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Las fases que se realizan para poder dar un tratamiento adecuado al macizo rocoso
son:
Remocioí n de la vegetacioí n, troncos, raííces y capa vegetal del suelo asíí como
limpieza de fracturas y oquedades.
Excavacioí n de roca de mala calidad donde se presenten caracteríísticas de
deformabilidad alta y resistencia baja.
Inyeccioí n con mortero en oquedades visibles y detectadas en estudios
previos.
Si lo requiere se deben tomar otros tratamientos para la estabilidad y con el
fin de tener un terreno uniforme.
3.1) INYECCIONES:
Las formaciones rocosas pueden reforzarse con alguí n cementante, el maí s conocido
es el mortero o la lechada, cuando existen huecos o discontinuidades tales como
cavernas, grietas o juntas. La idea con esto es aportar un material fino de alta
resistencia para llenar estas discontinuidades y asíí tener un terreno firme y
continuo y que, a la hora de
aplicarle los esfuerzos, se
eviten problemas de
deformacioí n y permeabilidad
que provocan dichas
discontinuidades.
En presas, a menudo se requiere de inyecciones para sellar los canales que existen
entre los planos de fractura y a lo largo de planos de falla.
Los tuí neles pueden requerir mallas con inyecciones para disminuir el paso del
agua hacia el paso previamente de la perforacioí n.
3.2) ANCLAJE
Actualmente existen sistemas de anclaje mecaí nicos que en general tienen por
objeto el aplicar al macizo rocoso fuerzas de restriccioí n a los taludes o
excavaciones principalmente inestables.
Estos sistemas de anclaje pueden ser en general de dos tipos: tensado o de friccioí n.
La eleccioí n de cualquiera de estos dos sistemas depende baí sicamente de la
experiencia y preferencias del constructor o disenñ ador y las cualidades del macizo
rocoso.
3.3 DRENAJE
La fuerza de empuje que se genera por la accioí n de esta presioí n hidraí ulica sobre
las caras de los bloques, que es la subpresioí n, puede ser determinante para la
estabilidad, por lo que hay que abatirla o eliminarla con el uso de drenes en la
masa de roca.
Estos meí todos suelen ser los menos costosos para el tratamiento de un macizo
principalmente cuando se trata de la estabilidad de un talud. En general los
tratamientos para drenaje son tanto internos como externos.
3.4 INSTRUMENTACIÓN
Los paraí metros que se miden comuí nmente son la deformacioí n, las relaciones
carga-tensioí n, presiones hidrostaí ticas y niveles de agua, vibraciones del suelo,
deslizamientos etc. Los tipos de instrumentacioí n utilizados se describen a
continuacioí n en la siguiente tabla
a) En la instrumentación superficial:
Se miden principalmente las
deformaciones que se presentan en un
lapso y durante la excavacioí n con el fin de
detectar aí reas de peligro o deslave. Se
apoya principalmente en la topografíía de
detalle para detectar los cambios de
pendiente o depresiones del talud.
Tambieí n son necesarios extensoí metros
en los puntos de anclaje mediante una cinta para la medicioí n y control de
grietas en la pendiente o en el corte en general. Cuando los movimientos
son maí s grandes, se necesitan potencioí metros lineales.