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Sexualidad y discapacidad: destruyendo mitos

Ser humano es ser sexual (Winder, 1983)


Normalmente se entiende que sexualidad es igual a sexo. La verdad es que es algo mucho
más amplio e incluye identidades y roles de género, orientación sexual, erotismo, placer,
intimidad y reproducción. Está influenciado por factores psicológicos, económicos,
políticos, sociales y biológicos. La sexualidad es un aspecto natural y saludable de la vida
y es parte de quién eres.
Las mujeres con discapacidad rara vez son vistas como seres sexuados, lo que lleva a la
creación de mitos e ideas erróneas alrededor de su sexualidad. Es propósito de este texto
es desenmascarar esta información errónea.
1. MITO: Las mujeres con discapacidad no necesitan sexo.
REALIDAD:
 Las mujeres con discapacidad son seres sexuados con fantasías sexuales,
sentimientos y aspiraciones como cualquiera. Más que por su discapacidad,
no pueden expresar su sexualidad porque se las asume como no sexuales.
 Particularmente aquellas con discapacidades físicas, son infantilizadas y
solo se piensa en ellas en temas de “cuidado” y “protección”, es decir, se
las asume como asexuadas.

2. MITO: Las mujeres con discapacidad no son sexualmente atractivas.


REALIDAD:
 Lo que atrae a alguien es único para cada individuo y es causado por una
mezcla de cuestiones no predecibles, que pueden incluir el físico, el
contexto, las fantasías sexuales, etc. Sin embargo, porque estamos
rodeados de ideas falsas de belleza, como las modelos con cuerpos
imposibles de obtener, puede complicarse empezar a pensar en personas
que no encajan en este estándar como “bellas”.
 Antes que nada, la atracción es una conexión entre dos personas.

3. MITO: Las mujeres con discapacidad están sexualmente obsesionadas”


(oversexed).
REALIDAD:
 Debido a que a las mujeres con discapacidad se las “infantiliza” y no se
supone que sean sexuadas, cualquier deseo sexual que expresen se verá
como pervertido o “demasiado”.
 Este mito es muy persistente especialmente con las mujeres con
discapacidad mental. Debido a que estas personas no hayan recibido
educación respecto a normas sexuales (la masturbación como algo privado,
tus genitales deben permanecer cubiertas, etc.), pueden expresar su
sexualidad de formas socialmente inapropiadas, pero esto solo es resultado
de esa falta de información sobre su cuerpo. Esto es peligroso porque las
expone a los abusos sexuales bajo la mentira de que “les gusta”.
4. MITO: Las mujeres con discapacidad tienen necesidades más importantes
que el sexo.
REALIDAD:
 Si una mujer necesita ayuda para poder satisfacer sus necesidades
“básicas”, las “otras” son asumidas como irrelevantes.
 El deseo sexual de una persona no puede ser simplemente visto como
“secundario” a lo más “fundamental” tenga discapacidad o no.

5. MITO: Las mujeres que viven con discapacidad no necesitan educación


sexual.
REALIDAD:
 La educación sexual engloba más que los mecanismos del sexo. A una
edad adecuada ayuda a conocer cómo los adolescentes se sienten con su
cuerpo, el amor, sexo, relaciones y protección del abuso y la violencia.
 Las niñas con discapacidades son las más denegadas de la poca educación
sexual que sus pares reciben. Incluso la educación sexual puede empoderar
a las jóvenes con conocimiento e información para tener sexo placentero
y seguro, prevenir ITS, embarazos adolescentes y protegerse de parejas
sexuales abusivas.

6. MITO: Las mujeres con discapacidad no pueden tener “sexo de verdad”.


REALIDAD:
 Este mito puede llevar a las mujeres con discapacidad a creer que, porque
no pueden ver, sentir o mover sus cuerpos de determinada manera, el sexo
no es para ellas, cuando en realidad es para todos, incluso si la mecánica
de este varíe. Las únicas reglas universales para el sexo deben ser el
consentimiento y seguridad.

7. MITO: El sexo debe ser espontáneo


REALIDAD:
 En la realidad, el sexo no ocurre de forma completamente espontánea, sino
que siempre es un proceso de comunicación.
 Las mujeres con discapacidad pueden requerir factores extra antes de tener
un encuentro sexual con alguien, pero eso no las hace menos “naturales”
o “reales” que aquellas que no tengan discapacidad.

8. MITO: Las mujeres con discapacidad no deberían tener hijos


REALIDAD:
 Debido a que se las asume como seres asexuados, mucho menos se espera
que se reproduzcan. Se cree que “la discapacidad reproducirá más
discapacidad”, es decir, que se cree estas mujeres solo darán a luz a niños
con discapacidades, lo que no es necesariamente cierto. Tanto las mujeres
con discapacidad como las que no las tienen se encuentran con la misma
probabilidad de dar a luz a un niño con discapacidad.
 También se cree que las mujeres con discapacidad no serían capaces de
cuidar a sus hijos, lo cual es solo una mala percepción.

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