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Joel Alberto Paz Montiel - Huellas

Huellas

Venezuela

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“Cuando menos lo esperamos, la vida nos


coloca delante de un desafío y pone a
prueba nuestro coraje y nuestra voluntad
de cambio”
Paulo Coelho

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A la vida por ser mi maestra incondicional


y mi más sincera amiga, pues me da y me
quita en la medida que me toca.

El Autor

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Joel Alberto Paz Montiel - Huellas

Huellas

Joel Alberto Paz Montiel


joelpacojo@gmail.com

Editado por
S.E. Haniel
San Rafael de El Moján – Venezuela
Diciembre 2012
ISBN: 978-1-291-22009-4

El diseño y presentación de esta obra son


propiedad del editor

Impreso en Venezuela
Por: Joynel, C.A.

PRIMERA EDICIÓN
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra

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Huellas

Paco era un
adolescente con un
corazón y una mente
abierta al bien de sus
semejantes, cuando
niño, Paco, a quien de
niño la llamaban Paquito, solía ser un niño
muy listo que muy feliz en el campo vivía,
pues podía muy libres correr por donde
quisiese, tenía una linda familia y también
una amigable mascota, un pequeño
perrito a quien cariñosamente llamaba
Astro, no solo era su mascota, era su
mejor compañía, ya que había estado con
él desde muy temprana edad. En realidad,
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Paquito tenía muchos animalitos, a los


que mantenía libre, pues en su cabecita
no cabía la idea de confinar a ningún
animalito al reducido espacio de una jaula
o un corral. Un día salió muy temprano
con su mascota y otros de sus amigos
animalitos, a pasear por el campo que
rebosaba de una agradable paz, había
animalitos, flores y pajaritos que al volar
con sus trinos deleitaban a quienes los
quisieran escuchar. Hubo un momento en
el que Paquito descubrió que en su
corazón un sentir él tenía, un deseo
inmenso del mundo y sus maravillas
conocer, desde ese entonces este era un
pensamiento que su pequeña cabecita
todo el tiempo invadía.

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Un buen día Paquito su viaje soñado por


fin emprendió, un viaje que lo llenaría de
fascinación. Paquito sentía un apetito
voraz por ampliar su conocer, entre las
cosas que más atraían al pequeño niño
era, la naturaleza y sus espectaculares,
monumentales y esplendorosos paisajes,
Paquito soñaba con conocer montañas,
ríos, lagos, bosques, y todo cuanto existía
en estos maravillosos lugares. Un buen
día, ya satisfechos sus deseos, Paquito su
viaje terminó. Solo que él no podría
imaginar que más adelante la vida le
mostraría que no todos en el mundo eran
tan esplendidos como lo era él, así llegó
el día en el que Paquito ya adolescente y
conocido como Paco con un profundo

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dolor en su corazón tendría que ver con


sus propios ojos la poca sensibilidad que
el hombre podía ser capaz de profesar por
su prójimo y la madre naturaleza que tan
generosa le proporcionaba vida y
alimento.
Los amigos de Paco, que eran muchos,
se referían a él como un joven
adolescente soñador, desde muy niño lo
había sido, carente de codicia o ambición,
tenía el alma limpia como un cielo
despejado y celeste, además tenía un
gran corazón, del tamaño del mundo, su
mirada era transparente como el agua
cristalina de un fresco manantial. De la
extraordinaria experiencia que su conocer
del mundo representó. Paco siempre

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guardaría en su memoria esta vivencia


como la gran experiencia que había sido.
Sin embargo, Paco en sus sueños
continuaba dibujando la figura del mundo
que él deseaba, ese era un trazo
característico de su personalidad, no
había nada de extraño en esa forma de
ser, era su naturaleza, por esa razón lo
conocían por soñador, alguna vez alguien
le dijo, Paco si sigues siendo así de
soñador, algún día tus crónicas podrás
escribir, seguro nada pasarás por alto y
seguro también toda tu vida estará allí
expuesta como un libro abierto. Si que
bien sabía, Paco, por si solo hacerse
querer. Su empeño y tesón le llevaban a
emprender cuanta tarea se proponía

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realizar, por si mismo. Tenía muy claro


que para alcanzar cualquier sueño
personal solo hacían falta ganas. Este
joven poseía un gran valor y la
generosidad, prudencia y tolerancia eran
sus virtudes más notorias, tales eran
estos dones que de sus iguales tenía su
admiración. Un buen día Paco sintió en su
corazón que el destino le reservaba una
importante misión que lo enaltecería como
un ser de una gran sensatez que además
pondría a prueba su sentido común y su
gran amor por la vida y la naturaleza.
Unos meses más tarde, después de
cumplir sus dieciocho años, una inquietud
invadió su mente y su corazón, llevándolo
a decidir volver sobre sus propias huellas

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y recorrer nuevamente los hermosos


parajes que alguna vez, por ser un
soñador, el destino le permitió conocer,
esta sería entonces su gran prueba, pues
su alma y todo su ser se estremecerían
por la ignominia del hombre, quien sin
importarle su hermano envenenaba la
naturaleza, en ocasiones por avaricia y en
otras por falta de conciencia, como un
anfitrión desleal que desvirtuaba la misión
que el gran creador le había puesto en
sus manos, desde oriente hasta
occidente, desde el norte hasta el sur
Paco tendría que armarse de gran coraje
para enfrentar esta realidad, que era su
realidad porque él era parte de este
mundo y de esta humanidad, pero no todo

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estaba perdido, mientras dormía, Paco


escuchó una voz en su interior, si alguna
meta te fijas, si sueñas la alcanzarás. De
sobresalto, Paco, de su cama se levantó y
un gran júbilo su corazón invadió. Durante
esa mañana un pensamiento vivió en la
mente de Paco y en cuanto la luz del sol
que entraba por su ventana comenzó
calentar su rostro, se levantó determinado
a reunir todo lo necesario para su nuevo
viaje emprender.
Y así sin más que esperar Paco fijo su
itinerario, primero pasaría por aquel
hermoso bosque que en su niñez gran
admiración había causado por su
exuberante belleza. Ese bosque que
cuando siendo Paquito, lo conoció era un

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lugar extraordinario y feliz; lleno de vida y


animalitos que convivían en este hábitat
tan maravilloso, pero ahora, este bosque
se había transformado en un lugar triste
oscuro y lleno de basura y muy
contaminado. Esto llenó de gran
desolación el corazón del joven Paco,
pues no lograba comprender en qué tipo
de corazones podía caber tanta infamia,
este bosque daba vida a todos los seres
que en el habitaban y también
proporcionaba alimentos y aire fresco a
las poblaciones vecinas.
El joven Paco en su clara conciencia de la
importancia que este bosque tenía para la
vida, pensó que había que hacer algo,
con suma urgencia. Por esta razón,

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decidió reunir a todos los habitantes de


los poblados vecinos para explicarles el
daño que ellos sufrirían teniendo en sus
alrededores un bosque contaminado, que
en vez de proporcionarles aire puro y
alimento, generase podredumbre y bichos
que trajesen enfermedades.
Entre toda la multitud un niño, casi
adolescente, se levantó y dijo: “Este joven
tiene razón debemos trabajar todos juntos
para encontrar una salida a este problema
o que será de nosotros que en un mañana
seremos adultos y más aún que le
dejaremos a nuestros hijos cuando
seamos padres.
Todos los habitantes junto a Paco
emprendieron la tarea de recoger toda la

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basura que contaminaba el bosque y sus


ríos logrando sanear aquel maravilloso
lugar que solo tenía alegría y vida para
ofrecer a todos los que en el vivían dentro
o cerca. El bosque volvería a ser el mismo
lugar que Paco en su infancia conoció.
Esta vez estaría mejor cuidado porque
sus habitantes vecinos conocían la
importancia que éste tenía para sus vidas
y las de sus familias. Ya que, un bosque
sano les aseguraba un saludable y
tranquilo vivir. De allí en adelante, todos
los habitantes del bosque y sus
alrededores velarían porque nadie dañase
su tan preciado tesoro.
Era hora que el joven Paco prosiguiera su
viaje tras las huellas de aquel viaje que

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había sido su primera travesía por el


mundo. Fue así entonces que Paco se
dirigió hacía un lugar maravilloso lleno de
sol y arena, era una hermosa playa de
aguas cristalinas de un color verde
turquesa en las que se podía ver
hermosos peces de multicolores que
juguetones nadaban entre los corales.
Paco la recordaba como una playa donde
la felicidad se sentía en el ambiente con
sus transparentes aguas y su blanca
arena, por la que caminaban
despreocupados pequeños cangrejitos y
tranquilos caracoles, pero cuál sería su
sorpresa al darse cuenta que
inescrupulosos visitantes que en sus
hermosas y templadas aguas se bañaban

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descuidadamente, lanzaban al agua y a la


orilla de la playa cuanto desperdicio
generaban, convirtiendo la playa en una
orilla llena de basura, latas de refrescos,
bolsas de papel y plástico, botellas y
cuanta basura pudiesen lanzar,
convirtiéndola en una playa triste y
desolada, donde ya no se podía ver ni
hermosos peces de multicolores, ni
cangrejitos ni tranquilos caracoles, solo
aves de rapiña en busca de peces y
animalitos muertos para su hambre saciar,
podían visualizarse en la distancia. Paco,
con calma y sin apresuramientos, se
detuvo a pensar, cuál sería la estrategia
para esa playa sanear. De repente por su
mente, una idea le pasó, iría en busca de

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gente, que en su corazón estuviera por la


naturaleza el amor. Su búsqueda por
quien lo apoyase nada a Paco le costó,
pues era mucha en aquellos lares la gente
que esa playa disfrutó, así Paco con gran
número de personas hasta la playa llegó,
todos dispuesto a hacer su mejor esfuerzo
para devolverle a aquel lugar la cara que
antes tuvo, por eso todos a una sola voz
dijeron, manos a la obra, recogieron latas
de refrescos, vasos de cartón, botellas,
peces muertos y cuanto desecho a su
paso se encontraron, una vez terminada
la tarea. Paco dijo con una gran emoción,
muchas gracias compañeros por esta
playa limpiar, desde ese día toda esa
gente de la playa se hizo amiga,

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cuidándola cuando la visitaban y vigilando


que siempre hermosa se mantuviera, al
poco tiempo de tan loable acción la playa
su hermosura y vida recobró, volviendo
hasta sus aguas los peces multicolores y
los pequeños animalitos que por sus
blancas arenas caminaban muy felices
convirtiéndose de nuevo en la playa de la
alegría. Ya logrado su objetivo, Paco su
viaje prosiguió para llegar a otro lado que
en el pasado conoció, era una
encantadora montaña de verde y
exuberante vegetación, donde pinos y
otras tantas especies de plantas, junto
con una gran variedad de animales
habitaban en perfecta coexistencia, pero
un día las cosas cambiaron, la gente

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comenzó a ensuciar sus senderos y talar


su vegetación, destruyendo el hogar de
aquellos animalitos que allí vivían, cuando
Paco en la montaña estuvo una gran
tristeza lo invadió, pues aquel paisaje
funesto no semejaba nada del que él
antes vio. En eso pasó un anciano que
por allí andaba y este con gran curiosidad
a Paco preguntó ¿Qué te pasa buen
muchacho?, ¿Por qué tal consternación?
Paco con su vista fija en el panorama,
responde a la cuestión. Estoy muy triste
porque la gente destruye y ensucia la
madre naturaleza.
El anciano al ver tal desolación en la cara
del buen Paco, propuso sin vacilación.
Cuenta conmigo buen muchacho para

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esta montaña limpiar, además yo tengo


cientos de amigos que seguro se nos
unirán en tal misión, solo espera hasta
mañana y verás cómo limpiaremos y le
devolveremos la hermosura a este lugar.
Al día siguiente Paco estaba ansioso por
ver al anciano llegar. El anciano llegó al
sitio a la hora convenida y junto a él
venían todos los amigos que a Paco el
anciano había hecho referencia.
Hola, dijo alegre el anciano, aquí estoy
con mis amigos. Paco no podía creer lo
que sus ojos veían, eran ciento de
animalitos que al anciano obedecían. En
el rostro del joven Paco, el entusiasmo era
notorio, bien entonces es momento de
nuestra labor comenzar, vamos a

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remediar el daño hecho a este lugar, fue


muy ardua la tarea pero satisfactoria fue
más, ahora tener que crear conciencia en
quienes por aquí pasan, para que no
cometan el crimen de ensuciar la
naturaleza. Tengo una idea dijo el
anciano, para tu plan emprender,
prepararemos tablitas y en ellas carteles
hemos de hacer donde le enseñemos al
hombre las normas y reglas para la
conservación ambiental. En Paco no
cabía el gozo que aquellas palabras le
causaban.
Entonces comenzaron a trabajar en esa
segunda fase y cuando todo estuvo listo,
colgaron todos los carteles hechos de
cada árbol en pie. Nuestra faena ha

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acabado, es hora de descansar, dijo el


anciano al joven Paco, quien aceptó sin
protestar, así transcurrieron varias
semanas y la recuperación comenzó a dar
frutos, ya era tiempo de que Paco su viaje
reanudase, llegó el momento de partir y
del anciano se despidió, después de
andados algunos kilómetros un vistazo
atrás decidió echar, pudo notar que ya el
verde en aquella montaña se volvió a
recuperar, de su garganta un gran suspiro
brotó, era un suspiro de gozo, pues nada
llenaba más el corazón de Paco que
hacer el bien a los demás.
Solo algunos días pasaron cuando Paco a
un gran lago llegó, este solía ser el mayor
reservorio de agua dulce que poseía

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aquella región, ese era el recuerdo que él


tenía de su infancia tan feliz, como era
muy de noche Paco no pudo apreciar que
aquel lago ya no era como él lo solía
recordar. Al siguiente día cuando el sol
comenzó a clarear Paco con gran
asombro pudo ver la realidad. Aquel lago
estaba triste invadido en suciedad,
¿Cómo es posible tal ignominia? Paco
con aflicción preguntó. Un vendedor
callejero su pregunta respondió, eso es
obra de la industria y la industrialización,
que sin escrúpulo alguno en el lanzan
toda su contaminación, que podremos
hacer para solucionar tal agravio, dijo el
joven Paco. Eso no será tarea fácil,
respondió el vendedor, pues son muchos

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los intereses que solapan tal acción. Paco


indignado responde. Pues serán muy
poderosos y muchos intereses tendrán,
pero más puede la conciencia que tiene la
humanidad. Son ustedes los que aquí
viven los más perjudicados, y a ustedes
buscaré para depurar este lago. Aquel
vendedor a ver tal arrojo, se llenó de gran
valor y estas palabras dijo ante el joven
forastero. Tienes toda la razón, y por eso
vamos a luchar, pues nosotros los del
pueblo somos los más lastimados, si este
lago es patrimonio de nuestros seres
amados.
De esta manera, se corrió la voz por todos
poblados vecinos y comenzó la campaña
para del lago, el rescate. Un gran revuelo

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se armó en toda aquella región, obligando


a aquellos poderosos a rehacer su
organización, debiendo entonces incluir
un plan que aquel lago rescatase de la
pobreza que la industria a sus aguas le
causase, pero Paco no conforme con
simples palabras y papel, puso en alerta a
la gente para la acción emprender, fue así
como al final las operaciones comenzaron
y al fin se vio el resultado de la gestión de
la gente del lago y el joven Paco. Con el
paso de los días la campaña produjo
efectos que pronto resultarían en
bienestar para el medio ambiente. Todos
estos logros significaban el fin de la visita
de Paco en aquel agradable paraje,

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entonces era momento de continuar ya su


viaje.
De aquel lago pasó a un río que gratos
recuerdos a su memoria traía, pues fue
allí donde conoció a su amiga Kai Kaina,
este era un río fluido de agua fresca y
caudaloso arrastre por el cual muchas
personas a tantos sitios se trasladasen
llevando y trayendo sus bienes para ellos
y sus comunidades. En las orillas de este
río habitaban numerosas aldeas
indígenas, que eran personas muy
respetuosas de la naturaleza y cuidaban
de este río, ya que para ellos no solo era
el medio por el cual se desplazaban de un
lugar a otro utilizando sus embarcaciones
de madera impulsadas por varas de

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madera, sino que también les


proporcionaba en gran parte su sustento
que lo extraían de sus aguas, era la pesca
su principal modo de vida, pero ellos solo
tomaban lo que necesitaban, nunca se
excedían de lo justo. Era una bella y
apacible mañana cuando Paco llegó al
poblado donde su amiga vivía, se acercó
hasta la puerta de la choza de su
recordada Kai Kaina. Ella al igual que él
ya no era una niña, era una joven
adolescente, de una belleza sin igual.
Paco al ver a la joven indígena, la saludó
con gran efusividad, sin embargo, la
alegría que le daba ver de nuevo a Kai
Kaina, fue empañada por una fea vista de
la ribera del río que alguna vez él

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admirase. ¿Y por qué está hay tanto sucio


y el agua del rio se ve turbia y aceitosa?,
Kai Kaina como quien siente una gran
pena lanza un profundo suspiro, antes de
responder a la pregunta hecha por el
joven Paco. Amigo esto lo causan las
personas que vienen de paseo a recorrer
nuestro río dejando desperdicios por
todas partes y las manchas como de
aceite, son los contrabandistas que por su
ilícito negocio no les importa el daño que
causan a nuestro río y su ecosistema,
contaminando el ambiente, esa es nuestra
mayor pena, pues matando nuestro río
también asesinan nuestra forma de vida.
Por la mente del joven Paco, mil ideas
pasaron por su, como era su costumbre,

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maquinar estrategias cuando frente a él


se encontraban situaciones que atentaran
contra el equilibrio de la madre naturaleza.
Los dos amigos, a orillas del puente
donde llegaban las embarcaciones, se
sentaron, para hablar de la limpieza de su
río y como podrían llevarla a cabo,
decidieron que la primera tarea era alertar
a los pobladores de las riberas del río,
pues ese era su hogar y eran ellos lo más
afectados. En los días sucesivos, visitaron
cada poblado y en cada uno que
visitaban, conseguían más aliados.
De esta manera, se creó un bueno equipo
de trabajo, la meta era rescatar al río de
las garras de quienes lo dañaron.

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Todos los pobladores juntos enfrentaron


al agresor con valor y decisión y los malos
al verse acorralado, huyeron de aquellos
lados. Luego todos como uno solo, la
limpieza emprendieron, recogiendo todo
lo sucio que a su río afeaba, las gentes de
aquellos pueblos volvieron a estar alegres
y cantaban con contagiosa algarabía,
Paco también disfrutaba de tan magnifica
alegría por el río haber rescatado. Con
todas estas experiencias Paco mucho
había aprendido, y un refrán siempre
repetía como eslogan para su vida:
“Más puede aquel que quiere, que
aquellos que dicen que pueden”
Transcurrieron varias semanas y llegó el
día de partir con rumbo a su lejano hogar,

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pero antes de salir, de su amiga Kai


Kaina, él se fue a despedir. Pasados
algunos meses Paco en su hogar ya
estaba, pensando en sus aventuras y en
cuantos amigos había encontrado. En un
mañana no muy lejano, muchas historias
que contar, tendrá Paco en su memoria
para el mundo educar.

Fin

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