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Elecciones legislativas / El impacto interno y externo

El nuevo Congreso, una amenaza para la frágil


economía
Temen que el enfrentamiento entre los partidos bloquee una
nueva ayuda y genere incertidumbre
Miércoles 3 de noviembre de 2010 | Publicado en edición impresa

Paul Wiseman
Agencia AP
WASHINGTON.? Se supone que la parálisis política es buena para los negocios. Si los legisladores
se embarcan en discusiones sin salida y no pueden coincidir en nada, se cree, tampoco pueden
aprobar leyes y regulaciones que empeoren la economía. Entonces, ¿las elecciones legislativas que
dejaron al Congreso bajo el control parcial de los republicanos, enfrentados a una Casa Blanca
demócrata, serán una ayuda para la economía? Para nada.
El enfrentamiento entre el gobierno de Obama y los envalentonados republicanos probablemente
bloquee cualquier nueva ayuda para la economía, que ya está oprimida por el lento crecimiento y el
elevado índice de desempleo. El Congreso también podría crear una incertidumbre paralizante para
los inversores y las empresas, si se llegan a plantear conflictos sobre los impuestos, el déficit, el
sistema de salud y la regulación financiera.
"Esperamos un gran bloqueo y muy poca cooperación", afirmó Brian Gardner, analista de la
empresa financiera Keefe, Bruyette & Woods.
Si los tiempos fueran buenos, la paralización no importaría demasiado. Después de todo, un
Congreso republicano y una Casa Blanca demócrata se enfrentaron a mediados y fines de la década
de 1990, y su combate no afectó en absoluto una economía fuerte. Pero ahora, casi un año y medio
después del fin de la Gran Recesión, la economía aún no está creciendo con suficiente rapidez como
par reducir el desempleo.
"Casi nadie cree que el gobierno deba quedarse sentado y no hacer nada", dijo Jacob Hacker,
politólogo de la Universidad de Yale. "Pero en este momento nos encontramos ante un período de
deriva."
El Partido Republicano adelantó que se opondrá a que se aprueben más gastos destinados a
estimular la economía. Por ejemplo, el plan de Obama de gastar 50.000 millones de dólares en
caminos, ferrocarriles y aeropuertos probablemente esté muerto. Además, prometió revocar la
enorme ley de reforma del sistema de salud de Obama, y es probable que trate de revertir la puesta a
punto de la regulación financiera que aprobó el Congreso demócrata.
Las investigaciones de Wall Street también contradicen la idea de que el punto muerto sea una
situación beneficiosa para la Bolsa, ya que demuestran que los valores funcionan igual, o mejor,
cuando un partido gobierna tanto en la Casa Blanca como en el Congreso.
William Galston, miembro de primer nivel de la Brookings Institution y asesor de política interna
durante la administración Clinton, dice que las concesiones son una posibilidad concreta en el
próximo Congreso.
Aparentemente, ambos partidos están en camino de sellar un acuerdo sobre la ampliación de las
exenciones impositivas aprobadas durante el primer período de George W. Bush, que expiran el 31
de diciembre. Y Obama podría llegar a conseguir más respaldo de los republicanos que de los
demócratas para un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur.
La perspectiva de un gran progreso en materia de política económica parece muy improbable si los
dos partidos se dedican a combatir entre sí hasta las elecciones presidenciales de 2012. "Un punto
muerto a corto plazo es una pésima perspectiva", dicen los analistas del Bank of América en un
informe sobre las elecciones. "En el complicado entorno de hoy, la inacción es peligrosa."
Traducción de Mirta Rosenberg
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1321089

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