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Indice
A manera de preámbulo
1. Apertura: escuchando las voces
2. Cultura, nación y democracia
3. Poder, Estado, cultura
4. La paradoja colombiana -inclusión política y exclusión
cultural- y las raíces sacras de la política
5. La apuesta: para que cultura y poder adopten
caminos democráticos
Anexo
Bibliografía
A manera de preámbulo
Desafortunadamente, el desmoronamiento
gradual de las fronteras que promovieron la
inclusión política y la exclusión cultural, en lugar
de promover la constitución de liderazgos
modernos fundados en un amplio debate
público de naturaleza secular, condujo a que las
relaciones clientelistas, despojadas de cualquier
dirección histórica nacional, coparan la arena
política (Leal y Dávila, 1990). Este
acaparamiento clientelista le otorga hoy a la
actividad política un carácter de intercambio
meramente mercantil y convierte esta arena en
un espacio donde se tramitan múltiples
demandas sociales pero donde, por la falta de
discusión sustancial, no se originan políticas de
estado consensuadas, capaces de inspirar
sentidos vinculantes de nación. Así, con el
Frente Nacional, la esfera pública
indudablemente pierde su carácter elitista-
excluyente pero de manera simultánea, el
debate político se torna cada vez más
insustancial.(24)
Anexo 1
1. ¿qué ventajas culturales tiene
su municipio?
2. ¿Cómo se puede aprovechar
ese potencial?
3. ¿Cómo se expresa la
diversidad cultural en su
región? ¿Cómo se puede
aprovechar mejor esa
diversidad para el desarrollo
social y cultural?
4. ¿Cómo puede la vida cultural
mejorar la convivencia en su
municipio o su región?
5. ¿Cómo visualizan los
asistentes al encuentro lo que
podría ser la vida cultural de su
municipio o región dentro de 10
años?
6. ¿Cómo puede aportar más su
municipio y su región al
desarrollo de la cultura
nacional?
7. ¿Cómo puede Colombia
aportar más al desarrollo de la
humanidad?
8. ¿Cómo se podría lograr una
mayor valoración de la cultura
por parte de gobernantes y
ciudadanos?
9. Cuando los recursos para la
cultura son escasos ¿qué
criterios generales se deberían
tener en cuenta para escoger
los proyectos para su
financiación?
10. ¿Qué mantendría el plan
municipal o departamental de
cultura actualmente vigente?
Teniendo en cuenta los
resultados de su ejecución
¿qué lo modificaría?
11. ¿Cuál es el proyecto de
desarrollo cultural de su
provincia o región que mejor le
permitiría aportar al desarrollo
de la cultura nacional?
12. Otras conclusiones,
recomendaciones y propuestas.
13. ¿Consideran que algún
actor cultural importante no
participó? Menciónelo y diga
por qué.
Bibliografía
Notas
(1) Más de 2000 personas venidas de todas las regiones del país se dieron cita
en el Salón Rojo del Hotel Tequendama el 26 y 27 de noviembre del 2000.
(5) La idea era por un lado romper el centralismo auspiciando rutas de diálogo
entre las regiones sin pasar por Bogotá, y reivindicar el carácter multicultural y
plurietnico de Colombia otorgándole un lugar a las voces indígenas, negras,
mestizas y populares, opacadas o silenciadas por la versión oficial de nación.
(7) Capítulo 1 del informe elaborado por Clemente Forero que buscó sintetizar
los aportes regionales y municipales, y cuantificar las opiniones expresadas en
las actas (Forero, 2000).
(10) La ponencia que sigue a continuación fue pensada para ser leída en la
sesión de apertura del Foro Nacional para discutir el Plan Nacional de Cultura,
2001-2010.
(12) Es así como E.P. Thompson titula el libro que recoge el resultado de sus
investigaciones históricas en los que demuestra cómo las gentes del común
tejen cotidianamente formas de vida compartidas a través de las cuales
expresan sus nociones de justicia, de buena vida, de lúdica, de estética y de
moral; formas, por lo demás, a través de las cuales estas gentes confrontan las
propuestas de buena vida y de justicia que proponen las élites. E.P. Thompson,
1995.
(17). Esta tesis se apoya en la idea central de que las instituciones operan
sobre la realidad no sólo a través de acciones –políticas públicas-- sino también
a través de discursos. O más precisamente, las acciones se pueden producir
porque previamente han sido pensadas como posibles, viables y racionales, y
enunciadas como tal a nivel del discurso. Así, entre lenguaje y práctica existe
un íntimo vinculo que se hace presente también a nivel institucional. Desde esta
orilla teórica, las palabras no son meros reflejos de una realidad preconstituida
sino que, con su propia fuerza, moldean y otorgan contornos a esa propia
realidad. Dentro de esta corriente postestructuralista al Estado encontramos,
entre muchos otros, textos como los de Corrigan y Sayer, 1985; Mallon, 1995;
Laclau y Mouffe, 1985. Estos textos buscan aproximarse al Estado como lugar
de producción de identidades sociales y políticas y generador del
consentimiento y la obediencia social, y no exclusivamente como administrador
de recursos materiales. En esto siguen la tradición iniciada por Antonia Gramsci
con su entendimiento de la producción de hegemonía política.
(22) Los politólogos, con menos mala conciencia que los historiadores,
buscamos la generalización. La generalización por esa inclinación a buscar los
rasgos más protuberantes de un proceso, simplifica la realidad y pierde los
matices. Pero si generalizando se pierde algo, también se gana: para actuar
sobre la realidad es necesario generalizar, jerarquizar, ubicar los nudos
fundamentales de un problema. Así, es cierto que Obando y Gaitan Obeso
fueron militares-caudillos y políticos de extracción humilde que lograron
penetrar el circulo de la Gran Política. Estos casos, sin embargo, no desvirtúan
la tendencia general de la elite política culta de cerrar filas a los “otros”, los
diferentes, aquellos que ni manejaban sus costumbres y sus hábitos, ni
compartían sus definiciones de buen gusto y de buena vida.