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Lila Caimari “Que la revolución llegue a las cárceles” en “Apenas un delincuente” Buenos Aires año

2012, pp. 249-270.


Reseña por Alejandro Carnascari.
La autora Lila Caimari, es una historiadora argentina graduada en la Universidad de la Plata,
investigadora del CONICET, sus trabajos sobre la cuestión criminal y el gobierno de Perón, han
sido abordados y publicados en varios de sus libros.
Para esta reseña como ya mencione se hablara del Cap.8 “Que la revolución llegue a las
cárceles”. En el mismo la autora, nos introduce en el tema de la reforma peronista del castigo al
delincuente común, aquel masculino y de clase baja, y no aquel preso político; durante el primer
gobierno de Perón, también de cómo cambiara la imagen que tienen los penados sobre el afuera,
y del afuera asía la cárcel y como se irán dando una serie de novedades y reformas introducidas
en su mayoría en los 2 primeros años de gobierno 1946-1947. Por las cuales dice la autora “se
dará una evolución de la opinión pública respecto a las condiciones de castigo estatal” ya que la
“prisión peronista”, y su reforma no proviene de la ciencia ni el mundo jurídico, sino que
atenderá a sensibilidades. En relación con ello, para introducirse en los cambios Caimari se
refiere a la figura que dominaría dicho escenario de reformas: Roberto Pettinato, quien no
provenía del mundo jurídico ni del universo medico-psiquiátrico, sino que su carrera había iniciado
en círculos menos prestigiosos, los cuales le habían otorgado un contacto más cercano en la
cotidianidad con los penados “Nos hemos formado junto al recluso y conocemos su espíritu y su
corazón” decía.
Ahora bien Pettinato oponía un paralelo carcelario pre-peronista oscuro, inerte y rutinario que
había dado como resultado el abandono de los penados, a uno totalmente diferente bajo la
presidencia de Perón. También prefería una política agresiva de publicidad de la realidad
carcelaria, de manera que todo el mundo supiera lo que sucedía muros adentro en la cárceles,
por lo cual durante el peronismo como ya deje entrever al inicio la mirada pública sobre la prisión
va a ser expandida ya sea por radio, la prensa, documentales, o por la misma propaganda oficial.
Siguiendo con la figura de Pettinato una característica importante será el acceso a la pareja de
gobierno del momento, teniendo un respaldo político a sus propuestas “lo cierto es que nunca una
autoridad penitenciaria había tenido tantas vías de acceso a la dirigencia presidencial”.
El proyecto en si mismo se trataba de llevar los vertiginosos cambios que se producían en la
sociedad al interior de las prisiones, de allí la frase “Que la revolución llegue a las cárceles” que
pregonaba Pettinato. Lo cual no era más que otra cosa que una intensa politización de las
prisiones por medio de iconografía (fotos de Eva y Perón) discursos, noticias y periódicos
carcelarios, sobre todo en la Mañana (periódico carcelario) en el cual de una manera controlada
se conectaba a la sociedad con los penados por medio de este canal de información, que
exaltaba la figura del presidente, y las mejoras en la Nueva Argentina, que esperaba con brazos
abiertos a aquellos ciudadanos los cuales por la negligencia de la sociedad debían cumplir
condena. Esto último tiene que ver con el cambio realizado por Pettinato en el discurso donde se
paso a poner el foco y girar en torno a los derechos del preso y no de la sociedad.
Ahora bien toda esta politización esta también fuertemente ligada a la serie de medidas
efectuadas en esta reforma peronista del sistema punitivo argentino entre las cuales se
encuentran:
* Campos de deportes, canchas de futbol, basquetbol, bochas, barras y hasta piscinas para la
temporada estival, grandes campos y juegos infantiles para las familias en días de visita y
recreación.
* Mejora en la dieta de penados.
* La clausura del penal de Ushuaia hito vergonzoso de aquella prisión pre-peronista del estado
del antiguo régimen.
* La supresión del uniforme rayado azul y amarillo por uno liso de color oscuro.
* Indemnización a penados que sufrieran accidentes de trabajo en talleres carcelarios y les
impidiera ello en su libertad conseguir un trabajo.
* Se acaban los grillos (grilletes) y se pasa a una vigilancia y utilización de esposas.
* Flexibilización del régimen de visitas.
* Creación de Casas de Visitas, para conyugues, es decir, la visita higiénica o intima (con el fin de
soldar los lazos familiares, conyugales creyendo que el penado al salir en libertad tenia mayor
oportunidad de reinserción en la sociedad por medio de un núcleo familiar).
Aun así todas estas medidas no dejan de tener ese tinte político ya que todas fueron introducidas
simbólicamente en actos discursivos por parte de Perón: “Los penados eran también reconocidos
como audiencia ante la cual pregonar otros logros de la Nueva Argentina”
Ahora bien a modo de conclusión o síntesis puede decirse que la autora deja claramente el
panorama que se vivía durante la primera presidencia de Perón en relación con las cárceles. El
texto explica cómo cambia la mirada sobre todo de los presos del afuera, es decir, dejan de
temer esa libertad en una Argentina oscura de un antiguo régimen, para pasar a querer salir y
trabajar en esta Nueva Argentina la cual le brinda mejores oportunidades a los trabajadores y las
masas de lo cual los penados se enteran como ya dije por medio de diarios pero así también de
visitas de sus familiares los cuales les cuentan sus mejoras económicas gracias a las medidas del
nuevo presidente.

Podemos concluir que la frase “Que la revolución llegue a las cárceles” hace más claramente
referencia a la politización de la Penitenciaria Nacional, que a las medidas tomadas en dicho
recinto que quiero decir con esto que si bien Pettinato buscaba una humanización de los castigos
una mejor condición para los presos, también desde lo político se buscaba un apoyo de esas
masas cautivas, las cuales en algún momento serian libres tras cumplir su condenas, aun así no
por ello dejo de atender a aquellas buenas medidas que se implementan que realmente mejoran
la vida de los penados los cuales no por el hecho de cumplir una condena deben dejar de ser
tratados como ciudadanos.

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