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Colonización

española de América
periodo de la historia de España

Véase también: Colonización europea en América

Colonización española de América

Descubrimiento de
América por parte de
Cristobal Colón.
Cristobal Colón
descubre Guanahani.

Entrada de Hernán
Cortés a la ciudad de
Potonchán o Tabasco
Trece caballeros de la
isla del Gallo.

La Captura de
Atahualpa, como parte

de la Conquista del
Imperio incaico.
Fundación de Santiago
de Nueva Extremadura,
como parte de la
Conquista de Chile.

Mapa de América.
Bandera de los conquistadores de España, con la
corona de Castilla en una bandeja roja, usado por
Hernán Cortés, Francisco Pizarro y otros.

La colonización española de América fue


el proceso por el que se implantó en el
Nuevo Mundo una administración que
pretendía ser imitación o duplicado de la
administración peninsular
contemporánea.[1] Este periodo se
extendió desde 1550, hasta el 13 de
agosto de 1898 siglo XIX, cuando la
bandera española fue arriada en San Juan
de Puerto Rico.
La colonización de América fue efectuada
sustancialmente por la Corona de Castilla
(ligada a los reinos indianos
dinásticamente) y es la continuación de
una primera expansión y experiencia
colonizadora del Reino de Castilla en las
Islas Canarias, en las cuales ensayó por
primera vez a cierta escala la experiencia
de conquistar, repoblar y administrar un
territorio nuevo, habitado por pueblos
desconocidos, asimilándolos y
cristianizándolos en el proceso. Así, las
tres últimas grandes islas de Canarias
fueron completamente sometidas en los
años 1478-1483 (Gran Canaria), 1492-
1493 (La Palma) y 1494-1496 (Tenerife)
aunque el impulso colonizador arranca
mucho antes, en las otras islas del
archipiélago. Esta experiencia y la
existencia de fórmulas desarrolladas para
solucionar los problemas de fundación de
nuevas ciudades, pactos y
enfrentamientos con los naturales del
país, designación y atribuciones de los
Adelantados militares, engranaje de los
aparatos administrativos: religioso, civil y
militar, fueron luego ampliamente usadas
en América, tienen sus antecedentes
lejanos en la experiencia de la
Reconquista y repoblación de la Península
Ibérica y explican en parte el
extraordinario éxito de la colonización.
A partir del siglo XV, los territorios y
naciones indígenas fueron incorporados
por la monarquía española a través de la
Conquista de América, formando parte de
un proceso histórico más amplio
denominado mercantilismo, dando lugar al
Imperio español en América. A lo largo del
siglo XIX, con la caída del absolutismo y la
transformación de España en un Estado
liberal, tiene lugar la independencia
hispanoamericana.

Gracias a la célebre bula del papa Paulo III


Sublimis Deus de 1537 que declara a los
indígenas hombres con todos los efectos
y capacidades de cristianos, hubo un gran
contraste entre la colonización española,
la anglosajona y francesa en América. [2]
En el Imperio Español la unidad social se
concebía a través de la unidad de la Fe de
la Iglesia católica.

Una de las importantes consecuencias de


esta colonización fue el mestizaje en
América. Los Reyes establecieron una
política exterior común marcada por los
enlaces matrimoniales con varias familias
reales europeas que resultaron en la
hegemonía de los Habsburgo en Europa
durante los siglos XVI y XVII. Por otra
parte el descubrimiento de América a
partir de 1492 modificó profundamente la
historia.

Extensión del Imperio


español en América

Cabildo colonial de Salta (Argentina).


Morrión usado por los conquistadores españoles en
América.

Mapa diacrónico mostrando las áreas de América que


formaron parte del Imperio español. Los pueblos
originarios de los territorios que no fueron
originarios de los territorios que no fueron
efectivamente ocupados, no formaron parte del
sistema colonial. Para detalles ver mapa.
      El Imperio español en su cúspide territorial alrededor de
1790
      Regiones de influencia (exploradas y/o reclamadas pero
nunca controladas) o territorios en disputa o de corto control
      Posesiones del Imperio portugués gobernadas por
España entre 1580-1640 por anexión dinástica, 1580–1640.

      Territorios perdidos en o después de 1717 por la Paz de


Utrecht.

Colonias europeas y pueblos originarios (siglos XVI-


XVIII).

Virreinato de Nueva España: fue el


actual país de México, los estados de
California, Nuevo México, Arizona,
Texas, Nevada, Florida, Utah y parte de
Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma
en Estados Unidos que hasta 1848
pertenecieron a México y fueron
tomados a este país en la guerra
conocida como la intervención
estadounidense en México (Florida fue
cedida por España a los Estados Unidos
mediante el tratado de Adams-Onís
durante la Guerra de independencia de
México). España mantuvo bajo su
control estos territorios desde 1519
hasta 1821. Sin embargo, es necesario
recordar que la independencia de Nueva
España fue iniciada en 1810 y declarada
formal y legalmente por el Congreso de
Chilpancingo en 1813 bajo el nombre de
América Septentrional. El período entre
ese año y la fecha de consumación de la
independencia de México (1821) eran
concebidos por el Congreso como una
lucha contra la metrópoli y por el
reconocimiento internacional de la
nueva nación. Es preciso aclarar que
territorios significativos que formaron
parte del Imperio español, y ubicados en
Norteamérica, fueron habitados por
pueblos originarios que no formaron
parte del sistema colonial europeo,
hasta ser incorporados el siglo XIX por
los nacientes estados americanos tras
sufrir procesos de limpieza étnica.
Capitanía General de Guatemala:
comprendía los territorios de
Guatemala, El Salvador, Nicaragua,
Honduras, Costa Rica y el estado
mexicano de Chiapas. Declaró su
independencia en 1821 y, después de
ser parte del Primer Imperio Mexicano
(salvo Chiapas), proclamó su
independencia absoluta el 1 de julio de
1823.
Luisiana española: cedida por Francia,
España la mantuvo poco tiempo en su
poder, desde 1762 hasta 1801.
Incorporaba territorios de los actuales
estados de Luisiana, Arkansas,
Oklahoma, Kansas, Nebraska, Dakota
del Sur, Dakota del Norte, Wyoming,
Montana, Idaho, Minnesota, Misuri y
Iowa. La mayor parte de estos territorios
nunca fueron efectivamente controlados
por España y permanecieron en poder
de los pueblos originarios hasta el siglo
XIX.
Capitanía General de Venezuela: la
actual Venezuela, Guyana, Trinidad y
parte de Colombia.
Virreinato de Nueva Granada: los
actuales países de: Panamá, Colombia y
Ecuador.
Virreinato del Perú: el actual Perú, parte
de Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile y
Brasil.
Virreinato del Río de la Plata: los
actuales países de Argentina (la
Patagonia oriental es considerada por
algunas fuentes como parte del
virreinato y por otras como
perteneciente a la Capitanía General de
Chile), Paraguay, Uruguay y parte de
Bolivia. España nunca controló la
totalidad de la pampa, el Chaco, ni la
Patagonia, que permanecieron bajo el
dominio de los pueblos originarios
hasta el siglo XIX.
Capitanía General de Chile: también
llamada Reino de Chile, y en un inicio
Nueva Extremadura, núcleo del actual
Chile (para algunas fuentes también la
Patagonia oriental). España nunca
controló mayormente la mitad sur de
Chile ni la Patagonia, que permaneció
bajo el dominio de los Mapuche y otros
pueblos originarios hasta comienzos del
siglo XIX.
Territorios Insulares: los actuales países
de Cuba, Puerto Rico, República
Dominicana, Bahamas (hasta 1670),
Antigua y Barbuda (desde 1493 hasta
1632), Trinidad y Tobago, Granada
(desde 1498 hasta 1674), Jamaica
(hasta 1655), San Cristóbal y las Nieves
(Saint Kitts y Nevis), Dominica (desde
1493 hasta 1783), Barbados (desde
1518 hasta 1624), Santa Lucía (desde
1504 hasta 1654).

Causas

Económicas: el surgimiento del


mercantilismo, así como la necesidad
de encontrar una ruta alternativa para el
comercio de las especias y de la seda,
procedente de las "islas de las
especias", las Molucas, que había sido
bloqueada por los turcos con la toma de
Constantinopla en 1453, controlando
totalmente la ruta de la seda, tanto
interior, como la ruta marítima.
Culturales: con el Renacimiento, en la
sociedad europea algunos sugerían la
esfericidad de la Tierra, y la proliferación
de comerciantes provocó la
proliferación de leyendas y crónicas
exageradas (viajes de Marco Polo,
leyenda del Preste Juan), que causaron
un gran interés por lo desconocido en la
Europa de la época, junto con el espíritu
aventurero hacia el Lejano Oriente.
Tecnológicas: la aparición de nuevas
naves, como las carabelas o los
galeones que permitían la penetración
trasatlántica, gracias a Alfonso V y a
Juan II de Portugal ("El Perfecto" o "El
Navegante"), y por el proceso de mejora
naval y de exploración, estos barcos
incluían las velas cuadradas y las
triangulares, junto con un casco
reforzado, evolución de los barcos del
comercio flamenco. Estos fueron los
primeros barcos que pudieron hacer
"cazadas", navegar contra el viento y al
costado de este, con lo que se logró el
descubrimiento de Canarias, remontar la
costa africana y conquistar América.
Nuevos instrumentos de navegación,
como el astrolabio o la brújula, que
permitían orientarse en el mar junto con
el seguimiento de las estrellas, así como
los avances en cartografía, fueron
fundamentales para permitir la llegada
europea a América.

Las capitulaciones de Santa Fe

Cristóbal Colón presentó su plan a Juan II


de Portugal, pero, basado en cálculos
erróneos sobre el tamaño de la Tierra y la
distancia entre Europa y la India, no fue
tenido en cuenta. A continuación se dirigió
a Castilla, involucrada entonces en la
conquista de Granada, y expuso su plan a
los Reyes Católicos, ayudado por los
frailes de La Rábida. A pesar de los errores
técnicos, se hizo con el apoyo de la reina
Isabel y del Cardenal Cisneros y así, tras la
toma de Granada, se comenzaron a
redactar los acuerdos, llamados
Capitulaciones de Santa Fe, por las que
los reyes concedían a Colón el título de
almirante, el de virrey y gobernador de las
tierras por descubrir y la décima parte de
los beneficios obtenidos por la nueva ruta.

Conquista
Primeros asentamientos y la
cuestión del reparto
Viajes de Cristóbal Colón.

El 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón


llegó a América, a la isla de San Salvador,
ubicada en el archipiélago de las
Lucayas[nota 1], creyendo en realidad que
había llegado a la India.

El 5 de diciembre de 1492 Colón llegó a la


isla Española, actualmente dividida en dos
países, (Haití y República Dominicana), y
formó allí la primera colonia europea en el
nuevo mundo.

La expansión castellana hacia el oeste


produjo tensiones con Portugal, pidiendo
ambos reinos la mediación del Papa. Por
la bula Inter Caetera de 1493, el papa
Alejandro VI delimitó el área de influencia
que cada reino podía reclamar al otro, con
una línea de polo a polo situada 100
leguas al oeste de las Azores. Poco
después, el Tratado de Tordesillas de
1494, trasladó la línea fronteriza a 370
leguas al oeste de Cabo Verde, abriendo
así una amplia zona al este de
Sudamérica, para la expansión
portuguesa, que se conocería
posteriormente como Brasil.

La conquista del continente

Desde los asentamientos de las zonas


insulares del Mar Caribe como Cuba y La
Española, la Corona de Castilla emprendió
la colonización del continente americano,
estableciendo contactos comerciales con
algunos pueblos indígenas de la costa de
Venezuela que permitieron la fundación de
la ciudad de Nueva Cádiz en 1500 en la
isla de Cubagua. A dicho reino se le
concedió el monopolio real para la
exploración y explotación económica de
las Américas, en detrimento del resto de
reinos hispánicos.

En 1518 una expedición dirigida por


Hernán Cortés, llegó a la isla de Cozumel,
pasando después por las costas de la
Península de Yucatán hasta llegar al río
Grijalva, donde se produjo una lucha. El
Jueves Santo de 1519 llega toda la
armada a San Juan de Ulúa, desde donde
se dirige hacia la costa de la actual ciudad
de Veracruz. En ese lugar Cortés recibió la
primera embajada de Moctezuma
Xocoyotzin, gobernante del señorío de
Tenochtitlán, fundando allí la Villa Rica de
la Vera Cruz.
Una vez fundada la Veracruz, Moctezuma
le solicitó, mediante el envío de
embajadores, detener su marcha. Pero
Cortés continuó hacia el interior, el día 16
de agosto de 1519, rumbo hacia al
corazón del Imperio azteca. Esta
expedición estuvo formada por 400
soldados castellanos, 15 caballos y 1.400
guerreros totonacas. Al llegar a Tlaxcala,
Cortés derrotó a Xicotencatl y estableció
una importante alianza con los
tlaxcaltecas, sumando así más guerreros
a su ejército.

En su paso hacia Tenochtitlan tuvo lugar la


Matanza de Cholula. Poco más tarde se
dirigió hacia el Valle de México cruzando
entre dos volcanes: el Popocatépetl y el
Iztaccíhuatl. Del otro lado, avistó por
primera vez el Lago de Texcoco y México-
Tenochtitlan. Las fuerzas de Cortés
entraron por la calzada de Iztapalapa,
siendo recibidas por Moctezuma
Xocoyotzin. Una vez hospedados en la
ciudad, el huey tlatoani optó por
someterse a la Corona en una entrevista
privada. A cambio, Cortés exigió ver los
libros de tributos y los mapas de la tierra.
Entretando, la empresa de Cortés no había
pasado desapercibida para Diego
Velázquez de Cuéllar, quien envió una
expedición capitaneda por Pánfilo Narváez
con órdenes expresas de aprehenderlo y
llevarlo de regreso a Cuba. Por esta causa,
Cortés viajó a Veracruz para luchar contra
los hombres de Velázquez. Durante su
ausencia, ocurrió la Matanza del Templo
Mayor, que encendería la mecha de una
rebelión indígena. Moctezuma intentó
calmar a la multitud enardecida, pero ésta
lo repudió como gobernante y comenzó a
lapidarlo. El huey tlatoani fue herido de
gravedad y murió, siendo Cuitláhuac
nombrado sucesor. De inmediato, organizó
un ejército para atacar a los
conquistadores.
Cortés organizó un plan de escape, pues
los aztecas lo habían sitiado en el palacio
de Axayácatl. En la noche del 30 de junio
de 1520 procedieron a la fuga, pero fueron
detectados. Durante el escape murieron
ochocientos conquistadores y un
indeterminado pero mayor número de
indígenas aliados. Este episodio es
conocido como la Noche Triste. Un año
más tarde, y tras la decisiva batalla de
Otumba, Cortés regresó con más tropas y
más aliados; los pueblos que una vez
habían sido sometidos por el Imperio
azteca, se aliaron a los conquistadores
españoles y comenzaron a cercar la
capital. La ciudad de México-Tenochtitlan
fue sitiada durante tres meses y, tras
innumerables batallas por tierra y mar, fue
finalmente sometida el 13 de agosto de
1521. En la batalla, los castellanos,
tlaxcaltecas, texcocanos, huejotzincas,
chalcas, cholultecas y demás coaligados
causaron bajas al ejército de mexicas en
número cercano a 40.000, de acuerdo a
las propias estimaciones de Cortés, y
referidas en su tercera carta de relación.

Fundación de ciudades

El mestizaje
Lapidación de adúltero en patio de tecpan.

Familia mestiza del XVIII. El mestizaje no se limitó a la


etapa de la conquista.

A diferencia de otros colonizadores como


los ingleses, que no admitían el mestizaje
por considerar impuras otras razas que no
fuesen la suya, tras siglos de convivencia
de árabes, judíos y cristianos en la
península Ibérica, los castellanos tenían
menos prejuicios raciales[cita requerida] y por
ello se formaron matrimonios mixtos a
partir de 1514 bajo la cobertura legal de la
Real Cédula de Fernando el Católico:

“Es nuestra voluntad que los indios e indias


tengan, como deben, entera libertad para
casarse con quien quisieren, así con indios
como con naturales de estos nuestros
reinos, o españoles nacidos en latí Indias, y
que en esto no se les ponga impedimento.
Y mandamos que ninguna orden nuestra
que se hubiere dado o por Nos fuera dada
pueda impedir ni impida el matrimonio
entre los indios e indias con españoles o
españolas. y que todos tengan entera
libertad de casarse con quien quisieren, y
nuestras audiencias procuren que así se
guarde y cumpla” (Recogida en la
Recopilación de Leyes de las Indias de
1680, Ley 2º Tit. 1º Libro VI). En 1556
Felipe II reiteró esta Real Cédula de su
abuelo.

Uno de los matrimonios más


emblemáticos del siglo XVI lo
protagonizaron Isabel Moctezuma
(Tecuichpo Ixcazochtzin, antes de
bautizarse, hija de Moctezuma II y última
emperatriz de los aztecas) con el
extremeño Juan Cano, con el que tuvo
cinco hijos que iniciarían la genealogía de
los duques de Miravista, título que aún
perdura en la actualidad. El palacio de los
Toledo-Moctezuma en Cáceres
(Extremadura) es hoy sede del Archivo
Histórico Provincial y en su fachada se
conserva el blasón de los Moctezuma.
Una parte de los descendientes de ese
matrimonio vive en España y, otros, en
México.

El historiador alemán Enrique Otte recoge


en la página 61 de su libro "Cartas
Privadas de emigrantes a Indias: 1540-
1616" (FCE 1993) una carta de un
colonizador llamado Andrés García,
fechada el 10 de febrero de 1571, dirigida
a su sobrino Pedro Guiñón, en Colmenar
Viejo, en la que le comunica su
matrimonio con una indígena americana:

"Caséme en esta tierra con una mujer muy a


mi voluntad. Y aunque allá os parezerá cosa
reçia en aberme casado con hindia, acá no
se pierde honrra ninguna, porque es una
nación la de los hindios tenida en mucho."

Aparte de los matrimonios hubo, sobre


todo, uniones sexuales
extramatrimoniales con mujeres
indígenas. Esto se debió también a que las
mujeres castellanas siempre fueron
escasas en América. El ejemplo clásico es
el de la Malinche, amante de Hernán
Cortés, con quien incluso tuvo un hijo,
Martín Cortés (al que reconoció en 1529
mediante bula papal de Clemente VII), que
no hay que confundir con su hijo legítimo
del mismo nombre. Pero el mestizaje
extramatrimonial tuvo otras expresiones
sociológicas: la barraganería, la
prostitución y, también, las violaciones. La
poligamia, existente en los pueblos
precolombinos, fue prohibida por ser
contraria a la doctrina católica. No hay
estadísticas fiables sobre la proporción de
matrimonios mestizos frente a las otras
fórmulas ilegales de mezcla de españoles
y amerindios durante la colonización
española de América. [3]

Se puede observar en la pintura de castas


la variedad de combinaciones de
mestizaje que convivieron en América
durante la colonia. El léxico de castas
testimonia también la rigidez de este
sistema. Hoy en día, gracias al mestizaje,
la población de los países
hispanoamericanos comparte
antepasados indígenas, europeos y
africanos, en diversos grados.
Consolidación de la
colonización

Extensión norteña de la influencia


española

Juan Ponce de León (Santervás de Campos, Valladolid,


España) fue uno de los primeros europeos en llegar al
actual EE. UU. ya que fue el descubridor de Florida, a la
que dio su actual nombre.
Con el pretexto de las Guerras de Religión
francesas, la Corona española emitió la
orden del desembarco de Pedro
Menéndez de Avilés con una fuerza
hispana aliada a los timucuas que condujo
al fin, el 2 de septiembre de 1565,[4] del
establecimiento de piratas franceses en
Fort Caroline —allí continúan sus tumbas—
renombrado a la fortaleza como «San
Mateo». Casi una semana después Avilés
fundaría el fuerte, y luego ciudad, de San
Agustín de La Florida, el 8 de septiembre
del citado año, cuarenta y dos años antes
de que los ingleses fundaran el
establecimiento de Jamestown (14 de
mayo de 1607), en territorio de la futura
colonia de Virginia, y cincuenta y cinco
años antes de que desembarcaran los
Padres peregrinos (26 de noviembre de
1620) en la denominada Nueva Inglaterra
para fundar, el 21 de diciembre, la ciudad
de «Nueva Plymouth», capital de la futura
colonia homónima.

En 1720, la expedición de Villasur desde


Santa Fe conoció e intentó parlamentar
con los pawnis, aliados con los franceses
en lo que es ahora Nebraska. Las
negociaciones fueron poco exitosas, y se
libró una batalla; los españoles fueron
derrotados seriamente, con sólo 13 que
pudieron regresar a Nuevo México.
Aunque esto fue un pequeño
enfrentamiento, supuso la penetración
más profunda de los españoles en las
Grandes Llanuras, estableciendo allí el
límite para la expansión e influencia
española.

Imperios español y portugués en 1790.


En un esfuerzo por excluir a Gran Bretaña
y Rusia del Pacífico Este, la Corona
Española envió a Juan Francisco de la
Bodega y Quadra al norte desde México en
1775 para encontrar y controlar el
fabulado Paso del Noroeste. En 1781, una
expedición española durante la Guerra de
la Independencia de los Estados Unidos
dejó San Luis, Misuri (entonces bajo
control español) y llegó hasta St. Joseph
en Niles, Míchigan donde capturaron el
fuerte. Las reclamaciones territoriales
españolas basadas en esta penetración al
norte no fueron apoyadas en las
negociaciones del tratado.
La Convención de Nutka (1791) resolvió la
disputa entre España y Gran Bretaña sobre
los establecimientos británicos en Oregón
y la Columbia Británica. En 1791 el Rey de
España dio a Alejandro Malaspina el
mando de una expedición científica
alrededor del mundo, con órdenes de
localizar el Paso Noroeste y buscar oro,
piedras preciosas y cualquier
establecimiento estadounidense, británico
o ruso a lo largo de la costa noroeste.

En 1819 y en virtud del Tratado de Adams-


Onís, España se retiró de la región,
dejando numerosos topónimos españoles
en la zona.
Independencia de España

Libertador Simón Bolívar, criollo de origen español, y


líder de la independencia del norte de Sudamérica.

Libertador José de San Martín, hijo de padre y madre


españoles, que líderó la independencia del sur de
Sudamérica.
Sudamérica.

Véase también: Proyectos españoles para la


independencia de América

En 1776 las trece colonias inglesas en


Norteamérica iniciaron un proceso político
inédito, declarando su independencia de la
metrópoli monárquica europea y creando
una república reglada por una constitución
escrita, con el nombre de Estados Unidos
de América.

A partir de 1808, durante la Guerra de la


Independencia Española a causa de la
invasión napoleónica, los criollos, al igual
que los peninsulares en España,
establecieron juntas para gobernar las
tierras en nombre del rey Fernando VII de
España. Esta experiencia de autogobierno,
junto con el antecedente de la
Independencia de Estados Unidos, y la
influencia del liberalismo y las ideas de la
Revolución francesa influenció
sobremanera al transcurso de la Guerra de
Independencia Hispanoamericana (1808-
1824), de la que emergieron la mayoría de
las repúblicas hispanoamericanas de la
actualidad.

En América del Sur, las primeras juntas


criollas, como las establecidas en La Paz,
Virreinato del Río de la Plata (1809),
Venezuela (1810), Chile (1810), Nueva
Granada (1810) y Quito (1809), fueron
reprimidas por las autoridades
metropolitanas españolas, causando la
derrota de todas ellas. La Primera Junta
de Buenos Aires (1810) fue el único
gobierno patrio que pudo permanecer,
estableciendo una continuidad histórica
con los gobiernos posteriores de la
Argentina. Desde Buenos Aires comenzó
la campaña de secesión del sur del
Continente. Dos grandes ejércitos
independentistas se formaron y atacaron
a las tropas realistas desde el sur y el
norte, dirigidos por José de San Martín y
Simón Bolívar, para confluir en Guayaquil,
donde el mando general de las tropas
independentistas sudamericanas quedó
en manos de Bolívar. La guerra por la
independencia de Sudamérica
(Suramérica) se extendió entre 1810 y
1824. En este último año, los realistas,
arrinconados en el Alto Perú, fueron
finalmente derrotados en Ayacucho por un
ejército sudamericano al mando del
Mariscal Antonio José de Sucre. Una vez
que los pueblos de América de Sur se
independizaron de España, y después de
complejos procesos, terminaron creando
las siguientes naciones independientes de
la actualidad: Argentina, Bolivia, Colombia,
Chile, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú,
Uruguay y Venezuela.
Libertador Miguel Hidalgo, líder de la Independencia de
los Estados Unidos Mexicanos e, indirectamente, de
Centroamérica.

Los pueblos del Virreinato de Nueva


España se iniciaron en 1810 con el Grito
de Dolores y también luego de complejos
procesos políticos terminaron creando las
siguientes naciones independientes de la
actualidad: Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras, México y
Nicaragua. Con posterioridad se
independizaría República Dominicana.

En 1898, Estados Unidos ganó la Guerra


Hispano-estadounidense y ocupó las islas
de Cuba y Puerto Rico, terminando con la
presencia española en América. Cuba se
independizó en 1902, si bien seguiría bajo
tutelaje estadounidense hasta 1959,
mientras que Puerto Rico fue anexionado
como estado asociado a Estados Unidos.
Otros territorios de origen hispano, como
California, Texas y Florida, fueron
anexionados y convertidos en estados de
los Estados Unidos.
Actualmente, los países de habla hispana
y portuguesa de América y Europa, se han
organizado en la Comunidad
Iberoamericana de Naciones, que tiene su
máximo órgano de cohesión en la Cumbre
Iberoamericana.

Consecuencias de la
colonización
Demografía

Gracias a la bula del papa Pablo III


Sublimis Deus de 1537, que declaró a los
indígenas hombres con todos los efectos
y capacidades de cristianos,[5] hubo un
gran contraste en América entre la
colonización española y la francesa con la
anglosajona:[6] los españoles se
esforzaron en incorporar a los indígenas a
su civilización y su Iglesia, aun a costa de
la anulación de su identidad cultural.[7]

El desplazamiento de españoles hacia


América durante el siglo XVI apenas
afectó al crecimiento demográfico de
Castilla [8][9][10] [11] [12] Por contra, el
llamado choque microbiano tuvo efectos
negativos en la población indígena
americana (los castellanos también lo
sufrieron, aunque en menor medida).
Cuantificar esos efectos con los medios
de aquella época en un continente apenas
conocido resultaba una tarea imposible. Y
las divergentes estimaciones que
realizaron algunos historiadores en el siglo
XX evidenciaron una total falta de base
científica en sus investigaciones.

Con la llegada de los colonos castellanos


surgieron en América enfermedades
desconocidas en el Nuevo Mundo, como
la viruela, la gripe, el sarampión y el tifus,
contra las que las poblaciones nativas no
tenían resistencia. Por otro lado, los
europeos tomaron contacto con otras
enfermedades propias de América, como
la sífilis, que diezmó a la población
europea al propagarse en 1494 desde el
sur de Italia (posesión perteneciente a la
corona de Aragón).

Entre el legado lingüístico de la población


originaria, pueden contarse dos lenguas
amerindias: el quechua y el guaraní, que
han alcanzado el rango de lenguas
cooficiales en algunos países
hispanoamericanos, y cuya permanencia
se debe en parte a su uso como lingua
franca durante la obra evangelizadora
colonial. Durante el Virreinato del Perú, el
quechua fue uno de los idiomas que los
misioneros católicos emplearon para
evangelizar a los indígenas; se escribieron
varios manuales (llamados "artes") y
lexicones de éste y otros idiomas
importantes, como el aimara, el mochica o
el guaraní, así como catecismos. Ello
permitió que aumentara su influencia
sobre los pueblos andinos e incluso
pueblos amazónicos que antes no lo
hablaban. Un ejemplo es la amplia
difusión en la actualidad del dialecto
llamado quichua santiagueño, popular en
la provincia argentina de Santiago del
Estero.

Fray Domingo de Santo Tomás publicó en


Valladolid (España) las dos primeras obras
en quechua, la Grammatica o Arte de la
Lengua General de los Indios de los Reinos
del Perú, y el Lexicón o Vocabulario de la
Lengua General del PERV, llamado
"Quichua".

El guaraní es a su vez una de las lenguas


oficiales del Mercosur, y goza de amplia
difusión en Paraguay, donde es cooficial
con el castellano, y en las provincias
argentinas de Corrientes y Misiones.

Encomienda y esclavitud

Con la llegada de los europeos cristianos


a América, se originó un intenso debate
teológico y legal sobre la naturaleza de
sus habitantes para su incorporación,
expulsión o destrucción de los territorios
que serían dominados por el Imperio
español. Esta polémica se saldó con la
oposición de la Corona a su esclavitud y la
incorporación de los nativos americanos
como súbditos de la Corona con todos sus
derechos. Otras potencias europeas como
Inglaterra y Portugal no los consideraron
como iguales y en los territorios
dominados por ellos el trato sería de
esclavitud.

Así, desde comienzos del siglo XVI,


teólogos y filósofos como Juan López de
Palacios Rubios o Matías de la Paz desde
la Universidad de Salamanca y Martín
Fernández de Enciso o Bartolomé de las
Casas desde los propios territorios
americanos, enfrentan el problema de la
naturaleza de los nuevos pobladores
desde diferentes visiones. Finalmente, en
1537 se promulga la bula Sublimus Dei del
papa Pablo III, en la que se declara a los
indígenas como hombres en todas sus
capacidades.

A partir de este momento las leyes de la


Corona Española establecieron que los
indígenas americanos (amerindios) no
serían sometidos a la esclavitud, sino a un
régimen de servidumbre denominado
"encomienda", mediante el cual eran dados
a "encomenderos" españoles. El régimen
de encomienda establecía que los
indígenas debían trabajar
obligatoriamente para el encomendero, al
mismo tiempo que este se obligaba frente
a la Corona del cuidado y la
evangelización de los indígenas. Uno de
los críticos más famosos del sistema de
encomiendas fue Fray Bartolomé de las
Casas, cuya obra más representativa es la
Brevísima relación de la destrucción de las
Indias. Las críticas de algunos sectores de
la Iglesia al sistema de encomienda son
consideradas por algunos como el origen
de la llamada "Leyenda negra española".
Sin embargo, aquello no se cumplió
totalmente, ya que los españoles aun
realizaron en algunas zonas del territorio
americano un tipo de expedición armada
denominado «maloca», cuyo objetivo era
capturar indígenas para llevarlos a la
esclavitud.

El descenso de la población de nativos


americanos podría explicar una falta de
mano de obra indígena que España trató
de reemplazar con esclavos provenientes
del África subsahariana, comprados a
compañías de otras potencias europeas
que comerciaban con esclavos en
América. Nótese que el tratamiento de
persona le fue otorgado a los nativos
americanos, no así a los negros, siendo un
claro exponente de este pensamiento el
propio Fray Bartolomé. El número exacto
de personas esclavizadas procedentes de
África es controvertido y difícil de
determinar; según distintas estimaciones,
éste puede oscilar entre los 9 y los 12
millones de personas,[13] de los cuales se
calcula que 1.552.100 ingresaron a los
territorios colonizados por España.[14]

Religión

En contraposición de otros colonizadores


a lo largo de la historia, como ingleses,
portugueses u holandeses, los
colonizadores españoles desde un primer
momento aceptaron a los indígenas como
personas dotadas de alma[cita requerida], y
por ello centraron parte de su esfuerzo en
adoctrinarlos y convertirlos a su religión.

Catedral de México, legado de los conquistadores


españoles

El papa Alejandro VI, en sus bulas Inter


Caetera estableció la obligación de la
Corona de Castilla de convertir a todos
sus súbditos, incluidos los amerindios y
afroamericanos, al cristianismo, en su
vertiente católica. Las tareas para lograr la
conversión se realizaron mediante una
gran variedad de procedimientos y una
considerable cantidad de misioneros de
distintas órdenes partieron de la Península
Ibérica hacia América a tal fin, en el marco
de un movimiento renovador de la Iglesia
española iniciado por Cisneros, y en el que
destacaron místicos como Santa Teresa
de Jesús o San Juan de la Cruz y
religiosos como San Ignacio de Loyola,
fundador de la Compañía de Jesús.
Los métodos adoptados para obtener la
conversión fueron muy diversos. Una de
las fórmulas empleadas fue la conocida
como doctrina. Se trataba del compromiso
adquirido por el conquistador para que
fueran evangelizados todos los indígenas
que le habían correspondido en sus
repartimientos; los niños debían recibir las
enseñanzas religiosas todos los días y los
adultos tres días a la semana. El convento
fue el centro neurálgico de la
evangelización y a su alrededor se
configuraron numerosas poblaciones. En
él atendían los religiosos las necesidades
espirituales de los nuevos cristianos al
mismo tiempo que las materiales, ya que
junto a las dependencias de culto y
habitación de los frailes, disponían de
enfermerías, escuelas y talleres. Los
mismos misioneros desempeñaron un
importante papel en la transculturación del
indígena, al poner un especial empeño en
su incorporación a las actividades
artesanales de tradición europea como
parte destacada de su educación. La
escuela de San José de los Naturales,
creada por los franciscanos en México, las
organizadas por el obispo Vasco de
Quiroga en Pátzcuaro (Michoacán), o las
Misiones Jesuíticas en la actual Argentina,
Paraguay, etc., son una referencia para
comprender diferentes proyectos de vida
para el indígena a partir de su
incorporación al cristianismo. En ellos
están presentes muchas de las ideas
procedentes de los movimientos utópicos
de la edad media y del renacimiento, que
encontraron en América un terreno
propicio para su puesta en práctica.

En algunas ocasiones los religiosos


católicos se relacionaron estrechamente
con los pobladores nativos,
involucrándose en sus problemas y en los
abusos que sufrían por parte de algunos
conquistadores y encomenderos,
trasmitiendo las injusticias a las
autoridades de la Península. En muchos
casos los misioneros católicos utilizaron
las lenguas americanas, como el quechua,
el náhuatl o el guaraní, contribuyendo a
preservarlas al ser dotadas de sistemas
de escritura.

La conversión al catolicismo de la
población americana fue ampliamente
exitosa. En 2004, cerca de la mitad de los
católicos del mundo están en
Iberoamérica, si bien la tendencia es
decreciente.[15]

Por otra parte, el catolicismo


latinoamericano tomó formas peculiares
derivadas del fenómeno conocido como
sincretismo religioso, mediante el cual las
antiguas religiones y creencias
precolombinas y africanas se integraron al
cristianismo.

Intercambios técnicos y
científicos

Véase también: Intercambio colombino

Aportes españoles

Caballos chilotes.
Valle de Napa, California

Los españoles aportaron a sus colonias


en América una serie de elementos
técnicos comunes a las civilizaciones
euroasiáticas, que se difundieron por el
continente en un tiempo asombrosamente
corto. Entre ellos:

la vid, de cuyas cepas descienden hoy


las producciones vinícolas de Perú,
Chile, Argentina y California; el vinagre;
los olivos: el primer cargamento de
aceite de oliva que llegó a América fue
llevado por Hernando Colón, hijo del
descubridor, desde su finca "Hacienda
Guzmán", cerca de Sevilla, hoy
perteneciente a la familia Guillén
la cebada. En 1542, con autorización de
Carlos V y a iniciativa del conquistador
Alonso de Herrera, se instaló la primera
fábrica de cerveza de América en la
hacienda "El Portal", ubicada en las
faldas del Iztaccihuatl, Nueva España
[16]

las leguminosas (judías, garbanzos,


lentejas, habas);
el arroz, las almendras, el ajo, la cebolla,
la ciruela pasa y otras variedades de
frutos secos;
el ganado bovino, incluido el toro de lidia
(motivo por el que hoy existen corridas
de toros en Perú, México, Ecuador,
Colombia o Venezuela), y, con ello, los
productos lácteos;
el trigo, originario de la antigua
Mesopotamia;
el limón, originario del sudeste de Asia,
que fue llevado a España por los árabes;
la naranja, la manzana, la pera, el
melocotón y el higo;[17]
el plátano o banano, llevado en 1516 de
Gran Canaria a Santo Domingo por el
religioso Fray Tomás de Berlanga;[18]
La caña de azúcar, llevada desde Medio
Oriente al entonces territorio conocido
como Al-Ándalus por los árabes;
el lino, el cáñamo;
el ganado ovino;
el caballo, que reavivó a las
comunidades cazadoras de las praderas
estadounidenses hasta el siglo XIX y las
de ciertos pueblos sudamericanos:
mapuches, pampeanos, etcétera. Y,
junto con el caballo, la guarnicionería;
el sebo, el alquitrán;
la rueda como elemento de trabajo y
transporte, pues algunas culturas
americanas ya hacían uso de ellas en
juguetes y, probablemente, en otras
áreas técnicas que se han perdido.[19]
No obstante, arqueólogos como Stanley
Boggs eran escépticos ante esos
juguetes hallados por aficionados, sin
ninguna garantía arqueológica. "Los
indígenas quedaron muy impresionados
por dos artilugios occidentales que traían
los españoles: el carro con ruedas y la
polea. (...) Aunque los mexicas tenían
tornos de alfarería, no se les había
ocurrido usar la rueda como medio para
facilitar el transporte." Pág. 572 de El
Imperio Español. De Colón a Magallanes,
de Hugh Thomas. La noria también fue
introducida por los españoles en
América.
el arado, desconocido en las sociedades
precolombinas y que contribuyó, de
manera decisiva, a la transformación de
la agricultura americana.
el hierro: las sociedades indígenas
precolombinas desconocían la
metalurgia del hierro [20]; sin embargo,
antes del descubrimiento de América,
en Castilla (y en el resto de Europa), la
rejería tanto civil como religiosa había
elevado el tratamiento del hierro a la
categoría de arte, con toda clase de
diseños y filigranas;
la metalurgia de Toledo, la más
avanzada de Europa;
la cerámica de Valencia: azulejos,
vajillas;
las armas de fuego, que remontan su
técnica moderna a la Bombardilla sueca
de Loshult (circa 1350);
la pólvora, inventada por los chinos;
la seda: aunque en la América
prehispánica se producía la seda de
forma silvestre y los amerindios
elaboraban telas y objetos con sus hilos,
la sericicultura fue introducida por los
españoles en Nueva España a finales
del siglo XVI. En Valencia, entre los
siglos XV y XVIII, se produjeron algunas
de las mejores telas de seda de Europa.
La Lonja de la Seda y el Colegio del Arte
Mayor de la Seda son testimonios de la
pujanza de la industria de la seda en esa
ciudad.;[21]
el papel, inventado en China en el siglo II
a. C., fue introducido por los árabes en
la Península Ibérica en el siglo X;
la imprenta moderna, inventada por el
alemán Johannes Gutenberg en 1453,
fue llevada por los españoles a América
ya en la primera mitad del siglo XVI; en
1541, dos años después de que, por
iniciativa de fray Juan de Zumárraga, los
españoles llevaran la imprenta a
América, se empezó a editar la Hoja de
México, germen del periodismo
mexicano [22] A partir de esas fechas, la
edición en América de diccionarios,
libros religiosos, científicos, jurídicos,
etc., contribuyó a la difusión de la
cultura europea en el Nuevo Mundo
escritura: la gramática de Antonio de
Nebrija de 1492, la primera gramática
europea desde Roma, que serviría de
modelo para las de otras lenguas y
marcó un hito en la maduración del
castellano. En 1500 se publicó en
Toledo La Celestina, en 1508 Amadís de
Gaula en Zaragoza y, después, vendrían
Cervantes, Calderón de la Barca,
Quevedo, Lope de Vega, etc., cuyas
obras llegaron a América al poco de ser
publicadas en España
el calendario juliano, y después, en
1583, gracias a la bula Inter Gravissimas,
se instauró el calendario gregoriano;
el reloj mecánico, inventado en Europa
en el siglo XIII, lo que posibilitó ordenar
el día, definir la noche y organizar el
trabajo midiendo el costo de la mano de
obra determinando las horas que se
dedicaban al mismo;[23]
las arquitecturas europeas y árabes, de
las que había buenos ejemplos en los
reinos españoles antes del
descubrimiento de América: la
Alhambra de Granada, la mezquita de
Córdoba, Medina Azahara, el Alcázar de
Sevilla, los palacios renacentistas de
Jabalquinto, el de Cogolludo, el del
Infantado, el Colegio Mayor Santa Cruz
e innumerables iglesias, catedrales y
palacios románicos, góticos y
mudéjares (la catedral románica de
Santiago de Compostela, del siglo XII,
posee la obra cumbre del románico
europeo: el Pórtico de la Gloria, del
gallego maestro Mateo); la arquitectura
del antiguo Egipto, similar a la
precolombina, hacía mucho tiempo
(desde la Grecia clásica) que se había
superado en Europa (y en el mundo
islámico) por soluciones más
avanzadas y sofisticadas;
los castillos y monasterios medievales:
los primeros apenas tuvieron
continuidad en el Nuevo Mundo; los
monasterios, sí; algunos, como el de
Santa Catalina, en Arequipa,
verdaderamente originales.
las técnicas de jardinería: los jardines
del Generalife, que datan de los siglos
XII a XIV; los jardines de Aranjuez, los de
Toledo, los de Sevilla, etcétera;
las técnicas de construcción de barcos
de gran tonelaje, con las que lograron
fundarse modernos astilleros en Cuba y
en otros puntos del continente
americano: Guayaquil y Panamá, por
ejemplo;
las técnicas de navegación
transoceánicas;
la ballestilla, utilizada en el mar desde
principios del siglo XV para determinar
la altura de los astros;
el astrolabio, el cuadrante, la brújula
marina (una aguja magnética montada
sobre balancines que le permitían girar
libremente pese a los bandazos de los
buques), la ampolleta (una especie de
reloj de arena), y otros instrumentos de
navegación;
la cartografía;
las técnicas de explotación mineras:
además de introducir utillaje de hierro
como picos, alzaprimas, cuñas y
almádenas, los españoles inventaron
técnicas de explotación minera como
los molinos de ganga accionados por
fuerza hidráulica, o el método de
amalgama: la plata se extraía del
mineral combinándola con mercurio y
se la separaba de la amalgama por
destilación del azogue.
las universidades, como instrumentos
de transmisión de conocimientos. Entre
otros, de Derecho. Las "Siete Partidas",
redactadas en el siglo XIII durante el
reinado de Alfonso X, recogían el
Derecho Romano y constituían la base
de las relaciones jurídicas en Castilla.
Su estudio llegó al nuevo continente ya
en el siglo XVI cuando los españoles
fundaron allí las primeras universidades
de América: las de Santo Domingo,
México y Lima.
conocimientos de aritmética, geometría,
astronomía y música (el "quadrivium"),
que se enseñaban en las universidades
hispánicas desde el siglo XIV.
el sistema financiero: el dinero, la banca,
la letra de cambio, las sociedades
mercantiles, etc.
troqueles, prensas y demás utensilios
para acuñar monedas. En 1535 los
españoles fundaron la Casa de Moneda
de México, la primera "casa de la
moneda" de América.[24] En 1565
fundaron la Casa de Moneda de Lima y
en 1572 la Casa de Moneda de
Potosí;[25][26]
conocimientos de economía: en el siglo
XVI, la Escuela de Salamanca estaba en
la primera fila de estos estudios:
"Fueron los tratadistas de la Escuela de
Salamanca los que, antes que el francés
Jean Bodin, vieron la relación entre la
abundancia de moneda, su depreciación
y la correlativa carestía de los productos
y servicios (...)." Pag. 252 de "El Antiguo
Régimen: Los Reyes Católicos y los
Austrias". Antonio Domínguez Ortiz. Por
su parte, Joseph A. Schumpeter, en su
clásica obra "Historia del análisis
económico", se refiere a "El muy alto
nivel de la economía española en el
siglo XVI (...)". Pag. 207 de la citada
obra. Autores como Luis Ortiz
("Memorial al Rey para que no salgan
los dineros de estos reinos de España",
1558), Saravia de la Calle, elaborando
una teoría de los precios, Martín de
Azpilicueta, que ofrece una teoría
cuantitativa del dinero, Tomás de
Mercado, exponiendo una muy moderna
interpretación del cambio
internacional... son algunos de los
nombres que sentaron las bases de la
economía no sólo en España, sino
también en Europa.
los conocimientos de medicina: antes
de descubrimiento de América, desde el
siglo XIII, ya había una cátedra de
medicina en Salamanca. Por aquellas
fechas, su titular, Gabriel Álvarez Abarca
era, además, médico de los Reyes
Católicos.
los conocimientos de farmacia: en la
Península se investigaba y desarrollaba
la farmacia en la célebres "boticas".
Para estar al frente de una farmacia, era
necesario tener el título de Maestro
Boticario, al que se accedía mediante un
riguroso examen. Carlos I y Felipe II
regularon, de manera específica, la
actividad de boticas y boticarios en
América con distintas disposiciones
hasta que, en 1628, se estableció el
llamado Protomedicato, que controlaba
a través de una Junta el acceso a la
profesión de boticario con exámenes
realizados por miembros de la
Universidad y concretaba cómo debía
funcionar una botica.
hospitales: ya desde el siglo XII, el
Camino de Santiago estaba jalonado de
hospitales que atendían a los peregrinos
y a los enfermos pobres de la localidad
en la que estaban ubicados. Pero fueron
los Reyes Católicos los que más
impulsaron la medicina hospitalaria en
todos sus dominios ibéricos. Tal vez el
mejor exponente de este empeño sea el
Hospital de los Reyes Católicos de
Santiago de Compostela, fundado por
ellos mismos en 1499, hoy convertido
en el Parador Nacional de Santiago. En
1503 Isabel la Católica prescribe al
gobernador Ovando que "haga en las
poblaciones donde él viera que fuera
más necesario casa para hospitales en
que se acojan y curen los pobres, así de
los cristianos como de los indios." En
1509, en la isla de La Española, ya
funcionaban los hospitales de San
Nicolás de Bari, de San Buenaventura y
de Concepción de la Vega. Y en Nueva
España, Hernán Cortés, en 1521, fundó y
financió la construcción del hoy llamado
Hospital de Jesús, que todavía está en
pie y funcionando. Después, los
españoles construyeron en ese mismo
virreinato los hospitales de San Lázaro
(1521), dedicado a los leprosos, el de
San Juan de Letrán (1540), el Real de
Nuestra Señora del Rosario (1562), el de
la Caridad del Nombre de Dios (1562), el
de la Santa Veracruz (1575), el de
Nuestra Señora de Monserrat (1580), el
Real de El Nombre de Jesús (1580), el
de San Bartolomé (1582), el de San
Juan de Dios (1582), y otros.[27] Con la
ampliación del Imperio Español por
América, también se fue extendiendo la
red de hospitales construidos por los
españoles en los demás virreinatos.
las técnicas hidráulicas, conocidas
desde las épocas de las dominaciones
romana y árabe: acueductos y embalses
(los acueductos de Segovia y Mérida, el
embalse de Proserpina, también en
Mérida, etc.), canalizaciones y regadíos
(la huerta de Murcia)... A mediados del
siglo XVI, a iniciativa del español Fray
Francisco de Tembleque, se construyó
en Nueva España, cerca de Otumba, el
Sistema hidráulico del acueducto del
Padre Tembleque, declarado Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco en 2015.
el molino hidráulico.[28] El de viento tuvo
escasa implantación en el Nuevo
Mundo.[28]
el tornillo de Arquímedes;
la técnica de los tapices:
importantísimas fueron las colecciones
de tapices de los reyes Fernando e
Isabel.
la marroquinería, el repujado, el
damasquinado, la esmaltería, la
azabachería, la mazonería, la orfebrería,
la joyería.
la encuadernación de libros.
el vidrio. Los primeros talleres de
fabricación de vidrio de América se
instalaron en Puebla y otras localidades
de Nueva España en el siglo XVI.[29]
la técnica de las vidrieras, que había
alcanzado su madurez en la decoración
de algunas catedrales góticas de los
siglos XIII y XIV (la de León la más
destacada)
las técnicas de pintura desarrolladas
durante los siglos XIV Y XV (pintura al
temple, al óleo...). En el siglo XVI la
pintura española alcanzó su madurez
con pintores como Pedro Berruguete o
Sánchez Coello, llegando a sus más
altas cotas de perfección en el XVII con
Velázquez, Ribera, Murillo o Carreño.
Pintores extranjeros como Tiziano, El
Greco, Anton van Dashorst Mor
("Antonio Moro") o Jooris van der
Straaten ("Jorge de la Rúa") trabajaron
para los reyes y aristócratas españoles
durante esos siglos. En Cuzco, México,
Quito o Lima la pintura se desarrolló
armonizando los estilos importados de
Castilla con las influencias indígenas,
logrando una síntesis que la diferencia
de la pintura europea. La técnica del
laminado del oro ("pan de oro") para
recubrir retablos, también fue exportada
a América por los españoles, llegando a
su máxima expresión en la Iglesia de la
Compañía (Quito).
La música occidental llevada por los
españoles durante el renacimiento y el
barroco, así como los instrumentos
musicales necesarios para su
interpretación: el violín, el laúd, el arpa,
el clave, el clavicordio, el órgano (ya en
1530 los españoles llevaron a México un
órgano, procedente de Sevilla),
trompetas, atabales, sacabuches, el
bajón, flautas, tambores, etc. Mención
aparte merece la guitarra española, el
instrumento más popular en España,
que llegó a América con los primeros
barcos del descubrimiento y que, con el
tiempo, evolucionó adaptándose al
folclore que fue surgiendo en las
distintas regiones. Como resultado de
esa adaptación se pueden citar
variantes como la jarana mexicana, el
tiple colombiano, la mejoranera
panameña, el tres cubano, el charango
peruano-boliviano, el cuatro
puertorriqueño, la guitarra criolla
argentina, etc.
las técnicas de entretejido: alfombras,
vestidos, terciopelos, brocados... En
Alcaraz, se fabricaban desde el siglo X
algunas de las mejores alfombras de
Europa. Varias de ellas se conservan en
el Museo Nacional de Artes Decorativas
de Madrid.
la técnica del artesonado.
las técnicas urbanísticas: ya Fernando el
Católico escribió a Nicolás de Ovando
dándole instrucciones de cómo se
debían planificar las nuevas ciudades en
América. Lo mismo hizo el rey Carlos I.
Pero fue Felipe II quien, en sus famosas
"Ordenanzas de Poblamiento" de 1573,
estableció las normas a seguir: una
amplia plaza mayor, calles amplias
"tiradas a cordel", edificios dentro de
cuadrículas, etc. El resultado fueron
ciudades coloniales consideradas hoy,
en muchos casos, Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco: Ciudad de
Potosí y ciudad histórica de Sucre, en
Bolivia; Cartagena de Indias y centro
histórico de Santa Cruz de Mompox, en
Colombia; ciudad vieja de La Habana y
sus fortificaciones, Trinidad, centro
histórico de Cienfuegos, centro histórico
de Camagüey, en Cuba; Viejo San Juan,
en Puerto Rico; centros históricos de
Quito y Cuenca, en Ecuador; centros
históricos de México, Oaxaca, Puebla,
San Miguel de Allende, Guanajuato,
Morelia, Zacatecas y Campeche, en
México; distrito histórico de Panamá;
centros históricos de Cuzco, Lima y
Arequipa, en Perú; Antigua Guatemala,
en Guatemala; Coro, en Venezuela, y
otras muchas ciudades coloniales
construidas por los españoles y que hoy
son candidatas a figurar en la lista de la
Unesco: Salta, en Argentina; Villa de
Leyva, en Colombia, etc.
la ingeniería militar, que se plasmó en
los fuertes de San Marcos, en La Florida,
el de San Carlos de Perote, el de San
Felipe de Bacalar, el de San Juan de
Ulúa, el recinto fortificado de Campeche,
el fuerte de San Diego de Acapulco,
todos ellos en México; los castillos de
La Punta, de la Fuerza y el de los Tres
Reyes del Morro en La Habana; el
castillo de San Carlos de la Cabaña,
también en Cuba; el castillo del Morro
de Santiago de Cuba; la ciudad
amurallada de Santo Domingo; las
murallas de San Juan de Puerto Rico; el
castillo de San Felipe del Morro, también
en Puerto Rico; el fuerte de San Lorenzo
el Real de Chagres, en Panamá; el
castillo San Carlos de la Barra en la
boca del lago de Maracaibo, el fuerte de
San Felipe y el Fortín Solano en Puerto
Cabello; el castillo de Araya y las
fortificaciones de Cumaná, en
Venezuela; el fuerte de San Felipe de
Barajas en Cartagena de Indias, en
Colombia; la fortaleza del Real Felipe del
Callao, en Perú; el recinto fortificado del
castillo de Niebla, en Chile, etc.
la ingeniería civil: innumerables puentes
(puesto que las civilizaciones
indoamericanas precolombinas
desconocían el arco, tenían que utilizar
puentes de cuerdas suspendidos),
puertos, canales y calzadas, en cuya
construcción se empleó la tecnología
europea del siglo XVI: grúas (la de
cigüeñal, la de arbolar, la de pisar, la
portuaria, la accionada por rueda, la
flotante), dragas (la de almeja [existe
una maqueta en el Museo Naval del
Caribe, en Cartagena de Indias], la de
cuchara, la de rastra, la de noria), la
máquina de hinca de pilotes, las
máquinas de achique, la noria de vejigar,
etc. El Camino Real de Tierra Adentro,
que comunicaba la Ciudad de México
con Santa Fe de Nuevo México (hoy en
Estados Unidos), fue una de las obras
de ingeniería más importantes de las
realizadas por los españoles en
América, hasta el punto de haber sido
declarada Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco en 2010.
las gafas
productos asiáticos (manufacturas de
seda, especias, porcelanas, marfiles,
etc.).

Aportes americanos
Tortilla de patatas, derivada del aporte indígena
americano

Jeroglífico maya para el cero, año 36 a. C. Las


civilizaciones mesoamericanas desarrollaron unas
matemáticas avanzadas. Utilizándolas, los religiosos
hispanos mejoraron el calendario gregoriano.[30]

Los españoles llevaron al que


denominaban Viejo Mundo (Europa, Asia y
África) una serie de elementos técnicos
desarrollados por las culturas
precolombinas. Entre ellos:
el maíz.
el tomate, que se volvería fundamental
en la cocina italiana.
la papa.
la batata.
el aguacate o palta.
la piña tropical.
el cacahuete o maní.
la vainilla.
el pimiento, que se volvió esencial en la
comida tailandesa e india.
el girasol
el tabaco.
el cacao y el chocolate.
técnicas de entretejido textil.
el caucho ("cautchuc", impermeable en
maya) y el látex.
la cerámica andina.
las técnicas textiles andinas.
técnicas urbanísticas.
conocimientos farmacológicos.
Nuevas palabras como huracán,
macana, etc..

Debido a la lógica unilateral de la


dominación colonial, se han perdido varios
avances técnicos desarrollados por las
culturas precolombinas, como las técnicas
de gestión ecológica del medio ambiente
(incendios controlados, «terra preta»,
mejoramiento genético de plantas y
animales), técnicas hidráulicas, ingeniería
antisísmicas, astronomía, técnicas para
calendarios, matemáticas, escritura,
técnicas de trabajo metalúrgico, etc.[31]

En el siglo XVI, Nicolás Monardes Alfaro,


médico y botánico sevillano, montó en su
finca de Sevilla un jardín botánico con
plantas que llegaban de América. Tras
estudiarlas, las dio a conocer a los
europeos a través de su obra "Historia
medicinal de las cosas que se traen de
nuestras Indias Occidentales", traducida a
varios idiomas, y en la que expone las
propiedades medicinales de algunas de
ellas: Bálsamo de Tolú, coca, jalapa,
guayaco, etc.

Economía
La colonización española de América y la
puesta en contacto de manera regular de
los mercados de Europa, Asia y América, a
través de las Flotas de Indias y el Galeón
de Manila, supuso la globalización de la
economía mundial, lo que sentó las bases
del capitalismo, tal como señalaría Marx
en "El capital": "La biografía moderna del
capital comienza en el siglo XVI, con el
comercio y el mercado mundiales"
(Comienzo del capítulo IV de la Sección
Segunda, Libro Primero). Además, el
intercambio de productos agrícolas
revolucionó los cultivos en todos los
continentes, aumentó la productividad de
las tierras y enriqueció la dieta de amplios
sectores de la población. Todo esto
conllevó transcendentales alteraciones en
la geografía humana de todos los
continentes.

Los efectos producidos en las economías


europeas y asiáticas por la puesta en
circulación, por parte de los españoles, del
oro y la plata que extrajeron de América en
el siglo XVI, todavía son hoy objeto de
estudio, sin que exista un acuerdo entre
los historiadores económicos: Mientras
John Lynch o David Christian sostienen la
vigencia de los estudios de E. Hamilton,
otros, como Jordi Nadal o Michel
Morineau, critican sus análisis.

Expulsión de los españoles


La expulsión de los españoles de América
fue un proceso de exilio forzado de los
colonos castellanos llevado a cabo por los
gobiernos independientes en el proceso
de las guerras de independencia
hispanoamericanas. La expulsión implicó
a un número reducido de españoles que
eran contrarios a vivir en países que ya no
formaban parte de la Corona española,
sino bajo gobiernos inciertos y de nueva
creación. La mayoría de los españoles y
descendientes de españoles quedarán
asimilados a la población de los nuevos
países como queda constancia en la
demografía étnica de estos nuevos
estados americanos, formados en su
mayoría por descendientes de españoles,
como es el caso de Argentina, Chile,
Colombia, Costa Rica,[32] y Uruguay, o con
mayor proporción de indígenas como es el
caso de Bolivia.

Colonización posterior a la
española
española
Este artículo o sección necesita
referencias que aparezcan en una
publicación acreditada.
Este aviso fue puesto el 12 de agosto de 2013.

La conquista del viejo oeste por parte del Gobierno


federal de los Estados Unidos en Norteamérica.

Algunos pueblos indígenas, llamados en el


siglo XIX salvajes por los gobiernos
nacionales de algunos países como Chile,
Argentina, Brasil, Estados Unidos [33],
Uruguay, y también llamados indios por
algunas personas en algunos países como
Chile, Argentina o Brasil, padecieron
acciones de guerra por parte de esos
estados nacionales y sus fuerzas
armadas, a lo largo de los siglos XIX y XX.

En la conquista de América, algunos


estados independientes americanos,
como México,[34] Argentina, Chile y
Estados Unidos, también llevaron adelante
acciones tendentes a ocupar territorios de
indígenas en variados estadios de
desarrollo, acciones tales como
exploración, apropiación y conquista como
la pacificación de la Araucanía, la
conquista del desierto y la conquista del
Oeste, que implicaron la ocupación del
territorio de algunos pueblos indígenas de
desigual desarrollo cultural. En el siglo XX,
otras naciones americanas impulsaron
políticas racistas contra indígenas,
afroamericanos y sus descendientes.
Algunas personas y estudiosos sostienen
que en dichas acciones estos países
llevaron adelante políticas de limpieza
étnica y de genocidio. Figuras históricas
como el teniente coronel George
Armstrong Custer en Estados Unidos, el
coronel Joaquín Terrazas en México, el
general Julio Argentino Roca en Argentina,
el general Cornelio Saavedra Rodríguez en
Chile, el general Fructuoso Rivera en
Uruguay, el general Efraín Ríos Montt en
Guatemala, etc., considerados héroes
nacionales en sus respectivos países
durante mucho tiempo, hoy son tildados,
por corrientes izquierdistas de toda
América, como genocidas.

Véase también
Capitulaciones de Santa Fe
Colonización de Sudamérica
Conquista de América
Hispanoamérica
Historia de España
Imperio español en Asia y Oceanía
Imperio español
Mestizaje en América
Reinos castellanos de Indias
Sublimus Dei
Virreinato de Nueva España

Notas y referencias
1. <Lucayas, por los arawak de ese
nombre los españoles llamaron
oficialmente al archipiélago hasta bien
entrado el siglo XIX...aunque el
nombre Bahamas deriva también del
español Baja Mar>
1. José Luis Gómez Navarro (2004).
Historia universal . «La administración
de los territorios americanos fue una
copia del modelo de la administración
hispana.»
2. Contraste entre la colonización
española, la anglosajona y francesa en
América
3. "A decir verdad, los matrimonios
auténticos, contraídos por los
conquistadores con indias, no fueron
excepcionales. (…) Hay que
comprender, como lo dicen
explícitamente los tlaxcaltecas, que
los españoles, esos seres
imprevisibles, llegados desde las
fuentes del sol, fueron vistos como
unos seres casi invencibles, unos
hombres de esencia superior: el
ayuntamiento de las mujeres indias
con los vencedores aseguraría el
nacimiento de niños dotados de
grandes virtudes guerreras. (…) Los
indios practicaron de entrada, ya
desde Tabasco, una costumbre
frecuente en muchas civilizaciones,
ofrecer a sus mujeres, pero que ellos
conceptualizaron explícitamente. ¡No
se trataba, precisamente, de ofrecerles
a los españoles un lote de mujeres
que les zurcieran las calzas! Las ocho
indías, todas ellas hijas de caciques,
que les regalaron, ataviadas con sus
mejores galas, y que los españoles
aceptaron después de haberlas
bautizado, eran un presente destinado
a sellar la amistad entre los totonacas
y los españoles, pero también a hacer
generación, es decir, tener hijos de los
conquistadores. (…) Más tarde, en
Perú, el inca Garcilaso de la Vega,
escritor mestizo, hijo de una princesa
indígena, habla en sus Comentarios de
la satisfacción que sentían las
familias incas cuando una de sus hijas
quedaba encinta de un español. (…)
Por lo tanto es inútil adoptar el
discurso <anticolonialista>, del que el
Quinto Centenario ya propuso un
ingenuo florilegio, y hablar de
violaciones en masa para explicar el
fenómeno del mestizaje. No se
pretende negar este hecho: ¿qué
campaña bélica ha estado exenta de
violaciones? (…) Pero en la mayoría de
los casos, y sobre todo en el ejército
de Cortés, la violación no tenía razón
de ser: el consentimiento de los indios,
pero también de las indias,
acompañaba en general esas
uniones." Bartolomé Bennassar,
"Hernán Cortés. El conquistador de lo
imposible", 2002, Ediciones Temas de
Hoy, ISBN: 84-8460-205-2, páginas
110-114
4. Manuel Fernández Álvarez, Felipe II y
su Tiempo, Edit. Espasa, edición de
1998, página 365
5. Bruno (1993): 23.
6. Finzi, Claudio. «Contraste entre la
colonización española, la anglosajona
y francesa en América» .
Hispanismo.org.
7. Puiggrós (2003): 26.
8. El Historiador Antonio Domínguez
Ortiz decía, apoyándose en datos y
estadísticas minuciosamente
descritas: “Hacia 1600, en los tres o
cuatro millones de kilómetros
cuadrados de ocupación efectiva
habría diez millones de habitantes, de
ellos no más de 300.000 blancos,
ocho millones de indios y el resto
negros, mestizos y mulatos.” "Una
emigración neta máxima de 150.000
personas entre 1492 y 1600 y una cifra
inferior a ésta en el siglo XVII me
parecen aproximarse mucho a la
realidad. Para una nación de siete a
ocho millones de habitantes (...)."
Páginas 241 y 250 de su obra "El
Antiguo Régimen: Los Reyes Católicos
y los Austrias", Alianza Editorial,
edición de 2001. ISBN 84-206-9572-6
(Tomo 3)
9. John Lynch: "La población de la
España peninsular aumentó de forma
significativa en el siglo XVI (...). El
número de españoles que emigraron a
América a lo largo del siglo XVI fue
mucho más reducido de lo que se ha
supuesto, siendo menos de 50.000
hacia el decenio de 1550." Pags. 122 y
124 de su obra "Los Austrias (1516-
1598)", Editorial Crítica, edición de
1993. ISBN 84-7423-565-0
10. Jaime Vicens Vives: "Por lo que se
refiere al proceso de la población
hispánica durante la época de los tres
primeros Austrias (1517-1621), parece
ser que se verificó un notable
incremento, que Hamilton ha evaluado
en un 15 por 100. En cálculos más
detallados, Haebler estableció en
Castilla un aumento de cerca de un
millón de habitantes -unos 10.000
anuales- durante la primera mitad del
siglo XVI." Pag. 7 de su obra "Historia
de España y América", Volumen III,
Editorial Vicens-Vives, edición de
1971. Depósito Legal: B. 7.183-1972.
En la pag. 6 del citado libro cifra la
población de Castilla, a finales del
siglo XVI, en 6.910.000 personas.
11. Elliot, John "España, Europa y el
mundo de ultramar (1500-1800)",
Editorial Taurus, 2010, página 181:
«Los castellanos tenían la posibilidad
de salir, o emigrar, y la ejercieron en
número cada vez mayor:
probablemente se embarcaron por año
hacia las Indias 2.500 en el siglo XVI y
4.000 en la primera mitad del siglo
XVII»
12. Bernard Vincent y Bartolomé
Bennassar: "Durante la mayor parte
del siglo XVI, un crecimiento
demográfico incontestable multiplicó
el número de súbditos de la
Monarquía. (…) Los numerosos
estudios de demografía histórica
realizados desde hace treinta años
confirman este incremento en el reino
de Castilla." "España. Los siglos de
Oro", página 86. Edit. Crítica, 2000,
ISBN: 84-7423-971-0
13. Hidalgo Huerta 1998; 214 : «Arturo
Santana hace notar, en su detallado
estudio sobre el tema, que si bien
entre el siglo XVI y mediados del XIX
se contabilizan 9.470.000 esclavos los
que llegaron a América, el número real
de los que salieron de África es de
11.360.000, lo cual es debido a la alta
mortalidad que siempre caracterizó la
travesía del Atlántico en los barcos
que transportaban los negros
destinados a la esclavitud»
14. Lucena Salmoral, 2005; 8 : «Los 12
millones transportados a América se
distribuyeron de la siguiente forma:
Colonias españolas 75 000 durante el
siglo XVI, 292 500 durante el siglo
XVII, 578 600 durante el siglo XVIII,
606 000 durante el siglo XIX, para un
total de 1 552 100». (Citando a Philip
D. Curtin The Atlantic Slave Trade: A
Census ).
Martín Cabrejos Fernández (15 de
septiembre de 2010). «Sobre el peso
real de la población negra en
Hispanoamérica, el Perú y
Lambayeque» . Chiclayo, Perú:
Universidad Católica Santo Toribio de
Mogroviejo. Archivado desde el
original el 30 de diciembre de 2011.
Consultado el 21 de octubre de 2010.
«Fueron diez los destinos
hispanoamericanos para los esclavos
negros. En nuestro caso, el Perú
recibió en casi 400 años 95 000
esclavos importados, ocupando el
sexto lugar. Cuba recibió 702 000;
México 200 000; Ecuador, Panamá y
Colombia 200 000; Venezuela
121 000; Bolivia y el Río de la Plata
100 000; Puerto Rico 77 000; Santo
Domingo 30 000; Centroamérica
21 000 y Chile 6 000». (Citando a José
Andrés Gallegos La esclavitud en la
América española )
15. l'america latina abbandona il
cattolicesimo, por Diego Cevallos, 5 de
octubre de 2004, Peacelink
16. Sebastín Vert, "El mundo de la
Cerveza", México, Selector, 2002,
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17. Carlos Alvear Acevedo (2004). Historia
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18. García Álvarez, Alejandro (2001).
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plátano hasta Cuba» (pdf). Revista de
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21. Fernando Hernández Baz, "La seda
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estado de Veracruz, México", páginas
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22. "Un recorrido por la historia de la
prensa en México. De sus orígenes al
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invento clave» . Portafolio.co.
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26. Sellschopp, E. A. (1968). Las
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una clasificación. Asociación
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Nueva España (siglos XVI y XVII",
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2005. Editado por la Universidad
Nacional Autónoma de México. El
artículo de esta misma enciclopedia
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Nueva España".
28. Satizábal Villegas, A. E. (2004).
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siglos XVII-XVIII : arquitectura
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inmueble. Volumen 26 de Sede.
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p. 120. ISBN 9789587014273.
29. "América latina y la cultura occidental",
por Riccardo Campa, pág. 144, editado
en México en 2.007 por la Universidad
Nacional Autónoma de México. ISBN
970-32-3661-8
30. Escritura maya, Los mayas, Bitágora
Archivado el 20 de agosto de
2007 en la Wayback Machine.
31. Mann, Charles (2006). 1491: una
nueva historia de las Américas antes
de Colón, Madrid: Taurus, p. 327-431
32. Costa Rica, IX Censo Nacional de
Población, 2000 (enlace roto disponible
en Internet Archive; véase el historial y la
última versión).

33. Willi Paul Adams: “Durante la década


de 1830, la brutal política contra los
indios, del gobierno federal presidido
por Jackson condujo al traslado
forzoso de unos 100.000 indios a
miles de kilómetros de su lugar de
origen. (…) En las tres décadas de
implacable guerra a los indios (1864-
1890) y de incontroladas epidemias
las tribus fueron diezmadas y sus
zonas de asentamiento reducidas a
reservas cada vez más estrechas,
destruyéndose sus formas
tradicionales de vida. Se desconoce la
magnitud de la población india antes
de la llegada de los europeos, y los
cálculos varían mucho de unos a
otros.” Páginas 130 y 131 del Volumen
30 de la Historia Universal Siglo XXI,
“Los Estados Unidos de América”
1979. ISBN: 84-323-0348-8
34. Gustavo y Hélène Beyhaut: "En Mexico
la independencia empeoró la situación
del indio por el incremento del
latifundio, de formas de trabajo
forzoso y la servidumbre por deudas.
La progresiva división de las tierras de
las comunidades( leyes de
desamortización de 1856 y de
colonización y de terrenos baldíos)
fomentó la gran propiedad y
transformó a los indios en peones.
Hubo diversas formas de reacción del
indígena: la pasividad que fue tildada
de pereza, o la rebelión armada misma
que llegó a asumir características muy
serias (rebeliones yaqui y mayo, guerra
de castas de Yucatán y rebelión
chamula de Chiapas); a veces tenían
justificaciones religiosas (caso de la
revuelta de Quintana Roo), otras se
entremezclaban con luchas políticas
internas; bajo el gobierno de Juarez,
en 1869 el caudillo indio cora Manuel
Lozada proclamó la necesidad para
los indios de defenderse por las armas
contra el despojo de sus tierras, y trató
de recuperar parte de estas; esta
tentativa de reforma agraria de facto
terminó en franca rebelión en 1873;
esta fue derrotada y ajusticiado su jefe
Lozada; la península de Yucatán
resultó un foco permanente de
rebelión a partir de 1847, cuando los
mayas se levantaron en armas
aprovechando la ocupación del norte y
centro de Mexico por los
norteamericanos. La rebelión tuvo
varias etapas. Muchos indios
prisioneros fueron vendidos como
esclavos a Cuba, aunque allí no
satisficieron como mano de obra;
Juarez prohibió este comercio en
1861. El prolongado gobierno de
Porfirio Díaz y de sus colaboradores
positivistas permitió la última gran
arremetida contra el mundo del indio."
Páginas 111-112 del tomo 23 de la
Historia Universal Siglo XXI. III De la
Independencia a la Segunda Guerra
Mundial. 1986. ISBN: 84-323-0567-2

Bibliografía
BENNASSAR, B., La América española y
la América portuguesa. Siglos XVI-XVIII,
Madrid, 1980, Akal.
BEUCHOT, M. La querella de la conquista.
Una polémica del siglo XVI. Siglo XXI,
Madrid, 1992.
CÉSPEDES DEL CASTILLO, Guillermo.
América hispánica: (1492-1898) en la
serie Historia de España (dirigida por
Manuel Tuñón de Lara). Editorial Labor,
Barcelona 1988.

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