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INTRODUCCION
El agua es principal fuente de vida y de bienestar, mientras su falta provoca la extinción de toda fecundidad,
como ocurre en el desierto; el agua, sin embargo, también puede ser causa de muerte, cuando sumerge en sus
olas o cuando en grandes cantidades arrolla todo; finalmente, el agua tiene la capacidad de lavar, limpiar y
purificar.
CANTO AL ESPÍRITU
ORACION
(Oración inicial para todos los días)
MOTIVACIÓN
Disponer de dos recipientes uno con agua dulce y otra con agua amarga, acercarnos a tomar un poco
Jeremías describe a Yahvéh como la “fuente de agua viva” (2.13; 17.13), frase de la que se hace eco Jn. 7.38 al
referirse al Espíritu Santo. En el NT el agua está relacionada con la vida eterna, como la bendición suprema dada
por Dios (Jn. 4.14; Ap. 7.17; 21.6; 22.1, 17), mientras que en Ef. 5.26; He. 10.22, la idea central es la del lavamiento
bautismal para el perdón de los pecados.
Nos preguntamos
ORACION COMUNITARIA
Espíritu Santo que nos haces conocer que somos hijos de Dios;…
Espíritu Santo que nos haces vivir la alegría de nuestra reconciliación con Dios;…
Espíritu Santo que nos transformas en templo de Dios;…
Espíritu Santo que nos consolas en medio de los sufrimientos;…
Espíritu Santo que nos animas en nuestros fracasos;…
Espíritu Santo que nos haces valientes;…
Espíritu Santo que nos haces fecundos;…
Espíritu Santo que nos haces santos;…
La oración de bendición dice que Dios ha preparado el agua "para ser signo
del bautismo" y recuerda las principales prefiguraciones bíblicas: sobre las
aguas de los orígenes aleteaba el Espíritu para hacerlas germen de la vida
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“El Espíritu intervendrá más poderosamente en el curso de la historia de la humanidad, si se lo invoca más
frecuentemente, más ardientemente y más públicamente” (ARNOLDO JASSEN)
(cf. Gn 1,1-2); el agua del diluvio marcó el final del pecado y el comienzo de
una nueva vida (véase Gen 7: 6-8,22); a través de las aguas del Mar Rojo,
los hijos de Abraham fueron liberados de la esclavitud de Egipto (véase Ex
14: 15-31). En relación con Jesús, recordamos el bautismo en el Jordán
(véase Mt 3, 13-17), la sangre y el agua derramada desde su costado
(véase Jn 19, 31-37), y el mandato a los discípulos de bautizar a todos los
pueblos en nombre de la Trinidad (cf. Mt 28,19). Fuertes de esta memoria,
se le pide a Dios que infunda en el agua de la pila la gracia de Cristo muerto
y resucitado (cf. Rito del Bautismo de los Niños, n. ° 60). Así, este agua se
transforma en agua que lleva consigo la fuerza del Espíritu Santo. Y con
esta agua con la fuerza del Espíritu bautizamos a la gente, bautizamos a los
adultos, a los niños, a todos.
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“El Espíritu intervendrá más poderosamente en el curso de la historia de la humanidad, si se lo invoca más
frecuentemente, más ardientemente y más públicamente” (ARNOLDO JASSEN)
El agua significa la nueva vida y purificación del pecado que como uno de los Símbolos Del Espíritu Santo
trae al creyente. El agua nos habla de refrigerio y de un suministro abundante y constante. Es un símbolo
de la suficiencia y del Espíritu para satisfacer nuestra sed espiritual. Jesús habló del Espíritu Santo, ser como
agua:
Porque yo derramaré aguas sobre el suelo sediento, y torrentes sobre la tierra seca. Derramaré mi
Espíritu sobre tus descendientes, y mi bendición sobre tus vástagos
(Isaías 44:3).
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del
Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo,
porque Jesús no había sido aún glorificado”.
El poder del Espíritu Santo hace en el terreno de lo espiritual lo que el agua hace en el orden
material. El agua purifica, refresca, apaga la sed y convierte el campo estéril en tierra fructífera.
Purifica lo que está manchado y restaura la limpieza; es un símbolo muy apropiado de la gracia
divina que no solamente limpia el alma sino que le añade belleza.
Juan 7,37-39
"El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús, poniéndose de pie, exclamó: «El que
tenga sed, venga a mí; y beba 38.el que cree en mí». Como dice la Escritura: De su seno
brotarán manantiales de agua viva. 39.Él se refería al Espíritu que debían recibir los que
creyeran en él. Porque el Espíritu no había sido dado todavía, ya que Jesús aún no había
sido glorificado."
Juan, 7 - Bíblia Católica Online