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INTRUCCIONES PARA LA ORACIÓN

¿A qué lugar debo direccionar mi ser (Espíritu, Alma y Cuerpo) para orar?
1. NECESITAMOS ORIENTAR NUESTRA ORACIÓN; Y CUANDO
BUSCAMOS HACERLO, VEMOS QUE LA FE NACE EN EL ORIENTE.
“Alzaré mis ojos a los montes de donde vendrá mi socorro, mi socorro viene de
Jehová que hizo los cielos y la tierra”. (Salmo 121:2-3).
De toda la inmensidad del mundo, Dios escogió un lugar: Jerusalén, situado en el
Oriente para que dirijamos nuestra mirada allá, la escogió para que en ella esté Su
Nombre (2 Crónicas 6:6).
“Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entro en su casa, y abiertas
las puertas de su cámara, que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces
al día y daba gracias delante de Dios, como solía hacerlo antes” (Daniel 6:10.).

¿Qué hizo Daniel cuando supo que el Edicto había sido firmado? ¿Hacia dónde
oraba? Daniel tenía claro que la bendición del (Salmo 20:1-2.) se recibe desde el
momento en que se conecta con Jerusalén. En el sentido más exacto revelacional,
el sol sale para nosotros desde el Oriente, y nos trae luz, calor y vida. La señal del
Rey está en el Oriente (Mateo 2:2).

2. CUANDO TODOS ANDAN BUSCANDO "UN NORTE" NOSOTROS


DEBEMOS ENCONTRARNOS CON EL ORIENTE.
Debemos mirar hacia Jerusalén (Isaías 33:20.) ¿Por qué debemos hacerlo? Porque
allá nace la visión, la revelación (Isaías 2:2-3.).
En el transcurso de los siglos la Palabra de Dios, la Ley de Dios se ha visto
influenciada por la acción de los hombres; es como un río contaminado que a
medida que avanza sigue recibiendo contaminación; pero ese mismo río en la
cuenca, en el lugar donde nace, allá en la cañada, en su origen, tiene su agua limpia
y cristalina. Si queremos tener un auténtico encuentro con Dios y su Palabra,
tenemos que remontarnos al lugar mismo de donde sale y nace la Ley y la Palabra
de Jesucristo.

3. SLA GLORIA DE JESUCRISTO VIENE DEL ORIENTE (EZEQUIEL 43:1-5)


"Desde Sión sea bendecido Jehová, Quien mora en Jerusalén Aleluya" (Salmo
135:21).
Primero habíamos visto: "Bendígate Jehová desde Sión ", ahora estamos diciendo:
"Desde Sión sea Bendecido Jehová".
Si Él me bendice desde allá, debo ir allá a bendecirle (Salmo 48:12-14).
Más aún cuando soy consciente que todo el mundo se está conectando con
Jerusalén (Zacarias 8:20-23).

Es allá donde podemos darnos una cita con el Señor para buscarle e implorar su
favor.

Luego, lo que debemos hacer es ligar nuestra alma a Jerusalén, porque la Gloria de
Dios viene del Oriente, pero particularmente de Jerusalén, según lo hemos visto.
(Isaías 60:1-22). Pablo tenía ligada su alma a Jerusalén (Hechos 20:22).

4. APLICACIÓN.

a. Cada día debo hacer lo que hacía Daniel, orar mirando hacia
Jerusalén y Reclamando la bendición del (Salmo 20:1-2; 134:3).
b. Debo visualizar cómo El me bendice desde Sión; en oración debo
ubicarme en Jerusalén, y recibir su bendición.
c. Debo visualizar cómo la Gloria de Dios viene desde Jerusalén.
d. Debo anhelar estar allí, si El me bendice desde allá, lo menos que
puedo hacer, es ir allá a darle gracias a Él (Salmo 135:21).
e. Si quiero tener un auténtico reencuentro con Él, Su Palabra, con la
visión, debo remontarme al sitio donde nace la visión y sale la
estrategia (Isaías 2:3).

¿Existen posturas y frecuencias Bíblicas para la ejecución de la Oración?


La mayor cercanía con Él Señor es cuando nos encontramos prosternados.
Consideremos los siguientes versículos bíblicos:
"Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando..." (Mateo
26:39).
"Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, Le adoró..." (Josué
5:14).
"Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del
tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros…" (Números 20:6).
"Entonces Abram se postró sobre su rostro..." (Génesis 17:3).
"… y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios"
(Apocalipsis 7:11).
"… y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra" (Nehemías 8:6).
"…Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros..." (1
Crónicas 21:16).
En el libro bíblico titulado Daniel, podemos leer una descripción de Daniel orando a
Dios en un momento de gran crisis.
"Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y
abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se
arrodillaba TRES VECES AL DÍA, y oraba y daba gracias delante de su Dios,
como lo solía hacer antes" (Daniel 6:10).
Las descripciones de las posiciones que se deben adoptar por los Cristianos durante
los tres rituales diarios de oración, se pueden encontrar en la Biblia. Muchas están
mencionadas en el libro de los Salmos.
"Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro
Hacedor" (Salmos 95:6).
"… Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo …" (Salmos
22:29).
Y en el libro de Reyes encontramos que el Profeta Elías se arroja sobre la tierra
arrodillándose antes de tocar el suelo con la frente.
"… Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su
rostro entre las rodillas" (1 Reyes 18:42).
Así también era la posición que adoptaba Jesús durante la oración en momentos de
temor e incertidumbre.
"Y él [Jesús] se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y
puesto de rodillas oró" (Lucas 22:41).

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