: El negacionismo es la distorsión ilegítima del registro histórico
de tal manera que ciertos eventos aparezcan de forma más favorable o desfavorable. Las tesis negacionistas se fundamentan muy a menudo en hechos maquillados o en la omisión deliberada de elementos de cargo. En consecuencia, se estima que sus tesis son producto de extremistas y falsificadores, con el fin de mostrar determinado hecho criminal como socialmente aceptable en su contexto.
Otros Países: Ejemplo notorios de revisionismo histórico ilegítimo
(negacionismo) lo constituyen el negacionismo del Holocausto y el negacionismo turco del holocausto armenio. En algunos países, el negacionismo de ciertos eventos históricos es considerado un delito. En el caso del Perú, el negacionismo es practicado por Sendero Luminoso y el MRTA, quienes intentan miniminzar y negar la violencia terrorista que sufrió en Perú entre 1980 y el 2000.
Las motivaciones de los negacionistas pueden ser diversas. En el caso de la
negación del genocidio judío por los nazis, las razones parecen ser principalmente el antisemitismo y la voluntad de defender incluso negando la realidad de los hechos al régimen nazi. Así, se han publicado historias populares que desafían la posición generalmente aceptada de un período dado. Para ello, minimizan su magnitud y encubren otros crímenes de guerra nazi, mientras que hacen hincapié en el sufrimiento de las poblaciones del Eje en manos de los Aliados.
Leyes en otros países:
En varios países se han promulgado leyes relacionadas con el
negacionismo y la expresión de odio (bajo el cual se incluye el negacionismo) como la Loi Gayssot (aprobada en Francia, en 1990), que prohíbe toda expresión “racista, antisemita o xenófoba” y que contempla al menos tres años de cárcel a los negacionistas o personas que expresan dudas sobre el exterminio judío. En Alemania está penalizada la negación o dudas del holocausto en público según el artículo 130 párrafo 3, código penal alemán (Strafgesetzbuch) y se considera como “incitación al odio” (Volksverhetzung). Otros países europeos que tipifican esta conducta como delito en su ordenamiento jurídico son: Suiza, Eslovaquia, República Checa, Lituania, Polonia, Canadá, Lichtenstein, Nueva Zelanda, Países Bajos, Rumania y Sudáfrica e Israel.