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ISBN 978-987-620-278-7
Diseño gráfico:
SADG |Santiago Ascaso
www.sadg.com.ar
Impreso en AGI
ARZOBISPO RECTOR
Mons. Víctor Manuel Fernández
Vicerrectora de Investigación
Beatriz Balian de Tagtachian
OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA
PRESIDENTE
Enrique Valiente Noailles
DIRECTORA EJECUTIVA
Inés Castro Almeyra
INVESTIGADORA
Cecilia Tinoboras
ASISTENTE DE INVESTIGACION
Emilse Rivero
DISEÑO
Dirección de arte y diseño: Santiago Ascaso
Diseño y diagramación: Isis Camino
FOTOGRAFÍAS
Marta Ferré
Diego Epstein
Emilse Rivero
ÍNDICE GENERAL
PRESENTACIÓN 15
PRÓLOGO 17
RESUMEN EJECUTIVO 21
INTRODUCCIÓN 29
CAPÍTULO 1.
LA CAPACIDAD DE SUBSISTENCIA DE LOS HOGARES Y LAS PERSONAS MAYORES 41
CAPÍTULO 2.
HÁBITAT, VIVIENDA Y DERECHO A LA CIUDAD 63
2.1 Vivienda 64
CAPÍTULO 4.
RECURSOS PSICOLÓGICOS PARA EL BIENESTAR SUBJETIVO Y CAPACIDADES SOCIALES 117
BIBLIOGRAFÍA 167
PRESENTACIÓN
Los cambios en la pirámide poblacional argentina Es probable que el despojo económico y social al
en los últimos tiempos incluyen un envejecimiento que se ven sometidas las personas mayores provenga
demográfico: según datos del Censo 2010, el 10,2% de una corriente mucho más profunda, que es el des-
de su población es mayor de 65 años, dato que sitúa pojo de su valor simbólico. Las sociedades contempo-
a la Argentina dentro de los países de América Latina ráneas han entronizado a la producción como valor
con mayor porcentaje de esta población. A la vez, primario de la vida, y ello genera, como consecuen-
se estima que dicha cifra ascenderá al 12,7% para el cia, un disvalor profundo para quienes se encuentran
2025 y al 19% para el año 2050. Para ese entonces, la al margen de ella. En este sentido, resulta tan grave
población de personas mayores de 65 años, sobrepa- que los adultos mayores no reciban lo suficiente como
sará en proporción a la población de niños y adoles- para llevar una vida digna, como que no se valore su
centes de menos de 15 años. Se trata de un fenómeno capacidad de dar y contribuir a la sociedad de la que
que se registra a escala global en Occidente: estamos son parte. Porque a quien no se le permite dar en su
en un mundo que envejece. Necesitamos, por lo comunidad se lo condena a una exclusión simbólica
tanto, construir nuevas significaciones para una vida que es tanto o más profunda que la social.
que se torna cada vez más longeva. Necesitamos, por lo tanto, un profundo cambio colec-
Si bien muchas familias y organizaciones sociales tivo de representación en la significación de los adultos
se ocupan de los adultos mayores, este segmento de mayores en nuestras comunidades. Por ello resulta im-
la población no es en general prioritario para las po- perioso que se vuelva a reflexionar acerca de la vejez a la
líticas públicas y resulta segregado, a menudo, de sus luz de una integración intergeneracional y de un nuevo
propias comunidades. Tal vez sea un problema epo- sentido. Se necesita un cambio de actitud por parte de
cal: los mayores no son respetados ni apreciados por la sociedad para que los mayores participen individual
su autoridad, ni por su sabiduría, como ocurrió en y colectivamente en la vida económica, social y cultural
otras organizaciones humanas que nos precedieron, del país. De hecho, según la Primera Encuesta Nacional
y su presencia es percibida como una carga, a veces sobre Calidad de Vida de los Adultos Mayores realizada
no sólo económica, para quienes permanecen acti- por el INDEC con la participación de la Secretaría Na-
vos. Nuestra civilización no les reconoce un rol es- cional de Niñez, Adolescencia y Familia, en Argentina
pecífico ni el valor de transmisión que proviene de existe una brecha entre la concepción que asocia a la
haber vivido más que sus semejantes. vejez con el aislamiento y la pasividad y la realidad de
Enrique Amadasi
Cecilia Tinoboras cesidades de esta etapa son, sin duda, los recursos
monetarios y los ingresos (Arlegui, 2009).
En las últimas décadas, como es sabido, el enveje- Ahora bien, ¿cómo hacer frente a las necesidades
cimiento de la población ha resultado un fenómeno específicas de esta fase vital cuando los ingresos mo-
en expansión que tiene consecuencias profundas en la netarios se ven disminuidos por el retiro del mercado
estructura social, en el mundo del trabajo y en la eco- laboral? ¿En qué medida los ingresos de las personas
nomía (ONU, 2007, 2014; CEPAL, 2005, 2009). Se ha mayores permiten cubrir las necesidades básicas de
evaluado la calidad de vida y bienestar en las personas alimentación y salud? ¿Hasta qué punto las personas
mayores, concluyendo que estas, al igual que los niños mayores disponen de recursos que les permitan rea-
y las mujeres, son un grupo vulnerable al que se debe lizar otras actividades vinculadas con la recreación, el
prestar particular atención en cuanto al cumplimiento esparcimiento u otro tipo de consumos?
de sus derechos. Específicamente, existe también con- El primer capítulo de este estudio intentará dar
senso en señalar que la etapa de envejecimiento está respuesta a tales interrogantes. Para ello abordare-
marcada inicialmente por el retiro del mercado labo- mos, en primer lugar, el análisis de las fuentes de in-
ral y la reducción del grupo familiar, y posteriormente greso de los hogares y de las personas mayores; en
por el avance del proceso de “fragilización humana” segundo lugar y de manera indirecta, si esos ingre-
(Arlegui, 2009). Todo ello sumado a que los procesos sos resultan suficientes para cubrir las necesidades
de envejecimiento puedan desarrollarse en forma ac- alimentarias; en tercer lugar, si alcanzan para contar
tiva y con una calidad de vida adecuada. con una adecuada atención de la salud; y en cuarto
La Organización Mundial de la Salud define el lugar, y desde un aspecto subjetivo, el modo en que
envejecimiento activo como “proceso de optimi- los ingresos de los hogares resultan suficientes para
zación de oportunidades de salud, participación y cubrir las necesidades generales y permiten el ahorro
seguridad con el objetivo de mejorar la calidad de para necesidades futuras.
vida a medida que las personas envejecen” (OMS,
2002:79). Cierto es que en dicho proceso deben dis-
ponerse y movilizarse los recursos necesarios para 1.1 ESTRATEGIAS DE LOS HOGARES:
el desarrollo de las estrategias destinadas a afrontar FUENTES DE RECURSOS MONETARIOS
de manera adecuada las particularidades del pro-
ceso de envejecimiento. Y que dos de los factores Se suele definir a la jubilación como “la acción por
determinantes en la capacidad de resolver las ne- medio de la cual el trabajador activo, pasa a una si-
Recuadro 1.1
a) Hacer que el crecimiento del empleo ocupe un lugar central en las políticas macroeconómicas, por ejemplo
asegurando que las políticas del mercado laboral tengan como objetivo fomentar elevadas tasas de crecimiento
de la producción y del empleo en beneficio de las personas de todas las edades.
b) Permitir que las personas de edad continúen trabajando mientras deseen trabajar y puedan hacerlo.
c) Adoptar medidas para aumentar la participación en la fuerza de trabajo de toda la población en edad de trabajar
y reducir el peligro de exclusión o de dependencia en una etapa posterior de la vida. (…..)
d) Hacer esfuerzos especiales para incrementar la tasa de participación de las mujeres y los grupos en situación des-
ventajosa, tales como las personas desempleadas desde hace mucho tiempo y las personas con discapacidades, redu-
ciendo con ello el riesgo de su exclusión o dependencia en una etapa posterior de la vida.
e) Promover iniciativas de empleo independiente para las personas de edad, por ejemplo, alentando el desarrollo de
pequeñas empresas y microempresas y garantizando el acceso al crédito a las personas de edad, en particular sin
discriminación por razones de sexo.
f) Ayudar a las personas de edad que ya están realizando actividades en el sector no estructurado a mejorar sus ingre-
sos, su productividad y sus condiciones de trabajo.
g) Eliminar los obstáculos por razones de edad en el mercado de trabajo estructurado fomentando la contratación
de personas de edad e impidiendo que los trabajadores que van envejeciendo comiencen a experimentar desven-
tajas en materia de empleo.
Ahora bien, cabe indagar cuáles son los grupos que 100
tienen mayor cobertura por jubilación o pensión. En
78.4%
este marco, se destaca que el 92,3% de las personas 80
mayores (60 y más años) del estrato más bajo (25% 60 53.1%
inferior) se halla cubierto por el sistema previsio- 47.7%
40 37.7%
nal, es decir, percibe ingresos por jubilación o pen- 32.8%
sión; porcentaje que alcanza al 85,5% en el estrato 20
más alto (25% superior). Asimismo, si bien la tasa 7.9%
0
de empleo es del 29,6%, resulta muy superior entre
HOGARES HOGARES HOGARES HOGARES
las personas mayores que pertenecen al estrato más SIN CON TOTAL SIN CON TOTAL
MAYORES MAYORES MAYORES MAYORES
alto (65,5%) en comparación con las del estrato más
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA.
bajo (16,2%). El menor nivel de jubilación y el ma-
100 93.3%
92.3% 88.4% 91.3% 90.6% 89.0% 90.6%
85.5%
80
60
40
20
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Tasa de empleo según estrato socioeconómico, grupo de aglomerados urbanos y condición residencial
100
80
65.5%
60
40.2%
40
28.0% 30.0% 29.6%
23.8%
20 16.2% 17.4%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
sistema previsional son muy similares entre ambos se- completo y más) los porcentajes son similares y cercanos
xos, aunque tienden a ser más bajos entre las mujeres a la media: 91% y 90%, respectivamente. En cambio, en
(se halla cubierto el 92,5% de los varones y el 89,6% lo que atañe a la actividad económica, se verifica que en-
de las mujeres, pese a que la edad jubilatoria para ellas tre los que finalizaron el nivel medio la tasa de empleo
es menor). La tasa de empleo muestra diferencias más es el doble de quienes no lo completaron (ver figuras
amplias: 43,2% de los varones y 19,9% entre las muje- 1.1.1C y 1.1.2C). En este caso, dado que los niveles de
res (ver figuras 1.1.1C y 1.1.2C). Esto también podría cobertura previsional son similares, puede inferirse que
indicar que, en el caso de requerir complementariedad las personas que finalizaron el nivel medio continúan
de ingresos, son los varones los que permanecen más en el mercado laboral complementando ingresos en
tiempo en el mercado de trabajo. mayor medida que quienes no terminaron dicho nivel.
Al analizar los niveles de cobertura previsional con- Finalmente, es de destacar que son los hogares uni-
forme al nivel educativo alcanzado, se evidencia que en personales los que presentan mayor porcentaje de co-
ambas categorías (secundario incompleto, y secundario bertura previsional, seguidos por los multipersonales
Percepción de ingresos por jubilación y/o pensión según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
60
40
20
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Tasa de empleo según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
100
80
60
43.2% 41.8%
40 35.5% 35.0%
27.6% 29.6%
19.9% 22.1% 20.8%
20 14.4%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
puros y por los multipersonales mixtos (94,4%, 91,9% FIGURA 1.1.3A Años 2010 a 2013. En porcentaje de hogares.
y 87,5%, respectivamente). Al contrario, las personas
Percepción de ayudas monetarias y no monetarias
mayores que integran hogares mixtos tienen mayor tasa
según presencia de mayores en el hogar
de empleo (35%), seguidas por las que integran hogares
multipersonales puros (27,6%) y finalmente por las de 50
hogares unipersonales (ver figuras 1.1.1C y 1.1.2C). 40
Ahora bien, el sistema previsional y el mercado 30
27.8% 25.6%
21.6%
laboral no son las únicas estrategias de subsistencia 20
que ponen en marcha los hogares con personas ma-
10
yores: fundamentalmente en los sectores más des-
0
protegidos, las ayudas monetarias y no monetarias HOGARES SIN HOGARES CON TOTAL
MAYORES MAYORES
estatales o no estatales pueden ser un recurso para
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA.
complementar los ingresos del hogar.
100
80
60
40 36.5%
28.5% 27.4%
20.7% 19.8% 20.4%
20 10.5%
7.2%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Percepción de ayudas monetarias y no monetarias según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
100
80
60
40
21.9% 23.2% 25.4% 24.3%
16.6% 16.5% 19.2% 15.9% 20.4%
20 12.4%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
En este marco, se verifica que el 25,6% del total vive en hogares que perciben algún tipo de ayuda,
de hogares recibe algún tipo de ayuda. Este porcen- mientras que entre las residentes en barrios con
taje es algo más elevado en los hogares sin personas trazado urbano, ese porcentaje desciende al 19,8%
mayores (27,8%) y levemente inferior en los hogares (ver figura 1.1.3B).
con personas mayores (ver figura 1.1.3A). Es un dato destacable que el 27,4% de las personas
Acotando el análisis al grupo etario de 60 años y mayores de las regiones urbanas del interior resida
más, se observa que 3 de cada 10 personas perte- en hogares que perciben algún tipo de ayuda. Tal por-
necientes al estrato más bajo residen en un hogar centaje cae al 20,7% en el Conurbano Bonaerense y al
que percibe algún tipo de ayuda (monetaria y/o no 10,5% en la Ciudad de Buenos Aires (ver figura 1.1.3B).
monetaria); porcentaje que resulta muy inferior en Por otra parte, debe señalarse que el 21,9% de
el caso de sus pares pertenecientes al estrato más las personas de 60 a 74 años reside en hogares que
alto (7,2%). Asimismo, el 36,5% de las personas ma- perciben ayuda, siendo ese porcentaje de 16,6% en
yores residentes en villas o asentamientos precarios el grupo de 75 años y más. Asimismo, el porcentaje
Inseguridad alimentaria según estrato socioeconómico, grupo de aglomerados urbanos y condición residencial
30 27.4%
24
19.8%
18 16.2%
6
1.4%
0.2%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Inseguridad alimentaria según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
30
24
18 15.8% 14.9%
11.8% 11.7% 12.8%
12 10.6%
9.0%
7.3%
6
5.1%
2.2%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Para presentar los resultados del estudio sobre perso- no existe en el estrato más alto. Que 1 de cada 5 ho-
nas de edad avanzada respecto de la seguridad alimen- gares con personas mayores del estrato socioeconó-
taria, comparamos los hogares donde viven personas mico más bajo exprese inseguridad alimentaria no
mayores con aquellos donde no hay personas mayores debe pasarse por alto.
entre sus miembros. En los primeros, la inseguridad ali- Se advierte asimismo que es en la región del Co-
mentaria alcanza al 9,3% de los hogares; en los segundos nurbano Bonaerense donde se presenta mayor in-
el porcentaje es mucho mayor: 13,5%. En cuanto a la si- seguridad alimentaria para las personas mayores:
tuación alimentaria –en los umbrales más críticos– las 16,2%. Al respecto, el resto de las áreas urbanas del
personas mayores (o los hogares donde ellos viven) es- país registra 10,2% y la Ciudad de Buenos Aires 1,4%.
tán en una mejor situación que el resto (ver figura 1.2A). En cuanto a la condición residencial, son los hogares
La inseguridad alimentaria se relaciona estrecha- con personas mayores en villas y/o asentamientos
mente con el estrato socioeconómico: llega al 19,8% donde la inseguridad alimentaria alcanza su máxima
en los hogares del estrato más bajo y prácticamente expresión: 27,4% (ver figura 1.2B).
Recuadro 1.2
El gasto de los hogares en la atención a la salud puede ser destinado a varios componentes que son básicamente dos,
según los criterios metodológicos usualmente seguidos en las mencionadas encuestas de gastos de los hogares: a)
los productos medicinales y accesorios terapéuticos, y b) los servicios para la salud. En la Encuesta Nacional de Gas-
tos de los Hogares 2012/2013 (INDEC, 2014), entre los productos medicinales y accesorios terapéuticos se incluyen:
los medicamentos, elementos para primeros auxilios, y aparatos y accesorios; y entre los servicios para la salud, son
incluidos: el sistema prepago de asistencia médica, consultas médicas y odontológicas, internaciones, parto, fisiote-
rapia, análisis clínicos y radiológicos.
En materia de servicios para la salud, la mencionada ENGHo 2012 incluyó conceptos claves como los siguientes:
cuota mensual de afiliación voluntaria a un sistema de salud; cuota adicional a la obra social obligatoria; compra
de chequeras y órdenes de consulta; cuota de emergencia médica; seguro temporario de salud por viaje; servicios
de residencias y geriátricos, como una residencia geriátrica solo de día con o sin médico permanente; consultas en
clínica médica, ginecológicas y/u obstétricas, pediátricas u otras consultas médicas; consultas y tratamientos odon-
tológicos; otras consultas odontológicas (limpieza, blanqueo, etc.); tratamientos oncológicos; diálisis; psicología;
fisioterapia y kinesiología; fonoaudiología; psicopedagogía; y otros servicios y/o tratamientos para la salud.
50
40
33.3%
30
23.6%
20.7%
20 16.7% 15.3% 15.9%
10 4.7% 6.4%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA 60 AÑOS Y MÁS
BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
En el conjunto de servicios para la salud, uno muy ingresos totales disponibles (per cápita) más altos en
importante es la atención médica propiamente di- los hogares con personas mayores, o bien mayor je-
cha, es decir, la consulta misma a un profesional de rarquización de la atención de la salud dada la edad
la salud, ya sea con propósitos de tratamiento de una avanzada, es decir, realización de recortes en otros
enfermedad, de una rutina de control o de un segui- rubros en lugar de en el rubro de la salud.
miento profesional. Por eso en la EDSA se incluye una Excluyendo del análisis a la población menor de 60
pregunta que mide la disminución o suspensión de años, se verifica que el 15,9% de las personas mayores
visitas médicas u odontológicas por problemas econó- declara haber tenido que practicar recortes de gastos en
micos, que pueden ser de muy distinto tipo: el pago de consultas a profesionales de la salud (específicamente
la consulta en el caso de la medicina privada; el copago médicos y/u odontólogos).4 Sin embargo, algunas per-
o pago completo de análisis (estudios) e internaciones, sonas mayores resultan más afectadas que otras. La
vigente también en el subsistema de obras sociales; y diferencia más notoria es por estrato socioeconómico,
otros gastos más generales como viáticos y pérdida de casi de 5 a 1: se encuentran recortes en atención mé-
ingresos (ODSA-UCA, 2012). Todos estos elementos dica en el 23,6% de las personas mayores del estrato
pueden analizarse con la mirada puesta en los hogares más bajo y solamente en el 4,7% de las pertenecientes
(con o sin personas mayores) o con la mirada puesta al estrato más alto (estrato medio-alto). Asimismo, una
en las personas mayores. de cada 5 personas mayores que viven en el Conurbano
El primer resultado es que el porcentaje de hoga- Bonaerense (20,7%) declara haberse visto obligada a
res con personas mayores que tuvieron que recortar realizar recortes de este tipo. Este porcentaje desciende
gastos en consultas a médicos y/u odontólogos por a 16,7% en el resto de las zonas urbanas del interior,
problemas económicos es menor (16,7%) que el de y a 6,4% en la Ciudad de Buenos Aires. En las villas y
hogares sin personas mayores (21,9%), (ver figura asentamientos precarios, este indicador alcanza su va-
1.3.1A). Se aprecia aquí una suerte de ventaja para lor más alto (33,3%): manifiesta haber realizado recor-
las personas mayores, lo que insinúa mejores con- tes en asistencia al médico u odontólogo una de cada 3
diciones de vida en este grupo poblacional. El resul- personas mayores (ver figura 1.3.1B).
tado es doblemente importante porque, por un lado, Es muy intensa la relación de este indicador con la
las necesidades de gasto en salud son más elevadas edad: los recortes en materia de atención médica son
en los hogares con ancianos que en aquellos sin an-
cianos, por lo dicho más arriba; y por otro lado, la 4 En la EDSA no se incluyen los gastos en consultas a otros profe-
tendencia a los recortes es menor. Ello sugiere o bien sionales de la salud como los psicólogos, kinesiólogos, etcétera.
Recortes en consulta a médico u odontólogo según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
50
40
30
20.8% 20.4%
20 18.4% 17.6% 16.2% 15.9%
13.5%
9.2% 7.7% 9.6%
10
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
doblemente frecuentes en el grupo de 60 a 74 años FIGURA 1.3.2A Años 2010 a 2013. En porcentaje de hogares.
(18,4%) cuando se los compara con los del grupo de
Recortes en medicamentos
75 años y más (9,2%), (ver figura 1.3.1C). Conviene
según presencia de mayores en el hogar
señalar aquí que cuanto mayor es la edad, los recortes
en atención médica pueden devenir impracticables, 50
mientras que para las personas mayores del grupo
40
más joven pueden ser una opción. En cuanto al análi-
sis por sexo, se advierte que las mujeres tuvieron que 30
recortar más (17,6%) que los varones (13,5%), acaso 19.1% 18.2%
20 16.7%
por tener más necesidades de consultas –una sensi-
bilidad más alta a las cuestiones de salud, tal como 10
se trata en el capítulo 3–, acaso por una cuestión de 0
género en las decisiones presupuestarias, en el sen- HOGARES SIN HOGARES CON TOTAL
MAYORES MAYORES
tido de que pueden ser las mujeres que integran ho-
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA.
gares con personas mayores quienes deciden en qué
se recorta y en qué no. Aun más evidente es la dife-
rencia según el nivel educativo alcanzado: quienes no medicamentos se transforma en una restricción muy
finalizaron la escuela media practican recortes en el importante para el adecuado cuidado de la salud; ello
20,8% de los casos, en tanto que esto solo ocurre en- porque en muchos subsistemas de salud la atención
tre el 7,7% de los que completaron el secundario. En médica es gratuita o está incluida en el aporte a la
cuanto al tipo de hogar, las personas de edad avan- obra social o la cuota de la prepaga, pero no ocurre
zada que viven con personas de generaciones más lo mismo con la compra de medicamentos. Sin em-
jóvenes recurren en mayor medida a estos recortes bargo, respecto de la población de personas mayores,
(20,4%), seguidas por las que viven solas. Nueva- no puede dejar de mencionarse el aporte de PAMI en
mente, las que viven en hogares compuestos solo por este sentido, con su política de grandes descuentos
personas mayores son quienes presentan una mejor para medicamentos e incluso de provisión gratuita.
situación: 9,6% (ver figura 1.3.1C). En la EDSA se pregunta si las personas mayores
El otro componente importante dentro de los gas- tuvieron que disminuir o suspender la compra de me-
tos en atención médica y salud en general son los dicamentos por problemas económicos (insuficiencia
medicamentos. Ante recursos escasos, el gasto en de los ingresos necesarios para afrontar esos gastos).
50
44.3%
40
29.4%
30
22.9%
17.4% 18.9% 17.4%
20 16.5%
10 6.1%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Recortes en medicamentos según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
50
40
30 24.8
18.8 20.0 20.5
20 18.5 17.4
14.7 15.5
11.8
10 5.7
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Tal como se hizo al evaluar la atención médica, milar al de quienes tuvieron que recortar gastos en con-
los recortes en medicamentos pueden ser analizados sultas a médicos y/u odontólogos. Nuevamente, en algu-
tanto desde los hogares con personas mayores como nas personas de edad la incidencia del problema es mayor.
desde las personas mayores mismas. Desde los hoga- El análisis según los estratos arroja que 3 de cada
res, el resultado es que en el 16,7% de los que cuen- 10 personas mayores del estrato más bajo ha realizado
tan con personas mayores se practicaron recortes en recortes en medicamentos; y también que en el estrato
medicamentos, una proporción equivalente a la en- más alto, si bien la incidencia del problema es menor,
contrada en los recortes en atención médica. También no deja de ser elevada: 17,4% (ver figura 1.3.2B). Como
aquí la situación resulta mejor que en los hogares sin en casos anteriores, en el Conurbano Bonaerense es
personas mayores (19,1%), (ver figura 1.3.2A). donde este valor resulta más alto (22,9%). En cuanto a
Si se considera el problema desde las personas mayo- la condición residencial, en las villas y asentamientos,
res y no desde los hogares, el 17,4% declara que ha tenido una proporción muy alta de personas mayores (44,3%)
que recortar gastos en medicamentos, porcentaje muy si- manifiestan haber recurrido a la práctica de recortar
Insuficiencia de ingresos según estrato socioeconómico, grupo de aglomerados urbanos y condición residencial
100
80
64.7%
60 51.9%
45.5%
40 35.8% 33.6% 34.6%
20 14.3%
8.7%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Insuficiencia de ingresos según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
100
80
60
45.0% 41.6%
40 37.0% 35.7% 37.2% 34.6%
33.2%
28.4% 27.2%
20 17.7%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
no hay brechas de género: varones y mujeres mayores 4 personas mayores que vive con otra persona mayor
señalan la misma insuficiencia. En cambio, el nivel de carece de ingresos suficientes para sus gastos.
instrucción sí establece diferencias: entre las personas En contrapartida de estas evidencias, se verifica que
mayores de menor nivel educativo (secundario incom- son los hogares de las personas mayores del estrato más
pleto) la insuficiencia de ingresos es mucho más alta alto los que presentan mayor capacidad de ahorro, vale
(casi 1 de cada 2 de ellas) que entre las de mayor nivel decir que les alcanza para cubrir sus gastos y pueden
educativo (ver figura 1.4.1C). ahorrar. Se destaca que mientras el 44% de las personas
La insuficiencia de ingresos, definida como “in- mayores del estrato superior declara que en el hogar les
gresos que no les alcanzan”, afecta especialmente a alcanza y pueden ahorrar, entre las del estrato más bajo
las personas mayores que viven solas (41,6%). Las ello solo ocurre en el 4% de los casos. Asimismo tam-
más protegidas contra esta carencia son las que vi- bién es muy baja la capacidad de ahorro de las personas
ven exclusivamente con otras personas mayores (por mayores que residen en el Conurbano Bonaerense, solo
ejemplo, una pareja). De todas maneras, una de cada el 5,8% de los casos declara estar en esta situación. En
Capacidad de ahorro según estrato socioeconómico, grupo de aglomerados urbanos y condición residencial
50
44.3%
40
35.1%
30
20
15.4% 15.0%
12.0%
10 5.8%
4.0% 3.0%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Capacidad de ahorro según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
50
40
30
28.8%
20.5%
20 17.2% 16.0%
14.2% 14.4% 13.0% 15.0%
11.9%
10 6.5%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
cambio, en la Ciudad de Buenos Aires, el 35,1% de las siderar la capacidad de ahorro declarada por las personas
personas entrevistadas de 60 años y más declara poder mayores que han finalizado el nivel medio y aquellas que
ahorrar algo. Para los mayores residentes en los aglome- no han tenido la oportunidad de completar dicho nivel:
rados urbanos del interior dicho porcentaje es del 12%. las posibilidades de ahorrar algo del primer grupo son
Asimismo, la capacidad de ahorro en los entrevistados 4,4 veces las del segundo. Así también los hogares com-
que residen en barrios con trazado urbano es 5 veces puestos solamente por personas mayores han declarado
la de los mayores que residen en villas o asentamientos tener mayor capacidad de ahorro que las que conviven
precarios (ver figura 1.4.2B). con personas no mayores: 20,5% para las personas ma-
Por otra parte también se evidencia cierta tendencia yores que conviven con otras del mismo grupo etario;
a una capacidad de ahorro mayor en el grupo de mayor 13% para las que viven solas y 11,9% para las que con-
edad (en relación con el grupo de 60 a 74 años) y en los viven con personas de menor edad (ver figura 1.4.2C).
varones (respecto de la capacidad de ahorro expresada Ahora bien, resulta pertinente indagar respecto
por las mujeres). Las brechas vuelven a ampliarse al con- de la relación entre las fuentes de ingresos y la sufi-
RECUADRO 1.3
Orientación prioritaria I: Las personas de edad y el desarrollo - Cuestión 7: seguridad de los ingresos,
protección social /seguridad social y prevención de la pobreza
53. Objetivo 2: Ingresos mínimos suficientes para las personas de edad, con especial atención a los grupos en
situación social y económica desventajosa.
Medidas
a) considerar la posibilidad de establecer, cuando proceda, un sistema de pensiones y prestaciones por discapa-
cidad que no requiera aportaciones de los interesados.
b) organizar, con carácter de urgencia, donde no existan, sistemas de protección social/seguridad social que garan-
ticen unos ingresos mínimos a las personas de edad que carezcan de otros medios de subsistencia, la mayoría de las
cuales son mujeres, en particular a las personas que viven solas, que en general son más vulnerables a la pobreza.
c) tener en cuenta el nivel de vida de las personas de edad cuando se reformen los regímenes de pensiones y los
seguros de invalidez, según corresponda.
d) adoptar medidas para contrarrestar los efectos de la hiperinflación en las pensiones, los seguros de invalidez y
los ahorros, según corresponda.
e) invitar a las organizaciones internacionales, en particular las instituciones financieras internacionales, a que, de
conformidad con sus mandatos, ayuden a los países en desarrollo y todos los países necesitados en su esfuerzo por
lograr una protección social básica, en particular para las personas de edad.
ComEnTArio
los resultados del capítulo sobre “la capacidad de subsis- diversas subetapas viejos-jóvenes, viejos-viejos; tercera
tencia de los hogares y las personas mayores” me llevaron y cuarta edad, que pretendían dar cuenta de las diferen-
a recordar que en el campo de la sociología del enveje- cias. no obstante y a pesar de su reconocida utilidad, al
cimiento está aceptado el hecho de que los viejos cons- vincular cada sub etapa a una determinada edad crono-
tituyen un grupo de edad sumamente heterogéneo. las lógica, se mantiene vigente la cuestión de la heteroge-
investigaciones han brindado abundantes pruebas del neidad dentro de cada una de ellas. en efecto, especial-
aumento de la heterogeneidad a medida que avanza la mente en gerontología, la edad cronológica no alcanza
edad. Sin embargo, no existe un acuerdo similar entre los para predecir de manera general la forma de vida ni las
investigadores con respecto a las explicaciones de este necesidades de las personas. y adicionalmente, la utiliza-
fenómeno. algunos lo atribuyen a una expresión de la ción de la edad cronológica puede conducir a la cristaliza-
individualidad y hasta lo consideran un triunfo del indi- ción de los estereotipos relativos a las personas de edad
viduo sobre las tendencias conformistas con respecto al avanzada que contribuyen a etiquetarlas erróneamente.
medioambiente social. como contrapartida de esta pers- Si distinguimos una tercera de una cuarta edad, donde la
pectiva, otros expertos consideran que el contexto social primera agrupa a las personas mayores más activas y salu-
sistemáticamente produce variaciones entre los miem- dables y la segunda, a las más frágiles y dependientes, no
bros de una cohorte de edad a medida que envejecen. sólo podemos caer en generalizaciones prejuiciosas que
aunque es posible encontrar cierta regularidad dentro de afecten negativamente a los individuos, sino que, además,
la heterogeneidad, pensamos que el aumento de la hete- podemos trasmitir predicciones catastróficas acerca del
rogeneidad se debe en gran medida a aquellos procesos aumento de los gastos en salud que el subgrupo de la
sociales que generan desigualdad. cuarta edad, el de mayor crecimiento poblacional, provo-
actualmente existe una aceptación con respecto a la cará en la sociedad.
necesidad de incorporar la diversidad al estudio del enve- de la mano de los críticos del criterio de la edad crono-
jecimiento, ya que las teorías normativas e individualistas lógica, ha surgido una propuesta alternativa. consiste en
que habían predominado en los estudios sobre el enveje- tomar como criterio el estado funcional de las personas
cimiento fueron rebatidas por quienes adoptaron el en- evaluado mediante baterías de indicadores de las activi-
foque de la economía política, cuyas explicaciones de la dades de la vida diaria. Se considera que, a partir de la ju-
desigualdad se basan en razones socioestructurales y no bilación, el estado funcional es el indicador adecuado de
en causas individuales. en este sentido, se interesan por los la edad social, es decir, tanto de lo que la sociedad espera
problemas que enfrentan los viejos a partir de las desigual- de una persona como de lo que esta tiene derecho a es-
dades en la distribución y la asignación de recursos creadas perar de la sociedad.
por las estructuras sociales y la economía. Sin embargo, la propuesta tampoco ha escapado a los
las concepciones más tempranas intentaron analizar reparos de quienes, desde un punto de vista ideológico,
la heterogeneidad a partir de la división de la vejez en la evalúan como una variante sofisticada de la idea del
Barómetro de la d
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57
envejecimiento normativo. consideran que simplemente o la clase social, por sí solos. aunque se puedan abordar
se redefinen diferencias sociales sistemáticas y estructu- estas variables en forma independiente, de hecho, así
rales, en términos de edad social o de estado funcional. se las aborda en la mayoría de los casos, para tener un
así, las personas que pueden cuidar su salud y mantener panorama totalizador de la desigualdad social es nece-
una buena calidad de vida, es decir, las de mejor posición sario considerarlas en conjunto. para ello, y a los fines de
económica, tendrán más posibilidades de una larga vida y orientación de políticas integrales a favor de un enveje-
de gozar de un buen estado funcional. cimiento saludable se propone orientar la investigación
como hemos visto, según buena parte de los acadé- longitudinalmente teniendo en cuenta el impacto de la
micos actuales, dar cuenta de la diversidad en el envejeci- diversidad en el proceso de envejecimiento individual en
miento implica ir más allá de la consideración de aquellas relación con el contexto social.
características individuales que generan diferencias. im- también, al examinar los resultados del capítulo en re-
plica llegar hasta las estructuras fundamentales que orga- lación a los recortes de gastos que realizan los adultos ma-
nizan la vida social en un sistema jerárquico para así poder yores que viven en hogares multigeneracionales, pensé en
estudiar las formas de regulación mediante las cuales se algunas narrativas de personas mayores que fueron inda-
mantienen las diferencias en la sociedad moderna. para gadas en situación de llevar adelante diferentes investiga-
ello proponen conceptualizar la edad, la clase social y el ciones cualitativas, particularmente, referencio algunos
género como sistemas interconectados de relaciones de casos de viejos que destinaban el contenido de su bolsa
poder que estructuran la vida social y que se caracterizan de alimentos a sus familias y, a don Juan, que consultado
más por el conflicto que por el consenso. la desigualdad sobre por qué no asistía a un comedor para adultos ma-
en la vejez se va modelando a través del curso de la vida yores me respondió: “…si no puedo llevar a mi nieto …yo
en función de características tanto estructurales como in- tampoco voy…..” lo que implicó pensar la política especí-
dividuales. la edad, como quiera que sea considerada, no fica desde el punto de vista de la solidaridad entre las ge-
es la base de la diversidad como tampoco lo son el género neraciones y, del intercambio generacional.
58 | Barómetro de la d
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MARIANO CASCALLARES
abogado
presidente del instituto de previsión Social (ipS)
de la provincia de Buenos aires (desde 2012)
Subdirector de anses (2009 - 2011)
director nacional de Juventud (2002-2006)
ComEnTArio
Cambio de paradigma de las además, la eliminación del sistema de capitalización
políticas previsionales le permitió al estado recomponer los recursos públicos y
recuperar los ahorros de los trabajadores para contribuir,
los sistemas de protección social en américa latina han entre otros aspectos, a la conformación de un fondo de
experimentado transformaciones muy importantes en los Garantía de Sustentabilidad nacional y del fondo anticí-
últimos años, principalmente en las franjas etarias con ma- clico de la provincia de Buenos aires.
yores situaciones de vulnerabilidad social, como los niñas, en segundo lugar, los recursos invertidos en Segu-
niños y adolescentes, como así también los adultos mayores. ridad Social, y en particular, los destinados a las polí-
en el caso de nuestro país, estos últimos sectores ticas para adultos mayores, parecen tener prioridad en
fueron el foco de la implementación de políticas inclu- el gasto público en la última década. como observamos
sivas y dispositivos de la Seguridad Social novedosos. en el cuadro nº2 se avanzó de una inversión del 3,6% en
la sanción de la ley 26.425 (2008), que crea el Sistema 2003 al 8,2% en 2014, lo que indicó un aumento supe-
integrado previsional argentino (Sipa) es un ejemplo de rior al 100%.
ello, ya que se orientó hacia una visión basada en un en-
foque de derechos ciudadanos y en el establecimiento de Cuadro nº2: inversión en
umbrales mínimos de protección social garantizados por prestaCiones previsionales, según
el estado nacional y de las provincias. porCentaje del pBi (2003-2014)
en relación a la previsión social, estas políticas se en-
2003 3,6
marcan en tres puntos nodales: la sustentabilidad, la in-
2004 3,7
versión y la cobertura de las prestaciones. 2005 3,4
con respecto al primer punto hay varios aspectos a 2006 3,7
tener en cuenta; uno de ellos es la cantidad de apor- 2007 5,0
tantes al sistema que se ha incrementado de manera 2008 5,1
Barómetro de la d
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en la provincia de Buenos aires la inversión de recursos no obstante, la cobertura también puede medirse por
en la Seguridad Social permitió que el instituto de previ- la conformación territorial, es decir, cómo se distribuyen
sión Social (ipS) aumente las jubilaciones un 574% entre las distintas jubilaciones, pensiones y las pensiones no
el 2007 y el 2014. también que mantenga y proyecte en el contributivas según cada provincia.
tiempo la tasa de Sustitución1. en este caso podemos, decir que dicha distribución se ha
este escenario permite asociar un tercer elemento re- federalizado, ya que las provincias con mayor nivel de vulne-
levante del estudio de este sistema prestacional, que es la rabilidad social han observado mayores altas. por ejemplo,
cobertura. esta se ha acrecentado de manera notable lle- el aumento de dichas prestaciones durante el periodo 2003-
gando a un 96% en 2010 (ver cuadro nº3), en gran parte 2014 para la provincia de formosa fue de un 499%, misiones
producto de la universalización de la ley 25.994 que esta- 340%, chaco 319% y corrientes 267%, entre otras.
bleció una moratoria para aquellas personas que habían todos estos factores han permitido mejorar la calidad
quedado fuera del sistema de seguridad social. y la cantidad de los servicios en Seguridad Social, lo que
con esta medida más de 2 millones de personas ma- implica mayor integración social pero sin lugar a dudas,
yores de 60 años en el caso de las mujeres y de más de 65 requieren de una intervención estratégica del organismo
años en el caso de los hombres2, pudieron acceder a la ju- estatal que las aplique.
bilación mínima pagando una cuota mínima durante cinco estos avances se deben a un modelo de gestión de de-
años (Golbert, 2010). rechos sociales a escala federal de manera rápida y efi-
la nueva moratoria implementada en 2014 a partir de la ciente. inclusive esta intervención puede encontrarse en
ley 26.970 se propone universalizar la cobertura y llegar de algunos niveles subnacionales como es el caso del insti-
esta manera a casi el 100% de la población objetivo. tuto de previsión Social de la provincia (ipS) de Buenos
aires, que ha implementado un nuevo modelo de gestión.
Cuadro nº3: de cualquier modo, esto denota la conformación de
CoBertura previsional (2003-2010) un nuevo paradigma de la protección Social basado en
los derechos, en donde las estructuras estatales con ca-
2003 49%
pacidad técnica, presupuestos y recursos humanos ca-
2004 48%
pacitados son necesarias para llevar a cabo un cambio
2005 47%
2006 57% de tal magnitud.
2007 71% en suma, gestionar de esa manera consolidaría las ten-
2008 93% dencias positivas que se vienen desarrollando en la argen-
2009 95% tina y en provincias como Buenos aires, al tiempo que me-
2010 96% joraría los indicadores de inclusión de manera sustantiva.
FUENTE: Sipa
60 | Barómetro de la deuda
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Barómetro de la deuda Social con laS perSonaS mayoreS | 61
62 | Barómetro de la Deuda Social con las personas mayores
Capítulo 2
HÁBITAT, VIVIENDA Y DERECHO A LA CIUDAD
31.7%
30
24
18
14.9%
12 9.2% 9.6%
6.6% 7.5%
6
1.2% 1.0%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
La segunda dimensión se vincula con el modo en con la condición de refugio, seguridad y resguardo;
que dicha vivienda satisface las necesidades de la para ello debe estar construida con materiales sólidos
vida cotidiana, es decir, cumple efectivamente con y seguros que permitan desarrollar una vida cotidiana
las funciones de refugio, abrigo, provisión de servi- adecuada. El primer indicador que debe analizarse es,
cios, seguridad, etcétera. pues, la calidad constructiva de la vivienda. Al hablar
Así pues, en este apartado intentamos caracterizar la de viviendas con déficit en la calidad constructiva nos
situación del problema de la vivienda en las personas referimos específicamente a aquellas que por su es-
mayores a partir del segundo eje de preocupaciones: el tructura o materiales de construcción no cumplen con
modo en que la vivienda garantiza o dificulta el desen- las funciones básicas de aislamiento hidrófugo, resis-
volvimiento de la vida cotidiana.7 Con ello, estamos tencia, aislación térmica y protección superior contra
analizando al mismo tiempo el grado de cumplimiento las condiciones atmosféricas.
o vulneración del derecho de las personas mayores a una En este marco, y en primer lugar, se verifica que
vivienda digna, y el modo en que las ciudades distribu- el 7,5% de las personas de 60 años y más presenta
yen de manera equitativa o bien de manera desigual las déficit en la calidad de la vivienda donde reside. Sin
oportunidades de acceso a una vivienda adecuada. embargo, el derecho de las personas mayores a una
Analizamos aquí, entonces, las condiciones habi- vivienda de calidad se ve alterado sobremanera en los
tacionales en torno a dos ejes principales: calidad de estratos sociales más bajos, donde alcanza al 14,9%,
la vivienda y acceso a servicios domiciliarios de red, y y en aquellas personas mayores que residen en villas,
dejamos el análisis del entorno para el segundo apar- donde el porcentaje es superior al 30%. Se destaca,
tado de este capítulo. además, que una de cada 10 personas mayores del Co-
nurbano Bonaerense y del resto de las áreas urbanas
Acceso a una vivienda digna del país reside en viviendas de tipo inconveniente,
porcentaje que es significativamente menor en la Ciu-
Como mencionamos más arriba, una de las princi- dad Autónoma de Buenos Aires (ver figura 2.1.1.1A).
pales funciones que debe cumplir la vivienda se vincula También se verifica mayor déficit en la calidad de la
vivienda en el grupo de 60 a 74 años; y no se presen-
7 Reconociendo la relevancia que tiene para las personas tan diferencias significativas por sexo. Por otra parte,
mayores permanecer en sus propios hogares, nos abocamos en este
informe a analizar la segunda dimensión, por cuanto la Encuesta
entre las personas mayores que no han finalizado el
de la Deuda Social Argentina, que constituye la fuente de nuestro nivel medio, se constata que la incidencia del déficit
análisis, releva solamente viviendas particulares. en la calidad de la vivienda es casi 4 veces más que la
Déficit en la calidad de la vivienda según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
30
24
18
12 10.5% 9.6%
8.4% 8.0% 8.7%
7.2% 7.5%
5.2% 4.6%
6 2.7%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
presentada por los de mayor nivel educativo (10,5% grave en la Ciudad de Buenos Aires (8,7%) que en el
versus 2,7%, respectivamente). Asimismo, como Conurbano Bonaerense y en el resto de los aglomera-
puede verse en la figura 2.1.1.1B, las personas mayo- dos urbanos del país (5,6% y 6,5%, respectivamente).
res que conviven solamente con otras personas mayo- Como es de esperar, el problema se agrava considera-
res son las que presentan menor déficit. blemente al analizarlo según la condición residencial:
Un segundo indicador acerca de las características el 43,4% de las personas mayores residentes en villas
de seguridad, protección y resguardo que debe pro- o asentamientos no tiene garantizada la tenencia de
veer la vivienda se vincula con el régimen de tenencia la vivienda (ver figura 2.1.1.2A).
de la misma. Según el Comité de Derechos Económi- Ahora bien, si analizamos el modo en que el pro-
cos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, uno blema de la tenencia irregular de la vivienda afecta al
de los aspectos de la vivienda que debe tenerse en grupo de 60 a 74 años y al grupo de 75 años y más,
cuenta en términos de derechos es que todas las per- o a varones y mujeres, no encontramos diferencias
sonas gocen de cierto grado de seguridad de la tenen- significativas. Al examinar el problema según las
cia, de modo que les garantice una protección legal oportunidades educativas que han tenido las perso-
contra el desahucio, el hostigamiento u otras amena- nas mayores, la desigualdad social vuelve a manifes-
zas (ONU, 1991). Por cierto, un régimen de tenencia tarse: el nivel de tenencia irregular de la vivienda en
irregular8 no garantiza una vivienda segura. quienes no han finalizado el secundario es 2 veces y
En este punto se verifica que el 6,6% de las perso- media el de los que sí han terminado la escuela media
nas de 60 años y más reside en viviendas con tenencia (8,5% versus 3,5%, respectivamente). También pre-
irregular. Nuevamente, el problema afecta de manera sentan mayor nivel de irregularidad en el régimen de
desigual a distintos sectores sociales. Efectivamente, tenencia quienes viven solos o conviven con perso-
en los estratos más bajos, una de cada 10 personas nas de otros rangos etarios (ver figura 2.1.1.2B).
mayores (12,9%) reside en viviendas con régimen de Previsiblemente, un indicador muy importante de
tenencia irregular, mientras que en los estratos más la calidad de la vivienda lo constituyen las condiciones
altos la cifra es del 2%. El problema también es más sanitarias. El déficit de servicio sanitario identifica
aquellas viviendas que no cuentan con baño ni retrete,
o en caso de tenerlo no cuentan con descarga mecá-
8 Tenencia irregular de la vivienda identifica todos aquellos casos
en los cuales los habitantes son solo dueños del terreno y no de la
nica o arrastre de agua. Las condiciones sanitarias,
vivienda, o habitan en viviendas en lugar de trabajo o prestadas, o junto con las de saneamiento (disposición simultánea
son habitantes de hecho. de agua corriente y red cloacal), resultan factores cla-
50
43.4%
40
30
20
12.9%
10 8.7%
5.6% 6.5% 5.2% 6.6%
2.0%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Tenencia irregular de la vivienda según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
50
40
30
20
ves en la salud de la población. En particular para las tos más bajos el déficit en las condiciones sanitarias
personas mayores, no contar con buenas condiciones llega al 15%, mientras que en los estratos más altos
sanitarias dificulta y obstaculiza (tal vez más que a los el déficit es cercano a cero. Por su parte, en el Conur-
jóvenes) el adecuado desarrollo de la actividad coti- bano Bonaerense, una de cada 10 personas mayores
diana, al tiempo que multiplica la vulnerabilidad a en- reside en viviendas que no cuentan con condicio-
fermedades derivadas de la falta de saneamiento. nes sanitarias adecuadas (12,8%). En el resto de los
Al respecto, se destaca que el 6,9% de las personas aglomerados urbanos del país, dicho porcentaje des-
mayores reside en viviendas que presentan déficit en ciende a 3,4%; mientras que en la Ciudad de Buenos
las condiciones sanitarias, es decir, tienen un cuarto Aires el déficit es considerablemente menor, aunque
de baño inconveniente para garantizar las condicio- no debe desestimarse que el 1% de la población de
nes mínimas de comodidad e higiene. Tales niveles adultos mayores sufre este problema. En las villas
de déficit se presentan con mayor profundidad en o asentamientos precarios, 2 de cada 10 adultos de
algunos sectores particulares. En efecto, en los estra- 60 años y más residen en viviendas con déficit en las
30
24 22.0%
18 15.0%
12.8%
12
6.3% 6.9%
6 3.4%
0.3% 0.5%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Déficit en las condiciones sanitarias según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
30
24
18
12 10.2%
7.8% 7.4% 8.1%
6.5% 5.8% 6.9%
6 4.5% 4.9%
1.5%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
condiciones sanitarias, en tanto que entre las perso- varones y mujeres. Las desigualdades reaparecen al
nas mayores que viven en barrios con trazado urbano evaluarlas según las oportunidades educativas: mien-
el porcentaje es menor: 6,3% (ver figura 2.1.1.3A). tras entre las personas mayores que no han podido
Cuando se analiza el modo en que el déficit en las finalizar el nivel medio el déficit en las condiciones
condiciones sanitarias afecta a los diferentes grupos sanitarias es de 10,2%, entre quienes han finalizado
etarios de adultos mayores, a ambos sexos y a los dis- el secundario es de 1,5% (ver figura 2.1.1.3B).
tintos tipos de hogar, encontramos que el problema El cuarto indicador de análisis de la calidad de la vi-
tiene mayor incidencia en la población más joven vienda está vinculado con las condiciones de espacio
(7,8% de las personas de 60 a 74 años, frente a 4,5% y privacidad que la vivienda debe garantizar. Para ello
de las personas de 75 años y más) y en los hogares utilizamos el indicador de hacinamiento medio, que
donde las personas mayores conviven con otras de identifica aquellas viviendas en las que el promedio de
menor edad (8,1%). Por lo demás, no se registran personas por cuarto es igual o superior a tres. Entre las
diferencias significativas en los niveles de déficit de personas mayores, la falta de disponibilidad de espacio
Hacinamiento medio según estrato socioeconómico, grupo de aglomerados urbanos y condición residencial
30
24
18
12 11.2%
6
5.4%
3.3% 3.1% 2.5% 2.8%
0.3% 1.3%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
propio o su forma extrema, el hacinamiento, atentan desigualdades significativas; sin embargo, estas vuel-
contra el derecho de autonomía y privacidad, mencio- ven a aparecer en el análisis por nivel de instrucción y
nado en las conferencias internacionales de derechos en en la conformación de los hogares. Específicamente,
la vejez a las que hicimos referencia al principio. en lo que se refiere al nivel de instrucción, se verifica
Tal como señalamos en estudios anteriores, los ni- que las personas que no pudieron finalizar la escuela
veles de hacinamiento en la población de menos de secundaria presentan un nivel de hacinamiento cua-
60 años son mucho más elevados que en la población tro veces mayor al de las personas que completaron
de 60 años y más. De manera más precisa, según el el nivel medio (3,8% y 1%, respectivamente). Por úl-
Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de timo, y casi por definición, los niveles de personas
2010, el porcentaje de personas de hasta 59 años en mayores en hogares con hacinamiento son sustanti-
hogares con hacinamiento crítico es 7 veces mayor vamente más altos en aquellos casos donde los ho-
que el de las personas de edad (ODSA-UCA, 2014). gares están conformados por personas de distintos
Según los datos de la EDSA 2010-2013, el 2,8% rangos de edad (ver figura 2.1.1.4B).
de las personas de 60 años y más vive en hogares en Hasta aquí, hemos analizado las condiciones ha-
condiciones de hacinamiento medio. Sin embargo, si bitacionales de la vivienda a partir de cuatro indica-
observamos más de cerca el grupo de personas mayo- dores. Podemos considerar entonces que todas aque-
res, encontramos que en algunos sectores el déficit es llas viviendas que presentan al menos uno de estos
considerablemente mayor: mientras que en los estra- problemas pueden ser consideradas como viviendas
tos sociales más acomodados el nivel de hacinamiento con déficit habitacional. Si contabilizamos entonces
es cercano a cero, en los sectores más desfavorecidos a todas aquellas personas mayores que residen en vi-
el nivel de hacinamiento quintuplica aquel porcentaje. viendas con al menos un indicador de déficit en las
También resultan más afectados, los mayores residen- condiciones habitacionales, encontramos que:
tes en el Conurbano Bonaerense y en el resto de las »» 2 de cada 10 personas mayores reside en viviendas
áreas urbanas del interior que aquellos que viven en la que presentan al menos un problema habitacional.
Ciudad de Buenos Aires. Se destacan nuevamente los »» El problema se agrava en los estratos sociales más
niveles de déficit en las villas o asentamientos, donde bajos: el 36,9% de las personas mayores de estos
1 de cada 10 adultos mayores reside en hogares en sectores reside en viviendas con deficiencias habi-
condiciones de hacinamiento (ver figura 2.1.1.4A). tacionales.
Es verdad que si se analizan las condiciones de ha- »» El problema es significativo en las tres áreas urba-
cinamiento por sexo y grupo de edad no se advierten nas analizadas: en la Ciudad de Buenos Aires una
Hacinamiento medio según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
30
24
18
12
6 3.8% 4.6%
3.1% 2.1% 2.8% 2.8% 2.8%
1.0% 0.3%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Un alojamiento adecuado y un ambiente físico agradable son necesarios para el bienestar de todo el mundo, y se acepta
de manera general que la vivienda influye mucho en la calidad de vida de cualquier grupo de edades de cualquier país.
Una vivienda adecuada es todavía más importante para los ancianos, en cuyo domicilio se centran prácticamente
todas sus actividades. La adaptación del alojamiento, la prestación de ayudas domésticas prácticas concebida para
facilitar la vida cotidiana de equipos domésticos bien diseñados pueden reducir la dificultad de las personas de
edad, cuya movilización se halla reducida o que padecen otras incapacidades para continuar viviendo en sus casas.
Recomendación 19
Debe considerarse que la vivienda destinada a los ancianos es algo más que un mero albergue. Además del sig-
nificado material, tiene un significado psicológico y social que debe tomarse en consideración. A fin de liberar a
las personas de edad de la dependencia de otras personas, las políticas nacionales en materia de vivienda deben
perseguir los siguientes objetivos:
a) Contribuir a que las personas de edad permanezcan en sus propios hogares mientras sea posible, mediante la restau-
ración y el desarrollo cuando resulte posible y conveniente, mediante la reestructuración y el mejoramiento de las vivien-
das en sí mismas, así como su adaptación a las posibilidades de acceso y a la utilización por parte de las personas de edad.
b) Programar y construir –en el marco de una política en materia de vivienda que prevea también el otorgamiento
de financiación oficial y de acuerdo con la iniciativa privada– viviendas para personas de edad, que tengan en
cuenta las diferentes categorías de estado civil y el grado de autonomía de dichas personas, con arreglo a las tra-
diciones y costumbres locales.
Recomendación 21
Debe alentarse a los gobiernos nacionales a que adopten políticas en materia de vivienda en las que se tomen en
consideración las necesidades de las personas de edad y de los que están socialmente en desventaja. Un ambiente
para vivir diseñado con miras a apoyar las capacidades funcionales de este grupo debe formar parte integrante de
las directrices nacionales para las políticas y las medidas relativas a los asentamientos humanos.
Acceso a servicios domiciliarios de red nar la casa, entre otros (ONU, 1991). “La carencia de
servicios básicos adecuados, componente esencial de
Como hemos señalado, una vivienda adecuada debe la vivienda, menoscaba gravemente la salud humana
tener ciertos servicios indispensables para la salud, la (…) y la calidad de vida, particularmente en personas
seguridad, la comodidad y la nutrición. Para ello, las que viven en situación de pobreza” (ONU, 1996).
viviendas tienen que contar con acceso permanente a Es conocido el hecho de que la buena provisión de
recursos naturales y comunes, como son el agua po- agua potable tiene efectos positivos sobre la reduc-
table y la energía para cocinar, calefaccionar e ilumi- ción de las tasas de morbilidad. Asimismo, la conexión
50
40
30
22.7% 23.4%
20 18.2%
9.8% 10.2%
10
2.0% 0.0% 0.8%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Déficit en la conexión a red de agua corriente según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
50
40
30
20
14.5%
11.5% 11.0% 9.7% 10.3% 9.5% 10.6% 10.2%
10 7.1%
3.3%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
a la red cloacal conlleva un importante impacto sani- conexión a servicios, en particular a las redes de agua
tario: interrumpe la transmisión de enfermedades y potable y de gas natural y cloacas,9 y en qué medida,
previene la contaminación del agua (OMS, UNICEF, también, las ciudades distribuyen servicios de ma-
2000, en ODSA-UCA, 2011). Por otro lado, el acceso nera equitativa entre las personas mayores.
a la red de gas constituye la forma más segura de ob- En primer lugar, es de destacar que una de cada 10
tener la energía para cocinar y calefaccionar la casa personas de 60 años y más reside en viviendas sin co-
(ODSA-UCA, 2011). En el caso de las personas ma- nexión a la red de agua potable. No obstante ello, el
yores, la provisión adecuada de servicios se vuelve un problema se agrava considerablemente en los sectores
factor fundamental en su calidad de vida. sociales más desfavorecidos y disminuye en los más
En este apartado, intentaremos dar respuesta al acomodados: el nivel de déficit de las personas mayores
interrogante respecto de en qué medida las personas
mayores que habitan en espacios urbanos residen en 9 En este apartado excluimos el análisis de la conexión a red eléctrica
hogares con una situación deficitaria en cuanto a la ya que la cobertura domiciliaria en espacios urbanos es casi total.
100
80 75.4%
60
40
39.1%
23.3% 23.6%
20 16.7% 18.9%
2.0% 2.6%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
pertenecientes al estrato más bajo es 9 veces mayor que tiplican la situación de vulnerabilidad en la que ya se
el de aquellas que pertenecen al estrato superior. Asi- encuentran las personas mayores. Porque si la primera
mismo, las personas mayores que viven en villas o asen- situación de vulnerabilidad está configurada por la con-
tamientos precarios tienen más del doble de chances de dición de vejez, la segunda viene dada por la situación
presentar déficit que aquellas residentes en barrios con de pobreza (vinculada con la condición sociorresiden-
trazado urbano (23,4% y 9,8%, respectivamente). En lo cial y con el estrato socioeconómico) y el tercer factor
que atañe a la región que presenta mayor déficit, esta de vulnerabilidad es consecuencia de la carencia de agua
es sin duda el Conurbano Bonaerense, donde 2 de cada potable que incide directamente en el estado de salud.
10 personas mayores residen en hogares sin conexión En cuanto a la conexión a la red de gas natural, se
a la red de agua potable. Tanto en la Ciudad de Buenos verifica que el 18,9% de las personas de 60 años y más
Aires como en el resto de las áreas metropolitanas y en reside en viviendas con déficits de este tipo. Nueva-
el interior, se verifica un nivel de cobertura y acceso cer- mente, las brechas sociales son muy amplias. En los
cano al 100% (ver figura 2.1.2.1A). estratos más bajos, cerca del 40% de la población de
A continuación, cabe preguntarse si el déficit de co- personas mayores reside en viviendas sin acceso a gas
nexión a la red de agua potable afecta de manera dife- de red, mientras que en los estratos superiores el dé-
rencial a personas mayores según su grupo de edad, su ficit es 20 veces menor. Concretamente, 3 de cada 4
género o su tipo de hogar. En este sentido, un hallazgo personas mayores residentes en villas o asentamien-
reiterado es que el grupo de menor edad presenta ma- tos precarios habita viviendas con déficit de conexión
yor nivel de déficit que el grupo de 75 años y más (11,5% a la red de gas, en tanto en los barrios con trazado ur-
y 7,1%, respectivamente). Entre varones y mujeres, en bano el déficit es de 16,7%. Las personas mayores que
cambio, la diferencia no resulta estadísticamente signi- residen en el Conurbano Bonaerense o en otras áreas
ficativa; y lo mismo ocurre al analizar el déficit según la metropolitanas también presentan un déficit mayor
conformación de los hogares. Sin embargo, si se analiza que las residentes en Ciudad de Buenos Aires: mien-
el déficit por nivel educativo, reaparecen las brechas so- tras entre las primeras el déficit ronda el 23%, entre
ciales: las personas mayores que no finalizaron el nivel las segundas es de 2,6% (ver figura 2.1.2.2A).
medio tienen 4 veces más chances de no contar con co- En este caso, se vuelve a poner en evidencia el ma-
nexión a la red de agua potable que quienes han com- yor déficit de los grupos de menor edad (20,8%, frente
pletado el nivel medio (ver figura 2.1.2.1B). a 13,7% del grupo de 75 años y más); en comparación
Es menester notar aquí que las desigualdades evi- con las mujeres el déficit parece levemente mayor en
denciadas en el acceso a la red de agua corriente mul- la población de varones. Por otra parte, las brechas
Déficit en la conexión a red de gas según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
100
80
60
40
27.4%
20.8% 20.4% 17.8% 19.7% 21.3% 18.9%
20 13.7% 13.9%
4.9%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
100
80
63.0%
60
51.1% 49.6%
40
29.3% 30.5%
25.2%
20
6.9%
0.8%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
son amplias en función del nivel educativo alcanzado: En lo que atañe a la red de cloacas, las personas ma-
más del 25% de las personas mayores que no han fina- yores registran el déficit más alto: 3 de cada 10 reside
lizado el secundario no tienen acceso a la red de gas, en hogares sin conexión a esta red. En el caso de los
mientras que son menos del 5% entre quienes sí han estratos más bajos, la mitad de las personas mayores
tenido oportunidad de completar el nivel medio. En lo vive en hogares con dicho déficit; y entre las que resi-
que refiere al tipo de hogar, se verifica que las personas den en villas o asentamientos precarios, 6 de cada 10
mayores que conviven con personas de menor edad personas mayores no disponen de cloacas, el doble con
también presentan mayores déficits en la conexión a respecto a las que habitan en los barrios con trazado
la red de gas respecto de las que conviven con otras urbano. Al igual que en el resto de los servicios, las
personas mayores (21,3% para las primeras, contra personas mayores residentes en el Conurbano Bonae-
13,9% para las segundas). Las personas mayores que rense son las que presentan mayor déficit: 1 de cada 2
viven solas, por su parte, presentan niveles de déficit habita en viviendas sin conexión a la red de cloacas. Y
cercanos al 20% (ver figura 2.1.2.2B). esta proporción se reduce a la mitad en las áreas urba-
Déficit en la conexión a red de cloacas según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
100
80
60
42.0%
40 33.2% 32.1% 33.5% 30.5%
29.4% 26.8% 26.1%
23.5%
20 11.7%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
nas del interior, mientras que en la Ciudad de Buenos »» En las personas mayores que residen en villas o
Aires el déficit es cercano a cero (ver figura 2.1.2.3A). asentamientos precarios, el nivel de déficit resulta
Tal como venimos mostrando, los niveles de dé- mayor al 85%.
ficit son más altos entre las personas mayores más »» En el Conurbano Bonaerense, más del 50% de las
jóvenes (33,2% en el grupo 60-74 años; 23,5% en el personas mayores reside en viviendas donde no
grupo de 75 años y más) y en los hogares donde con- hay acceso a todos los servicios domiciliarios de
viven con personas de menor edad (33,5%), mientras red. Lo mismo ocurre en el 35% de las personas
que entre las que viven solas o conviven con otras mayores de otras áreas metropolitanas y aglome-
personas mayores el déficit es del orden del 26%. En- rados urbanos del interior. En la Ciudad de Buenos
tre varones y mujeres, la brecha es pequeña a favor Aires, la cobertura de servicios es cercana al 100%
de las mujeres. Las mayores desigualdades vuelven (el déficit de acceso a los tres servicios es del 3%).
a aparecer cuando se analiza el déficit según el nivel »» Más del 60% de las personas mayores de estratos
de instrucción: 4 de cada 10 personas mayores que más bajos reside en hogares con déficit en la co-
no finalizaron el nivel medio residen en viviendas sin nexión a servicios, porcentaje que es siete veces
acceso a cloacas, en tanto que esa proporción es de 1 superior que el presentado por las personas mayo-
cada 10 para las personas mayores que completaron res de los estratos más altos.
la escuela media (ver figura 2.1.2.3B). »» También en el análisis por nivel de instrucción las
En este caso, debe llamarse especialmente la aten- brechas de desigualdad son muy amplias: el nivel
ción sobre la relevancia de los procesos de sanea- de déficit de acceso a servicios de quienes no ter-
miento para la salubridad de la población, y en par- minaron el nivel medio (49,6%) es 3,5 veces mayor
ticular en los grupos poblacionales más vulnerables, que el de las personas mayores que finalizaron la
como son los niños y las personas mayores. escuela secundaria (13,8%).
Ahora bien, resulta adecuado evaluar en qué me- »» Al igual que en el déficit en la calidad de la vi-
dida las personas mayores residen en hogares que vienda, se verifica que el problema afecta en ma-
presentan déficits de acceso a servicios, cualquiera yor medida a los grupos de menor edad. Ello se
sea el servicio del que carezcan. constata no solo en el hecho de que las personas
En este marco, el porcentaje de personas mayores de 60 a 74 años residen en viviendas con mayores
en hogares con déficit de acceso a servicios domicilia- déficits que las de 75 años y más, sino en el mayor
rios de red es, en líneas generales, del 36%, con pro- déficit de las personas mayores que conviven con
fundas brechas que es necesario señalar: personas de menor edad (ver tabla 2.1.2).
Barrios con
mos en dos dimensiones de análisis: a) infraestructura
Condición 34,2
residencial
trazado urbano
básica; b) entorno saludable y adecuado.
Villas 85,7
grupo 60 a 74 años 39,0
de edad 75 años y más 28,1 Infraestructura urbana básica
Varones 37,9
sexo
Mujeres 34,7 Si bien hasta aquí se ha analizado la provisión de
Hasta secundario
incompleto 49,6 servicios domiciliarios, otro conjunto de servicios no
Nivel de
instrucción Secundario domiciliarios forma parte constitutiva del hábitat ur-
13,8
completo y más
bano y debe ser evaluado en profundidad.
Unipersonal 34,1
En primer lugar, un componente fundamental de la
Multipersonales
29,1
Tipo de hogar puros infraestructura urbana es la inversión en sendas, ve-
Multipersonales
mixtos 40,0 redas y calles. Para el caso particular de las personas
Total 36,0 mayores, la pavimentación de calles resulta funda-
mental a los fines de facilitar su movilidad. El segundo
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016). ODSA, UCA.
servicio que conviene analizar es el de la recolección de
residuos. La ausencia o falta de regularidad en la reco-
Como se ha puesto de manifiesto en el análisis del lección, al igual que los déficits de saneamiento, tiene
acceso a servicios y a una vivienda digna, la vulne- efectos negativos en la salud de la población. El tercer
rabilidad de las personas mayores, y del resto de los indicador es el alumbrado público que, además de fa-
grupos etarios, de los sectores más desfavorecidos se cilitar la movilidad, brinda cierta sensación de protec-
ve multiplicada cada vez que se encuentran con un ción durante las horas de menor luminosidad natural.
derecho no cumplido. En lo que respecta a la pavimentación de calles, se
verifica que el 15,3% de las personas de 60 años y más
reside en barrios con calles sin pavimentar. El déficit se
2.2 INFRAESTRUCTURA Y ESPACIO URBANO presenta de manera diferencial conforme a distintas ca-
racterísticas socioeconómicas y sociorresidenciales: el
Según el artículo 84 de la Declaración de Estambul porcentaje de personas mayores que reside en entornos
sobre los asentamientos humanos con calles sin pavimentar es cercano al 3% en los estra-
“la infraestructura y los servicios básicos a nivel co- tos más altos, pero en los estratos más bajos el déficit es
munitario comprenden, entre otros, abastecimiento 10 veces mayor. Previsiblemente, las personas mayores
de agua potable, saneamiento, eliminación de dese- que viven en villas o asentamientos precarios presen-
chos, (…) energía, servicios de salud y de emergencia, tan una situación desfavorable: el porcentaje de déficit
escuelas, seguridad ciudadana y la ordenación de los es cercano al 50%. Quienes residen en barrios con tra-
espacios abiertos. La carencia de servicios básicos ade- zado urbano, en cambio, muestran un déficit de 14%.
cuados, menoscaba gravemente la salud humana, la Asimismo, las personas mayores que viven en el Conur-
productividad y la calidad de vida, particularmente bano Bonaerense registran un déficit mayor que quie-
Las personas de edad enfrentan una cantidad de problemas planteados por la circulación de los vehículos y me-
dios de transporte. Los peatones de edad, en especial, deben enfrentar peligros reales o imaginarios que limitan su
movilidad y su deseo de participar en la vida de la comunidad. Las condiciones en las que se realiza la circulación
deben adaptarse a las personas de edad y no a la inversa. Las medidas que se adopten y los arreglos que se efectúen
deben consistir especialmente en enseñar al público a respetar las normas de circulación, en establecer limitacio-
nes de velocidad, particularmente en los “establecimientos” humanos, en garantizar especialmente la seguridad
en las carreteras en el ambiente de la vivienda y en las zonas residenciales, así como en los medios de transporte.
Recomendación 20
La legislación y la planificación en materia de desarrollo y reconstrucción urbanos deberán prestar especial aten-
ción a los problemas de las personas de edad contribuyendo a su integración social.
Recomendación 21
Debe alentarse a los gobiernos nacionales a que adopten políticas en materia de vivienda en las que se tomen en
consideración las necesidades de las personas de edad y de los que están socialmente en desventaja. Un ambiente
para vivir diseñado con miras a apoyar las capacidades funcionales de este grupo debe formar parte integrante de
las directrices nacionales para las políticas y las medidas relativas a los asentamientos humanos.
Recomendación 22
Debe prestarse especial atención a los problemas ambientales y al diseño de un entorno para la vida en el cual se
tenga en cuenta la capacidad funcional de los ancianos y se facilite la movilidad y la comunicación mediante el
suministro de medios de transporte adecuados. El medio en que viven las personas de edad debe concebirse, con
el apoyo de los gobiernos, las autoridades locales y las organizaciones no gubernamentales, de forma que puedan
seguir viviendo, si así lo desean, en un ambiente que les resulte familiar, y en el que su participación en la comu-
nidad sea prolongada y tengan la oportunidad de llevar una vida plena, normal y segura.
Recomendación 23
La creciente proporción de delitos que se cometen en algunos países contra las personas de edad convierte en
víctimas no sólo a los directamente afectados, sino a las numerosas personas de edad que tienen temor de aban-
donar sus hogares. Se debe tratar de aumentar la conciencia de los organismos encargados de hacer cumplir la
ley y de los ancianos sobre la cantidad de delitos contra las personas de edad y las repercusiones de tales delitos.
Recomendación 24
En la medida en que resulte posible, las personas de edad deberán participar en la elaboración de las políticas y
programas de vivienda relativos a la población senescente.
nes residen en otras áreas urbanas del interior (24,2% Como se viene evidenciando a través del análisis por
para los primeros versus 13,4% para los segundos). En edad y por tipo de hogar, el grupo de mayores más jó-
la Ciudad de Buenos Aires, la cobertura en la pavimen- venes (60 a 74 años) y el grupo de mayores que convive
tación de calles es cercana al 100% (ver figura 2.2.1.1A). con personas de menor edad presentan déficits más al-
48.9%
50
40
30 28.3%
24.2%
20
13.4% 14.1% 15.3%
10
2.8% 0.6%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Déficit de calles pavimentadas según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
50
40
30
21.5%
20 16.8% 15.9% 17.0% 15.3%
15.0% 14.1%
11.6% 12.5%
10 5.2%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
tos que los de 75 años y más y que aquellos que viven yores reside en entornos sin recolección frecuente de
solos o con otras personas mayores, respectivamente. residuos, mientras que en los sectores más altos el nivel
Se verifica, por último, que entre las personas mayores de déficit es del 1%. También en el Conurbano Bonae-
con menos niveles educativos el déficit es considerable- rense el problema de la falta de recolección de residuos
mente mayor respecto de quienes han finalizado el nivel es del orden del 5%, mientras que en las áreas urbanas
medio: la desventaja para los primeros es de 4 a 1: 21,5% del interior ronda el 2% y en la Ciudad de Buenos Aires
versus 5,2%, respectivamente (ver figura 2.2.1.1B). resulta menor a 1%. Como es de esperar, el principal
En cuanto al déficit en la recolección frecuente de factor de desigualdad está dado por la condición socio-
residuos, debe reconocerse que los niveles de inciden- rresidencial: el déficit que presentan las personas ma-
cia en los hogares de las personas mayores de las áreas yores que residen en villas o asentamientos es 10 veces
urbanas relevadas son relativamente bajos y rondan el mayor al promedio general (ver figura 2.2.1.2A).
3%. Sin embargo, las brechas sociales son significativas: Por otra parte, en el grupo de 60 a 74 años se evi-
en los estratos más bajos el 5,8% de las personas ma- dencia también mayor incidencia del déficit que en el
30
24
20.5%
18
12
5.8% 4.8%
6 2.9%
1.1% 1.8% 2.3%
0.7%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Déficit de recolección de residuos frecuente según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
30
24
18
12
grupo de 75 años y más. Una brecha similar aparece das reside en barrios sin alumbrado público y/o no
entre las personas mayores que no han finalizado el cuenta con conexión a la red eléctrica. El porcentaje
nivel medio y las que sí lo han hecho: 4,1% versus asciende a 4,7% en los estratos más bajos y es del
1,1%, respectivamente (ver figura 2.2.1.2B). orden del 20% en las villas o asentamientos preca-
En tercer lugar, es importante señalar que, para rios. En cuanto al lugar de residencia, en la Ciudad
los hogares donde residen personas mayores, tanto de Buenos Aires el déficit para las personas mayo-
la cobertura de red eléctrica domiciliaria como de res es cercano a cero, y ronda el 3% en el Conurbano
alumbrado público es cercana al 100% en las áreas ur- Bonaerense y en las áreas urbanas del interior (ver
banas relevadas. De modo que en este caso, el déficit figura 2.2.1.3A).
se analiza de manera conjunta (déficit de alumbrado Finalmente, si bien con niveles generales de défi-
público y déficit de conexión a la red domiciliaria). cit bajos, vuelven a resultar más afectados los grupos
En este sentido, es notorio que solo el 2,4% de de menor edad y de menor nivel de instrucción (ver
las personas mayores de las áreas urbanas releva- figura 2.2.1.3B).
30
24
20.9%
18
12
6 4.7%
3.1% 2.7% 1.7% 2.4%
0.0% 0.8%
0 0.1
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Déficit de alumbrado público según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
30
24
18
12
100
81.4%
80
63.4% 62.5%
60 54.6% 56.1% 55.4% 57.1% 58.0%
40
20
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Problemas con el suministro de luz según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
100
80
40
20
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
sufrido cortes de luz, mientras que en el resto de nivel medio y los que conviven con personas meno-
las áreas urbanas el porcentaje asciende a más del res de 60 años (ver figura 2.2.1.4B).
60%. En este caso, la condición residencial es la que Otro de los servicios básicos indispensables para
marca las mayores brechas: en las villas o asenta- una adecuada calidad de vida es el agua. Destacamos
mientos precarios, 8 de cada 10 personas mayores nuevamente que no basta con contar con el servicio,
vive en hogares que han presentado cortes de luz. Y sino que es necesario un suministro adecuado, sin
aun en los barrios con trazado urbano el porcentaje interrupciones ni cortes. Al respecto, es preciso des-
es elevado: 57,1% (ver figura 2.2.1.4A). tacar que el 23,8% de las personas mayores reside en
Si analizamos la incidencia del problema de hogares que manifiestan tener problemas con el sumi-
acuerdo al grupo de edad, el sexo y el tipo de hogar nistro de agua. En este caso, si bien la magnitud del
nuevamente encontramos brechas más acotadas; se problema parece ser menor a la que se ha puesto de
destaca sin embargo que resultan más afectados los manifiesto con los problemas de suministro eléctrico,
del grupo de menor edad, los que no han finalizado el la desigualdad social es mayor. Efectivamente, en los
100
80
60
50.1%
40
28.7% 28.7%
24.8% 22.8% 23.8%
17.7%
20 13.9%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Problemas con el suministro de agua según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
100
80
60
40
25.2% 24.0% 23.6% 27.4% 27.5% 23.8%
19.9% 17.8% 18.5% 18.4%
20
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
estratos bajos el 28,7% de las personas mayores reside que entre las personas mayores residentes en barrios
en hogares que han presentado problemas de sumi- con trazado urbano, la incidencia del problema es más
nistro de agua, mientras que en los estratos más altos cercana al nivel general: 22,8% (ver figura 2.2.1.5A).
la cifra es 11 puntos porcentuales más baja (17,7%). También en este caso, las personas mayores del
En la Ciudad de Buenos Aires, cerca del 14% de las grupo de 60 a 74 años se encuentran más afectadas
personas mayores vive en hogares que han revelado que las del grupo de mayor edad (25,2% y 19,9%, res-
problemas con el suministro de agua, mientras que pectivamente). Asimismo, las que conviven con per-
en el Conurbano Bonaerense el porcentaje asciende a sonas de menor edad presentan mayor nivel de inci-
24,8%, y en el resto de las áreas urbanas del interior, a dencia que las que viven solas o conviven con otras
28,7%. Al indagar la situación en villas o asentamien- personas mayores (27,5% y 18%, respectivamente).
tos precarios, se descubre que una de cada 2 personas Además, los problemas de suministro de agua apa-
mayores habita en hogares que han manifestado tener recen en mayor medida en las personas que no han
problemas en el suministro de este servicio, mientras finalizado el secundario que en quienes lo han com-
100
80 77.8%
60 56.6%
51.5%
39.2% 38.6% 40.0%
40
21.2% 18.5%
20
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
100
80
60
49.0%
42.6% 41.1% 39.3% 43.5% 40.0%
38.4%
40 33.2% 33.9%
25.4%
20
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
los problemas de suministro de servicios afectan que no solo dificultan la movilidad sino que también,
más al grupo de menor nivel educativo (66%), el por sus efectos, pueden afectar el estado de la vivienda.
porcentaje también es muy elevado entre los que En líneas generales, se destaca que 4 de cada 10
han terminado el secundario (58,5%). personas mayores residen en barrios con problemas
de desagües y/o inundaciones. Las personas mayores
Entorno saludable de los estratos más bajos se ven más afectadas que las
de estratos más altos; el porcentaje del primer grupo
Analizaremos a continuación un conjunto de tres in- duplica sobradamente el del segundo (56,6 % y 21%,
dicadores, vinculados con la inversión en infraestruc- respectivamente). Resultan más desfavorecidas las
tura urbana, que inciden directamente en la calidad personas del Conurbano Bonaerense y las de las áreas
del entorno en el cual residen las personas mayores. urbanas del interior (51% y 39%, respectivamente),
El primer indicador es el déficit de desagües pluvia- aunque en la Ciudad de Buenos Aires el déficit es tam-
les y/o la presencia de calles inundables, ambos factores bién elevado (18%). Es de resaltar, también, que 3 de
100
80 76.1%
60
45.1%
39.2%
40 31.8% 28.9% 30.6%
20 13.4% 11.5%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Problemas de contaminación en el barrio según grupo de edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de hogar
100
80
60
38.5%
40 33.3%
31.8% 31.4% 30.0% 30.6%
27.3% 26.0% 26.9%
20 17.5%
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
cada 4 personas residentes en villas o asentamientos más significativa cuando se analiza la incidencia del
precarios presentan problemas de calles inundables problema según las credenciales educativas obteni-
y/o falta de desagües pluviales (ver figura 2.2.2.1A). das. Así, una de cada 2 personas mayores que no fina-
Si se analiza la incidencia del problema por el se- lizaron la escuela media reside en entornos con pro-
gundo conjunto de variables sociodemográficas, se blemas de desagües y calles inundables, mientras que
vuelve a poner en evidencia que resulta más afectado para los que finalizaron el nivel medio esa proporción
el grupo de menor edad (42% para el grupo de 60 a se reduce a una de cada 4 (ver figura 2.2.2.1B)
74 años, 33% para los de 75 años y más). Lo mismo El segundo indicador a analizar es la calidad
ocurre con las personas mayores que conviven con medioambiental del entorno. Se consideran entornos
personas de menor edad: para ellos la incidencia del con déficit medioambiental aquellos que se encuen-
problema ronda el 43%, mientras que para los que tran cerca de basurales, cerca de quemas, cerca de fá-
conviven con otras personas mayores es de 33% y bricas contaminantes o de espejos de agua contami-
para los que viven solos, de 38%. La brecha resulta nados y/o presentan prevalencia de plagas urbanas.
100
80
60
40 32.7%
24.0% 27.9%
15.6% 18.5% 19.0%
20
9.0% 6.8%
0
OTRAS ÁREAS
CONURBANO METROPOLITANAS BARRIOS CON VILLAS Y PERSONAS DE
25% INFERIOR 25% SUPERIOR CABA BONAERENSE Y RESTO URBANO TRAZADO URBANO ASENTAMIENTOS 60 AÑOS Y MÁS
INTERIOR
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
100
80
60
40
0
HOGARES HOGARES
HASTA SECUNDARIO HOGARES MULTI- MULTI- PERSONAS DE
60 A 74 AÑOS 75 AÑOS Y MÁS VARONES MUJERES SECUNDARIO COMPLETO UNI- PERSONALES PERSONALES 60 AÑOS Y MÁS
INCOMPLETO Y MÁS PERSONALES PUROS MIXTOS
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.
Al respecto, se destaca que 3 de cada 10 personas villas o asentamientos precarios, 3 de cada 4 sufren
mayores residen en entornos que presentan al me- estos problemas, mientras que en los barrios con tra-
nos uno de estos problemas. El problema muestra zado urbano la proporción se reduce a 3 de cada 10.
también una alta incidencia aun en los sectores más Asimismo, resultan más afectados los del grupo de
acomodados. El 45% de las personas mayores per- menor edad (31,8% versus 27,3%), los de menor nivel
tenecientes a estratos bajos reside en hogares situa- de instrucción (38,7% frente a 17,5%) y los que con-
dos en entornos con problemas medioambientales; viven con personas no mayores (ver figura 2.2.2.2B).
el porcentaje es del 13,4% en los estratos más altos. El siguiente indicador que analizaremos es el dé-
En el Conurbano Bonaerense, 4 de cada 10 personas ficit en la presencia de espacios verdes (parques, pla-
mayores viven en entornos con déficits de este tipo; zas) en buen estado, elemento indispensable no solo
la proporción se reduce a 3 de cada 10 en las ciudades como pulmón de los espacios urbanos, sino porque
del interior y a una de cada 10 en la Ciudad de Bue- también permiten el esparcimiento, la recreación y
nos Aires. Entre las personas mayores residentes en muchas veces la realización de actividades físicas.
arquitecto
ministro de desarrollo urbano,
Gobierno de la ciudad de Buenos aires
ComenTario
Según sus condiciones, la humanidad ha ido incremen- se utilizan indicadores específicos para cuantificarlo y to-
tando la expectativa de vida, en la heterogeneidad de un país mar medidas en base a ello.
como el nuestro, esa expectativa es variable según situación esto implica que las condiciones de hábitat deben cum-
social, geográfica y la cobertura de servicios sanitarios. plirse para el conjunto de los grupos de edad, de manera
las condiciones del espacio urbano influyen de manera tal de facilitar la integración, contraria a la segregación
significativa en la calidad de vida de cada una de las per- de “hábitats para mayores”, “hábitats para niños”, etc. el
sonas y son significativas para la integración, inclusión y aspecto inclusivo del hábitat justamente se orienta a com-
cohesión social. en particular, adquiere relevancia el es- prender las condiciones que permiten la coexistencia y la
pacio público y se conceptualiza como un ámbito de valor integración, sin por ello dejar de reconocer la existencia
social, ambiental, cultural, económico y paisajístico, que de necesidades específicas.
posibilita la integración. el patrón de desarrollo de las ciudades entonces, no es
en un enfoque relacional, la calidad de vida no solo me- justamente una cuestión ajena a la calidad de vida de los
jora para las personas mayores en cuanto a sus condiciones adultos mayores, sino que de su modalidad depende el
de vida entendidas como potencialidades individuales, sino desarrollo de condiciones sumamente importantes, que
también a partir de las condiciones que permiten mejorar pueden sintetizarse en un modelo de ciudad compacta,
su relación con otras personas. las condiciones de hábitat rica y dotada de espacios públicos con alto grado de acce-
entendido en sentido amplio, implican un conjunto de as- sibilidad. desde jane jacobs en la década del ´60 hasta jan
pectos no siempre cuantificables pero no por ello de menor Gehl en los últimos años, se han multiplicado los estudios
valor, como las condiciones que promueven la relación en- y demostraron la importancia social que tiene disponer
tre personas del mismo grupo de edad y con otros grupos. de espacios públicos atractivos, accesibles, víbrantes y di-
es justamente en este aspecto en el cual las ciudades como versos. las metrópolis del mundo tienen muy en claro que
ámbito de socialización por excelencia, pueden tener con- es una estrategia fundamental para mejorar la calidad de
diciones para permitir la interrelación entre niños, adultos, vida de los ciudadanos y lograr una ciudad sustentable.
mayores, o de diferente ingreso, educación, religión y ori- Sin embargo, muchas ciudades no tienen condiciones de
gen étnico. dicha interrelación es un efecto deseable que infraestructura de servicios públicos o de transporte que
permite enriquecer las relaciones sociales, favorece la di- actualmente se consideran básicas para lograr una ciuda-
versidad en un ámbito democrático e inclusivo, y por lo tan- danía plena e integrada. nuevamente, el modelo de desa-
to de conformación de ciudadanía plena y respetuosa, que rrollo sostenible no es solo un objetivo a lograr luego de
enmarcan potencialidades para mejorar las condiciones de alcanzar unos estándares básicos, sino que también es un
sustentabilidad social. desde la sustentabilidad urbana, se buen medio para mejorar la cobertura. es mucho más fá-
considera positiva la mixtura, convivencia y coexistencia de cil dar cobertura básica, y en general encontrar opciones
personas diferentes entre sí en un mismo territorio, incluso de sustentabilidad en ciudades compactas que en zonas
88 | Barómetro de la d
deuda
euda Social con laS
laS per
perS
perSonaS
Sona
onaSS mayoreS
mayore
mayoreS
con la población muy difusa en el territorio. el economista social en las ciudades. desde la economía urbana, se consi-
edward Glaeser, reconocido optimista sobre el papel de dera incluso que es la accesibilidad a esta infraestructura
las ciudades en el desarrollo humano, postuló humorís- lo que da sentido a las aglomeraciones urbanas, y desde la
ticamente que “Sería mucho mejor para el planeta que su sociología, que es a partir de ello que los agentes adquieren
población urbana viviese en ciudades densas levantadas alre- condiciones de ciudadanía. Según pablo trivelli, para los
dedor del ascensor, en lugar de hacerlo en áreas diseminadas sectores de más bajos ingresos, el acceso a esto se trans-
construidas en torno al automóvil”. forma en algo especialmente costoso, y en otros términos,
desde la ecología urbana contemporánea, se utilizan que los pobres pagan más por acceder a las condiciones de
los conceptos de sustentabilidad y resiliencia que con vida en las ciudades latinoamericanas. en nuestras ciudades,
ciertos ajustes son válidos para estudiar y gestionar las los adultos mayores hacen esfuerzos económicos impor-
ciudades. mientras que el primero se refiere a la posibi- tantísimos para localizarse en zonas con buen acceso a los
lidad de mantener o mejorar las condiciones de vida en servicios, transporte y equipamientos, y densas en tránsito
conjunto con el entorno a través del tiempo, la resiliencia de personas, empleo y actividades. es decir, buscan zonas
refiere a la capacidad de reponerse ante eventos catastró- “compactas” y no zonas segregadas del resto de la ciudad.
ficos. esto mismo también se puede considerar respecto los adultos mayores con menores posibilidades entonces
a las personas de determinado grupo específico como pueden tener una doble vulnerabilidad (por ingresos y por
los adultos mayores, y si bien la situación estructural de su pertenencia específica), que cuestiona sus posibilidades
las personas mayores puede parecer menos grave que de integración social.
la de otros grupos, es en sus posibilidades de sustenta- es por ello que desde el sector público, suelen ser
bilidad o de resiliencia donde se encuentra su principal aspectos de gestión fundamentales para lograr un hábitat
vulnerabilidad, por lo que le agrega un matiz de depen- sostenible. no solo entonces es importante la dotación
dencia que obliga a repensar ciertos aspectos urbanos. de equipamientos como hospitales, escuelas, teatros y
el acceso, proximidad y cercanía a los equipamientos y clubes, sino que también son condicionantes su distribu-
servicios comunitarios es un aspecto clave de la inclusión ción equitativa, accesibilidad y calidad.
Barómetro de la d
deuda
euda Social con laS
laS per
perS
perSonaS
Sona
onaSS ma
mayoreS
mayore
yoreS | 89
90 | Barómetro de la Deuda Social con las personas mayores
Capítulo 3
ESTADO, ATENCIÓN Y NECESIDADES DE SALUD
Enrique Amadasi
100
84.0%
80 73.4%
63.0% 64.2%
60
40 33.6% 32.2%
26.0% 28.2% 26.2% 26.1%
20 13.0% 12.5%
8.6%
3.8%
0
100
80
78.5%
68.5% 70.5%
64.2%
60 58.5%
40
38.9%
27.3% 28.3%
22.9%
20 14.9% 12.5%
6.2% 10.6% 9.5%
0
quizá no tenga el mismo significado para una per- mismo grado). La brecha de género se ve sobre todo en-
sona de 67 años que para otra de 82 años. tre quienes declaran no tener problemas de salud: son
Tal como ocurre en la población general, también el 38,9% de los varones y el 27,3% de las mujeres ma-
entre las personas mayores las mujeres tienden a re- yores. Los resultados del estudio difundido en 2001,
gistrar un déficit más alto en cuanto a la percepción de mencionado anteriormente, son similares: 40,7% de
su estado de salud, lo cual puede estar relacionado con los varones y 28,4% de las mujeres. Por lo tanto, queda
su mayor longevidad (en el estrato etario de 75 años y sugerido que las mujeres son más propensas a percibir
más, por cada 2 mujeres hay 1 varón) y con la mayor afecciones o a tenerlas realmente. Las condiciones de
sensibilidad de las mujeres en relación con las cuestio- salud más críticas (las dos últimas categorías agrupa-
nes de salud (ellas suelen percibir problemas de salud das) caracterizan al 22,9% de los varones y al 28,3%
donde los varones no los perciben o no lo hacen en el de las mujeres mayores. ¿Cómo es la brecha de género
100
80 77.1%
67.9% 70.8%
64.2%
60 56.3%
40 37.2%
29.0% 29.6%
20.1% 17.0%
20 11.7% 12.5%
6.3% 8.5%
0
HASTA SECUNDARIO SECUNDARIO HASTA SECUNDARIO SECUNDARIO HASTA SECUNDARIO SECUNDARIO
INCOMPLETO COMPLETO Y MÁS INCOMPLETO COMPLETO Y MÁS INCOMPLETO COMPLETO Y MÁS TOTAL
100
79.1%
80 74.0%
64.4% 64.2%
60
50.0%
44.5%
40
30.%1
26.1%
20.5%
20 14.8% 12.5%
5.5% 6.1% 6.9%
0
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
entre las personas mayores en comparación con la po- presentan menos déficits en la percepción de su
blación general? En la población general, los que de- estado de salud que las de menor nivel educativo
claran no tener problemas de salud son el 70,5% de los (hasta secundario incompleto). Esto también es
varones y el 58,5% de las mujeres. Esta diferencia en el así en la población general y la brecha tiende a au-
orden de los 10 puntos porcentuales también aparece mentar entre las personas de edad avanzada. Hay
entre las personas mayores, pero, al tratarse de valores que recordar aquí que las generaciones que hoy
porcentuales más pequeños (alrededor de la mitad), la conforman la población de personas mayores tu-
brecha entre varones y mujeres mayores se vuelve más vieron menos oportunidades educativas que la po-
significativa (ver figura 3.1.2). blación más joven. En cuanto a la categoría “tener
Al considerar el nivel educativo, las personas bastantes problemas de salud o padecer de alguna
de edad avanzada con secundario completo y más enfermedad crónica o grave”, las diferencias por
100
80
60
40 32.6%
30.4% 28.8% 32.4% 32.1%
26.2% 24.7% 26.0%
20
0
PERSONAS EN HOGARES PERSONAS EN HOGARES PERSONAS EN HOGARES
UNIPERSONALES MULTIPERSONALES PUROS MULTIPERSONALES MIXTOS TOTAL (60 AÑOS Y MÁS)
50
40
30
22.9% 23.5% 22.4%
19.7% 20.4% 20.8%
20 17.7%
10
50
40
30
25.6%
23.4% 23.9%
20.8%
20 17.0% 18.0% 17.2%
10
la ansiedad, tales como inquietud, agitación, deses- estar asociados a este aumento en las edades más
peranza, tristeza, cansancio y nerviosismo”. tempranas de las personas mayores y su posterior dis-
El 22,4% de las personas mayores registran males- minución. Lo contrario ocurre entre la población de
tar psicológico, una proporción similar a la encontrada hasta 59 años, donde el malestar psicológico es menor
entre la población de hasta 59 años de edad. No es, por en el grupo de 18-34 años para después aumentar en
lo tanto, una especificidad de las personas mayores; el tramo 35-59 años. ¿Quiénes muestran menor ma-
sin embargo, tampoco debe pasarse por alto que 1 de lestar psicológico? Los más jóvenes (hasta 34 años) y
cada 5 personas mayores registra este déficit. los más viejos (desde los 75 años). Lo inverso ocurre
Dentro de las personas mayores, el malestar psico- en las edades centrales (ver figura 3.2.1).
lógico no aumenta con la edad. Al contrario, es mayor Las mujeres mayores registran malestar psicoló-
en el grupo de 60 a 74 años que en el de 75 años y gico en una medida más elevada (25,6%) que los va-
más. El pasaje a la inactividad (en el sentido laboral) rones mayores (18,0%). Esta brecha de género no es
y/o nuevos roles familiares (devenir abuelos) pueden exclusiva de las personas mayores. También ocurre
50
40
50
40
34.0% 32.1%
30 28.9%
20.8%
20
10.9% 10.5%
10 8.0%
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
en la población de hasta 59 años, donde este déficit presentan un mayor malestar psicológico. El nivel
de salud afecta más a las mujeres (ver figura 3.2.2). de instrucción, entonces, es una primera dimensión
Las diferencias señaladas por edad y por sexo son para medir la desigualdad (ver figura 3.2.3).
menores cuando se las compara con la que surge del La segunda dimensión es el nivel socioeconómico,
nivel educativo. Cuando el nivel educativo es más donde las diferencias entre los dos estratos extremos
bajo (secundario incompleto), ese déficit se potencia son abismales: mientras que el malestar psicológico
(27,6%); y disminuye a la mitad cuando el nivel edu- afecta al 28,9% de las personas mayores del estrato
cativo es más alto (secundario completo, 14,0%). La más bajo, se encuentra solo en el 8% del estrato más
educación más avanzada es claramente un factor pre- alto. El malestar psicológico se suma así a las muchas
ventivo del malestar psicológico, pero tampoco es ex- otras carencias. Tampoco esta enorme brecha es ex-
clusivo de las personas mayores. El mismo fenómeno clusiva de las personas mayores. En la población de
se encuentra en la población de hasta 59 años, donde hasta 59 años, los valores respectivos son muy dife-
también las personas con menor nivel de educación rentes: 34 y 10,9% (ver figura 3.2.4).
50
40
40 37.9% 36.2%
30 27.1% 34.2%
24.3% 22.5% 30
20 17.4%
20.8%
20 15.6%
10 15.3%
12.5%
10
0
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA. FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA.
50 47.6%
42.9%
40 38.5% 37.3%
30
20 19.5% 17.7%
12.9%
10
este indicador, el cuidado de la salud duplica al regis- en comparación con la población general, la brecha
trado por la población general (excluidos los niños). de género tiende a disminuir entre las personas de
En un estudio anterior del Barómetro (2013), con edad avanzada. Entre la población general (18 años
referencia a la población general, se señaló que a me- y más) las conductas respecto a la realización de al
dida que aumentaba la edad, disminuía la proporción menos una consulta médica anual difieren considera-
de los que no habían realizado consultas. Entre los blemente entre mujeres y varones (ver figura 3.3.2).
18 y los 34 años, oscilaba en el orden del 47,6%; dis- El nivel educativo también está asociado con el cui-
minuía para los de 35 a 59 años (38,5%); y a partir de dado de la salud: la proporción de los que no hicieron nin-
los 60 años, el porcentaje volvía a decrecer de manera guna consulta médica en el último año es de 19,6% entre
significativa. En la figura 3.3.1 se puede apreciar me- quienes no finalizaron el nivel secundario y disminuye a
jor que el proceso de envejecimiento comienza antes 14,7% entre los que cuentan con al menos estudios se-
de los 60 años. Si se clasifica a la población de adul- cundarios completos. Esta brecha, aunque significativa,
tos mayores en dos grupos de edad, por un lado el de resulta menor a la de género y a la de grupo de edad.
60-74 años y por otro el de 75 años y más, también En cambio, en la población general, la asociación
puede verse cómo el cuidado de la salud, a partir de entre el nivel educativo y este indicador de cuidado
este indicador, aumenta bastante entre quienes tie- de salud es más débil. No hicieron consultas durante
nen 75 años y más (solo el 12,9% no hizo ninguna el último año el 39,3% de las personas de menos ni-
consulta médica anual). vel educativo y el 35,7% de las que declaran tener un
Indudablemente, no es una buena noticia que una nivel educativo más elevado (ver figura 3.3.3).
de cada 10 personas pertenecientes a las edades más Como es de esperar, también el cuidado de la sa-
avanzadas no haga al menos una consulta médica lud está asociado con el estrato socioeconómico. Si
anual. También aquí se abre un campo para las políti- se compara respecto de este indicador a las personas
cas de salud de las personas mayores, que incluiría a mayores pertenecientes al 25% de mejores condicio-
180.000 habitantes. nes socioeconómicas con las del 25% en peores con-
Por dos razones sugeridas anteriormente, mayor diciones socioeconómicas, se advierte que entre las
longevidad y sensibilidad ante las cuestiones de sa- primeras hay 14,3% que no hizo consultas médicas
lud, existe una brecha entre mujeres y varones: mien- en el último año, mientras que entre las personas del
tras que el 14,4% de las mujeres mayores no asistió estrato más bajo el porcentaje asciende a 18,7%.
a consulta alguna en el último año, lo mismo ocu- Esta diferencia en cuanto al estrato es algo me-
rrió con el 22,3% de los varones mayores. Siempre nor que la encontrada respecto del nivel educa-
51.0%
50
45.3%
40 37.3%
35.5%
30.4%
30
22.3%
20
14.4%
10
50 47.6%
20 19.6%
14.7%
10
tivo, muy por debajo de los grandes diferenciales 25% de mejor condición socioeconómica: cuando se
en este indicador: el género y el grupo de edad. La trata de la población general, el 29,3% no hizo consul-
tendencia al cuidado de la salud entre las personas tas y, cuando se trata de personas mayores, es el 14,3%
mayores del estrato socioeconómico más alto es el que no consultó; una relación de 2 a 1. En segundo
reflejo de un fenómeno más general que también lugar, analicemos el estrato del 25% de peor condición
se verifica en el total de la población, donde los socioeconómica: cuando se trata de la población gene-
que no hicieron consultas durante el último año ral, el 37,6% no hizo consultas y, cuando se trata de
son el 29,3% en el estrato socioeconómico medio- personas mayores, es el 18,7% el porcentaje que no las
alto y el 37,6% en el muy bajo. realizó; también una relación de 2 a 1. La brecha en-
Aquí se observa que las brechas por edad son más tre estos dos estratos (que incluye al 50% de la pobla-
importantes que las brechas por condición socioeco- ción en condiciones extremas), aunque importante, es
nómica. En primer lugar, analicemos el estrato del siempre menor que 2 a 1 (ver figura 3.3.4).
50 48.9%
40 37.6% 37.3%
31.9%
30
29.3%
20 18.7%
14.3%
10
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
100
80
60
44.7%
40 35.8% 34.4% 34.6% 35.0% 37.6%
28.9%
20 17.1% 14.1% 12.0%
6.9%
0.3% 2.4% 1.5%
0
100
80
60
37.6% 42.0%
40
31.3% 30.8% 27.5% 29.9% 28.9%
18.0%
20
11.5% 9.7% 13.6% 12.0%
1.3% 1.6%
0
lacionarse con dificultades en la oferta hospitalaria el 34,6% de las personas de entre 60 y 74 años,
para atender consultas más específicas de esas eda- su uso sube al 44,7% cuando se trata de adultos
des. Concretamente, con la necesidad de que en el de 75 años y más. Debe tenerse presente que en
ámbito hospitalario se creen o funcionen adecuada- el grupo de 60 a 74 años hay un peso importante
mente servicios y unidades de geriatría y gerontolo- de quienes aún no tienen la edad jubilatoria (varo-
gía, especialmente en los consultorios externos. nes de 60 a 64 años) o de quienes aún con la edad
Esta menor asistencia al hospital público del mínima requerida continúan por propia voluntad
grupo de edad de 75 años y más es compensada como activos y postergan su jubilación (mujeres de
por una mayor concurrencia a PAMI: mientras 60 a 64 años). No puede dejar de señalarse que,
PAMI es utilizado para las consultas médicas por aproximadamente, una de cada 2 personas de 75
100
80
60 56.0%
48.8%
41.3%
40
28.9%
22.1% 18.9% 20.6% 20.7% 18.9%
20 12.0%
6.5% 5.1%
2.3% 0.9%
0
HASTA SECUNDARIO SECUNDARIO HASTA SECUNDARIO SECUNDARIO HASTA SECUNDARIO SECUNDARIO
INCOMPLETO COMPLETO Y MÁS INCOMPLETO COMPLETO Y MÁS INCOMPLETO COMPLETO Y MÁS TOTAL
años y más utiliza las consultas médicas de PAMI preferencia (72,9%) por obras sociales, mutuales,
(ver figura 3.4.1). prepagas o consulta privada con médico particular
Los varones mayores tienden a utilizar más el (ver figura 3.4.3).
hospital público (18%) que las mujeres mayores Estos diferenciales por nivel educativo se agudi-
(11,5%). A la inversa, las mujeres mayores recu- zan aún más cuando se trata del estrato socioeconó-
rren a PAMI para sus consultas médicas (42%) más mico. Cuanto menor es el estrato, mayor resulta la
que los varones mayores (30,8%). En el total de la utilización del hospital público y de PAMI. Cuanto
población, la utilización del hospital público es si- mayor es el estrato, mayor resulta la utilización de
milar entre varones y mujeres. La brecha de género los recursos ajenos a PAMI y al hospital (obras so-
solo aparece cuando se trata de personas mayores ciales, prepagas, etcétera).
(ver figura 3.4.2). Al igual que en el caso de otros indicadores de sa-
Como es esperable, cuanto mayor es el nivel lud presentados en este capítulo, comparemos el sis-
educativo, menor es la utilización del hospital pú- tema de salud utilizado para las consultas médicas
blico, ya que es visto como un último recurso para entre el estrato más alto (medio-alto) y el más bajo
atenderse entre las personas que tienen más y me- (muy bajo). Son los dos extremos de la estratificación
jores recursos para la salud (el subsistema privado, utilizada: el 25% en mejores condiciones socioeconó-
las obras sociales). La disparidad es grande: en micas y el 25% en peor posición.
tanto el 18,9% de las personas mayores de menor Mientras en la población total el 47,3% del estrato
nivel educativo (secundario incompleto o menos) muy bajo utiliza el hospital público (mucho más que
utilizan el hospital público, solo lo hace el 6,5% de PAMI, 27,7%), en el medio-alto lo hace solo el 5,2%
los de mejor nivel educativo (secundario completo (y prácticamente PAMI no es utilizado). Más allá de
como mínimo). Esta brecha en relación con el nivel estas tendencias, siempre debe remarcarse la hetero-
educativo también existe en el total de la población: geneidad de situaciones al interior de la población de
el hospital público es utilizado para consultas por personas mayores. En este indicador se expresa que
el 41,3% de los de menor nivel educativo y por el una de cada 4 personas mayores del estrato muy bajo
18,9% de los de mayor nivel educativo. utiliza recursos ajenos al hospital público y a PAMI,
Una de cada 2 personas mayores de menor nivel como las obras sociales. Y también que en el estrato
educativo utiliza PAMI para sus consultas. En cam- medio-alto, casi todos (93,5%) utilizan recursos aje-
bio, entre los de mayor nivel educativo, hay una clara nos a PAMI y al hospital público.
100
80 72.5%
60 53.8%
47.3%
40
27.7% 28.9%
21.1%
20 12.0%
2.6% 5.6% 3.0% 6.5% 5.2%
0.2% 1.4%
0
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
100
80
60
46.8%
36.5% 37.6%
40 33.7%
20 17.0% 14.1%
12.5% 11.2%
0
PERSONAS EN HOGARES PERSONAS EN HOGARES PERSONAS EN HOGARES
UNIPERSONALES MULTIPERSONALES PUROS MULTIPERSONALES MIXTOS TOTAL (60 AÑOS Y MÁS)
De todos modos, la brecha por estrato socioeco- mayores que conviven con personas de menor edad
nómico en las personas mayores, que es muy impor- (ver figura 3.4.5).
tante, no resulta tan grande como en el total de la En síntesis, ¿cómo está compuesta la población
población, donde la utilización del hospital público de personas mayores que se atienden en el hospital
caracteriza al 47,3% del estrato más bajo y al 5,2% público? Por 50,7% de varones y 49,3% de mujeres.
del estrato más alto (ver figura 3.4.4). En cuanto a los grupos de edad, por 86% de entre
En cuanto al tipo de hogar, las personas mayo- 60 y 74 años y 14% de 75 años y más. En cuanto al
res que viven solas no difieren de las que viven en nivel educativo, por 82% que no finalizó la secun-
hogares exclusivamente para personas mayores res- daria y 18% que como mínimo tiene el secundario
pecto de la utilización del hospital público. Sí hay completo. En cuanto al estrato socioeconómico, por
una mayor tendencia a utilizarlo entre las personas 63% perteneciente al más bajo y 4% al más alto. Y
100
85.6%
81.5%
80
62.7%
60
50.7% 54.3%
49.3%
40
27.9%
18.5% 17.8%
20 14.4%
3.6%
0
HASTA SECUNDARIO HOGARES HOGARES HOGARES
VARONES MUJERES 60 A 74 AÑOS 75 AÑOS SECUNDARIO COMPLETO 25% INFERIOR 25% SUPERIOR UNIPERSO- MULTIPERSO- MULTIPERSO-
Y MÁS INCOMPLETO Y MÁS NALES NALES PUROS NALES MIXTOS
100
80 78.2%
67.6% 65.0%
59.8%
60
43.5%
40
32.4% 35.0% 31.6%
21.8% 24.9%
20
2.9%
0
HASTA SECUNDARIO HOGARES HOGARES HOGARES
VARONES MUJERES 60 A 74 AÑOS 75 AÑOS SECUNDARIO COMPLETO 25% INFERIOR 25% SUPERIOR UNIPERSO- MULTIPERSO- MULTIPERSO-
Y MÁS INCOMPLETO Y MÁS NALES NALES PUROS NALES MIXTOS
en cuanto al tipo de hogar, por 54% de personas población de personas mayores afiliadas a PAMI
mayores que conviven con personas de menor edad, que utilizan otros recursos para sus consultas mé-
28% que conviven solo con personas mayores y 18% dicas. Es habitual la práctica de la doble consulta:
de aquellas que viven solas (ver figura 3.4.6). primero en un sistema ajeno a PAMI (obra social
¿Y la población de personas mayores que se o prepaga) y después en PAMI para obtener una
atienden en PAMI? No nos referimos a la estruc- receta de medicamentos con mejores descuentos.
tura de los afiliados a PAMI, obtenible a partir de Cabe aclarar que en la encuesta se registra que la
datos de registro para algunas de estas variables, consulta no fue realizada por PAMI porque la con-
sino a la estructura de los que efectivamente uti- sulta propiamente dicha (la orientación, la orden
lizan PAMI para sus consultas médicas. Como se del estudio, el tratamiento) fue realizada a un pro-
infiere de la información analizada, hay una gran fesional ajeno a PAMI.
100
80
70.3% 69.0% 69.1% 66.1% 69.0% 66.7%
61.7%
60
40
20
En la EDSA se indagó sobre la frecuencia de reali- Desde las políticas públicas la tarea pendiente es
zación de ejercicios físicos, tales como gimnasia, de- inmensa: promover que alrededor de 4,2 millones de
portes, caminatas u otras actividades similares. Las personas mayores incorporen ejercicios físicos den-
alternativas de respuesta son tres: “nunca”, “algunas tro de su rutina semanal.
veces al mes” y “al menos una vez a la semana”. Para La información disponible para Chile muestra me-
este análisis, se considera déficit en la práctica de nor déficit al respecto que en la Argentina: en Chile,
ejercicio físico a las dos primeras categorías, es decir, el 39% de las personas mayores realiza ejercicios físi-
no realizar actividades físicas del tipo de las enuncia- cos por lo menos una vez a la semana.
das al menos una vez a la semana. Veamos a continuación de qué modo el sedenta-
El resultado es que el 69% de las personas mayores rismo (la falta de ejercicio físico) se relaciona con la
tiene déficit en este indicador de salud. Solo una de edad, el sexo, el nivel educativo, el estrato socioeco-
cada 3 personas mayores no tiene déficit respecto de nómico y el tipo de hogar de las personas mayores.
este tipo de conductas. Curiosamente, la edad más avanzada dentro de las
Sin embargo, también entre las personas no mayores personas mayores no se condice con una disminución
el déficit es alto: el 66,1% no hace ejercicios al menos en la práctica del ejercicio físico: las personas mayores
una vez a la semana. En el total de la población, mayores del grupo 60 a 74 años presentan la misma proporción
incluidos, la cifra es de 66,7%. El déficit, por lo tanto, de sedentarismo que los de 75 años y más (69%).
aumenta entre las personas mayores pero de modo muy En cambio, en el total de la población de 18 años y
poco significativo. Esto contrasta con lo ya señalado más (ODSA-UCA, 2014), dentro de un panorama de
respecto a otros dos indicadores de salud –el estado de sedentarismo generalizado hay alguna tendencia a
salud percibido y las consultas médicas–, donde se ad- que aumente a la par de la edad: en el grupo de 18-34
vertían especificidades propias de la mayor edad. años el sedentarismo caracteriza al 61,7%, mientras
Si bien se asumió más arriba que el ejercicio físico que esa situación crece al 70,3% cuando se trata de
es importante para todas las edades en cuanto a la personas de entre 35 y 59 años (ver figura 3.5.1).
salud, puede sugerirse que es más necesaria en las Esta homogeneización de las personas mayores
edades avanzadas o que sus efectos saludables pesan frente al ejercicio físico vuelve a llamar la atención
más en estas edades. Por lo tanto, un déficit equiva- sobre en qué grupo etario de las personas mayores es
lente al de la población total debe ser interpretado más crítica la falta de ejercicio físico. Por un lado, por
como un déficit más crítico, de mayores consecuen- su carácter preventivo de problemas de salud, pare-
cias para una vida con adecuada salud. ciera que el sedentarismo entre los 60 y los 74 años
100
80
70.3% 67.0% 70.4% 70.4% 66.7%
61.4% 62.5%
60
40
20
es más crítico porque allí es cuando se desaprovechan serían “más delicadas y frágiles”. Todo indica que es-
recursos para envejecer mejor. Un nivel adecuado de tas razones culturales estarían desapareciendo, so-
actividad física regular ayuda a reducir el riesgo de bre todo entre las personas mayores de menor edad,
hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cere- como los sexagenarios.
brovascular, diabetes, depresión y caídas. Pero por Así como edad y sexo no parecen tan determi-
otro lado, también es cierto que cuanto mayor es la nantes a la hora del ejercicio físico, sí lo es el nivel
edad (por ejemplo, desde los 75 años), más son las educativo. Una mayor educación está asociada con
complicaciones de salud y, por lo tanto, mayor es la una menor tendencia a no hacer ejercicios físicos
necesidad de recursos para cuidarla. Uno de ellos es al menos una vez a la semana: mientras el 79,3%
el ejercicio físico. de los que tienen el secundario incompleto (como
Tal como informa el Barómetro, en el total de máximo) no hacen ejercicios físicos en forma regular,
la población el déficit de ejercicio físico es mayor esta condición caracteriza al 52,3% de las personas
entre las mujeres (70,4%) que entre los varones mayores de mayor nivel educativo (ver figura 3.5.3).
(62,5%), aunque es muy significativo en ambos se- Sin proponer que una mayor familiarización con
xos. Esta tendencia se mantiene entre las personas los contenidos de la educación secundaria –tanto
mayores, aunque con bastante menor diferencia: la educación física como la biología, y más espe-
mientras el 70,4% de las mujeres mayores no reali- cíficamente la educación para la salud– sea defi-
zan ejercicios físicos al menos una vez por semana, nitiva a la hora de un mayor cuidado de la salud,
esta misma situación se presenta en el 67% de los al menos en lo que hace a la realización de ejer-
varones mayores. La mayor edad tiende a homo- cicios físicos sí hay evidencia de que una mejor y
geneizar este aspecto de la salud entre mujeres y completa educación mejora los estándares de este
varones (ver figura 3.5.2). indicador. No es posible inferir de estos resultados
Los ya citados estudios en Chile sugieren, sobre que una mejor y más completa práctica de la edu-
la base de bibliografía especializada, que habría ra- cación física durante la escuela secundaria cree há-
zones culturales que explican esa diferencia, mayor bitos que, adecuadamente conservados en la vida
en Chile que en la Argentina. Habría estereotipos de adulta, continúen en las edades avanzadas. De
género que hacen que algunas actividades físicas, es- todos modos, mirando hacia adelante, una mejor
pecialmente deportivas, sean consideradas más mas- calidad educativa en el área de la educación física
culinas. También una imagen estereotipada a partir puede ayudar a un proceso de envejecimiento más
de sus diferencias biológicas, por la cual las mujeres activo. Como se observa en la figura 3.5.3 estas di-
100
20
100
82.1% 81.9% 82.0%
80
66.7%
60
47.2% 45.9%
40 38.1%
20
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
ferencias por nivel educativo también existen en el ble: el déficit es del 38,1% entre los primeros y del
total de la población: 77,3% de la población con se- 81,9% entre los segundos. Siempre recordemos que
cundario incompleto y 57,8% con secundario com- estamos comparando al 50% de la estratificación, el
pleto no realiza ejercicios físicos en forma habitual extremo más alto y el más bajo.
(al menos una vez por semana). Ya en los estudios anteriores del Barómetro se ve-
El nivel educativo es una de las dimensiones de la nía advirtiendo sobre esta medida de la desigualdad
condición socioeconómica de las personas, pero su en el total de la población: el déficit de ejercicio fí-
clasificación en cuartiles permite ver mejor los dife- sico caracteriza al 45,9% de las personas del estrato
renciales entre distintos estratos socioeconómicos. medio-alto y al 82% de las personas del muy bajo. El
Tal como se hizo con los anteriores indicadores de déficit en este indicador de salud es el doble entre
salud, comparemos el déficit de ejercicio físico en- uno y otro estrato (ver figura 3.5.4).
tre las personas mayores del estrato socioeconómico En cambio, el tipo de hogar (con quiénes conviven
medio-alto y las del muy bajo. La diferencia es nota- las personas mayores) no tiene incidencia alguna en
100
80
69.4% 72.2% 69.0%
64.5%
60
40
20
COmEnTAriO
el fenómeno del envejecimiento poblacional se observa fermedades se aceptan resignadamente en los de 75 años
a todo nivel (mundial, regional y nacional), y se caracte- y más, y son menos toleradas en el grupo etario de 60-74
riza por dos procesos que se dan de manera simultánea: años. esta es una tendencia corroborada en diferentes es-
la feminización y el envejecimiento del envejecimiento de tudios realizados en otros países.
las personas mayores. en solo un siglo (1950-2050), el nú- el nivel educativo y el socioeconómico marcan diferen-
mero de personas de 80 años y más se incrementará 26 cias en la percepción de la salud, tanto en unos como en
veces, pasando de 14 millones a 379 millones. otros: cuanto mayor es la instrucción y más elevados los
la argentina no escapa a esta tendencia mundial. recursos económicos, mayor es la evaluación positiva, repi-
desde mediados del siglo XX, el porcentaje de personas tiéndose las características ya referidas en género y edad.
de 60 años y más se sextuplicó, mientras que la pobla- la realización de consultas médicas aumenta con la
ción total se multiplicó por 2,5 veces. Simultáneamente, edad, tanto en varones como en mujeres, si bien estas úl-
dentro de la población de personas mayores, los de 75 timas tienden a consultar más que los hombres. inversa-
años y más pasaron de 16,7% a 31,4%. cada vez habrá mente, los que más responden no haber concurrido al mé-
viejos más viejos, con la prevalencia de enfermedades dico son varones de entre 60 y 74 años. a partir de los 75
asociadas a esta franja etaria. años, sin embargo, solo una de cada 10 personas no rea-
“los estudios que se realizan para demostrar desigual- liza una consulta anual. Quizá podría concatenarse este
dades en salud enfatizan las diferentes formas en que hecho con el de la mejor autopercepción de la salud men-
hombres y mujeres perciben la salud y la enfermedad, cionada anteriormente, y con el hecho de que a partir de
asisten a los servicios de salud, se enferman y se mueren.” esa edad la cantidad de mujeres es sensiblemente mayor
(lópez y findling, 2009). a la de los hombres. las consultas crecen en ambos gé-
la autopercepción del estado de salud es un indicador vá- neros a medida que aumentan el nivel educativo y el so-
lido porque relaciona el estado físico y el mental, y se mide cioeconómico.
preguntando a las personas cómo evalúan su propia salud. otro tema abordado en este capítulo es si la última
los resultados arrojan que casi la mitad de los encues- atención médica en el sistema de salud durante los úl-
tados afirman que tienen algunos problemas de salud, timos 12 meses se realizó en un hospital público.
una tercera parte asevera no tener problemas y los demás el 14% de las personas mayores respondió que se había
describen su salud como regular o mala. atendido allí, en tanto que casi el 38% lo había realizado
las mayores diferencias se plantean según el sexo y a través de otras modalidades (pami, obra social o mu-
la edad: los hombres tienen una percepción más positiva tual, prepaga, o médico particular). dentro de la pobla-
y, por el contrario, son más las mujeres quienes perciben ción mayor de 59 años, los hombres tienden a utilizar un
su salud como regular o mala. la percepción de una mala poco más el hospital público en comparación con las mu-
salud disminuye a medida que aumenta la edad; esto po- jeres, quienes en muchos casos recurren a pami para sus
dría deberse a que las molestias acarreadas por ciertas en- consultas médicas.
Barómetro de la d
deuda
euda Social con laS
laS per
perS
perSonaS
Sona
onaSS ma
mayore
mayoreS
yoreS | 111
esta diferencia se acentúa a medida que aumenta la las amas de casa en estos últimos años, que se suma a la
edad: hasta los 74 años, el 17% admite haber concurrido ya mencionada feminización de la vejez.
al hospital público, en tanto que solo el 6,9% de los ma- el déficit en la práctica de ejercicio físico no es atri-
yores de 74 refieren haberlo hecho. esto puede atribuirse buible solamente a la población de 60 años y más, dado
a las barreras que significan para ellos las dificultades en que, si se toma el porcentaje de la población total, se con-
la obtención de turnos, o para movilizarse, y también el cluye que tal déficit aumenta de manera poco significa-
constante cambio de profesionales, entre otros aspectos. tiva en los mayores. por lo tanto, esta carencia se arrastra
en la actualidad, son muchos los hospitales públicos que desde temprana edad.
cuentan con geriatras y gerontólogos en consultorios ex- es cierto que en los últimos años mucho se habla del
ternos, y algunos de los nosocomios incluso tienen Servi- envejecimiento activo o exitoso, haciendo hincapié en la
cios de geriatría (cosme argerich, piñero, ramos mejía, necesidad de realizar actividad física regular para el for-
durand, entre otros). talecimiento muscular, el mejoramiento del sistema car-
la disminución en esta franja etaria de la atención en diovascular, el manejo de los niveles de colesterol, etc. de
el hospital público se compensa con una mayor concu- todos modos, si la práctica física no fue realizada desde
rrencia a la consulta médica de pami. temprana edad, el comienzo de esta actividad a partir
cuanto mayor es el nivel educativo (claramente relacio- de los 60 años o más entraña una intrincada adaptación
nado aquí con el nivel socioeconómico, a nuestro entender), para cada individuo, y los beneficios no rendirían de igual
menor es la utilización del hospital público. mientras que una forma que si la misma hubiese sido costumbre desde
de cada 2 personas del menor nivel educativo prefiere clara- edades menos avanzadas.
mente pami para sus consultas, los de nivel más elevado uti- a modo de conclusión, y más allá de la definición de
lizan la doble consulta: primero concurren a su obra social o salud realizada por la omS y transcripta en el capítulo
prepaga y luego consultan a su médico de cabecera para la aquí comentado, deberíamos abordar el concepto de
obtención de recetas con descuentos más importantes. salud desde un punto de vista dinámico y funcional, ale-
la población de adultos mayores que concurren a jándonos de la utopía de una plenitud física, mental y so-
pami está compuesta por 68% de mujeres y 32% de va- cial para lograr que el individuo alcance el mayor nivel de
rones. evaluamos esta considerable diferencia como una bienestar posible con los factores sociales que lo rodean y
consecuencia de la obtención de jubilaciones por parte de el ambiente comunitario en el que se encuentra inmerso.
López, E. y Findling, L. (comps.) (2009): Salud, familias y vínculos. El mundo de los adultos mayores. Buenos Aires: EUDEBA.
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MERCEDES M. ACUÑA
COmEnTAriO
Salud mental en la tercera edad
el malestar psicológico incluye varias deficiencias que por otra parte, se dan casos en que no es inusual sobre-
no necesariamente están todas relacionados entre sí, si diagnosticar patologías como alzheimer y otras demen-
bien cada una de ellas -o varias de ellas- afectan a las per- cias si no se manejan conocimientos suficientes acerca
sonas de distinta manera. lo primordial es detectarlas a de las posibilidades de la evaluación neuropsicológica en
tiempo en la persona mayor, ya que muy a menudo es po- este grupo etario. y que pueden provocar iatrogenias que
sible atenuarlas, y en algunos casos hasta eliminarlas a podrían haberse evitado.
través de medidas o recursos de profesionales de las dis- una cuestión también muy importante es la detección
tintas áreas que afectan a la persona. de la depresión en los adultos mayores.
Si bien las estadísticas muestran que los ancianos que para muchas personas, y aún en algunos profesionales
pertenecen al estrato socioeconómico más bajo, los de de la salud, es “normal” que un adulto mayor esté depri-
menor nivel educativo y las personas solas son los más mido. pero también personas mayores que realmente pa-
afectados por el malestar psicológico, es imperativo ir al decen depresión, no consultan por este motivo pues no
rescate de estas personas para poder ayudarlas a resolver reconocen que en realidad este es el problema que los
los problemas de su vejez para una vida de calidad. aqueja. y es así que pasan de consultar numerosos espe-
la salud mental de los adultos mayores, en general no cialistas por enfermedades o padecimientos físicos que
es visualizada en toda su realidad, ya que al respecto aún en realidad no padecen.
existen ideas equivocadas, especialmente en relación a otro problema grave en estos casos es el de un posible
patologías cognitivas que muchas veces son reversibles. suicidio. Hay estadísticas que revelan que alrededor del
lamentablemente está bastante generalizado el pre- 40 % de los ancianos que se suicidan han visto un médico
juicio que edad avanzada es equivalente a deterioro una semana antes, y el 70 % un mes antes...y que los pro-
mental. esto tiene como consecuencia la ausencia en ge- fesionales no detectaron.
neral de medidas adecuadas para detectar, medir y solu- Se debe estar muy atento cuando el anciano sufre de
cionar el malestar psicológico de nuestros mayores. algún problema en los sentidos que son los que aportan
creo que sería oportuno promover campañas para des- los estímulos al cerebro. también es de vital importancia
pertar la inquietud en profesionales de la salud a fin de la detección temprana de la sordera porque es causa de
adquirir mayor comprensión en lo que se refiere a la po- trastornos mentales en la vejez, y a veces no se le da la
sibilidad e importancia de detectar patologías aún inci- debida importancia. el paciente casi siempre la disimula, y
pientes, con instrumentos muy sencillos capaces de des- cuando ya no la puede disimular, comienza a aislarse para
cubrir patologías apenas iniciales, lo que permitiría la po- que ese problema no sea detectado, cuando en general
sibilidad de detener el avance de ellas y, aún en algunos es posible mejorar la agudeza auditiva con los elementos
casos, de volverlas reversibles. técnicos que existen hoy en día.
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Salud mental supone una cierta dosis de plasticidad, y ficio del adulto mayor. y esto es, encubiertamente, una
creatividad, y la capacidad de cuestionarse y cuestionar. discriminación. es cierto que a veces es necesario acom-
por eso se hace necesario ayudarlo a aumentar su capa- pañarlo a resolver sus conflictos, que nunca faltan.
cidad de percibirse a sí mismo y a los otros, en transfor- la importancia de la estimulación del cerebro, radica
marse en personas más comunicativas, creativas, capaces en que sabemos que cuando no hay estimulación la ac-
de operar mejor sobre sí mismos y con la realidad, encon- tividad neuronal va disminuyendo con lo que entonces
trando su propia visión del mundo. puede comenzar el deterioro cognitivo.
la autonomía es la capacidad de autogobernarse, auto- también es necesario estimularlo a que participe de
conducirse, tomar decisiones sobre sí mismo y su propio reuniones, de grupos barriales, centros de jubilados. esto
comportamiento, con la finalidad de conducir su propia no es fácil para aquellos que nunca han participado de
vida. esta autonomía puede estar conservada o puede estas reuniones, pero hay que encontrar la forma de entu-
estar afectada total o parcialmente, en distintas magni- siasmarlos, porque en estos centros hay todo tipo de acti-
tudes. cuando la autonomía está en defecto, el anciano vidades que pueden coincidir con sus gustos e intereses.
debe recibir cuidados acordes con su minusvalía. por suerte hoy en día los adultos mayores participan
ocurre a veces que la familia, con el criterio de “falsa mucho más de actividades sociales, lo cual nos demuestra
protección” ocupa los lugares del anciano y lo desplaza, cuanta más salud mental y fuerza estamos provistos en la
creyéndose autorizados a la toma de acciones en bene- vejez de lo que generalmente se cree.
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116 | Barómetro de la Deuda Social con las personas mayores
Capítulo 4
RECURSOS PSICOLÓGICOS PARA EL BIENESTAR SUBJETIVO
Y CAPACIDADES SOCIALES
Enrique Amadasi
Con la colaboración de
Emilse Rivero
Una mirada integral acerca del bienestar de las Siguiendo este lineamiento, el presente capítulo
personas debe incluir aspectos físicos y subjetivos, centra su análisis en el aspecto subjetivo del bienestar
la participación social, el potencial del individuo, a través del abordaje, en primer lugar, de las estrategias
y su capacidad de adaptación al medio (Pontificia de afrontamiento, la incapacidad de tener proyectos
Universidad Católica de Chile, 2011). En referencia personales y la carencia de control externo; en segundo
específica a las personas mayores, el enfoque de las lugar, de los sentimientos de infelicidad, soledad y la
Naciones Unidas (1982) menciona que el bienestar falta de paz espiritual; en tercer lugar, de las capacida-
social remite no solo a las condiciones materiales de des sociales de agencia de las personas mayores.
vida sino también a la sociabilidad (los niveles de in-
dependencia y autonomía), que se expresa en la sen-
sación de bienestar y satisfacción con la vida (ODSA- 4.1. ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO,
UCA, 2014b). En este sentido, el enfoque contempla INCAPACIDAD DE TENER PROYECTOS
tanto la dimensión objetiva, vinculada a las condi- PERSONALES Y CARENCIA DE
ciones materiales de existencia, como la dimensión CONTROL EXTERNO
subjetiva, vinculada a las percepciones, valoraciones
y sentimientos respecto a la propia vida. En consonancia con el enfoque desarrollado por el
Partiendo de la idea de que el bienestar subjetivo Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA)
constituye un derecho fundamental de las personas respecto a la comprensión de los recursos cognitivos
que abarca cuestiones tales como la salud, las rela- y emocionales de los que disponen las personas para
ciones interpersonales y los recursos psicológicos, enfrentar sus dificultades, el presente subcapítulo
“una óptima condición de salud, un mayor bienes- analiza las estrategias de afrontamiento, la incapa-
tar psicológico; la posibilidad de tener proyectos de cidad de tener proyectos personales y la carencia de
vida, de sentir emociones positivas y presentar mo- control externo de las personas mayores.
dos adecuados para afrontar la adversidad gracias a En el Barómetro de la ODSA-UCA (2012), Solange
la recepción de apoyo social, son factores que crean Rodríguez Espínola publica una nota de investiga-
un soporte de relevancia para estudiar la agencia y el ción titulada “Las maneras de afrontar la adversi-
bienestar de las personas” (ODSA-UCA, 2014a). dad según el entorno social y económico”, que ha
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24
30
24 21.7%
16.9%
18 15.4% 14.7%
12.0% 12.9% 12.1%
12
(15,4%) tienden más a este recurso que los varones 4.1.1.3). También en este punto hay modos diversos de
(12%), pero la diferencia no es tan significativa (ver envejecer entre los de menor y mayor nivel educativo.
figura 4.1.1.2). Realmente, en este punto, hay modos Las diferencias se amplían cuando se considera el
diversos de envejecer entre mujeres y varones. estrato socioeconómico. Este tipo de recursos psico-
El mayor afrontamiento negativo vuelve a encon- lógicos es frecuente en el 22,7% de las personas ma-
trarse en quienes tienen menor nivel educativo (sin yores del estrato más bajo y solo en el 7,9% de las que
secundario completo): 22,2%, el doble respecto al por- están en el estrato más alto (medio-alto). Es una me-
centaje encontrado en los de mayor nivel educativo dida de desigualdad muy significativa. Lo encontrado
(quienes, como mínimo, completaron el secundario), entre las personas mayores no difiere de la población
que es del 11,1%. También en la población de hasta 59 de hasta 59 años; allí también las diferencias son de
años hay una mayor utilización de estos recursos entre tal magnitud (ver figura 4.1.1.4).
los de menor nivel educativo, pero la brecha no es tan En cuanto al tipo de hogar, los que viven solos son
marcada como entre las personas mayores (ver figura los que presentan más déficit en relación con estra-
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24 22.2%
18.8%
18
17.4%
14.7%
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11.2% 11.1% 11.2%
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24 22.7% 21.7%
21.1%
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14.7%
12
7.5% 7.9% 7.5%
6
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
tegias de afrontamiento, es decir que más frecuen- mayor afrontamiento negativo se encuentra entre
temente utilizan el afrontamiento negativo (20,9%). las personas mayores que declaran tener muchos
En cambio, los que viven en hogares compuestos solo problemas de salud o padecer enfermedades graves.
por personas mayores son los que presentan menor Es mucho menos frecuente entre quienes declaran
afrontamiento negativo (ver figura 4.1.1.5). que no tienen problemas de salud: 24,3% y 13,7%,
Apartándonos del conjunto de variables de corte respectivamente; una diferencia muy importante.
seleccionadas para analizar todas las variables es- Sin embargo, no parece ser una especificidad de
tudiadas en las personas mayores (grupo de edad, las personas mayores. En la población de hasta 59
sexo, nivel educativo, estrato socioeconómico y tipo años, también se encuentra mayor afrontamiento
de hogar), nos preguntamos si la autopercepción del negativo entre los que tienen una autopercepción
estado de salud, ya presentada en el capítulo 3, tiene más crítica de su estado de salud, siempre en com-
alguna relación con la utilización de determinados paración con los que declaran que no tienen proble-
recursos psicológicos. La respuesta es afirmativa. El mas de salud (ver figura 4.1.1.6).
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40
30.6%
30
23.6% 25.5%
20
14.1% 14.8%
11.7%
10 9.2%
50
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24.0%
20
15.9% 14.8%
12.4% 13.5%
10.9%
10
Como ocurre con casi todos los indicadores, el factor De cada 3 personas mayores (32,1%) que viven solas,
que mejor explica las diferencias es el estrato socioeco- 1 afirma que no puede pensar proyectos más allá del día
nómico, en particular si se comparan los dos estratos ex- a día, proporción bastante superior a la de quienes viven
tremos: la relación es de 3 a 1. En efecto, 1 de cada 3 per- acompañados. No hay diferencias significativas en este
sonas mayores (32,8%) del estrato más bajo manifiesta aspecto entre quienes viven acompañados solamente
déficit de proyectos personales. Este déficit disminuye a por personas también mayores y quienes viven en ho-
11,8% cuando se trata de personas mayores del estrato gares con personas no mayores (ver figura 4.1.2.5).
más alto. La falta de proyectos personales se suma a to- Un mayor déficit en la percepción del estado de salud
das las otras carencias que caracterizan al estrato más va acompañado de mayor déficit de proyectos persona-
bajo. También es necesario decir que la edad atempera les: mientras entre las personas mayores que declaran
en cierta medida las diferencias por estrato en cuanto a que tienen muchos problemas de salud y/o padecen de
este indicador, que son más marcadas cuando se trata de enfermedades graves este déficit alcanza el 32,1%, es
la población de hasta 59 años (ver figura 4.1.2.4). del 19,2% entre quienes declaran no tener problemas
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40
30 29.1%
20
19.6% 19.7%
15.7% 14.8%
8.9% 10.6%
10
50
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32.8%
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24.8%
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20
14.8%
11.8%
10
5.1% 6.1%
0
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
de salud. Lo mismo sucede en la población de hasta 59 FIGURA 4.1.2.5 Años 2010 a 2013. En porcentaje de población de 60 años y más.
años, aunque con más intensidad. Tal como se señaló
en el capítulo 3, un estado de salud muy crítico es me- Déficit de proyectos según tipo de hogar
nos frecuente en la población de hasta 59 años, por lo
50
que entre las personas mayores el factor de la percep-
40 32.1%
ción de salud tiene un peso considerable respecto de los 24.5% 23.4% 25.%5
30
proyectos personales (ver figura 4.1.2.6). 20
¿Cuáles son las personas mayores más afectadas 10
por el déficit de proyectos personales? En primer lu- 0
gar, las del estrato socioeconómico más bajo, las que PERSONAS EN PERSONAS EN PERSONAS EN
TOTAL
HOGARES HOGARES HOGARES
viven solas y las que perciben que tienen muchos UNIPERSONALES MULTIPERSONALES MULTIPERSONALES
PUROS MIXTOS
(60 AÑOS Y MÁS)
30
24
30
24
12
30
24.5%
24 23.0%
19.4%
18 16.0%
con poder, los demás no podemos hacer mucho para el de 75 años y más, de 14,4%. Las diferencias, como
cambiar las cosas”. Cada una de estas preguntas debía puede observarse, no son significativas. Algo similar
responderse por “Sí” o por “No”. ocurre en la población de hasta 59 años: entre los que
El resultado es que el 15,5% de las personas ma- tienen entre 18 y 34 años es de 15,2%, y entre 35 y
yores manifiesta creencias de control externo, un 59 años, 17% (ver figura 4.1.3.1).
porcentaje que no difiere significativamente del en- No se registra una brecha de género respecto de
contrado en la población de hasta 59 años. El hecho esta dimensión: 16,3% entre los varones y 15% en-
de que los cambios en la edad no tengan relación con tre las mujeres: valores muy similares. Tampoco se
este indicador se aprecia más claramente cuando se registra tal brecha en la población de hasta 59 años
analizan sus valores al interior de los dos grupos de (ver figura 4.1.3.2).
edad de las personas mayores. En el grupo de 60-74 Edad y sexo no tienen relación con este indicador,
años, la creencia en el control externo es de 16%; y en pero sí lo tiene el nivel educativo: quienes cuentan con
30 29.0%
26.2%
24 21.4%
18 16.0%
12
6.8% 6.3% 6.7%
6
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
30
24
18.0%
18
14.4% 15.5%
12.8%
12
menor nivel educativo (secundario incompleto) creen más alto. Esto tampoco es específico de las personas
más en el control externo (19,4%). En cambio, entre mayores; lo mismo ocurre con la población de hasta
quienes como mínimo han finalizado su educación 59 años (ver figura 4.1.3.4).
secundaria se sostiene que la realidad depende más En cuanto al tipo de hogar, las personas mayores
de circunstancias que dependen de uno mismo. Esto que conviven con otras no mayores creen más en el
no es una especificidad de las personas mayores, dado control externo. Por el contrario, las que conviven
que se observa lo mismo en la población de hasta 59 solo con otras personas mayores son los que más sos-
años: se cree más en el control externo cuando es me- tienen que la realidad depende de circunstancias que
nor el nivel educativo (ver figura 4.1.3.3). dependen de uno mismo (ver figura 4.1.3.5).
Lo recién señalado para el nivel educativo prenun- La creencia en el control externo es bastante
cia lo encontrado respecto del estrato socioeconó- más frecuente entre quienes declaran que tienen
mico: son las personas mayores del estrato más bajo muchos problemas de salud o padecen de enferme-
las que muestran mayor nivel de creencia en el con- dades graves, si se trata tanto de personas mayores
trol externo, el triple con respecto a las del estrato como del resto de la población. En cambio, entre
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17.5%
18 15.4%
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11.5% 10.8%
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14.7%
11.5% 10.8%
12 10.1% 9.9%
8.7%
6
alcanza al 7,4%, mientras que entre los de 35 a cualquiera sea la edad, es posible encontrar mayor
59 años, al 11,5% (ver figura 4.2.1.1). Indudable- infelicidad entre las mujeres que entre los varones
mente, la infelicidad aumenta durante el proceso (ver figura 4.2.1.2).
de envejecimiento, si bien una gran mayoría se Si la brecha de género no es importante, sí lo
considera feliz o muy feliz. es el nivel educativo. La menor educación (secun-
La diferencia en cuanto a esta dimensión entre dario incompleto) va acompañada de mayor infe-
varones y mujeres es mínima, pero siempre a favor licidad (17,5%), mucho mayor que la encontrada
de los varones, quienes acusan un poco menos de entre los que como mínimo han finalizado el nivel
infelicidad que las mujeres. En comparación con secundario (12,1%). De todas maneras, la brecha
otros indicadores psicológicos, la brecha de género referida a la educación es menor entre las perso-
es casi inexistente. Aunque un poco mayor, tam- nas mayores que en la población de hasta 59 años,
poco es significativa cuando se analiza la pobla- donde la diferencia en lo que respecta a la infelici-
ción de entre 18 y 59 años. No obstante, siempre, dad es muy marcada entre quienes tienen distin-
30
24
17.5%
18
14.3%
12.9% 12.1%
12 10.8%
7.0% 7.8%
6
30
24
20.9%
17.9% 19.0%
18
12 10.0% 10.8%
6 4.6% 5.4%
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
tos niveles educativos. En algunos aspectos, como es poco frecuente encontrar infelicidad entre per-
este, la mayor edad atempera las diferencias (ver sonas del estrato más alto. En la misma línea de lo
figura 4.2.1.3). sugerido al final del párrafo anterior, en este caso
La infelicidad se presenta como una carencia en la mayor edad ayuda a moderar las diferencias por
mayor medida en el estrato más bajo: mientras que estrato (ver figura 4.2.1.4).
caracteriza al 10% de las personas mayores del es- Como se puede ver en la figura 4.2.1.5, en lo que
trato más alto, es del 20,9% (el doble) en las perso- atañe al tipo de hogar, el grado mayor de infelicidad se
nas mayores del estrato más bajo. Si bien estamos encuentra entre las personas que viven solas (21,8%).
acentuando la infelicidad en el análisis, no puede Es el factor que más condiciona la infelicidad, incluso
dejar de señalarse que 1 de cada 2 personas ma- algo más que el estrato. Vale aclarar que las diferen-
yores del estrato más bajo han respondido que se cias entre estratos son abismales, pero la infelicidad
considera “muy feliz”. Este diferencial por estrato es entre los que viven solos supera a la encontrada en las
todavía mayor en la población de hasta 59 años; allí personas mayores del estrato más bajo.
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18 15.4%
13.3% 14.5% 14.7%
12.2% 12.7%
12 11.0%
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18 15.9%
13.8% 13.1% 14.3%
12.7%
12 10.4% 11.0%
entre los individuos que tienen de 60 a 74 años; y Dentro del conjunto de las personas mayores, las
de 15,4% entre los que tienen 75 años o más. Aun- mujeres expresan algo más (15,9%) ese sentimiento
que hay una tendencia al aumento con la edad, la di- de soledad que los varones (13,1%). Esto también
ferencia es mínima. Lo mismo ocurre dentro de los ocurre entre personas de hasta 59 años: las muje-
grupos de edad de la población de hasta 59 años. El res (13,8%) se sienten más solas que los varones
11% de los que tienen de 18 a 34 años expresa este (10,4%). La comparación respecto de esta dimensión
sentimiento de soledad, que también aumenta hasta entre personas mayores y el resto sugiere más bien
13,3% entre quienes tienen de 35 a 59 años. Los re- que la brecha de género se hace menos significativa
sultados para los cuatro grupos etarios muestran cla- con la mayor edad (ver figura 4.2.2.2).
ramente una tendencia al aumento del sentimiento Más importantes que la edad y el sexo son los dife-
de soledad con el paso de los años, en especial si se renciales por nivel educativo: el sentimiento de sole-
compara a los más jóvenes de entre 18 y 34 años con dad aumenta al 17,4% en las personas mayores de me-
el grupo de 75 años y más (ver figura 4.2.2.1). nor nivel educativo (sin secundario completo) y dismi-
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24
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24 22.5% 21.9%
21.0%
18
12.7%
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25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
nuye al 10,1% cuando se trata de personas mayores de trato socioeconómico. Como se hizo respecto de otras
más alto nivel educativo (con secundario completo). dimensiones, comparemos los resultados encontrados
Es una diferencia muy significativa, que habla de la para las personas mayores del 25% del estrato so-
inequidad social y sus consecuencias en los modos de cioeconómico superior (medio-alto) y para las del 25%
envejecer. Sin embargo, tampoco es exclusiva de las del estrato inferior (muy bajo). Como puede verse en
personas mayores: en la población de hasta 59 años, la figura 4.2.2.4, la diferencia es muy profunda: 5,8%
la diferencia también es enorme y el sentimiento de en el primero y 21% en el segundo. De cada 5 personas
soledad aumenta al 16,2% cuando se trata de personas mayores del estrato muy bajo, 1 se siente sola. La per-
con menor nivel educativo y disminuye al 9,3% para cepción de soledad disminuye drásticamente cuando
los de nivel educativo más alto (ver figura 4.2.2.3). mejora el estrato. Es evidente que existen modos di-
Insinuado entonces cuál es el tipo de factores que versos de envejecer, pero en gran parte esos modos
más se asocian con el sentimiento de soledad, los dife- dependen del lugar que se ocupa en la estratificación
renciales se hacen máximos cuando se introduce el es- social. Si se acuerda que es deseable un envejecimiento
Sentirse solo según tipo de hogar Sentirse solo según percepción de estado de salud
6 12.7%
12 9.2% 9.1%
8.5%
0
PERSONAS EN PERSONAS EN 6
PERSONAS EN TOTAL
HOGARES HOGARES HOGARES
MULTIPERSONALES MULTIPERSONALES (60 AÑOS Y MÁS)
UNIPERSONALES 0
PUROS MIXTOS
TOTAL DE LA
18 A 59 AÑOS 60 AÑOS Y MÁS TOTAL
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA. POBLACIÓN
30
26.7%
23.4%
24 21.9%
20.3%
17.7%
18 16.4%
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12
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26.4%
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20.7% 21.9%
18.4% 19.3%
18
14.9%
12
dad de aprovechamiento de los recursos psicológicos sí mismos, buena noticia en sí misma, no debe pa-
y sociales” (ODSA-UCA, 2013). sarse por alto.
En la EDSA, dentro de un conjunto de preguntas que ¿A qué factores está asociada la carencia de paz
expresan distintas opiniones ante la vida, se incluye la espiritual? Cuando se mira más en detalle cada grupo
pregunta: “Usted, aun cuando tiene problemas, ¿puede etario, tanto dentro de las personas mayores como
encontrar paz espiritual dentro de usted mismo?”. dentro de la población de entre 18 y 59 años, se ve
El 16,4% de las personas mayores respondieron que la paz espiritual aumenta con la edad, como si
que no: una proporción significativamente más baja se tratara de una especie de bonus que se consigue
que la encontrada en la población de entre 18 y 59 con el tiempo vivido. La carencia de paz espiritual,
años (23,4%). Entre las personas mayores, por el que debería ser leída como otra necesidad básica in-
motivo que fuese, se encuentra más paz espiritual. satisfecha, caracteriza solo al 13% de los de 75 años
El hecho de que el 83,6% de las personas mayores y más, bastante menos que al grupo de entre 60 y
declaren que sí encuentran paz espiritual dentro de 74 años (17,7%). Esto no ocurre solo entre las perso-
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25.6%
23.3%
24 21.9% 21.9%
20.6%
17.9%
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13.9%
12
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24.7%
24 21.9%
19.5% 19.7% 18.4%
18
12.2%
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25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
nas mayores, sino también en las edades anteriores: personas económicamente activas pueden sugerir
mientras el 26,7% del grupo de 18 a 34 años (jóve- una explicación para esta brecha de género, favorable
nes) declara su carencia de paz espiritual, la misma a las mujeres (ver figura 4.2.3.2).
baja a 20,3% para el grupo de entre 35 y 59 años: una También el nivel educativo elevado favorece la
heterogeneidad tan significativa como la encontrada paz espiritual. Entre las personas mayores con me-
al interior de las personas mayores. El primer factor nor nivel educativo (sin secundario completo) esta
de déficit, entonces, es la menor edad, es decir, la ju- carencia caracteriza al 17,9%, en tanto que entre los
ventud (ver figura 4.2.3.1). que al menos finalizaron el nivel secundario el dé-
Entre las personas mayores, los varones (18,4%) ficit es menor (13,9%). De este bonus se benefician
encuentran menor paz espiritual que las mujeres más los de mayor nivel educativo. Lo mismo ocurre
(14,9%). Este es el segundo factor: es un bonus del entre las personas de hasta 59 años: esta carencia
que se benefician más las mujeres. Su mayor longe- caracteriza al 25,6% (tan alto como entre los jóve-
vidad, su mayor viudez y su menor trayectoria como nes) de los de menor nivel educativo y al 21,9% de
0
6
PERSONAS EN PERSONAS EN PERSONAS EN
HOGARES HOGARES TOTAL
HOGARES (60 AÑOS Y MÁS) 0
UNIPERSONALES MULTIPERSONALES MULTIPERSONALES
PUROS MIXTOS TOTAL DE LA
18 A 59 AÑOS 60 AÑOS Y MÁS POBLACIÓN TOTAL
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA. FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA.
los de mayor nivel educativo (ver figura 4.2.3.3). Por último, el factor que remite al estado de salud
Aunque la tendencia es la misma, la brecha es más está muy asociado con la paz espiritual. En efecto,
pronunciada entre las personas mayores, quienes, una de cada 3 personas mayores con muchos proble-
cabe recordar, tuvieron menos oportunidades edu- mas de salud o que padecen enfermedades crónicas
cativas que las generaciones siguientes. o graves declara su carencia de paz espiritual. Una
La desigualdad aparece con toda su fuerza proporción bastante más alta que la encontrada en-
cuando se analiza el factor del estrato socioeconó- tre quienes dicen no tener problemas de salud (ver
mico. La carencia de paz espiritual se suma a todas figura 4.2.3.6). De todas maneras, aun entre los que
las carencias propias del estrato muy bajo: 32,8%. tienen un estado de salud más crítico, hay dos ter-
Esto confirma que la pobreza no es solo material. cios que declaran encontrar paz espiritual aun en
En cambio, apenas el 11,8% de las personas mayo- momentos difíciles.
res del estrato medio-alto (25% superior) declaran
esta carencia. La diferencia es enorme: 3 a 1. Tam-
bién la pertenencia a un estrato marca diferencia- 4.3. LAS CAPACIDADES SOCIALES
les en este aspecto en la población de entre 18 y 59
años, pero la brecha, también muy importante (2 a Según el informe del ODSA 2011, las capacidades
1), es menor que entre las personas mayores. Con sociales comprenden los sistemas de apoyo social e
la mayor edad, las consecuencias de las diferencias integración a la comunidad. Tal como allí se enuncia,
socioeconómicas se amplían en relación con la paz el apoyo social es una expresión de la calidad de las
espiritual. Este bonus beneficia especialmente a los interacciones, pero es también un concepto relacio-
estratos más altos de la población de personas ma- nado con la salud en general, dado que amortigua el
yores (ver figura 4.2.3.4). impacto del estrés sobre el bienestar integral (ODSA-
En varios otros puntos se señaló que el tipo de UCA, 2011).
hogar no tenía demasiada incidencia. En cambio, en La edad avanzada implica, entre otras cosas, pér-
cuanto a la carencia de paz espiritual, son las perso- didas y cambios en el plano de las relaciones con los
nas de edad avanzada que viven solas las que mues- otros, producto de varios factores como: la jubilación
tran un déficit mayor (32,1%). Es significativo que 1 o el retiro laboral; la reconfiguración familiar aso-
de cada 3 personas mayores que viven solas señale ciada con la salida de los hijos del hogar para cons-
falta de paz espiritual. Vivir con otros, al parecer, mi- tituir uno propio; la aparición de nuevas relaciones
nimiza esta carencia (ver figura 4.2.3.5). familiares (abuelos-nietos en particular) y de las fa-
30
24
20.3% 19.2%
18.7%
18
13.3% 13.4%
12
11.7%
10.0%
30
24
19.7% 18.8%
18
13.3% 13.5% 13.4%
11.6% 11.8%
12
En cambio, el apoyo social afectivo es mucho más personas y aumenta tanto con la viudez como con
frecuente y menor el déficit entre las personas ma- la edad. En cambio, entre quienes viven en hogares
yores del estrato más alto. También en este aspecto, multipersonales (2 o más personas) no hay diferen-
el estrato socioeconómico permite explicar mejor el cias en cuanto a déficit de apoyo social afectivo, vivan
déficit en las capacidades sociales. En la población de en hogares solo compuestos por personas mayores o
hasta 59 años las diferencias por estrato se vuelven en hogares “mixtos”. El convivir con personas más
más profundas, incluso más importantes que entre jóvenes (hasta 59 años) no disminuye el déficit de
las personas mayores (ver figura 4.3.1.4). relaciones sociales relacionadas con lo afectivo (ver
Sin duda, la condición que más afecta el déficit de figura 4.3.1.5).
apoyo social afectivo es el hecho de vivir solo: el 41% Tampoco el déficit de apoyo social afectivo tiene
carece de relaciones adecuadas para sus necesidades que ver con la autopercepción del estado de salud:
afectivas. Esto constituye un alerta para el tipo de quienes declaran no tener problemas de salud y quie-
hogar unipersonal, que caracteriza a una de cada 5 nes declaran que tienen muchos problemas de salud
30
24
20.9%
18 16.2% 15.7%
13.5% 13.4%
12 10.4% 11.4%
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24.7%
24 21.2%
19.0%
18
13.4%
11.7%
12
7.4% 8.0%
6
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
o padecen enfermedades graves presentan valores si- más bajo (24,7%). Como ya se dijo, los diferencia-
milares en este indicador. Esto solo ocurre entre las les por nivel de instrucción también son importan-
personas de edad. Entre los más jóvenes (hasta 59 tes, pero son tantas las personas mayores con nivel
años), en cambio, sí se revela un mayor déficit de este educativo bajo (72,3%) que su déficit en este tipo
tipo cuando la percepción del estado de salud no es de apoyos sociales casi se asemeja al del total de las
buena (ver figura 4.3.1.6). personas mayores.
En síntesis, si 1 de cada 5 personas mayores pre-
senta déficits que tienen que ver con los necesarios Déficit de apoyo social instrumental
apoyos sociales en lo afectivo, ¿cuáles serán los ti-
pos de personas mayores para quienes esta carencia Las personas mayores no solo tienen necesidad
se hace más frecuente? En primer lugar, los que vi- de relaciones con los otros en el plano afectivo, sino
ven solos (41%). No hay otra condición tan asociada también para resolver cuestiones de la vida diaria,
con este déficit. Le sigue el estrato socioeconómico como la alimentación o las tareas domésticas. La
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24
20
19.2% 19.3% 19.9%
13.8% 13.1% 17.2%
18
14.7%
10 13.4%
10.0% 11.0%
12
0
6
PERSONAS EN PERSONAS EN PERSONAS EN
HOGARES HOGARES TOTAL
HOGARES (60 AÑOS Y MÁS) 0
UNIPERSONALES MULTIPERSONALES MULTIPERSONALES
PUROS MIXTOS TOTAL DE LA
18 A 59 AÑOS 60 AÑOS Y MÁS TOTAL
POBLACIÓN
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA. FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA.
50
43.3%
40.3% 41.1%
40
35.2% 34.6%
32.7%
30.0%
30
20
10
EDSA, dentro del mencionado conjunto de pregun- El resultado es que el 41,1% de las personas mayo-
tas sobre la relación con los otros, incluyó dos que res registra déficit en esta dimensión de los apoyos
se refieren específicamente a las necesidades de sociales. Salta a la vista que se trata de un fenómeno
apoyo social de tipo instrumental. Se indaga sobre mucho más frecuente que el presentado anterior-
la frecuencia con que el encuestado dispone de: a) mente sobre las necesidades de apoyos en el campo
alguien que le prepare la comida si no puede hacerlo; afectivo. De la comparación con la población de hasta
b) alguien que lo ayude en sus tareas domésticas si 59 años surgen dos conclusiones. La primera es que
está enfermo. Las categorías de respuesta son las este déficit es bastante más frecuente entre las per-
mismas que en todas las preguntas sobre la relación sonas mayores (41,1% frente a 32,7%). La segunda
con los otros: “Todo el tiempo”, “Muchas veces”, es que también entre la población de hasta 59 años
“Pocas veces” y “Nunca”. El indicador de déficit de este tipo de déficit es mucho más frecuente que el
apoyo social instrumental se construyó agrupando afectivo. Conviene señalar aquí que las condiciones
las dos últimas categorías. que aparecen en la formulación de las preguntas
50 49.1%
42.3% 44.0%
40
34.6%
30.0%
30
22.2% 23.8%
20
10
50
45.4%
40 38.3% 36.4%
34.7% 34.6%
32.3%
29.8%
30
20
10
(“cuando lo necesita”, “si no puede hacerlo”, “si está años; 75 años y más) no es significativa respecto al
enfermo”) muy probablemente aparezcan más fre- indicador (ver figura 4.3.2.1).
cuentemente entre las personas mayores que en el Existe una brecha importante entre varones y
resto de los sujetos, de lo cual se deduce que el déficit mujeres, asociada con que las dos actividades men-
de apoyo social instrumental es más crítico cuando cionadas en las preguntas (preparación de la comida
se presenta entre personas mayores. y tareas domésticas) tienen un fuerte componente
Al observar los cuatro grupos de edad en que se de género. No es que los varones no acusen déficit
ha dividido a la población bajo estudio, dos dentro instrumental (30%), pero lo hacen en menor medida
de las personas mayores (con el corte a los 75 años) que las mujeres (49,1%). Llama la atención que una
y dos dentro del resto (con el corte a los 35 años), se de cada 2 mujeres mayores registre déficit en esta di-
aprecia una tendencia suave a que este tipo de défi- mensión. En la población de hasta 59 años, el déficit
cit aumente con la edad. Pero la diferencia entre los de los varones también es marcadamente menor al
dos grupos dentro de las personas mayores (60 a 74 de las mujeres (ver figura 4.3.2.2).
50
40
40.3% 40.7%
34.6% 36.2% 35.5% 34.6%
33.7%
30
20
10
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
FIGURA 4.3.2.5 Años 2010 a 2013. En porcentaje de población de 60 años y más. FIGURA 4.3.2.6 Años 2010 a 2013. En porcentaje de población de 18 años y más.
20
20
0
10
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA. FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA.
Respecto de muchos y variados indicadores de este años este déficit es más alto entre los de mejor nivel
capítulo y de otros, se ha visto cómo las personas educativo (ver figura 4.3.2.3).
mayores con mejor nivel de instrucción presentan El estrato socioeconómico no está asociado a este tipo
menores déficits que aquellas que cuentan con el se- de déficit: tanto las personas mayores del estrato más
cundario incompleto, lo cual también está en la línea bajo (40,3%) como las del más alto (40,7%) presentan ca-
de los resultados según estrato socioeconómico. Sin rencias similares en esta dimensión (ver figura 4.3.2.4).
embargo, respecto a este indicador de apoyos socia- La condición que determina de forma más ostensi-
les instrumentales, quienes han recibido más educa- ble este tipo de déficit es la de vivir solo. En efecto, el
ción manifiestan menos recursos en materia de re- 70,9% de quienes viven solos dicen que no tienen las
laciones sociales para la cuestión doméstica (45,4% relaciones sociales necesarias para estas cuestiones
frente a 38,3% de las personas mayores con menor domésticas esenciales (ver figura 4.3.2.5). Es la se-
educación). Esto no es privativo de las personas de gunda vez que señalamos la condición de vulnerabili-
edad avanzada, ya que en la población de hasta 59 dad de las personas mayores que viven solas. Porque
50
45.5%
42.5% 43.3%
40
35.8%
33.3%
30.4%
30
24.7%
20
10
50
46.1%
40 39.6%
37.1%
34.3% 33.3%
30 28.9%
26.2%
20
10
no solo viven solas, sino que carecen en gran medida Déficit de apoyo social informacional
de las relaciones sociales necesarias.
Las preguntas realizadas se referían a apoyos socia- La tercera dimensión de la relación con los otros
les en caso de necesidad (“si no puede hacerlo”, “si está es el apoyo social para lo informacional. Tal como se
enfermo”), por eso resulta interesante ver los déficits a hizo respecto de las dos dimensiones anteriores, en
la luz de situaciones bien distintas de estado de salud. la EDSA se incluyeron dos preguntas que indagan
Las personas mayores que declaran que no tienen pro- sobre la frecuencia con que una persona dispone de
blemas de salud y las que declaran que tienen muchos alguien que: a) le aconseje cómo resolver sus proble-
problemas de salud y/o padecen enfermedades graves mas personales; b) lo informe y lo ayude a entender
presentan déficits semejantes en ese indicador (ver fi- una situación. También en estas dos preguntas se
gura 4.3.2.6). De ello se infiere que el déficit de apoyo utilizaron cuatro categorías de respuesta: “Todo el
social en lo instrumental para este grupo etario es in- tiempo”, “Muchas veces”, “Pocas veces” o “Nunca”. El
dependiente de la autopercepción del estado de salud. indicador de déficit de apoyo social en lo informacio-
50 48.6%
40 39.9%
33.8% 32.8% 33.3%
31.1% 29.8%
30
20
10
100
80
60 53.4%
42.3%
40 35.1% 37.9% 33.3%
28.2% 32.0%
20
25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR 25% INFERIOR 25% SUPERIOR TOTAL
nal se construyó agrupando las dos últimas catego- 35,8% entre las personas de 35 a 59 años (ver figura
rías (“Pocas veces” y “Nunca”). 4.3.3.1). En aspectos como este, que tienen que ver
El 43,3% de las personas mayores registra este con la relación con los otros, se pone de manifiesto
tipo de déficit de apoyo social, tan alto como el dé- que el proceso de envejecimiento comienza desde
ficit en materia instrumental y mucho más alto que más temprano.
el que se encuentra en las personas de hasta 59 años Si bien el déficit es más agudo entre las mujeres
(30,4%). Si bien hay una tendencia clara a que este mayores (46,1%), no es tan marcado como el seña-
déficit aumente con la edad, la diferencia no es sig- lado respecto del déficit de apoyo social en lo ins-
nificativa al interior de los dos grupos de edad de las trumental. En cuanto al déficit de apoyo social en
personas mayores: de 60 a 74 años (42,5%) y de 75 lo afectivo, recordemos que tal brecha no existe. La
años y más (45,5%). En cambio, sí la hay al interior brecha de género es importante en el déficit de apoyo
de la población de hasta 59 años, porque es del social informacional hasta los 59 años pero dismi-
24,7% entre los jóvenes (18-34 años) y aumenta al nuye bastante cuando se trata de personas mayores.
50 46.7%
80
38.5% 40.5% 39.4%
63.1% 40
60 33.2%
43.3% 29.7%
38.7% 30 27.6%
37.7%
40
20
20
10
0
FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA. FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). ODSA, UCA.
De todos modos, no deja de ser preocupante que una socioeconómicos. En lo que atañe a lo informacional,
de cada 2 mujeres mayores declare que no tiene a na- en el estrato más alto el déficit es de 53,4% y en el
die que la aconseje sobre cómo resolver problemas más bajo de 42,3%. Parece ser una cuestión propia
personales y/o la ayude o le proporcione información de la mayor edad, aquí sí, porque en la población de
para resolver un problema (ver figura 4.3.3.2). hasta 59 años este tipo de déficit es más frecuente en
Tal como ocurre con el déficit de apoyo social en el estrato más bajo (ver figura 4.3.3.4).
lo instrumental, son las personas mayores de nivel Nuevamente, entre las personas mayores que vi-
educativo más elevado las que registran el déficit más ven solas se encuentran los valores más altos de este
pronunciado de apoyo social en lo informacional. Las tipo de déficit (63,1%). Como dijimos más arriba, no
personas mayores de nivel educativo inferior –la gran solo viven solas, también carecen en gran medida de
mayoría– están en mejor situación en cuanto a este las relaciones sociales necesarias. Piénsese en la com-
tipo de déficit. En cambio, en la población de hasta plejidad de una intervención pública respecto a este
59 años no hay diferenciales por nivel educativo (ver déficit en la relación con los otros que afecta a cerca
figura 4.3.3.3). de 800.000 personas mayores. En cambio, la diferen-
El déficit más grande en la relación con los otros cia entre convivir exclusivamente con otras personas
entre quienes tienen mejores condiciones de vida mayores o en hogares “mixtos” no se relaciona con
vuelve a aparecer en la comparación entre estratos este tipo de déficit (ver figura 4.3.3.5).
ComEntArio
La vejez en eL individuo, La esto también lo escuchamos en nuestra formación
famiLia y La sociedad como profesionales médicos: “no hay enfermedades sino
estos estudios son importantes pero hacen cortes de las enfermos”. lo de “enfermos” alude a la persona.
problemáticas donde se divide en segmentos a la persona. Formando parte de la persona se encuentran también
y la persona en la vejez, es la suma de todo lo vivido, de los prejuicios (es decir, juicios previos al conocimiento real
su biografía desde el nacimiento. y solo así se pueden en- y objetivo). así como existen muchos prejuicios también
tender algunas de las problemáticas como el afrontamiento los hay para considerar a la vejez. y son de fundamental
negativo, el déficit de proyectos personales, sentirse poco importancia para el propio envejecer y para actuar a la
o nada feliz, sentirse solo, no sentir paz espiritual. hora de evaluar la vejez de otros. y sumamente impor-
en cuanto a las capacidades sociales, también esto se tante para los que tenemos como tarea profesional la
inscribe en quien es esta persona vieja. tiene que ver con atención de personas viejas. muchos viejos hacen uso
su historia, por ejemplo, qué vínculos tuvo en su vida, de estos atributos (debilidad y deterioro), a veces exa-
como recurrió al pedido de ayuda de otros para él y de gerando las verdaderas condiciones, para encuadrarse
él para otros. dentro de lo esperable.
así como el individuo es personal y único, también es parte de nuestra tarea como gerontólogos ayudar
cuando llega a viejo es personal y único. entonces, no hay a difundir la verdad de la vejez, para así diluir los mitos y
la vejez ni atributos de la vejez iguales para todas las per- prejuicios desde temprana edad y ayudar a envejecer sin
sonas en esta edad. Sólo hay vejeces: cada cual tendrá la miedo. y que el fluir de la vida desde el nacimiento no se
suya propia, que dependerá de quién y cómo ha sido a lo vea obstruido al llegar a la etapa de la vejez, negándola
largo de la vida. o rechazando ser vivida. en realidad es como si nosotros
Si bien podemos decir que hay padecimientos físicos hubiéramos separado del resto de la línea de la vida este
comunes en esta etapa, sabemos que las personas no trozo, para hacerlo a veces macabro y terrorífico.
se definen por sus padecimientos, que la Persona abarca cuando vivimos la vida con fluidez y plasticidad, vamos
más que la enfermedad, aunque la enfermedad sea, por pasando de una etapa a otra casi sin darnos cuenta. lo
ejemplo, cerebral. que cuenta es la vida, las metas, los intereses, los afectos.
es la respuesta que la persona va a dar a este aconteci- y así pasamos una etapa y otra, y nos introducimos en la
miento en su vida. es cómo lo va a enfrentar, qué tipo de ac- vejez cambiando lo que tenemos que cambiar para seguir
titud va a adoptar. y esto es lo que quiero decir cuando digo viviendo. ¡esto es plasticidad!
“como ha sido a lo largo de la vida”. aún más: podríamos por ejemplo, nacemos con total dependencia, y a través
decir que es en la vejez donde hay menos posibilidades de la vida nos hacemos totalmente independientes. y
de masificarse o globalizarse que en otros momentos de luego volvemos a adquirir algunas dependencias. estas
la vida, porque la biografía personal es un fuerte discrimi- son de todo tipo: físicas, económicas, psicológicas, según
nador de los acontecimientos comunes de la edad. cada uno. y si tenemos esta plasticidad de dejar y tomar
146 | Barómetro de la d
deuda
euda Social con laS
laS per
perSonaS
perSSona
onaSS ma
mayoreS
mayore
yoreS
durante la vida y así llegar hasta la vejez, no hay escollos a pesar de, a lo mejor, estar debilitado físicamente, inte-
para encontrar en esta etapa una vida llena de sentido, riormente se estará muy fuerte y robustecido.
aunque tenga que usar audífono, dientes postizos, ante- Si se transita por la vida de esa manera, es que se puede
ojos, pañales, bastón, silla de ruedas…o hacerse ayudar, vivir una vida desplegando todas las posibilidades aunque
o estar acompañado por alguien: todos son medios para haya encontrado muchos escollos, que seguro han ser-
seguir siendo y viviendo. vido para enriquecer en modos de apreciar, de actuar,
la vida es más importante que un audífono, un bastón en experiencia. Que eso es sabiduría. y ahora en la vejez
o un pañal. Sin la vejez la vida no es completa. y una vida se puede en algo vivir de los “réditos” de las propias in-
completa trae sentimientos de plenitud, de satisfacción. versiones. entonces, si se ha invertido en relaciones con
una vida que acaba en la juventud o en la adultez joven es amigos, con vecinos, ahora tal vez se tenga más tiempo
una vida frustrada. para disfrutarlas y profundizarlas.
al hablar de plasticidad, la imagen es la de no fijarse, Si se ha invertido en afecto con los suyos, pero con un
anclarse, esclerosarse, coagularse en un punto de la vida. afecto desinteresado sin esperar cobrárselo, seguro que
es tomar y dejar, caminar sin detenerse. en este camino hoy podrá disfrutarlo.
siempre somos distintos porque el camino de ayer enri- pero hay situaciones puntuales importantes en la
quece al de hoy, y esto es dinámico. vejez, de pérdidas que ocurren con frecuencia y que te-
cuando estamos detenidos, allí sobreviene la pato- nemos que elaborar. por ejemplo la viudez en la mujer y
logía. para poder andar el camino hay que ir realizando la jubilación o pérdida del trabajo en el hombre. Vemos
duelos -dejar y tomar-. el proceso de duelo es una línea frecuentemente cómo viudas, después de la etapa del
continua a lo largo de la vida, es consustancial a la vida, duelo, logran enlazarse en la vida con proyectos que son
y es lo que la hace dinámica. la vida se atranca o detiene nuevos para su vida habitual, y están muy gratificadas
cuando en algún punto, frente a determinadas situa- con ellos. por ejemplo, las mujeres que hacen tareas que
ciones, no las podemos dejar ni seguir tomando lo nuevo nunca antes pensaron que podrían hacer mientras su ma-
de la vida. y así permanecemos anclados en un punto. rido vivía. esto les aumenta la autoestima y les brinda una
entonces caminamos a media asta, sin la total energía o calidad de vida satisfactoria.
fuerza de vida necesaria para inversiones presentes para en los hombres, las pérdidas del trabajo les significa la
el día que nos toca hoy. pérdida de poder al ver disminuido el ingreso de dinero
el fin del proceso de duelo nos conduce a la aceptación. en la familia, con una subsiguiente caída de la autoestima.
esta es una palabra que se dice fácilmente, pero requiere pero una vez procesado el duelo, se logra invertir esta
de un proceso, no desde el intelecto, sino desde lo psico- energía en nuevos roles, en otros intereses que van alen-
lógico-afectivo, que significa desalojarse de lo que ya no tando nuevamente su estima.
es, de lo que no es actual. rescatar ese espacio que queda, en este momento de la vida y frente a estos duelos apa-
o esa energía que se tenía ocupada o ligada a algo o a al- rece una función que, si bien está presente a lo largo de la
guien, y disponerla para aplicar en el hoy. vida frente a cada duelo, ahora aparece compulsivamente,
por eso según Victor Frankl, la muerte es consustancial y es la reminiscencia. Ésta es una función saludable que
a la vida. no se puede hablar de la vida sin tener en cuenta ayuda a procesar y reciclar la vida, hecho necesario para
la muerte. esta muerte es la que le otorga a la vida ese di- poder proceder al cierre de la misma. no es lo mismo ce-
namismo. cuando queremos saltear a la muerte y seguir rrar la vida con el duelo realizado que no haberlo hecho.
como si todo fuera igual, permanecemos estáticos, coa- la persona que realiza un duelo no es la misma antes que
gulados en un punto, viviendo como muertos porque no después: el duelo enriquece. diríamos entonces que mo-
disponemos de la energía para re-invertir en las personas, rirse con un duelo realizado es la última oportunidad que
en los sucesos, en los intereses de hoy. Vivimos empobre- da la vida de enriquecerse, es el último enriquecimiento.
cidos de vida. Si en cambio vivimos procesando los he- aquí nuestra tarea de geriatras es importantísima: escla-
chos que ya no son hoy, llegamos a la vejez con un monto recer y ayudar a la familia que otorgue espacios para la re-
de energía de vida disponible para cada momento del hoy. miniscencia. Que esos relatos que todos ya conocen y que
energía que va a permitir enfrentar todos los caminos que por eso aburre, tengan espacio para ser expresados y no
tenga que realizar y encontrarle sentido, sin querer o de- sean obturados con palabras y gestos que indican desva-
sear “ser como antes”, sin estar en pugna con el pasado. y lorización y denigración. porque es común que se puedan
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deuda
euda Social con laS
laS per
perS
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Sona
onaSS ma
mayore
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tolerar muy bien las repeticiones de los niños que a veces con ella. Ésta a veces nos hace pesada la tarea. muchas
son harto cansadoras. pero estamos muy apurados y con veces nos hace tomar partido frente a situaciones que no
poco tiempo y espacio interior para tolerar la de los viejos nos tocan directamente.
que deben abrochar su pasado… cuando en realidad, acom- debiéramos reflexionar pensando que estos hijos,
pañar y ayudarlos a procesar es dar espacio para hablar. esta familia, ha sido formada por el/la paciente que hoy
no es silenciar como equivocadamente creemos: “de eso muestra minusvalía frente a ella, y que hay historias de
no se habla”… cuando podemos hablar nos damos cuenta una vida de vínculos en la que la escena no aparece en
que lo que creíamos capaz de descompensar -el hablar de este presente en el que estamos nosotros: ya se inició
la muerte, sea inminente o próxima- resulta altamente be- hace años, cuando nuestro paciente fue participante ac-
néfico para el viejo, y también para el interlocutor. ¡Hay que tivo y hoy se muestra así a nosotros. Si podemos hacer
permitir hablar! en los viejos a veces esto no es más que esta reflexión tal vez seríamos más objetivos y compren-
permitirle distribuir sus pertenencias, dónde quiere que se deríamos mejor la trama, y no caeríamos culpando quizá
destine cada una de sus cosas cuando él no esté. a los familiares que posiblemente, cuando tienen que
esto satisface una condición humana: el trascender, la enfrentar algunas situaciones así, se sienten culpables. y
trascendencia, aunque sea destinando los objetos des- esto no favorece al bienestar del paciente.
pués de su muerte. otros cumplen esta condición con cuando los padres envejecen en una familia se co-
creces en los hijos, en la transmisión de su experiencia mienza a recrear a veces entre los hijos, actitudes de ri-
en trabajos u oficios, en los discípulos, en sus obras. es de validad y competencia como en su niñez, y se refrescan
necesidad humana que mi vida le sirva al que viene detrás. antiguos celos, alianzas entre hermanos, alianzas con los
a través del espacio del relato de la reminiscencia, a padres dejando afuera a los otros, como era antaño. esto
veces es posible que los allegados puedan incluir su agra- amarga la vida del viejo/vieja, que si algo desea a esta al-
decimiento, que puedan despedirse. este sería el cierre tura de su vida al partir, es que sus hijos queden unidos.
digno de la vida, la forma de muerte deseada por los seres pero es justo decir que esto no se improvisa en la vejez:
humanos. pensemos qué terrible sería el no poder hablar se trabaja durante toda la vida. casi todo lo que nos sirve
con nuestros seres queridos del último acto importante para utilizar en la vejez no son cosas que se pueden ge-
que debemos enfrentar en la vida: la muerte. Habitual- nerar en esta etapa de la vida: vienen de antes, de toda
mente los seres queridos escapan y lo dejan solo al viejo la vida anterior. por eso con razón se dice que la vejez se
frente a deseos y fantasías. tal vez porque sentimos que prepara desde la niñez.
no estamos en condiciones de fortaleza para enfrentar eso. en cuanto a la Sociedad, a todos nos es patético la de-
ojalá pudiéramos llorar juntos, si así se diera. ¡Qué bien valuación que tiene la imagen de la vejez en estas gene-
nos haría! ¡cuánto nos ayudaría! estaríamos haciendo el raciones donde prima la velocidad, la eficiencia, el éxito,
duelo juntos: el que se va y el que se queda sin él. esto deja la estética, la belleza. la computación ha introducido có-
una experiencia no traumática de la muerte, es el cierre de digos y un lenguaje que se ha popularizado y que le es
la vida natural. y si los niños y jóvenes de la familia parti- propio. esto ha incluido una ruptura generacional en el
cipan de esto, la vivencia hacia la vejez será más benévola… sentido de un antes y un después de la computación, que
todo esto queda incluido cuando se habla actualmente margina a los viejos que no han aprendido a utilizarla. esto
de calidad de muerte. por supuesto que todo esto es dis- se da sobre todo en los viejos jubilados de profesiones
tinto, tiene otro sentido que morirse. donde la tecnología computorizada ha hecho grandes
las condiciones médicas por las cuales una persona cambios que dan por tierra con lo “antiguo”. primando los
vieja debe recurrir a la sala de terapia intensiva son especí- valores relacionados con el éxito, la rapidez, los cambios,
ficas. y cuando el motivo no son las condiciones específicas va de suyo que la vejez es un disvalor.
de la enfermedad, debe depender de la presión que hace a pensemos en la vejez de estas personas jóvenes de
veces la familia que no acepta la muerte en su seno. o del hoy. aunque tal vez con la computadora agregarían un
propio médico, que no tolera que se le muera un paciente… elemento de gran ayuda en cuanto a la comunicación: no
porque en realidad la sala de terapia intensiva es para estarían solos, disfrutarían con un gran entretenimiento.
salvar vidas, no para ir a morir. y todo esto con muy poca inversión física en movilidad,
en cuanto a la familia, son los geriatras junto a los pe- fuerza, equilibrio…
diatras las especialidades médicas que más tienen que ver
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pero el afecto, lo afectivo que sería el valor primero hospitales, geriátricos y el fastidio, la irritación y el des-
en la vejez, está ausente. entonces ¿frente a qué tipo de precio con que a menudo habla de ellos el personal. esto
viejos estaríamos? no ocurre, por ejemplo, en la sala de niños.
otro tema es la desocupación: no hay cultura del tra- este maltrato lo estamos gestando en el vínculo con los
bajo. Si la vejez está marcada por la jubilación ¿cómo será otros, aún de viejos, y en condiciones de alta fragilidad fí-
entonces? sica y económica. Somos iguales a lo que fuimos…
es muy observable la fobia social que hay hacia la vejez: en cambio, si pudiéramos tornar saludables a nuestros vín-
lo primero que hace la sociedad es negarla. miremos qué culos, sería que “de un viejito amoroso nadie se desprende”…
difícil es instalar la vejez naturalmente en los medios. es nuestra responsabilidad ineludible ayudar a sanar los
miremos aún en lugares donde los viejos son asistidos: mitos personales, individuales, familiares y de la sociedad.
Abiven, M. (2005): “Vivre avec celui que meurt”. Gérontologie et Societé. La fin de la vie, FNG, Nº 90,137-146, París.
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RICARDO IACUB
doctor en psicología.
profesor de Psicología de la Tercera Edad y Vejez,
Facultad de psicología, universidad de Buenos aires.
rEflExionEs
en las últimas décadas asistimos a dos transforma- para desenvolverse socialmente y para tener relaciones satis-
ciones en el envejecimiento. a nivel demográfico ha- factorias con los otros, concluyendo en la disminución de la
llamos un cambio en la estructura de edades que ha dado capacidad de salud” (rodríguez espínola, 2010). para ello se
lugar a un aumento del número de adultos mayores. por el aplicó el KpdS-10 (Kessler psychological distress Scale) el
otro una nueva cultura de la vejez ha generado modifica- cual indaga un conjunto de síntomas vinculados a la depre-
ciones en los estilos de vida de este grupo etario y en las sión y la ansiedad, tales como inquietud, agitación, deses-
expectativas sociales del conjunto de la población. peranza, tristeza, cansancio y nerviosismo.
describir el cambio social acaecido requiere la mayor pro- uno de los más interesantes hallazgos es que los ni-
ducción de conocimientos relativos a este tema. Sin embargo veles de malestar psicológico no difieren del resto de las
nuestro país se caracterizó por estudios que solían carecer de edades y dentro del conjunto de las personas mayores el
muestras lo suficientemente amplias para describir la realidad malestar no aumenta con la edad, por el contrario dismi-
nacional. por esta razón este estudio, que ha permitido co- nuye desde los 75 años.
nocer tan diversos y novedosos aspectos del envejecimiento de esta manera hallamos que las edades con menor
en nuestro país, constituye junto a la encuesta nacional sobre malestar psicológico toman una forma de u invertida ya
calidad de Vida de adultos mayores (indec, 2012), una suerte que tienen su ápice entre los 18 y 34 años, para luego au-
de cambio cultural en relación a la temática, ya que profundiza mentar entre los 35 y 64, y volver a disminuir a los 75 años.
notoriamente los conocimientos generados y destaca el in- la forma de u invertida permite realizar conexiones con
terés que suscita el envejecimiento en este momento histórico. otras investigaciones internacionales que toman como foco
en este caso quisiera realizar ciertas observaciones la felicidad y donde se presenta la forma de u. en estos estu-
sobre la investigación, relativas a aspectos puntuales, par- dios emerge el primer ápice a los 20-25 y el segundo a los 65-
ticularmente sensibles al conocimiento psicológico que 70 años. con nuevas extensiones a edades aún más tardías.
se encuentran en dos ejes de los capítulos iii y iV. estos hallazgos darían lugar a la denominada “paradoja de
Quiero enfatizar que para la psicología esta investigación la vejez” ya que interpelaría cierto sentido común asociado
permite un nivel de acercamiento que no dudo que represente a que el bienestar subjetivo debería basarse en bienes tales
un hito en la producción de saber sobre la psicogerontología. como los mayores recursos físicos, la cantidad de años por
vivir o a la más alta valoración atribuida a la juventud y adultez,
capítuLo iii: estado, atención factores que resultarían menos factibles en los adultos ma-
y necesidades de saLud yores. de esta manera el acceso al bienestar o el malestar no
Eje Nº 2: El Malestar Psicológico parecieran explicables desde los presupuestos clásicos y nos
en el marco de esta investigación el malestar psicológico llevan a la necesidad de indagar nuevas respuestas.
es definido “como un déficit en los recursos emocionales y las investigaciones se levantan contra esta creencia con
cognitivos de las personas, carencia que afecta las capacidades evidencias cada vez más sólidas. entre estas, surge la pers-
para responder a las demandas ordinarias de la vida cotidiana, pectiva de laura carstensen, quien en línea con el existen-
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cialismo filosófico, encuentra que tomar consciencia de capítuLo iv: eL bienestar subjetivo
la brevedad de la vida resulta un factor crucial en la mejor y Las capacidades sociaLes
selectividad y con ello en la satisfacción vital (carstensen, de Los aduLtos mayores
2006). otros toman la experiencia vital como un aprendizaje Eje Nº 1: Estrategias de afrontamiento,
de manejo emocional que daría lugar a más efectivos con- incapacidad de tener proyectos personales y
troles ante los afectos negativos (Blanchard Fields, 2006). carencia de control externo.
asimismo podemos notar la curiosa interpelación a un el análisis propuesto está basado en el examen del
modelo de vida estimulado socialmente, el de la adultez, cuarto capítulo relativo a los déficits en los recursos psi-
basado en una suma creciente de responsabilidades, el cológicos que posibilitan el bienestar subjetivo y las capa-
cual promovería un aumento del malestar o limitaría el cidades sociales de los adultos mayores. para ello se rea-
acceso a la felicidad. lizará una lectura sobre su primer eje, relativo a las estra-
el momento de transición y adaptación a la vejez resulta el tegias de afrontamiento, incapacidad de tener proyectos
de mayor malestar, el cual podría pensarse como el efecto de personales y carencia de control externo.
un cambio de modo de vida donde el sujeto debe adaptarse en base a los hallazgos de este estudio quisiera realizar
a nuevos valores, estilos de vida y donde el efecto de la edad ciertas interpretaciones posibles que sirvan para generar
y sus creencias negativas, parece percibirse con particular in- nuevas lecturas que enriquezcan los ángulos de comprensión.
tensidad, tanto en las cuestiones funcionales como estéticas. los ejes de análisis propuestos por este estudio re-
resulta destacable comparar los números del malestar, sultan de particular valor ya que se basan en presupuestos
no solo por las edades sino también en una comparación de gran importancia para los estudios psicológicos y que
por variables específicas que nos permiten hallar nueva han generado importantes desarrollos científicos.
luz sobre los resultados. el primero de estos, las estrategias de afrontamiento o
Si comparamos al interior de los niveles educativo y eco- coping, resulta un ángulo interesante desde donde indagar
nómico podemos analizar los siguientes hallazgos: en los ni- los esfuerzos cognitivos y afectivos orientados a manejar
veles de menor educación con la edad crece levemente el las demandas internas y ambientales que ponen a prueba
malestar psicológico, de 26,8 a 27,8%, mientras que en los o exceden los recursos personales, tratando de “manejar,
niveles más educados con la edad se reduce de 15,8 al 14%. tolerar o reducir las demandas externas y/o internas y los
en ambos estratos económicos hay una disminución notoria conflictos entre ellas” (lazarus y Folkman, 1980, p.223). al
de los niveles de malestar con la edad. en el estrato más bajo interior de este constructo se elige el “afrontamiento pa-
pasa del 34,0 a 28,9% y en el más alto del 10,9 al 8,0%. de sivo o evitativo” para dar cuenta de un enfoque deficitario
esta manera podemos considerar como el malestar psicoló- donde predominan las conductas destinadas a distraer, ig-
gico es mediatizado por la educación o el estrato económico norar y evitar pensar en la situación problemática, sin rea-
haciendo que el malestar pueda aumentarse o reducirse. lizar intentos activos por tratar de resolver la situación.
Finalmente cuando pensamos en el malestar psicológico el segundo es la incapacidad de tener proyectos perso-
según la percepción de la salud es importante considerar nales, comprendido como la imposibilidad de considerar
que más allá del objetivo incremento de problemas físicos objetivos a más largo plazo que la conformación de metas
de los adultos mayores cuando analizamos la autopercep- que surjan de lo cotidiano. definición menos acabada que
ción podemos notar que es mejor en los más grandes, tanto la anterior pero que se desprende de la pregunta.
al señalar que tienen problemas como que no los tienen. el tercero es la “creencia en el control externo” enten-
este conjunto de perspectivas nos permite señalar un dido como la falta de convicción en la eficacia de la propia
cambio positivo donde el sujeto establece nuevos marcos conducta para modificar positivamente el entorno. lo que
de interpretación que permiten, en ciertas condiciones, me- volvería al sujeto más influenciable a la coerción social,
jorar los niveles de bienestar. Sin embargo surgen algunas tener menos motivación al logro y expectativas hacia el
cuestiones que deberíamos seguir explorando tales como el futuro (rodríguez espínola, 2012).
factor de género, ya que el malestar psicológico aún cuando de esta manera tomando en consideración las definiciones
sigue la linealidad de los estudios internacionales sobre y sus hallazgos resulta importante destacar lo siguiente: por
padecimientos como ansiedad y depresión, no pareciera con- un lado observamos que las estrategias de afrontamiento, la
decir con la capacidad adaptativa que muestran las mujeres incapacidad de tener proyectos personales y creencia en el
adultas mayores frente a los cambios del envejecimiento. control externo resultan aumentadas notoriamente por el
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nivel educativo, el estrato social o el estado de salud percibido, a una racionalidad compartida por niveles educativos y so-
determinando un nivel de continuidad en el conjunto de los ciales más altos, así como de ciertos valores de género.
cambios. por el otro no resulta tan claro si tomamos cada uno la exaltación del tipo de afrontamiento racional, autó-
de estos recursos en su conjunto y en comparación con los nomo e inmediato es parte de un discurso social que apela a
más jóvenes. así como los mayores parecen usar más estrate- un tipo de respuesta que no siempre incide en las prácticas
gias pasivas y cuentan con menos proyectos, no se distinguen cotidianas. Si consideramos la disminución de proyectos,
por no creer en el control personal. esta diferencia me parece particularmente en el grupo de más edad de los adultos
de singular importancia ya que podría indicar cierto nivel de mayores, y lo comparamos con la creencia en el control ex-
contradicción entre los datos emergentes, o que aquello que terno de este mismo grupo, donde entre las preguntas se
estamos describiendo como factores deficitarios podrían no apela a la planificación personal, podríamos notar cierta
serlos o podrían dar lugar a interpretaciones diversas. para discontinuidad o contradicción entre los resultados.
ello trataremos de cuestionar ciertas definiciones de los con- la cuestión del proyecto también resulta importante de
ceptos elegidos que facilitarán nuevas indagaciones. considerar ya que este término contiene una serie de sig-
uno de los criterios acerca del afrontamiento pasivo con- nificados variables que motivan la confusión. es habitual
sistió en la ausencia de oposición, a través de conductas evi- entre las personas mayores que el término proyecto se re-
tativas y de negación, las cuales solían lograr menor éxito. fiera a objetivos de alto valor social, tales como el estudiar,
Sin embargo, lazarus y Folkman (1986) criticaron esta gene- trabajar o casarse, hallando en los objetivos individuales
ralización del concepto, ya que no siempre afrontar activa- algo menos relevante o no considerable como proyecto.
mente equivale a tener éxito, y estiman que tanto el afron- la idea del proyecto en las personas mayores también en-
tamiento como las defensas deben verse como algo que cuentra limitaciones al confrontarse con la menor dimensión
pueden funcionar bien o mal en determinadas personas, con- temporal de la vida. esto lleva a que los proyectos tomen una
textos u ocasiones. algunos de los factores que preocupan a medida más acotada, y donde el “día a día” adquiere un enorme
los mayores, como ciertas enfermedades crónicas, duelos o valor para la consecución de metas cotidianas, al tiempo que
la propia muerte, no encuentran más soluciones que el no resulta de un proceso de adaptación de compleja asimilación,
pensar demasiado o distraerse ya que no existe una solución pero sin que esto implique necesariamente un déficit.
cierta o los modos de resolución pasan por andariveles de el proyecto en los niveles más educados y de estratos
aceptación que pueden parecer evitativos en su enunciación. sociales más altos toma un valor discursivo diferente, ya
la eficacia parece depender de la interrelación de la persona que suele estar más asociado a las metas personales sin un
con el contexto en que se encuentre, presentando gran varia- valor social preestablecido, donde el ideal de la autonomía
bilidad en función de la personalidad, los procesos cognitivos, y el disfrute personal tiene un sentido más legitimado.
la situación específica de crisis, los recursos sociales, etc. por lo tanto podríamos pensar que ciertos resultados
es importante reconocer también criterios generacio- tendrían que ver con valores culturales puestos en juego
nales, ya que los modos de afrontamiento toman caracte- con ciertos márgenes de determinación sobre las prác-
rísticas discursivas diferenciales. es notorio que nuestra ge- ticas sociales. el ideal de autonomía, los familiares o las
neración demanda un nivel de autonomía mayor que las an- expectativas de dependencia aparecen en interjuego con
teriores y que la evitación o afrontamiento también toman los recursos que cada relato ofrece, incidiendo particular-
formas propias de las sociedades actuales. por ejemplo esta mente sobre ciertos segmentos poblacionales.
teoría toma el afrontamiento religioso como una forma de es importante tener en cuenta que en los últimos años
evitación, lo que no sería tan válido para otros contextos cul- el cambio cultural ha promovido que los adultos mayores
turales e incluso generaría debates al interior del nuestro. aumenten los niveles de autonomía personal en detri-
otro eje de interrogación se basa en preguntarnos en qué mento de ciertas pautas culturales que establecían el cui-
medida ciertas respuestas no aparecen mediatizadas por dis- dado externo y la vida familiar como eje de la socializa-
cursos intelectualmente validados a nivel social, y responden ción de este grupo etario.
INDEC (2013): Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores 2012: principales resultados, Serie Estudios INDEC N°46.
Buenos Aires: Instituto Nacional de Estadística y Censos.
ODSA-UCA (2010): Barómetro de la Deuda Social Argentina, nº 6. La Deuda Social Argentina frente al Bicentenario. Progresos destacados
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MARÍA INÉS PASSANANTE
doctora en Sociología
instituto para el matrimonio y la Familia,
universidad católica argentina
ComEntArio
el Barómetro de las personas mayores incluye acertada- año que la organización de las naciones unidas dedicó a
mente un capítulo referido a los recursos psicológicos para el las personas de edad avanzada, San Juan pablo ii escribió a
bienestar subjetivo y también, a las capacidades sociales de sus 79 años, la “Carta a los Ancianos”. dirigida a sus coetá-
quienes han “ascendido” en edad. entre las capacidades so- neos, su estilo es confidencial y cercano. refiriéndose a
ciales, se consideró el apoyo social, en sus tres tipos: afectivo, la solidaridad intergeneracional, San Juan pablo ii señaló:
instrumental e informacional. este tema ha sido estudiado “los aspectos de la fragilidad humana, relacionados de
en las investigaciones sobre ancianidad de la última década. un modo más visible con la ancianidad, son una llamada a
centraré mi comentario en las siguientes proposiciones: la mutua dependencia y a la necesaria solidaridad que une
a las generaciones entre sí porque toda persona está ne-
1. La famiLia, fuente de apoyo cesitada de la otra y se enriquece con los dones y carismas
sociaL de Los ancianos de todos” (San Juan pablo ii, 1999).
el apoyo social es la disponibilidad de personas en quien en 2004, la pontificia academia de ciencias Sociales, fun-
el sujeto puede confiar o en quien puede descansar y que lo dada por San Juan pablo ii, realizó su X Sesión plenaria, sobre
hacen sentirse cuidado y valorado como persona. carmen el tema “Solidaridad intergeneracional, bienestar y ecología
Barros lezaeta, socióloga de la pontificia universidad cató- humana”. en ella se propuso ofrecer un conocimiento claro
lica de chile, ha investigado el tema de la calidad de vida y sobre los recientes cambios en las relaciones entre las ge-
la ancianidad, y señaló que el apoyo social “es percibir que neraciones y analizar sus efectos en los servicios sociales,
hay otros que se preocupan de uno y que están disponibles tanto en países donde está desarrollado el estado de bien-
en caso de necesitarlos” (Barros lezaeta, 2005). estar como en los que este último es mínimo o inexistente
en américa latina, las investigaciones sociológicas (pontificia academia de ciencias Sociales, 2004).
sobre el apoyo social a los ancianos analizan los paráme- las naciones unidas han considerado la solidaridad in-
tros de solidaridad intergeneracional y especialmente los tergeneracional con otro significado. el concepto fue uno
diferentes tipos de apoyo entre los miembros de la familia de los núcleos de la Segunda asamblea mundial sobre en-
(cepal-celade, 2003). vejecimiento, celebrada en madrid en 2002. las naciones
Gran parte de estos trabajos destacan la reciprocidad entre unidas, se refiere a la idea de “una sociedad para todas
los ancianos y su familia. el apoyo social es considerado tam- las edades”, es decir, una sociedad en la que personas de
bién como un intercambio de servicios entre padres e hijos. todas las edades puedan vivir y que sea capaz de dar res-
las personas mayores no sólo suelen recibir ayuda, sino que puesta a las necesidades de todos y procurar su bienestar.
ellas mismas constituyen una importante fuente de solida- Se trata de una sociedad en la que se practica la solida-
ridad intergeneracional. pertenecer a una familia y valorizar ridad intergeneracional que implica relaciones que satis-
todos sus miembros constituyen la base de la solidaridad. fagan las necesidades de todos. en este sentido, la noción
el concepto de solidaridad intergeneracional expresa de solidaridad intergeneracional se relaciona con la de
un valor proclamado desde distintos ámbitos. en 1999, “envejecimiento activo”.
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los resultados del Barómetro de las personas mayores sona de edad avanzada, la ayuda de otros familiares que
realizado en odSa avalan la tesis de la familia como no conviven, y el papel de los “cuidadores”. en esta línea,
fuente de apoyo social de los ancianos. se destacan las investigaciones de la socióloga carmen
¿cuál es el perfil de las personas mayores donde es más Barros lezaeta, de la pontificia universidad católica de
frecuente el déficit de apoyo? chile, en lo referente al significativo rol del cónyuge y
de las hijas.
1. en cuanto al déficit de apoyo afectivo es más fre- en este sentido, se destacan las redes familiares de
cuente “en primer lugar, entre quienes viven solos apoyo social y las redes no familiares (amigos, vecinos). por
(41%). le sigue los de estrato socioeconómico más otra parte, las redes comunitarias (organizaciones privadas
bajo (24,7%)”. en tanto, entre los mayores de 60 años y públicas, voluntarias, confesionales o no-confesionales)
el promedio de déficit de apoyo afectivo es 19,2%. se basan en la pertenencia a un grupo y en la territoria-
2. con respecto al déficit de apoyo instrumental: “la lidad; la cercanía geográfica o la vecindad.
condición que más determina este tipo de déficit es la participación de las personas mayores en activi-
vivir solo (70,9%) en tanto, entre los mayores de 60 dades voluntarias y en organizaciones de la sociedad civil
años, el porcentaje es 41,1%. contribuye a la creación de redes comunitarias de apoyo.
3. en relación al déficit informacional: “nuevamente, es cuando el anciano vive solo y carece de redes familiares de
entre las personas que viven solas donde se encuentran apoyo, ¿son las redes comunitarias posibles generadoras de
los valores más altos de este tipo de déficit (63,1%)”. servicios de cuidados y apoyo?
mientras que entre los mayores de 60 años, el pro- en américa latina, la familia aparece como la principal
medio es 43,3%. proveedora de cuidados y las redes comunitarias colabo-
rarían en menor medida.
Según un estudio realizado en chile en 2010, muchas
personas mayores eligen vivir solas considerándolo un de- 2. eL apoyo sociaL, uno de Los factores
recho digno de ser respetado por la familia (la nación de asociados aL bienestar en La vejez
chile, 21-5-2010). un adulto mayor que vive solo potencia carmen Barros lezaeta señala que el apoyo social tiene
ciertas habilidades relacionadas con la autonomía. ello de- un doble efecto sobre el bienestar: 1) permite que el in-
pende de distintas condiciones. dividuo se sienta parte integrante de una comunidad de
en españa, el 87,3% de las personas mayores prefiere vivir personas unidas por lazos de solidaridad, y 2) preserva y
en su casa aunque sea solos, según datos de la encuesta a los protege de los efectos de las condiciones de estrés.
mayores de 2010 (imSerSo, 2010). esto es también así para el Barómetro de las personas mayores constata que el
el 65% de la sociedad española. los ancianos quieren seguir mayor déficit de felicidad se da entre las personas mayores
viviendo en su casa aún cuando necesiten ser cuidados. que viven solas (21,8%). este porcentaje es un poco más
Si bien la familia es el lugar por excelencia donde el alto que entre los que tienen muchos problemas de salud
anciano puede vivir, no se trata sólo de un lugar físico, (20%) y casi igual que entre los que pertenecen a los es-
sino del conjunto de relaciones que constituye la familia, ya tratos socioeconómicos más bajos (20,9%). en tanto, el
sea que el anciano viva o no con quienes tiene vínculos promedio de los mayores de 60 años que declaran sen-
de sangre. la cuestión radica en la frecuencia de las rela- tirse poco o nada feliz es 15,4%.
ciones con la familia. Si bien las personas mayores que se declaran muy fe-
¿Quiénes cuidan a las personas mayores lices se encuentran con más frecuencia entre las de es-
dependientes? trato socio-económico alto, no sería posible reducir el
la literatura sobre gerontología ha mencionado un pa- tema de la felicidad sólo a la pertenencia a este estrato.
trón jerárquico de preferencia ante la necesidad de cuidar los resultados del Barómetro indican que el factor que
a los ancianos, quienes recurren primero al cónyuge, más incide en la infelicidad (sentirse poco o nada feliz) es
luego a los hijos adultos, después a los parientes y final- el hecho de vivir en un hogar unipersonal. a esto cabría
mente a los amigos. agregar, la falta de proyectos, que “es una especificidad
la categoría “redes sociales” suele utilizarse como in- de las personas mayores” pues una de cada cuatro (25,5%)
dicador del apoyo social que reciben los ancianos y com- respondió que no puede pensar proyectos más allá del día
prende la protección de la familia que vive con la per- a día. entre quienes presentan este déficit, se destacan
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los de estratos socioeconómicos más bajos, los que tienen 3. La espirituaLidad y La confianza
muchos problemas de salud y los que viven solos. en dios, factor asociado aL
por otra parte ¿cuál es el tipo de hogar que más ayuda bienestar en La ancianidad
contra la infelicidad? aquel donde conviven sólo personas merece destacarse la inclusión de la “espiritualidad”
mayores, especialmente, parejas de edad. ello sugiere la como una dimensión significativa de las personas, y de
incidencia de la viudez y de la soledad en los sentimientos los ancianos. Barros lezaeta se refiere a la “religiosidad”
de infelicidad y podría interpretarse de acuerdo con las como un conjunto de factores: sentido de la vida, sosiego,
conclusiones de estudios que señalan al cónyuge como y paz espiritual, que se asocian a la calidad de vida en la
principal proveedor de apoyo social de los ancianos. ancianidad. la confianza en dios y la espiritualidad asigna
el sentimiento de soledad entre las personas mayores un nuevo significado a lo que nos acontece.
que viven solas (27,3%) supera al encontrado entre las los últimos años de la vida son una etapa de “ascenso”
personas mayores del estrato socioeconómico más bajo espiritual. una buena noticia surge del Barómetro de las per-
(21%). pero también, la percepción de la soledad dismi- sonas mayores: la paz espiritual es un bien que aumenta
nuye drásticamente cuando mejora el estrato. ello podría con la mayor edad. de este bien suelen beneficiarse más
relacionarse con las mejores oportunidades de sociabi- las mujeres que los varones, las personas de estratos altos y
lidad de los estratos más altos. en este sentido las redes quienes no tienen problemas de salud. Sin embargo, entre
sociales y comunitarias, contribuirían a menores senti- los que tienen un estado de salud más crítico, hay dos ter-
mientos de soledad. cios que declaran haber alcanzado paz espiritual.
en la vejez, suele deteriorarse la salud, puede perderse la carencia de paz espiritual alcanza a una de cada tres
la autonomía, es probable cierta soledad afectiva, a causa personas mayores que viven solas. nuevamente, el déficit de
de la viudez. en ese momento, los vínculos familiares y los “acompañamiento” y de “relación social” aparece como lo
lazos sociales son esenciales para una buena ancianidad. más negativo para una buena ancianidad.
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156 | Barómetro de la Deuda Social con las personas mayores
ANEXO METODOLÓGICO
TABLA AM1
METODOLOGÍA APLICADA
Representación de la población de 60 años
y más en la muestra de la EDSA (2010 - 2013)
La Encuesta de la Deuda Social Argentina, EDSA-
Bicentenario (2010-2016) releva hogares y personas Número de casos por año
de 18 aglomerados urbanos de 80.000 habitantes y Total de la población de
Total de encuestados
más. Este conjunto de aglomerados está conformado Año de 60 años y más
60 años y más residentes
en hogares encuestados
por: Capital Federal, Conurbano Bonaerense, Gran 2010 1.119 2.651
Rosario, Gran Córdoba, Gran San Miguel de Tucumán 2011 1.242 2.874
y Tafí Viejo, Gran Mendoza, Mar del Plata, Gran Salta, 2012 1.259 2.866
2013 1.183 2.639
Gran Paraná, Gran Resistencia, Gran San Juan. Neu- Total 4.803 11.030
quén-Plotier-Cipoletti, Zárate, La Rioja, Goya, San
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016). ODSA, UCA.
Rafael, Comodoro Rivadavia y Ushuaia y Río Grande. .
TABLA AM2
Déficit de Situación en la que una vivienda no cuenta Porcentaje de personas de 60 años y más
servicio con baño, retrete, o en caso de tenerlo carece en hogares sin baño, retrete o descarga
sanitario de descarga mecánica o arrastre de agua mecánica o arrastre de agua
Número elevado de personas por cuarto Porcentaje de personas de 60 años y más
Hacinamiento habitable, lo que afecta la salubridad y la en hogares en cuyas viviendas conviven
privacidad de las personas tres o más personas por cuarto habitable
Déficit de Carencia de conexión a la red de gas natural Porcentaje de personas de 60 años y más
conexión a la
red de gas
domiciliaria, con consecuencias en la en hogares cuyas viviendas carecen de
natural seguridad de quienes deben utilizar garrafas conexión a la red de gas natural
Déficit de acceso Viviendas que presentan uno o más Porcentaje de personas de 60 años y
a servicios indicadores de déficit (acceso a red de agua más en hogares que presentan uno o
domiciliarios de potable, acceso a red cloacal, acceso a red de más indicadores de déficit de acceso a
red gas natural) servicios
DÉFICIT DE
Alumbrado Porcentaje de personas de 60 años y más
público y/o falta Carencia de alumbrado público y/o falta de en hogares sin alumbrado público en las
de conexión a conexión a red eléctrica en la vivienda calles perimetrales y/o sin conexión a red
red eléctrica eléctrica domiciliaria
domiciliaria
Prevalencia de
terrenos y Porcentaje de personas de 60 años
Presencia en las inmediaciones del hogar
calles y más en hogares con presencia en
de calles inundables y/o falta de desagües
inundables y/o las inmediaciones del hogar de calles
falta de pluviales en las calles perimetrales, lo que
inundables y/o falta de desagües
desagües afecta la movilidad urbana
pluviales en las calles perimetrales
pluviales
Prestador Indica el prestador al que recurrió para la Porcentaje de personas de 18 años y más
utilizado para
la última
última consulta independientemente de la que recurrieron en la última consulta a
consulta cobertura social que tenga servicios de salud pública o a PAMI
TABLA AM3
Proporciones
Cantidad de
TAMAÑO
población según 10% 20% 30% 40% 50%
MUESTRA
censo 2010
GRUPO DE EDAD
Personas de 60 a 74 años 4.134.583 3.527 1,0 1,3 1,5 1,6 1,7
Personas de 75 años y más 1.591.255 1.276 1,6 2,2 2,5 2,7 2,7
SEXO
Varón 2.398.404 2.065 1,3 1,7 2,0 2,1 2,2
Mujer 3.327.434 2.738 1,1 1,5 1,7 1,8 1,9
NIVEL DE INSTRUCCIÓN
Hasta secundario incompleto 4.134.583 3.007 1,1 1,4 1,6 1,8 1,8
Secundario completo y más 1.591.255 1.792 1,4 1,9 2,1 2,3 2,3
TIPO DE HOGAR
Unipersonal 1.141.321 989 1,9 2,5 2,9 3,1 3,1
Multipersonales puros 1.961.524 1.559 1,5 2,0 2,3 2,4 2,5
Multipersonales mixtos 2.622.993 2.255 1,2 1,7 1,9 2,0 2,1
ESTRATO SOCIOECONÓMICO
Medio alto 912.824 602 2,4 3,2 3,7 3,9 4,0
Medio bajo 1.083.729 1.022 1,8 2,5 2,8 3,0 3,1
Bajo 1.310.500 1.235 1,7 2,2 2,6 2,7 2,8
Muy bajo 2.418.785 1.912 1,3 1,8 2,1 2,2 2,2
CONDICIÓN RESIDENCIAL
Trazado urbano 5.536.222 4.639 0,9 1,2 1,3 1,4 1,4
Villa o asentamiento precario 189.616 163 4,6 6,1 7,0 7,5 7,7
TIPO DE AGLOMERADO
Ciudad Autónoma de Buenos Aires 1.408.206 534 2,5 3,4 3,9 4,2 4,2
Conurbano Bonaerense 2.427.015 1.031 1,8 2,4 2,8 3,0 3,1
Otras Áreas Metropolitanas y
1.890.617 3.238 1,0 1,4 1,6 1,7 1,7
resto urbano