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GINECOLOGÍA
TEMA:
DOCENTE:
EXPOSITORES:
La atención prenatal organizada fue introducida en Estados Unidos sobre todo por
reformadores sociales y enfermeras.
Índice de Kessner
• duración de la gestación,
• momento de la primera consulta prenatal,
• número de consultas.
Sin embargo, NO mide la calidad de la atención ni tampoco considera el riesgo relativo
de complicaciones para la madre.
Score MAMA
El registro del Score Mamá en las mujeres gestantes y puérperas es obligatorio y deberá
ser colocado en la historia clínica perinatal, así como en la hoja de evolución de la
paciente. El Score MAMÁ, consta de 6 (seis) signos vitales, y 1 (un) signo cuantitativo
tal como se describió anteriormente:
Diagnóstico de embarazo
• Sospecha: síntomas y prueba urinaria domestica
Prueba confirmatoria de orina o sangre para gonadotropina coriónica humana (hCG).
• Datos de sospecha o diagnósticos en la exploración.
• Ecografía: viabilidad o localización del embarazo
Signos y síntomas
Astenia, Adinamia, Somnolencia, Mastodinia, Estreñimiento, Nauseas, Vómito
Alteración gusto y olfato, Lipotimia, Irritabilidad, Mareo, Ptialismo, Polaquiuria,
Nicturia, Disuria, Tenesmo
Identificación ecográfica del embarazo
Demostración del saco gestacional mediante ecografía abdominal después de 4 o 5
semanas de gestación. A partir del día 35 debe ser visible en todas las mujeres.
Movimiento cardiaco: 6 semanas
Longitud coronilla-rabadilla (céfalo caudal) predice la edad gestacional con un margen
de cuatro días.
Detección psicosocial
El ACOG aboga por la detección psicosocial al menos una vez cada trimestre para
aumentar la probabilidad de identificar problemas importantes y reducir los resultados
adversos del embarazo.
Tabaquismo, alcohol y drogas
El mejor momento para realizar el estudio morfológico del feto por ecografía es durante
las 18 y 24 semanas de gestación, óptima a las 22 semanas.
Tratamiento farmacológico
Inmunización
Recomendaciones acerca de exámenes de laboratorio
Aproximadamente, 5% del total del peso ganado ocurre en las 10 a 13 semanas del
embarazo; el resto es ganado a lo largo del segundo y tercer trimestre, con una tasa
promedio de 0,450 kg por semana. La Organización Mundial de la Salud, en un estudio
sobre antropometría materna y resultado del embarazo, concluyó que el peso al nacer de
3,1 a 3,6 kg (media de 3,3 kg) estuvieron asociados a resultado fetal y materno óptimos.
El rango de peso materno ganado asociado con peso óptimo al nacer fue 10 a 14 kg, con
un promedio de 12 kg
Las modificaciones descritas actúan como factores que predisponen a las infecciones
urinarias. La función renal se altera también durante el embarazo; así, el flujo sanguíneo
renal (FSR) y la tasa de filtración glomerular (TGF) se incrementan en 50 a 60%; la
reabsorción de agua y electrolitos también están elevada, manteniéndose normales el
balance hídrico y electrolítico.
Algunas de las drogas antiepilépticas son ácidos débiles, con unión alta a proteína; este
aspecto tiene importancia, ya que el manejo ideal de las embarazadas con epilepsia es
mantener una dosis efectiva de la droga, con mínima exposición fetal.
Modificaciones en la piel
Bajo la influencia de las hormonas del embarazo, se observa las siguientes
modificaciones:
Masa eritrocitaria
Si se acepta que el volumen de glóbulos rojos en promedio en la mujer sana antes del
embarazo es de aproximadamente 1400 mL, entonces el aumento normal sin recibir
suplemento de hierro es de aproximadamente 240 ml (18%) y en aquellas que reciben
hierro es de 400 ml (30%). La masa celular roja aumenta sostenidamente entre el fin del
primer trimestre y el término. De la misma manera que el volumen plasmático, la
magnitud del aumento está relacionada con el tamaño del feto, en los embarazos múltiples
se pueden observar aumentos particularmente grandes.
La masa celular roja cae inmediatamente en el momento del parto como resultado de la
pérdida hemática. Los volúmenes hemáticos previos al embarazo se recuperan
aproximadamente tres semanas después del parto.
Hemoglobina total
La absorción de hierro aumenta cuando hay una hiperplasia eritroide y una concentración
aumentada de transferrina no saturada, ambas condiciones son parte de la respuesta
fisiológica de la embarazada. Existe evidencia de que la absorción de hierro está
aumentada al fin de la gestación, esto, sin embargo no permite proveer el hierro necesario
para esa embarazada por lo que la suplementación siempre es recomendable.
Alteraciones del sistema endocrino
Glándula hipófisis
Durante el embarazo normal, la hipófisis crece en casi 135% (Gonzalez et al., 1988).
Aunque se ha sugerido que el aumento podría ser suficiente para comprimir el quiasma
óptico y reducir los campos visuales, la alteración visual por crecimiento fisiológico de
la hipófisis durante el embarazo normal es infrecuente (Inoue et al., 2007). Scheithauer et
al. (1990) presentaron datos de que la incidencia de prolactinomas hipofisarios no
aumenta durante la gestación. Cuando estos tumores son grandes antes de la concepción
(un macroadenoma mide 10 mm o más), es más probable el crecimiento durante el
embarazo.
Prolactina
Las concentraciones plasmáticas maternas de prolactina aumentan mucho durante el
embarazo normal y casi siempre son 10 veces mayores al término (cerca de 150 ng/ml),
en comparación con las mujeres no embarazadas. Lo paradójico es que las
concentraciones plasmáticas disminuyen después del parto, incluso en mujeres lactan tes.
Durante el comienzo de la lactancia, hay brotes pulsátiles en la secreción de prolactina
como respuesta al amamantamiento.
Glándula tiroides
Los cambios fisiológicos del embarazo hacen que la glándula tiroides aumente la
producción de hormonas tiroideas en 40 a 100% para cubrir las necesidades maternas y
fetales (Smallridge et al., 2005). Para lograr esto, hay varios cambios inducidos por el
embarazo documentados. En cuanto a los cambios anatómicos, la tiroides experimenta
crecimiento moderado durante el embarazo por hiperplasia glandular y aumento de la
vascularidad. Glinoer et al. (1990) publicaron que el volumen medio de la tiroides
aumentaba de 12 ml en el primer trimestre a 15 ml al momento del parto. El volumen
total era inversamente proporcional a las concentraciones séricas de tirotropina. Este
crecimiento no es patológico, pero la gestación normal no causa tiromegalia significativa.
Por lo tanto, cualquier bocio debe investigarse.
Glándulas suprarrenales
En el embarazo normal, las glándulas suprarrenales maternas sufren pocos o ningún
cambio morfológico.
Cortisol
La concentración sérica del cortisol circulante se eleva, pero gran parte de éste se
encuentra unida con la transcortina, la globulina de unión con cortisol. El ritmo de
secreción del cortisol no aumenta y es probable que disminuya en comparación con el
estado no gestante. Sin embargo, la velocidad de eliminación metabólica es menor
durante el embarazo porque su semivida casi se duplica con respecto al estado sin
embarazo (Migeon et al., 1957). La administración de estrógenos, incluida la mayor parte
de los anticonceptivos orales, induce cambios en el nivel sérico de cortisol y transcortina
similares a los del embarazo.
Aldosterona
Desde las 15 semanas, las glándulas suprarrenales maternas secretan cantidades mucho
más grandes de aldosterona. Para el tercer trimestre, se produce cerca de 1 mg al día. Si
se restringe el consumo de sodio, la secreción de aldosterona se incrementa aún más
(Watanabe et al., 1963). Al mismo tiempo, los niveles de renina y el sustrato de la
angiotensina II tienen un aumento normal, sobre todo durante la segunda mitad del
embarazo. Esta situación da origen al aumento del nivel plasmático de angiotensina II,
que al actuar en la zona glomerulosa de las glándulas suprarrenales maternas, explica la
secreción tan alta de aldosterona. Se ha sugerido que el aumento en la secreción de
aldosterona durante el embarazo normal brinda protección contra el efecto natriurético de
la progesterona y el péptido auricular natriurético.
BIBLIOGRAFÍA