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Introducción

La electroquímica es la parte de la quimia que se encarga de estudiar las relaciones que


existen entre la energía química y la energía eléctrica (1). Estos procesos electroquímicos
son reacciones redox (oxidación-reducción) en donde la energía liberada por una reacción
espontánea se convierte en electricidad o donde la energía eléctrica se aprovecha para
inducir una reacción química no espontánea (2). Ambos procesos se efectúan en una celda
electroquímica y esta puede ser galvánica o electrolítica.
Una celda galvánica o voltaica es un dispositivo experimental para generar electricidad
mediante una reacción redox espontánea (1), el funcionamiento de la celda el ánodo es donde
ocurre la oxidación y el cátodo es donde tiene lugar la reducción y se pueden llevar a cabo
simultáneamente, pero en recipientes separados, con la transferencia de electrones a través
de un alambre conductor externo y la corriente eléctrica fluye del ánodo al cátodo porque
existe una diferencia de energía potencial eléctrica entre los electrodos (3). Estas se pueden
construir experimentalmente con soluciones electrolíticas (normalmente sales), sin embargo,
es posible construir una celda galvánica casera, ya sea con frutas o distintos materiales que
tengamos en el hogar.
Entre las frutas tenemos al tomate. El tomate es uno de los cultivos más importantes en todo
el mundo, utilizado como hortaliza (4). En Colombia ocupó 0,6% del área total sembrada en
cultivos transitorios durante el año 2006 (5).
Por otra parte, entre sus propiedades fisicoquímicas el signo más visible de maduración es el
cambio de la coloración verde a rojo debido a la descomposición de la clorofila y a la síntesis
de licopeno y otros carotenoides, al hablar del sabor, los azúcares, ácidos y sus relaciones
son importantes para la dulzura, acidez y, sobre todo, para la intensidad de este. Normalmente
el contenido habitual de solidos solubles (principalmente azucares) está entre 3,5 a 5 %,
llegando a 10% en algunos tomates. Además, el sabor está influenciado por los aromas de
muchos constituyentes químicos (6).
En lo que respecta al pH del tomate, el zumo se sitúa normalmente entre 4.2 y 4.4, siendo
muy raro que se superen estos valores. Esta alta concentración de iones H+ o acidez total es
debida a la presencia de diversos ácidos orgánicos en el tomate como: ácido málico, ácido
cítrico, ácido ascórbico (vitamina C), entre otros; el mayoritario es el ácido cítrico y suele
oscilar entre 0.35 y 0.40 gr/100 ml de zumo (6). Por lo tanto, estás propiedades fisicoquímicas
del tomate le atribuyen la viabilidad para la construcción de celdas galvánicas.

Bibliografía

 (1) Raymond Chang. Química. McGraw-Hill/interamericana Editores.


Décima edición. 2010
 (2) Rubén Emilio Zapata Pérez, Rubén Darío Osorio Giraldo. Química
general. Universidad de Antioquia. 2005
 (3) Andrés Gómez, Tatiana Caina, Cristian Moncayo, María Cárdenas. Celda
galvánica a base de fibra de coco. FIMAQ 2018, 1(2): 31. Latacunga-Ecuador
 (4) Chapagain, P.B. y Z. Wiesman. Effect of potassium magnesium chloride
in the fertigation solution as partial source of potassium on growth, yield and
quality of greenhouse tomato. Scientia Hort. 99, 279-288. (2004)
 (5) Corporación Colombia Internacional. Oferta agropecuaria ENA. Cifras
2006. Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Bogotá. pp. 14-62.
 (6) García Ana, Contreras Ana, Rodríguez M, Trujillo N. Yanine. C
características físicas y químicas del tomate (Solanum lycopersicum L.)
variedad pera. Limentech ciencia y tecnología alimentaria. vol 8, No 1, p 72-
82. Universidad de pamplona, 2010.

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