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PAMPA LIBRE

anarquistas en la pampa argentina

Jorge Etchenique

Editorial Nexo-Amerindia/Universidad Nacional de Quilmes, Santa Rosa, 2000


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ÍNDICE

PRÓLOGO : UNA VERDAD HISTÓRICA ÉPICA Y GENEROSA – Osvaldo Bayer


INTRODUCCION

PRIMERA PARTE - “HIJO DEL PUEBLO, TE OPRIMEN CADENAS...”

* EL ANARQUISMO Y SU HIMNO INGRESAN EN LA PAMPA


* FERROVIARIOS EPICOS
* SIBERIANO
* ES EL TURNO DE LOS HACHADORES

SEGUNDA PARTE - EL PROTAGONISMO DE LOS BOLSEROS

* LA ORGANIZACION ANARQUICA
* LA FORA, EL COMUNISMO ANARQUICO Y LOS OTROS
* MEDIOS DE LUCHA
* LEGISLACION REPRESIVA
* ¿LA PATRIA?

TERCERA PARTE - “LA PAMPA LIBRE” . DESDE SU NACIMIENTO AL ATENTADO


I PRIMEROS PASOS

II DEL SINDICALISMO ESPONTANEO A LA AGRUPACION LIBERTARIA


* EL ATENTADO

CUARTA PARTE - LA ERA DE “PAMPA LIBRE”

* LA DESOCUPACION Y LA JORNADA DE SEIS HORAS


* CAMPAÑA PAMPEANA POR SACCO Y VANZETI
* “NO SEAMOS SOLAMENTE LIBERTARIOS...”
* LA LIGA PATRIOTICA Y EL “FASCISMO PAMPEANO”
* LOS PROBLEMAS DE LA ACCION DIRECTA
* AHORA, RADOWITZKY
* LA REPRESION Y EL GOLPE MILITAR DE 1930

ACAPITES

• UNA GIRA POR LAS LOCALIDADES


• “LO QUE QUEREMOS”
• ANARQUISMO Y SOCIALISMO
• ANARQUISMO Y EDUCACION
• LA CUESTION AGRARIA

FRASES DE LA PAMPA LIBRE

TEATRO ANARQUISTA. REPRESENTACIONES EN LA PAMPA


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HIJO DEL PUEBLO. EL HIMNO


PRÓLOGO

Una verdad histórica épica y generosa

Permítaseme comenzar diciendo que este es un libro completo. No sólo relata los hechos del
anarquismo en la región pampeana en torno a la publicación del periódico Pampa Libre sino todo lo que hace
a la historia de las actividades de los libertarios en ese suelo y además explica detalladamente qué encuadre
tenía esa ideología, sus diversas tendencias pero también su cultura.
Cuando uno lee este libro –con toda su profusión de datos- se pregunta ¿Por qué no se enseña todo
esto en los establecimientos de enseñanza argentinos? Porque aquí está la verdadera historia de toda esta parte
de la sociedad que llevó adelante sus ideales de dignidad. El motor de la dignidad. Ética. Porque si no ¿quién
o quiénes hicieron avanzar a las sociedades a una convivencia más justa? Fueron precisamente las
revoluciones en el mundo, los movimientos de protesta, la rebeldía de quienes se negaron a obedecer a
tiranos o a sus representantes –más o menos elegidos democráticamente- que terminan por obedecer siempre a
los poderes de siempre. ¿Por qué no se dice que las ocho horas de trabajo conquistadas en una lucha
incansable llevaron a una vida mejor, con más salud, con más tiempo para la cultura, para la vida familiar, y
para el florecimiento de sociedades más dignas? ¿Y a quiénes se debieron los éxitos para el logro de otros
derechos esenciales sino a los proletarios que salieron a la calle por reivindicaciones que hoy suenan como
sobreentendidas o que nuevamente se están perdiendo por la carencia de agrupaciones gremiales de lucha?
Aquí, en este libro, está ese aspecto fundamental de la vida de los pueblos estudiado en toda le región
pampeana. Etchenique es un historiador minucioso, objetivo, docente. No sólo trae los aspectos épicos de esa
lucha sino también los enfrentamientos, y los egoísmos en esas corrientes ideológicas, egoísmos originados en
el sectarismo de creerse algunos como los poseedores del pensamiento justo. Y sectarismo es no reconocer la
libertad del semejante, como sostenía Rosa Luxemburgo.
Cuando en el año sesenta escribí Los rebeldes de Jacinto Aráuz me llamó poderosamente la atención
la épica increíble que acompañó la lucha de los trabajadores del agro para lograr sus conquistas pero también
la brutal represión a que fueron sometidos esos obreros por las policías bravas del tiempo de Yrigoyen y
Alvear, amén de los anteriores gobiernos conservadores liberales y los posteriores del fraude patriótico.
En las páginas de este libro queda plasmada también la historia del lenguaje anarquista, con su épica,
sus ideales, sus llamados a la solidaridad y al altruismo. Y vemos claramente –sin necesidades de
aprovechamientos ideológicos- cómo las fuerzas policiales cuidaban el “orden”, pero claro está, ese orden de
los propietarios y los políticos se escondía detrás de grandes frases para cambiar todo pero no modificar nada.
Es patética la situación del “granero del mundo” cuando el corresponsal de La Protesta en Realicó escribe:
“De quinientos, de mil y tres mil los hemos visto mendigando trabajo, pidiendo pan… arrastrando su
orfandad, llena el alma de venganza”. Los desocupados, los trabajadores de los productos de la tierra muertos
de hambre. Pero no eran fáciles de derrocar. “Pan y trabajo, o muerte” era la consigna y agregaban el
infaltable “Viva la anarquía” mientras en los mítines de esas poblaciones que iban naciendo en las
extensiones sin horizonte se cantaba “Hijo del pueblo, te oprimen cadenas”. Y la visión de los que
comenzaron con la lucha en esas llanuras, a veces solos, contra los intereses de la sociedad establecida y sus
uniformados. Esos adelantados querían que “los reflejos del ideal” llegaran de sus compañeros de ideas de
Buenos Aires y reclamaban su presencia. Esos trabajadores agrícolas encontraron sus mejores aliados en los
hombres del riel, que eran los encargados de traer “el progreso” y con él las nuevas ideas de justicia. Y van
desfilando los protagonistas de aquellas palabras de socialismo y libertad que se conjugaba en la palabra
anarquía, que a la vez causaba estupor y miedo en los sectores del privilegio y en aquellos que intentaban
explicarse todo con la religión y el esperar la justicia en el Más Allá.
Tuve la suerte de conocer profundamente a Jacobo Prince, uno de los protagonistas de este periplo
histórico del anarquismo, que Etchenique le da aquí la importancia que merece. Prince soportó gran parte de
su vida en su cuerpo la irracionalidad de las heridas producidas por sus propios compañeros de ideas. Sin
embrago jamás lo oí quejarse de su suerte. Todo lo contrario, nunca quería hablar de aquel enfrentamiento. En
los últimos años estaba casi inmóvil pero de su cabeza brotaba un manantial de pensamientos acerca de la
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ayuda mutua y de la libertad. En tardes enteras analizamos juntos mi libro Severino Di Giovanni, el idealista
de la violencia, y su temor era que fuera falsamente interpretado por la juventud.
Se notaba que prefería el camino del diálogo y la comprensión entre los seres humanos, aunque
muchas veces desmayaba de impotencia ante la violencia que la sociedad impone. Los últimos años vivió con
su hermana cerca del local de la Federación Libertaria, en el barrio de Constitución. En una pobreza casi
extrema -que los compañeros de ideas atenuaban a pesar de su negativa- murió con su humildad forjada de
idealismo y total dedicación a la felicidad del prójimo. Orador de palabra combativa y bondadosa y periodista
claro y didáctico. Cuando uno pasa revista a tanto jerarca con mansiones, canchas de golf y aeropuerto propio
no puede dejar de pensar en hombres como Jacobo Prince, el austero, el probo, el insobornable. Ojalá que la
juventud pampeana alguna vez apoye poner su nombre a alguna calle o camino en esas tierras que lo vieron
actuar, en reemplazo de algún nombre de tanto militar genocida de los habitantes pampas originarios de esas
tierras. O de tanto político que huyó de sus responsabilidades ante el primer uniformado golpista.
También lo conocí a Siberiano Domínguez, el gran agitador. Se llamaba Severiano pero se hacía
llamar Siberiano en recuerdo de los mártires que fueron a dar con sus huesos en las mazmorras de la Siberia
rusa. De Siberiano Domínguez sólo diré : era la sal de la tierra. Creo que es la mejor descripción de ese
gaucho anarquista.
El lector encontrará en este libro hallazgos dignos del realismo mágico : el 25 de noviembre de 1917,
plaza Alsina de General Pico, acto del centro libertario “Eliseo Reclus”, el pacifista, cuyos integrantes
“estaban fortalecidos por la cárcel, unos, por los conocimientos adquiridos del ideal en poco tiempo, otros, y
llenos de valor todos”, según la cita del diario La Protesta.
Pero aquí viene el detalle que parecería ser imaginado por un poeta : en el acto habló una mujer,
Libertad Ferrini, quien disertó sobre “lo absurdo y criminal de la guerra y sobre el valor de instruirse,
constituyéndose en la primera mujer que desde una tribuna arengaba a la gente en esa región”. ¿No habrá un
artista plástico pampeano que recuerde a esa mujer en la plaza Alsina con algo alegórico? Libertad, el
hermoso nombre. Ese año 1917 murieron 26 obreros del campo asesinados por la policía. Luchaban por su
dignidad en tiempos que hasta el agua tenían que pagar las peonadas a sus patrones.
La lucha por condiciones dignas. Pero también la fe en la cultura. Por eso los conjuntos
filodramáticos en las sociedades obreras de oficios varios y en los centros libertarios y socialistas. Aquí no
podemos dejar de reproducir este párrafo de una crónica de La Protesta del año 1915 : “Alguien dijo en una
ocasión que el teatro es el libro en el cual pueden leer los analfabetos y estas palabras deberían quedar
grabadas en el corazón de todos los revolucionarios del mundo. Su estudio práctico nos demuestra el
provecho que podría sacar la causa revolucionaria del arte teatral”.
Por medio de las obras teatrales se trataba de instruir sobre injusticias y derechos y más, acerca del
manejo que se hacía de la ley, cuya “aplicación” estaba a cargo de los policías o guardiacárceles de turno.
Todo dicho en esta frase de una crónica de Pampa Libre : “sabemos que la ley es una meretriz que se deja
tumbar por el más poderoso”. Y justo esto es una de las cualidades de este libro : el lenguaje escrito, pero
también el idioma de las ilustraciones ya que reproduce una serie de grabados de las publicaciones obreras
libertarias de esa época.
Una época de luchas reivindicativas del campo, desde lograr un quilaje máximo de 70 kilos para las
bolsas para que las espaldas de los bolseros no quedaran destrozadas a los pocos años de oficio, como también
que el traslado se hiciera no al trote, como exigían ciertos capataces, sino paso a paso. Luchas a cara
descubierta porque las autoridades “elegidas por el pueblo” continuaban amparándose en las vergonzosas
leyes de residencia (4144 y de Defensa o Orden Social -la 7029-, sólo dejada sin efecto en 1921).
Testimonios son la documentación oficial que va apareciendo en este profundo estudio. Una muestra
la da el telegrama del comisario de General Acha a su colega de Jacinto Arauz : “Por disposición de jefatura
deberá Ud. tenerme al corriente del conflicto bolsero en ésa a fin de concurrir al primer llamado con tropa”.
Pero no por eso los federados aflojaban. El Congreso de 1902 de la Federación Obrera Argentina ya lo decía :
“el sabotaje y el boicot son de eficaces resultados para la causa obrera”.
Podríamos seguir detallando el gusto sí, la fruición, con que leí este libro con el hermoso título de
“Pampa Libre”. Pero vamos a detenernos aquí para que el lector comience ya con estas páginas que nos pone
otra vez en el camino del paraíso.

Osvaldo Bayer
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INTRODUCCION

Esta recopilación de hechos, situaciones y personajes del anarquismo argentino tiene una
delimitación precisa en el tiempo : desde el 1915 de la gran desocupación al 1930 del golpe militar,
pero su demarcación geográfica es más difusa y no podría ser de otra manera tratándose de una
parte de la inmensa llanura pampeana : La Pampa con sus recíprocas y anárquicas influencias con el
sur de Santa Fé, sur de Córdoba y el oeste bonaerense.
No se trata de un “anarquismo del interior”, pues las posturas sustentadas en este tiempo y lugar
tuvieron su correlato en la Capital Federal, pero sí de una línea de pensar y actuar cuyas referencias
anclaban en tres ciudades que albergan otros tantos puertos : Bahía Blanca, La Plata y Rosario.
Navegar a través de estos hechos significó descubrir un mundo asombroso por la intensa actividad
ideológica, gremial y cultural que se desplegaba hasta en los pequeños pueblos, como también
asombra el hundimiento que de ello realizó la sociedad en sus diferentes niveles de conocimiento.
Personajes de leyenda, epopeyas colectivas y hechos trágicos minuciosamente olvidados nos llevan
a decir, con palabras que José Saramago escribió en El año de la Muerte de Ricardo Reis, “hasta
parece que estamos contando la historia de otro país”. Entonces, tender un puente hacia tantos
sueños y esfuerzos, aún con sus errores, es también reconstruir la vida social que tuvo en los
“cuadros filodramáticos”, por ejemplo, una de las formas más conmovedoras de teatralizar la
rebeldía. Cierto, la negación de la memoria debe ser la menos ingenua de las negaciones.
El relato fue delineado –en sucesión temporal- por los corresponsales de La Protesta en la zona,
los estibadores que en 1921 produjeron volantes y afiches reveladores en el sur pampeano-
bonaerense, los redactores del quincenario “Ideas” de La Plata y esencialmente los grupos que se
sucedieron en la conducción de “Pampa Libre”, el periódico anarquista editado en General Pico
desde 1922 a 1930. El hallazgo de la mayor parte de los ciento cuarenta y siete números de este
último medio se produjo en el International Institute of Social History de Amsterdam.
Tanto como el relato de los hechos, interesó extraer de este material los aspectos doctrinarios que
se desprenden de las notas escritas por militantes y dirigentes medios, más allá de alguna referencia
a los “clásicos”, elegida por ellos precisamente para apuntalar sus pensamientos. Los términos y
conceptos que expresan los volantes fueron analizados a la luz de los congresos y encuentros
anarquistas que le dieron origen, mientras que en los acápites se refleja cómo analizaba la línea de
Pampa Libre las relaciones con el socialismo, la educación estatal y un tema clave para la zona : la
cuestión agraria, los sujetos sociales que se derivan de ella y cómo el anarquismo asumió estas
particularidades un tanto ajenas a su cotidianeidad de grandes centros urbanos. El conjunto de
aspiraciones a concretarse “el día después” de la revolución social está reservado a “Lo que
queremos”, denominación que le daban a sus utopías en las publicaciones y título además de un
texto de Enrico Malatesta.
Los planteamientos, dudas e interrogantes que expresaban estas personas en torno a una minerva o a
una estiba de bolsas de cereal, conservan toda su vitalidad luego de las experiencias del siglo XX.
Así, la desesperada búsqueda de una autonomía popular que no circule por la institucionalidad del
sistema, ¿nos señala una imposibilidad o un camino?. Por otra parte, la perspectiva de una
exaltación de la individualidad alternativa al liberalismo abre, al menos desde el punto de vista
teórico, nuevos horizontes de discusión.
El difícil equilibrio entre libertad individual e igualdad social, violencia y pacifismo, normatividad
organizacional y espontaneismo individual, es transitado por estos personajes para luego arrojar esa
tensión de contrarios hacia una vigencia que nos pesa.
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PRIMERA PARTE

“HIJO DEL PUEBLO, TE OPRIMEN CADENAS...”

El anarquismo y su himno ingresan en La Pampa

Los ecos de la gran desocupación de 1915, las conferencias de aquellos personajes que
recorrían los pueblos hablando en actos y conviviendo algunos días con los pocos
anarquistas del lugar, como asimismo la huelga ferroviaria de 1917, marcaron de alguna
manera el escenario de la aparición del anarquismo organizado en La Pampa. No es que no
hubiera anarquistas antes de ese año, lo que no había era organizaciones anarquistas. De
hecho, en el entonces Territorio Nacional circulaban rifas pro La Protesta (1), también
folletos y libros pedidos a ese medio por suscriptores de Van Praet, Santa Rosa, Quemú-
Quemú, Gral. Acha y Gral. Pico. Esta última ciudad, clave en la historia del anarquismo
pampeano, registra en 1915 el primer corresponsal de La Protesta en estas llanuras, Juan
Ferrini. La existencia de un medio afín y de alcance nacional como La Protesta, permitía a
los anarquistas locales comentar los hechos, pero no podían aún intervenir en ellos con
identidad grupal propia y menos aún influenciar en su desarrollo. Pero el socialismo sí
podía.
El corresponsal a que hacíamos referencia, consciente de esa inferioridad pero confiado
en que el futuro les pertenecía, afirmó al comentar el acto socialista del 1º de mayo de 1915
en Gral. Pico : “Esos señores se excedieron en el arte de embaucar incautos, pero
confiamos en que no siempre llegarán a obrar de ese modo. Ya les atajaremos el paso”. La
frase concluye con un ¡Políticos! a manera de insulto, de acuerdo con una concepción que
analizaremos más adelante en uno de los acápites y que a partir del año siguiente aplicarán
también al radicalismo, que apareció en La Pampa como partido tras asumir H. Yrigoyen su
primer mandato constitucional.
La forma en que hizo irrupción el anarquismo en las zonas más rurales del interior no
asumió sin embargo un molde único, ya que en algunos puntos como Cañada Verde la
punta de lanza fue una Asociación Pro Escuela Racionalista que adoptó las mismas bases
de la entidad similar que como Liga ya existía en Capital Federal. Lo que es común es el
momento histórico de aparición ya que antes de esta creación, en enero de 1916, “las ideas
anarquistas hace unos pocos meses eran completamente desconocidas” (2).
Cabe señalar que a nivel sindical, pocas organizaciones tenían algún grado de conexión
con la Federación Obrera Regional Argentina. Por ejemplo, la sección Gral. Pico participó
del 1º Congreso de la Federación Obrera Ferrocarrilera realizado en marzo de 1915, pero no
lo hizo –como tampoco otras de La Pampa- en el IX Congreso de la FORA, en ese mismo
año. Sí lo hicieron ferroviarios de Trenque Lauquen y Bragado (3). En realidad, haciendo un
breve balance de la presencia del interior en la FORA durante la década del 10, fueron las
federaciones de Mendoza, Tucumán, La Plata, Tandil y Rosario las que tuvieron una mayor
regularidad (4).
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Entre morir de inanición renunciando a utilizar la


fuerza propia y caer expropiando para seguir
viviendo, creemos que es mejor lo último

Corresponsal de La Protesta en Darregueira.


23.12.1915

En este contexto de voces anarquistas, nuevas en su zona pero rezagadas con relación a
Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca y otros grandes centros urbanos, irrumpió
dramáticamente la desocupación agraria de 1915, para escándalo de corresponsales a
quienes les resultaba “imposible hacer una descripción de lo que está ocurriendo
actualmente en La Pampa”. Aún así, las crónicas daban cuenta de los estragos del hambre,
los hechos de sangre y asaltos, también “imposible de enumerar” y la “represión policial
salvaje” (5)
De todos los corresponsales, fue el de Realicó quien con mayor periodicidad narró el
drama. “De quinientos, de mil y tres mil los hemos visto mendigando trabajo, pidiendo
pan...arrastrando su orfandad, llena el alma de venganza”, a la par que denunciaba choques
con la policía en dos localidades del sur de Córdoba : Huinca Renancó y “Buchardo”
(Hipólito Bouchard), donde fue asaltada y destrozada la estación y levantados los rieles. En
Chanilao (hoy Ojeda – La Pampa) los desocupados errantes quemaron dos vagones y
liberaron a sus compañeros detenidos por la policía. La situación en Vertiz era similar, con
el agregado de saqueos a negocios y “expropiación” de comestibles y ropa, mientras que en
Speluzzi los comerciantes accedían a entregarles artículos de primera necesidad (6).
A esta altura de diciembre de 1915, el deambular de desocupados cubría una inmensa
franja que abarcaba también a Bahía Blanca, Darregueira, Salliqueló, Catriló, Miguel Cané,
Gral. Pico, etc. y con la consigna “Pan – trabajo o muerte. Viva la anarquía”, el anarquismo
trataba de inducir a los sin trabajo a “tomar lo que les pertenece” (7). La alarma llevó a que
el escuadrón de línea quedara en custodia de la capital, Santa Rosa, en tanto que en Realicó
se concentraban todas las fuerzas de ese departamento. Desde esta última localidad se
informaba sobre los “síntomas de terror, de descomposición social, de luchas que se
avecinan...”. Este tipo de comentarios se hacían con más preocupación que esperanzas a
que la hambruna produjera algún tipo de avance en la conciencia de los desocupados, ya
que para los anarquistas, la “descomposición social” a que conduce la lucha desesperada
por comer abarca a todas las clases sociales, incluidos los participantes directos. En cuanto
a las víctimas fatales de los enfrentamientos de desocupados con la policía, Hilario de
Diago, Reclus de Diago, Vicenta Adrado de de Diago, Victoriano del Val, José Moreno y
Antonio Lopez, entre otros, firmaron en Quemú-Quemú una nota que denuncia la muerte
de varios “lingheras”.

Terminada en parte esta crisis de desocupación del capitalismo (8), que cíclicamente se
repitió diez años después , los anarquistas continuaban organizativamente débiles, tal es así
que las crónicas de los actos del 1º de Mayo de 1916 no incluyen a localidades pampeanas.
Lo que sabemos de ellos se debe a sus notas como corresponsales de La Protesta, es decir
que tenían más relaciones individuales con ese medio que entre sí. Una carta precisamente
del interior, nos da un indicio de los porqué : “La centralización de la propaganda
anarquista en la capital y grandes ciudades daba resultados mediocres...La campaña
permanece envuelta en una quietud aplastante y rodeada de espesas sombras. Hasta ella no
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llegan los reflejos del ideal, si no es por algunos ejemplares de La Protesta que uno o dos
compañeros radicados en pequeñas localidades hacen circular en reducido número de
lectores, y cuando de año en año, llega algún orador a hacer uso de la palabra por espacio
de una hora en la plaza pública. Después nada” (9)

Ferroviarios épicos

En una década en que ferroviarios y marítimos concentraron el mayor nivel de


conflictividad, nos detendremos en los primeros por la influencia contextual que otorgaron
a la acción propagandística de los anarquistas que, como vimos, era necesario
descentralizar.
La Federación Obrera Ferrocarrilera, nacida tras la huelga de maquinistas y fogoneros
de 1912, desarrolló al promediar 1917 un nuevo plan de medidas de fuerza, con
participación de La Fraternidad, lo que dio lugar a una huelga general en agosto de ese año.
Tras 24 días de paro, los obreros del riel de Gral. Pico habían acumulado un prontuario de
incendios de pilas de leña y vagones, levantamiento de vías, cortes de líneas telegráficas y
telefónicas y tuvieron una jornada épica.
En medio de la huelga general, se escuchó en el pueblo el inconfundible sonido de una
locomotora. La alarma se generalizó pues en esas condiciones de firmeza, no dejar pasar un
tren, el “no pasarán”, era una cuestión de honor. Al grito de ¡Compañeros, un tren, un tren!,
cientos de ferroviarios y sus familias y algunos vecinos se precipitaron a las vías donde
comprobaron que se trataba de una locomotora seguida a pocos metros por otra a la que iba
enganchada un coche. Todos se ubicaron en torno a las máquinas conducidas por
guardiacárceles y a sus máuseres. ¿Qué hacer, entonces, qué?. Jugados en la intransigencia,
no se movieron y más aún, las mujeres con niños en brazos se sentaron sobre las vías,
frente a la primera locomotora mientras que a prudente distancia de los fusiles, otros
ferroviarios levantaban las vías y deshacían los cambios con barretas, hachas, y cualquier
herramienta a mano.
Los conductores no venían solos. El coche tenía varias decenas de guardiacárceles que
se quedaron apuntando sin poder impedir la varadura del tren y la acción de los
ferroviarios, que se quedaron atónitos al observar que descendía del vagón el Inspector
Berdera, conocido personaje de la “policía brava” del Territorio y no suficiente con esa
sorpresa, detrás suyo lo hizo el mismísimo ¡Gobernador de La Pampa Central!. Ambos y la
custodia tuvieron que cubrir el trayecto a pié, un kilómetro, hasta Gral. Pico, desde donde
se empezó a planificar de inmediato la venganza de los humillados, en especial Berdera,
contra los culpables, entre ellos los anarquistas (10).

Dejaremos la venganza suspendida en el aire para conocer cómo se habían nucleado los
anarquistas locales y cómo ahora sí habían dado nacimiento a una organización. Una de las
opciones para descentralizar la propaganda era aumentar la frecuencia de las giras oratorias
y en ese sentido llegó a Gral. Pico desde Bahía Blanca una persona que tendrá una enorme
influencia en este trayecto de quince años de anarquismo en la pampa argentina. Siberiano
Domínguez, de él se trata, dio una conferencia en julio de 1917, luego dos más en los
próximos días por el grado de aceptación que tuvo la primera y en función del entusiasmo
que despertó, los anarquistas locales crearon un centro de estudios sociales, al que llamaron
“Eliseo Reclus” (11) y se comprometieron a organizar renovadas giras por otros pueblos (12).
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El primer “meeting” anarquista en La Pampa se desarrolló en la plaza Alsina de Gral.


Pico el 19 de agosto de 1917. En él habló nuevamente S. Domínguez, quien tuvo
chisporroteos verbales con el director de un diario local, con el corresponsal del diario
socialista La Vanguardia y hasta con un policía. Otro incidente, más pesado esta vez, con
trompadas y exhibición de armas, tuvo lugar cuatro días después en el transcurso de una
conferencia organizada por los socialistas para contrarrestar la influencia de Siberiano,
quien continuó su gira por Mechita, Bragado y Trenque Lauquen.
Un nuevo acto y velada se realizó el 15 de setiembre del mismo año y en esta ocasión S.
Domínguez estuvo acompañado en la oratoria por José Perano, quien también militaba en la
zona de Bahía Blanca, Ing. White y Punta Alta. La importancia de este acto quizás resida
en que por primera vez en La Pampa fue escuchado el himno anarquista “Hijo del Pueblo”
(13), cuya versión original, la creada por el catalán R. Caratalá, puede leerse en las páginas
finales de este trabajo. Su ejecución estuvo a cargo de la banda del Centro Verdi en una
velada que incluyó la puesta en escena del drama social “Hambre” y del boceto dramático
en un acto “1º de Mayo” de Pedro Gori. Pocos días después, en una nueva velada fueron
representados el drama “Fin de Fiesta” y el diálogo “Sin Patria”. De esta manera, también
se puso en marcha uno de los aspectos más conmovedores de esta historia : la actividad
teatral, que tendrá un desarrollo muy intenso en la próxima década, como uno de los
componentes de la propaganda anarquista (14)
Habíamos dejado una venganza pendiente. Durante la huelga fueron varias las hojas
que circularon por Gral. Pico pero no alteraron los nervios de nadie hasta que los miembros
del centro “Eliseo Reclus” reprodujeron en forma de volante el manifiesto “El Hombre
Libre”, lanzado en Buenos Aires. Fue entonces cuando se desataron las detenciones, entre
ellas a dos imprenteros. Los presos, seis en total, fueron despedidos por una multitud
cuando partieron a la cárcel de Santa Rosa, desde la que uno de ellos –Armando Dáttoli-
envió una carta que circuló de mano en mano por el pueblo. Ante la protesta por el
contenido meramente doctrinario del texto, la policía adujo que en realidad la causa debía
buscarse en otro volante en el que se amenazaba con incendiar la cosecha, “si era
necesario”, para que los gerentes ingleses de las líneas de ferrocarril accedieran a las
demandas de los ferroviarios. Pero resulta que los anarquistas negaron ser los autores y su
aparición quedó en el misterio. La amenaza, sin embargo, quedó instalada en la zona y en la
memoria tanto de los ferroviarios como de otros trabajadores. Un ejemplo de ello es el
manifiesto que varios obreros de Santa Rosa lanzaron en diciembre de 1917 en defensa del
pliego de condiciones que la FORA había establecido para todos los braceros del país. El
texto concluía así : “Y si los chacareros no quisieran aceptar este precio (8 a 10 pesos/día)
por las buenas, hay un eficaz remedio para conseguirlo. ¿Cuál? Ya lo sabéis, el...acordaos
de lo que harían los obreros ferrocarrileros” (15). De cualquier modo, solían usarse medidas
de fuerza para imponer el pliego : en diciembre de 1917 fueron quemadas en Gral. Pico las
parvas de un estanciero que tenía peones a dos pesos por día y en Winifreda, Toay,
Meridiano V, Tornquist, Médanos y otras localidades, fueron detenidos, revólveres en
mano, los carros de los chacareros que llevaban gente a bajo precio. Otras veces, la propia
unanimidad de los obreros agrícolas se transformaba en fuerza : en Eduardo Castex
directamente no salieron a trabajar por menos de lo exigido en el pliego de la FORA (16).

Pese a que el clima de violencia presagiaba nuevas represiones, los anarquistas seguían
con la misma fiebre propagandística. El 25 de noviembre de 1917 la plaza Alsina de Gral.
Pico fue escenario de otro acto organizado por el centro “Eliseo Reclus”, cuyos integrantes
11

estaban “refortalecidos por la cárcel unos, por los conocimientos adquiridos del ideal en
poco tiempo otros y llenos de valor todos...”. En su transcurso, Libertad Ferrini habló sobre
lo absurdo y criminal de la guerra y sobre el valor de instruirse, constituyéndose en la
primera mujer que desde una tribuna arengaba a la gente en esa región (17).
Para conjugar la agitación social que acompañaba el conflicto ferroviario, durante y luego
de su terminación, se combinaban las empresas con el accionar de la policía que detuvo a
Siberiano Domínguez en Rivera, precedido por otros apresamientos como el de Anderson
Pacheco en Rosario. Desde Realicó, por ejemplo, se denunció que “los ingleses” abrieron
listas negras y suspendían a maquinistas y foguistas desde esa sección hasta Ameghino, en
tanto que la policía disolvía una conferencia que había empezado a brindar un “forista”
llegado desde Gral. Pico (18). Este mismo corresponsal consideró a la huelga ferroviaria
como un fracaso debido a las transas de socialistas y sindicalistas, pronosticó razzias para
despedir a los que tomaron parte activa y denunció órdenes secretas de las empresas de no
recibir españoles “porque están marcados como revolucionarios, lo que es una villanía” (19).
Estas represiones provocaron nuevas huelgas, pero parciales. Así, al comenzar 1918, a la
vez que las empresas interpretaban a su manera el reglamento de trabajo, se produjeron
numerosos despidos en el Ferrocarril del Sud y en respuesta, huelgas en varias secciones,
entre ellas Guaminí, Ing. White y luego solidariamente en Quemú y Darregueira, del
F.C.Pacífico (20). Precisamente en esta última localidad, gendarmes llegados desde Bahía
Blanca practicaron detenciones, apoyando las suspensiones que ya había realizado la
empresa, lo que dio lugar a nuevas medidas de fuerza (21).

Siberiano

Como vimos, otra fuente de calor fue la actividad propagandística que desarrolló
Siberiano Domínguez. Pero, hasta aquí, ¿qué sabemos de él? En octubre de 1917 fue
apresado en Rivera y fue a parar entre rejas junto a trece obreros del riel. Está en manos del
Juez Federal F. Marenco de Bahía Blanca, muy ligado a las empresas ferroviarias, quien lo
procesó aplicando la Ley Social y a quien desafía en una nota que La Protesta dio a conocer
el 25 de febrero de 1918, dos días después que el Consejo de la FORA anunciara la puesta
en marcha de una campaña por su liberación.
El periódico En Marcha de La Plata, en su número del 1º de noviembre de 1919 –Nº 7 y
último- publicó una nota de aliento dado el estado de abatimiento que mostró el presidiario
ante sus compañeros que lo visitaron en el penal de Sierra Chica, desde el que fue
trasladado a San Nicolás. El firmante de la nota, Segundo del Río, uno de los oradores en el
acto del 25 de noviembre de 1917 en Gral. Pico, afirma que lo conoció precisamente en esa
ciudad y confirma que fue Siberiano el autor de las primeras conferencias anarquistas en
toda esa zona.
Un día antes que estallara la huelga ferroviaria, “la grande, la de veinticuatro días”,
salió de Gral. Pico para Rivera donde lo esperaban los compañeros que lo habían
convocado telegráficamente por asuntos de propaganda. “Con la captura recomendada en
Bahía Blanca, denunciado luego por los almaceneros de Rivera, Domínguez no podía
menos sino caer”, recuerda Del Río. El Juez Marenco lo condenó a cuatro años de prisión
en Sierra Chica y le abrió un nuevo proceso por otros cuatro, a cumplir una vez finalizados
los primeros.
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“Salud hermano y ¡viva! –por sobre de todos los jueces y a través de todas las rejas- ¡viva
siempre la Anarquía”, finaliza la nota.

Aunque el conflicto ferroviario fue apagándose, la organización anarquista que se formó


a su calor, permaneció. Durante 1918, la FORA contaba con entidades adheridas en Gral.
Pico y Darregueira (22), en tanto que un año después, la Sociedad de Oficios Varios de Gral.
Pico seguía ligada a la Federación, sumándosele la Sociedad de Obreros Ladrilleros de
Santa Rosa (23). De esta manera, una amplia zona del país quedaba relacionada con la
máxima organización sindical anarquista, de modo que no es de extrañar que otros sectores
del trabajo se sumaran al movimiento gremial :

Es el turno de los hachadores

Existen antecedentes de huelgas de hachadores en Conhelo y Guatraché durante la


primavera de 1917 (24), pero un pliego de condiciones firmado el 25 de diciembre de ese
mismo año a pocas leguas de esta última localidad, nos brinda la magnífica oportunidad de
observar cómo y desde dónde podía surgir la semilla de la organización gremial y algunas
condiciones de trabajo, con un estilo de narrar, propio de la época. Andrés Mendoza, un
obrero desocupado en Buenos Aires, vio en esa ciudad un aviso donde pedían trabajadores
para el desmonte de tierras de Fortunato Anzoátegui en Guatraché. Alojados en ranchos
“semejantes a abandonadas taperas” y conducidos al sitio del desmonte, los 800 obreros –la
mayoría de nacionalidad rusa- tomaron nota de que las herramientas y útiles entregados les
iba a ser descontado, del sistema de proveeduría en el obraje, etc. Mendoza habló con los
hacheros y en asambleas elaboraron un pliego de condiciones que revertía en parte las duras
condiciones impuestas. Uno de los puntos del pliego establecía que “el agua será
suministrada exenta de pago”, lo que comprueba está práctica de vender el agua a los
obreros. El pliego fue aceptado y en función de ello, Mendoza –autor del relato- escribió
estas palabras : “No debéis olvidar compañeros leñadores que también hemos dado
nuestro paso en la lucha en pro de la emancipación de la clase trabajadora, mejorando al
mismo tiempo un poco más nuestra suerte; hemos podido comprobar una vez más que al
solo gesto de cruzarnos de brazo, todos sin faltar uno, dejando al monte sumido en el
silencio, sin que se sienta la canción que en concierto forma la sierra con el choque
producido por la maza sobre la cuña de acero, el burgués, no pudiendo suplantarnos
porque éramos fuertes, acepta muestras proposiciones, y volvemos a empuñar el hacha, a
hacer renacer dentro del monte, la digna canción del trabajo” (25)

En las explotaciones forestales de los inmensos montes pampeanos de caldén, cuyo


destino era el ferrocarril, las huelgas tuvieron su continuidad en 1919 con el agregado de
actos de violencia armada protagonizados por la policía y hachadores que pugnaban por un
pago más equitativo de la leña, un trato más humano por parte de capataces y
administradores y por una mejoría de las condiciones de trabajo en los obrajes. Es que la
explotación era tan manifiesta que a la ausencia de horario fijo se sumaban los engaños en
la liquidación de haberes, las trampas en la báscula, descuentos por el uso de las
herramientas, carpas miserables en lugar de viviendas y el uso de vales canjeables solo en
la proveeduría propiedad de la empresa o concesionada por ella, lo que llevó a los hacheros
a denunciar que “eran explotados no solo como productores sino como consumidores” (26).
13

Al menos en dos de estos obrajes -Gamay a 20 km. de Gral. Acha y Anzoátegui en el sur
del entonces Territorio Nacional- se produjeron movimientos de fuerza desde julio a
setiembre de 1919. En Gamay el pliego de condiciones, presentado a la firma
norteamericana Woodward, propietaria del obraje, fue desconocido por ésta lo que
determinó varias huelgas, detenciones, enfrentamientos a tiros con la policía y
sometimientos a la “barra” (27). El movimiento fue motorizado por la Sociedad de
Resistencia de Obreros Hachadores, cuyo titular –José Sobradello- fue encarcelado junto a
Francisco Conti y Julio Diaz con posterioridad a las detenciones de los también españoles
Basilio Gonzalez, José y Manuel Iglesias y Celestino Rodriguez. Julio Diaz fue autor de
una nota publicada en “Germinal” (28) donde informa : “sabéis muy bien que el prepotente
burgués está procediendo sistemáticamente a la destitución de los que han destacado en la
propaganda”. Ante ello, la reacción fue agilizar la movilización gremial reforzando la
organización. “Si sabemos que la organización es el único baluarte capaz de contener la
avaricia capitalista, todos debemos concurrir a ella”, agrega.
En la aspereza natural del monte y en las no menos ásperas relaciones con
administradores, capataces, policías, etc. no era extraño el uso de armas, incluso para hacer
cumplir las huelgas, fundamento de las acusaciones de violar la ley 7029 de Defensa Social.
Así, en una asombrosa mezcla de razas y nacionalidades en la espesura del monte de
caldén, los infaltables españoles fueron acusados de obligar a dejar el trabajo –escopetas en
mano- a un polaco, dos alemanes, un austro-húngaro y dos “rusos”, autodefinidos como
“Alemanes del Volga” (29).

En Anzoátegui se desarrollaron en ese mismo año 1919 manifestaciones similares, con


acciones de sabotaje, y se tiene la certeza de que al menos en una oportunidad los dirigentes
de la huelga fueron convocados a “dialogar” en la Administración y una vez en la oficina,
la policía los condujo a uno de los vagones del tren propio que tenía el dueño de la doble
explotación forestal y salinera del mismo nombre, para ser trasladados a Santa Rosa –
distante 300 km.- para su juzgamiento directo, sin escalas ferroviarias ni jurídicas.
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N O T A S (Primera parte)

(1) La Protesta, el órgano de prensa más difundido del anarquismo argentino y único medio anarquista de
frecuencia diaria en el mundo. Nació en 1897 con el nombre de La Protesta Humana y en 1903 adoptó su
nombre definitivo. Estuvo vinculado durante mucho tiempo a los conocidos dirigentes Diego Abad de
Santillán y Emilio Lopez Arango. Fue el órgano “oficioso” de la FORA hasta la aparición de La Organización
Obrera en 1922.
(2) La Protesta. 01.01.1916
(3) La Protesta 15.02.1915 y Abad de Santillán, Diego. 1971. “La FORA, Ideología y Trayectoria.
Edit.Proyección.
(4) Idem
(5) La Protesta 19.12.1915
(6) La Protesta- 16.12.1915
(7) La Protesta 23.12.19l5. Durante muchos días de este mes, las marchas y padeceres de los desocupados
rurales fueron motivo de notas de tapa. En este mismo mes de 1915, se calculaba en 10.000 la cantidad de
hombres que deambulaban por el territorio pidiendo pan y trabajo, en medio de innumerables actos de saqueo
y choques con la policía.
(8) “La Primera Guerra Mundial puso fin a un período de euforia económica” (Di Tella y Zymelman),
motivando la escasez de productos básicos sin los cuales la economía no podía funcionar. Además, según
estos autores, se había agotado en la Argentina el período de expansión hacia nuevas tierras y la burguesía
agraria no deseaba evolucionar del tipo extensivo al intensivo en la explotación de la tierra. En este contexto,
la desocupación se explicaría por la “debilidad” en dos de los factores que más habían estimulado la
evolución económica antes de 1914 : el cese de la afluencia de capital extranjero y la disminución de la
demanda de productos primarios, en función de las nuevas condiciones económicas mundiales provocadas por
la guerra. Di Tella, G. Y Zimelman, M. 1973. “Las etapas del desarrollo económico argentino”.Paidos. A
estos factores habría que agregar el ininterrumpido arribo de contingentes de inmigrantes. De cualquier modo,
este tipo de conceptos eran para el anarquismo meramente descriptivos ya que para acceder a una explicación
debe explorarse en las dos columnas del capitalismo : la autoridad estatal y la propiedad privada.
(9) La Protesta 05.01.1916. La carta incluye una invitación a los intelectuales anarquistas a descentralizar la
propaganda y a incorporar a los desocupados como uno de los sujetos sociales de la prédica.
(10) La Protesta. 31.10.1917
El “gobernador” que bajó del vagón fue el Comisionado del Ministerio del Interior Isidoro Ruiz Moreno, en
esos momentos a cargo de la gobernación.
(11) Juan Jacobo Eliseo Reclus (1830-1905), geógrafo y anarquista francés, referente mundial en ambas
dimensiones de su vida. Fue uno de los dirigentes de la Comuna de París y es autor de numerosas obras,
algunas de las cuales fueron editada en nuestro país por Severino Di Giovanni.
(12) La Protesta. 20.07.1917. Nota firmada por Libertad Ferrini
(13) Como antecedente inmediato, en agosto de 1917 el himno “Hijo del Pueblo” fue entonado a coro en Ing
White, en la Sociedad de Obreros Portuarios, “el valuarte más potente contra la explotación capitalista en la
zona sud de la república”. La Protesta 07.08.1917
(14) “Alguien dijo en cierta ocasión que ‘el teatro es el libro en el que podían leer los analfabetos’ y estas
palabras deberían quedar grabadas en el corazón de todos los revolucionarios del mundo. Su estudio práctico
nos demuestra el provecho que podría sacar la causa revolucionaria del arte teatral”. La Protesta. 11.12.1915
(15) La Protesta, en su edición del 11.11.1917 publicó el pliego de condiciones de la FORA para todos los
braceros en el trabajo de trilladora, estableciendo jornadas de labor, sueldos, el trabajo a destajo y condiciones
de trabajo en la “corta” de trigo. Un mes después reprodujo el manifiesto firmado por “varios obreros” de
Santa Rosa por considerarlo ejemplar. Aquí se transcribe pues revela tipos de trabajo, aspiraciones, quiénes
eran los patrones, la ubicación social que los anarquistas otorgaban a los chacareros, etc.
“Estamos en vísperas de las rudas y brutales faenas agrícolas. Todo el mundo burgués, desde los señores
del gobierno hasta los chacareros, todos los especuladores de la banca y del comercio hasta el último
cerealista, tienen la vista fija en la gran cosecha. Mientras tanto, nosotros los trabajadores, ¿qué
hacemos?. Nosotros que roturamos la tierra, que abrimos el surco, sembramos el trigo...¿qué hacemos?.
¿Optaremos por someternos al capricho incondicional de los chacareros, sin antes estipular un precio
más racional, más elevado que los años anteriores? ¿No nos cuestan el doble...los artículos de primera
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necesidad? Entonces, ¿no es razón de todas las razones que nosotros cosecheros, dando pruebas de
dignidad y valentía, nos neguemos a empuñar la horquilla, si los señores chacareros o dueños de
máquinas no se dignan pagar los jornales que abajo señalamos? No crean que somos los primeros en
tomar esta resolución. En Uriburu, Gral. Pico, Mechita, T.Lauquen se han realizado magnas y públicas
asambleas en las que por unanimidad se ha resuelto no trabajar por menos de un jornal de 8 a 10 pesos
por día. Trabajadores, no olvidéis que para después de la cosecha nos espera la desocupación forzosa.
Entonces, a la lucha compañeros. Que nadie salga por menos de 8 pesos...
¡Arriba los corazones! ¡Viva la unión obrera! ¡Viva la solidaridad!”
(16) La Protesta 28.12.1917. Esta crónica fue aportada por Jesús Gómez, un curioso corresponsal viajero por
los pueblos del oeste bonaerense que junto a los hechos sociales describía desde cuestiones raciales hasta su
“descubrimiento” de que en Carhué hubo indios. Esto escribió sobre Rivera (Buenos Aires) : “Al bajar del
tren en este pueblo se siente de inmediato la sensación de encontrarse en un país extranjero; esta gente
conserva las características propias de su raza, las costumbres de su pueblo, sin que las haya modificado en lo
más mínimo; vive de la superstición religiosa...”. J. Gomez menciona en su descripción los carros-bateas, los
ancianos de “luengas barbas”, las mujeres “de carnes fofas, carne de burguesas que menean el anca como
lagartazas al sol” y no comprende cómo gente así haya realizado una revolución en su país. Con tales
términos se refiere a inmigrantes ruso-judíos que establecieron una colonia importante en Rivera a principios
de siglo, con ramificaciones en la vecina localidad pampeana de Rolón.
Por otra parte a Carhué, lo cita como “un pueblo que no ha mucho fue toldería de indios; lo denuncia la
cantidad de fortines que existen en sus inmediaciones. Hoy es toldería de negreros que comercian y lucran
con el sudor del pueblo”. Esta última frase es en referencia a la explotación de la laguna salitrosa. 21.12.1917.
Otro corresponsal de mucha vigencia en las páginas de La Protesta de esta época fue Máximo Tomé desde
Trenque Lauquen.
(17) La Protesta. 30.11.1917. En el acto también hablaron Gil, Bizzózero –de activa y trágica participación en
la década siguiente y Del Río, éste último sobre el pliego de la FORA para los trabajadores agrícolas.
Sobre el clima de violencia a que se hace referencia, téngase presente que pese a que 1917 fue un año de
“calma”, calificado así por Abad de Santillán pues todos estaban pendientes de la guerra, un total de veintiseis
obreros murieron ese año en enfrentamientos con la policía.
(18) Con la firma de “Igneo” desde Realicó, la nota que comenta la interrupción del acto, agrega “¡Viva la
patria! ¡Viva la bandera azul y blanca!, ¡Viva el art. 14 de la Constitución Argentina! Vivaaaa! ¡Viva la Ley
Social! Aj...puajj!”.
Como siempre ocurre en las huelgas importantes, queda un saldo de diferencias internas que en este caso se
prolongó en el tiempo. Este mismo corresponsal señaló las diferencias entre la F.O.Ferrocarrilera (la “Ferro”)
y la Fraternidad (la “Frater”), calificando a esta última como “diminuta aristocracia”, con actitudes de
“gentilismo”.
(19) La Protesta. 18.12.1917
(20) Marotta, Sebastián. 1960. El Movimiento Sindical Argentino. t.I. Edic.Lacio.
(21) La Protesta. 21.01.1918. José Alday, firmante de la nota, se lamenta que “en la lucha entre capital y
trabajo, el obrero se contenta con prácticas legales y pacifistas, en vez de contestar a la violencia con la
violencia”, pues “es de hombres fuertes y viriles el saber emplear los medios expeditivos que den vía libre al
progreso y estos son acción y sabotaje en gran escala”
(22) Almanaque del Trabajo para el año 1918. Biblioteca José Ingenieros. Buenos Aires
(23) Abad de Santillán, Diego. Op.cit,
(24) La Protesta. 02.10.1917
(25) Nota que firma el obrero Andrés Mendoza en La Protesta del 22.01.1918
(26) Germinal, órgano oficial del Partido Socialista de Santa Rosa, 31.07.1919
(27) Especie de cepo construido en hierro con aros en su interior que sujetaban los tobillos. Era usado en los
destacamentos policiales donde no había calabozo.
(28) Germinal, 21.08.1919, único medio de prensa importante que hasta ese año recogía opiniones de obreros
en conflicto. En su edición del 02.l0.1919 recibió de uno de los hacheros la denuncia de que la empresa
Woodward se ha convertido en un “feudo chaqueño” y de otro que “es necesario demostrar a esta empresa
yanqui que no está en tierra de negros”.
La situación de los hachadores siguió siendo de máxima explotación durante muchos años. Pampa Libre
(P.L.), en octubre de 1925 menciona los “métodos cuarteleros e ignominiosos” que se vivían en obrajes de
Rucanelo, Luan Toro, Boeuf, Conhelo, etc. En su edición del 10.11.1928 califica de “dolorosa y humillante”
la vida de los hacheros y describe la brutal explotación que sufren en la línea de desmonte de Ing. Foster (La
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Pampa) a Arizona (San Luis) del F.C.Oeste. El pago mísero por tonelada, las trampas en la proveeduría, el
uso de vales, etc. caracterizaban una relación laboral que nuevamente es citada el 30.07.1929 a propósito del
pago con vales ya que una ley lo prohibía, “pero sabemos que la ley es una meretriz que se deja tumbar por el
más poderoso”. Esta última nota está también localizada en Ing. Foster, el mismo paraje en que se basó el
escritor y periodista José Prado para escribir en 1943 cinco notas con denuncias similares que publicó
Noticias Gráficas con el nombre “La Fiebre del Caldén”.
(29) Expte. Nº 378- 5.09.1919 – Gamay – Fondo Justicia-Archivo Histórico Provincial-Santa Rosa-La Pampa
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SEGUNDA PARTE

EL PROTAGONISMO DE LOS BOLSEROS

La presencia anarquista que se manifiesta a partir de ahora en la región pampeana, se


traduce en la movilización gremial en sociedades de resistencia con una mayor relación
orgánica con la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) y en la actividad política
que desarrollaron agrupaciones libertarias en los pueblos. Ambas formas de organización,
algunas veces tuvieron una vida armónica y en otras, dieron cuenta de criterios opuestos
sobre cómo generar conciencia. Pese a estas diferencias, el movimiento fue protagonizado
por trabajadores, no atrayendo ni buscando incorporar a sectores medios del campo y la
ciudad.
Pese a los niveles de agrupamiento que lograron progresivamente los anarquistas en la
zona , a partir de una mayor frecuencia en las giras oratorias, de la agitación que acompañó
la huelga ferroviaria y las huelgas –aunque aisladas entre sí- que realizaron los hachadores,
es en el período 1919 – 1921 cuando la organicidad obrera alcanzó otra dimensión, fue el
estibador el protagonista principal de la conflictividad –continuó siéndolo varios años más-
y geográficamente el escenario se trasladó al sur de La Pampa.
Para concretar este análisis, dado que ahora sí la fuente documental fue elaborada en
estas tierras, consideraremos sintéticamente los hechos para luego realizar una
aproximación a su significado en relación a la génesis y resoluciones del anarquismo
argentino en sus congresos y encuentros, la consideración que le merecía el desarrollo del
movimiento en el interior del país y los efectos de la legislación represiva.

Los esfuerzos de los bolseros por conseguir mejores condiciones salariales y de trabajo
tampoco son nuevos. Hay registros de huelgas de estibadores en Rojas en febrero de 1916 y
en Ing.White/Puerto Galván, contra la casa Dreyffus, en ese mismo mes de 1917, pero
igualmente fueron más activos en 1919 para ir creciendo en intensidad hasta alcanzar su
pico máximo dos años más tarde.
En Vertiz, a raíz de una denuncia presentada por el inglés Jersi Carwardine, en enero de
aquel año la represión de una huelga de estibadores llevó a la cárcel a los españoles José
Barreto, Antonio Lopez, Pedro Cuello y Pedro González, detenido este último un día y
medio en un vagón de carga antes de ser trasladado a la comisaría.(1)

En Alpachiri, una huelga de estibadores terminó en junio de 1920 con el despido de


todos ellos por parte de la empresa Ferrocarril Pacífico y la casa acopiadora de cereal,
medida que se completaba con la expulsión del pueblo, a cargo de la policía. Pero el
movimiento se regeneraba rápidamente. En agosto de 1921, la subcomisaría allanó y cerró
un local que para la policía era un “centro anarquista” pero que en realidad era la sede de la
Sociedad de Resistencia de Estibadores desde donde se difundía el ideario del comunismo
anárquico (2). El allanamiento dio lugar a la requisa de volantes y afiches desde los que se
puede deducir algunas claves del movimiento en La Pampa como la dependencia orgánica
de este tipo de entidades gremiales sureñas de la Federación Obrera Regional Portuaria y
Anexos, adherida a la FORA Comunista, que agrupaba, entre otros, a estibadores tanto de
los puertos como de las estaciones ferroviarias. Dónde se imprimía todo este material ? A
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falta de testimonios directos, se puede tomar como un indicio la afirmación policial de que
estos volantes eran impresos en Bahía Blanca. Esta ciudad registraba ya una importante
trayectoria en materia de organizaciones y publicaciones anarquistas y es muy posible que
haya extendido su influencia sobre el sur pampeano (3)
La huelga de bolseros, acompañada de boicots a comerciantes del medio, despertó la
iniciativa policial porque en el caso de Alpachiri, la actividad sindical y política en 1921 no
se limitó al corto trayecto de transporte y estibaje del cereal en los galpones ferroviarios
sino que un grupo se quedó y abrió una sede con toda la intención de crear un centro
permanente. Este accionar provocó una ruptura de esquemas que el poder local no estaba
dispuesto a tolerar. En medio del desbande de la mayoría de los acusados, la policía detuvo
a Fortunato Fernández, Bautista Zelada, Manuel Blanco y Angel Santamaría, todos
españoles, acusados de promover huelgas, boicots y amenazas a carreros para que
suspendan el transporte de bolsas de cereal. También fueron detenidos José Sanchez y José
Alvarez Lopez, quien protagonizó un tiroteo con la policía tras atrincherarse en una chata
en los fondos de una vivienda. Según la policía, ambos formaban parte de un grupo que
pretendía tomar por asalto la subcomisaría para liberar a los detenidos. La idea de bolseros
asaltando comisaría sería retomada pocos meses después con motivo de los trágicos hechos
de Jacinto Aráuz.
El típico conflicto estaba centrado en el pliego de condiciones a ser firmado entre los
trabajadores agremiados y en este caso la casa acopiadora Cereal Deposit y Cía. con
intervención del ferrocarril, empresa que no se limitaba al transporte sino que era parte
interesada en el negocio y a menudo se constituía en co-empleador de bolseros (4). Para la
firma del pliego, el agrupamiento tomaba la forma de comité donde los anarquistas –y en
particular los españoles- ocupaban los puestos directivos. También entraban en escena el
jefe de estación, el capataz y la policía –citados expresamente en el volante de la FORPyA.
“A los obreros de la campaña”- conformando un bloque que los obreros sentían como muy
hostil a sus intereses. Estallado el conflicto, había sectores no relacionados con el poder
como los carreros y la cooperativa que nucleaba a los chacareros, a los que había que
neutralizar para que la huelga tuviera éxito. Se introducía aquí un espinoso tema, el del
enfrentamiento entre sectores objetivamente sometidos por el vértice mayor del poder que
eran las casas cerealistas, terratenientes y compañías colonizadoras. Por ejemplo los
carreros tuvieron, antes y después de estos hechos, experiencias de huelgas y movimientos
de fuerza contra el mismo sector que fue destinatario de los movimientos bolseros (5).
Por otra parte, desde 1919 eran muy intensas las acciones de las Ligas Agrarias,
mayormente vinculadas al Partido Socialista, con despliegue de vehículos por la campaña,
como lo atestiguan las acciones en Winifreda, Anguil y Castex, de amenaza a contratistas y
aradores que no paraban en jornadas de huelga resueltas ese año (6). Y existe un hecho
revelador : a todos, bolseros, hachadores, carreros, colonos, les aplicaban por igual la Ley
7029 de Defensa u Orden Social.
En esta época de 1921, el control social se intensificó. Un ejemplo de ello es el
radiograma de la Jefatura que en octubre recibió el comisario de Guatraché. En él se le
pide que “habiendo aparecido en el Territorio algunos individuos que bajo el pretexto de
una llamada ‘Convención Provincialista’ hacen propaganda subversiva incitando a la
rebelión, lo que podría inducir a error a personas incautas y trabajadores, exponiéndolos a
caer bajo la sanción de la Ley de Orden Social”, debía prestar la mayor atención vigilando
de cerca toda persona que pretenda reunirse sin el debido permiso (7) . Si bien es cierto que
los anarquistas no compartieron el ideal provincialista pues sería una contradicción abogar
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por la destrucción del Estado y preocuparse por un cambio de jurisdicción, el radiograma es


reflejo de la inquietud de las autoridades por el clima de agitación social que vivía en ese
año La Pampa y zonas adyacentes pues en Darregueira se produjeron hechos similares a
los de Alpachiri.

El 9 de diciembre de 1921, Jacinto Aráuz se constituyó en el centro de un conflicto que


por lo trágico de su desenlace pasó a ser el más conocido. También protagonizado por
estibadores que en número de 80 distribuidos en dos cuadrillas trabajaban en los galpones
del ferrocarril, el diferendo contó con los mismos actores sociales que en Alpachiri pero
con una diferencia : se produjo aquí el arribo de crumiros o esquiroles, es decir personal
contratado para reemplazar a los huelguistas, enviados desde la Asociación del Trabajo
filial Bahía Blanca. A este elemento irritante se sumó la actitud policial de conducir a todos
los bolseros a la comisaría a “dialogar” cuando en realidad el objetivo era desarmarlos a la
fuerza. Este engaño, comprobado por el Juez y explicitado en su sentencia como causa del
enfrentamiento que sobrevino en el patio de la comisaría, tuvo como saldo dos bolseros y
cuatro policías (dos oficiales y dos agentes) muertos y heridos en ambos bandos.
En el origen del conflicto hay también aquí un convenio firmado y no cumplido por las
casas cerealistas, pese a lo elemental de su contenido : peso máximo de 70 kg. para las
bolsas, su traslado a pié y no al trote y pagos extras para trabajos que no hacían a lo
específico del bolseado. Una conquista de los bolseros apenas tolerada era que el secretario
de la Sociedad de Resistencia era el capataz de la cuadrilla de federados, o sea un capataz
propio, designado en asamblea de los mismos trabajadores.
Los detenidos tras el choque armado fueron los españoles Gabriel Puiservel, Abelardo
Otero, José M. Martinez, Alfonso Las Heras, Teodoro Suarez (8)), José Estúa, Blas García,
Francisco Real y Benigno Mallabia, los argentinos Guillermo Prieto, Francisco Uballe y
José Muñoz, el uruguayo Exequiel Roldán (9), el árabe Luis Dojas y el cubano Manuel
Oyarsun, en tanto que fugaron el secretario y el delegado de la Sociedad de Resistencia de
Estibadores de J. Aráuz, Jacinto Vinelli y Ramón Machado. Ambos, junto a otros fugitivos,
fueron perseguidos por los montes del sur pampeano-bonaerense mediante partidas
policiales coordinadas por el comisario Juan Bianchi y financiadas por grandes casas
cerealistas y de ramos generales de toda la zona.
Los españoles indicados en los primeros cinco lugares y el cubano Oyarsun debieron
purgar tres años de prisión en Santa Rosa y Gral. Acha. En la capital pampeana recibieron
la solidaridad del Comité Pro Presos local, que pidió ayuda a las federaciones gráfica,
metalúrgica, marítima, ferroviaria y molinera y recibió la cooperación económica inmediata
de la Sociedad de Resistencia de Obreros Ladrilleros, en respuesta al llamado del Consejo
Federal de la FORA, en tanto que en Gral. Pico los delegados de secciones hicieron listas
de suscripción para suministrarles alimentos, ropa y medicamentos. También cooperó el
socialismo a través de su órgano de prensa “Germinal” y abogados de esa corriente que
ejercieron la defensa de los presos, los que por otra parte sufrieron toda clase de vejaciones
y castigos comprobados por los defensores y por Goñi, enviado a Santa Rosa por la FORA
para brindarles asistencia.
La conmoción que produjeron estos hechos determinaron una psicosis en las autoridades
de gobierno. La jefatura policial y la prensa vislumbraban “nuevas” comisarías asaltadas
(“nuevas” porque según la explicación oficial se trató de un asalto premeditado) tras
cualquier reunión de bolseros en el Territorio. Esta “caza del obrero” implicó la clausura de
locales de la Unión de Trabajadores Agrícolas (10), allanamientos de domicilios en
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localidades vecinas como Bernasconi, Villa Iris y Villa Alba (hoy Gral. San Martín), cuyos
delegados compartieron el desarrollo del conflicto, incluida la cárcel, junto a sus
compañeros de Aráuz. Al mismo tiempo y aportando a la alarma general, se dejaba
trascender que la agitación obedecía a “un plan general para realizar un movimiento
subversivo” (11). Ante la gravedad de este pronóstico, la jefatura dispuso el traslado a Alta
Italia de parte de las fuerzas que reforzaban Aráuz y desde Alpachiri se solicitaron
refuerzos a Guatraché por el temor de un ataque a la comisaría por parte de un centenar de
braceros que pugnaban por liberar un obrero detenido. Otro tanto ocurría en Caleufú y
Chanilao y en ese clima de tensión, numerosos agricultores abandonaron sus faenas hasta
tanto renaciera la calma. Lejos de ello, su sucedían los choques entre trabajadores y
capataces o patrones, con la acción adicional de civiles que operaban a la manera de
brigadas informales de la Liga Patriótica Argentina, en el comienzo de 1922. Algunos de
estos incidentes tuvieron un saldo de muertos y heridos y así lo hizo saber el quincenario
anarquista de Gral. Pico “La Pampa Libre” (L.P.L.) en noviembre de ese año : “La
reacción en La Pampa es un hecho desde hace meses. Se provoca, se prepara
sistemáticamente una nueva tragedia. En Barón, Quemú, Winifreda, Caleufú, Alta Italia ha
habido detenciones a granel. Protesta todo el pueblo contra esa persecución inmotivada.
Solamente un pueblo de capones no lo haría”.
“¡Para los compañeros de La Pampa no hay momentos de tregua!”, exclamaba por su
parte La Protesta, agregando que “la burguesía empieza a movilizar sus equipos
mercenarios y hay que esperarlos firmes y serenos para salirles al encuentro. Los primeros
tiros han sonado en el sur y el fuego se va extendiendo a los cuatro vientos. Parece que
quieren guerra...¡Hay que prepararse!”
Mientras que el epicentro de los acontecimientos parecía trasladarse al norte de La
Pampa, en J. Aráuz –luego de la forzada calma que sobrevino al enfrentamiento-, recién en
1923 aparecen indicios de actividad con la creación allí de la biblioteca “Francisco Ferrer”
(12), en tanto que los obreros de la estiba volvían tibiamente por sus derechos. Sin embargo,
desde los hechos de 1921 las autoridades habían aceitado los mecanismos de represión. Así
lo indica el telegrama que el comisario de Gral. Acha envió a su similar de esa localidad el
9 de febrero de 1923 : “Por disposición de Jefatura, deberá Ud. tenerme al corriente del
conflicto bolsero en ésa a fin de concurrir primer llamado con tropa” (13)

La organización anárquica

En el desarrollo de los conflictos relatados hasta ahora, no hubo mediadores,


intermediarios ni fueron buscados canales formales de mediación. La causa debe buscarse
en los principios del anarquismo aplicados en el plano sindical. En su tendencia al cambio
revolucionario de la sociedad y en oposición a las líneas reformistas o legalistas, utilizó la
acción directa, es decir zanjar el choque de intereses entre obreros y patrones sin buscar ni
permitir que el Estado arbitre. Esta fue la posición de la FORA, de cuyas resoluciones
extraeremos algunas ideas que tuvieron su resonancia en La Pampa.
La aplicación de la acción directa a ultranza no era fácil en el medio de una lucha pues
hay constancia de fuertes discusiones entre aquellos que apoyaban la búsqueda del Estado
como mediador y los que rechazaban esa postura, acusados a su vez de “líricos” (14).
21

Además de este concepto clave para comprender hechos que hasta ahora habían
transitado por la descripción, el léxico anarquista que contienen los volantes secuestrados
por la policía en Alpachiri, aplicado a las formaciones gremiales de bolseros, hachadores,
etc. en La Pampa, tiene su origen en el IV (1904) y sucesivos congresos de la Federación
Obrera Regional Argentina. Estos, a su vez, guardan similitud con las resoluciones de la
Federación Regional Española de la Asociación Internacional de Trabajadores (15) .
El IV Congreso dispuso que “los trabajadores de cada localidad se organizarán en
sociedades de resistencia y de oficios, constituyendo una sección de Oficios Varios para los
que por su escaso número no puedan constituir sección”. Esta forma de organización
permitió, entre otras cosas, el inicio de la actividad gremial en zonas alejadas de los grandes
centros urbanos (16), como es el caso de las poblaciones pampeanas. También se acordó que
todas las sociedades de resistencia de una misma localidad se organicen en una Federación
Local, ésta con sus iguales en la Federación Comarcal (17) y todas en la Federación Obrera
Argentina (18). Sin embargo, no siempre los eslabones se armaban en ese orden. En Gral.
Pico, por ejemplo, La F.O.Comarcal, donde predominaban los estibadores en las secciones,
se constituyó antes que la F.O.Local.
El Congreso otorgó al Consejo Federal un rol de “Centro de Correspondencia”,
marcándole así un límite para que no se constituya en un centro de “autoridad” que
contradiga los principios anarquistas. Coherente con estas posiciones, se hacía de la
autonomía un eje tan importante –y problemático- como el de la ausencia de autoridad
conferida al Consejo Federal. Así, se dispuso en ese mismo IV Congreso que la sociedad de
resistencia es libre y autónoma en el seno de la Federación Local, en la Federación
Comarcal y aún en el seno de la Federación Regional.
Pese a que la autonomía en tal grado podría llevar al aislamiento de las luchas como lo
demuestra en Alpachiri el caso de los bolseros con los carreros, la solidaridad de los
delegados y otros activistas de Villa Alba, Bernasconi y Villa Iris para con sus compañeros
de J. Aráuz, es demostrativo que autonomía no es mecánicamente sinónimo de soledad en
las luchas, pero estamos hablando de un mismo oficio en un sitio donde no hay constancia
que hubiera “sección” que lo conectara con otros. Además, las huelgas y boicots en la
Patagonia en esos mismos años fueron demostrativos de cooperación entre oficios. Por lo
tanto, para la comprensión de las situaciones de aislamiento de las medidas de fuerza,
deben incorporarse otros factores como el nivel de conciencia alcanzado por el conjunto y –
relacionado- el grado de organización logrado hasta ese momento. Nótese que en uno de los
volantes de la Sección Alpachiri se menciona a la Unión de Trabajadores Agrícolas como
nucleamiento de peones de estancia y de chacra, de hornos de ladrillo, conductores de
carros, hachadores, etc. Es evidente el intento de agrupar a los dispersos que aún por su
número no podían constituir sociedades por oficio, iniciativa que asume la “Sección”.
De cualquier manera y como en la mayoría de los temas, no era ésa la única visión del
problema aunque haya sido predominante en ese período. Internamente el anarquismo
ofrecía otras formas de encarar la organización. La Unión Comunista Anárquica Argentina
lanzó en marzo de 1921 un manifiesto (otro de los documentos requisados por la policía en
Alpachiri) en el que afirma : “Necesitamos los anarquistas que termine de una buena vez
esa forma aislada de organización; que concluyan esos llamados de los centros y
agrupaciones pidiendo ‘relacionarse’ con sus similares y que en definitiva no se relacionan
con nadie”
22

La FORA en el interior. Pese a estos reclamos que marcarían la contracara de la


organización autonómica, es evidente que el marco organizacional derivado del IV
Congreso dio sus frutos en el interior del país. A ello deben sumarse los oradores que
recorrían numerosos pueblos y la intensa actividad gráfica, lo que permitió a la FORA
diseminarse geográficamente, en un comienzo solo de la mano de trabajadores inmigrantes
para luego ampliarse a sus hijos nacidos en la Argentina y algunos criollos
Para la FORA, su sistema de organización “de abajo hacia arriba” era equivalente a
federalismo en el sentido más amplio, evitando el centralismo y el funcionamiento
burocrático y por lo tanto “que las cosas de la organización se encuentren en manos del
mayor número posible de militantes” (19).
La extensión al “interior del interior” fue también un anhelo que se propuso la U.C.A.A.
a raíz del cuadro de situación que presentó en el manifiesto a que hacíamos referencia. Una
asamblea de delegados formó un Consejo de Relaciones que se propuso “una positiva
relación con todos los compañeros de la región argentina a los efectos de que la propaganda
del Comunismo Anarquista tenga mayor extensión y sea más efectiva; para que el libro y el
folleto, el manifiesto y la conferencia no sean un privilegio exclusivo de centros populosos
como Buenos Aires, Rosario y Bahía Blanca”.

La FORA, el Comunismo Anárquico y los otros

En 1905, al año siguiente del IV, se realizó otro congreso fundamental. El V Congreso
de la FORA “aprueba y recomienda a todos sus adherentes la propaganda e ilustración más
amplia en el sentido de inculcar a los obreros los principios económico-filosóficos del
Comunismo Anárquico”. Obsérvese al respecto que la adhesión a la FORA manifestada en
los volantes de la Sección Alpachiri de la Federación Obrera Regional Portuaria y Anexos y
el agregado de “Comunista” tiene este origen y el ¡Viva el comunismo anárquico! al pié
refleja un alineamiento junto al V Congreso. Por otra parte, un carnet con esta misma
leyenda secuestró la policía en uno de los allanamientos posteriores al enfrentamiento de J.
Aráuz
Es que sindicalismo y pronunciamiento ideológico aparecen indiferenciados. El volante
de la Sección Darregueira promueve la constitución de sociedades de resistencia –la idea es
que sin organización no habrá mejoras-, pero a la vez incorpora a la misma lucha “construir
la nueva sociedad de los libres donde cada uno produzca según sus fuerzas y consuma
según sus necesidades”. Por otra parte, el volante de la Sección Alpachiri “Todos al
Sindicato” está dirigido a los trabajadores agrícolas de la comarca y es explícitamente
político al mencionar “la imperiosa necesidad de que la clase productora se organice
sindicalmente en un solo block, para implantar la sociedad comunista sobre las ruinas de la
sociedad burguesa”, al mismo tiempo que infunde la idea de que formar parte de una
humilde agrupación de trabajadores agrícolas es integrar un movimiento mundial, en un
momento (1921) en que para estos anarquistas en particular, aún “Rusia es la antorcha
revolucionaria que guía...”.
¿Qué se deduce de ello?
Antonio López, un historiador del anarquismo obrero, se pregunta “¿La FORA es un
movimiento obrero anarquista, o la recomendación del comunismo anárquico es
simplemente eso, una recomendación sin efectos de imposición?”. Responde que
predominó la posición de que la FORA fue un movimiento anarquista. También agrega que
23

polemizando con Malatesta, Emilio López Arango y Diego Abad de Santillán sostuvieron
que “si un sindicato es fundado sobre una base revolucionaria, ingresarán a él los que
reconozcan la orientación admitida, o simpaticen con ella” (20).
En los volantes que tenemos para referenciar, es evidente el acatamiento a lo dispuesto
en el V Congreso en cuanto a difusión de principios pero en el campo pampeano es
probable que no tuviera cabida la exigencia de simpatizar con ellos para ingresar a una
sociedad de resistencia, aunque sí para ejercer puestos de conducción.
La posición de unir lo sindical y lo político-ideológico dio lugar a que hasta los años 20
no surgieran organizaciones anarquistas específicamente políticas y por otra parte es la base
de una división entre la FORA “quintista”, partidaria de unir ambas dimensiones, y la del
IX Congreso realizado en 1915, que sostuvo la posición contraria a través de la siguiente
resolución : “...la FORA no se pronuncia oficialmente partidaria ni aconseja la adopción de
sistemas filosóficos, ni ideologías determinadas, cuya propaganda, de acuerdo con la
autonomía...no está vedada ni puede ser coartada en nombre de ningún principio de
restricción, sino, por el contrario, deberá permitirse la más amplia y tolerante discusión...”.
La FORA del V Congreso dispuso entonces agregar a su denominación la palabra
“Comunista” en un congreso extraordinario realizado en 1920, para diferenciarse de la
FORA del IX .
Pero hay otra cuestión y es la del rol que se le asigna al sindicato. En la Memoria
presentada por la FORA al Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores en
Berlín (1922) fija su posición de que el sindicalismo es un medio, un arma defensiva –son
sociedades de “resistencia”- frente al orden imperante. En ese marco, “nadie, ni siquiera el
sindicalismo, tiene derecho de abrogarse un papel ‘directriz’ en los períodos
revolucionarios “ y “nada tienen que hacer los órganos del sindicalismo una vez que la
revolución haya abolido el sistema capitalista y la dominación estatal”. De lo contrario, “la
empleomanía del Estado sería reemplazada por una burocracia sindical”. Hacemos esta
aclaración porque entre esta última postura, predominante en el anarquismo argentino de
este período, y el “anarcosindicalismo” hay marcadas diferencias, es decir no son lo mismo
(21).
Así como la FORA rechazó los sindicatos por industria y los promovió por oficio (22), lo
que se aprecia en la organización del sindicalismo en La Pampa en este período, mantuvo
asimismo posiciones muy críticas frente al sindicalismo puro (o neutro). El comisionado
por la FORA para conocer en Santa Rosa el estado de los presos de J. Aráuz, se llevó la
impresión que ésta era la postura de la Unión de Oficios Varios local, lo que le provocaba
“una vida raquítica” (23). Con respecto a otras corrientes, es conocida la calificación del
sindicalismo vinculado al Partido Socialista como legalista, reformista, “mejorativista” y
confiado en las maniobras parlamentarias. También la concepción de la FORA del V
llevaba a una marcada diferencia con el marxismo (24)
En el crucial año 1921, los anarquistas que trabajaban en estas tierras recibieron
seguramente los ecos de las divisiones que afectaban a la FORA Comunista alrededor, entre
otros, del siempre pendiente tema de la unidad del movimiento obrero. Uno de los
documentos secuestrados por la policía en el local de Alpachiri es un texto que alude a una
fuerte discusión en el seno del Consejo Federal que derivó en la separación de Antonio
Goncalves, ex secretario de la FORA Comunista y asociado al sindicato de pintores;
Sebastián Ferrer, ex subsecretario, representante de la F.O.Provincial de Santa Fé y
asociado también al sindicato de pintores y J. Vidal Mata, ex vocal del C.Federal,
24

representante de la Unión de Trabajadores Agrícolas (de la que fue fundador) y antes


secretario general de los obreros del puerto.
Esta doble vinculación de Vidal Mata, recordemos la dependencia de las secciones del
sur pampeano con la F.O.Portuaria, le daba un probable margen de influencia sobre éstas.
El documento en cuestión fue secuestrado al poco tiempo de su impresión con el nombre
“Un Proceso de Moralidad Sindical” pues tiene fecha 29 de junio de 1921 y en él se hace
una defensa de la unificación de las centrales obreras en un solo organismo, como también
de la Revolución Rusa, presente en los volantes de La Pampa. Por este motivo, Vidal Mata
era acusado de “camaleón” (25) infiltrado en el Consejo Federal.

Medios de lucha

En el contexto de acción directa a que hacíamos referencia, la FORA dispuso la huelga,


el boicot y el sabotaje como medios para arribar a lo dispuesto en el V Congreso. La huelga
general, vivada por la Sección Ing. White y Puerto Galván y el boicot declarado en
Alpachiri, son indicadores de formas de presión muy tratados en los congresos de la FORA.
El boicot (26) implica no consumir productos o algún servicio (por ej. un medio de
transporte, un restaurante o más frecuentemente una marca de cigarrillos) castigando así al
o los responsables de perjudicar a los obreros o bien a los que éstos consideraban
cómplices. Fue un medio muy usado y con el paso de los años mantuvo su vigencia como
lo demuestra el pie del volante de la FORPyA. “A los obreros de la campaña”. Sin embargo
y por escaso margen de votos, el boicot fue suprimido como arma de lucha por el X
Congreso de la FORA en 1928.
En cuanto al sabotaje, fue considerado por la FORA, especialmente en los primeros
congresos. El de 1902 (FOA) afirma que “el boicot y el sabotaje son de eficaces resultados
para la causa obrera y se propone emplear todos los medios a su alcance a fin de proteger a
las víctimas que ocasione la propaganda de este sistema de lucha” y los vagones quemados
en Anzoátegui son un ejemplo de su aplicación. (27) Hay que tener en cuenta que aún
tratándose de huelgas, la respuesta empresario-policial no solo incluía el encarcelamiento
sino la expulsión del pueblo, como ocurrió en todos los casos aquí analizados.
Como vimos en los conflictos de hachadores y bolseros, el uso de estos medios eran
decididos luego de fracasar la instancia negociadora que se iniciaba con la presentación de
un pliego de condiciones (28). Al menos en Gamay y J. Aráuz el conflicto se desató cuando
los patrones desconocieron el convenio firmado luego de la presentación de tales pliegos,
que por otra parte contenían reivindicaciones mínimas. Empero, para las clases restantes no
eran tan elementales. El diario santarroseño La Autonomía señaló : “Solo les falta pedirle a
los pobres agricultores una orquesta para que las faenas se hagan con música”, en respuesta
al pliego presentado por bolseros en 1922 en Winifreda con puntos como jornal, comida, no
dormir al descampado, etc. Como es histórico en estos sectores medios del agro, atribuían
su crisis a las desmedidas pretensiones de los obreros y a la propaganda “ácrata” por un
lado y por otro a los contratos “leoninos” y al elevado precio de los arrendamientos que les
imponían los terratenientes y compañías colonizadoras.

Legislación represiva
25

De la legislación nacional destinada a reprimir el movimiento obrero, le cupo a la Ley


7029 una intervención muy importante, tal es así que el encarcelamiento y juzgamiento de
dirigentes y participantes activos en las huelgas y boicots de bolseros y hachadores en La
Pampa, fue realizado haciendo referencia a esta ley. Así se expresa además en la carátula de
las causas sustanciadas por la Cámara del Crimen en Santa Rosa, donde se cita los nombres
de los procesados y seguidamente “Infracción Ley 7029 de Orden Social”. Pero su
aparición histórica estuvo precedida por otra, la Ley de Residencia.
Esta ley, que al parecer fue aplicada –entre otros- con un dirigente anarquista apodado
“El Baturro”, detenido en Gral. Acha alrededor de 1920, tuvo su origen en el creciente
número de obreros que nucleados en sociedades de resistencia protagonizaban conflictos
cada vez más violentos en los primeros años del siglo. Era tal la urgencia del gobierno en
responder a ese estado de cosas que en pocas horas promulgó en 1902 la ley proyectada por
Miguel Cané y cuya generalidad de términos dio lugar a la discrecionalidad en su
aplicación (29). La ley tuvo como respuesta inmediata una huelga general y los congresos de
la FORA tuvieron recurrente alusión a ella. Además y dada la importancia que tomó la
salida compulsiva de inmigrantes activistas, en algunas organizaciones como la
F.O.Comarcal con sede en Gral. Pico, el Comité Pro Presos adoptó el aditamento “y
Deportados”.
Ocho años después entró en escena la Ley 7029, precedida por la represión policial con
varios muertos y heridos, al mando del Cnel. Ramón Falcón, a la manifestación anarquista
del 1º de Mayo de 1909 en Plaza Lorea (Congreso), por el asesinato del jefe policial a cargo
de Simón Radowitzky el 14 de noviembre de ese año y por el “terror blanco” que se desató
en 1910 contra locales obreros, los diarios anarquistas La Protesta y La Batalla, el diario
socialista La Vanguardia, el local de la FORA, varios sindicatos y ya que estaban, barrios
judíos. Ataques similares ocurrieron en La Plata y Rosario, todo ello a pocos días del
centenario. De las “bandas patrióticas” que realizaron esos ataques, integradas por personas
de la clase alta porteña, empleados de gobierno, sirvientes, policías y militares de civil,
participaron también tres diputados, entre ellos Pedro Luro (30), quien en los años siguientes
intervendrá en entidades promotoras de la provincialización de La Pampa (31).
La Ley de Orden Social prohibía “toda asociación o reunión de personas que tenga por
objeto la propagación de la doctrina anarquista o la preparación o instigación a cometer
hechos reprimidos por las leyes de la Nación” (32).
De cualquier manera, la aplicación estricta a veces tropezaba con funcionarios judiciales
que hacían una particular interpretación. Así, en el juicio a los detenidos en Alpachiri, el
Fiscal de la causa desestimó a los testigos y pidió la libertad de los presos pues no se
alcanzaba a distinguir “un mero acto de propaganda gremial de lo que la ley llama
‘propagación de ideas anarquistas”. En un acto de curioso razonamiento y en referencia al
aspecto ideológico del conflicto, recordemos el año -1921-, afirmó que
“el comunismo es una forma avanzada, evolucionada diremos así, del socialismo y que comprende ya
numerosas tendencias con sus métodos y medios propios para alcanzar su finalidad, unos pacíficos y
evolucionistas, otros violentos o de acción directa como los llama la doctrina, de tal modo que decir
comunista simplemente no importa siempre decir un revolucionario. Así se explica que haya en el país
agrupaciones perfectamente organizadas y toleradas por el gobierno, que realizan propaganda activa,
lanzan diarios y volantes sin ser perseguidos por nadie. ..Lo único que fulmina la ley es el anarquismo, cosa
muy distinta del comunismo en sus propósitos, si bien tienen puntos de contacto” (33)
26

La Ley 7029 fue derogada en el 1921 al entrar en vigencia un nuevo Código Penal, pero
la represión policial continuó con igual o más intensidad aún en La Pampa post-Aráuz (34).

¿La Patria?
“La patria es un cuento”
L.P.L. 01.02.1924

Además de evidenciar la concepción anarquista de la educación y los educadores, en el


volante “Todos al Sindicato” se hace una clara conexión entre patriotismo y militarismo
(“un siglo de enseñanza burguesa en las escuelas ha fanatizado a los pueblos en una nueva
religión llamada Patria”) y la consecuencia de esa sumatoria son las guerras. Ambos
términos han sido tratados con profusión en los congresos y la prensa anarquista. Por
ejemplo el VI Congreso de la FORA consideró que “la militarización está en
contraposición con las leyes naturales y siendo el patriotismo un sentimiento localizado...”,
invita a la formación de una Federación Antimilitarista. En otro punto, aconseja a las
sociedades de resistencia que exijan se trabaje en los días de fiestas religiosas y patrióticas
“por cuanto no debemos respetar ninguna de ellas”.
En las antípodas de todo nacionalismo, la enemistad con la idea misma de Patria, cuyo
indicio estaba ya incorporado en la palabra “Regional” de la FORA, también tenía que ver
con el uso que de ella hacían los sectores dominantes, su brazo armado institucional y la
más informal Liga Patriótica Argentina. Precisamente, el volante “Al Pueblo Trabajador”
de la Sección Alpachiri, hace referencia a los mártires, entre otros, de Buenos Aires (por la
Semana Trágica de 1919 y el asalto al local de la Unión de Choferes en mayo de 1921) y
Gualeguaychú donde el 1º de mayo de ese año y con la presencia de su presidente Manuel
Carlés, la Liga Patriótica realizó un acto en oposición al de los obreros, el que fue atacado
por la caballería con un saldo de diez muertos y numerosos heridos. Todos estos
acontecimientos están coexistiendo con los fusilamientos de la Patagonia, la huelga de La
Forestal (35) y en el plano internacional, los primeros años de la revolución rusa y el inicio
en los EE.UU. del largo martirio de Nicolás Sacco Y Bartolomeo Vanzetti.
Hay que tener en cuenta además, que el anarquismo relaciona la simbología patria con
clase social (36), mediatizada por la educación estatal, y que el término está siempre a mano
para su uso en diversas circunstancias. Así, “la patria es el medio de que se vale el político
para que el pueblo crea en él, el burgués para que no se de cuenta de que lo explota, el
militar para que vaya manso y tranquilo al matadero” (37)
27

N O T A S (Segunda parte)

(1) Expte. Nº 66. 24.01.1919 – Vertiz – Archivo Histórico Provincial. Santa Rosa. La Pampa
(2) Expte. Nº 165. 13.08.1921 – Alpachiri. Idem
(3) La producción de publicaciones anarquistas en Bahía Blanca registra, entre otros, a “18 de Marzo”,
editada en 1898 en conmemoración de la Comuna de París; “La Agitación”-1901, “La Rivolta”-1902, “El
Changarín”, editado por la Asociación Anarcosindicalista de Obreros Portuarios de Ing. White, “Brazo y
Cerebro” y “La Favilla” del grupo L’Azione, ambos en la década del 20 y “Tierra Libre”-1932. Instituto
Internacional de Historia Social. Amsterdam.
(4) La co-responsabilidad de ferrocarril y casa cerealista en emplear bolseros está expuesta en una nota que el
subcomisario de Alpachiri envió a la Jefatura de Policía del Territorio en junio de 1920 anunciando los
despidos y quiénes los produjeron. Libro copiador Abril a Julio 1920. Fondo Policía. Archivo Histórico
Provincial. Santa Rosa.
(5) En Vertiz se constituyó en 1922 un sindicato de conductores de carros, adherido a la FORA -La Pampa
Libre (L.P.L.) Gral. Pico 31.08.1922- y en 1928 hubo una experiencia de huelga conjunta de estibadores y
carreros en Winifreda por motivos gremiales (La Autonomía. 08.02.1928)
(6) Expte. Nº 255. 13.05.1919. Fondo Justicia. Archivo Histórico Provincial
(7) Fondo Policía. Archivo Histórico Provincial. Santa Rosa.
(8) Teodoro Suarez tuvo posteriormente una extensa trayectoria en el sindicalismo anarquista. En 1952 fue
detenido por su participación en la huelga organizada por la Sociedad de Resistencia de Obreros del Puerto en
Buenos Aires. Fue además uno de los informantes claves que permitió a O. Bayer reconstruir los hechos que
publicó en “Los Anarquistas Expropiadores” con el nombre “Los Rebeldes de J. Aráuz”.
Otro de los detenidos, Luis Dojas, se quedó en la zona norte. En La Pampa Libre (L.P.L.) 15.04.1923 figura
como cotizante de una de las “listas” que circulaban para ayudar a Kurt Wilckens
(9) Aunque no es extraña la presencia de uruguayos en el campo pampeano de esta época, en J. Aráuz
adquirieron particular importancia pues desde 1900 se produjo una fuerte inmigración de esa nacionalidad,
vinculada al culto valdense.
(10) La Protesta. 14.l2.1921
(11) La Capital, diario de Santa Rosa. 10.l2.1921
La identificación con la subversión persistió aún cuando cedía el clima de tensión y solo en Metileo
continuaba la huelga de estibadores. “Cesaron los amagos de acontecimientos subversivos de varias semanas
atrás”. La Autonomía, diario de Santa Rosa. 13.01.1922
(12) Sobre Francisco Ferrer : “El 13 de octubre de 1909 fue fusilado en los fosos del castillo Monjuich
(Barcelona) el creador de la Escuela Moderna. Animó la pedagogía moderna de un contenido científico y
humano, desprovista de los contenidos de casta o de clase. Tuvo dentro del campo anarquista partidarios
como Grave y Kropotkim y contradictores como Ricardo Mella. Frente al pelotón de fusilamiento gritó : Viva
la Escuela Moderna”. Organización Obrera, órgano de la FORA del V Congreso. Buenos Aires. Octubre 1946
(13) Fondo Policía. Archivo Histórico Provincial. Santa Rosa. La Pampa
La nueva adhesión de la Sociedad de Oficios Varios de Alpachiri a la FORA en 1927 es un indicador del
impasse que se impuso en la zona sureña, luego de la fuerte represión post Aráuz
(14) La Agrupación Comunista Anárquica de los obreros del puerto de la capital, en su boletín del 12.05.1921
responde : “Líricos, sí; nuestra acción es lirismo puro; nuestros discursos, nuestras proclamas, nuestras ideas
son a base de lirismo, vale decir de decencia y decoro personal”. “....no habrá derrota más que para los que
han hecho de la organización obrera un modus vivendi”
(15) Lopez, Antonio. 1998. “La FORA en el Movimiento Obrero”. Tupac Ediciones. Buenos Aires.
(16) Lopez, Antonio. Idem
(17) Véase la firma de un Consejo Comarcal en el volante “A los Obreros de la Campaña” y que es comarcal
la federación con sede en Gral. Pico, editora de La Pampa Libre.
(18) La Federación Obrera Argentina nació en Buenos Aires el 25 de Mayo de 1901 en un congreso con
predominio de los anarquistas sobre los socialistas y en el marco de una intensa disputa ideológica que era
usual en los países europeos, de los cuales provenían los inmigrantes que a su vez tanta incidencia tuvieron en
el desarrollo del movimiento obrero argentino y, como vemos, en La Pampa. La FOA pasó a llamarse FORA
desde el IV Congreso. El aditamento “Regional” obedece a que las fronteras políticas, “nacionales”, solo
28

tienen sentido para la burguesía, en tanto que para los trabajadores los países son regiones de una misma
realidad.
(19) Memoria presentada por la FORA ante el Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores.
Berlín. 1922.
(20) López, Antonio. Op.cit.
(21) El anarcosindicalismo afirmaba que la edificación socialista sólo puede ser realizada por las
organizaciones económicas de lucha de los trabajadores. “Por esa razón, no vemos en el sindicato un producto
pasajero de la sociedad capitalista...” señala, a modo de ejemplo de esta posición, la Declaración de
Principios de la Central Libertaria Alemana.
La Pampa Libre. 01.12.1922, aunque aparenta coincidir, está en la otra vereda : “Muchos de los anarquistas, a
pesar de sus buenas iniciativas e inteligencia, caen en el error de no reconocer el valor de la acción sindical; y
digo que están en un error no porque yo crea que la acción sindical por sí sola sea lo suficientemente poderosa
para hacer la revolución social. No, pero es un medio de lucha que los anarquistas tendrán que aprovechar
para preparar la masa productora anárquicamente”.
(22) “...En Estados Unidos, en Bélgica, en Inglaterra, donde el industrialismo es la actividad principal, los
I.W.W. serían irremplazables porque obedecen a la organización industrial a combatir. Pero aquí, en países
agrícolas y ganaderos donde la industria incipiente da sus primeros pasos, ¿cómo basamentar los sindicatos
por industria? “...el menos peligroso bajo cualquier punto de vista es el sindicato por oficio autónomo en su
radio de acción”. La Pampa Libre. 15.12.1922
(23) La Protesta. 06.01.1922.
“Si no se persigue un fin, se acaba todo ahí nomás, en el sindicato”. La Pampa Libre. 01.12.1922
(24) Una de las diferencias con el marxismo estaba centrada en el concepto de “dictadura del proletariado” y
en el de “clase”. La FORA, en la Memoria ante la A.I.T.-Berlín, expresó que el problema no es el de la
liberación de una clase; es el problema de la liberación humana y este problema no se soluciona con la
dictadura de una clase sobre otra, sino por el contrario, será precisamente con la abolición de toda dictadura
como podrá solucionarse. Sobre la controversia con los marxistas, es ilustrativa una nota de “Libertad”,
órgano de la F.A.C. (30.04.1941) : “Es necesario que inspiren su táctica y sus métodos revolucionarios (los
marxistas) en un mayor sentimiento de libertad y que sobre todo renuncien a la pretensión de someter a la
revolución por la fuerza a un esquema apriorístico y dogmático...”. “Recojan la palabra viva y no la muerta de
su maestro. Recuerden que Carlos Marx aconsejaba a los socialistas que no lo interpretaran demasiado a la
letra, que lo aplicaran ‘en las condiciones históricas del momento”.
(25) “La aplicación de medidas de fuerza y la aceptación de la mediación y el arbitraje del Estado es lo que
se conocía en los primeros tiempos del sindicalismo como “acción de base múltiple” que utilizaban las
organizaciones obreras que eran consideradas por las anarquistas de amarillas y sus militantes motejados de
camaleones”. Lopez, Antonio. Op.cit.
(26) Dado que los obreros panaderos fueron muy activos en el sindicalismo anarquista, las panaderías fueron
blanco frecuente de boicots. Ejemplo de ello es el propiciado por la Sociedad de Resistencia Oficios Varios de
Santa Rosa contra la panadería “El Centenario” en junio de 1925 y el aplicado a la panadería “La Silenciosa”
de General Pico en setiembre de 1926.
(27) Quizás por iniciativa espontánea de obreros agrícolas y no por acatamiento a consignas de la FORA, hay
tempranos registros de sabotajes. En 19l6, en J. Aráuz fue incendiada una trilladora propiedad de Alejo Griot
y del uruguayo Juan Pedro Viñas, mediante la acción de explosivos. También parvas del alemás Federico
Manglus. Un ataque similar se produjo en Trenel en la misma época contra pertenencias de José Abate.
La introducción de nueva tecnología en la maquinaria agrícola también motivó espontáneos ataques
incendiarios contra ellas, por parte de braceros desesperados.
(28) Las organizaciones brindaban importancia al hecho de no comenzar el trabajo hasta que el pliego esté
firmado, como lo demuestra el volante de la FORPyA. “A los obreros de la campaña”.
(29) “El Poder Ejecutivo podrá ordenar la salida del territorio de la Nación Argentina a todo extranjero por
crímenes o delitos de derecho común” y agrega en términos no menos difusos : “...la salida de todo extranjero
cuya conducta comprometa la seguridad nacional o perturbe el orden público”.
La Organización Obrera, órgano de la FORA, en una edición de agosto de 1946 recordó la sanción de la Ley
de Residencia así : “El ‘gringo’ o el ‘gallego’ deben venir a estas tierras de promisión a trabajar como una
bestia, estándole vedado el traer ideas renovadoras que rocen siquiera los privilegios. Si así no lo hiciera, si
aparte de traer sus brazos y fecundo trabajo, portara en sus alforjas de inmigrante sueños e ideales de justicia
y libertad, será considerado un ‘indeseable’, con el pasaporte listo para que emigre forzada y violentamente a
otras tierras”
29

(30) Corbière, Emilio J. 1975. “Socialistas y Anarquistas (1880-1910)”. Crecimientos y Desequilibrios.


Centro Editor América Latina. p.54
Sebastián Marotta (op.cit. t.II. p. 73) también cita a Pedro Luro como uno de los participantes del terror
blanco junto al barón Demarchi, el Dr. Aubone, el capitán Lara y los también diputados Carlos Carlés y Juan
Balestra.
(31) Los provincialistas tenían del anarquismo una consideración que no difería de la que expresaba la clase
que ocupaba el poder económico. El diario La Autonomía, en su edición del 18.07.1919, con motivo de una
asamblea a la que la policía tardaba en otorgar permiso, afirmó : “No hay que confundir las convocatorias de
la juventud argentina con las reuniones tenebrosas de esa gringada ácrata que ha invadido nuestro país.
Nuestras autoridades sabrán hacer los distingos...”
(32) El art. 25 de la la Ley 7029 fue el instrumento más usado en los sumarios policiales y en los juicios de la
Cámara : “El que por medio de insultos, amenazas o violencias intentase inducir a una persona a tomar parte
de una huelga o boicot, uno a tres años de prisión”. También se fijaba esa pena para quienes hicieran
“apología de un hecho o de un autor de un hecho que esta ley prevea como delito”
(33) Expte. Nº 165. 13.08.1921. Alpachiri. Archivo Histórico Provincial. Santa Rosa
(34) Al anunciar la detención de Robales y Ramírez, delegados en gira por la F.O.Comarcal, La Pampa Libre
del 15.11.1922 afirma que “suprimidas las leyes del viejo código, los burgueses demuestran que no precisan
de ellas para perpetrar...”
(35) “Los trabajadores de La Forestal (Chaco), en abril y mayo de 1921, fueron masacrados y derrotados en
medio de la pasividad suicida del proletariado argentino, trabado por la ‘entende’ resuelta en los recientes
congresos”. Abad de Santillán, Diego. Op.cit. Por “entende” se refiere a los acuerdos unificadores entre las
FORA del V y del IX Congreso.
(36) “Los trapos nacionales de los ricos...” en celebración del 25 de Mayo. La Pampa Libre 01.06.1923.
“Las banderas nacionales, con sus diferencias ridículas...”. P.L. “Abajo las Armas”. 20.10.1924
(37) L.P.L. 01.02.1924. Estas últimas referencias a La Pampa Libre son indicadoras de que el tema
permaneció en el tiempo, con frecuencia vinculado al militarismo. El 15.12.1926 se seguía acudiendo a
L.Tolstoi : “Cuando pienso en todos los males que he visto y que he sufrido, procedente de odios nacionales,
reconozco que todo eso reposa sobre una grosera mentira : el amor a la patria”.
30

TERCERA PARTE

“LA PAMPA LIBRE”


DESDE SU NACIMIENTO AL ATENTADO

“La Pampa Libre : He ahí una


frase que simboliza todo un
poema de una sociedad futura :
¡La Anarquía1”

Juana Rouco. Necochea


L.P.L. 31.08.1922

I - PRIMEROS PASOS

El 15 de agosto de 1922 y con un lenguaje muy llano, hizo su aparición el quincenario


La Pampa Libre, impreso en un local alquilado de Belgrano (calle 20) Nº 996 de Gral. Pico.
En el primer número sólo se anuncia como Periódico Quincenal Anarquista, aunque sus
redactores explicitan su organización de pertenencia –“Los que integramos la FORA...”- y
desde el segundo número está inserta la leyenda “Organo de la Federación Obrera
Comarcal con sede en Gral. Pico”, junto al logotipo de esa organización. Su primer
administrador fue Juan Enrique Stieben (1), un maestro recibido en la Escuela Normal de
Paraná, firmante de las notas sobre educación, en defensa de la escuela racionalista y sobre
la “vida lingheril”, a menudo en base a cuentos breves. También fue orador en actos
anarquistas, tanto en esa ciudad como en otras localidades del norte pampeano, durante los
dos años que siguieron a la fundación del periódico
La impresión se realizaba en una Minerva con 20 años de uso y a la que “los intensos
trabajos de reparación la han reducido a fierros viejos” (2), lo que determinó la apertura de
una suscripción para la compra de una nueva. Pero aún así, la situación era descripta con un
sentido épico : “Nuestros fierros son nuestras máquinas y nuestras máquinas son una vieja
Minerva y un burro con sus 8 o 9 cajas. Y la cosa marcha. Desde que el día amanece
hasta a veces entrada la noche, la Minerva echa sus alegres chirridos, mientras que
silenciosamente una a una se van parando las letras, las palabras, los párrafos y al fin
queda listo el artículo” (3)
L.P.L. tuvo siempre relaciones con “Ideas” de La Plata, una publicación quincenal
editada por el Centro de Estudios Sociales de la capital bonaerense, que tuvo su primera
edición en agosto de 1918, también fue “agrupación” con ese nombre y en su momento
organizó veladas y suscripciones en beneficio de su colega de La Pampa. Aún antes de
nacer L.P.L., Ideas mantenía contactos con anarquistas de Quemú, Gral. Pico, Villa Cañás,
Chabás y Santa Rosa. La intervención de uno de sus militantes y redactores , Jacobo Prince
(4) en el quincenario pampeano se produce en la edición del 15 de junio de 1923, donde
comenta con su firma la honda crisis por la que atraviesan las luchas sindicales –con una
intencionalidad que luego analizaremos- y la ausencia de resistencia seria al capitalismo.
31

En ese mismo número, se anuncia una gira de Prince, “de ‘Ideas”, por La Pampa norte, lo
que nos lleva a ubicar su presencia en ese momento y no con anterioridad. Efectivamente,
al cumplir el primer año de vida y con una tirada de l.000 ejemplares de cuatro páginas,
L.P.L. incorporó no solo a Prince sino a Isidro Martínez, artífices de una mayor circulación
y extensión del periódico.
Tras esa primera nota, Prince multiplicó sus aportes en L.P.L. y brindó conferencias en
diversos pueblos, pero cabe observar una relación que no es casual. La misma edición que
marcó el comienzo de su actividad redactora, fue a su vez la última con el logo de la
F.O.Comarcal y la leyenda “órgano de...”. En la siguiente fue reemplazada por
“Quincenario Anarquista Pampeano” y paralelamente se producen algunos cambios : el
lenguaje se hace menos campechano, se realizan críticas al mal uso del lenguaje en la
propaganda anarquista y en las notas se observan menos palabras que hacen al trabajo
cotidiano de la estiba y del campo en general. Hay además más difusión de la actividad de
las bibliotecas y de la literatura gauchesca (M.Fierro, Fausto, Juan Moreira), a la par que se
nota un permanente esfuerzo por erradicar el naipe, el alcohol y los juegos en los hábitos de
los obreros. También se mejoró la calidad del papel y se anuncia la creación de un centro
cultural en Gral. Pico (5), todo ello “con vistas a la creación de nuevos valores morales” (6).
Por otra parte, el modo de dirigirse a los trabajadores no es desde el interior de sus
trabajos, sino desde fuera : “...todos los obreros saben hasta el cansancio que a pesar de sus
esfuerzos, nunca han logrado mejoras económicas efectivas” (7)
Una iniciativa interesante es la que se pone en práctica en esta etapa. Se trata de una
pregunta a los lectores : ¿Por qué no es Ud. Anarquista? y las respuestas son comentadas
en cada edición, brindando así la oportunidad de demostrar que en la mayoría de los casos
el rechazo al anarquismo obedecía a la ignorancia, un argumento que reforzaba la prédica
emprendida en ese momento para valorizar la propaganda.
En diciembre de 1923, el periódico extendió de 4 a 6 páginas sus ediciones y en el
próximo número, Isidro Martínez reemplazó a J.E.Stieben en la administración.
De los personajes que transitaron por La Pampa Libre en esta primera etapa, ya sea
escribiendo o bien por que sus actividades se vieron reflejadas en sus páginas, cabe
mencionar, además de los nombrados, a José Pampin, un hombre que ya en 1920 mantenía
correspondencias con “Ideas” y que fue nombrado en 1923 para representar a la
F.O.Comarcal en el congreso de la FORA. Luego, desde Chanilao o desde Gral. Pico
acompañó o co-promovió (no todos lo hicieron) los cambios políticos que experimentó la
publicación. También Juan Crusao que publicó en L.P.L. sus “cartas gauchas”, inicialmente
dirigidas al aparcero Soisa de Trenque Lauquen, Siberiano Domínguez, autor y coautor
junto a Anderson Pacheco de varias notas desde la cárcel de Bahía Blanca, Filadelfio
González , Pablo Berthelot con su “Evangelio de la Hora”, las firmas de José Prat, Pancho
Vía, etc.
La recaudación que permitía cubrir gastos de edición provenía de la venta de ejemplares
y también de veladas tanto teatrales como de cine y pic- nic a beneficio, en todos los casos
con riguroso balance de entradas y salidas en el número posterior. Al respecto, es llamativa
la actividad teatral que realizaban los “cuadros filodramáticos”, en especial “La Nueva Era”
de Castex, que en octubre de 1922 puso en escena “El Pobre Hombre” y “Madre Tierra” (8)
en el Bar Centenario de Gral. Pico, a beneficio de L.P.L. “La Nueva Era” representó
nuevamente “Madre Tierra” en febrero de 1923 para el fondo de ayuda a Kurt Wilckens y
en setiembre de ese año hizo lo propio con “Hijos del Pueblo” de R.Gonzalez Pacheco,
“Redención” y el “Teniente Cura”. En Metileo el “Cuadro filodramático” se llamaba “Luz
32

en el Sendero” e interpretó “Fin de Fiesta” y el diálogo “Sin Patria” de Pietro Gori en junio
de 1923, junto con la primera conferencia –al menos anunciada- de Jacobo Prince en La
Pampa, en tanto que el 1º de mayo de 1924 llevó a las tablas “1º de Mayo” (9), también de
P. Gori y “El Sembrador” de R.González Pacheco. En Darregueira, el cuadro tenía por
nombre “Rosa Luxemburgo” y al menos en mayo de 1924 interpretó la obra “En Familia”
de Florencia Sanchez, en una velada de propaganda anarquista. En Quemú - Quemú, un año
después dio comienzo su actividad el cuadro filodramático “Hacia el Porvenir” con una
programada oratoria sobre anarquía en los entreactos o bien junto a conferencias sobre un
aspecto determinado como ocurrió en julio de ese año con el tema régimen carcelario. En el
caso de Quemú y tal como ocurriera en Castex, el cuadro filodramático fue el embrión de
una agrupación anarquista con el mismo nombre. En materias de “cintas”, se proyectaba
“Trabajo”, “Naná” y “Germinal”, que reflejaban obras de E. Zola.
R. González Pacheco, un prolífico autor, estuvo en La Pampa y Río Negro y tomó nota
de un hecho natural que tuvo consecuencias sociales : la gran crecida del río Colorado de
1914, que reflejó en su obra de teatro “La Inundación”, estrenada el 29 de octubre de 1917
por la compañía de Pablo Podestá en el Teatro Nuevo de Buenos Aires y representada
también el 11 de diciembre de 1920 en la Opera Italiana de La Plata. Incursionó además en
la poesía y como expresión de las esperanzas que despertaba en el anarquismo su
desparramo en abanico desde los grandes puertos hacia la llanura pampeana, escribió El
Canto Nuevo, publicado por Pampa Libre el 25 de julio de 1925.

¡Canto de la verdad; alma y empuje


de los tiempos de luz que se avecinan,
dispersando las sombras que se alejan
como una procesión de pesadillas...

Metal sonoro que retumba al viento,


que rezongando por la Pampa emigra,
como una clarinada intensa y honda,
que fuera estremeciendo las cuchillas,
y haciendo crepitar montes y selvas,
en un incendio de sonoras chispas!...

¡Canto de la verdad; lengua de bronce,


que habla a los pueblos y a bregar incita
por la conquista del Ideal más alto,
que vieran las centurias; que abre vías
al porvenir de amor que soñamos
los locos anarquistas;
que prende en los cerebros regias alas,
y visiones de triunfo en las pupilas,
que baja en los tugurios e interroga
todo lo que es dolor y es ignominia
y recoge en haz esos quebrantos,
y en plena cara a la Maldad, le grita
su canto de Verdad, su Canto nuevo
hecho con todo el odio que cobijan
bajo las mudas cúpulas craneanas
las irredentas, las eternas víctimas!

R. González Pacheco
33

En algunos lugares como Gral. Pico, los destinatarios locales de estas veladas eran los
que menos concurrían, despertando las iras de L.P.L. contra los que sucumben al pasatismo.
También objetaba la indiferencia tratándose de un fin benéfico. Claro, “si nuestro objeto
hubiera sido el beneficio material, Tom Mix, William Farum, Chaplin o Perla White nos
hubieran acarreado dolars” (10), se lamentaba.
Lamentablemente, el periódico no menciona nunca los nombres de los “actores” pues
ayudaría a tener una referencia mayor de esos magníficos personajes que combinaban teatro
y anarquía en dosis vocacionales en un terreno de actuación que quizás haya sido
especialmente femenino, aunque la tarea central de militancia de las mujeres era los
comités pro presos (11)
Para terminar con este “interregno” teatral, nada mejor que el breve relato de la
actuación del cuadro “La Fraternidad” de Campo Castex en un monte de las afueras de
Gral. Pico durante una jornada de octubre, un mes en que el viento pampa no perdona ni a
las causas nobles. El escenario fue levantado sobre tres chatas arrimadas con un decorado
“muy vistoso que pendía de los caldenes azotados por el viento asaz persistente que
amenazaba la estabilidad del teatro”. El público fue llegando en sulky, a pie, en auto y a
caballo para presenciar la función cuyo verdadero objetivo está sintetizado en las tres
últimas palabras de este bellísimo texto porque conmueve imaginar la escena que describe,
la presencia renovada del himno, sus ejecutantes y tipo de instrumentos, la escenificación
seguramente tan trabajada y una constante, las condiciones adversas : “Precedidas por la
orquesta que la arboleda anida, una flauta, un violín, una acordeón y una guitarra entonaron
“Hijo del Pueblo”. Un compañero habló brevemente sobre el acto y sus propósitos y el
grupo de simpatizantes del arte representó ‘El Defensor de su Honra’, boceto dramático en
ocho inmutables cuadros. En suma, música, teatro, oratoria, una reunión de gentes, difusión
de nuestra prensa. Propaganda, en fin” (12).
34

N O T A S (Tercera parte I)

(1) Juan Enrique Stieben (1893 – 1958) ejerció en Vertiz, tuvo una escuela particular en Castex y nuevamente
fue docente primario en Anguil. Durante los primeros años de la década del 20 se autodefinía como
“socialista libertario” y luego produjo, durante su vida en La Pampa, un notable vuelco ideológico. Por ej. el
1º de mayo de 1923, en un acto público realizado en Eduardo Castex, atribuyó uno de los significado de la
fecha a la obra conservadora del socialismo (L.P.L. 15.05.1923) y diez años después, 1932-34, fue presidente
del consejo municipal en representación del Partido Socialista en esa misma localidad. Posteriormente adhirió
al liberalismo y terminó en la década del 50 desarrollando en las aulas de Santa Rosa una práctica tan
autoritaria como la que abominó en sus primeras notas en La Pampa Libre. Como escritor, fue autor de
“Hualicho Mapu”, un libro de cuentos y relatos, “La Pampa, su Geografía, su Historia, su Realidad y su
Porvenir”, editado por Peuser en 1947 luego de recibir –un año antes- el Premio Nacional de Cultura y “De
Garay a Roca”, decididamente enrolado en la historiografía liberal. Se suicidó en una habitación del Hotel
Comercio de Santa Rosa.
(2) L.P.L. 01.01.1923
(3) L.P.L. 15.12.1923
La relación anarquista-Minerva en La Pampa fue recogida por el autor José Luis Macaggi en el cuento
“Recuerdos en Azul”. Epopeyas Pampeanas. Ediciones Desde la Gente. Instituto Movilizador de Fondos
Cooperativos. 1998.
(4) Jacinto Cimazo, en “Una Voz Anarquista en la Argentina”, destaca de Prince “su amplia cultura
doctrinaria” y su trayectoria de seis décadas de actividad libertaria. En realidad, Prince era su apellido
adoptado. El verdadero era Prinzman. Su primera nota en “Ideas” de La Plata apareció el 18 de junio de 1921
y fue sobre el tema patriotismo. En la edición de la segunda quincena de enero de 1923, publicó una nota
donde afirmaba que había “demasiado sindicalismo” y termina así : “la Anarquía no reduce sus mirajes al
estrecho horizonte de la lucha de clases”. Antes de arribar a La Pampa, en abril de1923, publicó en La
Antorcha una nota donde afirmaba “¿Es que hay jerarquías y privilegios entre nosotros?”.
La presencia de Prince en Gral. Pico desde mediados de 1923 quedó confirmada en la edición de L.P.L. del
15.08.1924 donde se menciona que al cumplir el periódico su primer año de vida, arribaron Prince y Martínez
por invitación del “ex anarquista” Stieben. Mientras estuvo en Gral. Pico, siguió colaborando con notas en
“Ideas”.
(5) Se trata del Centro Cultural “Libertad”, para el que se tomaron algunos referentes a imitar : “Brazo y
Cerebro” de Tucumán, “Florencio Sanchez” de Paraná, “Emilio Zola” de Santa Fé e “Ideas” de La Plata.
L.P.L. 15.05.1923
(6) En esta etapa de L.P.L. (01.03.1924), la creación de “conceptos amplios de solidaridad y de libertad
individual” debían reemplazar a la lucha por mejoras inmediatas y de esa manara formar personas aptas para
“vivir sin amos ni vigilantes”.
(7) L.P.L. 01.10.1923
(8) En una función organizada por la Sociedad de Resistencia Oficios Varios de Morón en mayo de 1947, la
Agrupación Arte y Natura puso en escena “Madre Tierra”, un drama en tres actos de A. Berruti. Este dato
indica la perdurabilidad del cuadro filodramático como recurso propagandístico y la de Madre Tierra como
obra muy popular en el ámbito libertario.
(9) Esta obra teatral de Pedro Gori incluye el “Himno del Primero de Mayo” con letra del autor, para ser
cantada con el aria del coro de la ópera “Nabucco” de Giuseppe Verdi
(10) L.P.L. 15.04.1923
(11) Además de la recaudación de dinero y víveres para los anarquistas presos, las mujeres a menudo se hacía
pasar por “compañeras” de ellos cuando no tenían a nadie que los visite.
(12) P.L 12.11.1924. Por “Hijo del Pueblo”, interpretado por “la orquesta que la arboleda anida”, debe
entenderse el himno y no la obra teatral de título muy similar, cuyo autor es R.González Pacheco y en la que
se hace referencia en dos oportunidades a la canción y su comienzo : “Hijo del Pueblo, te oprimen cadenas...”.
35

II - DEL SINDICALISMO ESPONTANEO A LA AGRUPACION LIBERTARIA

La estrategia organizativa y como veremos conceptual, que emprende la Federación


Obrera Comarcal con sede en Gral. Pico tuvo su basamento en la actividad de los
estibadores que agrupados en sociedades de resistencia y secciones merecieron por parte de
esa federación una atención especial. Buena parte de la difusión del anarquismo en los
primeros años de la década del 20 se produjo, según La Pampa Libre, de la mano o “sobre
los lomos sudorosos” de estos trabajadores identificados con el término “linghera” en su
acepción de obrero errante o de “andante caballero de la anarquía” (1). La federación
disponía, en tal sentido, de miles de folletos denominados “Compañero Linghera” que
ofrecía a las secciones.
Las característica errante del bolsero se ajustaba a la concepción de cómo debía ser la
organización del movimiento obrero en general. En el informe sobre el Primer Congreso
Anarquista del Río de La Plata, realizado en Avellaneda en 1922, L.P.L. criticó la postura
que denominó “organizadora artificial”, que implicaba “algo así como una norma a la cual
deberían amoldarse inevitablemente las agrupaciones existentes”. La otra postura, a la que
adhirió la Federación Comarcal se identificaba como “organizadora espontánea, sin trabas,
ni radios ni cometidos”. “Queda pues superado –agrega- el concepto de organización
sistemática por el de espontánea” (2), por decisión mayoritaria de los delegados y como
ejemplo de sus ventajas, el periódico dio a conocer las conquistas logradas por los
“espontáneos” lingheras.
La conducta migratoria de los bolseros creó, sin embargo, problemas y contradicciones
de difícil resolución. En primer término, los trabajos eran “de estación” y por lo tanto
temporarios, tal es así que ninguna ocupación en el campo garantizaba al trabajador una
estabilidad mayor de dos meses, si bien es cierto que la estiba en los galpones ferroviarios
era uno de los más extensivos dentro de esos límites. En segundo lugar, encontramos que el
nivel de conciencia alcanzado por los bolseros era superior al de otros sectores : “Creemos
que de los gremios de la campaña, el que está definiendo nítidamente su posición
claramente revolucionaria es el de la estiba, el cual con la serenidad del hombre íntegro, ha
abierto los ojos a miles de trabajadores..., llegando hoy a suplantar el ‘burro’, el ‘pare y
largue’ desde grandes alturas e imponer la ‘ventilada” (3). Las últimas palabras dan idea de
conquistas en las condiciones de trabajo, gracias a la “acción directa” irradiada por los
estibadores, en momentos en que se soñaba con formar la F.O. Territorial Pampeana, una
iniciativa que luego se fue desvaneciendo.
Pero a la vez que se destaca este ejemplo, en otras notas se lo coloca en tiempo pasado.
La realidad, a la altura de enero/febrero de 1923 era muy diferente. En un informe de la
Federación Comarcal campea la decepción : “Los núcleos de compañeros se esfuerzan por
organizar a los obreros pero éstos en muchas partes han retrocedido 10 años” y en otro
texto, “Apenas queda el recuerdo de las mejoras impuestas en años anteriores” (4),
diagnóstico que cinco meses después persistía con una “precaria situación de la lucha
gremial, falta de solidaridad, poca propaganda, malas condiciones de trabajo” (5)
¿Qué ha pasado? La concepción espontaneista de la Federación Comarcal y los hábitos
de su sujeto central, el estibador, convierten en efímeras las “mejoras impuestas”. Estas
tienen de vigencia el tiempo que el grupo impulsor de la sociedad de resistencia se queda en
la localidad y finaliza con su partida, es decir que todo pliego aceptado por la patronal no es
el piso sobre el cual el próximo grupo logra una nueva conquista sino que se vuelve a fojas
cero y, como ocurría en esa época, el retroceso era mayor aún, precisamente porque no
36

quedaba en pié ninguna “organización sistemática”. La Federación Comarcal, en el marco


de sus concepciones, no le encuentra salida al problema, pese a que es consciente al menos
de sus consecuencias : “la inestabilidad de los obreros, el eterno emigrar, ¿se nos echó la
overa?, ¿se nos cansó la petisa, compañeros?”(6), se queja en uno de sus ciclos de
decepciones que por la misma causa, se han alternado con otros de euforia.

La Pampa Libre. 01.02.1923

MOVIMIENTO
MOVIMIENTO OBRERO

SINDICATOS ORGANIZADOS DE LA PAMPA

PICO, cocheros y mozos. CASTEX, Oficios Varios. CALEUFU, es-


tibadores. ARATA, estibadores. I.LUIGGI, estibadores y conducto-
res. CHANILAO, estibadores. VERTIZ, estibadores. QUEMU, Of.
Varios. ALPACHIRI, estibadores y Of.Varios. DARREGUEIRA,
Of.Varios y estibadores. BORDENAVE, estibadores. FALUCHO,
estibadores. CEREALES, estibadores.
Los compañeros de esta comarcal invitan fraternalmente a los traba-
jadores a activar la propaganda en ese sentido, hoy, en la época de
trabajo. Es necesario hacerlo así si queremos que las ideas de eman-
cipación se difundan, si queremos que la F. O. Provincial Pampeana
se realice, si queremos que “La Pampa Libre” viva y adquiera má-
quinas y materiales nuevos.
Para ello es menester ocuparse, hablar a todo el mundo y machacar
mucho. ¡A la obra camaradas!

Por otra parte y agravando el problema, la represión policial no cejaba en intensidad. Un


ejemplo de ello fueron los graves sucesos de Arata en febrero de 1923. Nuevamente el no
respeto del pliego de condiciones provocó allí incidentes con la policía, la que mató al
estibador Pedro Sanchez. Poco tiempo antes, había sido detenido y enviado a Santa Rosa de
donde retornó casi de inmediato por la debilidad de los cargos, mientras otros obreros eran
apresados y remitidos a Trenel. En ese marco de expectativa (7), Sanchez fue provocado y
asesinado en una fonda por un policía que luego dio muerte a otro estibador, un joven de
apellido Farías, que lo perseguía.
En este clima represivo que, como vemos, coincidió en 1922/23 con un descenso en las
demandas y la organización obrera, se levantaron voces de alerta ante la posibilidad de que
se reproduzcan en La Pampa “procedimientos salvajes” por parte de la policía o el ejército,
de carácter masivo, en función de que se repetían los castigos y las muertes, si bien aisladas
(8).
La policía, no solo mantuvo su actividad a nivel intensivo sino que le agregó una manera
diferente de reprimir, más “preventiva” y organizada. Por un lado, comenzó a expedir
“certificados de buena conducta”, necesarios para conseguir trabajo. Este fue un elemento
muy poderoso de disuasión y control social, “con el fin de catalogar para luego reprimir,
37

como en Santa Cruz” (9) y por otro, inició la persecución de federados antes que
comenzaran sus reclamos. En Winifreda por ejemplo, “los ‘patriotas’ de ese lugar, con la
ayuda de la perrada y liguistas (10), han expulsado a todos los obreros que en años anteriores
fueron organizados y en su reemplazo llevaron turcos” (11)
Ante esta situación, la Federación Comarcal no ve otra salida que impulsar la acción de
oradores que recorran todos los pueblos (12). En tal sentido, en una asamblea realizada una
semana después de arribar a esta conclusión, con asistencia de delegados de Castex,
Caleufú, Cereales, Quemú-Quemú, Ing. Luiggi, Metileo y Vertiz, se analizó precisamente
la necesidad de agilizar la propaganda “oral”. Si bien las charlas anarquistas no eran nuevas
en la zona (13), a medida que el grupo se aleja de la organización sindical y se acerca a la
“conferencia” como arma concientizadora principal, guarda hacia ésta enormes
expectativas. Pero no todas son certezas. Comentando una charla de Siberiano Domínguez,
advierte que “hacía falta la palabra sin embagues, porque es como una sacudida que se da a
un dormido. No sabemos si durará la vigilia, no sabemos si un número mayor de hombres
activará en la propaganda...Hacemos votos por su intensificación y extensión ilimitada para
siempre” (14).
Esta es la discusión del momento, incluso en el interior de la zona pampeana. Haciendo
referencia a una nota de L.P.L. donde se calificaba a la FORA como un fantasma que no
sirve para agitar, Fernando Lorenzo desde Catriló arremete contra el “espíritu
antiorganizador” y pregunta : “O acaso cree el compañero que el obrero ignorante se
emancipa a fuerza de conferencias líricas?. No estoy en contra de las conferencias pero sí
creo que a un proletariado como el pampeano esas conferencias infladas de lirismo le hacen
el efecto de un relámpago. En cambio en el sindicato se establecen lazos de afinidad y con
esas discusiones familiares se logra inculcarles más las ideas de emancipación” (15). Cabe
señalar que ante expresiones similares de crítica a la FORA emitidas por L.P.L., Julian
Ramos desde Bragado reaccionó con términos más duros aún pero con una diferencia :
F.Lorenzo se expresó en La Protesta y J.Ramos envió una nota a L.P.L.
Los cambios que se van operando en el grupo editor son vistos por ellos mismos como
un “gran progreso ideológico” al hacer público el siguiente criterio : “No se pretende ya
que el sindicato sea de propiedad de unos cuantos residentes, ni una caja de reconversión,
ni una agencia de colocaciones, sino un centro permanente de cultura obrera” (16)
En este momento de su propia historia, el grupo impulsor de La Pampa Libre se
encuentra en el filo, en el límite de su adhesión a la concepción organizacionista que
sustentaba, con matices, la FORA del V Congreso. Aún asume su pertenencia pero los
pasos que va dando lo llevan cada vez más a recostarse en la postura contraria. Está en
proceso de “antorchización” (17).
Volviendo a L.P.L. en su primer año de vida, sostuvo con insistencia una postura
intransigente frente a los intentos de unidad del movimiento obrero : “Los caudillos de la
U.S.A. (18) ya han hecho la unificación con la policía, los ministros. Lo que pretenden ellos
es fusionar, no unificar”
También es ilustrativa la disputa que la F.O. Comarcal, única de su nivel en La Pampa,
mantuvo con la Federación Obrera Regional Portuaria y Anexos que, como vimos, tuvo
influencia política sobre las secciones del sur pampeano, con una postura diferente tanto en
lo organizativo como sobre la unificación. Esta influencia no le era indiferente a la
F.Comarcal y la tensión se produjo inicialmente en torno al encuadre sindical (19), dado que
con excepción de Darregueira, cuyo grupo teatral “Rosa Luxemburgo” militaba en las filas
de La Antorcha, no mantenía relaciones con amplias zonas del sur (Alpachiri, Aráuz, etc).
38

Para ello, sus dardos estuvieron dirigidos a que la Portuaria funcionaba al igual que la
I.W.W. (Trabajadores Industriales del Mundo con sede en Chicago) “y por lo tanto en
discordancia con el sistema más amplio conocido, las federaciones por oficio”. E insistirá :
“A ningún obrero debe desinteresarle la polémica sostenida en ese congreso (de la
F.O.Local Bonaerense) entre partidarios de la organización por industria y partidarios de la
FORA, organización por oficios locales en cuyo seno subsiste una sola excepción : la
Portuaria, Federación por oficios Regional” (20)
Paralelamente, La Pampa Libre produce un “salto” en su conceptualización del “delito”.
A seis meses de su aparición, el periódico justificó los asaltos en el marco de la injusticia
social pero no les dio un contenido revolucionario (21). Solo tres meses después, en este
veloz giro conceptual de 1923, hace referencia a la “expropiación” en estos términos : “...si
la propiedad es un robo, la expropiación es un derecho muy legítimo. De manera que los
ladrones desposeídos realizan una faz revolucionaria importante en la destrucción de la
propiedad (22).
En este preciso momento de transición, aparece la primera nota de Jacobo Prince para
iniciar una intensa actividad como conferencista y redactor de L.P.L., que inmediatamente
pasó a subtitularse “Quincenario Anarquista Pampeano”, a secas, en tanto que su
compañero de “Ideas” en La Plata José M. Lunazzi, llegó a Gral. Pico un mes después (23).
Al mismo tiempo, la F.O.Comarcal deja de aparecer en sus páginas y en cambio se destaca
la cantidad de conferencias : treinta desde mayo a agosto de 1923. A partir de este último
mes, los pronunciamientos se precipitan. En uno de ellos, el párrafo final ¿es premonitorio?
: “El heterogéneo conglomerado sindical de los últimos años no representaba el promedio
de la convicción anarquista trabajada por la propaganda...¿Qué queda de los sorprendentes
movimientos obreros desde La Forestal hasta el ingenio Ledesma. ¿Qué queda en realidad?
¿Qué hay de fuerte...en Rosario, Bahía Blanca o Buenos Aires que obedezca al primitivo
espíritu de la masa inconsciente? ¡Nada! Ahora, reflexionando un poco, nos alegramos muy
de veras de la depuración que se realiza en nuestro campo. Hagamos propaganda y nada
más. No distraigamos tiempo en la organización de elementos heterogéneos porque la
organización no puede dar los frutos que la propaganda no haya sembrado. La organización
es una resultante de la propaganda y de aquí no nos movemos aunque vengan volteando”
(24).
Dos meses después se explica que el sindicalismo, como medio para lograr mejoras
económicas, es cosa del pasado (25), pero también es verdad que en el pasado militante del
grupo editor en La Plata se encuentran indicios de este tipo de ideas (26). En medio de
pronunciamientos similares y en tren de descalificar al movimiento sindical, se aduce que
“tal movimiento tenía en su mayor parte un origen instintivo, estomacal” (27). Pero, qué
pensaban los obreros?. Por lo que sugiere una nota aparecida en esa misma edición con el
sugestivo nombre de “No hay que afligirse”, predominaba la desazón. La desorganización
hacía que los obreros recordaran nostálgicamente los años anteriores, pero para L.P.L. “no
hubo derrota ni retroceso...Se creyó que el movimiento sindical era algo superior”.
En este contexto, no es extraño que 1924 haya comenzado con la constitución de la
Agrupación La Pampa Libre y la liquidación formal de la Federación Obrera Comarcal,
en una reunión a la que asistieron representantes de Vertiz, Chanilao, Castex, Melileo,
Caleufú, Quemú, M.Nievas y hasta del “Pico soñoliento”. Es lógico preguntarse, como lo
hicieron varios militantes en ese momento, si el periódico pertenecía y era órgano de la
Federación y ésta es disuelta, ¿a quién sigue perteneciendo?. Además, la idea era
transformar las secciones –ruinas del “pasado” sindical- en agrupaciones libertarias y
39

Metileo hizo punta en tal cambio, en tanto que meses después “Nueva Era” se constituyó en
agrupación en Edo. Castex. En cuanto a los responsables, J.E.Stieben desapareció de la
administración y fue reemplazado en esa función por Isidro D. Martínez. Tras esta
adecuación a los cambios de orientación que expresaba el periódico en sus notas, se persiste
en descalificar los “viejos” esfuerzos por reivindicaciones económicas y se equipara ya a
toda actividad gremial con la parlamentaria, es decir dos vertientes de un mismo
reformismo (28). Pero aún así, se nota la necesidad de contrarrestar la crítica y la prédica de
otros grupos que inscribían su “inmediatismo” en el proceso de la lucha de clases (29).
Hay, sin embargo, indicios de reacción ante este giro. Fernando Lorenzo, cuya nota
desde Catriló ya comentáramos, se constituyó en secretario de la Agrupación Pro
Reorganización del Proletariado Pampeano y en ese carácter escribió : “Los compañeros
que están al frente de dicho periódico (L.P.L.) han abandonado totalmente la organización
obrera, habiendo motivos que moralmente los obliga a propagarla y orientarla
anárquicamente” (30). Resulta interesante el aporte de F. Lorenzo a la discusión por el tono
de sus comentarios, no agresivos y expositor de ideas como la indicada. La Pampa Libre,
por su parte, cuando no entraba en el fragor de acusaciones cruzadas, también se permitía
expresiones reflexivas.
A esta altura de la confrontación, La Protesta reflejaba en sus páginas todo signo
adverso a L.P.L. como el aviso que Julio Velazco de Miguel Cané enviara a Gral. Pico
pidiendo que anularan su suscripción porque él no era “antorchista” (31). En este punto
queremos detenernos para observar precisamente las relaciones con La Antorcha. Desde
que L.P.L. anunciara en diciembre de 1923 su reaparición, siguió con atención las noticias
de la pronta aparición de “una hoja neta y nítidamente anarquista,...sin concomitancia con
potencias extrañas que pudieran torcer la senda libertaria” (32), a la par que J. Prince y
J.M.Lunazzi realizaban suscripciones para La Antorcha en un clima tan enrarecido que los
llevó a decir públicamente : “Estamos hastiados de chismes, insidias y excomuniones”(33) y
anticipándose a los hechos, “quieren impedir que salga, quieren matarlo del todo, como
también a los periódicos que lo apoyan. Reivindiquemos la independencia de la
propaganda anarquista, rompamos las mallas de la flamante censura sindical” (34). El
quincenario “Ideas”, compartiendo a su vez la misma postura, dedicó una nota a comentar
los métodos usado por los enemigos externos del anarquismo, para concluir : “Sin embargo
y aunque nos sea doloroso constatarlo, hemos de reconocer que hay entre nosotros quienes
emplean esa táctica en la propaganda” (35)
Antes de incorporarnos a los hechos mismos del atentado, permítasenos dos
conceptualizaciones de L.P.L. relacionadas entre sí

Un soplido revolucionario. Es llamativo el estado de descomposición con que el


anarquismo veía al capitalismo y a su agente central, el Estado, en virtud de la naturaleza
“artificial” de las leyes (36). Visto de tal manera y si “resulta inexplicable que un Estado
exista en virtud de leyes que nadie cumple”, la revolución social es alcanzable en el corto
plazo. “Si las leyes constituyen los cimientos del Estado, esa casa se derrumbará al más
leve soplido”, afirmaba en mayo de 1923 y depositaba toda su confianza en la propaganda,
con un gran optimismo comunicacional. “Un pequeño movimiento popular la derrumbará.
Y ese movimiento se producirá cuando una parte del pueblo comprenda el comunismo
anárquico. ¡Soplemos, pues!” (37)
40

Cómo “una parte del pueblo” puede llegar a comprender?. Ese es el tema. El grupo de
L.P.L. transitó del organizacionismo espontáneo a valorizar la propaganda como medio más
importante para difundir valores que formen individuos con pensamiento propio, es decir
conscientes, base indispensable para integrar un movimiento popular que derrumbe y
transforme, caso contrario repetiría experiencias autoritarias o bien haría solo reformas.

La clave está en capacitar. Luego de describir tres tendencias en los obreros :


conservadora, reformista y revolucionaria, L.P.L. pregunta ¿Es acaso la obra de los malos
dirigente que han torcido los derroteros de la organización o es que ésta es perniciosa de
por sí? (38). Estas serían dos hipótesis explicativas de la “descomposición sindical” y L.P.L.
responde que ambas son incompletas. La clave estaría en la capacitación de los hombres
que constituyen las organizaciones pues si carecen de iniciativa e independencia serían
presa fácil de los autoritarios. O sea, “no hay sindicatos revolucionarios o retrógrados,
autoritarios o anarquistas, sino que existen individuos que son lo uno o lo otro”.
41

EL ATENTADO

La última reflexión, serena e indicativa de que el tema era repensado interna e


intensamente, apareció en la edición del 15 de junio de 1924 en medio de las acusaciones y
notas defensivas que desde varias ediciones atrás venían intoxicando el cuerpo anarquista.
En realidad, lo común no eran las notas reflexivas, sino de dos tipos : furibundas a cargo
del grupo editor o bien de lamentaciones por el cuadro de situación, a cargo de militantes
de base.

“Se llenan diarios con ‘anatemas y conjuros’ contra quienes manifiestan sus dudas, en
lugar de atacar a la sociedad burguesa”
“Es de todo punto necesario rechazar de nuestro seno las corrientes de odio insensato que
del campo enemigo nos llegan”
“...la FORA y La Protesta, unidas hoy por un extraño cordón umbilical” (01.05.1924)

“Los más destacados militantes del país han emprendido una lucha encarnizada en los
diarios anarquistas, entre ellos mismos” (A. de Antón. 01.06.1924)

“Ya no son nuestras tribunas barricadas de lucha ni cantos al pueblo; aquí se juzga, allí se
maldice, más allá se degrada” (H.Calvo – Chanilao. 15.07.1924)

Junio de 1924 fue un intenso mes de recriminaciones mutuas pero también se abrió una
espacio de conciliación. Una agrupación denominada Pro Defensa de la FORA, creada en
La Pampa en función del clima de oposiciones, acusó al grupo editor de L.P.L.de haberse
adueñado del periódico de la Comarcal, lo que fue negado por aquél (39) y al mismo tiempo
surgió una instancia de diálogo. Por iniciativa de la Agrupación Pro Reorganización del
Proletariado Pampeano, las partes coincidieron en reunirse el l3 de junio de 1924 en el
mismo local donde se imprimía el periódico. En su transcurso, las voces cantantes de L.P.L.
–J. Prince e Isidro Martínez- hicieron girar la defensa en torno a negar que sus prédicas
fueran “antiorganizadoras” y a la actitud de J.Stieben que abandonó la administración con
“pedantería magisteril”, se apropió de valores y fondos comunes, se negaba a rendir
cuentas y desde La Protesta los atacaba (40).
Del comentario de la reunión (41), se deduce que las partes expusieron sin incidentes sus
posturas pero sin arribar a coincidencias ni acuerdos sobre cómo seguir zanjando las
diferencias. Parece significativo que el sindicato local de estibadores envió una nota para
ser leída en la reunión, lo que no ocurrió. En ella, se depositaba toda la confianza en la
FORA, de una forma que recuerda el estilo de la liquidada Comarcal (42), en tanto que una
nueva noticia parecía poner punto final a la esperanza : el Subcomité Pro Presos de Santa
Rosa, rompiendo lanzas con la Agrupación L.P.L., pedía que nadie le enviara aportes a
través del periódico. La suerte estaba echada.
En su edición del 26 de junio de 1924, La Protesta anunció su decisión de romper toda
clase de relaciones con La Antorcha, Ideas y Pampa Libre, como asimismo “mantener la
campaña de depuración”. Esta decisión fue refrendada en setiembre del mismo año cuando
la FORA resolvió en reunión de delegados aislar a los grupos de esos tres medios, no
consintiéndoles injerencia en los organismos federados y retirándoles todo concurso
material y moral (43)
42

“A fuer de ser sinceros, bien pronto la realidad nos demostró que no solo la falta de
lealtad, de razonamiento, de cordialidad,, residía en los milenarios centros de la tiranía
política, económica y religiosa, sino que dentro de los enemigos del Estado y del capital,
había obcecados adeptos” (44) Este primer párrafo encabeza la nota con que La Pampa
Libre comentó el atentado contra su sede, realizado el 4 de agosto de 1924 y que, por la
nómina de víctimas y las heridas recibidas, se trató de un tiroteo infernal en un espacio
reducido.
Los sucesos fueron relatados por L.P.L. textualmente así: Los asaltantes partieron de la
estación Once donde fueron despedidos por conocidos miembros de la FORA, de su
Consejo Federal y del Comité Pro Presos (conste que éstos niegan toda participación) (45).
Establecieron cuartel general en casa de J.E. Stieben y noches anteriores merodearon por el
local y hasta hubo quien se presentó como obrero panadero desocupado para conocer las
víctimas, de lejos sentenciadas por los cultores del anarco-fascismo. Fue así que el lunes 4
de agosto, poco antes de las 8 de la mañana, se allegaron al local de Belgrano 996, sin rejas
ni cerraduras, un grupo de fascinerosos dispuestos a todo, ‘a un supremo sacrificio,
guiados por su amor a la FORA’, como cínicamente afirma su C.F., mientras Prince se
levantaba, Smoris se vestía y Martínez dormía sobre unos bancos en la pieza 4 x 5 de la
imprenta. Un tiro fue la señal de la descarga, el coronamiento del plan artero. La libertad
recibió un nuevo tributo de sangre. Prince yacía en la calle herido por la espalda y Martínez
pudo defender su vida, en ropas menores, en la cama”

En la búsqueda de indicios, recordó L.P.L. “insinuaciones veladas de La Protesta,


apreciaciones inciertas de los dirigentes y adeptos de la FORA, tergiversaciones e
infamias de una llamada Agrupación Pro Defensa de la misma, que derivaron en una
guerra abierta, degradante, indigna, contra esta hoja, ‘El Hombre’, ‘Ideas’, ‘Brazo y
Cerebro’, ‘La Antorcha’, etc.”, acusaciones que luego amplió al Subcomité Pro Presos con
sede en Santa Rosa. Además y como se identificó al atentado con otros hechos de violencia
“justiciera” protagonizados por Radowitzky, Wilckens, Funes, se pregunta : ¿pero puede
alguien...querer presentar como anarquista un crimen fraguado en el complot, en la
traición y que no es individual, ni espontáneo ni justiciero?”.
La Protesta, por su parte, no ofreció un relato de los hechos sino amplios comentarios de
tapa, como los contestados por L.P.L. en el párrafo anterior. La edición del 6 de agosto,
primera en tocar el tema, lamentó la muerte, durante el enfrentamiento, de Domingo Di
Mayo, quien fuera en Buenos Aires secretario del Comité de Agitación Pro Anarquistas
presos en Rusia y militante de la FORA. Ese mismo día, La Nación reprodujo una nota de
su corresponsal en Gral. Pico, afirmando que el tiroteo se produjo durante una reunión
“ácrata” y que los heridos fueron atendidos por el Dr. Raúl Cigorraga, a pedido del
comisario Luis Bianchi. En realidad, es bastante improbable una reunión a esa hora y si
bien no se puede afirmar con certeza de que fueron “sorpresivos” atacantes, todo parece
indicar que en efecto, los que ingresaron al local de L.P.L. provenían de la FORA y de La
Protesta y resultó que eran esperados con las armas a mano. Nótese que éste no fue el único
operativo de ese tipo aunque sí el mas sangriento. Di Mayo tenía antecedentes en visitas a
opositores internos al movimiento y una de ellas es la que protagonizó junto a Alejo Ortega
y A. Verde, dispuesto a encarar a Fernando del Intento y sus compañeros en La Plata por la
campaña de "Ideas” contra un integrante de la FORA (46), lo que no se pudo concretar por
faltar los locales a la cita. ¿Por qué no fueron? “Ideas” tiene la respuesta.
43

“Ya los conocíamos desde cuando aquí en La Plata, invitados por un compañero a
discutir los ‘santos principios de la FORA’, llegáronse custodiados por lo más pesado y
matón que tiene el puerto de la capital, provistos de sendos revólveres...”, afirmó brindando
una doble explicación : sobre la no concurrencia a la cita y sobre el conocimiento previo
que tenían, por esa misma causa, sobre los autores del atentado en La Pampa. Pero realizó
una revelación impensada si se analiza al margen de un enfrentamiento tan agudo. La
agresión a L.P.L. se iba a consumar en la ya comentada reunión del 13 de junio en Gral.
Pico, pero los “foristas” defeccionaron en el cumplimiento de las “órdenes confidenciales”
que llevaban y entonces, “hubo necesidad de enviar elementos más probados, más capaz de
servir los intereses...” (47)

La Pampa Libre. 15.08.1924

“LAS VICTIMAS “LOS PRESOS

ISIDRO D. MARTÍNEZ. Adminis- GREGORIO SMORIS, compañero


trador, tipógrafo y redactor de esta linyera, de paso por La Pampa
hoja : herido en el pulmón derecho, Libre.
región cardíaca; piel del cuello; ma- ................
no derecha y mano izquierda. ISMAEL MARTI, secretario de la
J. PRINCE. Redactor y tipógrafo del agrup. pro defensa de la FORA; he-
periódico; con un balazo en la colum- rido levemente en la pierna izquier
na vertebral a la altura del omóplato. da.
En estado de parálisis. AGUSTIN VILLAMOR, secretario
.......... de la agrup. Pro reorganización del
proletariado pampeano.
JORGE REY VILLALBA, del grupo J. NEVADO, miembro del Comité
editor de La Protesta; de la agrup.pro Pro Presos y Deportados de la
defensa y delegado de la FORA; heri- Capital
do en el pecho, interesado el pulmón
y DOMINGO DE MAYO, fallecido J.E.Stieben, R.Grijalba y P.Baciga-
a consecuencia de heridas recibidas.” lupe (agente de La Protesta), en
libertad provisional.”
(48)

¿Quedaron heridas para siempre? Nada es para siempre por peso propio y hasta hubo un
reencuentro años después de dos protagonistas que gatillaron en dirección opuesta, pero por
el momento L.P.L. reafirmó su identidad sobre la base de una lista de entidades y medios
con las que “nada tenemos que ver” : “la gente de la ‘Unión Sindical Argentina’, ‘Alianza
Libertaria’, ‘Federación Obrera Regional del V’ y sus órganos oficiales ‘Bandera
Proletaria’, ‘El Libertario’ y ‘La Protesta” (49)
Mientras la FORA seguía reclamando los “fierros” (deteriorada maquinaria de
impresión), los improvisados tipógrafos de L.P.L. trasladaron la imprenta a un local de
calle 10 Nº 831, un espacio que ofrecía mejores condiciones para el trabajo –incluso se
instaló allí la biblioteca y sala de lectura -, pero tampoco sería el último. Por otra parte, se
decidió una pequeña modificación en el nombre. El periódico pasó a llamarse con el más
44

conocido Pampa Libre (P.L.) y fueron encarados algunos cambios decididos a partir de la
inmediatez con que debían atender a sus presos y heridos en los hechos del 4 de agosto. En
función de ello y de las relaciones cortadas con el comité pro presos de la FORA -sede
Buenos Aires- y con el subcomité de Santa Rosa, la agrupación creó su propio “Comité
Anarquista de La Pampa Pro Presos Sociales”, bajo la responsabilidad de Valerio F Chavez
en Gral Pico y Camilo Cándano en Quemú. De la misma manera, el “antorchismo” creó en
Buenos aires su propio comité con funcionamiento en la sede del diario, en Estados Unidos
3545 y luego en la calle Gaona. Empero, en La Pampa no todos estaban enrolados
furiosamente en uno u otro bando. La biblioteca “Eliseo Reclus” (50) de Eduardo Castex
llamó a una nueva reunión para acercar posiciones. Los convocados fueron el Subcomité
Pro Presos de Santa Rosa y José M. Lunazzi, administrador en ese momento de Pampa
Libre, pero la reunión prevista para el 5 de octubre de 1924 no llegó a realizarse. Esta vez
faltó el profesor (51).
45

N O T A S (Tercera parte II)

(1) L.P.L. 20.10.1922


“La anarquía vino en peregrinación a la pampa sobre los lomos sudorosos de los changarines, marchando en
sentido inverso de las bolsas”
(2) L.P.L. idem
(3) L.P.L. 15.02.1923
(4) L.P.L. 01 y 15.02.1923
(5) L.P.L. 01.07.1923
(6) L.P.L. 01.07.1923
(7) L.P.L. 15.02.23
(7) “El Norte” de Gral. Pico advirtió que toda la población preveía el desenlace”. “La Verdad” de Trenel
atribuyó a la policía la responsabilidad de los hechos.La Pampa Libre. 01.03.1923
(8) “Este régimen social apoyado en las bayonetas, el crimen y la cárcel, ha llegado a un extremo tal de
inseguridad que si no crea un gendarme por cada hombre civil, su situación será insostenible. No se ha
llegado aún en La Pampa a las masacres porque el terror las ha sujetado, pero en los hechos aislados y en
procedimientos salvajes, estamos tan cerca de Santa Cruz como de Barcelona”. L.P.L. 15.03.1923
(9) La Pampa Libre. 01.06.1923
(10) Perrada : nombre despectivo con que comunmente los anarquistas designaban a la policía.
Liguista : miembro de la Liga Patriótica Argentina
(11) L.P.L. 01.02.1923
(12) “Falta el discurso, la conferencia”. L.P.L. 15.02.1923.
(13) Aún se recordaban las conferencias de 1917-18 a cargo de Siberiano Domínguez y José Perano.
(14) L.P.L. 15.04.1923
(15) La Protesta. 15.05.1924. La respuesta –muy rápida- fue a una nota aparecida en L.P.L. del 1º de mayo
donde se afirmaba que “Es ridículo agitar hoy el fantasma de la FORA cuando todos sabemos muy bien que
la mayoría de los sindicatos componentes de la misma no son más que una sombra de lo que fueron hace
varios años” e incluso se arriesga una cifra : “un 80 % del proletariado permanece al margen de toda
organización”.
(16) L.P.L. 15.11.1922
(17) “En la década del veinte se produjo una polarización de un amplio sector del anarquismo, alrededor de las
publicaciones La Protesta y La Antorcha –se era ‘protestista’ o se era ‘antorchista”. Lopez Antonio,
op.cit. p.75
(18)La Unión Sindical Argentina nació en marzo de 1922 sin la presencia de la FORA Comunista. La
integraron, al momento de fundarse, la FORA del IX Congreso o “sindicalista” y sindicatos autónomos.
(19)“Los trabajadores de los puertos constituirán sus federaciones adheridas a las locales de cada lugar y los
estibadores, conductores, etc. sus sindicatos adheridos a las locales o comarcales”. L.P.L. 01.03.1923.
(20)L.P.L. 15.03.1923
El IX Congreso de la FORA Comunista, puesto que desconoció el celebrado en 1915, tuvo lugar del 31
de marzo al 6 de abril de 1923 en Buenos Aires. Además de reafirmar la recomendación del comunismo
anárquico aprobado en el V Congreso, resolvió abolir la concesión acordada a la F.O.R. Portuaria, por
entender que no caben federaciones regionales de oficios, dentro de la FORA,
(21)“Todavía zumban las trilladoras, corren las bolsas para Buenos Aires y ya se producen asaltos a granel. Y
por más que se diga y repita ¡asesinos!, ¡malhechores!, hay que poner adelante : la necesidad de vivir los
obliga...hay hambre porque los productos están acaparados. No se extrañe los asaltos entonces”.
L.P.L.01.03.1923
(22)La nota agrega “Y mientras lo hagan en nombre de esa destrucción y no por su pancismo, merecerán
nuestra aprobación”. L.P.L. 01.06.1923
(23) La presencia de Lunazzi y otros del grupo de La Plata en La Pampa, antes de su instalación en Gral. Pico
en función de L.P.L., se habría producido para desarrollar su vocación de maestro en chacras e instalaciones
de campo donde la enseñanza podía desarrollarse de manera más informal y por lo tanto despegada de la
“castradora” educación estatal.
(24)L.P.L. 15.08.1923. Esta postura parece crecer a la sombra de un lema de anarquistas españoles : “La única
arma eficaz es el papel escrito”, mencionado por María F. De la Rosa en Desmemoria Nº 17.
46

(25)“La lucha por las mejoras económicas en cuyo éxito se creía durante el auge del sindicalismo, ya no le
calienta el casco a nadie...antes de pedir aumento de salario (el obrero) pide disminución de horas de trabajo y
mejoras higiénicas. Muy bien porque puede leer y pensar y así rechazar todo lo que huela a reformismo
burgués o socialistas y se agruparán en torno al comunismo anárquico" L.P.L. 01.10.1923.
(26) Ideas. 15.06.l920. Nota de Miguel Dómene : “Doy un mentís rotundo a todos los que afirman que el
desgaste de fuerzas en las luchas por aumento de salario puede reportarnos algún beneficio, pues donde no
hay libertad de producir y consumir de común acuerdo, no puede haber ni libertad individual ni bienestar
económico”
(27)L.P.L. 15.01.1924
(28)“Muchos trabajadores creyeron resolver el problema social con la acción reformista de sus
‘representantes’ en los parlamentos unas veces, otras con la misma acción reformista de sus sindicatos o
sociedades de carácter gremial. Creyeron que cada conquista...era un paso adelante. Y resultó precisamente lo
contrario”. L.P.L. 01.02.1924.
En realidad, los mensajes contra el sindicalismo en las filas anarquistas datan de décadas atrás. Bernad
Thomas, en su libro “Jacob, recuerdos de un rebelde” (1991.Txalaparta,. Nafarroa. P.52), que es la historia
novelada del expropiador francés Alexandre Jacob, condenado en 1905, reproduce una pregunta extraída de
“El Libertario” de 1895 : “¿Qué es un sindicato? Un agrupamiento en el cual los embrutecidos se clasifican
por oficios para tratar de hacer menos intolerable las relaciones entre patrones y obreros. Una de dos : o no lo
consiguen y entonces la tarea sindicalista es inútil, o lo consiguen y entonces la tarea sindicalista es
perjudicial, ya que un grupo de hombres habrá hecho menos intolerable su situación actual y, por
consiguiente, habrá hecho durar la sociedad actual”
(29) “La lucha por el mendrugo es una lucha estéril. Y aunque esta lucha invoque interés de clase, resulta lo
mismo. Por otra parte y pese al criterio de clase, hay y habrá siempre antagonismos económicos entre los
mismos trabajadores por diferencias de categorías, salarios, etc.” L.P.L. 15.02.1924.
(30) La Protesta. 01.06. y 10.06.1924. El 08.06, en el mismo medio, José Giménez desde Santa Rosa afirmaba
con mayor simpleza de palabras pero apuntando al centro de las preocupaciones : “No me explico porqué
estos hombres que hacen propaganda individual no reconocen que están en un error...Se debe encarar la
propaganda gremial y no en la forma en que lo hacen, propagando la anarquía simplemente, que la entienden
poco los trabajadores”
(31)La Protesta. 05.06.1924. Según L.P.L., en sus registros nunca existió Julio Velazco como suscripto.
15.06.1924
(32) La alusión a las “potencias extrañas” se ubica en el centro de la polémica del momento. L.P.L.
01.02.1924.
Al igual que L.P.L., “Ideas” manifestaba en sus páginas el interés por la aparición de La Antorcha y luego la
defensa de su línea.
(33) L.P.L. 15.03.1924.
La Antorcha tenía en La Pampa suscriptores en varios pueblos. La siguiente nómina es incompleta pero puede
dar cuenta sobre la difusión que alcanzó :
Colonia Barón : Bautista Sorhonet, J.Bissolini, Bonaparte, José Arias, Lipera y Juan Rastrojo
Gral. Pico : Jesus Villarías
Metileo : Domingo Ortiz, A.Marchau, M.Vidales, Román Rivero y F.Grocci
Santa Rosa : Antonio Bigo, E.Graciano, A.Rico, E.Cunole, J.Azzarin, D.Peila, A.Sigliano, F.Elsauradía, J.Puí
Trenel : Vicente Herrero
Winifreda : Lázaro Díaz
(34) L.P.L. 15.04.1924
(35) Ideas. Primera quincena abril 1924
(36) “Si alguno las estudia (las leyes), sea ave negra o no, lo hace no para cumplir con ellas sino para violarlas
y hacer de ellas un crapuloso modus vivendi”. L.P.L. 15.05.1923.
(37) L.P.L. 15.05.1923.
(38) La idea de que una organización pude ser perniciosa por si misma, o sea que su negatividad estaría en su
misma naturaleza, no fue un tema excluyente de la década del 20. Tiene sus raíces en el fondo del
anarquismo. “Ideas”, en su edición del 10.10.1918, pregunta : “¿Se concibe acaso que pueda existir una
institución anarquista? ¿Acaso no ha sido siempre el anarquismo el arma empleada contra toda clase de
instituciones?”. La propuesta era crear “grupos de afinidad”. El problema de las “instituciones”, las
“organizaciones”, es motivo de nuevas discusiones en la actualidad y no solo en el anarquismo.
47

En la Calle, “órgano de difusión del anarquismo organizado”, editado por AUCA La Plata, OAR Rosario y
CAIN Buenos Aires, afirma en su edición de marzo de 1999 que “no cualquier tipo de organización puede
construir un proceso que sea capaz de desembocar en el socialismo y la libertad” y citando a Cornelius
Castoriadis, agrega que “Las organizaciones que la clase obrera creó para liberarse se han convertido en
engranajes del sistema de explotación”.
(39) La argumentación de L.P.L. para negar las acusaciones fueron de este tenor : el grupo editor no se
adueñó del periódico de la Comarcal “por la sencilla razón de que ésta había dejado de existir mucho antes de
nuestra venida a Pico” y “seguimos sacando el periódico después que lo hubo abandonado el que estaba a su
cargo"”(Stieben). 01.06.1924.
(40) En la edición de La Protesta del 03.07.1924, en una nota enviada desde Gral. Pico, Stieben dice “no fue
el papel impreso o la torre de marfil que sacudió el badajo de la rebeldía en La Pampa : fue la vinculación en
el trabajo” y vuelve a escribir otra nota cinco días después, en la que denuncia a la “barra de La Plata” por
hacer abandono de la actividad sindical en La Pampa, dejando el campo libre al reformismo socialista.
La presencia de los “platenses” no había pasado desapercibida para La Protesta, que el 25.05.1924 mencionó
que los redactores de L.P.L. “son elementos de ‘Ideas’ (por ahora damos estos nombres : Prince y Lunazzi)”
(41) L.P.L. 15.06.1924
(42) La nota fue publicada en la edición del 15.07.1924 con la debida protesta del sindicato por no haberse
leído en la reunión : “Estamos de acuerdo con los métodos de organización y lucha que especifica el pacto de
la FORA y sentimos la necesidad de que los obreros estemos organizados en sindicatos de resistencia,
siempre que esos organismos sean orientados por una corriente netamente libertaria”
(43) Lopez, Antonio. Op.cit. pag.75
Por los mismos motivos, La Protesta marginó también a organizaciones sindicales como las sociedades de
estibadores de Chanilao y Metileo y la sociedad de oficios varios de Vertiz. La Antorcha. 17.10.1924
Abad de Santillán, en “La Fora...” refiere que la resolución se tomó por moción de la F.O.Provincial
Sanjuanina y de la Provincial de Mendoza y constituyó un “grave error...que el buen sentido de la mayoría de
los militantes ha dejado después de varios años sin efecto”
(44) L.P.L. 15.08.1924
(45) Palabras entre paréntesis en el original.
(46) La Protesta. 27.06.1924. Notas de F. Del Intento también aparecían en La Pampa Libre
(47) Nota que con el título ¡Federación o Muerte! firma “Agrupación Ideas”. Agosto 1924. El título es porque
identifica a los asaltantes de La Pampa Libre con los mazorqueros de Rosas. La nota adjudica el ataque al
“triunvirato : La Protesta, la FORA y la agrupación pro defensa de ésta”.
(48) La bala que impactó en la columna de Jacobo Prince fue disparada por Jorge Rey Villalba. Ambos
estuvieron internados en Gral. Pico pero fueron rescatados por un grupo en el que participó la compañera de
Anderson Pacheco y de inmediato fueron llevados a Buenos Aires. Precisamente, ellos fueron los únicos que
no cayeron presos. Nevado, Martí, Villamor y Smoris, dos meses después del atentado estaban en la cárcel de
Gral. Acha cuando sufrieron fuertes castigos por un intento de fuga que según La Protesta (30.10.1924) fue
fraguado.
Cimazo, en su libro de homenaje a J.Prince, relata que éste salvó su vida pero la parte derecha de su cuerpo
quedó afectado por una parálisis permanente. Luego de su internación en Buenos Aires, retornó a La Plata
donde siguió militando en “Ideas” y años más tarde intervino activamente en el congreso unificador del
anarquismo (Rosario – 1932). Participó en la Guerra Civil Española como redactor de “Solidaridad Obrera”,
órgano de la C.N.T. en Barcelona, pero su actuación más extensa en un medio de prensa, la tuvo en “Acción
Libertaria” (1933-1971), órgano de la Federación Anarco Comunista Argentina, desde 1955 Federación
Libertaria Argentina. J.Prince residió en La Plata hasta 1972 y luego lo hizo en Buenos Aires donde falleció
en octubre de 1978. Cimazo, Jacinto. 1984. Una Voz Anarquista en La Argentina. Vida y Pensamiento de
Jacobo Prince. Edit. Reconstruir. Colección Perfiles.
Anticipándose a los hechos, Jorge Rey Villalba, expresó “cooperemos en la depuración” en una nota que lleva
su firma en La Protesta del 15.05.1924. Posteriormente al atentado, “George King”, seudónimo con el que
escribía, siguió publicando sus opiniones en La Protesta (12.11.1924)
Tras 6 meses de prisión Isidro Martínez fue liberado en febrero de 1925
(49) L.P.L. 01.09.1924
(50) Nuevamente el nombre de Eliseo Reclus es el elegido para dar vida a una organización, tal como
ocurriera en 1917 en Gral. Pico
(51) La Protesta. 09.10.1924
48

CUARTA PARTE

LA ERA DE “PAMPA LIBRE”

“¡Pampa Libre! sí, porque en sus diez letras hemos puesto la


piqueta que ayudará a socavar las bases de esta sociedad
¡Pampa Libre!, porque nos suena a algo así como a derrumbe
y resurgimiento, como a ocaso y aurora. El derrumbe de las
formas actuales de convivencia y el resurgir de la vida plena.
El ocaso de la tiranía y la aurora de la libertad”

Pampa Libre. Hoja Suplementaria Nº 2


Diciembre 1925
.
Todavía con los ecos de la violencia que alcanzó la agresión y su respuesta, internado J.
Prince y detenido Isidro Martínez, la responsabilidad de administrar recayó en José M.
Lunazzi. La línea de Pampa Libre siguió con el mismo contenido, pero sobrevendrán
algunos cambios. Uno de ellos es que dejó de aparecer la leyenda : “editado por la
Agrupación del mismo nombre” para figurar “Quincenario Anarquista”, a secas , en el
nuevo diseño de tapa (1) y otro es la aparición en octubre de 1924 de una hoja de
propaganda antimilitarista, que “aparece cuando puede” y que en realidad le dio forma a un
tema siempre sostenido por el periódico.
En el plano sindical, se dan a conocer adhesiones a las posturas de la agrupación, por
parte de los sindicatos de estibadores de Caleufú y de Chanilao, este último con cruces de
acusadoras notas con el Consejo Federal de la FORA. También se pronunció la recién
constituida Sociedad de Obreros Panaderos y Repartidores de Colonia Castex, la que
anunció su decisión de mantenerse autónoma y en desacuerdo con las resoluciones
“antilibertarias” adoptadas últimamente por la FORA. Pese a este clima, en parte favorable,
se observa en el periódico una disminución notable de noticias sobre conflictos y
novedades de las organizaciones obreras, tan comunes durante su primer año de existencia
y un ejemplo de ellos es la crónica de los actos del 1º de Mayo de 1925 en los pueblos, una
pálida imagen de lo ocurrido en años anteriores. En este caso, varias tribunas fueron
compartidas con “georgistas”, en ascenso en el norte pampeano, a los que el anarquismo
rebatía públicamente su reformismo (2).
Junto a los cambios casi simultáneos de local -ahora en calle 10 Nº 768- y de
administración -asumió Valerio F. Chavez (3) en reemplazo de Lunazzi en enero de 1925-
la línea de P.L. permaneció inalterable, pese a recoger en sus páginas el deterioro anímico y
de las relaciones laborales que sufren los obreros. Es muy clara esta admisión : “Tantos
buenos compañeros dicen ver un decaimiento del anarquismo en la región”, a la par que
atribuía las culpas, no al abandono de toda actividad sindical por parte del grupo editor,
sino a la incomprensión de que la vía gremial fue un error : “Se ha bebido mucho de la
escuela sindical –continúa en respuesta a los que “dicen ver”- tal que todo lo que no sea
propulsado por tácticas ya en desuso, representa para muchos decaimiento, moribundez, en
nuestra obra”. Como ejemplo de ello se expuso el caso del molino Fenix de Gral. Pico
donde los trabajadores, “al ver que el sindicalismo defraudaba sus esperanzas, creyeron
cerradas para ellos todas las puertas de la reivindicación y se resignaron a llevar
eternamente una vida miserable” (4).
49

El desconcierto en las filas obreras por los cambios operados en la conducción de la ex


Comarcal es evidente, ya que el desamparo sobreviene a no ofrecerles un canal de
resistencia a la patronal, al menos alternativo a lo sindical. Al estar centradas las
actividades en la propaganda anarquista y al considerar todo lo gremial atado al
"inmediatismo" y a lo "estomacal", se disociaban dos elementos cuya unión había dado
buenos resultados para la conducción, para la militancia que veía alarmada el
“decaimiento” y para los obreros que ya no podían imponer mejoras en las condiciones de
trabajo, por su orfandad y dispersión.
En la misma línea argumental, cuando se hace referencia a los métodos de trabajo que
sufrían los hachadores, quienes pudieron “imponer” escasas conquistas y limitadas al
obraje, agrega P.L. que “lo que no pudo conseguir el sindicalismo...lo alcanzarán los
trabajadores cuando sean capaces de levantarse enérgicamente contra sus amos y se hagan
el firme propósito de no aceptar un día más de escarnio y explotación” (6). ¿Cómo adquirir
esa capacidad?. Si extendemos esta postura al trabajador de campo, “el nucleamiento más
disgregado y discordante”, podrá superar su situación “solo cuando el bracero se decida por
romper esas artificiosas ligaduras”. Por ello, se intenta hacer pie en el sector agrario desde
la Agrupación Libertaria de Trabajadores del Campo, editora del periódico “La Voz del
Campesino”, con la administración de José Matanzzo. El primer número vio la luz en
setiembre de 1925 en la antigua sede donde ahora vuelven a concentrarse todas las
actividades, calle 20 Nº 996, seguramente por la incidencia del alquiler en el costo del local
anterior.
Con referencia a las relaciones con personas y medios afines a su línea, Pampa Libre
siguió contando con la colaboración de Siberiano Domínguez, ahora desde el Chaco y
luego desde El Arbolito, una vez liberado de la prisión en Bahía Blanca, a la vez que se
sumaron otros como Cesar Balbuena desde Lanús, T. Antillí y Federico Ritsche, quien
adelantó la aparición de un folleto con notas de J.Prince e I.Martínez publicadas en L.P.L.
con prólogo de Fernando del Intento. A propósito de Isidro Martínez y como un nuevo
indicio de que las vinculaciones con “Ideas” seguían siendo intensas, a mediados de 1925
se produjo un asalto policial al local del quincenario platense. En esa oportunidad fue
apresado I. Martínez, quien tan solo cinco meses atrás había recobrado la libertad en la
cárcel de Santa Rosa. El Comité Pro Presos de La Plata quedó a cargo de José M. Lunazzi
(5), mientras J. Prince se recobraba lentamente para reiniciar su militancia en “Ideas”.
Por otra parte, las apariciones de La Antorcha como semanario y en vísperas de ser
“cotidiano” seguían siendo objeto de espacios importantes. El auspicio se hacía extensivo a
otras publicaciones como el quincenario “Superación”, de la Agrupación Comunista
Libertaria de Obreros Ebanistas, y “Culmine”, el órgano de prensa de Severino Di
Giovanni, del que incluso se extractaban párrafos como el titulado De la Acción : “Sólo por
la acción se conquista la vida. Conquistemos, entonces la de Sacco y Vanzetti” (7)
Di Giovanni dio muestras de coincidencias con Pampa Libre y en tal sentido calificó a
sus editores de “compañeros en el verdadero sentido de la palabra”, como asimismo en
carta a Hugo Treni se lamentó que fuera de la Argentina, el anarquismo no escribió “una
sola línea contra Arango en ocasión del ataque a ‘Pampa Libre” (8). Por otra parte y tal como
ocurría con las publicaciones de Di Giovanni en Buenos Aires, P.L. comenzó a editar un
suplemento en italiano que insertó en prácticamente todas sus ediciones desde el 1 de junio
de 1926 y su administración estuvo a cargo de Aldo Aguzzi. Ahora bien, Aguzzi
desempeñó cuatro años más tarde igual función en el periódico “Anarchia”, impreso por Di
Giovanni y si leemos el listado de propósitos que incluye su primer número, comprobamos
50

que entre ambos medios había una línea en común (9). A nivel de contactos personales, en
enero de 1931, una semana antes de su fusilamiento, Di Giovanni tuvo un encuentro en La
Plata con José M. Lunazzi, en ese entonces presidente de la Federación Universitaria de la
UNLP. (10) que, como vimos, tuvo activa participación en Pampa Libre . Pero las relaciones
entre ideas y posturas personales no son tan lineales ni tan simples. Con el ilustrativo título
de “Violencia Negativa”, el grupo editor de Pampa Libre tomó distancia y más aún, criticó
los atentados contra bancos norteamericanos realizados en Buenos Aires el 24 de diciembre
de 1927 con un claro sentido vengativo por la muerte de Sacco y Vanzetti y con los cuales
estuvo directamente relacionado Di Giovanni. Una respuesta a dos preguntas : “...¿han
afirmado una sola idea de justicia social, de fraternidad humana, de lucha y de ideal, las
bombas del Banco de Boston y el City Bank? Decimos categóricamente que no, que más
que estériles han sido contraproducentes, opuestos a nuestros fines y nuestros medios”. “O
es que un poco de sangre salpicando los mármoles de los bancos de Estados Unidos lavará
la ofensa ?” (11)
Esta forma de considerar los atentados con su secuela de muertes no deseadas, pero
muertes al fin, de personas inocentes, que según P.L. “nos iguala a los adversarios” y trae
aparejado efectos negativos sobre la propaganda anarquista, fue ratificada con motivo de
otra acción protagonizada por Di Giovanni, esta vez el 23 de marzo de 1928. “Frente al
dinamitazo del consulado italiano, no nos desdecimos ni una coma” comienza una nota
firmada por R. Gonzalez Pacheco, extraída de La Antorcha Nº 271, y agrega :
“Quisiéramos ser uno de los despedazados por esa bomba...El culpable, sea quien sea, es un
producto de este sistema burgués delirante de violencia y cinismo...Eso no es la anarquía”
(12). Es evidente que el “no nos desdecimos ni una coma” de González Pacheco lleva
implícito una condena similar a los atentados contra los bancos.

La confirmación de la condena a muerte de Sacco y Vanzetti por parte de la Suprema


Corte de Massachussets en mayo de 1926, redobló la campaña mundial para exigir su
libertad y La Pampa no tuvo ausente de ella, en momentos que Isidro Martínez, liberado en
La Plata, retomaba la administración de Pampa Libre , luego de un período de varios meses
cubierto por Luis Guaraglia Ubiña
La actividad continuó alrededor de las conferencias en gira como la iniciada en
Winifreda en febrero de 1926, como “preludio de una más intensa y extensa campaña”.
Desde esa localidad, donde un sindicato pretendía “arrebañar” a los bolseros entre las
“estrechas paredes del sindicalismo”, la gira prosiguió por Colonia Barón donde se escuchó
por primera vez la palabra anarquista, Quemú-Quemú, Gral. Pico, Eduardo Castex, Caleufú
y el cierre, previsto en Trenel, no se pudo concretar por impedimento de la “milicada” (13).
La difusión de las conferencias comparte los espacios de Pampa Libre de esa época
con una intensa campaña de condena teórica y de la cotidianeidad del socialismo y con
muchas notas literarias vinculadas generalmente a publicaciones de la editorial Argonauta.
Marca también esta etapa la reaparición de las notas de Jacobo Prince (14), quien luego de
varias intervenciones comenzó redactar sus notas con la postura que ”marcó” la tendencia
del periódico . “Para realizar obra eficaz de liberación, debe dotarse al pueblo la capacidad
de comprender sus males”, o sea conocer por sí mismo, escribía en marzo de 1927, para
agregar esta frase que evidencia su convencimiento : “No se puede construir una sociedad
libre con masas arrebañadas, así sea tras una fórmula anárquica”
51

Crisis y un llamado. Pero esta práctica, que continuará con importantes novedades en el
diseño pero no en el contenido temático del periódico, no nos debe alejar de la situación de
crisis que vivía en ese 1926, crisis previsible si se tiene en cuenta que la desorientación que
afectaba a los obreros podía trasladarse a la militancia. Se anuncia con tristeza que la
actividad del grupo editor de P.L. “choca contra la indiferencia cada vez mayor de los
compañeros, de aquellos que dicen preocuparse por nuestras cosas”. Pesa “sobre nosotros”
–agrega- “el desdén, despreocupación, cansancio o hastío...Pareciera que el periódico no
llenase función alguna o desapareciendo fuera lo mismo”. La crisis se manifiesta en
localidades sumidas en la indiferencia, con excepción de aquellas que siempre han
respondido como Castex, Quemú y Caleufú (15)
Al mismo tiempo, P.L. reprodujo, sin comentar y sin volver a tocar el tema en ediciones
posteriores, un pedido de reunión de las agrupaciones cordobesas “Los Inadaptables” y
“Nestor Makno” a las agrupaciones que estaban en la órbita de La Antorcha, A.L.A. y La
Protesta, para tratar en un ámbito común la forma de armonizar la propaganda anarquista, la
organización sindical y la cuestión presos sociales. Los motivos que aducen para tal
encuentro es que “la gran obra de reivindicación social que estamos llamados a realizar
es nula, debido a las luchas intestinas que hay en el movimiento anarquista”

Cambios de diseño y contenidos. Las novedades de diseño a que hacíamos referencia,


siempre con la responsabilidad de Isidro Martínez y al cumplirse cuatro años de ediciones,
es un nuevo formato de menores dimensiones, con imágenes en tapa y con más páginas :
catorce en total, sin referencia a agrupación alguna y con la simple mención de
“publicación anarquista”. Para conocer el contenido de un ejemplar tipo de esta época
podemos usar precisamente el primero con este nuevo diseño, el del 15 de agosto de 1926 :
• La continuación de una serie de notas críticas al socialismo firmadas por Williams
Owen
• Una sección literaria con “La Educación del Papagayo” de Rabindranath Tagore
• La nota de conclusión sobre una serie dedicada al presidio de Sierra Chica
• Una nota titulada “¿Para qué federaciones?” que firma Siberiano Domínguez, de la que
no podemos evitar señalar un párrafo : “Los sindicatos son más fuertes si los
anarquistas han trabajado previamente el medio en donde éstos deben surgir, formando
de antemano el embrión de una moral revolucionaria”. “Así, nos introducimos en el
movimiento obrero sin calentarnos mucho en que estas sociedades se mantengan”. Está
claro.
• El quinto número del suplemento en italiano de cuatro páginas.
• Listado de nuevos libros.

Como un reflejo de los cambios operados y la explicación de S. Domínguez, coherente


con la valorización de la propaganda, la capacitación, la formación moral, etc., el
centimetraje destinado al movimiento obrero sufrió drásticos cambios en P.L. En los tres
primeros números de 1922, las noticias y notas de este tipo ocupaban el 50 % o más del
total, en tanto que cuatro años después y aún si elegimos un ejemplar en que se comenta un
1º de Mayo, la diferencia es notable : sólo un 10 % y de notas como la señalada, donde no
se reflejan actividades o se promuevan. También se observa una mayor cantidad de textos
con firma de lectores de los pueblos, pero se trata en su mayor parte de notas de opinión
que no dan cuenta de actividades concretas en ellos. Paralelamente, se ha extendido el radio
52

de influencia pues las colaboraciones llegan también desde Rosario y las localidades
santafesinas de Chabás, Sancti Spíritu, Teodelina y Arequito, las que incluso van
reemplazando en número a las pampeanas. Esta extensión explica la atención prestada a
José Luján, un anarquista preso en Villa Cañás y luego trasladado a la cárcel de Rosario.
En materia de propaganda hacia otras publicaciones, continuaron en 1926 los anuncios
sobre el semanario La Antorcha y el quincenario La Idea, con el agregado de Brazo y
Cerebro de Bahía Blanca, La Verdad de Tandil, Adelante de Avellaneda, Libre Acuerdo de
Rosario, el periódico femenino La Madre y otros. También son abundantes las notas de
autores europeos, los comentarios sobre libros y autores y si a eso le agregamos el formato
tipo revista, Pampa Libre pasa a identificarse como una publicación político-literaria en la
que han desaparecido no solo la actividad sindical sino hasta los oradores en gira y las
conferencias. Todo este movimiento de periódicos y libros era realizado por correo, sin
imaginar los editores que el registro del sistema postal sería usado en futuras represiones.

Los dos suplementos. Mencionamos secciones que al contrario de otras experiencias,


mantuvieron una notable continuidad. Tal es el caso de “Abajo las Armas”, nombre
indicativo de la importancia brindada al antimilitarismo, un elemento esencial de la
concepción antiestatal del anarquismo. Esta relación se sustenta en que “El Estado solo
puede existir mediante el militarismo que, por su parte, representa la metódica organización
de la violencia” (16). No se trata, por otra parte, de un antimilitarismo socialdemócrata ya
que un manifiesto de la Asociación Internacional de Trabajadores aclara que “La misión
principal de la clase obrera no está solo en combatir el actual militarismo capitalista, sino
en destruir el capitalismo como tal”. A su vez, la marca anarquista en esta declaración está
en la necesidad de extirpar no solo el espíritu del militarismo sino también el de la
disciplina y el de la subordinación” (17)
Otro suplemento fue el editado en italiano con el nombre “L’Aura dei Liberi”, en
función de la numerosa colonia itálica que poblaba en ese entonces en norte pampeano y el
sur santafesino, radio de influencia de Pampa Libre en la segunda mitad de la década. En tal
sentido, algunas giras incluían discursos en castellano e italiano y se tiene registro que en
Gral. Pico, un acto contra el militarismo realizado el 11 de octubre de 1927, tuvo un
disertante en italiano. Por otra parte, el Sindicato de Oficios Varios de Ing. Luiggi solicitó
en esa misma época a otras organizaciones, a través de P. L., el envío de publicaciones
anarquistas en ese idioma. En La Pampa esta modalidad bilingüe era novedosa, pero otros
periódicos ya lo habían ensayado. La Protesta, por ejemplo, tuvo una “sezione italiana” en
marzo de 1917, de muy corta duración y reeditó el intento en agosto de 1929 con igual
suerte, de modo que es llamativa la regularidad con que “L’Aura dei Liberi” vivió en el
interior de Pampa Libre, la que en diciembre de 1927 anunció además la aparición del
primer folleto en castellano que analizaba el fascismo a través del pensamiento anarquista.

Una novedad para el tipo de noticias frecuentadas hasta 1926, fue la incorporación de
una sección sobre Latinoamérica, donde “nuevos césares” –caso Machado, Leguía- estaban
ejecutando persecuciones en Bolivia, Paraguay, Cuba, Colombia y Perú. Con más asiduidad
aún, aparecen pedidos de solidaridad con las víctimas de la dictadura militar chilena (18) e
incluso se trazaban similitudes entre el coronel Ibañez de ese país y el Gral. Justo, “jefe
organizador de grandes maniobras militares” (19) y futuro presidente argentino, seis años
después. Este tipo de temas dio lugar a una columna casi permanente titulada “Noticias de
0Sudamérica”.
53

Mas allá de la influencia de Jacobo Prince y José M. Lunazzi, puede afirmarse que
Siberiano Domínguez desde las notas e Isidro Martínez desde la administración, son a esta
altura los protagonistas centrales de la mayor parte de la historia de Pampa Libre. En abril
de 1927 Isidro Martínez dejó su lugar en manos de Marcos Dukelsky, último administrador
“visible” pues durante los años finales no figuró nombre alguno en la portada.

La desocupación y la jornada de seis horas

La ausencia de espacios destinado a la actividad sindical no significó desatender los


padecimientos de los trabajadores, muy especialmente los rurales. Si bien se trata de una
agitación “de estación”, en época de cosecha, no se observa una atención similar a otros
sectores obreros y por eso no fue casual la aparición de La Voz del Campesino, aún cuando
reiteradamente se consideró a ese sector como el de menor conciencia social. Pese a las
frases que siguen denotando decepción (20), pero muy confiados en la derrota del
reformismo, surge la propuesta de la jornada de seis horas, la que tampoco era una novedad
para esos años pues ya había sido incluida en las menciones del VI Congreso de la FORA,
en 1906.
El tema fue revitalizado en la década del 20 y el II Congreso de la Asociación
Internacional de Trabajadores aprobó en Amsterdam, a instancias de la FORA, la necesidad
de aliviar la desocupación mediante la jornada máxima de seis horas. Posteriores congresos
y encuentros se ocuparon de esta reducción horaria hasta que en 1926 se produjo un intento
más coordinado. Una asamblea de delegados de la Federación Obrera Local Bonaerense
inició una campaña de agitación pro-conquista de la jornada de seis horas y Pampa Libre
compartió la iniciativa, centrándola en los trabajadores del campo, los braceros.
La idea de reducir la jornada diaria tampoco era nueva en La Pampa. En noviembre de
1922, cuando aún se encaraba la “organización” de los trabajadores agrícolas, se procuraba
que las tareas fueran realizadas por “el mayor número posible de obreros y en el menor
tiempo posible”, tratando además de abolir el trabajo “por tanto”, “...esa treta burguesa que
explota la avaricia en provecho propio (21)
En cuanto a la situación de trabajo en el campo, la aparición de máquinas cosechadoras
que cortan y trillan, ahora al alcance de los chacareros, provocó una elevada desocupación
de la mano de obra habitual y, por presión de ella, la desaparición de conquistas obtenidas
en años anteriores.
Planteado como un “paliativo inmediato” y en vísperas de la cosecha fina, Pampa Libre
trataba de convencer tanto a los obreros como a los colonos sobre la conveniencia de
adoptar el sistema de la jornada de seis horas. Para estos últimos, desplegó un cálculo
matemático demostrativo de que nadie perdía, desagregado según se utilicen atadoras,
espigadoras o cosechadora-trilladoras de 12 y de 18 pies, todas ellas empleando distinta
cantidad de personal y con la ganancia en pesos para cada caso (22). La campaña estaba
diseñada al estilo “acción directa” que, recordemos, suponía el trato sin mediaciones de
obreros y patrones, esto es sin buscar la ayuda del parlamento u otra institución estatal.
El problema de la desocupación no solo era patrimonio del campo sino que también
azotaba las ciudades, por lo que la presión por conseguir un puesto en la “corta” (trabajo de
cosecha de corto tiempo) era mayúsculo. Todo ello hacía imperiosa la aplicación de dos
turnos de trabajo de 6 horas, pero P.L. no de ja de plantear sus dudas, especialmente la más
dramática, aquella que se deriva de la solidaridad entre obreros. Es decir que el sistema es
54

inaplicable si no es aceptado por ellos, además del patrón. ¿Cuántos braceros estarán
dispuestos a deslomarse 12 o 14 horas, sin importarle que otros no trabajen siquiera 6 ?. La
presión de esa gran masa de desocupados, ¿desatará todos los egoísmos ?, se pregunta. Por
otra parte y fiel a su línea de los últimos años, P.L. se planteaba la agitación mediante la
propaganda, pero aclarando : “sin caer en los límites estrechos de la acción sindical”.
Dentro de esos mismos “límites”, la FORA también participó de la campaña por la
jornada de seis horas y en tal sentido, de mayo a diciembre de 1926 envió más de cuarenta
delegados al interior del país, organizando además dos giras de propaganda, una por
Córdoba y otra por La Pampa..
En realidad, la desocupación se hacía más intensa a medida que transcurría la década, de
modo que no fue patrimonio exclusivo de la depresión post crack de la bolsa de Nueva
York. Esta descripción es ilustrativa : “En Santa Fe los elevadores de granos ocupan tres
hombres cada uno, quienes trabajan más horas que los bolseros pero son mejor
remunerados y su trabajo es más de atención que muscular. Cada elevador con sus tres
obreros desplaza a treinta o más bolseros. En otro orden, el arador trabajaba dieciséis horas
diarias durante cuatro meses para labrar 100 hectáreas que hoy un tractor deja listas,
trabajando igual horario, en quince días” (23). Es por ello que en todas las áreas agrícolas se
observaba un enorme desplazamiento de obreros, similar al que por otras causas ocurrió en
1915.
La desesperada respuesta de los trabajadores, en ocasiones, adoptaba la forma reactiva
de los obreros europeos del siglo XIX ante la Revolución Industrial : la destrucción de la
máquina “enemiga”. En La Pampa, se sospechaba que la reiteración de máquinas trilladoras
incendiadas no era casual (24) y en Santa Fé hubo elevadores de granos destruidos por la
misma causa, lo que motivó guardias nocturnas de protección.
En medio de la abundancia de notas sobre el adelanto de la maquinaria, la desocupación,
la sobreproducción que ya provocaba crisis, etc., ¿cómo defender la ciencia y su influencia
liberadora y a la vez denostar el adelanto tecnológico?. Jacobo Prince trataba de combatir la
popular idea de que antes, sin esos adelantos, “se estaba mucho mejor” y no le veía mayor
sentido al “paliativo” de las seis horas : “El industrialismo actual sabe obtener el máximo
de rendimiento al hombre igual que a la máquina. Puede exprimir la misma energía en 6
horas que en 8. No hay solución en los marcos del sistema” (25)

Campaña pampeana por Sacco y Vanzetti

“Después de siete años consecutivos de demostraciones legales y extralegales de la


pura inocencia de los dos condenados a muerte...el proletariado pampeano se unirá sin
duda a esta última cruzada por la libertad de Sacco y Vanzetti”, se expresaba cuando aún
la fecha de ejecución estaba fijada para el 10 de julio de 1927. Los deseos se vieron
cristalizados con una campaña de agitación que abarcó numerosos pueblos y que incluyó la
formación de comités pro Sacco y Vanzetti. El de Gral. Pico, por ejemplo, estaba
constituido por el Sindicato de Obreros Panaderos, el Sindicato de Empleados de Comercio
“Tiempos Nuevos”, Cocheros Unidos, Sindicato de Mozos, Cocineros y Anexos, la
Agrupación Anarquista “Pampa Libre” y el Conjunto Artístico “José Ingenieros”, en tanto
que otro comité tomaba cuerpo, el pro boicot a los productos norteamericanos. La campaña
tuvo una activa presencia socialista y de obreros sin filiación, es decir que trascendió los
marcos del anarquismo, el que por otra parte agregó en esos momentos otra reivindicación :
55

la liberación de Ascaso, Durruti y Jover, detenidos en Francia y aún pendiente el pedido


argentino de extradición, y la defensa de Eusebio Mañasco, organizador de obreros
mensuales en los “feudos” chaqueños, con un pedido de 25 años de prisión (26). Luego
Mañasco fue liberado y para los tres anarquistas “expropiadores” no se concedió la
extradición y aún más, recobraron la libertad en medio de la algarabía del anarquismo que
tomó a esas medidas como un triunfo de su insistente presión. Para Sacco y Vanzetti había
esperanzas de reeditar esos logros, pero en el fondo se sabía que los jueces de EE.UU.
manifestarían su intransigencia con un castigo ejemplificador.
Los actos del lº de Mayo de 1927 tuvieron como tema excluyente el clamor por la
liberación de ambos condenados. En Gral. Pico se realizó una conferencia organizada por el
grupo “Humanidad del Porvenir” en la que habló un delegado de la FORA (27). El hecho
sirve además para indicar que anarquistas no adherente a la línea de Pampa Libre y que no
tenían cabida en sus páginas, siguieron de alguna manera conectados a un “forismo”
residual en la zona (28). Por otra parte, en Quemú-Quemú y a instancias de la perdurable
Agrupación “Hacia el Porvenir”, habló Francisco Maffei, de la platense “Ideas”.
El tema Sacco y Vanzetti fue un incentivo, acicateó la modorra del desaliento y por ello
se reanudaron las giras programadas de conferencias y se cumplió el paro general del 10 y
11 de agosto en Gral. Pico, Caleufú, Edo. Castex, Vertiz, Quemú, Winifreda, Monte
Nievas, Cnia. Barón, etc. Como acto típico puede tomarse el realizado en la primera
jornada de paro en Gral. Acha, en función del texto enviado ese día por el comisario de esa
localidad al Jefe de Policía del Territorio : “En la fecha socialistas y Asociación de Oficios
Varios reuniéronse plaza local, de donde luego de múltiples discursos recorrieron pueblo.
Repartidores y otros gremios adhiriéronse clausurando negocios. Comprobada presencia
elementos peligrosos. Animos un tanto exacerbados. Resolví prohibir otras
manifestaciones” (29). En algunas localidades, la prevención policial se transformó en
represión abierta, tal es el caso de Villa Cañás, Villa Mercedes, Venado Tuerto y Bahía
Blanca.
La campaña, multiplicada en tantos pueblos y ciudades del país, motivó una nota de B.
Vanzetti en la que manifiesta estar al tanto de estos gestos solidarios y concluye :
“Compañeros, amigos, pueblo de la Argentina : nosotros morimos con vosotros en el
corazón” (30). Murieron en la silla eléctrica el 23 de agosto de 1927.

“No seamos solamente libertarios...”

La agitación, que tendrá su continuidad con la campaña por la liberación de Radowitzky,


había abierto una ventana que se quería mantener abierta pero sin alterar el estilo de notas
que caracterizaban las ediciones de la última época : doctrina más literatura y ahora una
fuerte presencia de la cuestión agraria, quizás por el campo fértil que había encontrado P.L.
en el sur de Santa Fé.
Las razones eran éstas : “Por carencia de una obra continuada de proselitismo, las
multitudes se habían apiñado en torno a una indiferencia vergonzoza”, en los tiempos
previos a la intensificación de la campaña pro Sacco y Vanzetti. Y sigue así : “Y el claro
abierto por la agitación, que reavivó conferencias, debe ser llenado. ¿Cómo? La obra
principal, positiva de llenar ese vacío...debemos comprender que está en la propaganda, no
ya verbalista sino de divulgación doctrinaria, de exposición conceptual”, la que era vista
como un antídoto contra la propaganda inmediatista. “No seamos solamente libertarios,
56

sino también anarquistas” (31). La frase también expresa el deseo de desterrar el


“anarquismo bullanguero”, de efectos igualmente efímeros (32).

La Liga Patriótica y el “fascismo pampeano”

En La Pampa, hasta 1928, existían antecedentes de conductas “liguistas” pero muy


pocos de constitución formal de la Liga Patriótica Argentina. En Santa Rosa, por ejemplo,
hay registros de la existencia de una brigada que se autodisolvió a mediados de 1921 tras
sucesivos llamados para renovar su conducción y luego es en Winifreda donde se observa
un mayor acompañamiento civil a la represión policial, lo que podría indicar la existencia
de un ambiente, vinculado a la Liga, de persecución a obreros “federados”. Empero, la Liga
volvió a tomar impulso en Bahía Blanca e Ing. White donde en 1927 es asesinado el obrero
Elías Galván por “el malevaje a las órdenes de Luis Carminati, que oficia de jefe de aquella
zona portuaria” (33). Hasta que en Gral. Pico se concreta nuevamente como organización en
suelo pampeano, esta vez con una presentación a sangre y fuego.
Las primeras reuniones pro brigada tuvieron lugar en enero de 1928, con el resultado de
una comisión donde tuvieron activa participación los propietarios de la panadería “Miguel”,
Sosa, y de la fideería “La Pampa”, Bonavía, Gotelli y Scoto, especialmente el primero. A
esos negocios, la Federación Obrera Local les declaró el boicot de forma inmediata y los
efectos de esa presión se hicieron sentir : varios comerciantes renunciaron a la comisión.
Casi al mismo tiempo, los obreros gráficos del diario “La Reforma” de Gral. Pico, a
instancias de la Federación Obrera Local., se negaron a componer toda noticia sobre el
boicot que tuviera como fuente la Liga Patriótica, motivando que ese medio no salga a la
calle por dos meses (34). El director de La Reforma, Manuel C Ramírez, también sindicado
como promotor de la brigada, envió el 31 de enero una nota al gobernador y al Juez Letrado
donde denuncia que los gráficos piquenses constituyeron un “soviet” y predice choques
sangrientos que, efectivamente, ocurrieron pocos días más tarde. La tensión aumentó varios
grados al cumplir la Liga Patriótica con una de sus especialidades : el suministro de
“crumiros” para suplantar a los “federados” y quebrar la presión obrera. Así lo hizo con la
huelga de estibadores y carreros en Winifreda los primeros días de febrero e intentó hacer
lo propio con los gráficos de La Reforma, lo que no pudo concretar por la férrea actitud de
los obreros, “apretadas” a indecisos mediante.
En su edición del 4 de febrero de 1928, el diario de Santa Rosa La Autonomía se
solidarizó con su colega y pidió la detención de los responsables, su puesta a disposición de
la Justicia del Crimen y calificó al hecho como un atentado a las libertades de trabajo y de
imprenta. Con la divisa “Patria y Orden” por un lado y la decidida oposición de anarquistas
y socialistas por otro, la primera refriega se produjo en la noche de ese mismo día en un
acto organizado contra la Liga por .la Federación Obrera Local, en el que hablaron su
secretario general, el inspector municipal Tomas Zucconi, y Enrique Balbuena, un
anarquista que era representante de Pampa Libre en Capital Federal, donde a su vez
militaba en el grupo “Humanidad”. La trifulca fue desatada por miembros de la Liga en
momentos que Balbuena fustigaba sus objetivos, a pocos metros de la tribuna levantada
frente al “Baratillo” Colombo, en 20 y 17. En momentos que el Dr. Raul Cigorraga
portando una smith and wesson y su hermano Oscar un colt 38 avanzaban sobre el orador,
se produjo un forcejeo hasta que un disparo hirió al viejo educador francés Miguel de
Fougères de 74 años, uno de los espectadores del frustrado acto (35).
57

A esta altura de los acontecimientos, la comisión organizadora de la Liga Patriótica


presentó un informe a su presidente Manuel Carlés, en el que se mencionan los hechos
ocurridos en Gral. Roca y Gral. Pico. En esas localidades “la acción disolvente de los
elementos anárquicos determinaron la creación de brigadas...” y se fijan objetivos para ellas
: “hacer respetar las leyes y las autoridades legalmente constituidas, persiguiendo a quienes
colectiva o individualmente intenten perturbar la paz pública” (36)
Los hechos más graves ocurrieron ocho días después. En la noche del 12 de febrero de
1928 los liguistas Arturo Delfino, José A. Mapelli y Oscar Cigorraga (37), se trenzaron en
una romería del Prado Español con anarquistas vinculados a Pampa Libre : Jesus Villarías,
trabajador de imprentas; Cayetano Bizzózero, uno de los oradores de los primeros actos
anarquistas, el 25 de noviembre de 1917 en Gral. Pico y Juan Niell, estibador en Caleufú.
Como resultado de la reyerta, Mapelli quedó gravemente herido de varias puñaladas y
Bizzózero murió en el acto, de varios disparos. De inmediato se produjeron detenciones de
anarquistas en los alrededores del Prado Español, en redadas posteriores y luego de
irrumpir la policía en la redacción e imprenta de Pampa Libre, que denunció el “maridaje
entre la autoridad policial y la mazorca liguista” (38). Todavía quedaba para el día siguiente
la muerte del obrero municipal Marcos Zapata por parte de Oscar Cigorraga, quien le
disparó minutos después de expirar José Mapelli. Las detenciones se extendieron a “dos
anarquistas de Capital Federal”, lo que permitió a la policía abonar su hipótesis del complot
foráneo para alterar el orden. Se trataba de Cesar Balbuena, columnista en esa época en
Pampa Libre, y Simplicio de la Fuente, quienes recibieron el “manyamiento” no solo de la
policía sino del delegado de la Junta Central de la Liga Patriótica, que se encontraba en
Gral. Pico atraído por l0os acontecimientos, como paso previo al traslado de ambos presos
a Buenos Aires donde estuvieron en manos de “Orden Social” durante 24 horas (39).
El conjunto de incidentes, especialmente los que derivaron en las muertes del 12 y 13
de febrero, fue calificado por P.L. como “recrudecimiento de la barbarie” y expresión del
“fascismo pampeano”. Un clima de tensión tan elevado y la perspectiva de nuevos choques
determinaron la clausura inmediata de una institución : el carnaval, a pedido de la Justicia,
a la par que se anunciaba la constitución definitiva de la Liga, cuya junta central
encomendó al Mayor Mercado la misión de dejarla constituida en Gral. Pico. El 24 de
febrero de 1928, en los salones del Club Social, se integró finalmente con la presidencia del
Dr. Anselmo Palau (40). Los hechos conmocionaron la zona, pero en realidad no fueron
sorpresivos para nadie, ni siquiera para la prensa metropolitana (41)
Los problemas de la acción directa

Pampa Libre, que en mayo de 1928 había retornado de revista a tamaño periódico por la
escasez de material tipográfico, comenzó a marcar con preocupación el resurgimiento del
sindicalismo con participación radical, socialista y anarco-sindicalista. Paralelamente, un
tema que es un “clásico”, el de la autonomía obrera, volvía a ser puesto a prueba en ocasión
de la gran huelga portuaria de Rosario. Allí, el conflicto interno motivó la disolución de la
Federación Obrera Local Rosarina y la creación de un comité de relaciones de gremios
autónomos, para “combatir la centralización y disciplina que es común a toda central
obrera” (42). El columnista en P.L. Germán Arias refirió con preocupación la siguiente frase
que escuchó en Rosario : “Si algún patrón de panadería viola la ley que prohibe el trabajo
nocturno, lo denunciaremos a la justicia, quien multará al infractor, favoreciendo de esta
suerte, el triunfo de nuestra causa”. “Conste –agrega Arias- que casi todos los gremios
58

usaron éstas o parecidas armas en sus respectivos conflictos”, todo un problema, ya que “la
burocracia sindical representa un estado dentro del estado capitalista” (43). En consecuencia,
la acción directa quedaba seriamente comprometida y por ende la autonomía obrera como
correlato de la autonomía organizativa, de acción y sobre todo, de pensamiento.
Comparemos esta situación con las perspectivas que en materia de acción directa se
forjaba La Pampa Libre en su primer número de 1922. Con motivo de la nueva ley que
prohibía el trabajo nocturno en las panaderías, con optimismo advertía : “Apostamos a que
los patrones harán trabajar de noche aunque exista la ley, hasta que los obreros impongan
tal cambio. Antes de tal ley, ya se trabajaba de día en Campana, Gral. Pico, etc. pero porque
los obreros habían impuesto tal condición y si ahora no lo imponen, seguirán trabajando de
noche. Está demostrado que cuando los obreros quieren una cosa la deben imponer
directamente. Nosotros procederemos siempre como si no existiese ninguna ley”.
A la agitación obrera en Rosario, le sucedieron las huelgas en toda la zona agrícola de
Córdoba y Santa Fé. Los chacareros, en su mayoría pequeños colonos, aceptaban las
demandas de los obreros, en tanto que los más grandes se negaban, “aleccionados por la
Federación Agraria Argentina y amparados por el novel gobierno yrigoyenista” (44). La
respuesta gubernamental fue una represión muy intensa, acompañada por la Liga Patriótica,
lo que hacía recordar “la sombra fatídica de los muertos en la semana de enero de 1919 en
Buenos Aires, en Gualeguaychú, en J. Aráuz, en Santa Cruz”. En este reverdecer de luchas
en la ciudad y el campo, Ricardo Mella quizás sintetizó la preocupación de P.L.y del sector
anarquista ligado a él : “el afán sindicalista tiene sorbido el seso de muchos de los nuestros
hasta el punto de que no sea el ideal la fuerza directriz, sino la rutina asociacionista y de
clase”. El problema es que en medio de un clima “propicio”, avanzaban más las ideas de
otros sectores y por ello, unos cuantos intentos de intervenir en las luchas obreras, no
habían logrado reavivar la acción anarquista, claro que esa intervención se limitaba a la
propaganda oral y escrita, que es a lo que se había reducido la táctica libertaria, en opinión
del mismo Mella. Pues bien, el tema es la táctica libertaria, y la siguiente frase de su
autoría parece clave :

“Acaso la dificultad consiste en que siempre razonamos en vista al fin absoluto del ideal y
no aceptamos sino a dar soluciones definitivas con posible realidad a larga distancia. Las
soluciones transitoria se nos escapan por temor al oportunismo y al reformismo. Y sin
embargo son necesarias. La meta no es lo mismo que el camino a recorrer. La exposición
doctrinal no basta. Es preciso además impregnar de acción social el espíritu libertario” (45)

Ahora, Radowitzky

A los actos y veladas con películas y representaciones teatrales, conferencias mediante,


en diversas localidades, antes y después del cumplimiento de la sentencia de Sacco y
Vanzetti, siguió el tipo de campaña que los anarquistas sentían como “propia”, esta vez por
la liberación de Simón Radowitzky (46). En 1928, la agitación tras ese objetivo en suelo
pampeano también se intensificó. En Trenel y Quemú-Quemú se realizaron paros de 24
horas con mitines en sendas plazas, los que se repitieron el 23 de agosto al cumplirse un
año de la muerte de Sacco y Vanzetti, en medio de un clima que el siempre inspirado
González Pacheco calificó así : “La vida de Simón es siempre como su bomba. Terrible
pero gloriosa” (47). A esta actividad siguió una gira por once localidades con disertaciones
59

de Francisco Martínez, incluyendo en Gral. Pico una velada con la puesta en escena de “Sin
Patria” y “El Alcalde Rojas” y a todo este despliegue no tardó en sumarse la campaña por
la liberación de Alejandro Scarfó, los hermanos Marino y Simplicio de la Fuente, Jaime
Gómez Oliver y Pedro Mannina (48), acusados el primero de ellos por tenencia de
explosivos y de dinero falso con destino a un atentado contra Herbert Hoover, presidente de
los EE.UU. de próxima visita en la Argentina, y los restantes, de copartícipes. En su
defensa, P.L. explica “...Anarquistas : defenderíamos a nuestros compañeros , aunque
fueran culpables de los hechos que se les imputa” (49) y reproduce textos de La Antorcha
donde era común, para éste y casos anteriores, la táctica de negar los cargos en lugar de
reivindicar la causa por la que estaban presos.
Lo que quedaba del “forismo” en La Pampa también se sumó a la campaña por
Radowitzky. El 15 de agosto de 1929, se realizó en Santa Rosa un acto organizado por
Oficios Varios y Ladrilleros de esa ciudad, con la cooperación de Oficios Varios de Catriló
y Uriburu, sindicatos que trasladaron obreros de esas dos localidades y de La Gloria (50).
También participaron de esta campaña Oficios Varios de Salliqueló y de Winifreda. En esta
última localidad, se realizó una huelga pro-Radowitzky en noviembre de 1928 impulsada
por los sindicatos de panaderos y repartidores de pan, albañiles y repartidores de carne.
Radowitzky fue indultado por el presidente Yrigoyen, poco tiempo antes de su
derrocamiento por el golpe militar del 6 de setiembre de 1930, con la condición de que
abandonara inmediatamente el país.

Congreso anarquista regional, un nuevo intento. Desde las iniciativas de unidad


propiciadas por dos agrupaciones anarquistas cordobesas en 1926, P.L. no registró otras
propuestas hasta tres años más tarde, en que las bibliotecas populares “Emilio Zola”, “El
Porvenir” y “La Obra” de Santa Fé convocaron a una reunión de las diversas tendencias
libertarias, “después de siete años de intervalo” (51). El encuentro quedó programado para
febrero de 1930 y aunque no se concretó, constituyó un nuevo antecedente del congreso
unificador de Rosario, realizado en setiembre de 1932.

La represión y el golpe militar de 1930.

El “sentido común” podría conducir a pensar que el golpe militar que lideró el Gral.
Uriburu inauguró la represión que debilitó aún más el movimiento anarquista. Es cierto que
la acentuó, basta recordar las concentraciones de presos en las cárceles de Villa Devoto,
Martín García, Ushuaia, en transportes de la Armada, las deportaciones, -incluso antiguos
pobladores del norte pampeano retienen en su memoria el fusilamiento de presos
trasladados de Chabás a Rosario-, pero las medidas represivas habían comenzado antes. Si
bien nos referimos a que con posterioridad a los hechos de J. Aráuz, se perfeccionó el
control social a través de la persecución preventiva de “federados”, la puesta en práctica de
los certificados de buena conducta, etc., la fuerte intervención policial-militar para sofocar
la protesta de braceros en Córdoba y Santa Fé en 1928 confirmó la decisión oficial de no
permitir hechos de esa naturaleza. Casi un año antes del golpe, P.L. alertaba sobre una
creciente represión en el país, que se traducía en el incremento de la persecución y el
apaleamiento de trabajadores de la campaña, en especial en el litoral santafesino (Villa
60

Cañás, Chovet y otras localidades), otras medidas represivas en el “feudo” de la Standard


Oil en Salta y una conflictividad muy grande en Buenos Aires.
A ello debe sumarse el “proceso fraguado” contra Scarfó, Gomez Oliver, etc., lo que
llevó a calificar al segundo mandato de Yrigoyen como un gobierno con dos caras, dos
carátulas : una con “barniz obrerista”, por la nueva legislación, y otra cara con la máscara
de la represión (52). A esta calificación del gobierno radical, se le agregaba la invasión de las
FF.AA. a una provincia autónoma y una sustancial crítica al manejo moral de la
administración (53), uno de los argumentos de los que esperaban que llegue “la hora de la
espada”, pero no se desprende de P.L. -al menos hasta un año antes del golpe militar- que el
anarquismo estuviera al tanto de su posibilidad. La sensación era que el plan del
yrigoyenismo consistía en “la preparación del ambiente popular para que no se altere frente
a sus extralimitaciones”, es decir que el gobierno mismo transitaba hacia una dictadura de
hecho (54)
En La Pampa, con fecha 3 de febrero de 1930, siete meses antes del golpe, una nota de
la comisaría de Gral. Acha al destacamento policial de Cnia. Santa María, indica cómo los
registros del correo fueron usados como testimonios que delataban a los que enviaban o
recibían publicaciones anarquistas. Además, se trata de una nota-tipo elaborada en la
jefatura y que circuló por todo el Territorio, pero de su redacción original no debía estar
ajeno el Ministerio del Interior. Este es su texto :
“Por disposición de la superioridad, encomiéndole la más estricta y discreta vigilancia
sobre los individuos calificados ácratas que últimamente parecen empeñados en producir
movimientos obreros y atentados a la propiedad y personas, respondiendo a
ramificaciones de la Capital Federal, Rosario, etc. Con toda urgencia remita una nómina
de los individuos que se les puede catalogar como tales, expresando nombre, nacionalidad,
profesión, tiempo de residencia y las causas para clasificarlo así. Al efecto y sin perjuicio
de averiguar por los medios que Ud. considere oportunos, en forma reservada, podría
obtener de la oficina de correos una lista de sujetos que recibieron diarios, periódicos,
panfletos de propaganda, etc. y que profesaren ideas avanzadas” (55)

El análisis del golpe militar, realizado por P.L. a seis días de su concreción, revela que
se tomaba en cuenta la contradicción entre el sector social que expresaba el yrigoyenismo y
la oligarquía que había tomado por asalto el poder político, pero en definitiva se preveía un
retorno a las prácticas del “Régimen”, que a esa altura signaban más una “continuidad” que
la aparición de hechos nuevos. Qué hacer? También se observa, por parte de P.L. el deseo
de continuar con las medidas anteriores : propaganda, agitación por los presos, etc. Es decir
que si en el fondo se estaba contra el capitalismo, no se preveían cambios en la acción por
el hecho de que gobierne ahora una de sus variantes. El texto no menciona la palabra
“dictadura” y tiene el propósito central de desalentar las expectativas que el nuevo gobierno
había despertado en amplios sectores sociales. Su tono guarda diferencias con el volante
que redactaron diez días antes del golpe, Severino Di Giovanni y Aldo Aguzzi, de Anarchia
y Horacio Badaraco y Ramos de La Antorcha, en el que se apela a la huelga general, a la
rebelión, al plomo para los de arriba y finaliza con un ¡Abajo el militarismo y la dictadura!
(56). Tienen sí una frase en común : la que se refiere a que “no existe una cuestión política
sino una honda cuestión social” para el pueblo trabajador de la Argentina.
La nota de P.L. a que hacemos referencia tiene casi el mismo título : “Los anarquistas y
el momento actual”, corresponde a la última edición que disponemos, Nº 147 del octavo
año – 12 de setiembre de 1930 - y éste es su contenido :
61

“El infatuado tiranuelo Hipólito Yrigoyen ha caído estrepitosamente. La burguesía vacuna


argentina y la casta militar han sustituido al radicalismo en el manejo de la máquina
gubernamental.
Las rivalidades financieras de los núcleos capitalistas que operan en este país, fomentaron
primero la llamada oposición política, para llegar finalmente al golpe militar del 6 de
setiembre. Las experiencias dolorosas de todos los países en que la casta militar ha
asumido el poder político señalan claramente las amargas perspectivas que para el país
ha de tener la permanencia en el gobierno de los profesionales de la matanza.
Y si el poder pasa a manos de los viejos zorros de la política conservadora, de los
burgueses del Jockey Club enemigos de los burgueses de la Confitería El Molino, pero
especialmente enemigos todos ellos de los trabajadores y de cuanto signifique verdadera
justicia y bienestar del pueblo; si el poder, repetimos, pasa a tales manos, ¿qué otra cosa
puede esperarse de ellos sino la continuación de los desmanes, arbitrariedades e
injusticias de los regímenes anteriores a 1916 y 1928?
Cuándo y dónde los distintos sistemas de gobierno han dejado de ser los guardianes
celosos del desorden social presente, de los acaparadores de la riqueza común, de los
explotadores del sudor ajeno?. ¿Es que el favoritismo, la corrupción administrativa y
ética, la persecución, la rapiña, la prepotencia, no ha acompañado siempre a todos los
partidos políticos que se han sucedido en el poder?
Cueros de la misma lonja, nacidos de la misma lechigada, los gobernantes depuestos y los
flamantes mandones, sus disputas no pueden ser motivo de regocijo, ni menos de
intervención a favor de unos o de otros, para los hombres del pueblo, esquilmados y
vejados siempre por el capitalismo en campos y fábricas.
Ingenuos y alelados en alto grado los trabajadores que no ven aún que a medida que se
alejan de su verdadero puesto para embanderarse tras este o aquel partido político, los
burgueses extreman la explotación, reducen los salarios, aumentan las vejaciones.
No es pues ninguna solución la toma del gobierno por la camarila militar-conservadora-
liguista. Para el pueblo trabajador de la Argentina no existe una cuestión política sino una
honda cuestión social. El fervor ‘patriótico’ que astutos políticos y ávidos capitalistas han
venido inculcando durante unos meses a militares y civiles, ha podido ahuyentar de su
cueva a un peludo septuagenario, pero en manera alguna podrá ahuyentar el espectro de
hambre que hace su trágica aparición en campos y ciudades, que ha hecho presa de
centenares de miles de desocupados y que ronda a todos los hogares del pueblo.
He ahí el problema que urge resolver. Hay que reconquistar lo nuestro : la tierra, la
fábrica, el pan. Al margen de la política, de la autoridad y del militarismo, el pueblo debe
y puede emanciparse de la tutela gubernamental y de la esclavitud económica, levantando
la bandera de Tierra y Libertad y organizando por su propia cuenta la vida social.
Y frente al nuevo gobierno de entorchados, terratenientes y liguistas, como frente al
depuesto gobierno de demagogos, hampones y klanistas, continuemos, compañeros, contra
todo evento, nuestra labor de propaganda anarquista y social revolucionaria, la agitación
por los presos, amenazados muchos de ellos por bárbaras condenas, y la resistencia
contra todos los exponentes de la reacción que desencadenen contra nuestro movimiento,
contra los desposeídos y contra los hombres libres, los nuevos guardianes de la
burguesía”
62

¿Es ésta la última edición de Pampa Libre?. Los testimonios orales de personas
relacionadas con la historia de la zona apuntan a una respuesta afirmativa. Por otra parte, la
dictadura militar había allanado y clausurado La Protesta el día anterior al de salida de este
último número, el 11 de setiembre de 1930 (57), hizo lo propio con La Antorcha y terminó
con P.L. que ya tenía muchas dificultades para salir, dado el déficit económico que
acarreaba y el consiguiente pedido de auxilio a los lectores, varias ediciones antes del
golpe.
Pero hay un indicio que otorga mayor certeza. Se trata de una respuesta de la
subcomisaría de Caleufú al jefe de Policía del Territorio con relación a la ya comentada
orden de buscar en los registros de la oficina de correos los nombres de personas con “ideas
de avanzada”. La nota tiene fecha 5 de febrero de 1931 y en ella se responde que para esa
fecha no circulaban en Caleufú diarios ni panfletos de propaganda ácrata, pero de cualquier
modo ofrece los nombres de aquellos que “ en un tiempo atrás recibían el periódico
Pampa Libre editado en General Pico...” Uno de ellos era Estanislao Zúgaro, a quien
detuvo la policía por “atentado contra el orden nacional” y por posesión de ejemplares de
“Brazo y Cerebro”, “La Chispa”, “La Protesta y “La Antorcha”. La comisión policial
secuestró todos ellos, pero se encargó de resaltar un editorial de este último medio donde se
calificaba de “asesino” al Gral. Uriburu, en pleno estado de sitio. El italiano Zúgaro (a) El
Cuco de Caleufú, tenía un rudimentario taller de imprenta donde se imprimían folletos y
volantes anarquistas y se editaba el periódico “Unión Vecinal”, registraba una entrada a la
cárcel en 1921 por infracción al código rural y retornó a ella el 25 de marzo de 1931
enviado por el comisario Juan Bianchi (58).
Este salto de diez años en la vida de Zúgaro como en la de tantos anarquistas que
desfilaron por estas páginas fue compartida en intensidad por su contrapartida “estatal”:
funcionarios policiales que los persiguieron, en algunos casos, implacablemente. El
comisario Juan Bianchi es uno de ellos. Lo encontramos en diciembre de 1921 cazando en
los montes del sur pampeano-bonaerense a los fugitivos del terrible enfrentamiento en la
comisaría de Jacinto Aráuz. El comisario Pedro Basualdo, con una canaleta en la frente
producto del refilón de una bala calibre 44, dejó su puesto en manos de Bianchi, quien tenía
fama de duro en el ambiente policial, tanto como “muy reservado, de acción y siempre
rodeado de personal leal en las partidas”. Tanto es así que habría dado muerte a uno de los
prófugos, José María Martínez, un fusilamiento que no figuró en parte policial alguno pero
fue un secreto solo comentado en corrillos de la oficialidad de la época (59). Lo encontramos
en Eduardo Castex, un 1º de Mayo de 1924 deteniendo y enviando a la cárcel de Santa
Rosa a un orador de acto público. Lo encontramos en Gral. Pico un 4 de agosto de 1924
practicando todas las detenciones posibles tras el atentado a La Pampa Libre y jurando
encontrar a los fugados del hospital. Y en Caleufú en marzo de 1931, desautorizando al
anterior jefe de la comisaría para quien no había razones para realizar detenciones. Lo
encontramos como una sombra que sobrevuela esta misma historia.

La exhortación “No olvidéis a los presos” que contiene el número final, simboliza de
alguna manera una de las preocupaciones mayores y uno de los motivos más importantes de
movilización que llevaron adelante los sucesivos grupos editores de Pampa Libre. Parece
una despedida :

NO OLVIDEIS A LOS PRESOS


63

Mariano Mur
Alejandro Romano Scarfó
Manuel Gomez Oliver
Pedro Mannina
Simplicio de la Fuente
Cinco prisioneros, a tres de ellos
pedidos de condenas a perpetuidad
y 45 años para los restantes,
por afirmar sus ideales y los principios
de la lucha anarquista.

Cinco hombres,
próximos a ser sepultados en presidio
por la infamia y el complot legal
de la justicia argentina

A ellos! Rescatarlos! Salvarlos!

ADMINISTRADORES

agosto 1922 - diciembre 1923 Juan Enrique Stieben

enero 1924 - agosto 1924 Isidro Martínez

agosto 1924 * - noviembre 1924 José María. Lunazzi

enero 1925 - abril 1925 Valerio Chavez

mayo 1925 - abril 1926 Luis Guaraglia Ubiña

abril 1927 - agosto 1927 ** Marcos Dukelsky

* 1 de setiembre de 1924, cambio en el nombre: de La Pampa Libre a Pampa Libre


** Desde este mes a setiembre 1930 deja de aparecer el nombre del administrador, pero otras fuentes
adjudican ese cargo a Jesús Villarías.
64

N O T A S (Cuarta Parte)

(1) P:L: 20.10.1924


(2) P.L. 25.07.1925
En la Voz del Campesino Nº 1, setiembre de 1925 se atribuye el avance de los discípulos de Henry George al
fracaso de la Federación Agraria Argentina y “sus métodos y tácticas pseudo socialistas y centralizadoras”.
Mayor información sobre este tema en el acápite La Cuestión Agraria.
(3) Según Hector Crenna, antiguo vecino residente hoy en Int. Alvear, Valerio Chavez fue un protagonista de
los hechos de la Patagonia y , sobreviviente de los fusilamientos practicados por el Ejército, recaló en la zona
donde fue inicialmente albergado en una chacra cercana a Ing. Luiggi.
(4) P.L. primera quincena de octubre 1925
(5) P.L. 01.11.1925
(6) P.L. 01.10.1925
(7)P.L. 01.06.1926
(8) Bayer, Osvaldo. 1998. Severino Di Giovanni. El Idealista de la Violencia. Planeta. Buenos Aires. p.262
(9) “1.-Fomentar el espíritu de libertad en la vida de nuestro movimiento; 2.-Contraponer el concepto de
asociación libre al de organización; 3.-Autonomía del movimiento específico de los anarquistas de los
movimientos paralelos de base clasista, es decir del sindicalismo; 4.-El concepto de libertad se apoya sobre el
de autonomía individual...primero será nuestro deber la formación de la individualidad consciente...”.
BAYER, Osvaldo. Idem. p.238. En opinión de este autor, pese a las simpatías mutuas, no hubo un
alineamiento directo de Anarchia con La Antorcha sino que constituyó una tercera tendencia, la de los
“expropiadores”, en tanto que las otras dos eran La Antorcha y La Protesta. Este último era tan influyente que
al decir de Bayer, “quien tenía La Protesta tenía, de alguna manera, el movimiento”. Idem.p.26
(10) Bayer, Osvaldo. Idem. p.310
(11) P.L. segunda quincena de enero1928
(12) P.L. 28.05.1928. Con motivo de este último atentado, la policía realizó intensas razzias en Buenos Aires,
deteniendo a cerca de 600 personas en sus lugares de trabajo, domicilios o en los locales allanados. Una
crónica detallada de las tres acciones con explosivos puede encontrarse en el libro ya citado de Osvaldo Bayer
sobre Severino Di Giovanni.
Sobre la consecuencia de los atentados sobre la prensa anarquista, Cesar Balbuena expresó “Hoy más que en
ninguna otra ocasión es necesario darle a la propaganda anarquista un vigor y claridad prístina para
contrarestar eficazmente la obra difamadora de la prensa burguesa que aprovecha para sus capciosas
argumentaciones, hechos violentos últimamente acaecidos...”. P.L. 10.07.1928
(13) P.L. 01.03.1926
(14) Enviada seguramente desde La Plata, la primera nota de reaparición no alude a los hechos que le tocó
vivir ni a las confrontaciones internas, sino que rebate el concepto que del progreso tiene la burguesía. P.L.
15.07.1926
(15) P.L. 15.07.1926
(16) Pierre Ramus. P.L. 20.06.1927
Ya en junio de 1904, el Congreso Antimilitarista Internacional de Amsterdam incorporó a sus resoluciones la
prédica para rehusar las incorporaciones al servicio militar, la deserción de los cuarteles, no trabajar en
fábricas de armas y arsenales (P.L.01.02.1927), todo lo cual era alentado desde el suplemento de P.L. “Abajo
las Armas”. En algunas notas, el militarismo era presentado como la “expresión dormida del hombre-bestia de
pasadas épocas”, que era despertada por la propaganda estatal o más sistemáticamente por la educación. Así
planteado, el militarismo es asimilable al concepto de “barbarie” y su contraparte, el pacifismo, es indicador
de “civilización”. Es interesante vincular este tema con un breve párrafo que incluye la nota “Sobre ciencia,
ética y pensamiento libertario”, con la firma de Luciano de Samosata en El Libertario de octubre-noviembre
1998 : “El pensamiento libertario tiene una deuda consigo mismo, que es la de repensar la influencia que
ejerció el positivismo sobre sus teóricos a lo largo del siglo XIX”. Claro que, agrega el autor, se trata “de las
pocas ideologías que tiene los supuestos teóricos y los principios éticos para promover un modelo de ciencia
liberadora”
(17) P.L. 28.07.1928
(18) P.L. 15.12.1926 – 10.04.1927
(19) P.L. 01.05.1927
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(20) “Vamos pasando por una época de decadencia y caída de valores, no sólo dentro del campo de los
dominadores –como pretende creerlo un sectarismo estúpido- sino en todos los aspectos, en todas las clases
sociales”. También se anuncia que es precisamente en épocas como éstas donde las ideas se ponen a prueba y
que todo sigue girando alrededor de Reformismo Vs. Revolución Social. P.L. 15.11.1926
(21) L.P.L. 15.11.1922
(22) Siberiano Domínguez, autor de la nota que incluía el cálculo, afirmó al mismo tiempo que se trata de una
“cataplasma que solo producirá una momentánea postergación del problema” que plantea la maquinaria
moderna y que “no se puede solucionar dentro de las condiciones económicas y políticas que hoy se viven”.
P.L. 15.09.1926
(23) P.L. 10.11.1928. Por otra parte, la jornada de 8 horas en los talleres de las ciudades como Gral. Pico era
considerada indispensable para lograr más ocupación. “Es indigno que seamos aún señalados por el índice
acusador de los ahorcados en Chicago en 1887 por proclamar la jornada de 8 horas”, cuarenta años después.
(24) “Ha sido sorprendente en la reciente cosecha la frecuencia de casos, como los ocurridos en Uriburu y
Cnia. Barón, que han requerido la intervención policial para averiguar las causas, ya que despiertan sospechas
tan repetidos incendios de esta naturaleza”. La Autonomía. Santa Rosa. 23.02.1928
(25) P.L. 01.05.1929
(26) P.L. 01.05.1927
(27) P.L. 20.05.1927
(28) El forismo quedó disminuido en la zona pero hizo esfuerzos por sobrevivir. Antonio Iglesias de Santa
Rosa solicitó materiales de propaganda al Consejo Federal de la FORA. La remisión debía realizarse a su
nombre en la capital pampeana, a Urbano Suarez de Gral. Acha, a Juan Moreno de Gral. Pico, a Ramón
Leyría de Metileo, a Dionisio Martín de Trenel y a Cristóbal Suarez de Jacinto Aráuz. La nómina permite
apreciar casos como el de Leiría, antiguo colaborador de La Pampa Libre que no acompañó el giro de su
grupo editor. La Protesta. 22.10.1925
(29) Fondo Policía. Archivo Histórico Provincial. Santa Rosa. La Pampa
(30) P.L. 05.08.1927
El siguiente párrafo, conmovedor, es de La Antorcha y fue reproducido por P.L. del 05.09.1927. “Sacco,
llamado en las noches por las voces sollozantes de sus hijos, les envía su corazón como un beso, pero se
guarda el grito de ¡Viva la Anarquía! como un augurio al pueblo y un desafío a los burgueses”
(31) P.L. 05.09.1927
(32) Con este término, Francisco Martínez, desde Arequito, denominó al tipo de anarquismo que “encuentra
justificación para todas las bajezas populares por el simple hecho de que el pueblo es el eterno explotado.
Tenemos nuestra moral libertaria personal, nuestra individualidad propia, equidistante por igual del
gobernante y del pueblo que le sirve de pedestal”. “Cerrar los ojos para no ver las llagas populares que
supuran servilismo y maldad, no es optimismo, sino miedo a la realidad”. P.L. 15.01.1927
La relación de Francisco Martínez con medios de prensa que adherían a esta línea del anarquismo, había
comenzado antes. “Ideas” registra notas suyas en 1924, enviadas desde Corral de Bustos.
(33)P.L. 20.06.1927
(34) P.L. del 19.02.1928 reproduce un texto de Malatesta apropiado para el caso : “Del mismo modo que los
demás obreros debieran rehusarse a fabricar armas, a falsificar sustancias alimenticias, a construir casas que
se desmoronen, del mismo modo, en fin, que cada obrero debiera rehusarse a hacer de cómplice del amo para
engañar y defraudar al público, así cada gráfico debiera considerar una deshonra el contribuir a la difusión de
la mentira, defendiendo a los opresores y a los explotadores del trabajo ajeno”
La Reforma reapareció el 27 de febrero de 1928
(35)P.L. 2da. Quincena marzo 1928.
Miguel de Fougères llegó en 1892 a Victorica para hacerse cargo de una escuela. A partir de una visita del
primer inspector de escuelas del Territorio, Raúl B. Díaz, nació entre ambos una amistad que le permitió
recorrer toda la región. Fruto de esos viajes, publicó en 1905 un trabajo histórico y geográfico, “La Guía de
La Pampa”. Posteriormente se radicó en Santa Rosa donde impulsó la formación del Partido Socialista y
luego hizo lo propio en Gral. Pico en 1918, fundando además un colegio particular.
(36) La Autonomía. 08.02.1928
(37) Además de la fuentes anarquistas, la pertenencia de José Mapelli y Oscar Cigorraga a la Liga Patriótica
es indicada por el diario La Prensa en su edición del 15.02.1928.
(38) P.L. segunda quincena marzo 1928
(39) P.L. ídem
66

Simplicio y su hermano Marino de la Fuente fueron detenidos meses después (diciembre 1928) en Alta
Gracia (Córdoba) acusados de despachar a Buenos Aires un cajón con explosivos, encontrado por la policía
en un altillo frecuentado por Alejandro Scarfó, detenido en primer lugar. Por esa misma causa fueron
apresados Jaime Gomez Oliver y Pedro Mannina. BAYER, Osvaldo, Op.cit. pp.155/156
(40)) En otros puestos, el Dr. F. Maggiorotti, J.M. Calderaro, F.V. Castro, N.Hoesprung y el Dr. F.
Rebagliatti, también integraron la conducción de la brigada Gral. Pico de la Liga Patriótica. La Autonomía.
25.02.1928
(41) “No puede ser una novedad para nadie lo que ocurre en La Pampa, donde desde hace tiempo se ha
planteado una situación de beligerancia entre ciudadanos afiliados a la Liga Patriótica y pequeños grupos de
propagandistas de las ideas ácratas que pretenden hacer prosélitos entre los trabajadores del campo”. Párrafo
de editorial de La Prensa, reproducido por La Autonomía del 17.02.1928
(42) P.L. 10.09.1928
(43) P.L. 05.10.1928
(44) P.L. 01.12.1928 Meses después, al convertirse en ley la jornada de 8 horas, el anarquismo reaccionó
afirmando que ya era disfrutada desde hacía muchos años por varios gremios “que supieron conquistarla”.
“Todo ese engranaje de novísimas leyes de jornada máxima, salario mínimo, protección a las mujeres, a los
menores, etc. son letra muerta allí donde los obreros no son lo suficientemente resueltos...”. P.L. 20.09.1929
(45) Táctica Libertaria, nota de Ricardo Mella en P.L. 08.01.1929
(46) “La solidaridad con los demás es la protección de nosotros mismos. Llevad a su más alto exponente de
practicidad este pensamiento del malogrado Praxedis Guerrero”. P.L. segunda quincena diciembre 1927.
P.G.Guerrero (1875-1910) fue un combatiente anarquista caído al inicio de la Revolución Mexicana.
(47) P.L. 10.11.1928
(48) P.L. 24.02.1929
(49) P.L. Abril 1930
(50) La Protesta. 13.09.1929
(51) P.L. 30.07.1929
(52) P.L. 30.07.1929.
(53) “Desalojados del poder...los vivillos conservadores, demócratas, alvearistas, etc. por los secuaces del
Peludo, encuéntrase éstos con que el botín conquistado no alcanza para todos ellos e iníciase en el seno del
partido del ‘mandato histórico’ una enconada lucha por el mango del sartén”. Las consecuencias fueron la
violación de leyes, asaltos a la riqueza pública, turbios negocios, corrupción en la administración, en la
Magistratura, en la policía, en la enseñanza, etc. P.L. 25.05.1930
(54) P.L. 08.04.1929
(55) Fondo Policía. Correspondencia años 1930 y 1931. Archivo Histórico Provincial. Santa Rosa. La Pampa
Esta misma fuente registra con fecha 28 de diciembre de 1931, una nota similar pero extendiendo la medida a
personas con otras ideas : “A la mayor brevedad remita a esta departamental, documentación prontuarial de
todo sujeto de filiación ácrata que exista dentro de la jurisdicción a su cargo, informando a su vez
antecedentes que registren, actividades a que se dedican, peligrosidad, si son argentinos o ciudadanizados. Si
fueran argentinos, todos los antecedentes relativos a Libreta de Enrolamiento, años de residencia en la
localidad y Territorio, procedencia. Igual procedimiento adoptará con todos los sujetos que profesen ideas
anárquicas o de otro orden que puedan perturbar la tranquilidad de las instituciones y el orden público. Si
fuera posible, dentro de los medios con que Ud. cuente, procure obtener fotografías de los sujetos de
referencia, enviándolos a los prontuarios respectivos”
(56) Bayer, Osvaldo. Op.cit. pp.281/282
(57) En 1932, reaparecidas cierta garantías con el gobierno constitucional de Agustín P. Justo, La Protesta
reinició sus ediciones en ese año pero fue clausurado nuevamente.
(58) Fondo Policía (02.02.1931 / 01.07.1931). Notas remitidas. Archivo Histórico Provincial. Santa Rosa. Los
nombres restantes son Luis Gorjon, Agustín Leyes, Ramón Leiría, Hilario Lafuente, Miguel Ereizo, Marcos
Ferrero, Florencio Alonso y Pedro Groppo. “ A tales personas –le dijo el subcomisario al jefe de Policía
Roberto Racca- no se les puede sindicar absolutamente nada por cuanto viven tranquilamente y se ocupan de
su trabajo, habiendo entre ellos comerciantes y trabajadores”. Pese a este tranquilizador informe, cuando el
comisario Juan Bianchi reasunió en la comisaría de Caleufú, no tardó en detener a Estanislao Zúgaro, quien
advertido de la maniobra que se fraguaba con los registros postales, intentó, aunque tarde, burlar esa medida
enviando correspondencia desde las oficinas de correo de otros pueblos. Las detenciones no terminaron ahí.
En abril fueron apresados el español Luis Gorjon por “atentar contra la libertad de trabajo”, es decir por evitar
que trabajen obreros en una jornada de huelga, Victoriano Muñoz por atentado contra la autoridad en La
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Maruja y Pedro Groppo, acusado de entrar ilegalmente a la clausurada imprenta de Zúgaro para rescatar
diversos elementos.
(59) Testimonio oral del comisario (R) Pedro Ignacio Basualdo, sobrino del que tuviera a su cargo la
comisaría de J. Aráuz durante el enfrentamiento armado con los bolseros y protagonista directo de los hechos.
68

Acápite
UNA GIRA POR LAS LOCALIDADES

En la década del 20, las localidades pampeanas participaron de todo el proceso relatado
de diferente manera y, en ocasiones, una misma localidad modificaba radicalmente su
intervención en pocos años. Por otra parte, La Pampa Libre, en sus comienzos de fuerte
presencia gremial, las calificaba en función de los picos y bajones que presentaba esa
actividad, de modo que pese a que fueron referidas numerosas localidades a lo largo de esta
recopilación, iniciaremos una “gira” por ellas para señalar otras particularidades (1)
Así es como se extraña “sobremanera” en setiembre de 1922, “que tan poca actividad se
despliegue por nuestra causa” en Caleufú y se la toma como ejemplo un año después
porque agrupados en Tierra Libre, los obreros de esa localidad se negaron a recibir
“certificados de conducta” por parte de la policía, conscientes de la finalidad represiva que
tenía esa medida. Con altibajos, la labor anarquista se mantuvo en Caleufú, los actos del 1º
de Mayo tuvieron siempre vigencia y en una de esa jornadas del Día del Trabajo, en 1928,
fue inaugurada la biblioteca popular “Sacco y Vanzetti”. También, como vimos en el final
de la cuarta parte, luego del golpe militar de 1930 el grupo local no resignó su militancia y
sufrió múltiples detenciones.
Un caso similar es el de Trenel, donde habían ocurrido hechos importantes y por ese
motivo causaba sorpresa su inactividad, ya que “no en todos los pueblos las comisarías
fueron asediadas por las mujeres proletarias procurando la libertad de los trabajadores, ni
tampoco (en todos los pueblos) fue detenida la compañera que cedía su casa para local
obrero” (2). Igualmente, la asociación cultural “Florentino Ameghino” quedó constituida en
octubre de 1927 con la conducción de Valerio Chavez, quien había sido administrador de
Pampa Libre dos años antes. La variación de actividad que presentan estas dos localidades
no es casual sino que responde a la oscilación político-doctrinaria que le imprimieron los
editores a la brújula del quincenario. En ese sentido, la disolución de la Federación Obrera
Comarcal, entre otros factores, debió ejercer considerable influencia.
Otras localidades, en cambio, más que alternar picos en sus actividades, presentan aún
en el período “gremial” una mayor regularidad. Tales son los casos de Chanilao y Vertiz,
donde llegó el sindicato a manejar los turnos de trabajo y su reparto equitativo entre los
obreros, haciendo “inútil” la presencia de capataces (3).
Una de las militancias más arraigadas tuvo lugar en Eduardo Castex, donde ya a la altura
de 1923 se llevaban a cabo “actos públicos y veladas desde hace varios años” (4) con una
elevada concurrencia. No es ajena a esta situación la tarea de difusión que desplegó la
biblioteca “Eliseo Reclus” (5) y la intensa labor teatral del cuadro filodramático “La Nueva
Era”, de la que ya dimos cuenta, luego convertido en “agrupación” liderada por Eusebio
Alvarez. Un hecho ocurrido en un año clave, 1924, marca de alguna manera el perfil de esta
localidad. El anarquista Federico A. Ritsche, de solo 23 años, llegó a Castex desde Buenos
Aires el 30 de abril para participar como orador en el acto del 1º de Mayo que tendría lugar
el día siguiente organizado por las agrupaciones socialista y anarquista. En la plaza, Ritsche
centró su discurso en alabar la acción “justiciera” de Kurt Wilckens, ocurrida en enero del
año anterior contra el Tte.Cnel Varela, en tanto que los anarquistas castenses repartían
ejemplares de La Antorcha, La Protesta e Ideas, que habían recibido en la biblioteca, con
editoriales referidos al mismo hecho. Por la noche, Ritsche dio una conferencia en el bar
69

Garello y luego fue detenido por el comisario Juan Bianchi, acusado de apología del crimen
y delitos contra el orden público, con posterior traslado a la cárcel de Santa Rosa donde fue
liberado doce días después bajo caución juratoria. F. Ritsche, quien nombró defensor a
Alfonso Corona Martínez, declaró que su domicilio en Buenos Aires era Estados Unidos Nº
3545, la misma dirección donde se editaba La Antorcha, y el prontuario enviado por
“Orden Social” a solicitud de la policía del Territorio, lo tenía por “activo agitador
anarquista”, con cargos en la agrupación La Batalla, en el periódico El Indisciplinado y la
revista La Social (6). Diez días después, la policía volvió a actuar en Castex esta vez
disolviendo un acto cuya autorización fue concedida con un solo orador –J.Prince en este
caso-, de modo que la “atropellada” de los montados se produjo cuando un participante de
la concentración aceptó la invitación de dirigir la palabra, como era tradición en las tribunas
anarquistas.
Otro indicio del grado de organización logrado por el anarquismo en Eduardo Castex es
que, entre los muchos paraderos posibles del fugitivo Severino Di Giovanni que manejaba
la policía en 1928, figuraba esta localidad pampeana, lo que revela –más allá de si estuvo o
no- una cierta capacidad como para esconder a un personaje tan buscado (7).
En Metileo, la generación de hechos contestatarios quedó a cargo casi exclusivamente
de la agrupación libertaria, la que incluso fue organizadora de actos relativos al 1º de Mayo,
no exentos de detenciones y expulsiones del pueblo como ocurriera en 1924 (8). Esta
localidad registra además una experiencia única en la zona : en febrero de ese año y luego
de veladas a beneficio -en una de ellas se puso en escena “Sin Patria” de P.Gori y “Las
Víboras” de R.González Pacheco- con mucho esfuerzo fue levantada una “comuna” que
sirviera de encuentro entre compañeros, refugio de obreros golondrinas, escuela informal,
etc. La construcción, endeble, fue destrozada finalmente por un temporal en setiembre de
1926, resultando conmovedor el relato de los actores que vivieron ambas circunstancias :
la edificación esperanzada y la destrucción total.
El caso de Santa Rosa, es muy particular. Inicialmente descalificada por ser sede de la
cárcel central del Territorio y denostados sus habitantes por vivir de los dineros públicos,
será luego revalorizada a medida que la actividad anarquista fue avanzando en ella. El
punto de inflexión se produjo a partir del acto del 1º de Mayo en 1923, en que “por primera
vez en la ciudad carcelaria, en el infierno de La Pampa, se ha realizado un acto
anarquista...Roto el himen de esa virgen vieja y de ideas vetustas, quedó fecundada en el
acto” (9). No se deben interpretar estas palabras como escritas “desde” Gral. Pico. Cuando lo
hacían anarquistas que vivían en Santa Rosa, la imagen era similar. Comentando el acto del
1º de Mayo realizado un año después, José Gimenez destacó el éxito de la concentración,
pese a que la ciudad era “una toldería en que la mayoría son presupuestívoros (sic), aves
negras y socialistas que invocan a los espíritus” (10). Luego del acto, en que también ocupó
la tribuna el colono Antonio Buira por el socialismo, tuvo lugar por la noche una velada en
el Teatro Español, en la que previamente a otros discursos fue interpretado el diálogo “Ante
el Cadalzo” de Pepe Guerra (11).
En esos años, la mayor influencia anarquista en los gremios santarroseños se producía
en los obreros panaderos, que fueron los únicos en plegarse al paro de la FORA contra la
ley de jubilaciones en 1924 y los ladrilleros que realizaron en ese mismo año una huelga en
los siete hornos que tenía la ciudad, en procura de mejoras salariales y de las condiciones
de trabajo (12). Este incipiente desarrollo gremial anarquista se vio afectado por la gran
división interna, en la que el Subcomité pro presos de Santa Rosa, como vimos, rompió
lanzas con el grupo editor de La Pampa Libre. La Asociación Pro Reorganización del
70

Proletariado Pampeano que se formó a raíz de esos hechos, seguía existiendo como tal, es
decir como “Pro” en 1927 y en función de esta mínima vida organizada, el quincenario
enumeraba que en 1928 había en la capital del Territorio un sindicato de Oficios Varios que
funcionaba en la Casa del Pueblo, una Sociedad de Trabajadores que constituyeron los
radicales y por último los anarquistas “que siguen adhiriendo a la FORA” y buscan
revitalizar un sindicato de este signo con los ladrilleros (13).
Para General Pico y pese a ser sede de la Federación Obrera Comarcal hasta su
liquidación, prevalecieron los calificativos de falta de entusiasmo –“soñoliente”-, como que
costaba mucho provocar algo importante. Podemos tener un “termómetro” de la actividad
con motivo de la movilización que provocó el asesinato de Kurt Wilckens (14) en la cárcel .
En el marco de la Federación Obrera Comarcal, se dispuso un paro de 48 horas que
cumplieron en Chanilao los estibadores, en Darregueira los albañiles, en Quemú los
panaderos y en Castex el sindicato de Oficios Varios. En Gral. Pico el paro no se hizo
efectivo pero el acto estuvo rodeado de tensión. Fracasado un primer intento, detención de
Jacobo Prince mediante, la conferencia se realizó al día siguiente en un cruce de calles pero
con una mayor frialdad por parte de la concurrencia "que empezó a asomar como detrás de
las persianas. Nadie hablaba, como si algo siniestro tuviera que ocurrir. El medio de la calle
quedó libre. Frente a la tribuna un pelotón de gendarmes y detrás un escuadrón de cosacos”
(15)
En Gral. Pico la relación anarquismo-arte también se produjo pero más tarde que en
otros sitios. El “Conjunto Artístico Libertario” inició sus actividades con una velada el 8 de
octubre de 1927, interpretando “Los Hijos del Pueblo” y “El Sembrador”, en tanto que un
orador se refirió a la necesidad de dotar a la ciudad de un centro de cultura “popular y
libertario”, el que se concretó de alguna manera a través de la biblioteca popular “Sacco y
Vanzetti”.
En ese mismo año 1927 todavía surgían agrupaciones libertarias como “Regeneración”
en Winifreda, presidida por Nicasio Altuna (16), pero sería injusto no cerrar esta “gira” en
Quemú-Quemú donde el 1º de mayo de 1929 la agrupación y “cuadro” Hacia el Porvenir
representó “Juventud” y “Compañero de Pieza” y el 10 de mayo de 1930, a pocos meses
del golpe militar y cuando ya nadie estaba para estas cosas, escenificó “Bendita Seas” y
“Los Mártires”, como afirmó Pampa Libre , “con el entusiasmo y el esmero de siempre” (17)
71

N O T A S (Una gira por las localidades)

(1) Por localidad, daremos a conocer algunos nombres –sin pretensión de agotar la lista de los que tuvieron
algún grado de militancia activa- que se agregan a los muchos ya mencionados en este trabajo. En su mayoría,
corresponden a la época de La Pampa Libre : M. Vizcarre y R. Arias en Trenel; José Madrigal en Vertiz;
T.Villavicencio, Luis Vazquez, Enrique Benlloch y Ramón Leyría en Metileo; Angel del Cueto, Felipe
Bobillo, Gonzalo Hernández, Manuel Tello, A.Calderero, Jesus Villarías y J.M.Scotti en Eduardo Castex;
Antonio Iglesias, secretario del comité pro presos y Pedro D Garibaldi, secretario de la sociedad de obreros
ladrilleros, en Santa Rosa; Aurelio Ordoñez en Cnia. Barón; Naveiras en Monte Nievas; Luis Guaraglia en
Gral. Pico; Camilo Cándano y Eulogio Villar en Quemú-Quemú; Leandro Aguirre en Rucanelo; Fernando
Lorenzo en Catriló; Julian N. Contreras en Caleufú, Domingo Gatti en Loventuel
(2) L.P.L. 31.08.1922
(3) L.P.L. 15.09.1922
(4) L.P.L. 15.05.1923
(5) Al contrario de lo que ocurría y ocurre con otras bibliotecas, las anarquistas eran verdaderos centros de
militancia y de difusión doctrinaria, además de cubrir las tareas comunes de promoción de la lectura. Esta
tradición se mantuvo y un indicio de su perdurabilidad nos la brinda Antonio Lopez que en una nota de
homenaje a Vicente Francomano (1903-1998), dice que se incorporó a la biblioteca José Ingenieros, “en la
que militó hasta su muerte”. Revista “A Desalambrar” Nº 9. Julio 1998.
El mismo autor revela en su libro “La FORA en el Movimiento Obrero”, p.155, que ante la necesidad de
reorganizar la FORA, una reunión regional de 1962 resolvió ampliar el Consejo Federal con representantes de
gremios autónomos, bibliotecas y centros culturales.
(6) Expte. Nº 67. Año 1924. Fondo Justicia. Archivo Histórico Provincial. Santa Rosa.
El año anterior ya había tenido lugar en Castex un intento de manifestar por Wilckens detenido. Fue
organizado por “Nueva Era” pero prohibido por el comisario Pedro Basualdo, el mismo que fue protagonista
central de los hechos de J. Aráuz de 1921.
Federico Ritsche luego fue colaborador de Pampa Libre y el tema del atentado contra el teniente coronel
Varela, a cuyo mando actuó el Ejército en la trágica represión de los peones rurales de la Patagonia, fue
recurrente en sus notas. En el periódico Organización Obrera, del que era secretario, una nota suya en julio de
1958 afirma que “la bomba de Wilckens mata a un criminal y alumbra al proletariado para proseguir la
marcha hacia la libertad” y acusó al guardia Perez Millán, quien mató a Wilkens en la cárcel en junio de 1923,
de haber sido “instrumento vil de la casta militarista y de la clase patronal”. Colección de Organización
Obrera. FORA. Cnel. Salvadores Nº 1.200 – La Boca – Buenos Aires.
La actitud frente a la acción de Wilckens no siempre fue del mismo tono. Diego Abad de Santillán afirmó que
de haber estado junto a él en los instantes previos al atentado, hubiese intentado disuadirlo pues “si la
burguesía ha sustituido al otro día a Varela, nosotros no hemos sustituido todavía a Wilckens”. De la Rosa,
María F. “Un Anarquista Español en las Páginas de La Protesta”. Desmemoria Nº 17.
(7) Bayer, Osvaldo. Op. cit. P.128
(8) “No podía pasar el 1º de mayo sin que en alguna parte de la república la bestia uniformada, instrumento en
manos de la burguesía, descargara sus furias sobre los compañeros que hablaron al pueblo de sus miserias, de
sus dolores, de su esclavitud. En Metileo, las jaurías policiales detuvieron el 1º de mayo, después de la una
velada y conferencia organizada por la agrupación libertaria, a dos compañeros. Luego, desde el 2 al 4
detuvieron a cuatro más y después de vejarlos, el can mayor les emplazó a salir del pueblo o les haría pasar un
tiempo en los calabozos”. La Protesta. 11.05.1924.
(9) L.P.L. 15.05.1923
Hasta esa fecha, los actos del 1º de Mayo en Santa Rosa fueron monopolizados por los socialistas. Aún así,
del pic nic del 1º de Mayo de 1920, los asistentes retornaron cantando “Hijo del Pueblo” hasta Plaza Mitre
donde hablaron Hugo Nale, Antonio Buira y el “joven simpatizante” Inocencio Galdín. Germinal. 06.05.1920.
El himno también fue cantado en Realicó durante las jornadas del 1º de Mayo de 1919 y 1920. En esta última,
durante una velada en el Hotel Marconi en que también se proyectó la “cinta” Germinal, Hijo del Pueblo fue
interpretado por la orquesta que dirigía el maestro Alfredo Ramírez
(10) La Protesta. 04.05.1924
La referencia a “invocar espíritus” se debe a que ya en esos años había en Santa Rosa personas que adherían
doblemente al Partido Socialista y al espiritismo.
72

Al anarquismo, al menos en La Pampa, tampoco le era muy ajena la invocación de espíritus. El tema no es tan
excéntrico si tenemos en cuenta que en algunos medios adquirió forma de polémica. Así, en La Protesta,
edición del 20.01.1915 y en respuesta a una nota anterior, se afirma que “Los espiritistas que se dicen
anarquistas no son pocos, habiendo algunos de ellos defendido sus ideas en estas mismas columnas”. El tema
vuelve a aparecer en “Ideas” del 01.08.1924 en una nota crítica a Allan Kardex : “El espiritismo es un dogma
burgués y como tal hay que combatirlo”. Hugo Chumbita, en su libro “Bairoletto, Prontuario y Leyenda” cita
a su vez la vinculación que en determinado momento tuvo la banda de J.B.Bairoletto con el anarquismo
mediante la distribución que hicieron sus miembros de dos volantes : uno titulado “El Ideal Anarquista”,
impreso originariamente por La Antorcha y reimpreso en Pampa Libre por mediación de Jesus Villarías y otro
,“El Fin del Mundo” , de noviembre de 1930, que plantea un “evangelio espiritista libertario cristiano” por la
influencia que ejerció sobre la banda el carpintero anarquista Juan Chiappa, adherente al “milenarismo
cristiano”. Es probable además que Bairoletto haya tenido conversaciones con anarquistas en sus reiterados
arrestos en la cárcel, por ejemplo con los presos en J- Aráuz y con el mismo Villarías, quien fue detenido en
mayo de 1926 bajo la acusación de sabotaje a los boicoteados productos de la casa Piccardo. Por otra parte,
nuestro conocido Siberiano Domínguez manifestó alguna vez en La Plata que había tenido contactos con
J.B.Bairoletto y su “grupo expropiador”.
El trabajo de Chumbita puede también consultarse en el suplemento de Todo es Historia Nº 20, de diciembre
1968.
(11) El diálogo es entre una madre y su hija que cuestiona la característica piadosa y hasta la existencia de
Dios. Empieza así :
La Hija : ¿Es muy poderoso Dios?
La Madre : Omnipotente, hija mía...
.........................................................
y termina así :
La Madre : Oh! Pareces una fiera
a quien devora el pecado
La Hija : O Dios es un ser malvado
o solo es una quimera
(12) “Gringos’, ‘gallegos’ y criollos, con algún chileno y oriental en el entrevero, somos una sola opinión
como cuadra en nuestras luchas contra los internacionalistas del robo y la explotación”, escribió Pedro D.
Garibaldi, secretario de la sociedad de resistencia de obreros ladrilleros. La Protesta. 03.05.1924.
(13) P.L. 01.12.1928
(14) La detención y el asesinato de Kurt Wilckens, junto con los de Sacco y Vanzetti, constituyeron los
hechos de mayor movilización de la década, en cuanto a presos políticos se refiere. Wilckens detenido,
despertó campañas de solidaridad en La Pampa. En Chanilao los estibadores hicieron rifa y suscripción en su
beneficio. La Pampa Libre abrió “listas” y en su edición del 15.01.1923 señaló : “Es la primera vez que un
atentado anarquista se extiende aprobado por la multitud, como acto de justicia popular ejercido contra la
criminalidad burguesa”.
(15) L.P.L. 01.07.1923
(16) P.L. 15.03.1927
(17) P.L. 25.05.1930
La presencia anarquista en Quemú Quemú ya era significativa en 1920. El Centro Obrero Cosmopolita
conmemoró el 1º de Mayo de ese año y uno de los oradores fue el delegado de la FORA Francisco Ghiso.
Germinal. 29.04.1920
La Agrupación “Hacia el Porvenir” de Quemú, en la persona de Constantino Olalde, figuraba en la nómina de
suscriptores de La Antorcha
73

Acápite
“LO QUE QUEREMOS”
“Me basta el sentido etimológico :
‘ausencia de gobierno’.
Hay que destruir el espíritu de
autoridad y el prestigio de las leyes.
Eso es todo” .
Rafael Barret
P.L. 30.11.1925

Con este título, La Pampa Libre de su primera época dio a conocer su horizonte
doctrinario, traducido en cómo iba ser la vida desde “el día después” de la revolución
social, teniendo en cuenta que en este aspecto predominan las imágenes muy generales.
El objetivo expuesto es desarmar y reemplazar las dos columnas fuertes del sistema
capitalista : autoridad y propiedad privada. Entonces, “¿qué queremos?” : “queremos que la
propiedad individual sea común a todos, regida por las comunas libres, queremos que la
autoridad sea patrimonio de las comunas y su forma el libre acuerdo entre los hombres y
las comunas” (1). Es evidente que en el ideal anarquista, la propiedad social no pasa por el
fortalecimiento del Estado como garante de la igualdad, sino por una alternativa
descentralizada y autónoma definida por la “comuna libre”, depositaria además de la
“autoridad”. Este punto es central en su diferencia con el marxismo, pero especialmente
con el leninismo. Al respecto, algunos anarquistas llegaron a aceptar a Lenin por cuanto la
“dictadura del proletariado” estaba planteada solo como período de transición dada la
imposibilidad de evadirla, pero...”la historia no reconoce ningún período transitorio”
(R.Rocker) (2). Por otra parte y atento a esta posibilidad, el IX Congreso de la FORA
Comunista (1923) salió al cruce con una resolución que rechaza “como medio transitorio o
definitivo la llamada dictadura del proletariado, o cualquier clase de dictadura que se
intentara establecer en el período revolucionario”.

Qué es una comuna libre? Qué es ese libre acuerdo, si hasta había una publicación con
ese nombre?
“Que cada pueblo sea una comuna libre y libremente relacionada con las otras” (3). Se
supone que el Estado se suprime, desaparece, pero no así la propiedad pues está planteado
el reemplazo de la privada por la de tipo social, la comunizada, entendida así por
M.Anderson Pacheco : “Tierra, productos, instrumentos y producción pasan a ser propiedad
colectiva” (4). Ahora bien, si la propiedad privada tiene su normatividad, ¿es posible la
propiedad social sin norma alguna?. O preguntado con palabras de Pampa Libre : “¿Es
posible la vida sin directores, jueces, administradores, policías, etc.? Esta es su propia
contestación : “Será el acabóse, nos robaremos y asesinaremos mutuamente, argumentan
los microcéfalos”. “No robará porque como tendrá libertad para proveerse de lo que desee,
no tendrá que violar propiedad ajena, ni acaparará productos o construirá cajas fuertes, pues
más fácil le será tomar lo que necesite. No asesinará pues no habrá fuerzas violentas e
impositivas que le subyuguen”. En la base de esta aspiración está la concepción del hombre
como “animal pensante y hondamente sociable” (5). Es cierto que en el “sentido común”
está instalado que anarquía –sociedad sin gobierno- es igual a caos. Pues bien, en aquella
74

época también era así y los anarquistas atribuían a la ignorancia “no concebir otro orden
que el exteriormente impuesto por el terror de las armas” (6)
La idea maestra de los anarquistas se puede sintetizar así : “Estamos por encima de todo
criterio directivo...y nuestros medios son bien conocidos : la acción directa”. Definido de
tal manera, se explica el “intercambio”, el “libre acuerdo”, pero ¿cómo funcionaría la
“acción directa” en las relaciones jurídicas?. Se desprende que serán “naturales”, es decir
resueltas por la acción espontánea de las personas sin intervención de leyes, pues “las leyes
constituyen los cimientos del estado” (7), cuya abolición precisamente se procura.
El libre acuerdo, por otra parte, es improgramable pues si lo fuera, caería dentro de la
autoridad forzada de todo “plan preconcebido” (8)
Las transacciones entre personas no asumirían la forma comercial que conocemos, sino
que será un intercambio equivalente al trueque sin mayores precisiones en cuanto a
unidades de medida. “Queremos que el comercio venenoso expoliador y criminal se
convierta en intercambio de productos”, afirmó el quincenario en su edición inaugural y
siete años después acudió a Malatesta para reafirmar este principio : “Tomada posesión de
la tierra que no esté cultivada, se realizarán acuerdos con las asociaciones de trabajadores
industriales para el cambio de los productos” (9). Este “intercambio” supone la ausencia de
dinero y para ilustrar esta postura se acude también a Malatesta pero para criticarlo, ya que
el maestro había hecho una concesión : previó la utilización del dinero en la revolución
social (10)

Como nota de tapa, L.P.L. del 1 de diciembre de 1922 contiene esta proyección sobre cómo será la vida
cuando “Las Pampas” sean libres, o sea “qué queremos” en materia de trabajo comunal, decisiones
asamblearias, intercambio de productos, educación, maternidad libre, etc.

LA PAMPA SERA LIBRE

Cuando las poblaciones de la campaña sean arreadas y concentradas en pueblos, para


facilitar la instrucción de todos en la manera de ser solidarios e iguales;
Cuando sean arreados los alambrados, los mojones y esto es “mío” y esto es “tuyo”,
para que quede una sola cosa libre y común para todos;
Cuando trabajen todos los aptos, dos o tres horas por día, bienhumorados y alegres
(porque entonces el trabajo será un placer y no un suplicio como hoy);
Cuando la propiedad privada, el “mío y tuyo” se haya convertido en “nuestro”, de la
comuna;
Cuando no exista más autoridad ni gobierno que el pueblo reunido los domingos en su
gran casa, en el centro de la plaza;
Cuando gendarmes, jueces, frailes, mercaderes y gobernantes hayan cambiado sus
artimañas y soberbia holgazana por el arado o la bigornia y den la medida de su
capacidad productiva al almacén común;
Cuando el pueblo en vez de “comprar” vaya a los almacenes de la comuna a retirar lo
que precise, puesto que ahí habrá depositado lo que ha producido;
Cuando a Tucumán mandemos trigo en cambio de azúcar, cuando el dinero ya no tenga
ningún objeto;
75

Cuando en la Universidad de la comuna cada niño se eduque de acuerdo con su


vocación, libre de domesticadores, esclavistas y patriotizadores, libres del terror
pedagógico que mata a los niños antes de los diez años de edad;
Cuando resplandezcan todos los talentos, hoy inhibidos, perdidos para la humanidad,
debido a la tiranía económica;
Cuando ya no existan ricos ni pobres, sino iguales en la producción y el consumo;
cuando los intermediarios no puedan mercanciar el trabajo ajeno;
Cuando todas las viviendas sean higiénicas y amplias, cuando el trabajo no canse y
embrutezca y el alimento sobre, para que muera la tuberculosis;
Cuando, debido a la igualdad de clases, no exista el egoísmo matrimonial y ese enorme
sufrimiento amoroso se troque en felicidad de los jóvenes; para que la corrupción y la
sífilis desaparezcan; para que las nuevas generaciones sean hijos del amor pero de
madres libres y no hijos del asco o del acoplamiento de dos bolsas voluminosas o de una
mera trata de blancas;
Cuando los hombres en la desesperante lucha por la vida ya no riñan entre sí como
perros por el bienestar propio, el acaparamiento, sino por el bienestar común con el
esfuerzo colectivo;
Cuando en vez del 8 % de productores, haya un 80 %, todos los aptos para el trabajo;
Cuando la medicina, en fin, no sea un negocio, cuando no tenga por objeto el bolsillo o
la vanidad del galeno, cuando la higiene sustituya la droga, cuando haya más amor a la
humanidad que al centavo.
Entonces, Las Pampas serán libres ¡Viva la ANARQUIA!

Desde otro ángulo, el anarquismo puede entenderse como “una necesidad de vida social
libremente desarrollada”, con una ligazón muy fuerte del “libremente” a la exaltación de lo
individual. No resulta simple para los paradigmas corrientes comprender el equilibrio
teórico que debe emplearse para conjugar la “vida social” con la libertad individual, más
allegada al individualismo-egoísmo. Hay una defensa de la libertad individual alternativa al
liberalismo?
En una nota firmada por C. Cortés en 1924 desde Buenos Aires, polemizando con una
nota anterior, se afirma que “el individualismo es la expresión más elevada de la libertad...y
como negación de la autoridad en todos los órdenes de la vida”. Aporta como ejemplo a
Kurt Wilckens : “individualista por excelencia, organizado, pero no a la fuerza”. “Los
individualistas anarquistas no se aíslan sino que auspician una sociedad de libres basada en
el más amplio sentido solidario” (11). El tema del aislamiento de los hombres, posible
consecuencia del repudio a toda forma de autoridad y a la exaltación de la individualidad,
fue planteada en estos términos dos años más tarde : “No es cierto que los anarquistas son
enemigos de la cooperación y que desean conducir a la humanidad a un estado de
aislamiento primitivo”. Lo que sucede es que “el anarquismo no admite el sacrificio del
individuo a los intereses supuestos de la mayoría o a cualquiera de esas palabras de efecto
(patriotismo, bien público, etc.)” (12)
Esta cuestión, luego de las experiencias socialistas del siglo XX, adquiere una innegable
actualidad y la discusión, que ya estaba planteada en aquellos años en que la Revolución
Rusa transitaba su primera década, puede delinearse alrededor del equilibrio entre términos
que circulan por andariveles opuestos como pacifismo/violencia,
individualismo/cooperación social. Una forma de encarar esta última ecuación es en torno a
76

cómo evitar que la “libertad” y la “igualdad” se asfixien mutuamente. Desde P.L. se lo


sintetizó brevemente así : “No confundir libertad con igualdad. Se cae en una poda
lamentable de la personalidad de cada ser, anclando en un régimen de cuartel o convento
(13). En última instancia, “si el anarquismo asigna al individuo tanta importancia es por la
firme convicción de que sin ello no es posible llegar jamás a la solución de ningún
problema social” (14).

El tema está muy ligado con el ideal de libertad, pero aquí hay que hacer una distinción.
La aspiración a que los instrumentos de trabajo sean poseídos por los trabajadores
libremente asociados no descarta los acuerdos entre grupos. Al contrario, lo que indica es
que la decisión de asociarse o no y de cómo intercambiar sea adoptada libremente y esa sí
es una elección personal. Precisamente con el título “El Ideal de la Libertad” reproduce
P.L. los conceptos de Luis Fabbri en torno a un interrogante adicional : ¿Debe afincarse la
libertad esencialmente en el campo moral y político?. En opinión de Fabbri, “sería palabra
vacía de sentido...si no estuviera basada en la más integral libertad en el terreno
económico”, pero aclarando que no se está refiriendo a la “libertad económica’ prestigiada
por economistas burgueses que entienden con eso la facultad ilimitada de los capitalistas de
explotar a los trabajadores”. “La libertad querida por los anarquistas en el terreno
económico –agrega- es la libertad del hombre en su cualidad de trabajador, de productor y
por consiguiente de consumidor, contra la coerción económica del capitalismo y del
monopolio de la propiedad, es decir el fin de la tiranía sobre el salario” (15)
Otro enfoque, equidistante, ofrece Germán Arias, quien critica a los materialistas que
reducen la libertad a un problema económico, pero también a los “espiritualistas” que
tienen una visión tan parcial como parcelada del tema. “Estos creen que los individuos se
disecarán hasta convertirse en sustancias volátiles, para volar aligerados de todo peso
estomacal por el espacio etéreo del más puro espiritualismo”, concluye irónicamente.

El tema de la violencia es complejo para cualquier sistema de ideas que persiga el


cambio del tipo de sociedad. Ese cambio, a la luz de las dos revoluciones “clásicas”, la
francesa de 1789 y la rusa de 1917, presupone el uso de la fuerza para derribar el sistema
vigente. Pues bien, el anarquismo desestima ambas experiencias “jacobinas” como
ejemplificadoras y por lo tanto la violencia de masas y aún de grupos, profesando un
pacifismo tan cercano a Ghandi como extraño a Lenin. Obtendremos una pista repitiendo
un breve párrafo con que La Pampa Libre comentó el atentado contra su sede en 1924, en
obvia respuesta a La Protesta : “¿puede alguien querer presentar como anarquista un crimen
fraguado en el complot y que no es individual, ni espontáneo, ni justiciero?”. Por
deducción, estas tres últimas condiciones, que serían las reunidas por Radowitzky y
Wilckens, serían las aceptadas para justificar actos de violencia.
Esta postura tuvo que remar contra la corriente generalizada de que revolución y
violencia van íntimamente unidas. Entonces, “Una gran mayoría solo entiende por
revolución a un fenómeno violento; solo ve en ella la lucha popular, la barricada, la acción
de las masas enajenadas. La revolución adquiere así un cariz externo, huérfano de valores
morales, carente de ideología y reducido a la secundaria magnitud motinesca de un
alzamiento cualquiera” (16). Si la violencia colectiva no, entonces cómo? “La revolución
exige –prosigue esta misma nota en P.L.- que en el individuo se produzca un cambio en sus
concepciones”, para lo cual recordemos que la clave de la acción estaba en capacitar para
que el pueblo tenga la capacidad de comprender, según la insistente prédica de Jacobo
77

Prince. “Cuando este cambio se haga carne en la mayoría, bastaría por su inmenso peso
para derrotar a la burguesía”, o sea que el cambio social devendría del abandono del timón
de la sociedad por parte de la burguesía, dada su imposibilidad ya de gobernar, por el
“inmenso peso” de la desobediencia civil. En esta misma línea, Diego Abad de Santillán,
quien alguna vez dijo que “no son los anarquistas los violentos sino los hechos”, advirtió
que “Si la revolución no se ha hecho efectivamente antes de los incidentes finales de la
violencia popular que destruye los últimos baluartes del poder enemigo, aún triunfantes en
la batalla, saldremos vencidos, porque los acontecimientos mismos del choque bélico no
tienen la virtud de mejorar sino, en todo caso, de empeorar a los hombres, despertando en
ellos pasiones e instintos ancestrales” (17)
En un tema tan espinoso, sería absurdo que no se presentaran variantes. Una de ellas fue
expresada por Pierre Ramus, que reconoce acciones violentas más para vencer al
militarismo que para derribar el sistema. En su criterio, la no violencia no significa
sumisión, dejar hacer a la autoridad. “Por no violencia, los anarquistas conciben no empleo
de la violencia militar de las armas; al contrario, destrucción de todas las posibilidades del
empleo de las armas, aniquilamiento y sabotaje de toda producción de armas, negativa a
prestar servicio y a obedecer la disciplina militar”. Siguiendo con esta línea de
pensamiento, “el arma más fuerte del proletariado es la no violencia activa y pasiva”, ya
que “las condiciones básicas de todo poder arraigan en el pueblo productor, el que no
necesita para vencer al Estado y al capitalismo violencia alguna (18).
Otra posibilidad la ofrece Malatesta, quien luego de enumerar un muestrario de
corrientes internas del anarquismo, afirma que todas ellas tienen un común denominador :
“la negación de la fuerza física...como factor de orden y de evolución social”(19).
“Desgraciadamente –concede con pesar pero marcando su posición- contra la violencia no
hay otro modo de defenderse que con la violencia. Es el derecho de la defensa, el cual se
eleva a la dignidad de sacrificio, de heroísmo...cuando uno no se defiende a si mismo, sino
que defiende a los otros en su propio perjuicio, afrontando serenamente la esclavitud, la
tortura, la muerte”. La diferencia aquí apuntada tiene por límite la concepción de la
violencia como expresión de un martirio. La violencia del mártir.

Para acceder a otra de las dimensiones del proyecto anarquista, nada mejor que una
pregunta que formula la Voz del Campesino : “¿ cuál es nuestro programa agrario práctico
para ejecutar inmediatamente después de hacer la revolución ?”. He aquí su respuesta :
“Quitada la protección legal a la propiedad, los trabajadores deberán tomar posesión de
toda la tierra que no está cultivada directamente, con sus propios brazos, por los actuales
propietarios; constituirse en asociaciones y organizar por sí mismo la producción,
utilizando todas las aptitudes, todas las capacidades técnicas de las cuales están provistos
tanto aquellos que han sido siempre trabajadores como los antiguos burgueses que habiendo
sido expropiados y no pudiendo vivir del trabajo de los demás se hayan vuelto, por la
necesidad de las cosas, trabajadores también”. Ahora, qué pasaría con los campesinos
propietarios que se negaran a asociarse con otros? : “no existiría razón alguna para
molestarlos siempre que trabajasen ellos mismos y no explotaran el trabajo de los demás;
tampoco encontrarían trabajadores para explotar porque ninguno querría trabajar para ellos
pudiendo hacerlo por su propia cuenta en asociaciones libres. Las desventajas, la casi
imposibilidad del trabajo aislado, los atraería bien pronto hacia la órbita de la colectividad”
(20)
78

Una dimensión importante de la cuestión agraria es si la nacionalización de la tierra


alcanzaría para solucionar los problemas derivados de la desigualdad productiva y social.
De la crítica al georgismo que contiene el mismo órgano de la Agrupación Libertaria de
Trabajadores del Campo, se deduce las limitaciones de esta medida : “Solo saldrá
beneficioso el campesino si, desaparecido el terrateniente, lo sustituye por el mutuo apoyo
entre libres e iguales” (21)

Finalmente tres conceptos vertidos en P.L. El primero por un colaborador del sur
santafesino que define la construcción de la nueva sociedad como un proceso al que hay
que seguir sin dogmas. El segundo por uno de los referentes teóricos más importantes que
también define a todo movimiento por sus contradicciones, a la vez que prevé que los
anarquistas no conducirán en soledad la post-revolución. Al compartir y competir en la
revolución con otros sectores, lo deseable se estabiliza en una transformación “lo más
libertaria posible”. El tercero, relacionado con esta concesión a “lo posible”, resume de
alguna manera los conceptos de libertad, comuna libre, ausencia de imposiciones, etc.

“Tratándose de problemas sociales, desde el punto de vista anarquista no puede haber


soluciones generales, definitivas y absolutas, sino transitorias y circunstanciales,
susceptibles de rectificación en todo tiempo y lugar”
Francisco Martínez
P.L. diciembre 1927

“Se objeta que el salto de la sociedad actual injusta a la igualdad no se hará por un salto
mágico. Evidentemente. La constitución anarquista de la sociedad será el resultado de una
sucesión de progresos en el sentido libertario, evoluciones ya lentas, ya rápidas,
revoluciones más o menos violentas, derrotas y victorias parciales, incluso regresiones, y
todo esto a través de vastos movimientos sociales y políticos.
La revolución tiene que ser lo más libertaria posible aún en el caso hoy previsible, de que
su orientación general no sea (para los anarquistas) del todo en el sentido por ellos
querido”
Luis Fabbri
El Ideal de la Libertad
P.L. 10-09 y 05.l0.1928

“Si la revolución encontrase un vasto ambiente favorable a la actuación de la anarquía,


bien. De lo contrario los anarquistas no pretenderán imponer a los otros su régimen y se
limitarán a pretender para sí la libertad de actuar. dónde y cómo puedan en las regiones,
en las comunas, etc.”
Qué es la Anarquía
P.L. abril 1930
79

N O T A S (“Lo que Queremos”)

(1) L.P.L. 15.08.1922


(2) P.L. 15.01.1927
(3) L.P. 31.08.1922
(4) Nota desde la cárcel de B.Blanca. L.P.L. 15.08.1924
(5) P.L. 20.05.1929
(6) La ciencia es aportada como prueba de que a menor autoridad, más se extienden nuestros conocimientos.
P.L.30.11.1925
(7) L.P.L. 15.05.1923
La “acción espontánea de las personas” supone la forma libertaria, antiburocrática y antiautoritaria de
concebir la nueva sociedad. Una de las tantas alusiones a tal razonamiento se encuentra en la nota “Los
anarquistas y el momento actual” del último número de P.L. : “...y organizando (el pueblo) por su propia
cuenta la vida social”
(8) “La organización futura, la organización anarquista, no será un producto forzado de un plan preconcebido,
sino una resultante de los acuerdos parciales de los individuos y de los grupos, según las circunstancias y la
capacidad del pueblo en el momento”. P.L. 10.07.1928
(9) P.L. 08.04.1929
(10) “Parece fatal que muchos de nuestros más conocidos camaradas pierden los estribos a una edad
avanzada. ¿Por involución? ¿Por qué las energías espirituales flaquean antes que las físicas? Sea por lo que
fuere. El hecho es que por primera vez Malatesta ha tenido la testa mal cuando concibe la utilización del
dinero en la revolución social”. L.P.L. 01.01.1923
(11) L.P.L. 10.10.1924
(12) P.L. 17.07.1926
(13) P.L. 01.11.1926
(14) P.L. 01.02.1927
(15) P.L. 20.08.1928
(16) Nota firmada por el seudónimo “Otto”. P.L. 15.03.1927.
(17) Fragmento de nota de Abad de Santillán en el periódico El Obrero Panadero de mayo 1946, que
reproduce “El Libertario”, órgano de la Federación Libertaria Argentina, de octubre-noviembre 1998
(18) P.L. 20.06.1927
(19) “Hay anarquistas comunistas, colectivistas e individualistas; hay anarquistas irreligiosos y religiosos; hay
quienes creen que el concepto de organización es parte integrante de la idea anarquista y hay quienes creen
que en la organización hay contradicción lógica y material con la anarquía; y cien criterios diversos y a
menudo contradictorios los dividen en las cuestiones de táctica. Discuten, polemizan, se trenzan; pero en
medio de todas las divisiones, una idea común los caracteriza y les da derecho a reivindicar la calificación de
anarquistas. Y esta idea es la negación de la fuerza física empleada por el hombre sobre el hombre, como
factor de orden y de evolución social”. P.L. 05.08.1927
(20) Nota de E. Malatesta en La Voz del Campesino Nº 2. Diciembre de 1925
(21) La Voz del Campesino Nº 1. Setiembre de 1925.
80

Acápite
ANARQUISMO Y SOCIALISMO

“Enemigos de la burguesía y
flirteando con ella.
Salgan de áy”

L.P.L. 01.03.1923

En última instancia, los anarquistas se consideraban socialistas, teniendo en cuenta la


intención de destruir el capitalismo y fundar una sociedad donde impere la propiedad
común, pero metodológicamente la concepción del Estado era diametralmente opuesta. El
sistema anárquico de encarar la socialización consiste en repudiar el Estado y toda otra
forma de violencia, sea como medio, sea como fin y en auspiciar la libre iniciativa de las
masas. Desde este enfoque, la crítica anarquista al socialismo tiene raíces teóricas, en tanto
disputa ideológica con el reformismo en general, pero también abarca los aspectos prácticos
derivados del accionar de todo partido político con aspiraciones a cubrir cargos en el
aparato del Estado. Así, los partidos como el socialista, “desvían de la senda de toda
posible victoria a las masas obreras y encarrilan sus actividades hacia un encumbramiento
de cualquier caudillo que sepa engañarlos con la siempre repetida promesa de organizar
sobre una base equitativa las relaciones entre el capital y el trabajo” (1)
La consecuencia lógica es la condena anarquista al sistema eleccionario. Por ejemplo, en
oportunidad de comicios realizados en Gral. Pico e Ing. Luiggi en 1922, señaló L.P.L. que
“...antes el pueblo era víctima forzosa de la fuerza material y ahora es víctima voluntaria de
la fuerza jurídica. Ambas lo dejan indefenso ante la villanía del poder económico de la
burguesía” (2). Por lo tanto, sería una complicidad con esas maniobras participar en las
elecciones como un partido político más, pero la no participación era solicitada también a
los trabajadores en tanto votantes, es decir su abstención : “No os prestéis a secundar una
indigna farsa cuyas víctimas sois vosotros mismos”, afirmó J. Prince (3) en 1927. Si las
elecciones son así calificadas, la “soberanía popular” es igualmente una ficción ya que “no
hay ni puede haber soberanía individual o colectiva sin la libertad social que asegure el
desenvolvimiento de todos y cada uno”(4)
El Partido Socialista, por otra parte, era el centro de ataques demostrativos de que se
trataba –para el anarquismo- del mayor competidor en los esfuerzos por atraer obreros, a
través de ganar sindicatos en una primera época o en el terreno de la propaganda luego. En
ambas etapas que cubren la actividad anárquica en la década del 20, el socialismo se
enfrascó además en la fatigosa tarea de dirimir electoralmente con el radicalismo en las
“comunas electivas”, es decir municipalidades, con toda la liturgia de trampas cotidianas (5).
Sobre estas bajezas, propias de las prácticas eleccionarias, también fijó su mirada Pampa
Libre : “Es raro el afiliado, sobre todo en estas regiones, que conozca del socialismo algo
más que el ‘programa mínimo’; en cambio se saben al dedillo las triquiñuelas electorales”
(6)
El escenario de la disputa anarquista - socialista muchas veces se dirimía en las plazas o
cruces de calles donde se realizaban conferencias programadas en giras. “Pasan por Santa
Rosa y Gral. Pico, donde hay municipalidades. ¿Por qué no van a Chanilao y Arata a
ayudar a los obreros a imponer condiciones más humanas de trabajo? Porque allí no hay
rentados. Van donde hay votos. Y pretenden todavía que los sindicatos se supediten a sus
partidos camanduleros” (7), decía L.P.L. cuando todavía era “forista”, pero en ésa como en
81

otras etapas, siempre quiso instalar en el centro del debate a la autonomía obrera, tema que
se vincula con la “acción directa”. Esta, a su vez, no se limita a la relación obrero-patrón
sino que abarca a otras dimensiones como el de las libertades públicas. “¿Queremos tener la
libertad de hablar y escribir? Pues no debemos esperar que el permiso nos venga del
parlamento o que una ley mendigada al senado nos autorice. Constituyamos una fuerza
organizada, capaz de enseñar los dientes...a cualquiera que intente restringir el derecho de
palabra y de reunión” (8). Con esta postura, opuesta ciertamente a la labor socialista, los
anarquistas reaccionaron contra la legislación obrera que en 1927 pretendía ser sancionada
para poner en práctica leyes protectoras que tuvieron mayor auge en el segundo gobierno de
Yrigoyen. Para ello, varias preguntas de J. Prince : “¿Por qué se abocaron a tan meritoria
labor justamente después que el proletariado inició por sí mismo y de modo amenazador, la
conquista de ciertos derechos? Por qué no lo hicieron antes y también por qué los
beneficios que ellos estipulan con sus leyes son generalmente un pálido reflejo de lo que de
hecho ha sido impuesto por los obreros?” (9). Es evidente que estas preguntan orientan a
pensar que la legislación obrera no sería una concesión sino lo contrario, una usurpación.

En el fondo, están en juego concepciones opuestas sobre el sentido de toda legislación y


sobre la función que cumplen las leyes. Para el anarquismo, ¿hay leyes democráticas? No.
“No hay diferencias entre un derecho autocrático y otro democrático. Todo derecho que
para imponerse, mantenerse y respetarse necesita de una fuerza legal, significa que no es
natural, que vive del despojo y la obediencia, que se ha convertido en privilegio y en
tiranía” (10).
El reiterado mensaje de los anarquistas a los obreros trataba de “avisarles” que la
inserción de los socialistas en los gremios era solo un ardid para conducirlos por la vía
electoral. Con ese sentido, como “una treta cuyo objeto es el voto de los trabajadores en las
elecciones”, fue tratada en marzo de 1923 la incorporación como cronista gremial de un
miembro del sindicato de Oficios Varios de Santa Rosa, en el grupo redactor del diario
socialista “Germinal”. Solo cinco meses después se anunció que el anarquismo conducía el
Comité Pro Presos en la capital pampeana, donde también arrebató Oficios Varios al
socialismo y la primera medida fue abolir su estatuto, “una forma de dictadura que impera
en los sindicatos amarillos o anaranjados” (11). Al mismo tiempo, hacía su entrada el
comunismo en esa misma ciudad, de la mano del concejal bonaerense José Penelón. De ahí
que los “bolcheviquis” pasaran a engrosar la lista de sectores a atacar no solo teóricamente,
aunque el P.S., por su actividad y número en Santa Rosa y Gral. Pico, en ese orden, se llevó
el mayor centimetraje, en especial su órgano de Prensa “Germinal” : “Uds. no germinan
nada. Vuestra especialidad son los avisos” (12)

Otra diferencia con el socialismo radicaba en que el anarquismo local otorgaba al obrero
la categoría de sujeto social excluyente, para lo cual es interesante comprobar qué entendía
por “pueblo”. Para J. Prince, “Llamamos pueblo, sin pretensiones de calificativo científico,
al conjunto de oprimidos y desheredados” (13) y por lo tanto se excluye a otros sectores
asalariados, como empleados de correos, periodistas y maestros. Sobre estos últimos, no
avizoran siquiera la sindicalización, sino que “para solventar todas las cuestiones dolorosas
–una de ellas veremos en Anarquismo y Educación- lo único que pueden hacer es alistarse
en las filas revolucionarias y contribuir al pronto derrumbe del régimen capitalista” (14). De
la misma manera, los periodistas son tratados como herramientas mecanizadas al servicio
del poder : “Somos los juguetes y los vasallos de los capitalistas que están entre bastidores.
82

Somos muñecos, ellos tiran del hilo y nosotros danzamos...somos prostitutas intelectuales”
(15)

Otro punto de fricción, que referencia también el tratamiento disímil hacia los sectores
medios que hacían ambas fuerzas, estaba localizado en el cooperativismo, un sector clave
para el P.S. Sobre el tema, los congresos anarquistas desde sus inicios se pronunciaron en
forma cortante. El VI Congreso de la FORA, por ejemplo, consideró que las cooperativas,
“por ser obras de acumulación, son contrarias a la acción de los obreros” y que la función
de éstos dentro de las cooperativas es “velar por la conservación de sus capitales y esa
defensa de interés es un egoísmo puramente burgués y no conduce a la emancipación del
capital como algunos creen sino a su perpetuación” (16). Esa era la opinión predominante
pero no unánime. En ese mismo congreso, el delegado de la Federación de Artes Gráficas
afirmó que la cooperativa convierte a los obreros en conservadores, en tanto que el de los
zapateros sostuvo que es el “embrión de la sociedad del porvenir”, si se piensa que la
liberación de los obreros supone la sustitución de las instituciones burguesas por otras
obreras (17).

Al menos para el sentimiento anarquista, la disputa con el socialismo se tornaba


furibunda en torno a la consideración del 1º de Mayo. En diciembre de 1922, llegó a los
redactores de L.P.L. la noticia de que los socialistas de Gral. Pico planeaban editar un
periódico al que luego denominaron “1º de Mayo”. Así fue su reacción : “...quieren hacerse
simpáticos usurpando una fecha dolorosa y trágica al anarquismo : el 1º de Mayo. ¿Quién
gritó ‘viva la anarquía’ desde la horca de Chicago? ¿Fue acaso un movimiento político o un
mitin organizado por los trabajadores? ¿No llamáis ‘fiesta obrera’ a ese día de protesta
airada, de dolor proletario?. Entonces llamad Fiesta Obrera a vuestro periódico y estaréis en
vuestro lugar de fariseos” (18).
Aunque numerosos actos del 1º de Mayo eran organizados en forma conjunta por
socialistas y anarquistas, no estaban exentos de incidentes como el protagonizado por
Federico Ritsche en la citada jornada del 1º de mayo de 1924 en Eduardo Castex. En esa
oportunidad, la capacidad de tolerancia de este anarquista –quizás era escasa- no resistió el
discurso “reformista” del socialista Nale y lo increpó con tal vehemencia que lo obligó a
abandonar la tribuna cuanto todavía no había terminado su discurso. Otro espacio de
encuentro, pero de mayor convivencia, era el subcomité Pro Presos con sede en Santa Rosa,
que nunca hizo diferencias entre detenidos de uno u otro signo (19).
En lo conceptual, aunque con prácticas definidas, les era común un anticlericalismo, más
acendrado aún en “Germinal” que en “Pampa Libre”. Pero había otro punto de contacto :
ambos rechazaban la provincialización del entonces Territorio Nacional, si bien con estilos
y motivaciones diferentes.
“¿Qué beneficios traería consigo la provincialización del inmenso territorio pampeano?,
¿Dejaría de ser explotado el obrero?, ¿Caería en manos de los productores la tierra?, ¿Se
abolirá la autoridad?”, son preguntas que se hizo L.P.L. en 1922. Y se contestó : “Nada de
eso. Todo lo contrario. La provincialización significa mandar desde más cerca y esclavizar
más. ¿Por qué a la clase obrera le importa un comino de la Provincia de La Pampa? Y ¿por
qué la clase rica menea ese puchero diario con tanto ahínco?. Nadie más que los
capitalistas, los aspirantes a tinterillos y los frailes desean la provincialización de este
fecundo llano. ¿Por qué?. Eso es fácil. Habrá elecciones a granel...” (20). Germinal, por su
83

parte, también se hacía preguntas : “¿Resolverá acaso el advenimiento de la provincia el


problema de la tierra y el problema de la educación popular? (21). El órgano del Partido
Socialista de Santa Rosa afirmaba en esa misma edición de 1927 : “No somos amigos ni
enemigos de la provincialización. Somos socialistas y nuestra finalidad mediata es más
vasta porque pretendemos transformar toda la estructura social”. Empero, para los
anarquistas la oposición de los políticos del socialismo tenía visos de oportunismo pues
“palpitan pérdidas de posiciones” (22) y calificaban así a los que “sueñan con ella” :
“doctores sin clientes, abogados sin pleitos, jugadores en desgracia, caudillejos sin
renombre y otras especies de esa variadísima fauna que constituye el azote de las
poblaciones”. Al año siguiente, en 1929, acuden a otros calificativos para definir a ese
sector : “son los mismos que ordenaron la represión de los diversos movimientos agrarios
sucedidos en La Pampa desde 1912, los mismos que instigaron al asesinato de trabajadores
en J. Aráuz, los mismos que realizan cuantiosas ganancias en los obrajes de Foster, de
Arizona, de Hucal; los mismos que no han dejado un palmo de terreno sin ponerle la
infamante inscripción ‘Esto es mío” (23)

Por último, una cuestión que no quedó en el debate de los años 20 sino que atravesó
todo el siglo : ¿Deben los afiliados de una fuerza política opositora, aceptar cargos que
impliquen una funcionalidad con el sistema social que se critica?. Al menos, en una
oportunidad, el anarquismo acusó al P.S. de tal complicidad en 1928 cuando los hermanos
Kairuz, chacareros de Villa Alba, repelieron a balazos una tentativa de remate de sus
implementos agrícolas, resultando muerto el dueño del campo y herido de gravedad el
rematador, que era a su vez Juez de Paz de Santa Rosa y ¡socialista!. El hecho no podía
pasar desapercibido para Pampa Libre : “La degeneración acabada del socialismo que hace
compatible militar en sus filas a un funcionario cómplice del, a todas luces, injusto
privilegio de los terratenientes, prestándose a ayudar al despojo de los campesinos” (24)
84

N O T A S (Anarquismo y Socialismo)

(1) Cesar Balbuena. P.L. 19.02.1928


Sobre la diferencia del anarquista con otros partidos políticos revolucionarios, afirmó Abad de Santillán :
“Estos pretenden sustituir una política gobernante por otra nueva, a diferencia del anarquismo que propone la
ausencia de todo principio de poder”. De la Rosa, Fernanda. Un Anarquista Español en las Páginas de la
Protesta. Desmemoria Nº 17
“Somos unos locos. Así nos llaman los charlatanes de la política que viven a expensas del pueblo productor,
los eternos fariseos, los pobres de espíritu, todos aquellos que no han tenido la altivez de crispar sus puños
ante las injusticias de los tiranuelos”. Refis Menes. Zárate. La Protesta. 02.06. 1917
(2) L.P.L. 01.04.1923
(3) “No hagáis pues inútilmente de pobres cristos. Dejad que vote el tahúr o el matón que necesitan del
caudillo; que vote el aspirante al presupuesto, el comerciante que adultera los alimentos y que envenena al
público. Que vote toda esa gente que necesita del poder para hacer cómodamente sus chanchullos. Pero no
votéis vosotros, hombres laboriosos”. J. Prince. P.L. 01.02.1927
“Hagan de cuenta los electores que entre todos forman una escalera por donde suben los que ellos eligen y
que una vez arriba los dejan como palos de gallinero”. L.P.L. 15.03.1923
(4) “Los anarquistas con nuestra prédica antipolítica tendemos a destruir esta ficción de la soberanía popular;
tal soberanía no puede ser otorgada por ningún partido aspirante al poder”. P.L. segunda quincena 1927.
Por “antipolítica” debe entenderse la negación de la política en su sentido electoral y parlamentario. Esta es
definida como “el arte de llegar al poder prescindiendo en absoluto de todo escrúpulo”. P.L. 15.06.1926. Esta
distorsión conduciría a que se desvíen de su ruta hasta las aspiraciones que dieron origen al P.S. Así lo afirmó
P.L. en 1926 en el transcurso de una campaña antisocialista, motivada quizás por el avance de ese partido en
lo electoral como en lo gremial, dado el abandono de este último terreno en el norte pampeano, por parte de la
Agrupación Pampa Libre.
(5) Sánchez, Cecilio s/denuncia. Expte. 51334 año 1927. Fondo Justicia. Archivo Histórico Provincial. Santa
Rosa. Eran comunes las denuncias del P.S. a la policía por interferir en el manejo de los padrones electorales.
Téngase en cuenta que como Territorio Nacional, la policía de La Pampa dependía directamente del
Ministerio del Interior de la Nación.
(6)) P.L. 15.06.1926
(7) L.P.L. 15.08.1922. En esta misma y primera edición : “Es que si ustedes (los socialistas) junto con todos
los gobernantes sirvieran para algo más que para succionar esa glándula mamaria del pueblo que se llama
Congreso, nosotros no hubiéramos hecho huelgas ni nada”
(8) P.L. 08.04.1929
(9) P.L. 10.07.1928. Entonces, prosigue la nota de J. Prince, los representantes del Estado aparecen ante el
obrero como sus “protectores naturales”. Además, “por avanzadas que sean las leyes sociales, y aún cuando
se cumplieran en realidad, no podrían de ningún modo alterar los fundamentos de la desigualdad social”
(10) P.L. 20.12.1928
(11) L.P.L. 15.08.1923
(12) L.P.L. 15.09.1922.
Para los anarquistas, los avisos en un periódico obrero era considerada una herejía. “En un periodiquín local
(“1º de Mayo” de Gral. Pico), que parece un registro de todos los boliches y bolichones del pueblo, pero que
es el órgano del centro socialista...” . L.P.L. 15.05.1924
(13) P.L. 15.03.1927
(14) L.P.L. 15.08.1922
(15) L.P.L. 15.08.1922
(16) Las palabras subrayadas son nuestras para marcar las diferencias con los socialistas. Previamente, en el
III Congreso de la FOA, se afirmaba que “las cooperativas, tanto las de producción como de consumo, son
perjudiciales a la clase trabajadora porque enervan el espíritu de rebeldía, fomentando el espíritu de
ambición” (“enervar”, contra los que se cree comunmente, quiere decir debilitar, disminuir, quitar fuerzas).
Sin embargo, a lo largo del siglo hubo anarquistas que compartieron sus ideas con el trabajo cooperativo. Más
aún, es interesante la actividad desplegada en los años 20 por la Cooperativa Obrera de Tabaco, cuyos
obreros se declararon estrechamente vinculados a la entidad por ser a la vez obreros y dueños de la
producción, lo que no impidió que a su vez se constituyeran en sindicato autónomo. Estas ideas están
85

contenidas en un volante que tiene por título “Despertad camaradas” y cuyo estado impide su reproducción.
Fue uno de los documentos secuestrados por la policía en Alpachiri en 1921, junto con los volantes locales y
afiches de la Federación Portuaria. Con estos últimos tiene una vinculación discursiva que creemos no es
casual.
(17) Marotta, Sebastián. Op.cit. p.268
(18) El anarquismo mantuvo inmodificable esta postura. “El Obrero Panadero” expresaba el 1º de mayo de
1946 : “...los jóvenes obreros creen que el 1º de Mayo es la ‘Fiesta del Trabajo’ cuando en realidad fue
instituido por los trabajadores del mundo para expresar su condenación contra la sociedad capitalista y estatal
que tales crímenes produce. El lº de Mayo es el día universal de protesta...”. El Obrero Panadero, órgano de la
federación que agrupaba a esos trabajadores, nació en 1887 y siempre fue un puntal de la FORA. Tuvo como
impulsor, entre otros, a Emilio Lopez Arango, un obrero panadero que escribió en varios medios y fue
conductor de La Protesta junto a Diego Abad de Santillán. L.Arango fue asesinado en Buenos Aires el 25 de
octubre de 1929.
Al margen de Germinal en Santa Rosa y 1º de Mayo en Gral. Pico, fue en la década del 30 cuando los órganos
de prensa del P.S. cobraron mayor impulso. Algunos de ellos fueron :
Acción Socialista, de los centros socialistas de Guatraché, Alpachiri y Macachín. Guatraché 1933
Adelante, de los centros sociialistas de Quemú-Quemú y Miguel Cané. Quemú-Quemú 1933
Claridad, periódico socialista independiente. Trenel 1933
Emancipación, del centro socialista de Huinca Renancó. 1932
Voz Proletaria, semanario del centro socialista de Trenel. 1932
Las fechas corresponden al primer año de edición. Gutierrez, Leandro. 1969. Recopilación bibliográfica y de
fuentes para el estudio de la historia y situación actual de la clase obrera argentina. Instituto Torcuato Di
Tella. Centro de Investigaciones Sociales.
(19) Los abogados socialistas o próximos a afiliarse, Pedro E. Pico y los hermanos Alfonso y Enrique Corona
Martínez defendieron a los presos de Gamay (1919), Alpachiri y J. Aráuz (1921) y lo siguieron haciendo :
F.Ritsche (1924), etc.
(20) L.P.L. 15.09.1922
(21) Germinal. 09.04.1927
(22) P.L. 10.11.1928
Desde 1909, la provincialización siempre fue “inminente”, en especial durante los dos período de
H.Yrigoyen, quién incluso envió varios proyectos de ley al Congreso con esa intención, pero...llegó en 1952.
(23) P.L. 20.08.1929
(24) P.L. 20.06.1928
86

Acápite
ANARQUISMO Y EDUCACION

“Uno de los puntales más poderosos del orden


social actual, el capitalismo, y de su defensor,
el Estado, es sin duda alguna la educación”

Hans Bartosek - P.L.30.11.25

El anarquismo que se expresaba en suelo pampeano aspiraba a una educación que “no se
transmita autoritariamente y por miserables ganapanes, deformadores del pueblo, sino que
sea vocacional, libre e interminable”. El carácter libre e interminable estaría dado en que
“nuestra tarea educativa no puede exceder de los límites señalados por los derechos del
niño”, o sea que éste “indicará por dónde quiere ir y nosotros debemos mostrarle cómo se
superan los obstáculos”(1), o dicho de otra manera : “atender ampliamente los deseos e
inclinaciones del niño y desarrollar en él el libre examen y la libre experimentación” (2)
Esta concepción supone por una parte que la creatividad propia del niño marcará el
camino y orientación de la enseñanza y por otra que no se lo debe encasillar en las etapas
de la educación formal, como “alumno”. La trilogía expuesta y la idea de “ayudar” el
desarrollo del niño se encuentran en la base de la Escuela racionalista o Escuela Moderna
(3). Si bien en la Argentina las experiencias pedagógicas libertarias no llegaron tan lejos
como en España y México, existió una escuela racionalista en Luján, clausurada tras la
agitación que despertó el fusilamiento de Francisco Ferrer en 1909. También fueron
encarcelados y/o expulsados del país varios docentes anarquistas, cuya actividad estaba
vedada por el art. 7º de la Ley de Residencia (4).

La educación era considerada como un objetivo permanente que vivía en cada actividad,
lo que daba lugar a una autoeducación implícita en aquella. Así, “la obtención de una
necesidad inmediata o el sostenimiento de cualquier organismo de lucha...no pueden
desviar nuestra atención del objetivo principal que es educar al pueblo, educarnos a
nosotros mismos en el espíritu que emana del ideal libertario” (5) La consideración del tema
educativo, así planteado, trasciende la formación interna y tiene su origen en la atención
que ya mereció en los primeros congresos anarquistas, como el V, que menciona la
necesidad de hacer efectiva la “instrucción libre” y recomienda a las sociedades federadas
que dediquen una parte de sus fondos al sostenimiento de escuelas libres, bibliotecas, etc.
Esta cuestión fue recurrente en los mensajes de L.P.L. desde su primer número. En él se
la sintetiza así : “La escuela es un estrecho molde en donde se fabrican patriotas”, esto es
que “la escuela autoritaria es el principal establecimiento de entorpecimiento y deformación
psíquica y de corrupción moral que posee la clase dominante”. La visión entonces, es que la
escuela es un instrumento del Estado, un medio de sometimiento muy relacionado con el
concepto de Patria, una idea aglutinante que la burguesía inventó para sostenerse alrededor
de valores diferentes a los de la iglesia, tradicional sujeto educador (6).
Esta concepción de la escuela-institución se relaciona con otros dos aspectos : su efecto
sobre los niños y el rol de los maestros. Como en las aulas impera el “terror pedagógico”,
“la escuela humilla primero convirtiendo a los niños en autómatas, se los atrofia” (7). Esta
acción se cumpliría mediante el encadenamiento de los niños a un programa que hay que
87

desarrollar, es decir a un molde uniformador. ¿Cuál es la imagen del niño que se desprende
de estos conceptos? : el de una “plástica masa...fácilmente moldeable”

“Entregad un niño a una banda de ladrones y de él harán un ladrón


Entregadlo a un fraile y hará de él un creyente...
Entregádselo a un maestro del Estado y hará de él un patriota ciego” (8)

La concepción del docente se mueve en un doble plano : es a su vez sufriente y


cómplice. Por una parte debe soportar que las autoridades educativas reglamenten cada uno
de sus pasos, “y eso es lo humillante” (9) , pero por otro lado “no se dedican al ejercicio de
ese altísimo apostolado porque sientan inclinación natural o vocación, ni porque tengan
convicciones propias. El oficio es un modus vivendi y lo practican simples autómatas
fabricados en las escuelas normales, puras herramientas burguesas”. Su complicidad estaría
dada porque contribuyen a ese estado de cosas con “mansedumbre corderil”, lo que –se
aclara- no debe ser tomado por los maestros como un agravio. “Son cosas inherentes al
régimen”.
Este corset no deja margen alguno para la acción de los docentes en el interior del
sistema educativo y en consecuencia su sindicalización sería inútil. Entonces, su
contribución al cambio educacional tendría que realizarse fuera de la escuela y en conjunto
con las transformaciones a operarse en todos los órdenes de la vida (10).
El anarquismo no tuvo, como en otros tantos temas, una posición uniforme sobre esta
última postura expuesta en L.P.L. El IX Congreso de 1915, desconocido por la militancia
del V, propició la constitución de un sindicato de maestros al que le reservaba posibilidades
impensadas por el “otro” anarquismo. El objetivo era “que al propender al mejoramiento de
las condiciones de sus asociados –como los sindicatos aspiran al dominio de las industrias-
conquiste el sindicato de maestros la dirección de la enseñanza emancipándola del Estado
que hoy la monopoliza y la usa como un instrumento de dominación” (11)
En la literatura anarquista es también visible la transposición de los “vicios” de la
educación estatal al entorno familiar. Así, en una nota que firma Dunstano Cancellieri, se
advierte que de la educación puede esperarse como resultado suprimir la personalidad del
niño convirtiéndolo en autómata como lo hace la “educación jesuítica” y, en el mismo
plano de despersonalización, “desviar y corromper el alma del niño” como consecuencia de
la educación en familia (12).

Resulta interesante comparar la concepción educativa aquí reseñada con las teorías
críticas desarrolladas a partir de los 60, en especial el reproductivismo de Althuser, Boudier
y Passerón (13). Más cercana en tiempo y lugar, Beatriz Sarlo plantea para la protagonista de
una biografía docente de principios de siglo el rótulo de robot estatal que había cumplido
tareas para las que se la había designado, “sin poner nunca en cuestión su contenido y
valores” Esta acriticidad es indicativa de “la eficacia...y de la fijeza con que el Estado
modelaba a los servidores públicos, introduciendo en primer lugar, esa idea : la de una tarea
repetida, inflexible e intrusiva, de conformación de identidad y sujetos" (14).
Para evitar la contradicción maestro vocacional – maestro del sistema en escuelas
estatales, algunos docentes anarquistas preferían enseñar en forma independiente de la
injerencia estatal o al menos con mayor libertad en chacras o lugares apartados,
aprovechando que el hogar era uno de los sitios donde podía hacerse efectiva la
obligatoriedad de la educación, como lo disponía la ley 1420 (15). La cuestión era, en
88

palabras de A. Romero Chavez, “educar en el sentido de la libertad, en el culto de la


libertad sin tranqueras...” (16).
Adriana Puiggrós, en cambio, atribuye a otros anarquistas una actitud diferente, tomando
como referencia al profesor y escritor Julio Barcos, quien siempre trabajó en la escuela
pública (17). Es posible que hayan coexistido ambas prácticas, pero es pertinente suponer
que los adherentes a la línea de La Antorcha- Ideas- Pampa Libre, base de todo este trabajo,
hayan tomado la mayor distancia posible de la educación estatal.
89

N O T A S (Anarquismo y Educación)

(1) Nota que firma Dunstano Cancellieri en P.L. 25.07.1925


(2) P.L. 20.02.1925
(3) “La tentativa más conocida para aplicar la concepción anarquista de la educación es, precisamente, la
Escuela Moderna que Francisco Ferrer abre el 8 de setiembre de 1901 en Barcelona. El carácter mixto de
aquella escuela, visto por entonces por la Iglesia como una escandalosa provocación, garantiza ante todo una
perfecta igualdad entre los sexos. La laicidad que invoca Ferrer consiste en que no se impone a los alumnos
ningún dogma que sea contrario a la razón. Y, lo que es más, el verdadero educador no impone ni siquiera el
criterio de la razón;...sino que prefiere apelar a la reflexión y al sentido común de los niños. En cuanto a la
enseñanza propiamente dicha, consiste en esencia en animar a los alumnos para que se expresen con libertad y
para que dialoguen con sus profesores”. “...el acercamiento a los niños es no solo antipunitivo y antirepresivo,
sino también no directivo”. “La Escuela Moderna funcionó hasta 1906, año en que fue cerrada y prohibida
después de un atentado anarquista contra el rey Alfonso XIII, perpetrado por un colaborador de la Escuela”.
Arvon, Henri. 1979. El Anarquismo en el siglo XX. Taurus. Madrid. p.158
(4) Puiggrós, Adriana. 1998. Qué pasó en la Educación Argentina. Kapelusz. Buenos Aires. p.42
Una de las experiencias mexicanas tuvo lugar en 1925 cuando la CGT abrió una escuela racionalista con los
fondos aportados por los anarquistas españoles Buenaventura Durruti y Francisco Ascaso, dos
“expropiadores” que habían cometido un asalto en abril de ese año y luego continuaron su raid americano en
la Argentina junto a Gregorio Jover. TAIBO II, Francisco Ignacio. 1998. Arcángeles. Buenaventura Durruti
en México, una historia de desinformación. Planeta. México.
(5) L.P.L. 15.04.1924
(6) “El Dr. Celesia (Presidente del Consejo Nacional de Educación) hará creer en la patria, representada en un
lienzo, como los curas hacían creer en Dios representándolo con una estampa”. L.P.L. 01.10.1923
En años recientes, el tema fue retomado por Hobsbawm : “Los estados usarían la maquinaria, que cada vez
era más poderosa, para comunicarse con sus habitantes, sobre todo las escuelas primarias, con el objeto de
propagar la imagen y la herencia de la ‘nación’ e inculcar apego a ella y unirlo todo al país y la bandera, a
menudo inventando tradiciones...”. E.J.Hobsbawm. 1992. Naciones y Nacionalismo desde 1870. Crítica.
Barcelona. P.100
(7) L.P.L. 15.12.1922
(8) L.P.L. 15.06.1923
(9) L.P.L. 15.08.1922
(10) Idem
La imagen negativa de los docentes se mantuvo, aún al anunciarse la constitución de la Asociación del
Magisterio Pampeano en noviembre de 1928. En esa misma época llegó a La Pampa Cesar Godoy Urrutia,
quien disertó sobre “La Nueva Educación” en el teatro La Armonía de Gral. Pico, en el que “brillaron por su
ausencia los maestros” (L.P.L. 10.09.1928). Posteriormente expuso sobre “Los derechos del niño y la
violación de su personalidad” y sobre “El movimiento Internacional de los maestros”. Godoy Urrutia
pertenecía a la Internacional del Magisterio Americano, organización que en enero de 1930 convocó a su II
convención para el mes siguiente, con temas tan interesantes como el problema de las vocaciones en la
enseñanza, la formación de maestros, medios de alzar su nivel cultural y moral y la transformación de las
escuelas normales.
Al margen de lo educativo, el mundo de la niñez mereció la atención de P.L. en notas como la publicada el
15.01.1927 sobre “vagancia y delincuencia de los niños”
(11) La monopolización de la educación por parte del Estado era real en esos años. En 1930 solo un 8,5 % de
la matrícula primaria concurría a establecimientos privados. En la enseñanza media el porcentaje era mayor
pero no superaba el 25 %. Tedesco, Juan Carlos. La Educación Argentina entre 1930 y 1955. Historia Integral
Argentina. Centro Editor de América Latina.
(12) P.L. 25.07.1925
Autómata es el calificativo más usado por el anarquismo para referirse tanto a maestros de las escuelas
estatales como al resultado de su práctica docente, los alumnos.
(13) Louis Althuser niega la neutralidad de la escuela, caracterizándola como “aparato ideológico del Estado”
que desempeña la función de reproducir la formación social. Se trata de un medio de domesticación “que ellos
llaman educativo” y cuando ese medio falla, se recurre a la violencia. Pierre Bourdier y Jean Claude Passerón
encuentran que la función fundamental del sistema educativo es reproducir las relaciones sociales de
90

producción mediante la reproducción cultural o ideológica. Sander, Benno. Educación, Administración y


Calidad de Vida. Cap.VII. Aula XXI. Santillana.
(14) Sarlo, Beatriz. “La Máquina Cultural”. Cabezas Rapadas y Cintas Argentinas. Ariel. pp.75/76. En la nota
36 de este texto establece la autora una vinculación entre educación y patriotismo. El Plan de Estudios y
Programas de 1910 señala que “la enseñanza debe ser eminentemente nacional” y consagra mucho de los
rituales que siguen teniendo vigencia hoy.
(15) Hector Crenna, un niño en esos años, recibió educación de un maestro anarquista, Arturo Salas, en una
chacra cercana a Ing. Luiggi, dos leguas al sur de Colonia La Elina. Esa tarea cumplieron varios de los que
luego se harían cargo de la conducción de La Pampa Libre.
(16) L.P.L. junio de 1925
(17) Puiggrós, Adriana. Op.cit. P.75
91

Acápite
LA CUESTION AGRARIA

El problema de la tierra es quizás el más


grave y el más preñado de peligros que
ha de resolver una revolución

P.L .08.04.1929 E. Malatesta

Teniendo en cuenta el conjunto de conceptos aquí expuestos sobre el productor directo,


el que solo es poseedor de su fuerza de trabajo, la definición de “pueblo” (1), etc., es
coherente suponer que el anarquismo le haya otorgado a los chacareros una consideración
diferente a la del obrero rural, pero no tan distinta a la del terrateniente, una alquimia difícil
que siempre fue tema de debate interno. Un indicio de tales posturas nos la ofrece Sebastián
Marotta, quien fue designado por la CORA (Confederación Obrera Regional Argentina,
nombre surgido de un congreso en 1909) para llevar la solidaridad de esa organización a la
lucha emprendida por los colonos que en 1912 constituyeron la Federación Agraria
Argentina en Rosario. En esa oportunidad, Marotta se mostró reticente a cumplir el
mandato pues el colono vivía una situación ambigua, “en la que no es asalariado ni
capitalista” (2).
En efecto, los braceros y los colonos arrendatarios de campos fueron destinatarios de
una propaganda diferenciada, para unos la gremial y para otros solo la ideológica, pues
“...no es posible que la FORA propicie dos organizaciones opuestas que persiguen
propósitos diferentes”, argumentó un congreso extraordinario de la FORA que sesionó en
1920. Por ello, no aceptaba contratos colectivos entre chacareros y peones, como lo hacía el
socialismo que los impulsaba en un terreno que también le era resbaladizo (3).
La propaganda gremial, entonces, debía centrarse en los braceros, mientras que entre los
chacareros se debía combatir “sus egoísmos de aspirantes a burgueses”, como indicó el
mismo congreso. Este principio fue ratificado por la FORA en otro congreso en 1923,
mientras que el de 1928 flexibilizó un tanto su postura al considerar que “la organización
campesina abrigue también en su seno a aquellos arrendatarios de pequeñas parcelas,
siempre que no exploten a asalariados”. Cabe señalar que las publicaciones anarquistas
mencionan también a los hijos de los mismos colonos como destinatarios de su explotación.
Pero la cuestión era más compleja aún. En algunos lugares como Firmat y Sanford
(Santa Fé), Los Surgentes y Hernando (Córdoba), hubo en la década del 20 sindicatos de
resistencia de colonos arrendatarios, a instancias de los anarquistas, es decir que no fueron
formados por la Federación Agraria Argentina. Como vimos, hasta ese momento el
anarquismo solo dedicaba sus esfuerzos a trabajadores agrícolas, estibadores, peones y
mensuales de estancia. En función de estas nuevas organizaciones, el colono solo daba
trabajo a obreros federados y éstos solo trabajaban para colonos agremiados, pero de
cualquier modo aparecían los pliegos de condiciones y las huelgas eran inevitables. Abad
de Santillán, aún sabiendo cuál era la posición predominante en la FORA, comenzó a
disentir al considerar que en la Argentina “no existe una población campesina, pues la
mayoría de los arrendatarios son accidentalmente campesinos y los peones agrícolas, en su
mayoría, son simples obreros de las ciudades que van al campo en la época de las
cosechas”. De modo que ¿quién es el campesino propiamente dicho?. Para Abad de
92

Santillán, más cerca de la visión socialista, no es el peón agrícola sino el colono


arrendatario, “cuya cooperación necesitamos para el triunfo de la revolución”. De acuerdo
con este enfoque, el problema de su organización lo resolvería la cooperativa y no el
sindicato de resistencia (4)

Este tipo de posiciones fueron criticadas por La Pampa Libre desde sus primeros meses
de vida. Para este quincenario, cuando un chacarero quiere la revolución es para “acceder a
un terrenito limitado, egoísta, cercado, amojonado”, o sea le critica la aspiración central de
todo colono : la propiedad de la tierra, ya sea individual o cooperativizada, uno de los
motivos de su incorporación a una entidad que compartía sus intereses : la Federación
Agraria Argentina. Por lo tanto, “el problema campesino se identifica con el bracero,
factótum de la producción. Son los únicos que pueden comprender el comunismo
anárquico” (5)
De alguna manera, el anarquismo lugareño era consciente que entre un chacarero y un
terrateniente hay diferencias objetivas. Sin embargo es en el terreno de las “aspiraciones”
donde ambos tendrían en común más elementos que entre chacareros y el proletariado rural.
Juan Prevost, desde Eduardo Castex, reconocía que la vida de los chacareros solía ser más
dura que la de otros burgueses “y que son víctimas de muchas injusticias”, pero “no es
menos verdad que ellos las cometen con sus explotados, con cuyo esfuerzo tratan de medrar
saltando al puesto de privilegiados”. Si bien su práctica lo condena, al menos desde lo
ideológico podría sumarse a las filas libertarias, “siempre que quiera vencer los prejuicios y
normas que lo aprisionan”, es decir como individuo. En este contexto, la atracción que
ejercía la F.A.A. en los colonos era innegable y así lo admite el autor de la nota (6). Por otra
parte, el anarquismo identificaba a las Ligas Agrarias como una de las expresiones de los
políticos y su mundo parlamentario : “Su única acción directa es contra los peones; con sus
patrones se las arreglan por medio de leyes” (7)
Siberiano Domínguez cuestionó incluso los medios usados por la Federación Agraria en
cuanto a su eficiencia para conmover el poder económico en ese momento, es decir a su
inoportunidad temporal. Afirmó en tal sentido que la F.A.A., “cuando se explaya en sus
planes de aminoración de los robos de que son víctima los chacareros por los grandes
tiburones, no hace más que reformismo. Hace 50 años esto habría resultado revolucionario,
en nuestros días no hace mella” (8).
La preocupación por el tema se puso de manifiesto en la primera nota del primer número
de La Voz del Campesino, que lleva por título precisamente “Colonos y Peones”. En un
contexto de mayor comprensión hacia los colonos, pero sin licuar la línea doctrinaria, se
plantean posibilidades de cooperación frente al “enemigo común”, pero ¿con qué
objetivo? : “dar por tierra con todos ellos (terratenientes, cerealistas, etc), expropiando la
riqueza social para que, sin explotarse los unos a los otros...”, lo que supone por parte de los
peones no “bajar” el sentido último de la lucha por el hecho de aliarse con los chacareros y
de éstos se reclama que renuncien a su histórica ambición de compartir el poder con sus
ocupantes.

En el ambiente agrario, además de F.A.A., también hicieron pie las ideas de Henry
George. El “georgismo” resolvía para el colono el problema de la tenencia de la tierra
mediante la estatización de todos los campos en manos de latifundistas, para luego
concederlas al que ofreciera pagar mayor arriendo. Como es de prever, esta solución no
constituía para los anarquistas garantía alguna de que el problema de fondo fuera a
93

resolverse, ya que “el georgismo no es más que una insignificante reforma que al dejar en
pie al Estado y al capitalismo deja intacta la raíz del mal que desde luengos años pesa sobre
los pueblos de la tierra”. Además, no se planteaban medidas similares para industriales y
comerciantes” (9).
La inutilidad de las salidas reformistas para la difícil cuestión de la posesión y utilización
de la tierra, mereció algún tipo de explicación. En opinión de E. Malatesta, si toda la
extensión cultivable fuera igualmente fértil y estuviera en iguales condiciones, se podría
concebir su división en partes iguales o equivalente entre todos los trabajadores, los que
luego se asociarían si así lo creyeran conveniente. Pero las condiciones de productividad de
las diferentes parcelas de tierra son tan variadas que no puede pensarse en un reparto
ecuánime. “Un gobierno, nacionalizando la tierra y acordándola a los cultivadores, podría
teóricamente resolver la cuestión mediante una tasa que rindiera al Estado lo que los
economistas llaman renta económica, esto es el tanto que un pedazo de tierra puede, con
trabajo igual, producir más que el peor pedazo”, afirma Malatesta sobre este sistema que es
precisamente el “georgismo”. ¿Por qué es inviable? “Por que supone la continuidad del
orden burgués, sin mencionar la potencia acrecentada del Estado y de los árbitros
gubernativos y burocráticos a los cuales habría de recurrir”. Además, el anarquismo no
creía posible ni deseable la propiedad individual del suelo y “por esto nosotros somos
comunistas” pero con una elemental aclaración anárquica : “el comunismo debe ser
voluntario, libremente deseado y aceptado, pues si, por el contrario, debiera ser impuesto,
produciría la tiranía más monstruosa, para después causar el retorno al individualismo
burgués (10)

Con relación a los grandes propietarios, la acumulación de poder por parte de empresas
como Estancias y Colonias Trenel S.A., no dejaba lugar más que para su eliminación.
Desde la agrupación “Tierra Libre” de Caleufú, se la calificaba en 1925 de “monstruoso
pulpo cuyos tentáculos atrapan a miles de desesperados” –entre los que había una mayoría
de chacareros- “y cada hombre liberto debe demostrar que nadie quiere ya aguantarle y hay
que asestarle golpes enérgicos que lo destruyan cuanto antes” (11). A mediados de ese año,
esta situación se hizo dramática por la cantidad de demandas y desalojos promovidos por E.
y C. Trenel, además de la acción que desde hacía un año desarrollaba “una plaga que ha
sentado sus reales : el contratista” (12)
Preguntas y respuestas. En octubre de 1927, Pampa Libre incluyó en sus páginas una
encuesta sobre los problemas de la tierra y en ediciones sucesivas dio a conocer las
respuestas Algunas de ellas comentaremos aquí por su significación. Estas fueron las
preguntas, algunas de las cuales parecen del siglo más que de ese año en particular.
1) ¿Qué entiende Ud. por la expresión “la tierra para todos”?
2) ¿Piensa que el problema de la tierra es solamente agrario?
3) ¿Puede la maquinaria, en las tareas de campo, dejar de ser perjudicial para el campesino, sin que se
verifique antes una transformación del régimen?
4) ¿Cree Ud. que la distribución de las tierras porque abroga el Estado será un beneficio posible en la
actualidad estatal?
5) Cuál debe ser a su juicio la jornada, teniendo en cuenta las dificultades propias de las tareas agrícolas?
6) En qué forma debe encararse la propaganda anárquica en las zonas rurales?

Sobre la cuestión tecnológica y sus beneficios, Francisco Martínez acordó con que se
rotura más extensión de tierra, se siembra y se cosecha más a partir de la aparición de
94

tractores, cosechadoras, arados de varios discos, etc., todo de acuerdo con la función
principal de la maquinaria, que es acrecentar la producción o la riqueza social. Pero “como
la más irritante desigualdad es la base del régimen burgués, los únicos beneficiarios son los
detentadores de la producción” (13). Para E. Roqué, la jornada horaria de trabajo –un tema ya
analizado a propósito de la campaña de las seis horas- no está determinada por el grado de
adelanto tecnológico de la maquinaria agrícola, sino por la explotación, como en cualquier
otra actividad del capitalismo. “Ni aún quienes abogan por la jornada mínima comprenden
que la introducción de la maquinaria en el trabajo campesino no ha sido en proporción con
la disminución de la jornada pues si lo fuera, el trabajador de campo trabajaría cinco horas
escasas”, agrega (14).

El negocio de la tierra, un tema relacionado con la pregunta 4), es en parte explicado por
Cipriano Denegri de tal manera que sus palabras pueden proyectarse a toda la “expansión”
agrícola : “El único favorecido por el proyecto del gobierno será el dueño de la tierra que la
venderá a buen precio y se pondrá en condiciones de comprar en lugares lejanos y por una
bicoca mayor cantidad de tierra. Luego esperará confiado en que los hijos de los chacareros
de hoy o nuevos inmigrantes que lleguen al país se la han de demandar, tal como les
demandan en la actualidad lo que ellos o sus padres compraron en La Pampa antes de que a
ella llegara un riel” (15)
¿Influye el tamaño de las explotaciones en el nivel de conciencia de sus trabajadores?.
Aunque no respondía a una pregunta específica de la encuesta, el tema dio lugar al
siguiente análisis : es preferible la organización de grandes establecimientos capitalistas
agrícolas o ganaderos y hasta el latifundio, al fraccionamiento de los terrenos en pequeñas
propiedades. La causa, haciendo un paralelismo con las fábricas, es porque “crea un
proletariado y prepara el terreno para una futura socialización, mientras que la división
ilimitada de la tierra fomenta la egoísta mentalidad burguesa, convierte a infinidad de
campesinos –explotados también- en los peores enemigos de la clase obrera”. Estos
pequeños propietarios “sirven de base a las dictaduras o a las ideologías más conservadoras
y reaccionarias” (16), a la manera de los farmers

Ciertamente que el problema de la tierra no es solamente agrario, pero también es cierto


que no puede diluirse en el problema general, es decir perder especificidad. Así lo entendió
uno de los encuestados, para quien “en la Argentina, el problema de la tierra no preocupó
mucho a los compañeros por comprender éstos que tanto el suelo como el subsuelo, o sea
campos y minas, no se pueden separar de los otros problemas, fábricas y talleres, y se atacó
la propiedad privada en general” (17). Desde el enfoque propuesto, al colono no debería
mencionársele la palabra “apropiar” o “expropiar” sino “restituir” al patrimonio común.
Otra respuesta relacionada con este alerta provino de San Pablo (Brasil), mediante un
llamamiento al proletariado militante de las grandes ciudades para que preste atención a los
obreros del campo, “sometidos al caudillismo, al oscurantismo religioso y donde el
malevaje patriotero recluta al cosaco que luego nos masacra a la orden del mutuo tirano”
(18)
95

N O T A S (La Cuestión Agraria)

(1) Relacionada con la definición de “Pueblo” que J. Prince ofreciera en la década del 20, en La Protesta del
01.02.1916 se incluye la siguiente frase : “Es muy común la creencia –aún entre el elemento anarquista- de
que el obrero del campo en la Argentina es el colono o chacarero y tal creencia es falsa. El verdadero obrero
del campo no es el colono : es el paria de todas partes, el desposeído que no cuenta con más propiedad que sus
músculos”. El socialismo opinaba lo contrario. Germinal de Santa Rosa afirmó que el proletario en el campo
pampeano es el colono y atribuirle tal condición al bracero es trasladar mecánicamente moldes europeos.
(2) Marotta, Sebastián. Op.cit.
(3) El semanario Germinal, órgano del Partido Socialista de Santa Rosa, en su edición del 2l.12.1921 comentó
el asalto policial a un local obrero donde se llevaba a cabo una reunión con chacareros en Castex. El
encuentro le pareció auspicioso dado que no era común y que la represión –hubo detenidos- era síntoma de
que el poder “veía con malos ojos que obreros y agricultores sesionaran bajo un mismo techo”
(4) La Protesta. 01.01. y 03.08.1926
(5) L.P.L. 01.11.1922
(6) L.P.L. 15.07.1924. Si a nivel personal se podían rescatar diferencias con los latifundistas, a nivel
institucional prácticamente se identificaba F.A.A. con S.R.A. Prevost destaca en esta nota, en referencia a la
Federación Agraria : “los que revelan mayor egoísmo y explotación, los que tienen más espíritu burgués, son
los fervientes propagadores de ese organismo”. Cuatro años más tarde, pide que se refuten las opiniones
vertidas en "La Tierra"” órgano de la F.A.A., el que ejerce “una gran influencia entre los campesinos". P.L.
05.10.1928
(7) L.P.L. 01.11.1922
(8) L.P.L. 15.05.1924
(9) La Voz del Campesino Nº 1. Setiembre 1925
El georgismo pregonaba la separación del Estado de la iglesia y hasta del ejército y la armada. Pero, pese a la
nacionalización de la tierra y a estas medidas, el mantenimiento del capitalismo a que se hacía referencia,
provocaría las siguientes situaciones : “En cuanto a los industriales y comerciantes, nadie les molestaría ni les
impediría a los primeros explotar a sus obreros y a los segundos robar a los clientes. Y si alguno intentase
rebelarse y hubiera sido en efecto suprimido el ejército, ya se encargaría de sofocar la rebelión la Liga
Patriótica o el escuadrón de gendarmería pues nadie, por más sofista que sea, podrá concebir un Estado sin
fuerza armada”
(10) La Voz del Campesino Nº 2. Diciembre 1925
(11) P.L. 01.02.1925. En su edición de la segunda quincena de mayo de 1925 califica a Estancias y Colonias
Trenel S.A. como “genuina sucesora de tiranos modernos, los Devoto”
(12) La Voz del Campesino Nº 1.
Cinco años después, la situación no había registrado variantes. “En cinco colonias agrícolas de la zona de
Miguel Riglos que llevan sendos nombre piadosos -San Miguel, San Vitorio, San Manuel, La Merced y La
Oración- y que pertenecen a dos de los más grandes latifundios de la Argentina, mas de 200 familias de
colonos que se debaten en la extrema miseria, encuéntrase además en una situación tragicómica...: no pueden
abandonar el campo a causa de estar endeudados y tampoco pueden conseguir semillas y alimentos porque
todas las garantías que podrían ofrecer las retienen para sí los dos piadosísimos dueños de estas tierras”. P.L.
abril 1930.
(13) P.L. segunda quincena enero 1928
(14) P.L. 20.12.1928
(15) P.L. 20.06.1928
(16) R. Zabalza. P.L.20.12.1928
(17) P.L. Segunda quincena enero 1928
(18) La respuesta pertenece a Manuel Collado López. P.L. 10.07.1928
96

FRASES DE PAMPA LIBRE

El pueblo ruso parece que estaba ciego y que a Kropotkin lo conocíamos más en La Pampa que en la estepa
15.09.1922

El maestro considera que el cerebro del niño es una estantería donde amontonan las lecciones y finca en la
memoria toda su sabihondez de amaestrador 15.12.1922

Por qué se denominan prostitutas a las mujeres reducidas a la vida airada y no se llaman prostitutos a los
que se sirven de ellas? 01.01.1923

Si para los cónyuges mal avenidos, el matrimonio es una cárcel, el Registro Civil es la puerta de acceso
01.06.1923

Con el matrimonio quiérense borrar todos los deslices, todos los traspiés, como si fuera el permanganato de
la conciencia 01.06.1923

El delincuente es un desposeído de su honradez; la prostituta es una desposeída de su amor virtuoso. Un


anarquista frente a ellos nunca puede preguntarse si son buenos o malos, sino atraerlos al foco de sus
reivindicaciones contra los burgueses R.G.Pacheco. 15.08.1923

La organización capitalista no permite más que trabajar para el poseedor o de lo contrario, asaltarle o
robarle 01.10.1923

La libertad no se alcanza llevando puesto el freno de la legalidad. Cada libertador ha sido un ilegal.
Praxedis Guerrero 15.12.1923

¡Se pierden hasta las tradiciones! Ni ya se cantan estilos ni el pangaré y el overo tostado encandilan ni
calientan a nadie. Los gauchos que pintaran Hernández, Ascasubi y otros, el M. Fierro legendario no se
encuentran hoy sino en los circos. 01.03.1924

La semana trágica de enero en Buenos Aires, La Forestal, Gualeguaychú, Villa Ana, J. Aráuz y Santa Cruz,
cuyo epílogo ha repercutido en los corazones de proletarios con el asesinato alevoso de nuestro inolvidable
camarada Kurt Wilckens. Todos esos hechos, todos esos episodios sangrientos son una clara prueba de los
grandes sacrificios que se han hecho por la causa de la libertad. 01.05.1924

En qué situación nos encontraríamos si nadie se hubiera rebelado jamás contra la primera ley que se
impuso, la primera norma, la primera idea que se concedió verdadera?, ¿si todos siguiéramos obedeciendo a
nuestros padres, maestros, legisladores y patrones? Isidro D Martínez 15.08.1924

De negaciones está compuesta la filosofía anarquista. Niega la patria, la ley, la divinidad y el robo. Niega el
ocio, la tristeza, la cobardía y el odio. Niega en definitiva el mal. La filosofía anarquista, pues, rompe, raja,
incendia y tala, es cierto, pero...destruir es crear. Fijáos bien : destruir es crear. 02.11.1924

Año nuevo...vida imbécil F. Dely 01.01.1925

Cultivar la memoria en detrimento de la iniciativa es dar más importancia al pasado que al porvenir
2da.quincena abril 1925

Solo una mentalidad insignificante puede resignarse a creer que el escabroso problema de la mujer quedaría
resuelto con acordarle los derechos civiles o políticos F.Lattelaro – Rosario 15.01.1927
97

Los anarquistas no esperan una hipotética madurez de los tiempos o de la evolución para obrar, porque
saben que la acción es lo que mejor hace madurar la evolución y los tiempos abril 1930
TEATRO ANARQUISTA. REPRESENTACIONES EN LA PAMPA

LOCALIDAD Y NOMBRE DEL


FECHA CUADRO FILODRAMATICO OBRA AUTOR

Setiembre 1917 Gral. Pico Hambre


1º de Mayo P.Gori

Setiembre 1917 Gral. Pico Fin de Fiesta


Sin Patria P.Gori

Noviembre 1917 T.Lauquen – “Luz y Arte” Las Coyundas

Octubre 1922 Edo.Castex – “La Nueva Era” El Pobre Hombre


Madre Tierra A. Berruti

Febrero 1923 “ “ Madre Tierra A. Berruti

Mayo 1923 “ “ Por el Amor

Setiembre 1923 “ “ Hijos del Pueblo R.G.Pacheco


Redención
El Teniente Cura

Junio 1923 Metileo – “Luz en el Sendero” Fin de Fiesta


Sin Patria P.Gori

Febrero 1924 “ “ Sin Patria P.Gori


Las Vívoras R.G.Pacheco

1 de mayo 1924 “ “ 1º de Mayo P.Gori


El Sembrador R.G.Pacheco

Mayo 1924 Darregueira- “Rosa Luxemburgo” En Familia Florencio Sanchez

Octubre 1924 Campo Castex- “La Fraternidad” El Defensor de su Honra

Octubre 1927 Pico- “Conjunto Artístico Libertario” Hijos del Pueblo R.G.Pacheco
El Sembrador R.G.Pacheco

Agosto 1928 “ “ “ “ Sin Patria P.Gori


El Alcalde Rojas

Agosto 1928 Salliqueló La Justicia Aguirrebeño y Navas

1 mayo 1929 Quemú-Quemú – “Hacia el Porvenir” Juventud Ignacio Iglesias


Compañero de Pieza
98

10 mayo 1930 “ “ Bendita Seas


Los Mártires

LA INUNDACIÓN
RODOLFO GONZALEZ PACHECO
PERSONAJES:
PAMPA DON MARCIAL PINTOS
FLORINDA LEONARDO
SILVESTRE DON LECHUZA
DON ADRIÁN MAYA DOS MATREROS
GOYO PEONES DE LA VÍA
GUEVARA
Epoca actual. En Río Negro

ACTO PRIMERO
Cuarto de Pampa: techo de pajas, a dos aguas; piso de tierra; paredes encaladas. Foro: ventana sin rejas.
Laterales : izquierda, al campo; derecha, a otra habitación; ambas cerradas. La cama de ella y la mesita de
noche en un rincón; y entre las dos , en el suelo el pilcherío revuelto de un recado: es el “nido” de silvestre.
En la otra banda, en primer término, un lavabo de hierro, con balde y jarra al pie. En la misma línea, pero al
fondo, una cómoda; sobre ella , y entre las chucherías de acicalarse la moza, un rebenque y un cuchillo. En
los muros, pegados o pendientes de sendos clavos, oleografías de revistas: estrellas de teatro y cine,
modelos de tiendas y bestias de exposición. Y finalmente, en el centro, una mesa de pino, desde donde la
poca luz de una vela ilumina lo que puede.

SIN PATRIA
ESCENAS SOCIALES DE LA REALIDAD Y UN INTERMEDIO

PEDRO GORI

PERSONAJES:
JORGE, agricultor; ex garibaldino
JUANA, vieja aldeana, madre de Jorge
ANITA, hija de Jorge
DON ANDRÉS, párroco de aldea
ARTURO, joven obrero
ANTONIO, viejo marinero
PEPITO, carretero
La escena sucede en una aldea marítima de la Toscana. Epoca actual.

ACTO PRIMERO
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Una estancia campesina , humildemente instalada. Puerta común al fondo; otra a la izquierda. Una mesa
rústica, algunos muebles y utensilios que completan la instalación. En un ángulo, cerca de la chimenea, un
arcón familiar carcomido.

HIJO DEL PUEBLO

HIMNO REVOLUCIONARIO

HIJO DEL PUEBLO, TE OPRIMEN CADENAS


Y ESA INJUSTICIA NO PUEDE SEGUIR;
SI TU EXISTENCIA ES UN MUNDO DE PENAS,
ANTES QUE ESCLAVO PREFIERO MORIR.

ESOS BURGUESES, ASAZ EGOISTAS,


QUE ASI DESPRECIAN LA HUMANIDAD
SERAN BARRIDOS POR LOS ANARQUISTAS
AL FUERTE GRITO DE LA LIBERTAD.

¡ AH !

ROJO PENDÓN
NO MAS SUFRIR,
LA EXPLOTACIÓN
HA DE SUCUMBIR.
LEVÁNTATE, PUEBLO LEAL
AL GRITO DE REVOLUCIÓN SOCIAL
VINDICACIÓN
HAY QUE PEDIR
SOLO LA UNIÓN
LO PODRÁ EXIGIR.
NUESTRO PAVÉS
NO ROMPERÁS :
TORPE BURGUÉS
¡ATRAS! ¡ATRAS!

LOS CORAZONES OBREROS QUE LATEN


POR NUESTRA CAUSA, FELICES SERÁN;
SI ENTUSIASMADOS Y UNIDOS COMBATEN
DE LA VICTORIA LA PALMA OBTENDRÁN.

LOS PROLETARIOS A LA BURGUESÍA


HAN DE TRATARLA CON ALTIVEZ
100

Y COMBATIRLA TAMBIÉN A PORFÍA


POR SU MALVADA ESTUPIDEZ.

R. CARATALÁ

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