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“LAS OPERACIONES NAVALES DE LA

GUERRA DE LAS MALVINAS”

Autor y compilador: Leonardo Innamorato

Año: 2005

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Introducción

Quizás parezca un trabajo más sobre Malvinas, lo cual no refleja mi propósito. Pero
seguro también resulte un poco más interesante al tratar de exponer sobre cual es la temática
de dicho trabajo de investigación. Sobre el tema de la “Guerra de las Malvinas” se ha escrito
mucho, sobre todo si tenemos en cuenta también los aspectos geopolíticos de la cuestión. De
eso no se trata este libro. No es el propósito de este libro caer en implicancias leguleyas y o
ideológicas sobre la temática. Tampoco en cuestiones de índole geopolíticas. En primer lugar,
me propuse presentar las operaciones navales de la guerra, es decir describir la suerte de cada
buque, analizar la fuerza naval de los ingleses como la de los argentinos tratando de utilizar
un lenguaje sencillo sin muchos condimentos técnicos y haciendo esfuerzos de aclarar lo más
objetivamente posible sobre el accionar de ambas marinas de guerra durante el conflicto.
Representa también un esfuerzo para sacar a la luz el accionar secreto de la guerra submarina
como así también las tácticas empleadas.

Seguro sobre Malvinas hay mucho que escribir si nos enfocamos también en los
combates en tierra, los ataques aéreos y las cuestiones diplomáticas (aun cuando me lo
hubiese propuesto también hacerlo) como así también la cronología diaria. Sobre eso hay
otros trabajos realizados. Casi seguro, hay mucho que quedó en el tintero todavía. El
propósito de este trabajo tampoco tiene por objetivo reflotar cuestiones de suma ideología
“patriótica”, ni tampoco caer en la desidia sobre lo que realmente pasó en las islas. Sépanme
disculpar por ahí la afición a la temática naval que me fue revelada hace casi diez años atrás, y
desde el momento he tratado de investigar y nutrirme de los conocimientos sobre la guerra de
las Malvinas, en este caso, y reunir toda la información necesaria para volcarlos en este libro.
Al respecto hay mucho de mito y del boca en boca en las informaciones brindadas como así
también muchas historias que contar. Lo cierto es que la flota inglesa fue puesta a prueba de
una manera intensa por nuestros valientes pilotos y hasta en muchos momentos, parecía ser
forzada hacia la retirada en más de una oportunidad.

Hoy, a más de veinte años de Malvinas, todavía se recuerda con gran fervor cívico y
Nacional las acciones realizadas por nuestros combatientes, demostrando así una alta entrega
y espíritu del “Ser Nacional”, hasta en muchos casos, dar la vida por la patria. Y hoy más que
nunca donde se confunden muchos valores de la identidad nacional, de los verdaderos héroes

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y los prohombres que realmente hicieron historia entregando todo para la libertad de esta
gloriosa nación. Malvinas no escapa a ello y quizás sea la guerra olvidada por muchos, y que
hasta hoy en la actualidad, las secuelas todavía perduran. Las decisiones políticas mueven a
los hombres de armas, en su diadema y honor, hoy más que nunca debemos admiración y
gratitud a los héroes de Malvinas. Sea entonces también una contribución a la causa Malvinas.

Pues a ellos, a los héroes de Malvinas, como todos los que de alguna u otra forma no
olvidan la gesta de Malvinas, está dedicado este trabajo.

Leonardo Innamorato

EL desembarco argentino en las islas: la operación “Rosario”

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¿Hola Londres? ... “Aquí tenemos nuevos amigos” ...

Así empieza el contacto con Londres que daba el jefe de los Royal Marines, vía télex,
al ser capturado luego de la rendición por parte de tropas argentinas.

Conocidas son las imágenes del pueblo en la Plaza de Mayo, ese día glorioso de abril
de 1982. La noticia causaba alegría, júbilo entre la ciudadanía argentina al informarse que las
primeras naves argentinas había desembarcado en las islas del Atlántico Sur, y terminándose
así, la ocupación de ese reducto colonial, que por más de 150 años había estado en poder de
los ingleses. Esa operación, que fue planificada por los comandantes, previas directivas de
Galtieri, que se conoció como la “Operación Rosario”. Dicha operación preveía recuperar las
islas Malvinas y Georgias con una fuerza integrada por los buques de comando anfibio de la
armada, dirigida por el Almirante Busser. Ya en Londres previamente se había tomado
conocimientos de movimientos de naves de la armada argentina en el Atlántico Sur,
información que fue tomada en cuenta pero que después fue desechada la importancia de esta.

En el día 2 de abril, más precisamente a las 04:30 de la mañana desembarcaban los


primeros 150 hombres de Infantería de Marina, luego a éstos se le sumarian alrededor de las
9:30 un refuerzo de más hombres del ejército, provocando así la rendición de unos 80 Royal
Marines al mando del Mayor Mike Norman. El plan estaba a cargo del Almirante Carlos
Busser, jefe de la unidad anfibia de la armada y los buques ARA “Santísima Trinidad”, el
buque de desembarco anfibio ARA “Cabo San Antonio” y las corbetas ARA Guerrico y ARA
Drumond.

Las tropas de elite de la infantería de marina acababan de desembarcar y estaban


prestos a la reconquista de Puerto Argentino, (Port Stanley) su capital, de unos 2000
habitantes aproximadamente. Inmediatamente las calles coparon con vehículos de desembarco
anfibios, camiones, tropas con ametralladoras, fusiles y demás armamentos. Previamente el
almirante Busser, jefe del operativo, había aconsejado a las tropas en tratar bien a los Kelpers
(isleños), y así no atemorizar a la población civil y ocupar las islas con total tranquilidad. Pero
no resultó un tanto fácil la recaptura, ya que las fuerzas inglesas que había, se batieron con las
argentinas por el honor, obligando unos instantes después a entregar sus armas y rendirse a la

Formaba parte de esa fuerza también, el por entonces jefe del Regimiento de infantería Nº 25, Teniente coronel
“Mohamed Alí Seineldín”.

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agrupación “Buzos tácticos” de la armada argentina. En dicha operación resultó herido en
primera instancia, y muerto cuando se lo llevaba al hospital, el Capitán de la armada Carlos
Giachino, siendo este el primer muerto del conflicto por las Malvinas. Las fotos de los Royal
Marines hechos prisioneros humillados por los soldados argentinos, no tardaron en llegar a
Londres, hecho éste que enfureció y se dispuso el envío inmediatamente de una Task Force.
Ya para el mediodía en las islas, el panorama estaba bajo total control de las tropas argentinas.

Foto: tropas de Infantería de Marina desembarcan en las islas Malvinas.

Durante las tomas de posiciones de material bélico, las tropas de infantería de marina
de elite, posteriormente fueron reemplazadas días después por el grueso del ejército argentino,
en su mayoría de ellos jóvenes reclutas de la clase 63. El 2 de abril, la operación fue ejecutada
por el 5° Batallón de infantería de marina. A estos se le sumaron refuerzos por el segundo
regimiento de infantería aerotransportada; los regimientos de infantería 8° y 25° y por la 9°
compañía de ingenieros. Ya para el 12 de abril desembarcaron los Regimientos 3°, 6° y 7°
reforzados por la compañía 10° de ingenieros de la 10° Brigada de infantería motorizada; los
3 Regimientos de infantería (regimientos 4°, 5°, y 12 y de la 3° Brigada de infantería
mecanizada) reforzados por el 3° grupo de artillería de la recién creada 11° brigada de
infantería motorizada como así también elementos de un grupo de artillería antiaérea. En total
se puso en tierra cerca de unos 12.000 hombres de todo el país siendo la mayoría de ellos de
los Regimientos de Corrientes, Misiones y el NOA argentino. La autoridad de las islas la tomó
el General Mario Benjamín Menéndez como gobernador. De esta manera se dispuso el 70%
de los hombres en cercanías de Puerto Argentino, sobre todo en las alturas de los montes
London, Dos Hermanas, Pradera del Ganso, y monte Kent.

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Foto: las tropas inglesas rendidas a los argentinos.

Con el transcurrir de los días, se hizo notorio el transporte de tropas, material bélico,
de artillería, suministros de comida, y logística del ejército argentino en las islas. La
guarnición de Puerto Argentino comprendía 5 Regimientos de infantería, los 3 regimientos de
la 10° brigada (a cargo del Gral. Jofre), el 4° Regimiento de la 3° Brigada, el 25° regimiento
de la 9° brigada y el BIM (batallón de infantería de marina) Nº 5 como así también las
unidades de comando, la 601 y 602. Mientras tanto la Task Force emprendía el trayecto en
dirección a las islas. Se tomó el control total del aeródromo de Las islas movilizando los
aviones de la Fuerza Aérea, los IA 58 Pucará y algunos Helicópteros. Fueron puestos en el
teatro de operaciones 12 aviones Pucará, 4 Aermacchi 339 de la primera escuadrilla de la
Aviación Naval, 4 Beechacarft T-34 de la 4° escuadrilla, 1 helicóptero para tropas Chinoocks,
3 helicópteros Puma del ejército y unos 16 Bell UH1H. Mientras tanto en Peble Island (isla de
Borbón) se puso 6 Pucará, 1 Skyman de transporte y 2 helicópteros Puma. La “Operación
Rosario”, fue un muy buen plan de recaptura de las islas, lo cual se lo realizó a cabo de forma
eficaz y expedita.

Sobre la táctica a emplearse se dispuso la llamada “Defensa Estática”, es decir de tener


todo el tiempo necesario de construir trincheras, búnkeres, emplazamiento estático de
artillería, organización de compañías y o secciones de soldados a la espera del avance y el
ataque por parte del enemigo. El grueso de las tropas argentinas estaba en la isla oriental, es
decir la isla Soledad, poniendo una minúscula guarnición de comandos en la isla Gran
Malvina. Eso en cuanto a las tropas movilizadas desde el continente a las islas. Pero
paralelamente se peleaba en la ONU, otra batalla. La batalla diplomática por el cese de la
ocupación argentina de las islas y llegar a un acuerdo y poner fin a la disputa de la soberanía
de las islas. Pero no es mi propósito poner en evidencias cuales fueron las tratativas
diplomáticas de ambos países ni la cronología del conflicto.

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De esta manera, el control y poder de las Malvinas estaban otra vez en nuestro país,
poniendo fin a una larga ocupación inglesa. Las primeras acciones de combate y repliegue en
los puestos de combates se produjeron el 1° de mayo cuando bombarderos Vulcan V2 y
Harriers de la RAF bombardearon Puerto Argentino, tratando de inutilizar la pista y
desmoralizando a las tropas argentinas que ahí se encontraban; pero dichos bombardeos
fueron rápidamente contestados por artillería antiaérea que estaba emplazada alrededor de la
pista. Quedaba entonces por soportar las inclemencias del tiempo, que por cierto en nada
ayudaba, al tener temperaturas inferiores a los 5 ° grados y el viento que soplaba de una
manera incesante en Malvinas. Todo ello a la tensa espera por parte de las jóvenes y casi
inexpertas tropas argentinas sometidas a las presiones psicológicas del no saber por su futura
suerte.

La llegada completa de la flota al teatro de operaciones, se hizo efectiva después del


25 de abril tomando el completo control y estableciendo un bloqueo naval alrededor de las
Malvinas, quedando aisladas por completo por suministro las tropas argentinas que allí se
encontraban. En efecto, Galtieri había previsto según sus cálculos que los ingleses tomarían
mucho tiempo en la recuperación de las islas y quedando así luego de la ocupación, a un
posterior “arreglo” diplomático y el posterior retiro de tropas. Eso fue la primera operación de
guerra por parte del enemigo, un ataque sin una formal declaración de guerra. Inmediatamente
el próximo capítulo sería apuntar sus armas a un blanco estratégico y grande lo que
representaría una pérdida enorme de vidas, el crucero ARA “General Belgrano”. Lo que vino
después, es todo historia y a continuación se relatan las principales maniobras de la guerra en
materia naval que muchos desconocen como se llevaron a cabo.

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La Task force*

Por Leonardo Innamorato

D
esde la Segunda Guerra Mundial que no se habían registrado en las
tácticas navales una guerra naval moderna. La última fue en Midway en
1942, batalla madre que enfrentó los poderes de la armada de los EE.UU.
y sus aliados con la armada imperial japonesa al mando de Yamamoto y Kurita. Pasaron 40
años para el desarrollo de la maquinaria bélica más poderosa y adelantada de Europa: La
Royal Navy. Es así que las configuraciones de las principales marinas habían cambiado
sustancialmente y ya no había entre sus filas los grandes y pesados acorazados, que más bien
fueron reemplazados por los cruceros livianos, es decir con menos tonelaje (menos de 13.000
toneladas).

En la estructura de la flota se dió gran importancia al poder de los portaaviones, como


buque más importante de la flota y que es capaz de movilizar una fuerza aérea a donde sea
necesaria su presencia intimidatoria. Luego para proteger al portaaviones están sus escoltas,
los destroyers que se encargan de la defensa aérea y de atacar otros navíos con sus mísiles
como también de realizar cañoneos con su artillería. Otro componente importante de una flota
lo constituyen las fragatas, que principalmente se encargan de apoyo y tienen además el rol,
entre varias de ellas, de la lucha antisubmarina. Las fragatas en sí, por ejemplo, en la flota del
Reino Unido, son muy numerosas y de diversos tipos. Además, una flota moderna posee
buques de asalto, buques comandos anfibios, pero además faltaba algo por ver todavía.

El estreno en una guerra de los submarinos a propulsión nuclear y dotados de torpedos


“MARK 8” y 24 (SSN). La importancia de un submarino a propulsión nuclear, además de ser
muy rápidos, tienen la ventaja de poder permanecer sumergido el tiempo que se considere
necesario. No tienen limites de permanencia bajo el agua como sí lo poseen los sumergibles
del tercer mundo (entre los cuales todavía nos incluimos) a propulsión diesel –eléctrica, de
tamaño más reducido y penalizado a la hora de permanecer sumergido. Es necesario cargar
baterías y así volver al fondo del mar. Eso entre los componentes físicos y operativos de una
flota moderna. Pero también con el transcurso del tiempo, se modernizaron las estrategias de
combate naval, como así también las tácticas y los medios.

*
Fuerza de Tareas.

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La tecnología a posterior vino a facilitar y solucionar muchas cosas que todavía faltaba
dominar como ser el uso de radares más potentes de detección de blancos, mejores sistemas
de sonares, se automatizó la artillería de los buques y se los dotó de medios electrónicos y
computarizados para su operación. Entre los oficiales, se encontraba ya una generación que
era capaz de operar en forma manual y automática, los diferentes sistemas de armas de los
modernos buques. Se hizo más seguro los medios de combate a bordo contra los incendios, y
se mejoró la protección de los oficiales encargados de dirigir los ataques en la llamada “sala
de operaciones navales”, que se encuentra en las entrañas mismas del buque, a diferencia del
puente del mando donde el capitán imparte directivas del buque. Un detalle a tener en cuenta,
si comparamos el porte y el tonelaje con otras armadas como ser la US Navy, la francesa o la
de Rusia, éstos navíos son mucho más pequeños, pero no dejan de ser temerosos ante
cualquier amenaza aérea o naval.

Foto: la fragata tipo Leander, HMS Minerva emprende dirección rumbo a las Malvinas.

De esta manera la Royal Navy se perfilaba como una de las 3 mejores armadas del
mundo, catalogada como “invulnerable” a los ataques aéreos y amenazas de otros buques.
Para 1982, la armada de su Majestad era una de las más numerosas del globo, hecho también
que le valió la reputación de fabricar sus propios modelos y de ser la industria naval inglesa
una de las más competitivas, junto con la armada de los EEUU y Francia. No hay que olvidar
el contexto del mundo en ese momento, la guerra fría, que asomaba a Rusia también con una
poderosa fuerza naval extendida a lo largo de su extenso territorio, lo que significaba una
amenaza para la OTAN. Cabe destacar que Rusia1 poseía también naves a propulsión

1
La URSS en ese entonces asomaba como la segunda potencia naval del mundo capaz de competir con el mismo
EE.UU. e incluso Inglaterra.

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nuclear, y además, poseía submarinos balísticos capaces de desatar un infierno en cualquier
punto del planeta con sus mísiles de largo alcance.

La pregunta sería: ¿Quién se atrevería a burlar las defensas y sus sistemas de armas tan
sostificados que poseía la Royal Navy por ese entonces? ¿Qué hecho o acontecimiento que
forzara a cualquier marina del mundo a vérselas con el monstruo y la intimidante capacidad
de lucha de dicha fuerza? Hay que destacar también la coordinación y el pasado histórico
común con otra potencia, los Estados Unidos; además de pertenecer a un bloque común con
otras marinas también de primer nivel, el hecho de integrar la intimidante OTAN
(Organización del Tratado del Atlántico Norte) y de actualizar permanentemente los sistemas
operativos de ultima generación, ya sea en armamentos, radares, sistemas de electrónica y
propulsión de los navíos de combate como así también, el alto grado de profesionalización y
entrega por parte de sus oficiales y de sus tripulaciones.

La marina inglesa, por ese entonces, a marzo- abril de 1982, todavía se encontraba
probando nuevos tipos de armamentos, más precisamente en misil de corto alcance “Sea
Wolf”, además de renovar permanentemente la actualización de sus fragatas y destructores. Si
se observa detenidamente, en Porstmouth, principal base naval, el panorama de una base
naval del Reino Unido es muy dinámica y activa. Permanentemente hay movimientos de
buques, reparaciones en dique seco, traslado de materiales bélicos, etc. Y es sabido que
Inglaterra es proveedor buques a distintos países. Su tradición naval es de excelencia.

En cuanto al panorama de sus buques, estaban siendo modernizadas las fragatas del
lote uno de las tipo “Leander” modificándolas, quitándoles la torreta de su artillería de proa y
sustituyéndolas por misiles mas refinados como el Sea Cat, y hasta algunas se las modernizó
con los Sea Wolf, como es el caso de la HMS  Andrómeda, Penélope y Minerva. La
novedad era también la pronta entrega de su flamante portaaviones clase “Invincible”, el
“HMS Illustriors”. Nada hizo pensar un traspié a unos 13.000 Km. de la isla, la toma de las
Malvinas por parte de las fuerzas de desembarco Argentina, a pesar que la Royal Navy era
víctima últimamente de reducciones de su presupuesto y la cancelación de nuevos diseños de
buques, como el mal logrado diseño del escolta tipo 82, HMS “Bristol”. El orgullo de sus

H.M.S, siglas que se antepone al nombrar un buque de la Royal Navy, significa “AL SERVICIO DE SU
MAJESTAD”.
3
Los ingleses hacen honor al nombre de sus buques. En este caso a las fragatas de las denominadas “Leander”,
que tomaron los nombres de las deidades griegas y romanas.

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componentes representaba el destructor misilístico de la clase “Sheffield”, tipo 42, que se
encontraban más de 7 unidades entre sus filas, y los siempre amenazantes y temibles
submarinos de propulsión nuclear como el HMS “Conqueror” o el “Courageous”, ambos de la
clase “Churchill”.

Foto: una fragata del tipo 21, HMS Ardent.

Es así que al momento del desembarco argentino en las islas, la Royal Navy contaba
con un total de 44 fragatas, dentro de las cuales muchas de ellas se encontraban en reparación
en dique seco, 16 destructores de tres clases, 2 portaaviones, 2 buques de desembarco tipo
comando y 31 submarinos de los cuales, 11 de ellos de propulsión nuclear.

Estos son los buques que participaron del conflicto

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Unidades combatientes Nombre Tipo y armamento Fecha de arribo
PORTAAVIONES 2 HMS INVINCIBLE Comisionado en 1980 20 de Abril
HMS HERMES Modificado. Comisionado 20 de Abril
en 1959
DESTRUCTORES 8 HMS COVENTRY Tipo 42. Misiles Sea Dart 20 de Abril
HMS SHEFFIELD T. 42. Misiles Sea Dart 20 de Abril
HMS GLASGOW T.42. Misiles Sea Dart. 20 de Abril
HMS CARDIFF T.42. Misiles Sea Dart 23 de Mayo
HMS EXETER T.42. Misiles Sea Dart 18 de Abril
HMS GLAMORGAN Clase County m. Sea Slug 25 de Abril
HMS ANTRIM Clase County m. Sea Slug 17 de Abril
HMS BRISTOL Tipo 82 misiles Sea Dart 23 de Mayo
FRAGATAS 16 HMS ACTIVE Tipo 21. Sea Cat 23 de Mayo
HMS ARROW Tipo 21. Sea Cat 25 de Abril
HMS ALACRITY Tipo 21. Sea Cat 25 de Abril
HMS AVENGER Tipo 21. Sea Cat 23 de Mayo
HMS AMBUSCADE Tipo 21. Sea Cat 18 de Mayo
HMS ANTELOPE Tipo 21. Sea Cat 18 de Mayo
HMS ARDENT Tipo 21. Sea Cat 13 de Mayo
HMS BRILLIANT Tipo 22. Sea Wolf 20 de Abril
HMS BROADSWORD Tipo 22. Sea Wolf 20 de Abril
HMS PENELOPE Leander modificada 23 de Mayo
HMS MINERVA Leander modificada 23 de Mayo
HMS ARGONAUT Tipo Leander. Ikara. Exocet
*llegó a la zona
HMS BACCHANTE Tipo Leander. Ikara. Exocet luego del 2 de
junio
HMS ANDROMEDA Leander. Sea Wolf
HMS PLYMOUTH Tipo Rothesay 12 20 de Abril
HMS YARMOUTH Tipo Rothesay 12 20 de Abril
SUBMARINOS 6 HMS COURAGEOUS SSN Nuclear 19 de Abril
HMS VALIANT SSN Nuclear 30 de Mayo
HMS CONQUEROR SSN Nuclear 16 de Abril
HMS SPLENDID SSN Nuclear 16 de Mayo
HMS SPARTAN SSN Nuclear 12 de Abril
HMS ONIX SSK diesel -eléctrica
ANFIBIOS 2 HMS INTREPID Transporte anfibio, tropas y
helicópteros
HMS FEARLESS Transporte anfibio, tropas y
helicópteros
BUQUES DE TROPAS 6 RFA SIR LANCELOT De tropas, logístico
RFA SIR GALAHAD De tropas, logístico
RFA SIR TRISTAM De tropas, logístico
RFA SIR GERAINT De tropas
RFA SIR BEDIVERE De tropas
RFA SIR PERCIVALE De tropas

Las pérdidas británicas*

Buques hundidos Sheffield Alcanzado por un Exocet MM 39.


Coventry Hundido por bombas.
*
Sólo tres buques se salvaron de las explosiones de bombas cohetes y misiles de las incursiones aéreas de la
Fuerza Aérea Argentina.

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Ardent Hundida por bombas en la popa.
Antelope Hundida. Su caso se patio en dos
Atlantic Convenyor Alcanzado por un misil Exocet mm 39.
Fuera de combate Plymouth Alcanzada por bombas en el casco.
Sir Galahad Averiado seriamente por bombas.
Broadsword Bomba en la popa que no exploto.
Brilliant Fue ametrallada.
Avenger Por impacto de cañon de 30 mm.
Glasgow Por una bomba alojada en su casco.
Glamorgan Por un misil Exocet en el hangar.
Argonaut Por impactos de cañón y cohetes.
Alacrity Por explosiones próximas a su casco
Fearless Por impactos de cañón sobre la popa.
Sir Lancelot Por impactos de bombas, fue quemado.
Con problemas Exeter Sufrió impactos de bala.
Onix Averiado en la proa.

Para estimar las pérdidas sufridas por el enemigo en las islas, se realizó una estimación
según fuentes confiables y por lo que ellos mismos- en posteriores publicaciones -reconocen
haber perdido. Por ejemplo, hay buques que figuran como puesto fuera de combate que no es
lo mismo que el buque sea hundido; al igual que otra categoría de buques que tuvieron
problemas con la propulsión como el Argonaut y su turbina “Olimpus” estaba inutilizada; el
Avenger estaba descompuesto.

La fragata HMS Brilliant fue duramente ametrallada y tenía una gran variedad de
defectos operativos, su gemela, la Antrim fue puesta fuera de combate por una bomba al igual
que el Glasgow. Los buques RFA Sir Lancelot y Sir Tristam fueron atacados por bombas y el
Sir Galahad fue incendiado, pero luego reparado al igual que lanchones de desembarco que
también sufrieron impactos de bala. Con el transcurso de los días la flota se iba desgastando
más y más hasta llegar casi al límite operacional -como el mismísimo Contralmirante
Woodward -lo reconocía en un informe de sus naves que estaban en el Teatro de Operaciones.
Pero no solamente fueron hundidos y averiados buques sino también entre el enemigo hubo
considerables pérdidas de helicópteros “Gazelle” y los “Sea King”.

Entre los aviones derribados sólo reconocen tres bajas, pero hay que reconocer que
hubo mucha preocupación por un avión que no regresó al Hermes (de los GR3) y fue dado por
perdido; pero seguramente entre las pérdida más considerable fue el hundimiento del Atlantic
Convenyor, un buque mercante que servia como tercer portaaviones y que llevaba en su
cubierta tres helicópteros de tropas “Chinoocks” y en su interior tres Harriers, que para su
fortuna ya habían despegado para reacomodarse en el Invincible. Además, dicho buque

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transportaba cerca de 4.000 carpas y equipos de campaña para los comandos, lo que significó
un verdadero “desastre logístico” y retraso el avance hacia Puerto Argentino de una manera
más rápida y eficaz, como lo reconoció el Brigadier Julián Thompson, durante el mismo
conflicto, lo que a él y sus hombres los obligó a tomar otra estrategia en la avanzada final.
Pero seguramente las pérdidas, y las que no son recuperables y quedan como heridas en el
tiempo fueron las pérdidas humanas. De ambos lados.

El sabor fue amargo para las tropas argentinas, de más está por decirlo el peso que
soportaron los conscriptos, al ver como amigos suyos caían en cumplimiento del deber y del
lado británico en cumplir con la obligación mercenaria y más profesional en avanzar
barriendo posiciones argentinas. Al final de la guerra las bajas del lado argentino dejaron un
saldo de 649 hombres caídos - detalle que no dejo escapar – la mitad de las bajas fue en el
crucero ARA “Gral. Belgrano” hundido por un submarino nuclear SSN “Conqueror”. Las
bajas británicas fueron 255 hombres, de los cuales un buen número murió en el ataque al RFA
Sir Galahad y Sir Tristam.

Seguramente no le vamos a exigir a nuestros pilotos de la Fuerza Aérea Argentina a


rendir cuentas sobre que barcos hundió, demasiado mérito dieron el solo hecho de emprender
sus misiones contra la poderosa flota inglesa aún cuando las posibilidades de regreso al
continente eran mínimas.

Elaboración propia

La Royal Navy y su reestructuración

La Marina Real entró en guerra en el Atlántico Sur poco menos después de un año
después de la publicación de un plan de “reestructuración, profunda y controvertida”, que
decidió el gobierno. Ese plan denominado “el camino hacia delante”, redistribuía las
misiones y los medios entre las Fuerzas Armadas para el decenio siguiente.

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Teóricamente, el recorte más significativo la deberían soportar las fuerzas de superficies de la
Marina Real. Pero a pesar del cambio de organización, se reconoció como necesario, a la luz
del conflicto de Malvinas el mantenimiento del servicio del Invincible, por ejemplo, aunque la
tendencia a la restricción continúo siendo inamovible.

Se preveía una reducción del veinte por ciento de las unidades de superficie y la
potencia de disuasión naval debía pasar, en adelante a medios que operarían muy por encima
o muy por debajo de ellas. Los constantes recortes presupuestarios y la nueva configuración
del mundo, la desintegración de la Unión Soviética y la caída del muro hicieron configurar la
nueva “Royal Navy”. Se decidió aumentar el rol del arma submarina como cambio principal,
anunciando un programa de construcción de cuatro submarinos balísticos “Polaris” como así
también el pase al retiro de los SSN Conqueror y Corageous para 1990. En 1990 entonces ya
estaban en condiciones de operar 19 SSN armados con misiles antibuques Sub-Harpoon y con
torpedos antisubmarinos (ASM), de un tipo muy avanzado. En total una fuerza muy poderosa
que seria respaldada en 1988, también una nueva clase de submarinos, a propulsión clásica; el
primero de los cuatro submarinos nucleares capaces de lanzar misiles balísticos “Trident”, de
los que cada uno es dos veces más grande que los SSN lanzadores de Polaris de la clase
“Resolution”, que debía entrar en servicio operativo en 1990. Algunos expertos británicos en
estrategia naval discutieron ese giro, que se traduce en una adaptación optimistas de las
fuerzas a su misión en la OTAN, y que implican su concentración en el Atlántico nordeste. En
ese escenario las misiones de la Marina Real son:

1) El apoyo ASM a la flota norteamericana del Atlántico, en el seno de la cual los


portaaviones británicos de la clase “Invincible” operarían en parte bajo la “sombrilla
de la defensa aérea norteamericana”.

2) La protección de los convoyes trasatlántico.

3) La búsqueda de submarinos y misiones de disuasión en los sectores donde la marina


soviética está en posición de superioridad de los SSN.

4) Las operaciones ASM y de minado/ desminado en aguas pocos profundas. A


propósito de este ultimo tipo de misión, la marina concentra actualmente sus
esfuerzos en una nueva generación de pequeñas fragatas, y sus resultados fueron los
actuales tipo 22, y luego las actuales fragatas tipo 23.

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La defensa antiaérea de las unidades de superficies quedara asegurada mediante el
sistema norteamericano de cañones AA Phalanx que fue instalado en el portaaviones
Illustriors en prevención del relevo del Invincible, en las aguas de las Malvinas por los misiles
Sea Wolf y el complejo de artillería AA Sea Guard. (La Guerra de las Malvinas, ediciones
Fernández Reguera, 1986)

Además de los tres portaaviones, la en la actualidad la Royal Navy posee:

PORTAAVIONES (3) HMS INVINCIBLE Con aviones Harriers


HMS ARK ROYAL
HMS ILLUSTRIORS
DESTRUCTORES (10) HMS GLASGOW Sea Dart
HMS GLOUCESTER
HMS LIVERPOOL
HMS SOUTHAMPONT
HMS YORK
HMS NOTTINGAM

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HMS NEWCASTLE
HMS ENDIMBURG
HMS BIRMINGHAM
HMS MANCHESTER
FRAGATAS TIPO 23 (16) HMS IRON DUKE Misiles Harpoon
HMS LANCASTER
HMS KENT
HMS ALBAN
HMS MONTMOUTH
NORTHUMBERLAND
HMS GRAFTON
HMS ARGYL
HMS PORTALND
HMS RICHMOND
HMS SOMERSET
HMS SUTHERLAND
HMS MARLBOROUGH
HMS MONTROSE
HMS NORFOLK
HMS WESTMISTER
FRAGATAS TIPO 22 (5) HMS CUMBERLAND Con misiles Sea Wolf
HMS CHATHAM
HMS CAMPBELDOWN
HMS CORNWALL
ANFIBIOS DE APOYO (2) HMS OCEAN
HMS ALBAN
HMS COVENTRY
SUBMARINOS (13) HMS VICTORIOUS Con misiles balísticos
HMS VENGEANCE
HMS VANGUARD
HMS VIGILANT
SUBMARINOS SSN HMS SOVERSEIN A propulsion Nuclear SSN
HMS SUPERB
HMS SCEPTRE
HMS SPARTAN
CLASE “TRAFALGAR” HMS TURBULENT Propulsión convencional
HMS TRENCHANT
HMS TORBAY
HMS TIRELESS
HMS TRIUMP

Luego de la guerra se preveía retirar al Fearless y al Intrepid, pero se los mantuvo unos
años más en servicio debido a su gran utilidad de buque comando. Al lote I de fragatas del
tipo 22 HMS Brilliant, Battleaxe y Broadsword fueron vendidas al Brasil en 1995.

A los destructores de la clase County HMS Glamorgan, Antrim y Norlfok fueron


vendidos a la armada de Chile en 1984, igual que una fragata clase Leander. El HMS Hermes
fue decomisionado y desguazado al igual que otros submarinos. Algunas fragatas de clase

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Leander modificadas fueron vendidas a Ecuador, como las HMS Danae y Minerva, y ya para
el 2005 se prevé retirar de servicio a los destructores de tipo 42 HMS Glasgow, Exeter y
Cardiff antes que entren en servicio la nueva generación de destructores de tipo 45.

De esta configuración, la Royal Navy ocupa el privilegiado tercer lugar en las marinas
más poderosas del mundo, luego de EEUU y Rusia. No obstante, mantiene el poder de contar
con tres portaaviones más dos buques anfibios lo que le confiere un poder intimidante y llevar
una fuerza embarcada con aviones Harriers a donde sea necesaria su presencia. En la
actualidad (2005) son solo unos pocos países que tienen portaaviones- menos de nueve- entre
ellos: Brasil, España, Francia, Italia, Tailandia e India, este último adquirió un viejo
portaaviones ruso. En la actualidad, y con la nueva configuración del mundo y siendo la
marina de EEUU la más poderosa al contar con 13 portaaviones, con la entrada en servicio en
el 2003 del portaaviones de la clase Nimitz “USS Reagan”, y nada hace pensar que alguna
marina pase a la vanguardia en el dominio de las aguas del mundo.

Es notorio que la flota británica disminuyó el número de naves en superficie, es decir


los destructores y fragatas, pero mejoró sustancialmente en cuanto a los portaaviones y el
número de submarinos a pesar de sus recortes presupuestarios. Pero la Royal Navy cuenta aun
con su mejor aliado y amigo, los EEUU al participar en las guerras del Golfo, en 1991
mandando en apoyo los destructores HMS Cardiff y Gloucester y en tomar parte también en
la llamada “Guerra contra el Terrorismo” en Afganistán, en noviembre de 2001 y luego en la
invasión de Irak, en marzo de 2003. En cuanto al armamento, no cambió demasiado; en la
actualidad, la marina británica usa las versiones de misiles “Harpoon”, los Sea Dart (versiones
mejoradas), como los Sea Wolf y demás gamas de misiles de la clase Sea, como también
diversas clases de “señuelos” y una muy potente artillería en sus buques. En materia de
radares se mejoraron de manera muy eficaz los radares de los destructores tipo 42 como así
también adicionarle más armamento como ser las ametralladoras. Para el uso de transportes
de tropas y municiones, siguen en servicio algunos de los buques de la clase “Sir” como el Sir
Galahad y Sir Lancelot.

Se puede apreciar el número de naves, que a ciencia cierta no se sabe muy bien
cuantos fueron, pero se estima unos 121 buques de toda clase: dentro de los cuales se
encontraban 33 naves de combates, incluidos los portaaviones más los dos buques comando
anfibios, todos ellos con capacidad para derribar aviones. Debo mencionar que también entre

18
esas naves de combate están las de apoyo logístico, los buques multipropósito, los tanqueros,
los buques hospital, las barreminas como también los buques talleres, remolcadores y ferrys.
Además, se alistaron los paquebotes “Mary Queen” y los buques porta contenedores “Atlantic
Convenyor” y su gemelo, el “Atlantic Causeway” (buques que sirvieron como tercer
portaaviones ya que en ellos iban embarcados unos 6 harriers y 5 helicópteros de transporte de
tropas “Chinnoks”). Toda la logística al servicio de su majestad en dirección hacia el Atlántico
sur, con el único objetivo de que las fuerzas argentinas abandonen lo antes posibles las islas.

Al momento de la recuperación de las islas, se debatían en la plana mayor del


almirantazgo y demás jefes de las otras armas, el cuál iba a ser la estrategia para llegar hasta
las Malvinas, ya que debían establecer una especie de “puente aéreo” de unos 13.000 Km.
hasta el Atlántico Sur y llevar a cabo las tareas. ¿Pero qué fuerza aérea se debía movilizar?

¿Cuántos aviones y de que tipo estaban disponibles? ¿Dónde embarcarían? ¿El


portaaviones Hermes, se encontraba realmente en condiciones operativas? ¿Qué medios se
emplearían en la isla Ascensión? ¿Qué buques estaban en condiciones de zarpar? Hay que
tener en cuenta que varios destructores se encontraban en operaciones conjuntas con la OTAN
y otros se encontraban fuera de la base naval de Porstmouth, más precisamente en Gibraltar,
como el caso del Exeter. Las circunstancias justificaban la prisa y era necesario reunir cuanto
antes una “Task Force” (o grupo de trabajo) y emprender dirección rumbo al sur, mientras
tanto, paralelamente la batalla diplomática seguía su curso, y donde más bien fracasaba cada
propuesta de una negociación que deseche el uso de la fuerza entre ambos países. Pero la
decisión inclaudicable de la primera ministra Margareth Thatcher, denotaba un interés de
recuperar si o si sus islas Falklands por parte del Reino Unido. Fue una decisión política en
Argentina el hecho del desembarco del 2 de abril y por consiguiente la tan ansiada
recuperación de las islas.

El grueso de la flota partió tres días después del 2 de abril desde la base naval de
Porstmouth, al sur de Inglaterra. Al frente de ella iba el portaaviones Hermes, como buque
insignia de la flota, embarcados en el unos pocos aviones Harriers GR3 de la RAF, buque este
que ya se encontraba al fin de su vida operacional y entraba ya en desguace para convertirlo
en chatarra, pero las circunstancias se lo impidieron y tuvo que ser parte de la vanguardia de
la flota, en dirección hacia las tormentosas y frías aguas del Atlántico Sur. Luego le seguía el

19
HMS Sheffield, que acababa de realizar los ejercicios de primavera de la OTAN, y fue unos
de los primeros en unírsele, garantizando así la protección aérea a los portaaviones.

Junto a éste iba también el destructor Glasgow y Coventry, sus gemelos, también
buques novísimos que representaban una amenaza para cualquier marina o ejército que se le
anteponga. Esos buques se los empleó en primera línea de combate y cuidando a los de mayor
prioridad, claro está, los portaaviones Hermes e Invincible. El Invincible se le unió un poco
después; en el llevaba los Sea Harriers de la marina y unos tantos otros helicópteros Sea King;
también en la fila iban las fragatas Broadsword y Brilliant, armadas con misiles Sea Wolf,
estaban también los viejos cruceros, (pero modernizados) Glamorgan, que sirvió de buque
insignia en primera instancia del contralmirante Woodward, y su gemelo el Antrim de la clase
County, que por su eslora bien podían ser considerados cruceros al medir ambos más de 155
metros.

Formaban parte de la flota las fragatas de la clase “Amazón”, las fragatas Ambuscade,
Antelope, Ardent entre otras; las fragatas de la clase 12, Yarmouth y Plymouth, como así
también las bien concebidas fragatas del tipo Leander del lote de las modificadas, con sus
misiles Sea Wolf y Sea Cat, que tuvieron un activo papel en la lucha contra los aviones de la
Fuerza Aérea Argentina, sobre todo en el estrecho de San Carlos. Cerca de ellas iban los
tanqueros Resourse y Olna, los buques multipropósitos Apeleaf, Brambreleaf, Blue Robert,
Regent, iba también transportando el grueso de la infantería el paquebote “Mary Queen”  con
su impresionante eslora de más de 200 metros. Desde Escocia se le unió el submarino nuclear
(SSN) Conqueror con sus gemelos Courageous y Splendid, todos ellos ansiosos de entrar en
combate mientras en el trayecto practicaban sus ejercicios bélicos utilizando ballenas como
blanco de sus armas. Mientras en los demás buques las tripulaciones y los soldados realizaban
simulacros de combate y ejercicios de tiro con cañones embarcados. Esas prácticas se
llevaban a cabo sobre todo en el Intrepid.


El paquebote de lujo debió ser modificado con urgencia para el transporte de tropas. No fue prioridad en sus
ataques a los estrategas militares el apetecible blanco que este representaba; hubiera sido un desastre si este
buque fuera alcanzado por algún misil o bomba por parte de los argentinos.

20
Foto: la fragata Minerva y a su lado el Contralmirante Sandy Woodward, jefe de la T. Force

Durante el trayecto, según reportes, tamaña empresa tuvo que soportar la flota
expedicionaria, del servicio de su Majestad cuando se encontraron con fuertes vientos
soplando en barlovento, a la altura de las islas Azores; no obstante, no era un obstáculo mayor
para torcerle el rumbo en pos de su objetivo de recuperar las islas. Durante ese trayecto, hubo
capitanes, sobre todo de las fragatas que temían por el casco de sus buques; había buques que
parecían que se partían por la mitad al ver como azotaban las olas frente a sus proas. En
cuanto a la autonomía de su trayecto estaba garantizada por llevar más de 6 tanqueros y
barcos de reaprovisionamiento. El temor era - según informes que se manejaban en Londres-
una pequeña flota de sumergibles por parte de la armada argentina, lo que se compensaría con
el resguardo de llevar también sus medios que son repelentes para esto, como las fragatas del
tipo 22, que son aptas para combatir sumergibles, además de llevar 5 o 6 sumergibles de alta
tecnología en la flota. Presentada la flota como vimos a grandes rasgos, toda ella era de
características convencionales, con un alto grado tecnológico y milicia de avanzada. Estaba en
sí, dentro de las convenciones de guerra internacional y en consonancia del tratado de
Ginebra. Es preciso aclarar esto, porque rumores vertido hace años atrás, sobre todo en
medios de comunicaciones argentinos, y por declaraciones de algunos oficiales ingleses sobre
informes que sostenían que, en algunos de sus buques, la flota llevaba armamento nuclear.
Por ejemplo, se dijo que el Sheffield lo llevaba, y si embargo el buque se fue a pique
en el fondo del mar el 10 de mayo cuando fue alcanzado por un misil “Exocet”, de los
argentinos. El argumento este queda en el terreno más bien de las especulaciones y todavía no
se demostró a ciencia cierta si realmente algunos buques llevaban armamento nuclear. La
falacia está a la vista, según mi consideración, por lo tanto, desecho esa hipótesis del

21
armamento nuclear por dos razones: la primera, y como es lógico, es el de seguridad. Sería
una descabellada idea aceptar, por ejemplo, que el D 80, Sheffield, o cualquier otro buque
llevara armamento no convencional, debido a que los buques en altamar están expuestos a
ataques por parte del enemigo – en el peor de los casos- y sin entrar a subestimar la capacidad
de ataque por parte del enemigo, siempre se corre riesgos. Y así lo demostraría nuestra fuerza
aérea, con sus valerosos pilotos, a traspasar esa barrera de protección de los buques y facilitar
la llegada de sus bombas, coheteras o misiles. El ejemplo de la pérdida del Sheffield, lo
hubiera demostrado. Entonces... ¿se hubieran imaginado el posible infierno que hubiese sido
si este navío llevaba armas nucleares? ¿Cuál sería la reacción del mundo civilizado? El otro
motivo, y a punto de vista personal, uno, es que el Sheffield al momento de alistarse en la
expedición, interrumpió sus ejercicios navales de “primavera” en el mar Mediterráneo, y dos:
el menospreciar el posible conflicto bélico y esperar a que los políticos arreglen
diplomáticamente la contienda, y además, el culto a la “caballerosidad” y alta formación de
los oficiales ingleses; aparte sería mas razonable y lógico que segunda potencia naval tomara
solo lo necesario para la recuperación de ese antiguo reducto colonial. En todo caso,
hipotéticamente el empleo de armas nucleares se emplearía ante una eventual humillación
militar.

O bien si el enemigo en si, es una potencia militar semejante a sus fuerzas, caso Rusia
o Francia. Pero siempre se piensa, ante un caso de humillación, el empleo de este tipo de
armas contra el enemigo. Ya tenemos el precedente de las terroríficas dos bombas atómicas de
Hiroshima y Nagasaki, por parte de una potencia hacia otro país, y lo que es aún peor, contra
toda una ciudad sin discriminar a la población civil de la militar. Hasta lo que se sabe, por el
momento queda descartada esa hipótesis de las armas nucleares entre sus buques, para ser
posiblemente empleadas.

Todo estas acciones como era lógico de pensar, ante la incredulidad de algunos países,
era el constante monitoreo por parte de los EEUU, a través del Pentágono, y los estrategas
militares veían con expectativa el posible uso de estas nuevas armas que entraban a pertenecer
a la generación de la electrónica, ya que los destructores tipo 42, estaban provistos de misiles
guiados por radar y coordinados por radares de detección de blancos a grandes distancias,
entonces una vez detectado por el radar, se disponía de comandos específicos y automáticos a
la torreta de proa de lanzamiento automático de los temibles misiles. Es así que EEUU, antes
de declara su apoyo de aliado incondicional ante Gran Bretaña y declarar país agresor a la

22
Argentina, tuvo oportunidad de facilitar imágenes satelitales a la Royal Navy sobre cuales
estaban las posiciones de la flota argentina y las ubicaciones de los despliegues de las tropas
en las islas. Igualmente, al acecho, vigilando todo estaba unos de sus portaaviones de EEUU
como reserva, ante la posible pérdida de unos de los dos portaaviones de los ingleses, y hasta
el ofrecimiento por parte del secretario de defensa norteamericano, del buque de asalto
“Guam” y hasta el USS “Forrestal”. Como vemos el poder disuasivo, intimidante y
amenazante de la flota inglesa, hizo de antemano que la flota argentina se abstuviera de
participar activamente en la guerra, quedando sólo así, fuera del ámbito de la zona de
exclusión impuesta por los mismos ingleses. Durante los días que van del 2 de abril a la
llegada al Teatro de Operaciones, la flota argentina, solo sirvió de reabastecimiento de víveres
y municiones a las tropas que se apostaban en las islas. Es más, me atrevo a decir que la flota
argentina en su momento sirvió de logística de las fuerzas argentinas, sobre todo del ejército
en las islas a la espera de la flota inglesa.

La partida de la flota crea problemas en Europa


“Es necesario que la flota británica no se ausente por mucho tiempo”, declaró el
secretario de defensa norteamericano Caspar Weinberg, a un diario alemán, pues en caso
contrario, dijo, el Pacto Atlántico deberá “proceder a reestructuraciones”. Esto es admitido,
desde un primer momento por parte de EEUU, al evaluar repercusiones sobre la Organización
del Tratado del Atlántico Norte, (OTAN), del conflicto anglo-argentino por las islas Malvinas.
No obstante, dijo “nadie piensa que la flota británica se quedara mucho tiempo en la
Argentina”, además dijo que la OTAN puede soportar la ausencia temporaria de la flota
británica y detener eventuales dificultades”. Es entonces preocupante que una parte del poder
del Atlántico Norte se alejara por un tiempo ya que, en esta área se tiene en cuenta un posible
conflicto por parte de la Unión Soviética. En ese sentido que este país buscara sacar provecho
de dicho conflicto, y hasta de ponerse a favor por parte de los argentinos y crear una posible
confrontación armada aun más grande e involucrando a más países.

23
Foto: una de las pocas fotos del submarino nuclear Conqueror, y a su lado la fragata Penélope

¿Cuál era la estrategia naval británica? 

Ante lo actuado antes del 4 de mayo de 1982, y señalo esa fecha porque es a partir de
esa fecha clave, donde los argentinos hunden el destructor Sheffield, y se desecha entonces
por completo un acuerdo de paz por parte de los desesperados trámites ante las Naciones
Unidas de diplomáticos de ambos países. Ese hecho, significaba que quedábamos a mano;
claro habíamos perdido viejo crucero Gral. Belgrano, cuando un submarino nuclear tiró sus
torpedos contra el crucero, que navegaba fuera de la zona de exclusión de 200 millas y en
dirección hacia el continente. Viéndolo entonces de esta manera; ¿que táctica se le cruzó por
la mente del Contralmirante Woodward? ¿Sería poco ortodoxo al llegar a las islas y poner en
situación de bloqueo naval, llevando el grueso de sus unidades cerca de la playa y
estableciendo un bloqueo marítimo que tienda a desgastar a los argentinos, invocando a la
mejor manera a Nelson? ¿Respetarían, la zona de exclusión, que crearon ellos mismos, al
establecer las 200 millas el TOAS? (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur). Creo que la
operación ya tenia un nombre, además de la llamada operación “CORPORATE”, esta
estrategia era ni nada más y nada menos: el “bloqueo naval abierto”.

Recordando así, entre sus antepasados al genial táctico, el almirante Nelson, como lo
había demostrado en Gibraltar. Nelson no gustaba de llamar bloqueo a la vigilancia de la flota


De Fernando A. Milia para La Nación. Hay que recordar que la marina argentina, había cedido su lugar para el
dominio completo del Toas (Teatro de operaciones Atlántico Sur.) ¿Hubiese sido oportuno iniciar movimientos
de naves, para ocasionarle el mayor daño posible a su flota, sobre todo después del 25 de mayo? La ARA
disponía de dos buques misilísticos, los ARA Santísima Trinidad y Hércules, ya que la Royal Navy había perdido
2 destroyers tipo 42 y dos fragatas.

24
enemiga refugiada en puerto. En correspondencia, Nelson, en puerto de Tolón, decía: “mi
sistema es todo lo contrario al bloqueo. Se ha dado toda oportunidad al enemigo para
hacerse a la mar”. De esta manera, imitándolo, Woodward pretende desafiar a nuestra flota
para que zarpe hacia la zona patrullada por los submarinos británicos de propulsión nuclear,
en la vigilada zona de exclusión, entonces siendo así el comandante británico ¡adopta una
estrategia escapista lateral! Reza entonces un clásico aforismo militar, que dice que triunfa
siempre el mando que comete menos errores. El comandante de la escuadra británica y sus
subordinados, al cometer tantos errores y ofender hasta el limite de los principios morales de
la guerra, erigieron el mástil en el cual flameara, por siempre jamás, la bandera argentina en
los archipiélagos del Atlántico del Sur. Es evidente del accionar, escapando toda convención
de guerra racional, civilizada, dentro del derecho internacional, que la sombra de Nuremberg
le pesara a muchos de los que efectivizaron los cobardes ataque ya sea al crucero Gral.
Belgrano y los buques rescatistas como así también al indefenso pesquero argentino
“Narwall”, ametrallado cobardemente por aviones Harriers. Entonces, en pocas palabras, aquí
parece no importar a la Task Force detectar, perseguir y destruir la flota argentina, sino que
más bien apuesta por el bloqueo naval rodeando a las islas y esperar el desgaste, neutralizar
cualquier buque que se le presentase en el mar, fomentar la escasez de suministros comida y
de municiones por parte de las tropas argentinas.

Foto: La Task Force emprende dirección al Atlántico Sur. En la fila se ve las fragatas Brilliant
escoltada más atrás por la Broadsword.

En la conformada Fuerza de Intervención, se le sumaron buques de distintas latitudes


del planeta. El Exeter lo hizo desde Gibraltar, por ejemplo; El Sheffield, desde la zona del
Atlántico (OTAN) y el Conqueror desde Escocia. La llegada de los buques se produjo en

25
distintos días, como así también los refuerzos a medida que se hacia dificultosa la cobertura
aérea de los portaaviones con la pérdida de los dos escoltas tipo 42, a éstos se le sumaron los
refuerzos HMS Cardiff y HMS Andrómeda posteriormente.

Los primeros buques que arribarían al Teatro de Operaciones eran los submarinos
Courageous, Conqueror y Spartán. De esta manera poco más de un cuarto de la Royal Navy
partía en dirección al sur, a ella se le uniría en la isla Ascensión algunos escuadrones de
aviones Harriers y material bélico. Se establecía así una especie de “puente aéreo” de unos
13.000 kilómetros. En el aire se encontraban volando y apoyando la operación, de forma
permanente aviones tanques y aviones “Vulcan” de la Royal Air Force. Es aquí donde se
demuestra la gran utilidad de la isla Ascensión, de suma importancia estratégica, al posibilitar
una escala en medio del inmenso océano Atlántico. Esta isla sirvió como una escala
intermedia del puente aéreo de más de 13.00 Km.

Al mando de la Fuerza Naval que partió desde Porstmouth y Plymouth, el 5 de abril


iba el HMS Hermes con su grupo de combate, los escoltas conformados por las fragatas
Broadsword y Yarmouth al igual que la Ardent que se encontraba en Gibraltar; días después
las fragatas Antelope y Alacrity del tipo 21. A éstos se le unieron otros equipamientos y
unidades de apoyo en la isla Ascensión. Apoyados este primer grupo de combate por los
petroleros Resourse, Pearleaf y Olna. El martes 6, zarpaba el buque de asalto “Fearless” con
el brigadier Julián Thompson y el escuadrón N° 846 de helicópteros Sea King. Los buques de
tropas Sir Galahad y Sir Geraint lo hicieron desde Davenport, al día siguiente el Stromness. El
viernes 9 se le sumaria el 3° comando de brigada y algunos aviones Harriers que se ubicarían
en los portaaviones Hermes (comandado por el Capitán j. Black) en el cual se encontraban la
mayoría de los helicópteros Sea King como los Gazelle. Se embarcaron los siguientes
escuadrones:

 Sea King, esc N° 825 en el Hermes.


 N° 824 de la RAF, desde Gibraltar.
 N° 826, en el Hermes.
 N° 846, de asalto en el Hermes, 3 en el Fearless y 1 en el Intrepid.
 Helicópteros Wessex, N° 737, 2 uno cada uno en los destructores Glamorgan y Antrim.
 N° 845 y 848 (reformados) en el Atlantic Convenyor y en el Intrepid.
 Helicópteros Lynx, N° 815 en los destructores y fragatas.
 N° 829 en las fragatas mas pequeñas, del tipo 12 Rothesay.

En cuanto al número de aviones Harriers, en un primer momento se embarcaron 26


aviones tanto en el Hermes e Invincible y unos otros en el Atlantic Convenyor. Había

26
inferioridad numérica de aviones por parte de los ingleses. Se los embarcaron de la siguiente
manera: 12 en el Hermes de la RAF, los escuadrones N° 855 y 8 en el Invincible N° 851, en
sus versiones de “Sea Harriers”, de la marina y los Harriers GR3 de la Real Fuerza Aérea.

Royal Air Force

Nimrod MR.1's of 42 (TB) escuadron RAF, Wing Cmdr D L Baugh (OBE) RAF
Escuadrones Navales Embarcados
No.800 - 12 Sea Harriers, Hermes
No.801 - 8 Sea Harriers, Invincible
No.820 - 11 Sea King HAS.5's, Invincible
No.826 - 9 Sea King HAS.5's, Hermes
No.846 - 9 Sea King HC.4's on Hermes y 3 en el Fearless
No.824 A Flt - 2 Sea King HAS.2A's, Olmeda
No.845 A Flt - 2 Wessex HU.5's, Resource
No.845 B Flt - 2 Wessex HU.5's, Fort Austin desde la isla Ascensión
No.845 D Flt, 2 Wessex HU.5's, en la Isla Ascensión
3 Commando Brigade Air Squadron
9 Gazelles (3 each) en el Sir Galahad, Sir Geraint y Sir Percivale
6 Scouts (3 each) en el Fearless y Sir Lancelot.

(Aproximadamente de norte a sur)


3° Comando brigada de transportes

Assault ship Fearless


Transports Canberra, Elk
LSL's Sir Percivale, Sir Lancelot, Sir Galahad, Sir Geraint,
RFA Stromness
FR Antelope
Fran’s at Sea
Apple leaf, Pearleaf

Grupo de Portaaviones
CV Hermes e Invincible.
Fr Alacrity
RFA Olmeda, Resource
Joined by:
Fr Broadsword, Yarmouth

Otras unidades auxiliares en el Atlántico Sur

LSL Sir Tristam


SSN's Conqueror, Splendid, Spartan
RFA Fort Austin
RFA Brambreleaf
Barcos y aviones en el área de la isla Ascensión
RAF Aircraft
Nimrod MR.1's of 42(TB)
Hércules, VC.10's,

Grupo en fila de destructores y fragatas

27
DD Glamorgan, Coventry, Glasgow, Sheffield, Fr Arrow, Brilliant
South Georgia, Task Group
DD Antrim, Fr Plymouth, RFA Tidespring
M Coy 42 Cdo, SBS, D Sqn SAS
Departing Falkland's Area
Buque antártico: Endurance

Los buques y sus capitanes


Exeter: Capt HM Balfour, MVO, RN
Alacrity: Cmdr C J S Craig (DSC) RN Ambuscade: CDR PJ Mosse, RN
Antelope: Cmdr N J Tobin (DSC) RN Cardiff: Capt MGT Harris, RN
Broadsword: Capt W R Canning ADC Bristol: Capt A Grose, RN
Fearless: Capt E S J Larken (DSO) RN Sheffield: Capt JFTG Sait, RN
Hermes: Capt L E Middleton (DSO) RN Coventry: Capt D Hart Dyke, MVO, RN
Invincible: Capt J J Black (DSO), RN Glasgow: Capt AP Hoddinott, OBE, RN
Yarmouth: Cmdr A Morton (DSC) RN Glamorgan: Capt Me Barrow, DSO, AC, RN
Royal Fleet Auxiliary Ardent: CDR AWJ West, DSC, RN
Brambreleaf, Capt M S J Farley RFA Penelope: Cdr NJ Tobm, RN
Olmeda, Capt G P Overbury (OBE) RFA Minerva: CDR SHG Johnson, RN
Pearleaf, Capt J McCulloch RFA Yarmouth: CDR A. Morton, DSC, RN
Resource, Capt B A Seymour RFA Argonaut: Capt CH Layman, DSC, MVO, RN
Sir Galahad, Capt P J G Roberts (DSO) RFA Arrow: CDR AWJ Boo Therstone, DSC, RN
Sir Geraint, Capt D E Lawrence (DSC) RFA
Sir Lancelot, Capt C A Purtcher-Wydenbruck , RFA
Sir Percivale, Capt A F Pitt (DSC) RFA
Stromness, Capt J B Dickinson (OBE) RFA
Barcos Mercantes
British Esk, Capt G Barber and Naval Party (NP) 1740
British Tay, Capt P T Morris
British Test, Capt I A Olyphant and NP 1790

Submarinos
Courageous CDR RT Best, RN
Conqueror: CDR CL Wreford Brown
Spartan: CDR JB Taylor, RN
Valiant: CDR RM Le Marchand, RN
Splendid: CDR RC Lane – Noir, RN
Onix: LT CDR Jhonson

28
Foto: en el mapa, según los ingleses, se observa los grupos de batallas y las disposiciones de
los buques en el área del Atlántico Sur.

Foto: el HMS Glasgow, en dirección al Atlántico Sur.

29
Esquema del puente aéreo

Mapa: (tomado desde la página de Internet de la Fuerza Aérea Argentina.)

Incluso el gobierno de Panamá, se quejó formalmente ante los EEUU, al conceder el


paso de manera expedita de dos unidades auxiliares, entre ellas, la Tidepool, para unirse a la
flota inglesa en su campaña hacia la recuperación de las islas. La presencia de su flota
“auxiliar” fue notable en cuanto al componente de diversos tipos de buques. No faltaron los
buques de apoyo, los multipropósitos, los de municiones, los buques talleres y los buques
multipropósitos. Entre los buques hospitales se alistaron el “Uganda”, como principal buque
de atención médica y los buques “Herald”, “Hecla” e “Hidra”. Para el inmenso dispositivo de
reconquista de las islas, todos los caminos de los mares del globo llevaban al Atlántico Sur.
Fue alistado con suma prisa el paquebote de más de 60.000 toneladas para transportar tropas
el “Mary Queen”, y a éste se le sumaría el “Canberra”.

30
El Sheffield

El último capitulo de la historia del HMS “Sheffield”, seguramente había comenzado


seguramente en marzo de 1982, cuando este navío había tomado parte de los ejercicios de
primavera de la OTAN, ya que este era un buque de primera línea de avanzada tecnológica de
punta con sus innovadores sistemas de misiles guiados, además de ser el orgullo de la Royal
Navy.

De esta manera y antes de relatar el día de su agonía, el Sheffield era un barco que
acababa de ser modernizado en 1980, y se encontraba antes del conflicto, fuera de Gran
Bretaña. El destructor era el primer prototipo de una serie de 15 de sus mismas características
técnicas – en los cuales se incluyen los ARA Hércules y Santísima Trinidad para la armada
argentina-. Además de su nombre, el de una ciudad pujante e industrial como lo es Sheffield,
se lo bautizó con ese nombre en honor a los maestros “cuchilleros” de esa metrópoli (era
majestuosa e su interior su sala de oficiales) Era catalogado como destructor de tipo 42, a
pesar de sus 125 metros de eslora, sus 14 metros de manga, sus 3.600 toneladas de
desplazamiento (4.100 t. a plena carga) y sus 6 metros de calado representaba para los
especialistas en construcción de barcos más bien una fragata; a pesar que en la actualidad la
diferencia entre un destructor y una fragata no es muy evidente. Normalmente un destructor es
más grande que una fragata, pero así lo catalogaba la configuración de la Royal Navy a sus
naves. Más bien diría, la diferencia entre ambos es de misión. El nuevo buque tenía una
cocina en vez de dos, una ancla en lugar de dos, una sola sala para oficiales, e incluso un solo
hangar para llevar un helicóptero y llevaba un radar de vigilancia tipo 965.

El diseño del tipo de este destructor nace por finales de la década de los 60 al tomar la
decisión en el ministerio de defensa, junto con el presupuesto un poco más reducido que
adoptaría la futura armada inglesa al rediseñar a sus portaaviones y sus escoltas. Ya para bien
entrada la década del 70 no estarían los grandes portaaviones de la clase Ark Royal y el
Heagle, como así también los escoltas de más de 8.000 toneladas. Había que ingeniarse y
hacer un escolta que fuera más eficaz en sus sistemas de defensa antiaéreo, como así también
una potente artillería, con su respectiva cubierta de popa para el uso de un helicóptero y que

31
representara un gasto menos oneroso. Para ese entonces los sistemas de radar, sonar, misiles, y
navegación eran innovadores en el sentido que se había entrado en la era de la electrónica y la
robótica. Este navío era capaz, si así se lo requería, de detectar un blanco con gran facilidad y
así disponer de su radar – misil, y en cuestión de segundos abatir el blanco de forma
automática. Pero seguramente lo que marcaba la diferencia con las demás marinas del mundo,
era su misil autoguiado Sea Dart de un alcance de unos 45 kilómetros de radio.

Representaba la más mortífera amenaza a cualquier avión que amenace sus dominios
en el mar. Visto desde afuera parecía un elegante y compacto destructor, pero no faltaron
críticas de especialistas al evidenciar el poco armamento que se le veía a simple vista; y con
razón las lecciones en Malvinas así lo demostraron. Llevaba en su proa la más pequeña torreta
doble de misiles Sea Dart, un cañón Mark VIII de 114 mm, los señuelos Corvus y una
ametralladora Oerlikon en uno de sus laterales, además de su helicóptero LYNX de popa que
estaba armado con misiles Sea Skua.

Además del Sheffield2 estaban sus gemelos, los HMS Exeter, HMS Glasgow, HMS
Coventry, HMS Southamptom, HMS Cardiff, y HMS Liverpool . Todos con misiles SEA
DART.

El final del primer tipo 42: HMS Sheffield (D 80)

Cuando el gobierno inglés tomó conocimiento de la invasión de las islas por parte de
tropas argentinas, el 2 de abril de 1982, no se vaciló ni un instante en la plana mayor del
almirantazgo en reclutar una poderosa Task Force en dirección al Atlántico Sur, a 12.000
kilómetros. De inmediato el HMS Sheffield fue llamado sin dudar un instante puesto que era
el navío más representativo (claro después de la importancia de los 2 portaaviones) y mejor
dotado tecnológicamente, junto a sus idénticos, el Glasgow y Exeter. Nada ni nadie, incluso
los más capacitados oficiales y estrategas de EEUU, que monitoreaban permanentemente la
situación, hiciera pensar que dicho navío quedara fuera de combate, ese 4 de mayo, victima de
un misil Exocet lanzado a unos 35 kilómetros de distancia. Comenzaba un capitulo más que
2
La armada argentina también contaba entre sus filas con 2 destructores; los ARA Hércules y Santísima
Trinidad, de tipo 42 armados con misiles SEA DART. Ya para 1980 la ARA se perfilaba como una de las más
modernas de Latinoamérica.

Para los nombres de los destroyers del tipo 42, la Royal Navy adoptó los nombres de las principales ciudades
de Inglaterra.

32
novedoso en las tácticas navales modernas de las marinas modernas, como lo es la armada del
servicio de su majestad (HMS) y la rezagada, pero respetada armada de nuestro país. El
profesionalismo, la entrega, el coraje y el factor humano volcaron la balanza de nuestro lado,
al escribir ese 4 de mayo como una de las más gloriosas páginas de la armada argentina. ¿Y
porqué señalo esto? Muy simple. Debido al relativo atraso tecnológico de nuestros aviones,
pero no por eso nuestros oficiales se quedarían de brazos cruzados a la espera de lo imposible.
Había que vengar el hundimiento del crucero Gral. Belgrano hundido por un submarino
nuclear, fuera, aparentemente de la zona de exclusión dispuesta por el Reino Unido. El
Sheffield era uno de los primeros en arribar a la zona del conflicto, ese día 20 de abril junto a
los portaaviones y sus escoltas de su mismo tipo.

Previamente, este buque fue atacado el 1 de mayo en el bautismo de fuego de la


Fuerza Aérea Argentina, en las circunstancias que junto a dos fragatas del tipo 21 y su gemelo
el HMS Exeter, se encontraban realizando intensos cañoneos a Puerto Argentino bajando la
moral de las tropas argentinas apostadas en tierra. No fue así hasta que durante esa misma
jornada del 1 de mayo el estreno de los aviones y el profesionalismo de los pilotos, más
precisamente la sección “Torno” tomaron participación en la disuasión de los buques que se
encontraban en las costas cercanas a la capital de las islas. El Dagger del entonces Capitán
Rubén Dimeglio logró meterle una bomba de 500 libras en la zona de la popa del Sheffield,
causándole averías en su planta motriz y en el hangar de los “helos” 3. Se logró alejar al
Exeter, dispersar las dos fragatas del tipo 21 y el Sheffield tuvo que abandonar la zona casi
“arrastrándose” mar adentro hacia una zona más segura de los ataques por parte de los
argentinos, y para cubrir a sus buques nodrizas, los portaviones.

En la jornada del día 4 de mayo, un avión Neptune de la Marina argentina divisó en


sus radares dos apetecibles blancos; uno grande y otro chico, que podría ser uno de los
portaaviones y un buque escolta. Se detectó la posición de dichos blancos a 52 °48´ Sur y 57°
31 Oeste.

Es así que de inmediato dos novísimos aviones de fabricación francesa Súper Etendard
cada uno con un misil Exocet bajo sus alas al mando del el Capitán de corbeta Augusto Cesar
Bedacarratz y el Teniente de fragata Armando Raúl Mayora, se dirigieron a sus blanco y
3
Dato aportado por Oscar Héctor Filippi.

El nombre de “Exocet” llamado así por el nombre del pez volador “Exocoetus”, que se desliza rozando la
superficie de las olas. Su gran potencia fue demostrada en varios conflictos bélicos como en la guerra Iran – Irak.

33
volando al ras del mar para no ser detectado por potentes radares Ingleses, lanzaron sus
correspondientes misiles a una considerable distancia, sin saber a que blanco darían impacto.
Una vez lanzados los misiles, los aviones con rapidez emprendieron el regreso a la base de
Río Grande, en el continente por el temor a ser detectados por las patrullas de los Harriers,
que tan temibles eran puesto que estos aviones llevaban consigo sus temidos misiles
Sidewinder. No hubo tiempo alguno para el desvío del misil ni para poner al buque en una
posición más segura, ni siquiera el uso de sus señuelos Corvus.

Los mismos ingleses dieron a conocer la información, que pensaron en un primer


momento que se había atacado a la fragata Yarmouth, pero ambos misiles habían sido
apuntados al blanco que más grande se mostraba en el radar, es decir que tenían esas
coordenadas. Cabe mencionar que el misil Exocet puede en su transcurso cambiar de
recorrido y dirigirse a otro blanco, de sentirse atraído por el blanco más grande, a pesar que
también tiene sus espoletas de proximidad que lo hacen pasar muy cerca del buque sin llegar a
impactar en él. El blanco que resultó victima del Exocet fue el HMS Sheffield, y el otro,
según creen los especialistas puede haber sido el portaaviones Hermes, puesto que este
destructor era el escolta de dicho portaavión y estaba cerca de sus dominios además dirigían
desde sus radares a los Harriers y entre ambos buques se había establecido una eficiente
coordinación hasta ese momento. La noticia cayó como un balde de agua helada en Londres al
conocerse la suerte de del Sheffield.

El misil Exocet entró por el lado de estribor, en el casco mismo del buque causando un
incendio a bordo que se hizo incontrolable y con pérdidas humanas. En sí el misil atravesó la
sala máquinas y la situación empeoró al no poder contar con el sistema contra incendios ya
que no había energía alguna, había cables destrozados, el humo invadía ese sector del barco y
sus oficiales quedaron impotentes al ver que no se podía combatir el fuego, de este modo el
barco quedaba a la deriva y el estado de shock entre sus ocupantes se hacia evidente. Al
infortunado Sheffield se le acercó una fragata en su ayuda. Pero a pesar de que el misil
atravesó el casco del buque, éste no explotó. El incontrolable fuego iba calentando la cubierta
y los materiales de PVC que tenía. El temor era que el fuego pronto alcanzara los mísiles Sea
Dart que estaban en la proa y comenzaran a estallar. El capitán del mal herido Sheffield, Capt
JFTG SALT, ordenó abandonar el buque. Rápidamente se evaluó la situación y se aprobó la
decisión por parte del contralmirante Woodward de abandonar el buque como también que se
hiciera todo lo posible de sacar del Teatro de Operaciones al destructor y remolcarlo, en lo

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posible, a las Georgias o isla Ascensión. Pero nada de eso sucedió, ya que la situación era
incontrolable. El buque quedó a la deriva, fue seguido desde arriba por un helicóptero y
tomando evidencias del mismo, este parecía un barco fantasma, quemado por completo
esperando su desenlace. El Sheffield terminó por hundirse el 10 de mayo en aguas profundas
del Atlántico Sur. Este episodio, sin dudas resultó un punto de inflexión y el temor entre los
estrategas ingleses: la flota era vulnerable a los ataques aéreos por parte de los argentinos.
Contando a las fragatas Ardent y Antelope, se habían perdido 3 buques en 2 semanas. Y de ahí
en más, el pánico se hizo notorio al tomar la decisión de llevar la mayoría de los buques al
estrecho de San Carlos para proteger de los misiles Exocet.

Se había perdido un buque de primera línea y uno de los orgullos de la armada inglesa.
En Londres se reprochó a sus oficiales dicha pérdida. Pero las explicaciones que se daron fue
simplemente la astucia por parte de los argentinos. El mundo era testigo de una moderna
batalla naval donde una potencia era duramente golpeada por una nación de menos recursos
bélicos. De esta manera la protección a sus principales buques, los portaaviones quedaron a
cargo de sus gemelos los buques HMS Coventry, Exeter y Glasgow, también de tipo 42.

Desde el punto de vista militar se había perdido un buque más. Pero visto desde el
punto de vista político, resultaba una especie de humillación el ver como un buque queda
fuera de combate y causar un factor psicológico de pánico entre los marineros de otros buques
como lo vieron las tripulaciones de las fragatas Yarmouth y Ambuscade.

Las lecciones de guerra se aprenden y fueron unas cuantas. Al terminar la guerra estos
tipos de buques fueron modificados parcialmente. Se le agregaron más armamentos, como
ametralladoras, y se le adicionaron algo más de 10 metros más de proa en los 3 modelos que
siguieron a 1982. Se refinaron más los sistemas de radar y se mejoró el sistema de combate
contra incendios como así también se le agregaron más tipos de artillería.

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Arriba: nótese como el misil perforó el casco desatando el incendio que se tornó incontrolable.

Abajo: los esfuerzos de los helicópteros Sea King eran admirables al arriesgar el rescate, sobre todo volando
cerca del humo. El Sheffield fue abandonado por su tripulación y se hizo esfuerzos para remolcarlo. Terminó
bajo el agua el 10 de mayo.

Hay que mencionar que luego del ataque al Sheffield, resultó un impacto tan grande
entre los capitanes y los almirantes, ya que nunca antes pensaron ni si quiera que sus buques
resultaran alcanzados por misiles ni mucho menos aviones, pues sus avanzadas armas

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acabarían con ellos antes de entrar en sus dominios. Era lógico, ya que sus tan sostisficados
robotizados y eficaces sistemas de radares conectados de forma automática con su poderoso
misil de cobertura con autoguiador térmico Sea Dart se encargaría de neutralizar cualquier
amenaza. Pero gran mérito hay que decir, que esas informaciones también lo sabían
perfectamente nuestros técnicos y pilotos de la armada argentina, pues esos mismos sistemas,
casi análogos al de los ingleses los tenían en dos de nuestros buques de tipo 42, dotados
también con misiles Sea Dart. Posterior al impacto y luego de los traslados de los heridos a la
enfermería del Hermes, el buque intentó mantenerse a flote y se impartió directivas de
resguardarlo en lo posible, y un remolcador de la Task Force trató de llevarlo a las islas
Georgias.

Se hicieron los peritajes desde el aire, las tomas de las fotos e imágenes fueron
impresionantes; ver como las cubiertas de un barco casi fantasma se iban quemando, su casco
deteriorando más y más, y por sobre todo una penuria muy grande de observar como el primer
modelo del tipo 42 se despedía lentamente. Luego del naufragio del Sheffield, se decidió
llevar al grueso de la flota a aguas más seguras y lejos del alcance de estos temidos misiles
Exocets. El HMS Hermes perdía su principal escudo de protección.

37
Como opera una armada moderna

La marina de guerra de los tiempos actuales utiliza un número considerable de buques


de diversos tipos. En general suelen dividirse en dos grandes categorías: unidades auxiliares o
no combatientes y unidades de combate. Aun cuando algunas de las primeras, tales como los
barcos siembra minas, los barreminas, los petroleros, los de aprovisionamiento y
reaprovisionamiento, éstos no toman parte en los combates, pero si es evidente que
desempeñan un importante apoyo logístico en operaciones militares.

Otros barcos indispensables en una marina de guerra que pueden cometer eficazmente
su cometido son: los remolcadores, los transporte para tropas, equipo y municiones y buques
hospitales. Básicamente, existen siete tipos de unidades de combate. El acorazado (que en la
actualidad casi no existe, salvo algunos países del tercer mundo, que en la actualidad operan
con alguno de estos buques), el crucero, el destroyer o destructor, el submarino y el
portaaviones. El acorazado era el exponente máximo del poderío naval de un país (la marina
imperial japonesa tuvo entre su flota los más grandes acorazados jamás construidos: el
Musashi y el Yamato, de 60.000 toneladas). Además de ser mayor su desplazamiento, ha sido
tradicionalmente el barco artillero por excelencia y fue muy usado en la Segunda Guerra
Mundial; lleva de 8 a 10 cañones, de entre 35 a 40 mm, y muchas otras bocas menores, cuyo
numero suele ser de hasta de 150. El desplazamiento de los acorazados varía
considerablemente según las dimensiones y su blindaje, claro está. Los hay de entre 20.000 a
50.000 toneladas; sin embargo, en la Segunda Guerra Mundial participaron más bien
“acorazados-cruceros” de 3000 a 6000 toneladas. El crucero combina la velocidad con el alto
poder de fuego. Actualmente hay marinas, como la de EEUU y Rusia que cuentan entre su
flota con estos buques. Suelen o solían ir, al lado de los acorazados apoyando el poder de
fuego de estos últimos.

El destructor es un buque rápido y de menor desplazamiento, de unos 1.000 a 3.5000


toneladas. Están dotados de muchas armas, entre ellas, los misiles de defensa aérea, los

Véase Enciclopedia “Barsa”, tomo 10, Pág. 171,172 y 174.

EEUU posee 26 cruceros tipo “Tincoredoga”, con su sistema de protección AEGIS.

38
misiles de ataque “superficie-superficie”, las cargas de profundidad, los torpedos y sus
cañones de artillería; los destroyers son muy numerosos entre las armadas, representa el
caballito de batalla de la flota. En tiempos de la Segunda Guerra Mundial, se los empleaba
además para la protección de convoyes, como para escolta de los portaaviones. Un buque muy
parecido a este es la fragata, denominación impuesta por los ingleses, para su armada a
finales de los 50, cuando salieron los prototipos de las fragatas tipo 12 “Rothesay”, cuyas
dimensiones son parecidas a los destructores, generalmente un poco más chicas y de menor
desplazamiento. Otro tipo de buque es la corbeta, un poco menor que las anteriores,
generalmente de 70 a 90 metros de eslora y sirve de apoyo a los destructores y fragatas.

Están también entre los componentes de una flota, los temidos submarinos, que
tienen la capacidad de operar en forma independiente –si así se lo desea- de los buques de
superficie. Tiene la ventaja de permanecer por debajo de la superficie y atacar en forma
disuasiva contra barcos que se hallan en la superficie. Emplean “Snorkel” para ver en la
superficie. Los hay, actualmente, los que operan a propulsión nuclear como los
convencionales, a baterías diesel-eléctrica. Existen pocas armadas en el mundo  (alrededor de
4 o 5) las que tienen submarinos nucleares. Estos no tienen límite de inmersión bajo el agua.
Es un arma mortífera, y lo demostró también en la Segunda Guerra Mundial como en las
Malvinas.

El único barco de guerra de tipo eternamente creado en el siglo XX, es el


portaaviones, cuya finalidad quedo plenamente demostrada en la Segunda Guerra Mundial.
Estos son modernos aeropuertos flotantes y representan un cambio sustancial en cuanto a su
fisonomía o arquitectura naval. Se distinguen fácilmente, y también en los radares, por su
proporción y además lleva aviones en su cubierta. Son generalmente buques insignias  y sus
dimensiones son generalmente de entre 150 y 330 metros de eslora y desplazan entre 15.000 y
90.000 toneladas. Están protegidos por un grupo que lo componen tres destroyers, una fragata
y un submarino, es el llamado grupo de combate. Solo EEUU tiene al menos 11 grupos de
combate (o sea 11 portaaviones con sus correspondientes escoltas). En cuanto al número de
aviones, éstos varían entre al menos 16 a 100 aviones por cada portaavión, y según sea el
tamaño de su pista y de los hangares interiores.


Las marinas que emplean sumergibles nucleares y con misiles balísticos son: EEUU, Rusia, Inglaterra y
Francia.

Es el buque más representativo e importante de la armada. El buque insignia de la armada española es su
portaaviones, el “Príncipe de Asturias”, de fabricación española, botado en 1988 y opera con aviones Harriers.

39
Viendo entonces el componente armado marítimo es fácil imaginar el latente peligro
del empleo al máximo de sus armamentos, la historia así lo demuestra, la tremenda amenaza
de las armas modernas, como ser los misiles, la gruesa artillería y tremendo poder destructivo
de la bomba atómica y la amenaza de que pueda llegar a emplearse en una futura guerra, hace
prever cambios importantes en las principales marinas del mundo. Actualmente hay nuevos
programas de buques, sin ir mas lejos la armada española  en el 2002, estrenó su primer
prototipo de unas cuatro fragatas F-100, de excelente rendimiento y diseño del casco.
Inglaterra tiene previsto para el 2006, a más tardar sacar el nuevo destructor tipo 45, y antes
Estados Unidos marcó la vanguardia en 1991 al lanzar una serie de 38 destructores de tipo
“Arleigh Burke” de una innovación tecnológica de avanzada si tenemos en cuenta sus armas
inteligentes, su inmunidad, y sus refinados radares. Pero en Malvinas, hay que mencionar que
el tonelaje y el desplazamiento era mucho menor al de los barcos de la segunda guerra
mundial, es decir que eran muchos más livianos, y su línea de flotación era vulnerable a los
misiles anti buques.

Con respecto a las maniobras navales, las marinas llevan a cabo sus planes: la llamada
“táctica naval”, que es la ciencia de emplear las fuerzas navales de manera racional, una vez
que el enemigo se encuentre a tiro de los misiles o cañones. Para que se entienda mejor,
implica el uso de su armamento y las maniobras de la flota durante la batalla. La línea de
separación entre la “estrategia naval” y la “táctica naval” resulta un poco imprecisa cuando
una flota se hace a la mar; generalmente el portaaviones es el buque de mayor prioridad e
importancia, donde en el está el almirante, jefe de toda la flota. De esta manera, los buques
operan en coordinación entre si; puede ser un submarino y una fragata que se le asigna una
misión, un avión explorador de la armada con un destructor, etc. Se combinan de forma
conjunta potencia de fuego como así también informaciones, maniobras de triangulación, de
radares, inteligencia, táctica, velocidad apoyo aéreo, etc. Al tomar posición, los buques operan
entre si a una distancia considerable el uno con el otro. Nunca o rara vez a 50 o 100 metros.
En las tácticas navales, a veces suelen emplearse maniobras de distracción o confusión del
enemigo, al emplearse barcos “señuelos” lo cual el enemigo lo considerara o no para el
ataque. En la guerra naval moderna se hizo evidente el componente “tridimensional”, ya que
las fuerzas de superficie se complementaron con aviones y submarinos.


España últimamente, y debido a su crecimiento económico, se perfila como la sexta armada más importante del
mundo, y comparte el lugar junto a la marina italiana, muy similar en su composición.

40
PORTAAVIONES

HERMES INVINCIBLE

DESTRUCTORES

CARDIFF SHEFFIELD GLASGOW COVENTRY

GLAMORGAN EXETER ANTRIM BRISTOL

41
FRAGATAS Y SUBMARINOS

ALACRITY AMBUSCADE SPLENDID

ARDENT ARGONAUT PENÉLOPE

42
ONIX CONQUEROR

AND

ANDRÓMEDA ACTIVE ANTELOPE

AVENGER COURAGEOUS SPARTAN

BUQUES COMANDOS ANFIBIOS

43
FEARLESS

INTREPID

* Estos son sólo algunos escudos de los buques de la Task Force. El buque insignia del
Almirante Woodward era el Hermes.

El sistema SEA CAT y su versión moderna

Contrariamente a lo acostumbrado a la Marina Real, los destructores de la clase


County disponen de un sistema de defensa puntual en base a misiles Sea Cat. Este es de
guiado óptico, un disparador que actúa sobre una palanca siguiendo al blanco con su larga
vista fijo. Con ese sistema se equipo nada más que a los 2 buques de asalto Fearless e
Intrepid.


Véase La Guerra de las Malvinas. Ediciones Fernández Reguera, 1986, p.p.. 94 y 95.

44
Foto: el buque de asalto Fearless, igual que su gemelo, el Intrepid. Buque comando que
transporta 3 helicópteros Sea King.

La versión siguiente fue el GWS – 22, que asociaba al sistema un radar de control de
disparo tipo 903. Fue montada en todos los buques armados con Sea Cat a excepción de las
fragatas tipo 21 . Estas últimas debían recibir al sucesor del Sea Cat, el Sea Wolf, pero los
obstáculos hallados en estos últimos tuvieron como consecuencia una instalación en su lugar
de un Sea Cat modernizado, el GWS – 24, que utiliza un sistema de TV de circuito cerrado en
lugar de los larga vista gemelos.

Los defectuosos tipo 21

Uno de los componentes de la Marina Real había sido la redefinición de sus misiones:
la flota de apoyo logístico o Royal Auxililiary (RFA). Sus unidades estaban tripuladas por
dotaciones de la marina mercante, aseguran el reabastecimiento y las bases de apoyo en el
mar para las agrupaciones operacionales de la Marina Real. Con la declinación de esta última
y la concentración de su empleo en la zona de responsabilidad de la OTAN, entonces próxima
a sus bases, las necesidades de apoyo logístico en el mar decrecieron sensiblemente.


Fueron 7 las fragatas del tipo 21 que participaron del conflicto del Atlántico Sur. Las HMS Avenger, Arrow,
Ardent, Antelope, Ambuscade, Active y Alacrity, algunas de ellas destinadas al cañoneo a tierra

45
Los planos de los ocho buques de la clase Amazon, tipo 21, predecesor del tipo 22,
habían sido calculados según las normas de la marina mercante con la esperanza de reducir su
costo. Fue el único caso registrado en la historia de la Marina Real y de hecho costaron mas
caro de los del tipo 12 o Rothesay, y no pudieron ser modernizados con los misiles Sea Wolf
de corto alcance. Defecto mas grave todavía, sus planos no habían previsto ningún margen de
seguridad, desperdiciando la posibilidad, en el cuadro de la modernización del barco hacia la
mitad de su vida útil y de reemplazar sistemas obsoletos por otros modernos. Así es que los
tipos 21 no brindan el lugar necesario para los Sea Wolf, ni para el ordenador de mando y
control SACS – I. La clase de las Leander, las más grandes entre las fragatas, (26 en total)
fueron en su mayoría modernizadas y subdividida en tres lotes. El primero recibió el sistema
de armas ASW Ikara como armamento principal; el segundo, misiles superficie -superficie
Exocet, en tanto que el tercero sufrió una reestructuración parcial para recibir el sistema de
defensa antiaéreo puntual Sea Wolf. Las fragatas más antiguas del tipo 12 modificada, o
Rothesay, habían sido también reestructuradas para entrar en el standart de las no
modernizadas del tercer lote de las fragatas Leander.

Foto: un misil Sea Wolf es disparado desde una fragata del tipo 22.

Los demás grandes buques de la Marina Real comprenden los barcos especiales para la
guerra anfibia, las unidades con plataforma de aterrizaje LPD y los buques de apoyo logística
(LSL). El LPD es un buque de asalto de poner en tierra de 400 a 750 hombres,
embarcaciones anfibias y helicópteros, con medio de transmisión a bordo con puesto de
mando de brigada (PM), y una cierta capacitada de defensa antiaérea, con sus cuatro
lanzadores cuádruples de Sea Cat.

El asalto de los LPD debía ser respaldado por la acción de los LSL que transportaba
los abastecimientos, las municiones y el equipo pesado para el sustento de las operaciones
terrestres. Los desembarcos en las Malvinas, demasiado importante para satisfacerse con dos

46
LPD y seis LSL, tuvieron que ser organizados con el concurso de barcos mercantes
requisados, especialmente el Canberra, más un cierto número de ferryboats para tropas y
vehículos.

Submarinos

Los submarinos de la Marina Real se dividen, actualmente en aquellas clases


propulsadas con motores diesel – eléctricos y las de propulsión nuclear. Además de sus
submarinos Polaris, la flota inglesa posee once submarinos a propulsión nuclear (SSN) y
dieciséis con motores diésel - eléctricos (SSK). Aunque todos sean capaces de atacar objetivos
en superficies, su misión principal es la lucha antisubmarina (ASM).

La mitad de la flota de los SSN fue desplegada en el TOAS (teatro de operaciones del
Atlántico Sur), más precisamente los HMS CONQUEROR, SPLENDID, VALIANT,
SPARTAN, COURAGEOUS y ONIX, éste último de propulsión diesel – eléctrica. EL hecho
de que era casi imposible detectar, y hasta competir diría, por parte de nuestros sumergibles.


Este submarino, a propulsión diésel eléctrica, regresó a Inglaterra con su proa averiada. Según versiones, los
daños fueron ocasionados por el submarino ARA “San Luis”.

47
Anatomía de un submarino nuclear

Foto: el interior de un submarino nuclear (SSN). Nótese en el compartimiento N° 5, el reactor nuclear.

Exocet MM 38 y Sea Wolf 

En nuestros días, la diferencia entre un destructor y una fragata no se hace notoria ya


que el destructor es normalmente más grande, pero los buques ingleses de la clase tipo 42,
tienen un desplazamiento ligeramente inferior al de las fragatas tipo 22, las más grandes. El
destructor es en principio, responsable de la defensa antiaérea cercana a los portaaviones, pero
en las Malvinas, fueron las fragatas las que aseguraron esa defensa. Pero la realidad la
diferencia es una cuestión de misión. Las fragatas están concebidas con vistas a una función
única, la función ASM, mientras que el destructor es más polivalente; así, los tipo 42 aseguran
la defensa antiaérea en zona con sus misiles Sea Dart, el fuego superficie – aire o superficie –
superficie con su potente artillería de 4,5 pulgadas y la misión ASM con sus torpedos y su
helicóptero de dotación, un helicóptero Lynx, el cual es capaz de intervenir contra objetivos
de superficie, especialmente las pequeñas lanchas rápidas lanza misiles Sea Skua.


Véase “La guerra de las Malvinas”, ediciones Fernández Reguera, 1986.

48
Foto: el HMS Glasgow, un destructor de tipo 42.

Las fragatas tipo 22 están destinadas exclusivamente a las operaciones ASM, (lucha
antisubmarina) con sus lanzatorpedos de abordo y sus correspondientes helicópteros Lynxs. El
resto de su armamento, el misil de defensa contra aviones y contra misiles Sea Wolf, y el misil
superficie – superficie Exocet mm – 38, sirven únicamente para su autodefensa. En realidad
como el Sea Wolf es un misil más moderno, es una versión mejorada del Sea Dart había
tenida que ser cancelada por falta de fondos para su fabricación, y fueron las fragatas armadas
con estos misiles, Brilliant y Andrómeda – las que demostraron constituir el mejor de los
sistemas de arma de protección antiaérea de la flota -, después del Sea Harrier, pero el
alcance del Sea Wolf no es más que la quinta parte (9 Km.) que el de los Sea Dart; por ello las
fragatas debían permanecer muy cerca de los portaaviones para asegurar su defensa.

Los otros 3 destructores de la Marina Real (todos los demás eran del tipo 42) eran
buques de una especie completamente diferente, ya que su desplazamiento era al menos la
mitad mayor que el del tipo 42. El tipo 82 (HMS Bristol) era, bajo muchos aspectos, el padre
del tipo 42 (o más precisamente el tipo 42 fue una especie de modelo reducido, después de la
anulación de la orden de construcción de otros 3 destructores del tipo 82) entonces el Bristol
había sido construido en base a los sistemas de armas misil Sea Dart y torpedo ASM Ikara.
Estaba armado, además, con un cañón de 380 mm Mark VIII, muy reciente para la época. Su
misión primaria era el acompañamiento del futuro portaaviones CVA –01. El sistema de
armas Ikara había sido estudiado en Australia y comprendía un misil dirigido que, al final de
su trayectoria, lanzaba un torpedo antisubmarino de conducción automática hacia el
desplazamiento estimado del enemigo.

49
Misiles Sea Cat, Sea Dart y Sea Slug

Los destructores HMS Antrim y Glamorgan, de la clase del County, eran más antiguos
que los del tipo 82. Ellos también fueron destinados al escolta del portaavión, si bien con la
posibilidad secundaria de cumplir funciones autónomas. Su armamento, a pesar de las
reestructuraciones, pertenecía a la generación precedente de la Marina Real. Contaba con un
sistema de armas para defensa anti aérea en zona en base a misiles Sea Slug, pero este fue
muy diferente a su sucesor, el Sea Dart. El guiado del Sea Slug se hacia a lo largo de un
pequeño rayo de luz del radar del iluminador de objetivos de abordo, hasta el impacto hasta el
blanco seguido por el radar. Pero para largo alcance ese guiado se hacia un tanto impreciso
por el alargamiento del haz luminoso. A fin de superar esa dificultad, el Sea Dart está dotado
de un dispositivo guiado hacia los ecos del radar reflejados por el objetivo. Eso es lo que se
llama guiado semiactivo por opción al autodireccional o guiado activo, en el que el radar de
designación del objetivo esta montado en el mismo misil, caso del Exocet, por ejemplo. Esto
da al misil una precisión muy superior a lo de los misiles “esclavos del pequeño haz
luminoso” como el Sea Slug.

Foto: el destructor HMS Glamorgan, (véase la doble torreta de artillería, antes que
este fuera modernizado, en 1980 con misiles en su proa)

Durante la guerra de Malvinas, los Sea Slug de estos buques jugaron un papel más que
modestos a la hora de hacer impacto en algún objetivo. Estos misiles, sobre todo en las
décadas de los ochentas y noventa equiparon a las armadas de países del tercer mundo como
se el caso de Venezuela, Chile y Colombia, entre otros.

50
El mortífero misil antibuque “Exocet”

Sea Wolf

51
Sea Dart

Sea Cat

52
El llamado “día más negro de la flota”

Los ingleses durante sus incursiones- más bien defensivas- contra los aviones
enemigos, no habían podido todavía aproximarse a Puerto Argentino, la capital de las islas y
donde estaba el grueso de las tropas argentinas a la espera de los ingleses. Fue así que se
pensó mandar desde el estrecho de San Carlos, a dos unidades logísticas de la clase “SIR”, los
buques “Sir Galahad” y “Sir Tristam” ambos apoyados por la fragata Plymouth. Iban en ellos
los guardias galeses y en ese mismo buque se contaba con municiones suficientes para
cruentos y largos combates.

Las tropas ya habían establecido en días previos su desembarco en San Carlos y la


cabeza de playa estaba asegurada; nada parecía ser que los detenía en su avance hacia Puerto
Argentino. El clima era óptimo y ayudaba para ataques aéreos por parte de los argentinos. En
Bahía Agradable empezaron los movimientos para desembarcar hombres y equipos. Esa
información llegó a la Fuerza Aérea Argentina ese mismo día, 8 de junio, al detectar
movimientos cercanos a la costa, y más bien habían representado dos objetos estables en los
radares; eran esos dos buques que permanecían anclados a unos 400 metros de la costa. Era
tanta la confianza, que se permitían ir desembarcando, ahora cerca de una localidad llamada
“Fitz Roy” (Bluff Cove) a unos pocos kilómetros de la capital.

Pero por sorpresa y volando a muy baja altura aparecieron por lo menos cuatro aviones
A 4, serpenteando las colinas, dos de un lado, y dos del otro lado. Eran las escuadrillas de
“Dogos” y “Mastines”, 2 escuadras de aviones que luego fueron 7 debido al desperfecto
mecánico de uno y que debió regresar al continente y posteriormente quedaron 5, por no
haber podido reabastecerse en vuelo, justo a los Capitanes Carballo y Filippini. Hicieron
blanco en ambos buques con una precisión increíble.

El primer ataque, las bombas hicieron impacto en el RFA Sir Galahad, y en ese
momento se encontraba el grueso de la tropa en la cafetería del buque, desatándose un
infierno a bordo debido al derrame del combustible de los misiles Rappier que se debían
instalar en tierra lo cual se hizo un verdadero descontrol. Los otros 2 aviones entraron de
revés y lograron impactar en el segundo buque, el RFA Sir Tristam. Murieron quemados más
de 30 hombres y muchos más resultaron heridos de consideración. No obstante, los hombres

53
que allí se encontraban eran muchos de ellos enfermeros y médicos, lo cual no ayudó a aliviar
un poco la situación. Otros desesperadamente se tiraron al agua desde el infierno de sus
cubiertas. Era tanta la impotencia que se tenía que ni si quiera los Harriers estaban en su
ayuda. El accionar de los aviones fue rápido y preciso. “El despelote se hizo notable”, como
señaló un piloto que participo del bombardeo. Solo quedaba por presenciar desde las costas el
horror de la guerra. Soldados ingleses desde la costa veían como eran atacados sus buques,
que minutos antes ellos habían estado abordo. Se hicieron operaciones de salvamento,
llevadas a cabo por los helicópteros Sea King, tratando de rescatar hombres sobre las
cubiertas del Sir Galahad. Igual situación se vivía en el Sir Tristam que estaba a su lado. Solo
había desesperación, y atrás quedaba el infierno en Bahía Agradable para nuestros pilotos con
la satisfacción de la misión cumplida. Esta fue sin dudas una cruenta y sangrienta derrota de la
Task Force.

El mal logrado plan que fue pergeniado por los Comandantes ingleses Jeremy Moore
y el General Tony Wilson, cayendo en este último las responsabilidades mayores por el no
haber desembarcado en cuanto antes; a bordo del buque comando de asalto Fearless.
Posteriormente se reprochó duramente el accionar de esos buques, al no tomar los recaudos
necesarios como el apoyo de las patrullas Harriers y el apresuramiento por llevar a cabo las
acciones de desembarco a toda prisa. Por cierto, para ese día, 8 de junio, el clima era el
óptimo y ayudaba ya que días anteriores había clima lluvioso y las operaciones habían sido
casi nulas. Igualmente se esperaban resultados rápidos, ya que se presionaba desde Londres
urgentes acciones en la reconquista de Puerto Argentino.

Foto: una de las imágenes mas conocidas de la guerra, el Sir Galahad en llamas.

Posterior a la toma de Puerto Argentino, el Sir Galahad fue peritado, tratándolo de


ponerlo a salvo y remolcarlo. Su buque compañero le había quedado una bomba en el casco y

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sufrió serios impactos de cohetes. Además de las pérdidas humanas, hay que reconocer que en
esas dos embarcaciones se perdió también material logístico de suma importancia para las
operaciones terrestres. Las imágenes de estos buques son conocidas en todo el mundo,
tomadas por la BBC de Londres de sus corresponsales de guerra. Estas imágenes representan
una de las postales más terroríficas y también muy difundidas; la operación desastrosa e
ineficaz, por la manera en como se expuso casi sin protección aérea a los buques durante una
jornada que hacían posibles los ataques luego de días de mal tiempo. El Sir Galahad fue
hundido como tumba de guerra, luego de arder cerca de 3 días en la Bahía.

En este plan fue ejecutado casi a la perfección, al igual que la operación de


desembarco “Rosario”. El factor sorpresa fue decisivo para dicho ataque a estas unidades que
se encontraban ancladas cerca de la costa llevando a cabo tareas de desembarco, tanto de
hombres como de material logístico y bélico.

Ahora bien, el porqué se había tomado la decisión de ésta desastrosa operación, previa
reunión de la plana superior de los oficiales encargados de dirigir el desembarco en Bahía
Agradable. Uno motivo, era la proximidad de esta localidad (Bluff Cove) a la capital de las
islas, donde se encontraba el grueso del ejército argentino. Previamente las tropas argentinas
volaron un puente que unía a las localidades de Bluff Cove con Fitz Roy, lo cual dificultaría o
retardaría la llegada de tropas enemigas hacia la capital, y la cancelación de dicho plan por
parte del Gral. Wilson que no quería avanzar más lentamente por tierra y no rehacer el puente.
Y el segundo motivo era se necesitaban resultados urgentes, ya que desde Northwood, el

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Brigadier Julián Thompson4 había recibido directivas de avanzar hacia la embestida final.
Lógicamente esas tropas (guardias galeses y escoceses) ayudarían al comando 42 y a los
paracaidistas del 2° Regimiento, que a paso lento pero seguro, iban barriendo posiciones
argentinas en los terrenos elevados. Y estos buques eran los disponibles para evitar arriesgar a
los de desembarco anfibio, los HMS Fearless e Intrepid donde eran base del comando y desde
allí se tomaban decisiones de suma importancia. Se había previsto que para dicho plan se
usaran lanchas de desembarco LSD y posteriormente las tropas se reagruparían y marcharían
hacia la embestida final de los cerros cercanos a Puerto Argentino. Era tanta la confianza que
se tenía en esta operación, que no se tuvo en cuenta los ataques aéreos por parte de los
argentinos, ni si quiera una efectiva protección antiaérea por parte de más fragatas a dichas
unidades auxiliares de transportes de tropas.

4
Sobre el Brigadier Thompson había recaído la responsabilidad de dirigir las operaciones anfibias y de
desembarco en tierra, antes de pasar el mando al General Jeremy Moore que se encontraba en trayecto hacia las
islas en el Canberra. Sobre Thompson recayó la responsabilidad del avance hacia Puerto Argentino, lo cual
destruyó su estrategia debido a que no tuvo en cuenta a los Exocets argentinos ya que estos habían impactado y
hundido al porta contenedores “Atlantic Convenyor”, buque de suma importancia logística para Thompson.

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La explosión de la fragata HMS Antelope

Los últimos instantes de la fragata HMS Antelope, una fragata del tipo 21 de las
mismas características que la Ardent, empieza el 22 de mayo, al día siguiente de la destrucción
de la Ardent. Los británicos habían consolidado sus posiciones en tierra. Los SAS (Especial Air
Service) eliminaron varios puestos de observación en el margen oeste del estrecho de Malvinas.
Esto hizo replantear a la Fuerza Aérea en no comprometer más aviones en otros ataques en ese
día. En esa víspera se habían perdido por lo menos 19 aparatos. Llegó la noche y los argentinos
todavía no se habían mostrado. Todos en San Carlos se mostraron aliviados; se podían entonces
encargar de los relevos y los daños sufridos, como relevo de la fragata HMS Antrim, dañada en
ataques con proyectiles y la partida del paquebote “Canberra”

El domingo 23, empezó el ataque, a pesar de la calma que se esperaba, con aviones
Mirage y Skyhawk A 4. Alrededor de las 14 horas, hora local, dos Skyhawk A 4 surgieron de
atrás de las colinas de la isla occidental, a un poco menos de diez metros de distancia del agua.
El primero fue abatido por un misil Rappier disparado desde las alturas de San Carlos. Las
bombas del segundo fallaron por poco su objetivo. Pero este no fue un ataque aislado, más bien
sirvió como señuelo y de sorpresa a la fragata. Sorpresivamente surgieron aviones Mirage,
Dagger y Skyhawk A 4, descendiendo hacia el estrecho, serpenteando y picando hacia los navíos
que allí se encontraban. Fue así que cuatro aparatos argentinos se aproximaron a la Antelope y un
de ellos paso por encima y chocó con el mástil. El marinero Waren, que servía el cañón de 20
mm de estribor, consiguió hacer blanco con algunos proyectiles, pero la travesía de dicho avión,
que dejó caer dos bombas de 220 kilos y después se desintegró. Una de las bombas desencadenó
un terrible incendio y la otra no estalló y se alojó en la sala de máquinas. Por suerte hubo pocas
pérdidas, solo murió un camarero de 18 años. El fuego fue rápidamente extinguido, pero
causando daños severos. El buque, a través de su capitán, CDR CJS Tobm, decidió buscar
refugio en la bahía de San Carlos. Allí se esperaba estar a resguardo y poder así desactivar la
bomba.

El reportero Brian Hanrahan, de la BBC, describió a su llegada: “Entró lentamente en


la Bahía despidiendo una nube de humo, con su mástil roto y su casco perforado. Soltó su ancla a
unos 900 metros de la costa”. La tripulación con sus trajes de supervivencia color naranja, se

Según la versión inglesa. Ver “La guerra de las Malvinas”, Ediciones Fernández Reguera, 1986, p.p. 34 y 35.

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reunió en la cubierta de vuelo, y ya no había de atender armas, solo esperar ser rescatados
contemplando de manera terrorífica el final de la fragata.

A desactivar las bombas: el sacrificio de Jim Prescott


Luego de estar a salvo en la bahía, fue llamado el jefe de expertos en explosivos,
dirigido por el sargento Jim Prescott de los Royal Engineers (Ingenieros de Combate). La
tripulación aguardaba pacientemente en la cubierta de la fragata mientras que el helicóptero
Lynx del buque transportaba las herramientas y piezas de recambio para el caso de que no
hubiera forma de recuperarlo. Según testigos, Prescott quitó efectivamente dos veces la
espoleta de la bomba, pero cada vez la volvió a poner en su sitio a no saber hasta que punto la
bomba sería estable sin su detonador. Prescott trabajaba en permanente comunicación con los
miembros de su equipo, a quienes informaba de lo realizado. Al extraer por tercera vez la
espoleta fue cuando la bomba se activó y explotó en el acto matando a Prescott, y
descuartizándolo.

Foto: El casco de la Antelope se parte en dos y se va al fondo.

Golpe mortífero a la fragata HMS Ardent

En la llamada “Batalla de la avenida de las Bombas”, en el estrecho de San Carlos, en mayo,


igual suerte corrió la fragata HMS “Ardent”, cuyo buque es de las mismas características que la
Antelope. El 21 de mayo el tiempo se presentaba bueno para realizar operaciones aéreas y atacar
así en esta oportunidad ciertas naves que se encontraban realizando tareas de apoyo de cañoneo.
En sus horas previas, esta fragata tenia por misión, el cañoneo de artillería a las tropas argentinas

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ubicadas a unos kilómetros; parece ser que la Ardent, había destruido horas antes un par de
aviones Pucará estacionados en tierra.

La fragata se encontraba a ojo de tiro, cerca de la costa junto a otras naves, cuando se tomo
la noticia inmediatamente oleadas de aviones, principalmente conformados en su mayoría por
aviones A 4, se lanzaron contra ella dejándole caer bombas de 1000 libras, justo en la popa del
buque lo cuál le produjo averías y luego un fuego que se tornó muy complicado; a bordo del
buque había un incendio mientras esta se movía en resguardo de un lugar más seguro. Nada había
que hacer ya para el capitán de la Ardent, CRD AWJ West, ya que la fragata estaba condenada. De
inmediato en su ayuda se le acercó la fragata Yarmouth, justo delante de la Ardent y así su
tripulación la abandonó, pasando de una cubierta a la otra. Una presa mayor acababa de ser
eliminada por los pilotos argentinos y obteniendo un triunfo en la “Avenida de las Bombas”.

Foto: la fragata Ardent. Se observa el incendio en su popa.

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Foto: otro ángulo de la Ardent, junto a la fragata Yarmouth en su ayuda.

Los ataques en San Carlos 

Hay varias versiones inglesas que reconocen el ataque sobre la fragata HMS Plymouth.
Si bien no coinciden entre escuadrillas respecto de los daños, sí lo hacen en cuanto a su
posición, en medio del estrecho de San Carlos, costa oeste, frente a Darwin. Esto no coincide
con nuestra ubicación de la fragata atacada por "Perros" y "Gatos", en Bahía Agradable.

Lo que sí está comprobado por testigos visuales propios, es que esa fragata se alejó
humeando, mar adentro. Y evidencias del ataque no faltan.

Fotos: Daños causados a la fragata HMS Plymouth en Bahía Agradable.

Los "Perro" y "Gato" arribaron a Río Grande a las 14:58 hs y 14:59 hs, respectivamente.


De la página de la Fuerza Aérea Argentina.

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 Tres M-5 Dagger, indicativo "Carta", armados con cañones. Misión: diversión sobre
islas Salvajes. Tripulación (1) Vicecomodoro Luis Villar, (2) Teniente Daniel Valente y
(3) 1er Teniente Mario Callejo. Despegaron de San Julián a las 13:20 hs.

 Tres M-5 Dagger, indicativo "Sobre", armados con cañones. Misión: diversión sobre
islas Salvajes. Tripulación: (1) 1er Teniente Carlos Musso, (2) Teniente Gustavo
Aguirre y (3) Capitán Carlos Maffeis. Despegaron de San Julián a las 13:25 hs.

Ambas escuadrillas se dirigieron hacia el objetivo material simulando una operación de


ataque por ruta directa. Llegaron a islas Salvajes sin encontrar oposición aérea. La
meteorología se presentaba con nubes bajas y lluvias, en algunos sectores. Regresaron a Río
Gallegos, donde arribaron a las 14:50 hs ("Carta") y a las 15:25 hs ("Sobre").

Fuente: Mapa del sitio de Internet de la Fuerza Aérea Argentina)

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El ataque al Fearless

Foto: se observa en los círculos los aviones atacantes. Abajo el Sir Bedivere.

Fuente: (Las fotos son del sitio de Internet de la Fuerza Aérea Argentina.)

En los ataques de San Carlos, la Fuerza Aérea Argentina empleó una oleada de al menos
20 aviones por ataque. Los aviones aparecían por todos lados, desde atrás de las elevaciones
y desde el mar. En el ataque de San Carlos, fue alcanzado el HMS Fearless, que sufrió
impactos de cohetes y ametralladoras. Fue blanco de las bombas de un Mirage, el buque
logístico “Sir Bedivere”, pero su bomba no explotó. No obstante, en la segunda oleada de
ataques, los ingleses ya estaban preparados y hubo algunos derribos. Había que pagar un
elevado precio para sacar fuera de combate a los buques de la Royal Navy.

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Como señaló el Contralmirante Woodward: Previamente al conflicto al consultársele sobre el
potencial de la Fuerza Aérea Argentina, decía “sus aviones no son de los más nuevos y
tecnológicos, sí sabemos que tienen una Fuerza Aérea numerosa, están en ventajas con
respecto a la proximidad; es posible que tengamos algunas bajas, pero la ventaja está de
nuestro lado y tendremos una victoria sin sobresaltos. A posterior de las incursiones aéreas
dijo: “Lo que pasa es que no sabia el potencial de la Fuerza Aérea Argentina; cualquiera en
mi lugar hubiese actuado como yo. Aparecían por todos lados. Era algo impresionante.
Aprendimos a respetar”.

El saldo de la batalla del estrecho de San Carlos fue negativo para la Task Force,
quedando así varias fragatas averiadas, o con defectos operativos . Luego de las incursiones de
los aviones argentinos, se realizó un informe sobre la situación de la flota en general. Había
que ocuparse de reparar las naves dañadas y preparar una nueva estrategia para hacer frente a
los aviones que volaban a baja altura y que “casi al estilo Kamikaze”, los aviones rozaban los
mástiles y antenas de las fragatas y dejaban caer sus bombas, por suerte- para ellos- hubo
algunas que no explotaron.

El grueso de las fragatas estaba sobre el estrecho de San Carlos, y algunas de ellas
fueron sacrificadas. Al respecto apoyan estas versiones, testigos privilegiados, como son
algunos hombres que pudieron observar como algunos buques despedían una especie de humo
negro. Desde la costa se veían perfectamente los impactos de la aviación argentina. No
obstante, el bloqueo naval de las islas estaba controlado. Sobre estas incursiones aéreas, hubo
oficiales ingleses que desde sus barcos quedaron estupefactos, más que sorprendidos por el
accionar y la valentía de nuestros pilotos, que, con medios inferiores, se lanzaban de lleno en
arriesgados ataques a los buques. De esta manera la Fuerza Aérea Argentina obtuvo su
primera victoria, en la batalla del estrecho de San Carlos. Sobre las acciones terrestres, los
ingleses desembarcaron el 26 de mayo, en San Carlos, luego de planear cuidadosamente el
lugar por donde se iba a realizar el desembarco, negado hasta ese momento por la Fuerza
Aérea Argentina. De esta manera las primeras dotaciones de Royal Marines dejaban atrás los
buques de asalto Fearless e Intrepid y empezar a tomar sus posiciones en tierra. Ni bien
desembarcaron empezaron a tomar prisioneros.

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Bombardeo a Puerto argentino: ¿Qué es un CNA?

Para ser precisos antes de emplear estas siglas, hay que clarificar este concepto. Es una
operación llamada “Cañoneo Naval de Artillería”, o de apoyo, que efectúan los buques de
forma estruendosa y constante a posiciones de tropas en tierra. Estos cañoneos generalmente
se los realizaban de noche y era efectuado, en su mayoría por las fragatas. “Encontrarse en
una situación así, puede que le resulte quizás, la tortura más cruel y notara que se le abren las
mismas puertas del infierno al encontrarse envuelto bajo un CNA”. Cualquier soldado
desventurado o desprotegido que se halle bajo este constante cañoneo, no se olvidará nunca en
su vida, aún cuando las posibilidades de vida son mínimas. No existe nada tan aterrador que
baje tanto la moral al verse atrapado sin salida en un CNA. Cabe mencionar que los cañoneos
de artillería naval, los ingleses lo realizaron de forma abrumadora, azotando a las posiciones
estáticas en tierra de las tropas argentinas. Lo hicieron también desde posiciones en tierra con
sus dotaciones de artillería y obuses.

Estos cañoneos que daban los buques a las tropas, se los realizaba en su mayoría de
noche, creando además el factor pánico al debilitar la moral de los soldados argentinos que se
encontraban en sus guaridas a la espera de la infantería enemiga. Fueron varios los buques
que se emplearon. Por ejemplo, el buque más famoso para el cañoneo de apoyo fue el HMS
Glamorgan, que antes de ser alcanzado por un Exocet, seguramente se hubiese llevado el
record en disparar de forma constante a las posiciones del enemigo. Se emplearon también las
fragatas Ardent, Avenger, Plymouth y Yarmouth.

La técnica para esta operación es sencilla, previo conocimiento de playas próximas,


los buques toman así posiciones en un radio circular, es decir efectúan un recorrido constante
de patrullaje a unos 300 a 600 metros de la playa, y una vez localizada el objetivo o las
posiciones el enemigo emplean sus cañones, generalmente de proas y los efectúan de forma
constante.

Los cañones que se emplearon fueron de las fragatas, en su mayoría las del tipo 21, y
12 de las “Yarmouth y Plymouth”, del tipo “Rothesay” y del destructor Bristol que empleaba

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un cañón Mark VI, de muy avanzada tecnología y que era capaz de disparar rondas de balas
muy superiores a los cañones de los acorazados de la segunda guerra mundial, además de ser
los disparos de forma automática y más rápidos. Esto resultaba un problema para las
operaciones próximas al estrecho de San Carlos, al llegar la noche, las tropas argentinas ya
sabían que debían permanecer guarecidas en sus trincheras para no ser víctimas de estos
cañones. Tampoco había que trasladarse de un lugar a otro; esto representaba un verdadero
problema, descontando las inclemencias del tiempo y de la comida, claro está. Muchas veces
resultaba un estorbo a las operaciones en tierra de los oficiales argentinos, y se preparó un
plan ingenioso para sacar fuera de combate a dichas naves. La víctima resultaría el destructor
“Glamorgan”, el 12 de junio cuando un misil Exocet AM 39 versión de la armada y lanzado
desde tierra a unos 35 Km. de distancia, impactó en la popa del destructor dejándolo fuera de
combate.

Pero no todos los buques de la Task Force estaban en condiciones de efectuar el


cañoneo. Había fragatas que no disponían de su correspondiente artillería: ellas eran las del
tipo 22 Brillant, Broadsword y Andrómeda y las de las Leander, como la Argonaut. El
contralmirante Sandy Woodward odiaba ver las modificaciones que se les había hecho a
dichas naves al no poder emplear más fragatas para esta misión de cañoneo. El resto de los
destructores estaba a cargo de la defensa aérea y la protección de los portaaviones, siendo casi
mínimas la participación de éstos para el CNA. Ello formaba parte del bloqueo naval de las
islas y el apoyo a sus tropas en tierra. Sobre la eficacia de estas maniobras resultaron un poco
más que mediocres.

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Características principales de los buques de la Task Force

Destructor tipo 42, “Sheffield”

Eslora: 125 metros.


Manga: 14,4 metros.
Calado: 6 metros.
Desplazamiento: 3.500 toneladas, 4.100 a plena carga.
Velocidad: 29 nudos
Turbinas: 4 Rolls Roices y 2 turbinas “Olimpus”a gas
Autonomía: 7.400 kilómetros.
Armamento: 26 misiles dirigidos Sea Dart, 1 cañón Mark VIII, cañones Oerlikon y señuelos “Corvus”.
Hangar: 1 helicóptero “Lynx” con misiles Sea Skua.
Tripulación: 287 hombres.
Radar: 1 radar tipo 965 Q y radares de distintos tipos y alcance, de posición, de marcación de objetivos y sonar; éstos de
ultima generación de la era electrónica.
Botadura: 1971, entrando en servicio activo en 1975. El Sheffield había sido modernizado en 1980.

En el Atlántico Sur fueron movilizados 5 de estos destructores escolta de protección de portaaviones: los HMS
Sheffield, HMS Coventry, HMS Cardiff, HMS Exeter y HMS Glasgow.

Destructor Tipo County, “Glamorgan”


Eslora: 158 metros.
Manga: 16,6 metros.
Calado: 7 metros.
Desplazamiento: 6.200 toneladas.
Velocidad: 25 nudos
Radar: 2 uno tipo 965 Q y otro de marcación de objetivos.
Turbinas: doble “Olimpus”.
Armamento: 1 torreta doble de artillería de 115 mm, misiles Sea Cat, Sea Slug, señuelos “Chaff”.
Radares: de marcación de objetivos y de vigilancia tipo 965 Q.
Helicópteros: 2 “Wessex” con misiles.
Botadura: 1966 a 1970. Modernizados en 1980 el lote II.

De los 8 destructores de este tipo, fueron movilizados a Malvinas solo 2, los HMS Antrim y HMS Glamorgan. Su
misión principal el cañoneo naval de apoyo y defensa de portaaviones.

Fragatas 22, tipo “Broadsword”

Eslora: 144 metros.


Manga: 14,3 metros.
Desplazamiento: 4.200 toneladas
Velocidad: 30 nudos.
Turbinas: 4 Roll Royce y 2 “Olimpus” combinadas a gas
Armamento: una torreta de proa de misiles “Sea Wolf” de corto alcance, torpedos misiles Sea Cat y señuelos Corvus.
Helicópteros: lleva un hangar doble para 2 helicópteros pesados.

Fueron enviadas a Malvinas 2 de estas fragatas de las 3 que poseía Inglaterra al inicio del conflicto. Las HMS Brilliant
y Broadsword. Su misión era la protección aérea de la flota en especial de la clase 42 y sus portaaviones, y en segundo
lugar el ataque a los aviones de la Fuerza Aérea Argentina. Luego de la guerra, el lote I fueron vendidas al Brasil.

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Fragatas clase “Leander”

Eslora: 113 metros


Manga: 14 metros
Turbinas: doble “Olimpus”
Tripulación: 200 hombres aproximadamente.
Armamento: 1 cañón doble de artillería, misiles Sea Slug. Misiles Ikara, Exocet en el lote de las “modificadas” HMS
Minerva y Penélope y del lote II armadas con misiles Sea Wolf, como el caso de la HMS Andrómeda.
Botadura: entre 1961 y 1969.

De las 26 fragatas de este tipo que poseía la Royal Navy, fueron enviadas a la guerra solo 5. Ellas eran las HMS
Andrómeda, Argonaut, Minerva, Penélope y Bacchante. La misión de estas fragatas fueron varias, entre ella el cañoneo
naval de apoyo, la protección aérea junto con los navíos de desembarco y en segunda medida el ataque y protección
aéreo. Luego de la guerra fueron dadas de bajas muchas de ellas y alguna fueron vendidas a varios países entre ellos
Chile.

Fragatas clase “Amazon” 21

Eslora: 130 metros.


Manga: 15 metros
Calado: 6 metros.
Velocidad: 32 nudos
Propulsión: 2 turbinas Rolls Royce Olimpus a gas
Radares: 2 de marcación y de vigilancia. Un mástil y una antena mayor.
Helicóptero: 1 en el hangar de popa. Westland Lynx
Tripulación: 117 hombres
Armamento: 1 cañón Mark VI de proa de 114 mm y misiles Sea Cat, señuelos Corvus y Chaff
Botadura: entre los años 1976-79.

Fueron enviadas 7 de las 8 fragatas de este tipo. Las HMS Avenger, Ambuscade, Active, Arrow, Antelope, Ardent y
Alacrity. En la década del los 80 fueron vendidas a distintos países.

Fragatas tipo 12 Rothesay

Eslora: 110 metros


Manga: 13 metros
Calado: 5 metros
Velocidad: 20 nudos
Desplazamiento: 1.110 toneladas
Armamento: 1 cañón de 114 mm y misiles Sea Cat y Sea Slug.
Turbinas: doble propulsión; 2 turbinas Olimpus a gas.
Botadura: 1957 a 1959.
Con esta configuración del tipo 12, la marina inglesa comienza su período de construcción de fragatas como hasta hoy
se las conoce. Pertenecen a la generación anterior a las bien logradas fragatas Leander y fueron movilizadas solo 2 de
ellas a Malvinas: Las HMS Plymouth y HMS Yarmouth. Fueron dadas de baja durante los años 1988 y 89.

Navíos de Asalto tipo “Fearless” LPD

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Eslora: 170 metros.
Manga: 18 metros.
Desplazamiento: 12.000 toneladas
Bodega de almacenaje: con lugar para vehículos anfibios, y municiones como misiles Rappier.
Armamento: lleva 4 torretas de lanzadores Sea Cat. Y 2 cañones Bofors de 40 mm. Lanzadores de 9 tubos cada uno,
señuelos y cohetes infrarrojos.
Tripulación: 570 hombres.
Botadura: año 1965.
Popa alistada para recibir 5 helicópteros Wessex y 2 pesados Sea King.
Navío de uso comando, posee altos mástiles y varias antenas de radio para dirigir desde él los desembarcos. Fueron
alistados 2 de estos inmensos buques, el HMS Fearless y su hermano más joven HMS Intrepid.

Submarino SSN clase “Courageous”

Eslora: 87 metros.
Manga: 10 metros.
Desplazamiento: 4.900 toneladas aproximadamente en inmersión
Armamento: 6 tubos lanzatorpedos, misiles anti navío Harpoon, torpedos de largo alcance Tigerfish o de corto alcance
Mark VIII.
Botadura: 1971.
Propulsión: reactor nuclear.
Revestido en su casco exterior con planchas de caucho. Sistemas antisonar. Bajo nivel de ruido.

Fueron movilizados al Atlántico Sur los submarinos Conqueror y Courageous de la clase “C” Churchill.

Las limitaciones de la flota de mar argentina en la guerra

Según las declaraciones de la época del Contralmirante Lombardo, nuestros buques en


conjunto desarrollaban una velocidad de 20 nudos, es decir unos 37 kilómetros por hora. En la
ARA había solo dos navíos que desarrollaban 30 nudos: los novísimos destructores tipo 42
Santísima Trinidad y el Hércules. El problema era la velocidad en conjunto a diferencia de las
potencialidades de los navíos ingleses que desarrollaban velocidades de 30 nudos, es decir unos
50 kilómetros por hora, además de la presencia de cuatro o cinco sumergibles de propulsión
nuclear y de tipo convencional. Según las apreciaciones del contralmirante Lombardo del porqué
la flota debió regresar a Puerto Belgrano, ya que él era conciente de las pérdidas o el posible
“aniquilamiento” que hubiera sufrido la flota al entrar en los dominios de los radares del
enemigo.

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Esos datos se los había informado muy bien al gobernador en las islas, el Gral.
Menéndez, que la flota no participaría de las hostilidades en el mar (capítulo aparte de sus
submarinos). Se dispuso mantener la denominación de “Flota en Reserva”. Más prudente se
tomó la decisión de dividir a la flota en tres partes: un grupo al Norte, integrado por las tres
corbetas (las ARA Guerrico, Granville y Drumond), otro grupo en el centro  conformado por el
portaaviones, los dos destructores de tipo 42 y un submarino y otro grupo al sur conformado por
el crucero ARA Gral. Belgrano y sus escoltas, dos destructores de la clase Alann Summer.
Entonces conformada básicamente de esta manera el plan de flota argentina, quedaba por esperar
el momento de entrar en acción – de que algún buque del enemigo se desprendiera del resto y
poder así atacarlo.

Este plan representaría, lo que en táctica naval se llamo una maniobra “en pinza”. Con
respecto al armamento, los buques contaban con medios razonables para los submarinos: las
cargas de profundidad y helicópteros. Pero no se podía hacer nada contra los sumergibles a
propulsión nuclear (SSN) y convencional, como en la práctica lo demostrarían el naufragio del
crucero ARA Gral. Belgrano, hundido por los torpedos Mark 24 del submarino nuclear HMS


El grupo que se encontraba en el centro era el más numeroso y mejor equipado de la flota. Además del
submarino ARA San Luis, encargado de permanecer sumergido por debajo de la flota enemiga y cumplir su
misión, de infringir el mayor daño posible que se pueda.

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Conqueror. Se llevó a la flota argentina a aguas menos profundas en donde los submarinos
tienen dificultad de operar.
adquiridas usadas, a raíz del conflicto por la disputa con nuestros vecinos, los chilenos en
disputa por el canal de Beagle, y por fortuna no entramos en guerra con Chile por poco. El
resto de la flota estaba constituida por destructores obsoletos- pero modernizados- y
adaptados con misiles Exocet y radares más afinados. Esas naves básicamente constituyan el
“caballito de batalla” de nuestra flota, y cabe destacar que fueron adquiridos en la década de
los sesenta a los EE.UU. los destructores excedentes de la clase Summer y uno de la clase

El HMS Conqueror había seguido al viejo crucero en el sur y recibió órdenes de Londres en no vacilar y
torpedear al crucero, debido a que representaba una amenaza para la flota. Esto representó un crimen de guerra,
ya que el vetusto crucero se encontraba fuera de la zona de exclusión. Se debió a una jugada política desde
Londres.

La Armada Argentina

“Aun cuando un pueblo no fuera comerciante ni conquistador,


es difícil no concebir que pudiese conservarse sin marina
contra la ambición de sus vecinos, si estas tuviesen alguna;
y es cierto que un Estado sin pesca, sin comercio exterior,
nada puede sobre el mar.”
Manuel Belgrano.

Una de las tres armas de nuestra defensa, en especial la encargada de los mares es la
armada argentina (ARA). En sus gloriosas páginas como institución encargada de los mares no
hay que olvidarse de naves históricas y de nombres como el almirante Guillermo Brown, padre de
nuestra armada. Hicieron el orgullo de esta arma buques como la “Patriota”,” Cívico”, “Tupac
Amaru”, “Constitución”, la “Halcón” (de Hipólito Bouchard), la fragata Sarmiento, entre otras. Y
es seguramente la más profesional de las tres armas. Es así que la armada contaba al momento del
conflicto con sus medios, razonables en cuanto al número de componentes de la flota. Estaba
equipada entre las mejores de América del Sur, junto con la del Brasil.

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Gearing: Los ARA “Comodoro Py”, “Segui”, “Piedra Buena” y “Bouchard”. Además la
armada contaba con el Crucero “ARA General Belgrano, un veterano buque de 13.000
toneladas y potente artillería; era el ex USS “Fénix”, que tuvo la suerte de escapar del desastre
de Pearl Harbor, y era uno de 14 buques de su misma clase y fue adquirido durante el segundo
periodo de Perón.

Esos buques son los catalogados de primera línea, bélicos. Pero en una flota también
es necesaria otra clase de buques. Se contaba además con el buque de desembarco anfibio el
BDT ARA “Cabo San Antonio” que transporta en su interior en su bodega los vehículos
anfibios LVTA elementos de campaña para la infantería de marina.

El resto de nuestra flota lo constituía lanchas rápidas, las tipos Indómitas, los buques
Baradero, Muratore y King como así también los buques encargados reaprovisionamientos
(buques tanqueros) y uno de nuestro orgullo, la fragata “Libertad” que servia para la
instrucción de los futuros guardiamarinas de la armada. Básicamente de esos medios, como
así también las dotaciones que lo tripulaban, el factor humano, y su apego por la vida de mar,
constituían nuestro poder naval.

En 1977 había adquirido el poderoso y novísimo destructor tipo 42 “Hércules”, armado


con los temibles misiles de protección aérea Sea Dart y de potentes medios de detección como así
también de adelanto tecnológico en cuanto al uso de la electrónica y la robótica en su
configuración. Algo inédito entre las marinas de Latinoamérica. En 1980 se le sumaria su gemelo,
también de tipo 42, el ARA “Santísima Trinidad”, construido en los astilleros navales de Río
Santiago. Esos buques, lógicamente componían los escoltas principales de nuestro buque más
importante: el portaaviones ARA “25 de mayo”, el orgullo de la flota, ya que éste era capaz de
movilizar una fuerza de unos dieciséis aviones Skyhawk, en donde sea necesario. Esos tres buques
representaban la primera línea de nuestra Armada.

Estaban también entre sus componentes con tres corbetas de fabricación francesas, A-69,
ARA “Granville”, “Guerrico” y “Drumond”, de fabricación francesa, que resultaron muy
“marineras” dotadas con misiles “Exocet”, (de su versión naval). Dichas corbetas fueron

* Entre los sumergibles estaban los submarinos ARA Santa Fé, de clase “Guppy”, fabricado en los EEUU, ARA
San Luis y ARA Salta, éstos de clase 209.

71
Entre los mandos de nuestra armada, en 1982, se encontraba el comandante de
operaciones navales, el Vicealmirante Juan José Lombardo, y sus subordinados los
comandantes de la flota de mar y de infantería de marina Contralmirante Gualter Allara y
Carlos Busser, respectivamente.

La flota argentina: sus principales buques a marzo de 1982

Portaaviones ARA 25 de mayo Embarcaba 16 aviones


Skyhawk
Destructores ARA Santísima Trinidad Tipo 42. Misiles Sea Dart
ARA Hércules Tipo 42. Misiles Sea Dart
ARA Piedra Buena Clase Alan Summer.Exocet
ARA Comodoro Py Clase Gearing. Exocet
ARA Bouchard Clase Alan Summer. Exocet
ARA Segui Clase Alan Summer. Exocet
Corbetas ARA Drummond Clase A 69. Exocet M 38
ARA Granville Clase A 69. Exocet M 38
ARA Guerrico Clase A 69. Exocet M 38
Cruceros ARA Gral. Belgrano Botado en 1939. 9 cañones
Submarinos ARA Santa Fe Clase Guppy. Obsoleto.
ARA Salta Clase 209 de fab Alemana
ARA San Luis Clase 209 de fab Alemana
Anfibio LVT ARA Cabo San Antonio De desembarco. Anfibio
Lanchas rápidas ARA Indómita Lancha artillada de 200 t.
ARA Intrépida Lancha artillada de 200 t.


Los submarinos que tuvieron una activa participación fueron el Santa Fé, que luego resultaría atacado y
hundido y el ARA San Luis. Sobre el ARA Salta, el gemelo del San Luis, no pudo entrar en acción por defectos
operativos al momento de la guerra. Para los nombres de los submarinos la ARA bautiza a sus sumergibles con
los nombres de las cinco provincias argentinas que empiecen con la letra “S”. El submarino “Santiago del
Estero” fue radiado de servicio en 1981, es gemelo del ARA Santa Fe.

72
Foto: nuestro portaaviones clase Colosuss, 25 de mayo. Era el buque insignia de la flota.

La historia de nuestro portaaviones ARA “25 de mayo” se remonta a los astilleros de


Inglaterra, a fines de la década del 50, luego fue vendido a la marina de Holanda y
posteriormente fue comprado por nuestro país en 1969, para reemplazar al ARA
Independencia, radiado de servicio. Según fuentes europeas, se dijo que el portaaviones 25 de
mayo – para el inicio del conflicto - presentaba serios problemas operativos de movilidad en
sus turbinas y sus hélices. Pese a la edad del portaaviones, estaba teóricamente en condiciones
de entrar en acción y movilizarlo hasta el teatro de operaciones, pero por esas casualidades, el
destino hizo que el portaaviones no llegara a lanzar su ataque, debido a que, para el 2 de
mayo, el viento no ayudó para nada.

Ese día el viento no sopló con suficiente fuerza, puesto a que, para el despegue de los
aviones, -y más aún cuando llevan bombas -, es necesario un poco de viento y esto no sucedió
el día planeado a llevar el ataque; entonces quedan desvirtuadas los informes desde Europa
que nuestro buque insignia estaba con defectos operativos serios como para anular o
neutralizar su acción. Más bien se debió a caprichos de la naturaleza. No obstante, sus aviones
fueron empleados desde tierra para el ataque a la Task Force.

Culminada la guerra, el portaaviones prestó servicio en la armada, ya no con los


vetustos A 4 sino que fueron reemplazados por flamantes aviones de fabricación francesa, una

73
dotación naval de 14 Súper Etendard. Lo hizo hasta el año 1989 llegando así a su vida útil de
servicio, ya que su modernización nunca le llegó. Sus plantas propulsoras nunca fueron
cambiadas, ni mucho menos sus sistemas de radares. El ARA 25 de mayo fue puesto fuera de
servicio en 1989 luego de realizar su último ejercicio “UNITAS”, quedando amarrado en el
puerto a la espera de convertirse en chatarra o ser vendido a otro país. Nuestro país quedaba
entonces sin un portaaviones para su armada, esperando por lo pronto una nueva generación
de escoltas que reemplacen su misión.

(Elaboración propia)

74
Foto Arriba: el destructor misilístico ARA “Santísima Trinidad”
Foto Central: la corbeta ARA “Guerricó”
Foto Abajo: el submarino ARA “San Luis”. Base naval de Puerto Belgrano.

Testimonios

Situación de la flota según Woodward: el domingo 13 de junio, el comandante de la flota


Almirante Sandy Woodward, envió un mensaje desesperado al Comandante de tierra Jeremy
Moore, en el cual expresaba lo siguiente: “Estamos ya al limite de nuestras posibilidades, con
sólo tres naves sin mayores defectos operativos (el Hermes, el Yarmouth y el Exeter).

De la fuerza de destructores y fragatas el 45% esta reducido a capacidad cero de operar. De


los “guardavallas”, el Sea Wolf del Andrómeda está inutilizado todos los sistemas del
Brillant padecen de una gran variedad de defectos; el Broadsword tiene un sistema y medio
de armas, pero uno de sus ejes de propulsión con daños permanentes. Ninguno de los tipos 21

75
esta en condiciones; el Avenger esta descompuesto; el Arrow esta roto y tiene una de las
turbinas Olimpus inutilizada... y muchas cosas mas. Todos están cayéndose a pedazos”; y
luego agrega: “francamente, si los argentinos pudieran solo respirar sobre nosotros, ¡Nos
caeríamos! Tal vez ellos estén igual, solo cabe esperar que así sea...”

“Debimos haber pensado antes, que en un país que produce corredores de primera en
formula una (Fangio, González, Reuteman), tiene que producir también algunos buenos
pilotos”; comento el jefe medico del Arrow en medio de los ataques”. (Pág. 227 E. Emece)

El Argonaut disparo sus Sea Cat y acertó en un avión... Luego seis aviones le dejaron caer
sus bombas casi encima del barco. Estas de manera increíble, golpearon el agua y rebotando,
pasaron por encima del barco. Cada hombre de los que estaban en las cubiertas superiores
quedo impactado. El asombrado Taff Jones vio un objeto oscuro que paso por encima de su
cabeza “que casi me despeinó”, según dijo.

“Demos gracias a que Argentina no cría bulldogs” (Sandy Woodward)

El especialista en operaciones navales norteamericano Robert L. Scheiner, reúne un


interesante acopio de información sobre el desempeño sobre las fuerzas navales argentinas, en
“The Malvinas Conflict” (222). Escritos que comprueba una definida simpatía por la causa
argentina en la contienda. Su conclusión en cuanto al aspecto político puede resumirse en que
el operativo cumplió su objetivo a pesar de sus resultados adversos para nuestro País: “but the
war has achieved one goal. The knows the seriousness of the issue” (p. 117).

Uno de sus aportes se relaciona con los movimientos de la armada argentina en las primeras
horas de los días primero y segundo de mayo, referido con detalles (PP. 105-107). Son
también relatadas las acciones de la aviación naval y del batallón quinto de infantería de
marina. Sheina señala, en cuanto a las acciones terrestres que una de las grandes desventajas
sufridas por las fuerzas argentinas, fue su falta de movilidad y las condiciones esponjosas del
terreno. Transmite declaraciones del comandante del mencionado batallón de infantes: “we
presented an immobile defense, totally inmmobile to an enemy who distributed himself
freely”. (pp. 115).

76
Algunos comentarios sobre los aspectos militares de las hostilidades aparecieron también en
las fuentes soviéticas especializadas, entre otros, uno sobre las acciones aéreas contra naves
de superficies, que también elogiaron las acciones de los aviadores argentinos.

“Los argentinos solo tenían una cantidad limitada de los devastadores misiles Exocet.
Hicieron esfuerzos desesperados para aumentar su arsenal... Por nuestra parte, estábamos
igualmente desesperados por impedir que lo lograran” (Margaret Thatcher, “The years at
Dowing Street”).

“Sobre mis declaraciones aludiendo que el viaje al Atlántico Sur solo sería un paseo, de eso
estoy arrepentido, lo que pasa es que pasaba por una situación especial de mucho
nerviosismo y de no saber la verdad que es lo que iba a pasar”. (Sandy Woodward)

“No pudimos con los ingleses porque no teníamos con que tirarles. (Teniente Coronel Italo A.
Piaggini, RI N°12)

“Los pilotos argentinos fueron muy valientes. Me dieron muchos dolores de cabeza, pero
igual los admiro”. (Del Almirante John Foster Woodward, en un reportaje publicado por el
diario La Estrella de Panamá, el 3 de enero de 1984).

El cuerpo de oficiales y muchos de sus técnicos fueron sumamente capaces y esto fue
particularmente notorio en el caso de la Fuerza Aérea Argentina.

"Son los únicos que impiden que esto sea una derrota total", dijo un experto militar europeo.
(Declaraciones del General Jeremy Moore)

“Los aviadores argentinos se han ganado el reconocimiento mundial, hasta de los propios
británicos, por su valentía. Se observó cómo se lanzaban contra una verdadera muralla de

77
misiles, obuses y ametralladoras antiaéreas, infligiendo bajas al enemigo”. (Boletín de Radio
Diego Portales de Chile)

Los buques de la armada argentina en la actualidad (2004)

Destructores MEKO 360 (4) ARA Almirante Brown 5 cañones. Misil Exocet
ARA La Argentina 5 cañones. Misil Exocet
ARA Heroína 5 cañones. Misil Exocet
ARA Sarandí 5 cañones. Misil Exocet
ARA Hércules Cañón de 114 mm. Sea
Destructores tipo 42 (2) Dart? Config.actual de buque
anfibio multipropósito. Fue
remodelado en Chile en 1999.
Ara Santísima Trinidad En reserva activa.
Corbetas MEKO 140 ( 6 ) ARA Spiro 3 cañones, misiles Exocet
ARA Espora Exocet
ARA Parker Exocet
ARA Rosales Exocet
ARA Robinson Exocet

78
ARA Gómez Roca
Corbetas A-69 ( 3 ) ARA Drummond Exocet MM -38
ARA Granville De patrullaje marítimo
ARA Guerrico De patrullaje marítimo
Lanchas Rápidas ARA Indómita Artillada. 200 toneladas
ARA Intrépida Artillada. 200 toneladas
De Patrullaje ARA King
ARA Muratore
Fragata de instrucción ARA Libertad Con velas. Buque escuela
Avisos ARA Sobral Buques multipropósito
ARA Irigoyen Buque de apoyo
ARA Castillo Buque de apoyo
Submarinos ( 3 ) ARA San Juan SSK diésel eléctrica
ARA Santa Cruz SSK diésel eléctrica
Submarino Tipo 209 ARA Salta ( tipo 209 ) SSK diésel eléctrica.
Rompehielos Alte Irízar Antártico, de exploración

En los últimos años la armada argentina no incluyó unidades de relevancia


tecnológica considerable, salvo las últimas corbetas “Meko” 140 construías en los astilleros
de Río Santiago, las ARA Robinson y Gómez Roca. A pesar de ello, nuestra marina sigue
conservando el potencial en los mares territoriales y posee una aceptable capacidad de
presencia costera y de defensa del país en caso de hostilidades. Luego de la guerra de las
Malvinas, y como es sabido, también tuvo que sufrir embargos de armas, es decir se vio casi
imposibilitada en adquirir los repuestos para sus unidades de del tipo 42, los mortíferos
misiles Sea Dart hasta, y seguramente ya no deben formar parte de su arsenal en los del tipo
42. Al respecto en la actualidad opera un solo tipo 42, el reacondicionado ARA Hércules que
fuera modificado en Talcahuano, Chile en 1999, adoptando la denominación de “Buque
Multipropósito” con algunos cambios como el ensanchamiento de su hangar de popa que aloja
dos helicópteros pesados Sea King, como así también la función del transporte de tropas. Es
una incógnita si en su rampa de lanzamientos de misiles sigue operando con los Sea Dart o si
se le adaptó otra clase de misil. Lamentablemente, su compañero el ARA Santísima Trinidad,
pasó hace tiempo a reserva inactiva y actualmente se encuentra amarrado en el puerto.

El ARA Santísima Trinidad fue el buque insignia del comandante en jefe de la flota de
mar en Malvinas, y su radiación es consecuencia de la imposibilidad del costo de su
mantenimiento, sirviendo como proveedor de repuestos para el Hércules. Espera un mejor
destino ante el paso del tiempo ya que en la Cámara de Diputados de la Nación, y por
iniciativa del diputado Sr. Federico Pinedo, existe un proyecto de ley para que dicho buque

79
sea declarado buque museo. Seguramente fueron sacados de su interior sus sistemas
electrónicos, como así también sus radares y demás cosas útiles. No obstante, con gran
mérito y esfuerzos la ARA sigue conservando en su fuerza de submarinos al ARA Salta y las
corbetas – ya veteranas- ARA Drumond, Granville y Guerrico. En los últimos años sólo se
adquirieron unidades auxiliares como los buques ARA ciudad de Rosario y ARA ciudad de
Zárate.

Obviamente que nuestra armada en la actualidad - ya sea por cuestiones


presupuestarias o de misión- se ve imposibilitada de contar con un portaaviones, lo que la
pone un escalón más abajo que la marina del Brasil, pero no obstante posee una dotación de
aviones que le son propia como el Súper Etendard y demás tipos de aviones. Además, en la
actualidad nuestros buques están garantizada su permanente operatividad como así también su
mantenimiento y reparaciones ya que años atrás volvió a su actividad los astilleros y talleres
de Río Santiago, lo cual representa una ventaja, con respecto a demás países.

Seguramente un punto pendiente resulta su fuerza de submarinos, si tenemos en cuenta


a otros Países de la región —Chile posee 4 submarinos, - y la marina del Perú 6 submarinos
de clase 209. No obstante, los dos submarinos que posee la armada argentina tienen una
avanzada tecnológica todavía superior, ya que fueron adquiridos luego de la guerra de las
Malvinas a Alemania Federal. Completan a dichas unidades las excelentes tripulaciones que la
enorgullecen como así también un alto y capacitado número de profesionales que integran las
filas de la armada argentina. No hay que pasar por alto el gran potencial en los mares que
presenta nuestro país, y como “país marítimo” el rediseñar nuevas políticas de construcción
y o modernización de buques de acuerdo a los tiempos en que nos toca vivir. Y no
descuidando nunca los intereses costeros y o territoriales y de fomentar una verdadera
conciencia Nacional de que somos un país marítimo.

La región últimamente se encuentra en un panorama inestable, ya que países como


Chile, Perú, Brasil y Venezuela han incorporado a su flota nuevas unidades, ya sea de
recomposición de material obsoleto, y en el caso de Brasil, con la botadura de su último
submarino (a propulsión convencional) de clase “Tupy”, lo que otorga a Brasil la vanguardia
en cuanto a poder naval en la región.

80
El hundimiento del HMS Coventry, una presa mayor

Luego de perder al destructor Sheffield, la fuerza de intervención del servicio de su


majestad debía seguir en pie hacia el objetivo: “Concretar el bloqueo naval y posteriormente
recuperar las islas”.

La historia del infortunado HMS Coventry, buque gemelo del Sheffield, comienza el
24 de mayo; como lo dijo su capitán, “fue un buen día para el Coventry,” ya que gracias a los
radares del buque, una pareja aérea de Sea Harriers pudo destruir tres aviones argentinos,

81
como señaló su comandante David Hart Dyke (La Guerra de las Malvinas, 1984, ediciones
Fernández Reguera, p. 41). Parece ser que el destructor venía cumpliendo con eficacia la
misión de escolta y proteger a sus buques madres, los portaaviones “Hermes e Invincible,”
con la cobertura de defensa aérea. El Coventry había sido construido por Cammell Laid, en
Birkenhaid, entre 1973 y 1978. Como el buque de la misma clase que el Sheffield, un
destroyer tipo 42 armado con misiles guiados destinados a proteger de ataques aéreos a una
fuerza de superficie.

Tenía un radar de vigilancia a gran distancia (tipo 965) y de misiles Sea Dart con auto
director semiactivo. Además, estaba equipado con la última tecnología electrónica de
combate. Representaba una presa mayor para cualquier avión que entre en los dominios de su
radar, y así la tarea de este representaba sencilla a sus misiles guiados.

Conforme a su misión, el Coventry junto a sus gemelos Sheffield y Glasgow, habían


formado una pantalla avanzada en defensa aérea alrededor de los portaaviones Invincible y
Hermes, como se señaló antes. Además de esa misión, seguían y controlaban a los Sea
Harriers y a los Harriers GR3 del Hermes, para seguir e interceptar los ataques aéreos por
parte de los argentinos. Desde el primero de mayo había cumplido satisfactoriamente su
misión ya que había estrenado su armamento e inteligencia perfectamente. Pero aparte de
guiar a los aviones, éste disponía de su “letal” armamento, los misiles Sea Dart para hacer
frente a la superioridad numérica de los argentinos en el aire. Fue así que el Coventry junto a
su gemelo, HMS Glasgow fueron empleados en primera línea, a diferencia de algunas de las
fragatas cuya misión era

82
Foto: instantes después que una de las bombas impactase en su caso. La foto fue tomada
desde la fragata Broadsword.

el cañoneo hacia las islas y tenían una posición más cercana a las costas. Cuando el HMS
Glasgow fue dejado fuera de combate el 12 de mayo, luego de haber recibido una bomba, que
para su fortuna no explotó, el Coventry quedó como el último buque de defensa aérea hasta la
llegada de nuevos refuerzos (luego se le sumaría otro destroyer tipo 42, el HMS Cardiff).

Cabe destacar que el Coventry había antes tenido ya en su activo dos estrenos en
importancia; al parecer el 3 de mayo su helicóptero de popa había disparado dos novísimos
misiles “Sea Skua” sobre un barco de reabastecimiento a la altura de Puerto Argentino, y el 9
de mayo, los primeros Sea Dart, abatieron dos aviones Skyhawk y un helicóptero Puma, pero
esa es otra historia.

En su misión, el destructor había recibido directivas de operar en conjunto con la


fragata HMS Broadsword, y así de esa manera poder combinar el alcance medio de los
misiles Sea Dart del Coventry (alrededor de 40 kilómetros) con la precisión de los Sea Wolf
de la fragata, y así esperar infringir el máximo de pérdidas al enemigo. Pero como se
demostró, resultó totalmente ineficaz para este caso, debido a la astucia, la rapidez y la
valentía de nuestros pilotos. Hay que tener en cuenta también, según los cálculos de estrategas
militares y de gente con conocimiento en la temática naval, que, para hundir una fragata, y
más aún una que usa la tecnología inglesa, se debieran emplear una oleada de alrededor –
como mínimo – de unos 16 aviones a la vez. Contando como el casi 100 % el total de
pérdidas. En que mente hubiese imaginado que nuestros pilotos de gran temple, por cierto (y
que después fue reconocido por el mismo enemigo), haciendo gala de su profesionalismo y
preparación, y muchas veces con la escasez de medios de avanzada tecnológica de punta,
hicieran tanto daño al monstruo naval inglés. Ambas naves fueron sometidas a intensos
ataques aéreos el 25 de mayo (fecha simbólica) y hacia el mediodía, el Coventry enfrentó a
dos de ellos con habilidad, tal que pudo derribar 3 aviones por medio de sus misiles.

Operando al noroeste del estrecho de San Carlos, los dos buques se encontraban como
blancos perfectos, a tiro de cañón, y el último acto no duró demasiado. Entrando en lo que fue

83
el ataque a dichas naves, que, por cierto, duró en un abrir y cerrar de ojos. Se emplearon 4
aviones Skyhawk, que volando a baja altura – y así recorrer, arriesgarse a ser detectado por
los radares – volaron los últimos 19 kilómetros en el mar para llegar a dar el ataque final.
Parece ser que, en el Coventry, los oficiales que estaban en la sala de operaciones, no fueron
lo suficientemente rápidos para lograr divisar que clase de aviones eran, y al momento de
querer utilizar los sistemas automáticos, éstos fallaron y lo emplearon de forma manual. Todo
ello en cuestión de unos segundos, y esos decisivos segundos en que una tripulación esperaba
de la otra, de la fragata Broadsword, el poder contrarrestar con sus novísimos misiles de corto
alcance Sea Wolf, pero su sistema se trabó y hubo que reiniciar manualmente el sistema.

El Capitán dio la orden de dispararles a los aviones con lo que sea antes que estos pasen
por encima del barco y lanzaran sus bombas. Pero era demasiado tarde. Nada de ello sirvió, a
pesar que el buque lanzo un misil Sea Dart, lo cual tres aviones resultaron abatidos, pero el
último avión logro lanzar sus bombas sobre el casco y no me equivoco, lo digo muy bien. “Se
emplearon bombas” para este caso, lo cual este detalle resulta distintivo, en la era de la
electrónica y los misiles, lo que nos remonta hacia la Segunda Guerra Mundial. Es que la
situación, y la posición del buque daba para decidir emplear el uso de las bombas. Había que
arriesgarse y tratar de pasar por encima del buque. De nada hubiese servido emplear misiles,
ya que estaba la fragata Broadsword podía neutralizar los misiles con sus Sea Wolf. En este
caso 3 bombas penetraron por babor, perforando el escaso blindaje, y explotaron en la misma
sala donde estaban la mayoría de los oficiales encargados de dirigir la batalla.

Mejor suerte corrió su compañera, la fragata Broadsword, que impotente vio como se
atacaba al buque. Dicha fragata tuvo que soportar bombas en la popa, destruyendo a su
helicóptero que se encontraba allí, además resultó duramente ametrallada. Dicha fragata se
encontraba justo atrás del Coventry a unos 400 metros, y asistió impotente al ataque del
Coventry. Parece ser que en la Broadsword pensaron que inadvertidamente habían disparado
un Sea Wolf e impactando sobre el Coventry, pero rápidamente tuvieron que ocuparse de sus
propios problemas, y que una bomba había caído sobre esta y no había explotado. La bomba
de 450 kilos había quedado sobre la cubierta del helicóptero. La situación de su compañero, el


Se utilizaron bombas de 500 libras ya que, si se hubiese optado por el uso de misiles, la fragata Broadsword
seguramente lo hubiesen neutralizado con sus Sea Wolf y lograr así determinar la posición de los aviones, lo cual
resultarían presa fácil. Es para destacar la arriesgada operación por parte de los pilotos. ¡Que estratega lo hubiera
imaginado! Lograr llegar hasta el mismo objetivo volando al ras del mar, arrojar las bombas y luego escapar a
toda prisa.

84
Coventry, era peor ya que la sala de operaciones resultó completamente destrozada por la
onda de las explosiones causando la muerte a 19 de sus tripulantes, la mayoría oficiales
encargados de dirigir el ataque. La bomba dio en el talón de Aquiles del mismo buque, la sala
de motores, dejándolo así a la deriva y fuera de combate. La sala se lleno de humo negro, al
igual que al Sheffield,

Foto: le tardó justo media hora para hundirse.

y su Capitán, Hart Dyke, tal como el mismo contaría después, se dirigió lastimado y
desorientado sobre el puente de mando y dio directivas de poner rumbo al este a toda
velocidad. El Coventry se iba a pique rápidamente, le basto justo media hora. Entre los
tripulantes no se percataron de escuchar la orden de “abandonar el barco”, pero no obstante
estaba condenado al naufragio. Enseguida sus oficiales, suboficiales y marineros se colocaron
los chalecos salvavidas y otros se encontraban todavía en la bodega del buque socorriendo a
algunos hombres que, entre humo, confusión y oscuridad, habían quedado inconscientes; por
fortuna el tiempo estaba bueno y los supervivientes pudieron así ocuparse de ayudar a los
hombres gravemente heridos o quemados y luego a ponerse a salvo en las balsas. Los buques
que se encontraron próximos mandaron socorro y helicópteros que recogieron 55
sobrevivientes. Contando al Coventry, se habían perdido cuatro buques de guerra en tres
semanas. Los otros fueron el Sheffield, la Ardent, y la Antelope.

85
Quedaba por lamentar la pérdida del Coventry, incluyendo las bajas, claro está, y las
averías de la fragata Broadsword, y por consiguiente esta fragata quedó inutilizada a la espera
de reparaciones.

No obstante, había que esperar la llegada de refuerzos a la operación “Corporate”, ya


que la pérdida del Coventry no significaba el fin de la defensa aérea. Inmediatamente
arribaron al Teatro de Operaciones, el 23 de mayo el destructor Cardiff (tipo 42), el Bristol fue
llamado a un papel más activo, y la fragata Andrómeda, equipada con misiles Sea Wolf.
Igualmente estaba próximo de arribar a la zona otro destructor tipo 42, HMS Southamptom.
Como lo dijo la mismísima Primera Ministro de Inglaterra, Margaret Thatcher “Es la ventaja
de poseer la tercera flota del Mundo”.

Mapa del ataque al Coventry

86
Mapa del TOAS: Teatro de Operaciones del Atlántico Sur. Se observa el ataque al porta
contenedores “Atlantic Convenyor”. (Fuente: el mapa fue tomado desde el sitio de Internet de
la Fuerza Aérea Argentina)

Foto: La fragata Broadsword asiste impotente al ataque de su compañero. La foto fue tomada
desde un helicóptero Sea King. (Foto del sitio de Internet de la Fuerza Aérea Argentina)

No obstante, en el ataque a dichas naves, se pagó un precio por ello. Resultaron


abatidos 3 pilotos argentinos. El anochecer llegaba así en las tranquilas aguas del estrecho de
San Carlos quedando así fuera de combate el moderno destructor de tipo 42, el segundo en
irse al fondo del mar.

La guerra submarina: el Conqueror

87
Seguramente una parte esencial de una marina de guerra moderna, es su fuerza de
submarinos. No resulta fácil entender a ciencia cierta como funcionan y las misiones que se
le encargan a los sumergibles. Entra más bien en el terreno de lo “secreto”. Y al referirme a la
actuación de los submarinos en Malvinas, fue aun más secreto. Tanto del lado del enemigo
como del lado de los nuestros. Esta arma es mortífera, silenciosa que acecha tanto por debajo
de la superficie como en la superficie misma del mar. El submarino es un matador rápido y
sigiloso. El Conqueror y sus compañeros pudieron así establecer una especie de patrullaje y
cordón sanitario mucho antes de la llegada de la fuerza de intervención.

No cualquier marinero puede ser tripulante de esta clase de barcos. Se necesita una
dura preparación ya que viven al máximo las exigencias psicológicas al tener que aguantar la
presión y el encierro en estos sumergibles y seguro las tensiones aumentan más al no tener
contacto con el mundo exterior o de la superficie del mar. Y una vez que el submarino es
localizado y atacado, las posibilidades de supervivencia que tiene son mínimas. De esta
manera el peor enemigo del submarino, es el helicóptero y sus torpedos.

Del lado inglés fueron movilizados cinco sumergibles del tipo SSN, o sea de
propulsión nuclear y armados con torpedos MK 24 y VIII. La misión de estos submarinos era
el patrullaje y el control de la zona de exclusión del TOAS. El arribo al Atlántico sur de uno
de estos sumergibles se produjo el día 12 de abril. Uno de ellos, el HMS Conqueror, se
encontraba un tanto más alejado, más precisamente al Sur, siguiendo sigilosamente al crucero
Gral. Belgrano y sus escoltas los destructores ARA Bouchard y Piedra Buena.

Estos submarinos, si así lo desean su tripulación, tienen la capacidad de permanecer


sumergido y desconocen limitaciones de tiempo, el tiempo que le sea necesario, gracias a su
bien logrado sistema de propulsión nuclear, que hasta lo que se puede saber, el reactor
nuclear- no se conoce muy bien- pero hasta lo que se puede saber simplemente que se trata de
un reactor de agua presurizada. El calor despedido por la reacción nuclear es derivado por un
circuito de agua continua hacia un intercambiador térmico, donde el circuito de agua
secundario sirve para producir vapor, como en una caldera tradicional (Guerra de las
Malvinas, ediciones Fernández Reguera, N° 6, p.p. 81 y 82). Estos submarinos –clase
Conqueror- tienen una velocidad por encima de los 30 nudos, es decir que son muy veloces y

88
pertenecen a una generación de sumergibles de 1967 y que fueron comisionados en 1971,
como es el caso del Conqueror.

Conociendo al Conqueror

La morfología del tipo “Conqueror” es la siguiente: Tiene una eslora de 87 metros,


menos que los del tipo “O”, sus predecesores, pero es más ancho. Tiene un desplazamiento en
inmersión de 4.900 toneladas, o sea el doble que los submarinos tipo 209 – Salta. Son los
sucesores del tipo “Valiant”, derivados del prototipo “Dreadnougth”. El armamento de este
asesino sumergible es de diverso tipo; poseía 6 tubos lanzatorpedos en proa que podía
disparar misiles anti buques “Harpoon”, los “Tigerfish” o de corto alcance, el Mark VIII. El
Conqueror y su idéntico, el HMS Courageous, de clase “Churchill” ambos, fueron
comisionados en 1971, y se les reconocen también, por unas características especiales, ya que
llevan en su casco planchas de caucho para dificultar su detección por sonar y por sus aletas
estabilizadoras.

Foto: un submarino a propulsión nuclear HMS Courageous, de clase Churchill.

Sobre el accionar de los submarinos Splendid, Spartan, Courageous, Valiant y Onix,


no se sabe a ciencia cierta su accionar durante el conflicto. No hay en su haber,
enfrentamientos con naves argentinas o activa participación bélica. Solo el Conqueror tuvo
una activa participación, hundiendo al crucero Belgrano en las aguas frías del Atlántico Sur
fuera -aparentemente- de la zona de exclusión marítima, pereciendo cerca de 320 tripulantes
del crucero. El submarino llevaba armamento que hasta el momento no había sido utilizado en
una guerra moderna: el MK 24. No obstante para atacar al Belgrano, se optó por usar los
torpedos de corto alcance MARK VIII, haciendo impacto dos en el crucero y uno,
posiblemente en el destructor Bouchard, pero este último no explotaría. A su regreso a la base
de Escocia, el Conqueror había subido en su cubierta superior, la tradicional bandera “pirata”,
lo que causó controversia entre la poca gente que allí se encontraba. Más bien no fueron

89
recibidos con algarabía sino un recibimiento frío por parte de sus familiares. Este acto sigue
siendo polémico sobre todo el cobarde accionar de dicho submarino, pero se debió a una
astuta jugada política desde Inglaterra, al dar órdenes de torpedear al crucero ARA General
Belgrano.

Como dijo veinte años después un tripulante de Conqueror: “Ese mismo político que
me mando allí, ahora se escandaliza por el accionar de nosotros, al tener todo derecho de
poner la bandera que así nos parezca”.“Esos mismos políticos, que no comprenden el
accionar de un submarino, no se lo debe nombrar, y ahí estaban ellos para recriminarnos
dicha actitud.” La fuerza de submarinos estaba comandada por PGM Herbert.

Foto: el crucero ARA Belgrano es abandonado por su tripulación en sus balsas autoinflabes.

En su misión el submarino se libraba del potencial peligro del crucero y sus escoltas
al torpedear desde una distancia de unos pocos kilómetros, como a unos 5 kilómetros. La
posición del ARA Belgrano, según se dijo, era de regreso al continente, o sea navegaba hacia
el oeste, y de esta manera hay que desechar argumentos que este navío estaba listo para atacar
a las naves inglesas. En el ataque murieron un poco más de 300 marineros, muchos de ellos
conscriptos. Desde Buenos Aires, el Estado Mayor del Ejército había comunicado un parte
sosteniendo que el crucero había recibido sólo averías y que la situación estaba controlada.
Los torpedos del Conqueror dieron en la proa del buque, produciendo que el casco se partiera
en la zona de la artillería. Como lo señalaría un tripulante y testigo del ataque: “luego de
disparar los torpedos, uno se siente un poco mal, se debe a que el buque a que uno dispara
hay vidas humanas, y no sabes que pasara. Es algo estremecedor. Ahí encerrados, se siente

90
como el zumbido de un juego de platos de loza que se parten en mil pedazos, o como una
araña de un juego de luces que se cae súbitamente. Así se siente el impacto de los torpedos”.
Por suerte hubo balsas que llegaron a los buques de ayuda, como el Gurruchaga y el
Bouchard, pero hubo balsas que nunca las encontraron.

En un relato - que no deja de ser emotivo- el Capitán del Belgrano, Héctor Bonzo
decía: “Fue como si el viejo crucero le llegara su fin, y así fue. Yo por mi parte me quedé
hasta el último, contemplando como llegaba a su fin. En compañía de un suboficial, los dos
en la proa del buque nos miramos, no sabíamos si lo hacíamos por última vez, nos deseamos
suerte, y nos arrojamos a buscar una balsa. Ya desde el mar, miraba como se iba al fondo
lentamente, y aún cuando existía la posibilidad de que se arrastre consigo balsas. Pero el
crucero se tomó su tiempo al hundirse, fue como si nos esperara a que las balsas se alejen
mas del lugar y dejarlo así solo al crucero y contemplar como se iba al fondo; grande como
lo fue en su vida, se despidió tristemente de nosotros”

Esa fue la triste travesía del viejo crucero y esto significó el primer acto de guerra en
materia naval, controvertido, y muy discutido a nuestros días, por cierto. Según reportes de
capitanes de submarinos británicos, dicho crucero representaba una potencial amenaza para la
Task Force por llevar el Belgrano misiles Exocet y una potente artillería.

El misterio del submarino ARA Salta

Quizás uno de los secretos mejores guardados es la misión - o las misiones- si tenemos
en cuenta a los submarinos ARA San Luis y Santa fé, es además saber que pasó con uno de
nuestros submarinos: el ARA Salta. Por empezar el ARA Salta no pudo intervenir del
conflicto.

Aquí me propongo a develar que ocurrió realmente sobre este submarino ya que
circularon muchas versiones en la armada por la suerte del mismo. Sobre el Salta me baso
principalmente en un articulo que le hicieron en su oportunidad a al Capitán de fragata (RE)
Roberto Salinas, precisamente ex Comandante del ARA Salta, en el mes de julio de 2001. Al
inicio del conflicto, el ARA Salta, uno de nuestros dos submarinos clase 209 de fabricación


Bóveda, Jorge Rafael, “Todo es Historia” op. cit. Luna, Félix. “El secreto del Salta”

El ARA Salta por ese tiempo tenía unos 9 años de vida operacional en la armada argentina.

91
alemana y que supuestamente era el que mejores condiciones se encontraba, al igual que su
gemelo, ARA San Luis. Para abril de 1982 el ARA Salta este se encontraba en Puerto Madryn
realizando una serie de pruebas. Durante las pruebas realizadas el submarino debió pasar a
dique seco por razones de mantenimientos. El problema detectado era el excesivo ruido que
éste hacia lo cual lo convertiría en una presa fácil ya sea para los destructores y fragatas o los
helicópteros. Además, su Comandante debió ser rápidamente relevado por problemas de salud
lo cual dificultó aun más la operación de dicho submarino.

El relevo del Comandante de la unidad a pocos días de iniciado el conflicto con


Inglaterra incidió negativamente en la moral de la plana mayor y tripulación del buque.
El Vicealmirante Juan José Lombardo, un veterano oficial de submarinos, y el entonces
COFUERSUB5 (Capitán de Navío Eulogio Moya Latrubesse) se abocaron a la búsqueda
urgente de un reemplazante que pudiera alistar el buque para su rápido despliegue a la zona de
operaciones. La elección recayó en el Capitán de Fragata Roberto F. Salinas, a la sazón
edecán naval del presidente de la República. Este oficial había egresado en el segundo lugar
de su promoción de la Escuela Naval Militar, era ex Comandante del ARA Salta y le precedía
una reputación de submarinista experimentado con una intachable foja de servicios.

El 13 de abril de 1982 el Capitán Salinas recibió una comunicación del Director


General de Personal Naval (DGPN) ordenándole hacerse cargo del "Comando accidental" del
ARA Salta para lo cual debía presentarse en el término de 24 horas en la BNPB. La noticia lo
sobresaltó pues hacía poco más de dos años que no ejercía el comando de un submarino clase
SALTA, desconocía por completo el estado del adiestramiento de la nueva dotación y la
situación operativa de la unidad. Para agravar aún más las cosas la Fuerza de Submarinos
carecía de experiencia de combate sobre la cual apoyarse, desconocía la capacidad
antisubmarina desplegada por el enemigo y no disponía de una doctrina de combate
preestablecida para hacer frente a la flota inglesa, dado que Inglaterra no constituía una
hipótesis de conflicto para la Argentina. En ese contexto no cabía otra alternativa que
improvisar sobre la marcha y esperar lo mejor.

Al día siguiente se presentó ante el COFUERSUB para asumir su nuevo comando,


pero se le informó que no podría hacerlo hasta el 17 de abril, pues el buque acababa de salir
de dique seco y estaba siendo sometido a una prueba de ruidos en aguas de el rincón bajo el
5
COFUERSUB siglas que significa “Comando de Fuerzas de Submarinos”.

92
mando del segundo, Capitán de Corbeta Esteban J. Arata. Este oficial se había desempeñado
como Subdirector de la Escuela de Submarinos en Mar del Plata cuando SALINAS ocupaba
el cargo de director, por lo que ambos oficiales se conocían bien. Al regresar el buque de una
corta navegación el Capitán Arata informó que el problema de los ruidos y vibraciones de
origen desconocido aún subsistía. El COFUERSUB ordenó entonces someter el buque a una
nueva revisión en dique seco, debiendo el personal del Taller de la BNPB desmontar el eje y
la hélice de cinco palas de paso fijo de 3,20 metros de diámetro, el sello de popa, etc. Para
efectuarle una recorrida completa. Mientras se realizaban los trabajos de reparación se
recibieron varias alarmas de ataque aéreo, pues se temían posibles bombardeos de los
VULCAN, lo que obligó a inundar repetidamente el dique seco para poder remolcar al
submarino a un lugar menos expuesto. Por fortuna los temidos bombardeos nunca se llevaron
a cabo.

El Capitán de Corbeta Esteban Arata, luego segundo Comandante del ARA Salta
durante el conflicto con Gran Bretaña en 1982, y tripulante de Submarinos de Mar del Plata.
Dos semanas después, sin que se hubieran determinado aún las causas de los ruidos del buque,
Salinas zarpó con destino a la Base Naval de Mar del Plata para alistamiento de campaña de
guerra.

Ya navegando en superficie por el canal y encontrándose el buque a la altura de la


boya Nº 9 recibió la orden de regresar a puerto pues se había informado que un avión
explorador propio había detectado un submarino nuclear (presumiblemente enemigo)
navegando en superficie a unas 80/100 millas náuticas de la boya faro (referencia náutica que
señala el comienzo del canal de acceso a la BNPB). Como consecuencia de este hecho el
COFUERSUB ordenó alistar el buque en la BNPB solución que el Capitán Salinas ya había
sugerido antes de zarpar por cuanto consideraba que el puerto de Mar del Plata era
notoriamente indiscreto para tal maniobra, pudiendo la inteligencia enemiga conocer con
exactitud el día y la hora en que el ARA Salta se hiciera a la mar si la base era observada por
agentes enemigos, tal como parece haber ocurrido con el crucero ARA General Belgrano
cuando zarpó de Ushuaia.

A principios de mayo se recibieron alarmantes informes del ARA San Luis que daban
cuenta de que los torpedos SST-4 no eran confiables, dado que había efectuado dos
lanzamientos fallidos contra unidades de superficie enemigas y uno contra un presunto blanco

93
submarino, sin poder determinarse el origen de las fallas. Estas eran pésimas noticias para el
ARA Salta ya que además del problema de los ruidos sin resolver debía ahora vislumbrar que
iría a combatir al enemigo sin perspectivas de éxito, como consecuencia del mal
funcionamiento de los torpedos.

Para atacar el problema el 12 de mayo de 1982 el COFUERSUB creó una comisión


especial integrada por cuatro oficiales, presidida por el propio Salinas para analizar y
determinar las causas de los frustrados ataques del ARA San Luis y evaluar la confiabilidad
del sistema de armas proponiendo las medidas adecuadas para poner el sistema en
condiciones operativas. Dado los limitados medios técnicos disponibles y los términos
perentorios impuestos a la comisión para efectuar su evaluación se emitió un informe parcial a
las 72 horas sin poder llegar a determinarse, fehacientemente, el del ejercicio sobre un blanco
reconvenido ubicado convenientemente al frente del submarino.

En la actualidad el submarino ARA Salta es parte de la fuerza de submarinos de la


Argentina junto a los submarinos ARA San Juan y Santa Cruz, también de fabricación
alemana y que pertenecen a una generación más nueva de sumergibles. Estos fueron
entregados al país en 1983 y 1984. El Salta fue sometido a un proceso de modernización en
los astilleros de Río Santiago en 1995, y continúa operable en la actualidad. La infructuosa
operación del Salta demostró luego de la guerra, que tan rezagada había quedado la armada
argentina en materia de guerra submarina, cuando otros países desarrollados ya habían optado
hace tiempo por el empleo del arma submarina como componente importante de la flota.

El coraje del submarino ARA “San Luis”

94
Quizás parezca sorprendente y hasta desconocido el accionar que les asignaron a
nuestros submarinos. Más conocido fue el accionar de nuestro vetusto submarino Santa Fé
que lamentablemente fue puesto fuera de combate y resultando muerto un tripulante de dicho
submarino, el Capitán, en las islas Georgias. Pero poco y nada se sabe del accionar del San
Luis, un submarino que al igual que el Salta era del tipo 209, pequeño, por cierto, con una
eslora que no superaba los 56 metros, y con un armamento de 8 tubos lanzatorpedos. Y fue el
único submarino argentino que valientemente le hizo frente a la flota y hasta permaneció
debajo de ella a la espera de sus ataques. En el caso del ARA San Luis, se puede decir que fue
“uno contra todos”, el “David frente al Goliat”.

La misión que se le encargó al submarino ARA San Luis, a principios de mayo era
“permanecer sumergido bajo la flota y en lo posible, infringir el mayor daño posible”. Las
posibilidades que le cabían a este sumergible eran mínimas. Y eso lo sabía su tripulación; era,
como se mencionó anteriormente, mandar a un indefenso David frente a un poderoso Goliat,
siendo este último el que se lleva la posibilidad de la victoria, casi por seguro. Pero al parecer
este submarino no se quedó atrás, y hubo tres incursiones de combate al descubrir - como lo
señaló su Capitán, Ricardo Azcueta - en tres ocasiones, a buques de la flota enemiga. “No
eran unidades auxiliares sino más bien barcos de guerra, y se optó por tirar torpedos y
retirarse rápido de la zona”, como lo resaltó su Capitán. “Incluso fuimos detectados y
atacados, pero la profesionalidad de la tripulación y las excelentes condiciones de ruido
mínimo de nuestro submarino, pudimos salir airosos de dicha situación”. Y así obligando de
esta manera a realizar enormes esfuerzos de búsqueda a la Task Force, desplegando todo lo
que tenían a su alcance como ser los helicópteros, las cargas de profundidad etc. No le fue
tarea fácil descubrir al submarino. Se emplearon al mínimo el uso del agua, el uso de las
baterías y la radio en el interior del submarino.

Hubo momentos de duras tensiones e increíblemente este submarino cumplió su


misión tal como le fue encomendada. Por el resultado de los torpedos lanzados, poco se sabe
si estos lograron dar en el blanco o no. Eso entra en el terreno de las hipótesis-al tratar de
explicar como muchos lo hicieron – de que uno de los torpedos impacto de lleno en una
ballena, pero lo cierto es que un submarino inglés de la clase “O”, regresó a su base con la
proa averiada.

95
Estrategas norteamericanos señalaron el “fracaso” del San Luis, ya que se evidenció
durante las incursiones la falta de precisión de los torpedos y problemas en el tablero de
comando para el accionar de dichos torpedos. Nunca lo encontraron. La verdad que nuestro
pequeño submarino y toda su tripulación regresaron intacto luego de 36 días de misión, y en
ocasiones hasta pudo lograr hacerle frente a la flota inglesa en más de una oportunidad. Lo
sorprendente que resultó el difícil seguimiento y avistamiento de nuestro pequeño submarino
por parte de los ingleses, de eso se dijo que gran mérito se lleva el alto nivel tecnológico de
este sumergible alemán, es cierto, pero también fue la prolija coordinación de su tripulación
con el excelente rendimiento técnico del submarino.

Cuadro de bajas argentinas

ARMA OFICIALES SUBOFICIALES CONSCRIPTOS CIVILES TOTAL %


EJERCITO 16 38 140 194 30.0
ARMADA 10 230 133 2 375 57.5
F. AEREA 36 14 5 55 8.5
PREFECTURA 2 2 0.5
GENDARMERIA 2 5 7 1.0
MARINA MERC. 5 11 16 2.5
TOTAL 69 300 278 2 649
% 10.5 46.0 43.0 100

* Cuadro Tomado del libro de Héctor Bonzo, que se desempeñaba como capitán del crucero Gral. Belgrano.
El viejo crucero llevaba una tripulación de 1093 marineros, en su mayoría conscriptos. P. 339.

El poder y la valentía de la Fuerza Aérea Argentina

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Durante el inicio del conflicto, la Fuerza Aérea Argentina estaba entre una de las más
numerosas y mejores equipadas de Latinoamérica. Contaba con un personal de más de 25.000
hombres entre oficiales, suboficiales, profesionales y técnicos como así también unos 400
aparatos, que se consideraban de guerra a más de la mitad. Antes de convertirse en la Fuerza
Aérea, un arma totalmente independiente de la nación era la dirección de Aeronáutica de la
Nación. El gobierno pro-militarista de Perón le dio un impulso importante otorgándole el
rango de un arma totalmente independiente. Luego durante la década de los cincuenta
disminuyó un poco el presupuesto y la importancia a dicha fuerza hasta la llegada de los
sesenta donde nuevamente se la mejoró con nuevos aparatos como la compra de aviones A 4
“Skyhawk”.

La Fuerza Aérea recibió el asesoramiento de los jerarcas “nazis”, más precisamente La


Luftwaffe, al emplear sus estrategias al emplearse numerosos escuadrones entre sus filas y de
todo tipo de aviones. De esta manera el País asomaba entre las mejores industrias aéreas al
sacar el avión antiguerrilla I A 58 “Pucará”, de fabricación nacional con asiento en la
provincia de Córdoba. Estaba equipada también con unos 60 aviones Skyhawk A 4, unos 44
Mirage, y sus medios hermanos “Dagger” (de fabricación israelita), 60 Pucará, unos 5 aviones
de la armada “Súper Etendard”, unos 16 aviones A 4 Q de la armada con asiento en el
portaaviones 25 de mayo, y unos tantos Aermacchi de la armada. La tarea del transporte de
tropas lo constituía 2 aviones Boeing 707 y unos tantos Hércules. El apego al vuelo como la
preparación técnica de los pilotos eran las óptimas, teniendo en cuenta el relativo atraso en
cuanto a tecnología aérea del país en ese momento; si bien el país había acumulado un
importante acopio de armas, algunos de los aviones resultaron “penalizados” a la hora de
operar plenamente en sus ataques contra la flota por la distancia que había desde el continente
a las islas. Además, un cierto número de A 4 no disponía de los medios necesarios para las
operaciones nocturnas como así también los dispositivos electrónicos. Era para ese entonces
una Fuerza Aérea que se hacía respetar.

El accionar de nuestros pilotos y aviones echaron por la borda así las declaraciones
que subestimaban el potencial de nuestra Fuerza Aérea del almirante y jefe de tareas Sandy
Woodward, al referirse que el material bélico de la Argentina era un tanto obsoleto y no
representaba un peligro potencial. El peligro más fuerte, teóricamente, lo representaban los 44
Mirages con que contaba la Fuerza Aérea Argentina. Pero había un secreto todavía no
develado. Los 5 aviones Super Etendard que había adquirido el país, de un total de 14 que

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debían haber completado, pero eso no se hizo debido al embargo de armas que había
decretado Francia a la Argentina. Ese gesto lo agradeció personalmente la primera ministra de
Inglaterra Margareth Thatcher.

El bautismo de fuego se hizo efectivo el 1° de mayo ocasionando daños mayores e


inesperados a la flota en su conjunto. Superados o no tecnológicamente, estos aviones y sus
tripulaciones se enfrentaron con gran valor a los siempre efectivos aviones del enemigo, los
Sea Harriers y los Harriers GR3. En el aeródromo de Puerto Argentino, a pesar de los intensos
bombardeos que recibió este aeródromo, hubo operatividad permanente. El grueso de los
aviones tenía como base el sur Patagónico en las bases de Espora, Rio Grande y Tierra del
Fuego.

Durante el bautismo de nuestra Fuerza Aérea logró hacer impacto en la fragata HMS
Plymouth, averiar a la Alacrity, dar en el Sheffield en la zona de popa y alejar al Exeter. Sobre
las pérdidas sufridas por la fuerza se estima un total de 60 aparatos de todo tipo, incluido un
bombardero “Canberra”. Pero no obstante el enemigo también las sufrió. Hubo cerca de once
aviones Harriers abatidos según fuentes dadas por los ingleses mismos. Pero seguramente las
mayores pérdidas la sufrieron su caballería del aire, es decir, sus helicópteros. Fueron puestos
fuera de combate o destruidos cerca de 45 aparatos de todo tipo, hasta en un momento hubo
una carencia peligrosa sobre todo en el transporte para su tropa y la evacuación de heridos. Si
tenemos en cuenta, el enemigo trajo embarcados cerca de 165 helicópteros de los Chinoocks,
Sea King, Gazelle y Wessex; y tampoco hay que quitar méritos a los derribos de helicópteros
por los aviones Pucará. Durante sus operaciones de patrullaje, los ingleses cometieron
numerosos errores operativos con respecto a sus helicópteros ya que muchos de ellos se
perdieron en accidentes y otros quedaron inutilizados. De esta manera los aviones de nuestra
Fuerza Aérea, enfrentaron a más de una vez, a los 28 aviones de la Task Force.

Durante las incursiones aéreas se debatía en la plana mayor, entre ellos los Brigadieres
Juliá y Destri, sobre si seguir mandando fuertes oleadas de aviones o parar un poco y seguir
otra estrategia. Se pasaba, en horas, de la euforia a la tristeza. Hubo pilotos que por suerte
consiguieron eyectar y caer al mar y luego ser rescatados. Pero lamentablemente se está
preparado para lo peor: dar la vida por la patria. Y la frase que servía de entusiasmo en la
Fuerza Aérea era: “Si la flota se hace presente, nosotros podemos destruirla.”

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Fotos: Izquierda: Los Harriers del Invincible. Derecha: los helicópteros Sea King.

La misión de los aviones Harriers era proteger a la flota de los aviones argentinos,
pero además salían en operaciones de patrullaje de sus dominios al igual que los helicópteros
Sea King. Cabe señalar que los Harriers fueron previamente equipados por tecnología
norteamericana al adaptárselos y recibir el misil aire-aire Sidewinder. En la actualidad dichos
aviones fueron reemplazados por unos sesenta Harriers de la versión anglo-americana y
además la Real Fuerza Aérea posee aviones “Bucaneer” y “Tornado” con bases en tierra.
Sobre la eficacia de los Harriers en cuanto al combate aire-aire en su intercepción con cazas
enemigos era más que notable. A éste se le atribuyen por lo menos unos 15 derribos. Hay que
decir, además luego en 1984, se comprobó que un caza argentino, posiblemente un Mirage,
había derribado un Harrier en un combate aéreo. Cercana la capitulación, varios aviones en
especial de los Harriers GR3, operaron desde las islas abandonando la cubierta del Hermes.

Una misión arriesgada: el ataque al HMS Invencible

Seguramente uno de los ataques que más peligro y animosidad resultó llevar a cabo,
fue el ataque a unos de sus dos portaaviones, el HMS Invincible. El Almirante Woodward
sabía que ante la eventual pérdida de uno de sus dos portaaviones resultaría un desastre y se
volvería aun más complicado recuperar las islas. Ya se habían perdido dos importantes
escoltas de protección aérea y no se debía improvisar más. De eso eran concientes tanto en
Londres como en el Pentágono. Cabe destacar que, al tratar este tema, los argentinos tienen un

99
relato que es distinto al de los ingleses que aun hoy, se niegan a reconocer dicho ataque. Si
bien en el ataque, que por cierto no fue del todo exitoso, para ser objetivos, resulto un acto de
animosidad y demostró lo cual profesional que era, en este caso la armada argentina. Para
dicha operación resulto “elemental” el manejo de la información. Había que hacer un buen
uso racional de la información que se iba obteniendo. Para el 20-21 de mayo en las centrales
de comando de la marina como en Puerto Argentino, no se conocía la posición exacta de los
portaaviones.

Durante las operaciones aéreas, los pilotos al regresar al continente no informaban con
precisión y borraban los datos de las posiciones de los Harriers, es decir por donde aparecían
y por donde desaparecían para lograr determinar - a medida de estimación- a donde estaba
operando el portaaviones. Como decía, la “Armada argentina” se enorgullece por contar con
la mejor inteligencia y lo demostró en Malvinas a la hora de llevar a cabo el ataque al
portaaviones HMS Invincible. Hundir el portaaviones significaba para nuestra aviación el
adueñarse de la supremacía aérea del territorio ya que los Harriers representaban una letal
amenaza debido- no precisamente en su cantidad (había 28 en total en sus dos portaaviones)
sino a su cualidad de avión; me refiero a su mortífero misil de fabricación norteamericana
“Sidewinder” como su capacidad de aterrizaje vertical. De esta manera, el 30 de mayo se
planificó, porque así lo hacia posible el tiempo, la operación del hundimiento del
portaaviones.

Previamente la marina argentina había interpretado los avistamientos de los pilotos y


había estimado la posición de los portaaviones haciendo una especie de “banana geográfica” y
estimando que los portaaviones se encontraban al este de las islas, como lo dispuso
Woodward, posición que dificultarían la llegada de los aviones, debido a la escasa autonomia
de vuelo que tenían los aparatos argentinos al partir desde sus bases en tierra. Los
portaaviones solo se acercaban muy esporádicamente en cercanías de las islas. Y el portaavión
se encontraba al este de las islas.

100
La operación

En el ataque del portaaviones “HMS Invincible”, que fue un resultado de una


operación en conjunto de la Marina y la Fuerza Aérea, pero principalmente se encomendó a la
armada dicha operación utilizando, como en el ataque al Sheffield el 4 de mayo, aviones
Super Etendard y uno de ellos, con el último misil Exocet que había. Los pilotos (de elite, por
cierto) para dicha operación fueron el capitán de corbeta Alejandro Francisco, quien llevaría
el misil y el Teniente de navío Luis Collavino con el apoyo de radar, y las tácticas
teóricamente seria las mismas empleadas en su anterior misión del hundimiento del Sheffield,
que tan buen resultado dio a la armada. Previamente se reabastecieron en vuelo, operación
llevada a cabo por un avión Hércules C- 130 y posteriormente se dirigieron a la posición que
se les habían informado.

Paralelamente en apoyo a los Super Etendard de la marina, partían desde la base de


Rio Grande cinco aviones A 4 al mando del Teniente Daniel Vásquez, y el Primer Teniente
Daniel Ureta eligiendo como compañeros de escuadra al Primer Teniente Castillo, el Teniente
Paredi, y el Alférez Isaac. De esta manera se mando a la misión de ataque al portaaviones en
total a 8 aviones. Durante el trayecto, los pilotos de los Super Etendard no se habían enterado
de la decisión de los acompañamientos de los aviones A 4, lo que causó cierto malestar entre
estos pilotos. Se cambia la estrategia. Así los 8 aviones se encontrarían unidos siguiendo un
curso nordeste, en los cuales se sucederían los correspondientes reabastecimientos de

101
combustible en vuelo, mientras tanto los aviones cisterna se encontrarían permanentemente en
el sur de las islas a la espera del regreso.

El blanco se encontraba, exactamente en la posición sur 53° 38´ y los aviones se


unirían en 55°50´ / 58° o, donde se haría el reabastecimiento. Para dicha operación, en su
primer momento, y siendo prioridad el ataque con el misil, los Super Etendard se aproximaría
a una distancia de 38 kilómetros y arrojarían el misil para luego aviones los aviones A 4 se
encargarían de seguir la estela del misil y tomar por sorpresa al buque, lanzando bombas y
cohetes en su paso a baja altura. Se cumplió a rajatabla dicha operación resultando abatido el
Primer Teniente Vásquez, aparentemente por un misil de protección aérea Sea Dart de un
escolta o del mismo portaavión. Los tres restantes aviones siguen en trayectoria y donde otro
misil Sea Dart derriba el avión de Castillo. Siguen adelante el primer teniente Ureta e Isaac
donde estos alcanzan a arrojar sus bombas y luego regresando rápidamente, y sin perder
tiempo debido la escasez de combustible, a la base de Rio Grande, en el continente.

Acababa así la misión más larga y peligrosa que se había planificado. El portaaviones
Invincible, no resultó así muy “Invencible” que digamos. Fue burlado y atacado por nuestros
aviones, resultando así una de las operaciones más peligrosas y controvertidas, si vamos a que
los ingleses mismos no reconocen los daños del portaavión. Éste fue reparado rápidamente y
la información se mantiene en secreto. Según fuentes británicas lo que los argentinos atacaron
era el casco del portacontenedores Atlantic Convenyor que todavía no se terminaban por ir al
fondo del mar, o el destructor Exeter; hecho que demuestra el falaz argumento y evasivas por
parte de los ingleses. No resulta nada complicado, el reconocimiento por parte de nuestros
pilotos, las siluetas de un destructor, fragata o un portaavión. Era inconfundible su silueta;
¡Pues la eslora de éste mide un poco más de 200 metros! Quedaba así inutilizada la segunda
nave en importancia de la Task Force.

El gobierno en Londres con respecto a la información del Invincible, la cajoneó y puso


en calidad de “Secreto de Estado” el ataque del Invincible y se podrá tener acceso a dicha
información dentro de unos ochenta años. Luego de la guerra de las Malvinas, los
norteamericanos ayudaron a la Task Force en equipar al Invincible y sus gemelos de mejores
sistemas de misiles y una eficaz inmunidad antiaérea.

102
Para ser sincero, en cuanto a estos mortíferos misiles Exocets, La armada argentina
tenía solo unos pocos, unos 5 misiles que habían sido adquiridos a Francia junto a los 5
primeros aviones. Pero el gobierno argentino, tras conocer el embargo de armas y la
cancelación de los restantes aviones con sus respectivos misiles, intentó desesperadamente
adquirir estos misiles a países árabes o en el mercado negro. Con respecto a esto, se mandaron
vuelos de “Aerolíneas Argentinas” a Libia para tratar de conseguir unos cuantos misiles más.
Ese acto del ataque al portaaviones resultó una de las últimas operaciones en materia naval,
quedando así por esperar los cruentos combates en tierra que se libraban ya para ese entonces,
es decir luego del 30 de mayo.

Luego años posteriores a la guerra, el ex secretario de estado norteamericano


Alexander Haig, afirmó que Rusia estaba dispuesta a hundir un portaaviones inglés,
posiblemente el Invincible, y dejar que la Argentina se lo atribuya como una acción propia.
(El Liberal, lunes 26 de marzo de 1984.) En efecto, Rusia apoyaba la ocupación argentina en
las Malvinas y repudiaba la acción colonialista inglesa, inclusive este país estaba dispuesto a
brindar ayuda a la Argentina, lo cual fue desestimado ya que nuestro país se defendería solo y
no podía, por lo tanto, aceptar ayudas extranjeras, lo cual se apartaría de los valores de
occidente y ampliaría aún más el conflicto arrastrando a demás países en algo de mayores
dimensiones.

Portaviones HMS Invincible: ¿Hundido?

Tomando como relatos de los mismismos testigos privilegiados, qué mejor que el
relato de uno de los pilotos que participaron en la arriesgada operación del ataque al
portaaviones inglés. Quizás en el terreno de las informaciones, y de ambos bandos se trató de
hacerla un tanto hermética a la información realista de los verdaderos acontecimientos. Eso
puede ser. El ataque al portaaviones, llevado a cabo el 30 de mayo como fecha simbólica para
el país-se había previsto atacarlo el 25 de mayo-, resultó ser un tanto eficaz, pero no del todo
diría. Seguramente el objetivo era hundir al portaaviones y así ver reducido su capacidad
aérea de los temidos Sea Harrier que se encontraban en su cubierta. Además de ser un
durísimo golpe al orgullo naval inglés. Si tenemos en cuenta la capacidad destructiva de el
misil “Exocet” y además la oleada de bombas que sufrió el Invincible, es posible que se viera
imposibilitado de operar y hasta de irse a pique al fondo del mar.

103
Hay versiones, claro está, -esto entra en el terreno de las especulaciones- que sostienen
que el portaaviones inglés fue hundido. Y si vemos detenidamente, estos argumentos tienen
sus justificaciones técnicas. Lo cierto es que los cazas A 4 de la Fuerza Aérea lograron
penetrar los dominios del Invincible, aprovechando las bajas de sus principales escoltas del
tipo 42, descargaron todo el arsenal que tenían. Sufrió el impacto de bombas de todo tipo. Una
de las evidencias, y pocas al respecto, y quizás la única evidencia, lo demuestra una fotografía
en el cual se divisa perfectamente una columna de humo sobre la cubierta del portaavión. Se
ve perfectamente desde el aire al portaavión, de modelo casi similar al tipo 42, inconfundible
con sus dos altas torres con radares, sus dos enormes chimeneas y sus aviones Harriers en
cubierta. Lo más probable es que hallan muerto por lo menos más de 20 marinos en dicho
ataque, y dedicar enormes esfuerzos de la tripulación en remover a los helicópteros y aviones
que se encontraban en la cubierta. Uno de los argumentos plausibles que se barajan, es que el
portaavión fue hundido, ya que al finalizar la guerra, las únicas imágenes que se vieron fueron
el HMS Hermes, el Conqueror y demás buques que regresaban victoriosos a Portsmouth y
demás bases. Además, el radar montado en Puerto Argentino, había captado en su señal a
varios aviones, presumiblemente enemigos en el aire tras el ataque al portaavión, seguramente
buscando alojarse en los cascos de las fragatas debido a la inoperabilidad del Invincible.

Como se ve el argumento se torna convincente y adquiere consistencia, ya que si el


misil Exocet hubiera impactado y explotado tal como se esperaba, el desastre hubiese sido
catastrófico. Pero retomando a lo anterior. ¿Por qué no se ve en las imágenes el arribo del
Invincible a su base naval? Otra argumentación que tomó fuerza, es que el buque fue atacado
y al finalizar la guerra, demoró su arribo a la base para ser reparado secretamente en Australia.
Lo cierto es que en la actualidad el HMS Invincible sigue en servicio en la Royal Navy (tiene
por matricula 05) junto a sus gemelos HMS Ark Royal (06) y HMS Illustriors (07). Otra
plausible explicación, es que se engañó a la ciudadanía en rematricular al Invincible, dado por
hundido para muchos y mandar en su reemplazo al HMS Illustriors. El argumento adquiere
interés y no deja de ser inverosímil, si por ejemplo nos remontamos a la Segunda Guerra
Mundial, cuando Inglaterra ocultó el hundimiento de uno de sus portaaviones, y luego de unos
50 años admitió precisamente esa información y reconoció que había perdido uno de sus
portaaviones.

104
Lo cierto es que esa información del 30 de mayo fue archivada muy celosamente, y se
prohibió a sus tripulantes a dar algún tipo de información con respecto a la operación. Todo
aquel que brinde un tipo de información, en el caso inglés, serán llevados directamente sin
proceso alguno a la corte marcial. Nada hay que descartar, pero lo más factible es que el
portaaviones se halla visto en serios problemas y dejado fuera de combate y desplegar
enormes esfuerzos en salvar a los aviones que allí se encontraban y solucionar de manera
secreta y expedita la situación.

Los combates en tierra


Luego de desembarcar, los días 21 y 26 de mayo respectivamente, los ingleses habían
consolidado sus posiciones en tierra. Para decir verdad, no se defendió la cabeza de playa, no
había tropas argentinas para la defensa costera – en otras palabras- “se los dejo desembarcar”.
Representa esto un error grosero para los modernos planes de batalla, es algo elemental, pero
ese es otro tema. Ni por supuesto vamos a pretender que la defensa de las playas sea como en
Normandia. Una vez en tierra, las fuerzas de elite como ser el comando Nº 42 y el 45°,
empezaron su cuenta final y marchar hacia Puerto Argentino, lo que seria la embestida final.
La cabeza de playa estaba asegurada y quedaba solo por emplazar los asentamientos de
campaña y un improvisado cuartel general como lograr desembarcar las piezas de artillería y
demás armas. Desde el Fearless y el Intrepid se instalaron en la playa el temido sistema de
misiles anti-aviones “Rappier”, que era guiado por un operador en una computadora.

Se montaron además las artillerías de campaña con sus cañones refinados por radar de
110 mm y 155 mm. Los soldados ingleses una vez en tierra, tuvieron que combatir con dos
factores: uno, el enemigo que estaba mejor ubicado y esperándolos con sus trincheras y
búnkeres. Y la otra dificultad, el clima y sus propios errores. Señalo esto porque durante el
trayecto varios hombres, sedientos, soportando las terribles inclemencias climáticas, cargando
sus fusiles y la mayoría de ellos de a pie, demostraron el profesionalismo y empezaron a
barrer con cuantas posiciones argentinas se encontraban en el camino. De eso hay que
reconocerla resistencia y el temple del soldado inglés.

La mayoría de los ataques se los realizaba de noche, sorprendiendo a las ya


desmoralizadas tropas argentinas, pero no obstante se los mantuvo a raya en cuanto se pudo.
Durante esos días era incesante los duelos de artillería por ambos lados, la diferencia era que

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el enemigo tenia mayor alcance y precisión (unos 17 Km. contra unos 11 Km. de los
argentinos) y además de contar con el apoyo de cañoneo naval de apoyo. Además de su
alcance y avance tecnológico, el enemigo la empleó de forma masiva.

Con respecto a la artillería argentina, que estaba mejor emplazada en tierra, ya que hubo
el tiempo necesario de hacer relevamientos topográficos en el terreno y así poder emplazar
con mayor facilidad la artillería; no así el enemigo, que previamente la tenia que desembarcar
y movilizar en los helicópteros. Pero el problema se hizo evidente en los cañones argentinos
por el recalentamiento que éstos sufrían. Entonces cada vez que un cañón argentino disparaba,
éste era localizado y puesto fuera de combate por un cañón inglés. La efectividad estaba del
lado enemigo. No obstante, se hizo lo que mejor estaba al alcance por parte de los artilleros
argentinos para obligar a replegar momentáneamente al enemigo.

Muchas posiciones argentinas fueron cayendo a medida que el enemigo avanzaba


por el difícil suelo Malvinense, y tomando en cuenta un testimonio de un recluta argentino,
decía lo siguiente: “nosotros nos íbamos replegando más y más; ellos nos atacaron de noche.
Eran paracaidistas y muchos de nosotros les tiramos con lo que teníamos, se veían que eran
profesionales al máximo con la facilidad en que avanzaban. Ellos nos tiraban con trazadoras
y gritaban. Todo era un caos, en una distancia de no más de 200 metros. Hubo soldados que
se entregaron y el mando quedó confuso. Hicimos lo que pudimos, pero hubo muchas bajas”.
Como vemos resulta difícil ponerse en lugar de un conscripto, y la mayoría de ellos fueron
empleados en la primera línea, demostrando gran valor y apego a la defensa del territorio
nacional.

Los cruentos combates cuerpo a cuerpo se efectuaron en las inmediaciones de los


terrenos altos de la isla Soledad, en cercanías de Puerto Argentino, es decir en los montes
London, Kent, Pradera del Ganso, Dos Hermanas, Harriet. Etc. Con respecto al arsenal de
ambos bandos estaban en condiciones similares: el ejército inglés usó rifles, pistolas
automáticas, el temido misil Blowpipe, el misil anti bunker Milán, el efectivo “Carl Gustav”,
municiones trazantes y granadas. Por su parte el ejército argentino empleó el FAL, rifles,
fusiles ligeros y las ametralladoras que tanto daño infringieron en el enemigo.

Sobre las ametralladoras empleadas por los argentinos, al caer cada posición los
comandos ingleses, éstos estaban impresionados por el poder de fuego que tenían estas

106
devastadoras armas. Son de destacar las acciones del primer teniente Estévez, de Gómez
Centurión, los cañones de Chanampa, esos 40 gendarmes del escuadrón “Alacrán” que
también pelearon y lamentablemente tuvieron varias bajas. El respetado Coronel Seineldín,
que orgulloso de su regimiento, y por el grado de instrucción que habían recibido sus
soldados, le otorgó el mérito de lucir con orgullo sus boinas. Sobre las acciones de nuestros
comandos fueron más que aceptables, ya que fueron los únicos que hicieron prisioneros y
también logrando el mérito de derribos de helicópteros enemigos, hasta su capitulación de
entrega de armas por parte de comandos ingleses.

El problema además era la falta de comida y suministros. Y de ambos bandos. Pero


los que más la padecieron fueron los argentinos. A decir verdad, comida había. Pero esta no
era distribuida en forma precisa a todas las guarniciones y lugares de las islas. La falta de
logística era un problema y la pérdida de algunos helicópteros hizo dificultoso el
abastecimeito de la comida. Por suerte había ovejas y se tenía a los Kellpers que hasta
colaboraban, según declaraciones de oficiales argentinos. Lo dificultoso era que no había una
dieta equilibrada. Y además hay que decir que mucha de la comida recolectada en todo el país,
nunca llego a Malvinas. Eso causó una indignación tan grande, y debido a esto hubo soldados
que perdieron mucho peso y tuvieron que ser hospitalizados cuando cayeron prisioneros.
Sobre la ingesta de agua, por parte del enemigo hubo una compañía de comando que soporto
constantes diarreas e indispociones.

Los últimos duelos desesperados

Cuando el Brigadier Juliam Thompson fue convocado previamente en el buque


comando HMS Fearless, se le exigía desde Londres “urgentes resultados”. Esto era
simplemente “órdenes”, y no sugerencias ni recomendaciones. Dicho Brigadier
posteriormente se reunió con su par, el General Jeremy Moore, en tierra, para pasarle el
mando de las operaciones terrestres, pero éstos no habían calculado cual sería las acciones
posteriores ante la pérdida y desastre del buque carguero “Atlantic Convenyor”, el cual fuera
alcanzado por dos Exocets y hundido el 30 de mayo. Ese barco llevaba 5 helicópteros de
transporte de tropas Chinoock, como así también cerca de 4.500 carpas de campaña y
elementos para los comandos.

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Resultó un desastre logístico y entonces debían cambiar rápidamente la estrategia en
la avanzada final a Puerto Argentino. Desde radio se dió la orden de avanzar como sea. Y sus
hombres estaban a unos 80 Km. de Puerto Argentino. El trayecto había que hacerlo a pie. Esa
era la famosa caminata transportando equipos de más de 30 kilos, los comandos soportando el
clima austral y el terreno fangoso se dirigían hacia Puerto Argentino, donde teóricamente
estaban las mejores tropas argentinas. Dicho trayecto seria reforzado por un regimiento de
soldados mercenarios: los fusileros “gurkhas” que también habían sido reclutados hacia las
islas. Sobre el accionar de éstos fue poco fructífero y se les ordenó el repliegue luego de que
éstos pasaron inadvertidamente y sin saberlo sobre un campo minado.

Los comandos de elite del enemigo, a paso lento y firme, consiguió tomar las
siguientes posiciones en las islas: el 2° regimiento de paracaídas se había movido hacia la
colina de la radio; el 3° de paracaidistas se hallaba en Monte Longdon; el comando 42° tenía
asegurado ya el monte Harriet, el 45° estaba en el cerro Dos Hermanas, los guardias escoceses
se aseguraron Tumbledown, los gurkhas el monte William y los comandos ascendían por
Sapper Hill. El despliegue del 2° cuerpo de paracaidistas ingleses fue tan efectivo como de
admirar. Y ya para la madrugada del 13 al 14 de junio las tropas estaban ya entrando a Puerto
Argentino. Ya no valía la pena realizar una “masacre” como lo convinieron ambos
comandantes en jefe de los ejércitos argentinos e ingleses. Ya para esa fecha las tropas – de
ambos países- estaban agotadas y la falta de munición se hizo notar, sobre todo en el lado
argentino, aun cuando el enemigo también se estaba quedando sin suministros. Ni bien se
tomó la ciudad, llego la hora del saqueo por parte de algunos oficiales ingleses: se querían
apoderar de los vehículos blindados de artillería argentina ubicados cerca de la residencia del
gobernador.

De a poco las facciones del ejército inglés, en especial su vanguardia, los Royal
Marines, empezaron a marchar por las calles de Puerto Argentino y arriando cuantas banderas
argentinas veían las reemplazaron por las inglesas. Las tropas argentinas mejores preparadas y
que mejor armamento tenían se fueron replegando hacia el hipódromo. Hubo soldados que no
se querían rendir o que iban a presentar una feroz resistencia, pero todo eso era en vano
porque corría el peligro las vidas de los civiles y ya no había que hacer nada con respecto, ya
que la situación estaba controlada, y la supremacía inglesa se hacia notoria. La puerta de la
gobernación se cerraba para el General Menéndez lentamente.

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Foto: tropas de elite inglesas en capitulación argentina, en su capital, Puerto Argentino.

Y luego de unas horas llegaría el momento más triste de todo soldado: entregar su fusil
con el que había combatido dignamente con el enemigo. Se los desarmó a uno por uno y cerca
de 11.500 soldados fueron hechos prisioneros. Quedaba entonces ocuparse de ellos, muchos
de los cuales, con heridas, sedientos, con hambre y muchos de ellos en pésimas condiciones
de salud. Luego de unas horas se los llevó al paquebote “Canberra”, donde se les brindó un
trato más que respetable y acorde a las convenciones de Ginebra. Quedaba luego un
tratamiento especial de prisioneros a los oficiales argentinos, entre ellos los Coroneles Martín
Balza y Mohamed Ali Seineldín, que tardaron en llegar al continente un tiempo después.

El pabellón inglés así nuevamente, volvió a flamear luego de un traspié de un poco


más de dos meses y medio de ocupación argentina. Por parte del ejército inglés la capitulación
fue un alivio, ya que se estaba para ese entonces en el límite de lo operacional, había escasez
de municiones y sus hombres estaban agotados.

De esta manera hubo un alivio, sobre todo para Sandy Woodward, ya que la
capitulación argentina vino en el momento justo; había ya tiempo necesario para hacer las
reparaciones necesarias, los remolques de los buques que habían quedado varados o con
problema de movilidad, y dar el tiempo para un problema aun mayor: la desactivación de las
14 bombas que habían quedado alojadas en los buques.

De esta manera, ya para el 14 de junio se daba por finalizada las operaciones navales
de cañoneo, bloqueo y ataques en las islas Malvinas. Todo había quedado atrás, y la castigada
flota se aprestaba para volver a Porstmouth, su principal base naval, luego de la satisfacción
del deber cumplido. Se pagó un elevado precio. La flota volvió a sus respectivas bases, pero
con varias ausencias en sus filas.

109
Conclusiones

Ante lo expuesto claramente, en “las Operaciones Navales de la Guerra de las


Malvinas” de manera simple y directa; no hay que olvidar que ésta también sentó
jurisprudencia en materia de guerra. Esta guerra fue un caso de estudio para la formación de
cursos de postgrados de almirantes y generales en las academias navales de los EEUU. Según
apreciaciones y fuentes norteamericanas, esta guerra sirvió para conocer y aprender de los
errores que se cometieron, que fueron de diversa índole y consideración.

Al hablar de errores, que lo cometieron los argentinos en su mayoría, pero también


hubo errores por parte de los ingleses. Se plantearon ciertas hipótesis al argumentar
seguramente estas cuestiones: ¿Qué hubiese pasado si las 14 bombas hubiesen explotado en
los buques ingleses? ¿Qué hubiese sido del gobierno de la primera Ministra M. Thatcher si no
aprovechaba políticamente esta guerra, teniendo en cuenta los conflictos con los mineros?
¿Qué hubiese pasado si los torpedos del submarino ARA San Luis hubieran perforado el casco
de los destroyers y fragatas? ¿Cuáles serían las operaciones terrestres si los argentinos
hubieran defendido correctamente la cabeza de playa en San Carlos? ¿Qué hubiese ocurrido si
los argentinos hubieran tenido en su poder al menos 10 misiles Exocet?

¿Hubiera sido oportuno aprovechar atacar con nuestros destructores ARA Santísima
Trinidad y ARA Hércules a la flota luego de la pérdida del Coventry? Seguramente sus
portaaviones estaban escasos de escoltas. Otra cuestión que dejo es ¿Qué hubiera pasado si los
EE.UU. no hubiesen provistos de misiles Sidewinder a los aviones Harriers de los ingleses?
Seguramente otros serían los resultados.

En cuanto a los errores del enemigo, que la cometió de forma grosera, por cierto, al
evidenciar la falta de movilidad de sus helicópteros y en los accidentes operacionales que
tuvieron, como así también el retraso de sus operaciones terrestres en su avanzada a Puerto
Argentino, la falta del conocimiento del terreno y el clima Malvinense, otro factor también
fue la “subestimación” de la Fuerza Aérea Argentina y los combatientes argentinos, -y a
consideración personal señaló también- la falta de puntería de sus fusiles a las posiciones
argentinas en los búnkeres, tomando declaraciones de el Coronel Seineldin que decía : “estos
tipos no aprenden a tirar más”, y tenía razón al ver que casi ningún impacto de los

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bombardeos de su aviación a Puerto Argentino no dieron impacto en la pista, y las
operaciones continuaron hasta el 14 de junio inclusive.

También hay que señalar la falta de una rápida adaptación en sus sistemas de radares
de sus fragatas y destructores al no tener en cuenta los vuelos a baja altura de los pilotos
argentinos y el poco poder de improvisación que tenían. La escasez en su flota aérea de los
Harriers también se hizo un problema, al verse sobrepasado su cobertura aérea y no poder
controlar a la aviación argentina, que superaba en cantidad a los Harriers, y que éstos poco
podían hacer ante la rapidez con que los argentinos realizaban sus ataques y volvían a sus
bases. Estos y otros errores de diversos tipos fueron cometidos por el enemigo en el teatro de
operaciones.

Del lado argentino se hizo muy evidente el problema de la Marina de guerra en


cuanto al equipamiento ASM, es decir contra la guerra submarina. Nada se podían hacer
contra los sumergibles SSN de los británicos y la falta en reaprovisionamientos y los buques,
sobre todo los submarinos, como el ARA Salta, el poco mantenimiento que tenían y en el caso
del ARA Santa Fé resultó penalizado por su movilidad y sistemas de armas, pero aun así se lo
mantuvo operable haciendo esfuerzos enormes por parte de sus tripulaciones para mantenerlos
operables.

También fue un problema la falta de logística, la carencia de helicópteros y también


en la artillería, al no llevar más piezas desde el continente, sobre todo las de 155 mm, que
tantos problemas les ocasionaron a los comandos ingleses. El mérito sin lugar a dudas, se
llevan los pilotos de la fuerza aérea y los de la armada, los Super Etendard al ocasionarle
cuantiosos daños a la Task Force. También no por ello hay que opacar las acciones de las
defensas de Monte Longdon de un grupo de elite de Infantería de Marina, los comandos del
regimiento del 601 y 602, como así también los altos jefes militares en planear exitosas
operaciones aéreas contra la flota.

Me hubiese gustado seguramente que Francia entregare a tiempo la dotación completa


de 14 aviones Super Etendard a la Argentina, (para el conflicto solo habían 5 de un total de
14) como así también más números de misiles Exocet; el problema también fue la autonomía
de vuelo de los aviones Mirage, al no poseer éstos sistemas de reaprovisionamiento en vuelo
como si los tenían los A 4. También se evidenció y de forma infantil, el error de los militares

111
al no asegurar al menos la cabeza de playa en San Carlos como así también de mantener
inactivos a los tanques que estaban en Puerto Argentino y demás equipos que quedaron
varados en el continente y no pudieron llegar a las islas. Al terminar la guerra, años atrás en
posteriores investigaciones, se sacó a la luz que lo “mejor del ejército” había quedado en el
continente de reserva ante un posible ataque de Chile y solo se mando a las islas una fuerza de
“ocupación”, en su mayoría por jóvenes e inexpertos conscriptos. La falta también de una
“coordinación” de ataques en las tres fuerzas por parte de los argentinos hizo un error
elemental en las tácticas militares. Los ataques de la aviación de la armada no eran puestas en
conocimiento por las fuerzas terrestres.

Tampoco hubo un eficaz apoyo a las fuerzas terrestres por parte de los aviones Pucará.
Se improvisó mucho, pero al menos las ganas de defender con uñas y dientes las islas no
faltaron. También creo que no se aprovechó de manera correcta el tiempo que tenían las tropas
en el continente, en su espera a la flota de emplazar mejores piezas de artillería,
ametralladoras, artillería antiaérea como todos los medios que sean necesarios para defender
mejor las islas. Por el lado de las informaciones, ambos bandos informaron los que a ellos le
convenían a la población civil de los respectivos países. Un cierto hermetismo en las
informaciones estaba a la orden del día en el conflicto, aun así, se hacía un tanto dificultosa la
tarea de los reporteros y periodistas, ellos a bordo del Hermes y del Invincible los cuales
registraron la mayoría de los reportes, fotos e imágenes de la guerra.

“La guerra de las Malvinas fue una guerra que la Argentina hubiese podido ganar”.
Pero no la ganó. Fue el ejército inglés el que la ganó, sólo con el apoyo de la Royal Navy,
lo cual ésta última, resultó con graves problemas y se la llevó hasta el límite de sus
operaciones y fue sometida a intensos ataques por valientes pilotos argentinos. Demostró
esto el temple del combatiente argentino, su capacidad de lucha y formación como
piloto, como así también develar el secreto más humillante del enemigo: su flota estaba
al alcance de los ataques y era posible su aniquilamiento. Seguramente ésta es la tesis
central del trabajo, pero además demostró ante el mundo también que un país superado
tecnológicamente y sin tradición de país guerrero, puso hasta casi en jaque a gran parte de su
marina, obligando a una potencia a desplegar gran parte de su arsenal contra un país menor en
desarrollo armamentístico que luchaba por reivindicar su soberanía en las islas. Resultó
además en materia de guerra naval, un punto de inflexión para las demás marinas del mundo
al obligar a replantear sus sistemas de armamentos y tácticas de defensa aérea.

112
A decir verdad, fue una guerra sin rencores, cada uno luchaban por su misión al que
fue mandado. De nuestro lado, se combatía por la recuperación de un pedazo de tierra que
legalmente era nuestro; por el lado de los ingleses, por su honor y cumplimiento del deber, era
un tanto más fría su misión. Su obligación –mercenaria – por cierto, era el recuperar cuanto
antes su reducto colonial y usar ese acto políticamente la señora Primera Ministro Margareth
Thatcher para beneficiarse y calmar los reclamos internos de su país.

Hoy, a más de veinte años de la gesta de Malvinas, hay que reconocer más que nunca a
los verdaderos héroes que tanto nos enseñaron en hacer “Patria” y que lo demostraron al
enfrentar a la poderosa Task Force en las islas Malvinas. Por la parte del enemigo, sentó un
precedente importantísimo en materia naval, obligando a las demás marinas a cambiar el
paradigma de guerra aero-naval, revisar los protocolos de contingencia aérea y reforzar los
sistemas de protección aérea. Seguramente, en las academias navales se señaló y a tener en
cuenta, los vuelos a baja altura y aprender así de sus propios errores, del grosero error de
subestimar la capacidad del enemigo y de apreciar el valor del arma submarina como así
también el uso de portaaviones como nuevo componente importante de la armada de los años
siguientes.

Elaboración propia, salvo en donde se cita

Leonardo Innamorato, 2005

113
Anexo: fotografías satelitales

Fotos: Base Naval de Porstmouth, la principal base del Reino Unido. Véase al portaaviones
Ark Royal y los destructores del tipo 42.

114
Foto: Base naval argentina de Puerto Belgrano. La más grande de Sudamérica. Fuente Google
maps

Bibliografía

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BONZO, Héctor 1093 tripulantes; Asociación de Amigos del Crucero General Belgrano;
Buenos Aires; 2004

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CARDOSO, Oscar Raúl; KIRSCHABAUM, Ricardo y VAN DER KOOY, Eduardo:


“Malvinas, la trama secreta”; editorial Sudamericana; Buenos Aires; 2012

HUGUES, Wayne Jr.: “Tácticas de flota y combate costero”; Instituto de Publicaciones


Navales; Buenos Aires, 2002.

“La Guerra de las Malvinas”, ediciones Fernández Reguera, 1986. Versiones argentinas e
inglesas.

115
LUNA, Félix: “Todo es historia”: El secreto del Salta.

Diario “La Nación”, de Fernando A. Milia “Cuál era la estrategia británica”

Diario “El Liberal”. Lunes 26 de marzo de 1984. Guerra de las Malvinas.

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Recuperado de: https://www.lanacion.com.ar/politica/el-dia-mas-negro-de-la-task-force-
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1982”. Recuperado del file:///C:/Users/Leonardo%20Innamorato/Downloads/Dialnet-
UnaGuerraInesperada-6114240.pdf

Informantes calificados: Oscar Héctor Filippi, Delfor Bravo y Eduardo Rafael Gutiérrez

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