La Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de
la Salud (CIF) (C. 2001), define la discapacidad como un término genérico que engloba deficiencias, limitaciones de actividad y restricciones para la participación. La discapacidad denota los aspectos negativos de la interacción entre personas con un problema de salud (como parálisis cerebral, síndrome de Down o depresión) y factores personales y ambientales (como actitudes negativas, transporte y edificios públicos inaccesibles, y falta de apoyo social).
La discapacidad es aquella condición bajo la cual ciertas personas
presentan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, pueden impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, y en igualdad de condiciones con las demás.
En la actualidad se percibe a las personas con discapacidad como sujetos
de derechos, reconociendo y garantizando la igualdad de oportunidades y la participación en todas las áreas de la vida en comunidad, lo cual implica un papel y una responsabilidad fundamental del entorno en valorar y responder a la diversidad de los seres humanos; sin embargo el cambio hacia este nuevo paradigma ha requerido de muchos años y esfuerzos.
No obstante, la historia de la discapacidad es una historia de marginación y
discriminación de los seres humanos, y esta visión ha marcado la forma de considerar y forjar no solo las políticas sociales, sino los modelos de atención médica, de rehabilitación, de educación y las actitudes hacia la discapacidad que tiene el común de las personas.
A través de la historia, al igual que otros conceptos sobre el ser humano y
la enfermedad se han transformado, el concepto de discapacidad ha tenido diferentes comprensiones que derivaron a las acciones sociales, políticas y éticas concomitantes. Este devenir histórico termina enmarcado en nuestros días, con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. 1.1. Modelos para conceptualizar la discapacidad
La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad es un instrumento internacional de derechos humanos de las Naciones Unidas o Derecho internacional de los derechos humanos destinadas a proteger los derechos y la dignidad de las personas con discapacidad. Las partes en la Convención tienen la obligación de promover, proteger y garantizar el pleno disfrute de los derechos humanos de las personas con discapacidad y garantizar que gocen de plena igualdad ante la ley.
Se antepone la condición de sujeto de derecho “persona” y luego su
condición “con discapacidad”, incluso podemos especificar el tipo “visual”. Por ello hablemos de “personas con discapacidad”.
Para comprender la definición de discapacidad se requiere revisar y
comprender los términos relacionados en el glosario de este Objeto Virtual de Aprendizaje, tomados del documento de la CIF. Como podrá comprobar los términos estudiados permiten la comprensión de las diferentes maneras de relacionarse con las personas de acuerdo a las potencialidades y capacidades de cada uno, respetando las diferencias que los identifican.
1.2. Tipologías de la discapacidad
Antes de iniciar el estudio de las tipologías de la discapacidad, tenga en
cuenta que es importante haber revisado y comprendido los términos relacionados en el glosario de este Objeto Virtual de Aprendizaje, tomados del documento de la CIF.
Profundicemos sobre los diferentes tipos de discapacidad, desde la
descripción de cada una, las causas que las producen o los factores de riesgo, y su clasificación.
Discapacidad Auditiva - Definición
En este grupo se incluyen aquellas personas que poseen una deficiencia
Auditiva, considerada como cualquier grado de pérdida de la capacidad para escuchar que altera la recepción, discriminación, asociación y comprensión de los sonidos del ambiente y del lenguaje. Puede suceder en cualquier etapa del ciclo vital, y dependiendo de la causa, la edad de ocurrencia, y el nivel de la pérdida, se clasifican como reversibles, temporales o permanentes y su grado de severidad puede ir de leve a severa. Factores de Riesgo (causas)
- Antes del embarazo:
• Historia familiar de pérdida auditiva.
• Parentesco entre padres.
- Durante el embarazo:
• Enfermedades virales contraídas por la madre, como: rubéola,
citomegalovirus, toxoplasmosis y sífilis.
• Problemas de incompatibilidad sanguínea (madre Rh – y padre Rh +).
• Exposición a rayos X.
• Toma de medicamentos sin formula médica.
- En el momento del nacimiento:
• Peso inferior a 1.500 grs.
• Dificultades para respirar.
• Parto difícil o traumático
• Malformaciones cráneo-faciales.
- En el transcurso de la vida:
• Meningitis.
• Dolor persistente o salida de líquido por el oído.
• Exposición prolongada o súbita a ruidos fuertes.
• Automedicación.
• Enfermedades virales, como paperas, no tratadas adecuadamente.
La deficiencia auditiva se clasifica según: la localización de la lesión; el
grado de severidad y la edad de aparición de la deficiencia.
Según la localización de la lesión las deficiencias auditivas pueden ser:
• Conductivas: cuando la lesión se ubica en oído externo o medio. Estas
pérdidas pueden ser leves o moderadas. En este tipo de deficiencia auditiva, la lesión tiene tratamiento médico y/o quirúrgico y generalmente se puede recuperar la audición.
• Neurosensoriales: cuando la lesión se ubica en oído interno o vía
nerviosa auditiva. Estas pérdidas pueden ser leves, moderadas, severas o profundas; en este tipo de deficiencia auditiva el daño es irreversible.
• Mixtas: cuando la lesión se ubica en oído externo o medio y oído interno.
Estas pérdidas pueden ser de leves a profundas. El tratamiento médico y/o quirúrgico es posible para la lesión de oído externo y medio.
Grado de severidad de la deficiencia auditiva
Se considera la audición normal, cuando está en el rango de 0 a 20
decibeles (dB). La deficiencia auditiva se puede clasificar según su grado de severidad en cuatro grupos: leves, moderadas, severas y profundas.
• Leves: Pérdidas entre 21 y 40 dB. Se manifiestan en problemas de
pronunciación del castellano y problemas de atención.
• Moderadas: Pérdidas entre 41 y 60 dB. Afectan la recepción del mensaje,
discriminación y comprensión en medios ruidosos y también a voces suaves; exige repetición constante del mensaje y uso permanente de audífono.
• Severas: Pérdidas entre 61 y 90 dB. Se percibe ruidos ambientales de
alta intensidad. El proceso comunicativo a través de un código auditivo/vocal, se interrumpe seriamente, se requiere uso permanente de audífono. • Profundas: Pérdidas mayores a 90 dB. Dificultad para percibir ruidos ambientales de alta intensidad. Hay imposibilidad para escuchar la voz.