You are on page 1of 38

BOLETÍN DE ARQUEOLOGÍA PUCP / N.

° 13 / 2009, 55-86 / ISSN 1029-2004

Del Arcaico Tardío al Formativo Temprano:


las investigaciones en Sechín bajo, valle de Casma

Peter R. Fuchs, a Renate Patzschke, b Germán Yenque c y Jesús Briceño d

Resumen

Las investigaciones en el sitio arqueológico de Sechín Bajo, valle de Casma, han continuado y se ha registrado una secuencia de
tres edificios correspondientes al Arcaico Tardío y Formativo Temprano, lo que representa una historia constructiva de 2000 años
(3500 a 1500 a.C.). El Primer Edificio, el más antiguo, está compuesto por una plataforma rectangular que sufrió varias amplia-
ciones, siempre asociadas a plazas circulares hundidas. El Primer Edificio fue enterrado y sellado para levantar encima el Segundo
Edificio, que tiene dos grandes fases constructivas. Posteriormente, se erigió el Tercer Edificio, que corresponde a una estructura
de tamaño monumental, con cambios en los conceptos de uso y función, y modificaciones en su construcción. El Tercer Edificio
tiene áreas de carácter público, con muros que presentan relieves relacionados con un corpus iconográfico bastante complejo, entre
cuyos diseños sobresale el personaje denominado El Degollador, mientras que en los espacios privados los muros tienen hornacinas
y los ingresos son restringidos. El decaimiento de Sechín Bajo, durante el Formativo Temprano, se puede reconocer en una pared
exterior del Segundo Edificio —decorada con 130 grafitis realizados con una técnica muy simple—, en la destrucción de las
escaleras principales y el sello de los accesos. Con estos nuevos datos, se pueden evaluar mejor las características de la arquitectura
monumental-ceremonial en el valle de Casma desde el Arcaico Tardío al Formativo Temprano.

Palabras clave: Sechín Bajo, Periodo Arcaico Tardío, arquitectura monumental-ceremonial, Primer Edificio, Segundo Edificio,
Tercer Edificio, plaza circular hundida, grafitis, relieves

Abstract

FROM THE LATE ARCHAIC TO THE EARLY FORMATIVE: THE RESEARCH IN SECHÍN BAJO, CASMA
VALLEY

The most recent investigations at the site of Sechín Bajo in the Casma valley resulted in the discovery of a sequence of three buil-
dings dating from the Late Archaic to the Early Formative Periods, evidencing phases that span more than 2000 years (3500-
1500 BC). The First Building comprised a simple platform that underwent numerous extensions, each phase of which received
a circular sunken plaza. It was subsequently backfilled and sealed with a clay floor before the Second Building was constructed
above it, expressing a change, both in its function and the way it was used. The Third Building represents the most monumental
phase, demonstrating a pronounced division between a public area and another zone to which access was unmistakably restricted.
In its public areas, the building’s surface was extensively decorated with clay reliefs, exhibiting a complex iconography. The aban-
donment of the structure, between 1500 and 1300 BP, involved either the destruction or walling-up of the flights of steps that
granted access to it. On an external wall of the Second Building, c. 130 graffiti were inscribed.

Keywords: Sechín Bajo, Late Archaic Period, ceremonial-monumental architecture, First Building, Second Building, Third
Building, Circular Sunken Plaza, graffiti, reliefs

a
Lateinamerika-Institut der Freie Universität Berlin.
Dirección postal: Rosengasse 7, 16515, Oranienburg OT Zehlendorf, Alemania.
Correo electrónico: fuchs-sechin@gmx.net
b
Lateinamerika-Institut der Freie Universität Berlin.
Direccion postal: Am Sandwerder 41, 14109, Berlin, Alemania.
Correo electrónico: patzschke@archaeo-kontrakt
c
Dirección postal: Víctor Fajardo 29, Pacasmayo, La Libertad, Perú.
Correo electrónico: franger2005@hotmail.com
d
Instituto Nacional de Cultura, La Libertad.
Dirección postal: jr. Bolívar 323, dpto. 401, Trujillo, Perú.
Correo electrónico: jbrir@hotmail.com
56 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

1. Introducción

En 2005, casi al concluir la tercera temporada de investigaciones en el sitio de Sechín Bajo, y con el
propósito de contrastar la información que habían brindado las exploraciones geofísicas, se realizaron
excavaciones inmediatamente al sur de lo que se llamó, de manera inicial, el Anexo del Edificio Central y,
luego, Primer Edificio (Fuchs et al. 2008). Los resultados fueron sorprendentes, pues se puso en evidencia,
parcialmente, la presencia de un edificio más antiguo aún asociado a una plaza circular hundida y con
fechados que datan del cuarto milenio a.C.
Debido a la importancia de conocer mejor las características que tenía el edificio más antiguo del
complejo y precisar su posición cronológica, entre 2007 y 2008 se programó la cuarta temporada de inves-
tigaciones en este complejo, cuyos resultados forman parte del cuerpo principal del presente trabajo. Las
últimas excavaciones arqueológicas en esa estructura, ahora definida como el Primer Edificio, demostraron
que se trataba de una plataforma con diversas modificaciones asociadas a plazas circulares hundidas, que
también sufrieron cambios. Este edificio se construyó, con mucha seguridad, hacia el cuarto milenio a.C.,
lo que lo convierte en la evidencia más antigua de la tradición arquitectónica de plazas circulares hundidas
para toda el área andina.
Dados los fechados asociados, las plazas circulares hundidas relacionadas con el que ahora se denomina
Primer Edificio corresponderían a los antecedentes de un patrón arquitectónico asociado, por lo general,
con actividades ceremoniales durante los periodos Arcaico Tardío y Formativo. Las plazas circulares hun-
didas, también llamadas pozos o patios circulares hundidos (Palacios 1993: 12, 15), han sido registradas
en un amplio territorio que comprende, en la costa, desde el valle de Moche, por el norte, hasta el de Mala,
por el sur (Palacios 1993: 12). Los sitios con plazas circulares hundidas que han sido estudiados son las
Salinas de Chao (Alva 1986), Las Haldas (Fung 1969; Matsuzawa 1978; T. G. Pozorski y S. G. Pozorski
1992a), Caral (Shady 2003), Bandurria (Chu 2008), Garagay (Ravines e Isbell 1975), Cardal (Burger
1987; Burger y Salazar-Burger 1991), Chavín de Huántar (Lumbreras 1993; Burger 1998), Alto Salaverry
(S. G. Pozorski y T. G. Pozorski 1977) y La Granja (Wester et al. 2000), construidos, en la mayoría de
los casos, durante el segundo milenio a.C. y, solo en muy pocos casos, hacia la primera mitad del tercer
milenio a.C.
De la información obtenida como producto de los trabajos anteriores se infería que, delante del frontis
de la «pirámide» principal, actualmente denominada Tercer Edificio —al que están asociadas dos plata-
formas que determinan una estructura con planta en forma de «U»— debía de existir, también, una plaza
circular hundida (Fung y Williams 1977; S. G. Pozorski 1987), pero, hasta el momento, no ha sido locali-
zada. De existir esta plaza, no solo significaría que esta tradición tuvo una larga vigencia, que sobrepasaría
los 1500 años, sino que, también, habrían coexistido dos tradiciones arquitectónicas significativas —las
estructuras en «U» y las plazas circulares hundidas— en un solo sitio, tal como se ha señalado para algunos
complejos en el valle de Supe (Navarro 1993: 22). La presencia de plazas circulares hundidas en otros sitios
de los valles de Casma y Sechín, como Huerequeque, El Olivar, Huaca A-Pampa de las Llamas y Pallka,
debe ser motivo para ampliar las investigaciones hacia estos sitios con el objetivo de conocer mejor el sur-
gimiento de esta tradición arquitectónica y su vigencia en el área de los valles de Casma y Sechín.
En la cuarta temporada también se realizaron excavaciones en lo que se conocía, hasta ese momento,
como Segundo Edificio (Fuchs 2008: 119-126), hoy llamado Tercer Edificio, con el objetivo de precisar
sus detalles constructivos y arquitectónicos, y elaborar los primeros planos exactos. Los trabajos efectuados
permitieron registrar un gran patio asociado, directamente, con el ingreso principal en uno de los primeros
momentos constructivos del Tercer Edificio. Dos de sus muros presentan relieves de barro de una calidad
muy alta en su ejecución. Se trata de motivos en posición frontal que no se repiten en su integridad y que
deben formar parte de una escena ritual. La representación de estas figuras antropomorfas, que sujetan un
objeto en una de sus manos —quizá un cuchillo ceremonial— correspondería a las primeras reproduc-
ciones de una divinidad relacionada con actividades rituales, conocida en periodos culturales posteriores
como El Degollador, el que tuvo una amplia distribución y vigencia en los Andes. Este importante descu-
brimiento refuerza la observación de Bischof (1998: 62) acerca de que «[e]l interés especial de los datos de
Casma radica en su contribución a la historia del arte temprano del Perú».

ISSN 1029-2004
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 57

Durante el registro de los detalles constructivos y arquitectónicos del Tercer Edificio de Sechín Bajo
se han definido varias tradiciones constructivas como, por ejemplo, los muros con nichos. Para el caso
de Huaca A, de Pampa de las Llamas, este tipo de estructuras fue asociado con áreas de almacenamiento
o depósitos (S. G. Pozorki y T. G. Pozorski 1991, 1994a, 1994b), pero en Sechín Bajo parece estar más
directamente relacionado con los espacios donde se efectuaron actividades de carácter ritual y festivo. La
clara documentación de tres edificios distintos, con sus respectivas remodelaciones, muestra uno de los
primeros centros ceremoniales de carácter monumental erigidos durante el Arcaico Tardío y el Formativo
Temprano, es decir, un lapso de 2000 años de historia constructiva en un solo lugar. Se trata de una larga
secuencia, al contrario de lo que se definió para el edificio central de Cerro Sechín (Bischof 1998: 63).

2. La ubicación de Sechín Bajo y antecedentes de investigación

El sitio arqueológico de Sechín Bajo se ubica en el lado norte o margen derecha del valle del río Sechín,
entre 80 y 120 metros sobre el nivel del mar, en el sector del mismo nombre, distrito y provincia de Casma,
departamento de Ancash (Fig. 1). La cuenca hidrográfica corresponde al río Sechín, que nace en las lagunas
de Torococha y Canchiscocha —localizadas en la Cordillera Negra, por encima de los 4000 metros sobre
el nivel del mar— y que, luego de recorrer alrededor de 60 kilómetros, se une al río Casma, a 1 kilómetro
de distancia de Sechín Bajo. Hacia la margen derecha, el río Sechín recibe las aguas temporales de las
quebradas Huías, Huacuy, Ichiallcan, Hualanyoi y La Rinconada. Por la margen izquierda confluyen en
el río Sechín las quebradas de Coracoyo y Patasupuquio. A lo largo de su curso hay casi un centenar de si-
tios arqueológicos y los más conocidos son Huampucoto, Rumipallana, Huaca Huanchuy, Huerequeque,
Huaca Desvío, Huaca El Palacio, Taukachi-Konkán, El Olivar, Cahuacucho, Sechín Alto y Cerro Sechín
(Tello 1956; Fung y Williams 1977; Wilson 1995).
Los antecedentes de trabajos en Sechín Bajo han sido expuestos en detalle en una publicación anterior
(Fuchs et al. 2008: 112-114), donde se señalaron los informes de los primeros viajeros y científicos que
recorrieron la costa peruana, como Raimondi (1983 [1874]), Squier (1877) y Middendorf (1895), hasta
los que han visitado el sitio y han publicado algunas observaciones, como Tello (1956), Collier (1962),
Thompson (1961, 1962, 1964a, 1964b, 1974), Fung y Williams (1977) (S. G. Pozorski 1987; S. G.
Pozorski y T. G. Pozorski 1998).
Entre 1989 y 1994, Wilson (1995) realizó un reconocimiento de superficie en casi todo el curso del río
Sechín hasta la altura de Quillo. Sobre la base de estos datos propuso un patrón de asentamiento para el
valle de Casma, y ubicó a la ocupación más antigua de Sechín Bajo en el periodo que denominó Moxeke
(c. 1800-900 a.C.). Según Wilson (1995: 192, 216), este complejo habría sido uno de los cinco «centros
cívico-ceremoniales» que se localizaron en la boca del río Sechín, mientras que el sitio de Pampa de las
Llamas-Moxeke fue el «centro principal» de este periodo. Asimismo, Wilson (1995: 204-207, 226-227)
ubicó a las ocupaciones posteriores de Sechín Bajo en los periodos que denominó «Periodo Casma (ca. AD
900-1100)» y «Periodo Manchán (ca. AD 1100-1532)». Los primeros trabajos de excavación en Sechín
Bajo fueron hechos por parte del equipo dirigido por los autores del presente artículo desde 1992, los
mismos que continúan hasta la fecha y cuyos resultados han sido, también, presentados oportunamente
(Fuchs 1992, 1993, 2000, 2003; Patzschke 1993, 2008; Brockhaus, Greve y Mesenburg 2003; Brockhaus
y Greve 2003; Lorenz, Fuchs y Plaumann 2005; Fuchs, Patzschke, Schmitz y Yenque 2006; Hausswald
2006; Yenque, Fuchs, Patzschke y Schmitz 2006; Fuchs, Patzschke, Schmitz, Yenque y Briceño 2008;
Fuchs, Yenque, Patzschke, Schmitz y Briceño 2009).

3. Descripción del sitio de Sechín Bajo

Sechín Bajo consiste de un complejo que abarca, aproximadamente, 37 hectáreas. En la actualidad, am-
plios campos de cultivo moderno lo rodean por sus lados sur y este e, incluso, han invadido el lado noreste
de su área. Por el lado oeste, el sitio está limitado por un conjunto de elevaciones rocosas de granito y
riolita que alcanzan una altura aproximada de 150 metros sobre el nivel del mar. Por el lado noreste hay
un corredor natural de casi 1 kilómetro de longitud que discurre por un pequeño paso hasta comunicarse

ISSN 1029-2004
Fig. 1. Plano de ubicación de Sechín Bajo (elaboración del plano: Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 59

Fig. 2. Vista panorámica de Sechín Bajo (foto: Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).

con el sitio de Taukachi-Konkán. Sechín Bajo está definido por un conjunto monumental en cuyo interior
se han registrado tres edificios correspondientes a los periodos Arcaico Tardío y Formativo (Fig. 2). Está
delimitado por una muralla construida íntegramente de piedra y de casi 1500 metros de largo, de función
y cronología aún no determinadas.
Alrededor del conjunto monumental se han registrado, a nivel de la superficie, evidencias de una
intensa ocupación correspondiente a diversas etapas culturales. Para los fines de la investigación, el área
fue subdividida en siete sectores, ya descritos en detalle (véase Fuchs et al. 2009: 115). Como resultado de
cuatro temporadas de excavaciones en el conjunto monumental (2000, 2003, 2005 y 2007-2008) se han
identificado tres edificios que fueron construidos sobre un piso de barro de gran extensión en diferentes
momentos (Figs. 3, 4).

a) El Primer Edificio: corresponde a la construcción más antigua del sitio. Se trata de una plataforma cons-
truida con piedras, barro y adobes rectangulares hechos a mano (30 centímetros de largo, 11 centímetros
de ancho y 10 de altura en promedio). Se levanta sobre un gran piso de barro muy bien elaborado y está
asociada a plazas circulares hundidas que serán descritas en detalle más adelante (Fig. 4).

b) El Segundo Edificio: consiste de una estructura de planta casi cuadrangular de 39 por 35 metros y 6
metros de altura, considerada, antes de realizar las excavaciones, como el Anexo y, posteriormente, como
el Primer Edificio (Fuchs et al. 2008: 118-119). Se construyó sobre el actual Primer Edificio y al oeste del
Tercer Edificio (Fig. 5). Luego del abandono del Segundo Edificio, en su muro sur se grabó un corpus
de 127 grafitis de diferentes diseños, entre los que sobresale la representación de un ser compuesto —an-
tropomorfo y zoomorfo— denominado Divinidad del Cocodrilo (Fuchs et al. 2008: 118). Este motivo,
también reproducido en espátulas de hueso, se reportó anteriormente en Las Haldas (Disselhoff y Linné
1964) y Pallka (Tello 1956), y ha sido considerado como el antecedente iconográfico costeño de la imagen
del Dragón de Chavín/Ofrendas y, quizá, también de su culto, el que Lumbreras (1993: 361-363) buscaba
en el sitio de Chavín de Huántar (Bischof 1998: 64). Un muro de piedras de filiación chimú cruza a todo
lo largo del Segundo Edificio (Fuchs et al. 2008: 126).

ISSN 1029-2004
60 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

c) El Tercer Edificio: es la estructura monumental ubicada inmediatamente al este tanto del Primer Edificio
como del Segundo Edificio. Se la consideraba la construcción principal o central del complejo (Fig. 4). Se
le había denominado Segundo Edificio y fue descrita, también, en una publicación anterior (Fuchs et al.
2008: 119-124). Sobresalen cuatro patios alineados en un mismo eje, pero en diferentes niveles. Durante
la última temporada de excavaciones se determinó que los patios, en un primer momento, tenían relieves
de barro en sus muros y sus características se detallarán más adelante. Después de que los tres edificios
fueron abandonados, el área se convirtió en lugar de entierro. A partir de la cerámica (Carlevato 1979;
Daggett 1983; Bastiand 2006), se determinó que los contextos funerarios corresponden, principalmente,
al Periodo Intermedio Tardío.

4. Las excavaciones en el Primer Edificio

Los trabajos de excavación del Primer Edificio se iniciaron a fines de la tercera temporada, cuando se
excavó de manera parcial una plataforma y una serie de muros paralelos a ella, además de una plaza cir-
cular hundida (Yenque et al. 2006: 28-31). La continuación de las excavaciones en el Área 10, como se
denominó a este sector, permitió definir la construcción inicial del Primer Edificio, correspondiente a una
plataforma de 2 metros de altura, erigida sobre un gran piso de barro. La plataforma consiste de muros
hechos con piedras y mortero de barro, y sus caras exteriores fueron enlucidas. El interior de la plataforma
se rellenó con piedras, tierra y barro, y en la parte superior se colocó un piso que solo fue registrado en
algunos sectores.
Dos escaleras de diferentes características y ubicadas en los lados este y sur permitían acceder desde el
nivel del piso de barro hacia la parte superior de la plataforma. Fueron construidas con adobes rectangu-
lares hechos a mano que aún conservaban las huellas de los dedos de sus fabricantes en la parte superior.
La escalera del lado este, de un ancho de 2 metros, fue adosada al muro este de la plataforma. La del lado
sur, de un ancho de 1,10 metros y cinco peldaños, partía del nivel superior de la plataforma, a 1,50 metros
antes del muro sur y llegaba hasta la base. En el lado este de la plataforma salieron a la luz dos escaleras
más, pero no se ha podido determinar si estaban asociadas a la construcción inicial. Se han podido registrar
hasta 50 metros de extensión de la plataforma en su eje Norte-Sur, pero todavía se proyecta por debajo
del Segundo Edificio, por lo que no ha sido posible determinar su longitud total. En la parte superior de
la plataforma se han documentado cuatro fogones —dos de planta rectangular, de alrededor de 50 por 30
centímetros, y dos de planta circular, de 50 centímetros de diámetro—, finamente elaborados con barro y
con evidencias de haber soportado altas temperaturas, así como restos de muros de hasta 0,20 metros de
altura, pero sin asociación a otras estructuras, mientras que, por la parte norte de la plataforma y debajo
del Segundo Edificio —específicamente en el lugar donde se hallaba la escalera central, que fue totalmente
destruida al momento de su abandono o cuando se produjo su clausura— se han registrado varios muros
que conservan una altura de hasta 2,50 metros y cuyas orientaciones y ejes guardan relación con los muros
descritos para el sector sur de la plataforma.
El hecho de que la escalera de acceso principal al Segundo Edificio fuera destruida en tiempos prehis-
pánicos permitió excavar en este sector y documentar los restos de la arquitectura que se levantó sobre la
parte superior de la plataforma correspondiente al Primer Edificio. En los perfiles de la excavación y en
las paredes a modo de alfardas de la escalera fue posible observar aún las improntas de los peldaños de la
escalera destruida y la presencia de estructuras anteriores debajo de ella.
Lo antes descrito pone en evidencia que la plataforma principal del Primer Edificio tenía, en la parte
superior, diversas estructuras que fueron destruidas posteriormente y, como consecuencia de ello, solo
quedó una sección mínima de los muros, los que fueron cubiertos con un relleno de tierra y grava sobre
el que se construyó, en un nivel más alto, el Segundo Edificio. No es posible conocer la extensión total de
la plataforma principal del Primer Edificio en su eje Norte-Sur y tampoco las características que tenían las
estructuras levantadas sobre la plataforma sin destruir el Segundo Edificio. La instalación de un muro a
manera de zócalo, que encerraba la parte inferior de las edificaciones posteriores (Segundo Edificio y Tercer
Edificio), cortó la plataforma del Primer Edificio por el lado oeste, se retiró toda construcción correspon-
diente a la plataforma y se rellenó toda esta área con grava limpia.

ISSN 1029-2004
Fig. 3. Vista de planta de los tres edificios (elaboración del gráfico: Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).
Fig. 4. Reconstrucción isométrica de los tres edificios de Sechín Bajo. Vista desde el sur (elaboración del gráfico: Proyecto
Arqueológico Sechín Bajo).

Fig. 5. Reconstrucción isométrica de los tres edificios de Sechín Bajo. Vista desde el oeste (elaboración del gráfico: Proyecto
Arqueológico Sechín Bajo).
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 61

La plataforma principal del Primer Edificio fue ampliada varias veces por los lados sur y este. Las
ampliaciones, específicamente en el lado sur, fueron siete en total y están definidas por la construcción de
muros simples de piedra con mortero de barro y enlucidos. Cada uno de los muros de las ampliaciones
estuvo asociado a los pisos de barro sobre los que se registraron fogones de donde se han obtenido muestras
para fechados radiocarbónicos. En dos de estas ampliaciones se han hallado pequeñas escaleras de acceso
construidas con adobes rectangulares hechos a mano. Los espacios entre cada ampliación, que no sobre-
pasan el metro de ancho, fueron rellenados con piedras, grava y tierra estéril. Todas las ampliaciones se
hicieron sobre el mismo piso de barro que sirvió de base, también, para la construcción de la plataforma
principal del Primer Edificio. Debido a las limitaciones de las excavaciones no ha sido posible definir la
relación entre las ampliaciones de las partes sur y este de la plataforma.
Un fechado radiocarbónico obtenido del gran piso de barro sobre el que se construyó la plataforma
principal, detrás de la esquina sur del Tercer Edificio (Hd 24798, 4446-4344 a.C., calibrado con 1 sigma),
indica una ocupación humana para la segunda mitad del quinto milenio a.C. (calib.), lo que representa,
por ahora, la datación más antigua para el sitio de Sechín Bajo. Este fechado tan temprano no debe sor-
prender, ya que en el sitio vecino de Cerro Sechín, ubicado a menos de 1800 metros de distancia, se re-
gistraron, debajo del Edificio de Barro, pisos con ocupación humana anteriores a la actividad constructiva
monumental de Cerro Sechín desde, por lo menos, el séptimo milenio a.C. (calib.) (Fuchs 1997: 157-
158), un dato que en muy pocos casos se ha tomado en cuenta. Los resultados de las últimas excavaciones
de los autores de este artículo —que se concentraron al este de la plataforma principal— han permitido
documentar hasta cinco modificaciones significativas relacionadas con el Primer Edificio, las que se des-
criben a continuación.

a) La primera modificación: consistió en la ampliación de la plataforma principal por el lado este (Fig. 6).
El muro sur se amplió alrededor de 16 metros hacia el este para dar lugar a una plataforma de 16 metros
por lado y construir al interior una plaza circular hundida de 14,50 metros de diámetro. El área de esta am-
pliación fue calculada a partir del diámetro interno de la plaza. El interior de la ampliación de la plataforma
fue rellenado con grava estéril y en la parte superior se dispuso un piso de barro. La escalera, de 2 metros
de ancho, que estaba adosada al muro este de la plataforma principal descrita líneas arriba, se destruyó
parcialmente para erigir, en este mismo lugar, otra escalera más angosta, de la que solo se han conservado
dos gradas, porque también fue destruida en las modificaciones posteriores. Esta escalera permitió el acceso
desde la sección superior de la plataforma principal hasta la parte baja de la denominada Primera Plaza
Circular Hundida. Se registraron cuatro gradas más muy cerca de las dos antes descritas, pero, por su mal
estado de conservación, ha sido difícil determinar si formaron parte de la misma escalera de acceso.
Debido a la construcción posterior de otra plaza circular hundida al interior de la descrita —separada
por un espacio de menos de 0,30 metros—, no fue posible determinar su altura y menos conocer las ca-
racterísticas del piso al que estaba asociada. Solo en algunos sectores se ha podido observar que su pared
interior presentaba un enlucido de barro, con un acabado fino, y se ha calculado que el ancho del muro
debió haber tenido alrededor de 0,35 metros.

b) La segunda modificación: este proceso corresponde a la construcción de la Segunda Plaza Circular


Hundida, de casi 12 metros de diámetro interno, al interior y dispuesta en forma concéntrica respecto de
la primera, separada por un relleno de grava estéril de menos de 0,30 metros de ancho. Su eje constructivo,
como el del acceso, es casi el mismo que el de la primera plaza (Fig. 7). La escalera de la Primera Plaza
Circular Hundida fue parcialmente destruida para erigir una escalera casi vertical, de 2 metros de ancho,
ocho peldaños de pasos muy angostos (de casi 10 centímetros de ancho) y contrapasos muy altos (de casi
30 centímetros). Estaba hecha con adobes rectangulares que mostraban aún las improntas de los dedos
de los fabricantes en la parte superior. Al parecer, los muros laterales, así como el último peldaño inferior,
formaron una sola estructura. Esta segunda plaza tiene una altura de 2,50 metros (0,50 metros más baja
que el nivel del piso sobre el que se construyó la plataforma principal), mientras que la pared interior fue
enlucida con barro y presentaba un acabado muy fino. El piso también fue hecho de barro, con un acabado
del mismo carácter.

ISSN 1029-2004
62 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

c) La tercera modificación: la primera y segunda plazas circulares hundidas fueron cortadas casi por la mi-
tad y se levantó un muro de contención; se rellenó con grava estéril toda el área que quedaba de la Segunda
Plaza Circular Hundida y se colocó un piso de barro, lo que constituía, también, una ampliación de la
plataforma principal (Fig. 8). Un patio rectangular hundido —definido, además del muro de contención,
por dos muros laterales (norte y sur)—, de 15,50 metros por lado y una altura de 2,20 metros, que tenía
las paredes revestidas con un enlucido de barro relativamente grueso que aún muestra huellas de manos,
sobresale en esta modificación. Una escalera de 2,50 metros de largo, 1 metro de ancho y ocho peldaños,
que corta parte de la plataforma y el muro de contención, comunica el patio rectangular hundido con la
parte superior de la plataforma principal. El piso del patio rectangular hundido esta definido por una capa
de barro, con un acabado de las mismas características que el enlucido de los muros.

d) La cuarta modificación: en esta etapa se construyó, al interior del patio rectangular hundido, otra es-
tructura circular, la Tercera Plaza Circular Hundida, de 13,50 metros de diámetro, con un muro de 0,30
metros de ancho en la parte superior —que en la base es más ancho— y 1,80 metros de altura (Fig. 9).
Ambas caras del muro de esta estructura fueron enlucidas del mismo modo que los muros que definen el
patio rectangular hundido, y se observan, también, las huellas de las manos de sus constructores. El acceso
a la construcción circular está definido por un vano de 1,50 metros de ancho y se encuentra en el mismo
eje donde estaba la escalera que comunicaba el patio rectangular hundido con la parte superior de la pla-
taforma. Es probable que, para dirigir mejor el acceso desde la escalera hacia el vano de la estructura de
forma circular, se haya construido una especie de zócalo o banqueta, de 1 metro de alto, hecho de piedra
con barro y enlucido.

e) La quinta modificación: se trata de la erección de una nueva estructura circular al interior pero no
concéntrica respecto de la estructura descrita para la cuarta modificación (Fig. 10). Una parte de esta tuvo
que ser destruida para dar lugar a la nueva construcción que probablemente presentaba el mismo diámetro
interior (13,50 metros). Asimismo, se tuvo que ampliar hacia el este el tamaño del patio rectangular hun-
dido. El espacio entre la estructura de la modificación precedente y esta nueva estructura circular, o Cuarta
Plaza Circular Hundida, fue rellenado con grava estéril y la escalera que comunicaba la parte superior de la
plataforma con la plaza rectangular hundida —y, luego, con la estructura circular— fue sellada mediante
la erección de un muro, posteriormente enlucido.
El piso de esta nueva plaza circular presentaba una capa de barro con incrustaciones de conchas y algu-
nos pequeños fragmentos de carbón; estaba casi al mismo nivel del piso de la anterior estructura circular.
La altura del muro de esta plaza alcanzó 1,10 metros, sus dos caras estaban enlucidas con barro, y tenían,
como en las anteriores descripciones, huellas de manos.
Una escalera, de la que se conservaban solo cuatro peldaños, construida con las mismas característi-
cas de las escaleras descritas para la primera y segunda plazas circulares, lo que incluía el uso de adobes
rectangulares con improntas de dedos aún visibles, comunicaba con el interior de Cuarta Plaza Circular
Hundida, pero no ha sido posible determinar su relación con la parte superior de la plataforma por en-
contrarse destruida. En el lado opuesto de la escalera, hacia el exterior del muro, se han registrado dos
pequeños muros, a manera de brazos de una escalera, pero sin observarse peldaño alguno.
Por el momento, es difícil plantear una interpretación de los datos obtenidos hasta ahora (Figs. 11,
12), en relación con la quinta modificación (Fig. 13). Sin embargo, se plantea, desde un punto de vista
preliminar, dos líneas de interpretación. La primera lleva a señalar que el acceso a la Cuarta Plaza Circular
Hundida se realizó por medio de la escalera que comunicaba la parte superior de la plataforma con el
patio rectangular hundido y, luego, con la estructura circular de la cuarta modificación, sin rellenarse el
espacio que separaba ambas estructuras circulares. Pero el hecho de que la escalera que comunicaba al
patio rectangular hundido fue sellada con la construcción de un muro pone en duda este planteamiento.
La segunda línea de interpretación consiste en que la construcción de la Cuarta Plaza Circular Hundida
selló la estructura circular anterior hasta una altura de 1,10 metros, lo que representa el límite superior del
muro de la nueva estructura, la misma que presentaba una escalera que conectaba la parte superior de la
plataforma principal con el interior de la plaza. Al no haberse registrado el límite superior o piso que sellaba

ISSN 1029-2004
Fig. 6. Primer Edificio. Reconstrucción iso-
métrica de la primera modificación (ela-
boración del gráfico: Proyecto Arqueológico
Sechín Bajo).

Fig. 7. Primer Edificio. Reconstrucción iso-


métrica de la segunda modificación (ela-
boración del gráfico: Proyecto Arqueológico
Sechín Bajo).

Fig. 8. Primer Edificio. Reconstrucción


isométrica de la tercera modificación (ela-
boración del gráfico: Proyecto Arqueológico
Sechín Bajo).
Fig. 9. Primer Edificio. Reconstrucción
isométrica de la cuarta modificación (ela-
boración del gráfico: Proyecto Arqueológico
Sechín Bajo).

Fig. 10. Primer Edificio. Reconstrucción


isométrica de la quinta modificación (ela-
boración del gráfico: Proyecto Arqueológico
Sechín Bajo).
Fig. 11. Dibujo de planta del Primer Edificio (elaboración del dibujo: Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).
64 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

Fig. 12. Vista panorámica del Primer Edificio (foto: Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).

el relleno de la estructura circular de la cuarta modificación, no se puede explicar, de manera concluyente,


cómo habría sido la comunicación entre la sección superior de la plataforma y el interior de la estructura
circular o plaza circular hundida correspondiente a la quinta modificación (Fig. 14).
Luego de la quinta modificación, las dos construcciones circulares y el patio rectangular hundido fue-
ron rellenados en su integridad con grava sin ninguna evidencia de material cultural y un piso compacto de
barro selló todo este relleno. Sobre este piso se documentó una serie de impresiones circulares de diferentes
diámetros, que han sido interpretadas como las huellas de las bases de vasijas que se colocaron sobre esta
superficie, probablemente con fines rituales. Dentro del área de estas impresiones no se han registrado
evidencias de quemas o fogones. Debajo de un muro de piedras, construido quizá durante el Periodo
Intermedio Tardío, sobre el piso compacto, se encontró una vasija completa in situ, en forma de vaso, del
Periodo Intermedio Temprano u Horizonte Medio. Para otros sitios, se sabe que este tipo de enterramiento
de vasijas debajo de construcciones o muros corresponde a una manifestación ritual relacionada con nue-
vas edificaciones.
Las excavaciones en el Área 10 se ampliaron hacia el sur, donde se registró una plataforma que se ex-
tendía 40 metros hacia el sur y discurría de manera paralela al Tercer Edificio 150 metros en dirección este,
pero, debido a las limitaciones en la excavación, no fue posible determinar hasta donde se proyectaba por
este lado. Esta estructura, denominada Plataforma Sur, colinda con los actuales campos de cultivo situados
al sur del sitio y también se encuentra en un nivel superior —entre 2 y 3 metros más alta— respecto de
ellos. Las paredes laterales de la plataforma están definidas por muros hechos con piedras y mortero de
barro, y enlucidos con barro de fino acabado.
Las excavaciones en la esquina suroeste de la Plataforma Sur han permitido registrar su base, defi-
nida por un piso de barro, y determinar su altura, que alcanza 1,10 metros. Muy cerca de la esquina su-
roeste se han documentado, también, dos escaleras que sirvieron como acceso hacia la parte superior de la
Plataforma Sur. Adosada al muro oeste, y casi en la parte central, se construyó una escalera de dos peldaños
cuyas dimensiones son 26 y 28 centímetros de altura, respectivamente, 40 centímetros de descanso y 50

ISSN 1029-2004
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 65

Fig. 13. Primer Edificio. Quinta modificación (foto: Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).

Fig. 14. Primer Edificio. Acceso a la Segunda Plaza Circular Hundida, segunda modificación (foto: Proyecto Arqueológico Sechín
Bajo).

centímetros de ancho. Luego, esta escalera fue sellada, para lo que se levantaron dos muros laterales a ella,
hechos con adobes cónicos, y el interior se rellenó con tierra. La segunda escalera se localizó en el muro sur
de la Plataforma Sur, muy cerca de la esquina suroeste, definida solo por un peldaño de 20 centímetros de
altura y un ancho de 2,30 metros. Su construcción cortó parte de la Plataforma Sur, cuya altura no pudo

ISSN 1029-2004
66 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

Fig. 15. Adobes asociados al Primer Edificio (foto: Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).

ser determinada en este sector por su mal estado de conservación. Sobre el peldaño se registraron dos fogo-
nes con fuertes huellas de quema. Uno tenía forma circular y el otro rectangular, plantas similares a las de
los fogones documentados en la parte superior de la plataforma principal del Primer Edificio.

f) El uso posterior del Primer Edificio: las remodelaciones de la plataforma principal del Primer Edificio
(Figs. 14, 15) fueron rellenadas con grava y selladas con un piso de barro compacto. Las improntas de las
bases de vasijas de cerámica sobre este piso, sin evidencias de áreas de quema o fogones, indicarían su uso
posterior durante cierto lapso. Las estructuras construidas en la parte superior de la plataforma principal
del Primer Edificio fueron destruidas casi por completo, y solo se conservaron, de manera parcial, aquellas
que estaban en la parte norte, las que fueron rellenadas con grava para obtener una plataforma más alta
donde se levantó el Segundo Edificio. El área donde se ha registrado, hasta el momento, la construcción
más antigua de Sechín Bajo, correspondiente al Primer Edificio, fue, tras su abandono, usada como cemen-
terio, en especial para el entierro de niños. De los 118 contextos funerarios que se han documentado hasta
la fecha en el sitio, 66 (es decir, 56,77 % del total), se ubican en esta área. Los entierros fueron colocados
en pequeñas fosas o directamente sobre el piso de la parte superior de la plataforma y cubiertos con tierra.
Los individuos están en posición flexionada o extendida, en diferentes estados de conservación y algunos
son entierros secundarios o solo están representados por algunos huesos, como el cráneo y los huesos largos
de las extremidades superiores e inferiores.

5. Las excavaciones en el Tercer Edificio

Con el objetivo de precisar las características del sistema de comunicación entre el Primer y el Segundo
Patio del Tercer Edificio, sus características formales y la secuencia constructiva, durante la cuarta tempo-
rada se realizaron trabajos en el Área de Excavación 12, precisamente en los límites entre ambos espacios
(Fig. 16).
En primer lugar, las excavaciones permitieron precisar las dimensiones exactas del Primer Patio del
Tercer Edificio, cuyas medidas internas son de 32,81 metros de largo por 31,63 metros de ancho. En rela-
ción con la comunicación entre ambos, se registraron un cambio de nivel de 0,85 metros entre el Primer
y el Segundo Patio, y una especie de banqueta —que antecede el ingreso al Segundo Patio y que discurre

ISSN 1029-2004
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 67

a todo lo ancho del Primer Patio— con un largo de 25,31 metros, 3,30 metros de ancho y 0,85 metros
de altura en relación con el piso. Esta banqueta es, también, más alta que las que están en los lados norte
y sur del Primer Patio, que tienen solo 0,40 metros de alto. A las superficies se les aplicó una especie de
arcilla diluida en agua.
En el mismo eje de la entrada principal al Tercer Edificio se registró una escalera de 2,50 metros de
ancho. Definida por dos peldaños, cada uno con un contrapaso de 28 centímetros y un paso de 40 cen-
tímetros, permitió subir desde el piso del Primer Patio hasta la parte superior de la banqueta. El vano de
acceso al Segundo Patio presentaba el mismo ancho que la escalera (2,50 metros) y el largo, definido por
el ancho del muro que encierra el Segundo Patio, fue de 2,70 metros. El piso del vano de acceso era 0,30
metros más alto en relación con el piso de la banqueta. La cara este del vano estaba pintada de color rojo.
El muro que encierra el Segundo Patio fue construido en un segundo momento, sobre el nivel de la
superficie de la banqueta, y su cara exterior estaba enlucida y pintada de color blanco. El espacio entre el
primer y segundo muros del Segundo Patio, de 1 metro de ancho, fue rellenado con piedra y barro y no
tenía material cultural alguno. Estos datos han confirmado que los patios del Tercer Edificio presentaban
dos grandes momentos constructivos, algo que ya se había observado anteriormente (Fuchs et al. 2008:
119). El primer momento estaba definido por dos grandes patios de esquinas rectas y comunicados me-
diante una escalera angosta, con una diferencia de nivel de 6 metros de altura. El segundo corresponde a
una remodelación de ambos. En la parte posterior de cada uno, atribuida al primer momento, se erigió un
ambiente con esquinas curvas. Para la construcción de este tipo de ambientes se levantaban nuevos muros,
paralelos a los antiguos, separados por un espacio de 1 metro de ancho. Estos muros tienen un acabado
muy fino con gruesas capas de enlucido, presentan nichos y las paredes están pintadas de color blanco y
rojo.
Las excavaciones se ampliaron hacia el sur, precisamente en la esquina entre la banqueta y el muro sur
del Primer Patio, y se hallaron relieves en el muro sur (Fig. 17). Con la participación de especialistas en
conservación del Perú y Alemania, se investigó el área de un gran relieve de 4 por 2,20 metros, elaborado en
el enlucido del muro del Primer Patio. La parte que se alcanzó a exponer (Fig. 18) corresponde a tres seres
antropomorfos en posición frontal, con los brazos extendidos y los pies en posición opuesta. Todos llevan
un vestido en forma de falda que llega hasta la parte superior del pecho. Los personajes sujetan un objeto
en forma de cuchillo con la mano derecha, mientras que con la mano izquierda sostienen dos apéndices,
de los que cuelgan objetos de forma casi circular, por ahora no identificados, de donde emergen cabezas
de serpientes (Fig. 19). Estos apéndices tienen un parecido a los motivos que sujetan las cabezas-trofeo
de Cerro Sechín. La representación de sus cabezas es distinta, lo que incluye a los ojos y los adornos; sin
embargo, la forma de la boca, con una expresión de enojo, es la misma en los tres. En la parte superior
de los seres antropomorfos también se han registrado restos de relieves que, probablemente, eran de otros
personajes que fueron destruidos casi por completo debido al colapso de la parte superior del muro y el
desprendimiento del enlucido.
Los relieves continuaban a ambos lados del muro. Sin embargo, por el mal estado de conservación del
muro de soporte —debido al colapso de la parte superior, el desprendimiento del enlucido, la inclinación
del muro, entre otros factores— no fue posible exponer más la sección con relieves sin antes reforzar y ase-
gurar la estructura de dicho muro, trabajo que se realizará en la próxima temporada de trabajo de campo.
Al mismo tiempo, es muy probable que el nuevo muro, que se levantó a casi 1 metro delante del muro con
relieves y que define el segundo momento de construcción del primer gran patio del Tercer Edificio, haya
protegido mejor los relieves en este sector.
Al no haberse registrado evidencias de que los relieves investigados hayan estado cubiertos ex profeso,
es muy probable que, al momento de abandonar el Tercer Edificio, los que estaban en el Primer Patio
quedaran expuestos. Es importante llamar la atención sobre este hecho, porque, de haber sido así, se puede
postular que los individuos que realizaron los grafitis en la parte exterior del muro oeste del Segundo
Edificio habrían observado o tenido conocimiento de estos relieves y algunos de los motivos representados
corresponderían a su corpus iconográfico. La calidad en su ejecución y la complejidad de las reproduccio-
nes permite sostener que se trata de una larga tradición tecnológica en la elaboración de relieves en arqui-
tectura de carácter ceremonial, cuyos antecedentes se podrían encontrar en el Edificio de Barro de Cerro
Sechín, fechado entre 2400 y 2140 a.C. (calib.) (HD 6959).

ISSN 1029-2004
68 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

Según la información de la que se dispone, es muy probable que las dos paredes laterales del Primer
Patio —de 71 por 32,28 metros, que pertenecen a la primera fase constructiva del Tercer Edificio— estu-
vieran decoradas con relieves. La representación de las figuras en posición frontal, que no se repiten com-
pletamente, sugiere una escena ritual. Estas constituirían la primera evidencia de una divinidad relacionada
con actividades rituales, conocida en etapas posteriores como El Degollador, algo que se puede refrendar
con los fechados radiocarbónicos. También se efectuaron excavaciones al interior del Segundo Patio del
Tercer Edificio (Área de Excavación 13), específicamente cerca al muro sur, la esquina suroeste, el acceso y
el muro este, con el objetivo de precisar sus características formales internas (Fig. 20).
El Segundo Patio estaba constituido por cuatro segmentos de muros con cuatro accesos: uno comuni-
caba con el Primer Patio, otro lo conectaba con el Tercer Patio y los otros dos eran accesos laterales (Fig. 21).
Los muros, que en algunos sectores alcanzaron más de 4 metros de altura, tenían una cierta inclinación
hacia el interior como consecuencia de la presión del material de relleno colocado en el espacio que los
separaba del muro del primer momento constructivo del Tercer Edificio. No se encontró evidencia alguna
de la altura original de los muros, pero es muy probable que hubieran alcanzado alrededor de 6 metros.
Dos características resaltantes se han reconocido en el Segundo Patio, perteneciente, también, al se-
gundo momento constructivo del Tercer Edificio. Se trata de la presencia de esquinas curvas y nichos al
interior. Estos fueron construidos a una altura de 1,70 metros en relación con el nivel del piso del patio y
sobre una especie de zócalo que resalta de 10 a 15 centímetros de ancho del paramento adyacente. El muro
donde están los nichos tiene un ancho de 2,70 metros y fue construido con grandes piedras y mortero de
barro. Cada segmento de muro presentaba seis nichos, separados uno del otro por 2 metros de distancia.
Tienen un cierto estándar en su elaboración y miden 1,80 metros de altura, 1,70 metros de ancho y 0,50
metros de profundidad. En comparación con los nichos registrados en el Cuarto Patio del Tercer Edificio
y el Ambiente 1 del Segundo Edificio, que tenían 1 metro de ancho y solo conservaban una altura máxima
de 0,90 metros, los nichos del Segundo Patio del Tercer Edificio son más anchos y conservan una mayor
altura. No se han registrado evidencias de techos en los nichos; sin embargo, de las evidencias recuperadas
en otros espacios con elementos semejantes, consistentes de palos amarrados con sogas cubiertos con una
capa de barro, se puede inferir que estaban techados. La presencia de adobes cónicos en los escombros
acumulados junto a los muros con nichos sugiere su empleo en la parte superior de estos, sobre los nichos.
Dichos muros estaban enlucidos con diferentes capas de barro de distinta composición, y se les aplicó, por
último, una capa muy fina de estuco. Esta técnica es la misma que se documentó en el Cuarto Patio del
Tercer Edificio (Fuchs et al. 2008: 124). Ante la ausencia de restos de basura u otros materiales al interior
o cerca de los nichos, es factible plantear que en ellos se colocaron objetos de gran tamaño.
Entre los dos segmentos del muro sur del Segundo Patio se registró una entrada o vano de acceso de
1,70 metros de ancho y más de 0,40 metros de altura en relación con el nivel del piso del Segundo Patio.
El vano de acceso conservaba una altura de 3,90 metros y su extensión comprendía todo el ancho del muro
(2,50 metros). Junto a las jambas del vano se hallaron pilastras de 0,30 por 0,15 metros, construidas con
un núcleo interno formado por un tronco de madera amarrado con una soga para dar soporte al enlucido.
En las jambas, y a una altura de 1 metro, se registraron, también, perforaciones rectangulares con una
abertura de 15 por 15 centímetros y una profundidad que, en un muro, llegaba a 40 centímetros hacia
el interior, y en el otro alcanzaba 2,50 metros, pero no se pudo determinar su límite. Estas perforaciones
también han sido documentadas en todos los accesos principales de los segundo y tercer edificios y, quizá,
formaron parte de un sistema de control o cierre de los accesos (Fuchs et al. 2008: 119, 123).
Inmediatamente detrás del vano de acceso del muro sur del Segundo Patio se halló un pequeño espacio,
de alrededor de 1 metro de ancho, delimitado por el muro con nichos del Segundo Patio y el muro con
relieves, descrito líneas antes, que se proyecta por este sector. De este pequeño espacio salen dos escaleras,
en direcciones opuestas, que conducen a la parte alta del edificio y al Tercer Patio y el Cuarto Patio. Para
la construcción de las dos escaleras se rellenó con escombros el espacio entre las paredes. Por los problemas
estructurales que presentaban los muros, no fue posible excavarlas del todo, por lo que solo se despejaron
seis peldaños de 0,40 metros de paso y contrapaso de la escalera oeste. Luego, las escaleras fueron clausu-
radas y se construyó un muro con enlucido. La comunicación indirecta hacia la parte alta y hacia el Tercer
Patio y el Cuarto Patio, lo angosto de las escaleras y el sistema de control en el vano de acceso sugiere un
ingreso limitado a estos ambientes.

ISSN 1029-2004
Fig. 16. Reconstrucción isométrica de los tres edificios de Sechín Bajo. Vista desde el este (elaboración del gráfico: Proyecto
Arqueológico Sechín Bajo).

Fig. 17. Reconstrucción isométrica del Tercer Edificio. Vista desde el norte (elaboración del gráfico: Proyecto Arqueológico
Sechín Bajo).
Fig. 18. Tercer Edificio. Relieves de barro (foto: Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 69

Fig. 19. Tercer Edificio. Detalle de los relieves de barro (foto:


Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).

Las excavaciones también han revelado que, de manera adyacente y a todo lo largo del muro oeste al
interior del Segundo Patio, se construyó una especie de banqueta de 1,35 metros de ancho y 0,20 metros
de altura —en la que se utilizaron adobes cónicos que fueron colocados de forma horizontal— y, después,
fue enlucida con barro. Un piso compacto de barro discurría en toda el área correspondiente al Segundo
Patio. En general, se puede señalar que las excavaciones realizadas en el Tercer Edificio, por ahora, han con-
firmado las dos grandes fases constructivas del Tercer Edificio observadas con anterioridad. En la primera
fase, el Tercer Edificio presentaba solo dos grandes patios, con esquinas rectas. Los muros norte y sur de
uno de estos patios, relacionado directamente con la entrada principal del Tercer Edificio, tenían relieves de
barro con la representación de motivos antropomorfos de características complejas. En la segunda fase, el
patio con relieves fue subdividido en dos pequeños patios; uno de ellos (el Segundo Patio) fue definido por
cuatro segmentos de muros, con seis nichos cada uno, que se construyeron delante de los antiguos muros
del primer gran patio, separados por casi 1 metro de distancia y con lo que selló del todo la visibilidad de
los relieves. El frontis exterior del Segundo Patio, que se comunica con el Primer Patio, fue pintado de
color blanco, mientras que el vano de acceso, que también comunicaba con el Primer Patio, fue pintado
de color rojo (Fig. 17).

6. Un comentario preliminar

Es indudable que, con las últimas excavaciones, se ha obtenido importante información que ha incremen-
tado el corpus de datos para explicar mejor diversas interrogantes básicas relacionadas con la secuencia
arquitectónica, las características constructivas, la cronología, entre otros aspectos. A la fecha se cuenta
con 20.000 metros cuadrados de área investigada. Sin embargo, la experiencia indica que si no se realizan
excavaciones extensivas que comprendan la mayor parte del área, el conocimiento siempre será limitado
y las conclusiones a las que se podría arribar solo quedarían como hipótesis sin confirmar. Dentro de este

ISSN 1029-2004
70 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

Fig. 20. Tercer Edificio. Ingreso al Segundo Patio (foto: Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).

marco de consideraciones, a continuación se expondrá, de manera preliminar, un comentario acerca de los


datos de los que se dispone hasta el momento.

6.1. La secuencia arquitectónica

Un primer tema importante que se debe tratar es la secuencia arquitectónica de Sechín Bajo. Las excava-
ciones han permitido confirmar, con mucha claridad, la existencia de tres edificios superpuestos, cada uno
con sus respectivas fases constructivas y características muy distintivas, construidos dentro de un lapso de
casi 2000 años.

6.1.1. El Primer Edificio. Corresponde a la construcción más antigua registrada hasta la fecha en Sechín
Bajo y está definida por una plataforma principal que sobrepasa los 50 metros de largo por 2 metros de
altura. Se construyó sobre un gran piso de barro de donde se tomó una muestra para datación radiocar-
bónica y su resultado indicó una ocupación humana para el quinto milenio a.C. (calib.). Dos escaleras
principales, construidas con adobes rectangulares hechos a mano, permitían acceder a la parte superior
de la plataforma, donde existían fogones con evidencias de haber soportado una intensa quema y varios
ambientes; la mayoría de ellos fueron destruidos o cubiertos con escombros durante el proceso en el que
se levantó el Segundo Edificio. La plataforma principal presentaba cinco ampliaciones fundamentales que
han sido registradas con mucha precisión. De ellos se infiere que el eje de la plataforma principal habría
sido Oeste-Este. Por el lado sur, la plataforma también exhibe varias alteraciones, las que todavía no han
sido definidas con exactitud.
La primera modificación de la plataforma principal consistió de una ampliación por el lado este, donde
se construyeron la Primera Plaza Circular Hundida y una escalera que permitía acceder desde la parte
superior de la plataforma hacia el piso de la plaza. Para ello se destruyó una de las escaleras principales de
la primera plataforma principal. La segunda modificación está definida por la construcción de la Segunda
Plaza Circular Hundida, concéntrica respecto de la primera. Esta plaza presenta una escalera casi vertical,
que también fue construida con adobes rectangulares. En la tercera modificación, tanto la primera como
segunda plazas circulares fueron cortadas casi por la mitad para construir un muro de contención, rellenar

ISSN 1029-2004
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 71

Fig. 21. Tercer Edificio. Segundo Patio, acceso lateral (foto: Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).

con grava estéril toda el área que quedaba de la Segunda Plaza Circular Hundida y sellar con un piso de
barro, lo que constituyó una ampliación de la plataforma por el lado este. Asociado a esta ampliación se
construyó un patio rectangular hundido definido por dos muros laterales (norte y sur) y el muro de con-
tención de la ampliación antes mencionada. Una escalera con ocho peldaños permitía la comunicación
desde la parte superior de la plataforma principal al piso del patio rectangular hundido. La construcción
de una estructura circular al interior del patio rectangular hundido, con un vano de acceso en el mismo eje
de la escalera que permitía la comunicación desde la parte superior de la plataforma hasta el piso del patio
rectangular hundido es lo que define la cuarta modificación. En la quinta modificación se construyó la
Cuarta Plaza Circular Hundida, dispuesta de manera no concéntrica respecto de la estructura de la cuarta
modificación. El patio rectangular hundido también tuvo que ser ampliado hacia el este. La escalera de la
cuarta ampliación fue sellada y se construyó una nueva con las mismas características de las descritas para
la primera y segunda plazas circulares. Después de esta modificación, y hasta donde ha sido posible realizar
excavaciones, se rellenaron las construcciones en su integridad con grava limpia y sin materiales culturales,
mientras que un piso compacto de barro selló todo este relleno. Las actividades rituales continuaron en
la parte superior de la plataforma por un largo periodo. Debido a la posición estratigráfica de las diversas
estructuras relacionadas con el Primer Edificio, los pequeños adobes rectangulares representan las primeras
manifestaciones de la fabricación de estos elementos para el área de Casma, anteriores a la fabricación de
adobes cónicos.

6.1.2. El Segundo Edificio. Los trabajos correspondientes al Área de Excavación 10 comprendieron,


también, el espacio donde estuvo la escalera principal del Segundo Edificio, la misma que fue destruida
al momento de su abandono. Una parte de las estructuras que se hallaban sobre la plataforma principal
del Primer Edificio fueron demolidas parcialmente para, luego, ser rellenadas con escombros, formar una
nueva plataforma y construir una pequeña estructura de planta cuadrangular: el Segundo Edificio.
Este Segundo Edificio tiene dos momentos constructivos. En el primero presentaba una planta interna
simétrica y estaba dividida en nueve espacios o ambientes con esquinas rectas; los tres espacios o ambientes
centrales estaban alineados en dirección Norte-Sur y tenían, exactamente, el doble de área que los otros
seis. En el segundo se rompió su simetría original por medio del desmantelamiento del muro sur del

ISSN 1029-2004
72 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

ambiente central para dar lugar a una nueva planta; el ambiente sur-central se convirtió en un atrio y se
construyó una escalera que servía de acceso principal. En el ambiente central, paralelo a los muros existen-
tes, se levantaron nuevos muros con esquinas curvas, enlucidos, pintados de color amarillo y 18 nichos. Al
momento de su abandono, se destruyó la escalera principal, se colocó como ofrenda un papagayo envuelto
en un tejido (¿fardo?) en el ambiente central y en la parte exterior del muro sur se reprodujo un conjunto
de 127 grafitis de diferentes diseños (zoomorfos y antropomorfos), entre los que sobresale la Divinidad
del Cocodrilo. El Segundo Edificio, con sus dos momentos constructivos, mantuvo un eje de orientación
Norte-Sur, el que se proyecta, directamente, hacia el ingreso principal de Cerro Sechín, situado a menos
de 2 kilómetros de distancia.

6.1.3. El Tercer Edificio. Corresponde a la construcción monumental más sobresaliente. Se construyó


inmediatamente al este del Segundo Edificio y, con probabilidad, sobre una parte de la ampliación este de
la plataforma principal del Primer Edificio y con un eje de orientación suroeste-noreste que se proyecta en
dirección a Taukachi-Konkán, complejo ubicado, aproximadamente, a 1400 metros de distancia. Una de
las tareas pendientes es la determinación de la probable presencia de dos momentos constructivos, anterio-
res al primer momento que se ha descrito para el Tercer Edificio. Las exploraciones geofísicas han mostrado
evidencias de, por lo menos, dos fases anteriores a las que ya se conocen.
Hasta la fecha se han identificado dos grandes momentos constructivos para el Tercer Edificio. El pri-
mero se caracteriza por la presencia de dos grandes patios. El Primer Patio, de planta rectangular, esquinas
rectas y con las paredes laterales norte y sur con relieves, está directamente relacionado con el ingreso prin-
cipal al Tercer Edificio. El Segundo Patio se ubica inmediatamente al oeste del Primer Patio, tiene también
una planta rectangular, pero se encuentra 6 metros más alto en relación con el Primer Patio y una escalera
central los conectaba. En el segundo momento, los dos grandes patios fueron subdivididos en cuatro patios
pequeños de distintos tamaños que dispuestos en simetría en relación con un eje central con el que estaban
alineados; estos ambientes estaban comunicados por escaleras centrales y mantenían la diferencia de nivel
de 6 metros. En cada uno de los dos primeros patios del primer momento constructivo se construyeron dos
pequeñas estructuras de planta cuadrangular, con nuevos muros con nichos, paralelos y a una distancia de
1 metro de las precedentes. Estas estructuras tienen esquinas redondeadas, escaleras laterales y sus paredes
están pintadas con los colores rojo y blanco. Dos proyecciones en forma de plataformas alargadas al noreste
del frontis del Tercer Edificio definieron una plaza cuadrangular que todavía no ha podido ser relacionada
con alguno de los momentos constructivos mencionados. Tampoco ha sido posible identificar las plazas
circulares hundidas a las que han hecho referencia otros investigadores (Fung y Williams 1977: 118, fig. 4;
S. G. Pozorski y T. G. Pozorski 1987: 78, fig. 48).
Es importante señalar que la construcción de cada uno de estos edificios, con sus respectivas remode-
laciones o cambios internos, significó el entierro ritual de la arquitectura precedente, hasta que se dio el
abandono total. Salvo algunas excepciones, se respetaron las estructuras anteriores y sobre ellas se levan-
taron las nuevas edificaciones, lo que significó, al mismo tiempo, el crecimiento vertical y horizontal del
complejo. Este patrón de enterramiento ritual, que también se ha reportado en el área de Caral (Noel
2003), y que Onuki (1994: 82-83) denomina renovación del templo a partir de sus observaciones en el
Templo de las Manos Cruzadas y el Templo de los Nichitos, en el alto Huallaga (Izumi y Sono 1963; Izumi
y Terada [eds.] 1972), se habría manifestado desde el Periodo Arcaico Tardío.

6.2. Las tradiciones arquitectónicas en Sechín Bajo

Tres tradiciones arquitectónicas se han podido identificar, hasta el momento, y abarcan desde el Periodo
Arcaico Tardío hasta el Periodo Formativo Temprano. La primera, y más antigua, está expresada en el
Primer Edificio y se caracteriza por la presencia de una plataforma principal, con un eje Oeste-Este, que
amplió su tamaño de manera progresiva, siempre en asociación a plazas circulares hundidas, patios rec-
tangulares hundidos y estructuras circulares. Esta tradición está relacionada con fechados para la segunda
mitad del cuarto milenio a.C., por lo que no existe duda de que corresponden al Periodo Arcaico Tardío,
específicamente en lo que se denomina Periodo Sechín para el valle de Casma (véase Bischof, este número).

ISSN 1029-2004
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 73

Ha sido reconocida en otros sitios de Casma, pero para épocas posteriores (Periodo Formativo), como
en Las Haldas (Fung 1969), en lo que Shibata (2004: 86) denomina Organización Lineal o Disposición
Lineal a partir de la colocación reiterada de plataformas y plazas a lo largo del eje de un sitio. Se debe resal-
tar la presencia de las plazas circulares hundidas que, por los fechados asociados, se trataría de las primeras
manifestaciones de estas características.
La segunda tradición, que se superpuso a la primera y más antigua, se expresó en el Segundo Edificio,
y se caracteriza, principalmente, por un edificio elevado de planta rectangular, con un eje central Norte-
Sur, sobre el que se planificó la construcción simétrica de recintos pequeños con esquinas rectas, en un
primer momento a las que, posteriormente, se incorporó un recinto con esquinas redondeadas y muros
con nichos. El ingreso principal está definido por una escalera central y el acceso a los diversos ambientes
tiene diversos mecanismos de control. Sus fechados radiocarbónicos están entre 1605 y 1495 a.C. (calib.) y
corresponde, en el valle de Casma, al Periodo Moxeke (véase Bischof, este número). Por ahora no se cuenta
con fechados para los inicios de esta segunda tradición arquitectónica en Sechín Bajo, pero, si se tiene en
cuenta su presencia en Cerro Sechín, es muy probable que sea anterior a 2000 a.C., es decir, correspon-
dería aún al Periodo Sechín. Esta tradición, a la que Shibata (2004: 87) denominó Unidad Modular de
Recintos de Planta Rectangular, ha sido reconocida en otros sitios del valle de Casma, como la Huaca A,
de Pampa de las Llamas-Moxeke, fechada entre 1600 y 1200 a.C. (T. G. Pozorski y S. G. Pozorski 1987:
38; S. G. Pozorski y T. G. Pozorski 1992a: 37-41, fig. 5; 2000; 93-95; 2008: 616-621; T. G. Pozorski y S.
G. Pozorski 1993: 64; 1997: 93-99; fig. 5; 1997: 18).
La tercera tradición, que se superpone en parte sobre la primera y más antigua, está expresada en el
Tercer Edificio y sobresale por su carácter monumental, un eje central suroeste-noreste, dos grandes patios
de planta rectangular y esquinas rectas, y una diferencia de altura bien marcada entre los dos grandes pa-
tios que están comunicados por una escalera central. Las paredes laterales de los patios presentan relieves
con motivos antropomorfos. Posteriormente, los grandes patios se subdividieron en patios más pequeños,
pero mantuvieron siempre el mismo eje y el desnivel de los primeros. Un recinto con esquinas redondea-
das, accesos restringidos y muros con nichos era antecedido por una especie de atrio o patio abierto. Los
fechados con que se cuenta para esta tradición oscilan entre 2023 y 1501 a.C. (calib.), lo que, de alguna
manera, no permite establecer, con claridad, una secuencia cronológica entre la segunda y tercera tradicio-
nes arquitectónicas. Recintos con esquinas curvas se han registrado, fuera del área de Casma, entre otros,
en La Galgada (Grieder y Bueno 1985; Grieder et al. 1988; Grieder 1997), con una antigüedad de 2300
a.C. (no calib.).

6.3. Las tradiciones constructivas

Hay varias tradiciones constructivas que están relacionadas directamente con los tres edificios y las tres
tradiciones arquitectónicas identificadas. En el Primer Edificio se usó la piedra con mortero de barro para
erigir los muros que definen la plataforma principal. Los muros son enlucidos, también, con barro y en
varios casos presentan un acabado muy fino; en otros se pueden observar las huellas de los dedos. Para la
ampliación de la plataforma principal se hicieron nuevos muros de contención, paralelos a los existentes y
los espacios fueron rellenados con tierra, piedras, adobes y barro. Cuando se sellaron las plazas circulares
hundidas se utilizó grava limpia. Las escaleras que permitían acceder a los diferentes niveles y ambientes
del Primer Edificio estaban construidas principalmente con adobes rectangulares. Las escaleras son casi
verticales, los pasos son muy angostos y los contrapasos muy altos. Los pisos, hechos de barro, son bastante
compactos.
En el Segundo Edificio se siguieron utilizando piedras con mortero de barro para la construcción de
los muros, los que fueron enlucidos con gruesas capas de barro y presentaban un acabado fino. En algu-
nos casos se usaron fragmentos de adobes secos al interior de las capas del enlucido cuando aún estaban
húmedas con el objetivo de acelerar el proceso de secado. Asimismo, para controlar un espesor uniforme
del enlucido se utilizaron pequeños palos, ubicados tanto en la parte superior e inferior del muro, de los
que se sujetaron finos hilos de algodón en posición vertical aproximadamente cada 2 metros. Los mu-
ros fueron pintados de color blanco o rojo. Los ambientes de los primeros momentos constructivos del

ISSN 1029-2004
74 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

Segundo y Tercer Edificio presentaban las esquinas interiores rectas, mientras que en el segundo momento
se elaboraron esquinas interiores redondeadas y los muros tenían nichos. En la parte central de cada lado
de los vanos de acceso se colocaron pilastras o la mitad de una columna, como una forma de restringir o
controlar los accesos.
En el Tercer Edificio se dieron cambios importantes en las tradiciones constructivas. En primer lugar,
todo el edificio fue reforzado con la construcción de un zócalo, que es muy evidente en la parte frontal.
Este elemento une, al mismo tiempo, al Segundo Edificio con el Tercer Edificio, lo que da la impresión de
una solución arquitectónica. Para los muros que tienen mayor altura se empleó una combinación de pie-
dras canteadas unidas con mortero de barro y adobes cónicos, los que se colocaron, principalmente, en las
partes más altas y terminales. En la parte externa del edificio se emplearon grandes piedras trabajadas y los
muros perimétricos presentaron una forma escalonada y fueron pintados de color rojo para resaltar su mo-
numentalidad respecto del paisaje natural circundante. Al interior sobresalen, en un primer momento, dos
grandes patios en diferentes niveles, comunicados por escaleras directas, esquinas rectas, largas banquetas
que no sobrepasan los 0,30 metros de altura y que discurren a todo lo largo de los muros, los que también
presentan relieves. Los enlucidos de barro de los muros fueron renovados varias veces. Posteriormente, en
un segundo momento, los grandes patios fueron reducidos en sus dimensiones, y se construyeron, delante
de los muros antiguos, recintos de esquinas redondeadas, muros con nichos, escaleras indirectas que co-
municaban los diferentes ambientes y pisos de acabado muy fino que fueron protegidos, en algunos casos,
con petates hechos de fibras vegetales.
Sin lugar a dudas, estas tradiciones, que tuvieron una larga vigencia, reflejan que los grupos humanos
de Sechín Bajo tuvieron un notable conocimiento acerca de técnicas de construcción, las que debieron
resultar de una experimentación temprana en la erección de los primeros edificios de carácter ceremonial
en la parte media del valle de Casma. Estas tradiciones deben estar relacionadas, de manera directa, con la
función e importancia de los edificios, y el nivel social, político y religioso de sus constructores.

6.4. La tradición del arte mural

La tradición del arte mural en la arquitectura ceremonial de Sechín Bajo se inició con el pintado de las
paredes exteriores e interiores del Segundo Edificio, para lo que se emplearon, principalmente, los colores
rojo y blanco. En el Tercer Edificio, el pintado de los muros exteriores de color rojo, además del carácter
simbólico que habría tenido, permitió resaltar más su monumentalidad respecto del paisaje natural circun-
dante, caracterizado por el color gris de los cerros más próximos.
Con la construcción del Tercer Edificio se introdujo una nueva forma de arte mural en la arquitectura
ceremonial de Sechín Bajo: los relieves. En el primer gran patio, que está asociado directamente con el
ingreso principal al edificio, los muros laterales norte y sur presentaron relieves de figuras antropomorfas
que constituirían las primeras evidencias de representación de divinidades relacionadas con actividades
rituales. Los dos fechados radiocarbónicos tomados de contextos asociados a estos relieves abarcan el pe-
riodo entre 1512 y 1436 a.C. (calib.) (Hd28810 y Hd29046), tiempo que correspondería a la primera
mitad del Periodo Moxeke (véase Bischof, este número). La alta calidad en su ejecución y la complejidad
de las representaciones señalan, además, una larga tradición tecnológica en su elaboración en el valle de
Casma. Estas evidencias proporcionan, también, la oportunidad para señalar que, muy probablemente, los
fragmentos de relieves de la Huaca A de Pampa de las Llamas (muro suroeste del atrio noreste) no serían
imágenes de felinos que se miran uno al otro a través de una entrada principal, como lo propusieron los
esposos Pozorski (S. G. Pozorski y T. G. Pozorski 1986: 388-389, fig. 5; 1992a: 41, fig. 6; T. G. Pozorski y
S. G. Pozorski 1994: 59, fig. 5-2), sino personajes míticos plasmados en posición frontal, tal como Bischof
ya lo había observado oportunamente (1994: 177).
Esta tradición del arte mural en la arquitectura de los valles de Sechín y Casma ya había sido registrada
para el Edificio de Barro de Cerro Sechín (Samaniego 1973, 1995: 25-34; Bischof 1985: 396-403; 1995:
128-135; 2008: 111-112; Fuchs 1985, 1988, 1990a, 1990b; Samaniego et al. 1990: 95-97; Maldonado
1992: 77-80; Lerner et al. 1995), Moxeke (Tello 1956: 61-64) y Huaca A, en Pampa de las Llamas (S.
G. Pozorski y T. G. Pozorski 1986: 388-389, fig. 5; 1992a: 41, fig. 6; T. G. Pozorski y S. G. Pozorski

ISSN 1029-2004
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 75

1994: 59, fig. 5-2). En el caso del Edificio de Barro de Cerro Sechín, de acuerdo con los fechados de que
se dispone (Fuchs 1997), se trata de arquitectura del Arcaico Tardío, mientras que los casos de Moxeke y
Huaca A de Pampa de las Llamas, según los fechados que se han reportado (S. G. Pozorski y T. G. Pozorski
1992a: 37), corresponderían al Formativo Temprano.
Luego del abandono del Segundo Edificio, en la parte exterior del muro oeste se plasmó un conjunto
iconográfico de 127 grafitis. Si bien estos son, en su mayoría, dibujos geométricos simples o complejos, y
algunos motivos zoomorfos y antropomorfos, el que se ha denominado Divinidad del Cocodrilo está muy
bien elaborado y alude a un ser compuesto —antropomorfo y zoomorfo— relacionado con el cocodrilo,
caimán negro o lagarto, considerado como una divinidad en el corpus iconográfico del Periodo Formativo.
Makowski (1997: 502, 504, 506) lo denomina Dios Lagarto, Animal Cósmico o Lagarto Mítico. El
motivo de la Divinidad del Cocodrilo también ha sido asociado, por lo general, con el bosque tropical y
con la cosmología de las poblaciones indígenas de la selva amazónica (Lathrap 1971, 1978, 1985; Miller
y Burger 1998). Si se tiene en cuenta la calidad de la elaboración, es evidente que fue hecho por un artista
que conocía muy bien cada detalle de esta «divinidad», y podría estar en algún otro sector del complejo,
por ahora no develado. También es probable que el motivo de este grafiti esté representado en otro lugar
del valle de Casma y que su autor fuera el mismo que lo reprodujo, luego, en Sechín Bajo. Este motivo ha
sido plasmado en artefactos óseos, como los de Pallka (Tello 1956) y Las Aldas (Disselhoff y Linné 1964),
complejos ubicados en el valle de Casma, aunque separados por casi 50 kilómetros.

6.5. La secuencia cronológica de Sechín Bajo

Las dataciones con que se cuentan en la actualidad, que en parte ya han sido presentadas (Fuchs et al.
2009: 127), permiten tener una primera columna de fechados radiocarbónicos cuya información es muy
coherente con la estratigrafía y las diferentes secuencias arquitectónicas y constructivas que se han podido
establecer. El Primer Edificio está asociado a 10 fechados radiocarbónicos (ver Tabla 1). Cinco de ellos,
procedentes de fogones, están relacionados con los muros de las ampliaciones del lado sur de la plata-
forma principal (Hd 25044, Hd 25047, Hd 25627, Hd 28803 y Hd 28809). De la parte superior de
la plataforma principal se han obtenido dos fechados radiocarbónicos provenientes de los fogones muy
bien elaborados descritos anteriormente (Hd 28970 y Hd 29029). De la última plaza circular hundida
(quinta modificación del Primer Edificio) provienen tres fechados (Hd 28828, Hd 29045 y Hd 29110),
dos de ellos son de muestras de material orgánico asociado al piso de la Cuarta Plaza Circular Hundida y
el tercero fue tomado de una muestra del relleno final de la quinta modificación del Primer Edificio. Estos
10 fechados, obtenidos de contextos seguros del Primer Edificio, no solo demuestran una larga tradición
constructiva y de función ritual de más de 500 años durante el cuarto milenio a.C., sino que, de igual
manera, ponen en evidencia la edificación monumental más antigua que se conoce, por ahora, para el área
andina.
En la actualidad se tienen seis fechados radiocarbónicos del Segundo Edificio (Hd 24797, Hd 25095,
Hd 25261, Hd 25279, Hd 26008 y Hd 26010) (ver Tabla 2), asociados al segundo momento cons-
tructivo, el que correspondería al segundo milenio a.C. y que se relaciona con el Periodo Moxeke (véase
Bischof, este número). Para el Tercer Edificio se cuenta con 14 fechados radiocarbónicos correspondientes,
en su mayoría, al segundo momento constructivo (ver Tabla 3). El primer momento constructivo tiene
un fechado de 2016-1920 a.C. (calib.) (Rasgo 62, 3603 ± 29 a.p.), es decir, para fines del tercer milenio
y principios del segundo milenio a.C., mientras que el segundo momento constructivo tiene una mayor
cantidad de fechados (13), que abarcan el periodo entre 1681-1530 a.C. (calib.) (Rasgo 270, 3326 ± 63
a.p.) y 1417-1308 a.C. (calib.) (Rasgo 317, 3097 ± 30 a.p.). Si se tiene en cuenta el fechado del primer
momento constructivo del Tercer Edificio, se puede postular que el primer momento constructivo del
Segundo Edificio debe haberse concretado entre fines del cuarto milenio y principios del tercer milenio
a.C., lo que se relaciona con el Periodo Sechín propuesto para el valle de Casma (véase Bischof, este nú-
mero). Los fechados del segundo momento constructivo del Tercer Edificio son coherentes con el segundo
momento constructivo del Segundo Edificio, de lo que se infiere que, en ambos momentos, subsistió el
mismo patrón arquitectónico de esquinas redondeadas y muros con nichos.

ISSN 1029-2004
Tabla 2. Sechín Bajo. Fechados radiocarbónicos del Segundo Edificio. Fueron calibrados con los programas IntCal04 y Calib5 (Reimer et al. 2004) (elaboración de la tabla:
Proyecto Arqueológico Sechín Bajo).
Tabla 3. Sechín Bajo. Fechados radiocarbónicos del Tercer Edificio. Fueron calibrados con los programas IntCal04 y Calib5 (Reimer et al. 2004) (elaboración de la tabla: Proyecto
Arqueológico Sechín Bajo).
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 79

Además de los fechados que se han presentado y que están relacionados con los tres edificios registrados
se tiene uno, todavía más antiguo, de 4447-4351 a.C. (calib.) (Rasgo 53, 5552 ± 47 a.p.), que procede de
un fogón sin asociación alguna a otras estructuras. Esto quiere decir que, durante el quinto milenio a.C.,
ya existían evidencias de ocupación humana que pueden ser anteriores o contemporáneas con el inicio
del funcionamiento del Primer Edificio. Los datos obtenidos de las excavaciones intensivas y en área en el
transcurso de cuatro temporadas del proyecto dirigido por los autores están cambiando, de manera sustan-
cial, el panorama que se tenía para el sitio de Sechín Bajo y su posición cronológica en relación con otros
sitios del valle de Casma y la costa norcentral.
Por ejemplo, los esposos Pozorski, sin haber realizado excavación alguna, consideraban que Sechín Bajo
no solo correspondía al momento de transición entre el Periodo Inicial y el Horizonte Temprano, sino
que se trataba de un edificio inconcluso. La cita textual dice: «El valle de Casma sufrió un cambio radical
durante la transición entre el Periodo Inicial y el Horizonte Temprano, aproximadamente 1000 a.C., y los
datos arqueológicos sugieren que el cambio se debió a una invasión, probablemente procedente de la sierra
noreste. Durante esta época se abandonan los sitios complejos del Periodo Inicial. Sechín Bajo y Taukachi-
Konkán, del Complejo Sechín Alto, quedan inconclusos» (S. G. Pozorski y T. G. Pozorski 1992a: 44).
En el ámbito local, específicamente para el núcleo principal de los sitios monumentales de la cuenca
del río Sechín, los fechados radiocarbónicos de Sechín Bajo tienen varias implicancias importantes. Una
de estas es que se tiene registro de las primeras evidencias de una arquitectura de carácter monumental y
ceremonial para el cuarto milenio a.C., con lo que constituirían las evidencias más antiguas para esta parte
del valle. Otra implicancia tiene que ver con los fechados para el quinto milenio a.C., probablemente aso-
ciados a una ocupación humana de carácter doméstico o las primeras manifestaciones de vida ritual, antes
que estos espacios se convirtieran en verdaderos centros ceremoniales.
En Cerro Sechín (Fuchs 1990a; Samaniego et al. 1990) también se había reportado evidencias de una
ocupación humana anterior a la construcción del Edificio de Barro —incluso más antiguas que el fechado
de Sechín Bajo—, correspondiente al octavo y séptimo milenios a.C. (calib.), y que fueron publicadas por
Fuchs (1997). En otras palabras, antes de la construcción de los dos edificios principales de Cerro Sechín
(el Edificio de Barro y el Edificio de Piedra), fechados para la segunda mitad del tercer milenio y primera
mitad del segundo milenio a.C., ya habría existido una ocupación humana cuya naturaleza, por el mo-
mento, no se conoce. Sin embargo, esta información muy pocas veces —o casi nunca— se ha tomado en
cuenta en favor de una discusión acerca de las primeras manifestaciones de los asentamientos complejos
en los valles de Sechín y Casma. Con los datos recientemente obtenidos se puede postular que, durante
el quinto milenio a.C., esta parte del valle de Sechín ya contaba con una población estable e, incluso, se
podría sugerir que en esos sitios es posible profundizar los estudios para conocer el momento de transición
entre las ocupaciones, probablemente de carácter doméstico, y las primeras manifestaciones de carácter
ceremonial a un nivel muy básico en una primera etapa y, luego, con una arquitectura compleja y monu-
mental en el interior del valle.
Los fechados de Sechín Bajo, que representan alrededor de 2000 años de historia constructiva, con
muchos cambios en sus patrones arquitectónicos, permiten cuestionar que los sitios monumentales de
Sechín Alto y Taukachi-Konkán, que forman parte del núcleo principal de los complejos de la cuenca del
río Sechín, y Pampa de las Llamas-Moxeke no corresponden a una sola construcción o construcciones «en
gran escala» durante el Periodo Inicial, como lo postularon Thomas y Shelia Pozorski (1997: 103-104),
sino que son el resultado de una larga historia con diversos proyectos arquitectónicos, remodelaciones y en-
terramientos de viejos edificios para dar paso a nuevas estructuras, las que no han podido ser identificadas
por las limitaciones en las excavaciones realizadas y los modelos teóricos que se han manejado.
A escala regional, las implicancias de estos fechados radiocarbónicos obtenidos en Sechín Bajo pro-
porcionan, también, la oportunidad de discutir la propuesta de los esposos Pozorski, respecto de que las
primeras construcciones de carácter ceremonial en la región de Casma se establecieron cerca del litoral
marino (S. G. Pozorski y T. G. Pozorski 1992a, 1998; T. G. Pozorski y S. G. Pozorski 1994). Los datos de
Sechín Bajo indican que, por lo menos un milenio antes que se dieran las primeras construcciones de los
sitios de Las Haldas, Tortugas, Bahía Seca y Huaynuná, la parte media del valle de Casma presentaba una
arquitectura de carácter ceremonial, construida por una población dedicada, principalmente, a las activi-
dades agrícolas que ya se desarrollaban intensamente en esta región.

ISSN 1029-2004
80 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

En el ámbito del área andina, estos fechados radiocarbónicos implican que se debe discutir, más amplia-
mente, la información procedente de sitios como Caral (Shady 1997; 2000; Shady y López 2000; Shady,
Dolorier, Montesinos y Casas 2000; Shady, Haas y Creamer 2001; Shady y Leyva [eds.] 2003), donde,
supuestamente, se encontrarían «los orígenes de la civilización en el Perú» (Shady, Dolorier, Montesinos y
Casas 2000) y las primeras evidencias de un «Estado prístino» (Shady 2000). Asimismo, estas dataciones
cuestionarían el modelo propuesto por Moseley (1975, 1985, 1988, 1992), acerca de los fundamentos
marítimos como la base para el surgimiento de la civilización andina (véase, también, Moseley y Feldman
1977, 1988; Feldman 1980, 1983, 1985, 1987). Las evidencias de Sechín Bajo, asociadas a sus diferentes
fechados, llevan a evaluar mejor la presencia de la tradición arquitectónica Mito (Bonnier 1997: 121),
considerada como una de las primeras expresiones arquitectónicas para el área de los Andes centrales.

Agradecimientos

Queremos expresar nuestro reconocimiento a todas y cada una de las instituciones y personas que hi-
cieron posible realizar nuestras investigaciones en el sitio de Sechín Bajo. De manera especial, queremos
agradecer a la Deutsche Forschungsgemeinschaft Bonn, Alemania, institución que nos proporcionó los
recursos económicos para concretar las tres últimas temporadas de campo. Asimismo, el Instituto Nacional
de Cultura del Perú nos brindó las autorizaciones correspondientes para realizar las investigaciones, y el
Lateinamerika-Institut de la Freie Universität Berlin, particularmente en la persona del profesor doctor
Jürgen Golte, proporcionó su apoyo en cada una de las fases de nuestro trabajo. Del mismo modo, el
Rathgen-Forschungslabor (Berlin), en particular el doctor Christian Gödicke, nos dio las facilidades para
los fechados de termoluminiscencia y de luminiscencia de alta resolución, y el Institut für Umweltphysik
der Universität Heidelberg, con el doctor Bernd Kromer a cargo de las labores, realizó los fechados de
radiocarbono.
Del mismo modo, agradecemos a la Technische Universität Berlin, que efectuó los trabajos de topo-
grafía en la tercera temporada de campo, así como al Büro für Geophysik Lorenz (Berlín), en especial a
Bernhard Lorenz, y al Instituto Geofísico del Perú, sobre todo a su Director Técnico, el doctor Hernán
Montes Ugarte, los que se encargaron de las prospecciones geofísicas. Joerg Breitenfeldt y Swantje Saathoff,
de la empresa Restaurierung am Oberbaum (Berlín), en coordinación con el conservador Carlos Castañeda
Alvarado, estuvieron al frente de los trabajos de conservación. La empresa Archäo Kontrakt (Berlín) digi-
talizó los planos y dibujos, y la arquitecta Belsy Gutiérrez Jave estuvo a cargo de las reconstrucciones iso-
métricas del Primer Edificio. Por último, tenemos una deuda de gratitud con cada uno de los trabajadores
de la ciudad de Casma, quienes demostraron fortaleza, experiencia y responsabilidad en los trabajos de
campo, además de brindarnos una amistad cálida y sincera que hizo posible trabajar «en familia».

REFERENCIAS
Alva, W.
1986 Las Salinas de Chao. Frühe Siedlung in Nord-Perú/Las Salinas de Chao. Asentamiento temprano en el norte del Perú,
Materialien zur Allgemeinen und Vergleichenden Archäologie 34, C. H. Beck, München.

Bastiand, M.
2006 El estilo de la cerámica Casma del Intermedio Tardío, Investigaciones Sociales 17, 91-119, Lima.

Bischof, H.
1985 Zur Entstehung des Chavín-Stils in Alt-Perú/Los orígenes del estilo Chavín, Beiträge zur Allgemeinen und
Vergleichenden Archäologie 6, 355-452, Mainz am Rhein.

1994 Toward the Definition of Pre- and Early Chavín Art Styles in Perú, Andean Past 4, 169-228, Ithaca.

1995 Los murales de adobe y la interpretación del arte de Cerro Sechín, en: S. Lerner, M. Cárdenas y P. Kaulicke
(eds.), Arqueología de Cerro Sechín. Tomo II, Escultura, 125-156, Dirección Académica de Investigación, Pontificia
Universidad Católica del Perú, Lima.

ISSN 1029-2004
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 81

1998 El Periodo Inicial, el Horizonte Temprano, el estilo Chavín y la realidad del proceso formativo en los Andes
centrales, en: I Encuentro Internacional de Peruanistas. Estado de los estudios histórico-sociales sobre el Perú a fines
del siglo XX, tomo I, 57-70, Universidad de Lima/Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe,
UNESCO/Fondo de Cultura Económica, Lima.

2008 Context and Contents of Early Chavín Art, en: W. J. Conklin y J. Quilter (eds.), Chavín: Art, Architecture, and
Culture, 107-141, Monograph 61, Cotsen Institute of Archaeology Press, University of California at Los Angeles,
Los Angeles.

Bonnier, E.
1997 Preceramic Architecture in the Andes: The Mito Tradition, en: E. Bonnier y H. Bischof (eds.), Arquitectura y ci-
vilización en los Andes prehispánicos/Architecture and Civilization in the Prehispanic Andes, 120-144, Archaeologica
Peruana 2, Sociedad Arqueológica Peruano-Alemana/Reiss-Museum Mannheim, Heidelberg.

Brockhaus, S., S. Greve y P. Mesenburg


2003 Sechín Bajo, formativzeitliche Kultstätte in Perú, Der Vermessungsingenieur 5, 372-375, Wiesbaden.

Brockhaus, S. y S. Greve
2003 Sechín Bajo, Aufnahme, Modellierung und kartographische Visualisierung einer formativzeitlichen Monu-
mentalanlage in Casma, Perú, tesis de maestría, Universität Duisburg, Essen.

Burger, R. L.
1987 The U-Shaped Pyramid Complex, Cardal, Perú, National Geographic Research 3, 363-375, Washington, D.C.

1998 Excavaciones en Chavín de Huántar [traducción de R. Segura], Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima.

Burger, R. L. y L. Salazar-Burger
1991 The Second Season of Investigations at the Initial Period Center of Cardal, Lurín Valley, Journal of Field Archaeology
18 (3), 275-296, Boston.

Carlevato, D. C.
1979 Analysis of Ceramics from the Casma Valley, Perú: Implications for the Local Chronology, tesis de maestría,
Department of Anthropology, University of Wisconsin, Madison.

Chu, A.
2008 Arquitectura monumental precerámica de Bandurria, Huacho, en: P. Kaulicke y T. D. Dillehay (eds.), Procesos y
expresiones de poder, identidad y orden tempranos en Sudamérica. Primera parte, Boletín de Arqueología PUCP
10 (2006), 91-109, Lima.

Collier, D.
1962 Archaeological Investigations in the Casma Valley, Perú, en: Akten des 34. Internationalen Amerikanistenkongresses,
Wien, 18.-25. Juli 1960, 411-417, Ferdinand Berger, Horn/Wien.

Daggett, R. E.
1983 Casma Incised Pottery: An Analysis of Collections from the Nepeña Valley, en: D. H. Sandweiss (ed.), Investigations
of the Andean Past, 209-224, Cornell University, Latin American Studies Program, Ithaca.

Disselhoff, H. D. y S. Linné
1964 Alt-Amerika, Die Hochkulturen der Neuen Welt, Holle, Baden-Baden.

Feldman, R. A.
1980 Áspero, Perú: Architecture, Subsistence Economy and other Artifacts of a Preceramic Maritime Chiefdom, tesis
de doctorado, Department of Anthropology, Harvard University, Cambridge.

1983 From Maritime Chiefdom to Agricultural State in Formative Coastal Perú, en: R. Reventhal y A. L. Kolata (eds.),
Civilizations in the Ancient America: Essays in Honor of Gordon R. Willey, 289-310, University of New Mexico,
Albuquerque.

1985 Preceramic Corporate Architecture: Evidence for the Development of Non-Egalitarian Social Systems in Perú,
en: C. B. Donnan (ed.), Early Ceremonial Architecture in the Andes: A Conference at Dumbarton Oaks, 8th to 10th
October, 1982, 71-92, Dumbarton Oaks Research Library and Collection, Washington, D.C.

ISSN 1029-2004
82 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

1987 Architectural Evidence for the Development of Nonegalitarian Social Systems in Coastal Perú, en: J. Haas, T. G.
Pozorski y S. G. Pozorski (eds.), The Origins and Development of the Andean State, 9-14, Cambridge University
Press, Cambridge.

Fuchs, P. R.
1985 Las últimas excavaciones en Cerro Sechín, en: F. Iriarte (ed.), Actas y trabajos del VI Congreso Peruano del Hombre
y la Cultura Andina, tomo I, pag. 111, Lima.

1988 Cerro Sechín, Casma. Nuevos resultados sobre la historia de su poblamiento, Resúmenes del 46.o Congreso
Internacional de Americanistas, Amsterdam, pag. 313, Amsterdam.

1990a Neue Forschungen zur formativzeitlichen Besiedlungsgeschichte Cerro Sechín, Perú, tesis de doctorado, Latein-
amerika-Institut, Freie Universität Berlin, Berlin.

1990b Evidencia de eventos prehispánicos del fenómeno «El Niño» en el valle de Casma, ponencia presentada al IV
Congreso Nacional de Geografía «Antonio Raimondi», 2 a 5 de noviembre, Lima.

1992 Informe preliminar. Proyecto de investigación arqueológica en el valle de Casma, informe presentado al Instituto
Nacional de Cultura, Lima.

1993 Proyecto de investigación arqueológica en el valle de Casma, Perú. Informe final de la temporada 1992, Berlin.

1997 Nuevos datos arqueométricos para la historia de ocupación de Cerro Sechín, Periodo Lítico al Formativo, en:
E. Bonnier y H. Bischof (eds.), Arquitectura y civilización en los Andes prehispánicos/Architecture and Civilization
in the Prehispanic Andes, 145-161, Archaeologica Peruana 2, Sociedad Arqueológica Peruano-Alemana/Reiss-
Museum Mannheim, Heidelberg.

2000 Informe del Proyecto Arqueológico Sechín Bajo, Casma, primera temporada, informe presentado al Instituto
Nacional de Cultura, Lima.

2003 Informe del Proyecto Arqueológico Sechín Bajo, Casma, segunda temporada, informe presentado al Instituto
Nacional de Cultura, Lima.

Fuchs, P. R., G. Yenque, R. Patzschke, C. Schmitz y J. Briceño


2009 Proyecto Arqueológico Sechín Bajo, valle de Casma, cuarta temporada 2007-2008, informe presentado al Instituto
Nacional de Cultura, Lima.

Fuchs, P. R., R. Patzschke, C. Schmitz, G. Yenque y J. Briceño


2008 Investigaciones arqueológicas en el sitio de Sechín Bajo, Casma, en: P. Kaulicke y T. D. Dillehay (eds.), Procesos
y expresiones de poder, identidad y orden tempranos en Sudamérica. Primera parte, Boletín de Arqueología PUCP
10 (2006), 111-135, Lima.

Fuchs, P. R., R. Patzschke, C. Schmitz y G. Yenque


2006 Im Tal der Kultanlagen, Archäologie in Deutschland, 3, 12-16, Stuttgart.

Fung, R.
1969 Las Aldas: su ubicación dentro del proceso histórico del Perú antiguo, Dédalo 5 (9-10), 1-208, São Paulo.

Fung, R. y C. Williams
1977 Exploraciones y excavaciones en el valle de Sechín, Casma, Revista del Museo Nacional 43, 111-155, Lima.

Grieder, T.
1997 On Two Types of Andean Tombs, en: E. Bonnier y H. Bischof (eds.), Arquitectura y civilización en los Andes
prehispánicos/Architecture and Civilization in the Prehispanic Andes, 107-144, Archaeologica Peruana 2, Sociedad
Arqueológica Peruano-Alemana/Reiss-Museum Mannheim, Heidelberg.

Grieder, T., A. Bueno, C. E. Smith, Jr. y R. Malina


1988 La Galgada, Perú: A Preceramic Culture in Transition, University of Texas Press, Austin.

Grieder, T. y A. Bueno
1985 Ceremonial Architecture at La Galgada, en: C. B. Donnan (ed.), Early Ceremonial Architecture in the Andes:
A Conference at Dumbarton Oaks, 8th to 10th October, 1982, 93-109, Dumbarton Oaks Research Library and
Collection, Washington, D.C.

ISSN 1029-2004
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 83

Hausswald, C.
2006 Entwicklung eines GIS für archäologische Anwendungen, tesis de diplomado, Technische Universität Berlin,
Berlin.

Izumi, S. y K. Terada (eds.)


1972 Andes 4. Excavations at Kotosh, Perú, 1963 and 1966, University of Tokyo Press, Tokyo.

Izumi, S. y T. Sono
1963 Andes 2. Excavations at Kotosh, Perú, 1960, Kadokawa Publishing, Tokyo.

Lathrap, D. W.
1971 The Tropical Forest and the Cultural Context of Chavín, en: E. P. Benson (ed.), The Dumbarton Oaks Conference
on Chavín, October 26th and 27th, 1968, 73-100, Dumbarton Oaks Research Library and Collection, Washington
D.C.

1978 Gifts of the Cayman: Some Thoughts on the Subsistence Basis of Chavín, en: D. W. Lathrap y J. Douglas (eds.),
Variation in Anthropology: Essays in Honor of John C. McGregor, 91-105, Illinois Archaeological Survey, Urbana.

1985 Jaws: The Control of Power in the Early Nuclear American Ceremonial Center, en: C. B. Donnan (ed.), Early
Ceremonial Architecture in the Andes: A Conference at Dumbarton Oaks, 8th to 10th October, 1982, 241-267,
Dumbarton Oaks Research Library and Collection, Washington, D.C.

Lerner, S., M. Cárdenas y P. Kaulicke (eds.)


1995 Arqueología de Cerro Sechín. Tomo II, Escultura, Dirección Académica de Investigación, Pontificia Universidad
Católica del Perú, Lima.

Lorenz, B., P. R. Fuchs y G. Plaumann


2005 Proyecto Arqueológico Sechín Bajo, Casma Ancash, Perú. Geophysikalische Messungen Kampagne 2003, en: W.
de Bruyn (ed.), Georadar und andere zerstörungsfreie Untersuchungsmethoden von Bodendenkmälern. Internationale
Fachtagung in Storkow (Mark) 14./15. Mai 2004, 219-240, Findling, Berlin.

Lumbreras, L.
1993 Chavín de Huántar: excavaciones en la Galería de las Ofrendas, Materialien zur Allgemeinen und Vergleichenden
Archäologie 51, Philipp von Zabern, Mainz am Rhein.

Makowski, K.
1997 Dioses del templo de Chavín: reflexiones sobre la iconografía religiosa, en: R. Varón y J. Flores (eds.), Arqueología,
antropología e historia en los Andes: homenaje a María Rostworowski, 501-525, Instituto de Estudios Peruanos/
Banco Central de Reserva del Perú, Lima.

Maldonado, E.
1992 Arquitectura de Cerro Sechín, en: S. Lerner, M. Cárdenas y P. Kaulicke (eds.), Arqueología de Cerro Sechín. Tomo
I, Arquitectura, 65-114, Dirección Académica de Investigación, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima.

Matsuzawa, T.
1978 The Formative Site of Las Haldas, Perú: Architecture, Chronology and Economy, American Antiquity 43 (4),
652-673, Salt Lake City.

Middendorf, E. W.
1895 Perú. Beobachtungen und Studien über das Land und seine Bewohner während eines 25jährigen Aufenthalts, Robert
Oppenheim, Berlin.

Miller, G. R. y R. L. Burger
1998 Ideología religiosa y utilización de animales en Chavín de Huántar, en: R. L. Burger, Excavaciones en Chavín de
Huántar [traducción de R. Segura], apéndice H, 262-302, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima.

Moseley, M. E.
1975 The Maritime Foundations of Andean Civilization, Cummings Archaeology Series, Cummings, Menlo Park.

1985 The Exploration and Explanation of Early Monumental Architecture in the Andes, en: C. B. Donnan (ed.),
Early Ceremonial Architecture in the Andes: A Conference at Dumbarton Oaks, 8th to 10th October, 1982, 29-57,
Dumbarton Oaks Research Library and Collection, Washington, D.C.

ISSN 1029-2004
84 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

1988 Large Monuments and Precocious Formative Development, Quarterly Review of Archaeology 9 (4), 1-6, Oxford.

1992 The Incas and Their Ancestors: The Archaeology of Perú, Thames and Hudson, London/New York.

Moseley, M. E. y R. A. Feldman
1977 Beginnings of Civilization along the Peruvian Coast, Geoscience and Man 18, 271-276, Baton Rouge.

1988 Fishing, Farming and the Foundations of Andean Civilization, en: G. Bailey y J. Parkington (eds.), The Archaeology
of Prehistoric Coastlines, 125-147, Cambridge University Press, Cambridge.

Navarro, K.
1993 Los complejos con planta en U del valle de Supe, costa central del Perú, Sequilao. Historia, Arte, Sociedad 4-5,
19-24, Lima.

Noel, A.
2003 Evidencias de un enterramiento ritual en un sector residencial de la parte alta de Caral, valle de Supe, en: R. Shady
y C. Leyva (eds.), La ciudad sagrada de Caral-Supe: los orígenes de la civilización andina y la formación del Estado
prístino en el antiguo Perú, 207-228, Instituto Nacional de Cultura/Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe,
Lima.

Onuki, Y.
1994 Las actividades ceremoniales tempranas en la cuenca del alto Huallaga y algunos problemas generales, en: L.
Millones y Y. Onuki (eds.), El mundo ceremonial andino, Senri Ethnological Studies 37, 69-96, Osaka.

Palacios, L.
1993 Ubicación de sitios arqueológicos en el valle de Supe-Ambar, provincias de Barranca y Chancay, Sequilao. Historia,
Arte, Sociedad 4-5, 12-18, Lima.

Patzschke, R.
1993 Zur Entstehung und zur Funktion formativzeitlicher Monumentalarchitektur im Casma-Tal, Perú, tesis de maes-
tría, Lateinamerika-Institut, Freie Universität Berlin, Berlin.

2008 Die Graffiti der Formativzeitlichen Anlage von Sechín Bajo und ihre zeitliche Einordnung, tesis de doctorado,
Fachbereich Geschichts- und Kulturwissenschaften, Philosophische Fakultät, Freie Universität Berlin, Berlin.

Pozorski, S. G.
1987 Theocracy vs. Militarism: The Significance of the Casma Valley in Understanding Early State Formation, en:
J. Haas, S. G. Pozorski y T. G. Pozorski (eds.), The Origins and Development of the Andean State, 15-30, New
Directions in Archaeology, Cambridge University Press, Cambridge.

Pozorski, S. G. y T. G. Pozorski
1977 Alto Salaverry: sitio precerámico en la costa peruana, Revista del Museo Nacional 43, 27-60, Lima.

1979 Alto Salaverry: A Peruvian Coastal Preceramic Site, Annals of the Carnegie Museum 48, 337-375, Pittsburgh.

1986 Recent Excavations at Pampa de las Llamas-Moxeke, a Complex Initial Period Site in Perú, Journal of Field
Archaeology 13 (4), 381-401, Boston.

1987 Early Settlement and Subsistence in the Casma Valley, Perú, University of Iowa Press, Iowa City.

1991 Storage, Access Control and Bureaucratic Proliferation: Understanding the Initial Period (1800-900 BC)
Economy at Pampa de Las Llamas-Moxeke, Casma Valley, Perú, Research in Economic Anthropology 13, 341-371,
Greenwich.

1992a Resultados preliminares del reconocimiento y excavación de sitios tempranos en el valle de Casma: 1980-1987,
Boletín de Lima 80, 33-45, Lima.

1992b Early Civilization in the Casma Valley, Perú, Antiquity 66 (253), 845-870, Oxford.

1994a Early Andean Cities, Scientific American 270 (6), 66-72, New York.

1994b Multidimensional Planning at Pampa de las Llamas-Moxeke, Casma Valley, Perú, Journal of Field Archaeology 15,
114-119, Boston.

ISSN 1029-2004
DEL ARCAICO TARDÍO AL FORMATIVO TEMPRANO 85

1998 La dinámica del valle de Casma durante el Periodo Inicial, en: P. Kaulicke (ed.), Perspectivas regionales del
Periodo Formativo en el Perú, Boletín de Arqueología PUCP 2, 83-100, Lima.

2000 El desarrollo de la sociedad compleja en el valle de Casma, Arqueología y Sociedad 13, 79-98, Lima.

2008 Early Cultural Complexity on the Coast of Perú, en: H. I. Silverman y W. H. Isbell (eds.), Handbook of South
American Archaeology, 607-631, Springer, New York.

Pozorski, T. G.
1982 Early Social Stratification and Subsistence Systems: The Caballo Muerto Complex, en: M. E. Moseley y K. C.
Day (eds.), Chan Chan: Andean Desert City, 225-253, University of New Mexico Press, Albuquerque.

Pozorski, T. G. y S. G. Pozorski
1987 Chavín, the Early Horizon and the Initial Period, en: J. Haas, S. G. Pozorski y T. G. Pozorski (eds.), The Origins
and Development of the Andean State, 36-46, Cambridge University Press, Cambridge.

1993 Early Complex Society and Ceremonialism on the Peruvian North Coast, en: L. Millones y Y. Onuki (eds.), El
mundo ceremonial andino, Senri Ethnological Studies 37, 45-68, Osaka.

1994 Sociedades complejas tempranas y el universo ceremonial en la costa nor-peruana, en: L. Millones y Y. Onuki
(ed.), El mundo ceremonial andino, 47-70, Serie Etnología y Antropología 8, Horizonte, Lima (versión en caste-
llano de: Early Complex Society and Ceremonialism on the Peruvian North Coast, Senri Ethnological Studies 37,
45-68, Osaka, 1993).

1997 La centralización del poder en el Perú prehispánico temprano, Revista del Museo de Arqueología, Antropología e
Historia 7, 87-109, Trujillo.

Raimondi, A.
1983 El Perú, vol. I, 2.a edición facsimilar publicada con el auspicio moral e intelectual del Colegio de Ingenieros del
[1874] Perú, Editores Técnicos Asociados, Lima.

Ravines, R. y W. H. Isbell
1975 Garagay: sitio ceremonial temprano en el valle de Lima, Revista del Museo Nacional 41, 253-276, Lima.

Samaniego, L.
1973 Los nuevos trabajos arqueológicos en Sechín, Casma, Perú, Larsen, Trujillo.

1995 La escultura del edificio central de Cerro Sechín, en: S. Lerner, M. Cárdenas y P. Kaulicke (eds.), Arqueología de
Cerro Sechín. Tomo II, Escultura, 19-41, Dirección Académica de Investigación, Pontificia Universidad Católica
del Perú, Lima.

Samaniego, L., E. Vergara y H. Bischof


1990 La nueva evidencia de Cerro Sechín, valle de Casma, Perú, Revista del Museo de Arqueología 1, 83-110, Trujillo.

Shady, R.
1997 La ciudad sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú, Museo de Arqueología y Antropología,
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima.

2000 Sustento socioeconómico del Estado prístino de Supe-Perú: las evidencias de Caral-Supe, Arqueología y Sociedad
13, 49-66, Lima.

2003 Caral-Supe y la costa norcentral del Perú: la cuna de la civilización y la formación del Estado prístino, en: R.
Shady y C. Leyva (eds.), La ciudad sagrada de Caral-Supe. Los orígenes de la civilización andina y la formación del
Estado prístino en el antiguo Perú, 139-146, Instituto Nacional de Cultura/Proyecto Especial Arqueológico Caral-
Supe, Lima.

Shady, R., C. Dolorier, F. Montesinos y L. Casas


2000 Los orígenes de la civilización en el Perú: el área norcentral y el valle de Supe durante el Arcaico Tardío, Arqueología
y Sociedad 13, 13-48, Lima.

Shady, R., J. Haas y W. Creamer


2001 Dating Caral, A Preceramic Site in the Supe Valley on the Central Coast of Perú, Science 292 (5517), 723-726,
Washington, D.C.

ISSN 1029-2004
86 FUCHS, PATZSCHKE, YENQUE Y BRICEÑO

Shady, R., M. Machacuay y R. Aramburú


2003 Un geoglifo de estilo Sechín en el valle de Supe, en: R. Shady y C. Leyva (eds.), La ciudad sagrada de Caral-
Supe. Los orígenes de la civilización andina y la formación del Estado prístino en el antiguo Perú, 303-311, Instituto
Nacional de Cultura/Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe, Lima.

Shady, R. y S. López
2000 Ritual de enterramiento de un recinto en el Sector Residencial A en Caral-Supe, en: P. Kaulicke (ed.), El Periodo
Arcaico en el Perú: hacia una definición de los orígenes, Boletín de Arqueología PUCP 3 (1999), 187-212, Lima.

Shibata, K.
2004 Nueva cronología tentativa del Periodo Formativo: aproximación a la arquitectura ceremonial, en: L. Valle (ed.),
Desarrollo arqueológico: costa norte del Perú, vol. 1, 79-98, Ediciones SIAN, Trujillo.

Squier, E. G.
1877 Perú: Incidents of Travel and Exploration in the Land of the Incas, Harper and Brothers, New York.

Tello, J. C.
1956 Arqueología del valle de Casma. Culturas: Chavín, Santa o Huaylas Yunga y Sub-Chimú. Informe de los trabajos
de la Expedición Arqueológica al Marañón de 1937, Publicación Antropológica del Archivo Julio C. Tello de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima.

Thompson, D. E.
1961 Architecture and Settlement Patterns in the Casma Valley, Perú, tesis de doctorado, Department of Anthropology,
Harvard University, Cambridge.

1962 The Problem of Dating Certain Stone-Faced, Stepped Pyramids on the North Coast of Perú, Southwestern Journal
of Anthropology 18 (4), 291-301, Albuquerque.

1964a Formative Period Architecture in the Casma Valley, Perú, en: Actas y memorias del 35.o Congreso Internacional de
Americanistas, 1962, tomo I, 205-212, México, D.F.

1964b Postclassic Innovations in Architecture and Settlement Patterns in the Casma Valley, Perú, Southwestern Journal of
Anthropology 20 (1), 91-104, Albuquerque.

1974 Arquitectura y patrones de establecimiento en el valle de Casma, Revista del Museo Nacional 40, 9-29, Lima.

Wester, C., J. Martínez Peña y A. Tandaypan


2000 La Granja. Investigaciones arqueológicas, Sociedad Minera La Granja/Museo Arqueológico Nacional Brüning de
Lambayeque, Chiclayo.

Wilson, D. J.
1995 Prehispanic Settlement Patterns in the Casma Valley, North Coast of Perú: Preliminary Results to Date, en: A.
Zighelboim y C. Barnes (eds.), Current Research in Andean Antiquity, Journal of the Steward Anthropological
Society 23 (1-2), 189-228, Urbana.

Yenque, G., P. R. Fuchs, R. Patzschke y C. Schmitz


2006 Informe del Proyecto Arqueológico Sechín Bajo, Casma, tercera temporada, informe presentado al Instituto
Nacional de Cultura, Lima.

ISSN 1029-2004

You might also like