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Agnación:

En Derecho Romano se llama así al parentesco por consanguinidad entre agnados; esto
es, entre los varones descendientes de un mismo padre, y sujetos a la potestad del pater
familias. Era una especie de parentesco civil, en oposición al natural.

La agnación es el parentesco civil, es decir, del vínculo entre personas que estarían
sometidas al mismo pater familias si éste aún viviera (los parientes agnados conforman la
familia communi iure). A los agnados puede corresponder la herencia, la tutela o la curatela,
es decir, es jurídicamente relevante.
La relevancia jurídica de la Agnacion es que a los agnados puede corresponder la herencia, la
tutela
En la Antigua Roma se conoció con el nombre de agnado a aquel que se hallaba unido
legalmente por agnación, a una familia por vía masculina. Su importancia hasta la época
del emperador Justiniano es que de acuerdo a ese parentesco se defería la sucesión “ab
intestato” y se confería la tutela legítima.
Para comprender esta particular familia agnatica tomemos un ejemplo. La familia romana
comenzaba su existencia a partir de un personaje supremo, que era el pater (varón más
antiguo de la familia). Debemos remontarnos al abuelo paterno o al bisabuelo en caso de
estar vivo, para saber quien era el pater, sin tomar en cuenta los ascendientes maternos.
Reconocido ya el pater como cabeza y jefe supremo de la familia agnaticia, el resto que la
conformaba era los filius, o sea los descendientes varones, y las mujeres mientras no
hubieran contraído matrimonio cum manu, pues en ese caso, si bien no se rompía el
vínculo cognaticio (de sangre) la hija pasaba a formar parte de la familia agnaticia de su
marido y a adorar los dioses familiares de la familia de su esposo.

La esposa del pater casada cum manu pertenecía también a su familia agnaticia, al igual
que las nueras, que para heredar, por una ficción legal eran consideradas, hija del pater la
primera, y nietas las segundas.

También integraban la familia agnaticia personas extrañas a ella incorporadas por


adrogación (en caso de un pater que adoptara a otro pater con toda su familia) o por
adopción de un alieni iuris.

La agnación era un vínculo legal, civil, mientras la cognación o vínculo de sangre era una
institución de derecho natural. Por lo tanto la agnación, se pierde por la “capitis deminutio”
que sin embargo no afecta a la cognación.

No solo se perdía según Gayo, el vínculo agnaticio por “capitis deminutio máxima” (pérdida
de libertad) ya que los esclavos eran objetos, y por la capitis deminutio media, pérdida de
la ciudadanía; sino también por la mínima, como por ejemplo, si el pater, emancipaba a
uno de dos hijos; luego de su fallecimiento, ninguno de esos hijos podía ejercer la tutela
del otro, como agnado.
LA AGNACION EN EL PERU

(Reniec,2015, pg.10) El registro de los apellidos se realiza al inscribir a una persona en el


Registro Civil y cada país define las características de dicho registro. El sistema peruano de
llevar dos apellidos (primer apellido del padre más el primer apellido de la madre) proviene del
sistema usado en España, que es bastante diferente al de otros países, como el Reino Unido,
Francia o Italia, donde solo se usa un apellido, el del padre o en caso de permitirlo la
legislación correspondiente el de la madre. En este sistema el apellido de la madre se extingue
ya que este apellido se coloca en segundo lugar y nunca será transmitido a los hijos o
descendientes, a los cuales se les transfiere solo el primer apellido del padre y de la madre. A
diferencia de lo que sucede con el nombre, los apellidos no podrán ser asignados libre y
arbitrariamente. La única excepción a esta regla se encuentra en el artículo 23 del Código Civil:
“El recién nacido cuyos progenitores son desconocidos debe ser inscrito con el nombre
adecuado que le asigne el Registrador del Estado Civil”.

Respecto a la conformación del nombre, el artículo 20 del actual Código Civil de 1984 señala:
Al hijo le corresponde el primer apellido del padre y el primero de la madre. No obstante, es
preciso indicar que, si los padres del menor tienen un vínculo matrimonial, cualquiera de ellos
puede registrarlo, a diferencia del hijo nacido fuera del vínculo matrimonial, aquel que lo
inscribe podrá revelar el nombre de la persona con quien lo hubiera tenido. En este supuesto,
el hijo llevará el apellido del padre o de la madre que lo inscribió, así como del presunto
progenitor, no estableciéndose vínculo de filiación en este último caso. (Reniec, 2015, pg.15)

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