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Queridos Chicos:

En primer lugar, quiero expresarles que constituye una inmensa satisfacción para mí,
la posibilidad que tengo hoy de dirigirles unas breves palabras.
Seguramente no es una casualidad que sea Yo quien les esté hablando, puesto que
hace tres años también Yo ingresaba a la Escuela de Comercio, ahora como Profesor,
pero con las mismas expectativas, miedos, desafíos y esperanzas que manifestaban
ustedes en esas caritas de 15 años; ustedes, que fueron, son y serán mis primeros
alumnos en esta escuela, por lo que será difícil no recordarlos.
Creo que no es una novedad decirles que fueron un grupo bastante difícil, porque
ustedes también lo saben, pero también creo que con el tiempo fuimos construyendo
un hermoso vínculo que rompió con ciertas rigideces que a veces caracterizan la
relación entre profesores y alumnos, sin perder ese necesario equilibrio que debe
tener toda situación de enseñanza y aprendizaje.
Y en ese tiempo fui aprendiendo a conocerlos; por eso hoy puedo decirles que hay
un hermoso proyecto en potencia en cada uno de ustedes; en los de 10, en los de 8, en
los de 6, en los de 4; porque al margen de las notas, son todos buenas personas,
hombres y mujeres de bien que sabrán hacer de sus vidas un proyecto interesante.
Y en ese camino por la vida quiero decirles que pueden contar conmigo.
Camino por la vida que no puede dejar de tener una metodología, sí, una
metodología, para no perder el rumbo, para que sepan la alternativa que más les
conviene en las situaciones difíciles que se presenten.
Camino por la vida que hoy inicia una nueva etapa. Etapa a la que han llegado gracias
al gran esfuerzo que realizaron, pero también, y sobre todo, al enorme sacrificio que
sus padres han hecho durante toda su socialización primaria, a los que deben
agradecerles eternamente. Ustedes ya saben de lo que estoy hablando. Y también
saben que a partir de ahora los resultados dependen mucho más de su propio
esfuerzo; por eso los invito a poner todas sus energías para conseguir sus objetivos.
Para ir finalizando, quiero decirles que no olviden la escuela, antes quizá lo único que
querían era no venir más, pero les aseguro que a partir de ahora la van a valorar
mucho más, porque ella encierra una etapa muy importante de sus vidas.
Por último, quiero darles las gracias. Gracias porque he aprendido mucho con
ustedes; gracias por haberme hecho crecer como docente, gracias por permitirme
compartir su hermoso proyecto en la Escuela Berrutti en la cual aprendimos tantas
cosas; pero sobre todo gracias por demostrarnos, en contra de algunos agoreros, que
la juventud argentina no está perdida, está de pie para construir un país mucho mejor.
Los quiero mucho. Que sean muy felices.

Gracias.

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