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Clase lunes 13 Ortega

Jose David Cortes, La batalla de los siglos

Las independencias de Hispanoamérica fueron altamente reprobadas por las jerarquías


eclesiásticas. Por otro lado, los independentistas se preocupaban porque la iglesia católica
continuara en las formadas repúblcias siendo un elemento de ordenamiento social. El objetivo del
escrito es mostrar que el interés era mantener la preponderancia de la religión y la iglesia durante
los primeros años de la independencia.

Varios obispos se quejaron del rompimiento con el orden colonial. Según el obispo de Popayan, la
revolución era injusta debido a que no cumplía con tres requisitos: No era llevada a cabo por un
poder soberano lo que hacía imposible una insurrección en contra del rey, no habían causas justas,
el fin de la guerra debía ser la paz. Este último se basaban en las creencias de San Agustín.

Este obispo payanes se volvería un republicano debido a dos razones. Primero, una vez derrotadas
las tropas españolas, el obispo pretendía abandonar el país, aspecto que Bolivar convenció que no.
Segundo, que una vez roto el orden colonial la iglesia apoyó dicho rompimiento y el modelo
repúblicano siempre y cuando no se perdiera el terreno ganado en tres siglos referente al
ordenamiento social.

Los SERMOnes de Ximenes de Enciso buscaron genrear una imagen de héroe, y un sentido de
identidad y pertenencia en los colombianos, algo que seguiría reproduciéndose en el siglo XIX.

Para los clérigos el papel de ciudadano tiene cuatro responsabilidades: prestar a la sociedad civil
su conocimiento para apoyar su esplendor, socorrer las necesidades del estado, sumisión y
obediencia a las leyes y ofrecer toda clase de trabajos y sacrificios incluyendo el de su propia vida
para la conservación y estabilidad.

Los primeros años republicanos se caracrerizaron por un acercamiento entre Colombia y la santa
sede buscando el patronato como mecanismo mediador entre estado e iglesia. En 1824 se decidió
ejercer este de la misma forma como la corona lo hizo en el periodo colonial.

Las quejas de los curas acerca de la desviación moral de las gentes de la república (incestos,
abortos y concubinatos) eran las mismas preocupaciones que Joaquin de Finestrad hacía sobre el
levantamiento del Común

Con la ruptura del orden colonial la iglesia perdió el monopolio religioso que había ostentado
durante todo el régimen español. Se abrieron debates sobre la libertad religiosa. Sin embargo, no
es sino hasta 1853 que se genera una ley permitiéndola.

Las sociedades secretas como los Masones comenzaron a aparecer desde 1820. Su presencia,
como la tolerancia religiosa, generó fuertes discusiones.

Juan Carlos Chaparro ¡Desmilitarizar las repúblicas! Ideario y proyecto político de los civilistas
neogranadinos y venezolanos, 1810-1858

Una vez consumada la independencia se debatieron tres aspectos esenciales: las recompensas que
debía otorgarse a los militares por su participación en al guerra, el papel que estos debían
desempeñar dentro del nuevo orden estatal, y la conveniencia o inconveniencia de abolir el
ejército.

Habían personas que consideraban que el ejercito en tiempos de paz era algo que perjudicaba al
proyecto republicano. El gobierno y el poder legislativo estaban persuadidos de la buena
organización y buena administración del ramo de la guerra era una de las principales tareas que
debían realizar.

El modelo militar de la república fue tomado de “ordenanza militar española de 1768” bajo el cual
organizaron los cuerpos militares (infantería, artillería y caballería). Dentro de los planes existió la
formación de academias para la formación de oficiales, publicación de manuales de instrucción
militar, cuadro de ascensos.

La promesa hecha a los militares fue todos los bienes muebles e inmuebles que les fueran
confiscados a los realistas y demás recursos que el estado pudiera destinar para ello. Sin embargo,
el estado no pudo pagar a los soldados lo que se les había prometido.

A partir de 1823 varios puestos públicos comenzaron a ser ocupados por militares.

El estado comenzó a generar leyes para controlar y subordinar al ejercito de manera efectiva. Esto
contemplaba a su vez la eliminación de este cuerpo armado y remplazarlo por milicias cívicas
integradas por todos los ciudadanos colombianos. Argumentaban que la defensa de la patria y
conservación del orden público no debía ser un aspecto único de unos pocos hombres sino deber
de todos los colombianos.

Capítulo III Las pretensiones de los militares y caudillos

Uno de los propósitos del nuevo gobierno era contener las pretensiones de los militares y caudillos
que se alzaron durante la independencia. Varios de estos se negaban a someterse a los
“aristócratas y abogados neogranadinos”. Con el paso de los años, las tensiones políticas de cada
región ofertadas por diferentes grupos de cada región. No todos los dirigentes políticos o militares
estaban dispuestos a continuar con el proyecto unificador.

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