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Alteridades

ISSN: 0188-7017
alte@xanum.uam.mx
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Iztapalapa
México

R. Leach, Edmund
Cabello mágico
Alteridades, vol. 7, núm. 13, 1997, pp. 91-107
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=74711130012

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ALTERIDADES, 1997
7 (13): Págs. 91-107

Cabello mágico*

EDMUND R. LEACH

Introducción interpretar “conductas simbólicas”, rápidamente se


vuelve obvio que se puede identificar alguna distinción
El problema que estoy trabajando es, en términos muy entre lo que podría ser llamado lo pragmático o con-
generales, el siguiente. Gran parte del trabajo de los tenido operacional de un símbolo y su contenido de
antropólogos sociales está relacionado con la inter- comunicación. Éste fue un asunto muy trabajado por
pretación de la conducta simbólica. Cuando hablamos Malinowski con relación al lenguaje. Con el argumento
de “estructura social” estamos traduciendo a nuestra de que los lingüistas de su época concebían al lenguaje
propia jerga varios pedacitos y piezas de conducta cul- simple y llanamente como un medio comunicativo, él
turalmente definidos, que nosotros elegimos considerar se fue al extremo opuesto y afirmó que, por mucho, la
como “símbolos”. Esto es particularmente obvio en el cualidad más importante del lenguaje era que éste era
caso de los rituales religiosos; las generalizaciones de una herramienta pragmática. Esto es, que las pala-
Van Gennep sobre los Rites de Passage ofrecen un bras no sólo dicen algo del estado de los hechos, sino
ejemplo clásico, pero incluso la ingenua teoría “aso- que en nueve de cada diez casos las palabras tienen
ciacional” de la magia de Frazer asume que los antro- consecuencias, alteran el estado de los hechos (Ma-
pólogos poseen una clase de llave dorada mediante la linowski 1932 y 1935).
cual pueden afirmar de manera simple que una pieza Actualmente esta cualidad dual no se limita a las
particular de la conducta humana estereotipada “re- palabras habladas, está presente en casi todos los
presenta” o “es un símbolo de” esto, aquello o lo de más tipos de símbolos, excepto aquellos artificiales que
allá. los profesionales de la lógica inventan con la intención
No deseo involucrarme en el marisma filosófico específica de que no puedan tener ninguna carga va-
implícito en supuestos de este tipo. Coincido con que lorativa. La conducta simbólica no sólo “dice” algo,
la mayoría de tales interpretaciones no tienen una también manifiesta emoción y, en consecuencia, “hace”
sólida justificación lógica, lo que no me disuade de mis algo. Pero esto implica para los antropólogos un pro-
intentos interpretativos. Considerada desde un punto blema esencialmente psicológico ¿en qué parte preci-
de vista lógico, casi la totalidad de la teoría psicoana- sa de los símbolos viene el contenido emocional? y
lítica descansa en las falacias más deslumbrantes, in- ¿cómo es que algunos símbolos tienen una mayor
clusive, de alguna u otra manera, con frecuencia re- carga emocional que otros?
sultan iluminadoras. En nuestra sociedad, si dos hombres se dan un
Mis dificultades intelectuales son diferentes. Asu- apretón de manos tal conducta tiene un “significado”
miendo que podemos hacer adivinanzas plausibles al que es equivalente a una declaración como la siguien-
te: “nosotros dos somos de la misma posición social y
* “Magical Hair”, en John Middleton (ed.), Myth and Cosmos: podemos conversar el uno con el otro sin vergüenza”.
readings in mythology and symbolism, Natural History
Como observadores externos podemos comprobar
Press, Nueva York, 1967, pp. 77-108. Traducción Guada-
lupe González Aragón y José Hernández Prado. este significado si viajamos por Europa y América y
Cabello mágico

anotamos las ocasiones en que los individuos se dan dogmas para lo que tipos particulares de símbolos
la mano y con los individuos particulares que lo hacen. “significan” cuando ellos surgen en sueños y en con-
Esta técnica de interpretación simbólica es la que ductas obsesivas de pacientes psiquiátricos indivi-
Radcliffe-Brown (1933: 235) preconizaba como gene- duales. Éste es un asunto relevante para los antro-
ralmente apropiada para los antropólogos, y prescin- pólogos por los peculiares procedimientos que se usan
de mucho de cualquier presupuesto psicológico. para conceder validez a las teorías de los psicoanalistas.
En cambio, si beso en los labios a un bella muchacha Es común para todas las escuelas de psicoterapia
el gesto tiene un “significado” indeterminado. Igual que interpretaciones simbólicas particulares se jus-
que lo anterior, esto puede ser parte de un ritual de sa- tifiquen por remarcar supuestas características del
ludo o despedida, pero también puede tener un signi- Inconsciente. Para todas las escuelas, es un dogma
ficado emocional adicional para cada una de las partes que los tabúes que la Sociedad impone sobre las con-
en lo individual. El observador externo sólo puede in- ductas sexuales y excretorias se traducen en “re-
tentar adivinar lo que está sucediendo. presión”. Como una consecuencia de este proceso
La principal diferencia entre estos dos efectos de civilizatorio la “porción reprimida de la personalidad”
conducta simbólica es que el primero es público y el (el id en términos freudianos) parece expresar sus
segundo privado. La esencia de una conducta simbó- deseos sexuales y excretorios mediante el uso de
lica pública es que ésta es un medio de comunicación; símbolos que representan un desplazamiento de los
el actor y su público comparten un lenguaje común, intereses básicos genitales y pregenitales.
un lenguaje simbólico. Ellos deben compartir un con- Por su naturaleza, tales doctrinas psicoanalíticas
junto de convenciones comunes tales como lo que los son incapaces de verificar o descalificar, pero, por una
diferentes elementos en el lenguaje significan, ya que convención bien establecida, a menudo los analistas
de otra manera habrá fallas de comunicación. Desde introducen de manera forzada material etnográfico
un punto de vista amplio es lo que nosotros llamamos para dar sustento a sus observaciones clínicas. Pare-
cultura. Cuando la gente pertenece a la misma cultura ciera que si hacen esto sus descabelladas interpreta-
comparte varios sistemas de comunicación mutua- ciones pueden parecer más plausibles al público lego.
mente sobreentendidos. Cada miembro de dicha cul- Este procedimiento fue adoptado por el propio
tura atribuirá el mismo significado a algún asunto Freud en diversas ocasiones, y es notable en Totem y
particular de un “ritual” culturalmente definido. tabú. Su justificación lógica es ofrecida por la creencia,
En contraste, la cualidad característica del sim- ahora pasada de moda, de que las sociedades “pri-
bolismo privado es su poder psicológico para que mitivas” son, en algún sentido, cronológicamente ar-
aflore la emoción y altere el estado del individuo. La caicas. Freud (1919, capítulo I, párrafo 1) plantea de
emoción emerge no por alguna clase de atracción manera específica que “en la vida psíquica (de los
hacia las facultades racionales sino por algún tipo de hombres primitivos) podemos reconocer un bien pre-
acción disparadora sobre los elementos subconscien- servado estado original de nuestro propio desarro-
tes de la personalidad humana. En tales circunstan- llo”. Por esta analogía, se considera que la ausencia de
cias el grado en el cual nuestras propias emociones inhibición sexual en las convenciones habituales
privadas son también experimentadas por otros es de una sociedad primitiva corresponde a la conducta
algo sobre lo que sólo podemos especular. desinhibida de un niño pequeño en nuestra socie-
Esta distinción entre público y privado, social e in- dad. Adicionalmente, a menudo se representa a las
dividual, tiene que ver constantemente con el an- sociedades primitivas como si tuvieran una especie de
tropólogo social. En la mayoría de las situaciones él personalidad colectiva en la que sus mitos y rituales
estará muy alerta de dejar los asuntos psicológicos a corresponden a los sueños y juegos de los niños oc-
los psicólogos y marcar con firmeza las facetas so- cidentales individuales. En el mismo sentido, los
ciológicas públicas del caso. Entonces, la conducta rituales de la sociedad primitiva son representados
puede ser analizada en el marco de referencia de como obsesiones correspondientes a las conductas
Radcliffe-Brown como un sistema de comunicación obsesivas de los neuróticos de nuestra sociedad. No
entre personas sociales estructuralmente definidas. hay duda de que muchos psicoterapeutas emplean los
Pero el problema persiste ¿qué es exactamente la co- términos “ritual” y “conducta obsesiva” como sinó-
nexión entre los sectores público y privado del siste- nimos. No me refiero exclusivamente a que Freud haya
ma simbólico? escrito así en 1906 sino a que eminentes psicoanalis-
Este problema se vuelve especialmente agudo en tas aún lo hacen en 1956.
las disertaciones entre psicoanalistas y antropólogos. Una vez asentados este tipo de supuestos sigue el
Psicoanalistas de diversas escuelas han establecido resto. Se demuestra que los rituales primitivos, como
Edmund R. Leach

se describen en la literatura etnográfica, contienen en apariencia simple acto de afeitar la barba es nada
componentes simbólicos similares a aquellos que aflo- menos que un intento por controlar los impulsos pri-
ran en los sueños y las imaginaciones de individuos marios agresivos. “Al rasurar y cortar el cabello li-
psicópatas. Entonces se puede afirmar que los símbo- beramos nuestra agresión dirigiéndola contra nuestro
los en los rituales primitivos “significan” la misma cabello agresivo” (Berg, 1951: 90). Así, el análisis del
cosa, del mismo modo que los símbolos “significan” en Dr. Berg se resume, en sus propias palabras, en que:
el consultorio del psicoanalista. Esto se sostiene para “Estamos repitiendo la lucha no resuelta entre im-
probar que ciertos tipos de significado simbólico son pulsos instintivos (genitales y pregenitales) y los es-
universales en toda la humanidad. fuerzos castrantes de las fuerzas represoras ante la
Las falacias lógicas de este argumento son obvias, instigación particular del super-ego. La totalidad del
pero no lo son las empíricas. Si un antropólogo se conflicto ha sido desplazada hacia arriba, al cabello de
propone descubrir lo que significa un símbolo social, la cabeza y a la cara socialmente visibles” (p. 94).
considerado simplemente como un elemento en un En busca de respaldo para su material clínico, el
sistema de comunicación, pareciera que llegará pre- Dr. Berg toma nota de fuentes antropológicas y fol-
cisamente a la misma conclusión a la que hubiera lle- klóricas. Yo sólo me ocupo de las primeras.
gado el psicoanalista mediante sus atroces técnicas de Aún si admitimos que los materiales antropológi-
atinar o extraviar su intuición. ¿Cuál es el significado cos son relevantes en una discusión de este tipo, los
de esta convergencia? datos que examina el Dr. Berg no son satisfactorios. Se
Éste es el problema general aquí examinado. Para basa en Frazer principalmente, citando antiguas au-
limitar el tema organicé el material como un comen- toridades clásicas de dudosa veracidad etnográfica.
tario al libro de un distinguido psicoanalista, el Dr. Los únicos dos etnógrafos modernos que se consideran
Charles Berg (1951). En su trabajo emplea materiales son Roheim, cuyas observaciones están prejuiciadas
antropológicos para sustentar conclusiones de tipo por presupuestos psicoanalíticos, y Malinowski, cuyos
psicoanalítico, como el propio Freud lo hizo. Creo que planteamientos están desvirtuados.
el supuesto de Freud de que el material etnográfico Pero incluso si el Dr. Berg hubiera tenido una
tiene relevancia para la teoría psicoanalítica es una mayor familiaridad con la literatura ello difícilmente
enorme falacia. Pero lo contrario es menos claro. Bien lo hubiera inducido a cambiar sus puntos de vista.
pudiera ser que los materiales psicoanalíticos tuvie- Existe un impresionante cuerpo de material etnográ-
ran un significado para la teoría antropológica. Ésta es fico que es bastante consistente con sus tesis.
la proposición particular que examinaré.

Evidencia etnográfica
La tesis del Dr. Charles Berg
Es un hecho que el arreglo del cabello es una carac-
Expresada de un modo sintético, la tesis del Dr. Berg terística ampliamente difundida de la conducta ritual,
es que en la mayoría de las sociedades, incluyendo la y los intentos antropológicos por generalizar este
nuestra, el arreglo del cabello es un asunto de elabo- hecho tienen una larga historia. Por ejemplo, ya en
ración ritual. ¿Cuáles son los mecanismos psicológicos 1886 G. A. Wilken publicó un documento sobre el
detrás de estas ejecuciones? ¿Qué significa el modo de papel del peinado en las ceremonias luctuosas y su-
usar el cabello? En primer lugar, a partir de materia- girió que pueden distinguirse dos tipos opuestos de
les clínicos, concluye que el cabello de la cabeza es un comportamiento ritualizado respecto del arreglo del
símbolo universal de los órganos genitales. Así, cortar- cabello.
lo o rasurarlo deben ser acciones entendidas como Por un lado, el cabello puede ser cortado y la cabeza
una “castración” simbólica. Una vez establecido esto, rasurada. Por el otro, se rechaza el arreglo habitual del
la descripción freudiana ortodoxa del conflicto super- cabello para la vida diaria, se deja que el cabello se
ego-ego-id puede ser claramente ilustrada en térmi- vuelva desaliñado y que la barba crezca. Estos dos
nos de las actitudes cotidianas, socialmente aprobadas, tipos de conducta son analizados en el libro del Dr.
en relación con el cabello en general. Berg; interpreta lo primero como una castración sim-
Además, el Dr. Berg sostiene que en un nivel pre- bólica y lo segundo como un repudio ascético a la
genital hay una asociación común entre cabello y ex- mismísima existencia del sexo.
crementos y que, en última instancia, el cabello de la La propia explicación de Wilken acerca del “sacrificio
cabeza es usado como un símbolo para los instintos del cabello” también presupone que éste es un símbo-
agresivos de la libido de todo tipo. Para el Dr. Berg, el lo universal, aunque no específicamente un símbolo
Cabello mágico

sexual. Él afirma que el corte ritual del cabello es un mágico común de asegurar la fertilidad de las cose-
substituto del sacrificio humano sobre una base de chas, pero que “si el falo mágico es un método de
pars pro toto, el cabello es apropiado para tal fin garantizar la fertilidad, aparentemente no es, en sí
porque la cabeza es el asiento del alma (cf. Crawley, mismo, la fuente de ella, pareciera que ésta recae en
1927, vol. I: 275). las almas de los muertos”. En otro lado argumenta,
La cercanía de las propuestas de Berg y Wilken igual que Wilken, que el cabello de la cabeza es el
sobre este aspecto necesita ser reforzada. Para Berg, asiento del alma (Hutton, citado en Parry, 1932: 479,
el cabello significa sexualidad; para Wilken represen- nota 2). A pesar de que la terminología es diferente, los
ta la personalidad del individuo en cuya cabeza crece. hechos citados encajan bien con el argumento del Dr.
Existe precisamente una convergencia comparable Berg. La “materia del alma” de escritores como Hutton
entre el punto de vista de Freud de la asociación sim- y Wilken tal vez no sea muy diferente de la “libido” de
bólica y el más simplista concepto de magia homeo- los psicoanalistas.
pática de Frazer. Lo que necesitamos considerar es si Gran parte de esta evidencia es bastante anticua-
la interpretación freudiana en realidad agrega algo al da, pero reportes de trabajo de campo más recientes
argumento pars pro toto. apuntan generalmente en la misma dirección. Sinte-
El que el uso ritual del cabello pueda tener asocia- tizar toda la evidencia requeriría de un gran volumen,
ciones sexuales ha sido evidente desde un principio pero aquí hay tres ejemplos muy difundidos que
para los antropólogos, pero en su gran mayoría no han muestran la manera en que los rituales del cabello
considerado este hecho como un asunto de vital im- pueden de manera palpable adquirir un significado
portancia. Por ejemplo, Tylor clasificó el corte del ca- sexual.
bello ritual dentro “de una extensa serie de prácticas,
provocadas por diversos y a menudo obscuros moti- i) Fortune (1932: 50) escribiendo sobre los dobu
vos, que son catalogadas bajo el encabezado general recalca: “El cuidado del cabello es un servicio re-
de mutilaciones ceremoniales”. De otro tipo de prácti- cíproco entre marido y mujer. Está íntimamen-
cas él menciona las sangrías y la amputación de las te vinculado con las relaciones sexuales. Un
articulaciones de los dedos. Evita referirse a la cir- adúltero echará a perder o cortará el cabello de
cuncisión, pero este rito es de modo muy claro una la mujer con la que cometió adulterio si desea
“mutilación ceremonial” (Tylor, 1873: 403). hacer público el asunto y desafiar al esposo de
Más recientemente, J. H. Hutton (1928), un per- la mujer”.
fecto etnógrafo ortodoxo de la vieja escuela, en la bús- ii) Forde (1941, capítulos 4 y 6) ofrece un detalla-
queda por dar un significado a las prácticas de ca- do análisis de los ritos de matrimonio entre los
zadores de cabezas naga, puso el acento en una defi- yakö. Muestra que, en esa sociedad, hay una
nitiva, aunque indirecta, conexión entre el cabello y estrecha relación simbólica entre rasurar la ca-
otros emblemas fálicos más obvios. Él sostiene que el beza y la clitorictomía y entre que crezca el cabe-
ritual de tomar las cabezas y la erección de piedras y llo y el embarazo.
emblemas fálicos de madera tienen un propósito iii) Topley ha estudiado recientemente a varias ins-
tituciones monásticas de la China budista en
Singapur. En algunas de ellas, las novicias
llevan a cabo una especie de “matrimonio” con
otras mujeres que pertenecen a la orden y, por
lo tanto, se convierten en sus parejas homose-
xuales; el rito de matrimonio consiste en peinar-
se mutuamente el cabello. En un mayor nivel
jerárquico se requiere de la total abstinencia
sexual; una mujer que alcanza dicho status es
conocida como una “autopeinadora”. Las impli-
caciones sexuales de esta expresión son, parece,
bien conocidas entre la población de Singapur
(Topley, 1954 y también comunicación personal).

Tales ejemplos podrían multiplicarse casi infini-


tamente. Supongamos entonces que se ha establecido
el paralelo. Por una parte el Dr. Berg descubre que en
Edmund R. Leach

la imaginación privada de sus pacientes individuales alguna manera lo que “realmente está pasando” en la
existe una difundida asociación entre el cabello de la mente de su paciente, y naturalmente considera un
cabeza y la energía de la libido. Por la otra existe evi- comportamiento ritualizado como compulsivo y ob-
dencia etnográfica de que un simbolismo similar es sesivo; su interés (del analista) recae precisamente en
común en los rituales religiosos de pueblos primiti- el hecho de que el actor no puede explicar porqué
vos. ¿Qué podemos inferir de esto? actúa en la manera en que lo hace; el “significado” de
En primer lugar, ¿puede la evidencia psicoanalítica su conducta es “inconsciente”.
ofrecer a los antropólogos elementos para sospechar En agudo contraste con esta posición, en términos
que el simbolismo del cabello tiene el mismo significado generales el antropólogo social tiene poco interés en el
en todas partes, como algo distinto de las implicacio- individuo como tal; su principal preocupación está en
nes locales particulares? El argumento psicoanalíti- los individuos actuando como miembros de un grupo.
co es que en donde hay un significado fálico en un ce- Su unidad de observación no es un ser humano ais-
remonial del cabello es evidente en sí mismo que este lado sino más bien una “relación” que une a un indi-
falicismo es en realidad el principio fundamental invo- viduo con otro dentro de un campo social más amplio.
lucrado, y que éste solo hecho registra el ampliamente Para los antropólogos con esta orientación, la con-
difundido uso del cabello de la cabeza como un ele- ducta ritual es esencialmente una forma de comu-
mento ritual. ¿Pueden estar de acuerdo los antropó- nicación externa entre dos o más individuos, es una
logos? especie de lenguaje conductual y, como hemos visto,
es un principio esencial de tal lenguaje que su unidad
de símbolos deba tener un significado común tanto
Símbolos públicos y símbolos privados para el ejecutante como para su público. Cuando un
policía de tránsito alza su mano es importante que
En este punto debemos reexaminar la distinción que todos nosotros interpretemos el gesto en el mismo
hice antes entre símbolos público-sociológicos por un sentido. El simbolismo, así considerado, es una pro-
lado y símbolos privado-psicológicos por el otro. La piedad pública, su fuente inmediata no es la psicología
distinción simplemente es una descripción de los di- privada sino una regla cultural de tipo legal o religioso.
ferentes marcos de referencia en términos de lo que, en Así descrito, la dicotomía que he propuesto entre
relación con la conducta humana, analizan los antro- simbolismo privado y público parece suficiente, pero
pólogos y los psicólogos respectivamente. En principio ahora debo proceder a calificarla. Antes argumenté
los psicólogos están interesados en la conducta de los que mientras que el simbolismo privado “hace” cosas
individuos como una entidad única. El comportamien- —altera el estado emocional del ejecutante—, el
to es considerado entonces como “simbólico”, en el simbolismo público sólo “dice” cosas sobre el estado
sentido en que lo que es manifiesto es considerado de los hechos. Pero si miramos más de cerca dentro del
como una representación de algo que está encubierto. hecho encontramos que con frecuencia se considera
Tanto la conducta manifiesta como el “algo” encubier- que el simbolismo público “hace” cosas, esto es, que
to que es inferido son aspectos de un mismo individuo. altera el estado de los hechos. Revisemos, por ejem-
Con certeza, en la mayoría de los contextos, el psicoa- plo, dos rituales de la cabeza muy relacionados.
nalista usa el concepto de “símbolo” simplemente Si un soberano usa una corona como una función
como una herramienta heurística para explicar sus de Estado, esto “dice” algo, afirma que “éste es el rey”.
concepciones metafísicas sobre la naturaleza de la En cambio, cuando en una coronación se derrama
personalidad. Desplegando la personalidad total en aceite sobre la cabeza del soberano esto “hace” algo: “lo
tres aspectos interpenetrados —id, ego y super-ego— hace rey”. En este último caso nos estamos enfrentan-
el analista puede representar el sistema de símbolos do con lo que generalmente es referido como magia; el
de los sueños y de los rituales privados como una acto mágico altera la situación en un sentido más
forma de comunicación entre un nivel de la persona- místico que material. No obstante, aún estamos tra-
lidad y otro, pero este sistema total de comunicación tando con una conducta pública conscientemente
permanece interno dentro de cada individuo. Es me- orientada. Los ejecutantes saben para que están.
táfora, no realidad objetiva. El hecho de que en una ¿Puede decir algo más que eso el antropólogo? ¿Puede
situación clínica el paciente no sólo se comunique in- examinar las fuentes de los símbolos mágicos? En este
ternamente con él mismo, sino también externamente caso, por ejemplo, ¿qué es lo que hay en “verter aceite
con el analista es un caso completamente excepcional. sobre la cabeza” que haga el acto apropiado para
Sin embargo, el analista se inclina a creer claramente “hacer” un rey? Debe el antropólogo simplemente
que lo que está pasando en su consultorio refleja de aceptar el hecho de que “ésta es la costumbre” o
Cabello mágico

¿puede, legítimamente, tomar una pista del psicoa- Debe admitirse que, con un poco de ingenuidad,
nálisis para aprender porqué esta clase de costumbre todo esto puede ser metido a la fuerza en el esmerado
tiene sentido? patrón de castración y agresión del Dr. Berg, pero tal
Inquirir acerca del origen de los elementos de un argumento es marcadamente artificial. Para el antro-
lenguaje es un objetivo académico legítimo, pero no pólogo, el ritual de rasurar el cabello es una forma de
tiene un soporte inmediato sobre qué elementos del comunicación que sirve públicamente para exhibir
lenguaje significan. Asimismo, no tenemos que cono- la distinción entre los parientes del muerto (quienes
cer el origen de una pieza de simbolismo ritual para no se rasuran) y los parientes de su viuda (que sí lo
entender su significado actual. hacen). Todo el interés de las prolongadas ceremonias
En la clase de rituales que generalmente observa luctuosas está orientado a converger en la persona
un antropólogo, el significado de la ejecución, a los de la viuda, quien sufre lo equivalente a una clase de
ojos de la congregación reunida, rara vez es puesto en muerte social. Al final de un largo periodo de confi-
duda. Es cierto que cada secuencia ritual ha tenido namiento termina su relación con los parientes de su
tanto orígenes históricos como psicológicos, pero lo esposo muerto. Regresa al mundo de los vivos, le
que el antropólogo puede directamente observar es el vuelve a crecer el cabello y se le permite volver a ca-
contexto social de una representación contemporá- sarse. El simbolismo implícito es social y público, no
nea. Al ser esto así, no hay duda de que es inútil pre- individual y privado.
guntar porqué se prefiere utilizar exactamente un Malinowski no niega que los individuos trobrian-
conjunto de simbolizaciones y no otro. Los europeos se deses tengan con frecuencia afecciones profundas,
visten de negro para guardar luto, los chinos usan el pero niega de un modo categórico que el patrón de
blanco. En cada caso, el status especial del doliente es conducta mostrado en los ceremoniales luctuosos co-
indicado por el uso de ropa especial. Pero la pregunta rresponda de manera necesaria a la intensidad de la
de porqué una cultura selecciona el negro para tal emoción sentida. El comportamiento ritual, inclu-
propósito y otra el blanco no sólo es irrelevante sino yendo el relativo al cabello, está aquí determinado por
también incontestable. Concuerdo con este argumento; las demandas de las expectativas públicas y esto es-
incluso me he encontrado a mí mismo siendo incapaz casamente deja espacio para que todos desarrollen
de disentir con el psicoanalista que empieza a partir de una inclinación personal. Pero mientras el antropólogo
un conjunto de premisas enteramente diferentes. siente que entiende lo que el ritual luctuoso trobriand
Consideremos en detalle un ritual luctuoso par- significa como una declaración pública, dudaría en
ticular. El Dr. Berg (pp. 21-22), respaldándose en explicar porqué afeitarse el cabello, en vez de cualquier
Malinowski, señala que: otro tipo de conducta ritual, jugaría el papel que éste
juega (Malinowski, 1932: capítulo VI).1
Entre los isleños trobriand la característica esencial del Los dos argumentos parecen muy diferentes. El Dr.
luto es el rasurado completo de la cabeza. Esto es de Berg sostiene que los trobriand que llevan luto rasu-
interés para ser igualado con la ecuación inconsciente: ran su cabeza como una dramatización de dolor por la
pérdida de la persona amada =castración= quitarse el muerte. Malinowski por su parte dice que la mayoría
cabello. La muerte de una persona amada o de un de aquellos que llevan luto no tienen ningún sufrimiento
pariente es sentida por el inconsciente como una cas- por la muerte. Al contrario, afirma que rasuran su ca-
tración, y esto, en la vida cotidiana de los trobriand, se beza porque tienen la obligación social de hacerlo y,
dramatiza rasurando el cabello de la persona desconso- haciéndolo, realizan una expresión pública de ciertos
lada (castrada). hechos básicos acerca de la estructura social de la co-
munidad. Quienes afeitan sus cabezas son, precisa-
El antropólogo percibe la situación de manera muy mente, aquella amplia categoría de parientes políti-
diferente. Nota, en primer lugar, que todos aquellos cos y no parientes sospechosos de hostilidad hacia el
trobriandeses considerados como parientes cercanos muerto.
de la persona muerta no toman parte en los procedi- E inclusive, desde otro punto de vista, los dos
mientos luctuosos, cualesquiera que ellos sean. Sólo argumentos son precisamente lo mismo. La tesis del
los parientes políticos y los vecinos no relacionados Dr. Berg podría ser reconstruida como: “cuando el que
llevan el luto rasurando sus cabezas y chupando los lleva luto rasura su cabeza simbólicamente está di-
huesos del muerto, y ellos lo hacen, según Malinowski, ciendo ‘yo amo al muerto’”. Y lo que Malinowski dice es
para demostrar a los parientes del muerto que no hi- “a todos aquellos sospechosos de intenciones hosti-
cieron ninguna clase de brujería y no tuvieron nada les en contra del muerto se les demanda que hagan un
que ver con su muerte. gesto público que diga ‘yo amo al muerto’”. De acuerdo
Edmund R. Leach

con el punto central —el significado del acto simbólico— Incluso los antropólogos más escépticos deben ad-
el psicoanalista y el antropólogo están en total acuerdo. mitir que el cabello es con más frecuencia empleado
Sin duda, parece que la primera cita del Dr. Berg que como un símbolo público con un significado sexual
recalca que “liberamos nuestra agresión dirigiéndola explícito, pero muchos argumentarían que esta co-
contra nuestro agresivo cabello” embona perfecta- nexión entre cabello y sexualidad es accidental. Afir-
mente. marían también que el cabello, aún como un símbolo
Que este acuerdo debiera existir me parece muy sexual, es usado de diferentes maneras.
destacado. Sin embargo, la diferencia en el punto de Por ejemplo, marcados cambios en el arreglo del
vista debe ser aclarada. El argumento del Dr. Berg re- cabello por lo común acompañan a cambios en el
sulta en apariencia del presupuesto de que lo que es status sexual que se produce por la pubertad y por
“dicho” en forma simbólica refleja el estado psicológico el matrimonio, pero el patrón del cambio varía. En
actual del actor. En cambio el de Malinowski es que la ocasiones, la edad adulta es señalada por cortarse el
estructura de la situación social exige al actor hacer cabello o por amarrárselo, pero a veces son niños los
declaraciones simbólicas formales de un tipo particu- que usan su cabello corto mientras que los adultos se
lar. El hecho de que se haga una declaración no nece- lo dejan crecer y lo dejan caer sobre el cuello. No tengo
sariamente implica que sea verdadera. ningún fundamento para suponer que estas últi-
mas sean más dadas a la lujuria que las primeras. El
arreglo del cabello ciertamente dice algo del status
Desplazamiento simbólico sexual del individuo, pero esto no puede definir su
en rituales públicos conducta de hecho. Es de “sentido común” que cada
gran cambio en el status social de los individuos
A menos de que sea concedida esta distinción, no requiere de significado; un cambio en la forma de
puede sostenerse que la evidencia etnográfica confiere peinarse se emplea para este fin simplemente porque
algún respaldo a la interpretación original del Dr. es obvio y fácil y no porque sea específicamente un
Berg. Permítaseme desarrollar este punto. Una de las símbolo “sexual”.
ejemplificaciones del Dr. Berg para este tema es la Este argumento del “sentido común” no resiste un
siguiente: escrutinio cercano. Es muy cierto que un cambio en el
estilo del cabello es, en la mayoría de las sociedades,
A principios del siglo XVII la lucha entre caballeros y una manera fácil y obvia de indicar una diferencia,
cabezas redondas es una interesante representación del más que el delicado asunto de un cambio en el status
conflicto entre la libido sexual y el super-ego. Los caballeros, sociosexual. Pero esto es sólo porque los órganos ge-
quienes usaban su cabello largo, se entregaban a las mu- nitales, en sí mismos, se han hecho invisibles por un
jeres y el vino y generalmente expresaban los impulsos de tabú. Es sólo la mojigatería de la ropa la que hace del
su libido. Los cabezas redondas, quienes traían el pelo corte del cabello un acto simbólico “más obvio” que la
corto, eran puritanos —simbólica y mentalmente cortaban circuncisión. Entonces, el argumento del “sentido
sus penes— no obstante su asumida agresión substitutiva común” sólo sirve para reforzar la hipótesis de que el
y compensatoria. cabello en la cabeza es un desplazamiento simbólico
visible de los genitales invisibles.
Para un antropólogo pudiera parecer que el Dr. Recordemos aquí al lector que ahora estamos dis-
Berg está confundiendo un estereotipo social con una cutiendo los rituales públicos culturalmente defini-
personalidad individual. Con seguridad el caso fue dos y no las acciones individuales espontáneas; es-
que había alguna restricción sexual para los caballeros tamos considerando la posibilidad de que allí donde el
(de cabello largo), en la misma medida en que había cabello es usado en un ritual formal siempre tiene un
entre los cabezas redondas (con el pelo corto) algunos significado “fálico”. Ésta es una proposición general y
licenciosos. El uso del cabello era aquí una afirmación si no fuera válida uno podría suponer que los casos
simbólica acerca de lo que se suponía tenía que ser el negativos serían fáciles de demostrar. Pero éste no es
caso, en vez de una acerca de lo que en realidad era el caso. Cuando la evidencia se examina realmente
el caso. Lo que un antropólogo podría admitir sería con cuidado, tomando en cuenta todos los detalles por
que, en una guerra religiosa, centrada en temas de éti- menores que sean, resulta que el simbolismo del ca-
ca puritana, es muy apropiado que la parte puritana bello es mucho más consistentemente aplicado de lo
simbolice su posición por un cabello muy corto. Esto que pudiera parecer a primera vista. Las “excepciones”
no compromete al antropólogo a aceptar la teoría serán, en su mayoría, “excepciones que confirman la
freudiana. regla”. Un caso así es ilustrado más adelante en mi
Cabello mágico

cabello largo = sexualidad irrestricta;


cabello corto o cabeza parcialmente rasurada o cabello
ceñido rígidamente = sexualidad restringida;
cabeza rasurada = celibato.

Las ecuaciones sólo se aplican si se relacionan con


categorías sociales ideales más que con expectativas
empíricas. Por ejemplo, entre la mayoría de las tribus
de las montañas de Burma y Assam las muchachas
solteras usan su cabello corto. En algunas tribus la
cabeza es rasurada (Hutton, 1921: 27). En contraste,
las mujeres casadas llevan su pelo largo. El significado
simbólico parece ser: “mujeres de cabello corto son
aquellas cuya sexualidad está bajo restricciones;
mujeres de cabello largo son aquellas de quienes se
espera que produzcan niños”. Pero las categorías son
categorías de status, no conductuales. A pesar de que
se espera que las solteras eviten tener hijos, las re-
laciones sexuales premaritales son perfectamente
normales y de algún modo institucionalizadas. Nadie
pensaría en describir a los angami nagas como “pu-
ritanos” ni en pensamiento u obra.

Símbolos fálicos públicos


y el “inconsciente”

La distinción que estoy remarcando aquí entre sim-


discusión sobre la iconografía budista; yo sólo puedo bolización como la declaración de una idea, y simbo-
aconsejar al escéptico persistente profundizar en el lización como descripción de un hecho tiene una re-
asunto por sí mismo. Si el argumento del Dr. Berg ferencia al uso psicoanalítico del término inconsciente.
fuera válido debería haber alguna conexión consis- Si lo entiendo de manera correcta, éste es una parte
tente en el ritual cristiano entre el uso de barbas y la esencial del argumento del Dr. Berg que dice que, en
tonsura, por una parte, y las doctrinas relativas al una sociedad civilizada, la naturaleza libidinal de los
celibato y a los eunucos por la otra. De hecho la his- rituales relativos al cabello debe ser inconsciente,
toria de estos asuntos es muy compleja y su análisis aunque por razones que no tengo muy claras, él está
requeriría de un substancial ensayo propio, pero, preparado para alcanzar una mayor introspección en
cuando es investigada por completo, el patrón simbó- los no sofisticados aborígenes australianos. Así, él
lico resulta consistente consigo mismo y acorde con la comenta basado en un ritual australiano descrito por
teoría. Roheim:
Tomando un “punto de vista mundial” más amplio
de la evidencia debo admitir que sé de un pequeño La única diferencia entre esta señal y nuestro moderno
número de casos en los que el cabello se usa como un ritual del cabello es que en el primero los símbolos usados
símbolo ritual aparentemente sin ningún significado (el pene y la incisión del pene) ciertamente son, como uno
libidinoso. Existe un rango de ejemplos mucho mayor esperaría en un grado de cultura primitivo, no removidos
en los que el elemento libidinoso está presente, pero lejos de su fuente anatómica, indudablemente su origen
“varios pasos más allá” —por ejemplo, el complejo fálico es patente, mientras que en nuestras prácticas mo-
lógico que hace indecente tanto a un hombre que usa dernas el desplazamiento y el disfraz es tan extremo que
un sombrero en una iglesia como a una mujer que no para la persona promedio el disfraz es efectivo. Ésta no
lo hace—. Incluso, una sorprendentemente elevada discernirá (sin haber sido psicoanalizada) que tratando
proporción de evidencia etnográfica encaja con el si- con un cabello tan remoto como el de su cara y cabeza
guiente patrón de una manera bastante obvia. En está tratando inconscientemente con un substituto fáli-
situaciones rituales: co (Berg: 92).
Edmund R. Leach

Esta clase de argumento implica una distinción que las cosas sexuales debieran ser tabú. Un freu-
entre sociedades civilizadas e incivilizadas, que la diano no dudaría en decir que el símbolo substituto es
mayoría de los antropólogos encuentra difícil de acep- menos tabú que el genital original, incluso sostendría
tar, o incluso de entender. ¿Realmente es el caso que el argumento de la “represión inconsciente”, pero, por
el peso de la civilización moderna siempre presione el decir lo menos, para un antropólogo el argumento
significado de símbolos sexuales en lo profundo del parece poco consistente.
inconsciente? Y, si esto es así ¿dónde empieza, pre- La evidencia etnográfica muestra con suficiente
cisamente, la civilización moderna? ¿Debemos seguir claridad que en situaciones rituales en cualquier lugar
oponiendo el noble (y desinhibido) salvaje al produc- el simbolismo fálico desplazado es muy común, pero el
to sexual reprimido de una educación “avanzada”? origen fálico del simbolismo no se reprime. Simple-
Aclararé el punto. No quiero negar toda la validez mente no es verdad que un franco y desinhibido uso
del concepto psicoanalítico de la represión, pero obje- del simbolismo sexual en rituales sea una caracterís-
to firmemente la clase de generalizaciones que el Dr. tica de sociedades ultraprimitivas (es decir, no sofisti-
Berg está haciendo en esta cita. Su material clínico le cadas).
ha ofrecido evidencia de que algunos pacientes neu- Consideremos evidencia de un área que ha estado
róticos modernos “reprimen en el inconsciente” todo “civilizada” durante varios miles de años más que la
reconocimiento de cualquier asociación entre la cabeza región angloamericana, el sur de la India y Ceilán
del cuerpo y la cabeza del falo; de donde él infiere que (ahora Sri Lanka, nota del traductor). En contradic-
todos los miembros comunes de nuestra sociedad lo ción con lo que pudiera esperarse de las formas más
hacen —a menos que hayan tenido el beneficio del simples de la teoría freudiana ahí encontramos que
psicoanálisis—, y que, en contraste, todos los salva- tanto los símbolos fálicos “explícitos” como los “des-
jes primitivos están libres de esta enfermedad de la plazados” se usan uno al lado del otro sin discrimi-
civilización. Pero ¿en qué lugar preciso surge la civi- nación.
lización? ¿Eran los isabelinos salvajes primitivos? Si
no, cómo es que Sir Toby Belch discutía que el cabello
de Sir Andrew Aguecheek pudiera provocar risa con: Rituales del cabello en el sur
“cuelga como un lino en una rueca; y espero ver a una de la India y Ceilán
esposa que lo tome entre sus piernas y lo trence (Noche
de Epifanía, 1er. acto, 3a. escena). Para ese asunto yo Como es bien sabido, las sectas del hinduismo saivite
me pregunto si, aún ante un público moderno, las en el sur de la India usan el linga y el yoni como sus
risas estarían confinadas sólo a ¡aquellos que se principales objetos de culto. Estos no pretenden ser
hayan sometido a psicoanálisis! algo más que las representaciones directas simplifi-
El Dr. Berg no duda en pensar, con razón, que una cadas de los órganos genitales masculino y femenino.
gran proporción de la clase media inglesa educada de No está presente ninguna substitución simbólica; sin
manera puritana, de la cual por lo general recibía sus embargo, hasta qué punto el adorador saivite prome-
pacientes, repudiaría cualquier asociación consciente dio reconoce de un modo explícito que el falicismo es
entre cabello de la cabeza y órganos genitales, pero es un punto discutible.2 Al lado de este uso directo de em-
ingenuo si no comprende que entre otras secciones de blemas fálicos como objetos de adoración religiosa, los
la comunidad europea contemporánea tal asociación brahmanes del sur de la India hacen un extenso uso
es bastante explícita y consciente. tanto de asociaciones anales como de asociaciones ge-
Creo que esto es un asunto importante. Parece ser nitales del pelo de la cabeza para transferir significa-
intrínseco a la teoría del psicoanálisis que los “símbolos dos rituales simbólicos. El siguiente es un ejemplo que
fálicos” derivan su poder estimulante del hecho de que viene al caso:
su significado es “reprimido” e “inconsciente”. Incluso
cuando encontramos el uso de simbolismo fálico en Entre los brahmanes del sur de la India el rito de siman-
rituales religiosos y en un drama generalmente el sig- tham3 es ejecutado por el esposo sobre su esposa, por lo
nificado es conscientemente entendido por los acto- general en el octavo mes de embarazo. Tiene un significado
res y conscientemente transmitido al público. mágico y está diseñado para proteger al niño y asegurar
Es un hecho que tales símbolos son tabúes; ellos un parto fácil. El núcleo del rito consiste en derramar
provocan en el público un sentido de asombro, o de esencia de aceite sobre la cabeza de la mujer embarazada
vergüenza, o de risa obscena. Pero la razón para el y en partir el cabello centralmente desde la frente hasta
tabú es bien conocida, estos símbolos fálicos son “sa- la coronilla por medio de una púa de puerco espín o de
grados” por su significado sexual y se da por sentado una rama santificada (Iyer, 1928-35, vol. II: 371 ss.).
Cabello mágico

A menos que el simbolismo fuera evidente (partir el surgida de alguna fuente escondida en el inconsciente
cabello = partir los genitales en el parto), la ejecución del individuo. Y no se dude de que si los ascetas euro-
mágica no tendría ningún sentido y la magia rara vez peos tuvieran que empezar a comportarse de esta ma-
es así. nera sería indicativo de alguna complicada compulsión
El ritual del cabello es muy importante en muchas neurótica.
otras ramas del ceremonial brahman. En la mayoría Pero en el contexto hindú, el desprendimiento
de los casos la asociación sexual es explícita. Diferen- sannyasin de los intereses sexuales y el hecho de que
tes sectas usan su cabello de diferentes maneras, pero las greñas del cabello sean un símbolo de este des-
lo siguiente es muy cierto para todas: prendimiento son, ambos, elementos conscientes en
una misma doctrina religiosa. El correcto arreglo del
Chudukarma, el rito de la primera tonsura y afeitada, es cabello —y también la correcta conducta sexual y
un rito preliminar de iniciación que tiene lugar un año o excretoria— de los ascetas hindús fueron consignados
más antes de la inducción religiosa formal Upanayana, en en el Nãradaparivrãjaka Upanishad5 desde hace más
la que el hilo sagrado de los nacidos dos veces es asumido de 2,000 años.
por primera vez. La cabeza está completamente rasurada En estos ejemplos los cambios en la conducta
excepto por un pequeño mechón. El cabello que queda es sexual permitida están directamente relacionados,
cepillado y atendido con el mayor cuidado y anudado de mediante la educación, con cambios en el uso permi-
manera muy elaborada al final. Esta tonsura se conser- tido del cabello. Para cualquier individuo educado en
va durante toda la vida. El mechón de cabello aislado, una sociedad de este tipo es inevitable que una de ellas
como el hilo sagrado en sí mismo, es una parte esencial (de las conductas) deba ser “un símbolo para” la otra.
del vestido de los hombres brahmanes. El concepto psicoanalítico de desplazamiento es, en-
Este peculiar estilo de peinado es reforzado ritualmente tonces, muy inapropiado.
como parte de una ética fuertemente puritana que se ex- Para los brahmanes el mechón tonsurado “signi-
tiende a la conducta sexual de los brahmanes. Cada fica” restricción sexual, la cabeza rasurada “significa”
aspecto del sexo es tratado como una obligación conta- celibato y la greña en la cabeza “significa” total ale-
minante. A pesar de que cada hombre tiene un deber jamiento de las pasiones sexuales porque el compor-
moral para criar descendientes legítimos (hombres), la tamiento del cabello y el comportamiento sexual están
virtud de la continencia sexual es constantemente enfa- conscientemente asociados desde el principio.
tizada. Por último, la más elevada acción moral es renun- Si es cierto que, como sugiere el Dr. Berg, en cada
ciar a todas las asociaciones contaminantes con el mundo uno de nosotros hay una tendencia innata inconsciente
secular volviéndose un asceta célibe, sannyasin.4 para asociar rasurado con celibato, esto puede tomar-
La liberación de la obligación social y la final renun- se en cuenta para el origen de la costumbre brahmá-
cia del sannyasin a la vida sexual se simboliza por el nica en el pasado remoto. Pero si nosotros preguntamos
cambio de vestimenta, pero sobre todo por el cambio en “¿por qué los brahamanes modernos actúan de esta
el estilo del cabello. De acuerdo con el modo de ascetis- manera?” la respuesta es, claramente: “Porque tanto
mo, él intenta alcanzar un sannyasin si se rasura su el ritual del cabello como las costumbres sexuales son
mechón de cabello o si lo descuida por completo, permi- simultáneamente una parte de la cultura contempo-
tiéndole que crezca greñudo y desastroso (Iyer, vol. II: ránea hindú”. La asociación entre cabello y sexo no es
383; vol. I: 332-334). restablecida de nuevo por cada individuo.
Yo agregaría tal vez que la identificación “cabeza
El propio Dr. Berg ha comentado acerca de esta últi- rasurada” = “celibato” no es privativa de monjes y
ma variedad de conducta sannyasin. Él señala (p. 71): eruditos. La misma ecuación aparece repetidamente
en las convenciones sociales ordinarias de la vida en
Los faquires simplemente ignoran totalmente la existencia el sur de la India. El celibato riguroso impuesto a una
misma de su cabello (cf. la tendencia ascética a ignorar la viuda hindú es notorio; uno de los primeros símbolos
existencia de los órganos genitales). Éste crece en una pio- de su condición es que se rasura la cabeza. La impu-
josa masa greñuda y puede ser casi tanto como una reza ritual (pole)6 no es un concepto inventado por la
fuente de tormento incesante igual que el mismo pene perspicaz mente de los antropólogos, sino un asunto
descuidado. Pareciera que no les está permitido existir de fundamental importancia en la vida cotidiana ordi-
por lo que a la conciencia se refiere. naria; cada uno sabe que la impureza se relaciona de
un modo indiscriminado con la región genital-anal y
Éste es un claro argumento etnocéntrico. El Dr. con la cabeza. Las cosas más típicamente impuras son
Berg asume que la conducta sannyasin es compulsiva, las heces, la orina, el semen, la sangre menstrual, los
Edmund R. Leach

escupitajos y el cabello (Srinivas, 1952: 104).7 Los parece ser un error aseverar, como lo hace el Dr. Berg,
primeros requisitos para una persona que desea al- que esta circunstancia tiene una relevancia inmediata
canzar un estado de pureza (madi) es que debe bañarse, para la discusión del significado inconsciente del ca-
rasurarse y evitar las relaciones sexuales (Srinivas, bello. Este simbolismo no es inconsciente, es exacta-
1952: 101-108). mente al revés. En cambio, para el Dr. Berg pudiera
Este sistema simbólico no está confinado de manera ser plausible argumentar que es precisamente por lo
exclusiva a los hindúes. En la parte budista de Ceilán que abarca el comportamiento del cabello, un conjunto
la distinción es igualmente explícita. Monjes y monjas de simbolizaciones sexuales ampliamente sobreen-
son célibes y rasuran su cabeza; la gente que lleva una tendido, que éste juega una parte tan importante en
vida sexual normal usa su cabello largo. Y aquí tam- los rituales del tipo de los rites de passage, que im-
bién el símbolo cabello tiene asociaciones anales y plican el tránsito formal de un individuo de un status
“pregenitales” sumadas a su significado sexual, nótense social-sexual a otro.
por ejemplo las identificaciones verbales sinhaleses: Acepto totalmente el punto de vista del Dr. Berg
referente a que, cuando el cabello se vuelve un foco
thatta-calva: thattama-nalgas de la atención ritual muy comúnmente esto es así
kesa-cabello: kesa-orina porque la cabeza está siendo usada como un símbolo
del falo y el cabello de la cabeza como un símbolo del
semen. Pero la opinión complementaria del Dr. Berg
Castración, circuncisión de que la potencia de este simbolismo se deriva del
y substancia mágica hecho de que es “inconsciente” no es, de ninguna ma-
nera, respaldada por evidencia etnográfica.
Esto conduce mi argumento a un nuevo e importante Pero regresemos a la consideración de que el cabello
escenario. Quienes han escrito sobre las castas hindúes de la cabeza como elemento mágico, es potente en sí
han señalado repetidamente que la “impureza” del mismo, aún cuando esté separado de su dueño. El Dr.
peluquero y del lavandero es un ritual y no un asunto Berg alega una asociación simbólica entre corte del
físico. La “suciedad”, que es la materia de estos espe- cabello y castración, pero no busca las implicaciones
cialistas, se considera como una especie de potencia sociológicas de este argumento. Un rito de castración,
que coloca aparte a quienes la tienen, como personas sin importar si es real o simbólica, crea dos categorías
sagradas. Como Hocart (1950: 11) lo ha expresado: “el de personas —eunucos y hombres normales, circun-
peluquero y el lavandero... no son técnicos sino sa- cisos y no circuncisos, rasurados y no rasurados, sa-
cerdotes de bajo rango realizando ritos que los sacer- grados y profanos—. Es este aspecto del tema el que
dotes de una casta más elevada no efectuarían”. Así desde hace tiempo ha parecido importante a los an-
que tenemos una paradoja. Mientras que el cabello sea tropólogos sociales.
una parte del cuerpo es tratado con un cuidado amo- En la jerga antropológica las categorías opuestas
roso, es aceitado y cepillado y arreglado de acuerdo de sagrado y profano tienen un significado especial.
con la moda más elaborada, pero tan pronto éste es Dicho rudamente:
cortado se vuelve algo “sucio” y es explícita y cons-
cientemente asociado con las (para nosotros más sagrado = anormal, especial, de otro mundo, real, tabú,
obvias) substancias contaminantes, heces, orina, enfermo.
semen y sudor. Además, la potencia poseída por esta profano = normal, cotidiano, de este mundo, plebeyo,
“suciedad” no tiene relación particular con la persona permitido, saludable.
que genera tal suciedad. La “suciedad” es claramente
un material mágico; lo que confiere al barbero y al En esta clase de interpretación la cabeza afeitada
lavandero un poder peligroso y agresivo, pero no es del monje y la greña del asceta son, ambos, igualmente
el poder de individuos particulares: la explicación anormales y, en consecuencia, símbolos de lo sagrado,
pars pro toto de la teoría de Frazer falla al aplicarse pero ninguna tiene específicamente un significado
aquí. sexual. En este tipo de análisis el ritual público es
Antes de desarrollar esta parte de la discusión acer- interpretado como una actuación con cambios en el
quémonos a mi debate con el Dr. Berg. Evidencia del estado social del ejecutante de lo sagrado a lo profa-
tipo que he referido puede extenderse casi indefini- no o viceversa (Hubert y Mauss, 1898: 41). El con-
damente. Sirve de manera clara para apoyar la tesis de cepto abstracto de separación es, aquí, intrínseco a
que el cabello es usado ampliamente como un símbo- una gran cantidad de rituales. Cuando un individuo
lo ritual con connotaciones genitales y anales. Pero es “sacralizado” tiene que separarse de sus cualidades
Cabello mágico

profanas previas; cuando es “hecho profano” sus cua- punta rota de colmillo de elefante. Es conocida
lidades sagradas peligrosas deben ser removidas de como la reliquia dhalaya;8 la palabra dhalaya
nuevo. tiene el significado alternativo de a) un colmillo
Pensando de esta manera, los antropólogos han y b) una greña de un asceta religioso. Aquí el
tendido a clasificar en una misma categoría a los cabello es símbolo de una divinidad benéfica.
rituales de limpieza del cuerpo sucio, del corte del b) Un caso mejor conocido es el de la cabeza de Me-
cabello de la cabeza, de la extracción de piezas denta- dusa con su cabellera de serpientes. Esto no era
les, de las sangrías, de la circuncisión, todos como sólo fálico, como el propio Dr. Berg observara
“ritos de separación”. —sino una cosa de poder en sí misma—. Incluso
El Dr. Berg, con sus presupuestos psicoanalíti- cuando la cortaron (castraron) siguió siendo la
cos, llama a tales ritos “castración”. A pesar de que fuente de emanaciones mortales y se convirtió
terminología más reciente postula una “causa” origi- en el centro del escudo de Atenea.9
nal para la simbolización, la cual los antropólogos c) Una estricta analogía de esto son los modernos
pueden considerar como “no comprobada”, la inter- cazadores de cabezas de Borneo, quienes ha-
pretación psicoanalítica es muy consistente con los biendo cortado la cabeza de sus enemigos usan
hechos etnográficos. ¿Puede decirse que los esclare- el cabello para decorar sus escudos de guerra y
cen? Antes de dar una respuesta afirmativa debemos las vainas de sus espadas. Del mismo modo los
llevar la teoría básica a un escenario adicional. cazadores de cabezas naga decoran sus lanzas
Hay otro aspecto de esta dicotomía sagrado-profano y escudos con cabello humano. Evidentemente
(castrado-no castrado). El acto de separación (cas- éste es un objeto poderoso en sí mismo.
tración) no sólo crea dos categorías de personas, tam-
bién crea una tercera entidad, la cosa que es separada El poder en tales casos no es exclusivamente
ritualmente, el “genital castrado” en sí mismo. Desde sexual; sus cualidades de sagrado y tabú son inhe-
el punto de vista de la interpretación psicoanalítica rentes a las nociones de divinidad y asesinato ritual.
esta cosa castrada parecería constituir un verdadero Incluso tal vez es más importante que, según dicen, el
pedazo material de agresión, que es tomado de la per- cabello usado por los guerreros naga tiene que ser
sona castrada por el castrador. Desde un punto de proveído por sus hermanas. Asesinato e incesto son en
vista lógico deberíamos esperar, en consecuencia, que la misma medida tabú (Hutton, 1921: 35, nota 4;
los artículos simbólicos de este tipo, los objetos que, en Radcliffe-Brown, 1939).
la terminología del Dr. Berg, representan el genital En tal contexto el cabello sufre un divorcio de la
castrado, se sintieran como conteniendo un poder li- personalidad de cualquier individuo particular y es un
bidinoso en sí mismos. Entonces ellos serían objetos talismán protector por derecho propio. No obstante
mágicos por excelencia —no hay duda de que éste es que este cabello no tiene ninguna connotación fálica
el caso. “consciente”, podemos notar que algunas sociedades
Gran cantidad de evidencia podría ser aducida han colocado emblemas fálicos explícitos precisamen-
para mostrar que es precisamente ese tipo de objetos, te para el mismo propósito. Las estatuas fálicas de
los ritualmente separados del individuo en los “ritos de Hermes de los antiguos griegos eran usadas como
separación”, los que son más poderosos en situacio- puestos fronterizos por su poder para apartar las in-
nes de magia. No recogí ninguna explicación antropo- fluencias malignas.10 De modo comparable, los adora-
lógica general de porqué esto debiera ser así, pero la dores hindúes de Siva de la secta lingayat usan una
noción de que el poder mágico es idéntico a la poten- piedra linga en el brazo o alrededor del cuello como
cia libidinal está implícita en, por lo menos, gran can- talismán y así sucesivamente.
tidad de análisis antropológicos. Por supuesto que el De nuevo hay una divergencia entre los puntos de
corte del cabello ocupa un lugar prominente entre vista psicoanalíticos y antropológicos. El psicoanalis-
tales materiales mágicos. ta encuentra el significado del emblema fálico en el
De nuevo encontramos que este tipo de simbolis- complejo de Edipo del espectador: “esto parecería re-
mo no pertenece a algún tipo de sociedad particular. presentar los genitales de los padres, los cuales no
Citaré tres ejemplos muy diferentes. deben, bajo amenaza de castigos directos, ser mirados
por los descendientes” (Berg, p. 33). Por otro lado, el
a) En el budismo sinhalese los dos objetos sagra- antropólogo considera el símbolo como una repre-
dos más celebrados son las reliquias de dientes sentación material de una idea abstracta —el poder
y de cabello estrechamente asociadas unas con fertilizante de Dios—. Y, diciendo esto, él está de a-
otras. La reliquia dental tiene la forma de una cuerdo con sus informantes. Los devotos hindúes no
Edmund R. Leach

niegan que el linga represente un falo, pero insisten toda la cabeza es respaldada por una aureola circular
fuertemente en que a ellos les sugiere más la idea de (Luang Boribol Buribhand y Griswold, 1957: 2, 8).
deidad que la de sexualidad. En realidad ¿tenemos La segunda excepción son algunas representacio-
justificación para decir que esto es simplemente un nes poco comunes del Buda, que lo muestran en una
caso de “represión”? condición anterior a que consiguiera la iluminación,
La tesis psicoanalítica implica un nexo causal —las cuando estaba buscando (erronéamente) alcanzar el
cosas sagradas son sagradas porque son secretas y nirvana mediante el ayuno. La imagen es aquella de un
tabú—. La tesis antropológica señala lo contrario: los hombre extremadamente demacrado y con su cabello
objetos sagrados son tabú porque ellos son sagrados normal sin ninguna aureola. Es la naturaleza del ca-
—esto es, porque están llenos de potencia peligrosa, bello la que muestra que ésta es la figura de un ser
incluyendo la potencia sexual—. El elemento oculto, lo humano y no la de “el Iluminado”.
secreto, no es, para el antropólogo, una parte crucial Y ésta es la conclusión del asunto. Antropólogos y
del patrón. Los rituales fálicos son, algunas veces, psicoanalistas están de acuerdo en que ciertos tipos
tratados como “cosas secretas” (Harrison, 1912: 266), de símbolos son “emblemas fálicos” de un modo más
pero más a menudo son públicos y visibles en extremo. universal que accidental. El psicoanalista asume que
En la concepción antropológica, el ritualmente po- la potencia de estos símbolos deriva de algo innato en
deroso cabello humano está lleno de potencia mágica cada individuo particular, a saber la sexualidad como
no porque sea cabello, sino por el contexto ritual de su un motivo de fuerza psicofísica. Por su parte, el antro-
origen, esto es asesinato, incesto, luto, etcétera. Es la pólogo asume que la sociedad y no los individuos es la
situación ritual la que hace poderoso al cabello, no el que da potencia a los símbolos rituales públicos. Para
cabello el que hace al ritual poderoso. Esta distinción la sociedad, la sexualidad en sí misma es un “símbolo”
puede ilustrarse a partir de la iconografía budista. más que una primera causa; “representa” el elemento
creativo reproductor en todo el mundo.
Para el psicoanalista el sexo viene primero. En con-
El cabello en la iconografía budista secuencia en el contexto hindú la cabeza representa el
falo y el linga se representa a sí mismo. El antropólo-
Los seglares budistas comunes y corrientes usan su go repudia esta interpretación de causa-efecto. Dios (o
cabello largo; los sacerdotes célibes budistas rasuran sea la Sociedad) viene primero y linga y la cabeza re-
su cabeza; las estatuas del propio Buda muestran a un presentan igualmente el poder de Dios.
individuo cuyas vestimentas y postura se parecen a
las de los sacerdotes célibes, pero la cabeza está cu-
bierta con apretados rizos11 con un mechón con forma Resumen y conclusiones
de llamas en la espalda (ushnisha). Es cierto que este
pelo, con su apariencia púbica, intenta indicar el su- Antes de señalar una conclusión, recapitularé las
premo poder fertilizante del Señor Buda, pero el ca- principales líneas del argumento aquí presentado. A
bello adquiere este significado no por su forma sino partir de su experiencia clínica el Dr. Berg concluye
por el hecho de que aquí está, de manera incongruente,
colocado sobre la cabeza de algo parecido a un monje.
Cuando en la iconografía budista se muestran figuras
laicas con cabello en la cabeza esto no les confiere
potencia sobrenatural.
Que el rizo de la figura ordinaria de Buda no sólo
signifique potencia sino que obtenga esta potencia
de su contexto ritual más que del hecho de que sea el
cabello del Buda es mostrado por dos aparentes ex-
cepciones a la regla general.
En primer lugar, en las primeras figuras de Buda
que fueron hechas en Gandhara antes de que se esta-
blecieran las actuales convenciones simbólicas, la es-
cultura es “realista” y modelada de acuerdo con las
convenciones griegas. La cabeza es ya reconocida
como potente, pero este hecho no se demuestra en
algún tratamiento especial del cabello; en cambio,
Cabello mágico

que el cabello humano es muy comúnmente empleado de poder social. El arreglo del cabello es una carac-
como un emblema fálico con elementos agresivos y terística importante de tales ritos. La etnografía actual
características genitales y anales. En consecuencia, indica un vínculo permanente entre el cabello como
interpretó los procedimientos de arreglo del cabello un símbolo y el falo como un símbolo, y en esta medida
de la gente ordinaria como rituales privados de una es apropiado que el cabello sea importante en ritos que
naturaleza que en su origen tiene impulsos de la libi- denotan un cambio en el status social-sexual, pero los
do. Berg ha reivindicado que diversa evidencia antro- antropólogos solos no cuentan con una teoría que ex-
pológica apoya su opinión. plique porqué la simbolización debiera tomar la forma
Es cierto que la etnografía revela una distribución que tiene.
de los rituales del cuidado del cabello en casi todo el Los argumentos psicoanalíticos del Dr. Berg ofrecen
mundo. Estos rituales son particularmente impor- tal explicación. En el cuerpo del ensayo traté de mos-
tantes en ceremonias luctuosas pero también se dan trar porqué estos argumentos psicoanalíticos son
en otros rites de passage e incluso en ritos de una inadecuados desde un punto de vista antropológico,
naturaleza menos personal. Hay elementos substan- pero también indiqué que en realidad no están en con-
ciales aunque no del todo consistentes entre los ritua- flicto con la evidencia etnográfica. El antropólogo no
les del cabello de diferentes culturas, y en el gremio de necesita aceptar el punto de vista psicoanalítico, pero
los antropólogos ha sido común postular que el ca- tampoco tiene buenas razones para rechazarlo.
bello humano tiene algún valor simbólico universal. Por último he señalado que el cabello, como una
Discusiones sobre el simbolismo del cabello fueron parte separable del cuerpo, no es sólo un símbolo de
justamente importantes en los primeros debates re- agresión sino “una cosa en sí misma”, una pieza ma-
lativos al animismo y a la magia. El consenso general terial de agresión.
fue que el cabello representa el individuo total o el Los psicoanalistas se ocupan de los individuos y
alma, o los poderes personales (mana) del individuo. cuando discuten la agresión se refieren a la agresión
Ninguno de los primeros antropólogos sugirió de de los individuos. Los antropólogos, funcionando en
manera explícita que el cabello pudiera ser interpre- un nivel más social, encuentran conceptos que un
tado como un substituto genital. Si, de cualquier ma- analista etiquetaría como “agresión colectiva”, esto es,
nera, avalamos esta hipótesis de substitución genital como una agresión que no se localiza en algún indivi-
la evidencia encaja bien con el postulado del Dr. Berg. duo particular, por ejemplo, el poder de Dios.
La conducta pública ritual afirma algo del status En rituales públicos, el cabello puede algunas
social del actor; la conducta ritual privada sostiene veces ser considerado como poder libre (agresión), dis-
algo acerca del estado psicológico del actor. No tenemos tinto de la sexualidad y de la suciedad fecal de indi-
fundamentos para asumir, como lo hace el Dr. Berg, viduos particulares. En un contexto ritual con fre-
que los actores en los rituales públicos están en una cuencia encontramos que el cabello humano es usado
condición psicológica que corresponda al simbolismo como “la realeza de los reyes” (Frazer, 1915, vol. II:
de su ejecución. Pero todavía persiste un enigma. 180), “la divinidad de los dioses” (budismo, cf. supra),
Todas las simbolizaciones públicas empiezan, en algún “la fertilidad de las cosechas” (Frazer, vol. III: 272), “el
punto, como símbolos privados, ¿qué clase de inter- poder de hechiceros” (Mills, 1937; cf. Frazer, 1918:
conexión existe entre los dos campos? Parecería que la vol. II: 485), “el mana de los guerreros heroicos” (por
evidencia antropológica, relacionada con los símbolos ejemplo, la historia de Sansón Libro de los Jueces 16,
públicos, no puede tener nada que ver con la pregunta v. 17).
de si el simbolismo privado del cabello es o no univer- Esto parece llevar el argumento al punto de par-
sal. Por otro lado, si el Dr. Berg puede establecer su tida. Regresamos a la posición adoptada por Wilken,
caso independientemente, esto bien podría tener sig- Frazer, Hutton y otros de los antropólogos más viejos;
nificado para el antropólogo. ellos también sostuvieron que los rituales del cabello
Este último está interesado en el simbolismo ritual simbolizan alguna clase de abstracción metafísica
como expresión de estados del sistema social más que —fertilidad, cosas del alma, poder personal.
como estados de una psique individual. Desde este Pero a pesar de que regresamos al principio pienso
punto de vista antropológico, los rites de passage (por que hemos llegado a dos importantes conclusiones.
ejemplo, nacimiento, iniciación, matrimonio, muerte) La primera se refiere a la “función” del simbolis-
reflejan la progresión del individuo a través de etapas mo fálico en un sentido pragmático. He enfatizado que
establecidas en el sistema social; éstas corresponden el simbolismo fálico consciente, tanto directo como
a diferentes grados de madurez, diferentes tipos de desplazado, es repetidamente recurrente en rituales
conducta sexual permitida, diferentes asignaciones religiosos y dramáticos. ¿Por qué? Con seguridad la
Edmund R. Leach

respuesta es que el ritual hace explícitos y conscien- mágico es, simplemente, una variedad especial de la
tes aquellos pensamientos poderosos y peligrosos sus- libido sublimada.
ceptibles de volverse reprimidos. La energía libidinal A pesar de que los aportes de Freud estaban cerca
es agresiva. Ipso facto, si asuntos de significado li- de los de Frazer, los antropólogos han prestado poca
bidinoso emergen en el contexto de la vida diaria, atención a sus argumentos. Una razón para esta negli-
existe un peligro para la Sociedad. Pero en el contexto gencia es que, sociológicamente, la explicación pare-
de los rituales religiosos, donde cada cosa está forma- ce totalmente engañosa. Si los actos mágicos son la
lizada de acuerdo con un conjunto de expectativas, las salida de deseos reprimidos ¿de quién son los deseos
implicaciones agresivas de la acción simbólica están reprimidos involucrados? Las costumbres, incluyendo
bajo control. Dentro de un ritual, el falicismo es en- las costumbres mágicas, son enseñadas; son hechos
tonces una forma de profilaxis catártica; no es una públicamente reconocidos. Siendo así, ¿qué puede
expresión del inconsciente reprimido del individuo tener de relevante hablar de deseos reprimidos de los
colectivo, es un proceso social que sirve para prevenir individuos? El mago hace lo que la sociedad espera
al individuo de desarrollar represiones sexuales. que haga, sus propios deseos privados no ofrecen ex-
Mi segunda conclusión tiene que ver con un tema plicación para sus acciones.
antropológico más fácilmente reconocible. Me parece Aunque estoy de acuerdo con que el argumento
que nuestra discusión ha arrojado nueva luz sobre la freudiano no es inmediatamente relevante para el pro-
naturaleza del poder mágico. blema antropológico, una implicación de todo lo aquí
Los antropólogos han sostenido dos tipos de teo- descrito es que ¡aún lo irrelevante puede ser ilustrativo!
rías generales relativas a la magia, una es sociológica He estado refiriéndome a la oposición entre los usos
y la otra psicológica. privados individuales (i.e. psicológicos) del simbolis-
La teoría sociológica deriva de Durkheim y Mauss mo y los usos públicos (i.e. sociológicos) del mismo
(Hubbert y Mauss, 1904; 1909) y de Radcliffe-Brown simbolismo. En los casos examinados, tanto los aná-
(1933: 264 y ss.). Pone el acento en que los actos má- lisis psicológicos como los sociológicos conducen a
gicos son actos rituales y no creaciones individuales interpretaciones muy similares del “significado” de
espontáneas; son productos de la sociedad trans- símbolos particulares. E incluso sigo insistiendo en
mitidos de generación en generación. Se trata de actos que los dos argumentos no son relevantes el uno para
cuya potencia deriva de los valores de la sociedad el otro. Ahí donde sucede que las conclusiones son las
como un todo, y sólo en situaciones rituales podemos mismas, de hecho no se respaldan mutuamente, pero
descubrir que esos valores son de los miembros ob- donde difieren no se contradicen. Son aspectos sepa-
servantes de la sociedad. rados que iluminan elementos muy diferentes de un
La teoría psicológica es la de Frazer; es mejor co- único problema general. Cada tipo de análisis puede
nocida y más fácilmente comprendida. Frazer está dar sólo una respuesta parcial; cada una es “correc-
preocupado no por el contexto sino por la “lógica” de ta”, pero sólo cuando se considera dentro de su propio
la magia. Sus explicaciones se dan en términos de dos marco de referencia.
principios de asociación muy crudos: “primero, que lo El mismo argumento podría ponerse de otro modo.
semejante produce lo semejante; y segundo, que cosas El psicoanalista, estando relacionado con los senti-
que alguna vez estuvieron en contacto la una con la mientos ocultos del individuo, clasifica todas las ac-
otra siguen actuando a distancia después de que se ha ciones que cortan una parte del cuerpo del individuo
roto contacto físico” (Frazer, 1915, vol. I: 52). Para como equivalentes simbólicos de “castración”. Entonces
Frazer la cualidad esencial de la magia es que es una argumenta que estos actos rituales tienen fuerza emo-
falacia, y se contenta con demostrar la naturaleza de cional para el individuo porque, de hecho, son senti-
la misma. No se pregunta por qué los seres humanos dos como una represión de la energía de la libido.
debieran ser propensos a creer en falacias de este tipo En cambio, el antropólogo social tiene que ver con
particular. Debe recalcarse que, en realidad, ninguna el status públicamente reconocido de las personas
de estas teorías ha estado preocupada por la natura- sociales y destaca que los actos rituales en los que se
leza de la potencia mágica como tal. corta una parte del cuerpo del individuo son impor-
Las investigaciones de Freud respecto a la interpre- tantes en los rites de passage , es decir, en los “ritos de
tación de los sueños y la asociación de ideas ilustran separación” en los que el individuo públicamente se
los argumentos de Frazer pero difícilmente chocan mueve de una posición social a otra. Bien podría cla-
con los de Durkheim. El análisis freudiano explica la sificar todo este tipo de ritos como “circuncisión”.
forma de los actos mágicos como determinados por La explicación del antropólogo social de porqué los
deseos reprimidos de tipo oral, anal o sexual. El poder así definidos ritos de “circuncisión” deberían tener
Cabello mágico

una carga emocional viene desde Durkheim. La situa- dicada por la obvia significación castrante de la mutilación
ción ritual convierte el símbolo en una “representación que significa quitarse el cabello en el rito orgiástico de
colectiva” de Dios y de la Sociedad. En la naturaleza de yausa (Malinowski, 1932: 231-33).
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los ritos está el hecho de que “de los objetos más co- Especímenes arqueológicos de linga de alrededor del siglo
munes, ellos pueden sacar el ser sagrado más pode- II después de Cristo son representaciones muy parecidas
roso” (Durkheim, 1947: 226-228). al falo humano. De acuerdo con algunas autoridades el
Estos dos argumentos, el psicoanalítico y el dur- linga moderno, que en su forma es mucho más simpli-
kheimiano, aparentemente opuestos no son contra- ficado, normalmente no es reconocido como un falo por
dictorios. Junto con un tercer argumento, tomado de los adoradores comunes. Un elemento considerable de la
Frazer, podemos aceptarlos al mismo tiempo, en el mojigatería europea parece estar incorporada en este
sentido de que, de manera típica, el poder mágico resi- punto de vista (cf. J. N. Banerjea en K. W. Morgan, 1953:
de en objetos que están vinculados a individuos en si- 61-65).
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tuaciones rituales —por ejemplo, la sangre, el cabello, Éste es el clásico sïmantonnayana y es el tercero de los
las uñas cortadas, etcétera, de personas involucradas diez samskãra (ritos de purificación) que un hombre debe
en rites de passage—. No podemos simplemente fundir llevar a cabo a partir de su concepción y antes de su
estos tres argumentos, pero si reconocemos que todos matrimonio. En casi todos estos ritos la identificación
ellos están relacionados con “la misma cosa” llegare- simbólica entre la cabeza y los genitales es extremada-
mos a la conclusión de que la potencia mágica, con- mente obvia.
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siderada como una categoría social, es algo inhe- Las contradicciones del comportamiento sexual brahmá-
rente a los símbolos de la “circuncisión”, pero tal sim- nico han sido recientemente analizadas de manera brillante
bolización es efectiva porque para cada individuo por G. M. Carstairs (1957). El autor no discute el vínculo
la situación ritual es sentida con un significado de entre la inculcación de preceptos morales y la regulación
castración. del vestido.
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Esto es algo más que un juego de palabras. Fu- Fuente: Iyer (1928-35). No tengo ningún indicio de algu-
sionando el concepto sociológico de circuncisión con na traducción de este Upanishad a lengua europea.
6
el concepto psicoanalítico de castración establece- La misma palabra se usa en todas las lenguas dravidia-
mos un puente entre los dos marcos de referencia, y nas diferentes de telegu.
7
la consistencia entre los dos modos de interpretación El corte de las uñas también es contaminante, pero
adquiere significado. En este punto, tal vez sólo en este mucho menos que el del cabello. Cortar la uñas es una
punto, el argumento psicoanalítico ofrece al antro- tarea que comúnmente realizan los peluqueros (Srini-
pólogo una explicación plausible de los hechos, que vas, 1952: 80).
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éste ya conocía, pero que no podía entender a caba- Dhalaya-dhatu, generalmente abreviado como dhalada.
lidad. Claramente existen algunas complejas implicaciones
En algún sentido debo admitir que todo el argu- esotéricas de esta asociación del Señor Buda con un
mento no es más que otra manera de decir lo obvio. elefante. Esto asocia al Buda más directamente con
Cada quien da por sentado que las groserías en casi Pillaiyar-Ganesa, “el hijo” de Siva, que explícitamente es
cualquier lengua derivan su potencia mágica de la una deidad elefante fálica y que casi siempre está re-
asociación con funciones sexuales y excretorias o con presentada como sosteniendo en su mano una punta rota
Dios. La teoría propuesta en este ensayo es que el de uno de sus colmillos.
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poder mágico de la “suciedad del cuerpo” (incluyendo Para una posible analogía con Melanesia véase E. R.
el cabello) es precisamente del mismo tipo. Esta pro- Leach 1954: 158.
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posición no es muy novedosa, pero el punto central de Estos herma eran puestos de piedras rectangulares con
este ensayo está en otra parte. La pregunta que me he cabezas en la parte superior y falos erectos en el frente.
formulado es ¿Cómo pueden los antropólogos justifi- Los desastres de los atenienses en la expedición siciliana
car las interpretaciones simbólicas que hacen habi- fueron atribuidos ampliamente al hecho de que algunos
tualmente? No la he contestado, pero tal vez haya ilus- mojigatos o, posiblemente, saboteadores políticos habían
trado algunos de sus aspectos. mutilado muchos de estos puestos cincelando tanto las
cabezas como los falos. Existe una referencia en relación
con este suceso en Lisístrata, 1, 1895 de Aristófanes, cf.
Notas Tucídides, vi, 27, 1.
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Normalmente los rizos están coloreados de azul. Esto
1
Que los trobriand se rasuren la cabeza no sólo implica también tiene implicaciones simbólicas “sexuales”, pero
luto, sino también que la privación de sexualidad está in- aquí no discutiré este aspecto.
Edmund R. Leach

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