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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES


ESCUELA DE SOCIOLOGÍA
DPTO. DE ECONOMÍA POLÍTICA
SEMESTRE II- 2013. SECCIÓN 22
PROFESORA: Oly Millán Campos

TEORÍA MARXISTA ENFOCADA EN EL MARCO DE LA


ACTUAL CRISIS ESTRUCTURAL DEL SISTEMA
CAPITALISTA MUNDIAL: SECTOR FINANCIERO
ESTADOUNIDENSE

CURSANTES:
Noelcar Paredes. C.I.: 20.639.664
Daleska Ramírez. C.I.: 23.637.634
Nathaly Rivero. C.I.: 24.864.048
Osbeiris Rivera. C.I.: 24.367.967
Caracas, Febrero de 2014.
TEORÍA MARXISTA ENFOCADA EN EL MARCO DE LA ACTUAL CRISIS
ESTRUCTURAL DEL SISTEMA CAPITALISTA MUNDIAL: SECTOR
FINANCIERO ESTADOUNIDENSE
En el S. XIX con el pleno apogeo de la Revolución Industrial, Marx ve que la
sociedad se encuentra dividida, estas divisiones las enfrenta en dos clases, la del
proletariado y la burguesía, donde la clase dominante era la capitalista o el burgués, ya
que esta era poseedora de los modos o medios de producción no solo de las mercancías
producidas que serían intercambiadas posteriormente en el mercado sino que además ser
los patronos por expolio de las fuerzas de trabajo, esa clase que Marx denominó como
proletariado. La revolución industrial, según el libro “La Revolución de la Riqueza”
trajo transformaciones entre los mercados, los comerciantes y la gente corriente de todo
el mundo. Transformó a muchos campesinos en el seno de una economía monetaria y
los trabajadores por primera vez cobraron en dinero. Tantas innovaciones tecnológicas y
productivas trajeron consigo innovaciones en materia de mercados y comercialización
haciendo que estos se expandieran en la vida cotidiana de la mayor parte de las
sociedades.
Debemos destacar que él centra su análisis en el trabajo como forma de división
social y elemento necesario en la organización de la sociedad que se estaba gestando,
pero el trabajo por sí solo no representa para él algo perjudicial en una sociedad, éste
destaca y pone sus ojos y pluma en el trabajo que se consolida como enajenado a través
de los medios de producción de la propiedad privada estructurada en el sistema
capitalista dentro ámbitos tan importantes como lo son el Estado, los sujetos que
conforman una Nación, la economía y la política; el conglomerado de estos aspectos
han llevado al autor y a su tesis en arroparlo como una totalidad concreta. La
producción de mercancía era la ardua labor del proletariado recibiendo a cambio un
salario miserable como forma de pago, el cual no cubría las necesidades ni condiciones
de existencia físicas y espirituales del trabajador como ser humano, siendo explotados y
alienados de su propia producción a pesar de que no eran ellos los que desembolsaban
cantidad de capital para la materia prima del producto, aquellos se veían consumidos en
una fabricación no creativa, mecanizada e inhumana por medio del arrebato de su
tiempo y capacidades por medio de largas horas de trabajo forzoso.

En su obra “El Capital”, se puede observar en el primer Tomo a través de sus


primeros capítulos, como la mercancía en todo el desarrollo de un beneficio por más
capital juega un papel tan fundamental al analizar sus dos caracteres y los procesos por
el cual esta atraviesa en un principio con su forma elemental y la ineludible relación que
se construye con los medios de producción, atribuyéndole así su respectiva valorización.

De esta manera la mercancía es definida como cualquier objeto que sirva para
satisfacer una necesidad en la vida cotidiana del ser humano. Para que se llegue a la
forma final de mercancía es necesario que antes pase a ser vista como un valor de uso y
un valor de cambio, es decir, el valor que tiene al momento de ser creada y el valor que
tiene al momento del intercambio.

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Dicho de manera distinta el valor de uso que adquiere una mercancía es la
utilidad que ésta da al consumidor, es decir, los beneficios u oportunidades de usarla
particularmente (satisfacer necesidades), por ejemplo el uso de un lápiz para escribir,
etc. Sin embargo al capitalista no le interesa el uso de la misma, sino el valor que esta
pueda adquirir al ser intercambiada, lo que se conoce como valor de cambio. Estos dos
caracteres de la mercancía dan origen al valor neto que toman al ser enviada al mercado;
este precio adquirido es consecuencia del trabajo del obrero, es decir, el tiempo
socialmente necesario que le tomó en fabricarlo.

En otro aspecto, Marx ve la mercancía como un objeto endemoniado lleno de


culto, la cual presenta un carácter místico; este carácter no está determinado por su valor
de uso por lo que su apariencia o forma toma el dominio dejando a un lado al que
produce el producto, su valor social y su trabajo quedan expresados abstractamente, por
lo tanto la representación social de su trabajo es reflejado bajo una relación social de
objetos inherentes a los productos del trabajo; aquellas relaciones propias entre las
personas, en los trabajos privados se presentan cosificadas, de ahí que la mercancía se
personifica entre las relaciones sociales. Como dice Marx, esta es una relación
fantasmagórica entre las cosas que adopta el sujeto, eso que denominó como fetichismo
de la mercancía inseparable de la producción mercantil. De esta forma, adquieren un
doble carácter social, el primero es el demostrar la utilidad del objeto en el proceso de
producción y el segundo es percibir ese trabajo útil siempre y cuando sea intercambiable
para los productores.

Por otra parte, en el proceso de cambio de las mercancías, expresada en el


capítulo II, éstas no se valen por si solas, por consiguiente es necesario que el hombre
tenga que intervenir y se reconozcan a ellos mismos como propietarios de dichas
mercancías, viéndose como poseedores de las mismas. Cuando el hombre satisface su
necesidad de consumo se precisa al momento en el mercado los intercambios de las
mercancías por cualquier otra, observando de esta manera que no tienen un valor de uso
inmediatamente al poseerla, es decir, “tienen necesariamente que realizarse como
valores antes de poder realizarse como valores de uso” (p. 49); y el trabajo realizado por
el hombre para la producción de mercancía cuenta cuando ésta mercancía es creada con
utilidad para las demás personas, para satisfacer una demanda.

En vista de esto las mercancías no son enfrentadas entre sí a menos que sean
como valores de uso. En esto ocurre un proceso social y no individual, puesto que el
proceso de cambio es general para todos los que poseen mercancía y es así como se
convierte en dinero a la par como los productos del trabajo se convierten en mercancía y
lo que permite que dicha mercancía sea un valor de cambio útil es su inexistencia como
valor de uso para el trabajador, en el sentido de que sobrepase las necesidades
inmediatas del que la posee. “Toda mercancía es directamente un medio de cambio para
su poseedor y un equivalente para quien no la posee, pero sólo en cuanto tenga para él
un valor de uso” (p. 51).
En este proceso de intercambio de la mercancía el dinero es un reflejo más de la
misma como mediador entre todas las demás, allí se ve como la mercancía es un simple

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esbozo único del trabajo material empleado por la fuerza de trabajo, donde el dinero
solo manifiesta su valor de un modo relativo mediante otras mercancías; de esta manera
hay que saber que el dinero por ser de igual forma un vil metal se ha de convertir en una
mercancía, por tanto, para el capitalista la mercancía al ser expresada por un valor, valor
que va en función de el tiempo socialmente necesario, el costo y desgaste de los medios,
la materia prima y la ganancia extra de aquel como dueño de todo lo respectivamente
mencionado, se ve cristalizado en dinero como forma de cambio o intercambio, en este
sentido, el dinero pasa a definir un modo de pago del valor, en este caso el precio
establecido del producto.

Luego del arribo de la Modernidad, con su imponente auge, ahora, nos


encontramos localizados en el resultado histórico de todo lo que esta época conllevó, el
mundo hoy en día que sigue sumergido en el sistema capitalista arrastrado por las bases
de la economía política clásica liberal, todavía se gesta con su primogénita doctrina
económica, del cual se ha ido transformando en una gran bola de goma gigante que
parece no tener huecos sino que más bien se amolda a las circunstancias que la golpean,
pero esto es una genérica analogía para lo que las crisis del doctrinario neoliberalismo
monetarista ha venido ocasionando. Este sistema se organiza básicamente con el trabajo
industrial y financiero para producir capital en forma de dinero con la finalidad de
acumularse, invertirse y reproducirse. Según Armando Córdova en su libro “La Crisis
económica actual: Antecedentes y perspectivas” este sistema capitalista tuvo su
principal falla debido a un fenómeno denominado “acumulación del capital”, esta se
refiere a las burbujas especulativas generadas en el sector financiero, las cuales son
sobreacumulación desmesurada del capital, realizado con el propósito de que ese capital
acumulado gane más valor del ya obtenido; esto trae como consecuencia una serie de
fluctuaciones económicas afectando política y socialmente con una especie de efecto
dominó en todo y cada uno de los países potenciales y periféricos.

Por su parte la revolución financiera de nuestros tiempos está vinculada con la


globalización económica y las nuevas tecnologías de información, lo que atrae una
nueva concentración de capitales. Aludiendo un poco el pensamiento de Marx, todos
estos sucesos son productos de las condiciones materiales que se han construido por
medio de las relaciones sociales existentes, las cuales van entrando lentamente en
contradicción y no sostienen la realidad, por tanto es de esperarse un estallido, una crisis
o varias que motiven a constantes revoluciones sociales. Todo esto pasaría a afectar a
los principales actores dominantes financieros del mundo hasta llegar al estado futuro de
otro sistema, el que verdaderamente velara por los intereses de la totalidad
reemplazando así al convulsionante. Wim Dierckxsens en su texto “La crisis mundial
del siglo XXI”, nos dice que en los años 70´s con la integración del capital financiero,
se anuncia un período de transición hacia el neoliberalismo donde su tasa de ganancia
no es fundamentada en la creación de plusvalía en nivel productivo sino en la
concentración de las riquezas que ya son existentes, quiere decir, se tendrá la capacidad
de una oferta que por su propia cuenta encontrará una demanda pero sucedió en la
realidad que dicha demanda superó la oferta, lo que trajo como consecuencia una
especulación en la bolsa. La gran caída en las tasas de ganancias estadounidenses y el

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descenso en la producción y el comercio global se debe a las especulaciones y múltiples
recesiones de los bancos, bolsas y mercados inmobiliarios que provocó una crisis de
crédito a escala mundial. Esto recae también en las finanzas de la mayoría de las
empresas de todo el planeta.

La expansión del sector financiero estadounidense tuvo su consecuencia en los


mercados inmobiliarios e hipotecarios, porque los créditos de bajos costos hicieron que
se estimularan el mercado de viviendas en el contexto de este país, alimentando la
demanda de los bienes inmobiliarios, y por ende, haciendo que los precios se eleven
cada vez más. En vista de que las hipotecas estaban al alcance de los bolsillos de
muchos con escasa solvencia, la oferta de los inmuebles se encontraba en ascenso al
igual que su rápida demanda, lo que hizo pensar a los compradores que estas hipotecas
no generaban riesgo alguno y confiaban en la posibilidad de revender a un precio más
alto de lo que ya habían comprado, en otras palabras, invertían dinero para adquirir el
bien inmueble y así revenderla para adquirir más dinero donde, en la lógica de Carlos
Marx se vería como D- M- D (Dinero- Mercancía- Dinero). Como es evidente todo esto
provocó un aumento temporal de la riqueza del promedio de las familias de Estados
Unidos, hasta que la morosidad de la demanda se hizo insostenible por los efectos del
tipo interés establecido en los préstamos crediticios suprime de las instituciones
bancarias, todo esto se va desarrollando desde el año 2006 detonando en el año 2008.

En el neoliberalismo, la economía financiera especulativa va tomado vida


propia pasando a ser dominante frente a la economía real, aunque las dos suelen ser
interdependientes. Esta crisis financiera se presenta conjunta y consecuentemente con
una crisis bursátil, alimentaria y ecológica, mientras tanto aún seguimos sobreexigiendo
nuestros recursos gracias a nuestro excesivo consumismo. Por otra parte para tratar de
solventar esta crisis los Estados y los bancos, al igual que las industrias, han realizado
grandes esfuerzos para mediar las dificultades que acarrea, todo con el objeto de poder
superarla. Se toma en cuenta el aspecto hipotecario e inmobiliario del sistema financiero
en vista de que está directamente vinculada con la actual crisis, es lo que originalmente
sacudió la economía a nivel internacional. Al entrar en colapso igualmente entra en
recesión la producción de la economía real, porque ésta necesita de la economía
financiera para su libre liquidez de capital; sin embargo a la inversa sería totalmente lo
contrario. Su especulación a ocasionado desempleo, disminuciones de salarios, la
pérdida de industrias, creación de fugas de capitales, se ha olvidado que la economía
productiva es un sustento palpable en la realidad.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Córdoba, A. (2008). La Crisis económica actual: Antecedentes y perspectivas.
Venezuela: Academia Nacional de Ciencias Económicas.

Dierckxsens, W. La crisis mundial del siglo XXI: Oportunidad de transición al


poscapitalismo. Ed. Desde abajo. Departamento Ecuménico de Investigación.

Marx, C. (1867). El Capital. Crítica de la economía política. Tomo I. Fondo de Cultura


Económica.

Stiglitz, J. Caída Libre: El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial.


España: Taurus.

Toffler, A. Y H. (2006). La Revolución de la Riqueza. Ed. Knopf. Colección Otras


Voces.

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