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INTRODUCCIÓN
Durante su conversación con la samaritana, el Señor abordó
el tema de la adoración con una amplitud y profundidad
completamente nuevas. De esta manera contestó a las
inquietudes de la mujer, dejándonos también a nosotros una
información muy valiosa que necesitamos para poder ofrecer
a Dios una adoración que sea de su agrado. Porque no
debemos olvidar que adorar a Dios es un asunto muy serio
que no podemos tomar a la ligera. Y el pasaje que vamos a
estudiar nos advierte de la posibilidad de creer que estamos
adorando a Dios, cuando en realidad lo que hacemos puede
ser otra cosa muy distinta. Por ejemplo, el Señor descalificó
la adoración de los samaritanos cuando le dijo a la mujer:
"vosotros adoráis lo que no sabéis". Por lo tanto, es
importante que aprendamos por su Palabra cómo debemos
hacerlo para no cometer errores similares.
(Ap 4:8-11) "Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno
seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y
no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el
Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha
de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y
honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al
que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos
se postran delante del que está sentado en el trono, y
adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus
coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de
recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste
todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas."
Ahora bien, ¿por qué decimos esto que parece tan evidente?
Bueno, porque siempre que queremos hacer algo para el
Señor, el camino está lleno de tentaciones. Por ejemplo,
como ya hemos señalado, es relativamente fácil que el líder
de alabanza se convierta en el centro de la adoración, o que
nuestra adoración esté enfocada más en el hombre que en
Dios, gloriándonos de nuestra nueva posición ante Dios en
lugar de mirar a Cristo y su obra en la cruz por medio de la
cual hemos recibido todo lo que somos y tenemos.
6. ADORACIÓN Y SERVICIO
O las de Job:
(Job 42:5-6) "De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te
ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y
ceniza."
9. BENEFICIOS DE LA ADORACIÓN
PREGUNTAS
1. ¿Cómo definiría la adoración? ¿Cuáles son las
características de la verdadera adoración? Explíquelas
brevemente.
2. Busque tres ejemplos en el Antiguo Testamento de
oraciones en las que su tema central sea la adoración.
Analícelas brevemente resaltando las razones por las que
Dios era adorado. Busque también algunos ejemplos en los
Evangelios en los que el Señor Jesús fue adorado. Explique
las razones por las que lo hicieron.
1) Dirigir la adoración es un ministerio especial. No todos tienen el don para desarrollar este
ministerio.
2) El que dirige deber ser un adorador. Es esencial que aquel que es llamado a dirigir a otros
en la adoración sea hábil y adepto en tal aspecto. Es imposible dirigir a otros en algo a menos
que el que dirige haya aprendido los requisitos y la habilidad de la adoración. Esta persona
deberá estar libre en su propio espíritu y ser capaz de alabar y adorar libremente a Dios en su
vida personal. Debe llegar temprano para orar y estar preparado para este momento tan
especial.
3) Madurez espiritual. El que dirige la adoración deber ser un cristiano con madurez y
experiencia en las cosas del Espíritu. Tal madurez proporciona la confianza al que dirige,
además de producir un sentimiento de seguridad en la congregación. Deberá controlar su
propio espíritu de manera que sus pensamientos, sentimiento y emociones personales no
interfieran en el culto. Tiene que ser además una persona de oración, no sólo con la destreza
para discernir la dirección del Espíritu Santo, sino con fe para percibir lo que El quiera
comunicarle a los santos congregados. Deberá ser un cristiano que exhorte, que motive y
anime a los creyentes en Cristo.
4) Sensibilidad espiritual. El líder ideal habrá desarrollado un oído sensible a la voz del Espíritu
Santo. El Espíritu mismo dirigirá el culto si su director se mueve de acuerdo a sus impulsos.
Los cultos deberán ser dirigidos bajo la unción del poder de Dios. No obstante, El siempre
usará los canales humanos. Por consiguiente, el líder debe poseer una conciencia espiritual
profunda en este particular. Esta misma virtud le será transmitida a la congregación.
Empezarán a desarrollar la capacidad para percibir los impulsos del Espíritu, y a penetrar en
ellos quieta y confiadamente.
5) Humildad genuina. Un buen dirigente siempre intentará "ocultarse detrás de la cruz". Nada
arruinará la atmósfera espiritual de un servicio más rápidamente que un líder egoísta que se
proyecta a sí mismo constantemente en el servicio. El Espíritu Santo desea glorificar a Cristo,
sin desviar en lo absoluto su punto de atención hacia un ser humano. Nadie deberá gloriarse
en la presencia de Dios. En lugar de atraer la atención de la congregación hacia sí, el líder
siempre deberá buscar dirigir la atención de la congregación hacia Cristo.
6) Preparación en oración antes del culto. El que dirige siempre deberá pasar tiempo en
oración. El tema de un culto puede ser discernido previamente de esta manera. El espíritu del
que dirige puede ser sintonizado con el Espíritu de Dios. De esa manera el culto puede
moverse directamente hacia el interior de sus propósitos divinos desde el principio. No deberá
haber cosas tales como los "preliminares" en un culto de adoración. Todo el servicio, desde el
primer momento, debe ser dedicado para la honra y gloria de Dios. La verdad es que lo que
precede al mensaje es muy importante, ya que el mensaje es dirigido a la congregación,
mientras que la adoración es dirigida directamente a Dios.
8) Sea receptivo al Espíritu Santo. Una fe real, es necesaria para conducir un culto hacia la
adoración verdadera, pues tal adoración no puede ser accionada ni programada con
antelación. Muchos líderes piensan que tienen que tener un programa concreto. Quieren saber
exactamente lo que va a suceder en un culto dado y cuándo va a evolucionar. La adoración
espiritual requiere una mayor flexibilidad, pues no sabemos con antelación lo que Dios hará.
Una vez que el culto comienza, procure mantenerse al corriente de la manera en que el
Espíritu desea dirigirlo. Esté preparado para seguir su guía paso a paso. No todos lo cultos
serán iguales. Dios es un Dios de variedad. No tiene que hacer siempre lo mismo. Dios tiene
un propósito especial para cada culto.
El que conduzca el culto tiene que aprender a discernir cuál es el propósito y mantenerse en
armonía con el mismo, a medida que el Espíritu se lo muestre paso a paso. Dios puede
incluso cambiar el orden y la dirección del culto a medida que éste se desarrolla. Una persona
que sepa dirigir bien podrá discernir hasta los cantos concretos que deben usarse para adorar,
cuántas veces se han de cantar y con qué clase de énfasis. En ocasiones el servicio
evolucionará de manera resplandeciente y saturada de regocijo. En otras ocasiones el Espíritu
puede conducirnos de una manera más tranquila, incluso a períodos de extrema quietud, lo
cual puede ser increíblemente excelso y significativo.
9) Perciba todo lo que está sucediendo. El que dirige el culto deberá evitar cerrar lo ojos y
"perderse en la adoración”. Es maravillosamente posible que uno esté totalmente envuelto en
la adoración y al mismo tiempo estar consciente de la manera en que la congregación se
desenvuelve. El que dirige deberá ser sensible a los impulsos del Espíritu, y a la vez ejercer
un control moderado, pero definido sobre el culto al Señor.
Y Quenanías, principal de los levitas en la música, fue puesto para dirigir el canto, porque era
entendido en ello. Berequías y Elcana eran porteros del arca. Y Sebanías, Josafat, Natanael,
Amasai, Zacarías, Benaía y Eliezer, sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de
Dios; Obed-edom y Jehías eran también porteros del arca. David, pues, y los ancianos de
Israel y los capitanes de millares, fueron a traer el arca del pacto de Jehová, de casa de Obed-
edom, con alegría. Y ayudando Dios a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová,
sacrificaron siete novillos y siete carneros. Y David iba vestido de lino fino, y también todos los
levitas que llevaban el arca, y asimismo los cantores; y Quenanías era maestro de canto entre
los cantores. Llevaba también David sobre sí un efod de lino. De esta manera llevaba todo
Israel el arca del pacto de Jehová, con júbilo y sonido de bocinas y trompetas y címbalos, y al
son de salterios y arpas. 1Crónicas 15:22-28
Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid
su nombre. Salmo 100:4
3) La dirección de los cantos no necesariamente significa dirigir la adoración. Hay muy buenos
directores de cantos, pero que no poseen la habilidad para dirigir la congregación hacia la
adoración. No obstante el que dirija la adoración tiene que ser capaz de guiar las canciones y
de ahí penetrar a una adoración profunda. La mayoría de las veces un culto de adoración
empieza con cánticos, pero evite cantar siempre los mismos. Cantar himnos apropiados que
alaben a Dios y hablen de Su grandeza, poder y esplendor, de seguro que contribuirá a que la
congregación desprenda sus mentes de sí mismos y de sus problemas, a fin de concentrarlas
en el Señor. Los cantos de alabanzas y acción de gracias son apropiados e idóneos. Los
cantos congregacionales son también una buena manera de atraer a la gente hacia la unidad
en la adoración. Cuando sus voces se unan, también lo harán sus mentes y espíritus. Una vez
que se haya logrado la unidad, la congregación puede ser guiada hacia esferas más sublimes
en la adoración. Empezamos con alabanza y después pasamos a la esfera de la adoración.
5) Evite que sucesos fuera de lo común lo distraigan. Aquí, es donde la madurez espiritual del
líder es tan necesaria.
Es vital que esté espiritualmente alerta para reconocer una situación de tal naturaleza. Un
culto puede ser sutilmente llevado hacia otra dirección si el líder no tiene cuidado. Una vez
que el Espíritu fija el curso y la dirección, hay que estar alerta ante cualquier suceso que
pueda cambiar el énfasis. Esta puede aparentar no ser muy nociva. Sin embargo, puede
cambiar totalmente la dirección en la que Dios busca guiar a Su pueblo. El líder deber ser
amoroso y a la vez firme en mantener la adoración sobre el blanco. Si tiene alguna duda
consulte con el Pastor.
Existen muchas maneras en las que puede volver a traer el culto a su curso. Podría decir:
"Hermanos, sigamos con diligencia la dirección que el Espíritu nos señala, evitando
desviarnos de la misma". Podría comenzar otro corito que renueve el tema original del
Espíritu.
Esto requiere intrepidez de parte del líder. Deberá ejercer discreción y tacto; no obstante, tiene
que rehusar comprometer el propósito de Dios en tal ocasión. Esto a menudo requiere gran
sabiduría y gracia. El Espíritu Santo suplirá estas virtudes si ponemos toda nuestra confianza
en El.
7) Mantenga el propósito en mente. Nunca pierda de vista el objetivo y propósito del culto. La
primera prioridad es alabar y glorificar al Señor. Segundo, edificar y ser de bendición a la
congregación. Nunca permita que la congregación degenere en algo menor a las metas
básicas ya trazadas para la adoración.
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es
Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Juan 4:23
10) Cerciórese que todo sea hecho decentemente y en orden. Deje que haya participación,
que se canten salmos, himnos y canciones espirituales. No obstante, deje que todo sea hecho
de tal manera que no reine la confusión, ya que Dios no es autor de tal cosa.
2) Puedes tener buenos músicos, y una persona que dirija bien los cánticos de adoración
pero…
Imagínate un buen coro con buenos músicos y un sonido inadecuado, la congregación podría
pensar, que mal tocan los músicos, y el coro no se escucha bien, cuando en realidad es el
sonido lo que esta mal. Alguien diría, bueno no importa como toquen ó como canten, y el
sonido no tiene importancia siempre que se oiga, lo hacemos para Dios. Lamentablemente
algunos piensan así, ósea que como es para Dios no importa, él se agradara como quiera.
Este modo de pensar nos limita en lo que podemos lograr para llevar a la iglesia a una
experiencia sobrenatural en la adoración a Dios.
Una vez estuve en una campaña evangelistica y, aunque estaba sentado cerca, no podía
entender lo que se predicaba por más atención que prestaba, y pensé, si yo no lo entendía
estando cerca, como podrían entender los demás. Aunque el predicador se esforzó el sonido
no lo ayudo.
¿Debemos invertir en un buen equipo de sonido, y tener una o mas personas entrenadas para
el manejo del mismo?
La respuesta la daré de la siguiente manera: El sonido en las iglesias debería considerarse un
ministerio, como la música, el cántico, y otros ministerios que se desarrollan en la
congregación. Cuando un músico, un cantante, o un predicador se escuchan con claridad, se
motivan, y la iglesia se anima a escuchar, y recibir mejor el mensaje y así, dar gloria a Dios.
Nota: En cuanto al ruido en los templos, existe una herramienta que se llama; Sound Pressure
Level (SPL) para medir la presión del sonido, y poder ajustar el volumen para que no afecte la
audición. No tienes que comprarlo, si tienes un teléfono inteligente ó Smartphone, existe una
aplicación gratuita en Android (Google Play) que se llama Sound Meter, y funciona con el
celular.