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Barrios y periferia en las ciudades americanas (siglos XVIII-XXI),

Dirección de Estudios Históricos, Instituto Nacional de Antropología e Historia,


Ciudad de México, 22 y 23 de noviembre 2011.

La Dirección de Estudios Históricos del Instituto especulación, economía y estructuras poblacionales,5


Nacional de Antropología e Historia organizó perspectivas y prácticas culturales.6
el pasado 22 y 23 de noviembre del 2011, un A continuación se destacarán algunos de los
coloquio con el título de “Barrios y periferia en elementos de análisis y problemáticas enfatizadas
las ciudades americanas (siglos XVIII-XXI)”. La en las distintas secciones del foro, desde diversas
sede del evento fue su casona ubicada en el cen- disciplinas tales como el urbanismo, la historia, la
tro de Tlalpan y donde, a lo largo de dos días, se antropología y la geografía social.
fueron sucediendo seis distintas mesas de trabajo Los barrios han atravesado una serie de trans-
en torno al análisis del barrio en relación con los formaciones urbanas a lo largo de los siglos tanto
siguientes temas: Organización jurídica y terri- en su caracterización como en su morfología. Se
torial: barrio, municipio y entidad federativa,1 trata de asentamientos conocidos como barrios
redes sociales y culturales,2 representaciones y de indios mismos que, más tarde, se convertirían
traza,3 historiografía, fundación y poblamiento,4 en los arrabales o suburbios dando lugar a una
reconceptualización en términos territoriales. Es,
sobre todo, en el proceso de homogeneizar espacios
jurisdiccionales para el ordenamiento urbano en su
estructura administrativa, que los significados y las
prácticas de barrio fueron adaptándose a distintos
modelos espaciales como son los cuarteles, las co-
1
Mesa a cargo de Carlos Aguirre Anaya (Dirección de Es- lonias, las delegaciones y otras entidades federativas
tudios Históricos, INAH), María Esther Sánchez Martínez vigentes hoy en día.
(Universidad Autónoma Metropolitana-Atzcapotzalco), Los barrios analizados entre el centro y la pe-
Regina Hernández Franyutti (Instituto de Investigaciones
Dr. José Maria Luis Mora), Holguer Lira Medina (El Colegio riferia deben ser tomados como unidad ya que es,
de México), María Soledad Cruz Rodríguez (Universidad justamente, a través de mecanismos tales como la
Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco) y Jorge Gómez movilidad social, la migración, la codependencia y
Sánchez (Universidad Autónoma de la Ciudad de México).
2
Mesa a cargo de Javier Casco López (Universidad Vera-
cruzana), Olga Montes García (Universidad Autónoma 5
Mesa a cargo de Sonia Pérez Toledo (Universidad Autó-
Benito Juárez) e Iván Gomezcésar Hernández (Universidad noma Metropolitana-Iztapalapa), Ernesto Flores Martínez
Autónoma de la Ciudad de México). (Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa), Jorge
3
Mesa a cargo de Luis Fernando Granados Salinas (Facul- Olvera Ramos (Escuela Nacional de Antropología e Histo-
tad de Filosofía y Letras, UNAM), Marcela Dávalos López ria), Isabel Méndez Fausto (Universidad de Guadalajara),
(Dirección de Estudios Históricos, INAH) y Manuel Sán- María del Carmen Bernárdez de la Granja (Universidad Au-
chez de Carmona (Universidad Autónoma Metropolitana- tónoma Metropolitana-Atzcapotzalco) y Ernesto Aréchiga
Atzcapotzalco). Córdoba (Universidad Autónoma de la Ciudad de México).
4
Mesa a cargo de Felipe Castro Gutiérrez (Instituto de 6
Mesa a cargo de Alejandro Semo Groman (Universidad
Investigaciones Históricas, UNAM), María Teresa Quezada Autónoma de la Ciudad de México), Rodolfo Gamiño
Torre (El Colegio de San Luis), Guillermo Vargas Uribe Muñoz (Centro de Investigaciones y Estudios Superiores
(Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo) y en Antropología Social-DF) y Rossend Rovira Mogardo
María del Pilar Iracheta Cenecorta (El Colegio Mexiquense). (Universitat de Barcelona).

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adquisición de poder político que ambas dimensio- plano de José Antonio de Alzate de 1789 parece
nes espaciales cohabitan y se afectan mutuamente. fundamental. En él aparecen varias decenas de
Se recalca, pues, que el foco de atención deben barrios representados y que, en apariencia, brindan
ser los límites ya que la legislación española im- una fuente de análisis importante en la reconstruc-
puso criterios propios que resultaron ajenos a la ción de su territorialidad. Sin embargo, se enfatizó
naturaleza indígena de ordenamiento espacial en la necesidad de tomar con reservas el uso de mapas
términos de sus fronteras. Dentro de esta proble- antiguos que no reflejan la naturaleza real ni el
mática parece de interés retomar el análisis de las carácter espacial exacto del barrio. Es preciso, por
rutas y caminos, de las entradas y salidas humanas, el contrario, tomar en cuenta el filtro cultural del
del mercado y áreas de consumo, etc. Además, se hacedor del mapa. En este caso, es Alzate quien
subrayó la utilidad de los estudios de urbanismo añade la información geográfica de la Ciudad de
mismos que pueden otorgar una comprensión en México en un papel pero a través del tamiz de la
términos de la planeación barrial y, así, dilucidar cartografía de la Ilustración con aspiraciones cien-
las tensiones producidas en el roce entre los barrios tificistas. En este sentido, Luis Fernando Granados
y otras entidades federativas. Salinas y Marcela Dávalos destacaron la forma en
La complejidad para definir un barrio urbano que el estudio de la cartografía antigua no puede
como una dimensión territorial está asociada a la deslindarse del propio pensamiento de su autor. En
gran diversidad de paisajes y poblamientos más allá este sentido, las fuentes escritas nos hablan que el
del binomio rural/urbano. Es, quizá, a través de un propio Alzate se mostraba sensible en relación con
enfoque antropológico que se pueden comprender los barrios indígenas y fue, justamente la preocupa-
estos espacios dentro de procesos de dinamismo y ción por su posible desaparición que introdujera en
simbolismo. La prácticas culturales que se operan en su mapa una determinada escala para el centro de
los barrios resultan fundamentales en este tipo de la ciudad y dejar sin escala la periferia de los barrios
análisis de carácter territorial, ya que son justamente y, así, manipular distancias reales. De esta forma,
ellas quienes construyen las identidades de los grupos se subrayó que los barrios no son lo que dicen los
sociales –lo que se puede o no alterar, por aquellos mapas y que para su estudio, en todo caso, resulta
cambios en los usos de suelo–. Las identidades indispensable introducir otros criterios de estudio.
barriales pueden reconstruirse a través del estudio Por ejemplo, el enfoque etnológico o antropológico
antropológico de sus fiestas, ceremonias y actividades brinda el análisis de la experiencia vivencial dentro
dentro de la religiosidad popular y de los procesos de los barrios que permite distinguir su población,
de aculturación. Se trata de comportamientos que no ya a partir de la traza, sino por el origen, el oficio
se replican en otros espacios, que se innovan o se y otras categorías sociales que reflejen la verdadera
intercambian con otras fronteras, pero que resultan naturaleza espacial del barrio (Dávalos, 20097).
actividades rituales de reapropiación territorial. Para el estudio de los barrios y sus transforma-
El proceso de incorporación de los pueblos en ciones a partir del siglo XVIII, se retoma la discusión
barrios –como parte del ayuntamiento– se encuen- en torno a la necesidad de conceptualizar algunos
tra en relación con criterios políticos. Esto es, en el términos como el propio de “barrio” o “pueblo”
afán de urbanización de los pueblos se gestaron dos mismos que, en primera instancia, se confunden
tipos de barrio: aquéllos de la periferia con paisaje
tipo rústico y las colonias de carácter urbano y 7
En esta obra, la autora rastrea textos de carácter legislativo
proletario. De hecho, estas morfologías del barrio que avalan el modo de vida barrial. Así, por ejemplo, los
pueden ser estudiadas en los censos, dentro de las documentos escritos por jueces y escribanos de Juzgados
estructuras administrativas, a través de prácticas de resultan una fuente histórica fundamental para la reconstruc-
trabajo –como son los gremios– o por medio de la ción de los barrios de indios en la Ciudad de México en el
siglo XVIII. Por su parte, Luis Fernando Granados propone
recaudación de tributos. conocer la naturaleza barrial a través de la articulación de
Sobre el uso de los mapas antiguos para la lo- tres categorías de estudio: los indios, la identidad y los
calización y el análisis del barrio del siglo XVIII, el mecanismos de recaudación tributaria (Granados, 2010).

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Raquel Urroz

y se metamorfosean en el devenir histórico.8 No un aparente desorden o desestructuración barrial,


obstante, a nivel jurídico se distinguió la manera es necesario desarrollar cierta sensibilidad que
en que un barrio no es un gobierno local en sí y nos permita mirar las movilidades sociales donde
que pudo haber sido tanto “sujeto” como “cabece- subyace cierta interacción de grupos, redes clien-
ra”. Mientras que el “pueblo” es otro cuerpo legal telares, vínculos sociales y determinadas prácticas
con límites bien establecidos con posibilidades de culturales. En este sentido, el analizar las dinámicas
reclamar el “fundo legal”. En este sentido, Felipe urbanas en los sectores populares brinda ciertas
Castro nos recuerda la necesidad de rastrear algunos pistas en la forma en que muchas veces los barrios
conceptos como son “estancias”, “cabeceras”, etc. se reproducen en otros espacios o, por el contrario,
(Gibson, 2007). Y distinguir, así, entre jerarquías chocan entre ellas en su lucha por mantener vivas
urbanas españolas –como son la ciudad, la villa o las particularidades de las identidades barriales.
el pueblo– con el calpulli o el altepetl de natura- Finalmente se puede reflexionar en algunos
leza indígena. Después, la necesidad de construir puntos que resultan fundamentales a la hora de
algunas categorías de análisis que expliquen, por estudiar los barrios y, así, dilucidar los retos que
ejemplo, que la cabecera no es fija o estable ya que implica el pensar la ciudad en su diversidad en
los españoles elegían, bajo criterios particulares, los la búsqueda de una reconstrucción estructural y
asentamientos y sus límites. En este sentido, cultural de sus diversas territorialidades.
los orígenes o el linaje de los pueblos fundadores Tomando en cuenta la gran diversidad de nocio-
se dispersa por varias partes; algunos desaparecen, nes que se ligan al estudio del barrio como pueden
otros son reubicados, algunos más se convierten en ser la periferia, la identidad cultural, las redes so-
sujetos –ya sea de un cacique o gobernante español–, ciales, etc., una historia territorial debe comenzar
a veces pasan a ser propiedad privada o a funcionar por reconocer que cada barrio tiene su propia
a través de un terrazgo o renta (Castro, 2010). historicidad, misma que no debe ser soslayada para
Por otra parte, Felipe Castro nos enseña que poder partir de los propios antecedentes, orígenes,
es indispensable, además, tomar en cuenta los composición, ocupación y dinámica en cada caso
fenómenos que afectan e impactan a los barrios y particular; para de esta forma tener conciencia de
que contribuyen a su transformación a lo largo del las diferencias regionales que marcan significados
tiempo. Por ejemplo, las epidemias, las reducciones, múltiples.
las congregaciones. Pero también, los elementos y La necesidad de una base teórica y metodológica
estructuras que muchas veces sobreviven (y no que para contrarrestar la dificultad de conceptualizar
se inmovilizan). Por último, es necesario tomar en el barrio que, aunque se expresa en términos de
consideración que las comparaciones deben ser su territorialidad, no solamente es su propia geo-
lógicas y no desequilibradas con respecto al estudio grafía. La comunidad, quien habita el barrio, es
de dos o más barrios. Por ejemplo, podría resultar quien crea vínculos de pertenencia, de parentes-
más adecuado contrastar la estructura territorial co, lingüísticos, etc. Además, existen estructuras
de la Ciudad de México con ciudades como Lima político-administrativas que brindan sentido de
o Madrid, que entre distintas regiones de México. pertenecia, ya sea a partir de cierta organización
En el trabajo de definir identidades barriales, las y participación política, o a raíz de estructuras y
calles, los comercios y las actividades nos hablan prácticas religiosas.
de las formas de sociabilidad, convivencia y soli- Reflexionar en las continuidades y rupturas a
daridad que, en última instancia, son las formas y lo largo de los tiempos evitando ser tajantes en
las fuerzas de articulación territorial. Así, pues, en nuestra propia idea del espacio. Es decir, aunque el
sistema colonial reestructura el territorio en su afán
por controlarlo –ya sea a través de un padrón de
8
Sobre la situación teórica, los cambios conceptuales y los
puntos de partida para el estudio de los “pueblos urbanos” tributarios, de organizaciones parroquiales, etc.–,
en la Ciudad de México, que ascienden a más de cien, con muchas veces no desplazó del todo los linajes,
orígenes prehispánicos o colonial (véase Álvarez 2011). las herencias, las concesiones y todos aquellos

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elementos que redistribuyen el espacio, también, ciertas políticas locales y, sobre todo, a través de una
permitiendo la subsistencia de ciertas estructuras religiosidad popular (Báez-Jorge, 2011).
territoriales ancestrales.
Aunque es cierto que no necesariamente un
censo o un mapa nos habla de las territorialidades REFERENCIAS
barriales, no obstante, las estadísticas, los planos y
las cartas corográficas pueden ser, no sólo auxilia- Álvarez Enríquez, Á. (coord.; 2011), Pueblos urbanos,
res importantes, sino fuentes de estudio histórico identidad, ciudadanía y territorio en la ciudad de
México, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias
para conocer aquello que representan de la reali-
en Ciencias y Humanidades, UNAM, Miguel Ángel
dad espacial, pero también aquello que omiten o Porrúa librero-editor, México.
distorsionan en su muy subjetiva reconstrucción Báez-Jorge, F. (2011), Debates en torno a lo sagrado. Reli-
de los espacios barriales. En este sentido, más que gión popular y hegemonía clerical en el México indígena,
desconfiar del mapa antiguo por sus intrínsecas Universidad Veracruzana, México.
desfiguraciones, por el contrario, podrían ser apoyo Castro Gutiérrez, F. (2010), “El origen y conformación
fundamental del análisis espacial y aunque no ya de los barrios de indios”, en Castro Gutiérrez, F.
(coord.), Los indios y las ciudades de Nueva España,
como testimonio fidedigno, sí para revelar la parte Instituto de Investigaciones Históricas-UNAM, Mé-
humana y cultural ligada al espacio geográfico. xico, pp. 105-122.
El trabajo de campo de tipo etnográfico resulta Dávalos, M. (2009), Los letrados interpretan la ciudad: los
fundamental para extraer datos concretos y ser barrios de indios en el umbral de la Independencia, Ins-
aplicados en ciertas categorías y conceptos previa- tituto Nacional de Antropología e Historia, México.
mente definidos y desarrollados, sin perder de vista Fernández Christlieb, F. y A. J. García Zambrano (coords.
2006), Territorialidad y paisaje en el altépetl del siglo
los cambios y criterios que deban irse adaptando
XVI , Fondo de Cultura Económica/Instituto de
a distintos contextos históricos. Por ejemplo, es Geografía-UNAM, México.
necesario mencionar más los antecedentes del Gibson, Ch. (2007), Los aztecas bajo el dominio español.
altepetl pero siempre dentro del mundo nahua, 1519-1810, Siglo XXI editores, México.
sin convertirlo en un concepto aplicado a una Granados, L. F. (2010), “Pasaportes neoclásicos. Identidad
generalidad territorial (Fernández y García, 2006). y cobro de tributo indígena en la ciudad de México
Una historia territorial de los barrios, siempre Borbónica”, en Castro Gutiérrez, F. (coord.), Los in-
dios y las ciudades de Nueva España, Instituto de Inves-
debe estar en relación con su contexto preciso en el tigaciones Históricas-UNAM, México, pp. 371-396.
tiempo y en el espacio. Pero, además, dicha historia
aparece siempre sumergida en un proceso entre la Raquel Urroz
homogeneización ideológica impuesto desde el po- Facultad de Filosofía y Letras,
der y una reivindicación barrial a través de litigios, Universidad Nacional Autónoma de México

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