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GRUPO:414 T.V
DEFINICIONES
• Infección de vías urinarias (IVU).
Ataque de una bacteria a cualquier órgano de las vías urinarias (riñón, uréteres,
vejiga o uretra); la presencia bacteriana causa un proceso inflamatorio.
• IVU no complicada.
Es la que se presenta como cistitis aguda o pielonefritis aguda en personas
previamente sanas y sin alteraciones anatómicas o funcionales del aparato
urinario.
• Bacteriuria asintomática.
Está dada por el aislamiento de una cantidad específica (cuenta) de bacterias
causantes de infección en una muestra de orina adecuadamente obtenida de una
persona sin signos o síntomas de infección urinaria.
• Cistitis aguda.
Es una inflamación vesical sintomática, generalmente de tipo bacteriano,
caracterizada por poliaquiuria, urgencia, disuria, dolor suprapúbico y tenesmo
vesical.
• Pielonefritis aguda.
Infección bacteriana del parénquima renal caracterizada por dolor en el ángulo
costovertebral, frecuentemente acompañada por fiebre, comúnmente precedida de
síntomas irritativos urinarios bajos y ataque al estado general.
• Recurrencia.
Reaparición de síntomas después de un tratamiento antimicrobiano,
aparentemente exitoso, de una infección previa.
• Reinfección.
Nuevo evento asociado con la reintroducción de bacterias a partir de una fuente
externa al aparato urinario.
ETIOLOGIA
La etiología de las IVU comunitarias bajas no complicadas en mujeres están
dominada por Escherichia coli, microorganismo aislado en 80 a 85% de las
ocasiones, al que le siguen Staphylococcus saprophyticus (5 a 10%) y en menor
proporción Klebsiella pneumoniae y Proteus mirabilis. Característicamente, las IVU
complicadas tienen un espectro más amplio de microorganismos causales; la
probabilidad de infección por hongos es alta, así como la resistencia a
antimicrobianos comunes. En la IVU complicada, E. coli sigue siendo el principal
patógeno. Las infecciones por oportunistas, como especies de Candida y
Mycobacterium tuberculosis en pacientes con inmunodepresión y por
microorganismos nosocomiales (como especies de Pseudomonas, de Serratia y
de Klebsiella), deben considerarse.
La etiología de las IVU se ve modificada por factores como la edad, el sexo, la
presencia de diabetes, las lesiones de médula espinal o la cateterización urinaria.
Por ello, microorganismos raramente implicados en IVU de población sana pueden
causar enfermedad en pacientes con trastornos anatómicos de la vía urinaria,
metabólicos o inmunológicos. La exposición previa a un tratamiento antibiótico y el
antecedente de hospitalización también condicionan diferencias en el perfil
etiológico y de resistencias.
La gran mayoría de los IVU en el anciano no institucionalizado están causadas por
una única especie bacteriana. Sin embargo, en presencia de anomalías
estructurales y sobre todo en pacientes sondados e instrumentalizados, no es raro
aislar más de una especie bacteriana en el urocultivo. El mayor uso de catéteres y
de instrumentación en estos pacientes los predispone a infecciones por bacilos
gramnegativos como Proteus, Klebsiella, Serratia y Pseudomonas. Los pacientes
con diabetes mellitus tienden a estar infectados por Klebsiella, Enterobacter y
Candida.
SIGNOS Y SINTOMAS
Las infecciones de las vías urinarias no siempre causan signos y síntomas, pero
cuando lo hacen, estos pueden ser:
En los adultos mayores, puede que las infecciones urinarias se pasen por alto o se
confundan con otras afecciones.
Fiebre alta
Temblor y escalofríos
Náuseas
Vómitos
Parte de las vías urinarias afectada Signos y síntomas
Sangre en la orina
Secreción
Las relaciones sexuales pueden ocasionar cistitis, pero no hace falta ser
sexualmente activo para padecerla. Todas las mujeres están en riesgo de
padecer cistitis debido a su anatomía; específicamente, por la corta distancia
desde la uretra hasta el ano y del orificio uretral a la vejiga.
GABINETE
• Indicaciones generales de estudios de imagen
— Se requieren cuando la historia clínica descubre un factor de riesgo asociado.
— Cuando el paciente tiene 48 a 72 horas sin mejoría clínica o bioquímica.
— El ultrasonido del aparato urinario y la placa simple de abdomen se sugieren de
manera inicial.
• Bacteriuria asintomática
— En mujeres asintomáticas, dos urocultivos consecutivos en los que se aísla la
misma bacteria.
— En hombres asintomáticos, un urocultivo en el que se aísla una bacteria.
— El aislamiento de una bacteria en el urocultivo obtenido por cateterismo.
TRATAMIENTO
Generalmente, los antibióticos son el tratamiento de primera línea para las
infecciones de las vías urinarias. Los medicamentos que te receten y el tiempo de
uso dependen de tu estado de salud y del tipo de bacterias que se encuentren en
la orina.
Infección simple:
Ceftriaxona
Infecciones frecuentes:
Infección grave:
Beber líquidos
Como primera medida preventiva, es aconsejable beber una gran cantidad de líquidos.
El chorro de la orina empuja muchas bacterias fuera del cuerpo y las defensas
naturales eliminan el resto. En muchos casos de infección urinaria se puede prescindir
de tratamiento antibiótico sólo con tomar esta precaución.
Vacunación
La vacuna contra la infección urinaria tiene un efecto estimulador de la producción de
anticuerpos, que se acumulan para defenderse de forma inmediata contra los
microorganismos, en caso de que la infección llegara a producirse
Higiene masculina
Para evitar infecciones en las vías urinarias es importante mantener una correcta y
diaria higiene corporal siguiendo las siguientes recomendaciones:
La higiene del pene y el escroto ha de ser la misma que la de otras partes del cuerpo:
diaria y a base de agua y jabón.
Si el pene no ha sido circuncidado, no hay que olvidarse de empujar hacia atrás la piel
para limpiar correctamente la cabeza del mismo.
Tener presente que la higiene diaria no previene las enfermedades de transmisión
sexual.
Higiene femenina
La higiene de la zona genital ha de realizarse empleando agua y un jabón suave una
vez al día, para prevenir, entre otras cosas, la aparición de infecciones urinarias. La
vagina se limpia por sí misma sus paredes producen un fluido que arrastra las células
muertas y otros microorganismos al exterior.
Este fluido es algo viscoso y produce un olor que no resulta desagradable. Su
producción aumenta coincidiendo con la ovulación y durante la excitación sexual. Si
una mujer presenta un fluido vaginal copioso, de diferente color al habitual o de olor
muy fuerte, probablemente sufra una infección vaginal y deberá consultar con el
médico.