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Se llama material rocoso a la sustancia rocosa misma como fragmento, sin considerar el
efecto de las discontinuidades estructurales ni los esfuerzos “in situ”. En el macizo
rocoso en tanto consideramos la masa en conjunto: material y discontinuidades, en su
condición natural. Un trozo de granito, un bloque de arenisca o un núcleo de perforación
de cualquier tipo de roca, constituyen ejemplos de material rocoso; en tanto que la masa
de roca expuesta en una excavación subterránea que expone planos de diaclasas,
brechas de falla o cualquier otro elemento geológico, junto con los esfuerzos que actúan
a su alrededor, constituyen un macizo rocoso. Las propiedades físicas y el
comportamiento esfuerzo-deformación del material rocoso dependen de la litología, es
decir, la composición química y la textura, siendo esta última la característica más
importante. Para comprender completamente el comportamiento de las rocas en las
obras de ingeniería deberá complementarse los aspectos aquí tratados, con los
referentes a la meteorización, la influencia de las discontinuidades, el flujo de agua y el
estado de esfuerzos en el ambiente real de los proyectos. Naturalmente para que se
pueda entender el comportamiento de las masas rocosas, es necesario comprender en
primer término todos los elementos que lo integran.
Objetivos:
Reconocer las propiedades físicas y mecánicas de las rocas
Aplicar métodos de estudio para conocer la resistencia de una roca
Estudiar los factores que alteran la composición de una roca
Propiedades físicas y mecánicas del material rocoso y su resistencia a la
presión
Las propiedades físicas son las que controlan las características resistentes
y deformaciones de la matriz rocosa (composición mineralógica, densidad,
estructura, porosidad, permeabilidad, alterabilidad, dureza, etc.), y son el
resultado de la Genesis, condiciones y procesos geológicos y tectónicos
sufridos por la roca a lo largo de su historia.
El agua presente en los macizos rocosos reduce su resistencia, genera
presiones en le interior de los mismos y altera sus propiedades, dificultando
las excavaciones superficiales y subterráneas.
Las propiedades físicas de las rocas son el resultado de su composición
mineralógica, estructura e historia geológica, deformaciones y ambiental,
incluyendo los procesos de alteración y meteorización.
En las propiedades y en le comportamiento mecánico de los macizos
rocosos competentes influye el grado de fracturación y de meteorización la
presencia de agua, la orientación y tipo de discontinuidades, el tamaño de
los bloques, etc.
Existen una serie de parámetros que se emplean para la identificación y
descripción cuantitativa de las propiedades básicas deñas rocas y permiten,
así mismo, establecer una primera clasificación con fines geotécnicos.
El estudio petrofísico de la Matriz rocosa permite interpretar sus
propiedades físicas, en función de sus componentes y características
petrofísicas (poros y fisuras, uniones intergranulares, anisotropías,
minerales, composición química, etc.)
CLASIFICACIÓN DE LAS ROCAS
CARACTERÍSTICAS FÍSICO-MECÁNICAS
PROPIEDADES ÍNDICE
Las propiedades índice se emplean para la descripción e identificación cuantitativas de
las propiedades básicas de la rocas.
Estas propiedades se dividen en :
Porosidad
Es la relación entre el volumen de vacíos y el volumen total de una roca y se relaciona
con su textura, por lo menos en lo que se refiere a la porosidad de vacíos sus esféricos
intergranulares conocida como porosidad de poros. Es muy baja en el caso de las rocas
cristalinas en estado fresco, salvo algunas variedades porosas de lavas y ampliamente
variable en las clásticas. Si se tiene en cuenta que la resistencia de las rocas se
incrementa proporcionadamente con la mayor área superficial de contacto- la
resistencia se transmite en los contactos entre las partículas minerales- es evidente que
las rocas menos porosas son más resistentes y menos deformables. Por su parte la
porosidad de fisuras, aunque generalmente baja, afecta enormemente la calidad de las
rocas ígneas.
fábrica
se restringe al modo característico de articulación de las partículas (aglutinamiento,
consolidación o cristalinidad) y a su posible orientación preferencial.
Se presentan cuatro tipos de fábrica:
Cristalina masiva.
La roca posee cristales sin orientación preferencial perfectamente entrabados,
íntimamente juntos, con una fuerte articulación mecánica. Las rocas ígneas en
general, tanto plutónicas como volcánicas, así como las metamórficas masivas y
muchas de las sedimentarias no clásticas como la caliza o el chert son de esta clase.
Rocas con este tipo de fábrica son las más resistentes y menos deformables. Sin
embargo la resistencia es algo dispersa en las rocas volcánicas efusivas (ej: andesita,
basalto), debido a que éstas últimas son algo porosas. Las calizas tipo micrita, entre
las sedimentarias no clásticas y la cuarcita (metamórfica) se comportan de manera
similar a los granitos.
Cristalina foliada.
Esta textura es propia de las rocas metamórficas foliadas. Los cristales están
entrelazados y orientados preferentemente, con poco entrabamiento mecánico. La
orientación preferencial de los cristales, imparte en estas rocas marcada
direccionalidad de sus propiedades mecánicas, por lo cual son más débiles en la
dirección de la foliación.
Clásticas cementada.
Los granos minerales son gruesos (arena, y grava), presentan grados variables de
empaquetamiento y se aglutinan con cementos minerales de diferentes calidades.
Los granos por lo general no están orientados salvo en las variedades con abundante
mica y/o arcilla. Las areniscas, los conglomerados y las brechas presentan este tipo
de fábrica. La resistencia de estas rocas es muy variable: las más resistentes y
menos deformables corresponden a las que presentan el mejor empaquetamiento
de sus granos y están cementadas con sílice.
Permeabilidad
Es la propiedad de algunos materiales de permitir el paso de fluidos a través de ellos sin
modificar su estructura interna. Una roca se considera permeable cuando permite el
paso de una cantidad medible de fluido en un espacio de tiempo finito.
La velocidad con la que el fluido atraviesa el material depende de tres factores básicos:
a) la porosidad del material;
b) la densidad del fluido considerado, afectada por su temperatura;
c) la presión a que está sometido el fluido.
La permeabilidad
se define como la capacidad que tiene una roca de permitir el flujo de fluidos a través
de sus poros interconectados. Si los poros de la roca no se encuentran interconectados
no puede existir permeabilidad.
PROPIEDADES MECANICAS
Las propiedades mecánicas definen la capacidad del material para resistir acciones
externas o internas que implican la aplicación de fuerzas sobre el mismo. Esencialmente,
estas fuerzas son de compresión, tensión (o extensión), flexión y de impacto
Son de tipo cuantitativo, permiten predecir el comportamiento mecánico de los macizos
rocosos y son directamente aplicable dentro del diseño ingenieril. Estas propiedades
alimentan a los modelos de predicción matemática para conocer el comportamiento de
las estructuras ingenieriles que se construyen sobre macizos rocosos.
Deformabilidad
Cuando sometemos una muestra de roca a una carga esta tiende a cambiar de forma,
de volumen o bien dos cosas simultáneamente. En cualquiera de estos tres casos la roca
se deforma.
La deformación puede medirse si hacemos referencia a la variación de longitud de una
línea situada dentro de la roca o a la variación del ángulo Φ entre dos líneas. La
deformación se produce cuando un material está sujeto a un esfuerzo (fuerza/área)
provocado por fuerzas de superficie externas, por fuerzas de tipo gravitatorio o por otras
causas, como por ejemplo cambios en el equilibrio térmico interno del mismo. Durante
el periodo de aplicación del esfuerzo, este y la deformación son de hecho inseparables,
por lo que se acostumbra a estudiar a la deformabilidad mediante graficas esfuerzo
deformación
Ensayo con ondas de Sonido
Cortantes: (que tienden a desplazar unas partes de la roca con respecto a las
otras).
donde el módulo de elasticidad E es positivo (l y l son negativos) y presenta las mismas
dimensiones que el esfuerzo ya que l es adimensional. El valor del módulo de Young es
característico para distintos materiales, por lo que puede utilizarse para comparar las
características mecánicas de los mismos.
Las relaciones entre esfuerzo y deformación ilustradas en la Figura 7 son ideales, ya que
representan un comportamiento estrictamente elástico para el material en el tramo
lineal de la curva correspondiente a la ley de Hooke. No obstante, los materiales reales
muestran relaciones esfuerzo-deformación más complicadas, no siguiéndose
estrictamente la relación de linearidad. Esto significa que las curvas esfuerzo-
deformación pueden presentar tramos elásticos, casi-elásticos, semi-elásticos y no-
elásticos (o plásticos). Los tipos de curvas para materiales casi-elásticos, semi-elásticos
y no-elásticos se representan en la Figura 8.
Por otro lado, los materiales pueden clasificarse como frágiles y dúctiles (Figura 9).
Los materiales frágiles (como el vidrio) se rompen cuando se supera el límite elástico, (b
y d son muy cercanos), mientras que los materiales dúctiles (como el acero o el cobre)
presentan un tramo de comportamiento plástico amplio.
Los materiales pétreos pueden caracterizarse, en general, como frágiles bajo
condiciones de temperatura ambiental (si bien a altas presiones y temperaturas
presentan tramos plásticos más amplios, Figura 9). La deformación permanente entre el
límite elástico y el punto de ruptura en los materiales heterogéneos como los pétreos
se verifica a bajas temperaturas mediante una microfracturación frágil.
Esta microfracturación se produce sobre todo en el interior de los minerales que forman
las rocas, a favor de sus sistema de exfoliación, o entre microporos. El grado
de microfracturación, que es controlado por las características texturales y
estructurales de los materiales (e.g., tamaño de grano, porosidad, razón clastos/matriz,
cementación, etc.), define en gran medida la forma de la curva esfuerzo-deformación.
Así, puede generalizarse que los materiales pétreos con tamaño de grano fino tienden a
ser casi-elásticos, mientras que los de grano grueso tienden a ser semi-elásticos,
siempre a igualdad de otros factores. Respecto de la porosidad, materiales compactos y
poco porosos tenderán a un comportamiento casi-elástico o semi-elástico, mientras los
materiales muy porosos y poco o moderadamente coherentes (esto es, escasamente
cementados, como las calcarenitas bioclásticas utilizadas en la construcción de edificios
históricos de Granada o morteros de cal) tienden a un comportamiento semi-elástico o
plástico. El comportamiento semi-elastico o plástico indica un rápido aumento de la
deformación en los primeros incrementos de esfuerzo, lo cual se explica por acomodo
de la carga por el movimiento relativo de los granos (gruesos) del entramado y/o
deformación de los poros, pasándose a continuación a una situación en que la tasa de
deformación es menor, esto es, de recuperación mecánica, en la que el esfuerzo y la
deformación aumentan más o menos proporcionalmente una vez el entramado de
granos ha adquirido cierta compactación .
Como puede deducirse de lo anterior, el módulo de Young sólo puede definirse en rigor
cuando los materiales elásticos, ya que la proporcionalidad lineal entre esfuerzo y
deformación no se verifica en los materiales casi-elásticos, semi-elásticos y plásticos. A
pesar de ello, este módulo puede calcularse para partes determinadas de las curvas
esfuerzo-deformación, aunque sin el conocimiento de sus formas este dato sirve de
poco. No obstante, cuando los materiales son frágiles, y su comportamiento es elástico
o casi elástico, el módulo de Young y la resistencia a la compresión nos permiten tener
una idea bastante aproximada de las curvas esfuerzo-deformación, ya que en estos
materiales el límite de proporcionalidad, el límite elástico y el punto de ruptura casi son
coincidentes. En estos casos, el módulo de Young será muy util para evaluar el
comportamiento mecánico de los materiales ante la acción de esfuerzos compresivos
de tipo uniaxial.
Las anisotropías estructurales de los materiales, tales como superficies de estratificación
o foliación, introducen lógicamente anisotropías mecánicas. Dado que estas superficies
introducen debilidades mecáncias (i.e., los materiales se fracturan por extensión y
cizalla más fácilmente a favor de las mismas), la resistencia a la compresión y el módulo
de elasticidad disminuyen si el esfuerzo principal mayor (i.e., compresor, 1) es paralelo
u oblicuo (cercano a 45º) a tales superficies. La resistencia a la compresión de
materiales anisótropos es máxima cuando las superficies están orientadas
perpendicularmente al esfuerzo principal mayor. Esto es importante en la estabilidad de
las estructuras en los edificios y en los trabajos de restauración que impliquen
sustitución de piezas por materiales estructuralmente anisótropos.
Figura 9. Deformación frágil y dúctil bajo compresión, torsión y extensión (1, 2 y 3,
son los esfuerzos principales mayor, intermedio y menor, respectivamente). Las flechas
marcan las tendencias en el comportamiento de los materiales al variar la presión, la
temperatura, la presión de fluidos localizados en los poros y la tasa de deformación.
Como se ha indicado más arriba, la presencia de agua en el interior del sistema poroso
de un material altera sus propiedades mecánicas. Este efecto se debe dos causas: 1) al
desarrollo de presiones hidráulicas en los poros rellenos de agua que afectan a los
esfuerzos intergranulares (i.e., contactos de granos), y 2) a la alteración de las
propiedades de superficie de los granos (minerales). Esto puede causar inestabilidad a
lo largo de superficies más débiles y disminuir la resistencia a la cizalla o fricción,
produciéndose una reducción más o menos significativa de su resistencia a la
compresión.
La razón entre los coeficientes de resistencia a la compresión del material saturado en
agua y seco, denominado coeficiente de ablandamiento, es una medida del efecto del
agua sobre la resistencia a la compresión:
RESISTENCIA A LA TENSION
La resistencia a la tensión es el esfuerzo tensional por unidad de área a la que el material
falla (se rompe) por fracturación extensional. Esta propiedad, que es una indicación del
grado de coherencia del material para resistir fuerzas “tirantes”, depende de la
resistencia de los minerales, del área interfacial entre granos en contacto y del
cemento intergranular e intragranular.
Existen distintas técnicas para medir la resistencia a la tensión, tanto en materiales
pétreos como en morteros, cementos y hormigones. En el ensayo de tracción directa,
quizás el más apropiado, se utilizan probetas cilíndricas con una razón
longitud/diámetro de 2 a 2.5. Los extremos de las probetas se introducen (y pegan con
resina epoxi) en unas cápsulas que están unidas a cadenas que transmiten el
esfuerzo tensional sin introducir componentes de torsión. La norma ASTM D2936 regula
los métodos y condiciones experimentales este ensayo.
Los conceptos, definiciones y controles de la deformación introducidos anteriormente
para la resistencia a la compresión pueden ser extendidos sin más problema a la
resistencia a la tensión. Respecto de los materiales pétreos de construcción, puede
generalizarse que, para un material dado, la magnitud de la resistencia a la tensión suele
ser de un orden de magnitud menor que la resistencia a la compresión. En la Tabla 5 se
presentan valores de resistencia a la tensión para algunas rocas medidos con la técnica
de tracción directa.
Tabla 5. Resistencia a la tensión
(Mpa) de algunas rocas
(de Touloukian y Ho, 1981).
Basalto 8.6
Conglomerado 29.7
Calizas 4.2 5.8
Arenisca 1.1 1.7
Arenisca calcárea 4.3
Esquistos 3.1
RESISTENCIA A LA FLEXION
La resistencia a la flexión, o módulo de ruptura, es la resistencia de un material a ser
doblado (plegado) o flexurado. La medida de esta propiedad se realiza con barras de
material asentadas sobre dos pivotes y aplicando carga sobre el centro de la barra
(norma ASTM C99-52). La resistencia a la flexión (Sm) viene dada por la expresión:
RAMSAY, J. & HUBER, M. (1987) : Modern Structural Geology. Vol. 2 : Folds and
Fractures., Academic Press, London.