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Trabajo de Investigación

Perestroika

Perestroika (en ruso перестройка, reestructuración) fue un proceso de reforma basado


en la reestructuración de la economía puesto en marcha en la Unión Soviética por Mijaíl
Gorbachov con el objetivo de reformar y preservar el sistema socialista, pues quería dar a
la sociedad soviética un cierto espíritu de empresa e innovación. Este proceso,
acompañado también de una cierta democratización de la vida política, trajo varias
consecuencias a nivel económico y social que provocaron el fin de la era de Gorbachov y
el colapso y desintegración de la URSS.

Origen y características de la reforma

Cuando en 1985 el reformista Mijaíl Gorbachov se convirtió en el máximo dirigente


soviético, esta política ya estaba diseñada, pero fue en el Comité Central del Partido
Comunista de la Unión Soviética (PCUS) de abril de 1985, cuando decidió ponerla en
práctica de inmediato para sacar al país de la grave crisis económica e impulsar el
desarrollo, pues estaba sumido en la corrupción y el atraso.

En una sección plenaria de junio de 1987 del Comité Central del PCUS, Gorbachov
presentó las bases políticas de la reforma económica que sería conocida
como perestroika y que intentaba mantener la existencia de la URSS.

Su objetivo era convertir el sistema de gestión centralizada en un sistema más


descentralizado y adaptado al mercado moderno, para lo cual se permitió una cierta
autonomía local, y desarrollar un programa especial para modernizar la industria de
ingeniería y los modelos de gestión económicos, que habían sido descuidados. También
se pretendía luchar contra la corrupción, con la reducción del alcoholismo y el absentismo
laboral; de hecho en la primera fase de la perestroika se tomaron abundantes medidas
morales para reducir el alcoholismo, logrando que en 1986 el consumo se redujera en un
36%.

La perestroika impulsó también la liberalización económica, permitiendo a las empresas


tomar decisiones sin consultar a las autoridades y fomentando la empresa privada y las
sociedades conjuntas con un número limitado de compañías extranjeras, impulsando así
la inversión. Aganbegyan, el primer consejero económico de Gorbachov, afirmó que en un
40% de la industria se había producido una disminución de la producción y que, además,
existía una degradación de la agricultura. Por ello, propuso reformas para dar más
autonomía a la empresa, mejorar el rendimiento del trabajador y la calidad de los
productos. Las alternativas económicas de otros países socialistas se ignoraron y las
medidas que se adoptaron no se discutieron previamente, permitiendo la entrada de
capital extranjero y acercándose cada vez más al capitalismo. Así, poco a poco se fueron
introduciendo actividades económicas privadas, mediante la paulatina introducción de
contratos individuales en fábricas y haciendas colectivas. Se llevaron a cabo medidas,
como la venta de un gran número de empresas estatales, reformas de la moneda y un
nuevo sistema bancario. Todo esto permitió que a principios de 1990, la URSS hubiese
alcanzado ya el nivel de desarrollo económico mundial.

Glásnost
La glásnost (En ruso Гласность, 'apertura', 'transparencia' o 'franqueza') se conoce
como una política que se llevó a cabo a la par que la perestroika por el líder del
momento Mijaíl Gorbachov, desde 1985 hasta 1991.1 En comparación con la perestroika,
que se ocupaba de la reestructuración económica de la Unión Soviética, la glásnost se
concentraba en liberalizar el sistema político. En esta se estipulaban libertades para que
los medios de comunicación tuvieran mayor confianza para criticar al gobierno.

Gorbachov también autorizó la liberación de presos —políticos para la oposición interna y


externa— y la emigración de algunos refuseniks. El objetivo más expreso de
la glásnostera crear un debate interno entre los ciudadanos soviéticos, y alentar una
actitud positiva y entusiasmo hacia las reformas que se encaraban. Sin embargo, esta
política de apertura se volvió en contra de Gorbachov al incrementarse los problemas
económicos y sociales por efecto de las mismas reformas y al incrementarse la crítica de
la población soviética contra la dirección política del PCUS. Durante la glásnost se dieron
a conocer al público, entre otras cosas, detalles sobre la violenta represión política de la
época estalinista que hasta entonces permanecían reservados por cuestiones de Estado.

La meta de Gorbachov con la glásnost era en parte ejercer presión sobre los
conservadores del Partido Comunista que se oponían a la perestroika. En agosto
de 1991 la «línea dura» del Partido realizó un fallido golpe de Estado contra Gorbachov
buscando revertir su plan de reformas, que consideraban una simple maniobra para volver
al capitalismo y destruir al Estado socialista. Al fracasar dicha revuelta aumentó
considerablemente la impopularidad de los líderes conservadores que habían apoyado el
golpe contra Gorbachov, siendo que como reacción los elementos más derechistas del
PCUS asumieron el mando en medio de la acelerada descomposición del aparato político
soviético. Las Repúblicas de la URSS empezaron a proclamarse como independientes en
forma sucesiva, sin que desde Moscú se pudiera impedir dicho proceso. El 24 de
diciembre de ese mismo año Gorbachov abandonó el poder y disolvió oficialmente a la
Unión Soviética en un sencillo acto de unos 30 minutos de duración. Borís Yeltsin,
opositor por derecha de Gorbachov y uno de los artífices del contragolpe, se convirtió
entonces en presidente de la Federación Rusa.

Comunidad de Estados Independientes (CEI):


organización gubernamental fundada el 8 de diciembre de 1991, compuesta por las
antiguas repúblicas soviéticas y, en cierta forma, sucesora parcial de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La Comunidad originalmente estaba
compuesta por tres miembros: Bielorrusia, Ucrania y Rusia. Dos semanas después de
su creación, otras ocho antiguas repúblicas soviéticas �Armenia, Azerbaiyán,
Kazajstán, Kirguizistán, Moldavia, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán� fueron
admitidas también como miembros fundadores, sujetas a la aprobación de sus
respectivos parlamentos. Estonia, Letonia y Lituania se convirtieron en repúblicas
independientes antes, en 1991, y declinaron unirse a la comunidad. Georgia rechazó
unirse hasta 1994.

Formación de la CEI
Los miembros de la CEI actúan como estados independientes. A una unidad central
formada a imitación de la Comunidad Europea (actualmente denominada Unión
Europea) se le confirió una limitada autoridad, incluida la de establecer una esfera
económica común y coordinar la política extranjera y de inmigración, la protección
medioambiental y la lucha contra el delito. La URSS se disolvió formalmente y los
estados asumieron la propiedad de sus instalaciones. Los líderes pusieron las armas
nucleares y estratégicas de largo alcance bajo el control conjunto del presidente ruso
Borís Yeltsin (1991- ) y el comandante y jefe de las Fuerzas Armadas de la CEI, el
mariscal Evgeni Shaposhnikov, aunque el presidente ucraniano Leonid Makarovich
Kravchuk (1991-1994) insistió en conservar el derecho de cancelar los lanzamientos de
armas desde el territorio ucraniano. Los líderes de las repúblicas acordaron aceptar los
acuerdos internacionales de la URSS, incluida la política de desarme nuclear. Rusia
tomó el asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que había pertenecido
a la URSS. Estados Unidos reconoció la independencia de las repúblicas y todas ellas
se convirtieron en miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en
1992.

La caída del muro de berlin


El muro de Berlín, bautizado oficialmente como “Muro de Protección Antifascista” por la
República socialista Democrática Alemana o RDA, fue erigido el 13 de agosto de 1961 por
el bloque soviético presuntamente para proteger a su población de supuestos elementos
fascistas que pudieran conspirar para evitar la voluntad popular de construir un estado
socialista en Alemania del Este.

Pero la verdadera razón fue otra. Hasta ese día, casi tres millones de alemanes del Este
habían abandonado el Estado comunista para refugiarse en la República Federal
Alemana, una huida masiva que resultaba verdaderamente insoportable para los
comunistas, ya que afectaba gravemente a las estructuras social y económica de la RDA
por un doble motivo: por la sangría demográfica que suponía y porque, en general,
quienes abandonaban el país eran los profesionales más cualificados.

El muro, uno de los símbolos más patentes de la denominada “Guerra Fría”, el conflicto
no declarado entre Estados Unidos y la Unión Soviética que dividió política y económica
en dos grandes bloques al mundo entero, se extendió a lo largo de 45 kilómetros,
dividiendo a la ciudad de Berlín en dos partes, además de 115 kilómetros que separaban
a la parte occidental de la ciudad del territorio de la RDA. Su pared medía más de cinco
metros de altura y estaba coronada por un tubo de 40 centímetros de diámetro que
impedía aún más la posibilidad de atravesarla. Aparte de ello, existía la llamada “franja de
la muerte” o tierra de nadie, un área de aproximadamente dos metros de anchura, limitada
por una verja de dos metros de altura que, en algunos tramos, estaba minada y
electrificada y se encontraba permanentemente vigilada por soldados armados y perros
adiestrados.

En la práctica el muro, que comenzó a ser llamado “el muro de la vergüenza” por los
propios alemanes, dividió a Alemania en dos partes, separando a la RDA de la República
Federal Alemana, obligando a los alemanes que quedaron en la Alemania del Este a vivir
bajo un férreo y opresor sistema socialista, impidiéndoles de paso que pudieran transitar
libremente hacia Occidente.

Por supuesto, desde el momento mismo de su ominosa inauguración, muchos alemanes


que querían buscar la libertad en el “otro lado” intentaron sortear el muro y cruzar a la
Alemania Occidental, eludiendo la dura vigilancia de los guardias fronterizos de la RDA. Y
no fueron pocos los que murieron en el intento. El número exacto de víctimas todavía no
está del todo claro, pero la Fiscalía de Berlín considera que el saldo total fue de 270
personas, incluyendo 33 alemanes que fallecieron como consecuencia de la detonación
de minas. Estas muertes, al cabo, sólo endurecieron la radical prohibición de cruzar el
muro impuesta a los oprimidos alemanes orientales.

Se desploma el “muro de la vergüenza”

Después de 28 años de oprobio, las políticas reformistas impulsadas desde mediados de


la década de 1980 en la Unión Soviética por el líder soviético Mijail Gorbachov se
tradujeron en la decisión de abrir poco a poco las fronteras de la República Democrática
Alemana. El 9 de noviembre de 1989, finalmente, y después de una breve conferencia de
prensa realizada por el jefe de prensa del Partido Comunista oriental, se anunció, visado
mediante, la libertad para viajar hacia la otra Alemania o a cualquier parte del mundo,
elecciones libres y la configuración de un Nuevo Gobierno. Ello pareció anunciar por fin el
desmoronamiento de la aterradora estructura de hierro, cemento y alambre que por casi
tres décadas aisló brutalmente a todo un pueblo.

Los alemanes del este reaccionaron de inmediato. Miles de berlineses, tanto del lado
oriental como occidental, se aglomeraron frente al muro y sus barreras fronterizas
tomando parte ese mismo día en una de las acciones político-sociales más relevantes del
siglo XX: la caída del muro de Berlín.

Muchos jóvenes alemanes orientales, con pequeñas mochilas al hombro, vacilaron antes
de saltar el Muro. Una hora antes, sólo aventurarse cerca de la barrera habría significado
la muerte inmediata. Pero ahora muchas manos desde el otro lado se extendieron para
ayudarlos. Como tantos otros, esa larga noche del jueves 9 de noviembre, saltaron
finalmente las barreras que fueron completamente inútiles, paseándose felices por las
iluminadas calles de Berlín Occidental.
Otros, en tanto, con martillos e improvisadas picas en las manos, compartieron desde
arriba del muro la alegría de derribarlo trozo a trozo, muy cerca de la imponente puerta de
Brandenburgo. Desde lejos los sombríos policías de la ex RDA observaban recelosos,
pero por el otro lado los improvisados anfitriones occidentales se fundieron en un
emocionado abrazo con sus visitantes. El canciller de Alemania Federal, habiendo
interrumpido abruptamente su viaje a Polonia, acompañado de Willy Brandt y otras
personalidades, se mezclaron con la multitud para dar la bienvenida a los recién llegados.

La acelerada desintegración del aparato político de la Alemania Oriental, primero a las


órdenes del anciano Erich Honecker –quien se refugiaría posteriormente en Chile con su
esposa e hija- y luego de Egon Kretz, sólo fue el preludio de un gigantesco desbande.
Desde Leipzig hasta Dresde, más de un millón de alemanes se movilizaron exigiendo
libertad de expresión y movimiento, liberalismo político, cese de discriminaciones y
privilegios y el reconocimiento oficial de los representantes de los partidos políticos de
oposición. El socialismo soviético había caído y, con él, su “muro de la vergüenza”.

El fin de la guerra fría

Las revoluciones de 1989 en la Europa oriental habían supuesto un acontecimiento


histórico de múltiple resonancia. Por un lado, constituyeron el derrumbe de los sistemas
comunistas construidos tras 1945, por otro, significaron la pérdida de la zona de influencia
que la URSS había construido tras su victoria contra el nazismo y que muchos no
dudaban en denominar "imperio soviético".

La guerra fría, el enfrentamiento que había marcado las relaciones internacionales desde
el fin de la segunda guerra mundial, va a terminar de una forma que nadie se hubiera
atrevido a pronosticar unos años antes, por el derrumbe y desintegración de uno de los
contendientes. El fin de la guerra fría y la desaparición de la Unión Soviética son dos
fenómenos paralelos que cambiarán radicalmente el mundo.

Los historiadores no se ponen de acuerdo en señalar el momento en el que la guerra


fría concluyó. Veamos los principales acontecimientos diplomáticos que jalonaron los
años 1989, 1990 y 1991:
 Para muchos, la Cumbre de Malta entre el presidente norteamericano George
Bush y Gorbachov marcó el fin de la guerra fría. Ambos líderes se reunieron en
el buque Máximo Gorki fondeado en las costas de Malta el 2 y 3 de diciembre de
1989. Pocas semanas después de la caída del Muro de Berlín los dos
mandatarios se reunieron para comentar los vertiginosos cambios que estaba
viviendo Europa y proclamaron oficialmente el inicio de una "nueva era en las
relaciones internacionales" y el fin de las tensiones que habían definido a
la guerra fría. Bushafirmó su intención de ayudar a que la URSS se integrara en
la comunidad internacional y pidió a los hombres de negocios norteamericanos
que "ayudaran a Mijaíl Gorbachov". Este proclamó solemnemente que "el mundo
terminaba una época de guerra fría (...) e iniciaba un período de paz prolongada".
 Otros señalan que el fin del conflicto tuvo lugar el 21 de noviembre de 1990,
cuando los EE.UU., la URSS y otros treinta estados participantes en
la Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa firmaron la Carta
de París, un documento que tenía como principal finalidad regular las relaciones
internacionales tras el fin de la guerra fría. La Cartaincluía un pacto de no
agresión entre la OTAN y el Pacto de Varsovia. El presidente Bush manifestó
tras firmar el documento: "Hemos cerrado un capítulo de la historia. La guerra fría
ha terminado."
 Sólo dos días antes se había firmado Tratado sobre Fuerzas Convencionales
en Europa que suponía una fuerte reducción de tropas y armamento no nuclear
en el continente. Tras entablar negociaciones en Viena en marzo de 1989, se llegó
al acuerdo de que ambas superpotencias debían reducir sus tropas en Europa a
195.000 hombres cada una. Se partía de la presencia de 600.000 soldados
soviéticos y 350.000 norteamericanos.
 El 16 de enero de 1991 la coalición internacional dirigida por EE.UU. inició su
ataque para desalojar a los invasores iraquíes de Kuwait. El apoyo soviético a las
sanciones de la ONU que finalmente llevarían al desencadenamiento de la Guerra
del Golfofue acordado en la cumbre de Helsinki, celebrada el 9 de septiembre
anterior entre Bush y Gorbachov. Este apoyo era un ejemplo palpable del fin del
antagonismo y de la supremacía norteamericana.
 El 1 de julio de 1991, tras las revoluciones de 1989 y en pleno proceso de
descomposición del estados soviético, el "Tratado de amistad, cooperación y
asistencia mutua" firmado en Varsovia en 1955, el Pacto de Varsovia,
desapareció. La OTAN quedaba como la única gran alianza militar en el mundo.
 Finalmente, el 31 de julio de 1991, Bush y Gorbachov firmaban en Moscú
el Tratado START I de reducción de armas estratégicas. Este acuerdo fue
rápidamente superado al año siguiente, el 16 de junio de 1992, por la firma
de Bush y el nuevo líder ruso Yeltsin del Tratado START II. Los dos antiguos
contendientes acordaron importantes reducciones en sus arsenales nucleares.

En un proceso enormemente rápido la URSS y los EE.UU. pusieron fin al largo


enfrentamiento que habían iniciado tras el fin de la segunda guerra mundial El orden
establecido en Yalta se derrumbó ante la mirada atónita del mundo en unos pocos meses

Reunificación alemana

El término reunificación alemana (deutsche Wiedervereinigung en alemán) se refiere a


los cambios políticos y sociales acontecidos durante 1989 y 1990 en Alemania, que
concluyeron en la adhesión de la antigua República Democrática Alemana (RDA) bajo la
jurisdicción de la República Federal de Alemania (RFA). El proceso dio como resultado
una sola Alemania.

Las reformas políticas y económicas impulsadas por el Presidente de la Unión


Soviética, Mijaíl Gorbachov, y la transición democrática en otros países de Europa
Oriental tuvieron como consecuencia indirecta el éxodo migratorio hacia la RFA a través
de Checoslovaquia y Hungría, y la posterior inestabilidad social en la RDA. Estos eventos
forzaron la dimisión del Politburó del Partido Socialista Unificado de Alemania (PSUA),
que luego fue ilegalizado. También propiciaron la apertura de las fronteras entre las
Alemanias, lo que desencadenó la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.

Los prerrequisitos internos de la reunificación los estipuló el Programa de los Diez Puntos,
que perseguía la democratización y la estabilidad económica en Alemania Oriental. El
convenio entre los representantes de los partidos de oposición y el gobierno de la RDA
concluyeron tras la celebración de las primeras elecciones democráticas y pluripartidistas
el 18 de marzo de 1990. El Tratado de la Unión Monetaria, Económica y Social el 1 de
julio fue aprobado luego de convenir con los gobiernos de la RDA, la RFA y
el Bundesbank (banco central de la RDA).

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