You are on page 1of 2

DEFINICIÓN DE ABOGADO

La palabra abogado proviene del latín advocātus. Un abogado es un doctor o


licenciado en derecho que se encarga de la defensa y la dirección de las partes
involucradas en procesos judiciales o administrativos. También puede
brindar asesoramiento y consejo jurídico.

El ejercicio profesional de esta profesión exige, en la mayoría de los países, que el


abogado tenga una autorización estatal o que esté inscrito en un Colegio de
Abogados o institución similar.

Es importante subrayar que existe un documento que se da en llamar “decálogo del


abogado” y que se trata de un conjunto de “mandamientos” que se considera que debe
cumplir a rajatabla todo profesional del Derecho. Entre aquellas máximas se
encuentran, por ejemplo, la de amar su profesión, ser leal tanto al cliente como al
adversario y también a la propia ley, luchar por la justicia, trabajar duramente, tolerar y
tener paciencia.

El abogado no sólo se encarga de defender los intereses de un tercero durante un


juicio. Una de sus funciones más importantes es la preventiva, donde se ocupa de
asesorar a sus clientes y de redactar los documentos y contratos de forma tal que no
se susciten conflictos legales.

El abogado también puede ser un mediador extrajudicial, para evitar que un problema
o enfrentamiento se transforme en un procedimiento judicial.

Por lo general, quienes deben comparecer ante un tribunal tienen que contar
obligatoriamente con un abogado. El letrado supone una garantía de legítima
defensa para el involucrado en el proceso. Por eso, los escritos y presentaciones
judiciales se entregan con la firma de ambos, tanto del cliente como de su abogado.

Aquellos ciudadanos que no cuentan con los recursos económicos para abonar los
servicios de un abogado reciben asistencia jurídica gratuita: se trata de los abogados
oficiales o abogados de oficio, que dependen del Estado.

De la misma forma, y de manera coloquial, es importante que subrayemos el hecho de


que se hace uso de la expresión abogado del diablo. Con ella lo que se intenta es
expresar que un trabajador del Derecho en cuestión es capaz de defender cualquier
causa incluso en la que no cree.

Asimismo también existe la expresión abogado de secano que se emplea de manera


habitual para referirse a aquel jurista que no sólo no ejerce como tal sino que además
carece de las habilidades y las destrezas necesarias para hacerlo.

Cabe destacar que el abogado está sujeto al secreto profesional (no puede divulgar la
información que le aporta su cliente). Su obligación es litigar conforme a la
responsabilidad social que su rol le confiere.

Decálogo del abogado

Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás


cada día un poco menos abogado.

Piensa. El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.

Trabaja. La abogacía es una dura fatiga pues está al servicio de la Justicia.


Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el
Derecho con la Justicia, lucha siempre por la Justicia.

Sé leal. Leal con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que es
indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para
con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en
cuanto al Derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas. Intenta
ser leal con todo el mundo y todo el mundo intentará ser leal contigo.

Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la
tuya.

Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.

Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana;
en la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz, como sustituto bondadoso
de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, Justicia,
ni Paz.

Olvida. La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu


alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el
combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

Ama a tu profesión. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que
tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se
haga abogado.

You might also like