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África estaba íntimamente relacionada con esa historia, como fuente principal de esclavos de las

antiguas civilizaciones, el mundo islámico, la India y las Américas y como una de las principales
regiones donde la esclavitud era habitual.
Es necesaria una explicación de dicha antigüedad y persistencia para comprender el desarrollo
histórico de la esclavitud en África y para evaluar la impronta del tráfico de esclavos en ese
desarrollo. En primer lugar, la esclavitud ocupó un área geográfica cada vez mayor, difundiéndose
hacia el exterior de las regiones que se involucraban directamente en el comercio exterior de
esclavos. En segundo lugar, el papel de los esclavos fue cada vez más importante en la economía y
en la sociedad, provocando una transformación del orden social, económico y político.
La esclavitud: Una definición
La esclavitud era una forma de explotación. Sus características específicas incluían la idea de que
los esclavos eran una propiedad; que eran extranjeros alienados por el origen o por sanciones
judiciales por las que se les había retirado la herencia social que se les había dado al nacer; que la
coerción se podía utilizar a voluntad; que su fuerza de trabajo estaba a completa disposición de un
señor; que no tenían derecho a su propia sexualidad y, por extensión, a sus propias capacidades
reproductivas, y que la condición de esclavo se heredaba, a no ser que se tomara alguna medida
Como propiedad, los esclavos eran bienes muebles, es decir, podían comprarse y venderse.
Las instituciones religiosas, unidades de parentesco y otros grupos de la sociedad no los protegían
como personas ante la ley, aunque algunas veces se los reconociera como seres humanos. Estas
restricciones podían ser meramente morales, como en las Américas, donde al menos teóricamente
se consideraba erróneo separar a las familias cuando se producían las ventas, aunque en realidad
los dueños de esclavos hacían lo que querían.
Más allá de esto, esos niños eran técnicamente libres y por lo general se los reconocía como tales.
Otras restricciones a la venta limitaban el poder de los señores de vender a los hijos de esclavos,
ya sea por sentimientos religiosos, en el caso del Islam, o por causa de un parentesco reconocido o
una posición étnica que hubieran sido confirmados.
Todas las sociedades imponen numerosas restricciones a los individuos, pero incluso
reconociendo eso podemos todavía entender a los esclavos como personas particularmente
coaccionadas. En el contexto de las sociedades esclavistas, la libertad implicaba una posición
reconocida en una casta, en una clase dirigente, en un grupo de parentesco o en algún tipo de
institución.
Por lo tanto, la esclavitud era básicamente un medio que negaba a los extranjeros los derechos y
privilegios de una determinada sociedad, para que se los pudiera explotar con objetivos
económicos, políticos y/o sociales2. Cuando las diferencias culturales o dialectales eran
imperceptibles, el nivel de explotación y el aislamiento social de los esclavos eran limitados; tales
situaciones sugerían que la posesión de esclavos era reducida y que la estratificación política y
económica era mínima. De hecho, en las formas más desarrolladas de esclavitud se trasladaba a
los esclavos a una distancia considerable de su lugar de nacimiento, remarcándose de ese modo
sus orígenes extranjeros.
Esa erradicación era tan dramática como el transporte de los africanos a través del Atlántico o del
desierto del Sahara, o tan poco dramática como la captura de personas que vivían a solamente
cien kilómetros de donde los esclavizaban. Cuando las estructuras sociales y las economías se
complejizaban, también se hacía más pronunciada la identificación de los esclavos como
extranjeros, de modo que la aculturación que se producía no afectaba la capacidad de los señores
de explotar el trabajo y los servicios de sus cautivos.
Para los musulmanes, la religión era un modo de clasificación de los esclavos. Los recientemente
adquiridos por lo general no eran musulmanes o lo eran sólo nominalmente. Para los europeos,
los esclavos eran vistos como racialmente distintos; a pesar de la aculturación, eran definidos
como extranjeros todavía con mayor claridad, garantizándose de esta forma que la adquisición de
derechos en la sociedad de origen europea fuese severamente limitada.
Por lo general, la esclavitud comenzaba por medio de la violencia, que reducía la posición de una
persona en condición de libertad a la condición de esclavo. Las variantes en la organización de
dicha violencia –incluyendo los ataques cuyo fin era la obtención de esclavos, bandidaje y
secuestro– señalan que a la esclavización violenta se la puede ver en una continua sucesión de la
acción política a gran escala, donde solo puede ser un subproducto de la guerra y no su causa, o
como una actividad criminal a pequeña escala, en la que esclavizar es el único objetivo de la
acción.
En su conjunto, las guerras, los ataques en busca de esclavos y el secuestro fueron responsables
de la mayor parte de los nuevos esclavos en la historia. En las sociedades donde habitualmente se
esclavizaban prisioneros, los beligerantes invariablemente tomaban en cuenta las posibilidades de
costear los gastos de la guerra con la venta o la utilización de los esclavos.
Cuando las guerras e invasiones eran crónicas, la esclavización y reesclavización de los pueblos era
constante y en tales situaciones la incidencia de la esclavitud aumentaba. La esclavitud era una
forma de castigo judicial, principalmente para los crímenes como asesinato, robo, adulterio y El
ejemplo del castigo o la venta de otros esclavos y el conocimiento de que el señor podía hacerlo
eran suficientes para mantener la disciplina de los cautivos.
Tales demostraciones públicas por lo general no eran una forma de castigo por insubordinación;
de hecho, a veces se las concebía como un honor, pero en la mayor parte de los casos los esclavos
se compraban específicamente para el sacrificio. insubordinación podía derivar en la venta, los
riesgos eran obvios para los esclavos vendidos.
La esclavitud podía existir y existía junto con otras formas de trabajo, incluyendo la servidumbre
(en la cual las personas estaban vinculadas a la tierra y las obligaciones con el señor se fijaban
consuetudinariamente), la clientela (subordinación voluntaria sin remuneración fijada por los
servicios), trabajo asalariado (en el cual la remuneración por el trabajo estaba monetizada),
empeño (en el cual se consideraba al trabajo como los intereses sobre una deuda y al empeño
como colateral a la deuda) y el trabajo comunal (muchas veces basado en el parentesco o franjas
etarias, en el cual el trabajo era visto como una actividad recíproca basada en el intercambio
pasado o futuro).
Una característica peculiar de la esclavitud era la falta absoluta de opción de los esclavos.
Legalmente, el señor era responsable de las acciones del esclavo y esa responsabilidad era la
misma para los esclavos administrativos y para los trabajadores comunes. De este modo, los
esclavos no constituían necesariamente una clase.
Si los esclavos y otros reconocían una clara distinción. Como los esclavos estaban totalmente
subordinados, sus señores controlaban sus capacidades sexuales y reproductivas, así como sus
capacidades productivas. Las mujeres (y los hombres también) podían tratarse como objetos
sexuales; se podía controlar el derecho al matrimonio con rigurosidad y se podía castrar a los
esclavos de sexo masculino. Por lo general, los eunucos eran los más caros y los seguían las
mujeres bellas y las muchachas, cuyo precio dependía de su atractivo sexual. Esos opuestos –
hombres castrados y bellas mujeres– demuestran con mayor claridad aquel aspecto de la
esclavitud que involucraba el poder del señor sobre las funciones sexuales y reproductivas. Los
esclavos no tenían el derecho a involucrarse en relaciones sexuales sin el consentimiento de su
señor. No podían casarse sin que él se los permitiera y les proporcionara una esposa. Cuando se
les daba la oportunidad de tener hijos, estos no eran legalmente su descendencia, sino propiedad
de su señor y, por lo general, del señor de la madre. Biológicamente, eran los hijos de los esclavos,
pero se les podía negar el derecho a criarlos. En lugar de eso, los hijos de los esclavos podían ser
desplazados e, incluso cuando no se vendían, podían ser distribuidos como parte de acuerdos
matrimoniales, entrenados para el ejército o la administración o ser adoptados por la familia del
señor.
Los señores tenían derecho de acceso sexual a las mujeres esclavas, que se convertían en
concubinas o esposas según la sociedad. Esta dimensión sexual fue el motivo principal por el cual
el precio de las mujeres era muchas veces más elevado que el de los hombres. A los esclavos del
sexo masculino se les podía negar el acceso a las mujeres y esa dimensión de la esclavitud era una
forma esencial de explotación y control.
Incluso cuando todavía se consideraban y definían como extranjeros, los esclavos recibían
generalmente elementos básicos, como el acceso a la tierra, esposas, protección, ritos religiosos y
otros atributos. Los aspectos más técnicos de la esclavitud, incluidos los factores de propiedad,
trabajo y la condición de extranjero, podían invocarse arbitrariamente, pero en la práctica los
derechos legales de los señores no se ejercían plenamente. El nivel sociológico de dicha relación
implicaba que los esclavos reconocieran que eran dependientes, posición que requería la
subordinación al señor, pero los señores también debían aceptar la existencia de límites hasta
donde podían forzar a los esclavos. Por lo tanto, se mantuvo la violencia detrás del acto de
esclavización, aunque para los descendientes de esclavos se transformó de acción real en
amenaza.
Como tal, la violencia todavía era una dimensión crucial del control social. El conocimiento de los
horrores de la esclavización y el miedo a la acción arbitraria producía en los esclavos tanto una
tendencia psicológica a la servidumbre como el potencial para la rebelión. El número de esclavos
no era naturalmente estable y las poblaciones cautivas por lo general tenían que reabastecerse5.
Otro factor eran las condiciones de viaje de los esclavos que se destinaban a mercados distantes,
ya sea porque se los transportaba de una esfera microbiana a otra o porque las raciones eran
muchas veces inadecuadas.
Cuando el número de esclavos del sexo masculino era superior, como ocurría en las Américas; o
cuando había una distribución desigual de mujeres esclavas en la sociedad, como en muchas
regiones de África, la tasa de natalidad podía ser demasiado baja para mantener el contingente de
cautivos. La situación de las poblaciones que tenían un número excesivo de esclavos de sexo
masculino llevaba a una declinación general de la población total, no solo de esclavos, a menos
que se importaran más cautivos.
A los recién esclavizados o comercializados se los trataba como bienes. Los que habían vivido en
un solo lugar durante muchos años después de su compra o esclavización tenían menos
probabilidades de que se los tratara como si fueran una simple mercancía.
La institución como un todo estaba firmemente basada en una relación de propiedad, pero los
esclavos experimentaban individualmente una modificación en esa relación, hasta que algunos
dejaban de ser una propiedad o incluso esclavos. Muchos aspectos de la esclavitud americana
eran similares a la esclavitud en otras épocas y lugares, como el tamaño relativo de la población
cautiva, la concentración de esclavos en unidades económicas lo suficientemente grandes para
clasificarse como plantation y el grado de violencia física y coerción psicológica utilizadas para
mantener a los esclavos en sus lugares.
No obstante, el sistema de esclavitud americano era único en dos aspectos: la manipulación de la
raza como un medio para controlar la población cautiva y la dimensión de la racionalización
económica del sistema. En las Américas, el objetivo principal del trabajo esclavo era la producción
de mercancías esenciales azúcar, café, tabaco, arroz, algodón, oro y plata- para la venta en los
mercados internacionales.
Se identifican las similitudes y diferencias con el fin de neutralizar la tendencia a considerar la
esclavitud como una institución peculiarmente americana. La esclavitud en las formaciones
sociales. Los esclavos podían representar un pequeño porcentaje o una parte sustancial de una
población.
Si bien el factor demográfico era importante, mucho más significativa era la posición de los
esclavos en la sociedad y la economía. La esclavitud como aspecto secundario de la sociedad debe
distinguirse de la esclavitud como institución.
En aquellos lugares donde pocas personas poseían pocos esclavos, tal vez como ejemplos
conspicuos de riqueza, pero no como trabajadores, la esclavitud era incidental a la estructura de la
sociedad y al funcionamiento de la economía. La esclavitud se hizo importante cuando los esclavos
se utilizaron extensivamente en la producción, en el monopolio del poder político o en la
servidumbre doméstica (incluidos los servicios sexuales).
Era irrelevante el hecho de que tanto esclavos como hombres libres hicieran un trabajo idéntico;
lo que importaba eran las condiciones del trabajo, es decir, en beneficio de quién y bajo el control
de qué (o de quién) se desarrollaban. En las sociedades esclavistas no era usual el trabajo
asalariado y el trabajo esclavo era la regla siempre que una tarea fuera demasiado excesiva para
que una familia la realizara sin ayuda. La regla se extendía de la agricultura a la manufactura y a la
minería y, a veces, incluso al comercio y a las finanzas. En África, la esclavitud pasó por dicha
transformación en épocas diferentes y en distintas proporciones en la sabana septentrional, en las
regiones centro-occidentales de Angola y en la cuenca del Zaire y en otros lugares.
La transformación de la esclavitud de una característica marginal de la sociedad a una institución
productiva fundamental dio lugar a la consolidación de un modo de producción basado en la
esclavitud.
Por un lado, “modo de producción” es utilizado aquí para hacer hincapié en la relación entre la
organización social y el proceso productivo y, por el otro, en los medios por los cuales se mantiene
dicha relación. Esta renovación sucedía a través del nacimiento de niños en la esclavitud (herencia
de la condición de esclavo), invasiones, guerra, secuestro y otros actos de esclavización, y la
distribución de esclavos por medio del comercio y del tributo.
Como las poblaciones esclavas raramente podían auto sustentarse por reproducción natural, la
esclavización y el comercio eran generalmente prerrequisitos para la consolidación de un modo de
producción esclavo. No era necesario que la esclavitud fuera la principal característica de las
relaciones sociales de una sociedad para que existiera un modo de producción esclavista.
Esa incorporación de varias estructuras económicas y sociales en un único sistema a través de la
combinación y la interacción entre diferentes modos de producción podía darse en el contexto de
un solo Estado o de una región más amplia.9 Tal formación social podía, por ejemplo, incluir
campesinos que estaban involucrados en una relación tributaria con un Estado o que eran
autónomos y pasibles de sufrir ataques por parte del Estado.
Cuando la interacción estructural entre la esclavización, el comercio y el empleo doméstico de
esclavos era la parte más importante de una formación social, podía decirse que el modo de
producción esclavista era el dominante.

Esta estructura subraya tres situaciones históricas que estaban parcialmente relacionadas y eran
parcialmente autónomas. En primer lugar, proporciona una perspectiva para analizar la
interacción entre África y la demanda de esclavos en el mundo islámico del norte de África y
Oriente Medio. En segundo lugar, resalta la conexión entre África y las Américas, donde los
esclavos africanos eran fundamentales para la producción agrícola y el sector de minería. En
tercer lugar, permite el estudio de la amplia utilización productiva de esclavos en África,
especialmente en el siglo XIX, tras el colapso del mercado exterior.

La estructura adoptada aquí -la distinción entre esclavitud como característica marginal de la
sociedad, la esclavitud como institución y la esclavitud como modo de producción- tiene la
intención de facilitar el estudio de esas tres diversas situaciones.
En la primera mitad del siglo XV, el único contacto se daba por la costa este africana, a través del
mar Rojo y el desierto del Sahara. Asimismo, existía un comercio interno de otros productos
además del oro, que eran nuez de cola entre los bosques de África occidental al oeste el río Volta y
la sabana, al norte; cobre, que se comercializaba al sur del Sahara hacia el valle bajo del Níger y
también se distribuía hacia el exterior de las regiones situadas al sur del moderno Zaire; sal de
muchas fuentes, incluyendo numerosos lugares en el desierto del Sahara, en la costa del mar Rojo
en Etiopía, regiones centrales en el interior de Angola, diversos lugares en la costa de Guinea y
otros en las cercanías de los Grandes Lagos de África centro-oriental.
El movimiento de los agricultores de lengua bantú a través del África central, oriental y
meridional, la emergencia del nomadismo pastoril como una especialidad en la sabana
septentrional y a lo largo del corredor lacustre de África oriental y la difusión de la explotación del
hierro y de la producción artesanal eran, a pesar de las conexiones ocasionales con el mundo
exterior, como en el caso del algodón textil, mucho más influyentes a nivel regional que
internacional. Una de las características del desarrollo regional era una estructura social basada en
la etnia y en el parentesco.
• Por ejemplo, las referencias más antiguas al parentesco revelan que las distinciones
matrilineales y patrilineales ya estaban bien formadas a principios del siglo XVI.
• Como las mujeres eran muchas veces las principales trabajadoras agrícolas, en este tipo de
formación social la producción y la reproducción estaban íntimamente relacionadas14.
• Las variables cruciales para la dominación gerontocrática incluían el número de mujeres casadas
con hombre mayores, el número de niños nacidos de cada esposa, la capacidad de asegurar la
cooperación por parte de los más jóvenes y parientes afines y el acceso a los bienes inmuebles del
linaje, incluyendo tierra, árboles, productos silvestres, caza y agua.
• Los esclavos podían aumentar el tamaño de la población y así incrementar el número de
personas movilizadas por los más viejos, pero ellos desempeñaban prácticamente las mismas
funciones que los miembros del linaje.
• La esclavitud era uno de los diversos tipos de relaciones de dependencia y un medio eficaz para
controlar a las personas en contextos donde el parentesco predominaba.
• No existía una clase de esclavos.
• De este modo, la esclavitud era esencialmente una institución propia de las sociedades de
pequeña escala, donde la influencia política dependía del tamaño de los grupos sociales.
• En ese contexto, las personas tenían esclavos conjuntamente con otros tipos de dependientes,
pero la sociedad no estaba organizada de tal manera que la esclavitud fuera una institución
esencial.
• Además de la esclavitud, había otras categorías de dependencia como el empeño, por el cual se
retenía a las personas como garantía de deudas, y categorías etarias secundarias, en las cuales los
14 Meillassoux (1972).
• Esta discusión acepta la valiosa contribución de Kopytoff y Miers (1977) en la interpretación de
la esclavitud como una forma de dependencia en las sociedades organizadas con base en el
parentesco, pero diverge de su interpretación sobre el desarrollo de la esclavitud
institucionalizada bajo el ímpetu del comercio exterior y la esclavización sistemática.
• Los dependientes se movilizaban por el interés del linaje de acuerdo con lo que determinaban
los hombres más viejos.
• Como la tierra era muchas veces un bien común y como el matrimonio implicaba pagos que
resultaban excesivos para que la mayoría de los jóvenes pudieran cubrirlos sin la ayuda de los más
viejos, los lazos de parentesco eran fuertes.
• Los parientes más jóvenes en principio eran los más vulnerables.
• Por otro lado, eran los más perjudicados en tiempos difíciles.
• Al retenerse como garantía de una deuda, los individuos empeñados tenían conexiones
familiares, pero no eran acreedores.
• Para el acreedor, los empeñados eran una inversión.
• Esas uniones con empeñadas y esclavas no eran las bodas preferidas; por lo general, las uniones
más deseadas eran los contratos entre primos, porque dichos matrimonios se daban entre
personas libres y fortalecían los lazos de parentesco.
• Las mujeres con las que el señor no se casaba o tomaba como concubinas eran entregadas a sus
dependientes de sexo masculino, hijos, sobrinos y fieles seguidores.
• Con el tiempo los jóvenes devenían ancianos; los esclavos o sus descendientes se convertían
gradualmente en miembros del linaje.
• Como la mayoría de los esclavos domésticos eran mujeres o niñas, estas observaciones sobre las
costumbres matrimoniales ayudan a explicar la evolución hacia la plena asimilación.
• Las mujeres y los esclavos que nacían en la familia se asimilaban fácilmente y la venta de estos
era ocasional.
• No era habitual la venta de aquellos tomados como esclavos cuando eran niños, a quienes se
trataba como miembros de la familia.
• El énfasis en la dependencia podía reflejarse en las prácticas religiosas; los sacrificios, por
ejemplo, eran interpretados como una expresión de continuidad entre este mundo y el próximo y
la
• Los sitios funerales en Igbo-Ukwu sugieren que los ancestros igbos del siglo IX ya habían
desarrollado una demanda de víctimas sacrificiales que podía cubrirse con la institución de la
esclavitud18.
• Sin embargo, en algún momento, los esclavos se convirtieron en las víctimas principales.
• El factor islámico La presencia de esclavos en las sociedades en que prevalecían las relaciones de
parentesco y de dependencia personal permitía su integración en una vasta red de esclavitud
internacional.
• En los siglos VIII, IX y X, el mundo islámico se había convertido en el heredero de esta larga
tradición de esclavitud, y continuó con el patrón de incorporación de esclavos negros de África a
las sociedades al norte del Sahara y a lo largo de las costas del océano Índico.
• Los estados musulmanes de ese período interpretaban a la antigua tradición esclavista de
acuerdo con su nueva religión, pero muchos de los usos dados a los esclavos eran los mismos de
antes, ya que se utilizaban en los servicios militar, administrativo y doméstico.
• Se modificaron las designaciones, los tratamientos de las concubinas y otras características de la
esclavitud, pero la función de los cautivos en la política y en la sociedad en gran parte era la
misma.
• Originalmente los esclavos eran prisioneros capturados en las guerras santas
• Previo al establecimiento de los primeros califatos, los esclavos provenían en gran medida de las
regiones fronterizas donde aún se libraba la guerra santa.
• Las provincias islámicas centrales constituían el mercado para los esclavos; el abastecimiento
provenía de las regiones fronterizas.
• Los cautivos no eran necesariamente negros, aunque los negros siempre constituían una
proporción significativa de la población esclava.
• Se concebía a la esclavitud como una especie de aprendizaje religioso para los paganos.
• Algunos cristianos eran esclavizados durante las guerras, principalmente en Europa occidental,
pero la mayoría de los esclavos procedía de otros lugares.
• Las mujeres también se convertían en domésticas y a las que eran consideradas más bellas, un
factor de gran influencia en el precio de los esclavos, se las ubicaba en harenes.
• Esta esclavitud no era una institución que se auto perpetuaba y los que nacían en cautiverio
formaban una pequeña porción de la población esclava.
• La sociedad musulmana asimilaba a la mayoría de los hijos de los esclavos, los cuales eran
sustituidos por nuevas importaciones.
• Como el África subsahariana inicialmente se encontraba por fuera de los territorios islámicos, los
musulmanes y otros comerciantes buscaban esclavos en África.
• Las guerras locales, los criminales
• condenados, secuestros y posibles deudas eran las fuentes de esclavos para los comerciantes
visitantes, que reunían a los cautivos en pequeños grupos para transportarlos a través del mar
Rojo y remontando la costa oriental africana, o se reunían para formar caravanas que atravesaban
el Sahara.
• En la mayoría de los casos, las exportaciones alcanzaban a unos pocos millares de esclavos al año
y, como las regiones afectadas eran casi siempre muy extensas, por lo general el impacto local se
minimizaba.
• Así, una de las tareas del señor era la instrucción religiosa y teóricamente no se podía esclavizar
a los musulmanes, aunque en la práctica muchas veces esto no se respetara.
• Un aspecto de la tradición religiosa y de la tradición legal era que la emancipación, como un acto
de liberación de los esclavos y de cambio de su condición, se encontraba claramente definida.
• En las sociedades basadas en el parentesco, la emancipación era un proceso reconocido por la
integración progresiva de las sucesivas generaciones a través del matrimonio, hasta que las
personas terminaban perteneciendo integralmente al grupo.
• Las funciones que desempeñaban los esclavos también eran diferentes, en parte porque las
estructuras de las sociedades islámicas eran frecuentemente de mayor escala que entre los grupos
de parentesco.
• Por ejemplo, en los grandes estados islámicos de la cuenca del Mediterráneo, se utilizaba a los
cautivos en el gobierno y en el servicio militar, ocupaciones que no existían en sociedades sin
estado.
• Los eunucos formaban una categoría especial de esclavos que no parece haber sido
característica de la mayoría de las sociedades no musulmanas basadas en el parentesco.
• Los eunucos, que podían utilizarse en funciones administrativas y como fiscales de los harenes,
eran particularmente dependientes, sin tener siquiera la chance de establecer intereses que
fueran independientes de su señor.
• Es cierto que la escala de actividad económica en las cuencas del Mediterráneo y del océano
Índico implicaba un mayor comercio, un nivel más alto de desarrollo tecnológico y la posibilidad de
una explotación más especializada del trabajo esclavo que en el resto del África negra hasta
épocas recientes.
• En realidad, a los esclavos se les asignaban con frecuencia tareas que no eran directamente
productivas, las cuales, por el contrario, alimentaban una jerarquía política y social que explotaba
a una población de campesinos libres, artesanos y poblaciones no esclavas.
• Aunque a los esclavos se los utilizaba con mayor frecuencia en funciones domésticas (incluyendo
sexuales) o en el gobierno y en el servicio militar, ocasionalmente se los empleaba en la
producción, como en las minas de sal de Arabia, de Persia y del norte del Sahara.
• Esos usos diferentes de los esclavos, la distinción más clara entre esclavos y libres y el empleo
ocasional de cautivos en las actividades productivas demuestran una clara diferencia entre la
esclavitud de las sociedades basadas en el parentesco y la esclavitud en la ley y la tradición
islámica.
• La diferencia más importante era que esclavismo en las tierras islámicas había pasado por una
transformación parcial del tipo al que Finley identifica como significativa en la institucionalización
de la esclavitud.
• Las concubinas y los esclavos domésticos eran comunes y afectaban a la naturaleza del
matrimonio como institución y a la organización de las familias acomodadas.
• Aunque la demanda de esclavos en las regiones no africanas del mundo islámico haya tenido una
influencia gradual pero sólida en la difusión de las ideas y prácticas islámicas en África, el impacto
del mercado europeo para los esclavos fue más intenso en un período más corto, de lo cual se
derivan diversas consecuencias.
• Las exportaciones de esclavos crecieron gradualmente durante los primeros 150 años del
comercio atlántico, llegando a 409.000 esclavos de 1450 a 1600.
• La atracción del mercado atlántico tenía el efecto de diferenciar aún más las formas locales de
esclavitud, pasando de una estructura social en la que el esclavismo era solo una entre otras
formas de dependencia personal hacia un sistema en el que los cautivos desempeñan un papel
cada vez más importante en la economía.
• En resumen, este cambio también implicaba una transformación similar a aquella que Finley
caracterizó como una alteración fundamental en la manera en que la esclavitud puede ser
inplantada en una formación social determinada.
• )En su formulación más simple, el tráfico de esclavos a través del Atlántico es visto como una
causa directa de la estratificación social en las sociedades africanas; para una interpretación
mucho más sofisticada, ver Fage (1980).
• La esclavitud allí estaba íntimamente relacionada con esta transformación no solo porque los
esclavos eran el principal ítem de exportación, sino también porque se volvieron mucho más
comunes en la sociedad local que antes.
• De este modo, una importante consecuencia del comercio europeo fue la consolidación de una
forma no musulmana de esclavitud.
• La esclavitud sufrió una transformación, de ser una característica marginal de la sociedad a
convertirse una importante institución, pero en la mayoría de los lugares se la continuó
interpretando en el contexto de las estructuras de linaje y eso es lo que en este trabajo se
identifica como “esclavitud de linaje”.
• Como institución, la esclavitud de linaje compartió los mismos aspectos básicos a todos los tipos
de esclavitud: el aspecto de la propiedad, la identidad extranjera, el papel de la violencia y la
explotación productiva y sexual.
• Los esclavos eran cada vez más utilizados en el gobierno, el comercio y el servicio militar, de
formas similares a su utilización en los países musulmanes.
• La estructura y los títulos eran diferentes, pero la función era la misma.
• Las reglas polígamas permitían que los hombres tuvieran tantas esposas como pudieran adquirir.
• Sin embargo, los resultados eran similares.
• Los hombres importantes tenían muchas esposas, algunas de las cuales eran esclavas, y esa
distribución desigual de las mujeres dentro de la sociedad era un elemento de control social,
principalmente porque las mujeres eran a menudo los principales trabajadores de la agricultura,
así como las reproductoras de la familia.
• En realidad no les importaba mucho su sexo, aunque quizá tenían una ligera preferencia por los
esclavos del sexo masculino.
• De ahí surgió una división natural de la población esclava, con los comerciantes europeos
comprando aproximadamente dos hombres por cada mujer y a veces una proporción aún mayor
de hombres.
• Los musulmanes también querían mujeres, no hombres, y eso se hacía evidente en los precios
más altos que se pagaban por las mujeres en el comercio musulmán.
• Como el número de esclavos aumentaba continuamente y se afirmaba la capacidad de mantener
una oferta regular, fue posible utilizar a los esclavos de nuevas formas.
• Independientemente de la diferencia ideológica con la economía de plantation europea de las
Américas, la esclavitud africana se ha asociado firmemente con una sociedad agrícola basada en
grandes concentraciones de esclavos.
• No obstante, la esclavitud más intensiva de los pueblos y el crecimiento del tráfico de esclavos
afectaron a la institución en prácticamente todas partes.
• Si entendemos por “esclavos” a las personas que eran secuestradas, capturadas en guerras o
condenadas a ser vendidas como consecuencia de un crimen o como reparación por un crimen,
entonces eran obviamente esclavas.
• Cuando se rompían los lazos de parentesco, como en el caso de la esclavitud, era necesario
trasladar a las personas del lugar de esclavización hacia un lugar aún más distante.
• Este movimiento tendía hacia los mercados externos de esclavos, el del mundo islámico y el de
las Américas.
• Retomando la dimensión crucial del argumento: la integración de África a una red internacional
de esclavitud se dio porque África era un área de oferta de esclavos.
• Más de 11 millones de esclavos dejaron las playas de la costa atlántica de África; tal vez un
número aún mayor haya encontrado el camino hacia los países islámicos del norte, Arabia y la
India.
• Aunque el foco aquí es la historia de la esclavitud dentro de África y no el destino de los
africanos fuera del continente, el volumen de ese comercio era tan sustancial que revela un
elemento esencial en el control social de los esclavos y, en realidad, de otros dependientes, dentro
de África.
• La exportación era una de las posibilidades con las que los esclavos se enfrentaban; la
explotación interna era otra.
• Los esclavos generalmente se vendían si fracasaban en el cumplimiento de sus obligaciones y la
venta, no sólo por el Atlántico, sino también por el desierto del Sahara, el Mar Rojo y el océano
Índico, era una forma de castigo y, por lo tanto, una amenaza que ayudaba a controlar las acciones
de los cautivos.
• La muerte y los daños físicos permanentes eran habituales y los esclavos lo sabían por
experiencia propia.
• La guerra, el secuestro y la manipulación de instituciones jurídicas y religiosas son responsables
de la esclavización de la mayoría de los cautivos, tanto de los exportados como de los retenidos en
África.
• A diferencia de otros lugares donde la esclavitud era común, como particularmente en América y
en las partes centrales del mundo islámico, la esclavización regular era una característica esencial
del esclavismo como institución.
• Los señores de esclavos en las Américas y en los principales estados islámicos contaban con el
tráfico para obtener la mayoría de sus cautivos.
• En África, los esclavizadores y los propietarios de esclavos eran a menudo los mismos.
• Europa y las tierras centrales islámicas veían a las áreas periféricas como una fuente de esclavos
y África era una de esas regiones periféricas, prácticamente la única para las Américas y la
principal para los países islámicos.
• Los esclavos también se movían dentro de África, de zonas que eran más periféricas hacia
lugares que eran más centrales, pero la
• Esta conexión revela una característica fundamental del esclavismo en África; cuando se articuló
totalmente con la utilización de esclavos en la producción, la esclavitud se transformó en un modo
de producción distinto.

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