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Historia de Grecia

Día a día en la Grecia Clásica


Pastora Barahona

La Formación de la
Hélade
A lo largo del capítulo anterior vimos como, tras una la hegemonía comercial del Egeo, absorbieron parte
primera expansión durante los milenios cuarto y del legado cultural minoico, dejando atrás un pasado
tercero en la zona de los Balcanes y el norte de bastante pobre culturalmente, y se encumbraron
Grecia, nuevas hordas indoeuropeas penetraron hasta ejercer un fuerte dominio económico y cultural
hacia el sur en varias oleadas hasta ocupar la en todo el ámbito geográfico antes referido, que
práctica totalidad de la península griega, amén de desde entonces quedaría definido como la Hélade. El
otras zonas del Asia Menor y del Próximo Oriente, dominio de este mercado marítimo convirtió a los
como ya referimos. De la vida de estas poblaciones micénicos en los primeros forjadores de una koiné o
en el suelo griego du-rante los siglos siguientes, no se unificación cultural de signo claramente heleno en
sabe apenas nada. Pero hacia 1.600, cuando aún la buen número de países y regiones bañados por el
talasocracia creten-se se hallaba en un periodo de Mediterráneo. Para la obtención de ambar,
apogeo, ocurrió en Grecia continental algo que dio un mantuvieron abierta la vía terrestre que atravesaba el
vuelco radical a los acontecimientos de la zona y de continente desde Grecia al mar Báltico, y que dio
la historia del Egeo en general. Lo que ocurrió lugar a una pronta aparición de vestigios de sabor
realmente es, como en el caso de la caída de Creta, micénico incluso en Alemania o en las Islas británicas.
motivo de controversias entre los especialistas, La búsqueda de estaño, por otro lado, necesario para
porque apenas hay datos que permitan reconstruir la fabricación del bronce, les condujo a un comercio
una secuencia de hechos. Parece que sucesivas de grandes distancias que pudo alcanzar hacia el
inmigraciones aqueas, esta vez pastoriles y menos oeste mediterráneo las mismas costas ibéricas.
dispuestas a la concordia con la población local, En los últimos siglos del segundo milenio, los
penetraron en el Peloponeso. Al mismo tiempo, quizá micénicos ya ostentaban y la supremacía comercial
como consecuencia de ello, las ciudades de Micenas, en el Egeo, como puede observarse por la
Tirinto y Pilos se fortificaron, lucharon entre sí y distribución de las cerámicas exportadas. En Creta se
Micenas, finalmente, se hizo con la hegemonía en la percibe clara-mente el cambio de hegemonía en la
zona, convirtiéndose en el centro de una civilización imposición de una cerámica en la que los motivos
guerrera que no tenía igual en la región. florales y marinos se sometieron a una clara
Los informes arqueológicos de los siguientes esquematización, hasta el punto de quedar
cuatrocientos años revelan tal uniformidad, tanto en el convertidos en formas casi abstractas. En el nuevo
continente como en muchas de las islas, que se estilo de las cerámicas y otras manufacturas, se
convino en llamar «micénica» a la totalidad de la manifiesta la mentalidad y el carácter de los nuevos
civilizacion, a pesar de que Micenas fue una entre señores, vástagos de la raza indoeuropea e
otras ciu-dades, como Tirinto o Argos, protagonistas impulsores de una civilización que, aunque cargada
de esta primera etapa de la historia propiamente de elementos minoicos, fue opuesta a la civilización
helena. En poco tiernpo, estos núcleos urbanos que minoica en aspectos esenciales.
se habían desarrollado en la zona central y sur de
Grecia comenzaron a irradiar su influencia sobre las El rostro de Agamenón
islas del Egeo, las costas del Asia Menor y de Siria, e
inclusive Sicilia y el sur de Italia, en clara competencia En la Iliada, Homero narra entre otras historias la
con la talasocracia cretense. del retorno de Agamenón, rey de Micenas, de la
Es probable, así mismo, como apuntabamos más guerra de Troya, y su muerte a manos de su esposa
arriba, que los griegos micénicos, en algún momento Clitemnestra en complicidad con Egisto. La creencia
entre 1.600 y 1.400, se hiciesen con el poder en de que estos textos antiguos narraban hechos
algunas de las ciudades cretenses más importantes, históricos permitió a H. Schliemann, uno de los
como Cnosos, según demuestra la escritura minoica pioneros de la arqueología moderna, escribir una de
del lineal B, que transcribe una lengua griega arcaica. sus mejores pá-ginas. En el verano de 1.876,
Fuese como fuere, el hecho es que la brillante perso- ayudado siempre por su esposa Sofía. Schliemann
nalidad de la cultura minoica se proyectó sobre todo excavó dentro del recinto amurallado de las ruinas de
el continente griego, entre otras razones porque los la vieja ciudad de Mice-nas y, para asombro del
griegos micénicos, que tomaron el relevo de Creta en

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mundo, sacó a la luz un re-cinto circular de tumbas directa del tono marcial que caracteriza a la civiliza-
que se conoce como círculo A, con unos ajuares ción micénica.
funerarios de una riqueza extra-ordinaria, que daban La pregunta de cómo estas elites guerreras llegaron
refrendo material al apelativo de áurea con que a acumular tantas riquezas sigue sin respuesta por
Homero calificaba a Micenas. los motivos que arriba dejamos expuestos y existe la
Las joyas y objetos de oro y plata finamente labra- hipótesis de que los minoicos pudieron encontrarse
dos y las máscaras de oro que cubrían los rostros de con problemas para surtir a sus habituales clientes de
los cuerpos eran la prueba evidente de que la determinados metales y otras materias primas muy
legendaria corte de Micenas y su rey Agamenón demandadas, dado que el mercado de metales de
habían existido realmente. En una de las tumbas se Oriente, donde éstos se abastecían, se vio alterado
hallaron tres cadáveres de varón, rodeados de sus por la presencia en la zona de pueblos invasores: hu-
ricos ajua-res y con sus correspondientes máscaras rritas y casitas en Mesopotamia, hicsos en Egipto,
de oro. Cuando Schliemann las levantaba, los restos etc. En esas circunstancias, pues, los micénicos pu-
orgáni-cos se deshacían casi al mismo tiempo, pero, dieron ofrecer con mayor ventaja los metales de los
al re-mover la tercera, Schliemann pudo ver por unos territorios griegos que controlaban, como el cobre del
ins-tantes, según su propio testimonio, las facciones Épiro y de Tesalia, o incluso aportar otros que no
ex-cepcionalmente bien conservadas de un hombre tenían, como el imprescindible estaño, trayéndolos de
que, según análisis posteriores de los dientes, debió países más alejados.
de morir a la edad de unos treinta y cinco años.
Emocio-nado, puso un telegrama al rey de Grecia con
una es-cueta frase: «He contemplado el rostro de
Agamenón».
La arqueología actualmente pone en duda la corres-
pondencia tan puntual entre la leyenda homérica y lo
que Schliemann halló —entre otras cosas, no hay
constancia de un monarca llamado Agamenón—; pe-
ro le cupo el mérito de demostrar que la obra de Ho-
mero tiene un fondo de realidad y de haber abierto,
de esta forma, una veta fundamental para el estudio
de la verdadera historia de Grecia.
Sello de oro procedente de la tumba IV de Micenas
(Museo nacional de Atenas)

El llamado sello o anillo de Minos Procedente de


Cnosos

Lo únco que podermos constatar es que la crisis de


la civilización minoica y la erupción del volcán de Tera
con sus terribles secuelas, que la precedió, favoreció
el comercio exterior micénico y, en última instancia, su
La llamada máscara de Agamenón. dominio político sobre Creta. El hundimiento de las
prósperas ciudades de esta isla dejaba un importante
Los ricos ajuares extraídos de estas tumbas, fecha- hueco en el comercio del Mediterráneo oriental que
bles entre 1.600 y.1.500, se componían en su mayo- los micénicos estuvieron preparados para llenar. De
ría de productos importados de Creta o realizados por este modo se dio inicio a una verdadera explosión
artesanos venidos de la isla. En cualquier caso, di- económica, que coincide con el momento de mayor
chos artistas trabajaron para unos clientes con un apogeo del mundo micénico, durante los siglos XIV y
gusto especial por los temas de caza y de guerra, ex- XIII (entre 1.300 y 1.200). Sin competencia, los co-
presión de una sociedad en la que cobró especial pro- merciantes y navegantes micénicos se lanzaron a la
tagonismo una fuerte ciudadanía militar, responsable mar, a lugares cada vez más alejados, a hacer de las
aventuras marítimas una vía de enriquecimiento y

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ampliación de horizontes. Es este afán por las em- Las características de la arquitectura palacial micéni-
presas ultramarinas el que se refleja en las leyendas ca cobran mayor relieve cuando las comparamos con
griegas recogidas siglos después en los ciclos de los palacios-santuarios minoicos. Estos últimos, como
aventuras como la Odisea, de Homero, y el más tar- ya vimos, son multidireccionales, abiertos, con una
dío Viaje de los Argonautas, de Apolonio de Rodas, o amalgama de sectores independientes, y donde no
también en las mismas hazañas de Heracles. hay rastro de presencia permanente de un soberano.
El hecho es que, superada la fase de los simples El palacio micénico, en cambio, es unidireccional, ce-
poblados, las ciudades micénicas suponían en aque- rrado, materializacion arquitectónica de la poderosa
llos momentos formas de estado similares a las pos- autoridad que tenía su sede en el mégaron, centro del
teriores poleis, que aglutinaban territorios relativa- poder político, militar y religioso. Este mégaron tiene,
mente amplios, presididos o controlados por un nú- como ya vimos, raíces en el neolítico de la Grecia
cleo urbano fortificado donde radicaba la sede del po- continental y es independiente de la influencia minoi-
der. El foco principal de la civilización micénica irradió ca, aunque en su construcción, como en toda la ar-
desde las ciudades de la Argólida (Micenas, Tirinto, quitectura micénica, se emplearan elementos creten-
Tebas, Argos, Midea, Pilos, Atenas, Orcómenos) al ses. Además, el mégaron palacial micénico esta ya
conjunto del Peloponeso (con regiones destacadas despojado de la sencillez del primitivo, pues la
como Corintia, Mesenia y Laconia), así como al Ática, estancia cerrada de planta rectangular esta precedida
Beocia, Fócida y la isla de Eubea. Por su parte, Tesa- de un doble portico abierto a un patio que subraya su
lia, Etolia y Macedonia fueron en principio parte de monumentalidad y enfatiza la fachada. La estancia
una periferia inmediata que se fue incorporando a la principal del mégaron, que puede disponer de dos pi-
civilización micénica conforme se amplió su radio de sos, tiene un hogar en el centro, rodeado de cuatro
acción cultural, económico y político. En esto fue fun- columnas que soportan el techo, en el que debía
damental la proyección comercial exterior que ya he- abrirse un lucernario para la iluminación del interior y
mos referido. la salida de humos. El trono se adosaba a la pared
derecha del que entraba, frente al hogar.

Plantas de Mégaron
Micenas tuvo una antigua muralla que cercaba sólo
la parte más alta de la colina; pero, cuando se sintie-
ron los primeros síntomas del peligro inminente que
El comercio micénico acabaría con su civilización, emprendió, al igual que
Estos núcleos urbanos se ubicaban precisamente Tirinto, una fortificación más amplia. Esta segunda
en los lugares adecuados para las comunicaciones. muralla fue realizada con enormes sillares de piedra,
Para que éstas se llevasen a cabo con regularidad y que a los griegos de épocas posteriores, al contem-
en condiciones adecuadas, se dio la debida importan- plar sus ruinas, les parecieron obra de los Cíclopes.
cia a las carreteras, que llegaron a tener una anchura En ella destaca la llamada Puerta de los Leones. So-
entre tres y más de cuatro metros, así como a los bre su dintel, tres grandes piedras forman un triangulo
puentes para salvar los cursos de agua. Las obras de de descarga, cuyo vano se aprovechó para ubicar el
ingenieria alcanzaron su cenit en el mundo micénico gran relieve de 3,90 X 3,30 metros que da nombre a
con la desecación del lago Copais; fue llevada a cabo la puerta. En el centro del relieve, una columna minoi-
por los habitantes de la ciudad de Orcómenos, situa- ca sobre dos altares gemelos representa a la Pothia
da en su borde occidental, para asegurarse la obten- Théron, la Señora de los Animales, protectora de la
ción de magníficas tierras de cultivo. La leyenda pon- ciudad, que aparece flanqueada por dos soberbios
dría después esta colosal empresa en la nómina de leones, cuyas patas delanteras se apoyan en los alta-
los trabajos del héroe Heracles. res.
Estas técnicas constructivas tuvieron, sin embargo, De la monarquía micénica contamos con muy pocos
su mejor manifestación en los núcleos urbanos. Situa- datos, pero se sabe que estaba investida de un ropaje
dos en las faldas de una colina, el conjunto de su há- sagrado, como en otras monarquias coetáneas, y que
bitat aparece a menudo disperso en pequeños barrios la dignidad regia seguía transrnitiéndose por via ma-
en torno a la ciudadela o acrópolis, erigida en la cima trilineal. Las tablillas escritas en lineal B mencionan a
y cercada de defensas, donde se ubicaba el palacio. los soberanos de las ciudades con el nombre de wa-

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nax, el señor residente en el palacio. Este, en función pueblos indoeuropeos que, junto con otras tribus nó-
de su alta dignidad, disponía de un lote de tierras pa- madas de origen semítico, dieron el golpe de gracia a
ra su disfrute, el témenos, nombre que después ad- las civilizaciones del Próximo Oriente; por otro lado,
quiría el significado de terreno asignado a los dioses. confederaciones de tribus pre-helénicas y del Oriente
En las tablillas de Pilos, este rey aparece estrecha- Próximo que habían sido desalojadas de sus lugares
mente relacionado con la poderosa Potnia (Po-ti-ni- de origen en épocas anteriores y se unían con fines
ja). Todo ello demuestra la persistencia de las influen- de reconquista o para obtener botín: los enigmáticos
cias minoicas y de las poblaciones pre-helenas del Pueblos del Mar, como los llaman las fuentes egip-
Peloponeso. cias, entre los que se sabe estaban los filisteos, que
Más o menos hacia 1.380 la micénica ciudad de Te- terminarían estableciéndose en la region de Palesti-
bas fue destruida, sin que se sepa a ciencia cierta la na, fundando allí el reino del que nos habla la Biblia.
causa. Aquella fecha abrió, de hecho, un periodo ja- En la península griega, las destrucciones de las ciu-
lonado de desastres que fueron afectando a zonas dades micénicas del Peloponeso en torno a 1.250 se
diversas. En torno a 1.250 (segunda mitad del siglo han relacionado con la invasión de tribus aqueas que
XIII) se constatan destrucciones en la parte extramu- ya se hallaban afincadas en la zona montañosa del
ros de Micenas, de nuevo en Tebas, posiblemente en noroeste. Poco tiempo después, otra horda indoeuro-
Pilos y en otros centres urbanos. Otra oleada destruc- pea, los dorios, arrasó la zona, saqueando e incen-
tora se produjo en numerosas ciudades de la Argólida diándolo todo a su paso, lo que provocó el hundimien-
en torno a 1.200, momento al que corresponde tam- to civilización micénica y, con ella, otra gran oleada de
bién el saqueo definitivo de Pilos. Aún a lo largo del fugitivos huyendo en todas direcciones. Algunas tribus
siglo XII se sucedieron las devastaciones de Micenas, dorias siguieron hasta el Asia Menor, otras se
Tirinto, Iolkos, Korakou, Lefkandi, Eubea y en otras dirigieron a Italia y Europa occidental, y otra parte si-
regiones. En la costa de Siria los centros urbanos co- guió rumbo hasta Persia y los confines de China.
mo Ugarit o Azor, sufrieron, así mismo, ataques im- Estos acontecimientos provocaron en el mundo mi-
portantes. Es posible que fuese en este contexto cu- cénico un empobrecimiento generalizado: muchas zo-
ando se produjo el asalto a Troya, mitificado después nas que habían estado desamente habitadas queda-
en los poemas homéricos, ya que la arqueología ha ron prácticamente despobladas, desaparecieron el
hallado indicios de que esta ciudad fue saqueada e uso de la escritura y las manifestaciones artísticas co-
incendiada en torno a mediados del siglo XIII, y re- mo la arquitectura mayor, la escultura y las artes sun-
construida de nuevo, pero esta vez con gentes de ori- tuarias; el comercio ultramarino se interrumpió por
gen indoeuropeo (tracios e ilirios), que debieron de completo, la vida agrícola estable se volvió imposible
llegar a través del Helesponto. en las zonas más expuestas y los testimonios arqueo-
lógicos indican que sólo algunas aldeas sobrevivieron
en los dos siglos posteriores.
Este panorama, sin embargo, no fue homogéneo.
Las destrucciones y, sobre todo, los abandonos, inci-
dieron fundamentalmente en la amplia franja que re-
corre Fócida, Beocia, Corintia, Argólida y el sur del
Peloponeso. Otras zonas, en cambio, fueron mucho
menos afectadas; por ejemplo, el Ática, que incluso
incremento su población, en buena parte porque en
ella se refugiaron muchos de los que huían de las tie-
rras más castigadas. También la isla de Eubea man-
tuvo una pujante actividad, con amplias relaciones
desde el Ática hasta Chipre. A esta isla, así como a
las situadas frente a la costa occidental del Asia Me-
nor y la misma costa, debieron de emigrar, así mismo,
muchos de los afectados por la adversa situación.
Pero, en general, hacia el año 1.000, en los inicios de
la Edad del Hierro, la vida de Grecia descendió a ni-
Relieve de la Puerta de los Leones
veles de pura subsistencia.
Nos hallamos, en efecto, ante la tercera oleada de El final de la civilizacion micénica, en conclusión, in-
invasiones indoeuropeas que señalamos en el capítu- terrumpió la vigorosa actividad comercial que sus ciu-
lo precedente. Y, nuevamente, aquí la explicación de dades habían emprendido por prácticamente todo el
la secuencia de acontecimientos y sus causas es ob- Mediterráneo, aunque dejaba un camino abierto, que
jeto de polémica entre los estudiosos. No se descar- los fenicios y los griegos de generaciones posteriores
tan factores de orden natural, como terremotos o retomarían siguiendo en lo esencial las pautas que
erupciones volcánicas; pero, en cualquier caso, estos aquellas marcaron. La civilización micénica cubrió,
coincidieron con una serie de movirnientos migrato- pues, una primera etapa de lo que se conoce por civi-
rios de distinto signo étnico y dirección geográfica, lización helénica, puesto que sus gentes hablaban
que se cruzaron en las transitadas rutas del oriente griego e invocaban a los mismos dioses que después
Mediterráneo. Por un lado, las sucesivas oleadas de formarían parte del panteón clásico. En las tablillas

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micénicas figuran, en efecto, los nombres de Zeus, recimiento y temple correctos. Paralelamente surgió
Hera, Atenea, Posidon, Hermes, Dioniso y, en suma, una variada gama de herramientas propias de tal ar-
la familia olímpica definitivamente articulada por los tesanía. El hierro poseía ventajas que favorecieron su
escritos de Homero y Hesiodo. aceptación final en detrimento del bronce, entre ellas
En el terreno religioso hubo, sin duda, influencias el hecho de que este mineral se encontraba práctica-
minoicas a las que ya hemos hecho alusión —la mente en todas las áreas geográficas, lo cual restrin-
Puerta de los Leones es elocuente en este sentido—; gía considerablemente las dificultades derivadas de la
pero la religiosidad micénica representó el tránsito ha- extracción del cobre y la dependencia de complejas
cia una religión de claro corte patriarcal que los aque- cadenas comerciales. Este factor y el dominio de las
os de la última oleada, junto con los dorios, termina- nuevas técnicas de forja abarataron considerable-
ron imponiendo claramente en detrimento de la sobe- mente la manufactura. Por otro lado, las armas de
ranía de la primitiva diosa pre-helena. Los nuevos hierro representaban una sensible mejora respecto a
amos de la zona fundaron dinastías de sucesión patri- las de bronce, ya que éste, aunque duro, es frágil y se
lineal y oficializaron el panteón olímpico familiar go- rompe con el choque. Las armas de hierro, por el con-
bernado por Zeus. A partir de entonces los príncipes trario, además de dureza aportan flexibilidad y su po-
ya no abandonarían la casa de su padre para casarse sible deformación es susceptible de arreglo.
con una princesa extranjera, sino que ella iría a vivir
con él, aunque parece que aún durante algún tiempo
los ritos consistieron todavía en sacrificios a la primi-
tiva diosa.

Edad Oscura: los hombres de hierro


Cuando el poeta Hesiodo, varios siglos después del
colapso micénico, plasmó en su Teogonía el famoso
mito de las razas humanas, no sabía que se adelanta-
ba casi premonitoriamente a la clasificación moderna
de las primeras etapas de la historia humana, es de-
cir, aquellas a partir de las cuales aparece la escritu-
ra. Según aquél, habían existido, por orden de anti-
güedad, las razas de oro, de plata, de bronce y de
hierro. Esta última, que era la de su tiempo, la des-
cribe cargada de defectos y tribulaciones frente a la
más justa y virtuosa que la había precedido, la de los
héroes y semidioses que se había encumbrado con
hazañas tan gloriosas como la toma de Troya, canta-
da por Homero. En nuestra clasificación, la llamada
Edad de los Metales se divide en Edad del Bronce, Decoración geométrica
cuyas características básicas ya quedaron expuestas En Grecia, la Edad del Hierro coincide, como diji-
en el capítulo anterior, y Edad del Hierro, a partir del mos, con la apertura de una nueva etapa de su histo-
momento en que este mineral sustituye masivamente ria. Desaparecida la vida urbana, la profunda recesión
al bronce en la fabricación de útiles y armas de gue- que afectó al mundo griego desde la primera mitad
rra. Su inicio se señala precisamente en el periodo del siglo XI (1.100 – 1.050 a.C.) es responsable de
que estamos analizando, a caballo entre los milenios que sólo la cerámica nos proporcione materiales se-
segundo y primero anteriores a Cristo. riados y con abundancia suficiente como para permi-
Los hititas, pueblo indoeuropeo instalado en la zona tirnos seguir el proceso histórico de estas difíciles eta-
entre Anatolia oriental y el norte de Mesopotamia, fue- pas, que por ello se denominan «época oscura». El
ron los primeros en controlar la producción de útiles estilo de esta cerámica se llama geométrico por el es-
con el nuevo metal, que hasta aproximadamente quematismo de su decoración, y desde Atenas, su
1.200 fue esporádica y de pequeña escala. Con los principal centro difusor, se extendió rápidamente por
sucesivos movimientos de población que alteraron la toda Grecia. Recordemos que en esta ciudad del Áti-
geografía política y cultural de la zona, el conocimien- ca se habían refugiado muchos de los huidos de los
to y la utilización del hierro se expandieron de manera desastres ligados al fin del mundo micénico.
notable. A partir de entonces se afirmaron las relacio- Hacia finales del siglo XI aparecen signos de una
nes entre Anatolia, Macedonia y el nordeste de Tra- emigración de la poblacion desde el continente a las
cia, penetrando desde allí hacia el extrerno occidental pequeñas comunidades de la costa del Asia Menor y
de Europa. las islas cercanas, agrupándose según su dialecto en
El nuevo herrero tuvo que aprender a mantener las tres bandas de norte a sur: eólico, jónico y dórico. Es-
condiciones adecuadas del horno mediante fuelles, y ta distribución fue, no obstante, el resultado de unos
a forjar el objeto a golpe de martillo y sucesivas apli- trescientos años de disputas con los primitivos habi-
caciones al fuego y al agua para conseguir el endu- tantes y de luchas internas entre los mismos colonos,

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que en buena medida desconocemos. Parece que es- ron a notar gráficamente su lengua sirviéndose ahora
ta emigración tuvo un componente eminentemente de la base que propormonaba el alfabeto fenicio, pero
masculino, por lo menos en los primeros tiempos, de adaptándolo a sus peculiaridades idiomáticas median-
modo que pudo ocurrir algo similar a lo que cuenta te la utilización de algunos signos para la notación de
Herodoto respecto de otras emigraciones posteriores los sonidos vocálicos, de los que prescindía la es-
desde el Ática: que los colonos atenienses de mayor critura fenicia. De este nuevo alfabeto griego derivó,
rango social no llevaron mujeres a Mileto, ciudad del entre otros, el sistema de escritura latina y, por ende,
Asia Menor, sino que tomaron por la fuerza a mujeres el de la mayor parte de las lenguas europeas actua-
de la cercana Caria después de asesinar a sus pa- les. Se ha supuesto que la creacíon del alfabeto grie-
rientes masculinos. Por este motivo, explica Herédo- go pudo producirse en algún lugar del Egeo meridio-
to, ellas se dieron una ley que juraron cumplir y trans- nal, en Creta o las Cícladas.
mitieron a sus hijas: no comer nunca con sus maridos MAPA 7
ni llamarlos por su nombre.
Entre los siglos IX y VIII se aprecia la primacia in-
discutible del Ática sobre las demás regiones griegas.
La población, concentrada en el interior desde el de-
sastre micénico, se fue desplazando hacia la costa.
En los ajuares de las tumbas más ricas se han encon-
trado productos importados de Oriente (objetos de
marfíl, metales preciosos, etc.), y sabemos que algu-
nos artesanos fenicios se establecieron en Atenas por
aquel entonces. El Ática no era una tierra especial-
mente favorecida. Mientras que la llanura de Tesalia
era extensa y permitía la cría de caballos, y la de
Beocia daba abundante trigo y cebada, la region ática
destacaba por su suelo pedregoso y seco. Las llanu-
ras Maratón y Eléusis eran en parte insalubres a cau-
sa de los pantanos que había en ellas. La Zona más
fértil y mejor cultivada era el mesogeo (tierra del cen-
tro): Proliferaban allí, entre algunos cipreses, las viñas
bajas y los olivos, principales recursos del Ática y los
únicos agrícolas que exportaba transformados en vino
y aceite. Para su transporte se utilizaban recipientes
de barro, de ahí la importancia que adquirió en la re-
gión la alfarería. Finalmente, en su subsuelo, la única
riqueza se hallaba en la mina de plata del Laurión,
que, no obstante, será decisiva en la historia de Ate- Dialectos griegos hacia 400 a.C.
nas.
La apertura que lideró el Ática se extendió a toda La mejor prueba de que los griegos ya usaban la
Grecia. Impulsados por el aumento de la población y escritura en esta época es la presencia de la Iliada y
la escasez de tierras —agravada por un reparto muy la Odisea, dos monumentos de la literatura universal
desigual de las mismas—, los griegos dieron inicio a atribuidos al poeta Homero, que, por su importancia
una serie de colonizaciones en busca de mejores en la cultura helénica, merecen una atención
oportunidades. Asi, en torno al año 800, los eubeos especial.
emprendieron expediciones hacia Italia, y ellos mis-
mos junto a los cicládicos disponían en aquel enton- Homero y el enigma de Troya
ces de una base comercial en Al Mina, estratégico
puerto en la desembocadura del Orontes, en Siria. La Los poemas atribuidos a Homero nacieron en
expansión prosiguió con nuevas fundaciones en la alguna de las prósperas ciudades jonias de Asia
isla de Sicilia y el extremo sur de la península italiana. Menor, sin que sea posible precisar cuál de ellas, ni
Los griegos de Calcis, en la orilla norte del Egeo, fun- en qué momento exacto del siglo VIII. Son la
daron numerosos centros en la península que —a plasmación es-crita de una larga tradición de
consecuencia de ello— se llamo Calcídica. Cerca de recitaciones épicas ora-les, muchas de las cuales
allí, en el istmo de Palene, fundaron los corintios la rememoran vágamente los dorados tiempos de los
colonia de Potidea a finales del siglo VIII. Corinto fue, reyes micénicos. Los dos li-bros —la Iliada y la
de hecho, junto con Mileto, una de las grandes ciuda- Odisea— están compuestos en hexámetros, versos
des colonizadoras que pobló de colonias las costas muy apropiados para la recita-ción. De hecho, su
del mar Negro. transmisión siguió siendo funda-mentalmente oral, ya
Esta apertura al exterior repercutió en una mejora que la transcripción escrita de-finitiva no se llevó a
de los logros culturales, entre ellos la recuperación de cabo hasta la segunda mitad del siglo VI. Los temas
la escritura. Perdida la escritura lineal B con el hun- de los poemas más importantes son, sobre todo,
dimiento de los palacios micénicos, los griegos volvie- guerras y otras aventuras de los hé-roes que habían

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vivido hacia mucho tiempo, en la época de las de su tiempo en una forma que siguió siendo válida
generaciones anteriores a la guerra tro-yana, durante para las épocas posteriores.
ella e inmediatamente después. En los poemas homéricos, los hombres que cubren
En la Iliada se narran las peripecias de los griegos la tierra no están vistos como seres independientes ni
o argivos, como los llama Homero, en la lejana Ilión, como individuos reales: Odiseo, Aquiles, Agamenón y
nombre griego de Troya. Todos los griegos, guiados los demás héroes son más bien tipos que individuos.
por Agamenón, el poderoso rey de Micenas, se unie- Estos héroes saben que los dioses gobiernan el mun-
ron en esta guerra para recuperar a la hermosa He- do y que los hombres han de morir, pero mientras tie-
lena, que el troyano Paris había raptado de la casa de nen vida se desenvuelven con alegría en el mundo
su esposo legítimo, Menelao, rey de Esparta y herma- que les rodea. Homero acariciaba el sueño de una so-
no de Agamenón junto con ellos luchaba un resplan- ciedad de héroes emancipados, que compiten por el
deciente conjunto de héroes griegos: el viejo y sabio honor ante los otros hombres; este honor debía ser
Néstor de Pilos, el astuto Odiseo, proveniente de la en adelante un sentimiento tan fuerte como el de la
isla de ltaca, los dos Áyax —el rey de los locrios y el colaboración con el grupo. Aquiles sabe de antemano
rey de Salamina, hijo de Telamón— y Aquiles de Ftia que si va a Troya morirá allí, pero su honor le impulsa
(Tesalia), hijo de la diosa del mar Tetis y del rey Pe- a acudir, después de que ha fracasado el intento de
leo. Del lado de los troyanos estaban, además del be- su madre para ocultarle. Sabe perfectamente que los
llo Paris, su hermano Héctor y otros guerreros man- dioses lo determinan todo, pero él es libre de actuar
dados por su padre, el rey de Troya, Priamo, que como quiere.
combatían con los aliados llegados de Asia y de Tra- Como la Iliada, la Odisea también se vincula al ciclo
cia. de la guerra de Troya. Narra el regreso de Ulises a
La acción del poema se desarrolla en el décimo año Ítaca, jalonado de peligros por tierra y por mar a los
de la guerra, pero abarca sólo seis semanas. Comien- que el héroe debe enfrentarse. Los últimos días de
za cantando la cólera de Aquiles cuando descubre este viaje constituyen la parte central del poema, ya
que Agamenón le ha arrebatado a una mujer que es que los acontecimientos de los diez años anteriores
parte de su botín ganado en la batalla. Aquiles se reti- aparecen como evocaciones. Normalmente se distin-
ra airado a su tienda y consigue de su madre, la po- guen tres partes: «la telemaquia», donde el hijo de Uli-
derosa Tetis, que la ira de Zeus caiga sobre los grie- ses, Telémaco, aconsejado por Atenea, abandona Íta-
gos. Durante su ausencia, los griegos llevan las de ca, ocupada por los pretendientes de su madre Pené-
perder y son rechazados hacia sus naves. La muerte lope, y se dirige a Pilos y Esparta en busca de su pa-
del más querido amigo de Aquiles, Patroclo, que in- dre; «el retorno de Ulises» a Ítaca, donde se relata su
tenta contener la derrota de los griegos, impulsa a última navegación, cuando decide abandonar a la nin-
Aquiles a volver al combate. Con la ayuda de la diosa fa Calipso y regresar a su patria; y «la venganza de
Atenea, mata al gran guerrero troyano Héctor. Al final, Ulises», cuando, disfrazado de mendigo arriba a Ítaca
el viejo rey Priamo, padre de Héctor, acude de noche donde se encuentra con su hijo Telémaco y ambos se
junto a Aquiles y rescata el cuerpo de su hijo, que los disponen a expulsar a los pretendientes de Penelope.
troyanos queman en una pira fúnebre. La Odisea se presenta como una novela de aventuras
El relato de la Iliada es una historia de pasiones, de que conduce a su héroe a través de paises fabulosos,
guerra sanguinaria, de héroes orgullosos y, en defini- donde episodios terroríficos suceden a peripecias ma-
tiva, de fuerte carácter aristocrático. La acción del po- ravillosas. Ulises sólo cuenta con su inteligencia y su
ema se despliega en dos planes, el divino y el huma- astucia para escapar de la crueldad del cíclope Polife-
no, siendo el primero sin duda el más importante. mo o de las peligrosas seducciones de la maga Circe.
Pendencieros, adulteros y expertos en tejer intrigas, El carácter de Ulises se enaltece ante la lucha contra
los dioses aparecen en los poemas como hombres la adversidad y las fuerzas naturales.
agigantados, que intervienen en la batalla favorecien- La importancia de los poemas homéricos trasciende
do a uno u otro bando e incluso pueden resultar heri- su propia categoría literaria, dado que se presentan
dos. Cuando los hombres renuncian a la razón para como depositarios de los contenidos culturales bási-
realizar actos de locura o hazañas sobrehumanas, se cos de la civilización a la que pertenecían; contenidos
consideran inspirados por un impulso divino. La lec- que, oralmente divulgados, se reafirmaban y perpetu-
ción o moraleja que, en definitiva, se extrae del poe- aban. De ahí que, para los griegos, tuvieran un gran
ma es que cuanto más grande es el hombre en su valor pedagógico. Platón, por ejemplo, expresando
gloria militar, más sometido está a una autoridad su- una opinión muy extendida en su tiempo (siglo IV),
perior. Incluso los dioses tenían que inclinarse ante la afirma que Homero fue el educador de toda Grecia.
voluntad del padre de todos, Zeus, que habitaba en el Los valores propios de la areté (virtud o perfección),
monte Olimpo; y el propio Zeus estaba sometido a las el papel de los héroes, la actitud ante el destino, la re-
leyes del universo. El mundo divino era una estructura lación de los hombres con los dioses, la concepción
jerárquica a imagen y semejanza de la estructura so- de los dioses mismos, todo lo considerado esencial
cial helénica, en cuyo interior, sin embargo, los hom- para un heleno, según el modelo de las clases diri-
bres libres se sentían libres para crear. Homero ela- gentes, aprece codificado en los poemas, de los que
boró los conceptos religiosos de la clase dominante con razón se ha dicho que representaron para los
griegos algo asi como la Biblia para los hebreos.

7
Otra cuestión, largamente debatida, es si el marco micénico, incluso en su última y problematica fase,
donde se desenvuelve la acción de los héroes, la pero introduciendo algunas matizaciones, ya que la
guerra de Troya, fue o no una realidad historica. En leyenda, como parte de la tradición épica, implica li-
tierras de la actual Turquia, junto a la boca de los Dar- cencias poéticas que tienden a exagerar o sobrevalo-
danelos, se halla la colina de Hissarlik, donde los ar- rar acciones o aspectos sin demasiada importancia.
queólogos del siglo XIX localizaron las ruinas de la Por ello, es muy posible, siempre desde este punto de
ciudad griega de Ilión, llamada después por los roma- vista, que la guerra de Troya no fuese más que una
nos Illium Novum. Pero les quedaba la duda de si esa razia o incursión ocasional en busca de botín, mag-
era la localización exacta de la Troya descrita por Ho- nificada después por los poetas aqueos para ensalzar
mero o habría que buscarla en otra colina cercana. El el valor y las hazañas de sus héroes. Este recurso no
arqueólogo Schliemann realizó algunos sondeos, y es infrecuente en la historia de la literatura: piénsese
con los resultados que extrajo y lo que creía deducir en el caso de Roncesvalles, supuesta batalla ganada
de los datos aportados en la Iliada, decidió que la por los cristianos a los musulmanes, que tuvo su re-
Troya del rey Priamo estaba en la colina de Hissarlik, flejo poético-propagandístico en la Chanson de Ro-
bajo la ciudad griega y romana. land, cuando en realidad se trato de una simple esca-
ramuza.
EL DESCUBRIMIENTO DE LAS Pero hay quienes, por otro lado, vista la pobreza de
CIUDADES HOMÉRICAS los restos arqueológicos excavados en la colina de
Hissarlik, donde se habría ubicado la Troya antigua,
Nuestro conocimiento actual de la primitrva civilización se inclinan por restar todo crédito histórico al relato
griega cuyas ciudades y héroes inmortalizó Homero en sus homérico. Los restos de la ciudad que presuntamente
poemas, se debe en gran medida al trabajo arqueológico sufrió el ataque de la coalición micenica no revelan la
de Heinrich Schliemann. Nació en Mecklemburgo (Alema- riqueza que cabría esperar; parece, al contrario, que
nia) en 1.822, hijo de un pastor protestante. Después de la ciudad era en aquellos momentos pobre y de pe-
aprender de manera autodidacta varias lenguas antiguas y queño tamaño, de unos trescientos habitantes, y una
orienta1es, y de haber hecho fortuna en Rusia dedicándo-
punta de flecha es el único armamento hallado. Con
se al gran comercio, en 1.868 se estableció en Grecia con
la intención de hallar las localidades citadas en los poemas estos mimbres, es difícil explicar un asedio que, se-
homéricos. Empezó en 1.870, con la ayuda de su esposa gún la leyenda, se prolongo durante diez años.
Sofia, excavando donde se suponía que estuvo Troya, en Existen, por añadidura, otros obstáculos, cronológi-
la colina de Hissarlik (actual Turquia). Allí descubrió las rui- cos político-económicos, para confirmar la historicidad
nas de cuatro ciudades superpuestas, en una de las cua- de la narración homérica. La inestabilidad política del
les encontré lo que él creyó el tesoro del rey Priamo. A par- territorio griego entre los años 1.250 y 1.240, que más
tir de 1.874 trabajó en Micenas, Orcómeno, Tirinto y en las arriba hemos visto someramente, no parece que pu-
islas de Ítaca, sacando a la luz los valiosos restos que aún diera facilitar una expedición militar fuera de sus fron-
podemos contemplar. A pesar de que muchas de sus teo-
teras. Si nos remontamos unos cien años atrás, cuan-
rías eran inexactas, abrió un gran camino a la arqueología
griega. Schliemann falleció en Nápoles en 1.890. Sus prin- do las ciudades miciénicas aún vivían su época de
cipales obras son: Ítaca, el Peloponeso y Troya (1.869), esplendor, la Troya correspondiente al nivel arqueoló-
Troya y sus ruinas (1.875), Micenas (1.878), Tirinto (1.886), gico inferior también presenta problemas para su
las dos últimas en colaboración con Dörpfeld. Su identificación con la ciudad de Priamo, dado que pa-
Autobiografía fue publicada en 1.892 y su Corresponden- rece que fue destruída por un terremoto, aunque tam-
cia, en 1.936. poco este dato es seguro.
Recientemente se han barajado otras hipótesis, co-
Para comprobar su hipótesis, Schliemann se puso a mo el deseo de los monarcas aqueos de controlar el
excavar y sacó a la luz las ruinas de varias ciudades Estrecho de los Dardanelos desde un punto ode vista
superpuestas, pero dudando cuál de ellas podría ser comercial, ya que Troya, por su situación estratégica
exactamente la que buscaban, le sorprendió la muer- en la zona, habría sido la beneficiaria de los peajes
te. El estudio sistemático de los hallazgos realizados que debían pagar los numerosos navíos que lo atra-
lo llevó a cabo su colega Dörpfeld, que distinguió nue- vesaban. Sin embargo, no se han hallado en la ciu-
ve niveles y creyó que laTroya de Homero corres- dad hasta la fecha restos de una riqueza que vaya
pondía al VI. Entre 1.932 y 1.938 se emprendieron más allá de una próspera industria textil. Y tampoco la
nuevas excavaciones, en las que se vio más probable arqueología confirma la existencia de abundante
que la Troya homérica fuera la del nivel VII, destruída bronce, otro objeto preciado cuyo control habría podi-
hacia 1.250 a.C. posiblemente por un terremoto, ya do justificar una guerra. También se han aportado
que este extremo tampoco es seguro. otras soluciones, como la posible existencia de varias
Los estudiosos actuales, sin embargo, encuentran «Troyas» situadas en puntos diferentes de la cuenca
contradicciones entre la narración de Homero y los del Mediterráneo —se ha pensado en Cnosos y en Bi-
datos arqueológicos. La contienda habría tenido lugar blos— cuyo recuerdo habría permanecido en esas
entre el final del mundo micénico y el comienzo de la culturas a través de la tradición oral. Incluso se con-
edad oscura. Los que sostienen la historicidad del re- templa la posibilidad de que la colina de Hissarlik no
lato homérico opinan que la guerra de Troya es per- sea la localización adecuada para la Troya de la que
fectamente explicable en el contexto del imperialismo habla Homero, sino otra diferente que todavía no ha
sido identificada.

8
El confuso panorama político de los años previos al sin que este hecho, curiosamente, haya dejado rastro
declive del mundo micénico, que también lo fue del en las leyendas y tradiciones griegas. Bajo el dominio
imperio hitita y de otros reinos del Próximo Oriente, de estas aristocracias se fundaron o desarrollaron al-
complica sobremanera las cosas. Es cierto que hubo gunas ciudades.
una serie de conflictos localizados en toda la zona La polis griega era, en su origen, un núcleo resi-
costera del Asia Menor, en los que podrían haber es- dencial donde se concentraban los agricultores y los
tado implicados los micénicos, dado que ya habían a terratenientes; aquellos salían por la mañana a traba-
ocupado la ciudad de Mileto, y esta podría ser otra vía jar a los campos y volvían de noche, aunque en esta
de investigación. Mientras tanto, los historiadores circunferencia rural también había población entera-
convienen en sostener que se trató de un acto de pi- mente asentada en ella. La organización social de es-
llaje que fue engrandecido con el paso del tiempo por tas ciudades todavía reflejaba parte del pasado tribal
la imaginación de los poetas, o por la mezcla o rea- del que habían surgido. Asi, sus habitantes estaban
grupamiento de distintos acontecimientos poco rele- normalmente adscritos a tribus; fratrias y clanes, en
vantes para dar con un escenario idóneo al tema épi- orden descendente. Los clanes eran grupos exclusi-
co. Lo que no se puede negar es que hay elementos vamente aristocráticos y es posible que las fratrias tu-
micénicos en la leyenda homérica, como el célebre vieran con ellos una relación de dependencia o
«Catálogo de las naves» del canto segundo, a los clientelismo.
que, con el paso del tiempo, se agregaron otros que De lo poco que se conoce sobre las leyes políticas
también se hallan presentes en las leyendas locales formales de estas ciudades arcaicas es que estaban
del Asia Menor. Y es igualmente innegable, en cual- basadas en el dominio de la nobleza o aristocracia
quier caso, la fascinación que todavía despierta la lec- hereditaria sobre el resto de la población, dominio que
tura de la Iliada y el enigma histórico y poético en que se ejercía por medio del gobierno de un Consejo com-
ha permanecido hasta hoy. puesto por varios de estos nobles. Las ciudades eran
corporaciones independientes, a no ser que estuvie-
El nacimiento de la Polis ran sometidas por la fuerza; cada una contaba con su
héroe fundador y con una divinidad protectora. A di-
Desconocemos en gran medida las formas de orga- ferencia de las ciudades-estado orientales, su centro
nización sociopolítica que se dieron las comunidades político y religioso no se hallaba en el templo o el
griegas de la edad oscura, y tampoco podemos deter- palacio, sino en el ágora («lugar de reunión»), plaza
minar cómo fueron tomando cuerpo las polis o ciuda- en cuyas proximidades se hallaba la tumba del héroe
des-estado durante la época posterior llamada edad fundador y el lugar donde se celebraba la asamblea.
arcaica —de1.800 a 1.500 en cifras redondas—. Sa- Casi todas las polis contaban, además, con una acró-
bemos, sin embargo, que en una primera etapa los polis o punto elevado que servía como ciudadela para
reyes fueron derrocados por las aristocracias tribales, la defensa, como vimos también en las ciudades mi-
cénicas.

MAPA 8

9
Expansión de la civilización griega (750 a.C. – 500 a.C.)
Las polis eran por lo general muy pequeñas, con las hoy llamamos Isquia—, cuya fundación data de poco
excepciones de Esparta y Atenas que después vere- antes de 750.
mos. En la región de Beocia, por ejemplo, que ocupa- El crecimiento demográfico, la escasez de tierras
ba 2.500 km², había repartidas doce polis diferentes; cultivables y el régimen de propiedad de la tierra que
en Fócide, de dimensiones aún más reducidas — regía en la mayoría de las polis fueron, sin duda, los
1.600 km—, nada menos que veintidos; la pequeña factores determinantes de esta migración, compuesta
isla de Cos, de apenas 173 km, daba cobijo a tres. en su gran mayoría por las clases desposeídas. Las
Hacia mediados del siglo VI ya había alrededor de que más población enviaron fuera eran, por lo gene-
1.500 ciudades griegas en la patria helénica, que aho- ral, pequeños estados con un territorio exiguo para
ra se extendía desde las costas norte, oeste y sur del alimentar y albergar a una población numerosa; es
mar Negro, pasando por el Asia Menor occidental y significativo a este respecto el escaso o nulo papel
Grecia propiamente dicha (incluso las islas egeas), que tuvieron en esta aventura los grandes estados te-
hasta gran parte de Sicilia y sur de Italia (Magna Gre- rritoriales de Atenas y Esparta. Pero, aparte de la es-
cia), continuando luego hacia el oeste sobre ambas casez y el desigual reparto de las tierras, las disputas
orillas del Mediterráneo hasta Cirene, en Libia, y Mar- por el poder en el seno de las aristocracias ocasiona-
sella y Ampurias en las costas francesa y catalana, ron un considerable flujo de exiliados políticos, que se
respectivamente. sumaron también al movimiento migratorio de esos
Fueran a donde fueran, los griegos nunca se esta- momentos y a veces lo encabezaron como jefes. A
blecían a más de 40 km de la costa. Este movimiento ellos habría que añadir un indeterminado número de
migratorio tuvo mayor entidad que el de la edad oscu- aventureros con motivaciones de diverso tipo, de los
ra, que, como vimos, concluyó con el establecimiento que ya había algunos precedentes. La mayoría de las
de las ciudades jonias de Asia Menor. En esta oca- expediciones sabían a donde dirigirse, y ello sólo fue
sión, lo que se produjo fue un traslado organizado de posible por la existencia previa de viajes de explora-
grupos de emigrantes, aunque en cantidad reducida, ción esporádicos e improvisados, que en muchos ca-
dirigido por las «ciudades-madre» o metropolis. La sos persiguieron una finalidad comercial. Este fenó-
palabra griega que designa este tipo de nueva pobla- meno se conoce como «precolonización». El historia-
cion es apoikia. En general, estas ciudades se mante- dor Herodoto menciona el célebre viaje de Coleo de
nían independientes desde el punto de vista político y Samos hasta Tartessos (zona meridional de la penín-
económico, pero conservando los lazos sentimentales sula ibérica), donde obtuvo grandes ganancias, y los
y a menudo religiosos con la ciudad-madre; por ello el hallazgos a arqueológicos confirman la frecuencia de
término «colonia» no parece el más apropiado para esta clase de iniciativas que precedieron a los esta-
referirse a ellas, ya que éste lleva implicito el sentido blecimientos fijos. El santuario de Delfos tuvo también
de dependencia con la metropolis. La apoikia más an- un papel destacado en la fundación de las apoikias,
tigua fue la de Cumas, cerca de Nápoles —la isla que pero de ello hablaremos en otro momento.

10
El mayor determinante, en última instancia, de esta dían de las filas de la nobleza tradicional y que proba-
expansion territorial fue la mezcla del aumento pobla- blemente también controlaban algunas de las compa-
cional con unas estructuras de propiedad de la tierra ñías comerciales. Pero a la nueva riqueza de este
que favorecían su acaparamiento por parte del selec- grupo no le correspondía un poder político equivalen-
to grupo de aristócratas, de modo que la mayoría de te en la ciudad. Al mismo tiempo, el aumento de la
los campesinos caían en dependencia de estos terra- población y la dislocación de la economía arcaica per-
tenientes. Con la eliminación de los reyes en todas judicaron a las clases rurales más empobrecidas, que
sus atribuciones, la aristocracia había cerrado filas siempre habían sido las más susceptibles de verse
controlando las mejores y más extensas tierras y cre- sometidas a loss terratenientes y que ahora estaban
ando los instrumentos políticos para asegurarse el po- expuestas a nuevas incertidumbres.
der de la polis. Que se trataba de una aristocracia «de La combinación del descontento rural en los niveles
sangre» lo prueba el énfasis puesto en las genealo- inferiores de la sociedad y las nuevas fortunas en las
gías, por las que cada familia noble se adjudicaba un superiores fue el factor que terminó quebrando el es-
antecesor divino o heroico. Pero más que la sangre trecho círculo del dominio aristocrático en las ciuda-
era la riqueza la que hacia posible su monopolio mili- des. La aristocracia, por su parte, tampoco estaba li-
tar. Los metales eran escasos y costosos, en especial bre de disensiones internas. Las clases medias as-
el hierro, con el que se fabricaban las espadas y pun- cendentes comenzaron a exigir un mayor control polí-
tas de lanza. Hacia mediados del siglo VIII, un equipo tico; exigencia que halló más solidez con la importan-
militar completo no podía costearlo un hombre con cia creciente de su nuevo papel como hoplitas en el
escasos medios económicos. La riqueza resultaba ejército. Entre la masa de trabajadores del campo, sin
también esencial para la cría de caballos, que se ha- embargo, cundió un creciente endeudamiento, que
bían convertido en un arma militar particularmente llegaba a tener consecuencias dramáticas: las nor-
aristocrática. más contemplaban la pérdida de la libertad personal
La aristocracia utilizó, así mismo, sus riquezas para para quienes no pagasen sus deudas, es decir, cual-
imponer lazos de patrocinio y obllgación con los cam- quier campesino endeudado y sin recursos podía fá-
pesinos. Desconocemos la situación de la mayoría de cilmente caer en la esclavitud.
éstos y de los artesanos, o si las tareas manuales en Una población en constante crecimiento y descon-
los campos y en las casas de los nobles se realizaban tenta era de por si un peligro para las clases domi-
por trabajadores libres o semilibres. Había, por su- nantes. Además, la presión añadida de los nuevos
puesto, auténticos esclavos, hombres y mujeres cau- grupos enriquecidos seguramente creció por la nece-
tivos, pero aún no se había producido la difusión ge- sidad de contar con mano de obra más abundante y
neralizada de la esclavitud. Debemos, así mismo, diversificada, así como por la expansión de sus pose-
considerar la presencia de una clase media relativa- siones a regiones más pobres y marginales. Fuese
mente próspera, compuesta de agricultores y algunos como fuere, lo cierto es que la stasis (conflicto entre
mercaderes, cargadores y artesanos; hay referencias las clases) derivó en auténticas explosiones de pro-
a ellos en los fragmentos de poesia lírica que se inicia testa social. Como escribe Aristóteles en su Consti-
en torno al año 650. Esta clase fue la que hizo posible tución de Atenas «se produjeron refriegas civiles entre
una de las innovaciones militares más importantes de los nobles y el pueblo por largo tiempo» porque «los
toda la historia griega, la infantería que se llamó de pobres, con sus esposas e hijos, eran esclavos de los
los hoplitas, término cuyo significado literal era, según ricos» y «no tenían derechos políticos». No puede ex-
vimos, «el hombre de la herramienta». Quizá dio el trañar, pues, que las reivindicaciones de esta pobla-
nombre a esta infantería por la mayor presencia en ción pauperizada fuesen fundamentalmente dos: la
ella de metalúrgicos, mejor situados para dotarse de redistribución de las tierras y la cancelación de las
sus propias armas y armaduras. Estas eran costosas deudas.
y cada soldado debía normalmente procurárselas con Para los trabajadores desposeídos, la petición de
sus propios recursos. La creación de la falange ho- justicia a las instituciones de la polis no tenía posibili-
plita hizo posible que estos grupos pudientes pero no dades de prosperar, ya que la aristocracia monopoli-
privilegiados se desempeñaran en una función militar zaba los tribunales, lo mismo que lo hacía con las fun-
de importancia y a cambio exigieran derechos políti- ciones sacerdotales. Cada vez más alto se fue oyen-
cos. do, pues, el grito de que no podía haber justicia mien-
La llegada de la moneda favoreció la expansión de tras la ley no fuera de conocimiento público y su ad-
una economia monetaria y, con ella, el incremento del ministración abierta y equitativa. Las capas dirigentes
comercio y de la población total de Grecia. La ola de no pudieron hacer oidos sordos: sus privilegios peli-
fundaciones de los siglos VIII al VI fue la expresión graban ante la revuelta social y, por tanto, debian ha-
más obvia de esta a evolucion. Al mismo tiempo, la cer algunas concesiones. De las filas de la propia
mayor productividad de los cultivos helénicos de vino aristocracia se apresuraron a salir a la palestra los
y olivo, más intensivos que la coetánea agricultura ce- hombres encargados de emprender las reformas de-
realista, quizás proporcionó a las ciudades griegas mandadas, como el sabio Solón en Atenas; y una de
cierta ventaja relativa en los intercambios comerciales ellas fue la puesta por escrito y la publicación de las
de la zona mediterránea. Las oportunidades económi- leyes de la polis. Es por ello que a estos dirigentes
cas surgidas de este crecimiento crearon un estrato políticos se les considera a la vez reformadores y le-
de propietarios agrícolas enriquecidos que no proce- gisladores. Solón, sobre quien volveremos en el si-

11
guiente apartado, escribió bastantes tratados de ética crático de la propiedad agraria y favorecieron con ello
y de política, que nos proporcionan la primera fuente la independencia de los campesinos, con lo que el co-
escrita, a pesar de su reducido volumen. Sus escritos, mercio y las manufacturas tomaron un nuevo impulso.
todos en verso, se conservaron durante siglos y su El resultado fue que la conflictividad social se aplacó
código legal, plasmado en tablillas de madera, tam- durante una o dos generaciones.
bién se mantuvo por muchos años. En el terreno de las relaciones con otros estados, la
El caso de Solón sirve para ilustrar que los desarro- tiranía actuó así mismo como fuerza pacificadora, en
llos económicos, jurídicos y políticos de la Grecia ar- la medida de lo posible, mediante matrimonios entre
caica se produjeron durante un prolongado periodo de distintas dinastías o acuerdos diplomáticos. En políti-
luchas sociales discontínuas pero en aumento, que ca interior, fortaleció el sentido de comunidad median-
en los momentos críticos llegaron a ser muy violentas. te la realización de obras públicas y espléndidos fes-
En un principio, la oportunidad de enviar a un sector tivales que, en su mayoría, se relacionaban con los
de la población al exterior para formar nuevas comu- cultos más importantes. En definitiva, vigorizó la polis
nidades sirvió como válvula de escape; sin embargo, y sus instituciones, contribuyendo a que el demos (el
llegó el momento —y parece que a mediados del siglo pueblo en general) tomara conciencia de su función
VII se alcanzó el punto crucial— en que estas solucio- política, lo que, en algunos estados se tradujo en el
nes ya no eran suficientes ni quizá posibles. En medio propio gobierno del demos, es decir, en la democra-
de la stasis generalizada, los individuos más ambicio- cia.
sos y, obviamente, que disponían de los recursos mili- Normalmente se interpreta como paradójico que la
tares suficientes aprovecharon la oportunidad en be- tiranía alcanzara estos logros cuando gobernaba por
neficio propio y de ahí surgió la tiranía, institución ti- encima de las leyes; pero no hay que olvidar que di-
picamente griega. Con el término tirano, en sus orí- chas leyes o constituciones habían sido en su mayor
genes despojado de las connotaciones negativas que parte elaboradas y aplicadas por y para los intereses
después adquirio, se definía al hombre que se adue- de las clases aristocráticas, lo cual no quiere decir
ñaba del poder y lo mantenía sin autoridad que la tiranía no tuviese sus puntos débiles: su funcio-
«legítima», pero aplicando algunas reformas con las namiento y características dependían demasiado de
que se ase-guraba el apoyo, al menos momentáneo, las cualidades personales del tirano, se daba cierta
de amplios sectores de la población. tendencia a la corrupción y, dado que el tirano no era
La tiranía, cuyos inicios se sitúan después de pro- el único hombre hábil y ambicioso del estado, la riva-
mediar el siglo VII, se extendió a muchas comunida- lidad política se dirimía a menudo en forma de cons-
des de Grecia continental y luego a las islas egeas, al piraciones o asesinatos.
Asia Menor y a las regiones occidentales. El más anti-
guo de los tiranos parece que fue Fidón de Argos, a Esparta y Atenas: Dos modelos
quien la introducción de la falange hoplita le sirvió pa- contrapuestos
ra afirmar su poder sobre los demás nobles. En poco
tiempo aparecieron otras tiranías en Corinto, Sición y No es casual que la mayor parte de la información
Mégara, entre las más conocidas. El factor común al que poseemos sobre la historia de las polis en este
desarrollo de esta forma de gobierno fue la incapaci- periodo arcaico se refiera a los dos Estados más
dad de las aristocracias hereditarias para contener o grandes, Atenas y Esparta, en el Ática y la Laconia,
resolver los crecientes conflictos, tanto los producidos respectivamente, cuyo protagonismo destacó desde
en sus propias filas como los que sostenían las clases muy temprano a pesar de no haber tomado parte, co-
desposeídas. En otras ocasiones se mezclaban tam- mo vimos, en la expansión colonial. Las transforma-
bién los conflictos con otras polis, como los de Argos ciones que en ambos Estados se produjeron entre los
contra Esparta o los de Atenas con Mégara. En las siglos VIII y VI dieron lugar a la emergencia, a co-
zonas «coloniales», Sin embargo, la tiranía apareció mienzos del siglo V, de dos potencias hegemonicas
un siglo o más después, y también vinculada a veces permanentemente enfrentadas por la supremacia
con los problemas ocasionados por sus poderosos dentro de la Hélade. Dicho enfrentamiento se vio re-
vecinos: Cartago al oeste. Lidia o Persia al este. forzado por las diferencias radicales de sus formas de
En todas las ciudades la tiranía contaba con el favor vida y gobierno. Atenas se convertiría en un estado
de muchos ciudadanos, ya que se esperaba del tirano abierto al desarrollo de las artes en general y con un
que tomara las medidas, aunque fuese empleando la notable grado de urbanización. Esparta, por el con-
fuerza, para alcanzar los objetivos sociales y políticos trario, se consolidaría como un estado cerrado, auto-
demandados por la mayoría. En Atenas, un tal Cilón suficiente, fuerternente militarizado, hasta el punto de
encabezó un levantarrliento entorno al año 630, que parecer más un inmenso campamento militar que una
fue sofocado. Una generación después, los atenien- ciudad. Veamos con más detalle las características de
ses pidieron que Solón se convirtiera en tirano, si- cada uno ellos en cuanto a su evolución política y sus
guiendo el ejemplo de las tiranías vecinas de Mégara formas de vida.
y Corinto; pero éste no acepto. La popularidad de que
gozó esta forma de gobierno se explica porque en Un Estado militar
muchos lugares hizo lo que se le pedía: introducir re-
formas a expensas de la aristocracia tradicional. Los
tiranos bloquearon efectivamente el monopolio aristo-

12
En la región de Laconia, dominada por los dorios aunque con sus potestades limitadas a las sacerdota-
que llegaron al Peloponeso en los albores de la Edad les y la jefatura del ejército. Así, cuando en el siglo VII
del Hierro, la ciudad de Esparta se levanta en la la monarquía era ya una institución anacrónica en el
ribera del río Eurotas, una gran llanura aluvial enca- mundo griego, Esparta todavía enterraba a sus reyes
jonada por dos cordilleras —las montañas de Taigeto con gran pompa y ritualismo, máxime si tenemos en
y las del Parnón—, que terminan formando en la cuenta que ambos monarcas procedían respectiva-
costa los cabos del golfo de Laconia. Sus tierras eran mente de las dos familias más importantes, los Agía-
las más fértiles de todas las regiones helenas, en es- das y los Euripóntidas, rivales y reivindicadoras de as-
pecial las de la región vecina de Mesenia, que Espar- cendientes divinos.
ta se anexionó por la fuerza. Su producción agrícola,
por tanto; era suficiente para no tener que recurrir a
las irnportaciones, excepto en casos extremos de
guerra prolongada; y en Laconia, además, había mi-
nas de hierro, muy raras en el resto de Grecia. Su
mayor desventaja consistía, quizá, en su precario ac-
ceso al mar, ya que la ciudad se ubicaba en el interior
y el puerto más cercano distaba unos 43 km hacia el
sur. En él atracaban los barcos mercantes y servía
también como pequeña base naval.

MAPA 9

Emplazamiento de Esparta y su expansión en el


Peloponeso.

La historia de Esparta es un rosario de tensiones y


conflictos entre los distintos organismos de su gobier-
no y, como en otras polis griegas, entre la clase domi- Guerrero espartano
nante y las clases subalternas. El gobierno espartano
estaba encabezado por una diarquía (dos reyes) ins- El resultado de la limitación del poder real por parte
titución de origen incierto, en el seno de la cual las lu- de la nobleza espartana fue la articulación de una se-
chas dinásticas eran moneda corriente 1. Sin embargo, rie de resortes políticos, comunes en el panorama
el poder de la realeza espartana, muy fuerte en la griego, y que en Esparta se plasmaron en la nueva
edad oscura, no se extinguió en los siglos posteriores constitución atribuída a un legislador legendario, Li-
siguiendo la tendencia dominante en toda la Heláde, curgo. El órgano gubernamental supremo quedó en-
sino que logró mantenerse en la dirección del estado, carnado en la gerousia o asamblea integrada de ma-
nera vitalicia por veintiocho ancianos mayores de se-
1 senta años, más los dos reyes. Todos ellos compo-
En cuanto al origen de la diarquía espartana, es posible que antes
de la llegada de los dorios en el Peloponeso estuviera vigente el ti-
nían una oligarquía (gobierno de unos pocos), grupo
po de monarquía sagrada matrilineal en el que el rey y su teóricop selecto dentro de una minoría, los espartiatas, la úni-
oponente se alternaban en el periodo de regencia; y que los jefes ca que disfrutaba de plenos derechos politicos y, por
dorios usurparan su lugar repudiando después la soberanía de la tanto, actuaba en todos los aspectos de la vida del
reina tribal representante de la diosa. Un elemento que apunta en
esta dirección es la importancia que conservço bajo la dominación
estado. Se ha dicho que la gerousia era algo así co-
doria el el culto a la diosa pre-helena Ortia. mo una oligarquía de la experiencia, dentro de una

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clase superior consciente de sus privilegios. Este or- La trilogía política dominante en el mundo griego
ganismo se encargaba del estudio y preparación de durante esta etapa arcaica —monarquía, consejo
los proyectos que posteriormente pasaban a la asam- aristocrático, asamblea popular— persistió también
blea popular, y también entendía en los procesos que en Esparta hasta la segunda mitad del siglo VII, con
implicaran la pena de muerte o la pérdida de la ciuda- las peculiaridades ya señaladas. Pero a partir de la
dania, extendiéndose su poder hasta el enjuiciamien- llamada Segunda Guerra Mesenia, fruto de la cam-
to de los propios reyes. paña de conquista de esta región vecina, emprendida
Como en otros lugares de Grecia, en Esparta el pa- por Esparta, el panorama social dio un giro radical. El
pel de la asamblea popular era, en realidad, muy limi- poeta Tirteo, cuyas composiciones líricas nos infor-
tado. Recibía el nombre de apella y la componian so- man de la situación de aquel tiempo, presenta a Es-
lamente los espartiatas, es decir, quienes disfrutaban parta sumida en la misma situacion de stasis o con-
de la plenitud de derechos. Al principio estas asam- flicto social que afectaba a toda Grecia. El Estado es-
bleas eran presididas por los reyes y después por el partano tuvo por entonces que afrontar dos graves
otro mecanismo político del que se dotó la constitu- problernas: la necesidad de tierras para una pobla-
ción espartana, los éforos; pero las asambleas ape- ción en aumento, fenómeno generalizado, como vi-
nas tenían capacidad de decisión en cuestiones de mos, en todo el territorio heleno; y, más urgente aún,
gobierno o administración, ya que se limitaba a opinar el control sobre los ilotas, mucho más numerosos y
y decidir mediante aclamación sobre los asuntos que propensos a la revuelta.
le eran propuestos. Ya apuntabamos más arriba que el primero de es-
Aunque se desconoce la fecha de su creación —en tos retos no lo solucionó Esparta mandando a su po-
la constitución atribuida a Licurgo no se les cita—, la blación sobrante a fundar apoikias, como hicieron
lista de los éforos se remonta a mediados del siglo otras ciudades, pues sólo Tarento figura en la nómina
VIII. Se trataba de un cuerpo de cinco individuos ele- colonial espartana y no fue fundada por espartanos
gidos por la asamblea popular. Eran los guardianes de pleno derecho, sino por grupos de población so-
de la constitución, presidían la asamblea y sus com- metida, en torno al año 700, que quedaron margina-
petencias abarcaban un amplio abanico de órdenes: dos tras la Primera Guerra Mesenia. Esparta resolvió
tenían poderes importantes en la administración, con- el problema del exceso de población ocupando esta
trolaban a los funcionarios, a los extranjeros y a las vecina región, de tierras incluso más fértiles que las
poblaciones dominadas; supervisaban también la de Laconia. Esta guerra de conquista dirigida por la
educación de los niños, actuaban como censores, aristocracia, que parece que duro unos diecisiete
jueces y policías e incluso podían llevar ajuicio a los años, exigió a la postre, para concluirla victoriosa-
reyes, acompañar los en las guerras y mandar unida- mente, del concurso de toda la población espartana.
des militares. Fueron, en definitiva, la institución que Tirteo que se había convertido en el poeta propagan-
acabó teniendo mayor fuerza dentro del Estado es- dista del estado, dedicó sus versos a estimular los
partano, sobre todo durante los siglos VI y V, y en de- sentinilentos patrióticos de la población espartana,
trimento de la autoridad real. apelando al ideal de la eunomia, es decir, del buen or-
En la sociedad espartana, el reducido número de den que nace del cumplimiento estricto de la ley por
espartiatas —llamados homoioi (los Iguales)— que parte de los ciudadanos.
residían en la ciudad constituyeron siempre la clase El segundo reto fue igualmente costoso y, en amplia
dominante sobre los otros dos sectores de la pobla- medida, se relaciona con el anterior. En la segunda
ción, periecos e ilotas, ambos con estatutos diferen- mitad del siglo VII, los mesenios, ya sometidos, apro-
ciados. Por un lado, los periecos (los que habitan al- vecharon las agudas tensiones existentes en el seno
rededor) eran hombres libres que trabajaban en sus de la clase dirigente para rebelarse, y aquellas mis-
comunidades, pero eran súbditos de Esparta: care- mas tensiones dificultaron la solución de este nuevo
cían de autonomía política y militar, aunque al mismo conflicto o Segunda Guerra Mesenia. Una vez sofoca-
tiempo gozaban de la ciudadanía en sus respectivas do, los espartanos decidieron poner todo su empeño
comunidades, hablaban el dialecto dórico y tenían el en acabar de una vez por todas con la conflictividad
mismo derecho que los espartanos al llamarse lace- de los ilotas, ahora más numerosos con la incorpora-
demonios, es decir, descendientes directos del héroe ción de los mesenios, asegurándose, por un lado, un
Lacedemón, hijo de Zeus y de Taigeta (la diosa del mayor control sobre ellos; y, por otro, manteniendo su
monte Taigeto cercano a Esparta). Por otro lado, los supremacía militar frente a Argos y Tagea, estados
ilotas, la mayoría de la población, eran auténticos es- con los que se disputaba el dominio del Peloponeso.
clavos del Estado espartano, que los asignaba a de- Para la consecución de estos objetivos, los ciudada-
terminados ciudadanos, sin derecho a trasladarse, nos espartanos de pleno derecho compusieron un
para trabajar los campos y rebaños de sus dueños, ejército permanente; de ahí que la ciudad de Esparta
con la obligación de entregar a estos la mitad de la adquiriese el aire de campamento militar que siempre
producción. Vivían apartados en sus aldeas y forma- la caracterizó.
ban sus propias familias. Parece que los ilotas de La- A partir de entonces los Iguales no lo serían sólo
conia eran la población original aquea y pre-helena por ser ciudadanos de pleno derecho, sino también
sometida por los conquistadores dorios, estado de de- en los demás ámbitos de la vida: el educativo, centra-
pendencia del que encontrarnos paralelos en Tesalia do en hacer de ellos unos soldados valerosos y disci-
y Creta. plinados; en el económico, dejando toda actividad

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agraria, industrial y comercial en manos de las clases pre era viril. Los dieciséis años marcaban el inicio de
subalternas, y en el político, dedicándose enteramen- la adolescencia, y ello implicaba la realización de
te a la vida pública que les otorgaba su papel dirigen- unos ritos de paso consistentes en pruebas de resis-
te. En principio, sus vidas quedaron completamente tencia y ceremonias de carécter mágico. La prueba
moldeadas por el Estado y totalmente dedicadas a más extraña y de consecuencias más dramáticas era
éste. Icluso el hecho de decidir si un varón al nacer la llamada criptia («escondite»): tras un tiempo de
debia o no sobrevivir no correspondía a los padres, si- reti-ro en que el joven vivía completamente sólo y
no que era responsabilidad de la gerousia. Este era oculto en el campo, por la noche practicaba la caza
uno de los muchos mecanismos tendentes a aflojar, de ilotas y mataba al menos a uno, hecho que ayuda
tanto simbólica como materialmente, los lazos de pa- a expli-car también la rebeldía de esta población
rentesco y tribales para evitar posibles conflictos de esclava.
lealtades y asegurarse una plena adhesión al Estado. En cuanto a las niñas y las jóvenes, mientras que
Era en el ámbito educativo, no obstante, verdadero en Atenas vivían recluidas, con las matizaciones que
factor de igualdad entre los Iguales, donde se hacían veremos en otro capítulo, las espartanas practicaban
más evidentes las diferencias entre las formas de vida en público muchos deportes, al igual que los mucha-
practicadas en Esparta y en Atenas. Los niños varo- chos, como la lucha y el lanzarniento de disco y jaba-
nes espartanos sólo permanecían con sus familias lina, que era, por cierto, un arma de guerra. De este
hasta los siete años, pero parece que se les criaba de modo, en pos del mejoramiento continuo de la raza
un modo especial desde su más tierna infancia. Plu- (eugenismo), el Estado espartano se aseguraba unas
tarco, escritor griego del primer siglo de nuestra Era, futuras madres de familia robustas y fuertes. Los jó-
dejó reflejado que las nodrizas laconias, en vez de venes de ambos sexos se ejercitaban desnudos en
envolver a los bebés, dejaban totalmente al aire sus estos juegos deportivos, también en las procesiones,
miembros, los acostumbraban a no ser caprichosos ni cantando y bailando, y en las ceremonias religiosas.
delicados con la comida, a no asustarse por la oscuri- La concentración en la vida cuartelera de los varo-
dad, a no temer la soledad, a no llorar ni gritar. No era nes espartanos tenía como consecuencia una separa-
infrecuente que las familias aristocráticas de Atenas ción física de los sexos y, a su vez, facilitaba que las
se dirigieran a Esparta para buscar una niñera para espartanas gozaran de más libertad que en ningún
sus hijos. otro lugar del mundo griego. La convivencia entre mu-
A los siete años el niño espartano estaba ya directa- jeres, igual que entre los varones, llegaba al menos
mente en manos del Estado, al que no dejaría de per- hasta los treinta años, con el lógico desarrollo de un
tenecer hasta su muerte. A partir de esa edad se alis- paralelo fenómeno de homosexualidad y de creación
taba en formaciones premilitares que se escalonaban de instituciones y formas de sociabilidad exclusivas.
a lo largo de sus etapas de crecimiento, siempre bajo Tengamos en cuenta que los lazos matrimoniales te-
la atenta mirada del pedónomo, especie de inspector nían como única finalidad el vigor y la continuidad ra-
de educación nacional. Es también Plutarco quien cial, por eso el celibato no estaba bien visto entre los
señala que sus estudios se limitaban a lo más básico, adultos. Vemos, por tanto, que toda la educación
y el resto de su educacion consistía en aprender a espartana constituía un proceso perfectamente confi-
obedecer, soportar la fatiga con entereza y vencer en gurado para lograr guerreros capacitados y ciudada-
la lucha. Esta es la razón de que el entrenamiento de nos conscientes de su superioridad física y de su
los niños se hiciera cada vez más duro a medida que papel dirigente.
crecían: se les afeitaba la cabeza, se les acostum- Ya dijimos que el reto de controlar la conflictividad
braba a caminar descalzos y a jugar desnudos la ma- de los ilotas estaba en cierta medida relacionado con
yor parte clel tiempo, en definitiva, la disciplina era su los problemas del aumento de la población. En efecto,
única forma de vida. A partir de los doce años deja- la conquista definitiva de Mesenia transformó a Es-
ban de llevar túnica y sólo recibían un manto para to- parta en uno de los estados más extensos de Grecia;
do el año; dormían en cuartos colectivos sobre jer- pero la contrapartida fue que la y y población Mesenia
gones de caña; no se bañaban, tan sólo se frotaban dominada pasó a engrosar las filas, ya de por si nu-
con aceite los pocos días festivos que había; se les merosas de los ilotas lacedemonios; de ahí los refuer-
azotaba cruelmente por cualquier falta, aunque fuera zos en el control de esta clase por parte del Estado
leve; en las comidas colectivas sólo recibían una ra- espartano, que no podía realizarse sino através de
ción mala y escasa para estimularles a buscar viveres una fuerte militarización. Son, por tanto, razones inter-
por su propia cuenta y entrenarse en el atrevimiento y nas de carácter policial las que expllcan el surgimien-
la astucia. to y permanencia de esa mentalidad militarista que
Era también a los doce años cuando cada joven es- impregnó hasta la médula la vida del pueblo laconio.
partano quedaba en adelante tutelado por otro espar- Para el Estado espartano resultaba fundamental tener
tiata adulto, que le servía de modelo o referente y con sus fuerzas militares bien entrenadas siempre prepa-
quien llegaba a entablar una estrecha relación, inclu- radas para la acción, pero también dosificarlas al
so de caracter amoroso, La ley y la opinión pública máximo, dada la exigüidad del número de espartiatas-
autorizaban la pederastia, con unos límites que es di- guerreros. Todo iba encaminado a prevenir por cual-
fícil de precisar. Estos lazos, que tamblén se encuen- quier medio los dos peligros que amenazaban de con-
tran en otros pueblos dorios, tenían como finalidad tinuo su integridad: las sublevaciones de los esclavos
estimular el valor guerrero, que, por su puesto, siem- ilotas y los ataques de enemigos extoriores, que en

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un momento dado podían alentar o apoyar tales su- pulsar peligrosas aventuras de agresión en el exterior.
blevaciones para debilitar las de por sí limitadas fuer- Pero la derrota en el largo asedio de Tegea, ciudad de
zas militares. En efecto, como hemos dicho, la clase la Arcadia opuesta a la expansión espartana, y la
de los espartiatas-guerreros era minoritaria respecto imposibilidad de conquistar la vecina Argos, pudieron
del resto de la población, por lo que perder a cien o ser factores que impulsaron una nueva política de
doscientos de estos soldados representaba para el reemplazar las guerras y conquistas por alianzas de-
Estado espartano una verdadera catástrofe. Esto fac- fensivas y pactos de no agresión; aunque, natural-
tor ayuda, así mismo, a explicar la tendencia defensi- mente, cuando era necesario, se usaba la fuerza para
va y poco expansionista que aquél tradicionalmente imponer esas alianzas o también para mantenerlas en
mantuvo. el caso de que alguna de las partes no cumpliera su
Para reforzar el ideal de igualdad entre los espartia- palabra.
tas, el Estado les adjudicaba lotes iguales de tierras, Hacia fines de siglo, casi la totalidad del Pelopone-
cuya propiedad conservaba el Estado; y, en estos lo- so estaba comprometida en estos acuerdos salvo Ar-
tes de tierras entraba un determinado número de gos, que era demasiado fuerte, y Acaya, que era de-
esclavos ilotas que las trabajaban, teniendo éstos que masiado remota e insignificante. En realidad, los his-
pagar a sus patronos la mitad de lo que produjeran, toriadores modernos llaman a esta alianza la Liga del
como ya vimos. El recorte de las actividades econó- Peloponeso, aunque los griegos siempre ser refirieron
micas, a las que se consideraba fuente de diferen- a «los espartanos y sus aliados». Entre éstos hubo,
ciación social, se complemento con la ilgualdad en las en épocas diferentes, ciudades de fuera del Pelopo-
prácticas educativas ya mencionadas, que buscaban neso, como Mégara, Egina y Atenas. La Liga nunca
esencialmente lograr buenos ciudadanos y soldados contó con un mecanisimo administrativo ni con ha-
al servicio del estado. En este como en otros aspec- cienda propia y su cohesión y efectividad variaron con
tos, en Esparta fue el estado el que marco las pautas cada década y con cada cuestión particular. No obs-
económicas más que en ningún otro lugar de Grecia, tante, esta institución dotaba a Esparta de los hom-
predominando los sectores agrícola y ganadero, y bres adicionales necesarios para lograr la paz interna
una economía donde la moneda no existía como ve- y para convertirse en la mayor fuerza militar de Gre-
hículo de intercambio. La igualdad iba a su vez acom- cia, lo que significaba ser lider reconocido de los grie-
pañada de una acentuada austeridad, que privaba a gos contra los persas invasores.
todo espartano varón del disfrute de cualquier tipo de
lujo que pudiera menoscabar su supremo objetivo de
la preparación física y militar.
Esta inhibición de las actividades economicas por
parte de los ciudadanos espartanos redundó en bene-
ficio de los periecos —también de las mujeres espar-
tiatas— que no hallaron competencia dentro del terri-
torio estatal, ya que los extranjeros tenían prohibido, a
no ser por consentimiento expreso de las autoridades,
todo ejercicio lucrativo. Los periecos, enriquegidos
muchos de ellos por el monopolio que ejercían sobre
el comercio, tuvieron así un papel destacado en un fe-
nómeno que las excavaciones arqueológicas han
confirmado: el estado espartano, al menos en el siglo
VII, continuaba abierto aún a los influjos exteriores,
recibiendo cerámica corintia de buena calidad, obje-
tos importados de marfil y bronce, y acogiendo a artis- Guerreros hoplitas
tas y poetas como Tirteo, o músicos como Terpandro. («hombre de las herramientas»)
Parece que estos contactos mercantiles decrecieron Pausanias, escritor griego del siglo II d.C. en su
durante el siglo VI, alejándose Esparta de los grandes Descripción de Grecia hace eco de algunas de las pe-
circuitos comerciales, donde la moneda se iba impo- culiaridades de Esparta que la distinguían de las de-
niendo como decisiva novedad. Pero en Esparta hubo más ciudados griegas; el considerable número de
quienes, por encima de cualquier ideal igualitario, no tumbas de reyes y de héroes que aparecían aquí y
supieron resistirse a los encantos de la riqueza; entre allá en el interior de la ciudad y la falta do una acró-
los autores antiguos son frecuentes las alusiones a la polis que mereciera el nombre de tal. La arqueología
facilidad con que monarcas o éforos aceptaban so- ha confirmado esto y algo más: que Esparta nunca se
bornos, y sabemos que muchos espartanos inscribie- convirtió en una verdadera ciudad, ya que carecía de
ron equipos en las carreras olímpicas de carros, lo un centro urbano semejante al de muchas otras polis
que entre los griegos era un signo inequivoco de soli- griegas. Hasta finales del siglo IV no contó siquiera
dez económica. con la prótección de una muralla. Fuera de la ciudad
La política preventiva y defensiva que someramente se alzaban los templos y santuarios más importantes:
hemos descrito dio un giro radical cuando Cleómenes el de Artemisa Ortia, en la misma orilla del río; el de
I, rey desde 520 a 490, aproximadamente, empleó
sus éxitos militares y maniobras diplomáticas para im-

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Menelao y Helena, en la otra, y el de Apolo Jacinto Ortia, era, en efecto, un título de la antigua diosa
cerca de la ciudad de Amiclas, vecina de Esparta2. neolítica. Aparece en los objetos de culto representa-
da con alas y flanqueda por leones, a la manera cre-
MAPA 10
tense, como Potnia Theron, y con un ave rapaz que la
corona. Artemisa, la diosa en su aspecto de doncella,
que fue incorporada al panteón olimpico, había sido
esa misma Señora de los Animales y de la fertilidad,
que recibía un culto muy especial en las regiones más
agrestes y montañosas, como Arcadia y Laconia;
también la Ninfa y madre nutricia, como se la recono-
cía aún en Efeso (Asia Menor). Ortia y Artemisa eran,
en definitiva, la misma diosa con nombres diferentes.
Atenea aparece, sin embargo, una divinidad más
acorde con el espíritu marcial de los espartanos. Qui-
zás por ello se elevó en la acropolis su santuario, lla-
mado de Atenea Calcieco por ser de bronce su esta-
tua y al memos algunas partes del templo. Este esta-
ba rodeado por un muro que delimitaba un recinto sa-
grado o témenos, donde las excavaciones han pro-
porcionado una gran cantidad de relieves y figurillas
que representan, entre otros temas, a una diosa de la
fertilidad y de la vida, a sus adorantes y oferentes y a
los animales que se ofrecían en sacrificio.
Por último, no faltaba en Esparta —en esto no dife-
ría del resto de Hélade— un Heroon, el lugar donde
se celebraban los ritos relacionados con el culto de
El Ática y la Grecia central los antepasados.

Esta Ciudad de Esparta, que solemos imaginar tris- El gobierno del demos
te y fría, tuvo, sin embargo, en los comienzos de su
historia, una considerable actividad literaria y, sobre Hemos señalado en más de una ocasión que el Áti-
todo, poética, como ya referimos. La poesía floreció ca fue una región que acogió a muchos de los grupos
en Esparta principalmente en el siglo VII, de la mano que huyeron de las invasiones que acabaron con el
de Tirteo y Alcman. El primero hizo un canto al hoplita mundo micénico en las postrimerias del segundo mi-
espartano, que muy pronto pasaría a desempeñar un lenio e inicios del siguiente. A diferencia de Esparta,
papel esencial en la organización del Estado. El se- donde sólo unos pocos gozaban de la ciudadanía, en
gundo, algo posterior, fue, sin embargo, amante de la la región del Ática, con su ciudad, Atenas, todos los
naturaleza y de la vida, y un agudo observador de su hombres libres eran igualmente atenienses, ya vivie-
entorno. Su obra se compone principalmente de can- sen en Atenas, en Maratón, en Eléusis o en cualquier
tos para coros de muchachas, que actuaban en las otra localidad rural. Durante la época oscura, cuando,
fiestas en honor de los dioses y las diosas de Espar- abolida la monarquía, se consolidó el Estado atenien-
ta. El más extenso que se conserva esta dedicado a se, las diferentes comarcas y aldeas de esta extensa
Helena y lo entonaba un coro de diez jóvenes durante región pasaron a depender del centro urbano, en prin-
la ceremonia que tenía lugar la madrugada del día en cipio, sin ninguna clase de súbditos internos. A este
que comenzaba la primavera, para ahuyentar a los respecto, los atenienses sabían que constituían una
espiritus malignos de las plantas que comenzaban a excepción en Grecia, y atribuían esta unificación del
germinar. Ática, o synoikismos, a su héroe Teseo, a quien, co-
El santuario de Artemisa Ortia posee un interés es- mo recordaremos, hicieron así mismo responsable de
pecial porque representa la permanencia de un culto la muerte del Minotauro cretense, aunque el primer
pre-helénico en la rígida y patriarcal sociedad espar- hecho corresponde a la edad oscura y el segungdgo
tana. De algún modo, la adopción de esta divinidad a la Edad del Bronce.
por parte de los nuevos dominadores dorios y, más En el marco del Estado ateniense había una serie
aún, su lugar preferente en el panteón espartano se de estructuras comunitarias de integración que funcio-
puede interpretar como un intento de vincular o inte- naban como sistemas de parentesco. Ya hemos ha-
grar en el sistema sociopolítico dorio a una población blado de las tribus y las fratrias, comunes a los ante-
local —compuesta de prehelenos y aqueos— que pasados indoeuropeos que en Atenas se desarrolla-
probablemente ofreció una dura resistencia a la domi- ron a la par que las polis. Muchas de estas comunida-
nación doria. des debieron de caer en dependencia de las grandes
familias aristocráticas, quizás bajo el amparo del culto
2 a un mismo héroe antepasado, llegando a formar con
Cuenta la leyenda griega que a Jacinto, hijo de Amiclas y Diome-
des, le hirió Apolo de muerte con un disco desviado por el viento, y el tiempo verdaderas clientelas políticas de los clanes
a fin de inmortalizarlo, le convirtió en la flor que lleva su nombre. dominantes en cada distrito territorial. Parece que ha-

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bía tres regiones naturales en el Ática: la llanura con reducidos a la esclavitud fueron liberados; y los que
la ciudad, donde residían los grandes propietarios; las ya habian sido vendidos a otras ciudades se repa-
zonas costeras, ocupadas por quienes se dedicaban triaron. Promulgó después una nueva ley por la que
a actividades relacionadas con el mar, y las colinas quedaba prohibida en adelante la costumbre de poner
del interior, de valor agrícola muy inferior al de la lla- en prenda las personas de hombres y mujeres libres
nura, donde vivían la mayor parte de los campesinos como aval de una deuda. Esta política de prohibición
pobres. En todas ellas se daban los mencionados de las formas tradicionales de explotación quedó re-
vínculos de dependencia y clientelismo respecto de forzada con una serie de reformas en la administra-
las familias nobles, en detrimento de su independen- ción de justicia y la codificación de las leyes, que a
cia politica. partir de entonces serían escritas y publicadas, intro-
Los problemas de superpoblación característicos de duciendo, de este modo, la claridad, la seguridad y el
este periodo los solucionó el Estado ateniense con la conocimiento general de la ley en los principios del
expansión territorial —fundó varias colonias— y con Estado.
un alto nivel de desarrollo artesanal que fue posible, Con ello, Solón, impidió el crecimiento de las fincas
en gran medida, por la gran afluencia a los talleres de nobiliarias y estabilizó el modelo de las pequeñas y
la ciudad de mucha población rural desposeida de tie- medianas propiedades, que a partir de entonces se-
rra y con escasos recursos. En la segunda mitad del rían características del campo del Ática. De momento,
siglo VII, las familias aristocráticas de Atenas, llama- la paz social, aunque inestable, estaba garantizada.
das eupátridas (bien nacidos) acaparaban las tierras, Otra innovación de Solón fue la creación de una jerar-
detentando el monopolio económico y político de la quía social formal basada únicamente en criterios de
polis. Esta clase tampoco se libró de las luchas inter- riqueza y no de sangre o linaje. Pero esta riqueza no
nas comunes a casi todas a las aristocracias griegas, debía medirse por la cantidad de dinero —en la eco-
ni de la oposición de las clases inferiores. Pero, si los nomía monetaria que ya estaba vigente en el Ática
demás Estados encontraron la solución en la tirania, como en casi toda Grecia—, sino de producción agrí-
Atenas eligió primero el camino de las reformas de su cola. Con este criterio los ciudadanos se dividieron en
constitución. cuatro clases, según las cuales podían ser elegibles
Hubo, no obstante, un intento de instaurar la tiranía para diferentes cargos politicos. Los principales, los
hacia el año 630 por parte de un noble llamado Cilón. nueve arcontes anuales, se reservaron para la prime-
Las sangrientas represalias que sucedieron al fracaso ra clase, la de los hombres cuya tierra producía 500
de este golpe de Estado agravaron las luchas por el medidas secas o líquidas3. Al finalizar el año de ar-
poder en el seno de los eupátridas, que a su vez de- contado, sus titulares pasaban a formar parte del
bían hacer frente a la creciente presión opositora de Consejo del Aerópago, que era el cuerpo vitalicio de
los campesinos sin tierra, atrapados en las redes de los nobles y el que ostentaba, en realidad, el dominio
la servidumbre. La situación halló una salida en el afio y el control del Estado ateiense. Las dos clases si-
594 con el nombramiento del sabio Solón, un eupátri- guientes de ciudadanos podían acceder a los puestos
da neutral, para el cargo de arconte, la más alta ma- inferiores, así como al nuevo organismo creado por
gistratura del Estado ateniense, con plenos poderes Solón, la Boulé Consejo de los Cuatrocientos, cuya
para poner fin a la conflictividad a través de una refor- función era preparar los decretos y reuniones de la
ma total de las leyes y del sistema político. Ello de- Asamblea. La última clase, la de los thetes, cuyos
muestra que dentro de la aristocracia misma había miembros no llegaban a producir 200 medidas por
una cantidad suficiente de personas dispuestas a ha- año, sólo tenían derecho a componer una Asamblea
cer concesiones importantes a la clamorosa revuelta desprovista de poderes efectivos.
popular. Con estas reformas, los más pudientes entre las
Solón había atribuido a la rapacidad y falta de hu- clases subalternas y miembros de la falange hoplita
manidad de los ricos la situación de guerra civil, y pa- tuvieron la posibilidad de ser electos para los altos
rece que así lo manifestó en un discurso en el ágora. cargos e integrar el Areópago, rompiéndose así el
Los campesinos y otros sectores populares en agra- monopolio que de esta institución habían gozado los
decimiento. Le pidieron que se convirtiera en tirano, eupátridas; pero éstos, sin embargo, al componer la
pero el se negó. Acepto en su lugar el arcontado ex- mayoría de los grandes propietarios, siguieron ejer-
traordinario y comenzó a trazar una estrategia de difi- ciendo su poder e influencia. Por su parte, el demos,
ciles equilibrios entre las demandas de los campesi- la mayoría de la población, adquiría derechos de ciu-
nos, que pasaban por la redistribución de las tierras, y dadanía y, por tanto, un papel político, aunque toda-
los intereses opuestos de una nobleza dispuesta a la vía muy limitado. El sentido de comunidad cívica se
perpetuación de sus privilegios. fue reforzando en la polis ateniense, basada en las li-
La primera medida de Solón se dirigió, por tanto, a bertades personales y en un código de leyes acce-
abolir la servidumbre por deudas, mecanismo típico sible a todos. Además, la instauración de un tribunal
por el que los pequeños propietarios eran víctimas de popular o Heliea y el reconocimiento de la Asamblea
los grandes terratenientes y se convertían en sus como electorado activo parece que contribuyeron a
arrendatarios dependientes, obligados a pagarles un
sexto de su cosecha anual, o incluso a servirles como
esclavos. Con ello, estos campesinos recobraron la 3
La medida seca equivalia a casi 84,48 m³; la líquida, a 59,84 m³,
independencia. Además, los muchos que habían sido aproximadamente.

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afianzar la posición política del demos, factor que se- situación de los campesinos y fomentó el comercio y
ria decisivo en los acontecimientos futuros. la exportación de manera notable, política en la que
Los problemas que habían impedido que la polis se inserta la conquista de Salamina, arrebatada a su
funcionase como una comunidad socialmente integra- vecina y rival Mégara, y dos fundaciones en el Heles-
da se solucionaron sólo en parte. Solón se había ne- ponto, en la ruta hacia el mar Negro. En política exte-
gado a dar el paso más importante, el que demanda- rior, Pisistrato se inclinó por la paz, manteniendo bue-
ban los campesinos pobres: el reparto de las tierras nas relaciones con las polis más importantesy con
en lotes iguales (isomoiría), por lo que el problema algunos reinos extranjeros, como el imperio persa o
raíz de la conflictividad social quedaba sin resolver. Lidia, en Asia Menor. Su fuerte posición en el Egeo y
En los treinta años siguientes a las reformas, Atenas su control sobre los recursos mineros en Tracia le fa-
experimento un rápido crecimiento comercial con la cilitaron importantes ingresos con los que pudo acu-
creación de una moneda de la ciudad y la multiplica- ñar las primeras monedas de plata con la efigie de la
ción del comercio local, y muchas gentes del entorno lechuza, símbolo do Atenea; las mismas que en eta-
rural sin recursos siguieron afluyendo a la ciudad. Los pas posteriores se convertirían en simbolo a su vez
conflictos sociales se renova ron y agravaron rápida- del poderio ateniense. A partir de entonces, la base
mente, culminando con la toma de poder del tirano Pi- económica de la ciudadanía ateniense habría de ser
sistrato. la modesta propiedad agrícola, y la condición previa
Noble, que se hacía descender del mismisimo Nés- del desarrollo de la democracia fue la infanteria ho-
tor, y que había adquirido fama por su destacado pa- plita.
pel en la guerra contra Mégara, Pisistrato, tras dos in- A la muerte de Pisistrato, le sucedieron sus hijos Hi-
tentos fallidos de hacerse con el poder, en 545 final- parco e Hipias, pero aquél fue asesinado por dos jó-
mente lo consiguió. Bajo su dominio, la polis atenien- venes aristocratas, al parecer por un asunto de celos,
se adoptó su configuración definitiva. Patrocinó un y las duras represalias que tomo Hipias, ejecutando a
programa de construcciones que proporcionó trabajo unos y desterrando a otros, enturbiaron el ambiente
a los artesanos y trabajadores urbanos, al tiempo que político. Desde entones, los aristocrátas exiliados hi-
embellecía de forma notable la ciudad y contribuía a cieron todo lo posible por derrocar al tirano, incluso
realzar el orgullo cívico entre sus habitantes. Así, se buscando la ayuda de Esparta, que finalmente se la
pusieron los cimientos del tempo de Zeus Olímpico, prestó. En el año 510 el rey espartano Cleómenes I
se levantó el primer gran templo de Atenea sobre la entraba con su ejército en Atenas, e Hipias, que se
colina de la acropolis y se erigieron otros muchos había atrincherado en la acropolis, se vio obligado a
santuarios, aparte de obras de infraestructura, como salir de la ciudad.
una fuente en el ágora para el suministro constante
de agua a la ciudad.
Al mismo tiempo, el auge ciudadano amparó un am-
plio movimiento intelectual y artístico, aspecto por el
que la ciudad a partir de entonces destacaría sobre el
resto del mundo griego. El orgullo cívico y la integra-
ción social fueron, así mismo, estimulados a través de
los cultos religiosos, fundando algunos e impulsando
los que ya existían, poniendo especial atención a las
fiestas en honor de las divinidades de la polis (o divi-
nidades políadas) como Atenea. También se realzó el
culto de Dioniso, en honor del cual surgieron los con-
cursos teatrales. A esta política de realce de las fies-
tas poliadas se debe que los poemas homéricos se
recogieran y editaran durante este siglo, como ya vi-
mos, para ser recitados en la fiesta de las Panate-
neas.
Pisistrato fomentó, así mismo, el desarrollo del tráfi-
co marítimo más allá del Pireo. Pero, sobre todo, faci- Tapadera de una crátera calcolítica de estilo
litó una asistencia económica directa al campesinado orientalizante (siglo Vi a.C.)
ateniense en forma de créditos públicos que afianza- Este hecho, sin embargo, no trajo consigo la restau-
ron su autonomía y seguridad. Supo, por tanto, ganar- ración completa del poder de la aristocracia en Ate-
se el favor del demos, de modo especial también de nas; lo intentó la facción liderada por Iságoras, pero
quienes servían en la falange hoplita. Autores griegos provocó una guerra civil de dos años que finalmente
como Aristóteles, contrarios a la tiranía pero también perdió, pues, ahora más que nunca, el vencedor sólo
a la democracia directa en que desembocó la polis podía ser quien consiguiera el apoyo del demos, nota-
clásica, coinciden en calificar a Pisistrato como un blemente fortalecido por el gobierno tiránico; y ese fue
«buen tirano» por gobernar no como tal sino como un Clístenes, perteneciente a la poderosa familia de los
ciudadano. Alcmeónidas.
El gobierno de Pisistrato, en suma, supuso para
Atenas un periodo de paz y prosperidad; mejoró la

19
Clistenes llevó a cabo una profunda remodelación en los motivos políticos no hay duda de la incidencia
de la constitución ateniense, que sentó las bases defi- de la presión que ejercieron hacia el cambio los ciu-
nitivas de la democracia o gobierno del demos. En un dadanos más empobrecidos. Lo cierto es que dichas
principio, estas reformas afectaron a la estructura te- reformas constitucionales dotaron a la polis ateniense
rritorial de Atenas. Ideó diferentes medios para mez- de su fisonomía definitiva. Las oportunidades que en
clar entre sí las distintas comunidades tribales, de tal Atenas se presentaron para el comercio y la industria
forma que se fueran disolviendo los lazos de paren- atrajeron a un flujo cada vez mayor de migrantes de
tesco y clientelismo tradicionales, y se abrieran nue- otras ciudades y la ciudad floreció como centro cultu-
vas posibilidades de participación directa en el gobier- ral panhelénico en los albores de su época clásica, la
no a todos los ciudadanos. Con este objetivo en men- que abordaremos en el capitulo 4.
te, elevó al número de diez las cuatro tribus antes
existentes, con miembros en cada una de las tres re- La cultura griega arcaica
giones naturales que más arriba indicamos. Dividió,
además, el territorio del Ática en pequeñas circuns- La hermosa y sobria cerámica de estilo geométrico
cripciones (demos), a semejanza —salvando las dis- que vimos florecer a lo largo del siglo VIII reflejaba la
tancias— de nuestros municipios actuales. A partir de racionalidad y el sentido de la medida del carácter he-
entonces, la denominación de cada ateniense se hizo leno, pero dio un paso súbito a una profusión de de-
con el nombre del demos en vez de con el patroními- coración curvilínea y figurativa, con motivos florales,
co o nombre del padre, indicio claro de nobleza. Los animales e incluso seres hurnanos, en toda la super-
campesinos pobres y los trabajadores venidos del ex- ficie de la vasija. Las propias vasijas también cambia-
terior, que, en general, no habían participado en las ron de forma: muchos de los nuevos tipos eran de
fratrias y agrupaciones religiosas y políticas, accedían menor tamaño, más rebuscados e incluso graciosos
entonces a la ciudadanía a través de las nuevas cor- en su efecto. A esta nueva cerámica se la llamó orien-
poraciones cívicas. talizante porque esta liberación de las convenciones
geométricas se hizo tomando como referencia los es-
tilos más naturalistas del Oriente Próximo, de donde
se recogieron motivos específicos, como las hileras
de animales, las palmas, las rosetas, etc. Fue en los
talleres alfareros de Corinto donde se produjo esta
evolución durante los años que van de 1.720 al 690, y
que duró hasta 640 aproximadamente; por eso recibe
el nombre de protocorintio en su primera fase y co-
rintio propiamente dicho en las posteriores, donde
muestra ya maduros sus principales rasgos. Hasta
550 aproximadamente las vasijas protocorintias y co-
rintias se comercializaron en todo el mundo griego,
tanto vacías como llenas de incienso, perfumes y
otros productos, y muchos alfares imitaron su trazo li-
bre y su rica decoración.

Crátera de estilo corintio


(570 – 560 a.C.)
La Boulé o Consejo de los Quinientos se convirtió
en el órgano de la soberanía del demos, con las atri-
buciones supremas de carácter representativo y eje-
cutivo. Lo componían cincuenta ciudadanos de cada
una de las tribus, elegidos por sorteo entre todos los
varones mayores de treinta años. El número de los
arcontes también creció hasta diez, uno por cada tri-
bu, asi como el cargo militar supremo, strategos. El
Areópago, baluarte del poder político aristocrático,
fue, de este modo, transfiriendo más competencias a
la Boulé.
En resumen, aunque no estableció la igualdad eco-
nómica entre los atenienses, pues la isomoiria reivin-
dicada por los campesinos no se realizó, las reformas Vaso ático de figuras negras (540 a.C.). La escena
de Clístenes facilitaron la igualdad jurídica (isonomía) principal describe la despedida de un guerrero
de todos los ciudadanos atenienses y su acceso al En general, el siglo VII fue la edad de oro de mu-
poder central. Ignoramos los motivos personales que chos estilos cerámicos en toda la Hélade. Atenas fue,
llevaron a Clístenes a promover todas estas reformas; sin embargo, la ciudad donde los artistas llegaron a

20
elaborar un estilo propio de cerámica de figuras ne- ses y hombres, de mármol, bronce y otros materiales,
gras que rivalizó con la cerámica corintia, hasta que en los santuarios de toda Grecia, dentro de los diver-
en el siglo VI logró suplantarla. Para entonces se ha- sos estilos locales.
bía alcanzado ya una nueva síntesis artística entre la
forma de las vasijas y su decoración, que permitía a
los alfareros desplegar su fantasía.

Principales formas de los vasos griegos

Otra gran conquista de la época se produjo en el ar-


te de la escultura. Durante los siglos oscuros había
sobrevivido la tradición escultórica de las estatuillas
de barro y de bronce que representaban a hombres y
animales. En el siglo VIII parece que fue asimismo la
influencia del Oriente Próxirno lo que animó a los grie- Kore, del peplo (530 a.C.)
gos a intentar la escultura de más amplias proporcio-
nes que allí se venía practicando desde hacia tiempo; Al igual que los alfareros, los escultores griegos se
pero en las esculturas griegas de figuras hurnanas de limitaban a un determinado número de tipos cuyos
tamaño natural también incidieron otros factores, co- detalles iban refinando sucesivamente. Desde los ini-
mo la cristalización del concepto griego de que los cios de la escultura monumental en piedra, hubo tres
dioses tenían forma humana (antropomorfismo) y el modelos principales: la figura rnasculina desnuda de
creciente interés por la propia naturaleza del hombre. pie (Kouros), la figura fernenina vestida de pie (kore)
Hacia el año 680, se había afianzado un estilo más y la figura masculina o femenina sentada. En los aris-
evolucionado, llamado dedálico, con ingeniosos me- tocráticos gimnasios, donde los varones realizaban
canismos gracias a los y cuales las estatuas empeza- los ejercicios físicos desnudos —la palabra gimnasio
ron a «abrir los ojos, a andar con sus piernas y a mo- deriva de gimnos (desnudo)—, los escultores podían
ver los brazos», según nos informa Diodoro de Sicilia. observar atentamente la anatomía humana. Pero la
Parece que este estilo se originó en el noreste del Pe- plástica de este estilo llamado arcaico, pese a que
loponeso y se difundió por gran parte de Grecia. Ha- refleja siempre una aguda observación de la realidad,
cia el año 650 ya circulaba una escultura de tipo es abstracta e idealista, posee una inequivoca influen-
verdaderamente monumental, una de cuyas muestras cia oriental en el hieratismo de las siluetas humanas y
es la estatua femenina que una tal Nicandra dedico la postura de los brazos, caídos y pegados al tronco,
en Delos, y que todavía se conserva allí. A partir de y en la postura de los pies, uno de los cuales aparece
entonces se alzaron estatuas que representaban dio-

21
ligeramente más adelantado, a la manera de las
figuras egipcias.

Prototipo de templo griego a partir del siglo VI a.C.


Bajo el frontón, las metopas y triglifos sustentados por
columnas de capiteles dóricos.

En el siglo VIII los santuarios se agrandaron y los


arquitectos levantaron en torno a ellos un pórtico de
columnas de madera, como el del santuario de Hera
en la isla de Samos. Después, a comienzos del siglo
VII, hicieron su aparición casi de improviso los tem-
plos que caracterizan a la arquitectura griega poste-
rior. Al principio se construyeron de madera, pero
después se empezo a usar la piedra, más perdurable,
y los techos se recubrieron con tejas. Se añadieron
estatuas decorativas en lo alto del templo junto a los
triglifos, que representaban en piedra las terminacio-
Kouros de Suniuo, prototipo de escultura arcaica. nes de las antiguas vigas de madera que horizontal-
mente sujetaban el techo, estaban las metopas, nor-
En el terreno de la arquitectura, los griegos de estos malmente decoradas con relieves. En los frontones,
siglos difieren completamente de sus predecesores de forma triangular por la forma del tejado de dos a-
micénicos, que, como vimos, manifestaron su poder guas, también se representaban escenas. Las colum-
autocrático con la edificación de grandes palacios-for- nas se remataban en capiteles que primero fueron de
taleza. Las nuevas polis carecieron durante mucho orden dórico y después jonico.
tiempo de edificios públicos especlales. El culto a las Equilibrio, medida y sencillez de líneas son las ca-
divinidades a cuya protección se acogía el pueblo de racterísticas más destacables del templo griego des-
la joven ciudad era lo único para lo que se necesitaba de esta época, que se consolidaron y mejoraron du-
un edificio común, el templo o santuarro, que con el rante los tres siglos siguientes hasta la construcción
tiempo se fue haciendo más grandioso. del Partenón ateniense, modelo de templo clásico por
Ya vimos como desde la época neolítica se conoció excelencia, sobre el que volveremos en un caítulo
la planta de mégaron, una sala rectangular con hogar posterior. El templo estaba concebido esencialmente
en el centro, flanqueada por pilastras que sostenían el como una especie de joyero que debía guardar la
techo. Ante la sala había un pórtico cuyo extremo ex- sagrada imagen de la divinidad allí venerada, aunque,
terior estaba apoyado en dos pilastras o columnas. Ya en realidad, la mayoría de las actividades religiosas
conocida en los palacios micénicos, esta forma, se se desarrollaban fuera, en el altar al aire libre que ha-
transmitió a través de los siglos oscuros, prácticamen- bía delante del templo.
te como el único resto de un orden arquitectónico an- Aparte de los templos, que sobrevivieron en gran
tiguo. Antes de 800, empezaron a aparecer pequeños medida por estar construidos en piedra, parece que
templos con esta forma, o rectangulares, o también no hubo otros edificios notables en esta época. Las
con un muro posterior curvo. Se transmitieron, así casas siguieron siendo estructuras muy sencillas, y ni
mismo, las técnicas constructivas que empleaban la las aldeas ni las ciudades que por entonces se for-
piedra o bien ladrillos de barro con palos de madera maron muestran el menor rastro de planificación. En
para las paredes. El techo, plano o inclinado, se hacia el siglo VI las ciudades aún no estaban rodeadas de
con ramas recubiertas con barro y con una capa im- murallas, salvo en Esmirna, en el Asia Menor. Com-
permeable. parados con los complejos y magnificos palacios del
imperio asirio, el arte griego arcaico revela la sencillez
de la vida en la Grecia de entonces.

22
También la literatura elaboró formas nuevas y va- rio de los poetas épicos, que cantaban las glorias o
riadas a partir del siglo VIII, a la par que la lengua gri- desdichas de terceras personas, Hesiodo expresaba
ega adquirió una mayor agilidad. La literatura seguía sus propias impresiones; fue el primer poeta de la his-
siendo de transrnisión oral, concebida para recitarse o toria griega en hablar en primera persona.
cantarse en público, primero por el autor y después Los trabajos y los dias surgieron de la amargura an-
por los aedos (poetas cantores, acompañados de lira te la injusticia del hermano del poeta, Perses, que le
u otro instrumento), rapsodas (recitadores), coros o había arrebatado su parte de herencia. Precisamente
actores profesionales. En esta etapa arcaica se inven- asi, protestaba Hesiodo, habían actuado muchos
taron los metros que después se utilizarían en toda la hombres, deshonrando a sus progenitores, violando
poesía antigua. Hasta después del año 600, la litera- los juramentos, corrompiendo, por envidia, a los «re-
tura griega sólo comprendió poesías: en 750 ya había yes devoradores de presentes». El énfasis de Hesio-
nacido la Iliada e inmediatamente apareció la Odisea; do en la justicia parece reflejo de la inquietud política
después vino la época menor del ciclo troyano y los que por entonces se vivía en las polis. Partía de su a-
llamados himnos homéricos en honor de algunos gravio personal para llegar a consideraciones genera-
grandes dioses, escritos en hexámetros épicos a lo les sobre las condiciones del mundo. Para explicar la
largo del siglo VI. presencia de la injusticia recurre a tres relatos: el mito
de Pandora, a la que los dioses enviaron a la tierra
con la caja en que se contenían todos los males, la
fábula del halcon que apresa al ruiseñor y el mito de
las cinco edades o razas humanas, que ya hemos re-
ferido en otro lugar, en el que traza una evolución de-
clinante de la humanidad desde una originaria edad
de oro hasta la edad de hierro a la que él pertenecía.
En el mito de Pandora, no obstante, Hesiodo deja
lugar a la esperanza. Para él, como para Homero, el
poderoso Zeus exaltaba y humillaba a los hombres a
su placer: «no hay modo alguno de escapar a la vo-
luntad de Zeus». La insistencia sobre el poder de los
dioses inmortales es un tema que recorre de principio
a fin Los trabajos y los dias. Pero en Hesiodo, a dife-
rencia de Homero, los dioses se concebían como fu-
erzas morales, como los principios que podían frenar
el completo hundimiento de las normas sociales, a-
menazadas por todas las innovaciones que se iban
introduciendo en la sociedad griega. Hesiodo era a-
margo pero no desesperado: Zeus «no deja de mostrar
que clase de justicia es la que esta en los confines de
la polis» por lo que los hombres podrían prosperar si
fueran justos. La mayoría del poema contiene conse-
jos detallados sobre el cultivo y las virtudes del traba-
Aedo o cantor griego (dibujo de vaso ateniense de jo del campo, que son un fiel exponente de la mentali-
480 a.C.). dad de la nobleza rural y las clases medias ascenden-
tes de la época, donde la autoridad y la virtud del pa-
Por supuesto, los poemas homéricos eran difundi- dre en el oikos (unidad doméstica) queda enfatizada
dos por los ya referidos aedos y rapsodas. Estos te- por el contraste con el vicio que se atribuye a las mu-
nían a su cargo las recitaciones en público de obras jeres, que por ello no merecen sino ser dominadas y
poéticas de carácter heroico, aunque también recita- despreciadas (misoginia), porque «el hombre que se
ban poesía lírica. Era una profesión que se miraba fía de las mujeres se fía de quien engaña». Otro ver-
con profundo respeto, y aún mucho después de que so conciso: «observa la justa medida: en todas las co-
se extendiera la costumbre de leer en privado, los sas la oportunidad es lo mejor» se convertirá en un
rapsodas continuaron ejerciendo. Pero el estilo de principio de la moral griega de los siglos posteriores,
Homero pronto pareció demasiado impersonal y limi- como veremos al hablar del culto de Apolo en Delfos.
tado para agradar a los poetas que vivieron después Con el nombre de Hesiodo circula también un con-
de 700, lo que se evidencia en la obra de Hesiodo de siderable número de poemas de tipo épico y de con-
Ascra, pequefia localidad de Beocia, al que hemos ci- tenido muy variado, desde la descripción de las haza-
tado en más de una ocasión. En su obra Los trabajos ñas de Heracles a la ciencia astronómica. La mas im-
y los días, Hesiodo nos cuenta que atravesó el mar y portante de estas obras es la Teogonía, que trata de
llegó hasta Calcis para cantar una canción en los fu- los orígenes de los dioses, y las Eeas, que describen
nerales de un rey. De eso se deduce que vivió hacia las uniones de los dioses con seres mortales, que die-
700 a.C. Su verso, el hexámetro, y su vocabulario ron origen a algunas de las grandes familias aristocrá-
eran muy parecidos a los de Homero, pero al contra- ticas de Grecia. Pero volveremos sobre estas obras
en el apartado dedicado a la religión olímpica.

23
Otro gran poeta de la segunda mitad del siglo VII Alcmán de Sardes, que compuso canciones alegres
fue Arquíloco de Paros. Nacido de un noble y de una para ser interpretadas por coros de muchachas, y el
esclava, era un aristócrata descendiente de una vieja elegíacoTirteo, que se convirtió en el campeoó de la
familia pero pobre. Durante su vida participó en la co- moral patriótica espartana durante la guerra contra
lonización de Tasos, viajó por todo el Egeo y al final sus vecinos mesenios. Su exaltacion del valor, que
murió luchando en defensa de su patria. En realidad, identificaba con la virtud aristoctrática, se convirtió, de
Arquíloco estaba estrechamente unido a sus compa- hecho, en el himno de guerra de Esparta.
ñeros de armas y al ambiente de la polis naciente, por En Sicilia, Estesícoro de Himera recogió los relatos
lo que no tuvo mucho tiempo ni interés para dedicar épicos y míticos en largas odas corales. Este tipo de
sus poemas a los héroes del pasado legendariol. Tan- poesía cantada en honor de Dionisio tomó después el
to por su técnica como por las ideas que expresa, Ar- nombre de ditirambo. A finales de siglo VII ya compo-
quíloco rompió completamente con la épica: el hexá- nían sus poemas los grandes líricos Alceo y Safo de
metro de Homero y de Hesiodo le resultaba demasia- Lesbos. Fue precisamente en las ciudades de esta
do elevado y restringido para sus propósitos, por lo isla donde, paralelamente a la tradición coral, se co-
que recurrió a gran cantidad de metros agiles y senci- menzó a gestar una nueva poesía, igualmente desti-
llos, recogiéndolos fundamentalmente de la poesia nada al canto, pero con un carácter privado, subjetivo
popular. e intimista. Los poetas lesbios, que no eran profesio-
En un mundo en el que todo estaba determinado nales itinerantes, ponían la poesía al servicio de sus
por la voluntad de los dloses, Arquíloco expresaba un propios intereses con el único objetivo de transmitir
ingenuo pero firme sentimiento de independencia. sus sentimientos al reducido círculo de amigos en
Sus poemas, que son brevísimos, los dedica directa- fiestas o banquetes. La influencia de Oriente, y más
mente a sus amores, sus odios, sus peripecias milita- concretamente de Lidia, se plasma en una nueva for-
res y los sentimientos que engendraron en él los ma de espiritualidad en la que la delicadeza, la ele-
acontecimientos políticos de su época, es decir, siem- gancia, el afeminamiento y el intelectualismo se entre-
pre acontecirnientos presentes, personales y colecti- mezclan para desbaratar el estatismo y la virilidad
vos. Incluso las fábulas de animales —que también que había impuesto el ideal homérico. En este am-
se hallan en Hesiodo y en el posterior Esopo——, Ar- biente, Safo dedicó su esfuerzo al cultivo del amor.
quíloco las utilizó para expresar concretamente sus De su obra sólo quedan algunos fragmentos, pero ha
propias pasiones. sido admirada, a lo largo de los tiempos por hombres
Después de él siguió una amplia corriente de poe- como Platón, Catulo, Petrarca y aun muchos poetas
sía, pero sólo nos ha llegado en fragmentos más o de nuestro siglo. Alfeo, sin embargo, es un ejemplo de
menos largos citados por otros autores. La mayoría poesía aristocrática de signo propagandístico, con
de estos poetas compusieron canciones, corales o in- sus ataques dirigidos a Pítica, el reformador elegido
dividuales, que, al menos en un principio, se cantaban en Mitilene.
con acompañamiento de lira; de ahí que a esta poe-
sía de los siglos VII y VI se la llamara lírica, para dife- Los sabios jónicos
renciarla de la épica más antigua, que se recitaba. En
Grecia, la música era un arte muy apreciado y estaba Además del ática, otra de las regiones griegas más
estrechamente ligado a la poesía. prosperas a lo largo del periodo arcaico fue Jonia, en
Junto a la lírica estaba el dístico elegíaco, estrofa la franja central de la costa del Asia Menor. Ya vimos
de dos versos, que se cantaba a menudo con acom- como durante la época oscura parte de la población
pañamiento de un instrumento de viento parecido al del continente griego emigro a los fértiles valles de
oboe, el aulós. Pero, si bien los sentimientos perso- esta zona. Tras un tiempo de luchas por los asenta-
nales iban ganando importancia en esta poesía lírica mientos, finalmente la región quedó dividida en doce
que cantaba al amor y la sociabilidad, gran parte de la polis: Focea, Clazómenas, Eritras, Teos, Lébedos,
producción poética seguía vinculada con los aconte- Colofón, Efeso, Priene, Miunte, Mileto, Quíos y Sa-
cimientos patrióticos y religiosos, y a menudo expre- mos, estas dos últimas en las islas situadas frente a
saba sentencias morales de otro género. En última la costa. Esmirna, al norte de la región, de origen
instancia, el poeta conservaba aún el estatus que pro- eolio, también quedó integrada en el dominio jónico. A
venía de la época oscura, por el que se le conside- partir de entonces estas comunidades experimen-
raba un representante de la comunidad. taron un notable desarrollo económico que facilitó, sin
Entre los antiguos poetas elegíacos destacan Ca- duda, los logros intelectuales por los que son uni-
lino de Éfeso, que exhorto a sus conciudadanos a lu- versalmente conocidas.
char contra una oleada de invasiones cimerias, y el La mayoría de estas polis controlaban amplios terri-
gran poeta patriótico Solón de Atenas, que fue encar- torios y se servían de la mano de obra de la población
gado, como veremos después, de poner en marcha indígena sometida. Como en los otros estados grie-
una serie de reformas sociales en esa ciudad. Mim- gos, muchos de sus ciudadanos, al verse liberados
nermo de Colofón, en cambio, representó el ambiente del trabajo, disfrutaban de ocio suficiente para espe-
cada vez más refinado de los aristócratas con sus cular sobre lo divino y lo humano. Pero hubo más fac-
elogios a la juventud de su amada Nanno.Ya vimos tores que estimularon el desarrollo intelectual de las
como Esparta descollaba en esta época en el campo ciudades jónicas. Su proximidad a las rutas comercia-
de la música y el canto coral, de la mano del lírico

24
les del Próximo Oriente les permitió entrar en contac- observación y experimentación, que llevó a descubri-
to con las manifestaciones artísticas y los conocimien- mientos tan cruciales como la agricultura, generó cier-
tos de las civilizaciones allí establecidas. Esta influen- to placer por el conocimiento en sí y curiosidad por lo
cia tuvo su efecto más visible en el refinamiento y desconocido; pero dicho conocimiento racional se
suntuosidad de su forma de vida en comparación con mantuvo en un nivel meramente práctico bajo el pre-
otros territorios helénicos. Las relaciones estrechas, dominio ideológico de las concepciones mágicas y re-
aunque a veces conflictivas, con los reinos fronterizos ligiosas. Por ejemplo, se sabía que la semilla germi-
del Asia Menor —Frigia primero y después a Lidia— naba en unas condiciones concretas de humedad y
contribuyeron también a enriquecer su panorama composición orgánica del suelo; pero este fenómeno
cultural. Recordemos, además, que en esta zona ha- se explicaba en términos metafóricos como la unión
bían hecho su aparición los poemas homéricos y bue- sagrada (hierogamia) entre la diosa y su consorte, el
na parte de la poesía lírica. espiritu del grano. Con mayor motivo, por la imposibi-
Las ciudades jonias también se lanzaron a la ex- lidad de experimentación, los fenómenos celestes
pansión ultramarina. Mileto estableció varios asenta- (curso de los astros, lluvias, tormentas, etc.) se atri-
mientos en las riberas del mar Negro, Focea llegó buían a la acción de divinidades (Zeus, «el que reúne
hasta el lejano Occidente, a las costas iberas. Samos las nubes»), etc.
y Quios, por su parte, desarrollaron un floreciente co- Los hombres y mujeres jónicos, que trataron de su-
mercio, la cerámica jónica halló una amplia difusión perar el conocimiento mágico y mítico de la naturale-
en todo el Mediterráneo, y los comerciantes mantuvie- za, entendieron que a través del uso de la razón tam-
ron una importante actividad en Naucratis, enclave bién se podía explicar el mundo. Frente a otras ciu-
comercial del delta del Nilo. Como resultado de todos dades más conservadoras, dominadas por los gran-
estos contactos y de su apertura al exterior, las ciuda- des terratenientes y los sacerdotes, las ciudades jo-
des jonias adquirieron un ambiente cosmopolita que nias produjeron una sociedad más laica, con una mi-
hizo germinar lo que a partir de entonces se llamó rada crítica del mundo. De la reflexión bajo esta luz se
filo-sofía. desarrolló un pensamiento más abstracto que dio, en-
Filosoía significa el amor a la sabiduría (sophia) y al tre otros, el gerrnen de una de las concepciones más
conocimiento, sobre todo, al conocimiento que se ad- fecundas de la humanidad, el atomismo, sobre el que
quiere por el examen o inspección de las cosas; un volveremos en otro capítulo.
examen que los griegos llamaron theoria. Por ello el El primer filosofo del que tenemos noticia es el
historiador Heródoto atribuía a Creso, el último rey de legendario Tales de Mileto, uno de los «Siete Sabios»
Lidia, estas palabras de saludo a Solón, que aparte de la Grecia antigua, que vivió a comienzos del siglo
del reformador de la constitución ateniense fue un re- VI. Al parecer se limitaba a exponer oralmente sus
putado sophós (sabio): «Han llegado hasta nosotros ideas, sin poner por escrito, de modo que gran parte
muchas noticias tuyas, tanto de tu sabiduría como de de lo que se contó posteriormente de él es pura le-
tus viajes, y de que, movido por el gusto del saber, yenda. Era una persona pudiente, con un sentido
has recorrido muchos países para examinarlos». El practico de la utilidad de sus conocimientos. Comen-
adjetivo sophós era ya un vocablo muy difundido en el tan que, gracias a sus saberes astronómicos, fue ca-
mundo griego, aplicado a quien «entiende de algo» y, paz de predecir con un año de antelación una exce-
por ello, es capaz de enseñarlo, distinguiéndose de lente cosecha de aceitunas, lo que le permitió realizar
los demás por ese saber superior, ya sea en el orden una operación especulativa de pingües beneficios.
de la técnica o fabricación de objetos o en el orden la Sus actividades políticas y comerciales le llevaron a
creación artística o literaria —por ello la palabra so- viajar por Mesopotamia y Egipto. Sin duda la influen-
fista también se aplicó en principio a los poetas—. En cia de estas viejas culturas de las grandes cuencas
el curso de los siglos, sophós acabo designando al fluviales le permitió responder a la pregunta de cual
que por su saber superior era capaz de enseñar lo es el principio fundamental del que están constituidas
concerniente a la educación y a la formación política todas las cosas, ya que Tales reconoció dicho prin-
(sophistés), pero de ello hablaremos en un capítulo cipio en el agua. Creía que la tierra flotaba en el agua,
posterior. y que éste era el elemento primordial a partir del cual
De rnomento, bástenos resaltar que fue en Grecia se habían formado todos los demás. En Mesopotamia
donde primero se adscribió la sabiduría al examen, a también conoció las tablas astronómicas de los babi-
la teoría. Y esta íntima asociación de sabiduría y teo- lonios, con las cuales, se dice, pudo predecir el eclip-
ría fue la gran creación de la cultura griega. De ahí se de sol del año 585 a.C., lo que acabó por granjear-
que los grandes filósofos de los que aquí nos ocupa- le una fama de hombre sapientísimo y legendario.
mos fuesen considerados «Grandes Sabios». Entre sus muchas aportaciones también figura la de
La aportación más importante de estos sabios jo- haber sido el primero en darse cuenta del valor ge-
nios fue el inicio de un proceso de examen racional neral de las demostraciones geométricas. Pero el as-
de la naturaleza o mundo fisico (physis), a partir del pecto más importante del pensamiento de Tales estri-
cual desarrollaron sus teorías. No quiere decir que ba en que interpretaba el desarrollo del mundo como
esta forma de pensamiento no hubiera existido hasta consecuencia de causas naturales, no sobrenatura-
entonces: la necesidad guió al género humano a lo les.
largo de su historia en el conocimiento de la natura- Después de él, y posiblemente su discipulo, Anaxi-
leza, y probablemente ese mismo proceso racional de mandro de Mileto (activo hacia 550 a.C.) escribió en

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prosa y presentó una visión más compleja de los orí- amalgama contradictoria, formada por una mezcla de
genes de las cosas. Halló la esencia de todas ellas en racionalistas, que pretendían explicar el mundo sólo
un principio indeterminado que él llamo apeiron. De mediante la razón, y de místicos, que atribuían un
su autoria es el primer poema conocido sobre la natu- sentido mágico y una finalidad a sus conocimientos,
raleza, Periphyseos («sobre la naturaleza de las co- que, en general, no contrastaban con la experiencia.
sas»), iniciando con ello una tradición que se manten- Los pitagóricos, como los atomistas después, estaban
dría durante siglos hasta el genial De rerum natura de acuerdo en que lo inteligible, permanente y real en
(«sobre la naturaleza de las cosas») del poeta latino los cambios del mundo físico era algo que se podía
Lucrecio, que vivió en el siglo anterior a Cristo. El expresar en términos matemáticos. Pensaban que el
mundo —según a Anaximandro— se había formado universo poseía un orden intrínseco y que dicho or-
de una sustancia infinita, ilimitada, mediante la inte- den se podía explicar mediante relaciones numéricas
racción de las fuerzas opuestas del frío y el calor, lo simples entre números enteros. Eso implicó la apari-
húmedo y lo seco. ción de cierto idealismo que, junto con la magia de los
Su sucesor Anaxímenes (588 – 524 a.C.) perfeccio- números, les condujo a una postura mística. No obs-
nó la teoría de las fuerzas motrices de Anaximandro e tante, su obsesión por los números ejerció un impor-
introdujo en ellas los conceptos de condensacion y de tante influjo en el desarrollo de la matemática física.
enrarecimiento de una sustancia primordial a la que Los pitagóricos conocieron el número pi (3,14,16) y se
llamó aire, el auténtico soporte de la vida en su opi- dieron cuenta de que la hipotenusa de un triángulo
nión. Estos filósofos, pues, creían que el mundo se rectángulo no siempre se puede expresar mediante
había formado a partir de una sustancia primordial, y números enteros o relaciones entre ellos. Pitágoras
Anaximandro, en especial, afirmaba que la materia vi- realizó también un descubrirniento fundamental en el
viente había pasado por diversas fases, entre ellas la terreno de la música, que la tonalidad de una cuerda
de los peces. depende de su longitud.
Esta escuela filosófica de Mileto desapareció cuan- De igual importancia fue la grandiosa concepción fi-
do la ciudad fue invadida por los persas durante el losófico-religiosa del mundo que Pitágoras predicó a
reinado de Ciro I; pero su tradición cultural continuó a un grupo de devotos discípulos, cuya finalidad era
través de sus colonias del Mediterráneo. Los filósofos mejorar el alma. Los que tenían un menor nivel cul-
jónicos fueron ensalzados por las generaciones si- tural se limitaban a evitar ingerir determinados alimen-
guientes por haber sido los iniciadores de un análisis tos, como las habas, y cometer acciones inconvenien-
naturalista, racional, del mundo físico, que colocaba al tes; los más cultos contemplaban el orden divino, ar-
ser humano en su centro. monioso, del mundo, a través del estudio de la geo-
Heraclito (h. 544-480 a.C.), nacido en la vecina Efe- metría y la música. Así conseguían evitar la transmi-
so, era de estirpe real, pero se retiró a la soledad de gración del alma, concepto que había llegado de la
la montaña para dedicarse a la meditación filosófica. India a través de Persia. En la concepción pitagórica,
Para él todo era devenir, continuo cambio y movimi- el alma y el cuerpo eran dos entidades distintas. El
ento. Las cosas son como son precisamente porque misticismo pitagórico tuvo gran influencia sobre mu-
cambian sin cesar, y de ahí que encontrara el prin- chos pensadores griegos de épocas más tardías y se
cipio de todo en el fuego. Su reflexión le llevó también rastrea, así mismo, en la tradición judeocristiana.
a la conclusión de que los dioses inmutables y éter- Otro filósofo heredero de la tradición jónica fue Par-
nos son accesorios en un mundo donde todas las co- ménides (h. 515 – 440 a.C.), nacido en Elea, ciudad
sas fluyen continuamente a través del fuego, esencia de la Magna Grecia. En su pensamiento ya no hay
última de todo, y que nuestra existencia no es más sólo preguntas sobre la naturaleza física de las cosas,
que una pequeña y efímera llama en el constante fluir. por el principio que lo constituye todo, sino que se
La realidad, para Heraclito, es un permanente devenir plantea el problema que también había abordado He-
que se alimenta del enfrentarniento de opues-tos: el ráclito, el del cambio o movimiento y la permanencia
día y la noche, el invierno y el verano. Postuló un de las cosas, pero con unas conclusiones diametral-
dualismo entre el caos y la armonía como alter- mente opuestas. Para Parménides, el movimiento y el
nativas últimas de la lucha entre opuestos, y en su cambio no son algo real, sino una meta apariencia de
pensamiento encontramos una primera formulación los sentidos. Una sustancia homogénea no podía sino
dialéctica del mundo. Compuso un poema, Sobre la permanecer una y homogénea. El cambio implicaria
naturaleza de las cosas, del que se conservan algu- el paso del ser al no ser (la nada), lo que resultaría
nos fragmentos. absurdo. Este principio de la inmutabilidad de las co-
La reflexión filosófica se traslado, como dijimos, sas existentes orientaría el pensamiento de Parméni-
desde jonia al polo opuesto del mundo griego, las co- des hacia posiciones conservadoras.
lonias occidentales de Sicilia y la Magna Grecia, es- Ya en el la primera mitad del siglo V, su famoso dis-
pecialmente con la migración a ellas de dos filósofos: cípulo, Zenón de Elea (h. 490 – 430 a.C.), con sus cé-
Pitágoras y Jenófanes. Pitágoras de Samos (570 – lebres aporías (literalmente «sin salida»), trato de de-
480 a.C.) se trasladó a Crotona hacia el 530, aproxi- mostrar lo ilusorio del movimiento. Una de las más co-
madamente, donde fundó una escuela de muy pecu- nocidas es la de Aquiles y la tortuga: si Aquiles per-
liares características, que pervivió durante siglos y cu- sigue a una tortuga, cuando haya recorrido la mitad
ya influencia aún se rastrea en algunas sectas esoté- del camino que los separa inicialmente, la tortuga ha-
ricas actuales. Los pitagóricos constituyeron una brá avanzado algo, por poco que sea; de modo que

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cuando Aquiles quiera recorrer la mitad de esa nueva sólo se había expresado en el terreno religioso y cul-
distancia, la tortuga habrá avanzado de nuevo algo, y tural, como veremos en el capítulo siguiente.
así sucesivamente hasta el infinito, por lo que Aquiles Para comprender la magnitud que había alcanzado
no podrá alcanzar nunca a la tortuga. El argumento fi- el dominio persa en el Oriente Próximo, es convenien-
nal de este razonamiento se basa en la división en in- te que retomemos, muy resumidamente, a la historia
finitas partes del espacio. Estas contradicciones sólo de esta zona desde los comienzos del primer milenio
han tenido respuesta plena cuando la humanidad, anterior a Cristo. En el capitulo 1 vimos como las in-
muchos siglos después, a través del cálculo infinitesi- vasiones indoeuropeas del periodo inmediatamente
mal y la teoría de conjuntos, aprendió a tratar el tema anterior, que acabaron con el poderio micénico en
de los infinitos. Grecia con el reino hitita en la zona oriental del Asia
Por último, hemos de hacer referencia a Jenófanes Menor, no se quedaron de forma permanente ni deja-
de Colofón, trasladado a Sicilia y quizá a Elea en 545 ron una huella duradera en Mesopotamia, donde las
a.C. Profundamente contrario al pensamiento aristo- invasiones de pueblos semíticos procedentes del
crático, fue un feroz crítico del lujo de su patria y de la desierto tuvieron una mayor importancia. Organizados
importancia que los griegos atribuían al atletismo. Era en tribus patriarcales, cada una con sus propias divi-
profundamente escéptico sobre las posibilidades hu- nidades, estas nuevas hordas semíticas se infiltraron
manas de alcanzar la verdad, escepticismo que apli- e instalaron en los más antiguos centros de la civiliza-
caba en particular a la religión de su tiempo. Homero ción mesopotámica, mezclándose finalmente con los
y Hesiodo, afirmaba, «han atribuido a los dioses co- antiguos habitantes y ahogando a las minorías de len-
sas que son vergonzosas y reprobables: robos, adul- guas no semíticas.
terios, recíprocos engaños».Y con una crítica aún Desde 1.200, Egipto, dividido en pequeños estados,
más destructiva hacia el antropomorfismo (forma hu- vivió un periodo muy difícil de desmembración políti-
mana de los dioses) observaba que si los bueyes, los ca, hasta que hacia 945 una dinastía líbica lo reuni-
caballos, los leones tuvieran manos, representarían a ficó. En Palestina, los hebreos crearon un pequeño
los dioses en forma de bueyes, caballos y leones. estado con capital en Jerusalén. Al norte, Fenicia, que
La mayoría de los hombres y mujeres que vivieron mantenía contactos comerciales con casi todos los
al filo del año 500 lo hacían, evidentemente, según países del Creciente Fértil, estaba formada por una
las costumbres heredadas de sus antepasados, y estrecha faja de tierra entre las montañas y el mar.
aunque a un nivel intelectual más elevado, la filosofia Sus ciudades costeras estaban pegadas unas a otras,
griega mezcló, como hemos visto, filones de pensa- siendo las más importantes, de sur a norte, Tiro, Si-
miento científico, religioso y de otro tipo en una me- dón, Beritos, Byblos y Arvad.
dida que es difícil calibrar. A comienzos del siglo V, no Todas habían estado bajo el dominio de los farao-
obstante, la geometría, la astronomía y la medicina se nes egipcios y algunas fueron destruidas por las inva-
convirtieron en disciplinas independientes, raciona- siones de 1.200. Sin embargo, el núcleo semítico del
les, mientras otros filósofos se vieron cada vez mas país sobrevivió a las matanzas y las ciudades flore-
inducidos a la reflexión, al margen de la experiencia cieron de nuevo hacia 1.000. Tiro, situada en una isla
empírica de la vida, sobre el conocimiento en sí y las casi frente a la costa, se convirtió en el más impor-
consecuencias éticas o actitud ante la vida que debe tante Estado fenicio, sobre todo por mérito de un gran
adoptar el sabio. También la lógica formal hizo gran- rey, Hiram, que reino entre 970 y 940, incremento el
des progresos por medio del análisis cada vez más comercio y fue amigo de Salomon, el soberano del
riguroso que ahora utilizaba la matemática, de los vecino reino hebreo en Palestina. En Siria, Damasco,
procedimientos inductivos y de los experimentos. Ca- Samal y otras ciudades importantes ya habían caído
da sabio tendía a ser dogmático en sus afirmaciones; en manos de los arameos. Su comercio terrestre te-
sin embargo, en el amplio mundo por el que se nía una importancia equivalente al que tenía Fenicia
distribuían los centros culturales helénicos, y gracias por mar.
a la plena libertad de pensamiento, las ideas de todos El reino de Asiria, que durante algún tiempo había
estaban expuestas a la severa crítica de cada uno. estado sometido al reino de Mittanni, se expandió, co-
mo vimos en el capitulo 1, hacia occidente por la re-
Imperio persa: el gigante oriental gión del Eufrates medio. Los asirios estaban fuerte-
mente influidos por los hurritas y otros elementos lo-
En la segunda mitad del siglo VI, cuando las polis cales, y poseían un carécter fuertemente militarista.
griegas ya habían adoptado su configuración definiti- Recordemos que su más importante divinidad era el
va como estados independientes y disputaban por la dios solar Assur. Bajo su rey Assurbanipal II, intentó
hegemonía dentro de la Hélade, sólo hubo una fuerza expandirse hacia Babilonia, pero sin éxito. Los Esta-
capaz de unirlas en un objetivo común y esa fuerza dos de Fenicia y Siria también rechazaron a las fuer-
provino de Oriente, de la amenaza del imperio persa zas asirias. Pero, finalmente, bajo el mandato de Ti-
que comenzó a cernirse sobre el mundo griego como glat-Pileser III, entre 744 y 727, los ejércitos asirios
una sombra ominosa. En otras palabras: la defensa conquistaron Damasco y avanzaron hasta el Medite-
contra los persas dotó al panhelenismo —sentimiento rráneo Sargon II, un usurpador que había tomado el
colectivo de pertenencia a la patria helénica— de un nombre del antiguo rey de Accad, reinó entre 721 y
contenido político y militar preciso que hasta entonces 705 y logró derrotar a los caldeos, la dinastía aramea
de Babilonia. Más al oeste, envió al exilio a los jefes

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del reino hebreo de Israel, y las crónicas reales se Chipre habían tenido que jurarles fidelidad y pagar tri-
jactaban así mismo de que siete reyes griegos de buto.

MAPA 11

Imperio Persa en torno al 500 a.C.

Su sucesor, Sénaquerib, que reinó hasta 681, casti- asirio. La cosmopolita Nívive fue destruida en 612, y
gó despiadadamente un intento de rebelión en Babilo- al cabo de un siglo no quedó de ella más que un in-
nia, conquistó Cilicia, donde los reyes de estirpe grie- menso cúmulo de ruinas.
ga tuvieron que inclinarse ante él, y sustrajo Palestina En los siguientes cincuenta años, el Próximo Orien-
a la influencia egipcia. Fue en esta época cuando Ní- te vivió una fase pasajera de división política. Los
nive, en el Tigris (frente a la actual Mosul), se convir- reyes medos dominaban el Iran, la alta Mesopotamia
tió en capital del imperio asirio. Bajo Assurbanipal, cu- y Siría, donde sus fronteras lindaban con las de una
yo mandato abarco de 668 a 633, este imperio alcan- nueva potencia de Asia Menor, el reino de Lidia. La
zó sus límites máximos, siendo el estado mas dilata- baja Mesopotamia estaba dominada por Babilonia,
do que nunca se había visto en el mundo. El asirio donde mandaba un pueblo de estirpe aramea que a
fue, de hecho, el primer imperio de la historia en el veces se llamó caldeo. El poderío caldeo llegó hasta
sentido de que fue el primero que tuvo una adminis- Palestina, donde el otro pequeño reino hebreo, el de
tración imperial, siendo su ejército, muy bien organi- Juda, que tenía como capital a Jerusalen, permaneció
zado, el primero igualmente en usar armas de hierro. independiente hasta 597; después el rey babilónico
El centro de todo el sistema era el rey, «el gran rey de Nabucodonosor puso fin a su independencia, y en
las cuatro partes de la tierra». 586, tras una rebelión, saqueó el templo. Pero, al fi-
Los asirios nunca fueron capaces de encontrar un nal, el pueblo de Babilonia tuvo que abrir sus puertas
modo satisfactorio de gobernar Babilonia, la zona en 539 a un nuevo conquistador, Ciro el persa.
más avanzada y de mayores niveles urbanos de su Los persas eran una tribu menor indoeuropea del
imperio, y finalmente fue declarada zona distinta del Iran, que vivía en las montañas al sudeste de Susa,
imperio bajo el mando de un virrey arameo. Pero, al en una zona llamada Anshan. Su dinastía real des-
este de Siria, en Media, los indoeuropeos del Iran se cendía de un antepasado llamado Aquemenes, en la
congregaron en torno a la dinastía meda, que tenía su forma griega, y en ocasiones había entablado alian-
capital en Ecbatana, para hacer frente a la presión zas matrimoniales con la poderosa familia real meda.
asiria. Tras la muerte de Assurbanipal, Babilonia fue Los aqueménidas carecieron totalmente de importan-
de nuevo independiente en 626, bajo su rey Nabopo- cia hasta que un joven brillante, Ciro (559 – 530 a.C.),
lasar, que se alió con el rey Ciaxares de Media para subió al trono en 557. Lo primero que hizo fue ganar-
dirigir una insurrección general. Egipto tuvo en ello se el apoyo de la nobleza iraní para suplantar a la di-
una pequeña parte, pero los otros dos pueblos fueron nastía meda en 550, y después se lanzó hacia occi-
los principales responsables de la derrota del poder dente y derrotó a Creso, rey de Lidia, en 547; a conti-

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nuación retrocedió a Babilonia, donde Marduk, segun dominio persa fuera menos gravoso probableniente
el relato de Ciro, «estaba buscando a un rey virtuoso» favoreció cierta lealtad por parte de los pueblos some-
y, por supuesto, lo encontró en él y le destino a «con- tidos. Los modos de gobierno y las tradiciones locales
vertirse en el rey de todo el mundo». Babilonia cayó se toleraron en general, y los hebreos, por ejemplo,
en 539, como ya dijimos, pero sin lucha, porque los volvieron a restaurar su reino en Palestina.
sacerdotes y el pueblo se negaron a ayudar a su Los persas unificaron politicamente el Próximo
dinastía. Ciro entonces devolvió todas las estatuas de Oriente, protegiéndolo militarmente contra los nóma-
los dioses mesopotámicos que Nabónides había arre- das del Asia central. En general, su nivel de civiliza-
batado de los templos, y se jactó así mismo de haber ción era inferior al de la mayoría de sus súbditos del
devuelto a sus patrias a todos los pueblos que los cal- Creciente Fértil; sólo en lo religioso tenían conceptos
deos habían reducido al exilio. Entre estos retornados originales. Desde los tiempos más remotos, los se-
estuvieron los jefes israelitas de Jerusalén. ñores indoeuropeos iraníes habían venerado a los
Con el apoyo, pues, de los nobles guerreros del daeva, o espíritus, similares a los de los arios de la In-
Iran, las campañas de Ciro dieron origen al imperio dia. Los sacerdotes de estos cultos se llamaban ma-
persa. Pocas conquistas se han producido de modo gos. En algún momento del siglo VI, el ardiente refor-
tan repentino en la historia. Tras el suicidio de Cambi- mador Zoroastro se alzó en el Iran oriental contra el
ses, hijo de Ciro, estalló una sangrienta guerra civil, contenido puramente ritual del culto de su época,
que duró desde 522 a 521, y de la que salió vencedor contra la magia y el politeísmo o creencia en varios
un miembro colateral de la famiha real aquemenida, dioses. Propugno una fe moral basada en el dios de
Dario, que tuvo el trono hasta 486. Durante este largo la luz y de la verdad, Ahura-Mazda, al que se le opo-
periodo, el imperio persa se extendió hasta el río Indo nía la fuerza del mal, Arriman. Según su doctrina, to-
por oriente y hasta Europa por occidente. Pero lo más dos los hombres debían luchar en este mundo por el
relevante fue que este rey organizó el imperio persa bien, con sus acciones, ya que, de lo contrario, ser-
sobre unas bases que sigueron vigentes hasta el año vían a los espíritus de la oscuridad. Al final llegaría el
330, cuando el último rey persa cayó ante Alejandro juicio Universal que premiaría a los buenos con el
Magno. paraiso y castigaría a los malos con el infierno. Aun-
Las relaciones económicas y culturales entre el que al parecer Zoroastro tuvo un final violento, su
Egeo y el Próximo Oriente se habían reanudado en el concepción religiosa prendió enormemente en el Iran
siglo VIII; en 600, cierto número de mercenarios y —e influiría en el judaismo y el cristianismo poste-rior
mercaderes griegos entraron en el Egipto saita, y un —, lo cual no excluyó la supervivencia, por obra de
hermano del poeta griego Alceo estuvo al servicio de los magos, de la gran tradición politeísta.
Nabucodonosor. Cuando después de derrotar al rey Si se excluyen los escritos zoroástricos del Avesta y
de Lidia en 547, los generales de Ciro conquistaron la las vanagloriosas inscripciones de los reyes, los per-
costa griega del Asia Menor, los griegos y los persas sas no tuvieron literatura. Su lengua, para la que ha-
se encontraron frente a frente en un conflicto, las gue- bían creado un alfabeto silábico en caracteres cunei-
rras médicas, que abordaremos mas adelante. formes simples para fines administrativos, comenzó a
Como el asirio que lo precedió, el imperio persa era ceder ante el arameo, que se convirtió en la lengua
una autocracia, gobernado bajo el poder absoluto del común de todas las llanuras del Próximo Oriente. En
«gran rey, rey de reyes, rey de territorios sobre los las ciencias, las más importantes conquistas se de-
cuales viven rnuchos pueblos diversos, rey de este bieron a los astrónomos y matemáticos babilónicos o
grande y vasto mundo». En los relieves esculpidos caldeos, capaces de predecir los eclipses lunares y
que han llegado hasta nosotros, el monarca se distin- cuya ciencia ejerció una enorme influencia sobre los
gue por una tupida barba que le llega hasta la cintura sabios griegos de Jonia, como vimos, así como tam-
y porque lleva la tiara (gorro alto ricamente adorna- bién sobre los sabios de la India.
do), la túnica púrpura y los calzones blancos o carme- El monumento persa mejor conservado es la fortale-
síes. Se sienta en un trono elevado con un escabel za real, junto con su tesoro, en Persépolis. Alli, en un
para aislar los pies del contacto con el suelo; un qui- majestuoso marco en el contrafuerte de una montaña,
tasol le protege la cabeza y un flabelifero (persona Dario construyo —a partir de 512— una gran terraza,
que sostiene un gran abanico de mango largo) custo- que él mismo y sus sucesores engalanaron con un la-
dia a su sagrada persona. Los reyes persas impartían berinto de escaleras, de palacios, de salas con colum-
su justicia y decían tener el poder por concesión divi- nas para las audiencias y de otros edificios. Todo el
na. En Egipto el rey persa sucedió al faraón y fue un conjunto era dos veces mayor que la acropolis de
dios en la tierra; en Babilonia, según vimos, Ciro ha- Atenas. Pero, mientras que el Partenón y los otros
bía sido supuestamente elegido por el propio dios templos de la acrópolis ateniense se erigieron en ho-
Marduk; entre los persas, Dario, gobernaba por la nor de unas divinidades que protegían a ciudadanos
gracia del profeta Zoroastro. libres, el gran conjunto monumental de Persépolis se
Los persas tuvieron que enfrentarse con repetidas construyó para exaltar la grandeza del rey de reyes.
rebeliones, ya en Egipto, ya entre sus súbditos grie-
gos, pero consiguieron, en general, mantener el con-
trol sobre el estado más vasto creado hasta entonces
en el Próximo Oriente. La mayoría del territorio ya ha-
Historia de Grecia
bía estado bajo el yugo asirio, y el hecho de que el

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Día a día en la Grecia Clásica La Formación de la Hélade
Pastora Barahona Editorial Libsa
Madrid 2.008

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