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DIÓCESIS DE SONSONATE
ESTUDIAR BIEN EL TEMA: No vamos a leer el tema frente a los hermanos sino a compartirlo.
ORACIÓN: Antes de hablarle a los hombres de Dios, hay que hablarle a Dios de los hombres. Invoquemos la
presencia y protección del Espíritu Santo, para nosotros, para los que visitaremos y para nuestras familias.
SALUDO : Salude amablemente a las personas, digamos : Buenos días o buenas tardes, ¡ Que la paz del Señor
esté en su hogar¡ (Mt 10,12)
Expliquemos que somos cristianos católicos que estamos al servicio de la Parroquia Nuestra Señora de
Los Ángeles.
Que queremos platicar con ustedes acerca de las maravillas de nuestro Señor Jesucristo en nuestra vida.
Preguntemos si podemos pasar adelante y esperemos a que nos dejen entrar, y si no es posible y si ellos
permiten, demos el mensaje en la puerta de la casa.
Si nos dicen que ellos pertenecen a una Iglesia evangélica o a algún movimiento católico, no
contradecirlos y mejor felicitarlos. Decirles que andamos buscando los hermanos que no se congregan en
ninguna iglesia, y despedirse amablemente.
Interés por la Familia: Preguntemos ¿Qué tal, como han estado?, el trabajo, etc.. Como una manera de
iniciar una conversación, no como una investigación; ¡Que bonita su casa, su jardín, sus niños, su perrito,
etc! . El objetivo es ganarnos la confianza de las personas, agradarlas. Andamos enamorando para Jesús.
Transmitamos el mensaje, diciendo que les llevamos la buena noticia de Jesús, y quien la recibe, el Señor
le cambia su corazón para una vida nueva.
El mensaje se da con la ayuda del testimonio personal, con la experiencia de salvación del que está
evangelizando, diciendo: Yo estoy experimentando en mi vida el amor de Dios, porque le he abierto las
puertas de mi corazón y desde ese momento mi vida ha cambiado en felicidad para mí y mi familia. Lo
mismo le puede ocurrir a usted si escucha su Palabra y lo deja entrar a su vida.
Comparte tu testimonio personal, de cómo Jesús ha cambiado tu vida, adaptándolo a cada tema.
Mientras un Evangelizador, comparte el tema, los acompañantes, estarán en silencio, orando porque el
mensaje llegue a lo más profundo de la persona que lo está recibiendo.
Nunca contradecirse frente a las personas evangelizadas, el sentido del mensaje, por parte de los
evangelizadores.
El mensaje debe ser actual, presentar a Dios que hoy ama, hoy sana, hoy libera. Situación real y actual de
la vida.
No hablemos solo nosotros, demos oportunidad a que la persona que estamos visitando, que hable de su
vida. Y cuando comparta sus angustias y alegrías, entonces nos da oportunidad para adecuar el mensaje
a su realidad.
Respetemos a quien no cree o crea de otra manera. Invitarlos a orar por las personas que no actúan
correctamente y hacerles comprender que cada uno dará cuentas ante el señor, de todas sus acciones.
No debemos actuar como jueces.
No debe faltar nunca, al final del mensaje, la invitación a dar una respuesta al Señor, en oración,
reconociendo su situación, queriendo dejar todo lo incorrecto, e invitando a Jesús a entrar a su corazón
para un cambio de vida.
Si hubiere enfermos en la casa, hay que orar por la sanación de ellos, terminando con un Padre Nuestro y
un Ave María. No imponer manos, eso es un acto sacramental que solo lo puede hacer un sacerdote,
puede tocarlo o abrazarlo al momento de la oración como muestra de cariño y de deseos que Dios haga la
obra.
Cada pareja o equipo evangelizador, debe evaluar el trabajo realizado, para mejorar en la próxima visita.