, mayor es su monto: el mayordomo mayor entrega de 2 a 9 pesos, el Alférez

14 El aporte de limosnas en .. libras de pólvora y cohetes" indica la presencia en la cofradía de mineros


de los curatos puneños del Valle Ri co de la Rinconad a y de Santa Catalina, que también fueron
explotadas desde los primeros años del siglo XVII por vec inos de Salta, Tucumán y otros indígenas de
la región o dd sur de Charcas.
15 Libro de colecturía.

236 Revista Andina


Enrique Normando Cruz: Una cofradía urbana de indios

de 2 a 8 pesos, y los que se registran sólo como cofrades de 4 a 16 reales. Lo mismo sucede
con las cofrades mujeres: la mayordoma mayor entrega de 2 a 4 pesos, la menor de I a 2
pesos, la ayudante mayor I peso, las ayudantes menores de 8 a 4 reales, la ayudante del
alférez 2 reales, y las cofrades comunes de 2 a 8 reales.
Estos son los bienes y recursos con los que contaba San Pedro de Naturales , y hasta
lo analizado no se ubicó ninguna donación testamentaria de bienes muebles e inmuebles, o
capellanías en beneficio de la asociación . Tampoco parece ser inquietud de los cofrades
tratar de aumentar los bienes y recursos de la cofradía, lo que lleva a plantear la conjetura de
que en el terreno de las preocupaciones económicas habría otra diferencia entre las cofradías
de indios rurales y las urbanas. Es posible plantear el rol económico como la diferencia al
interior de las cofradías indígenas indianas, pues se destaca como algo característico de la
cofradía indígena guatemalteca respecto de su similar europea (MacLeod, 2000: 222), y esta
misma preocupación económica, detectada en la indígena guatemalteca, corresponde a la
realidad de una cofradía rural indígena del distrito de Jujuy: la cofradía de Nuestra Señora del
Rosario de lruya, del curato vecino al rectoral de Humahuaca 16 • Aunque no figure como una
de las prioridades de la cofradía urbana indígena de San Pedro de Naturales .
En cuanto al grado de autonomía que una cofradía desarrolló, respecto de las autori-
dades religiosas y civiles, en relación a los recursos y bienes con los que contaba, la asocia-
ción religiosa vivió a lo largo de su existencia una tensión entre recursos/ independencia
económica/ intromisión de las autoridades: a mayores recursos que tuviera y administrase,
era mayor su independencia; pero a la vez despertaba el interés de autoridades laicas y
eclesiásticas por controlar, administrar y acceder a los fondos cofraderiles. Por eso, algunas
cofradías religiosas renunciaron a la independencia económica y vivían exclusivamente de
las limosnas que recaudaban , para no verse sujetas al poder e injerencia eclesiástica y/o civil.
Esto. atestiguado fehacientemente para la cofradía española de Aranzazu en Nueva España
(Luque Alcaide , 1995: 107), bien puede ayudar a responder la pregunta de por qué en San
Pedro parecen preocuparse poco por aumentar y diversificar sus fondos.
Queda por precisar si la administración de las donaciones y limosnas de esta cofradía
urbana de indios debe ser considerada como una inmovilización de capital o bien, de dispo-
nibilidad diferenciada y corporativa. Entre las cofradías religiosas de la ciudad de Jujuy, sólo
la de Nuestra Seiiora del Rosario, en el convento de San Francisco, tiene una fundación de
carácter perpetuo de 1000 pesos de principal 17_ La archicofradía de San Benito de Palenno se
manti ene con rentas puestas a censo en el giro comercial y las cofradías de Nuestra Seiiora
del Cannen , Santísimo Sacramento, Ánimas del Purgatorio y Redención de Cautivos prestan
a las autoridades o particulares el dinero de las limosnas y cuotas que reciben. En la cofradía
de San Pedro de Naturales los recursos y bienes no se prestan a los cofrades o autoridades,
lo que sí sucede en las cofradías rurales de indios 18 •

16 ·'Cuademojde las fie stas y elecciones de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario. fruya- Jujuy, 1708-
1732." Arc1ivo del Obispado de Jujuy. caja 8. carpeta 12. documento 640.
17 " Acta de fundación de la cofradía de Nuestra Seiiora del Rosario. Convento de San Francisco. Jujuy,
1690". Archivo de Tribunales de Jujuy. carpeta 23, legajo 704.
18 ·' Libro de la cofradía de Nuestra Seiiora de Santa Bárbara, 1713-1785. Humahuaca". Archivo del
Obispado de 1-Iumahuaca.

Nº 44, primer semestre del 2007 237


Artículos, notas y documentos

La integración diferencial

Los naturales de la ciudad de Jujuy que se asociaban a una cofradía podían elegir
entre San Pedro o Nuestra Señora del Carmen (ambas con sede en la matriz), opción relacio-
nada con el hecho de que las cofradías religiosas corporizaban las conductas por medio de
una " integración diferencial"; desarrollada de dos maneras: mediante la integración de
distintos grupos en un solo cuerpo social, o corporizando la misma diferencia a través de la
exclusión de los distintos grupos en función de la inclusión de uno solo. Estas dos formas de
integrar la diferencia social corresponden a realidades en las cuales junto a las estratificaciones
clasistas existen diferencias étnicas; dando lugar a que la cofradía religiosa pueda ser utiliza-
da por un lado como una estrategia por el Estado para el control e integración de grupos
potencialmente peligrosos, y por el otro que la cofradía sea una estrategia de los miembros
despreciados por la sociedad global para rivalizar a nivel simbólico con las cofradías de sus
amos y explotadores (Pastor, 2000: 103) 19 •
El carácter integrador de las cofradías religiosas tiene también otras dos expresiones:
una étnica económica hispánica, tal como sucede en las cofradías españolas de Nueva
España (Bazarte Martínez, 1989 y Luque Alcaide, 1995); y una integración soc iorreligiosa
(Mayer, 2000). Por eso es que cuando los indígenas naturales eligen San Pedro, lo hacen en
función de que esta cofradía se compone exclusivamente de indios y en particular de natura-
les, ya que la cofradía de Nuestra Señora del Cannen abierta étnica, sexual, económica y
soc ia lmente a españoles criollos o chapetones, negros y mulatos esc lavos o pardos libres e
indios "libres y de servicio", actúa integrando las diferencias en una so la, única y armoniosa
esclavitud compartida hacia la Virgen del Carmen. Mientras que San Pedro tiende a identifi-
car étnicamente la identidad de los naturales de Jujuy, mediante una integración diferencial
que excluye a los restantes grupos en función de la inclusión de uno solo.
La integración diferencial a una u otra asociación religiosa se vive bajo distintos tipos
de coacción social: la asociación de nuevos hermanos indígenas naturales es voluntaria en
San Pedro y en Nuestra Señora del Cannen los indios de servicio o los libres al servicio de
una casa hispánica acompañen a su señor: ''En dies y seis de junio de mil setecientos
nobenta y cinco asente en esta Santa cofradía de Nuestra Señora del Carmen a María
Flores, Yndia libre sirviente de la Beata (roto) y para que conste como capellán de esta
cofradía lo.firme. Doctor Juan Prudencia de Zamalloa" 2º.

Gobierno y autoridades
La elección de autoridades de las cofradías era especialmente importante en las de
indios, porque un cargo de gobierno cofraderil se complementaba muy bien con los cargos

19 Esta idea de las dos es trategias a las que da lugar la integración corporativa de las cofradías religiosas.
la plantea Pastor tomando en cuenta los aportes de Moreno Navarro sobre las co fradía s y hermanda-
des andaluzas ( 1985 ). Problema que Moreno Navarro sigue desarrollando en "La antigua hermandad
de los negros de Sevilla" ( 1997).
20 "'Libro de la Co fradí a de Nuestra Seliora del Carmen, Jujuy. 1735- 1845," Archivo del Obispado de
Jujuy, caja 23. folio 36.

238 Revista Andina


Enrique Normando Cruz: Una cofradía urbana de indios

de alcalde de cabildo de indios y de curaca gobernador, sobre todo en situaciones como la de


Jujuy donde no abundaban los cabildos de indios en la campaña ni tampoco estaba muy
extendida la organización socioeconómica comunitaria con sistema de curacas hereditarios.
La primera autoridad de una cofradía urbana de indios era e l capellán, porque el
trámite de elección de las autoridades específicas cofraderi les se realizaba al finalizar la
celebración sacramental y la lectura del sennón el día de la fiesta del santo patrón, presidien-
do y legalizando todo el notario y el capellán . El capellán además desempeña el rol de
catequizador entre los cofrades a los que exhortaba luego de cada elección a que se "esfuer-
cen aun más para el crecim iento de la cofradía", ya que para él, el éxito socioeconómico de
la asociación redundaba directamente en una mejora en los ingresos por obvencionales y
especialmente, por los servicios religiosos que brindaba de sepultura y entierro de los cofra-
des y las misas que se celebraban en la capilla.
Eran autoridades específicas de San Pedro: el procurador perpetuo y los cargos
anuales de mayordomos (mayores y menores), alférez, ayudantes y diputados . Tanto para
los hombres como para las mujeres. La cofradía contaba con gran variedad de autoridades
que se mantenían por largos períodos en el gobierno de la asociación, pues en razón a la
tradicional vertica lidad andina se reemplazaba entre los indígenas que fueron campesinos de
ay llu s, con la creación de redes de reciprocidad social y participando de distintas formas de
organización del trabajo común con miembros de las cofradías y gremios locales 2 1. Por eso,
en la cofradía de San Pedro en una elección de 74 personas regi stradas como cofrades, el
70% se presenta para un cargo de gobierno en la cofradía junto a la esposa, hermana o
compadre 22 .
El cuadro de autoridades, además de variado, es numeroso y consta de trece autori-
dades distintas para los hombres y siete para las mujeres. Lo que se destaca al compararla
con e l cuadro de autoridades de las cofradías urbanas no indígenas de la ciudad de Jujuy:
Nuestra Señora del Carmen cuenta sólo con un mayordomo y a veces una mayordoma, y
similar es el cuadro de autoridades de la cofradía del Santísimo Sacramento de españo les y de
la Archicofradía de San Benito de Palenno. Algo distinta es la situación en las cofradías
rurales de indios : en la elección del 12 de octubre de 1720 de la cofradía rural de Nuestra
Señora del Rosario de fru ya, se elige un mayordomo mayor, un mayordomo menor y un
ayudante de mayordomo , y las mujeres una priosta mayor y dos ayudantes 23; y en Nuestra
Señora de Santa Bárbara del pueblo indígena de San Antonio de Humahuaca, se elige en 1781
un mayordomo y dos ay udantes y una priosta con una ayudante 24 •

21 También sucede esto en la vecina Cochabamba, donde los campesinos que viven fuera de la matri z del
ayllu reprod ucen sus pautas de reciprocidad medi ante la creación de redes de reciprocidad soc ial y
participando de distintas formas de organización del trabajo común entre vecinos. parientes y con
miembros 4e las cofradías y gremios locales (Larson, 1990: 210).
22 Elección del 5 de agosto de 1753. Libro de colecturía.
23 "'C uaderno de las fi estas y ekcciones de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario, lruya- Jujuy, 1708-
1732," Archivo del Obispado de Jujuy, caja 8. carpeta 12. documento 640.
24 ·· Libro de la co fradía de Nuestra Señora de Santa Bárbara. 1713-1785." Archivo del Obispado de
1-lumahuaca.

Nº 44, primer semestre del 2007 239


Artículos, notas y documentos

Cuadro de autoridades de la cofradía de San Pedro

Autoridades cofrades varones Autoridades cofrades mu~eres


Procurador Perpetuo Mayordomo Mayor
Mayordomo Mayor Ayudante de Mayordoma
Alférez Mayor Ayudante de Alférez
Ayudante Mayor Ayudante
Ayudante del Mayordomo Ayudante Menor
Ayudante Mayordoma Menor
Diputado del Campo Ayudante de Cera
Diputado de la ciudad
Alférez
Ayudante del Alférez Mayor
Ayudante del Alférez Menor
Ayudante del Alférez
Ayudante para los fuegos

La variedad y cantidad de cargos de gobierno cofraderil se relaciona con que, al


interior de los cascos urbanos de las ciudades coloniales y frente a la ausencia de cargos de
autoridad y de jerarquía de gobierno en las sociedades indígenas (ausencia que es menor en
las comunidades indígenas rurales), las cofradías permiten a los naturales, a través de la
configuración de un variado y numeroso cuerpo de autoridades cofradiales, compensar la
ausencia de autoridades étnicas. Por eso, se mantienen en los cargos de gobierno por varios
períodos y también , entre los mismos miembros de la asociación se rotan los cargos de
gobierno de la cofradía. Incorporan así como una especie de título el cargo desempeñado en
la asociación, tal como sucede con el cargo de Alférez, que de ser un tipo de autoridad de
cofradía pasa a ser un título de los naturales que por largos años lo ocupan. Tal proceso de
transferencia se da tanto entre las autoridades masculinas como femeninas.
La responsabilidad en el gobierno de esta cofradía no es individual ; porque en el
mismo año en que alguien es elegido como una autoridad superior del tipo mayordomo o
alférez figura junto a su esposa o hermana, elegida a su vez como diputada o ayudante.
Responsabilidad conjunta que se prolonga más a llá del ejerc icio de uno de ellos en e l cargo:
cuando el procurador y mayordomo perpetuo Pascual Mealla muere en 1760 en posesión del
cargo, su esposa y ayudante de mayordomo Josefa Viera en los ocho años de su ejercicio, se
hace cargo de recibir en la elección siguiente de 1761 el "platillo de plata de la demanda y
de la cera", que recoge en su nombre el ayudante Alejo Calatayud 21 .

25 Elección de 1761. Libro de colecturía.

240 Revista Andina


Enrique Normando Cruz: Una cofradía urbana de indios

Los cofrades

Los naturales que son cofrades de San Pedro viven en distintos lugares del distrito .
Algunos residen en el casco urbano de la ciudad, en los extramuros trabajando en las
haciendas y pueblos vecinos a las "chacaras" del casco urbano (parajes de Ocloyas y El
Molino), y como campesinos y peones conchabados en las haciendas más alejadas de los
parajes de León , Chañi y Río Blanco .26 Otro grupo de cofrades se compone de los natura-
les que alterna su residencia entre el casco urbano y los curatos vecinos hacia las tierras
altas de Tumbaia y Humahuaca en los pueblos y parajes de Purmamarca, Jaire, Titeara y
Humahuaca . Es e l caso de la cofrade Francisca Themes una india natural de Humahuaca,
que figura en un expediente de 1753 viviendo en la ciudad de Jujuy con su esposo Francis-
co Flores natural del pueblo de Tilcara 27 .
También están comprendidos en la cofradía, indígenas que no figuran como cofra-
de s. De esta manera e l arco de acción de la cofradía se amplía, tal como sucede en 1770
cuando se recibe en el cementerio de la capi ll a a un indio natural del " Tu cumán" llamado
Agustín que muere cuando lo embiste un toro en e l matadero de la ciudad y no tiene quién
se ocupe de su sepultura y entierro. De la misma manera se entierra y sepu lta un pequeño
grupo de "párvulos naturales" "de balde", forma coloquial loca l utilizada para referirse a
un trato caritativo por la pobreza e indefensión del individuo en cuestión prescindiendo de
honorarios, cuotas o pagos correspondientes. 28

Cofradía y fiesta

En 1776 cuando se realiza la última elección registrada en el libro de colecturía de la


cofradía de San Pedro, só lo se presentan siete naturales para los cargos de gobierno. Para
una asociación religiosa que tuvo más de setenta indígenas desempeñándose como auto-
ridades y recolectando limosnas semeja un triste final ; pero no se trata de eso, pues los
afanes asociativos de los indígenas tienen en la matriz otras advocaciones, además de San
Pedro , que les permiten organizarse corporativamente para realizar fiestas , ceremonias ,
recolectar limosnas y elegir autoridades que administren y celebren . Por eso, conjunta-
mente a la organización e institucionalización de la devoción a San Pedro a través de la
cofradía, algunos de los mismos cofrades organizan y realizan la fi esta de Santa Rosa: una

26 Es el caso de Feli pe Mori llo: ayudante de mayordomo en 1755 y luego al final del registro cofradía!
mayordomo y alférez en 1775 y 1776 respectivamente. que en el censo de 1779 figura registrado en
la hac ienda de León y Cha11i perieneci ente al curato de la ciudad de Jujuy junto a su esposa Marcela
López. tambi én cofrade y autoridad de la cofradía en el mismo período que su esposo. ··Censo
Ordenado por el ministro Gá lvez y llevado adel an te por el Alcalde Provincial Diego de la Corte"'.
Jujuy. 1O septiembre de 1779 (Rojas. 19 13: 199).
27 ""Pedimento de matrimonio de Francisco Flores de Tilcara con Francisca Themes, 26 de febrero de
1753 . .Jujuy- Ti lcara". Archivo del Obispado de .Jujuy, carpeta de Pedimentos de Matrimonio.
28 Libro de colecturía .

Nº 44, primer semestre del 2007 241


Artículos, notas y documentos

advocación importante del vecino ayllu de Punnamarca2". Para tal fin, corren con la adminis-
tración y organización de todo lo atinente a la fiesta y ce lebración religiosa dos cofrades de
San Pedro, que conc urren también a desempeñar oficios de tipo cofradía! en la fiesta de San
Rosa: el procurador perpetuo y mayordomo mayor de San Pedro Pascual Mealla yel ayudan -
te Diego Galarza. Junto a ellos, María Carabajal (una india "natural de lima" que no se
reg istra como cofrade de San Pedro) es elegida mayordoma mayor y otras doce personas, que
tampoco son cofrades de San Pedro, figuran como ayudantes para la fiesta de Santa Rosa
ofreciendo limosnas de 4 a 8 reales: "como devotos de Nuestra Patrona Gloriosa Santa Rosa
y propusieron que su devoción los esforzaba a celebrarle en su día de fiesta .. . cuyajuntafi,e
solo de los pobres y propusieron hacer elecciones para la celebración yfiesta de la Gloriosa
Santa Rosa" 30 •
El funcionamiento conjunto de cofradía y fiesta de indígenas naturales en el mismo
templo, muestra que las cofradías desarrollan un proceso de surgimiento-apogeo-declina-
ción que traducido en los términos institucionales reconocidos por el Estado colonia l y la
clerecía cristiana, es lo que da lugar a la fiesta religiosa-organización cofradial-coji·adía.
Encontrándose la administración y organización en tomo a la advocación a Santa Rosa en la
segunda etapa y la de San Pedro en la tercera, y los cofrades y autoridades de fiesta trasla-
dándose entre una y otra.

Conclusión

La cofradía de San Pedro de Naturales organizaba para los indígenas del casco urba-
no de Jujuy una fiesta religiosa, y les ofrecía junto a otros no adscriptos a la asociación:
capilla y cementerio en el templo de la iglesia matriz para su sepultura y entieno. Por medio
del cumplimiento de estos dos objetivos, también permitió a los cofrades la reelaboración de
los sistemas de autoridades; pues se desanollaba de una manera similar a las cofradías
rurales indígenas, procesos donde la máxima autoridad de los pueblos y ay llus de indios eran
también la máxima autoridad de la cofradía. Tal como sucede con el Procurador y mayordomo
perpetuo de San Pedro Pascual Mealla, coincidentemente sargento mayor de los indios del
casco urbano de la ciudad. La transferencia como título personal del cargo de alférez de
cofradía correspondía al mismo proceso de recuperación de la autoridad étnica.
Otras cuestiones, acerca de las cuales aún no se pueden precisar conjeturas, refieren
al problema de si las autoridades y cofrades de una cofradía urbana de indios mantenían
lazos y de qué tipo con sus comunidades de origen, a partir de la ocupación de cargos
similares. Hasta este momento de análisis, se identificó tal situación para una cofrade de San
Pedro que también se desempeñaba como mayordoma en la cofradía de su poblado original
en la Quebrada de Humahuaca. Esta relación debe precisarse para cada uno de los indígenas

29 ·' Fiestas del ayllu de Pw111amarca, Fiestas que se hacen en el curato de Tumbaya para los años 1795-
1796 y elección de autoridades. Tumbaya. 1795''. Archivo del Obispado de Jujuy. caja 28 ( 11-1 ).
legajo 6.
30 ··Elecciones para la celebración y fiesta de la Gloriosa Santa Rosa. Jujuy, 1756" , Archivo del Obispado
de Jujuy. Libro de Matrimonios. Catedral ( 1693-1836), Nº 4. Naturales. Jujuy.

242 Revista Andina


Enrique Normando Cruz: Una cofradía urbana de indios

naturales que son cofrades o autoridades de la cofradía de San Pedro en comparación con las
otras cofradías rurales del distrito, ya que los datos estab lec idos pueden ser un aporte para
reso lver la cuestión más general de si la adscripción a una cofradía puede ser considerada
también una estrategia de resistencia de los indígenas. Hecho detectado para Charcas en el
siglo XVI 1, donde se dio la práctica mercantil de los ayllus rurales, de migraciones y adscripciones
a cofradías de las ciudades. como ·'estratagemas usadas por los pueblos para sustraer en las
listas a (futuros) tributarios" , que son "imputadas por el gobernador machaqueño, G F
Guarachi a las mujeres indígenas, solas o casadas: ... las yndias viudas y solteras se ausen-
tan de sus pueblos y provincias con los hijos que tienen y se retiran a los lugares populosos
(v illas y ciudades) donde se hacen cofrades y mayordomos" (Saignes, 1987: 135).

Enrique Normando Cruz


CONICET -Argentina

Nº 44, primer semestre del 2007 243


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