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A

Pesar de Todo
Historias marcadas por un soplo de
vida, un suspiro de amor o
entrecortadas por un hilo de sangre

Por

Doménica Jiménez


Mi nombre, George Adams un psiquiatra forense, nací en el seno de una


familia humilde y reservada. Mi madre, una mujer obsesionada con la
anatomía, mientras que papá, un hombre alcohólico y enfermizo, quién murió
a causa de la bebida, cuando apenas yo cumplía los tres años, ambos criados
en un ambiente autoritario y campestre. Desde la infancia me apasionaba
analizar los cuerpos de animales muertos en el bosque, pedía explicaciones
recurrentes a mamá, pero me proporcionaba tan escaza información, que tenía
que buscar mis propias respuestas por otros medios… recuerdo que mi madre
estaba tan ensañada con las ciencias médicas, que le pedí para uno de mis
cumpleaños un libro de anatomía, y cuán grande fue mi sorpresa que al abrir la
caja, adjuntaba tres libros: anatomía, medicina forense y psicología. Pasaba
tan ensimismado en aquel mundo en que se debatía la vida y la muerte, siendo
la segunda la musa que mancharía el trayecto de mi vida.
Desde pequeño era un estudiante destacado, mi dedicación y esfuerzo,
hicieron que sobresalga, permitiendo acceder a una beca para seguir una
especialidad en la carrera de mi elección en Washington, lo que en aquellos
tiempos mis posibilidades económicas no me lo hubiesen permitido; Cuando
recibí la noticia del becado internacional, mis sentimientos de tristeza y alegría
se mezclaron en la copa de la vida, por una parte se me presentaba la
oportunidad de salir del país, por el otro dejaba a un lado los principales
factores de mi felicidad, a mi madre y a Harley, la niña que amaba en secreto
desde mi infancia, (pero a quién no veía desde hace doce años, pues su padre
la llevó a vivir a una parte de Europa, para protegerla de la epidemia que había
llevado a un fin trágico a su progenitora); le comenté a mi madre la noticia,
pero obtuve una sonrisa lánguida y muy poco emocionada.
Entonces dijo: -“Me alegro George, deseo que tu camino este plagado de
éxitos, espero verte pronto hijo mío, me abrazó y lloró”
A la semana siguiente, una vez preparado mi equipaje y los elementos
principales, me despedí de mamá, nos abrazamos fuerte mientras se empapaba
mi chaqueta gris con sus frágiles lágrimas, justificando que eran de emoción y
orgullo. Prometí que le escribiría en cada oportunidad que se me presentase, le
di un beso en la frente y me dirigí hacia Mr. Alberth, siendo este el encargado
de llevarme a mi nueva residencia en Beaux Arts Village, en Washington,
lugar en donde realizaría mis estudios de especialización en la rama de
psicología forense.
Tras dos días cansados de viaje, llegué al destino esperado, siendo mi
instalación una villa grande a las afueras de la ciudad, desde la cual había
aproximadamente unas tres horas de viaje hasta el centro universitario de
especialidades médicas...
**
Mi primer día fue normal, aunque debo confesar que al llegar a los patíos
del centro, me llené de nostalgia por el recuerdo de mi madre, estaba tan
encerrado en mis pensamientos, que alguien se acercó para preguntarme algo,
y mi cuerpo se sobresaltó al estrechar la mano de aquella persona.
-Me llamo Margaret… Margaret Murder, estamos buscando el mismo
campo de psiquiatría forense al parecer, ¿tienes alguna idea de a que parte
podemos dirigirnos?
Me quedé mudo, no sabía que decir. –Ehh… Tartamudeé, no, no, la verdad
que soy nuevo aquí.
-Pues estamos igual, podremos apoyarnos mutuamente si es que deseas.
Dijo Margaret, (en un tono coqueto mientras tomaba en uno de los dedos un
mechón de cabello rubio)
Asenté en señal de aprobación. Nos dirigimos por todo el campus y
después de casi una hora de caminar y buscar, llegamos al aula 174, el sitio de
estudio correspondiente. Me senté junto a un tipo, llamado Peter (Típico chico
burlón y carismático).
–Hola víctima, me dijo con una mirada fría y manipuladora. – Hola…
respondí por cortesía, pero mis piernas temblaban aunque logré disimular un
poco, gracias al pupitre que me cubría, por poco mojé mis pantalones. (Ya lo
sé, pensarán.- “Que marica”, pero si tan solo hubiesen sentido el miedo y la
mala vibra que me transmitía mi nuevo “compañero”).
-Imbécil, era una broma, aquí nadie se divierte, nadie tiene buen sentido
del humor. Bien, soy Peter Armstrong ¿y tú, novato?
-¿Novato?... Me quedé en silencio. (No se supone que estábamos en un
mismo salón, siguiendo un mismo nivel de estudio). –Soy, George…George
Adams.
-Mmm… Adams, debes ser el chico “nerd” al que becaron… Pues, se ve
que ligas muy rápido a las chicas, en cuanto ingresante, me percaté que a tu
lado estaba la chica más corriente de todo el centro, me fijé también en el resto
de jóvenes como te miraban.
-Solo acompañaba a Margaret, porque estaba igual de extraviada que yo…
sabes, no tengo por qué darte explicaciones.
-Bien… idiota… La víctima y la asesina salen juntos, que exquisito… Y
así se repetirá la misma historia de hace cuatro años.
-¿Hace cuatro años?, ¿Qué sucedió hace cuatro años?... –Olvídalo,
¡víctima ¡ (dijo entre dientes y carcajadas, mientras se levantaba, se fue a otro
lugar a sentarse)
No insistí en preguntar, pero aquello que mencionó, me heló la sangre,
nublando totalmente mi pensamiento, ¿Margaret era una asesina?, está y otras
preguntas se incrustaron como icebergs en mi océano mental. ¿Cómo era que
Peter conocía a Margaret, y por qué la tildaba de corriente y asesina? ¿Qué fue
lo que sucedió en esos cuatro años pasados?... Deseaba averiguar tantas cosas,
pero no tenía a quién recurrir para obtener información; Por ello, preferí
aceptar que aquel tipo solo bromeaba, todo es por molestar al “novato y nerd”.
–Pensé-
Al poco rato, ingresó la directora, dándonos la bienvenida al centro de
especialización, de igual manera nos brindó información acerca de la malla
curricular, los horarios, e hizo redundancia en que el período de estudio era de
dos años, por lo que debíamos aprovechar y estudiar lo suficiente, pues
nosotros seríamos el futuro de Washington y del mundo, etc… de esa forma se
llevó un periodo de cuatro horas, empezando de esta forma el sermón y primer
día de ingreso.
Intenté recordar todo el tramo desde la entrada hasta la salida del
majestuoso “Washington forensic medical science specialty institute” (o como
ciertas personas preferían llamarlo “WFS”), pero se aglomeraban los
estudiantes, que lo único que pude recordar era que mi salón era el 174,
ubicado en la sexta parte del edificio. Salí de inmediato, apresuré el paso y
pude tomar el Metrorail en la segunda estación, una vez que llegué a la parada,
me apeé y dirigí hacia la villa en donde tenía la intención de escribir una carta
a mamá, para avisarle que todo el viaje fue fructífero, pero antes descansaría
un poco. Llegando a mi habitación abrí la nevera, tomé unos cuantos
bocadillos, me recosté sobre el sillón, tuve un leve malestar de cabeza, quizás
por el ajetreo en la universidad y el impacto que causó en mí todo lo que dijo
aquel tipo acerca de Margaret y lo sucedido hace cuatro años; Las dudas
invadían mi mente y el malestar se iba apoderando de mí, hasta que en un abrir
y cerrar de ojos, me quedé profundamente dormido. Me desperté a la noche
tiritando de frío, arreglé las sábanas y las mantas de la cama, durmiéndome
casi al instante...
**
Ring Ring Ring, sonó el despertador, preparé el desayuno, tomé una ducha
y me dirigí a la estación a esperar el transporte, tras casi dos horas de viaje,
nuevamente me encontré en el instituto de especialidades, rogando y cruzando
los dedos para que el nuevo día no sea como el anterior. Ingresé a clases justo
a tiempo, sonreí al ver que al lado contrario de mi pupitre no se encontraba
aquel tipo que arruinó mi primer día, sino una chica demasiado amable;
Dispénseme por el atrevimiento pero desearía hacer un esbozo de la persona
mencionada, pues… Era una chica de mediana estatura, cabello lacio, largo,
usaba unos lentes plateados, atenta, de rasgos cálidos y una personalidad muy
fresca.
-Hola George (giró la cabeza hacia la parte trasera del asiento)… Adams,
soy Lucy, tu nueva compañera fija de pupitre, eres bienvenido amigo.
-Bien Lucy, gracias. Entonces desde hoy en adelante mi número de asiento
será el 16, ¿verdad?
-Por supuesto amigo. Así ha sido asignado el número en base al apellido y
para el resto de actividades.
-Asenté y sonreí, (por fin algo bueno estaba marcando mi vida, Lucy
reflejaba una gran personalidad y me transmitía confianza)
Después de varias clases impartidas durante las horas de estudio; salí del
lugar, pero Lucy me sugirió su compañía. (Noté rápidamente que Margaret ya
no estaba en el mismo salón)
-¿Todos los estudiantes que ingresamos ayer nos mantenemos en el mismo
salón o nos alternan?, pregunté a Lucy. - No, a partir del segundo día se da la
permanencia estudiantil, ya que, algunas aulas tienen exceso de estudiantes y
otras déficit.
-Mmm entiendo. Puedo hacerte una pregunta, le dije.
-Claro, todas las que quieras, estaré dispuesta a ayudarte. Siempre y
cuando no abarques los temas de Asia o cualquier conflicto entre potencias.
(Reía dulcemente)
-Tienes gran sentido del humor, (agradecí su bondad) Bien, pues el caso es
que ayer, cierto tipo me comentó acerca de un suceso de hace cuatro años, le
pedí una explicación, pero se burló y después se cambió de asiento.
La expresión dulce de Lucy se alternó por una faceta sombría. –Es… Es
algo complejo de contar, el gobernador pidió que no den información sobre
ello, que el tema quedase en el olvido, no sé cómo explicártelo. Pero ¿Por qué
tanta curiosidad en enterarte del suceso?
-Seré franco, ayer una chica muy atractiva llamada Margaret, se acercó y
me pidió que…
-¿Margaret Murder? A caso estás loco, debes alejarte de ella. Sabes que, te
contaré todo lo ocurrido, pero este no es el mejor lugar, nos vemos a las seis
en el “Village Center” sé puntual por favor.
-Así será… (La despedí con un beso en la mejilla) no quise regresar al
apartamento, así que esperé en un café que se encontraba cerca del sitio del
encuentro.
Pasaban lentamente las horas… de repente alguien se acerca por detrás de
mí y coloca sus manos sobre mis ojos. –George, ¿adivina quién soy? (con una
risita dulce y burlona)
Separé rápidamente aquellas manos finas. –‘Por poco me matas, Margaret’
-¿Matar?... No, no, Lo siento, lo siento cariño, solo que llegué a este sitio
con unas amigas y me di cuenta que tú estabas en el mismo lugar, ¿deseas
tomar algo, George?
-No te molestes, en realidad, ya me iba, simplemente vine por un encargo.
- Solo una cosa antes de que te vayas ¿En qué salón estás ahora?, porque
yo estoy en el piso de abajo, me di cuenta que ya no eres mi compañero (se
acercó a mí y me dio un beso leve en el cuello).
-Me mantengo en el anterior. Cuídate… (Me aparté torpemente de ella)
(Haló parte de mi chaqueta) Podemos salir mañana a media tarde, me
encantaría poder conocerte un poco más. –Dijo
-Creo que sí. Adiós Margaret. (Salí)
- ¡Adiós George querido! (gritó tras de mí)…
Pasé en una caseta pequeña y olvidada que se encontraba en el “Village
center” hasta que por fin, llegó Lucy, (salí de mi “escondite”) –Aquí, aquí
estoy Lucy.
(Corrió hacía mí y me dio un abrazo tan fuerte como inesperado) –Me
alegra verte, pues bien, ¿quieres tomar algo?, o ¿prefieres que nos quedemos
en este parque oscuro y solitario?
-Por mi parte me siento seguro, así que si no te molesta, podemos
conversar aquí.
-Claro, dejando tanto rodeo, comenzaré a relatarte el suceso; Beaux Arts
Village, era una ciudad tranquila, así como todos los habitantes solidarios y
alegres, pero hace aproximadamente cuatro años, sucedió un hecho
lamentable, se dio la masacre de veintisiete hombres, de entre 25 a 30 años; se
dice que el asesino llevaba un solo modus operandi que marcaría el suceso, las
escenas y los cuerpos encontrados parecían extraídos de una película de terror;
El “Desmembrador” como le llamaban, operaba en tres fases, la fase de
asecho, de caza, y el posterior asesinato. Los cuerpos encontrados estaban
colgados desde el techo de la villa en donde fueron encontrados
completamente desnudos, y a todos les hacía falta la misma parte del cuerpo,
la lengua, los ojos, y el miembro, por este último se le acredita el seudónimo;
El asesino, supuestamente era un hombre homosexual, con un trastorno de
sexualidad o mental, que le provocaba compulsividad y obsesión por cometer
crímenes… Las investigaciones, tardaron meses, pero, se sabía poco o nada, lo
único que decían era que tenían encarcelado al presunto homicida, un hombre
esquizofrénico, que aseguraba escuchar voces que le obligaban a matar. Mi tío
me comentó que todos los cuerpos fueron encontrados enterrados cerca de la
cabaña que obsequiaron los padres a Margaret, y que se dio otros asesinatos
aun cuando el supuesto malhechor estaba encerrado, lo que llevó a la policía y
al cuerpo forense a interrogar a Margaret, pero no se supo nada en casi tres
meses. Tiempo después los investigadores informaban, que Marx, el
esquizofrénico cometió aquellos crímenes, pues había huido, pero nuevamente
lo encarcelaron y le dieron la pena capital, para tranquilidad del pueblo.
Aunque mi tío mencionó algo muy confidencial, decía que el padre de
Margaret, sobornó a la justicia y que jamás permitieron realizar pruebas a
Margaret o interrogarla por los crímenes, por lo que presuntamente, la
culpable de todo no era el esquizofrénico, pues, cuando se cometieron los
posteriores asesinatos, el seguía en prisión, pero las autoridades desviaron la
información, porque no podían culpar a la hija del gobernante más poderoso
de la ciudad. De esa forma se cerró el caso.
-Entonces… ¿Todos creen que es Margaret la culpable?
-¿Creen?... Claro que no, todos saben que fue ella la culpable de aquella
tragedia, aunque nadie hace mención al hecho por tratarse de la hija del
gobernante y de la imagen del país. George, por favor, cuídate. No quiero que
nada malo te suceda, eres mi gran amigo y siempre querré tu bienestar.
-¿Cuidarme?... ¿De qué o de quién?
-Claro que sabes de quién hablo. Cuídate de Margaret, es muy peligrosa.
-Sabes, creo que ella es incapaz de hacer eso. No precisamente por dulce o
atractiva. No, no es eso, solo que según me cuentas, en el caso él o la asesina
no dejaban indicios que pudieran demostrar quién era realmente el culpable,
por lo que según analizo, quien asesinaba, debía ser un buen estratega,
organizado e inteligente, y por lo que he visto, Margaret, no tiene ninguna de
estas cualidades. Además ¿Por qué los familiares de las víctimas no exigían
justicia?
-Las apariencias engañan George, las personas calladas y aparentemente
inofensivas jamás planean un asesinato en voz alta; Todos, sin excepción,
guardamos en nuestro interior a una bestia, solo quienes han sido marcados
por el dolor, el odio y la traición logran despertarla. En el caso de los
familiares, según recuerdo, todos los cuerpos de las víctimas jamás fueron
reclamados, pues provenían de hogares en los que los hombres asesinados,
eran violentos con sus hijos y las mujeres, por ello ningún familiar exigió
justicia o pidió que se esclarezca el hecho.
-Mmm… Gracias por la información Lucy, no sé si ahora debería
quedarme más tranquilo o más asustado. Debo contarte algo, hoy mientras
esperaba que llegase la hora para vernos, Margaret se acercó a mí y me
propuso salir mañana por la tarde.
-Espera… ¿Qué? George, ¿en qué estás pensando? De seguro la bruja ya te
hechizó con sus encantos.
-No, no, para nada. Ella solo representa una amiga para mí. No sé, pero no
creo que ella sea la asesina.
-Eres un idiota, así como todos, te dejas llevar por una cara y un cuerpo
bonito, sabes, sabes que… Haz lo que te dé la puta gana. (Se restregó los ojos
y salió corriendo del lugar)
-Lucy, espera por favor…
-¡Vete a la mierda George!
Después de algunas horas estuve en casa, me sentía algo extraño, me mudé
de ropa, escuché un leve movimiento en algún sitio de la casa, un escalofrío
recorrió mi cuerpo e inesperadamente algo se movía debajo de mi cama, tomé
un bate, me agaché a ver y casi me da un paro cardíaco, tan solo era un gato
negro con una lata de atún entre sus patas; Tomé una taza de té y me cubrí con
las mantas hasta quedar nuevamente dormido.
**
En las siguientes semanas que asistí a clase, Lucy me ignoraba por
completo, incluso optó por cambiarse de asiento. Salía de clases y en la parada
me choqué con Margaret, quien, para mi sorpresa, estaba esperándome.
-Hola George, por fin dejas de huir, vas a aceptar la salida.
-¿Huir?... No, lo siento, he tenido ardua tarea y muchos libros que
memorizar. Pero hoy tengo un poco de tiempo.
-Entonces, ¿aceptarás mi invitación?
(Un pensamiento cruzó por mi mente, a la velocidad de la luz, si quería
obtener información sobre el asesinato, tendría que inspirar confianza en
aquella chica de cabellos brillantes)… Claro que sí, Margaret, sería algo muy
agradable.
-Excelente George, ¿Deseas tomar un capuchino?
-Gracias, pero, ¿No debería ser yo, quien te invite?... No sería nada
caballero de mi parte, dejar que tú pagues la cuenta.
-Bien, si así lo quieres. Por cierto quería invitarte a la cabaña de campo que
me obsequiaron mis padres, es muy bonita, podemos salir el próximo fin de
semana si así lo deseas.
-Lo siento, pero no puedo, iré a visitar a mamá. (Tragué saliva antes de
pronunciar cada palabra)
-Bien, cualquier otro día será.
-Claro, le sonreí lánguidamente.
Salimos del café, caminamos largo rato, entonces con un tono cálido le
dije: -¿Margaret que sucedió hace cuatro años?
-Pues muchas cosas George. Papá me llama, debo irme. (Dándome un beso
en la mejilla)
Podremos vernos mañana por favor - insistí.
-Con todo el gusto del mundo, tengo varias cosas que confesarte, espero
que no huyas como todos, solo algo antes de irme. _ (Me dio un beso) No
creas nada de lo que el resto de personas dicen sobre mí.
-Mañana, en este mismo café ¿A qué hora te veré Margaret?
A las cinco cariño.- Gritó
Eran todavía las tres de la tarde, cuando pasé frente a una librería, lo que
llamó mi atención fue una valla publicitaria que marcaba “Criminología” de
Jerry Austem, de inmediato entré al lugar, pregunté el precio del ejemplar al
dueño del local, pagué la cantidad que me solicitó, empacó el producto y salí
del lugar.
Al llegar a casa, cerré la puerta, me acomodé en el sofá y empecé a leer, lo
principal que recuerdo del texto, fue lo siguiente:
-Jerry Austem, profesor psiquiatra de la universidad de Oxford, nos da una
recopilación de los principales casos a los que tuvo que enfrentarse durante su
primer trabajo como psicólogo en la cárcel de Ohio. Desde personas que
cometían voyerismo, violaciones, mutilaciones, canibalismo hasta llegar al
punto obsesivo de desenterrar los cuerpos para satisfacer sus más recónditos
placeres.
El primer caso, titulaba: -Necrofilia. Scott Green, un hombre de apariencia
amable y sumiso, a quién se le atribuyen el hurto de más de cien cadáveres;
cuándo Jerry habló con Scott, el hombre le comentaba que su vida estuvo
marcada por etapas muy radicales, desde un padre alcohólico y maltratador, su
hermano esquizofrénico, la madre murió a consecuencia del parto, creció en el
seno de una familia violenta, todo lugar al que iba estaba lleno de violencia e
intolerancia, cuando era pequeño sufría de estrabismo, lo que ocasionaba las
frecuentes burlas y rechazos por parte de sus compañeros; Cierta vez se
enamoró de una niña de su salón y al no ser aceptado, no regresó más a la
escuela, preguntó a su padre lo que podía hacer, y la respuesta de este, lo
marcaría para siempre, “Nadie te va aceptar, ni a querer, jamás tendrás una
familia, la única chica que puede querer a alguien como tú, está bajo tierra”…
¿Muertos?, pero cuánta lógica existía en esta frase para Scott, “las personas
muertas no sienten, no pueden ver lo horrendo que soy” comentó al psicólogo.
Fue entonces cuando cometió su primer acto con apenas diecinueve años,
asistió al funeral de una de las hermanas de sus compañeros, se camufló entre
los arbustos hasta que el cementerio estuviese completamente cerrado,
desenterró el cuerpo y se lo llevó a una cabaña abandonada alejado de aquel
lugar, fotografió el cuerpo desnudo de la mujer, fue allí donde comienza a
sentir el verdadero placer al estar en contacto con cadáveres, a partir de este
hecho, se desarrollarían los restantes crímenes. Green fue sentenciado a
cadena perpetua.
El segundo caso, -Mutilación. Jon Mingrahm, un joven de gran atractivo,
con una personalidad apática, responsable de más de cuarenta crímenes,
provenía de una familia que practicaba el fanatismo religioso, a la edad de
nueve años forma parte de una secta satánica, en la cual se tenían que rendir
sacrificios al señor del mal, entregaban dos partes fundamentales del cuerpo,
el cerebro y corazón, para la cual, fingía estar ciego para que las víctimas lo
ayudasen a llegar a casa, una vez dentro, las asfixiaba, flagelaba y cortaba con
cuchillos de carnicería o tijeras de podar, cada parte del cuerpo de las víctimas,
para después extraer el cerebro y corazón, se llenaba de placer al oír los gritos
de dolor de las víctimas. Su primer crimen los cometió a los doce años;
asesinó a una anciana, la policía lo tuvo como sospechoso, pero al ser menor
de edad y no existir las pruebas contundentes, cerraron el caso, a partir de este,
el resto de crímenes los realizaría en un periodo muy corto. A los veinte años,
es apresado y declarado culpable de diez delitos, pero, Jon en su declaración
juramentada menciona que fueron más de cuarenta las víctimas, él asesinaba
independientemente de la edad, sexo, o condición social. Jon es declarado un
desequilibrado mental, fue sentenciado a morir en la silla eléctrica, antes de
morir sonrío y dijo: “He satisfecho todos los deseos de mi rey, después de
todo, a qué le puedo temer”
El tercer caso, -Canibalismo. Edward Slim. Su apariencia era tierna e
inofensiva, pero al observar sus ojos, encerraba odio y un tétrico
comportamiento de sádico y psicópata, siendo responsable de más de
cincuenta asesinatos. Nace en un ambiente lascivo, su madre prostituta, su
padre alcohólico, violento y manipulador. Es abusado por su tía y su madre
desde temprana edad, golpeado por su padre fuertemente que en ocasiones
escapaba de matarlo. Todo aquello le lleva a tener odio hacia las mujeres pero
a la vez una relación de dependencia para poder satisfacer sus placeres
sexuales, se trataba de un hombre extremadamente misógino, su primer delito
lo comete a la edad de veintiún años, en donde mata a su primer novia y
comienza a sentir plena excitación al comer la carne cruda de las mujeres a las
que mataba, a partir de este hecho, se acoplan a su historial el resto de
asesinatos y delitos de canibalismo, homosexualidad, fetichismo e
hiperhedonismo necrofílico. Fue condenado a cadena perpetua, pero fue
violado y asesinado en la cárcel por tres de los reos acompañantes.
Cerré el libro porque empecé a sentir un escalofrío por todo el cuerpo, de
repente miré hacia la ventana y estaba oscureciendo, tomé un puñado de
galletas y un vaso de vino de la cocina, me dirigía a la cama, sentí como si
alguien me acechara desde el exterior de la habitación, estaba seguro que vi
una sombra moverse sigilosamente por la cocina y el baño… pero abandoné
estos pensamientos, pensé que era consecuencia de la lectura del libro del Dr.
Austem, así que me fui a dormir.
**
<Ayúdame, sálvame, necesito que me auxilies (suplicaba una niña
escondida debajo de la cama, las lágrimas caían por sus blancas y tiernas
mejillas) Ayúdame, ya no quiero que papá haga esto… Papá no por favor, me
duele mucho, ya no hagas esto papá…> Desperté bañado en sudor, mi cuerpo
frío, temblaba de pies a cabeza, miré a mi alrededor, abrí bien los ojos. Todo
se trataba de una pesadilla, una cruel y triste pesadilla –Mi fascinación y
absorta concentración por la lectura del libro fueron los causantes de esto,
(pensé).
Tomé una ducha, rápidamente vestí unos pantalones oscuros, camisa
blanca, zapatos negros, desayuné con la mayor prisa posible, arreglé un poco
el departamento, (recordé que ahora tenía una nueva mascota, aquel gato de
pelaje negro radiante, el mismo que el día anterior casi mata a su futuro dueño
del pánico) preparé algo de comer para el animal, buscaba y rebuscaba un
nombre para mi nuevo compañero… Plutón, sí Plutón, como el gato negro del
cuento de uno de mis escritores favoritos, el maestro estadounidense Poe.
Después hice todas las tareas desocupándome aproximadamente a las tres y
media de la tarde… recostado nuevamente en el sofá, tomé el libro que había
comprado anteriormente, presto a sumergirme en aquellas letras que me
deleitaban y al mismo tiempo erizaban cada parte de mi cuerpo. El siguiente
caso era de una asesina en serie de procedencia italiana llamada Margaret
Moncini…
¡Rayos, Margaret! Fue entonces cuando recordé que quedamos en vernos a
las cinco de la tarde en el café de la Box Art Village, salí con toda la prisa del
mundo, llegué justo a tiempo al sitio del encuentro, pero Margaret no llegaba,
esperé quince minutos más, y así pasó rápidamente una, dos, tres horas, pero
jamás llegó… Me molesté un poco, estaba cansado y con frío, pues
inesperadamente un oleaje de frío cubrió a casi todo Washington. Salí del
lugar frunciendo el ceño y con los brazos cruzados en equis, mis labios y
párpados estaban morados a causa de la corriente de frío que atravesaban hasta
mis huesos metafóricamente.
Tomé el metrorail, llegué a casa a media noche, ya que el transporte no
podía ir a grandes velocidades debido a la fuerza y proximidad de la tormenta,
Plutón estaba esperándome en la puerta, abrí el cerrojo, entre con él en brazos,
recostándolo a mi lado izquierdo, tomé cinco mantas y cubrí totalmente mi
cuerpo como el de mi compañero gatuno, de esta forma nos quedamos
noqueados en la cama a causa del intermitente cambio de temperatura.
Me levanté a la madrugada a tomar un vaso de té, aún estaba oscuro
cuando note claramente y esta vez estaba seguro de que no eran alucinaciones,
mi vaso se estrelló contra el suelo, quedé en shock al ver sangre en la parte
inferior de la cocina, limpié con mi dedo meñique para comprobar que era
sangre y no otra sustancia, efectivamente… era sangre, nuevamente me llevé
un susto… imaginé lo peor, un asesino acechándome, un caníbal, un sicario,
como el del libro, mis pies y manos temblaban, pero esta vez a causa del
miedo, más no del frío… cuando el sol aclaró un poco más las habitaciones,
observé unas plumas pequeñas de colores cerca del baño, fue entonces, cuando
descubrí que el supuesto asesino, no era más que mi gato, quien había
desplumado a un pequeño loro quizá por hambre o por juego. ¡Que susto me
llevé!… (Debo confesarlo)
Cuando llegué al centro de especialidades, después de algunas horas de
viaje debido a las condiciones climáticas, me asombré al ver que toda la
universidad estaba cerrada con cintas en fresnillo de color amarillo, recordé
que en los distintos libros de crímenes que había leído en mi niñez,
representaban la escena de un crimen, pero… ¿Qué crimen pudo haberse
desarrollado?
-Hola novato, ¿qué tragedia no?... Tu noviecita murió.
Ahí estaba nuevamente Peter, aquel chico burlón, la persona que sabía
perfectamente como estropear mi día.
¿A qué te refieres Peter? –Balbuceé
-Mmmm, Pues que el plancito de boda y luna de miel con tu querida
Margaret fracasó.
-¿Qué, qué sucedió con ella?
-Eres tan idiota como supuse… Mataron a tu noviecita el día de ayer a eso
de las cuatro de la tarde, su cuerpo fue encontrado en las instalaciones de la
WFS.
-¿Es una broma verdad? Siempre me tomas el pelo, ¿Sabes qué? Estoy
harto de tus bromas baratas y de tu comportamiento de cabrón.
Pues bien niñita, descubre por tu propia cuenta lo que sucedió. (Escupió
cerca de mis pies)
(Empujé a Peter con tanta fuerza que cayó al piso a pesar de que era un
chico fortachón)
-Me atacas por la espalda no, maldito hijo de perra. (Se abalanzó hacia mí,
proporcionándome una lluvia de golpes)
La policía lo levantó y yo quedé tendido en el suelo, me dolía todo el
cuerpo, me sentí tan impotente, quería matar a ese chico. –Basta de riñas. Dijo
un policía que estaba aguardando la escena del crimen. (Peter se alejó)
-Disculpe señor oficial, ¿qué sucedió en este lugar?
El hombre me puso de pie, posteriormente, comentó lo acontecido: -La hija
del gobernador Michael Murder, fue hallada estrangulada, sin ojos y parte de
sus cabellos, su cuerpo estaba tendido sobre un asiento presentaba señales de
tortura, el crimen fue cometido a media noche. (Sacó un par de fotografías)
Observa, estas son las evidencias recopiladas por los forenses y los peritos de
criminología.
Miré estupefacto cada una de las fotografías, no podía creer, Margaret
estaba irreconocible, sin ojos, parte de su cuero cabelludo arrancado, me
sorprendí al ver que el cuerpo estaba tendido sobre el salón en el que recibía
clases, pero lo que me impactó realmente, fue que al analizar bien la
fotografía, el cuerpo de la joven yacía sobre el pupitre número 16. (Por poco
me desmayo, sentí náuseas y un leve hormigueo de pavor recorrió mi cuerpo)
-Agradecí al oficial la amabilidad brindada. (Estreché su mano
disponiéndome a salir después)
Caminé por largo rato, no quería volver a mi lugar de estancia, por alguna
razón sentía miedo, pero no un miedo parcial, era como si hubiesen inyectado
una dosis letal de espanto y locura en lo más profundo de mi ser. (Aquellas
imágenes me provocaban un escalofrío muy grave) ¿Por qué, por qué a
Margaret? ¿A caso es una señal? Tantas dudas acalambraban a mi cerebro.
Pero lo que más intriga causaba en mí, era que si tal vez representaba una
señal o advertencia, el hecho de que la masa inerte de Margaret estuviese
tendida sobre mi pupitre.
-No, no… Esto no puede estarme pasando, (repetí sin cesar todo el trayecto
hasta llegar a casa)
Eran casi las seis de la tarde, forcé el cerrojo, pero no podía abrir la puerta,
¡maldita sea!… Busqué y rebusqué las llaves en el interior de mis pantalones
pero en vano, pues no las encontré. (A fuera el frío reinaba, me sentía como un
oso polar en el ártico, tendría que regresar a buscar mis llaves o moriría de
hipotermia). Cuán grande fue mi alivio al ver que una de las ventanas estaba
abierta, me escabullí por entre los fierros, hasta que después de casi una hora
pude ingresar, sonreí e ingresé de inmediato a mi habitación, no tenía ánimos
de nada, mi cuerpo se movía por simple inercia, caí rendido en la cama,
acompañado por Plutón. (Mañana será un mejor día) -pensé.
**
Desperté, el sol proyectaba sus rayos como láser directamente a mi cara.
¡Las doce del día! pretendí ir a completar mis estudios pero recordé el fatal
crimen; Encendí una radio antiquísima que encontré en un aparador de la
cocina.
-“Soy Mark Rusten, informando para el condado de Washington, el crimen
cometido en días pasados en el centro más prestigioso de la ciudad, está siendo
investigado por las autoridades y el cuerpo de medicina legal, los resultados se
darán a conocer en un par de días, por lo que pedimos comprensión por parte
de los ciudadanos, las consecuencias del acto, serán penados como delito
grave, llevando al actor del hecho a una declaratoria y un posterior juicio penal
una vez que haya sido encontrado” (Moví la radio pero esta se descompuso así
que no pude escuchar más de la noticia, supuse que no tendría que asistir a
clases hasta que se esclarezca el delito, y apresen al culpable del mismo)
Por lo tanto, me cambié de ropa, preparé el desayuno-almuerzo (por la
hora en que había despertado) comí junto a Plutón, cepillé mis dientes y salí
en busca de las llaves que el día anterior había perdido, aún tenía la esperanza
de encontrarlas, caminé hasta la estación y esperé largo rato hasta que por fin
conseguí transporte, cuando llegué al WFS aún estaban varios oficiales
resguardando el área, entonces uno de ellos se acercó a mí y preguntó si era
George Adams.
-Sí, sí señor.
-Creo que estás llaves te pertenecen, las perdiste en el momento en que el
tipo corpulento estaba dándote una paliza, reconocí tu nombre y supuse que
eras el dueño.
-Gracias señor oficial.
-Bien, ahora continúa tu camino, y deja que los de medicina legal puedan
hacer su trabajo.
-Entiendo (retrocedí, dirigiéndome a la segunda estación para tomar
nuevamente el transporte de regreso a casa)
Llegué al anochecer, abrí la puerta, pero no encontré al felino en mi
habitación como de costumbre. El estómago me rugía a causa del hambre, me
dirigí a la cocina, prendí la luz, unas manos me cubrían la boca con un papel
que contenía una sustancia muy fuerte, caí al suelo desmayado.
-George, George, despierta, (tenía la visión nublada, no podía ver con
claridad, pero una voz dulce me habló, la reconocí al primer sonido)
Lucy ¿eres tú?... quise levantarme pero me encontraba maniatado a una
silla (Poco a poco fui recuperando la visibilidad) ¿Qué sucede? ¿Por qué estoy
en estas condiciones? –grité
-shhhh… Escúchame George, esta será la última vez que me verás, dentro
de pocos días me retorceré entre las paredes de una cárcel.
¿Qué sucede Lucy? Manifesté
Iré directo al grano, ya no me queda nada en la vida. Tu odio era lo último
que quería pero ya ves, las personas estamos un poco locas, a veces hacemos
cosas imperdonables por amor. Bien, pues te desglosaré cada parte de mi vida.
Crecí en el seno de una familia violenta, mi padre me maltrataba, para mi
madre y todos los demás representaba un ser no deseado que vino por
desgracia a aportar miseria a la vida de los demás. Desde pequeña era muy
estudiosa y dedicada pero al parecer, nada de lo que hacía satisfacía o
enorgullecía a mis padres. Creí que nadie era capaz de penetrar mi frío
corazón. Hasta que llegaste tú, desde el primer día que te confesé lo del
asesinato en Washington, la forma en que defendías a Margaret hacía que mis
celos aumentaran, cuando me fui de aquel parque en el que conversamos, no
me seguiste, ni siquiera pediste perdón.
-Creí que tú no querías habl…
-Silencio (me dio una bofetada), déjame continuar… (Cubriéndose la cara
con las mangas del suéter secó unas cuantas lágrimas que rodaban por sus
mejillas). Maldita sea, George, te quería… Después comencé a acecharte,
cierto día a las afueras de tu casa, después me ocultaba en distintos sitios para
ver la forma en que actuabas con Margaret, y sin duda, comprobé que estabas
enteramente enamorado de ella, cuando fuiste tú quien le pidió de favor una
cita, escuché la hora en que acordaron verse, y fue ahí cuando supe que no
tenía otra alternativa. No podía perder la oportunidad George (Ahora reía) Si
ella era la causante de nuestro distanciamiento, aquel obstáculo debía
desaparecer ¿Verdad?
-Lucy, ¿Qué hiciste?
-Silencio (ordenó) pues ella estaba saliendo de su casa y le dije que tú me
habías pedido que le dejara un recado, habías cambiado de idea, ahora la
esperabas cerca de la cabaña que los padres obsequiaron a Margaret, un lugar
bonito y apropiado para morir ¿No crees George? Pues en este lugar le
propuse acompañar hasta que tú llegarás, fue tan fácil convencerla, pasaron
unas cuantas horas, la asfixié, saqué los ojos de sus cuencas para no ver el
dolor que su débil alma reflejara, después la estrangulé, arranqué sus cabellos,
uno por uno, ya que vino a mi mente aquel recuerdo, en que decías “Margaret
tiene un cabello brillante”. Y no mentías, que hermoso era su cabello, mientras
lo arrancaba, ya no tenía un olor a frutas y rosas, olía a un simple mortal, olía a
sangre… (Nuevamente se reía pero con más fuerza) Si dejaba el cuerpo en la
cabaña se darían cuenta que la responsable de los asesinatos ocurridos hace
cuatro años, no era Margaret. Por lo que decidí transportar el cuerpo hasta el
centro de especialidades, lo coloqué sobre tu pupitre, porque en ese momento
sentía el mayor odio hacia tu persona, necesitaba que supieras que todo lo que
hice fue por ti. George Adams… Ahora la policía me buscará, dejé
intencionalmente mis huellas en el cuerpo y los instrumentos de tortura, pues
quería acabar con este dolor insoportable, este amor desenfrenado que sentía
por ti, la muerte será el único camino que podría tomar para no amarte, para
no pensarte en cada momento…
(Se acercó me dio un beso furtivo) Te querré por siempre George… (Tomó
uno de los cuchillos de la mesa lo dirigió hacia su abdomen, pero cambió de
posición, dirigiéndolo hacia su garganta, con un solo movimiento la sangre
comenzó a dispersarse por toda la cocina. Lucy cayó a mis pies, aun
agonizando y retorciéndose del dolor. (No pude hacer nada, intenté soltarme
pero las cuerdas estaban tan apretadas) Amanecí junto al cadáver de aquella
chica dulce, aquella chica marcada por el dolor y la miseria.
Gracias a un guardia de seguridad que resguardaba los valles de
Washington, pude salir a las dos semanas de la tragedia, él a escuchar mis
gritos de ayuda acudió al llamado, ingresó y al verme maniatado y moribundo,
me llevó a un hospital, se quedó en shock al ver el cuerpo de Lucy
parcialmente descompuesto, (el lugar estaba infestado de moscas y larvas).
Tras los días de recuperación me llevaron a interrogatorio, donde testifiqué
todo lo ocurrido en base a la verdad. Me tomaron como sospechoso pero al
revisar mi historial y por falta de pruebas me dejaron en libertad dos semanas
después.
En ese lapso de tiempo, la fiscalía esclareció que las pruebas dactilares y
de sangre encontradas en los instrumentos de tortura, así como en el cuerpo de
Margaret correspondían a las de Lucy. Por lo que se cerró el caso.
**
(Dos años después)
Acabé mi carrera de especialidad en psicología forense, siendo el mejor
egresado del instituto de ciencias médicas, aunque parecía que mi vida estaba
marcada por la dicha y la prosperidad, el destino me dio varios golpes que
hasta ahora han sido difíciles de superar.
Fui a visitar a mi madre, pues frecuentemente le escribía cartas, pero jamás
las respondía, creí que seguía absorta en su mundo, aquel mundo de la
anatomía, entré a la casa…
-Mamá, soy George, estoy en casa, regresé por ti. Necesito verte, mamá.
Grité… (Inspeccioné la casa pero tan solo encontré un documento sellado con
un remitente fijo “Para: mi hijo, George”)
Mamá había fallecido tras dos meses desde mi partida, la aflicción fue uno
de los factores que la llevaron a un suceso trágico. Pues bien, parte de la carta
contenía lo siguiente:
“George, hijo querido, así como todas las cosas tienen una fecha de inicio
y una de caducidad, las personas también estamos signados por una marca
similar, mi etapa de crecimiento y desarrollo empieza a deteriorarse. Cuando
eras niño me detectaron una enfermedad crónica e incurable, me dieron como
lapso tres años de vida, pero cuando murió tu padre, me armé de valor, sabía
que no podía dejarte solo, era mi deber luchar y salir adelante, todo,
absolutamente todo, era por ti, hijo de mis entrañas…
La enfermedad, era cáncer, un tumor se había formado en mi pecho,
producto de la violencia que Dorian propiciaba a mi cuerpo, pero sobreviví, mi
amor… tiempo después, me enorgullecías a cada paso, con cada logro que
acogías para tu persona mi querido George, cuando supe lo del becado, me
emocioné porque anhelabas tanto estudiar, anhelabas crecer, y este no era un
sitio que te permitiese brillar como tú lo merecías, si te hubiese contado de mi
enfermedad, estoy segura que hubieses rechazado la oportunidad de salir a
Washington, tan solo por cuidar a esta desvalida mujer… Tus cartas llegaban
casi a diario, en donde te leía emocionado y feliz. Dime, ¿qué clase de madre
sería, si hubiese impedido que cumplas tus metas, tus sueños, tus anhelos?....
La enfermedad iba incrementándose cada vez más, ya no podía soportar, así
que escribo esta carta para que sepas cuan orgullosa y feliz hiciste a tu
madre…
Hasta siempre motivo de mi felicidad.
Hasta siempre… Mi querido George”
(Mis lágrimas caían a torrentes sobre la carta) -Mamá, mamita… (Susurré)
volvía a ser aquel cachorrito que necesita a su madre, ahora me quedaba
desamparado, me sentía tan débil e indefenso…
Después de largo rato de llorar y afligirme, tomé valor, cumpliría el deseo
de mamá, me vería desde el cielo triunfar, no desmayaría, quería seguir siendo
el orgullo de mi madre… (Salí de casa, me llevé la carta y un corazón bordado
por ella que me obsequió cuando cumplí cinco años)
Caminé por largo rato, un tramo de casi dos horas, cuando llegué a la
carretera principal, busqué un bus que me llevara hasta el aeropuerto del
centro de la ciudad, donde tomaría mi próximo vuelo a mi país de residencia.
Llegué a Washington, a mi nueva casa en donde me esperaba Plutón, mi
tierno amigo felino. Preparé algo de comer para mí y para mi amigo de cuatro
patas, estaba cansado por el ajetreo del viaje, que una vez que acabé de cenar,
me dormí inmediatamente no supe ni como llegué a la cama…
<Ayúdame, necesito que me ayudes, sálvame por favor, te lo suplico no me
dejes sola con papá… Papi ya no sigas, me duele todo el cuerpo, papá
nooooo… (El semblante de la niña estaba demacrado, representaba angustia,
sus ojos guardaban odio, pero… no podía hacer nada para ayudarla, quise
intervenir, quise salvarla, pero nada, mi presencia era fantasmal, no podía
hacer nada y me sentía impotente) >
**
Desperté, estaba empapado de sudor, un escalofrío recorría todo mi cuerpo,
mi corazón estaba agitado, miré a mí alrededor, solo se encontraba Plutón
junto a mi regazo… Todo era una pesadilla. Pero, ¿Por qué volví a soñar con
aquella niña, a quien su padre violaba despiadadamente? Si no estaba tan mal,
y las cifras no me fallaban, tuve el mismo sueño dos años atrás, cuando
ingresé en el centro de especialidades. ¿Sería acaso alguna señal? ¿qué
mensaje intentaba proyectar el sueño? Mientras estaba aturdida por la
aglomeración de pensamientos, un ruido proveniente de las calles retumbó en
mis oídos… Me acerqué a la ventana, eran las fiestas de independencia de
Washington y la imposición del nuevo gobernador. (Debo confesar que no me
agradan para nada las fiestas) Intenté dormir un poco más, pero me fue
imposible, el ruido era tan alto que casi desviaba mis sentidos, además la
imagen de la niña aparecía cada vez que cerraba los ojos, una y otra vez, como
un flashback repetitivo…
Me puse de pie, levanté los brazos, bostecé, tomé una ducha, me dirigía a
mi habitación cuando noté que el buzón estaba lleno de noticias y diferentes
diarios matutinos, empecé a analizar cada uno, separé los que no me
interesaban y me llevé a la cama los de mayor importancia. Plutón subió para
hacerme compañía, abrí el primer diario pero trataban sobre el infortunio de
un vagabundo que murió por los oleajes de frío y así otras noticias
relacionadas, con la desdicha y prosperidad de Washington, lo que captó mi
atención fue un reporte que resaltaba en letras grandes y cursivas “Se reabre el
caso de los asesinatos perpetuados en Washington” (leí el resto del contenido,
en el cual se resumía que necesitaban nuevos médicos legales, psiquiatras y
oficiales para poder retomar el caso, todo era promovido por la nueva
gobernación)
Desde que supe lo de la masacre perpetuada hace años, desde un principio
quise saber más, mi deseo por descubrir la verdad siempre fue mayor que el
miedo. –Esta era la oportunidad, esta vez sería yo quien buscase todas las
pruebas y detectara hasta el último detalle hasta llegar con él o la responsable
de aquellos crímenes. Pensé.
Tenía que verme muy presentable, así que tomé un traje formal lo combine
con una corbata de color rojo, palmeé suavemente a Plutón y salí del
departamento.
Después de caminar y pedir ayuda a la gente para poder llegar a la
dirección que buscaba, finalmente estaba en el lugar, el hospital de medicina
legal, ingresé, me hicieron una entrevista, entregué mi carpeta de estudios y
especialización y a las dos horas me informaron que sería parte del equipo.
-Buenos días señor Adams, (estrechó mi mano) soy Mery Portman, desde
hoy trabajaremos juntos, la compañía me ha asignado como nueva guía
forense de los estudios del caso que fue retomado, en base a los veintisiete
asesinatos…
(Al estrechar su mano, sentí como si una corriente eléctrica recorriera cada
uno de mis tejidos y mis vertebras, algo en Mery me resultaba familiar…)
-Eh… Buenas tardes Dra. Mery, me parece excelente, ¿desde cuándo
empezaremos a trabajar en el caso?
-Desde que usted lo disponga Sr. Adams.
-Muy bien, podremos comenzar hoy ¿Está de acuerdo?
(Reclinó la cabeza) -A su entera disposición.
Llevamos casi cuatro meses trabajando en el caso, tanto los proyectos
como los exámenes los realizábamos en un cuarto de máxima seguridad, en
este solo teníamos acceso el gobernador, Mery y yo (Desde el primer
momento que vi a Mery mi corazón se aceleró, había algo en ella que me
resultaba encantador pero a la vez misterioso) desde el primer momento la
cotejeaba, le insistía en que me concediera una cita, quería saber más sobre
ella, pero se negaba rotundamente ¿Quién era Mery? Y ¿Por qué era tan
misteriosa y reservada?...
Después de casi medio año de la realización de informes y expedición de
otros casos que requerían total atención, al fin pudimos centrarnos en el caso
de los veintisiete homicidios. La atracción que sentía por Mery se seguía
intensificando, cierto día le pregunté sobre su pasado, pero no supo darme
respuesta, al contrario, salió del laboratorio y no regresó en toda la tarde.
Nunca respondía cuando le preguntaba acerca de su vida, al principio no me
pareció extraño, pero no entendía porque esquivaba tanto mis preguntas.
Pasó el tiempo hasta que por fin. Mary aceptó una de mis invitaciones,
salimos al principio en son de amistad, pero poco tiempo después, me percaté
que mi compañía representaba gran simpatía para aquella mujercita misteriosa
y cohibida. Después de varias salidas, le pedí que asistiera a una velada, la que
prepararía yo mismo para su deleite. Al principio dudó, cada vez que le
mencionaba acerca de la velada aparecían pretextos y más pretextos, hasta que
al fin fijamos un día para desarrollar el encuentro fortuito.
(Desde hace mucho, tenía la intención de pedirle que fuese algo más que
mi amiga, quería que sea mi compañera, quería que me conociera más hasta el
punto de que pudiera conversar de cualquier tema sin esquivar la mirada o
refugiarse en el silencio)
**
Preparé la cena, coloqué unas velitas blancas en el centro de la mesa junto
con una botella de vino, me tomé un buen tiempo para arreglarme, necesitaba
impresionar a Mary, busqué algo formal, pero cambié de idea, decidí vestir un
atuendo cómodo y sencillo; Mientras cepillaba a Plutón, intentaba colocarle
una pequeña corbata pero fui presa de sus constantes ronroneos y rasguños que
opté por dejar la corbata de lado.
(Llamaron a la puerta, abrí y ahí estaba ella, tan linda y resplandeciente,
llevaba un vestido azul claro; sus labios finos pintados de un color rojo opaco,
sus pestañas, sus ojos, todo en ella brillaba, sabía muy bien cómo convertir en
una obra de arte, aquello rustico y cotidiano, era… era sencillamente hermosa,
deslumbrante, casi perfecta)
-¿Qué sucede George? ¿Aún no era hora de llegar? ¿Vine en un mal
momento?... George ¿Por qué te quedas tan callado? No era la vestimenta
apropiada, lo sabía.
No, no. Lo siento Mary, solo que… estás demasiado hermosa está noche.
(Seguramente tenía cara de baboso, no podía disimular nada ante ella) Que
torpe soy repetía en voz baja.
-George… ¿Puedo pasar? O ¿la velada es a la luz de la luna? (Se llevó una
mano hacia la boca mientras reía suavemente)
(Más torpe no podía ser) Lo siento, que malos modales, adelante Mary,
eres bienvenida. Balbuceé
Le ofrecí que tomara asiento mientras servía la cena, me ayudó colocando
dos copas de cristal sobre la mesa, sirvió el vino.
-Cocinas delicioso George. Mencionó pero no me miraba a los ojos.
-Gracias Mary, me alegra que disfrutes de la cena.
Tomamos una copa de vino después de vaciar los platos. Dialogamos de
asuntos del trabajo, pero insistí en que conversáramos de los aspectos de
nuestra vida, le insté en que comenzaría contándole sobre mi vida. Mencioné
algunas facetas: vivía en un ambiente agreste con mamá, crecí sin la guía de
un padre, pues era alcohólico y violento, falleció unos meses después de que
llegase al mundo, estaba profundamente enamorado de una niña llamada
Harley, pero por motivos familiares, su padre se trasladó a Europa, mamá me
contó cierta vez que aquella niña ya no volvería, pues la progenitora de la
pequeña falleció a causa de una gripe; Era un buen estudiante, fruto del
esfuerzo me concedieron una beca en el “Washington forensic medical science
specialty institute” lugar donde se desarrollaron varios incidentes misteriosos,
(opté por no describirle aquellos incidentes, pues no quería que el ambiente se
viese afectado) Tiempo después, cuando me gradué, fui a ver a mamá, pero
ella ya no estaría junto a mí, había fallecido por una enfermedad incurable,
que adquirió, debido a toda la violencia que mi padre le proporcionó a su
cuerpo.
-Sabes Mary- espero no incomodarte con mi comentario, pero… Harley
era muy reservada, tímida, generosa, jamás podía verme directamente a los
ojos, y si lo hacía, sus mejillas blancas se tornaban de un color rojizo, era una
niña hermosa e inteligente, recuerdo que, cuando entrelazaba mis dedos con
los suyos me aceleraba el corazón, daba alas a mi mente y a mi espíritu. Bien,
pues… (Tomé su mano y la coloqué sobre mi palma) debo confesarte que
todos esos sentimientos, emociones, seguridad, paz, todo, absolutamente todo,
lo encuentro en ti mi querida.
(La miré, pero ella seguía agachada, noté que las lágrimas resbalaban por
sus mejillas) –Lo siento, no quiero incomodarte (La abracé y ella estrujó
fuertemente mi chaquete, entrelazó sus pequeños brazos en mi espalda, enterró
su cabeza en mi pecho, las lágrimas no cesaban.
-Mary, por favor, necesito que confíes en mí, te prometo que no te haré
daño ni te defraudaré. Por favor mírame (Me abrazó más fuerte, nuestros
cuerpos estuvieron largo rato entrelazados, le acaricié la cabeza y besé
tiernamente su frente; quería transmitir todo el amor que sentía hacia ella,
tenía la onerosa necesidad de que se sintiese protegida y a salvo de cualquier
peligro)
Pero no nos movíamos, estuvimos así por un momento más, hasta que,
gracias a la llegada de Plutón se pudo romper aquella escena. Se acercó a
nuestro lado, los ronroneos hicieron que Mary sonriera a pesar de que sus ojos
estaban hinchados por las lágrimas, palmeó dulcemente al felino de pelaje
brillante, me abrazó nuevamente, (Estaba en deuda con mi compañero de
cuatro patas)
-Mary, mírame por favor.
-No puedo.
-Por favor, necesito que me mires. Sabes… Dicen que cuando las personas
ven los ojos de los otros, pueden ver los más recónditos deseos e intenciones
de la otra persona, necesito que me mires y compruebes que mis intenciones
son puras, tan solo quiero protegerte.
(Levantó su cara y me miró, apoyó su frente contra la mía, tiernamente se
juntaron nuestros labios, cerró los ojos, e inmediatamente se derrumbó y cayó
al suelo)
-“No, no, no, por favor, no” (El cabello le caía sobre la cara y se cubría con
las manos en modo de defensa todo el cuerpo)
-Mary, ¿estás bien?
-No, tengo mucho miedo.
-¿Miedo? Te juro por la memoria de mi madre que mis intenciones no son
malas, Mary, no te haré daño, sabes si alguien te hizo daño en el pasado, yo te
cuidaré, ya nada malo te sucederá, eres valiente, sé que ambos podremos
enfrentar esto.
-“Ya basta, por favor para, me haces daño, ayúdenme” (volvía a cubrir su
cuerpo con las manos)
-Mary, no te haré daño ni te juzgaré, ¿deseas contarme lo que sucedió?
Ambos nos apoyaremos, mutuamente nos levantaremos.
-George debes salvarte, tú no me harías daño lo sé, pero quien destruye y
puede derrumbar todo lo bueno, soy yo.
-Estás equivocada Mary. Tú eres muy buena.
-No sabes nada de mi vida Andrew.
-¿Andrew? ¿Cómo sabes mi segundo nombre? En ninguno de mis
expedientes o información porto ese nombre, tan solo mamá y Harley lo
conocían… Espera. ¿Acaso…?
(Las lágrimas volvían a caer por sus delicadas mejillas) –Sí, es
exactamente lo que piensas… Soy Harley, Harley Thompson, la niña que
abandonó aquel ambiente campestre, la niña a la que papá forzó a salir de
casa, la niña que nunca pudo olvidarte ni un solo instante de su vida
(Nuevamente lloró pero se apeó e intento levantarse, la abracé fuertemente)
Todo, todo pasará, el dolor desaparecerá ya lo verás, que alegría el tenerte a mi
lado. Lo presentí desde un principio, cuando estreché tu mano, cuando te
miraba, la delicadeza de tu voz, tu aroma, tu pureza, todos esos pequeños
detalles producían en mi interior una corriente de éxtasis, me daban calma y a
la vez aceleraban de una forma anormal mis latidos. A pesar de que los años
pasaban y tantos obstáculos intentaron separarnos, aquí estamos, nuevamente
juntos mi eterno amor. Mi dulce y tierna Harley, mi niña, mi pequeña, mi vida
entera. –Mencioné
-George no compliques las cosas, todo esto fue un error, desde un principio
supe que debía alejarme, pero no podía evitar sentir tanto amor, no podía
dejarte ir nuevamente, ¿Qué egoísta soy? Sé que puedo hacerte daño, y sin
embargo continué con este embrollo, en donde el único afectado serás tú.
-Mary, no sigas, tú serías incapaz de hacer daño a alguien.
-No puedo seguir con esto, no puedo seguir haciendo daño a más gente…
-Por favor- te lo suplico, Mary tú no has hecho ningún mal, no has dañado
a nadie.
-George- sé que después de lo que pretendo confesarte me dejarás a la
deriva, me odiarás de la misma forma en la que yo odio a la humanidad.
Todo lo que te informaron cuando eras niño es falso, al menos todo lo que
decía mi padre, si es que se podría tildar así, a esa monstruo. Cuando falleció
mamá mi padre informó a todo el pueblo que fue por una epidemia, una
enfermedad incurable que no lograba ser detectada exactamente que era, pero,
mintió, él fue el responsable de la muerte de mi madre, recuerdo que yo estaba
en la sala jugando con dos muñecas de trapo, cuando escuché a mamá que
gritaba, “Mark, suéltame, no me hagas daño” aquellas escenas se repetían a
diario, pero aquella vez, estaba totalmente perdido, era presa del alcohol y
otras drogas, que tomó un cuchillo de la cocina, le asestó veinte puñaladas,
acabando así con la vida de mamá… (Lloró largo rato) Me refugié en el baño,
no abrí la puerta pero papá la pateó hasta que la desbarató, ingresó me haló
con tanta fuerza que caí de cabeza en la bañera, la sangre caía
desmesuradamente, pero seguía consciente de todo lo que pasaba a mi
alrededor. Acto seguido me obligó que subiera al cuarto y me desnudara, el
empezó a desvestirse, enseguida comenzó a besarme y tocarme, se abalanzaba
encima de mí, le rogaba que pare, que me hacía mucho daño, pero hacía caso
omiso a mis palabras, “George, ayúdame, sálvame” gritaba, pero nadie lograba
oírme, mis forcejeos eran tan débiles, que tan solo alcanzaba a rasguñar parte
de sus brazos. Al mes siguiente, dijo a todos los conocidos que su esposa había
muerto debido a una epidemia hereditaria muy peligrosa, de modo que para
“protegerme” tenía que salir del país, aquellos años de mi niñez se fueron a la
basura, recurrentemente abusaba de mí, hasta que a los diez años, me armé de
valor tomé un cuchillo de la cocina, entré a la habitación de aquella bestia,
mientras dormitaba le clavé el filoso elemento en el cuello, seguidamente le
extraje los ojos, aquella mirada que perturbaba mi tranquilidad; le extirpé el
miembro, después amontoné el cuerpo, rocié ácido sobre él, y así se esfumo
para siempre aquella bestia mísera e insensible. Pasaron los años, cuando leí
en uno de los diarios, que te dieron una beca a Washington, en ese entonces,
asistía por las noches a un instituto privado en Francia, en donde logré
graduarme de médico forense, me trasladé a Washington, apenas llegué,
conseguí mi primer trabajo en una morgue de la ciudad, algunos tipos
quisieron propasarme conmigo, quisieron abusar de mi cuerpo y fue ahí
cuando desaté mi odio y procedí de la misma forma en la que me deshice de
papá, cuando escuchaba de algún violador o maltratador no lo pensaba dos
veces, no podía dejarlos libres para que dañen a más personas, así como me
llenaron de odio a mí, la única salida era deshacerme de ellos, necesitaba
ocultar los cuerpos, así que los abandoné en una cabaña que se encontraba a
las afueras de la ciudad, utilizaba varias sustancias, y procedía cuidadosamente
para no dejar indicios de los homicidios que me cargaba. Pues sí, Harley
comenzaba a transformarse en una verdadera máquina de matar. Jamás podré
ser suficiente para nadie, jamás podré llegar a amar nuevamente sin sentir
miedo antes de dar un beso o un rose, pues en todo está presente el recuerdo
de mi padre. Esa es mi verdad George, soy la miseria personificada, soy la
peor escoria del mundo. No quiero hacerte daño, no quiero hacer más daño.
(Se derrumbó nuevamente, se restregaba los ojos con las mangas del vestido)
Si, si deseas que me entregue a las autoridades, lo haré.
-Harley, no tengo miedo de nada, has sufrido demasiado, pienso que soy
muy afortunado en poder encontrarte, no, no eres escoria, eres una mujer muy
valiosa, a quien le importa que tu pureza se haya manchado, a pesar de todo
supiste salir adelante, no, no odias al mundo, ¿Por algo te aferraste a la vida?,
Así como yo, luché, me sacrifiqué, todo por mamá y por ti, aunque mi vida no
se compara a ninguno de tus sufrimientos. Sé que es muy duro, y quien sería
yo para decirte lo que debes hacer, pero pese a todas las atrocidades que se
desarrollan a lo largo del mundo, sé que cada persona tiene un motivo especial
para seguir viviendo, pues… mi motivo eres tú, Harley, solo te pido que
olvides todo lo que aconteció en el pasado, que limpies todas las llagas de
dolor y perdones, solo de esa forma tu alma se limpiará. ¿Entregarte? Harley,
es cierto que cometiste un crimen, pero gracias a esos crímenes lograste salvar
la vida de tantos hogares, tantos niños y niñas quienes aún conservan su
pureza, disfrutan de su inocencia, tantas mujeres que pueden vivir en paz libre
de un ambiente de violencia y crueldad. Limpiaste al mundo de monstruos e
impediste que aquellos sembraran odio en el resto de su descendencia. Tus
actos son justificables. A pesar de todo seguirás siendo mi Harley, el amor de
mi infancia y de mi vida entera.
-¿A pesar de todo? (Pregunta Harley mientras sus lágrimas caen a
torrenciales)
(La abracé fuertemente, le di un leve beso en la frente) -A pesar de todo,
mi amor…

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