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privado en la modernidad
Introducción
1
Magíster en Ciencias Sociales, mención Sociología de la Modernización. Académico Universidad Central.
Investigador de la Sociedad Chilena de Ciencias de las Religiones. fbravovega@gmail.com
De esta manera, la acción voluntaria de aislarse del colectivo se comprende tanto como una
respuesta ante el exceso de socialización como también un espacio fundamental para la
construcción del Yo. De allí que conciba como un espacio simbólico donde habita la
conciencia y la identidad además de condición de posibilidad para el desarrollo de la
intimidad. Para H. Béjar
la privacidad sería la esfera donde el individuo planea su vida y hace de ella una empresa racional;
el ámbito de la conciencia donde tiene lugar la formación de valores; el reducto donde se urden las
estrategias para desenvolverse en la arena pública.2
2
BÉJAR, H. El ámbito íntimo. Privacidad, individualismo y modernidad. Madrid, Alianza Universidad, 1995,
p.156.
3
SIMMEL, G. Sociología: estudios sobre las formas de socialización. México D.F., Fondo de Cultura
Económica, 2014.
4
WEBER, M. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Buenos Aires: Terramar Ediciones., 2006
5
TROELTSCH, E. El protestantismo y el mundo moderno. México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1958.
responder a estas interrogantes el artículo se estructura con una primera parte en donde se
analiza el proceso de individualización de lo religioso en el luteranismo, posteriormente
profundiza en el calvinismo y puritanismo, luego presenta algunos aportes desde el
pensamiento del luteranismo kierkegaardiano y el bautismo norteamericano. Finalmente, se
reflexiona sobre las transformaciones que ha experimentado y su vigencia para la sociedad
contemporánea.
Es decir, la existencia de un Dios personal pero único para todos a la vez como forma
socialmente vinculante. Noción anidada en la raíz misma del protestantismo y luego
desarrollada por la teología reformada, que sitúa la conciencia individual en directa relación
con Dios, configurando así una sociedad de sujetos atomizados en los que cada cual debe
lidiar con la problemática de la salvación y la condenación7.
Junto con ello, redefine la actitud del hombre religioso frente a Dios, dejando de estar
supeditada a una estructura eclesiástica y también a la fiscalización por parte de una
autoridad como fuente de certeza de la fe, resituándola en la dimensión subjetiva del sujeto
y su “Dios personal”. Esto significa una revalorización de la experiencia, la conciencia, del
interés y la necesidad humana: “El campo de batalla en el que se enfrentan las huestes de
Dios y de Satán ya no es la civitas. El escenario bélico es ahora cada individuo”8. Una
disputa que ocurre en el interior del individuo y no forma parte de una entidad colectiva, el
pecado es netamente una noción de carácter individual, no un fenómeno social.
6
BECK, U. El Dios Personal. La individualización de la religión y el “espíritu” del cosmopolitismo. Madrid:
Ediciones Paidós Ibérica S.A, 2009, p.112.
7
MONARES, A. Reforma e Ilustración. Los teólogos que construyeron la Modernidad. Santiago: Editorial
Ayún, 2012, p. 132.
8
SOEFFNER citado en BECK, op.cit., pp.112-113.
Lutero consigue establecer las bases para la emancipación eclesiástica que posteriormente,
en su versión secularizada, decantarían en el individuo contemporáneo, encarnación de la
autonomía y la libertad. En base a la doctrina de los dos reinos, en el cual el cristiano es
libre espiritualmente, pero siervo a la vez: el “hombre interior” y el “hombre externo”:
El hombre, dejando a un lado toda ociosidad, está obligado a guiar y disciplinar moderadamente su
cuerpo con ayunos, vigilias y trabajos, ejercitándolo a fin de supeditarlo e igualarlo al hombre
interior y a la fe, de modo que no sea impedimento ni haga oposición, como sucede cuando no se lo
obliga. Pues el hombre interior va al unísono con Dios, se goza y se alegra por Cristo, que tanto ha
hecho por él, y su mayor y único placer es, a su vez, servir a Dios con un amor desinteresado y
voluntario. Empero en su carne late una voluntad rebelde, una voluntad inclinada a servir al mundo
y a buscar lo que más la deleita.9
Esta doctrina permite sustentar las bases del Sacerdocio universal y la Justificación por la
fe, los pilares de la doctrina luterana. Dicha libertad es confirmada y cultivada en una
relación de intimidad con Dios que solamente puede manifestarse en el ámbito privado.
9
LUTERO, M. La libertad cristiana. 1520, p.6, encontrado en http://semla.org/portal/wp-
content/uploads/2011/05/La-Libertad-Cristiana-Lutero.pdf
10
WEBER, op.cit., p.76.
la omnipotencia absoluta de Dios y la Depravación Total11. En otras palabras, el concepto
profesión, adquiere un sustrato ético-religioso. Según Weber, Lutero desestima la vida
monástica como máxima expresión de consagración a Dios, considerándola una forma de
evadir el cumplimiento de los deberes en el mundo, en contraposición de esta ética
protestante –materializada en la figura ya no del monje sino del asceta urbano- que
considera el trabajo profesional como una forma de expresión de amor al prójimo y de
agradar a Dios12.
El concepto del “Llamado” sirvió de fundamento para el desarrollo de una doctrina con
fuerte énfasis en la Predestinación que caracterizó al movimiento puritano. En términos
concretos, los “santos” evidencian señales externas de su carácter de elegidos a través del
éxito y la bonanza, de la misma manera, los no-escogidos evidencian su condición en el
fracaso y la pobreza. Inspirado en el mandato divino de sojuzgar la tierra este pensamiento
derivará en la dominación tanto de la naturaleza como de los condenados14.
11
MONARES, op.cit., p.130.
12
WEBER, op.cit., p.79.
13
Ibid., pp. 101-109.
14
MONARES, op.cit.p. 28.
15
WEBER, M. Sociología de la religión, Madrid, Ediciones ISTMO S.A, 1997, p.201.
conlleva la Predestinación16. Es por ello, que el calvinista debe configurar un
comportamiento que acredite su condición de escogido, aunque no lo pueda saber, debe
actuar como tal. Es decir, se produce una exteriorización de la incertidumbre en donde el
trabajo opera como regulador de la ansiedad salvífica.
Cuando te encuentres solo en tus ocupaciones, mejora el tiempo con meditaciones prácticas y
benéficas. Medita en la bondad y en las perfecciones infinitas de Dios; en Cristo y la redención; en
el Cielo y en cuán indigno eres de ir allí y cómo mereces la miseria eterna en el Infierno.17
Dentro de estas directrices, el examen de conciencia se estima como uno de los momentos
más importante de estas meditaciones puritanas:
Antes de regresar a dormir, es sabio y necesario revisar las acciones y bendiciones del día que ya
va pasando, para que podáis estar agradecidos por todas las misericordias especiales y humildes por
todos tus pecados. Esto es necesario para que puedas renovar tu arrepentimiento lo mismo que
vuestra resolución de obedecer, y para que podáis examinaros vosotros mismos para ver si vuestra
16
CALVINO, J. Institución de la Religión Cristiana, 1597, encontrada en
http://www.academia.edu/attachments/34673012/download_file?st=MTUwNjM3OTI5NSwyMDEuMjE5LjIz
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17
BAXTER, R. Cómo pasar el día con Dios, s.f., encontrado en
http://www.iglesiareformada.com/Baxter_Como_Pasar_Dia.html
alma se hizo mejor o peor, si el pecado ha bajado y la gracia ha subido y si estáis mejor preparados
para el sufrimiento, la muerte y la eternidad.18
Este texto enfatiza en la necesidad de encontrar una verdadera experiencia religiosa, la cual
está por sobre la dimensión emocional, las que incluso se comprenden como potenciales
peligros que distraen en el cultivo de la verdadera vida espiritual.
La meditación bíblica es quizás uno de los más grandes aportes del puritanismo para la
construcción del espacio privado. Entendido como una práctica fundamental de
introspección y reflexión para el crecimiento cristiano, su origen se encuentra inspirado en
algunos pasajes de los salmos, muchos se los textos de la época presentan consejos
prácticos para asegurar que dicha práctica cuenta con las condiciones propicias para el
diálogo entre Dios y el alma: “cuando un hombre aparta… un tiempo y entra en un
aposento privado, o da un paseo privado, y allí medita deliberadamente en las cosas del
cielo”21.
18
Ibid.
19
ZABLUDOVSKY, G. La individualización en la obra de Norbert Elias en Carlos Andrés Charry y Nicolás
Rojas Pedemonte (eds.). La era de los individuos. Actores, política y teoría en la sociedad actual (pp.23-50).
Santiago, Chile, LOM Ediciones.
20
EDWARDS, J. Los afectos religiosos. La válida experiencia espiritual, Graham, Publicaciones Faro de
Gracia, 2011, p.53.
21
CALAMY en BEEKE, J. La espiritualidad puritana y reformada. Un estudio teológico y práctico tomado de
nuestra herencia puritana y reformada, México D.F., Publicaciones Faro de Gracia, 2008, p.63.
Ruega al Señor no tan sólo que te guarde de la compañía externa, sino también de la compañía
interna, es decir, que te guarde de los pensamientos vanos y mundanos, y que te distraen22.
El aporte del protestantismo para la construcción del ámbito privado puede rastrearse y
apreciarse desde dimensiones tan diversas como la filosofía pre existencialista hasta el
fundamento mismo de la conformación del espíritu de una nación. Bajo este aspecto, es
posible mencionar que Kierkegaard vincula la interioridad como un factor fundamental
para experimentar la verdadera libertad, la que se opone a la superstición, la incredulidad y
la falta de certeza:
Porque la idea de la existencia de un Dios, tan pronto como haya cobrado en cuanto tal una
importancia concreta para la libertad del individuo, adquiere una omnipresencia que no puede por
menos de representar algún embarazo para cualquier individualidad sinuosa, aunque ésta no desee
precisamente hacer el mal. Se necesita, desde luego, una interioridad profunda para vivir en
hermosa e íntima armonía con esa idea.24
Presenta la interioridad como un requisito sine qua non para la reflexividad del self y como
consecuencia la radicalización de la individualidad:
22
Ibid., p.67.
23
SIMMEL, G. La religión, Barcelona, Gedisa, 2012.
24
KIERKEGAARD, S. El concepto de la angustia, Buenos Aires, Ediciones Libertador, 2011, pp. 164-165.
25
Ibid., p.166.
El hombre de lo inmediato no se conoce a sí mismo; literalmente no se conoce más que por el
hábito, no reconoce un yo (y aquí se encuentra su comicidad infinita) más que a su vida exterior.
No podría hallarse un desprecio más ridículo; pues, precisamente es infinita la diferencia entre el
yo y sus exteriores.26
Bajo esta perspectiva, indaga en las formas en que el cristiano se enfrenta a esta dialéctica
donde claramente existe una distinción de dos dimensiones: interioridad y exterioridad.
26
Kierkegaard, S. Tratado de la desesperación, Buenos Aires, Editorial Quadrata, 2013, p. 166.
27
BLOOM, H. La religión americana, Buenos Aires, Taurus, 2009, p.213.
autoconstrucción. Herederos de la noción sacralizada de la interioridad los individuos
cultivaron diversos dispositivos de autoexploración, narrativas del Yo que se materializaron
en epístolas y relatos autorreferenciales. Bajo esta lógica, literatura decimonónica y más
puntualmente la novela, se convirtió tanto en un espacio de evasión de la realidad como, al
mismo tiempo, en una posibilidad de enriquecimiento de la interioridad y como una vía
potencial para controlar el futuro y una nueva seguridad psicológica para sus lectores28.
Sin embargo, si bien aún es vigente hablar de ambos espacios como dominios bien
consolidados, sin embargo, al menos se aprecia un desdibujamiento de sus fronteras. Lo
que remite a un proceso de transformación mayor. Estamos ante la conformación de nuevos
regímenes de subjetividades en los cuales se pasa de personalidades introdirigidas a
personalidades alterdirigidas. Entre los factores que propiciarían en parte esta
transformación régimen de subjetividades se encuentra la consolidación de los medios de
comunicación de masas y hegemonía de las lógicas de consumo29. Esto acentuado con el
auge de las Redes Sociales configuran un paisaje caracterizado por un nivel de
sobreexposición de la intimidad inédito en la historia, donde lo instantáneo y lo
transparente permea cada uno de los espacios de la realidad social, escenario muy distinto,
pero heredero a la vez, a la Europa de la Reforma.
Conclusiones
El aporte del protestantismo para la construcción del espacio privado puede resumirse en
dos momentos representados por el luteranismo y el calvinismo; el primero tiene relación
con la resignificación de la interioridad, donde habita el alma y ocurre la transformación de
un estado de condenación a uno de redención individual. En tanto que el segundo momento
desarrolla una planificación racional de la vida a partir del control de las pasiones y
emociones que dan cuenta de una condición salvífica en el individuo.
28
SIBILIA, P. La intimidad como espectáculo, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2008.
29
RIESMAN en SIBILIA, Ibid, pp.266-267.
respecto del dominio práctico de la naturaleza y la sociedad, también se ve cómo el
individuo configura este marco simbólico para ejercer este dominio sobre sí mismo.