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Integrantes:
Vanessa Farra
Albany Melchor
INDICE
Paginas
Introducción 2
Antecedentes 3-5
- Puente Morillo
- Catedral Nuestra Señora del Socorro.
-Sede de la Escuela de Teatro Ramón Zapata.
- Casa Celis, Museo de Arte e Historia.
- Casa Museo General José Antonio Páez.
- Casa de Francisco Herrera Toro.
- Casa Miguel Peña.
- La Casa de La Estrella.
- El Mercado de Valencia.
- San Francisco.
- Casa Alvarado.
- El Capitolio (transformación de El Beaterio).
- Biblioteca Manuel Feo La Cruz.
- Iglesia San Blas
- Iglesia San Isidro Labrador.
- Plaza Bolívar de Valencia.
- Universidad de Valencia
- Colegio Don Bosco.
- Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria.
-Hotel Continental
-Quinta La Isabela, Palacio de los Iturriza
Conclusión. 42
Agustín Codazzi (1793- 1859) fue un geógrafo, historiador y militar italiano, que desde 1830
y durante ocho años exploró Venezuela, tomó notas y realizó bocetos cartográficos de todas
las provincias en las cuales se dividía la República, primero de la provincia de Coro (1832),
y luego recorrió las provincias de Barquisimeto, Barinas y Cumaná (1833). Para recorrer y
medir la cuenca del Orinoco se mudó de Caracas a Valencia, ciudad que se convirtió en su
base de operaciones. De allí pasó al Delta del río Orinoco (1834-36) y finalmente de la
extensa provincia de Guayana (1837-38).
Después de Caracas, Valencia se encontraba como la más favorecida, entre todas las
ciudades, por las atenciones del gobierno de Guzmán Blanco. Fue la única provincia que,
además de Caracas, iba a tener su propio Capitolio, sede y símbolo del gobierno de la
provincia, es un gesto que se identificaba con los esquemas administrativos políticos
norteamericanos, diferenciándose del modelo francés.
La arquitectura del siglo XIX tomo varias características de la arquitectura colonial, la cual
se refleja en varias obras realizadas durante este periodo. La ciudad era pequeña, contaba con
escasas construcciones modestas de una sola planta, y en sus alrededores había casas hechas
de bahareque y techos de paja. La cuadrícula de origen hispano fue el punto de partida para
el crecimiento urbano posterior.
Antecedentes
La ciudad nace y crece en torno a su Iglesia Matriz, hoy en día conocida como la Basílica
Catedral Metropolitana de Nuestra Señora del Socorro de Valencia, más tarde, durante el
siglo XVII, en 1634 se construyó otra iglesia, la de San Francisco que junto al Convento de
San Buenaventura ocupaban toda una manzana al lado del Camino Real.
En el siglo XVIII comienzan a aparecer residencias importantes como la Casa de los Celis),
la casa de Don Carlos Tamayo y Pérez de la Fuente (sede de la Escuela de Teatro “Ramón
Zapata”) y la casa de Miguel Peña. De igual manera, se inicia la vida militar en la ciudad con
la construcción del Cuartel de Milicianos Blancos y por último, la emblemática Iglesia la
Candelaria. Posteriormente aparece el teatro en Valencia, que estaba bajo la influencia de los
siguientes componentes: lo religioso, lo romántico y lo neoclásico. Estas raíces son las que
alimentaron el tronco cultural de la ciudad colonial y republicana, y causaron que el
valenciano de alguna forma se conectara con la escena donde veía una imagen de la vida en
la que creyó, bien sea porque le fue impuesta, o porque quería verla.
La actividad teatral estuvo orientada para que coincidiera con ceremonias sociales y
representativas del Estado español; cabe destacar que la “teatralidad” en Valencia a través de
sus exhibiciones neoclásicas y el drama romántico, así como el lugar donde se desarrollaban
las actividades, en las calles y plazas, sirvió para reafirmar la identidad en los valencianos.
En 1730 todavía no existía una escuela pública en Valencia porque los intentos para
establecerla habían sido fallidos. En esta circunstancia, el Procurador General de la ciudad,
Julio Antonio de Rojas Queipo, decide reclamar la ausencia de un maestro de escuela que le
enseñara a leer, escribir y contar a la población infantil. Es así como en 1735 se funda la
primera escuela en Valencia, gracias a su solicitud. En esta escuela se impartió enseñanza
elemental. En 1789 se establecieron dos nuevas escuelas: una de primaria y otra de
secundaria, las cuales se mantenían con las rentas de la ciudad y las contribuciones de las
familias con alto poder económico.
En 1767, el Obispo Diez Madroñero bautizó las calles de Valencia con los nombres de los
pasajes del Nuevo Testamento. La calle Colombia se llamó entonces “la de la Traición de
Judas”. Había nombres más complejos todavía como la calle “de la Pasión y muerte de
Nuestro Señor Jesucristo” o “El llanto de las mujeres de Jerusalén”.
Vista de la Calle Colombia Calle Colombia, vista desde el Puente Morillo Año 1880
Proceso urbanístico
En 1839, la ciudad estaba constituida en una sola parroquia, pero en la parte sur ya existía la
iglesia de la Candelaria, cuya construcción fue iniciada por los isleños, mientras que, al
Norte, la iglesia de Socorro estaba en ruinas.
Para 1847 Valencia se dividía en dos parroquias, La Catedral y La Candelaria. En 1854 las
parroquias aumentaron a cuatro: La Catedral, El Socorro, La Candelaria y Santa Rosa. Años
después, al Norte surgió, en el recién abierto camino carretero hacia Puerto Cabello, la
parroquia de San José y en 1860, la de San Blas al otro lado del río, en dirección a Caracas.
Estas divisiones eclesiásticas y a la vez administrativas reflejan la expansión de la ciudad
fuera de su núcleo original, que todavía en el mapa de Codazzi tiene marcada las zonas a
poca distancia del centro como barrios en proyecto.
La catedral de Valencia.
Más tarde, en sustitución de la calle Colombia se formó otro eje en el sentido norte-sur, en
correspondencia del camino Naguanagua-Las Trincheras-Puerto Cabello. Esta calle, llamada
de la Constitución cuya extensión sobrepasaba treinta cuadras urbanas, se cruza con la
anterior en la esquina de la Plaza Mayor. Su consolidación fue favorecida en 1847 por la
apertura de la carretera Agua Caliente, de mucha importancia para Valencia que en esta forma
estaba bien conectada con su puerto.
Los límites estaban señalados por calles, de Norte a Sur la ciudad estaba comprendida desde
la calle Peñalver hasta la calle Arvelo. De Oeste a Este, se extendía desde la calle Aranzazu
hasta la calle Maitín, en San Blas. En el plano de Ernesto Luis Branger aparecían también
los parques de Valencia y entre las avenidas destacaba la llamada Guzmán Blanco,
correspondiente a la actual avenida Bolívar.
Ernesto Luis Branger Orzattoni, fue un agrimensor de origen francés, pionero del
desarrollo industrial en el centro del país específicamente en Valencia, fundador de Pastas
Alimenticias en 1883, Tenería "La Asunción" (1888), del apreciado Tranvía de Caballitos
(1895), Telares Branger, entre otros movimientos industriales y comerciales. También
participó en el proyecto del Acueducto de Valencia inaugurado en febrero de 1877 por
Antonio Guzmán Blanco.
El siglo XIX finalizó con el dominio de la cuadrícula trazada en el siglo XVI. San Blas quedó
más delimitado. Existía un sector industrial importante concentrado en La Quinta, sector
ubicado en La Michelena y la actividad financiera se amplió con la creación del Banco de
Carabobo. El plano de Valencia aún mostraba espacios vacíos hacia el suroeste, y la
continuidad en la ampliación de los límites de la ciudad hacia el norte se vio favorecida
porque se había logrado superar la barrera que representaban los cerritos Colorados, donde
se hizo la prolongación de la avenida Camoruco. Era evidente, en ese momento, que gran
parte de la cuadrícula había sido cubierta por construcciones, ya que ocurrió una expansión
de sus límites tanto al Norte como al Este de la ciudad.
La regularidad de las calles valencianas se extingue al este en las curvas del río Cabriales y
en el lado opuesto de las pendientes del cerro La Guacamaya, estribación de Guatapo. En la
base de estas colinas serpentea el camino del ganado, luego llamado "camino histórico de
Carabobo". Esta antigua pica, formada espontáneamente y convertida en el camino que
continuando hacia el Sur conduce a San Carlos, fue durante el siglo pasado y es en parte hoy
en día, el límite infranqueable de la ciudad o sea su periferia.
Uno de los avances más importantes en la historia urbana de Valencia fue la construcción
de la carretera Valencia-Puerto Cabello, inicialmente encomendada al general Agustín
Codazzi, quien entregó el contrato al ingeniero Alberto Lutowski . Sus cálculos del tiempo
empleado en la ejecución de obras viales, a través de terrenos accidentados, resultaron
sorprendentes comparados con lo que, en tiempos modernos y con ayuda de los recursos-
tecnológicos, se inviertió en la ejecución de apenas dos kilómetros de vía. Al parecer el
rendimiento de aquellos tiempos iba en relación directa con las necesidades y las limitaciones
de los presupuestos además que el terreno y la vecindad al río Agua Clara complicaban el
avance de cualquier obra, por lo que, en el caso de la carretera entre Valencia y Puerto
Cabello, las obras comenzaron en noviembre de 1841, a pesar de que estaban registradas
desde el primer gobierno de Páez. Dicha carretera fue puesta en servicio finalmente en 1853
pero ya desde finales de 1848 la vía era recorrida con normalidad por varios arrieros y
carreteros empleados de las Casas Comerciales Inglesas y Alemanas establecidas en Puerto
Cabello, las cuales necesitaban de la inmediata apertura de la vía para facilitar el completo
surtido de víveres a los detallistas de Valencia y sus alrededores. Esta vía fue el segundo
camino carretero en el país (después de la de Caracas-La Guaira) y para su construcción se
emplearon técnicas desconocidas en Venezuela para ese entonces, como la voladura de rocas
con pólvora, la compactación de rellenos y los primeros puentes colgantes.
Posteriormente en 1854 una epidemia de cólera invadió Caracas y se dejó sentir con igual
fuerza en Valencia, día tras día se registraron muertos ya que el estado sanitario, inclusive al
terminar la epidemia, fue muy precario y esto se refiere también a los hospitales tanto civiles
como militares. Todos estos problemas de salud fueron relacionados, directa e
indirectamente, con el abastecimiento del agua. Desde los tiempos coloniales una modesta
cantidad de agua era conducida desde las colinas al Oeste de la ciudad, esta situación se
mantuvo hasta la mitad del siglo XIX, a pesar de los estudios y trabajos que se emprendieron
en aquel momento para atender dicho problema. En 1851 se decidió una mayor concesión de
agua.
En 1840, Codazzi emprendió los primeros estudios del acueducto realizando un croquis de
la pequeña represa instalada en la Quebrada Los Cocos, pero dicho proyecto no se llevó acabo
en se momento debido a que la Diputación Provincial no disponía de fondos suficientes.
Las calles céntricas de Valencia fueron empedradas en más de una oportunidad por
empresarios privados. En 1854 José Landaeta pavimento la Calle Colombia en toda su
extensión. En la etapa guzmansista se creó la Junta de Plazas y calles. En 1880 se
pavimentaron 17 cuadras urbanas. Se decidió también construir un segundo puente sobre el
rio Cabriales, denominado La Quinta, bajo la dirección de 8. El día de la inauguración el
puente se hundió debido a un sobrepeso, pero fue reconstruido inmediatamente después del
incidente.
A partir de 1874 con ayuda de los ingenieros Mariano Revenga, Antonio Pineda, Lino
Revenga y Matías Paz se proyecta La Plaza de Guzmán Blanco con una superficie de 2.936
metros cuadrados que corresponden aproximadamente a un tercio de la manzana, en la
esquina de la Calle Colombia con la calle Comercio. La plaza se divida en cuatro partes
iguales y en el centro estaba la magnífica columna dedicada por la Legislación de Carabobo
al Ilustre Americano. Es de orden compuesto, estilo del renacimiento y está colocada sobre
un pedestal griego, sobre el capitel esta la base sobre la que ha de colocarse la estatua del
Regenerador de Venezuela. En el centro de cada una de los cuatros partes hay una fuente de
hierro, simbolizando las 4 estaciones del año. La plaza está cercada por una elegante baranda
de hierro hexagonal. El espacio estaba lleno de elementos que fueron componentes esenciales
del paisajismo o como se le llamaba del “ornato urbano”: rejas, faroles, bancos, árboles y
caminos trazados de forma geométrica representando la glorificación de Guzmán Blanco.
Este espacio urbano de Valencia se juzgó como un intento de colocar la ciudad a nivel de las
ciudades del gran mundo europeo. A partir de 1842 la plaza pasa a llamarse “Plaza Bolivar”
como muchas otras plazas del país que buscaban homenajear al Libertador. El 21 de
septiembre de 1887, Antonio Guzmán Blanco (presidente de Venezuela) en una decisión en
conjunto del general Hermógenes López3 (presidente del estado Carabobo), deciden
remodelar la plaza, dotándola de un monolito de mármol con una estatua pedestre en bronce
del Libertador. Dicha obra corrió bajo la dirección del Arquitecto Antonio Malaussena, quien
realizo la cual una vez culminada constaba de gradas, un pedestal de 4,5 metros y una
columna de mármol amarillo sobre la cual se ubica la estatua vaciada en bronce, que en total
mide 18,5 metros apuntando hacia el Campo de Carabobo.
Antoino Malaussena fue un importante arquitecto, hijo del ingeniero ítalo-francés Luis
Malaussena y de Paulina Levrero. Llega a Venezuela cuando niño y termina sus estudios de
bachillerato en el colegio Santa María de Caracas. Su padre lo envía a Francia para que realice
allí los estudios en la Academia de Bellas Artes, terminados con el posterior entrenamiento
profesional en Roma. Al regresar a Venezuela, desarrolla actividades de proyectista y de
constructor.
Otra conexión importante realizada durante este periodo fue la línea de ferrocarril entre
Valencia y Puerto Cabello. Dicha línea fue inaugurada por Guzmán Blanco el 18 de febrero
de 1888 y puesta en servicio el mes de abril del mismo año. Tenía una extensión de 54
kilómetros. La mayoría de su trayecto no superaba la pendiente de 3 y medio por ciento, sin
embargo, en el sector entre las Trincheras y la Entrada se llegaba al 8%. Esto obligó a instalar
en este tramo de la línea, el sistema de rieles dentados.
La estructura ferroviaria que unía a La Guaira con Caracas, los valles de Aragua, Valencia y
Puerto Cabello que anteriormente conformaban dos subsistemas territoriales con orientación
de flujos comerciales diferentes, ahora se unen en un solo ejes de doble dirección
favoreciendo por primera vez una mayor capacidad de intercambio tanto de productos como
de población, consolidando así una poderosa región dominante de la dinámica económica
nacional. Un viaje que anteriormente podía durar días entre Caracas y Valencia, dependiendo
de las condiciones de pluviosidad, ahora era posible hacerlo de ida y vuelta en un día, esto
contribuyó al fomento de viajes comerciales y recreativos entre las ciudades.
La población creció entre 1873 y 1891, favoreciendo a la ciudad que vivió un momento
estelar que llegó a ser denominado "la edad de oro de Valencia", por los avances registrados
en diversos órdenes de la vida de la ciudad. La huella del Guzmansismo se reflejó en la
construcción del Capitolio de Valencia (antiguo Beaterio de Valencia), centro administrativo
de la ciudad cuya estructura aún se mantiene, pero resulta difícil imaginar que estas huellas
hayan sobrepasado los límites que señalaba la cuadrícula original del centro histórico. La
disminución de la población entre 1891 y 1920 se debió a la situación que atravesaba el país,
que afectaba a la población en general. Las enfermedades, las endemias y epidemias y las
guerras civiles así lo determinaban. Como las condiciones de vida no eran favorables, a lo
que se agregaba la desnutrición y la escasa asistencia médica, es posible que existiera
regresión en la población.
Para 1875, la ciudad contaba con su primera biblioteca pública fundada y dotada por
Feliciano Acevedo. En 1890, el presidente Laureano Villanueva decreta la creación del
Museo de la ciudad.
Arturo Michelena, quien fue unos de los más importantes pintores venezolanos del siglo XIX.
triunfa en los concursos internacionales de pintura que se efectúan en París en 1891 con sus
obras"Pentesilea" y "El niño enfermo". Herrera Toro, otro importante pintor, decora el
plafond del Teatro Municipal, el cual posteriormente declarado Monumento Histórico
Nacional desde el 2 de diciembre de 1964 debido a "su gran valor arquitectónico, realzado
por el valor artístico de las pinturas, este plafond constituye una réplica del Teatro de la Ópera
de París, realizada por el arquitecto Antonio Malaussena. A su vez, Andrés Pérez Mujica,
que ingresó en 1889 a la Escuela de Bellas Artes, realiza en madera la escultura de Jesús de
la Buena Esperanza para la Iglesia de San José que se erige como parroquia en 1893, mientras
su obra más famosa “La Bacante" recibe un premio en la Academia de París. El teatro
Municipal, construido por el arquitecto Malausena, es elogiado por la prensa nacional debido
a la belleza de sus líneas. Su frente recuerda la Opera de París.
Plafónd del Teatro Municipal.
La última década del siglo XIX confirma a Valencia como la ciudad de la cultura y el
progreso. El hecho más resaltante es la creación de su Universidad en 1892, que ocurre en
medio de un entorno cultural de gran importancia.
En el campo de la educación ocurren dos hechos de importancia: En 1893 se funda el colegio
de Lourdes con religiosas de San José de Tarbes y al año siguiente abre sus puertas el colegio
Don Bosco, con los padres salesianos. Estos dos institutos van a ser importantes en la
formación artística de los valencianos. Las clases de pintura teatro y música en ambos
colegios, son verdaderas escuelas con características propias.
Puente Morillo
Puente de tres bóvedas con contrafuertes de diferentes diseños, según sea el lado del
puente que recibe la corriente del río Cabriales. Las aguas arriba tienen forma de
media pirámide muy esbelta, cortada longitudinalmente y un remate en forma de
punta de diamante. Las aguas abajo tienen la forma de medio cono, cortado también
longitudinalmente. En el nivel de la calle y adosados a las barandas existen bancos
corridos en toda su extensión. Es el puente más antiguo de Valencia, siempre fue de
gran importancia ya que era la comunicación de la ciudad con la vía hacia Caracas.
Comenzó a construirse en 1807 por la municipalidad, pero no fue sino hasta 1818
cuando el general Pablo Morillo llegó a la ciudad y puso especial interés en
terminarlo. En esta época la ciudad de Valencia estaba tomada por los realistas,
comandados por Morillo, quien por una lesión sufrida en combate tuvo que
permanecer convaleciente en la ciudad y fue en este tiempo que ordenó la
construcción con mano de obra patriota. En 1904 el arquitecto Antonio Malaussena
lo reconstruyó pues había sido seriamente dañado por una crecida del río Cabriales.
Valorado por su antigüedad, es considerado sitio de interés turístico y recibe gran
cantidad de visitantes. Se encuentra en regular estado de conservación. La institución
responsable de este bien está en la obligación legal de tomar las medidas necesarias
para conservarlo y salvaguardarlo, notificando al Instituto del Patrimonio Cultural
sobre sus actuaciones.
Forma parte del conjunto monumental del centro de Valencia que se desarrolla a lo
largo del eje de la calle Colombia. Fue construida a finales de siglo XVIII por Carlos
Tamayo, ganadero dueño de gran parte de los terrenos del norte Valencia y de toda
una cuadra de habitación en la calle Real —calle Colombia—. Este personaje fue
antepasado de Carlos y Juan Antonio Hernández de Monagas, quienes heredaron la
casa. En 1874, según decreto nº 2.082 de Antonio Guzmán Blanco, esta casa que
había sido expropiada por pertenecer a los bienes de la iglesia, es destinada para el
establecimiento del colegio nacional de niñas en Carabobo. Posteriormente, funcionó
por primera vez la Escuela Nacional Fernando Peñalver, en 1912, y actualmente
funciona la Escuela de Teatro Ramón Zapata. Fue declarada Monumento Histórico
Nacional el 16 de agosto de 1968 mediante Gaceta Oficial nº 28.704. La fachada
principal es asimétrica y los portones son originales, a la derecha una sola ventana
con poyo, tapa polvo, techo de madera y rejas metálicas romboidales del siglo XIX.
Tiene una sola planta, de tipología colonial, con un primer patio al cual se abren los
ambientes principales; otro patio de servicio y un traspatio o corral. A la izquierda se
encuentran cuatro ventanas iguales pero colocadas sobre una chambrana en relieve
de estilo barroco. Su volumetría es horizontal y contrasta con los portones y ventanas
cuyo patrón es vertical.
Fachada del teatro. Pag 71
Casa Museo General José Antonio Páez. Avenida Boyacá con calle Páez
La Casa de la Estrella
La Casa de la Estrella (el Hospital de Caridad) fue un edifico colonial importante por su
utilización como sede en el primer Congreso Republicano en 1812. Además, en dicho lugar
se reunió el 6 de mayo de 1830 el Congreso que decidió la separación definitiva de Venezuela
de la Gran Colombia y sancionó la Constitución que regiría la República independiente. El
conjunto originalmente ocupaba un área mayor de una hectárea y consistía principalmente
de los ambientes de enfermería y capilla alineados a lo largo de la calle Colombia, detrás de
ellos se extendía un amplio patio con arcadas de arcos rebajados, sobre columnas toscanas.
En 1808 fue levantado el plano del Hospicio que posteriormente tuvo varias modificaciones
y demoliciones parciales a lo largo del siglo XIX; se salvó la parte principal hacia el norte y
se sustituyeron varios elementos antiguos por los nuevos, menos logrados, como columnas
simples y los pórticos con arquitrabes en lugar de las arcadas. Igualmente fue modificada la
fachada cuyo aspecto actual es obra del siglo pasado.
Casa La Estrella, (antiguo hospital de Caridad), Avenida Soublette con calle Colombia.
Casa La Estrella.
El Mercado de Valencia
En 1844 la diputación de Carabobo ordenó la construcción del Mercado de la ciudad, otra
obra proyectada por Alberto Lutowski. Fue la mayor construcción del país en el período
republicano antes de las obras públicas de Antonio Guzmán Blanco. Según los planos del
ingeniero Lutowski, su superficie superaba los 4000 metros cuadrados. El mercado tenía en
sus tres lados externos veinte salones comerciales, cada uno de aproximadamente 50 metros
cuadrados de superficie. Cuatro entradas, dos en el largo frente a la calle del comercio y una
de cada lado corto, conducían a su interior dividido en 5 naves desiguales, de las cuales la
central tenía la luz de 16 metros. Del tamaño y de la forma de las columnas diseñadas en el
´plano, se puede deducir que las pilastras de esta nave central fueron de mampostería,
mientras que las otras podrían ser de madera, salvo los apoyos adicionales intermedios en la
nave central, que por su altura, eran seguramente de hierro. La gran pieza central está formada
por una combinación del sistema colgante, soportada por líneas de columnas de hierro en su
centro. La altura de esta pieza central, que es considerada una construcción elegante y
atrevida, mide en la parte baja de su armadura 7 metros y en la parte más alta 14, el sobre
techo del centro esta sostenido por pilares de madera que forman las cuñas que sirven de
refuerzos principales.
El mercado fue catalogado por la Diputación Provincial como un edificio de ornato a la
ciudad, al mismo tiempo que contribuyó notablemente a aumentar los ingresos municipales.
A pesar de su arquitectura y su importante función social y económica, el mercado no tuvo
una conservación adecuada, por lo que el edificio sirvió a la ciudad un lapso de 100 años.
En 1854 se proyecta la nueva cárcel de Valencia, que por falta de fondos, fue construida solo
en parte. Dicha construcción se resiente por la falta de capacidad para contener el número de
presos que siempre se encontraban en ella, a causa del procedimiento criminal que imperó en
aquella época.
Fue levantada en 1634 junto con el convento de San Buenaventura. Entre 1856 y 1857
fue reconstruida para reemplazar a la catedral de Valencia, mientras se concluían las
reparaciones a esta última. En 1858, y durante 6 meses, fue espacio para las secciones
de la Convención Nacional, convocada por el general Julián Castro tras el estadillo
de la Revolución de Marzo. Es una edificación de estilo español, adosada al antiguo
convento de San Buenaventura sin que exista comunicación entre ellos. Está ubicada
en una esquina donde precisamente se eleva la torre campanario rematada en cúpula
esférica y una cruz. La planta presenta dos accesos: el principal está orientado hacia
la calle Montes de Oca. Ambas puertas de madera en arco, y sobre ellas, dos ventanas
también en arco, delimitadas por pilastras y molduras que forman los arcos. Tiene
dos naves. La nave principal se encuentra cerrada por un muro que la separa del
convento; está dividida de la nave secundaria por una serie de columnas de sección
cuadrada y capiteles sencillos que forman cuatro intercolumnios con arcos de medio
punto. Las techumbres son de madera con sistema de pares y nudillos. El acceso
principal a la iglesia está jerarquizado con un pequeño frontis semicircular donde se
observa el escudo de los franciscanos y la imagen de San Francisco. Tiene un estilo
ecléctico dado por los elementos arquitectónicos introducidos a finales de siglo XIX
que acentuaron la expresión formal y decoración de sus fachadas. Fue declarada
Monumento Histórico Nacional según Gaceta Oficial nº 26.320 del 2 de agosto de
1960.
Fachada principal de la Iglesia San Francisco pag 42
Casa Alvarado
Fue construida en 1870 por Víctor Alvarado Unda como casa familiar, en la que permaneció
hasta que fue alquilada para distintos usos los cuales contribuyeron a su progresivo deterioro.
El acceso es a través del zaguán que se introduce al patio principal, de pequeñas proporciones,
encuadrado por corredores con ocho columnas de orden toscano; todos los espacios se
conectan funcionalmente por los corredores. Hacia el fondo existe otro patio donde se
desarrollan las áreas de baños y servicios. Posee techos de madera de par y nudillo, tejas y
muros de adobes. También pisos de panela, madera, ventanas y puertas ambas de madera y
vidrio.
Aunque fue construida en la época guzmancista, conserva la tipología funcional y formal de
las viviendas coloniales. Sus dos fachadas en esquina, resueltas en forma muy simple,
destacan las ventanas con repisa y guardapolvo, no tiene aleros, pero sí una cornisa sin
elementos decorativos.
En 1991 fue adquirida por el gobierno del estado Carabobo y rehabilitada para albergar
oficinas. Actualmente es valorada como patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Casa Alvarado. Avenida Montes de Oca con calle Colombia, N.º 101- 8
En este terreno estuvo la cárcel pública de Valencia que luego fue vendido a la municipalidad
en 1847 por Miguel Martínez; por falta de fondos no se concluyó la obra y sólo se edificó
frente al cuartel Anzoátegui. El resto del edificio se terminó en 1861. Bajo el gobierno de
Antonio Guzmán Blanco fue creada, por decreto, la Biblioteca Pública del estado Carabobo,
en 1875. En 1967 fue finalmente demolida y en 1986 se construyó la biblioteca. Se le asigna
el nombre de Manuel Feo La Cruz, en homenaje póstumo al ilustre abogado, profesor,
escritor y periodista carabobeño. La biblioteca cuenta con una variada dotación de
bibliografía. El edificio es un volumen en forma de cubo de cristal negro con las estructuras
a la vista en obra limpia con columnas cilíndricas. Tiene tres plantas, en la planta baja se
encuentran las oficinas administrativas, la biblioteca hispánica, galería de arte y sala infantil.
En el primer piso están los departamentos de humanidades, audiovisual, ciencias sociales,
literatura, ciencia y tecnología. En el segundo piso queda la hemeroteca estadal, funda lectura
y el archivo del estado. Es considerada la biblioteca principal de Valencia puesto que para la
comunidad Valenciana es la biblioteca más completa, importante y un orgullo del estado
Carabobo, cuenta con 6000m2.
Sede del rectorado de la Universidad de Carabobo, antigua estación terminal de la línea ferroviaria
Valencia- Puerto Cabello.
Universidad de Valencia
El 15 de noviembre de 1892, mediante el decreto firmado por Joaquín Crespo, Jefe del Poder
Ejecutivo Nacional y refrendado por el Ministro de Instrucción Pública M. A. Silva
Gandolphi, se crea la Universidad de Valencia. Su primer Rector Alejo Zuloaga E., había
luchado durante años por lograrla. Dos meses apenas, tardó su organización. En este tiempo
se realizaron reparaciones a la sede. "Sólo las paredes se conservaban cerrando un marco de
devastación y ruina" dice Zuloaga al dejar constancia del estado en que se encontraba el
edificio, que había servido de cuartel a las tropas de Andueza Palacio durante cuatro meses
y que penetraban en él con sus caballos. El 22 de enero de 1893 se declaró abierta
solemnemente con un acto iniciado en la Iglesia de San Francisco. El día 23 de enero se
abrieron las inscripciones y la matrícula n° 1 correspondió a Mariano Revenga. El rector
Alejo Zuloaga se inscribió como alumno para cursar Ciencias Políticas, también lo hicieron
otros miembros del personal docente.
Zuloaga, convencido del poder civilizador de la educación, llega a convertir la Universidad
de Valencia en un verdadero centro de ciencias, arte y filosofía. Dota los laboratorios de los
más modernos equipos de física y química y mantiene una biblioteca con más de siete mil
volúmenes, colecciones de periódicos y revistas, un museo y un majestuoso paraninfo.
Consolida para este centro de estudio el prestigio que se merece pero sobre todo declara: la
universidad es la verdadera escuela de la responsabilidad. Entre los primeros alumnos se
encuentran dos músicos muy importantes: Jacinto Sanz, sastre, flautista y director de la
Banda Santa Cecilia y Manuel Leoncio Rodríguez, una de las más grandes figuras de la
música venezolana, quien es violinista, pianista y compositor. Ambos músicos van a egresar
con el título de Dr. en Ciencias Políticas.
Esta edificación se ubica en una esquina frente a la plaza La Candelaria, en el mismo lugar
donde se construyó la tercera iglesia de la ciudad en 1782, en la época del obispo Mariano
Martí; sin embargo, a fines del siglo XIX fue demolida casi toda la estructura original y sobre
ella se erigió el templo que conocemos. Su planta es de tres naves separada por columnas
cilíndricas, con arco toral entre ellas; contiene presbiterio, nártex y coro alto. Alrededor de
las naves se encuentran siete capillas donde la gente ora y ofrece promesas. Al lado izquierdo
de la iglesia está ubicado el despacho parroquial. Su fachada principal es neoclásica y
simétrica, con dos torres del campanario techadas con cúpulas a los lados y en el centro un
pequeño frontis, toda rematada por una balaustrada. Tiene tres puertas en forma de arco sin
decoraciones y cinco cuerpos rematados en cúpula de media naranja. Posee varias columnas
adosadas imitando piedra de sillería y marcan los módulos en que está dividido el plano
principal, separan los accesos y las ventanas. Asimismo, tiene cinco ventanas con balcones
metálicos en la parte superior y dos con balaustres a nivel de las puertas. Su techo es de
concreto y su nave central remata con dos cúpulas, una contiene vitrales y la que está sobre
el altar mayor tiene pintado un fresco. En la parte superior del altar mayor se encuentra el
original de la estatua de Nuestra Señora de la Candelaria. La iglesia es un lugar de encuentro
espiritual de los feligreses de la parroquia.
Hotel Continental
Edificación de una planta, de finales del siglo XIX, ubicado en una esquina. La planta
presenta dos patios centrales encuadrados por corredores que conectan funcionalmente todos
los espacios. La fachada principal, que da a la calle Boyacá, es simétrica, con dos ventanas
del lado izquierdo y tres del lado derecho del acceso central. Las ventanas altas y estrechas
son típicas de las casas valencianas de esta época. La fachada lateral, hacia la calle
Independencia, presenta cuatro módulos con ventanas iguales y tres más pequeñas.
Presenta una sobria decoración formada por un ritmo modular marcado por relieves planos.
La puerta de acceso está destacada solamente por un arco carpanel. Una cornisa de molduras
rectas remata en la parte superior las dos fachadas. Es un establecimiento con larga
trayectoria en la ciudad estando siempre al servicio de los visitantes. Se encuentra en regular
estado de conservación.
Fachada principal del Hotel Continental. pag 48
Valencia es una de las ciudades más importantes de Venezuela, tanto que ha llegado a
disputar con Caracas el título de capital de la República en varias ocasiones. A principios del
siglo XIX Valencia era una ciudad consolidada con un desarrollo económico muy importante,
dada la prosperidad de los cultivos de café, cacao, añil, tabaco, caña y algodón cuyos
excedentes permitían el intercambio comercial con otras provincias y la exportación. Sin
embargo, por motivo de la guerra de independencia, el país quedó sumido en una crisis
económica que tuvo a su vez gran incidencia sobre el proceso de urbanización. Esta situación
de guerra llevó al gobierno a emprender una política de construcción muy importante. Una
gran dotación de equipamiento urbano y de obras públicas fue transformando a Valencia en
una ciudad mucho más limpia, agradable y moderna, dado que la gestión del Ilustre
Americano, tomó la iniciativa de construir plazas, acueductos, teatros y vías de
comunicación. Se puede afirmar que Caracas y Valencia fueron, en tiempo de Guzmán, las
ciudades más privilegiadas en cuanto a inversión en obras públicas se refieren; así fue a lo
largo del septenio (1870-1877).
El periodo de gobierno de Antonio Guzmán Blanco representó un momento crucial en el
desarrollo urbano de las principales ciudades del país, ya que la bonanza económica significó,
entre otros aspectos, cierta expansión espacial, la presencia de nuevos usos de suelos, la
redistribución de los usos ya existentes, la construcción de nuevas obras públicas y la
construcción de nuevas tipologías de viviendas, entre otros aspectos, tal es el caso de
Valencia; que se vio reflejado en las construcciones de sus numerosas obras públicas como
por ejemplo el mercado de Valencia, las plazas y el Capitolio. A nivel de infraestructura se
introdujeron las últimas innovaciones de la época como por ejemplo el alumbrado público,
primero de gas, luego de querosén y luego eléctrico y la construcción de nuevas vías de
comunicación, (caminos, carreteras, ferrocarriles, puentes) entre ellas la carretera Valencia-
Puerto Cabello; en apoyo a la actividad agrícola, a la articulación entre regiones, y a la
integración del territorio venezolano. Desde el punto de vista sanitario, con incidencia a nivel
urbano, surge la dotación de redes de servicios como por ejemplo la construcción de
acueductos para el abastecimiento del agua.
La arquitectura de Valencia durante este siglo se puede caracterizar por una modernización
de las instituciones de gobierno y el equipamiento urbanístico (capitolio-asamblea,
gobernaciones,), modernización y creación e infraestructura comercial para el ingreso al
mercado internacional (mercados) modernización y diseño de equipamiento educacional
cultural (universidad, escuela, museo, teatro,). Mediante todas estas modernizaciones el
tejido de la retícula fundacional comienza a modificarse adecuándose a las condiciones
geomorfológicas del lugar.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Fuentes bibliográficas:
Arquitectura y obras públicas siglo XIX. Autor: Leszek Zawiska. Volumen 2
Historia de Valencia (siglo XIX). Autor: Luisa Galindez. Fecha de impresión: 28 de
junio de 1984. Valencia.
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Polar.
Colección de libros GEO, tomo 3: Medio humano, establecimientos y actividades,
tomo 5: Geografía de la división político- territorial del país. Editorial: Fundación
Empresas Polar.
Inventario del Patrimonio Cultural del Estado Carabobo. Instituto del Patrimonio
Cultural, presidente: Profesor Juan Pedro Posani.
Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004- 2008, Región Centro- Oriente,
Estado Carabobo, Municipios San Diego y Valencia. Instituto del Patrimonio Cultural,
2008. Impreso en Caracas, Venezuela, año 2008.
Fuentes electrónicas:
http://wwwrescataybrralo.blogspot.com/2011/08/valencia-la-de-venezuela-
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https://es.scribd.com/document/256521631/acueducto-en-puerto-cabello-docx.
http://alquilerpordiasvln.blogspot.com/p/lugares-de-interes-historico-en-
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http://www.induval.gob.ve/descripcion.php.
http://historiadevalenciaysusforjadores.blogspot.com/2011/08/parte-ii-el-ideal-
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http://www.acading.org.ve/info/ingenieria/pubdocs/malaussena_levrero,_antonio
Fuentes hemerograficas:
revista mañongo nº 39, vol. xx, julio-diciembre 2012 pp 11-40 desplome del puente
“la quinta” sobre el río cabriales de valencia (1880) Autor: andrés eloy burgos.
historia urbana de valencia. crecimiento poblacional y cambios contemporáneos
(1547-2000). Autor: armando luis martínez.
la construcción de la carretera valencia – puerto cabello en el siglo xix. Autor: josé alberto
olivar