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Etno-educaciòn y Etno-biologìa

Con la llegada de los conquistadores europeos a América, los pueblos


indígenas Americanos, han sufrido el exterminio físico, por la esclavitud y
muerte. Su cultura fue arrasada, imponiendo los europeos su cultura y nuevas
formas de ver el mundo.

Desde esos tiempos, los gobernantes de turno, en los distintos países del
continente Americano, han continuado con el sometimiento y la invisibilizaciòn
de nuestros aborígenes.

Nuestro país no ha sido la excepción. Colombia no tiene una política para


proteger y conservar el patrimonio cultural indígena. Aunque en el artículo 7º de
la Constitución Política de Colombia, dice “El Estado reconoce y protege la
diversidad étnica y cultural de la Nación Colombiana”, en la realidad este
artículo no se cumple.

El establecimiento, en la práctica lo que hace es imponer a los pueblos


indígenas, sus políticas desde la visión del Estado, desconociendo la visión
global del mundo que tienen nuestros indígenas.

Una situación clara, que refleja lo anterior es la Etno- educación, impuesta por
el Estado Colombiano. Como todo en nuestro país, en materia educativa, la
Etno- educación fue importada de México y a través del Ministerio de
Educación Nacional, el Estado logro convencer a los indígenas de aceptar la
Etno-educación y prácticamente los aborígenes renunciaron a la construcción
de su propia educación.

La etno-educación presenta un currículo educativo diseñado y estructurado


desde la sociedad colombiana, desde el Establecimiento, donde se incluyen
algunos elementos de la cultura ancestral indígena, como sus costumbres,
tradiciones, bailes, lenguas, medicina, etc. Con esto lo que se busca en el
fondo, es ir acabando poco a poco, la cultura indígena, su cosmovisión del
universo y convertir a los aborígenes en personas “civilizadas” para que
asuman e interioricen la cultura del hombre blanco, en detrimento del legado
ancestral indígena.

Es una política equivocada del Estado, porque lo que debe hacer es reconocer
las sociedades indígenas, su organización política, sus saberes en medicina,
en astronomía, en agricultura; valorar sus costumbres y tradiciones valorar sus
conocimientos, valorar sus enseñanzas: el respeto por la madre tierra, la pacha
mama, por la naturaleza, por sus recursos.

Si la sociedad Colombiana reconociera y valorara las sociedades indígenas, en


su conjunto, aprenderíamos de ellas y muchos de los problemas ambientales,
sociales, económicos, que afrontamos hoy, tendrían solución, viviríamos en
armonía con la naturaleza, en paz con nuestros semejantes.

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