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Pobreza en el Perú: ni
crecimiento ni programas
sociales bastan
29 abril 2016
Foto: Andina
Si bien el bajo crecimiento económico del país es una razón –en el 2011,
cuando la economía creció 6.5%, la pobreza cayó 3 puntos porcentuales–, no
es el único. De hecho, la reducción de la pobreza fue mayor en el 2014 (1.2
puntos), pese a que la economía creció a una menor tasa (2.4%).
CRECIENTES DIFICULTADES
La menor tasa del 2015 se explica por varios factores. En primer lugar,
conforme el nivel de pobreza en el país se acerca al 20%, las características
de pobreza de las personas —esencialmente, la productividad— tienen un
carácter más estructural y, por lo tanto, es más difícil incidir en su reducción.
“Cada vez se necesita un esquema más complejo para sacar a los pobres de
esa condición”, señala Carolina Trivelli, especialista en temas de pobreza y
exministra del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis). Si bien el
crecimiento económico fue clave la fuerte reducción de la pobreza en la
última década (40 puntos porcentuales) y continuará siendo importante,
contribuye cada vez menos a la disminución y no es suficiente por sí mismo
para atacar el ‘núcleo más duro’ de la pobreza.
Por ello, se requiere articular los programas de protección del Midis con
programas productivos, que permitan desarrollar las capacidades de las
personas pobres para que puedan ingresar al mercado. Javier Herrera,
director del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD, por sus siglas
en francés), recomienda que ministerios como Agricultura, Comercio
Exterior y Turismo, y Producción, articulen sus políticas con las del
Midis. Un ejemplo de esta coordinación es Haqu Wiñay (Mi Chacra
Emprendedora), un programa productivo que busca el fortalecimiento y la
consolidación de la producción familiar. Este programa productivo parte
sobre la base de un programa de protección manejado por el Midis: Juntos.
“El combo mínimo para reducir la pobreza en los próximos años incluye
crecimiento [del PBI], programas de protección, pero sobre todo programas
orientados a incrementar las capacidades productivas de las personas y
desarrollo de infraestructura”, reitera Trivelli.
Mejorar los servicios públicos supone una enorme dificultad para el Estado,
pues está asociado a una reforma mayor y estructural: la modernización del
sector público. Ésta implica articular a las diferentes entidades estatales para
brindar un servicio más efectivo a la población. Los obstáculos al avance de
Servir revelan estas dificultades.
Sin embargo, de no hacerlo, el trabajo hecho hasta la fecha quedará truncado
y la pobreza se estabilizará alrededor de 20%. Esta situación sería análoga
a la ‘trampa de ingresos medios’ en la que muchos países emergentes se
estancan tras un periodo de rápido crecimiento económico.