Oración
“El gorrión ha encontrado una casa, y la
golondrina un nido donde poner sus
polluelos: junto a tus altares, Señor de
los ejércitos, Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa y
pueden alabarte siempre.” Salmo 83,
4-5.
Contemplación
“La conversión implica luchar contra
el mal, también en nuestro corazón,
una lucha que no te da tranquilidad
pero te da paz. No hay, no debe
haber cristianos tranquilos, que no
luchan; esos no son cristianos, son
tibios.” papa Francisco, 2017.
III Domingo de Cuaresma
24 de marzo 24 de marzo de 2019
39 aniversario del martirio de San
Ciclo C
Óscar Romero
Aquí hay un reto de Cristo a la bondad
natural de los hombres. No basta ser
bueno. No basta dejar de hacer el mal. Mi
cristianismo el algo muy positivo, no es
negación. Hay muchos que dicen: “si yo
no mato, no robo, no le hago el mal a
nadie” No basta. ¡Te falta mucho todavía!
Homilía 14 de octubre de 1979
“Señor, déjala todavía este año;
cavaré alrededor y la abonaré, a ver si
da fruto.”
Lucas 13, 8-9.
 Invocación al Espíritu Santo
Espíritu Santo, ilumina nuestro entendimiento, para
que al orar a través de los textos de la Sagrada
Escritura, sintamos la presencia de Dios Padre que se
manifiesta a través de tu Palabra.
Abre nuestro corazón para darnos cuenta del querer
de Dios y la manera de hacerlo realidad en nuestras
acciones de cada día. Instrúyenos en tus sendas para
que, teniendo en cuenta tu Palabra, seamos signos de
tu presencia en el mundo. Amén.
LECTIO: ¿Qué dice el texto?
Evangelio según San Lucas 13, 1-9.
1. En aquella ocasión se presentaron algunos a
informarle acerca de unos galileos cuya sangre había
mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Él contestó:
—¿Piensan que aquellos galileos, sufrieron todo eso
porque eran más pecadores que los demás galileos? 3
Les digo que no;
y si ustedes no se arrepienten, acabarán como ellos. 4
¿O creen que aquellos dieciocho
sobre los cuales se derrumbó la torre de Siloé y los
mató, eran más culpables que el resto de los
habitantes de Jerusalén? 5 Les digo que no; y si
ustedes no se arrepienten acabarán como ellos.
6 Y les propuso la siguiente parábola: —Un hombre
tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar
fruto en ella y no lo encontró. 7 Dijo al viñador: —
Hace tres años que vengo a buscar
fruta en esta higuera y nunca encuentro nada.
Córtala, que encima está malgastando
la tierra. 8 Él le contestó: —Señor, déjala todavía este
año; cavaré alrededor y la abonaré, 9 a ver si da fruto.
Si no, el año que viene la cortarás.
MEDITATIO: ¿Qué me dice el texto? La gran noticia es que aunque nuestro pecado
Todos los días escuchamos que nos dicen: haga de “baja calidad” nuestro diálogo con Dios, el
“tranquilo, tenga paciencia” incluso nosotros Padre, como el dueño de la viña y el Hijo como el
mismos nos recordamos constantemente esa viñador, sostienen una eterna conversación en la
expresión para calmarnos y saber esperar lo que que lo único que se escucha es: “Señor, déjala
no tenemos de inmediato. La comunidad todavía este año, cavaré alrededor y la abonaré a
cristiana llega a la tercera semana de cuaresma y ver si da fruto.”
este trozo del evangelio nos insiste en dos
Ante este regalo de la Palabra, un firme propósito:
elementos fundamentales: la conversión del
corazón y la paciencia. Sentir el consuelo de Dios de frente a nuestro
pecado como un incentivo para no cansarnos de
Conversión del corazón que se fragua todos los luchar contra aquello que nos separa de su amor.
días, no sólo por mérito propio, eso también es
importante, sino como una gracia de Dios que la
hace posible. Los galileos a los que alude la
primera parte del texto, no murieron fatalmente
por que se habían “portado mal” sino por una
cuestión del destino. Jesús insiste este domingo
que la misericordia de Dios no se adquiere por
mérito, sino que es un regalo que da a todos sus “Dijo Dios a Moisés: Soy el que soy.”
hijos simplemente por que él así lo quiere. Es
necesario ponerse las pilas, socarse la faja y
emprender el camino de la conversión que es un
trillo muchas veces angosto, fatigoso y doloroso
pero que recorremos guiados por el Espíritu
Santo.
La paciencia de Dios surge del hermoso diálogo
entre el propietario de la viña y el viñador. Es un
diálogo similar al de Moisés con Dios en la zarza,
que se escucha en la primera lectura (cf. Ex. 3,
3-15). Nuestra propia vida es un diálogo constante
con Dios, pero el afán del pecado es romper esa
armonía, quitar la velocidad del internet o la
cobertura del celular.