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Diálogo, Cambio social y Medios de comunicación

Diálogo, Cambio social y Medios de comunicación


Mg. Hugo Andrei Buitrago Trujillo1
Síntesis
La charla se plantea a partir de dos momentos: el primero es una mirada rápida
sobre las tres formas en que la Comunicación para el desarrollo y el cambio social
viene abordando el concepto de diálogo para, en el segundo momento, mirar cómo
pueden los medios de comunicación comunitarios y alternativos favorecer ese
diálogo al interior de una comunidad y con otras comunidades en el fortalecimiento
de procesos de gestión del Vivir Bien.

***

Desde mediados del siglo XX la comunicación, en función de eso que se ha llamado


desarrollo, ha venido asumiendo distintos roles, conforme la concepción del
desarrollo ha cambiado; es así cómo se ha pasado de “la comunicación” mirada
sólo desde los medios masivos a la comunicación como proceso de interacción
entre sujetos sociales; de la comunicación para la difusión a la comunicación para
la educación; de la comunicación para la resistencia a la comunicación para la
construcción conjunta y el cambio social.

Para evitar un recorrido extenuante por este proceso, partamos entonces de la base
de que la Comunicación implica un diálogo entre los distintos sujetos de la sociedad
y que, para tal diálogo, los medios de comunicación masiva son sólo una
herramienta de las múltiples que pueden ser usadas para favorecer ese intercambio
colaborativo.

¿Cómo asumir este diálogo?; tomando como base el análisis que hacen Rafael
Obregón y Adriana Ángel2, pero mirando cada uno como parte de una misma

1 Charla preparada para el evento De la vulnerabilidad a la sustentabilidad ¿A través del desarrollo?


Realizado en Sincelejo el 22 y 23 de noviembre de 2016.
Hugo Andrei Buitrago Trujillo: Comunicador Social, Magíster en Desarrollo. Docente asociado
Facultad de Comunicación Social-Periodismo, Universidad Pontificia Bolivariana.
hugo.buitrago@upb.edu.co
2 OBREGÓN, Rafael, ÁNGEL, Adriana, "¿Diálogo o comunicación para el desarrollo y cambio

social?, en PEREIRA, José Miguel, CADAVID, Amparo, Comunicación, desarrollo y cambio social.
Interrelaciones entre comunicación, movimientos ciudadanos y medios, Bogotá, Universidad
Javeriana-Uniminuto, 2011, pp. 113-131.

Hugo Andrei Buitrago Trujillo Noviembre de 2016


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estructura, el diálogo en la Comunicación para el cambio social es susceptible de


tres abordajes: evento de comunicación interpersonal, modelo de comunicación y
deliberación pública.

- Diálogo evento de comunicación interpersonal: en otras palabras, se habla


de un suceso entre varias personas, un encuentro profundo de comunión y,
al hablar de comunión, se habla de interacción, por eso, se habla de
interlocutores.

Con este principio, es vital tener en cuenta que esa interacción trae como
consecuencia una construcción conjunta y que para conseguir esta
construcción es necesario hablar un mismo leguaje, este lenguaje es, quizá,
uno de los primeros resultados del diálogo, porque consiste en acordar darle
el mismo significado a los elementos que mencionamos, es decir que el
diálogo también es preponderante para construir un lenguaje común.

Cuando se habla de acordar un lenguaje común, lo que estamos diciendo es


que antes que persuadir al otro, se trata de construir con el otro; de esta
manera consolidamos una relación que se llena de significado, más aún si
se da en relación con y en un territorio compartido.

Nada de ello puede suceder si no se reconoce al otro como par, diferente y


complementario.

- Diálogo modelo de comunicación: hablamos de interlocutores en vez de


receptor y emisor, porque nadie es un recipiente vació que simplemente oye
y asimila información, sino que filtra, interpreta, adapta, transforma, usa y
reacciona frente a la información que se intercambia, de acuerdo con los
conocimientos, experiencias y valores que tiene.

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Teniendo esto en cuenta, el diálogo, como modelo, contempla


realimentaciones, en interacción e influencia constantes entre los dialogantes
(interlocutores). Con esta perspectiva se puede decir que se plantean
interacciones interpersonales que, en razón del cambio, pueden devenir en
iniciativas comunitarias.

Se habla, entonces, de un “proceso horizontal y de construcción de sentidos


y significados” que “implica interacción, retroalimentación y generación de
conciencia crítica [de la información y del contexto] entre sus participantes”3,
soportado en el diálogo de saberes que supone la valoración del saber del
otro para la construcción del conocimiento y de la solución de problemas.

Lo que es importante de ver el diálogo como modelo es que permite develar


fallas y limitaciones en el proceso de comunicación y remediarlas desde la
inclusión, esto es, tomando conciencia del otro-humano.

- Diálogo deliberación pública: Aunque Obregón y Ángel lo muestran como


distinto a los otros dos, yo prefiero tomarlo como parte de una misma
estructura, es decir, que el diálogo evento y el diálogo modelo pueden verse
como requisito del diálogo deliberación pública. La deliberación se refiere a
la discusión para la decisión, entonces la deliberación puede ser una forma
de construcción conjunta y comunión, no sólo de persuasión. Mejor dicho, el
diálogo es “modelo y metáfora” para la deliberación, permite la construcción
de comunidad y razón pública; la acción colectiva, la democracia deliberativa,
el activismo, acuerdos temporales y permanentes.

Al final, el diálogo, al interior de las comunidades permite su


autorreconocimiento, la identificación de problemas y, por ende, la
presentación de soluciones. Con el diálogo-deliberación se busca

3 OBREGÓN, Rafael, ÁNGEL, Adriana, "¿Diálogo o comunicación...”, pp. 115-116.

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democratizar procesos comunicativos que favorezcan la inclusión y


participación.

Cada uno de estos abordajes obliga a una cosa: saber quién se es, qué se quiere y
a quién decirlo. Reconocer al otro no es posible sin el propio reconocimiento. Es por
esto que cuando se habla de Comunicación para el Cambio Social se habla, como
dice Alfonso Gumucio Dagron de un “un diálogo a través del cual las personas
determinan quiénes son, qué necesitan y qué quieren con el fin de mejorar sus
vidas”4 y, como se definió en sus principios, de consolidar poblaciones capaces de
narrarse (de contar su propia historia) y de replantear su realidad.

Ahora bien; este replanteamiento, suponemos, debe ser el hacia el Vivir Bien: un
algo subjetivo que depende, precisamente de lo que cada comunidad ha definido
para sí, sobre la base del bien común y de la convivencia con las otras comunidades
con las que se relaciona. Y esa definición no será factible si no es, como se
supondrá, a través del diálogo.

Recapitulando: el diálogo se erige como la forma de consolidar el conocimiento que


tiene una comunidad sobre sí misma para poder definir su futuro, es decir, su visión
de cómo Vivir Bien y trazar el camino para lograr ese cambio.

¿Por qué iniciar por este panorama?, porque antes de pensar en las Radios,
Canales de Televisión, Revistas, Periódicos, Periódicos Murales… hay que pensar
que los medios sólo son “medios”, es decir, sólo son herramientas. Desde esta
perspectiva, los medios de comunicación masiva, sólo son útiles en tanto sirvan la
construcción del diálogo en cualesquiera de sus dimensiones y favorezcan los
elementos que permiten la construcción del Vivir Bien de una comunidad en su
territorio, a saber:

4 Citado en OBREGÓN, Rafael, ÁNGEL, Adriana, "¿Diálogo o comunicación..., p. 126.

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- La capacidad de tomar decisiones sobre el futuro propio: es decir tener


acceso a la información, conocimiento para interpretarla y escenarios en los
cuales participar del diagnóstico, proposición y ejecución de las soluciones a
los problemas identificados.
- Posibilidades de trabajo conjunto en la búsqueda de ese futuro: organizarse
y trabajar con otras organizaciones del orden comunitario, gubernamental o
privado, en un ambiente de paridad, confianza y respeto.
- Coexistencia con el otro en respeto por sus diferencias y derechos, así como
en cumplimiento de los deberes individuales y colectivos y de las normas que
hemos establecido para llevar a cabo esta coexistencia resolviendo de
manera pacífica los conflictos que, por ella misma, se presenten.
- Condiciones materiales que permitan fomentar las capacidades y
potencialidades mencionadas, acordes con las posibilidades, vocación y
cultura del territorio.

¿Cuál es el medio idóneo entonces para conseguir, fortalecer, favorecer o propiciar


alguno, algunos o todos los elementos que hemos mencionado hasta ahora?; sólo
cada comunidad (ojalá con el apoyo de algún profesional del área) puede saberlo;
no obstante, el punto de partida, en mayor o menor escala, siempre será la
comunicación cara a cara. Será a partir de esta que se determine la estrategia a
seguir para identificar: qué se quiere decir; para quiénes; con qué recursos se
cuenta y, con esta información, mirar las herramientas de comunicación posibles,
los posibles responsables y los contenidos viables.

Un elemento que se torna fundamental es, entonces, la pertinencia y, una vez, más,
lo único que puede garantizar esta pertinencia es la comunidad misma. Pensar
metodologías, mecanismos, espacios de comunicación y, finalmente, medios
comunitarios, sólo tiene sentido en la medida en la que estos garanticen cercanía y
relevancia de la información que allí se ponga en discusión5.

5Existen, por ejemplo, formas de periodismo comunitario y periodismo público en las que se realizan
alianzas entre periodistas y organizaciones sociales para la consolidación de un medio cercano y el

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La existencia de un medio no garantiza la comunicación por sí misma, y muchas


veces resulta más efectivo un espacio permanente de encuentro pensado para
intercambiar aprendizajes, resolver o presentar dudas, reconocerse y ponerse de
acuerdo. Asimismo, que ese medio pertenezca a alguna organización comunitaria
no garantiza que este sea alternativo ni que sus contenidos cumplan con funciones
de apoyo a la comunidad.

Quiero volver a una idea que acabo de mencionar, no se puede perder de vista que
los medios son un herramienta, una que no se puede confundir con el objetivo: ¿qué
es más importante tener: una página web o que nuestra comunidad o los miembros
de nuestra organización estén al tanto de las temas que se tratarán en la próxima
reunión?, ¿es acaso justificable la inversión en una emisora que dedicará el 90% de
su espacio al aire en programar música, es más, en programar la misma música
que ocupa a las cadenas radiales nacionales?, ¿es de utilidad un canal de televisión
cuya única finalidad es la retransmisión de películas de acción y comedias
extranjeras?6

Ahora bien, si se ha definido que un medio de comunicación encaja dentro de los


propósitos que la comunidad organizada ha establecido como el camino a seguir,
tanto por la visibilidad que se requiere, por la necesidad de reactualizar la
información permanentemente y la relevancia de difusión constante, conviene,
antes de embarcarse en la creación de un medio nuevo, cuyos gastos y logística no
siempre están al alcance de una comunidad, identificar qué medios existen ya y
están al alcance de los miembros del colectivo.

cubrimiento de fuentes y noticias relevantes para la comunidad en la que se desenvuelve la


organización, abriendo también espacio para la voz comunitaria.
6 A propósito de las posibilidades de los distintos medios en el fortalecimiento del tejido social se

puede mirar BUITRAGO, Hugo Andrei, BETANCUR, Carolina, ZULUGA, Évelyn, “Medios de
comunicación para el cambio social y comunicación para el fortalecimiento del tejido social”, en
Comunicación, No. 34, Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, pp. 85-97, disponible en
https://revistas.upb.edu.co/index.php/comunicacion/article/view/6775/6199

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Aquí tanto la construcción de un periódico mural como la consecución de un espacio


en una revista, periódico o emisoras ya existentes son una opción que se debe
considerar tanto como la realización de encuentros que tengan lugar de manera
periódica en distintos lugares del territorio en el que se trabaja.

No se pueden subestimar (ni sobrevalorar), el uso de plataformas sin costo y de


dispositivos que hoy en día no son extraños para buena parte de la población pero
que hemos destinado a otros usos, sobre todo de corte social y recreativo. Si se
presta atención, en no pocas ocasiones resultan subutilizados programas como, por
ejemplo, los Kioskos vive digital, delegando a un espacio de bajo costo la mera
revisión de correos electrónicos o de las novedades en lo que llaman redes sociales
(me inclino más por el término medios sociales, dado que la red sólo es real en la
media en la que los sujetos que pertenecen a ella actúan de manera coordinada y
colaborativa en la consecución de objetivos comunes).

Son precisamente estos medios sociales, mencionemos Facebook y YouTube, una


oportunidad de establecer espacios de visibilización, contacto y difusión que no
requieren el acceso a tecnologías costosas y especializadas; baste decir que un
“manos libres” de celular resulta ser un muy buen micrófono y que la calidad de la
imagen de la mayoría de los teléfonos actuales es bastante alta; además, estos
aparatos fungen también como grabadoras de sonido.

De manera que la elaboración de contenidos no está tan alejada como antes podría
pensarse y, la posibilidad de conservar estos archivos facilita su distribución ya sea
por los medios mencionados o a través me memorias o DVDs que pueden ser
reproducidos en múltiples espacios o medios aliados en diversos momentos y de
manera simultánea. Pero, discúlpenme la insistencia, esas tecnologías pueden
facilitar y apoyar la comunicación, pero de manera alguna la determinan; nada de
esto es útil si no se parte de la idea inicial del diálogo, esto es, en últimas, de la
conversación constructiva entre los participantes de la charla: los interlocutores y,
para llevar a cabo una charla hay infinidad de mecanismos.

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A modo de resumen y cierre, la consecución de un Cambio Social tiene un


importante sustrato comunicacional que parte del proceso de diálogo a través del
cual las personas, con el insumo de un lenguaje compartido, definen el futuro que
quieren construir, es decir, le dan sentido a ese cambio y, con esta base, conforman
y participan de los espacios en los que; en conjunto con estamentos
gubernamentales, privados y comunitarios; acuerdan los proyectos que ejecutarán
para cimentar ese cambio, sin perder de vista el bien común y el respeto por el otro.
Lo anterior requiere no solo acceso a la información, sino también, la capacidad de
entenderla y la posibilidad de aprovecharla para tomar decisiones como conjunto.

Este proceso sólo se puede recorrer si se fortalece constantemente a la comunidad


brindándole las herramientas necesarias para acceder a los espacios que favorecen
su participación y se estimula la creación de alianzas y redes de trabajo; para ello
la visibilización del trabajo que se viene elaborando es bastante útil por lo que el uso
de medios de comunicación es estratégico sí se mantiene una idea amplia de lo que
un medio puede ser, entendiendo que este (como herramienta), puede pasar por
las reuniones periódicas, los grupos de discusión, CDs que rotan por distintas
familias, la producción de un programa de radio en una emisora preexistente, la
actualización constante de un periódico mural tipo cartelera o el aprovechamiento
de grupos de Whatsapp, Facebook y un canal de YouTube, dependiendo cada uno
de ellos de las posibilidades de acceso de nuestros interlocutores y las propias de
producción.

Referencias
OBREGÓN, Rafael, ÁNGEL, Adriana, "¿Diálogo o comunicación para el desarrollo
y cambio social?, en PEREIRA, José Miguel, CADAVID, Amparo, Comunicación,
desarrollo y cambio social. Interrelaciones entre comunicación, movimientos
ciudadanos y medios, Bogotá, Universidad Javeriana-Uniminuto, 2011, pp. 113-131.

BUITRAGO, Hugo Andrei, BETANCUR, Carolina, ZULUGA, Évelyn, “Medios de


comunicación para el cambio social y comunicación para el fortalecimiento del tejido
social”, en Comunicación, No. 34, Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, pp.

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85-97, disponible en
https://revistas.upb.edu.co/index.php/comunicacion/article/view/6775/6199

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