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DIPLOMATURA SUPERIOR

UNIVERSITARIA EN
EDUCACIÓN EN VALORES

Módulo I
Teoría y Práctica de la Educación en Valores

Módulo II
Teorías del Desarrollo Moral

Módulo III
Ética, Axiología y Objetos Culturales

Módulo IV
Didáctica de la Teoría y Práctica de la Educación en Valores
Diplomatura Superior Universitaria
en Educación en Valores

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores

Módulo II
Teorías del Desarrollo Moral

Módulo III
Ética, Axiología y Objetos Culturales

 ódulo IV
M
Didáctica de la Teoría y Práctica de la Educación en Valores

Autora: Marina Meier


Revisiones y correcciones: Dra. Viviana Afonso
Editora: Equipo pedagógico de UAIOnline
Diseño gráfico: Lic. Paula Bruzzese

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 2


Presentación general del Módulo

Este primer módulo de la Diplomatura Superior Universitaria en Teoría y


Práctica de la Educación en Valores se propone como una introducción
a la problemática y un espacio de sensibilización que lo prepare para la
tarea de diseñar y planificar acciones organizadas sistemáticamente para
un contexto específico, operando sobre las posibilidades de evaluar la
factibilidad de su implementación.

Este trayecto de formción contribuye al objetivo de brindarle un espacio


para reflexionar críticamente acerca de los valores implícitos en modelos y
proyectos educativos contextualizados.

También aporta al logro del objetivo especìfico de desarrollar un proceso


permanente que permita reconceptualizar los objetivos y contenidos de
la Teoría y Práctica de la Educación en Valores en cualquier ámbito de
aplicación.

Las temáticas que abordaremos con este primer módulo de trabajo


se encuentran organizadas en torno a dos lecturas obligatorias que se
comentan a continuación. El primer texto se corresponde con el Capítulo I
de ¨Poder y Seducción en la Escuela, de EDWARDS y PINTUS (2001). El
segundo texto que completa el recorrido por los temas del módulo es el
Capítulo I del texto ¨Valores en la Escuela, de PINTUS (2006), en el que
se realizan aproximaciones a las temáticas fundamentales de la Teoría y
Práctica de la Educación en Valores, como basamento para el despliegue
y profundización de los temas del Diplomado. A su vez, se incluyen
otras lecturas opcionales, para acompañar el proceso de facilitación de
los aprendizajes.

Se sugiere una lectura que haga hipertexto, derivando y profundizando


búsquedas individuales de acuerdo a la resonancia personal que las
cuestiones teóricas analizadadas, vayan derivando en cada cursante.
Esto podrá complementarse con las consultas y tutorías virtuales que
se ofrecen. Si fuera oportuno se podrá conformar, además del espacio
virtual de foro, una opción de chat, para intercambios que enriquezcan
el propio recorrido.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 3


Esperamos que el recorrido que le proponemos con este módulo le permita
lograr los siguientes objetivos de aprendizaje:

Objetivo general:

• Reflexionar críticamente acerca de los valores implícitos en modelos y


proyectos educativos contextualizados

Objetivo específico:

• Desarrollar un proceso permanente que permita reconceptualizar


los objetivos y contenidos de la Teoría y Práctica de la Educación en
Valores en cualquier ámbito de aplicación

Antes de comenzar, le presentamos el desarrollo de los contenidos.

Desarrollo de los contenidos:

I. ¿De qué va la Ética? Algunas distinciones fundamentales para iniciar el análisis

Lectura Requerida
Capítulo I “Ética y conocimiento escolar: ¿haz lo que yo digo, pero no lo
que yo hago?” en EDWARDS, Ernesto y Alicia PINTUS (2001) ¨Poder y
Seducción en la Escuela”, Rosario, HomoSapiens.

Espacio de intercambio y comunicación


Foro: ¿Es enseñable la Ética?

II. Primeros pasos en la construcción de una didáctica de la Educación en Valores.

Lectura Requerida
PINTUS ALICIA (2006) Capítulo I “La Educación en Valores: Entre teorías
y prácticas”. En del mismo autor “Valores en la Escuela”, Rosario, Laborde.

Espacio de intercambio y comunicación


Foro: Reflexión, Coherencia y Promoción, pasos iniciales para la Educación
en Valores.

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Síntesis del módulo

Guía de autoevaluación del módulo

Trabajo práctico integrador módulo i

Bibliografía de referencia

Realizada la presentación inicial, lo/a invitamos a comenzar el estudio de


los contenidos de este módulo.

1. ¿De qué va la Ética? Algunas distinciones fundamen-


tales para iniciar el análisis. Conceptos clave.

Para iniciar nuestro análisis acerca de la Educación CONCEPTOS CLAVES


en Valores es preciso realizar algunas delimitaciones Fundamentos generales
conceptuales que son básicas. de la Ética como disciplina
filosófica. Problemas y
La teoría general de los Valores, también enfoques actuales de ética.
denominada “Axiología”, es una sistematización
Moral, Ética y Axiología.
que se encuentra inserta en el campo de la Ética,
en tanto disciplina filosófica. Por lo cual, se hace preciso detenerse en
algunos términos que tienen una definición técnica y específica, al mismo
tiempo que se emplean en forma cotidiana con significaciones más
ambiguas y amplias.

La Ética se define como una disciplina del campo de la Filosofía que


reflexiona sobre la moral. En tanto disciplina filosófica opera promoviendo
interrogantes sobre los fundamentos de la moral.

Estos dos términos representan dos niveles diferentes: uno es el objeto de


la reflexión y el otro, es la reflexión filosófica misma.

En la vida cotidiana suelen utilizarse en forma indiferenciada, casi como


si fueran sinónimos. Cuando se dice ética o moral en un sentido vulgar o
amplio, se lo asocia con “comportamientos correctos o incorrectos”. Tener

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 5


o no tener moral o ética parece referir, a ciertas conductas humanas que
están en contra de lo que debería ser correcto. Quizás si rastreáramos
el origen etimológico de las dos palabras (ética viene del griego, y moral,
proviene del latín) podríamos notar que en ambos casos el significado
originario era “costumbres”, que podría traducirse como conductas o
comportamientos en una acepción más contemporánea.

Así, el objeto de reflexión de la Ética, es la Moral, y la Moral se relaciona con


nuestros comportamientos, en tanto estos comportamientos o conductas
pueden clasificarse como buenos-correctos o malos-incorrectos. Suele
definirse a la Moral como un conjunto de normas, valores, principios,
históricamente situados, que constituyen criterios acerca de las conductas
humanas, en términos de buenas-correctas y malas-incorrectas, siendo que
esas acciones no pueden ser juzgadas más que por la propia conciencia
moral de los sujetos. Tienen un grado de subjetividad que resulta menos
visible u observable que las conductas que el Derecho señala como
legalmente correctas o incorrectas, permitidas o prohibidas.

Se supone que la Ética no se preocupará de enseñar a los individuos a


comportarse de acuerdo a determinados criterios de lo que es el bien o
mal, sino que permitirá una reflexión acerca de por qué algo es bueno o
malo en un determinado contexto histórico, social y cultural.

1.1. Una distinción clásica y muy útil

A la hora de abordar estos temas es necesario tener claridad en una


distinción que muy clásica y muy útil1, porque nos permitirá situar la teoria
y práctica de la Educación en Valores en un proceso de construcción
de los criterios de decisión moral, a partir de una reflexión sobre los
comportamientos morales empíricos, sobre las experiencias morales.
Los grandes temas de la Ética no solamente han estado vinculados acerca

1
Este cuadro se encuentra en las citas a pie de página del texto que vamos a trabajar en la actividad de
facilitación de aprendizajes y las referencias de donde se toma la selección de definiciones son las siguientes:
Cfr. AAVV. Diccionario de filosofía. Barcelona, Editorial Herder, 1996.
FERRATER MORA, José. Diccionario de Filosofía. Nueva edición actualizada por la Cátedra Ferrater Mora
con dirección de Josep-Maria Terricabras. Barcelona, Editorial Ariel, 1999. Vol.2, pp.1141-1149 y Vol.3
pp.2460-2462.
OTFRIED HÖFFE, ED. Op. Cit., pp. 99-104 y 190-192.

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Moral: (del latín moralis, relativo a las Ética: (del griego éthos, costumbre) Rama
costumbres, mores) El conjunto de normas, de la filosofía cuyo objeto de estudio es la
usos y leyes que el hombre percibe como moral.
obligatorias en conciencia.
Si por moral hay que entender el conjunto
Representan el marco normativo básico, de normas o costumbres (mores) que rigen
constitutivo de la existencia humana, la conducta de una persona para que pueda
referido al comportamiento con el prójimo, considerarse buena, la ética es la reflexión
con la naturaleza y con la sociedad. racional sobre qué se entiende por
conducta buena y en qué se fundamentan
Se adquieren por el crecimiento en el grupo los denominados juicios morales.
correspondiente, mediante la enseñanza y
la imitación, el ejemplo, la aprobación y la Las morales, puesto que forman parte
censura verbal y no verbal, ser refuerzan de la vida humana concreta y tienen
como principio de identificación. su fundamento en las costumbres, son
muchas y variadas... y se aceptan tal como
Su estudio es objeto de la ética. son, mientras que la ética, que se apoya en
un análisis racional de la conducta moral,
El lenguaje moral recurre a la función tiende a cierta universalidad de conceptos
del lenguaje conocida como «apelativa», y principios y, aunque admita diversidad
prescriptiva o imperativa, y así se dice que de sistemas éticos, o maneras concretas
el discurso moral o el lenguaje moral es un de reflexionar sobre la moral, exige su
discurso prescriptivo. fundamentación y admite su crítica, igual
como han de fundamentarse y pueden
Las principales manifestaciones de este criticarse las opiniones.
tipo de discurso son los imperativos, las
normas y las valoraciones, o juicios de valor. En resumen, la ética es a la moral lo que
la teoría es a la práctica. La moral es un
El estudio de las características del discurso tipo de conducta; la ética es una reflexión
moral es una cuestión de metaética, filosófica.
entendida como metalenguaje que trata
de los requisitos que ha de cumplir un
lenguaje moral.

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del obrar moral, o poder decidir cuándo un obrar humano es moralmente
correcto, sino acerca de qué debemos hacer para ser felices. Uno de los
grandes temas de la Ética ha sido en qué consiste y cómo podemos o
debemos actuar para ser felices.

• ¿Por qué los seres humanos elegimos hacer lo correcto?


• ¿Por qué muchas veces, sabiendo lo que es correcto, no lo hacemos?

Seguramente hay muchas conjeturas que se estarán haciendo mientras


avanzamos con estos interrogantes.

No podemos pensar la Moral sin Libertad. Un acto que se realiza sin


conciencia y sin la voluntad de realizarlo, obligado o compelido, no es un
acto que podamos analizar desde el punto de vista ético.

Otros seres vivos, como los animales, tienen instintos, que los condicionan
o determinan a comportarse de un modo, en el que no cabe la conciencia
ni la voluntad. Si un perro muerde a una persona, no diremos que ese
perro no tuvo ética o moral, o que hizo algo incorrecto. Seguramente, si
tiene un dueño, consideraremos que el dueño es el responsable de cuidar
el comportamiento de su mascota.

Allí aparece otro de los grandes temas de la Ética: la Libertad. Con la


libertad se hace plena la responsabilidad de nuestro actuar, en tanto
humanos. Ser libre no es solamente la capacidad de optar o elegir,
sino de hacerse cargo de las elecciones, o de tener clara conciencia
que los efectos o consecuencias de los actos son ineludibles. De eso se
trata la responsabilidad.

Nuevamente volvemos a preguntarnos qué es lo que nos mueve a actuar.


¿Por qué los seres humanos actuamos de modos tan diferentes ante
circunstancias semejantes o idénticas? ¿Por qué unas personas tienen
comportamientos heróicos y otros, deleznables? ¿Qué es lo que nos mueve
a obrar en un sentido o en otro?

Agunos podrán decir que es la búsqueda de la felicidad, que las personas


hacen todo lo que hacen, tratando de alcanzar la felicidad. Sin embargo,
pareciera que muchas veces las acciones que realizan se pueden calificar

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de malas-incorrectas, y no podría ser que la felicidad se alcance obrando
mal o incorrectamente.

Pareciera que respecto del bien y el mal no existen definiciones absolutas


e idénticas para todos. ¿Será que todo es relativo?

Quizás podamos entender mejor por qué obramos de maneras tan


diversas, si introducimos el otro concepto que es esencial para nuestro
desarrollo: valor.

Podemos decir que las personas puede que busquen la felicidad. Puede
que obren siguiendo lo que creen que es el deber o lo correcto. Pero
un análisis que amplía estas respuestas es que los humanos obran según
una escala de valores que han internalizado. Cada uno tiene una jerarquía
axiológica, una escala de valores, que están siempre como referencia en
cada decisión, y en cada ejecución de las elecciones que hemos hecho a
nivel interior, y que aplicamos en lo concreto.

Los valores, entramados en escalas jerárquicas, llenan de contenido el obrar


moral. Lo dotan de sentido, y son verdaderos motores de las acciones que
decidimos realizar.

Nos guste o no, adultos (ya sea que se trate de figuras parentales, docentes
o roles de guía y tutoría) somos modelos de actuación. Nuestras escalas de
valores se transuntan en nuestras acciones. Quizás descubramos que las
generaciones más jóvenes nos miran, y tratan de encontrar en nosotros,
esos valores dignos de ser imitados.

Vamos a profundizar esta introducción con la lectura del Capítulo I de


“Poder y Seducción en la Escuela”, en el que se plantea la enseñabilidad de
la Ética, y se desarrollan estos primeros conceptos, fundamentalmente los
de Ética y Moral. También se introduce a la enseñanza de los contenidos
actitudinales, que dará lugar al tema siguiente de este módulo, que el de la
Teoría y Práctica de la Educación en Valores.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 9


Lectura Requerida

• EDWARDS, Ernesto y Alicia PINTUS. Capitulo 1: “Ética y


conocimiento escolar: ¿haz lo que yo digo, pero no lo que
yo hago?” Poder y Seducción en la Escuela. Rosario,
Homosapiens, 2001.

Para facilitar la lectura, y preparar la actividad del primer foro de


este módulo, proponemos algunas actividades para acompañarlos.
La sugerencia que compartiremos con usted será útil para todas
las lecturas que vayan haciendo.

Guía para el análisis bibliográfico


Reflexiones acerca de la enseñabilidad de la Ética.

Es importante que vayan tomando nota, al modo de un diario


personal, de qué asociaciones de carácter socio-emocional y
de la biografìa escolar se van ligando a las lecturas, en función
de realizar un back-ground, que sea insumo para la articulación
entre las teorías y las prácticas, partiendo de la realidad singular
de cada cursante, anclada en sus experiencias educativas, tanto
formales y sistemáticas, como no formales.

Como podrá observar en las lecturas, la Educación en Valores no


es un conocimiento meramente conceptual, teórico o intelectual,
sino que representa un espacio de intersercción entre distintas
dimensiones que componen al ser humano. Descuidar la propia
reflexión y coherencia entre nuestra concepción axiológica,
nuestras experiencias previas y lo que decimos que guía
nuestras acciones, es la fuente principal de que otros vean una
discrepancia o incoherencia que evita que puedan transmitirse
estas valoraciones que suponemos son las correctas.

Puede ser útil llevar un cuaderno, o un archivo para estas


anotaciones.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 10


Brindamos un modelo posible para esta lectura, con algunos
interrogantes que funcionen como sintetizadores de los
conceptos desarrollados.

Temas destacados Breve síntesis de los Asociaciones personales


en el texto conceptos extraídos (opiniones, ejemplos, relatos
de situaciones, impresiones,
interrogantes, etc.)

¿Es enseñable la Ética?

¿Por qué y para qué


enseñar Ética?

Ética y Moral:
distinciones esenciales

¿Cómo se enseña la Moral?

Otro/s tema/s que te


parezca/n relevante/s

Una vez finalizada esta primera lectura, con sus actividades de facilitación
de aprendizaje, te pedimos que compartas tus reflexiones personales
acerca del tema, en el foro, que se habilita para este tema.

Espacio de intercambio y comunicación

Foro: ¿Es enseñable la ética?

Reflexione a partir de los siguientes interrogantes y comparta sus


pensamientos en el foro:
• ¿Considera que la ética es enseñable? ¿Por qué?
• ¿Cree posible diseñar un plan o un programa para enseñar
valores? ¿Cómo y por qué es posible hacerlo?

Esperamos sus aportes!

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 11


2. Primeros pasos en la construcción de una didáctica
de la Educación en Valores.

Hemos iniciado ya el camino. Imaginamos que en este CONCEPTOS CLAVES


momento hay más interrogantes que respuestas, y ese Fundamentos generales
estado es el ideal para comenzar a adentrarse en cómo de la Teoría y Práctica de
llevar a cabo un proyecto o un programa de educación la Educación en Valores
en Valores. en diferentes contextos.
Objetivos, contenidos
Porque hemos visto que la Reflexión sobre los propios y evaluación de la Teoría
valores y principios morales que están a la base de
y Práctica de la Educación
nuestras decisiones es fundamental. Dado que se
en Valores.
aprende más de las acciones de los otros que de sus
Articulaciones prácticas.
palabras.

En este campo no funciona aquello de “Haz lo que yo digo pero no lo


que yo hago”. Nuestras acciones se llevan toda la atención. Por supuesto
que es necesario que acompañemos las acciones con la reflexión y con la
promoción, esto es: propiciar situaciones en las que se puedan poner en
prática nuestras buenas intenciones.

Cuando se trabaja en un proyecto de Educación en Valores no se trata


de imponer comportamientos, sino de colaborar con la construcción de
la conciencia moral autónoma de los niños y jóvenes con los que nos
vinculamos en esa relación que es educativa.

En este segundo momento, vamos a trabajar con los fundamentos de la


Teoría y Práctica de la Educación en Valores. Vamos a detenernos en la
definición de Valor, y vamos a intentar realizar una acción de clarificación
de valores, para poder invitarlos a un análisis de los propios valores.

Educación y valores parecen constituir dos nociones soslayadas en una


sociedad atravesada por una crisis profunda que desgarra el tejido y la
vida social desde hace bastante. Muchas veces observamos, con nostalgia,
tiempos pasados parecían dar cuenta de principios sólidos en los vínculos
constitutivos del tejido social. Parece que se desvacen, y que eso trae
aparejada una crisis a todas las demás dimensiones de la vida comunitaria.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 12


Familia y escuela son instituciones que han sido afactadas por
transformaciones profundas y aceleradas durante el Siglo XX y que
siguen en ese curso de modificaciones y cambios en este Siglo XXI.
No encuentran, todavía, un nuevo orden para articularse apropiadamente
con el contexto. Un contexto del que se nutren y al que se aportan
como constituyentes, y que tiene un ritmo de cambios que supera las
expectativas de la imaginación más osada. Por supuesto que la humanidad
ha cambiando a lo largo de los milenios, pero esos cambios fueron
mucho más lentos, y los ajustes no tenían que hacerse dentro de una vida
individual, sino que atravesaban generaciones. Las creencias morales y
los principios que orientaban la decisión moral respecto de los
comportamientos humanos se transmitián como un legado casi
incuestionable a través de más de una generación. Hoy nos encontramos
intensamente interpelados por un relativismo moral, que a veces
lleva al escepticismo moral, y a que la práctica no se respeten reglas
de conviviencia mínimas. Tenemos la sensación de una pérdida de los
valores, y una decadencia de algunos en particular: el compromiso, la
fidelidad, el respeto, la tolerencia, la búsqueda de la autenticidad.

En algún sentido todavía seguimos alimentando ideales modernos y


confiando en la importancia de la educación como instrumento del progreso
humano, y por tanto, tendemos a preguntarnos qué podemos hacer frente
a tanto escepticismo y continuamos trabajando para hallar soluciones
viables a los problemas con los que nos enfrentamos cotidianamente.

La educación en valores es un tema que suele quedar sesgado en el


ámbito de la escuela. En otro momento no muy lejano, se incorporó la
convicción de que los contenidos actitudinales debían ser enseñados. Así se
encontraban en los diseños curriculares y en las planificaciones del docente
un rubro que eran los “contenidos actitudinales” o más técnicamente la
dimensión actitudinal del contenido, que implicaba que todo conocimiento
que debe ser aprendido en la escuela de forma sistemática y metódica,
tiene aspectos conceptuales, procedimientales y también actitudinales.
Pero esa dimensión actitudinal más sútil, que exige un trabajo más
personalizado, que roza la intmidad de nuestras visiones del mundo, que
nos expone a la posibilidad de denotar la falta de coherencia entre discurso
y acción, fue muchas veces subsumido por el aspecto más tradicional
del contenido, que es el conceptual, y por la necesidad y urgencia del

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procedimental, con habilidades de pensamiento que era imprescindible
desarrollar. Así que figuraba en las planificaciones, pero no tenía un
correlato de diseño de acciones y recursos para llevarlo adelante, y mucho
menos criterios de evaluación objetivos.

Tal vez esto se funde en la controvertida naturaleza de los valores, y


derivada de ella, en la dificultad de su enseñabilidad en forma sistemática
y planificada. Cuando abordamos esta cuestión, ingresamos en la delicada
dimensión interior de la moralidad, espacio de connotaciones privadas,
reservadas a la familia, que se arroga el derecho de decidir cómo criar a sus
hijos; esto es: con qué costumbres, principios, creencias, valores.

Sin embargo, en contraposición se puede argumentar que esa intimidad


del mundo familiar se vuelve cosa pública cuando las conductas de los
hijos se exhiben fuera de ese núcleo y se hacen explícitas, perturbando
a otros y cometiendo trasgresiones intencionales en el contexto de otras
instituciones sociales, como lo es el de la escuela. Esto significa que los
docentes deberían reflexionar para asumir, con fundamento, la legitimidad
de la enseñanza de los valores y hacerlo antes de decidir qué estrategias
didácticas serán las mejores para llevar adelante ese proceso.

En ese sentido los griegos que utilizaban una ligera escritura diferente
para la palabra “ethos”, porque una la escribían con epsilon y otra con
etha, en esa imperceptible diferencia de pronunciación (una letra
“e” corta y otra, larga) ponían en la mesa de discusión la tensión entre
la formación del carácter (más individual e íntimo) y las “costumbres
sociales”, esos comportamientos que no están legislados en la esfera de
lo jurídico, pero son indispensables para llevar una vida social correcta.
Esto resolvería estos dos aspectos: aquellos que hacen a la conciencia
moral de cada uno, y lo que tienen efectos sobre la vida de los otros. Una
cosa es mentirnos a nosotros mismos, querer creer que algo es diferente
de lo que la realidad nos indica, y otra cosa, bien distinta, es mentirle a los
demás, esto es: distorsionar lo que conocemos como verdad y hacerlo con
intencionalidad, conciencia y voluntad. Si el pastorcito mentiroso de la fábula
solamente se hubiera dicho a sí mismo que venía el lobo, cuando nunca
venía, habría sido un problema para él. Pero esa mentira la hizo a los
demás. La moraleja es que los demás dejaron de creerle cuando supieron
que mentía, y tuvo consecuencias, porque nadie acudió a ayudarlo cuando
lo necesitó de verdad.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 14


Así se enseñaba la moral, con fábulas de contenido moral, que dejaban
algunas lecciones respecto de las consecuencias sociales que traen
algunos comportamientos que no son adecuados. Al mentiroso nadie le
cree, nos decían en casa, y una y otra vez nos contaban historias como la
del pastorcito o la de Pinocho.

¿Es la única forma de aprender los principios morales? ¿Es el temor al


castigo social el único camino para aprender la moral? Porque es cierto que
el “NO”, los límites son necesarios, y quien no recibe un mensaje unívoco
acerca de lo que está bien o está mal, difícilmente puede distinguirlo en
aislamiento. Las generaciones mayores tienen la responsabilidad de recibir
a las generaciones más jóvenes, socializarlas, sostenerlas y cuidarlas hasta
que pueden hacer su vida independiente. En ese proceso de socialización
se da un proceso educativo, informal y asistemático dentro de la familia, que
permite ligar la socialización a los principios morales y los valores deseables
para un grupo humano. Parte de ese proceso consiste en mostrar, señalar,
hacer que el otro conozca el mundo. Un mundo social y cultural que lo
pre-existe. No parece haber dado los mejores resultados el quedarnos en
la postura de límites, en asociar la moral al castigo. No sé si los niños
de hoy se sensibilizarían demasiado con la famosa fábula del pastorcito
mentiroso, y en particular cuando los adultos parecen mostrar, en plena
era de la posverdad, serias fisuras en la coherencia entre pensar, sentir,
decir y hacer. Porque hemos visto que en la enseñanza de los valores, el
discurso se pierde si las acciones no lo acompañan coherentemente.

¿Se pueden enseñar los valores de otra manera? ¿Cómo?

Los aprendemos e incorporamos a partir de experimentarlos en contacto


con otras personas, que nos resultan significativas, y que nos los muestran
encarnados en acciones cotidianas. Max Scheler, fundador de la axiología
o teoría de los valores, afirmaba, entre otras cosas, que los valores se
captan con el sentimiento. Por eso, se trate del ámbito familiar o escolar,
los vínculos interpersonales serán el soporte fundamental sobre el que
podrán darse los demás procesos de aprendizaje.

Una buena comunicación será indispensable para poder llevar adelante la


tarea educativa. Luego vendrán reflexión y coherencia. La posibilidad de
pensar y dialogar conjuntamente sobre aquellos valores que se quieren

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 15


transmitir, para entender su significado a partir de las situaciones y ejemplos
concretos. Pero todo aquello que se analice no será suficiente si no es
acompañado por la coherencia entre el discurso y el hacer. Si entre las
palabras y las acciones del educador hay contradicción, seguramente estas
últimas serán las que perduren con más intensidad y mayor impacto, aún
siendo las incorrectas. Aquí no podemos sino predicar con el ejemplo, si es
que pretendemos la instalación permanente de ciertas virtudes necesarias
para la convivencia.

Una vez que reflexión y coherencia se incorporan como prácticas


habituales al ámbito de la enseñanza de los valores, se podrá avanzar hacia
la promoción de los valores a través de situaciones en las que no sólo se
reflexiona y se observa cómo se viven en la acción, sino que el docente
creará, además, las condiciones para que sus alumnos puedan llevarlos a la
experiencia como protagonistas.

Un docente tiene una función de gestor del conocimiento y produce una


mediación necesaria para que el alumno pueda acceder a esos saberes
del modo más adecuado, pero también es un modelo de actuación, que
deliberado o no, genera acciones que impactan en la vida de los educandos.
Nuestras conductas, en tanto seres sociales, tienen consecuencias y
cuando estamos siendo educadores nuestra responsabilidad es mayor e
ineludible. Habrá mucho que, quizás, no podremos hacer; pero también
habrán posibilidades que debemos explorar, porque lo que somos y lo que
enseñamos no queda encerrado, sino que se multiplica en otros.

Tal vez debamos recordar, con más frecuencia, aquello de “enseñar es tocar
una vida para siempre” y hacernos cargo del poder y la responsabilidad
derivados de nuestra función docente. Si pretendemos un cambio, quizás
nos convenga comenzar por nosotros.

Para llevarlo adelante, necesitamos hacer un proceso de reflexión y


coherencia con nuestros propios valores. Es una revisión permanente
de nuestros valores, de cómo los aplicamos en las situaciones concretas,
de cómo los definimos en nuestra orientación para decidir. No es que
vayamos a inculcar nuestros valores, porque allí aparecería otra tensión y
dilema que volvería la discusión a foja inicial, ralentizando la posibilidad de
avanzar. Quizás eso fue lo que obstaculizó la enseñanza de los contenidos

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 16


actitudinales. Tal vez se entendió que invadía esferas de la vida personal e
íntima de las famlias, y movilizaba la propia dimensión moral del docente.
Enseñar valores no es adoctrinar, o inculcar valores propios. Por lo menos
eso sería, como mínimo, cuestionable. Esa moral la enseña en forma
asistemática la familia, y responde a un grado de intimidad que no se abre a
escrutinio si la familia no quiere. Enseñar valores es realizar intervenciones
que promuevan la construcción de la conciencia moral autónoma en los
alumnos. Aspiramos a que esa construcción nos lleve a valores que puedan
ser universalizables, que sean consensos que nos eleven a mejores formas
de comportamiento social, más solidarias, más respetuosas de la dignidad
humana, más libres y por tanto más reponsables.

Para ello es necesario poner en juego un diseño de posiblidades, teniendo


en cuenta que hay dimensiones que desarrollar en esa conciencia moral
autónoma, que no se trata de una moral heterónoma, externa, que
funcione por temor al castigo. Ya hemos visto que eso no ha dado los
mejores resultados.

Se trata de comprender cómo funciona esa conciencia moral autónoma,


qué dimensiones la componen, y cómo debemos instalar la examinación
de nuestras conductas, que debiera ser previa a la acción, y si se obró por
impulso, al menos hubiera una instancia de revisión.

Un acto humano, al que calificamos como moral (en términos simplicados


de “bueno” o “malo”) tiene una estructura:

a) Conocimiento
b) Deliberación
c) Decisión
d) Ejecución

Se precisa un conocimiento de la situación y de la norma moral, valor


involucrado. Si no sabemos qué es lo correcto, lo deseable o esperable
para aplicar en una situación concreta, difícilmente podremos tomar una
decisión correcta. Por eso hay un “mostrar” los valores deseables, pero no
bajo la forma de inculcar o adoctrinar, sino de posiblidad de reflexión sobre
esos valores que se ven en los otros. Difícilmente puedo obrar bien si no
sé lo que es el bien o lo bueno.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 17


Después de haber tomado conocimiento, viene un momento de
delibración. Es un paso necesario en el que se evalúan caminos, alternativas,
posiblidades y todas sus consecuencias. Si ese proceso se hace muy breve,
o se pasa por alto, solemos decir que las personas actúan sin pensar. En
realidad, se minimiza o se acallan aquellas alternativas que no nos gustan.
Como Pinocho no quería escuchar a su “conciencia externa”, que era
Pepe Grillo. A esta etapa de deliberación a veces se le dice popularmente
“consultar con la almohada”, por indicar que es un proceso interno, en
aislamiento, que no se comparte con nadie.

Luego viene el momento clave de la decisión. La deliberación no puede


ser eterna. Ni breve ni muy extensa. Una deliberación excesivamente
breve puede resultar en actuar sin pensar, y una muy extensa, en que
la acción se decida sin nuestra intervención. Por eso hay que decir, que
es un acto ideal, interior, de preferir alguna de las opciones. Aquí está la
parte más sustanciosa del acto moral. Es el momento en que la conciencia
se inclina por el deber, por el hacer correcto, por el valor que se puso
en juego, aunque las consecuencias no sean las mejores, pero sí las que
corresponden.

Si esa preferencia o decisión queda a nivel mental el acto está incompleto,


y se precisa la ejecución. La voluntad lleva a la práctica la decisión que
hemos tomado. Allí tenemos completa la estructura de un acto moral.

Podemos pensar en un ejemplo clásico, siguiendo con el pastorcito de la


fábula. La mentira es uno de esos disvalores que se dan con frecuencia.

Tomemos una situación superficial o grave. Puede ser que una amiga
se hizo un pésimo corte de cabello en la peluquería o que nos hemos
enterado de algo que la afecta, pero nos perjudica contárselo.

El primer momento es el conocimiento que tenemos de toda la situación.


Dentro de ese conocimiento está el conocimiento de la norma, principio o
valor moral que entra en juego. Dice una norma moral clásica que debemos
decir la verdad, o en su formulación negativa que no debemos mentir.
O podemos pensar en nuestra escala de valores y en qué lugar ocupa
la verdad respecto de los demás, y cuando se trata de otro valor que es
la amistad.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 18


Deliberamos. Pensamos en cada alternativa. Tenemos un conocimiento
de la situación, de la persona, de los efectos. Y se supone que sabemos
que la verdad es un valor que hay que aplicar a cada circunstancia de la
vida. Podemos reflexionar acerca de la verdad, de por qué hay que decir
la verdad, de cuáles son los fundamentos o si hay circunstancias
excepcionales en que se permita no decir la verdad. Podemos
preguntarnos qué pasa si no le decimos la verdad y luego se entera de
que sabíamos. ¿Qué consecuencias traerá para nuestra amistad? ¿Podré
vivir con el secreto de que supe y no dije, por ejemplo, para no
perjudicarme? Una vez hecho esto, hay que decidir, y ejecutar.

Seguramente, mientras leen, se les van ocurriendo muchas situaciones,


y ejemplos. Todos pasamos por estas etapas cada vez que tenemos que
decidir moralmente. Y eso, suele ser a diario.

¿Cómo se componen esas dimensiones de la conciencia moral para poder


elegir?

Aquí un cuadro simplificado, que luego podrán ver en detalle en la lectura


requerida.

ETAPAS CARACTERÍSTICA

CODIFICATIVA Capacidad para entender y captar


la información de los sistemas
conceptuales.

ADAPTATIVA Relativo a las conductas, formas de


proceder para regular y adaptarse al
contexto y sus reglas.

PROYECTIVA Capacidad para crear las propias normas


y actuar conforme a criterios propios.

INTROYECTIVA Permite ser conscientes de nuestras


acciones, actores y responsables de
nuestras conductas.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 19


Sin el conocimiento de las normas, principios, valores, difìcilmente
podremos actuar correctamente de manera racional y fundada. Pero el
conocimiento en sí mismo y sin las demás dimensiones, tampoco alcanza.
Es preciso, como veremos en la lectura requerida un contacto particular,
sistemático, organizado con experiencias que nos permitan conocer,
comprender, adherir a los valores. Pero en un proceso consciente, libre y
voluntario de construcción de nuestra conciencia moral autónoma, para
que esos criterios se instalen, y funcionen como un hábito de examen, de
autoexamen, de regulación y autoregulación que no dependa de castigos
o consecuencias. Las consecuencias y el asumirlas será la responsabilidad
necesaria que tomamos por nuestros actos, por nuestras decisiones, e
incluso por los efectos no deseados de nuestras conductas.

Vamos, entonces, con la lectura requerida en la cual podremos ver,


en forma general aquí y luego en profundidad en los otros módulos,
herramientas para trabajar sobre estas dimensiones y esa construcción.
Serán herramientas ligadas al desarrollo de las habilidades sociales,
la asertividad, las habilidades para el diálogo, el autoconocimiento y la
autorregulación, entre otras.

Lectura Requerida

• PINTUS ALICIA (2006) Capítulo I “La Educación en Valores:


Entre teorías y prácticas”. En de la misma autora, “Valores en la
Escuela”, Rosario, Laborde

Para acompañar la lectura, le proponemos unos ejercicios que


deberán servir de orientación y aplicación.

Guía para la lectura


Entre teorías y práticas de la Educación en Valores

a.- Para el concepto de “Valor” le proponemos que elabore una


lista de valores (entre cinco y diez) que considere importantes en
su vida personal y/o profesional.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 20


Recordemos…

Valor2 es un término de múltiples connotaciones. Se encuentra


asociado a la cualidad o conjunto de cualidades que hacen
apreciables tanto a las personas, a las acciones, como a las
cosas, a través de un acto de preferencia, por el cual hemos
hecho una elección entre dos o más posibilidades. Son
percibidos y apreciados a través de operaciones sentimentales.
Poseen bipolaridad y dado que producen reacciones de
adhesión o rechazo, frente a ellos la neutralidad es imposible.
La preferencia o el rechazo de un valor supone la existencia
de polos opuestos (valor y contra-valor o valor y disvalor)
diferenciados. Se presentan en jerarquías caracterizando
especialmente a cada individuo. Pueden ser descubiertos o
incorporados permanentemente a nuestras actitudes y en su
conjunto hacen al núcleo central de nuestras convicciones.
Están ligados indisolublemente a la existencia humana y
poseen a la vez una doble dimensión: objetiva (generan una
conducta concreta de quien los elige y realiza) y subjetiva (dan
origen a afectos, sentimientos, deseos, etc.). Es aquello por
lo que la vida adquiere sentido. Obrar moralmente, para una
ética axiológica, será haber preferido valores de superioridad
relativa entre los involucrados en una situación particular
determinada3.

Una vez que haya elaborado la lista, le pedimos que la organice de


modo jerárquico. Algunos de esos valores estarán como prioridad,
y otros podrán tener un lugar más secundario.

Ahora, para cada valor, te solicitamos que definas en qué consiste


y que des un ejemplo de una situación concreta en la que ese valor
se aplique.

2
Valor (del latín valor, de valere, estar vigoroso o sano, ser más fuerte; en griego, axios, merecedor, digno, que
posee valor, de donde proceden términos como axiología, axiomático, etc.). Todo aquello que hace que el
hombre aprecie o desee algo, por sí mismo o por su relación con otra cosa; la cualidad por la que se desean
o estiman las cosas por su proporción o aptitud a satisfacer nuestras necesidades; en economía, lo útil, el
precio de una cosa. En general, todo objeto de preferencia o de elección. Desde la Antigüedad la palabra ha
sido usada para indicar la utilidad o el precio de los bienes materiales y la dignidad o el mérito de las personas.
Puede verse: ABBAGNANO, Nicola. Diccionario de Filosofía. México, Fondo de Cultura Económica, 1980, pp.
120; 1173 –1178. FERRATER MORA, José. Diccionario de Filosofía. Nueva edición actualizada por la Cátedra
Ferrater Mora con dirección de Josep-Maria Terricabras. Barcelona, Editorial Ariel, 1999. Vol. I, p. 287 y
Vol. IV pp. 3634 – 3640. AAVV Diccionario de filosofía. Barcelona, Editorial Herder, 1996. HÖFFE Otfried.
Diccionario de ética. Barcelona, Crítica, 1994. pp. 289-290.

3
Véase EDWARDS, Ernesto y Alicia PINTUS. Poder y Seducción en la Escuela. Rosario, Homosapiens, 2001.

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Valor / Ordenado de Definición Situación
mayor importancia a de aplicación
menor importancia

Este trabajo es un ejemplo de un ejercicio de clarificación de


valores.

b.- La lectura hará foco en las dimensiones de la personalidad


moral que deben desarrollarse para que pueda darse una
construcción de la conciencia moral autónoma, lo que facilitará
la toma de decisiones teniendo una escala axiológica deseable y
compatible con una sociedad y estilo de vida democráticos.

Para cada una de esas dimensiones, le solicitamos que piense


en ejemplos concretos de su entorno cotidiano escolar o
institucional.

Por favor, explique la relación entre el ejemplo y la dimensión


correspondiente.

Dimensión Ejemplo Justificación

A) Codificativa

B) Adaptativa

C) Proyectiva

D) Introyectiva

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 22


c.- ¿Qué significa “desarrollo del juicio moral”?

Para este segundo foro, le proponemos compartir el ejercicio de


clarificación de valores de la actividad de facilitación de aprendizajes.

Espacio de intercambio y comunicación

Foro: Reflexión, Coherencia y Promoción pasos iniciales para la


Educación en Valores.

Será muy interesante observar las distintas escalas de valores y


las definiciones y aplicaciones de esos valores, en especial cuando
tengan las mismas denominaciones.

Le presentamos algunos interrogantes que nos inspiran para


participar en el foro, además de compartir las escalas de valores
personales que ha clarificado en la guía de lectura propuesta:

• ¿Los valores: son absolutos o relativos?


• ¿Qué acompañamiento podemos brindar a nuestros alumnos
respecto de sus particulares escalas de valoración?
• ¿Cómo podemos compatibilizar los valores que propone
la escuela o la institución socio-educativa, con los que los
alumnos traen de sus entornos familiares?

Síntesis del Módulo

Hemos realizado un recorrido desde los conceptos desde conceptos


teóricos esenciales, como Ética, Moral y Valores, que estarán presentes,
subyacentes y visibles, en todo proyecto de Educación en Valores.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 23


También se mencionaron algunos de los grandes temas de la Ética:
la reflexión sobre los fundamentos de la Moral, la búsqueda de la
Felicidad, y la motivación de las acciones humanas, analizables desde una
perspectiva ética.

A lo largo de las décadas, más de una vez se ha planteado si la ética puede


ser enseñada4. Si se responde afirmativamente la cuestión inmediata
es: ¿cómo hacerlo? Nos referimos, entonces, a la Educación en Valores,
que remite a contenidos de tipo actitudinal y transversal, tanto en la
escuela como en la vida. Se anticipa que la conjetura que vertebra esta
Diplomatura se sostiene en la convicción de que la ética no puede no
ser enseñada, que todo lo que enseñamos tiene un perfil ético inocultable,
no transformable en neutral o aséptico y que es posible estructurarlo en
un proyecto.

Respecto de la cuestión planteada hay dos opciones. Una afirma que se


pueden enseñar llevando a cabo una tarea planificada. Y la otra indica que
estos contenidos se aprenden pero que no se enseñan. Lo que equivale a
tratar de decir que uno puede hacer todos los esfuerzos que estime viables
pero eso no garantiza que el que tiene que aprenderlos, lo haga. O mejor
aún: que mientras más esfuerzos hacemos para que se aprendan, menos
se logra. Se afirma que el aprendizaje de este tipo de contenidos está
ligado a una pura espontaneidad y subjetividad. El ejemplo más evidente
de esta posición es la presencia esporádica del área de Formación Ética
y Ciudadana en el horario escolar. No hay una secuencia de contenidos
a desarrollar sino que se dedican algunas clases ante el emergente, que
pueden ser dificultades en la convivencia, fenómenos de violencia escolar
o desobediencia reiterada a las normas institucionales o áulicas.

¿Puede haber una acción planificada de padres y docentes? ¿Cómo se


aprenden los valores? Las situaciones puntuales deben ser atendidas, pero
la tarea organizada es posible y necesaria.

4
Véase PINTUS, Alicia. La Ética: ¿Es Enseñable? Para Aulahoy, Rosario, Editorial Homo Sapiens, Año I, N° 3,
Noviembre de 1995.

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La Ética no solamente es enseñable, sino que no podemos no enseñarla
mientras estemos en tarea pedagógica, sea en instituciones formales del
sistema educativa o en otras organizaciones socio-educativas, en las que
se de un vínculo entre un adulto que lidera o conduce, y un adolescente,
joven o un niño, que mantenga una relación asimétrica.

Las formas en las que se aprende lo “moral”, desde los grupos primarios
en los que nacemos y crecemos en los tiempos de la infancia, son la
prohibición y la identificación afectiva. El límite resulta necesario para
comprender los conceptos de “bien” y “mal” que están cultural, histórica y
socialmente situados, pero que tienen posibilidad de acuerdos y consensos
universalizables.

La identificación afectiva está directamente asociada a las escalas de


valores que cada uno de nosotros poseemos y que mostramos en nuestras
decisiones y nuestras ejecuciones a diario.

Por eso, Scheler decía que los valores se captan con el corazón, porque
hay una identificación afectiva con las personas que son modelos, o
portadores de valores.

Para la planificación de un proyecto de Educación en Valores se requiere


un conocimiento de la teoría, pero también, un ejercicio práctico que es
permanente y tiene que ver con la reflexión, la cohorencia y la promoción
de nuestros propios valores.

Luego será importante tener en cuenta las dimensiones de la personalidad


moral, para poder organizar pasos y recursos para colaborar con su
desarrollo y con la construcción de la conciencia moral autónoma de
adolescentes, jóvenes y niños.

Los mismos ejercicios que les propondremos a ellos, deberemos haber


podido realizarlos con nosotros mismos. Porque el educador es un modelo
de actuación, además de ser un gestor del conocimiento.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 25


Guía de autoevaluación del Módulo

El módulo finaliza con el Trabajo Práctico Integrador que está pensado


como una forma de síntesis del recorrido realizado. No es un resumen de
los temas dados, sino una búsqueda de aplicación de esos temas, en una
consigna integradora, que será un elemento de enlaces con las propuestas
de los demás módulos.

Por lo tanto, en la guía de autoevaluación, que contiene un listado de los


temas que no pueden obviarse en el repaso, se sugiere, revisar las lecturas
y los trabajos de facilitación de aprendizajes que se han propuesto, como la
propia participación en los foros, así como la de los colegas, con quienes se
habrán establecido diálogos virtuales, seguramente muy enriquecedores.

Deberían estar claros los conceptos de:

• Ética
• Moral
• Valores
• Dimensiones de la personalidad moral
• Construcción de la conciencia moral autónoma
• Desarrollo del juicio moral (Kohlberg y Gilligan)
• Acciones previas a cualquier planificación de Educación en Valores:
Reflexión, Coherencia y Promoción

La claridad y distinción en estos conceptos, implicará la posiblidad de


pensar en situaciones y ejemplos concretos, y no solamente poder resumir
o sintetizar definiciones.

¡Felicitaciones! Hemos finalizado el Módulo I por tal motivo, le proponemos


realizar la siguiente actividad que le permitirá transferir y aplicar los
contenidos a su pràctica profesional. Esperamos que disfrute la tarea.

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Trabajo Práctico Requerido - Módulo I

• Teoría y Práctica de la Educación en Valores

La consigna de esta actividad la encontrará publicada en el campus.

Tenga en cuenta que este trabajo tiene fecha de entrega. Por


favor, consulte el cronograma para poder cumplir con los tiempos
estipulados.

Recuerde que usted cuenta con el apoyo de su tutor/a


para acompañarlo durante el proceso de aprendizaje.

Si surgen dudas u obstáculos que dificultan la experiencia


o la comprensión de los contenidos durante la resolución
de estas consignas, por favor, comuníquese con él/ella
para que pueda brindarle las orientaciones que le
permitirán resolverlas.

Módulo I - Teoría y Práctica de la Educación en Valores | Pág. 27


Bibliografía y lecturas de referencia

AAVV Diccionario de filosofía. Barcelona, Editorial Herder, 1996.


ABBAGNANO, Nicola. Diccionario de Filosofía. México, Fondo de Cultura
Económica, 1980,
ABBAGNANO, Nicolás. Historia de la Filosofía. Barcelona, Montaner y
Simón, 1978.
BUXARRAIS, Ma. Rosa y Otros. La educación moral en Primaria y Secundaria.
Madrid, Ministerio de Educación – Edelvives, 1990
CULLEN, Carlos A. Crítica de las razones de educar. Buenos Aires, Paidós,
1997
DE VINCENZI, Edgardo Néstor. El hombre como promedio. Una fórmula de
vida. Buenos Aires, Consultora Universitaria de Asistencia Integral (CUAI),
2003.
DELORS, Jacques. La educación encierra un tesoro, Madrid, Santillana-
UNESCO, 1996.
EDWARDS, Ernesto y Alicia PINTUS. Poder y Seducción en la Escuela.
Rosario, Homosapiens, 2001.
EDWARDS, Ernesto y Alicia PINTUS. Violencia en la Escuela. Rosario,
Laborde Editor, 2004.
FERRATER MORA, José. Diccionario de Filosofía. Nueva edición actualizada
por la Cátedra Ferrater Mora con dirección de Josep-Maria Terricabras.
Barcelona, Editorial Ariel, 1999. Vol. I, y Vol. IV
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HÖFFE Otfried. Diccionario de ética. Barcelona, Crítica, 1994.
http://www.campus-oei.org/oeivirt/rie07a01.htm [setiembre, 2006]
KANT; Immanuel. La metafísica de las costumbres. (1797) . Barcelona,
Altaya, 1993.
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LYORTARD, Jean-Francoise. La condición postmoderna. Buenos Aires, R.E.I.,
1987.
MAKINISTIAN, Rubén L. “Comunicación Humana y Sistemas Humanos”
Recorrido de ideas, 1984/1990). Rosario, Sistemas Humanos, 1991.
MALIANDI, Ricardo. Ética: conceptos y problemas. Buenos Aires, Editorial
Biblos, 2004, 3° edición, corregida y aumentada.
MARTÍNEZ MARTÍN, Miquel. La Educación moral: una necesidad en la
sociedades plurales y democráticas. Revista Iberoamericana de Educación.
N° 7 Organización de Estados Iberoamericanos.

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MATERIAL BIBLIOGRÁFICO Postgrado La práctica de los valores en
contextos educativos. V Edición. Barcelona, UNIVERSIDAD de BARCELONA
VIRTUAL ORGANIZACIÓN DE ESTADOS IBEROAMERICANOS. 2004
NAROSKY, José. Luces. Nuevos aforismos y ..., Buenos Aires, Editorial
Sudamericana, 2001.
ONETTO, Fernando. Con los valores ¿quién se anima?. Bs. As., Bonum, 1994.
PEREIRA de GOMEZ, María Nieves. Educación en Valores, México, Trillas,
1997
PERTERS, R. S.. Desarrollo moral y educación moral. México, Fondo de
Cultura Económica, 1984.
PINTUS, Alicia. La Ética: ¿Es Enseñable? Para Aulahoy, Rosario, Editorial
Homo Sapiens, Año I, N° 3, Noviembre de 1995.
PUIG ROVIRA, Joseph Ma y Miquel MARTINEZ MARTÍN. Educación moral
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SAVATER, Fernando. El valor de educar. Bs. As. Ariel, 1997
SPLITTER, L. Y SHARP, A. La otra educación. Filosofía para niños y la
comunidad de indagación. Buenos Aires, Manantial, 1996.
WHILHEM, Richard (traductor y comentarista) I Ching. El Libro de las
Mutaciones. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1987.

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