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Construcción de vía en Oxapampa amenaza bosque de

protección, advierte Ministerio del Ambiente


13:49 | Lima, dic. 21 (ANDINA).

La construcción de una carretera, impulsada por los municipios de Puerto Bermúdez y Pichanaki,
amenaza el Bosque de Protección San Matías – San Carlos, en la provincia de Oxapampa (Pasco),
según advirtió hoy el Ministerio del Ambiente.

Dicho proyecto carece de estudios técnicos viables, estudios de impacto ambiental y autorización
del jefe del área natural protegida, precisó.

Al atravesar esta área natural causa la fragmentación de los bosques, discontinuidad del paisaje y
un mayor acceso para la extracción de recursos naturales como la madera y especies nativas,
promoviendo la invasión y tráfico de terrenos.

“En la actualidad una de las rutas de la vía llega hasta la comunidad nativa Aguachine,
encontrándose en la Zona de Amortiguamiento (zona aledaña) aproximadamente a 20,700 metros
del bosque”, dijo Luis Alfaro, jede del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp).

La segunda ruta se encuentra a 4,500 metros dentro del área y llega hasta la comunidad nativa San
Roque de Shimaki.

Esta obra –que se encuentra paralizada y con sus promotores denunciados- ha traído la
depredación de las especies forestales maderables, tráfico de tierras, el cambio de uso del suelo,
así como pérdida de los ecosistemas y de la biodiversidad, entre otros problemas de índole social
por la emigración de colonos, aseveró.

Alfaro pidió celeridad al Juzgado Mixto de Oxapampa en la lectura de la sentencia de denuncia


penal contra Nemecio Mendoza Francisco Viriochi, alcalde de Puerto Bermúdez, y contra Germán
Meza Mariani, ex autoridad edil, quienes según el expediente N°264-2008, son responsables por
iniciar la construcción de la vía.

Ello ha acarreado daños irreversibles para el área natural protegida y los terrenos de las
comunidades nativas y las actividades tradicionales que desarrollan.

Según el libro sobre Delitos contra la Ecología del Código Penal, la pena que esperaría a los
acusados por depredación de bosques protegidos va desde los 12 a los 48 meses de prisión.

Los guardabosques y autoridades de la zona se encuentran a la espera de un fallo que inhabilite el


posterior desarrollo de esta obra dentro del área que es patrullada con el apoyo de la Asociación
de Nacionalidades Asháninkas del Pichis (ANAP), formada por 115 comunidades nativas del Valle
Pichis.
El bosque está ubicado en los distritos de Palcazú, Puerto Bermúdez y Villa Rica, en Oxapampa,
entre las cuencas de los ríos Pichis y Palcazo, y alberga en sus más de 145 mil hectáreas gran
variedad de pisos ecológicos, flora y fauna procedente de la sierra, selva baja y selva alta del país.

Esta valiosa área contribuye protegiendo a los centros poblados, a la infraestructura vial aledaña y
a los cultivos contra los efectos destructivos de la erosión hídrica, huaicos o torrentes e
inundaciones, pues el bosque actúa como regulador natural en la zona donde habitan
comunidades nativas asháninkas y llanezas.

Forma parte del importante complejo Yanachaga (156,744 hectáreas) desde el año 1987, fecha en
que se creó esta área natural protegida para conservar los suelos y las cuencas de los ríos de las
cordilleras San Matías y San Carlos, así como su diversidad biológica.

Publicado: 21/12/2009

Reforestación en Oxapampa, Perú: retos y


prioridades
Por Fernando Torres Morán

LIMA (IDN) - Oxapampa es una provincia en la Región Pasco, en la selva central del Perú. En ella se
encuentra la Reserva de Biosfera “Oxapampa Asháninka Yánesha”, que fue reconocida como tal en
2010 por la UNESCO.

En su extensión, Oxapampa guarda áreas naturales protegidas, como el Parque Nacional


Yanachaga Chemillén, con un área de 122 mil hectáreas (entre los distritos de Huancabamba,
Oxapampa, Villa Rica y Pozuzo), o el Bosque de Protección San Matías - San Carlos, con extensión
de 145,818 hectáreas (entre los distritos de Palcazú, Puerto Bermúdez y Villa Rica).

A lo largo de décadas, esta zona ha sufrido la depredación forestal. Recientemente, la ONG Pro
Naturaleza ha denunciado que la tala ilegal en el Parque Nacional Yanachaga Chemillén incluye la
extracción de cien mil tablares de madera como tornillo, cedro e higuerilla.

Debido a la pobreza en la zona, el proceso de extracción involucra a algunos indígenas, a quienes


los inescrupulosos madereros ofrecen una pequeña cantidad de dinero a cambio de que les
permitan talar los árboles en las zonas que se les han adjudicado.

La historia de la deforestación en esta zona, rica en biodiversidad, se remonta a mediados del siglo
pasado, cuando la madera empezó a extraerse para su exportación a otros países. Se instalaron las
primeras madereras hace unos 60 años.
Con el paso de los años, fueron llegando a la zona las madereras ilegales, dando lugar a una tala
sin control ni supervisión por parte de los gobiernos de turno. Las montañas de Oxapampa, antes
llenas de vida forestal, se fueron convirtiendo en extensiones con vegetación menor.

A todo ello, se sumó la creciente actividad agropecuaria, por lo que se plantaron hectáreas de
frutos para el comercio, así como pastos para la alimentación del ganado. El problema que
presenta esta actividad es que es migratoria, desgastando un terreno para buscar inmediatamente
otro para nuevos cultivos, con la respectiva deforestación y no renovación de la tierra.

Según Ivo Bozovich, gerente general de Maderera Bozovich, una de las más antiguas que se
instalaron en Oxapampa, la agricultura y la ganadería son las actividades que generan el 87% de la
deforestación, “pues cortan, hacen tala rasa y queman”. Cuando esto pasa, a los tres años, esa
tierra ya no sirve, agrega Bozovich.

Si bien es cierto que varias de las madereras desarrollaron sus actividades de manera sostenible,
talando solo los árboles maduros y dejando intactos los jóvenes (actividad que se denomina
podar), también hubo quienes explotaron las áreas indiscriminadamente, dejando vacías grandes
extensiones de terreno que antes estuvieron pobladas de árboles.

Hoy, la situación está cambiando positivamente. El Perú, como miembro de la ONU y


comprometido con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, ha implementado el Programa
Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático (PNCBMCC), que
incluye un sistema de monitoreo satelital y normas específicas para intervenir y sancionar la tala
ilegal, como parte del plan del Ministerio del Medio Ambiente.

El programa incluye una planificación estratégica que contempla 11 ejes temáticos para prevenir,
controlar y sancionar la deforestación y tala ilegal.

Asimismo, hoy existe una Estrategia Nacional sobre Bosques y Cambio Climático, cuyo objetivo es
“reducir la deforestación y degradación de nuestros bosques y con ello reducir las emisiones de
Gases de Efecto Invernadero (GEI)”, que involucra la participación de sectores públicos y privados.

Un ejemplo de ello es la labor de la ONG Pro Naturaleza, que trabaja con 14 comunidades en
diversas zonas, incluida Oxapampa, a las que inculcan el manejo sostenible de las tierras.

Uno de los objetivos que el Gobierno ha planteado es lograr la reforestación de por lo menos dos
millones de hectáreas para el año 2030, y las comunidades pueden contribuir con este objetivo
por medio de pequeñas acciones.

Tal es el caso de la institución educativa Ana Mogas, del centro poblado Quillazú (Oxapampa),
quienes han demostrado que el propio beneficio y un desarrollo sostenible de la zona, es posible.
Hace una década sembraron 3.300 árboles de eucalipto a lo largo de tres hectáreas. Luego de
ocho años lograron comercializar parte de la madera, lo que les permitió adquirir quince
computadoras para el centro educativo.
La siembra de los árboles se logró gracias a donaciones y aportes de los padres de familia. Es un
claro ejemplo de proyectos de reforestación y desarrollo sostenible, del cual, además, puede
beneficiarse un conjunto humano que toma conciencia de las posibilidades que brinda una tala y
comercio controlados.

Sin embargo, más esfuerzos por parte del gobierno son necesarios. En la misma zona, en el Parque
Nacional Yanachaga Chemillén, hay al momento 20 guardabosques, por falta de presupuesto. Esta
cantidad de guardabosques es una desproporción en relación a la extensión del Parque Nacional.
También, en la Oficina de Administración Técnica Forestal y Fauna Silvestre de la provincia de
Oxapampa trabajan dos funcionarios dedicados al trámite administrativo, no siendo posible que
puedan inspeccionar el Parque.

Esto delata la gran necesidad de que el Gobierno peruano invierta un mayor presupuesto solo en
esta zona, que es uno de los parques más grandes del Perú. El Parque Nacional Yanachaga
Chemillén cuenta con restos arqueológicos de la cultura Inca y Yánesha. También tiene el récord
mundial en flora, con 2584 especies. La fauna que habita en el Parque comprende 59 especies de
mamíferos, 427 especies de aves, 16 de reptiles y 31 de peces.

Las comunidades nativas que habitan en Oxapampa desde hace cientos de años, cuentan con los
medios naturales para tener una vida digna. Solo es necesario dedicar algo más de energía y
recursos dándoles las herramientas y el conocimiento para que sean ellos mismos, y no
únicamente las grandes empresas (y, definitivamente, no las madereras ilegales), los que se vean
beneficiados con la explotación controlada de los recursos de la zona.

El Gobierno peruano ha dado importantes pasos en la dirección de desarrollar un plan a largo


plazo de conservación y reforestación de la extensa selva. Sin embargo, un mayor presupuesto y
atención a resolver los problemas específicos de cada zona, son necesarios. [IDN-InDepthNews –
20 Julio 2016]

IDN es la agencia insignia del Sindicato de Prensa Internacional

20 JULY 2016

Presentan herramientas para preservar las áreas


naturales protegidas de Oxapampa
Viernes 6 de Abril, 2018

En la provincia de Oxapampa (Pasco), en la selva central del país, se encuentran el Parque Nacional
Yanachaga Chemillén, las Reservas Comunales Yánesha y El Sira, además del bosque de protección
de San Matías – San Carlos. Estas áreas naturales protegidas, que abarcan en total 1.8 millones de
hectáreas, fueron reconocidas el 2010 por la Organización de Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (Unesco) como la reserva de biósfera “Oxapampa – Asháninka – Yánesha”
por cumplir con funciones de conservación y desarrollo, y contar con una alta diversidad biológica
y cultural. La zona cuenta con varios microclimas, diversidad de especies de fauna (incluidas
endémicas) y cabeceras de cuenca que regulan el clima y proveen de agua a Oxapampa.

“El 2 de junio del 2010 toda la provincia de Oxapampa, con sus 8 distritos, recibió el título de
reserva de biósfera y fue incorporada a la Red Mundial de Reservas de Biósfera durante la 22ª
reunión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa Hombre y Biosfera (MaB) de la
Unesco. El reconocimiento fue posible por contar en la provincia con áreas naturales protegidas
por el Estado, iniciativas locales de conservación emprendidas por los Gobiernos locales con el
apoyo de la sociedad civil y la cooperación internacional, además de la presencia de culturas vivas,
esfuerzos por ordenar el territorio, emprendimientos económicos locales y la voluntad de los
ciudadanos de asumir el reto de un desarrollo en armonía con el entorno natural”, señaló César
Laura, especialista del Instituto del Bien Común (IBC).

Agregó Laura que el reconocimiento como reserva de biósfera fue la culminación de un proceso
para poner en valor a la provincia y colocarla en la senda de un desarrollo humano sustentable.
“Además, marcó el inicio para acercar a las personas a la toma de decisiones, con el reto de
armonizar las necesidades de conservación con el turismo, la industria extractiva (hidrocarburos y
minería), las actividades agropecuarias y forestales”, señaló el representante del IBC.

Sin embargo, Oxapampa como provincia y Pasco como departamento, no se encuentran libres de
amenazas. Según el reporte “Datos oficiales de bosques y pérdida de la cobertura de bosques
húmedos amazónicos”, en el 2016 se deforestó 7 503 hectáreas de bosque amazónico en Pasco,
ubicando al departamento como el séptimo con mayor cantidad de bosques deforestados en ese
año, siendo responsable del 5% de la deforestación anual de todo el país el 2016.

Para proteger la reserva de biósfera


Frente a este escenario y con el objetivo de dar a conocer los beneficios concretos que brinda a
sus ciudadanos la reserva de biósfera, los riesgos que amenazan su conservación y las
herramientas que tienen las personas para la prevención de delitos contra el ambiente y los
recursos naturales en la zona, se realizó el “I Seminario: Alcances de las normas para la prevención
y protección del ambiente en la Reserva de Biósfera Oxapampa, Asháninka, Yánesha: una
oportunidad en nuestras manos”.

El evento fue un trabajo conjunto de la Municipalidad Provincial de Oxapampa, la Municipalidad


Distrital de Villa Rica, Sernanp, el Comité Salvemos Sho´llet, el Instituto Jurídico José Hurtado Pozo,
el Instituto del Bien Común y el Centro Federado de Periodistas de Oxapampa.

Las ponencias se enfocaron en dar a conocer la situación legal de la reserva de biósfera Oxapampa
– Asháninka – Yánesha y las herramientas disponibles que permiten a los ciudadanos acceder a
justicia para defender el ambiente, identificando los roles y competencias de los distintos actores
clave encargados de impartir justicia. Además, explicar el alcance de las normas de protección y las
etapas del proceso penal en delitos contra el ambiente a las ciudadanos, autoridades y actores
clave, según el nuevo Código Procesal Penal. También se destacó la importancia de los medios de
comunicación para dar a conocer los problemas de la zona y las alternativas para alcanzar mayor
difusión con la información.

Grecia Witting, gerente de Recursos Naturales y Gestión Ambiental de la Municipalidad Provincial


de Oxapampa, destacó la necesidad de regular las actividades productivas que se realizan en la
zona y que pueden terminar afectando el área, como las quemas para agricultura o la caza de
fauna silvestre. “La reserva de biósfera “Oxapampa – Asháninka – Yánesha” tiene que protegerse y
gestionarse porque puede haber resultados lamentables. El año pasado se ha detectado incendios
forestales en Oxapampa y se ha tenido que recurrir a la Fuerza Aérea para poder mitigarlos. Quizá
está faltando información a quienes realizan actividades de agricultura. Nadie está prohibiendo
que realicen actividades productivas, pero deben hacerse con cautela y respetando las normas.
Otros problemas son la tala indiscriminada y la caza de fauna silvestre”, sostuvo.

La representante de la Municipalidad Provincial de Oxapampa recalcó el potencial de la reserva de


biósfera “Oxapampa – Asháninka – Yánesha” y al mismo tiempo su fragilidad ante actividades que
realiza la sociedad para beneficiarse. “Necesitamos realizar un ordenamiento territorial y es
necesario educar a nuestra población. Si nuestra sociedad, funcionarios y políticos no tienen
educación y conocimiento de todos estos aspectos, no vamos a tener campo por más que
hagamos muchas cosas, por más que haya mucho presupuesto. La educación es la clave en todos
estos procesos. Tenemos una responsabilidad compartida para garantizar un desarrollo sostenible
dentro de la reserva de biósfera Oxapampa – Asháninka – Yánesha”, señaló durante su exposición
en el seminario.

Rogelio Zea Pantigoso, Juez del Juzgado Unipersonal de la provincia de Oxapampa, explicó los roles
que cumplen la Policía, Fiscalía Ambiental y los jueces ante las denuncias ambientales. Señaló que
las instituciones se encuentran parametradas por la ley. “Si no cumplimos o si vamos más allá de
lo que la ley permite, cometemos irregularidades o hasta delitos”, sostuvo Zea.

También participaron como expositores Jhon Zuasnábar, representante del Servicio Nacional de
Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) de Oxapampa; el abogado especializado en materia
ambiental, César Ipenza; Jimmy Carrillo, Director de la Unidad de Comunicaciones de la Sociedad
Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) y un representante del Centro Federado de Periodistas de
Oxapampa.

El bosque de Sho´llet forma parte de la reserva de biósfera “Oxapampa – Asháninka – Yánesha”. Se


encuentra en la zona de amortiguamiento del parque nacional Yanachaga Chemillén. Actualmente
la conservación de este bosque, que alberga fauna endémica y brinda agua a la zona, representa
un desafío ante titulaciones irregulares en su interior que suman alrededor de 5 mil hectáreas, casi
la mitad del bosque.

César Ipenza, abogado especializado en materia ambiental, destacó la importancia de este bosque
calificándolo como un “espacio único que cuenta con especies endémicas que no se encuentran
dentro del parque nacional Yanachaga Chemillén. Además, brinda agua en cantidad y de calidad a
la población local. Es un centro de endemismos y un espacio donde se puede conocer una
cantidad importante de orquídeas”.

Referido al problema de titulaciones irregulares, señaló Ipenza: “A pesar de que todas las
autoridades conocen que es un espacio importante y los municipios de Oxapampa, Villa Rica y la
cooperación internacional han asignado recursos para su protección y conservación, autoridades
han venido titulando con información inexacta y falsa a gente que nunca ha tenido ni posesión ni
presencia en la zona. Han facilitado que estas personas se apropien de algo que no es suyo sino de
todos. Esto llevaría a que empiecen a realizar desbosque y depredación, como ha sucedido ya en
algunos casos puntuales.

Finalmente, referido a las acciones que se pueden tomar para proteger el bosque de Sho´llet,
indicó Ipenza: “Existen herramientas jurídicas y legales. Lo importante es que las autoridades
como el Poder Judicial y la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental las apliquen y, sobre todo,
que los municipios y Gobierno nacional ejerzan autoridad en su protección”.

https://andina.pe/agencia/noticia.aspx?id=270642

https://www.sdgsforall.net/index.php/languages/spanish/120-reforestacion-en-oxapampa-peru-
retos-y-prioridades

http://www.actualidadambiental.pe/?p=49401

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