Professional Documents
Culture Documents
net/publication/228437864
Article
CITATIONS READS
3 1,085
4 authors:
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
All content following this page was uploaded by Javier Curcio on 16 May 2014.
Marcelo Becerra
Oscar Cetrángolo
Javier Curcio
Juan Pablo Jiménez
Julio de 2003
La presente publicación fue elaborada y producida por la Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. La serie
“Documentos de Trabajo” no constituye un documento formal del Banco Mundial. Es publicada de manera informal y distribuida con el fin de
fomentar la discusión y los comentarios de la comunidad que trabaja en los temas que se presentan. Los resultados, interpretaciones, juicios y
conclusiones expresados en este trabajo son propios del autor o autores y no deben ser atribuidos al Banco Mundial, a sus organizaciones
afiliadas, a los miembros del Directorio Ejecutivo ni a los gobiernos que ellos representan.
Los documentos de trabajo están disponibles en: www.bancomundial.org.ar
Por comentarios y /o sugerencias, escribir a: mbecerra@worldbank.org
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................... 3
2. RASGOS GENERALES DEL SISTEMA UNIVERSITARIO ARGENTINO ....................................................... 6
2. 1. Características del acceso a la universidad y su impacto sobre la equidad ............................... 6
2. 2. El gasto público universitario en el presupuesto educativo de las diferentes jurisdicciones..... 9
2. 3. Referencias a las universidades privadas................................................................................. 12
3. EFICIENCIA Y ASIGNACIÓN DEL PRESUPUESTO UNIVERSITARIO ....................................................... 15
3. 1. El gasto universitario y la eficiencia........................................................................................ 15
3. 2. Asignación de Recursos a Universidades Nacionales ............................................................. 21
4. LA DIVERSIDAD INSTITUCIONAL ....................................................................................................... 25
4. 1. El gasto universitario por institución....................................................................................... 25
4. 2. Un intento de tipología de las universidades públicas............................................................. 26
5. REFLEXIONES FINALES ..................................................................................................................... 29
6. BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................................... 34
ANEXO I. EVOLUCIÓN DEL GASTO EDUCATIVO .................................................................................... 36
ANEXO II. FUENTES DE FINANCIAMIENTO Y COMPONENTES DEL GASTO UNIVERSITARIO ................... 42
ANEXO III. GASTO UNIVERSITARIO EN PAÍSES SELECCIONADOS ......................................................... 50
ANEXO IV. REFERENCIAS A LAS UNIVERSIDADES PRIVADAS............................................................... 56
ANEXO V. TIPOLOGÍA DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS ................................................................... 60
ANEXO VI. INFORMACIÓN DESAGREGADA POR INSTITUCIÓN .............................................................. 66
ANEXO VII. EL FINANCIAMIENTO EN LA LEY DE EDUCACIÓN SUPERIOR ............................................ 77
ANEXO VIII. PROGRAMAS DE ASIGNACIÓN DE RECURSOS A UNIVERSIDADES NACIONALES ............... 79
ANEXO IX. MECANISMOS DE FINANCIAMIENTO UNIVERSITARIO ........................................................ 85
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 2
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
1. INTRODUCCIÓN
El sistema universitario público argentino se ha caracterizado históricamente por dos rasgos salientes:
gratuidad y libre acceso. Existe un financiamiento predominantemente público de las carreras de grado sin
mecanismo alguno que restrinja el ingreso de nuevos alumnos y la continua expansión de la matrícula
total, no habiendo logrado construir un sistema equitativo. Sólo un estudiante del quintil más bajo logra
acceder a la educación universitaria de cada ocho del quintil más alto. Esta situación se agrava aún más
cuando se observan los datos de los graduados, pues los estudiantes más ricos son los que sobreviven
hasta la graduación, mientras los pobres muy difícilmente logran finalizar los estudios universitarios. Si
bien es cierto que una parte de los graduados actuales de los niveles altos de ingresos provienen de
estratos bajos y los estudiantes pobres que logren graduarse escalarán rápidamente en la escala de
ingresos, una porción significativa de la población de los sectores pobres queda excluida en la posibilidad
de ascender en la escala de ingresos. Por lo tanto, la existencia de libre acceso no resuelve las restricciones
provenientes del proceso de selección desarrollado a lo largo de la educación elemental y secundaria y,
por supuesto, de la propia situación socioeconómica, dramáticamente agravada durante los últimos años.
Otro aspecto que aumenta la inequidad del sistema se manifiesta a partir de comparar la organización
universitaria en otros países del mundo. En el caso argentino, la creciente proporción de gasto privado en
el total educativo indica la mayor presencia de instituciones que concentran sus actividades en las zonas
geográficas más desarrolladas, en pocas carreras y para el sector de la población de más altos ingresos.
Ello refuerza la necesidad de mejorar la calidad y las condiciones de acceso efectivas a la educación
universitaria estatal.
Durante la última década, el gasto público universitario creció más que el gasto público educativo; éste, a
su vez lo hizo a una tasa mayor que el gasto público total, y todos esos indicadores crecieron en su
relación con el PIB. En el caso de las universidades, además, el gasto total creció más que las
transferencias provenientes del presupuesto nacional, debido al incremento en los recursos propios
Asimismo, el incremento de la matrícula experimentado en los últimos años, que superó al crecimiento del
gasto sin el apoyo de las reformas necesarias para un adecuado funcionamiento, redujo la inversión por
alumno, originando serios problemas para mantener la calidad de la enseñanza.
El sistema es altamente ineficiente, característica que se manifiesta en los elevados índices de abandono,
en el alargamiento en la duración media de las carreras y en las bajísimas tasas de graduación: solo el 18%
de los que ingresan se gradúan, generando altos costos por graduado. Mientras en Chile se gradúan 39,000
estudiantes universitarios por año y en Colombia unos 78,000, en Argentina lo hacen 45.000 estudiantes,
aunque su matrícula duplica la de Colombia y mas que triplica a la de Chile.
Un ejemplo claro de esta situación son los resultados de un trabajo realizado por la Secretaría de Políticas
Universitarias sobre los egresados pertenecientes a la cohorte ingresada en las universidades en 1990,
correspondiente a las carreras de contador público, agronomía, derecho, farmacia y bioquímica y ciencias
de la comunicación. De ese trabajo surge que, en promedio, sólo el 11,3 % de los alumnos ingresados a la
Universidad en 1990 se encontraba graduado a finales de 1999, habiendo necesitado un tiempo para
culminar sus estudios de 7,7 años.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 3
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Durante la segunda mitad de los noventa se introdujeron una serie de cambios en el sistema en materia de
evaluación universitaria y acreditación de instituciones y carreras, con el objeto de orientar a los
estudiantes potenciales y actuales y a los distintos sectores de la sociedad. Mediante una Ley Nacional se
creó la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), consistente en un
organismo autónomo encargado de la evaluación institucional de todas las universidades estatales y
privadas; la acreditación de estudios de posgrado y carreras de interés público y la emisión de
recomendaciones sobre los proyectos institucionales de nuevas universidades estatales y de
establecimientos universitarios privados. Esta comisión, en marcha desde 1995 está atravesando un fuerte
proceso de legitimación y constituye la primera experiencia en este sentido en Argentina. Asimismo, otra
línea de innovación llevada a cabo desde 1996, consiste en la creación de un programa de desarrollo del
Sistema de Información Universitaria (SIU) con la finalidad de posibilitar a las universidades la provisión
de información confiable y transparente.
Por otra parte, a partir de la ley de Presupuesto de la Administración Nacional correspondiente al ejercicio
1992 se introdujo un cambio en la asignación, aprobando una transferencia global a universidades
nacionales sin afectación específica. Así se inició un camino orientado a otorgar a las instituciones
universitarias mayor autonomía y autarquía en la administración de su patrimonio y de su presupuesto.
Asimismo, desde su creación -en 1993- hasta la actualidad, la Secretaría de Políticas Universitarias intentó
propiciar la creación de nuevos mecanismos que incorporen criterios objetivos en la asignación de los
fondos públicos. A estos efectos se creó una serie de programas especiales de financiamiento, que
pretendían canalizar todos los recursos incrementales del sistema de modo tal de, suponiendo una fuerte
expansión presupuestaria, transformar el modelo de asignación de recursos a uno basado en pautas
racionales. Estas líneas de financiamiento fueron instaladas en el sistema con dispar continuidad y nunca
significaron una proporción importante de las transferencias provenientes del Gobierno Nacional. Hasta
1998, año que registra la mayor proporción de fondos del tesoro asignados a programas especiales basados
en criterios objetivos (equivalente al 7,6 % del total transferido), se observa una tendencia creciente de la
mencionada participación. A partir de 1999, como consecuencia de la crisis fiscal imperante, los fondos
incrementales se retraen originando una caída de los recursos tanto en términos absolutos corrientes como
en relación con el total transferido.
Sin embargo, estos importantes avances aún no han impactado significativamente en cuanto al
disminución de las deficiencias señaladas precedentemente. Por lo tanto, el sistema universitario argentino
se enfrenta con varios desafíos, muchos de los cuales trascienden la actual restricción fiscal y son de larga
data. La universidad pública debe promover la igualdad de oportunidades y la equidad en el acceso y en la
graduación universitaria. No obstante, no es posible que ese objetivo sirva de excusa para mantener un
sistema ineficiente y con resultados que distan de la calidad y equidad buscadas.
En este contexto, el propósito del presente estudio consiste en analizar el financiamiento y el gasto del
sistema universitario público argentino, tanto en forma agregada como en cada una de las instituciones,
enfatizando los principales aspectos que definen la eficiencia y equidad del sistema y presentando
abundante información tendiente a ilustrar la diversidad de situaciones que resumen los indicadores
agregados. El informe comienza con un capítulo destinado a presentar los rasgos generales del sistema
universitario argentino. Allí se exhiben las características más importantes en materia de accesibilidad e
impacto sobre la equidad. También se incorporan referencias a la importancia del gasto público
universitario, en el presupuesto de los diferentes niveles de gobierno y consideraciones sobre la
importancia de las universidades privadas.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 4
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
En el capítulo tercero se presenta una evaluación de la eficiencia del sistema y se discute la experiencia
argentina en los últimos años en materia de mecanismos alternativos de asignación de recursos entre
universidades. Luego, en el capítulo cuarto, se ofrece la evolución y estructura del gasto y financiamiento
universitario para cada una de las instituciones y se propone una clasificación de universidades públicas,
considerando algunas de las características presentadas.
En las reflexiones finales, por su parte, se revisa el argumento del informe y se incorporan algunas
consideraciones relacionadas con los aspectos críticos de la política universitaria futura. Por último se
destaca que, teniendo en cuenta la diversidad de temas abordados y la conveniencia de tratar algunas
cuestiones relacionadas con el argumento del informe - aunque no imprescindibles para la comprensión
del mismo -, se ha decidido la inclusión de numerosos anexos específicos para cada uno de esos temas. El
informe se completa con un apéndice estadístico.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 5
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
En este capítulo se presentan las características generales del sistema universitario público argentino,
enfatizando las condiciones de acceso, su impacto sobre la equidad y la importancia y estructura del gasto
en educación superior en el presupuesto de los diferentes niveles de gobierno y su financiamiento.
Asimismo, se ofrecen algunas consideraciones introductorias sobre la importancia de las universidades
privadas.
1. Por ejemplo, algunos profesores dictan clases en el grado a cambio de honorarios muy bajos, que son compensados con
retribuciones muy superiores correspondientes a sus prestaciones en el nivel de posgrado. Esta característica hace más compleja la
política salarial docente, punto sobre el cual volveremos, en el marco de la discusión sobre el gasto universitario destinado al
personal.
2. Según Experton (1999) cada 100 alumnos que en Argentina ingresan en la escuela primaria solo la mitad se gradúa de la
secundaria y menos de 8 finaliza los estudios universitarios.
3. El impacto de la crisis por la que atraviesa la Argentina también se manifiesta en este indicador. En 1996 sólo el 29% de los
asistentes a las universidades provenían de hogares con mayores ingresos.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 6
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Cuadro 1
Distribución porcentual de asistentes al sistema educativo público según quintil de ingreso per
cápita familiar, mayo 2002 (Total de aglomerados urbanos)
Por su parte, en el Cuadro 2 se presentan algunos indicadores que muestran que el sesgo en detrimento de
los sectores de menores ingresos se presenta con crudeza en el nivel secundario de enseñanza. Allí se
puede observar que mientras que más del 75% del quintil de más altos ingresos (el quinto) finaliza su
educación secundaria, sólo lo hace el 24% del quintil de menores ingresos (el primero). Estas bajas tasas
de graduación muestran que la población más pobre tiene muchas más probabilidades de abandonar,
repetir o retrasar el ingreso en cada nivel educativo, operando ello como una fuerte restricción al acceso a
las universidades. De todas formas, los altos índices de retraso en el ingreso al nivel secundario
experimentado por los quintiles de mayores ingresos, denotan un deterioro generalizado de la calidad de la
educación primaria que alcanza a todos los niveles socioeconómicos.
Cuadro 2
Indicadores básicos de la enseñanza secundaria por nivel de ingresos – 1998
En consonancia con los datos de educación secundaria, los estudiantes del quintil más bajo que asisten a la
universidad son seis veces menos que los del quintil más alto (Cuadro 3)4. Esto es así a pesar de que la
población en edad universitaria del quintil más bajo es 30% mayor, lo cual indica que sólo un estudiante
del quintil más bajo logra acceder a la educación universitaria de cada ocho del quintil más alto. Esta
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 7
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
situación se agrava aún más cuando se observan los datos de los graduados, pues los estudiantes más ricos
son los que sobreviven hasta la graduación, mientras los pobres prácticamente no finalizan los estudios
universitarios. Si bien una parte de los graduados actuales de los niveles altos de ingresos provienen de
estratos bajos y los estudiantes pobres que logren graduarse escalarán rápidamente en la escala de
ingresos, una porción significativa de la población de los estratos pobres queda excluida en la posibilidad
de ascender en la escala de ingresos.
Cuadro 3
Estudiantes y graduados universitarios por nivel de ingresos
Con la finalidad de reforzar la idea de excepción que presenta el sistema universitario argentino, se
entiende necesario introducir un breve comentario sobre el tipo de regulaciones que se presenta en otros
países. En el contexto internacional, la regulación del proceso selectivo que conduce a los estudios
superiores es, en general, competencia del Estado, con la debida participación de los gobiernos regionales
en los países más descentralizados. En términos de equidad, esta regulación debiera garantizar la
homogeneidad en las condiciones de acceso a todos los ciudadanos, independientemente de su lugar de
residencia, la rama de estudios del nivel medio de la que proceden o la institución a la que pretenden
acceder5. Las políticas varían entre países, mientras que en los principales países europeos predominan las
pruebas obligatorias para obtener el título de estudios secundarios, en América Latina prevalecen los
exámenes y pruebas nacionales de aptitud académica, como requisito de ingreso6.
En muchos países existe una prueba de certificación del nivel medio (por ejemplo, Baccalaureat –Francia-,
Abitur –Alemania-, Maturitá –Italia-) que a la vez abre la posibilidad de acceso a los estudios
universitarios, y en la mayoría de los casos, es tenida en cuenta para el ordenamiento de los estudiantes
con ese fin. Al mismo tiempo, las calificaciones obtenidas a lo largo del nivel medio son consideradas en
la mayoría de los países como un ingrediente a tener en cuenta en la calificación final de las pruebas
realizadas al terminar el nivel. Algunos autores consideran que estas calificaciones son el mejor predictor
del rendimiento futuro de los alumnos7. En la Argentina en cambio, el ingreso irrestricto vigente en el
5. Para un análisis de las condiciones sociales y pedagógicas de ingreso a la educación superior, véase Kisilevsky (2002).
6. En el cuadro III. 1. del Anexo III, de información internacional, se ofrecen las regulaciones al ingreso universitario en varios
países europeos y latinoamericanos. Se observa que en la totalidad de los casos allí mostrados existe algún tipo de restricción
cuantitativa (cupo) y cualitativa (examen, ya sea para obtener el título secundario o bien para ingresar a la universidad).
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 8
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
nivel de educación superior, se combina con la inexistencia de un examen a la salida del nivel medio8,
desregulando totalmente el acceso a las Universidades Nacionales.
Cuadro 4
Gasto Público en Educación. Año 2002 (en %)
A lo largo de los años noventa, a diferencia de la década anterior, el gasto público universitario creció más
que el gasto público educativo; éste, a su vez lo hizo a una tasa mayor que el gasto público total y, todos
esos indicadores crecieron en su relación con el PIB. En el caso de las universidades, además, el gasto
creció más que las transferencias recibidas desde el presupuesto nacional (gráfico 1). No obstante, como
se ha señalado y será objeto de tratamiento en el capítulo siguiente, el comportamiento fue muy diferente
entre las diferentes casas de estudio.
8. No obstante desde 1996 se realizan relevamientos anuales de información educativa, que miden la calidad de la educación
primaria y secundaria en todas las escuelas del país.
9. Al referirnos a Provincias se incluyen las 23 Provincias más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
10. De acuerdo con la información elaborada por la Dirección Nacional de Programación del Gasto Social (DNPGS).
11. La educación superior no universitario incluye, entre otros, los institutos terciarios de formación docente y los de educación
técnica.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 9
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico 1
Evolución relativa del gasto público universitario (1980-2002)
(en moneda constante. Indice, base 1991=100)
225
200
175
150
125
100
75
50
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC, de la Dirección Nacional de Programación del Gasto Social
y de la Coordinación General Económico-Financiera. de la Secretaría de Políticas Universitarias.
Medido a través de la evolución del gasto total de las universidades nacionales, en el período 1992-1994 el
sistema experimentó un crecimiento promedio en términos reales del 19,3%, mostrando en el año 1993 un
salto respecto del año anterior del 31,5%. Luego, como consecuencia del impacto macroeconómico que
significó el denominado “efecto tequila”, se sucedieron dos años de estancamiento del nivel de gasto, a los
que siguió un nuevo trienio (1997-1999) de crecimiento, ahora más moderado, que en promedio alcanzó el
8,3 % anual. Como resultado de esa evolución los recursos destinados al sistema universitario nacional se
duplicaron respecto del nivel de 1991. A partir de allí se experimentó un creciente ajuste del orden de 0,6
% y 2,3 % para los años 2000 y 2001 respectivamente, que acompañó la situación general del país. Esta
caída se ha acentuado de manera dramática durante el año 2002. Si bien no existe aún información oficial
sobre el nivel de producto y gasto público para ese año, se sabe que las transferencias del gobierno
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 10
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
nacional a las universidades fueron, en términos reales, un 32,6% inferiores a las correspondientes a
200112.
El incremento en el gasto experimentado durante los noventa significó una caída de la participación
consolidada de las erogaciones en personal sobre el total ejecutado, que pasó del 84,9 % en 1991 al 72,5
% durante 2001. Esta reducción fue compensada con un incremento del peso relativo de las transferencias,
que aumentaron su participación en 7,6 puntos porcentuales (destinados en gran medida al programa de
incentivos a docentes investigadores vigente desde 1993). El rubro bienes de consumo y servicios no
personales también mejoró su participación pasando de representar 9,3% en 1991 a atraer el 14,4 % del
total en 2001. El gasto en bienes de capital mantuvo su participación en torno al 4% durante todo el
período.
Entre 1991 y 2001 el gasto en salarios se incrementó un 75%, el equipamiento y la infraestructura
crecieron 85% y los gastos en bienes y servicios para el funcionamiento de las universidades más que se
triplicaron. Por su parte, el rubro transferencias se amplió en más de 13 veces el nivel de 199113. En
consecuencia, el gasto global se incrementó en 110,5% en el período 1991-1999 y, durante los dos últimos
años de la serie en cuestión, se contrajo en un 2,9%.
Con el objeto de analizar la estructura del gasto universitario, en el cuadro 5 se detallan los montos
ejecutados durante el año 2000 por el sistema en su conjunto, considerando las 36 universidades
nacionales y el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA). Los valores en cuestión se discriminan
por fuente de financiamiento y objeto de gasto, según las clasificaciones establecidas por la Secretaría de
Hacienda. Por su parte, en el Anexo II se ofrece un relato más detallado de la estructura del gasto y el
financiamiento universitario, y, asimismo, se incorpora una breve explicación de los conceptos
incorporados en cada componente.
En una primer aproximación se puede observar cierto patrón agregado de la racionalidad existente entre
financiamiento y gasto universitario. En efecto, se comprueba que la mayor parte del gasto en personal
tiene financiamiento del Tesoro Nacional; la compra de bienes de consumo y los servicios no personales
tienen como principal fuente de financiamiento a los recursos propios de las universidades, y, por último,
los remanentes de ejercicios anteriores son destinados en una proporción importante a la compra de bienes
de uso. Más allá de estas ideas preliminares, en el Anexo II se ofrece una explicación de los componentes
de los diferentes renglones del gasto y financiamiento universitario.
12. Esta evolución se puede observar en el gráfico II. 1. del Anexo sobre Fuentes de financiamiento y gasto universitario.
13. En el gráfico II. 3. se observa esa evolución en números índices, con base en 1991. Se ha decidido no incorporar las transferencias en el
gráfico para no perjudicar la percepción de las restantes trayectoria. El número índice que le corresponde a ese rubro para 2001 (con base 100 para
1991) es 1335. Sólo una porción cercana a la tercera parte de las transferencias está destinada a becas estudiantiles. En cambio, más de la mitad de
aquellas son pagos de adicionales salariales a través de subsidios y becas al personal docente, no docente u otro tipo de incentivos a los docentes.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 11
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Cuadro 5
Financiamiento y Gasto de las Universidades Nacionales - 2000
Composición por Fuente y Objeto (*).
(En millones de pesos)
En relación con el gasto en personal financiado por el Tesoro, si bien no es el objeto central de este
informe, conviene destacar que existen incentivos no salariales destinados al personal docente de las
Universidades Nacionales que podrían asemejarse a un mayor nivel de gasto por parte de estas
instituciones, en virtud de que un grupo más o menos significativo de profesores universitarios,
dependiendo de las disciplinas a las que correspondan las carreras por ellos dictadas y el lugar de
localización en que se hallen instalados, incorpora a su salario una serie de beneficios sin los cuales no
estaría dispuesto a prestar sus servicios docentes. Entre estos incentivos pueden destacarse:
- la posibilidad de desarrollar actividades en proyectos de investigación financiados por el CONICET
que complementen sus ingresos salariales provenientes de la Universidad;
- la inexistencia de incompatibilidades para desarrollar otras actividades laborales en el ámbito público,
como consecuencia del régimen de contrataciones vigente;
- la cobertura social a que se accede a partir de poseer un cargo docente, con independencia de la
afectación horaria que este implique;
- la obtención de prestigio para el desarrollo profesional, evidenciado en carreras como derecho,
arquitectura o las correspondientes a ciencias de la salud; aspecto que, dependiendo de la región de
localización, se suma a la adquisición de un elevado status social.
Por último, se destaca que la complejidad de la política salarial docente en muchas universidades es
potenciada por los grandes diferenciales de salarios existentes entre los niveles de grado y posgrado, que
en muchos casos funcionan como subsidios cruzados entre los estudios que gozan de financiamiento
privado y aquellos que son básicamente solventados por fondos públicos.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 12
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
ha decidido incorporar en la presente sección una serie de consideraciones sobre la presencia de las
mismas. Estas servirán de encuadre y complemento a los argumentos que serán presentados en el resto del
documento.
En Argentina la cantidad de instituciones universitarias que no reciben subsidios del Estado,
habitualmente llamadas privadas, creció en forma sostenida durante la década de los noventa. En 1985 se
encontraban en funcionamiento 20 universidades privadas en convivencia con las 26 universidades
estatales. En el cuadro 6 se observa que en el año 2000 se encontraban en actividad 50 instituciones
universitarias privadas (42 de las cuales son universidades) que representan el 54,9 % del sistema.
Cuadro 6
Cantidad de Instituciones Universitarias y Alumnos según dependencia. Año 2000
14. En el Anexo IV se ofrece un análisis más pormenorizado de la presencia de las universidades privadas en el sistema universitario argentino.
Por su parte, en el Anexo III se presentan algunas referencias al respecto en relación con países de la OCDE.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 13
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico 2
Evolución de la Matrícula 1985 -2000
Composición entre Universidades Públicas y Privadas
100%
70,953 105,062 112,837 124,749 132,459 141,725 152,833 166,181 165,689 166,539
90%
524,590 1,124,044
698,561 1,054,014
674,868 719,671 766,847 812,308 892,759 948,000
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1985 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 14
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
En este capítulo se ofrecerán los aspectos básicos para una evaluación de la eficiencia interna y externa.
Adicionalmente, se completa con una presentación de los diferentes criterios que se han incorporado en
los últimos años, destinados a mejorar la asignación de las transferencias del gobierno nacional a las
universidades.
Eficiencia Externa
Los problemas en relación con la eficiencia externa exhibidos por las instituciones de educación superior
en los países en desarrollo pueden sintetizarse, según Salmi et al (1994), en dificultades de inserción
laboral por parte de los graduados universitarios y en deficiencias en los desarrollos de investigación
realizados por esas instituciones. El trabajo mencionado indica que el desempleo de la población con
educación superior en estos países se incrementó a partir de los años ochenta, como consecuencia de las
distorsiones sobre el mercado laboral generadas por las políticas oficiales que inducen a sobrestimar los
beneficios personales derivados de la enseñanza superior. Por otro lado el financiamiento a este nivel de
enseñanza, sin planificación a través de mecanismos de racionamiento de matrícula, contribuye a que
ciertas carreras resulten económicamente atrayentes, perteneciendo a disciplinas en las que la demanda de
empleo luego resulta insuficiente.
Respecto de las dificultades en materia de investigaciones, se destaca que en muchos países
latinoamericanos las actividades de investigación realizadas por las Universidades no suelen destinarse a
aplicaciones prácticas, lo que refleja el nivel tradicionalmente bajo de la interacción entre la universidad y
la industria. Adicionalmente, durante el período en cuestión el financiamiento estatal –al igual que el
privado– destinado a investigación y desarrollo en estos países sufrió sucesivas disminuciones.
En atención a estas deficiencias, a partir de 1994 en Argentina se puso en marcha un programa de
incentivos a docentes investigadores, mediante el cual se premia a los profesores universitarios en función
del tiempo dedicado a proyectos de investigación que son monitoreados periódicamente (volveremos
sobre este punto en el apartado sobre asignación de recursos específicos). Asimismo, durante la segunda
mitad de los noventa se introdujo una serie de cambios en materia de evaluación y acreditación de
instituciones y carreras y de desarrollo de sistemas de información, destinados a mejorar la calidad, la
disponibilidad de información y su difusión transparente, con el objeto de orientar a los estudiantes
potenciales y actuales y a los distintos sectores de la sociedad.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 15
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Mediante una Ley Nacional se creó la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria
(CONEAU), consistente en un organismo autónomo encargado de la evaluación institucional de todas las
universidades estatales y privadas; de la acreditación de estudios de posgrado y carreras de interés público,
y de la emisión de recomendaciones sobre los proyectos institucionales de nuevas universidades estatales
y de establecimientos universitarios privados. Esta comisión, en marcha desde 1995 atravesando un fuerte
proceso de legitimación, constituye la primera experiencia en este sentido en Argentina.
Otra línea de innovación llevada a cabo desde 1996, consiste en la creación de un programa de desarrollo
del Sistema de Información Universitaria (SIU) con la finalidad de posibilitar a las universidades la
provisión de información confiable y transparente. Este programa diseñó sistemas informáticos que están
siendo instalados en el sistema universitario, permitiendo contar con disponibilidad de información
creciente.
Eficiencia Interna
Desde la perspectiva de la eficiencia interna del sistema cabe destacar que el fuerte incremento del gasto
universitario estuvo acompañado por un acentuado aumento de la matrícula. A partir de 1980, año desde
el que se dispone información al respecto, el número total de alumnos del sistema universitario nacional
exhibe un crecimiento sólo interrumpido en el año 1993. Según surge del gráfico 3, el ritmo de este
proceso reconoce cuatro períodos claramente establecidos:
- 1980-1983, de crecimiento moderado: Durante los últimos años de la dictadura militar y el
paulatino restablecimiento de las libertades, se exhibe un incremento anual acumulado de la
matrícula que asciende al 2,3%;
- 1984-1985, de crecimiento pronunciado: Como consecuencia del advenimiento de la
democracia, acompañado con una clara política de masificación de la educación superior,
durante estos años se incrementó la cantidad de ingresantes al sistema en tasas cercanas al
100%, significando un aumento del total de alumnos en relación con el año inmediato anterior,
del 31,2% en 1984 y 18,3% en 1985. La tasa anual de crecimiento acumulada de la matrícula
ascendió al 24,6%.
- 1986-1988, de caída en la tasa de crecimiento. A partir de 1986 la cantidad de ingresantes se
estabiliza, determinando un crecimiento anual acumulado de la matricula del 7,6%, triplicando
la tasa correspondiente al período previo a la vuelta a la democracia;
- 1989-1993, estacionario: La cantidad de ingresantes se mantiene aproximadamente constante
alrededor de 170.000 alumnos, determinando un crecimiento anual acumulado de 0,7% para el
período;
- 1994-2001: Crecimiento sostenido. La cantidad de ingresantes se incrementa a tasa
aproximadamente constante, originando un aumento de la matricula total que alcanza el 7,3 %
anual acumulativo.
El número de alumnos totales, que surge de los datos declarados por las Universidades Nacionales,
incluye alumnos ingresantes (nuevos) y reinscriptos que cursan sus estudios desde años anteriores. Los
datos correspondientes al año 2000 muestran que el 28% de los 834.799 alumnos reinscriptos, que
representan el 74,3% de los estudiantes informados para todo el sistema (1.124.044), no aprobaron
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 16
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
ninguna materia durante el año anterior. En consecuencia, para analizar la matricula activa del sistema
resulta necesario corregir esta variable, deduciendo aquellos estudiantes que no obtienen un rendimiento
adecuado.
Teniendo en cuenta la interpretación de estudiantes regulares dispuesta por la Ley de Educación Superior
(LES)15, restando los alumnos reinscriptos en ese año que aprobaron menos de dos materias durante 1999
puede afirmarse que los alumnos activos del sistema, durante el año 2000 fueron 802.718 (28,6% menos
del total declarado por las casas de altos estudios). Esta cifra todavía puede estar sobrevaluada, en virtud
de que una proporción más o menos significativa de los 289.246 alumnos que ingresaron al sistema en el
año en cuestión pueden no haber obtenido el rendimiento mínimo exigido16. En la información presentada
en el Anexo VI, puede observarse que algunas instituciones universitarias presentan una proporción de
alumnos no activos (suponiendo que el total de los nuevos inscriptos estudia efectivamente) cercana al
40% del total declarado17. En el otro extremo se sitúan aquellas universidades que exhiben muy bajas tasas
de alumnos con escasa actividad18.
15. El artículo 50 de la Ley de Educación Superior establece que “Cada institución dictará normas sobre regularidad en los estudios, que
establezcan el rendimiento académico mínimo exigible, debiendo preverse que los alumnos aprueben por lo menos dos (2) materias por año, salvo
cuando el plan de estudios prevea menos de cuatro (4) asignaturas anuales, en cuyo caso deben aprobar una (1) como mínimo. En las
universidades con más de cincuenta mil (50.000) estudiantes, el régimen de admisión, permanencia y promoción de los estudiantes será definido a
nivel de cada facultad o unidad académica equivalente.”
16. Algunas universidades declaran a todos los alumnos nuevos inscriptos, aun cuando algunos de ellos nunca participaron de clases ni rindieron
exámenes.
17. Tal es el caso de las Universidades Nacionales de Catamarca, Jujuy, Salta, Nordeste y Sur.
18. Estas son las Universidades Nacionales de Gral. San Martín (4,4%), Gral. Sarmiento (4,7%), Villa María (5,7%) y Quilmes (7,6%).
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 17
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico 3
Alumnos y Egresados de las Universidades Nacionales
Años 1980-2001
1,200,000
1,000,000
800,000
600,000
400,000
200,000
0
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Volviendo a la evolución de estas variables desde 1980, se puede observar que la cantidad de graduados
del sistema no acompañó el crecimiento de la matrícula antes descripto. Esta situación puede explicarse
por el alargamiento en la duración media de las carreras y en el fracaso de los estudiantes que no logran
finalizar sus estudios.
De acuerdo con un trabajo realizado por la SPU sobre los egresados pertenecientes a la cohorte ingresada
en las universidades en 1990, correspondiente a las carreras de contador público, agronomía, derecho,
farmacia y bioquímica y ciencias de la comunicación19, en el que se analiza la cantidad de egresados de
esa cohorte durante cada año hasta 1999 (véase Anexo VI), en promedio sólo el 11,3 % de los alumnos se
encontraba graduado a finales de 1999, habiendo necesitado un tiempo para culminar sus estudios de 7,7
años.
De este grupo de carreras para el cual fue realizado el análisis, el peor rendimiento es exhibida por la
carrera de ciencias de la comunicación, indicando que –transcurridos diez años desde el comienzo de sus
estudios– sólo 178 de los 2456 inscriptos en 1990 (7,2%) estaban graduados. Aquí también el rendimiento
19. El estudio excluye la información correspondiente a las Universidades de Buenos Aires y de La Rioja, por no haber sido recibida por parte de
ellas la información solicitada.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 18
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
es dispar por universidad. Mientras que la Universidad Nacional de la Plata graduó al 17 % de sus
alumnos en esta carrera durante el lapso estudiado, sólo el 1% de las Universidades Nacionales del
Comahue y de San Juan completaron sus estudios.
Adicionalmente el mencionado trabajo estima la posibilidad de contar con nuevos egresados de esta
cohorte a partir del año 2000. A partir de cálculos econométricos realizados sobre la base de la evolución
de los graduados hasta 1999 y la cantidad de alumnos reinscriptos en el año 2000, se concluye que 998
alumnos más de esta cohorte podrían terminar sus estudios en los próximos 10 años, representando una
proporción adicional del 2,6% de los inscriptos en 1990 que elevan la tasa de éxito final al 13,8% para el
promedio de las carreras seleccionadas. En consecuencia, independientemente del tiempo en que se
mantengan a los alumnos dentro de las universidades, más del 85% de los alumnos no logrará finalizar
exitosamente sus estudios.
La cantidad de egresados por ingresantes es otro indicador que nos permite medir la eficiencia interna de
las instituciones de estudios superiores. La evolución de esta relación desde 1980 para el sistema
universitario público argentino, suponiendo una duración teórica de las carreras equivalente a cinco años
en promedio, se detalla en el cuadro VI. 3. Este indicador describe una caída abrupta del éxito de los
estudiantes durante el período, ya que los graduados de mediados de los años ochenta representaban
aproximadamente el 60% de los ingresantes correspondientes y en la actualidad constituyen menos del
20% de los alumnos en cuestión.
Las diferentes casas de altos estudios exhiben un alto grado de dispersión respecto del desempeño de los
alumnos (véase cuadro VI. 4). Recordando que durante 1995 una serie de instituciones aún no habían sido
creadas, llama la atención el rendimiento experimentado por las Universidades Nacionales del Sur, de
Cuyo y de Entre Ríos, que exhiben relaciones de egresados por ingresantes superiores al 30 % casi
duplicando el promedio del sistema. Mención aparte merece la situación de la Universidad Nacional de
Quilmes, que sobre 865 alumnos nuevos inscriptos en 1995, 583 (67,4%) finalizaron sus estudios en 1999.
Por otro lado, las Universidades Nacionales de La Matanza, Jujuy, Salta, Santiago del Estero, La Rioja,
Formosa y Mar del Plata se presentan como las más ineficientes en este aspecto, mostrando proporciones
inferiores al 10 %, que suponen rendimientos por debajo del 50% del promedio del sistema.
Puede resultar de interés vincular el indicador presentado en el cuadro VI. 4 (los egresados como
porcentaje de los ingresados en cada universidad) con la tipología que se desarrollará en el próximo
capítulo, y a partir de la cual clasificaremos a las Universidades Nacionales en “Grandes”, “Chicas”, “de
Tamaño Medio”, “de Elevado Gasto Medio” y “de Nueva Generación”. Siguiendo esa línea, se podrá
observar que las universidades denominadas “chicas” son las de menor indicador, con cinco casos por
debajo del 10% (La Matanza, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Formosa). La única universidad chica
con elevado porcentaje de egresados es la de Entre Ríos (33,2%). También presentan bajos porcentajes
las universidades de nueva generación, aunque en este caso se explicaría por su propio carácter. No
obstante, como podrá observarse, la Universidad de Quilmes presenta un indicador totalmente
excepcional. Las universidades de tamaño medio presentan, como sería de esperar, indicadores que rondan
la media del sistema sin mayor dispersión entre los diferentes casos. A diferencia de ellas, las “grandes”,
si bien tienen una relación de egresados/ingresantes superior a la media, los diferentes casos presentan
indicadores muy dispersos, desde el 11% de la UTN hasta el 36% de la Universidad del Cuyo. Por último,
se deben destacar los elevados porcentajes de egresados en dos de las universidades de elevado gasto
medio (Centro de la Provincia de Buenos Aires y del Sur).
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 19
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Otros indicadores de eficiencia que interesa evaluar son el gasto total en que incurren las instituciones
universitarias por estudiante y por graduado. Dado que no se dispone de la serie de gasto total para el
período en consideración de este trabajo, y teniendo en cuenta que, según se ha señalado, las
transferencias del Tesoro Nacional significan casi el 85 % del total de las erogaciones de estas
instituciones, se utilizará la variable transferencias por alumno para analizar la evolución del gasto
universitario por alumno en los últimos años.
Desde 1980 hasta el año 2001 el gasto unitario cayó 61,7% en términos reales. Independientemente de las
experiencias de 1983 y 1987 que suponen posiciones que mejoran la situación de los años anteriores, el
único período de incremento sostenido de este indicador fue el transcurrido entre 1990 y 1994. A partir de
allí comienza un lapso de baja en el gasto por alumno, sólo interrumpido por un ligero incremento durante
1998, que significó una posición real en el año 2001 aproximadamente igual a la exhibida al comienzo de
la década de los noventa. Si bien no se dispone del número total de alumnos correspondiente al año 2002,
aun suponiendo que la cantidad de estudiantes no haya crecido respecto del estimado para 2001 (hipótesis
de mínima), el gasto por alumno caería a $1377, significando una reducción real del 32,6% respecto del
gasto medio de 2001, y equivalente a un cuarto del nivel correspondiente a 1980 (véase gráfico 4)20.
Gráfico 4
Transferencias del Gobierno Nacional a las Universidades Nacionales por Alumno
Años 1980 –2002 en moneda constante
175
150
125
100
75
50
25
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
T ra n s fe re n c ia s p o r A lu m n o T ra n s fe re n c ia s U n iv e rs ita ria s a v a lo re s c o n s ta n te s
Fuente: SPU. Deflactado según índice de precios combinados (50% Consumidor y 50% Mayorista nivel general).
20. En cualquier caso debe tenerse en cuenta que, dependiendo de las distintas disciplinas y universidades, existen proporciones
muy significativas de estudiantes cuya cantidad de materias aprobadas por año corresponden a dedicaciones “part time”. Para
comparar estos indicadores con los de otros países, debería considerarse la cantidad de alumnos con dedicación exclusiva.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 20
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Para analizar la posición de cada Universidad respecto de este indicador se utiliza el gasto total por
universidad y la cantidad de alumnos declarados según cada una de esas instituciones y activos de acuerdo
con la definición de la LES (Véase cuadro VI. 5). Se destaca que, si se tuvieran en cuenta sólo los alumnos
que rinden al menos dos materias por año, el gasto invertido en cada uno de ellos resultaría 40 % mayor,
para el promedio del sistema, existiendo instituciones que incrementarían su gasto unitario en más de
70%.
En el Anexo VI, también se muestra la posición relativa de las distintas instituciones en relación con el
gasto universitario por estudiante observado en el año 2002, considerando la cantidad de alumnos activos
y los alumnos totales declarados. Independientemente de las economías de escala existentes en toda
institución de estas características, al ordenar las instituciones de acuerdo con su gasto total, se puede
observar que existen varias instituciones que rompen la correlación negativa entre esa variable (indicador
del tamaño de la universidad) y sus costos medios.
Para cuantificar en términos económicos el costo por graduado resulta necesario contar con datos sobre la
repitencia y la deserción de los alumnos que no se disponen. Según un estudio realizado por la SPU21, la
repetición de los cursos observada en 1999 genera un aumento del costo por graduado equivalente al 38%
frente a una situación ideal de no deserción ni repitencia. El abandono de los alumnos de ese año, tiene un
efecto mucho más fuerte que implica un incremento en el costo de producir un profesional del 136%. En
promedio, la situación de repitencia y deserción estimada por el citado estudio para el sistema público
universitario durante ese año, deriva en un costo promedio del graduado que triplica su presupuesto en la
situación ideal.
En síntesis, el incremento de la matrícula experimentado en los últimos años por las universidades
públicas argentinas, no acompañado con las reformas necesarias para un adecuado funcionamiento, redujo
significativamente la inversión por alumno originando serios problemas de eficiencia, entre los que se
destacan: i) el alto grado de repitencia de los alumnos (casi 40 % de los reinscriptos en 2000 aprobaron
menos de dos materias en 1999); ii) los elevados índices de deserción y iii) el alargamiento en la duración
media de las carreras. En suma, el sistema exhibe bajas tasas de graduación (menos del 20% de los
alumnos egresa en el tiempo establecido y más del 75 % de los inscriptos nunca culminará sus estudios22)
generando mayores costos por graduado que se traducen en disminuciones de la calidad de la enseñanza.
22. Estimación realizada por la SPU sobre el desempeño de la cohorte ingresada en 1990 en las carreras de contador público, agronomía, derecho,
farmacia y bioquímica y ciencias de la comunicación.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 21
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Esta metodología de asignación imposibilita la introducción de incentivos que permitan mejorar la calidad
y la eficiencia de las instituciones universitarias y corregir las desigualdades regionales existentes.
Asimismo, se propician comportamientos de tipo clientelístico que empeoran el desempeño de las mismas
en los aspectos mencionados 23.
Asimismo, hasta comienzo de la década de los años noventa el presupuesto nacional destinado a las
Universidades públicas se aprobaba en bloque de acuerdo con reglamentaciones que reducían
significativamente el margen para la gestión de estas instituciones. Los fondos se asignaban según la
clasificación presupuestaria por objetos de gasto, tratando a las universidades - desde la perspectiva
económico financiera - en forma similar a los organismos de la administración central.
Las dos características enunciadas describen un sistema de asignación de recursos vigente a inicios de los
años 90, que no estimula el mejoramiento del desempeño de las instituciones y a partir del cual las
Universidades no tienen posibilidades reales de desarrollar una autonomía presupuestaria razonable que
les permita fortalecer su gestión y, consecuentemente, mejorar sus resultados.
La Ley de Presupuesto de la Administración Nacional correspondiente al ejercicio 1992 introdujo un
cambio en la asignación, aprobando una transferencia global a Universidades Nacionales sin afectación
específica. A partir de esta decisión se inició un camino orientado a otorgar a las instituciones
universitarias mayor autonomía y autarquía en la administración de su patrimonio y de su presupuesto.
Las leyes de presupuesto correspondientes a los años 1993 y 1994, y la Ley de Educación Superior24,
fortalecieron esta tendencia hacia la descentralización (véase Anexo VII).
Adicionalmente, desde su creación -en 1993- hasta la actualidad, la Secretaría de Políticas Universitarias
(SPU) intentó propiciar la creación de nuevos mecanismos que incorporen criterios objetivos en la
asignación de los fondos públicos. A estos efectos se creó una serie de programas especiales de
financiamiento (véase Anexo VIII), que pretendían canalizar todos los recursos incrementales del sistema
de modo tal de, suponiendo una fuerte expansión presupuestaria, transformar el modelo de asignación de
recursos a uno basado en pautas racionales.
Sintetizando las líneas de acción, en el cuadro 7 se presenta un resumen de los objetivos y las criterios
utilizados para la asignación racional de recursos públicos a través de los programas descriptos
precedentemente. A su vez, según se desprende del cuadro VIII. 2, estas pautas de financiamiento fueron
instaladas en el sistema con dispar continuidad y nunca significaron una proporción importante de las
transferencias provenientes del Gobierno Nacional. Hasta 1998, año que registra la mayor proporción de
fondos del tesoro asignados a programas especiales basados en criterios objetivos (equivalente al 7,6 %
del total transferido), se observa una tendencia creciente de la mencionada participación. A partir de 1999,
como consecuencia de la crisis fiscal imperante, los fondos incrementales se retraen originando una caída
de los recursos tanto en términos absolutos corrientes como en relación con el total transferido. Durante el
año 2002, se incluyó una serie de pequeños programas que mejoraron levemente el indicador en cuestión,
distribuyendo 6,1 % de los recursos públicos mediante las líneas de financiamiento descriptas.
Finalmente, de acuerdo con el presupuesto aprobado para el ejercicio 2003 por el Congreso Nacional
(véase cuadro VIII. 1), y suponiendo que los créditos presupuestarios no sufrirán modificaciones y se
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 22
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
ejecutarán en su totalidad25, 170,8 millones de pesos serán asignados a través de criterios objetivos. Esta
cifra representa el 8,6 % del total de recursos públicos previstos para Universidades Nacionales durante el
año 2003.
De todas formas, estas proporciones marginales de fondos que fueron asignadas mediante criterios
racionales durante el período bajo análisis, pueden estar sobrevaluadas, en virtud de que –en algunos
casos– la distribución de aquellos montos enmarcados en los programas especiales mencionados, pudo
haber respondido a reglas de negociación que no necesariamente surgen de la aplicación de pautas
objetivas, sino que obedecen al cumplimiento de compromisos políticos previamente adquiridos.
La discusión está fuertemente instalada en el sistema, el Congreso de la Nación incluyó en las leyes de
presupuesto correspondientes a los ejercicios 2002 y 2003 cláusulas en las que se dispone que el Poder
Ejecutivo Nacional adopte criterios objetivos para la distribución de los recursos destinados a las
universidades nacionales con el objeto de mejorar la calidad, la eficiencia y la equidad de las asignaciones
de recursos. No obstante, su resultado es incierto en virtud del fuerte ajuste en términos reales recibido por
dichas instituciones y de las tensiones que todo proceso de esta índole genera.
En resumen, la introducción de criterios explícitos de reparto de los fondos públicos constituye hoy la
herramienta más importante y efectiva con que cuenta el gobierno nacional para inducir modificaciones en
la dirección de las políticas universitarias. No obstante, la diversidad de actores intervinientes en el
proceso de asignación de los recursos, sumada a la autonomía que gozan las instituciones universitarias y
al contexto de restricción presupuestaria que se visualiza para la economía argentina de los próximos años,
han marcado y seguirán marcando importantes límites al necesario proceso de diseño e instrumentación de
esta política de reformas.
Cuadro 7
Programas de Asignación de Recursos a Universidades Nacionales mediante pautas objetivas.
1995 – 2002
25. La ejecución presupuestaria es autorizada trimestralmente por la Secretaría de Hacienda. En épocas de crisis fiscales se presentan
subejecuciones que afectan particularmente a las partidas sin asignación especifica.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 23
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 24
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
4. LA DIVERSIDAD INSTITUCIONAL
26. Los institutos universitarios no son objeto de estudio de este trabajo; no obstante, dado que el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA)
es el único financiado a través del Ministerio de Educación, en algunas series de financiamiento y gasto se incluye con las respectivas
aclaraciones. A partir del año 2003 entrarán en funcionamiento dos nuevas instituciones superiores estatales: La Universidad Nacional de
Chilecito, que funcionará sobre la base de lo que hasta el pasado año era la sede de una Unidad Académica de la Universidad Nacional de la Rioja,
y la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, con sede central en la ciudad de Junín.
27. La Universidad de Buenos Aires ejecutó 432,1 millones de pesos, que representan el 21,5 % del gasto total del sistema. Le siguen, en orden de
magnitud las Universidades Nacionales de Córdoba (8,1% del gasto total), Tecnológica (6,5%), La Plata (6,3%), Tucumán (5,6%), Rosario (4,9%)
y Cuyo (4,3%).
28. Universidades Nacionales de Gral. San Martín, Gral. Sarmiento, Lanús, La Patagonia Austral, La Rioja, Tres de Febrero, Villa María y el
Instituto Universitario del Arte
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 25
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 26
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
clasificación de las 36 casas de estudio en 5 grupos, atendiendo a su tamaño relativo, participación del
gasto en personal en el total de erogaciones, la importancia de los recursos propios en cada uno de sus
presupuestos y, por último, la relación entre el gasto por alumno de cada universidad y el promedio del
sistema30.
Asimismo, y con el objeto de presentar una ilustración gráfica a esa clasificación, se han representado esas
cuatro variables para cada una de las universidades, definiendo las variables como la relación entre el
valor correspondiente a cada institución y el promedio del sistema. De esta manera, la representación
gráfica de cada universidad es un trapezoide, pero la del promedio del sistema es un cuadrado como el que
se observa en el gráfico 5.
Gráfico 5
Tipología universitaria por gasto y financiamiento: promedio del sistema universitario
Recursos propios
Los cinco tipos en que pueden clasificarse las instituciones universitarias son los que se presentan a
continuación y se ilustran en los gráficos del Anexo V (en todos los gráficos se mantiene el cuadrado que
indica el promedio para facilitar la comparación entre instituciones):
- Grandes: Aquellas que presentan un nivel de erogaciones más elevado que el promedio del
sistema. Se supone que estas son las instituciones que debieran tener menor gasto por alumno,
mayor capacidad para lograr recursos autónomamente y menor peso de gastos en personal. No
obstante, ello depende de aspectos institucionales que no necesariamente tienen relación con el
tamaño, como se observará más adelante. Si ese fuera el caso, estaríamos en presencia de una
representación gráfica correspondiente a un rombo alargado hacia el norte y sur. Como se
observa en el gráfico correspondiente ese es el caso de las Universidades de Buenos Aires,
Córdoba y UTN, mientras que la de La Plata presenta recursos propios similares al promedio y
30. Para ello se han utilizado los datos que surgen de acuerdo con la interpretación de la Ley de Enseñanza Superior.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 27
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
las de Tucumán, Cuyo y Rosario, en cambio, se caracterizan por el bajo nivel de recursos
propios.
- Chicas: Las de bajo nivel de erogaciones en relación al promedio. De manera inversa al caso de
las grandes, se podría esperar una representación correspondiente a un rombo alargado hacia los
costados. Se incluyen dentro de este grupo las universidades de Catamarca, Formosa, Entre
Ríos, Jujuy, Santiago del Estero, La Matanza, La Pampa, Luján y Salta.
- Elevado gasto medio: Más allá de ser universidades de tamaño menor, se ha decidido separarlas
del grupo de chicas por estar caracterizadas por el elevado gasto por alumno, en general
asociado con la baja densidad poblacional en el caso de las Universidades de la Patagonia
Austral, de la Patagonia San Juan Bosco y del Sur, todas patagónicas. El grupo también
incorpora a la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires. En el gráfico, se
presentan rombos alargados hacia la izquierda.
- De nueva generación: Se incluyen en este grupo aquellas universidades que, por ser de
reciente fundación, han definido una estructura institucional que incorpora importantes recursos
propios. Si bien todas las universidades fueron creadas recientemente (en general durante los
noventa), debe aclararse que se incorpora alguna institución creada previamente pero cuyas
características coinciden con aquellas, tal el caso de la Universidad de Lomas de Zamora. La
representación gráfica son rombos alargados hacia abajo, como es el caso de las Universidades
de Lanús, La Rioja, Lomas de Zamora y Quilmes, Teniendo en cuenta que son universidades
nuevas, suelen presentar también elevados niveles de gasto por alumno, lo que puede definir
rombos alargados hacia abajo e izquierda, como las de San Martín, Sarmiento, Tres de Febrero
y Villa María.
- De tamaño medio: Aquí se incorporan las que tienen un tamaño similar al medio del sistema,
aunque con diferentes características en relación con los otros indicadores. Las Universidades
de Comahue, Mar del Plata, Misiones y Río Cuarto tienen una representación gráfica similar al
promedio; las de San Juan y San Luis no incorporan recursos propios, y, en el otro extremo, las
del Litoral y Nordeste obtienen una proporción de recursos propios mayor al promedio del
sistema.
En síntesis, se ha realizado una presentación gráfica de algunas de las características que definen el
carácter de cada una de las 36 universidades estatales. Se ha podido comprobar que el tamaño, la
antigüedad y la localización son algunos de los ejes que ayudan a comprender la estructura de cada casa
de estudio. Sin duda, un análisis más cuidadoso de los diferentes casos podrá resultar en tipologías
alternativas. Ello, en lugar de cuestionar la que aquí se presenta, refuerza la idea de especificidad de cada
universidad, aspecto que debe ser considerado en el diseño de políticas de reforma. En lo que sigue de este
capítulo, se presentarán algunas consideraciones sobre la eficiencia de cada una de ellas.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 28
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
5. REFLEXIONES FINALES
Las deficiencias del sistema analizadas precedentemente conducen a la necesidad de discutir una agenda
mas amplia de reformas posibles, con el objetivo de alcanzar una mayor eficiencia en la asignación de los
recursos y un mejoramiento en la igualdad de oportunidades. La necesaria introducción de reformas en el
funcionamiento de las universidades estatales debiera reconocer, además de las restricciones financieras
impuestas por las urgencias fiscales, las relacionadas con el marco institucional.
A lo largo de los últimos años se han presenciado varios intentos de reforma que, frente a la magnitud de
los problemas a enfrentar, resultaron marginales. No obstante, merecen ser debidamente evaluados con el
objeto de mejorar el diseño de las futuras políticas de reforma destinadas a mejorar la eficiencia y equidad
del sistema. Debe tenerse especial cuidado en evitar, al momento de encarar procesos de reforma, la visión
simplista y uniforme del sistema universitario argentino. En el informe se ha presentado abundante
información tendiente a ilustrar sobre la diversidad de situaciones que resumen los indicadores agregados.
Durante 2001 el Ministerio de Educación conformó una Comisión Nacional para el Mejoramiento de la
Educación Superior que fue presidida por el Dr. Hugo Juri (ex ministro de educación) y estuvo integrada
por expertos académicos provenientes de distintos sectores. Si bien esta comisión no incluyó entre sus
estudios los temas referidos al financiamiento universitario, entre las conclusiones detalladas en su
informe final se destaca la necesidad de avanzar en la integración de los sub-sistemas universitario y no
universitario argentinos, introduciendo: i) currículos por ciclos articulados incluyendo un nuevo tramo de
dos años con estudios básicos y generales orientados, ii) colegios universitarios dependientes de las
provincias o municipios y iii) adaptación de créditos, que permitirán una mayor movilidad de los
estudiantes y más oportunidades para los alumnos residentes en localidades más remotas a los centros
universitarios.
Las recomendaciones de la “Comisión Juri” con relación a la articulación entre el sistema universitario y
no universitario tendrían como uno de sus objetivos “descomprimir” la demanda sobre las universidades.
Esta estrategia es consistente con la creciente tasa de retorno privada de la educación terciaria, en
desmedro de parte de las carreras universitarias. Es evidente que Argentina necesita desarrollar nuevos
modelos de educación terciaria y diversificar sus sistemas expandiendo las oportunidades de una
educación “a lo largo de la vida”, en donde el rol del sector privado es crucial en cuanto a fortalecer la
relación entre demanda y oferta de oportunidades de aprendizaje. Si embargo, este tipo de propuestas
todavía están poco desarrolladas en los planos institucional y de financiamiento. Aun cuando no ha sido
objeto de tratamiento en este documento, merece ser señalado que queda pendiente una discusión acerca
de la conveniencia de una eventual participación de los gobiernos subnacionales en la administración y
financiamiento de estos nuevos servicios (“colegios universitarios”, carreras terciarias, etc.). Mas adelante
se presentará alguna consideración adicional referida a este tema.
Sin mediar una modificación de la actual forma de asignación presupuestaria y en el contexto del marco
legal vigente, las posibilidades de mejorar la eficiencia y la equidad dependen básicamente de las
decisiones de cada universidad en introducir importantes reformas a nivel micro en el funcionamiento de
la institución y de cada unidad académica (universidad y facultades en el caso de las instituciones más
grandes). Ello involucra, necesariamente los aspectos de financiamiento, restricciones al acceso, la gestión
administrativa, racionalización en el uso de los fondos y expansión de diferentes fuentes de recursos
propios de cada unidad.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 29
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
En cuanto al acceso, la experiencia internacional muestra que en la mayoría de los países existe algún tipo
de restricción cuantitativa (cupo) y cualitativa (examen, ya sea para obtener el título secundario o bien
para ingresar a la universidad). Mientras que en los principales países europeos predominan las pruebas
obligatorias para obtener el título de estudios secundarios, en América Latina prevalecen los exámenes y
pruebas nacionales de aptitud académica, como requisito de ingreso. En Argentina, en cambio, la
existencia de libre acceso no resuelve las restricciones provenientes del proceso de selección desarrollado
a lo largo de la educación básica y polimodal y, por supuesto, de la propia situación socioeconómica,
dramáticamente agravada durante los últimos años.
En relación con la recuperación de costos vía el aporte privado de los alumnos con capacidad económica,
si bien no es suficiente para resolver el problema de financiamiento, puede ayudar a mejorar la equidad,
dependiendo del mecanismo utilizado. Sin embargo, la cuestión de la equidad es un tema mucho más
amplio, y, como se comentó precedentemente, el énfasis debiera estar puesto en la educación secundaria.
Siendo así, la discusión sobre la asignación de recursos entre los niveles educativos no escapa al debate
sobre la construcción de un nuevo federalismo en Argentina.
La experiencia indica que las líneas de reforma correspondientes al ámbito propio de cada universidad
difícilmente podrían prosperar sin un adecuado sistema de incentivos eficientemente instrumentado por el
gobierno nacional. Por lo tanto, la redefinición y fortalecimiento del rol orientador del gobierno central es
otro aspecto crucial en el debate, involucrando cambios que incluso podrían comprender modificaciones
en el marco legal. En cuanto al financiamiento, un instrumento poderoso, dadas las condiciones existentes,
es el de la distribución de recursos a través de fórmulas mediante las cuales se introduzcan criterios
objetivos que incluyan incentivos para el mejoramiento de la equidad, la eficiencia y la calidad. Durante la
segunda mitad de los ’90, los intentos de introducir estos criterios en la distribución de los recursos
presupuestarios, que intentaban redistribuir los fondos incrementales sobre la base de los promedios
vigentes, han sido marginales. El máximo presupuesto administrado por la Secretaría de Políticas
Universitarias ha significado un 7,5% del total del financiamiento público (en 1998, incluyendo programas
como el FOMEC y otros).
Una fórmula de asignación de recursos fiscales entre las universidades debería contener criterios objetivos
de distribución, que permitan –por ejemplo– priorizar determinadas carreras (consideradas de interés
estratégico y/o con bajas tasas de retorno privada); el acortamiento de la duración de las carreras; el
incremento de las tasas de graduación; mejoras en la gestión administrativa y de los sistemas de
información y el mejoramiento de la calidad (por ejemplo sobre la base de la evaluación institucional y de
las carreras).
Alternativamente, otra posibilidad consistiría en descentralizar las universidades a gobiernos
subnacionales. Más allá de que este punto no ha sido objeto de tratamiento especial en este informe, no se
puede dejar de mencionar la traumática experiencia en materia de descentralización de otros niveles de
enseñanza. Adicionalmente, si se avanzara con ese debate, también debieran incorporarse consideraciones
relacionadas con el extremadamente diverso grado de desarrollo productivo y de capacidades
institucionales de las diferentes provincias o regiones en Argentina. En relación con lo anterior, se ha
mostrado en este estudio la gran diversidad de situaciones que se presentan entre las treinta y seis
universidades estatales. Esa diversidad debe ser considerada en el debate de políticas de reforma futura.
Asimismo, debe mencionarse que el proceso de transferencia de las universidades a los gobiernos
subnacionales requiere de un cambio en el marco legal, no solo a nivel nacional sino de cada una de las
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 30
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
provincias. Esta alternativa tiene escaso consenso en la comunidad universitaria y no ha sido aún objeto de
debate político, circunscribiéndose hasta el momento a ámbitos académicos.
Durante la última década la expansión y diversificación de la educación superior ha sido un proceso que
ha involucrado a países de todas las regiones, tanto desarrollados como en vías de serlo. La manifestación
de este fenómeno se observa en los explosivos crecimientos de la cantidad de alumnos y, por ende, de las
tasas de participación, como en una creciente diversificación e incremento de la oferta, en el número y tipo
de instituciones. Teniendo en cuenta que el sector público ha sido tradicionalmente la fuente principal de
financiamiento de la educación superior en la mayoría de los países, la expansión producida en los años
noventa originó una gran presión fiscal que derivó en la necesidad de generar reformas en el
financiamiento y gestión. Una de las características centrales de estas reformas ha sido la diversificación
de las fuentes de financiamiento, fundamentalmente a través de distintos mecanismos que incrementan la
contribución privada y la recuperación de costos.
A continuación, y finalizando estas reflexiones, se ofrece una presentación sumamente simplificada de los
instrumentos que, en la práctica, suelen presentarse combinados y con características que se alejan de sus
formas teóricas. El tratamiento exhaustivo de cada caso excede los alcances del presente artículo.
En primer término, debe contemplarse la incipiente participación de las instituciones privadas. Cada vez
es mayor el porcentaje de la matrícula cubierto por las instituciones privadas, entendiéndose como tales
aquellas que no reciben subsidios del Estado. A su vez, también se observa un incremento en los costos de
matrícula y otros costos en estas instituciones, lo cual ha potenciado el aporte privado en el total del gasto
en educación superior31.
En segundo lugar, y tal vez el que fue objeto de mayor debate, se encuentre la introducción de derechos de
matrícula y arancelamiento. La recuperación de los costos no es por sí misma la única solución para una
financiación sostenible de la educación superior. Sin embargo, puede aportar una capacidad financiera
adicional a las universidades, que a su vez puede representar una proporción considerable para ser
utilizada tanto en promover la equidad (becas) como en mayores inversiones en equipamiento. Existen
distintos mecanismos para el cobro de matrícula en los países desarrollados: (i) nivel de matrícula
diferenciado por carrera: en general los criterios para diferenciar se basan en las ganancias potenciales
(tasa de retorno privada), costo de la carrera y alguna priorización estratégica del gobierno; (ii) nivel de
matricula según institución: en general se implementa para diferenciar entre instituciones publicas e
instituciones privadas que tienen algún tipo de subsidio público; (iii) nivel de matricula de acuerdo al nivel
de ingreso familiar: el estado cubre una mayor parte de los costos de aquellos estudiantes de menores
ingresos; (iv) según condición part-time o full-time: en general estudiantes part-time aportan niveles
mayores de matrícula; (v) nivel de matricula según duración teórica de la carrera: el nivel de la matrícula
aumenta significativamente cuando el estudiante toma más tiempo que el teórico para finalizar la carrera.
Respecto del mundo en desarrollo, cada vez son más los países que están desviando los costos de la
educación superior desde el contribuyente hacia los padres y alumnos a través del cobro de arancel. Para
un grupo amplio de países para los que se cuenta con información de financiamiento privado a las
universidades públicas, esos pagos representan entre 10 y 30% de la financiación total32. Esta tendencia es
31
. Este proceso se produjo con especial énfasis en países de Europa Oriental, Asia (entre ellos China, India, Corea y Japón) y América Latina .
Véase Johnstone, (1998).
32
Banco Mundial, 1999
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 31
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
más lenta en América Latina, en donde Chile es prácticamente el único caso de instituciones públicas que
cobran derechos de arancel.
En tercer término, se cuentan los préstamos a los estudiantes. Esta asistencia financiera se instrumenta a
través de créditos y becas adoptando en ambos casos criterios para asegurar el acceso y la equidad.
Aunque los préstamos a los alumnos están cada vez más difundidos en un número mayor de países, no
todos son igualmente eficaces como medio de desviar el costo del gobierno (o del contribuyente) hacia el
beneficiario (el alumno). En general, la experiencia muestra que con tasas de interés subsidiadas y largos
plazos de amortización, el nivel de recuperación de los préstamos es muy bajo. Ante esta situación, los
sistemas de préstamos se están tratando de perfeccionar permanentemente con el fin de lograr una tasa
mayor de recupero. Entre los mecanismos utilizados se cuentan el cobro de tasas de interés más cercanas a
la de mercado y la mejora en el sistema de recaudación, haciendo responsable a la universidad del
recupero. En países con un bajo desarrollo del mercado de capitales, como la Argentina, este tipo de
prácticas se encuentran muy lejos de lo factible. En el caso de nuestro país, además, la crisis de los últimos
años ha alejado aún más las posibilidades de incorporar estos instrumentos.
En cuarto lugar, se ha pensado en la incorporación de recursos provenientes de la tributación. La
instrumentación de la recuperación de costos vía el sistema impositivo ha sido debatida, habiendo habido
incluso algunas propuestas concretas. Estas propuestas pueden presentar varias opciones: (i) impuesto
sobre el ingreso de los egresados, a través de un impuesto a las ganancias de los egresados universitarios:
la idea es que el Estado debe participar en el riesgo de formación de capital humano junto con la persona,
que hace la inversión. En este marco, una persona pasa a ejercer su profesión, comienza a recibir los
beneficios derivados de la inversión inicial y el Estado puede pasar a recuperar parte de lo que invirtió; (ii)
impuesto sobre servicios profesionales: consiste en recuperar vía precio parte de la inversión inicial. La
forma de cómo se distribuye el pago de ese impuesto dependería de las condiciones de mercado existentes
en cada caso para cada uno de los servicios. Un impuesto de este tipo puede generar distorsiones entre
servicios y bienes de distinta naturaleza; (iii) impuesto a las familias cuyos miembros estudian en la
universidad: con este sistema, por una vía indirecta, se procuraría lograr un efecto similar al de una
matrícula que se fija selectivamente en función de la posibilidad que tiene una familia de financiar la
educación de sus miembros. Consistiría en recaudar una contribución especial sobre aquellas familias que
tienen uno o más de sus miembros estudiando en la universidad y con capacidad de pago.
La debilidad principal que presentan estas alternativas es que su aplicabilidad depende fundamentalmente
en la eficacia de los sistemas tributarios. Más allá de la conveniencia de esta medida, la utilización del
impuesto a las ganancias pagado por las familias de los estudiantes en universidades públicas, se enfrenta
con las debilidades administrativas de nuestro sistema de recaudación y, en especial, los problemas que
han presentado ese impuesto en particular hacen muy poco conveniente, al menos por ahora, esa reforma,
que brindaría escasos recursos adicionales.
Por último, existen otras fuentes de financiamiento, más allá del aporte público y el de los alumnos o
padres. Las más difundidas son los ingresos por actividades empresariales o de asistencia técnica y la
filantropía o donaciones. En el primer caso, cada vez más instituciones establecen asociaciones con
empresas para transferencia de tecnología, capacitación y asistencia técnica. En los países industrializados
de la OCDE, las actividades empresariales están más orientadas al concepto de universidad como servicio
y laboratorio de enseñanza e investigación aplicada. En los países en desarrollo, la restricción fiscal obliga
a las universidades a conseguir financiamiento del sector privado empresarial mediante convenios, venta
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 32
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 33
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
6. BIBLIOGRAFÍA
Arrimadas Gómez, Irene (1999). El acceso a la universidad en los países de la Unión Europea. Sistema
de Admisión a la Universidad. Seminario Internacional. Ministerio de Cultura y Educación, Secretaría de
Políticas Universitarias. Buenos Aires.
Banco Mundial (1994). La enseñanza superior. Lecciones derivadas de la experiencia. Washington, DC.
Banco Mundial (1995). Staff Appraisal Report – Programa de Reforma de la Educación Superior.
Washington, DC.
Becerra M. y Cetrángolo O. (2001). Notas para Construir el debate sobre el financiamiento de las
Universidades. Escenarios Alternativos, Revista de Análisis Político. Año 5, Número 12. Buenos Aires.
Comisión Nacional para el Mejoramiento de la Educación Superior (2002). Informe Final. Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología. Buenos Aires.
Crawford, Michael (1999). Equidad y Financiamiento en el Sistema Universitario Argentino. Banco
Mundial, Borrador para la Discusión. Washington, DC.
Crovetto, Norberto (2001). Demanda de Educación Superior y Equidad. Estudiantes y profesionales en la
Argentina. Una mirada desde la Encuesta Permanente de Hogares. Universidad Nacional de Tres de
Febrero. Buenos Aires.
Del Bello, Juan Carlos (2002). Desafíos de la Política de la Educación Superior en América Latina:
Reflexiones a partir del Caso Argentino con Énfasis sobre la Evaluación para el mejoramiento de la
calidad. LCSHD Paper Series No. 70. Washington, DC.
Delfino José y Gertel Héctor (1995). Modelo para la asignación del presupuesto estatal entre las
Universidades Nacionales. Ministerio de Cultura y Educación. Serie Estudios y Propuestas. Buenos Aires.
Dirección Nacional de Programación del Gasto Social (2002). Caracterización y Evolución del Gasto
Público Social. Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos. Buenos Aires.
Experton, William (1999). Desafíos para la Nueva Etapa de la Reforma Educativa Argentina. Banco
Mundial.
Gómez Sabaini, Juan Carlos; Rossignolo, Darío, y Santiere, Juan. J. (2000), Impacto de los Impuestos
sobre la Distribución del Ingreso en la Argentina en 1997, Secretaría de Política Económica, Ministerio
de Economía.
Johnstone, Bruce (1998). Financiamiento y Gestión de la Enseñanza Superior: Informe sobre los
progresos de las reformas en el mundo, Conferencia Mundial sobre Educación Superior de la UNESCO.
Kisilevsky, Marta (2002). Condiciones Sociales y Pedagógicas de Ingreso a la Educación Superior. IIPE /
UNESCO. Buenos Aires.
Ministerio de Cultura y Educación, Secretaría de Políticas Universitarias (1997). Anuario 1996 de
Estadísticas Universitarias, Buenos Aires.
Ministerio de Cultura y Educación, Secretaría de Políticas Universitarias (1999a). Anuario 1997 de
Estadísticas Universitarias, Buenos Aires.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 34
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 35
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Según se observa en el gráfico I. 1, la relación entre el gasto público y el PIB creció sostenidamente desde
el año 1989 hasta el año 2001, con excepción de 1996, año en el que se operó una importante retracción en
el nivel de gasto público provincial, como consecuencia de la crisis del “tequila”. La tasa de crecimiento
del indicador en cuestión se acentuó en el año 1999, presentando un incremento respecto del período
anterior de aproximadamente 15%. Esta situación se debe a que el gasto en educación se incrementó en un
10,4% mientras que el producto experimentó una caída del 3,4%. Durante el año 2001, a pesar de la crisis
reinante, el sector educativo consolidado obtuvo un nivel de participación récord, levemente inferior al 5%
del PIB. El nivel de este indicador en el año 2002 se sitúa en un valor similar al de principios de los
noventa.
El incremento del gasto en la década pasada (medido como porcentaje del PIB) estuvo básicamente
explicado por el comportamiento de las provincias y los municipios. En parte, ello es el resultado del
proceso de descentralización del gasto. No obstante, deben señalarse dos rasgos de esa evolución. En
primer lugar, el Estado Nacional mantuvo prácticamente constante el monto invertido en educación en
términos reales hasta antes de la crisis, pese a tener menos funciones, siendo su reducción como
participación en el producto (que pasó de 1,03 % en 1990 a 0,75 % en 2001) consecuencia del crecimiento
del PIB.
Gráfico I. 1
Gasto Público Educativo (Nación, Provincias y Municipios) en % del PIB (1980 - 2002)
5.00 4.9
4.7
4.6
4.50
3.00
2.8 2.8 2.8
2.7
2.6
2.50
2.2
2.00 1.9
1.50
1.00
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Fuente: Dirección Nacional de Programación del Gasto Social (DNPGS) del Ministerio de Economía de la Nación.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 36
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
En segundo lugar, no debe dejar de señalarse que el crecimiento del gasto en las provincias es mucho más
importante que el explicado por la transferencia de servicios de educación primaria y secundaria. Durante
el período en cuestión, excluyendo el año 2002, esos niveles casi triplicaron el nivel de gasto educativo
ejecutado (gráficos I. 2 y I. 3), exhibiendo incrementos que indican que en el año 2001 el 81,2% del gasto
educativo en términos del PIB recayó sobre las provincias. Ese año el gobierno nacional, invirtió fondos
públicos equivalentes a 0,75% del PIB que representan sólo el 15,3% del total. Con el objeto de ayudar a
comprender las razones que explican el crecimiento del gasto educativo provincial, se presenta a
continuación una clasificación de las circunstancias que determinaron ese incremento33:
a) con el objeto de recuperar parte de la caída del salario real que se había profundizado hacia finales de
los 80 por la hiperinflación y, posteriormente, por las sucesivas crisis fiscales, varias jurisdicciones
propiciaron incrementos salariales durante la década en cuestión;
b) desde el año 1993 el Estado Nacional realizó trasferencias financieras a las provincias con el objeto de
llevar a cabo políticas compensatorias entre las que se destacan el financiamiento de inversiones en
infraestructura, equipamiento, capacitación y becas;
c) a partir de 1992 se descentralizaron los niveles Medio y Superior No Universitario, asumiendo las
provincias el financiamiento del gasto salarial docente y no docente de establecimientos que hasta ese
año se encontraban a cargo de la Nación. Esto implicó adicionalmente, el incremento salarial a las
plantas docentes de las escuelas e institutos hasta entonces provinciales, como consecuencia de la
necesidad de igualar los salarios de sus docentes a los percibidos por los transferidos desde la Nación,
que en general eran más elevados;
d) como consecuencia de la promulgación de la Ley Federal de Educación se incrementó la cantidad de
años de estudio obligatorios de 7 a 10 años, originando un significativo aumento de la matrícula que
implicó un crecimiento de los cargos docentes necesarios para cubrir la mayor demanda;
e) a partir de la mencionada Ley se aumentaron las horas de enseñanza y se modificaron los contenidos
curriculares, originando designaciones de nuevos docentes;
f) durante el año 1999 se creó el Fondo Nacional de Incentivo Docente(FONID) a partir del cual el
Estado Nacional realiza trasferencias que son ejecutadas por las Provincias con el objeto de mejorar la
calidad de la enseñanza a partir de recategorizar las remuneraciones docentes.
33. Para un análisis detallado de este punto véase Proyecto Costos del Sistema Educativo (2002).
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 37
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico I. 2
Gasto Público Educativo en Términos del PIB (1980 - 2002)
Composición por Jurisdicción
5.00
0.14
4.50
4.00
0.11
3.50
0.12
0.06
3.00
0.05
0.06 3.78
2.50
3.11
2.07
2.00 2.73
1.43 1.74
1.50
1.00
1.18
0.50 1.00 1.03
0.73 0.73 0.60
0.00
1980 1985 1990 1995 2000 2002
Fuente: Dirección Nacional de Programación del Gasto Social del Ministerio de Economía de la Nación.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 38
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico I. 3
Gasto Público Educativo en Términos del PIB (1980 - 2002)
Participación Relativa por Jurisdicción
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Fuente: Dirección Nacional de Programación del Gasto Social del Ministerio de Economía de la Nación.
Se ha introducido la evolución del gasto público educativo de los diferentes niveles de gobierno con el
objeto de poner en el contexto más abarcativo de la política educativa la situación universitaria. Para
volver al tema central de este documento, resulta de interés señalar que no se observan cambios
significativos en la composición del gasto público entre los distintos niveles educativos a lo largo de los
últimos años (véase gráfico I. 4). Entre 1990 y 2002 el gasto en Educación Superior aumentó en una
proporción levemente mayor al gasto en Educación Básica, recibiendo el 17% del gasto público educativo
total en 1990 y el 20% en 2002. No obstante, cabe mencionar que el incremento de este último nivel se ha
sostenido fundamentalmente en el aumento del gasto experimentado por la provincia de Buenos Aires, en
donde el gasto en Educación Básica creció 80% en términos reales del periodo 1993-2000, mientras el
resto de las provincias lo hicieron en un 40% en promedio en el mismo período. En la última década se
casi duplicó el gasto público en Educación Superior respecto del PIB, fenómeno que fue acompañado por
una explosión en la matrícula y la instalación de una serie de instituciones nuevas, situación que será
tratada más adelante.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 39
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico I. 4
Gasto Público Educativo Consolidado en porcentaje del PIB
Composición por Nivel
5.00
4.50 0.39
4.00
0.33 0.92
3.50
0.27
0.83
3.00 0.26
0.69
0.29 0.55
0.19
2.50
0.45 0.45
2.00
3.37
1.50
2.79
2.35 2.49
1.00 2.02 2.05
0.50
0.00
1980 1985 1990 1995 2000 2002
Fuente: Dirección Nacional de Programación del Gasto Social del Ministerio de Economía de la Nación.
Para analizar la evolución de estas series en el mediano plazo, en el gráfico I. 5 se ofrece la información en
índice con base en 1980. Allí puede observarse que luego de experimentar fuertes oscilaciones alrededor
de un nivel medio estable durante la década de los 80, a partir del año 1989 el gasto público destinado a
educación superior se incrementó sostenidamente por diez años hasta 1999, a un ritmo mayor que el
experimentado por el crecimiento del Gasto Público Total Consolidado y de los fondos públicos
destinados a la educación básica.
En consecuencia, el peso relativo de la proporción del gasto público invertido en educación superior en el
año 2001 respecto del porcentaje destinado a la educación básica resultó 20,4% mayor al del comienzo del
período. Observando la proporción de gasto público destinado a la Educación Superior en Argentina, se
puede decir que la misma se incrementó 71% en el período 1980-2001 alcanzando el 2,7% en este último
ejercicio, mientras que el porcentaje de los recursos estatales consolidados destinados a la Educación
Básica aumentó 42%, situándose en 9,9% en el último año de la serie. En el gráfico 5, además, se puede
comprobar que los diferentes senderos se verifican durante los años noventa. Comparado con fines de los
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 40
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
ochenta, también se comprueba el mayor incremento del gasto en educación superior y universitaria que el
correspondiente al resto de funciones educativas y que el gasto público total.
Gráfico I. 5
Gasto Público Educativo Consolidado
Índice 1980=100
225
200
175
150
125
100
75
50
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Gasto Público Total Total Educación Educación Básica Educación Superior y Universitaria
Fuente: Dirección Nacional de Programación del Gasto Social del Ministerio de Economía de la Nación.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 41
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
En los gráficos II. 1 y II. 3 se presenta la evolución del gasto total de las universidades nacionales y sus
componentes tanto en moneda constante como en números índices. A su vez, tomando como base la
información publicada por la Secretaría de Políticas Universitarias a partir de las Cuentas de Cierre que
dichas instituciones presentan a la Contaduría General de la Nación, se puede establecer que,
considerando los recursos obtenidos de todas las fuentes de financiamiento, en el año 2000 las
universidades nacionales gastaron 2.013 millones de pesos, 73,2% de los cuales fueron destinados a gastos
en personal. El 11,6% de los recursos fueron asignados a servicios no personales necesarios para el
funcionamiento de estas instituciones. Poco menos del 9% fue gastado en transferencias, constituidas
básicamente por el programa de incentivos a docentes investigadores y por becas y subsidios a alumnos,
docentes y no docentes. El 4,1% se invirtió en bienes de uso que constituyen el gasto en capital y el 2,2%
restante se destinó a bienes de consumo (véase gráfico II. 4).
Como se señaló anteriormente, los sueldos fueron casi totalmente financiados con recursos provenientes
del Tesoro Nacional. De los 1.683,7 millones de pesos provenientes de esta fuente, 1.424,7 millones
(84,7%) fueron destinados al personal constituyendo el 96,7% del gasto total en este rubro (1.473,2
millones de pesos). Los recursos propios aportaron poco más del 2 % de estos gastos.
El 15,3 % de los fondos provenientes del Tesoro que no fueron destinados al gasto en personal, se asignó a
transferencias (7,2 %), a servicios no personales (5,6 %), a bienes de uso (1,5%) y a bienes de consumo.
Se destaca que sólo 25,2 millones de pesos se destinaron a la inversión en bienes de capital, posibilitando
la incorporación de equipamiento e infraestructura. En los gráficos II. 4 y II. 5 se detalla la participación
de los distintos objetos de gasto en los tres principales rubros en los cuales fueron aplicados los fondos
provenientes del tesoro nacional.
Por último, debe señalarse que existen diversos rubros, además de los gastos en personal, en donde se
incorporan partidas de carácter “cuasi remunerativo”. En 2000 poco menos del 30% de las transferencias
del sistema (31,7 millones de pesos) fueron destinadas a los docentes investigadores en el marco del
Programa de Incentivos creado por el Decreto 2427/93. Asimismo, en el rubro Servicios Técnicos y
Profesionales, que exhibe una ejecución total de 15 millones de pesos, se incluyeron las contrataciones de
docentes mediante la figura de locaciones de servicio. Dependiendo de cada universidad, estas
contrataciones significaron una proporción importante del gasto destinado a afrontar los costos de
docencia.
A continuación, con el objeto de aclarar algunos conceptos básicos utilizados en el registro de las
operaciones de las instituciones universitarias, se presentan las definiciones básicas de las diferentes
fuentes de financiamiento y objeto del gasto.
Fuentes de Financiamiento:
- Tesoro Nacional: Recursos provenientes del Estado Nacional originados en rentas generales.
Estos fondos se caracterizan por ser de libre disponibilidad y sin cargo de devolución, por lo
que se excluye a las transferencias internas o externas afectadas a programas específicos de la
Administración Central. Tampoco comprende el uso del crédito interno o externo. Incluye los
créditos que asigna específicamente la Ley de Presupuesto para las Instituciones Universitarias
y los recursos otorgados por otras Jurisdicciones de la Nación.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 42
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
- Recursos Propios: Fondos provenientes de las ventas y prestaciones de servicios que realizan
las Universidades, así como subsidios, donaciones y otros aportes o contribuciones recibidas
como producto de la transferencia de tecnologías.
- Remanentes de Ejercicios Anteriores: Recursos constituidos por las economías que se realizan
cada año a partir de las fuentes anteriormente detalladas.
- Otras Fuentes: Incluye: i) Transferencias internas: Son transferencias de recursos que provienen
de personas y/o instituciones que desarrollan sus actividades en el territorio nacional y tienen
por fin procurar inversiones o financiar programas operativos o de funcionamiento. Incluyen las
contribuciones figurativas y las donaciones provenientes de personas y/o instituciones no
incluidas en el Presupuesto de la Administración Nacional; ii) Crédito interno: Fuente de
financiamiento que proviene del uso del crédito; puede adoptar la forma de títulos de deuda,
pasivos con proveedores y obtención de préstamos realizados en el mercado interno; iii)
Transferencias externas: Recursos que tienen su origen en gobiernos y organismos
internacionales, destinados a la formación de capital, o para financiar gastos de operación o
consumo. Incluyen las donaciones provenientes de personas y/o instituciones privadas del
exterior, y iv) Crédito externo: Son créditos otorgados por los gobiernos, organismos
internacionales y entidades financieras.
Objetos de Gasto:
- Gastos en Personal: Incluye la retribución de los servicios personales prestados en relación de
dependencia, contribuciones patronales, asignaciones familiares, servicios extraordinarios, y
prestaciones sociales recibidas por los agentes.
- Bienes de Consumo: Comprende materiales y suministros consumibles para el funcionamiento,
incluidos los que se destinan a conservación y reparación de bienes de capital.
- Servicios no Personales: Incluye los servicios para el funcionamiento, incluidos los que se
destinan a conservación y reparación de bienes de capital. Comprende servicios básicos,
arrendamientos de edificios, terrenos y equipos, servicios de mantenimiento, limpieza y
reparación, servicios técnicos y profesionales, publicidad e impresión, servicios comerciales y
financieros, etc.
- Bienes de Uso: Abarca los gastos que se generan por la adquisición o construcción de bienes de
capital que aumenten el activo de las Universidades Nacionales, siendo éstos los bienes físicos,
construcciones y/o equipos. Tiene una duración superior a un año y están sujetos a
depreciación. Incluye, asimismo, los activos intangibles.
- Transferencias: Comprende gastos que no suponen una contraprestación de bienes o servicios y
cuyos importes no son reintegrados por los beneficiarios. Incluye, en el caso particular de las
Universidades Nacionales, Incentivos a los Docentes Investigadores, Becas, subsidios, etc.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 43
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico II. 1.
Gasto Total de las Universidades Nacionales
Clasificación por Concepto en miles de pesos constantes del año 2001
1,995,582 1,982,693
2,000,000 1,936,922
1,858,696
1,800,000
1,679,124
1,623,887
1,595,491 1,570,520
1,600,000
1,385,994
1,400,000
1,200,000
1,054,166
1,000,000 948,155
800,000
600,000
400,000
200,000
0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 44
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico II. 2.
Gasto Total de las Universidades Nacionales
Composición Porcentual
En miles de pesos constantes del año 2001
100%
80%
60%
40%
20%
0%
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 45
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico II. 3
Gasto de las Universidades Nacionales
(índice base 1991=100)
350
317
317
300
250
210
205 204
200
181 185
175
150
100
50
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 46
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico II. 4
Gasto de las Universidades Nacionales – 2000
Composición por Objeto
Transferencias
Bienes de Uso 9%
Servicios No 4%
Personales
12%
Bienes de Consumo
2%
Gasto en Personal
73%
Gráfico II. 5
Gasto en Personal de las Universidades Nacionales financiado por el Tesoro Nacional – 2000
Personal Permanente
90%
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 47
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico II. 6
Gasto en Servicios No Personales y Transferencias de las Universidades Nacionales financiado por
el Tesoro Nacional – 2000
Alquileres y
derechos Impuestos,
Subsidios y Becas
5,5% Publicidad y derechos y tasas
al Personal No
propaganda 2,1% Otros
Docente
Otros servicios 3,1% 5,0% Becas a
11,1%
Servicios 6,0% Servicios Básicos estudiantes
comerciales y 35,6% Subsidios y Becas 34,1%
financieros al Personal
7,3% Docente
20,0%
Pasajes y viáticos
11,6% Servicios técnicos
Mantenimiento, Incentivos a
y profesionales
reparación y Docentes
17,1%
limpieza 29,8%
11,7%
Gráfico II. 7
4.3% 1.4%
Fuentes de Financiamiento de las
Universidades Nacionales – 2000 10.8%
Tesoro Nacional
Recursos Propios
83.6%
Remanentes Ejercicios Anteriores
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 48
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico II. 8
Financiamiento de las Universidades Nacionales (1991 - 2000)
Participación del Tesoro Nacional en el Financiamiento
Total
100%
92.7% 93.1%
89.8%
90% 86.7% 85.7% 86.4%
84.8%
83.0%
79.4% 79.2%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Creditos Presupuestarios Finales provenientes del Tesoro Nacional Creditos Presupuestarios Finales provenientes de Otras Fuentes
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 49
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
En este anexo se incorporará alguna información relacionada con la experiencia en materia de política
universitaria en algunos países. En primer lugar, en el cuadro III. 1 se ofrecen ejemplos de regulaciones al
ingreso a las universidades. En segundo término, se presenta información comparada que, proveniente de
la OECD, consolida el gasto universitario público y privado en varios países. De acuerdo con los
indicadores elaborados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en
1999 Argentina habría destinado 5,8% de su PIB a la educación de todos los niveles consolidados (véase
gráfico III. 1). El 77,2% de esta cifra fue financiada con fondos públicos, quedando el 22,8% restante (1,3
puntos del PIB) a cargo del sector privado. Durante el año bajo análisis, el país invirtió una proporción de
su ingreso 5,5% mayor que el porcentaje destinado por los países que integran la OCDE en promedio. Esta
situación se explica por una presencia privada en la Argentina que más que compensa la menor proporción
de fondos provenientes del sector público invertidos. Esa misma fuente ofrece información acerca de otros
países. En este sentido, resulta destacable la situación de Jamaica, Israel, Paraguay y Chile, cuyos niveles
de inversión educativa en términos del PIB superaron el 7%. En los dos últimos casos, los altos valores se
explican por una fuerte presencia del sector privado que soportó aproximadamente el 45% del gasto total
en educación.
Gráfico III. 1
Gasto en Educación en Términos del PIB (1999)
Clasificación por Origen del Financiamiento
Jamaica 9.9 %
Paraguay 8.5 %
Israel 8.4 %
Chile 7.2 %
Corea 6.8 %
Dinamarca 6.7 %
Suecia 6.7 %
Estados Unidos 6.5 %
Francia 6.2 %
Jordania 6.0 %
Australia 5.8 %
Argentina 5.8 %
Alemania 5.6 %
Promedio OECD 5.5 %
España 5.3 %
México 5.2 %
Italia 4.8 %
Irlanda 4.6 %
Turquía 3.9 %
0.0 % 1.0 % 2.0 % 3.0 % 4.0 % 5.0 % 6.0 % 7.0 % 8.0 % 9.0 % 10.0 %
Gasto Público Gasto Privado
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 50
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Ejemplos europeos
Ejemplos Latinoamericanos
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 51
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Por su parte, a partir de lo expuesto en el gráfico III. 2, puede observarse la alta participación del sector
público en los países de la OCDE como financiador de la educación. En promedio estas naciones
sostienen sus sistemas educativos con fondos básicamente públicos, resultando los aportes privados
ligeramente superiores al 10% de la inversión total. Esta relación se acentúa en los países nórdicos y llega
al extremo en Turquía, donde la educación es casi totalmente financiada con aportes del estado.
Considerando el agregado de todos los niveles educativos, Argentina presenta un nivel de inversión y una
estructura de financiamiento muy similares a los experimentados por Australia. Si se compara Argentina
con el promedio de los países de la OECD se podrá comprobar que en este país se gasta una porción
similar del producto en educación, aunque con una mayor participación del sector privado que en el
promedio de aquel grupo.
Gráfico III. 2
Gasto en Educación (1999) – Fuente OCDE Composición por Origen del Financiamiento
Jamaica
Paraguay
Israel
Chile
Corea
Dinamarca
Suecia
Estados Unidos
Francia
Jordania
Australia
Argentina
Alemania
Promedio OECD
España
México
Italia
Irlanda
Turquía
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 52
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
El Estado Argentino financia los distintos niveles educativos destinando recursos públicos equivalentes al
4,5% de su PIB. Esta proporción es muy similar a la exhibida por Italia, España y México (véase gráfico
III. 3). Brasil supera a su principal socio en el Mercosur invirtiendo un 13% más de su ingreso (totalizando
5,1 puntos de su PIB destinados a educación). Israel – quien ostenta la mayor proporción de gasto
educativo en términos del producto – más que duplica la proporción invertida por la República Oriental
del Uruguay y excede al indicador argentino en un 55,6%.
Gráfico III. 3
Gasto Público en términos del PBI (1999)
Israel 7.0 %
Suecia 6.5 %
Dinamarca 6.4 %
Jamaica 6.3 %
Francia 5.8 %
Brasil 5.1 %
Jordania 5.0 %
Paraguay 4.8 %
Australia 4.5 %
Argentina 4.5 %
Italia 4.4 %
España 4.4 %
México 4.4 %
Alemania 4.3 %
Irlanda 4.1 %
Chile 4.1 %
Corea 4.1 %
Turquía 3.9 %
Uruguay 2.9 %
0.0 % 0.5 % 1.0 % 1.5 % 2.0 % 2.5 % 3.0 % 3.5 % 4.0 % 4.5 % 5.0 % 5.5 % 6.0 % 6.5 % 7.0 % 7.5 %
En relación con los países de la OECD Argentina invierte en educación una proporción de su ingreso
33,3% menor (véase gráfico III. 4). Asimismo, se destaca la situación de Dinamarca y Suecia que duplican
la inversión pública de Argentina en Educación Superior en términos del producto. En relación con los
países vecinos cabe mencionar que Brasil ostenta un nivel de inversión 30·% superior al de nuestro país,
mientras que Chile y Uruguay se sitúan levemente por debajo.
Respecto del peso relativo de los distintos niveles educativos, la Argentina invirtió en 1999 el 17,8% de su
gasto público destinado al sistema educativo en Educación Superior, volcando el 82,2% restante en
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 53
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Educación Básica. Aquí la proporción también es sensiblemente menor a la de los países desarrollados en
promedio, que destinan el 23% (29,2% más que nuestro país) de su gasto público a la Educación Superior.
Gráfico III. 4
Gasto Público en Educación en Términos del PIB (1999)
Clasificación por Nivel Educativo
Dinamarca
Suecia
Austria
Estados Unidos
Promedio OECD
Australia
Jamaica
Irlanda
Brasil
Turquía
Alemania
Francia
Jordania
España
México
Italia
Paraguay
Argentina
Chile
Uruguay
Corea
0.0 % 0.5 % 1.0 % 1.5 % 2.0 % 2.5 % 3.0 % 3.5 % 4.0 % 4.5 % 5.0 % 5.5 % 6.0 % 6.5 % 7.0 % 7.5 %
Educación Superior Educación Básica
Otro indicador que interesa analizar es la proporción de los recursos públicos que son invertidos en
educación por los gobiernos de los distintos países. De acuerdo con la metodología utilizada por la OCDE
(véase gráfico III. 5), en 1999 Argentina invirtió en educación básica y superior el 12% de su gasto
público agregado por todos los niveles de gobierno34, destinando el 72,9 % de estos fondos (9,7% del
gasto publico total consolidado) a la Educación Básica y el 27,1 % restante a la Educación Superior.
Desde esta perspectiva la Argentina también supera los estándares promedio de la OCDE para la
educación en términos consolidados, pero invierte una proporción significativamente menor que las de
estos países en Educación Superior.
34. Al incorporar otros gastos en educación no básica ni superior, esa proporción alcanza el 13,6%.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 54
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Cabe destacar que los gobiernos de Uruguay, Chile y Brasil destinan a la Educación Superior una
proporción de sus gastos aproximadamente 17% mayor a la de Argentina. En los casos de Malasia y
Tailandia este indicador se sitúa en alrededor de 7,5% (triplicando la proporción invertida por nuestro
país) y, en el otro extremo, Italia y Japón destinan menos del 2% de su gasto público en el desarrollo de
estudios superiores.
Gráfico III. 5
Gasto Público en Educación en Términos del Gasto Público Total (1999)
Clasificación por Nivel Educativo
Malasia 8.3 16.5
0.0 % 2.5 % 5.0 % 7.5 % 10.0 % 12.5 % 15.0 % 17.5 % 20.0 % 22.5 % 25.0 %
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 55
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Si bien es cierto que el foco de atención en este informe esta centrado en el análisis del gasto universitario
a cargo del sector público y que la información disponible sobre las universidades privadas es escasa, se
ha decidido incorporar en el presente Anexo una serie de consideraciones sobre la presencia de las
mismas. Estas servirán de complemento a los argumentos que serán presentados en el resto del
documento.
Si bien la cantidad de egresados de estas instituciones se incrementó durante el período en cuestión, hasta
1994 se mantuvo relativamente constante alrededor de 8.200 estudiantes de acuerdo con la duración
promedio de los estudios. A partir de allí la cantidad de graduados creció a un ritmo anual acumulativo del
8,6%, alcanzando un nivel en 1999 de 13.532 profesionales.
Las universidades privadas concentraban, a principios de la década de los noventa, algo más del 10% del
total de universitarios, aportando alrededor del 20% del total de los graduados de este nivel educativo
(véase gráficos IV. 1 y IV. 2). Durante la década, la participación privada se incrementa levemente,
aunque hacia el año 2000 (a partir del estancamiento en el crecimiento de la cantidad de alumnos de
universidades privadas que no fue acompañado por el correspondiente a las estatales) la proporción de los
alumnos totales vuelve a la relación de comienzos del período. Las universidades privadas mejoran su
participación respecto de los egresados a partir de 1994, llegando en 1998 a generar el 27,1% del total de
graduados universitarios del país.
35. No se dispone de información para los años comprendidos entre 1986 y 1991, ni la cantidad de egresados para 2000.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 56
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico IV. 1
Matricula de Universidades Privadas Argentinas
Cantidad de Alumnos y Egresados 1985 - 2000
1 8 0 ,0 0 0
1 6 6 ,1 8 1 1 6 5 ,6 8 9 1 6 6 ,5 3 9
1 6 0 ,0 0 0
1 5 2 ,8 3 3
1 4 1 ,7 2 5
1 4 0 ,0 0 0
1 3 2 ,4 5 9
1 2 4 ,7 4 9
1 2 0 ,0 0 0
1 1 2 ,8 3 7
1 0 5 ,0 6 2
1 0 0 ,0 0 0
8 0 ,0 0 0
7 0 ,9 5 3
6 0 ,0 0 0
4 0 ,0 0 0
2 0 ,0 0 0
1 2 ,7 0 4 1 3 ,5 3 2
9 ,3 7 8 9 ,6 3 5 1 0 ,9 2 2
8 ,2 1 2 8 ,0 4 4 8 ,5 7 1 8 ,2 4 1
0
1985 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
A lu m n o s E g resad o s
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 57
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico IV. 2
Matricula de Universidades Argentinas según distribución territorial (2000)
Alumnos Alumnos
Universitarios Universitarios
en resto del en resto del
país país
23,4% 50%
Alumnos
Universitarios Alumnos
en CBA y PBA Universitarios
76,6% en CBA y PBA
50%
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 58
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Cuadro IV. 1
Ingresantes a universidades privadas y estatales (1992-2000)
Subsistema 1992 2000 92/00
Universidades Privadas 37.648 50.42 33,9%
Universidades Estatales 166.02 289.246 74,2%
Total 203.668 339.666 66,8%
Gráfico IV. 3
Evolución de la Composición Egresados de Universidades Argentinas
100%
21.0% 19.6% 18.8% 18.6% 20.9% 21.7% 24.0% 27.1% 26.0%
90%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1985 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999
Egresados Universidades Estatales Egresados Universidades Privadas
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 59
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 60
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Universidad de Rosario
Recursos propios
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 61
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 62
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
Universidad de Salta
Recursos propios
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 63
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 64
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
Gasto por Alumno Gasto en personal Gasto por Alumno Gasto en personal
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 65
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
En el presente anexo se incorpora una serie de cuadros en los que se detalla información relativa al
sistema de educación superior discriminada por universidad. Se exhiben los indicadores de financiamiento
y gasto correspondientes al año 2000 clasificados por fuente y objeto respectivamente, así como la
evolución experimentada por los mismos durante la década de los noventa, y la situación de los recursos
propios en ese período. Adicionalmente se presentan los alumnos totales, ingresantes y activos, los
egresados de las carreras de grado y la evolución de todas estas variables desde 1980. Por último se
muestra la dispersión del gasto por alumno en las diferentes instituciones de estudios superiores.
Gráfico VI. 1
Gasto de las Universidades Nacionales (2000)
Clasificación por Institución y Objeto
en miles de pesos
Buenos Aires
Córdoba
Tecnológica Nacional
La Plata
Tucumán
Rosario
Cuyo
San Juan
Nordeste
Litoral
Sur
Río Cuarto
San Luis
Lomas de Zamora
Salta
Misiones
Centro
La Matanza
Entre Ríos
Catamarca
Luján
La Pampa
Quilmes
Jujuy
La Rioja
La Patagonia Austral
IUNA
Gral. Sarmiento
Formosa
Lanús
Villa María
Tres de Febrero
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 66
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico VI. 2
Gasto de las Universidades Nacionales (2000)
Participación Porcentual por Objeto
IUNA
Formosa
San Juan
Jujuy
Rosario
Tucumán
Catamarca
Comahue
Cuyo
Luján
Entre Ríos
Misiones
Salta
La Matanza
La Rioja
La Pampa
San Luis
Litoral
Sur
La Plata
Nordeste
Córdoba
Río Cuarto
La Patagonia Austral
Lomas de Zamora
Centro
Quilmes
Buenos Aires
Tecnológica Nacional
Lanús
Tres de Febrero
Villa María
Gral. Sarmiento
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 67
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico VI. 3
Gasto de las Universidades Nacionales (2001)
Evolución por Institución
Índice 1991=100
1,000
1,200
1,400
1,600
200
400
600
800
0
La Matanza 3,815
Villa María 1,459
Quilmes 1,392
Lanús 849
Gral. San Martín 737
Tres de Febrero 617
Gral. Sarmiento 479
Lomas de Zamora 390
Formosa 264
Entre Ríos 243
Catamarca 237
Mar del Plata 232
Santiago del Estero 226
Luján 222
Jujuy 218
La Pampa 213
Centro 210
La Plata 209
Río Cuarto 209
Promedio 204
Buenos Aires 204
Comahue 199
Nordeste 198
Litoral 193
Sur 188
Salta 188
Córdoba 186
San Luis 184
La Patagonia Austral 182
Misiones 177
Tecnológica Nacional 173
Rosario 171
Cuyo 156
La Patagonia S. J.Bosco 153
Tucumán 147
San Juan 144
La Rioja 123
IUNA 105
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 68
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico VI. 4
Financiamiento de las Universidades Nacionales (2000)
Participación Porcentual por Fuente
IUNA
Tucumán
San Juan
Formosa
La Patagonia S. J.Bosco
San Luis
Santiago del Estero
Jujuy
Rosario
Catamarca
La Pampa
Entre Ríos
Misiones
Mar del Plata
Comahue
La Matanza
Río Cuarto
Salta
Cuyo
Luján
Litoral
Quilmes
La Plata
Sur
La Rioja
Nordeste
Centro
Tecnológica Nacional
La Patagonia Austral
Córdoba
Lomas de Zamora
Gral. Sarmiento
Buenos Aires
Lanús
Tres de Febrero
Villa María
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 69
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico VI. 5
Financiamiento de las Universidades Nacionales (2000)
Participación de los recursos propios en el gasto total
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 70
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico VI. 6
Recursos Propios Recaudados por las Universidades Nacionales (2000)
Clasificación por Institución
Indice 1996=100
1,000
1,200
1,400
1,600
200
400
600
800
0
Tres de Febrero 59,005
Lanús 22,692
Jujuy 7,774
La Rioja 5,861
Villa M aría 4,817
Gral. Sarmiento 1,820
Tucumán 858
Salta 715
Gral. San Martín 509
La M atanza 328
Córdoba 297
Misiones 286
Nordeste 264
Centro 244
Río Cuarto 234
La Patagonia Austral 215
Tecnológica Nacional 187
IUNA 181
M ar del Plata 177
Litoral 171
Quilmes 170
San Luis 167
Promedio 167
Buenos Aires 160
La Patagonia S. J.Bosco 159
Comahue 151
Rosario 150
Luján 146
Santiago del Estero 127
Lomas de Zamora 112
San Juan 101
Catamarca 100
Sur 87
La Pampa 81
La Plata 71
Formosa 69
Cuyo 51
Entre Ríos 45
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 71
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Cuadro VI. 1
Alumnos Totales, Ingresantes y Activos de Universidades Nacionales (2000)
Clasificación por Institución
Universidad Cantidad de Cantidad de Cantidad de % Alumnos No
Alumnos Alumnos
Alumnos
Ingresantes Activos según
Totales 2000 2000 LES Activos
Universidad de Buenos Aires 293.917 71.909 224.873 23,5%
Universidad Nacional de Catamarca 10.882 4.125 6.503 40,2%
Universidad Nacional de Córdoba 112.036 19.819 75.149 32,9%
Universidad Nacional de Cuyo 25.614 5.661 21.125 17,5%
Universidad Nacional de Entre Ríos 10.707 2.826 7.562 29,4%
Universidad Nacional de Formosa 6.334 2.545 4.633 26,9%
Universidad Nacional de General San Martín 4.224 1.714 4.038 4,4%
Universidad Nacional de General Sarmiento 4.386 3.694 4.179 4,7%
Universidad Nacional de Jujuy 10.367 3.598 6.204 40,2%
Universidad Nacional de La Matanza 17.023 2.503 11.941 29,9%
Universidad Nacional de La Pampa 7.7 2.693 6.258 18,7%
Universidad Nacional de la Patagonia Austral 4.749 1.94 3.828 19,4%
Universidad Nacional de la Patagonia S.J. Bosco 14.143 5.565 9.571 32,3%
Universidad Nacional de La Plata 89.049 17.683 59.004 33,7%
Universidad Nacional de La Rioja 11.141 3.983 8.45 24,2%
Universidad Nacional de Lanús 3.654 1.454 2.904 20,5%
Universidad Nacional de Lomas de Zamora 36.362 10.796 28.206 22,4%
Universidad Nacional de Luján 16.731 4.939 11.377 32,0%
Universidad Nacional de Mar del Plata 22.801 8.92 20.525 10,0%
Universidad Nacional de Misiones 16.517 4.367 10.613 35,7%
Universidad Nacional de Quilmes 7.163 3.297 6.618 7,6%
Universidad Nacional de Río Cuarto 15.405 4.33 12.791 17,0%
Universidad Nacional de Rosario 69.807 16.416 46.155 33,9%
Universidad Nacional de Salta 18.844 5.691 11.057 41,3%
Universidad Nacional de San Juan 17.19 6.288 12.513 27,2%
Universidad Nacional de San Luis 15.211 4.302 9.2 39,5%
Universidad Nacional de Santiago del Estero 11.151 4.777 6.931 37,8%
Universidad Nacional de Tres de Febrero 2.724 1.219 1.774 34,9%
Universidad Nacional de Tucumán 50.63 12.49 33.276 34,3%
Universidad Nacional de Villa María 2.252 1.128 2.124 5,7%
Universidad Nacional del Centro Prov. Bs. As. 8.184 2.068 6.392 21,9%
Universidad Nacional del Comahue 24.047 8.281 19.002 21,0%
Universidad Nacional del Litoral 26.539 7.68 20.07 24,4%
Universidad Nacional del Nordeste 54.331 13.503 32.855 39,5%
Universidad Nacional del Sur 18.945 3.868 10.924 42,3%
Universidad Tecnológica Nacional 63.284 13.174 44.092 30,3%
Totales 1.124.044 289.246 802.718 28,6%
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 72
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Cuadro VI. 2
Alumnos Inscriptos y Egresados en una serie de carreras (Cohorte 1990)
Carrera Alumnos Alumnos Egresados Egresados Egresados en el Egresados
Inscriptos en Estimados para período 2000-
Inscriptos en hasta 1999/ hasta 2009 /
1990 egresados el período 2000- 2009 /
1990 hasta 1999 Inscriptos 2009 Inscriptos Inscriptos
Farmacia y Bioquímica 4.263 578 13,6% 92 2,2% 15,7%
Ciencias de la Comunicación 2.456 178 7,2% 16 0,7% 7,9%
Contador Público 12.658 1.452 11,5% 342 2,7% 14,2%
Derecho 16.544 1.738 10,5% 513 3,1% 13,6%
Agronomía 3.159 453 14,3% 35 1,1% 15,4%
Total 39.08 4.399 11,3% 998 2,6% 13,8%
Fuente: SPU
Cuadro VI. 3
Relación Egresados por Ingresantes en las Universidades Nacionales
Años 1980-2001
Fuente: SPU
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 73
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Cuadro VI. 4
Alumnos de Universidades Nacionales (2000)
Clasificación por Institución
Universidad Cantidad de Cantidad de Relación
Alumnos Egresados
Graduados 1999/
Ingresantes en Ingresantes
1999 1995 1995
Universidad de Buenos Aires 9.566 50.307 19,0%
Universidad Nacional de Catamarca 244 2 12,2%
Universidad Nacional de Córdoba 4.544 18.669 24,3%
Universidad Nacional de Cuyo 1.513 4.212 35,9%
Universidad Nacional de Entre Ríos 676 2.036 33,2%
Universidad Nacional de Formosa 202 2.184 9,2%
Universidad Nacional de General San Martín 102 692 14,7%
Universidad Nacional de General Sarmiento 0 0
Universidad Nacional de Jujuy 97 1.933 5,0%
Universidad Nacional de La Matanza 151 4.071 3,7%
Universidad Nacional de La Pampa 266 1.392 19,1%
Universidad Nacional de la Patagonia Austral 99 0
Universidad Nacional de la Patagonia S.J. Bosco 427 3.459 12,3%
Universidad Nacional de La Plata 4.286 15.146 28,3%
Universidad Nacional de La Rioja 187 2.056 9,1%
Universidad Nacional de Lanús 0 0
Universidad Nacional de Lomas de Zamora 1.065 7.067 15,1%
Universidad Nacional de Luján 630 4.88 12,9%
Universidad Nacional de Mar del Plata 550 5.82 9,5%
Universidad Nacional de Misiones 728 2.961 24,6%
Universidad Nacional de Quilmes 583 865 67,4%
Universidad Nacional de Río Cuarto 523 2.577 20,3%
Universidad Nacional de Rosario 2.87 14.342 20,0%
Universidad Nacional de Salta 253 3.949 6,4%
Universidad Nacional de San Juan 436 3.601 12,1%
Universidad Nacional de San Luis 368 2.222 16,6%
Universidad Nacional de Santiago del Estero 163 2.158 7,6%
Universidad Nacional de Tres de Febrero 0 0
Universidad Nacional de Tucumán 1.543 10.576 14,6%
Universidad Nacional de Villa María 0 0
Universidad Nacional del Centro Prov. Bs. As. 414 1.526 27,1%
Universidad Nacional del Comahue 613 4.902 12,5%
Universidad Nacional del Litoral 871 5.985 14,6%
Universidad Nacional del Nordeste 1.997 11.491 17,4%
Universidad Nacional del Sur 562 1.514 37,1%
Universidad Tecnológica Nacional 1.942 16.988 11,4%
Totales 38.471 211.581 18,2%
Fuente: SPU.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 74
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Cuadro VI. 5
Gasto por Alumno de Universidades Nacionales (2000)
En pesos corrientes
Universidad Gasto Total Gasto por Gasto por (b)/(a)
Alumno Alumno Activo
Declarado (a) según LES (b)
Universidad de Buenos Aires 432.050.011 1.47 1.921 30,7%
Universidad Nacional de Catamarca 25.291.160 2.324 3.889 67,3%
Universidad Nacional de Córdoba 162.938.046 1.454 2.168 49,1%
Universidad Nacional de Cuyo 86.240.359 3.367 4.082 21,3%
Universidad Nacional de Entre Ríos 25.411.126 2.373 3.36 41,6%
Universidad Nacional de Formosa 10.735.374 1.695 2.317 36,7%
Universidad Nacional de General San Martín 19.507.055 4.618 4.831 4,6%
Universidad Nacional de General Sarmiento 11.845.268 2.701 2.834 5,0%
Universidad Nacional de Jujuy 17.952.591 1.732 2.894 67,1%
Universidad Nacional de La Matanza 28.768.026 1.69 2.409 42,6%
Universidad Nacional de La Pampa 21.601.063 2.805 3.452 23,0%
Universidad Nacional de la Patagonia Austral 15.664.108 3.298 4.092 24,1%
Universidad Nacional de la Patagonia S.J. Bosco 42.126.725 2.979 4.402 47,8%
Universidad Nacional de La Plata 126.446.467 1.42 2.143 50,9%
Universidad Nacional de La Rioja 16.129.664 1.448 1.909 31,9%
Universidad Nacional de Lanús 7.822.039 2.141 2.694 25,8%
Universidad Nacional de Lomas de Zamora 36.607.330 1.007 1.298 28,9%
Universidad Nacional de Luján 25.097.334 1.5 2.206 47,1%
Universidad Nacional de Mar del Plata 45.993.316 2.017 2.241 11,1%
Universidad Nacional de Misiones 33.369.680 2.02 3.144 55,6%
Universidad Nacional de Quilmes 18.448.437 2.576 2.788 8,2%
Universidad Nacional de Río Cuarto 41.431.162 2.689 3.239 20,4%
Universidad Nacional de Rosario 97.897.568 1.402 2.121 51,2%
Universidad Nacional de Salta 34.811.755 1.847 3.148 70,4%
Universidad Nacional de San Juan 65.870.981 3.832 5.264 37,4%
Universidad Nacional de San Luis 39.831.093 2.619 4.329 65,3%
Universidad Nacional de Santiago del Estero 18.960.022 1.7 2.735 60,9%
Universidad Nacional de Tres de Febrero 6.132.571 2.251 3.456 53,5%
Universidad Nacional de Tucumán 108.407.070 2.141 3.258 52,2%
Universidad Nacional de Villa María 7.129.387 3.166 3.357 6,0%
Universidad Nacional del Centro Prov. Bs. As. 33.322.890 4.072 5.213 28,0%
Universidad Nacional del Comahue 44.123.587 1.835 2.322 26,6%
Universidad Nacional del Litoral 55.789.183 2.102 2.78 32,2%
Universidad Nacional del Nordeste 59.366.304 1.093 1.807 65,4%
Universidad Nacional del Sur 43.887.936 2.317 4.018 73,4%
Universidad Tecnológica Nacional 130.581.149 2.063 2.962 43,5%
Promedios 55.488.551 1.777 2.489 40,0%
Fuente: SPU
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 75
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Gráfico VI. 7
Gasto por Alumno de las Universidades Nacionales (2000), ordenado por gasto total.
Índice promedio = 100
Buenos Aires
Córdoba
Tecnológica Nacional
La Plata
Tucumán
Rosario
Cuyo
San Juan
Nordeste
Litoral
Comahue
Sur
Río Cuarto
San Luis
Lomas de Zamora
Salta
Misiones
La Matanza
Entre Ríos
Catamarca
Luján
La Pampa
Quilmes
Jujuy
La Rioja
Patagonia Austral
General Sarmiento
Formosa
Lanús
Villa María
Tres de Febrero
Fuente: SPU
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 76
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
La Ley de Educación Superior de 1995 dotó al sector de un marco institucional que regula, de modo
estable, la organización y funcionamiento de todo el sistema de educación superior universitaria y no
universitaria, pública y privada. El sistema universitario permanece bajo la regulación de la Nación
mientras que el sector terciario no universitario queda bajo la administración y regulación de cada
jurisdicción provincial. Los Consejos de Planificación Regional de la Educación Superior deben asegurar
la coordinación. La Ley:
- reconoce y amplía la autonomía universitaria; reduce, por ejemplo, el control estatal en el
otorgamiento de títulos y elimina injerencia en la fijación de los salarios y de las condiciones laborales
de los docentes;
- institucionaliza con la CONEAU, la evaluación externa e interna;
- da mayor participación a los profesores en los organismos colegiados e impulsa una mayor agilidad y
flexibilidad en la gestión,
- incorpora instrumentos destinados a mejorar la equidad y a permitir a cada universidad el
arancelamiento de los estudios de grado,
- prevé una mayor racionalidad en las formas de asignación del presupuesto estatal a las universidades
públicas.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 78
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Desde su creación -en 1993- hasta la actualidad, la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) intentó
propiciar la creación de nuevos mecanismos que incorporen criterios objetivos en la asignación de los
fondos públicos. A estos efectos se creó una serie de programas especiales de financiamiento, que
pretendían canalizar todos los recursos incrementales del sistema de modo tal de, suponiendo una fuerte
expansión presupuestaria, transformar el modelo de asignación de recursos a uno basado en pautas
racionales. En los próximos párrafos se detallan los principales programas especiales de financiamiento
que se intentaron desde 1995 hasta la actualidad, sintetizando sus alcances y objetivos37. Este anexo se
completa con alguna información estadística relacionada con la asignación de recursos presupuestarios a
estos programas.
- Modelo de Asignación de Recursos (AR): A partir del desarrollo realizado por el Programa de
Reforma de la Educación Superior (PRES)38, la SPU diseñó un modelo de asignación de
recursos basado en estándares generales relativos a los procesos institucionales. Este modelo no
tiene la finalidad de premiar la calidad, o de financiar proyectos para el desarrollo institucional.
Su objetivo es compensar las diferencias en las condiciones del financiamiento histórico de las
Universidades Nacionales, a partir de determinar las brechas existentes comparando el
presupuesto normativo de cada universidad; esto es, los recursos mínimos necesarios para el
financiamiento de las actividades científicas, académicas y administrativas vigentes en
condiciones de calidad y eficiencia, con el presupuesto efectivamente asignado. Para estimar las
necesidades presupuestarias reales de las instituciones universitarias en las condiciones
descriptas, se calcula el presupuesto normativo docente para la enseñanza de grado. Las
necesidades en términos de docentes (profesores y auxiliares) se calculan teniendo en cuenta los
estudiantes activos de la Universidad, asumiendo las relaciones alumnos por docente
consideradas pedagógicamente adecuadas. Como consecuencia de este ejercicio se obtiene la
planta docente normativa que luego es valorizada con las escalas remunerativas promedio del
sistema universitario (respetando los adicionales por zona desfavorable). Estimado el
presupuesto docente normativo se infieren porcentualmente a partir de allí los otros
componentes para arribar al presupuesto normativo total.
- Programa de Financiamiento de Inversiones en Infraestructura (PROIN): Mediante este
programa se financiaron obras de infraestructura teniendo en cuenta variables presupuestarias
históricas y variables de evaluación en la gestión académica y administrativa. Como
consecuencia de este modelo se estableció un orden de prelación de las universidades para
financiar proyectos formulados por las propias casas de altos estudios. Adicionalmente, se
37. Para un mayor desarrollo de este tema véase Secretaría de Políticas Universitarias, (2002c).
38. Proyecto financiado con fondos provenientes del préstamo BIRF 3921-AR cuya entrada en vigencia se produjo durante diciembre de 1995 y
su ejecución finaliza el 30/6/2003.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 79
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
altos niveles de capacidad y rendimiento académico. Los requisitos para la postulación de los
becarios, a partir del ordenamiento de los cuales fueron asignadas las becas en cuestión,
consisten en pertenecer a hogares de bajos ingresos (en situaciones de pobreza estructural) y
acreditar buen rendimiento académico y regularidad en los estudios.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 81
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Cuadro VIII. 1
Universidades Nacionales: Distribución de Créditos Presupuestarios Nacionales
Ley de Presupuesto 2003. En pesos
Universidades Nacionales Salud (1) Educación y Ciencia y Técnica Total %
Cultura (2)
Buenos Aires 39.484.366 275.607.762 8.805.339 323.897.467 17,8%
Catamarca 0 22.669.939 869.377 23.539.316 1,3%
Centro 0 28.279.658 1.373.935 29.653.593 1,6%
Comahue 490 45.817.214 1.344.373 47.651.587 2,6%
Córdoba 11.328.420 123.497.904 3.800.358 138.626.682 7,6%
Cuyo 490 80.854.370 1.831.209 83.175.579 4,6%
Entre Ríos 0 24.726.211 615.765 25.341.976 1,4%
Formosa 0 11.121.624 186.653 11.308.277 0,6%
Gral. San Martín 0 14.968.590 112.204 15.080.794 0,8%
Gral. Sarmiento 0 11.225.784 2.419 11.228.203 0,6%
Jujuy 0 17.810.285 496.242 18.306.527 1,0%
La Matanza 0 28.932.118 360.003 29.292.121 1,6%
La Pampa 0 20.317.315 678.246 20.995.561 1,2%
La Patagonia S.J.Bosco 0 35.448.603 495.131 35.943.734 2,0%
La Plata 490 106.938.792 5.515.667 112.944.459 6,2%
La Rioja 490 14.499.591 311.067 15.300.658 0,8%
Litoral 0 46.605.626 2.046.016 48.651.642 2,7%
Lomas de Zamora 0 33.491.783 282.196 33.773.979 1,9%
Luján 0 23.279.943 647.792 23.927.735 1,3%
Mar del Plata 0 45.054.807 2.148.162 47.202.969 2,6%
Misiones 0 32.395.290 779.173 33.174.463 1,8%
Nordeste 490 54.686.241 776.938 55.953.179 3,1%
Quilmes 0 17.757.991 189.797 17.947.788 1,0%
Río Cuarto 0 38.693.490 2.014.009 40.707.499 2,2%
Rosario 490 95.846.428 2.680.645 99.017.073 5,4%
Salta 0 32.952.328 1.333.040 34.285.368 1,9%
San Juan 0 66.690.665 2.134.692 68.825.357 3,8%
San Luis 0 38.591.259 1.675.910 40.267.169 2,2%
Santiago del Estero 0 18.443.330 557.053 19.000.383 1,0%
Sur 0 38.690.609 1.772.041 40.462.650 2,2%
Tecnológica 0 111.319.406 1.083.431 112.402.837 6,2%
Tucumán 490 104.123.155 3.137.832 107.750.987 5,9%
La Patagonia Austral 0 16.251.269 231.005 16.482.274 0,9%
Lanus 0 7.246.762 0 7.246.762 0,4%
Tres de Febrero 0 6.113.319 0 6.113.319 0,3%
Villa María 0 7.148.932 726 7.149.658 0,4%
Inst.Univ.Nac.del Arte (IUNA) 0 14.340.345 0 14.340.345 0,8%
Fundación Miguel Lillo 0 0 4.050.566 4.050.566 0,2%
Subtotal 54.242.786 1.712.438.738 54.339.012 1.821.020.536 100,0%
Crédito a Distribuir
Incentivos a Docentes Investigador 0 0 65.000.000 65.000.000 38,1%
Reforma y Rest. Lab. Pers.No Doc 0 15.000.000 0 15.000.000 8,8%
PROCAP 0 5.000.000 0 5.000.000 2,9%
Asignación de Recursos 847 55.813.652 0 56.660.652 33,2%
Asignación de Becas a Estudiantes 0 1.500.000 0 1.500.000 0,9%
Prog. Reforma Educ. Sup. (FOME 0 27.638.382 0 27.638.382 16,2%
Subtotal 847 104.952.034 65.000.000 170.799.034 100,0%
Total 55.089.786 1.817.390.772 119.339.012 1.991.819.570
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 82
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Referencias:
(1): En la función Salud se incluyen los montos correspondientes a las transferencias presupuestadas con destino a los hospitales
públicos dependientes de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de Córdoba. Asimismo, se incorporan $
490.000 para cada una de las siete Universidades restantes que dictan la carrrera de medicina. Los $ 847.000.- que conforman la
suma de créditos a distribuir correspondientes a esta función, serán asignados a través del Programa de Mejoramiento para las
Facultades de Medicina con el objeto de incorporar las recomendaciones realizadas por la Comisión Nacional de Evaluación y
Acreditación Universitaria (C.O.N.E.A.U.), en las evaluaciones efectuadas a las mencionadas unidades académicas.
(2): Nótese que la función Ciencia y Técnica, que comprende el presupuesto dirigido a la investigación realizada en el marco de
las Universidades Nacionales representa, en términos globales, el 6,5% de los fondos destinados a cultura y educación en estas
instituciones, para el mismo período de ejecución.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 83
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
Cuadro VIII. 2
Asignación de Recursos a las Universidades Nacionales por Programas Especiales - 1995 / 2002 -
Clasificación por Programa
En millones de pesos corrientes
Programas Especiales 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 (*)
Compensación por Modelo de Asignación de Recursos (AR) - - 20,0 7,0 - - - 24,0
Programa de Financiamiento de Inversiones en Infraestructura (PROIN) - - 10,0 15,0 - - - -
Programa de Apoyo y Desarrollo de las Universidades Nuevas (PROUN) - - 9,0 5,0 9,0 4,0 3,7 3,0
Programa de Crecimiento Institucional (PROCRE) - - - 14,0 - - - -
Programa de Mejoramiento de la Calidad (PROCAL) - - - 6,0 - - - -
Programa de Asistencia Especial (PROAE) - - - - 3,3 - - -
Fondo para el Mejoramiento de la Calidad Universitaria (FOMEC) - 1,4 14,7 22,9 23,6 12,6 11,7 5,5
Incentivo Docente 50,0 50,0 50,0 53,8 53,9 53,9 53,9 54,0
Programa de Asignación de Recursos para Ciencia y Tecnología - - - - - - - 1,1
Programa de Mejoramiento para las Facultades de Medicina - - - - - - - 1,6
Programa de Financiamiento de Proyectos Especiales - - - - - - - 2,2
Becas Estudiantiles - 4,5 6,8 7,4 7,4 5,0 7,4 7,0
Total 50,0 55,9 110,5 131,1 97,2 75,4 76,7 98,4
Total Transferencias del Gobierno Nacional a Universidades Nacionales 1.471,7 1.535,2 1.592,5 1.726,2 1.721,0 1.743,9 1.640,1 1.623,8
Programas Especiales / Transferencias del Gobierno Nacional 3,4% 3,6% 6,9% 7,6% 5,6% 4,3% 4,7% 6,1%
Gasto Total de las Universidades Nacionales 1.649,7 1.625,5 1.743,3 1.907,2 1.996,9 2.013,3 1.936,9 S/I
Programas Especiales / Gasto Total 3,0% 3,4% 6,3% 6,9% 4,9% 3,7% 4,0% S/I
(*): Los datos del FOMEC correspondientes al año 2002 incluyen sólo el período Enero - Septiembre. Los datos de becas estudiantiles del año 2002 refieren a los créditos presupuestarios
aprobados.
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) y de “Mecanismos de Asignación de Recursos a la Universidades Públicas Argentinas: Un
marco conceptual para la discusión” Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología, SPU. (2002).
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 84
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
C. Préstamos: en gran parte de los países de la OECD mencionados en los párrafos anteriores existen
mecanismos de asistencia financiera para apoyar a los estudiantes y/o sus familias en el pago de
matrícula o mantenimiento. Esta asistencia financiera se instrumenta a través de créditos y becas
adoptando en ambos casos criterios para asegurar el acceso y la equidad. Aunque los préstamos a los
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 85
Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay – Documento de Trabajo N.8/03
alumnos están cada vez más difundidos en un número mayor de países, no todos son igualmente
eficaces como medio de desviar el costo del gobierno (o del contribuyente) hacia el beneficiario (el
alumno). En general, la experiencia muestra que con tasas de interés subsidiadas y largos plazos de
amortización, el nivel de recuperación de los préstamos es muy bajo. Ante esta situación, los sistemas
de préstamos se están tratando de perfeccionar permanentemente con el fin de lograr una tasa mayor
de recupero. Entre los mecanismos utilizados se cuentan el cobro de tasas de interés más cercanas a la
de mercado y la mejora en el sistema de recaudación, haciendo responsable a la universidad del
recupero. En países con un bajo desarrollo del mercado de capitales, como la Argentina, este tipo de
prácticas se encuentran muy lejos de lo factible.
“El gasto público universitario en la Argentina”. Por Marcelo Becerra, Oscar Cetrángolo, Javier Curcio y Juan Pablo Jiménez. 86