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Anatema de recuerdos (Esteban Pineda Arias)

Era luna llena. James llega a eso de las 10 de la noche, exhausto, del arduo
trabajo hecho en todo el día. A pesar de su corta edad, se destacaba por su labor
de detective, en la comisaría NYPD Midtown North, a 2 Km de su apartamento.
Llegó a casa lleno de carpetas, papeles y muestras en su bolso, tenía muchos
casos los cuales resolver. La ventaja de James era que tenía la habilidad de
percibir recuerdos de objetos apenas él los tocara.; así que tenía un punto a su
favor.
Puso todo su material de trabajo en su gran escritorio y empezó:
- Caso N° 7897. Asesinato de mujer en la calle Lombard St. Traumatismo
craneoencefálico causado por agresión con disparo de un arma de fuego
(revólver).
Al lado del caso, en una bolsa, estaba la bala la cual impactó a la señora. James
estaba preparado para saber lo que pasó esa fría noche del 31 de octubre.
Tocó la bala y entró en trance
De repente, James se encontraba en aquella calle, unos minutos antes del
asesinato. Estaba listo para ser un espectador del homicidio.
El lugar estaba totalmente vacío, hasta que vio una señora, no más de unos 30
años acercarse al paradero.
Junto a ella, un señor aparentemente de 34 años, con rasgos finos y con ojos casi
verdes.
James notó que aquel hombre se encontraba un poco inquieto y desesperado. La
señora no le prestaba mucha atención a aquel individuo. Al cabo de 1 minuto, el
señor sacó un revólver de su bolsillo, apuntó a la señora en la cabeza y le dijo:
- ¿Sabes? Me gusta el sonido de un cráneo partiéndose. Una vida sin
homicidios para mí, es como una vida sin alimentos para ustedes.
El ruido del disparo invadió aquella calle que estaba vacía y la sangre de la mujer
salpicó en la cara de aquel hombre. Este se sentó en el andén, sin preocupación
alguna.
James se acercó a él y sacó su libreta para hacer un boceto de su cara, con este,
podría buscar al homicida en la base de dato de la comisaría NYPD Midtown
North.
Ya finalizado su perfecto y detallado boceto, cerró sus ojos para volver a su
apartamento, pero sintió el ambiente pesado. No podía concentrarse para volver,
abrió los ojos y a menos de 1 metro observó a una señora de edad, ya anciana de
unos 60 años de edad. Llevaba un vestido largo, blanco, igual que su abundante
cabellera. James se impregnó de temor porque sabía que aquella señora no
estaba propiamente en la escena del crimen, sino que lo miraba fijamente a los
ojos. Aquella anciana se le acercó con una leve sonrisa y esta posó su mano en la
frente de James, y al instante, desmayó.
Despertó en el suelo de madera de una casa, al parecer grande. No sabía si era
de día o de noche, porque aquella casa era bastante oscura.
Se levantó confundido, no sabía dónde estaba. Solamente recordaba el momento
en el que aquella señora posó su mano en su frente
James tenía un leve dolor de cabeza y se encontraba cansado, tenía que encontrar
la salida de ese lugar. Buscó por todas partes, pero solo encontró ventanas, y
aquellas estaban selladas.
Se estaba desesperando por encontrar la salida de aquella casa que, por cierto,
tenía un olor a madera vieja. De repente escuchó unos ruidos muy extraños que
provenían de abajo. Buscó la entrada del sótano para averiguar qué eran esos
ruidos.
Encontró la puerta que llevaba hacia el sótano. Estaba dispuesto a entrar, hasta
que una voz espectral le susurró al oído:
- No querrás entrar ahí
James volteó rápidamente y vio la señora de aquella noche, estaba vez con los
ojos rojos y con todos los dientes filudos.
Recordó la habilidad que tenía de percibir recuerdos, pero se percató de que solo
podía hacerlo con objetos
Puso todo su empeño en percibir a la señora y la tocó.
Repentinamente, se encontraba en una habitación de un hospital. Aquella
señora estaba dando a luz. James vio que el trabajo de parto se tornaba
complicado, lastimosamente, al punto de llegar a abortar.
La señora que cargaba a su hijo, ya sin vida, lo único que pedía era que le dieran
el ombligo de aquel
Inmediatamente, James volvió a aquella casa y estaba justo frente de la señora,
ya con un afilado y brillante cuchillo en la mano.
Ella se abalanzó sobre James y este hizo una maniobra para detener el ataque y
quitarle el cuchillo para contraatacar. James apuñaló a la señora sobre su cabeza
Su sangre derramaba sobre aquel piso viejo de madera. La señora sonrió y dijo:
- Este cuerpo no es la fuente de mi vida
James inmediatamente pensó:
- Si este cuerpo no es su fuente de vida, ¿qué será?
Recordó la visión que tuvo en el hospital y recordó que la señora suplicaba por el
ombligo de su bebé. Era una idea loca pero tal vez, este era su fuente de vida
James aseguró que el único lugar en el que podía estar aquel ombligo era en el
sótano. Apresuró rápidamente a bajar; tumbó de una patada aquella puerta que
conducía al sótano y lo que vio le sorprendió:
Una docena de cuerpos mutilados en el piso, derramando sangre. En la mitad de
aquella habitación, en un cristal, estaba el ombligo de aquel infante abortado ese
día.
Se dirigió hasta el cristal, lo agarró y lo tiró al piso para que este quebrara. Con
los mismos escombros, apuñaló aquel ombligo varias veces. Ahí fue cuando
escuchó, tal vez, el grito más desgarrador que había escuchado en su vida. Sabía
que era de aquella señora.
De repente, todo se tornó oscuro y de un momento a otro se encontraba en su
apartamento, sentado en su escritorio. Miró su reloj y era la 1 AM.
No estaba seguro si era cierto lo que le ocurrió, pero se sentía un poco libre, hasta
que, a su derecha en el piso, se encontraba en un cristal, aquel ombligo que había
apuñalado antes.

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