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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DE SANTA ROSA -CUNSARO-

IV. CONVENIO DE GINEBRA RELATIVO A LA PROTECCIÓN DEBIDA A LAS

PERSONAS CIVILES EN TIEMPO DE GUERRA, 1949

Catedrático: Lic. José Apolonio Melgar Carrillo

Catedra:

Alumno(a): Maryi Emilia Abrego Aguilar

Registro Académico:
INDICE

INTRODUCCION I

IV. CONVENIO DE GINEBRA RELATIVO A LA PROTECCIÓN DEBIDA A

LAS PERSONAS CIVILES EN TIEMPO DE GUERRA, 1949. 4-9

COMENTARIO 10

BIBLIOGRAFIA 11
INTRODUCCION

El Convenio de Ginebra relativo a la Protección de Personas Civiles en Tiempo de Guerra, define

la protección humanitaria para los civiles en una zona de guerra, y prohíbe la práctica de la guerra

total, Establece que los signatarios están obligados por el Convenio, tanto en la guerra, conflictos

armados, en la guerra que no ha sido declarado y en la ocupación del territorio de otro país.
I
IV. CONVENIO DE GINEBRA RELATIVO A LA PROTECCIÓN DEBIDA A LAS

PERSONAS CIVILES EN TIEMPO DE GUERRA, 1949.

(Roja, 1998)Hasta la II Guerra Mundial, los Convenios de Ginebra sólo protegían a los

combatientes heridos, enfermos, náufragos o capturados. Ahora bien, las personas civiles se han

convertido en las principales víctimas de los conflictos armados y se las ha sometido a toda suerte

de excesos, como la exterminación masiva, los ataques indiscriminados, las deportaciones, la toma

de rehenes, el pillaje o el internamiento.

(Roja, 1998)Cabe señalar, que, en tiempo de conflicto armado, el derecho internacional

humanitario cohabita con los derechos humanos, cuyas normas son, en algunos casos,

inderogables.

(Roja, 1998)La protección del individuo contra el enemigo, y no contra sus propias

autoridades, es una de las características del derecho de los conflictos armados. Un Estado

beligerante no puede invocar la guerra como pretexto para derogar las normas de ese derecho, que,

en esencia, fueron previstas para una situación extraordinaria.

(Roja, 1998)De hecho, en el derecho internacional humanitario se toman en consideración

los imperativos militares y se trata de conciliar las necesidades militares con las exigencias de

índole humanitaria. Desde hace siglos, se le ha dado progresivamente forma teniendo en cuenta

las realidades de la guerra. Precisamente por eso, no se prevén en él derogaciones generales y esa

es, en parte, su fuerza.

(Roja, 1998)En el IV Convenio figuran algunas reservas en favor de la seguridad del

Estado, de las necesidades militares y de otras exigencias de interés nacional. Esas cláusulas dejan

cierto margen de apreciación dentro de los límites de las normas convencionales, y siguen siendo

evidentemente aplicables los principios generales de derecho, en particular el de proporcionalidad.

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(Roja, 1998)El IV Convenio se aplica " en caso de guerra declarada o de cualquier otro

conflicto armado que surja entre dos o varias de las Altas Partes Contratantes, aunque una de ellas

no haya reconocido el estado de guerra. El Convenio se aplicará también en todos los casos de

ocupación total o parcial del territorio de una Alta Parte Contratante, aunque tal ocupación no

encuentre resistencia militar.

(Roja, 1998)Los Estados querían que el Convenio cubra un gran ámbito de aplicación, a

fin de garantizar a la población civil una protección lo más amplia posible. El elemento

fundamental que ha de tenerse en cuenta es que personas han caído en poder de una Potencia de la

cual no son súbditas " en cualquier momento y de la manera que sea " (artículo 4), durante un

conflicto armado o la ocupación de un territorio, aunque ésta no haya sido objeto de resistencia

armada alguna.

(Roja, 1998)Tan pronto como exista una de las condiciones de aplicación del artículo 2,

una Parte Contratante no puede formular pretexto válido alguno ni orden jurídica ni cualquier otra

razón para no respetar el Convenio en su totalidad. En todas las circunstancias, ello significa que

la aplicación del Convenio no depende de la calificación del conflicto.

(Roja, 1998) IV Convenio se precisa cuándo termina su aplicación. En situaciones que no

son de ocupación, las nociones relacionadas con el término de la aplicación del IV Convenio están

a veces sujetas a interpretación. Según los casos, pueden ser graves las consecuencias desde el

punto de vista humanitario para las personas protegidas por este Convenio. La experiencia

demuestra, efectivamente, que los conflictos armados pocas veces cesan de un día para otro. Un

período de " ni de guerra ni de paz " tiende a veces a prolongarse durante varios años. Aunque a

veces, durante ese tiempo, se suscriben algunos acuerdos transitorios, la libertad de movimiento

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de los individuos continúa siendo limitada, el regreso de las personas desplazadas y de los

refugiados se hace esperar, los detenidos no son liberados.

(Roja, 1998)Cuando se llega a un arreglo político de la situación, no han de olvidarse los

principios fundamentales del derecho internacional humanitario, a fin de no provocar un vacío

jurídico en detrimento de las personas protegidas. De hecho, la firma de acuerdos políticos no

significa, desafortunadamente, que los problemas de índole humanitaria se solucionarán en

seguida.

(Roja, 1998)El IV Convenio se prevé que, en el territorio de las partes en conflicto, la

aplicación termina con el cese general de las operaciones militares. En territorio ocupado,

terminará un año después del cese general de las operaciones militares, pero si la ocupación se

prolonga y si la Potencia ocupante ejerce las funciones de gobierno en el territorio del que se trata,

dicha Potencia estará obligada por un gran número de disposiciones mientras dure la ocupación.

(Roja, 1998)En el caso de una ocupación, la aplicación del derecho internacional

humanitario, particularmente del IV Convenio, sólo termina con el cese efectivo de la ocupación

o con el arreglo político global del litigio, de conformidad con las normas del derecho internacional

general. Entre tanto, cabe recordar que los Estados insistieron en defender la inderogabilidad de

los derechos garantizados en el IV Convenio. A tenor del artículo 7: " Ningún acuerdo especial

podrá perjudicar a la situación de las personas protegidas, tal como se reglamenta en el presente

Convenio, ni restringir los derechos que en éste se les otorga”. Por su parte, en el artículo 8 se

refrenda la inalienabilidad de derechos a nivel individual.

(Roja, 1998)Habida cuenta de su debilidad y de su vulnerabilidad, algunas personas

merecen atención especial; se trata, particularmente, de los heridos, los enfermos, los minusválidos

y las mujeres encintas. Se puntualiza que los hospitales civiles, su personal y los vehículos en que

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se traslada a heridos y a enfermos no deben ser objeto de ataques; para su protección, puede

utilizarse uno de los emblemas distintivos del I Convenio de Ginebra.

(Roja, 1998) IV Convenio se prevén diversos tipos de zonas protegidas para poner al abrigo

de ataques a las personas que se encuentren en ellas. Se trata, por una parte, de zonas y localidades

sanitarias y de seguridad (artículo 14) y, por otra, de zonas neutralizadas. La diferencia entre ellas

concierne a las personas que se benefician de esa protección, a la duración de la neutralización y

a la ubicación de esas zonas y localidades.

(Jiménez, 2017) El IV Convenio de Ginebra protege a la población civil frente a las

consecuencias de los enfrentamientos bélicos, establece el trato a los pobladores y plantea la

diferencia entre la situación de los extranjeros en el territorio de una de las partes en conflicto y la

de los civiles en territorios ocupados. Además, plantea las obligaciones del país ocupante, frente a

la población civil y la asistencia humanitaria.

(Jiménez, 2017) Por lo tanto, los civiles que se encuentran en zonas de conflicto y territorios

ocupados gozan de la protección conferida por los 159 artículos del cuarto Convenio de Ginebra.

Este convenio fue aprobado el 12 de agosto de 1949.

(Roja C. C., 1949)Toda persona protegida que desee salir del territorio al comienzo o en el

transcurso de un conflicto, tendrá derecho a hacerlo, a no ser que su salida redunde en perjuicio de

los intereses nacionales del Estado. La decisión sobre su salida se tomará según un procedimiento

legítimo y deberá tener lugar lo más rápidamente posible. Una vez autorizada a salir del territorio,

podrá disponer del dinero necesario para el viaje y llevar consigo un volumen razonable de efectos

y de objetos de uso personal.

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(Roja C. C., 1949) Las salidas autorizadas de conformidad con el artículo anterior se

efectuarán en satisfactorias condiciones de seguridad, de higiene, de salubridad y de alimentación.

Todos los gastos, a partir de la salida del territorio de la Potencia detenedora, correrán por cuenta

del país de destino o, en caso de estancia en país neutral, por cuenta de la Potencia de la que los

beneficiarios sean súbditos. Las modalidades prácticas de estos desplazamientos serán estipuladas,

en caso necesario, mediante acuerdos especiales entre las Potencias interesadas.

(Roja C. C., 1949)Si una de las Partes en conflicto somete a una persona protegida a

medidas de control que le impidan ganarse la subsistencia, en particular cuando tal persona no

pueda, por razones de seguridad, encontrar un trabajo remunerado en condiciones razonables,

dicha Parte en conflicto satisfará sus necesidades y las de las personas a su cargo.

(Roja C. C., 1949) Si las personas protegidas son de nacionalidad enemiga, no se las podrá

obligar a realizar más que trabajos que sean normalmente necesarios para garantizar la

alimentación, el alojamiento, la ropa, el transporte y la salud de seres humanos, y que no tengan

relación alguna directa con la conducción de las operaciones militares.

(Roja C. C., 1949)Toda persona protegida que haya sido internada o puesta en residencia

forzosa tendrá derecho a que un tribunal o un consejo administrativo competente, instituido con

esta finalidad por la Potencia detenedora, considere de nuevo, en el más breve plazo, la decisión

tomada a su respecto. Si se mantiene el internamiento o la residencia forzosa, el tribunal o el

consejo administrativo examinará periódicamente, y por lo menos dos veces al año, el caso de

dicha persona, a fin de modificar en su favor la decisión inicial, si las circunstancias lo permiten.

(Roja C. C., 1949)A no ser que las personas protegidas interesadas se opongan, la Potencia

detenedora comunicará, lo más rápidamente posible, a la Potencia protectora los nombres de las

personas protegidas que hayan sido internadas o puestas en residencia forzosa, así como los

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nombres de las que hayan sido liberadas del internamiento o de la residencia forzosa. En las

mismas condiciones, también se notificarán, lo más rápidamente posible, a la Potencia protectora

las decisiones de los tribunales.

(Roja C. C., 1949)No se privará a las personas protegidas que estén en un territorio

ocupado, en ninguna circunstancia ni en modo alguno, de los beneficios del presente Convenio,

sea en virtud de un cambio ocurrido a causa de la ocupación, en las instituciones o en el Gobierno

del territorio de que se trate, sea por acuerdo concertado entre las autoridades del territorio ocupado

y la Potencia ocupante, sea a causa de la anexión por esta última de la totalidad o de parte del

territorio ocupado.

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Comentario

Los estados beligerantes, están en la obligación de tener conocimiento sobre las

disposiciones del presente Convenio, con la finalidad de evitar cometer abusos y violaciones a la

población civil. Las personas protegidas tienen derecho en todas las circunstancias a ser tratadas

con humanidad, a estar protegidas y a que se respeten en todo momento sus derechos El derecho

de correspondencia y de recepción de socorros por parte de las personas protegidas se encuentra

plenamente garantizado existiendo documentos y procedimientos que permiten su debido

cumplimiento por parte de la Potencia Detenedora.

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Bibliografía
Jiménez, D. B. (2017). CUARTO CONVENIO DE GINEBRA.

Roja, C. C. (1949). IV. Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo
de guerra, 1949.

Roja, C. I. (1998). IV CONVENIO DE GINEBRA. Mexico.

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