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MONICION DE ENTRADA

Hoy celebramos un día de acción gracias por que estamos celebrando el día de la Madre. Ser agradecidos es una virtud constante
de toda buena persona y de todo buen discípulo del Señor, que nos ha enseñado nuestra mama. Hoy es una hermosa ocasión
que nos reúne para agradecer las bendiciones que de Dios ha recibido, el tener una mama, pediremos gracias a nuestro Señor
para las madres mercedinas. Cuanto más agradecidos sepamos ser, más bienes nos concederá el Señor.

PALABRA DE DIOS
Evangelio: Jn.19,25-27:
” Junto a la cruz de Jesús estaba su madre. Jesús al ver a la madre y junto a ella al discípulo que más quería, dijo a la madre: -
Mujer, ahí tienes a tu hijo-.Después dijo al discípulo: -Ahí tienes a tu madre-“. Palabra de Dios

A lo largo de la vida de Jesús hay una persona que siempre está y nunca lo abandona y ella es María, su madre. Ni siquiera
en el momento más difícil y doloroso ella se despega de su lado sino que lo acompaña y lo sigue. Como toda madre que está
al lado de sus hijos, a pesar de todo, no importan las dificultades, los problemas ella siempre está ahí.
A Jesús no le alcanzó con venir al mundo y dar su vida por nosotros, no le alcanzó con regalarnos todas sus enseñanzas
sino que quiso hacernos otro regalo, nos regaló nada menos que a su Madre digna de imitar y venerar. Nos regaló a su
Madre que ahora desde el cielo nos protege e intercede por nosotros porque nos ama como hijos. Por eso:

MIS DOS MAMÁS

Tengo en casa a mi mamá Pero mis mamás son dos,


En el cielo está la Virgen Que es también mamá de Dios.

Las dos me quieren a mi, Las dos me entregan su amor,


A las dos las busco y las llamo A las dos las quiero yo.

Cuando llamo a mi mamá, Ella viene sin tardar. Mi Mamá del cielo viene,
Si me acuerdo de rezar.

Cada día mi mamá, Me da un beso al despertar, En el alma llevo el beso


De mi Madre celestial.

ORACIÓN UNIVERSAL

• Por la Iglesia, donde todos vivimos el encuentro con la Palabra y la Eucaristía como la acción de gracias y participación
comunitaria. Roguemos al Señor.
• Por nuestra familia educativa, que en esta oportunidad agradece todas las bendiciones que Dios nos da día a día en nuestra
convivencia y quehacer educativos. Roguemos al Señor.
• Por la madre mercedina, nuestras maestras, que en forma admirable y sacrificada entregan su vida por la educación de sus
niños y jóvenes transmitiéndoles los valores más nobles junto con la fe cristiana, preparándolos para vivir con sentido la vida
y ser útil a su pueblo. Roguemos al Señor.
• Por nuestras mamás, para que ya que el Señor las bendiga en este día de acción de gracias, viva feliz y haga felices a los que
están en su entorno. Roguemos al Señor.
• Por las madres enfermas, para que el Señor les de la fortaleza de seguir adelante y no darse por vencidas, y por las que ya
están al lado del Señor que nos acompañan espiritualmente gozando de la alegría en el Señor. Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Oh Dios, autor y protector de la vida humana que haz concedido a estas hijas tuyas
el gozo de la maternidad, dígnate aceptar nuestra alabanza y escucha con bondad lo que te pedimos:
Que las guardes de todo mal, que las acompañes siempre en el camino de esta vida y que a su tiempo, las acojas en la felicidad
de tu morada eterna.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen

DESPEDIDA

Que el Señor nos bendiga y a todas las madres, especialmente a nuestras madres mercedinas que día a día están con nosotras,
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
http://www.hijasmisericordia.org.ar/educativa-1.htm#6

REFLEXIÓN

El mes de Septiembre nos habla de una referencia especial con los jóvenes, es el
comienzo de la primavera y ellos celebran el día del estudiante. Toda la vida del
hombre, en cuanto ser espiritual creado por Dios, presenta deseos de felicidad y
plenitud. Esta dimensión tan humana adquiere en la relación de Jesucristo con los
jóvenes un rasgo particular. El Evangelio, en cuanto proyecto de vida, es un hoy que
no se agota en el presente, sino que tiene horizontes de vida plena que lo hace
fuente de plenitud y camino de esperanza. El encuentro con Jesucristo es,
precisamente, el comienzo de este camino. El Evangelio nos presenta esta
propuesta a modo de una relación que, sin ser exclusiva, es privilegiada entre
Jesucristo y los jóvenes.

Estamos acostumbrados a ver en las imágenes de los primeros discípulos los rostros
de hombres maduros, sin embargo eran jóvenes cuando fueron llamados por el
Señor. Ellos, en ese encuentro, descubrieron un proyecto de vida que los
involucraba. El llamado incluía una misión. No podríamos pensar la obra de Jesucristo sin la presencia
de hombres jóvenes, que asumieron un proyecto que comprometía sus vidas. Son muchos los textos
del evangelio que nos permiten hacer esta afirmación. Es común citar, al respecto, el primer capítulo
del evangelio de san Juan donde se nos muestran los primeros encuentros con Jesucristo. No
podríamos pensar el futuro del Evangelio como camino que da sentido a la vida del hombre, sin la
presencia de jóvenes que asuman este proyecto. Esto para la Iglesia es una pregunta desafiante. Diría
que Jesucristo no sólo se encuentra a gusto con los jóvenes, sino que los necesita para llevar adelante
su proyecto. Una Iglesia sin jóvenes, podríamos decir, es una Iglesia sin futuro.

El plantear el Evangelio en términos de camino y de proyecto de vida es lo que hace a Jesucristo


alguien cercano a los jóvenes. Además, el contenido de esta Vida Nueva es la que despierta en ellos el
entusiasmo para seguirlo; pienso que el joven encuentra una sintonía de sentido, reconoce algo grande
que ya estaba esperando. Cuando el encuentro con Jesús se da todo cambia, ha encontrado, en el
decir del mismo Jesús, el tesoro que da sentido a todo. Por ello es comprensible la respuesta que le da
san Pedro a Jesús cuando le pregunta a los discípulos, a dónde quieren ir, y él, en nombre de ellos,
responde: “Señor, ¿a quién iremos? Sólo tú tienes palabras de vida eterna” (Jn. 6, 68). Cuánto dolor
me causa ver el desconocimiento que muchos jóvenes tienen de Jesucristo. Lo hemos predicado bien,
me pregunto? Creo que deberíamos revisar nuestras estructuras, espacios y actitudes.

Queridos jóvenes, uniéndome a la alegría de este día, he querido compartir con ustedes lo que creo es
la mejor la noticia que les puedo trasmitir: Jesucristo vino para estar con ustedes y dar sentido a sus
vidas. Traten de encontrarlo. Reciban junto a mi afecto y oración, mi bendición de Padre y amigo en el
Señor.

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