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REGISTRO, MANEJO Y CUSTODIA DE LA INFORMACIÓN EN EL

EJERCICIO PROFESIONAL DE LA PSICOLOGÍA EN COLOMBIA

COLEGIO COLOMBIANO DE PSICÓLOGOS

GLORIA MARÍA BERRÍO ACOSTA


MARITZA SÁNCHEZ RAMÍREZ

NOVIEMBRE DE 2016, COLOMBIA


© Colegio Colombiano de Psicólogos
www.colpsic.org.co
Bogotá, D.C., Colombia

Sala Nacional Colegial Investigadoras


Presidentes Capitulares GLORIA MARÍA BERRÍO ACOSTA
Betty Luz Ruiz Psicóloga, especialista en Psicología Clínica
Carolina Aguilar Bedoya Magíster en Bioética
Esmeralda Torres Betancourt Directora Ejecutiva Tribunales - Colpsic
Francisco Apolinar Larrañaga Pineda MARITZA SÁNCHEZ RAMÍREZ
Hélmer Chacón Peralta Psicóloga, especialista en Educación Médica
Henry Sánchez Olarte Magister en Psicología
Juan José Cañas Serrano Docente Universidad El Bosque
Juliet Vanessa Salazar Rodríguez
Nelson Ricardo Vergara Chaparro Asesor deontológico y bioético
Rodrigo Mazo Zea CHRISTIAN ALFREDO RUBIANO SUZA
Presidencia Filósofo
Claudia María Sanín Velásquez
Vicepresidencia Asesor jurídico
Germán Antonio Gutiérrez Domínguez Gerardo Augusto Hernández Medina
Miembros Consejo Directivo Nacional Psicólogo y abogado 2
Andrés Manuel Pérez Acosta Magíster en Derecho Penal y Criminología
José Rodríguez Valderrama
Juan Diego Tobón Lotero Asesor psicométrico
Leonidas Castro Camacho Pablo Alfonso Sanabria Ferrand
Martha Leonor Restrepo Forero Psicólogo, especialista en Análisis de
Nancy Vargas Espinosa Datos y Epidemiología
Olga Lucía Hoyos de los Ríos Magíster en Psicología
Dirección Ejecutiva Nacional
Evelyn Carrioni Denyer Revisión de estilo
Dirección de Campos, Programas y Proyectos Diego Alejandro Romero Sánchez
María Claudia Peralta Gómez
Dirección de Comunicaciones
Ana María Houghton Illera

© Derechos reservados
La reproducción total o parcial de este documento, puede realizarse previa autorización del Colegio
Colombiano de Psicólogos – Colpsic.
ISBN No.: 978-958-59476-4-1
Año de la publicación: 2017
Tabla de contenido

Resumen…………………………………………………………………….…………………………………………………..... 8
Capítulo primero: introducción…………………………………………….…………………………………………… 10
Justificación............................................................................................................................ 11
Objetivo general..................................................................................................................... 12
Objetivos específicos.............................................................................................................. 12
Variables................................................................................................................................. 12
Capítulo segundo: consideraciones éticas para el ejercicio de la psicología.......................... 14
Responsabilidad, deliberación, prudencia............................................................................. 14
Imputación de la responsabilidad profesional…………………………………................................... 16
Acción responsable…………………………………………………………………………………………………………… 19
Deontología de la responsabilidad profesional...................................................................... 28
Prudencia en el ejercicio profesional..................................................................................... 32
El contexto y la conceptualización de la información y la comunicación…............................ 35
La inteligencia, el dato, el conocimiento y la comunicación.................................................. 39
La Sociedad de la Información y la Comunicación................................................................. 42
Registro, manejo y custodia de la información en el ejercicio profesional de la
psicología………………………………………………………………………………………………………………………….. 51
Secreto profesional como principio rector en la praxis del psicólogo…………......................... 52 3
Ley de Habeas Data en el manejo de la información….......................................................... 55
Datos públicos y datos sensibles……………………………………………………………………………………….. 58
Datos semiprivado y privado…………....................................................................................... 59
Registro, manejo y custodia de la información obtenida por el psicólogo............................ 59
Referente psicométrico…………............................................................................................... 60
Capítulo tercero: método….................................................................................................... 63
Diseño..................................................................................................................................... 63
Participantes…………………………………………………....................................................................... 63
Instrumento……………………………………………….......................................................................... 63
Procedimiento………………………………………………….................................................................... 66
Consideraciones éticas……………………………………..................................................................... 68
Capítulo cuarto: resultados……………………………………………………............................................. 69
Descripción de la muestra…………………………………………………………………………………………………. 68
Descripción general sobre el manejo de la información…………………………………………………… 75
Análisis de tabulaciones cruzadas……………………………………………………………………………………… 94
Capítulo quinto: discusión………….………………………………………….............................................. 105
Referencias............................................................................................................................. 119
Lista de apéndices

Apéndice A. Definiciones de tópicos y referentes………………………………………………………………………. 126

Apéndice B. Encuesta para la identificación de los tipos de registros y las formas de manejo
y custodia de la información en todos los campos del ejercicio profesional de la Psicología en
Colombia……………………………………………………………………………………………………………………………………. 130

Apéndice C. Base de datos respuestas a la encuesta. Datos descriptivos….…………..…………………… 140

Apéndice D. Relación de items……………….………………………………………………………………………………….. 173

Apéndice E. Base de datos de relaciones entre ítems…………………………………................................. 174

4
Lista de tablas

Tabla1. Relación entre el campo de desempeño profesional y la obligatoriedad del

registro de información……………………………………………………………………………………………................... 97

Tabla 2. Relación entre el campo profesional de la Psicología y la fundamentación

científica, metodológica y disciplinar…………………………………………………………...…………………………… 100

5
Lista de figuras

Figura 1. Distribución de frecuencia de no respuestas a cada ítem………………………………………… 70


Figura 2. Distribución por período de graduación…………………………………................................... 71
Figura 3. Distribución según sexo de los participantes……………………………………………….………….. 71
Figura 4. Distribución según departamento donde trabajan………………………………..………………… 72
Figura 5. Distribución según nivel académico…………………………………………………………………………. 73
Figura 6. Distribución según campos de dedicación profesional……………………………..……………… 73
Figura 7. Distribución según modalidad laboral…………………………………….................................... 74
Figura 8. Distribución según modalidades profesionales………………………………………………………… 75
Figura 9. Tipo de información que recibe el psicólogo del usuario de sus servicios………………… 75
Figura 10. Distribución según propósito de la información que suministra y recoge el
psicólogo del usuario de sus servicios……………………………………………………………………………………. 76
Figura 11. Distribución según límites de la confidencialidad y el secreto profesional……………… 76
Figura 12. Distribución según explicación al usuario de los servicios de los límites de la 6
confidencialidad y decisión del usuario de no tomar dichos servicios……………………………………. 77
Figura 13. Distribución según actuación del psicólogo ante situaciones de peligro contra la
integridad y derechos del usuario, su familia o la sociedad………………………………………………..….. 77
Figura 14. Distribución según dilemas éticos en el manejo de información……………………………. 78
Figura 15. Distribución según participación de estudiantes y profesionales en
formación.................................................................................................................................... 78
Figura 16. Distribución según razones para proteger información íntima y privada……………….. 79
Figura 17. Distribución según disposiciones normativas vinculantes para el
psicólogo……………………………………………………………………………………………………………………………….. 80
Figura 18. Distribución según razones para el registro de actividades de la atención a
usuarios…………………………………………………………………………………………………………………………………. 80
Figura 19. Distribución según manejo de información en cualquier campo y modelo
teórico…………………………………………………………………………………………………………………………………… 81
Figura 20. Distribución según registro de anotaciones del ejercicio profesional…………………… 81
Figura 21. Registro optativo u obligatorio de información en el ejercicio profesional…………… 82
Figura 22. Distribución según expedición de informes o conceptos sobre el usuario................ 82
Figura 23. Distribución según datos ilustrativos con fines académicos, de comunicación o
divulgación científica……………………………………………………………………………………………………………… 83
Figura 24. Distribución según datos e información sobre usuarios en docencia y divulgación
científica………………………………………………………………………………………………………………………………… 84
Figura 25. Distribución según usuario mayor de edad y titularidad de la información
producto de la prestación del servicio……………………………………..…………..……………………………….. 84
Figura 26. Distribución según usuario menor de edad y titularidad de la información
producto de la prestación del servicio……………………………………………………………………………………. 85
Figura 27. Rotulaciones en conceptos o diagnósticos de usuarios……………………………………….…. 85
Figura 28. Inclusión de anexos en los documentos de registro psicológico………….…………………. 86
Figura 29. Manejo confidencial de la información………………………………………………………………….. 86
Figura 30. Criterios para la remisión de informes psicológicos……………………………………………….. 87
Figura 31. Medidas para la custodia, reserva y seguridad de documentos……………………………… 87 7
Figura 32. Formalidad de documentos escritos o audiovisuales…………………………..………………… 88
Figura 33. Denominación de documentos para el registro de información…………………………….. 89
Figura 34. Manejo de información en la atención psicológica………………………………………………… 89
Figura 35. Inclusión de datos de identificación de los usuarios de los servicios………................. 90
Figura 36. Inclusión de datos demográficos de los usuarios de los servicios…………………………… 90
Figura 37. Opciones de ajuste de información en los registros profesionales…………................. 91
Figura 38. Aseguramiento de la reserva frente el personal auxiliar del psicólogo…………………… 91
Figura 39. Manejo de documentos en cambios de organización, área de desempeño o
finalización del ejercicio profesional………………………………………………………………………………………. 92
Figura 40. Ubicación de la relación entre el psicólogo y el usuario de sus servicios………………… 93
Figura 41. Fundamentación científica, metodológica y disciplinar del ejercicio profesional del
psicólogo……………………………………………………………………………………………………………………………….. 93
Figura 42. Fundamentos para la toma de decisiones ante dilemas en el ejercicio
profesional.................................................................................................................................. 94
Registro, manejo y custodia de la información en el ejercicio profesional de la Psicología en Colombia
Gloria María Berrío Acosta y Maritza Sánchez Ramírez1
Resumen

El objetivo de este estudio fue identificar los tópicos de registros, manejo y custodia de la
información empleados por los psicólogos en la elaboración de documentos propios de su ejercicio
profesional. Para ello se diseñó una encuesta de 42 ítems sobre dichos tópicos y tres referentes, éticos,
normativos y procedimentales, del ejercicio profesional. La encuesta fue revisada y ajustada por
expertos en psicometría, psicología y lengua española; posteriormente estuvo dispuesta en el sitio web
del Colegio Colombiano de Psicólogos, para ser respondida voluntariamente por los psicólogos del país.
Accedieron 718 psicólogos, 4 de ellos contestaron No al consentimiento informado. El primer bloque de
preguntas (1 a 8) fue contestado por 714 psicólogos y permitió caracterizar al profesional que diligenció
la encuesta en aspectos tales como sexo, año de graduación, nivel académico, departamento y municipio
donde trabaja y campos de dedicación profesional. El segundo bloque (9 a 42), específicas del objeto de
estudio, fue contestado por 437 profesionales (61%) del total de quienes la respondieron
8
voluntariamente. De estas personas, el 76,7% contestó la totalidad la encuesta. Los resultados muestran
que cerca de la mitad de participantes (52,8%) considera que la información que recibe de sus usuarios
es privada y sometida a reserva, el 65,1% reconoce los límites de la confidencialidad y el secreto
profesional; el 54,9% suministra información al usuario para que decida libre y autónomamente; el
54,9% actúa conforme a lo establecido en los límites de la confidencialidad acordados con el usuario; el
21,7% rompe la confidencialidad de la información cuando percibe riesgos para la integridad y derechos
del usuario, su familia o la sociedad; el 89,7% considera que las leyes y demás disposiciones normativas
sobre el registro, manejo y custodia de la información producto de su ejercicio profesional son
vinculantes para todos los psicólogos; el 90,4% lleva registro de las actividades del proceso de atención a
sus usuarios tanto en los casos que exige la ley como para su archivo personal; el 62,9% incluye lo que
responde a los fines acordados con el usuario e incluidos dentro de los límites de la confidencialidad al
expedir informes o conceptos; el 75,9% deja constancia de que el contenido del documento ha sido
autorizado por el usuario y que el solicitante queda comprometido a manejarlo confidencialmente y
emplearlo en el estricto marco para el que fue requerido. Para el cumplimiento de las normas

1
Investigadoras, gmberrio@gmail.com – sanchezramirez.maritza@gmail.com
relacionadas con la custodia de la información y garantizar la reserva profesional y la seguridad de los
documentos físicos y digitales, el 55% de los participantes toma medidas éticas, humanas y legales, y
para prever un posible daño el 36,2% informa que protege los documentos impresos y digitales en los
que guardan información íntima y privada de los usuarios a través de medidas técnicas y humanas. Los
anteriores datos muestran que la mayor parte de quienes contestaron la segunda parte de la encuesta
lleva a cabo acciones acordes con los principios éticos y las normas legales relacionadas con el registro,
manejo y custodia de la información que recibe de sus usuarios; sin embargo, hay un margen amplio de
quienes aún deben aclarar y apropiarse de los aspectos éticos y normativos característicos de un
ejercicio profesional responsable. La labor conjunta de divulgación de parte de Colpsic y de la Asociación
Colombiana de Facultades de Psicología seguramente seguirá contribuyendo al fortalecimiento de estos
aspectos.

Palabras clave: ejercicio profesional en psicología, responsabilidad profesional, ética, deontología,


registro, manejo y custodia de información.
9
Capítulo primero
Introducción

El Colegio Colombiano de Psicólogos, interesado en continuar su labor de orientación en diversos


aspectos del ejercicio profesional, adelanta el presente estudio con el objetivo de identificar los tipos de
registros, así como las formas de manejo y custodia de la información que emplean los psicólogos
colombianos en la elaboración de los documentos formales e informales, públicos y privados, en los
diferentes campos profesionales, en razón de las diversas inquietudes y quejas que se presentan
alrededor de estos asuntos.
Pensar en la elaboración de documentos remite de inmediato a aspectos teóricos y prácticos
relacionados con su estructura, contenidos, textos y contextos en los que se producen, como también a
la información que se incluye, el lenguaje que se emplea y el propósito de la comunicación que se
genera, por ser ellos algunos de los elementos constitutivos de la esencia del quehacer profesional y del
proceso mismo de interacción entre los psicólogos y quienes reciben la prestación de sus servicios.
Son fundamentales, además, para este estudio, los conceptos de responsabilidad y prudencia, con el
10
propósito de caracterizar un ideal normativo para el ejercicio de la psicología, en términos de
responsabilidad laboral. Para ello, en este texto se hace un acercamiento, desde el ámbito de la filosofía,
al problema de la responsabilidad con el fin de comprender, en términos generales, qué significa
responder por el otro y asumir un compromiso que, si bien se expresa en la vida laboral, permea todos
los actos de la existencia; también se ahonda en el concepto de prudencia, ya que el desarrollo de esta
virtud es clave para fortalecer la capacidad de juicio que permite la toma de decisiones responsables. A
continuación se efectúa la contextualización y conceptualización, principalmente, de las nociones de
información y comunicación en el marco de la Sociedad de la Información y la Comunicación y sus
respectivas tecnologías (TIC), con los correspondientes referentes de las acciones de gobiernos y
organismos multilaterales sobre la determinación de normas y lineamientos tendientes a la salvaguarda
de los derechos de las personas en tales aspectos, para luego abordar las normas legales relacionadas
con el registro, manejo y protección de la información y el secreto profesional de los psicólogos,
promulgadas en Colombia. Finalmente, se incluye la fundamentación relativa a los aspectos
psicométricos de este estudio.
Justificación
El manejo de la información es un tema central en el ejercicio profesional de la psicología, debido a
que las anotaciones sobre las actividades profesionales y la información que se obtiene del usuario en
cualquier campo de la profesión, son una herramienta que puede ser retomada por el profesional en
diferentes momentos del servicio, ya sea para recapitular o clarificar los objetivos del servicio
profesional, o para sustentar la información que incluirá en los informes o conceptos que le son
solicitados. Es importante destacar que los datos que el psicólogo anota pueden limitarse a ser apuntes
personales que pueden ser útiles en un futuro, pero también algunos de ellos pueden convertirse en
información susceptible de ser compartida bajo características de reserva.
Para el psicólogo no es optativo llevar registro de sus actuaciones profesionales. El artículo 10 de la
Ley 1090, literal c, prescribe que es un deber y una obligación llevar registro en las historias clínicas y
demás acervos documentales de los casos que le son consultados. Se observa, por lo tanto, que la
obligación de registro de información es vinculante en todas las áreas de desempeño, previo
consentimiento informado.
La gran mayoría de estos registros son fuente de información a partir de la cual el profesional 11
escribe documentos o informes cuyas características dependerán del campo de trabajo del psicólogo y
de la actuación específica que se haya requerido con el usuario y que, dependiendo de las circunstancias,
tendrán lectores o destinatarios diferentes. Es un sentimiento común entre los psicólogos la falta de
claridad sobre qué tipo de información puede o no ser consignada en los documentos propios del
ejercicio profesional y qué tanto de esa información puede compartir con otros a partir los principios
éticos y las normas legales.
A partir de lo anterior se plantea como problema de este estudio el siguiente: ¿es posible identificar
los tipos, así como las formas de manejo y custodia de la información que emplean los psicólogos
colombianos en la elaboración de los documentos formales e informales, públicos y privados, en los
diferentes campos profesionales, a partir de referentes éticos, normativos y procedimentales?
Objetivo general
Identificar los tipos de registros, así como las formas de manejo y custodia de la información que
emplean los psicólogos colombianos en la elaboración de los documentos formales e informales,
públicos y privados, en los diferentes campos profesionales, a partir de referentes éticos, normativos y
procedimentales.

Objetivos específicos
1. Identificar los tipos de registros formales e informales que emplean los psicólogos en la
elaboración de documentos públicos y privados propios del ejercicio profesional.
2. Identificar el tipo de información que consignan en los documentos formales e informales,
públicos y privados, así como en los informes para terceros.
3. Identificar el seguimiento que hacen los psicólogos respecto a las disposiciones normativas
relacionadas con el registro, manejo y custodia de la información en su ejercicio profesional
4. Identificar los aspectos éticos que tienen en cuenta los psicólogos en Colombia en la toma de
decisiones respecto del registro, manejo y custodia de la información en el ejercicio profesional
12
5. Identificar las medidas técnicas y administrativas que tiene en cuenta el psicólogo para el
registro, manejo y custodia de la información en el ejercicio profesional
6. Identificar el tipo de información que incluye el psicólogo en los informes o conceptos dirigidos a
terceros
7. Identificar los criterios que tiene en cuenta el psicólogo cuando utiliza datos ilustrativos de sus
usuarios con fines didácticos, de comunicación o divulgación científica
Variables
Según el objetivo general propuesto, las variables que se tuvieron en cuenta fueron el referente del
ejercicio profesional, los referentes éticos, normativos y procedimentales de dicho ejercicio y los tópicos
registro, manejo y custodia de la información, incluidos en los 42 ítems de la encuesta diseñada para
este estudio, definidos como aparecen a continuación.
Referente del ejercicio profesional. Práctica de la psicología realizada a partir del cumplimiento de
los requisitos establecidos en el artículo 6 de la Ley 1090 de 2006, y llevada a cabo en los diferentes
contextos y escenarios en los que el conocimiento psicológico se aplica, fundamentada de forma
científica y disciplinar y bajo la metodología específica de cada campo.
Referentes éticos. Principios, valores, marco deontológico y normas morales sobre los cuales el
psicólogo fundamenta la justificación ética de su actuación para cumplir con el compromiso profesional y
tomar decisiones enmarcadas dentro del respeto de los derechos humanos y de la responsabilidad social
que se deriva de su título profesional.
Referentes normativos. Normatividad legal y disposiciones institucionales que sean
específicamente vinculantes para los psicólogos que ejerzan la profesión de manera independiente o en
instituciones públicas o privadas, tales como la Ley 1090 de 2006, Ley Estatutaria 1266 de 2008, Ley
Estatutaria 1581 de 2012 y las jurisprudencias.
Referentes procedimentales. Conjunto de actividades, protocolos o guías de trabajo que
determinan el paso a paso de la labor que desempeña el psicólogo para el cumplimiento del ejercicio
profesional en todos los campos de la Psicología.
Registro de información. Son las anotaciones sobre el ejercicio profesional realizadas durante el
proceso de atención psicológica a un usuario de sus servicios, previa aclaración de la libertad que tiene
de suministrar sus datos e información personales, y que el psicólogo obtiene a través de contenidos
consultados, grabaciones de audio y video, fotografías, etc. 13
Manejo de información. Uso de los datos psicosociales, así como la selección e inclusión de
información resultado del servicio psicológico prestado al usuario y consignada por el profesional en el
“Archivo profesional de atención psicológica” (denominado como Archivo de intervención psicológica en
la Doctrina No. 01 revisada y actualizada en febrero de 2016, p. 2.) o en los informes, conceptos o
certificados que emita sobre dicho usuario.
Custodia de información. Medidas técnicas, humanas y administrativas que toma el psicólogo en
todos los campos de desempeño para garantizar la seguridad de los documentos producto de la atención
al usuario y evitar su adulteración, pérdida, consulta, uso o acceso no autorizado o fraudulento.
Capítulo segundo
Consideraciones éticas para el ejercicio de la psicología

Responsabilidad, deliberación, prudencia


El concepto de responsabilidad, junto a sus variables o aplicaciones, tiene una larga tradición en la
filosofía. Se lo encuentra en el pensamiento clásico, ligado al problema de las virtudes en Aristóteles y la
reflexión sobre la justicia y la ciudadanía en el pensamiento de Platón. Es una parte fundamental en las
reflexiones de la cristiandad, así como de los trabajos construidos en el marco de las doctrinas
contractuales. De igual manera, es un tema relevante en aproximaciones que, más allá de la ética, tienen
que ver más bien con la discusión estético-política, esto es con el arte como herramienta o ejercicio de
responsabilidad política. Con motivo de las dos grandes guerras, la responsabilidad se convirtió en un
problema fundamental para la ciencia política y el derecho, esto a propósito de la imputación de
responsabilidades, no solo a nivel individual, sino también a nivel colectivo. En esta línea de pensamiento
resultan fundamentales los aportes realizados por filósofos como Jean Paul Sartre, Hannah Arendt y Karl
Jaspers, entre otros. Del lado de la filosofía de la acción y la filosofía del lenguaje, en su raigambre
14
analítica, también ha sido un concepto que ha estado en el centro de álgidos debates. En la modernidad,
sobre todo en la filosofía de Kant y la discusión determinismo/libre albedrío, constituyó una pieza clave
para pensar el problema del diálogo entre la metafísica y la ciencia.
La responsabilidad, de igual modo, ha estado presente en el pensamiento de tradiciones como la
inaugurada por la Escuela de Frankfurt, esto es, la teoría crítica de la sociedad que ya tiene tres
generaciones. Así mismo, hace parte de la reflexión de Foucault sobre el poder y los saberes. En el marco
de aproximaciones post-estructuralistas, sigue siendo un tema importante en filósofos como Gilles
Deleuze o Jacques Derrida. Uno de los mayores desarrollos se encuentra en la aproximación
fenomenológica de Emmanuel Lévinas, que se nutre, a su vez, de la mística judía, lo que habla de la
influencia de este concepto en las tradiciones religiosas. Entre los contemporáneos cabe destacar
pensadores como Peter Singer, de influencia utilitarista, que ha llevado este concepto, en los marcos de
la bioética, a pensar los límites que constituye, por ejemplo, el problema de la responsabilidad con las
otras especies. En el marco del giro institucional, el problema de la responsabilidad se ha enfrentado a
nuevos territorios como el constituido por las empresas dentro del capitalismo; en esta línea resultan
fundamentales trabajos como los realizados por Adela Cortina a propósito de la responsabilidad social
empresarial. De igual manera, no se pueden dejar de mencionar los avances hechos desde
aproximaciones feministas por autoras como Simone de Beauvoir, Luce Irigaray, Judith Butler, entre
otras.
Responsabilidad es un concepto sobre el cual se ha estado discutiendo por más de dos mil años,
hasta la actualidad, con gran esmero y productividad. Cientos, sino miles, son los autores que se quedan
por fuera de la lista esbozada y que, sin duda, forman parte importante del debate y tienen mucho para
decir. Dadas las condiciones, un estado del arte sobre el concepto no resulta una posibilidad sensata y es
que bien podrían dedicarse (y algunos lo hacen) tomos y tomos para analizar tan solo una visión del
concepto ligada a una época, a una de sus aplicaciones, o a un autor. De tal suerte, cualquier
aproximación que se realice necesariamente tendrá un sesgo doctrinal, o bien un interés particular que,
no hay duda, podría ser contra-argumentado por otra postura. Esta clarificación resulta importante
porque es un campo profundamente rico y complejo de discusión en el que las respuestas no están
dadas; antes bien, lo que se tienen son cada vez más dudas y preguntas.
No obstante, es necesario que el ejercicio sea productivo y clarificador. Con el objetivo de brindar
una aproximación al problema de la responsabilidad profesional, a continuación se realiza una lectura 15
del concepto de responsabilidad, nutrida, principalmente, por los trabajos de la tradición
fenomenológica existencial, sin desconocer otras tradiciones a fin de brindar un panorama amplio de la
discusión. El énfasis fenomenológico existencial no implica que las otras interpretaciones del problema
se encuentren erradas o que no puedan aportar. Todo lo contrario, se trata simplemente de una elección
que no es posible justificar con rigor en los marcos de este texto ya que ello supondría un diálogo
riguroso con otras tradiciones que, si bien es posible y necesario hacer, no es el propósito de este
escrito. En términos generales, lo que se puede decir es que se privilegia esta opción porque la lectura
que realiza esta tradición sobre el concepto de responsabilidad es compatible con algunas concepciones
que se comparten en el Colegio Colombiano de Psicólogos, como son el hecho de que la vida humana
tiene un valor al cual debe responderse con acciones concretas; el hecho de que, aun teniendo en cuenta
las fuerzas situaciones, las personas pueden elegir cómo actúan; y, fundamentalmente, la concepción
según la cual la responsabilidad no es algo que tan solo deba expresarse en el marco del ejercicio laboral
bajo el rótulo de responsabilidad profesional, sino que constituye un principio de acción que involucra el
grueso de la vida.
Imputación de la responsabilidad profesional
Una manera de acercarse al problema de la responsabilidad que ha hecho carrera, sobre todo en la
filosofía analítica, tiene que ver con la reflexión sobre las condiciones necesarias y suficientes para su
imputación. ¿Cuándo es posible declarar a un sujeto, un grupo o una institución responsable por algo?
En esta aproximación, aunque hay muchos detalles en la especialización de las posturas, se puede
señalar de forma general que la responsabilidad es posible adjudicarla a propósito de una acción, con lo
que se desplaza el énfasis de la reflexión a la pregunta; ¿a qué hechos se les puede considerar acciones?
La mayoría de las tesis confluyen en la afirmación según la cual una acción es un hecho cuyo fundamento
de determinación puede ser adjudicado a una conciencia intencional. En otras palabras y a propósito de
nuestro problema, lo que estamos diciendo es que es posible adjudicar responsabilidad sobre un hecho
cuando la causa del mismo son una serie de razones que expresan la voluntad o la intención de una
conciencia.
Pero, ¿cómo saber que un hecho es resultado de una conciencia intencionada? A este conocimiento,
lamentablemente, no es posible tener acceso en tercera persona pues nunca se pueden conocer con
certeza los estados mentales de los otros. Las personas siempre podrán decir “yo no tuve la intención de
16
realizar tal acto, fue un accidente”, "no tenía otra opción", o cosas por el estilo. No obstante, Elizabeth
Anscombe (1991) explica, en su célebre texto Intention, que se pueden hallar indicativos de la intención
en los discursos de las personas. Así, si frente a una pregunta del tipo ¿por qué X?, ¿por qué hiciste tal
cosa?, la persona aduce a causas mentales o bien ubica el evento dentro de un plan mayor "X para hacer
Y", entonces se puede afirmar que dicho evento es una acción sobre la cual es posible, en sentido
general, imputar responsabilidad.
Ahora bien, la afinación del discurso ha dicho que, a su vez, es necesario comprender que no
siempre el sujeto es la causa directa de un hecho y que ello no significa, empero, que no se lo pueda
considerar responsable. Tal es el caso de las omisiones; se trata de acciones que dejan de realizarse y por
cuya ausencia se desencadena un curso particular de sucesos. En tales situaciones, aunque la acción del
agente no es la causa eficiente tras el curso de acción, sí se considera que hay responsabilidad sobre la
base de un deber. Cuando se debe hacer algo y se deja de hacerlo, las consecuencias de esa omisión
remiten al sujeto de la acción aún si él no es el desencadenante de las consecuencias. Un acto por
omisión no deja de ser un acto y, en esa medida, no escapa a la responsabilidad. Cosa distinta son
aquellas situaciones en las que el agente no podía prever el curso de los hechos ni determinarlos, sino
apenas sufrirlos. Tal es el caso de los accidentes. En tales situaciones no hay intencionalidad y,
propiamente, no se puede decir que el agente es responsable.
Sin embargo, esto también tiene sus matices y es que muchas veces ocurre que se sufren accidentes
que, definitivamente, no se deseaban ni se realizaron intencionalmente, pero que, por acciones que sí
fueron intencionales, se desencadenaron. Así, del hombre despistado que prende un cigarrillo en una
gasolinera ocasionando un incendio no se puede decir, en propiedad, que ha intencionado el accidente,
pero tampoco que no es responsable. Detrás del incendio no hay una intención especialmente dirigida,
pero sí intenciones que, dirigidas a otras acciones, por falta de prudencia y previsión, desencadenan un
hecho de manera lateral. En este caso el hombre es claramente responsable, aun cuando el suceso sea
un accidente. No obstante, su responsabilidad es distinta de aquel que intencionalmente prende un
cigarrillo para provocar un incendio.
Esta tipología permite ver que dependiendo de las circunstancias varían los tipos de responsabilidad
que se tiene, aun cuando el suceso sea el mismo. Si bien no se puede establecer una guía última que
determine los grados de responsabilidad y las condiciones que deben darse para la imputación de cada
uno de estos, lo que sí se puede decir es que un mismo suceso no implica una misma responsabilidad, ya 17
que hay factores situacionales y de juicio que afectan la posibilidad y naturaleza de la imputación. No es
lo mismo que un hombre con educación universitaria asesine a otro, a que lo haga un hombre sin ningún
tipo de formación. Los dos son responsables, pero la responsabilidad no es la misma debido a que las
condiciones situacionales y las posibilidades de juicio difieren. Es menos aceptable el primer caso que el
segundo aun cuando los dos son censurables, pues se espera que el primero de los sujetos tenga una
visión de mundo más amplia que le permite ver otras posibilidades, que aquellas que ve una persona sin
educación ante el mismo problema. Así, es menos aceptable que un profesional incumpla los deberes
que tiene para con los otros a que lo haga un marginado de la sociedad, ya que al primero se lo ha
formado para dar cuenta de una serie de principios, mientras que al segundo se le han cerrado ese tipo
de posibilidades. Quien no sabe qué hacer y comete un error es responsable por su equívoco, pero quien
sabiendo lo que debe hacer deja de realizarlo, es aún más responsable por su equivocación.
De igual manera, a parte de las posibilidades de juicio, es necesario dar cuenta del problema de las
fuerzas situacionales para encarar el asunto de la responsabilidad. En esta línea no es posible dejar de
mencionar los análisis de Zimbardo (2008) y Milgram (2009), quienes ante el problema del mal se
preguntan cómo es posible que personas buenas, en ciertas circunstancias, realicen cosas malas. Lo que
muestran sus estudios es que dentro de las instituciones pueden desarrollarse situaciones en las que
operan ciertas fuerzas, reglas e ideologías que llevan a los individuos a dejar de preocuparse por el
contenido moral de sus actuaciones, mientras moralizan la labor y se entregan a un proceso de
autoengaño que diluye la responsabilidad de sus actos en los otros. Puede darse el caso, por ejemplo, del
militar que ejecuta una orden abiertamente injusta sin preguntarse si el contenido de la misma es
moralmente reprochable, sino deseando cumplir con su deber a la vez que piensa que él no es sino un
medio, una pieza en un engranaje, y que la verdadera responsabilidad sobre sus actos está en quien ha
proferido las órdenes que él, ciegamente, ha obedecido. Lo mismo puede ocurrir en todo tipo de
organizaciones, con cualquier tipo de funcionario. Se trata de un problema típico que ha sido
ampliamente analizado. Así, por ejemplo, en su texto Eichmann en Jerusalén, Hannah Arendt (2013)
muestra que este líder nazi no era un hombre particularmente malo, sino un burócrata que en el marco
de una estructura rígida terminó por cometer actos terribles sin comprender el alcance de sus acciones,
ya que las fuerzas situacionales anularon su capacidad para juzgar moralmente. Lo que no quiere decir,
empero, que no sea responsable, sino que las instituciones que lo crearon son aún más responsables.
En resumen, estos acercamientos permiten comprender que la responsabilidad es un problema que
18
está ligado a las acciones y que éstas son hechos intencionados por una conciencia. De igual modo, que
un acto por omisión también es un acto sobre el que se debe declarar responsabilidad a diferencia de los
accidentes que, exceptuando los que son el resultado de la imprudencia y el descuido, son sucesos
sufridos por los agentes sobre los que, propiamente hablando, no tiene mayor sentido imputar
responsabilidad. Así mismo, la responsabilidad debe ser concebida en la lógica de una escala, esto es, en
grados que dependiendo del carácter situacional y de las posibilidades de juicio de los agentes, se
adjudican de diferente modo. El concepto de agencia es amplio y no solo abarca a individuos, sino
también a grupos o instituciones.
Esta aproximación no debe perderse de vista, pero no se puede considerar como absoluta ya que
tras el análisis ha surgido una separación respecto de cualquier perspectiva normativa. La reflexión sobre
la responsabilidad en términos de su imputabilidad es muy provechosa y fundamental para el derecho y
la política, pero no dice mucho sobre la moral, a pesar de que siempre aparece en su trasfondo. Con este
enfoque se puede comprender cuándo es posible imputar responsabilidad y de qué grado sobre una
acción, pero no se tiene claridad sobre qué es, en sentido positivo, una acción responsable. Uno de los
autores que se dio cuenta de tal dificultad y que dedicó la mayor parte de su vida a esclarecer la relación
entre la filosofía de la acción, por un lado, y la filosofía moral y política, por el otro, fue Jean Paul Sartre.
Él, a propósito del problema de la libertad, terminó por construir todo un aparataje teórico y conceptual
conocido como existencialismo, que apuesta por un concepto de responsabilidad en sentido amplio y
cuyas conclusiones son similares a las de la ética kantiana, pero a través de un camino diferente.

Acción responsable. Si se sabe cuándo imputar responsabilidad por una acción, pero no qué es una
acción responsable, se está muy lejos de poder plantear un ideal normativo para el ejercicio de una
profesión o, en términos más generales, para la vida misma. Para Sartre, no es posible pensar el
problema de la acción y de la responsabilidad sin pensar, a su vez, el problema de la moral, esto es, el
problema de las relaciones con los otros a propósito del sufrimiento. Su filosofía, que está fuertemente
influenciada por la ontología heideggeriana, puede leerse como una respuesta a las condiciones propias
de la guerra, el sufrimiento y la muerte. Para el autor, lo ocurrido durante las dos grandes guerras, en
especial durante la Segunda, hace necesario que la manera en que se venía comprendiendo el mundo,
las relaciones con los otros y a nosotros mismos, sea modificada, debido a que han sido los antiguos
valores los que, sumados a condiciones estructurales y a propósito de ciertas coyunturas políticas, han 19
llevado a la más terrible destrucción que halló su máxima expresión en el campo de concentración de
Auschwitz. Esta misma idea será propuesta por la primera generación de la teoría crítica de la Escuela de
Frankfurt, principalmente por Theodor Adorno y Max Horkheimer (2007).
Para este grupo de pensadores, los grandes eventos de violencia no son censurables por razones
cuantitativas, ya que el hecho de que sean millones los asesinatos o uno no cambia la naturaleza del
juicio. El problema ante tales eventos es que son injustos y llevan al sufrimiento que no solo tiene que
ver con el daño físico, con la imposición de la muerte en sentido biológico, sino también con los daños
psíquicos y la imposición de la muerte en sentido social. Con el objetivo de hacer frente a este tipo de
situaciones que, la verdad sea dicha, siguen siendo cotidianas, se propone repensar la manera en que
nos comprendemos y apostar por el desarrollo de un concepto de responsabilidad en sentido amplio que
dé cuenta de los deberes que se tienen para con los otros y que han de expresarse, a través de
conductas muy concretas, en el grueso de las acciones profesionales.
Para Sartre, lo más básico de nuestra existencia y aquello que es la clave para caracterizar lo que
somos es el hecho de que somos libres. Pero libertad no quiere decir que se pueda realizar todo lo que
se quiera, tal es un concepto romántico de libertad; se trata, más bien, de la noción según la cual
siempre resulta posible actuar de otro modo. Con esta definición del ser del hombre, Sartre rechaza de
tajo las metafísicas de la historia y el determinismo, esto es, las ideas según las cuales la historia no es
sino la manifestación de un plan, y las acciones un curso necesario en la consecución de tal destino. Para
Sartre no hay una esencia que anteceda a la existencia del hombre y que determine lo que este ha de
ser. Para el autor, el hombre empieza por ser nada y solamente, como resultado de sus acciones, ha de
ser algo. Eso quiere decir que la existencia precede a la esencia y que somos lo que hacemos. En otras
palabras, que no es posible acudir a excusas para explicar los actos propios y dejar de lado la asunción de
responsabilidades, ya que al ser libres cada uno es quien elige el sentido de sus acciones.
Por supuesto, eso no quiere decir que Sartre sea un pensador ingenuo que niegue la influencia de
las fuerzas situacionales en las decisiones. Todo lo contrario, él afirma que se nace en el interior de una
historia que no es la nuestra y que guía las posibilidades personales hacia ciertos territorios. El punto
está, más bien, en comprender que el hecho de que existan situaciones estructurales que imponen retos
e ideales particulares de acción, no significa que se está condenado a seguir un curso particular de actos.
Para Sartre quien afirma que ha realizado algo porque ha sido llevado a ello sin la posibilidad de
resistirse, es una persona de mala fe que trata de negar su libertad con el propósito de no asumir la
20
responsabilidad que implican sus actos. Es importante notar que para Sartre toda acción es, por
definición, intencional, pero que no es de esta condición de donde se deriva la responsabilidad; para el
autor, las personas son responsables de sus actos, no porque sean el fruto de una intencionalidad, sino
porque son seres libres, es decir porque siempre se tiene la oportunidad de actuar de otro modo. Tal
aclaración resulta importante pues existen doctrinas deterministas que aceptan la intencionalidad pero,
en tales casos, esta aparece como una ilusión de los agentes. Para Sartre, por el contrario, la
intencionalidad no es sino el medio por el que se manifiesta una originaria libertad, que es el verdadero
fundamento de determinación del actuar.
Sartre señala que no hay duda sobre el peso que imponen las situaciones sobre un agente, pero que
no es posible afirmar que tal peso sea como una condena ya que, si bien, tal como ha expresado
Foucault (2012), somos sujetos constituidos por fuerzas que nos exceden, somos lo que hacemos con
aquello que han hecho de nosotros. Esta manera de comprender el problema de la existencia hace que
sobre el hombre se asiente todo el peso de la responsabilidad por lo que es, y esto tiene por
consecuencia que a las personas se les exige un compromiso que, no obstante, traspasa la individualidad
y se dirige hacia la totalidad de los seres. Para Sartre, si lo que nos define es el hecho de que somos
libres, entonces la acción más coherente respecto de lo que somos es el cuidado y potenciación de
nuestras libertades en el marco de la cotidianidad. La libertad no puede más que quererse a sí misma,
comentaba Sartre, por lo cual es necesario que las personas trabajen en la identificación de aquellas
prácticas y creencias que la niegan.
Ahora bien, podría pensarse que el existencialismo es una doctrina egoísta que apuesta por el
desarrollo de la propia libertad. Sin embargo, hay que comprender que, por el contrario y en adopción
de la reflexión hegeliana, Sartre sostiene que lo que está en la base de las posibilidades de realización de
nuestro ser es el reconocimiento que se le da a las pretensiones de los otros, por lo tanto, no es posible
luchar por la propia libertad si no se lucha, a la vez, por la libertad de los otros. Es necesario aclarar que
el otro no está definido por condiciones de simpatía, sino dentro de una estructura empática: el otro es
cualquiera. En el primer caso, se trata de un compromiso que está fundado sobre la base de la
afectividad, allí la solidaridad tiene lugar respecto de aquellos con los cuales me siento identificado o
tengo un vínculo. Por su parte, el compromiso empático depende de la capacidad que se tiene para
comprender la situación del otro: cuido y ayudo al prójimo porque soy capaz de ponerme en su lugar y
no, tan solo, porque me siento identificado con él. Así las cosas, en una teoría empática la solidaridad 21
tiene lugar, incluso, con aquel respecto del cual nos sentimos completamente distanciados. Si la apuesta
por un compromiso recíproco fuese de carácter simpático, se caería en la lógica del amigo-enemigo, en
la cual solamente se está dispuestos a responder al llamado de aquellos que son como nosotros,
mientras que el otro resultaría excluido de nuestra consideración.
En su texto El ser y la nada, Sartre (2008) retoma la reflexión de Hegel (2006) a propósito de la
dialéctica del amo y el esclavo, con el objetivo de clarificar la naturaleza de las relaciones que se
mantienen con el prójimo. Según el autor, lo propio de las relaciones es la dominación y violencia que
resulta ante el deseo de reconocimiento. Para Hegel, el mayor deseo de una conciencia es ser conciencia
de sí, esto es, poder ratificarse como un yo para lo que, en las relaciones, se requiere del reconocimiento
de los otros. La conciencia desea el deseo del prójimo y, para conseguirlo, suele establecerse como
positividad que niega por vía de la dominación, al otro del cual desea reconocimiento. No obstante, dado
que la otra conciencia también es una conciencia deseante que persigue el reconocimiento, allí surge la
lucha.
Para Hegel, esa lucha es una lucha a muerte, en la que cada una de las conciencias quiere imponerse
sobre la otra. En la contienda, sin embargo, debido a que siempre hay alguien más poderoso, el más
débil, si no desea morir, termina por ceder su deseo de reconocimiento y se entrega al poder del más
fuerte, con lo cual se instaura una dialéctica del amo y el esclavo. Ahora bien, el hecho de que el esclavo
ceda su deseo de reconocimiento no quiere decir que lo elimine, por lo cual la lucha continúa (aunque de
manera soterrada) hasta que éste termina por imponerse sobre su amo. En ese movimiento dialéctico
Marx (2004) ha visto el motor de la historia, para él esta es una encarnizada batalla en la cual a lo largo
del tiempo, amos y esclavos riñen por ser reconocidos, lo cual, más que un deseo narcisista, es una
cuestión vital: la gente ha ido a la guerra a lo largo del tiempo para que otras personas reconozcan sus
pretensiones vitales, económicas y políticas.
Lo que retoma Sartre de Hegel es la afirmación según la cual tal dialéctica no solo permite
comprender los grandes movimientos de la historia, sino también las relaciones más cotidianas. Para el
autor, lo que caracteriza las relaciones con los otros es la lucha por el reconocimiento en la que una
conciencia termina por imponerse sobre la otra, pero nunca de manera absoluta (a menos de que la
asesine), porque para el sometido siempre existe la posibilidad de la reivindicación. Sartre muestra, por
ejemplo, que en las sociedades capitalistas la mayor parte de las relaciones afectivas y eróticas
funcionan de tal modo. La pareja no es más que una lucha en la que uno termina por dominar al otro e
22
imponerle su voluntad; esa misma conclusión será ratificada por los estudios feministas que explican
cómo, a lo largo de la historia, pero sobre todo en el marco de las sociedades modernas posindustriales,
la relación entre los géneros se ha caracterizado por la dominación de la masculinidad respecto del otro
femenino. Lo que no quiere decir, sin embargo, que esta sea una situación legítima, natural o deseable;
todo lo contrario, es el resultado de juegos de poder injustos tras la persecución de intereses
particulares. Para Sartre, este tipo de relaciones están condenadas al fracaso pues, suponen, del lado de
una de las conciencias, la anulación de lo que el otro es. En tanto que las relaciones estén fundadas
sobre la dominación de una de las partes, estas siempre devendrán guerra, por lo cual es necesario
encontrar otra guía normativa para nuestras relaciones. En el caso de Hegel y de Sartre, las tesis apuntan
al desarrollo de relaciones fundadas sobre el reconocimiento recíproco. En particular, para Sartre, esto
quiere decir el reconocimiento de la mutua y originaria libertad. Según el autor, con la asunción de un tal
compromiso existencial se puede dejar de lado la guerra, la muerte y el sufrimiento, y encaminarnos
hacia el desarrollo de sociedades pluralistas, en las que los conflictos no se resuelven con la violencia,
sino por vía del diálogo. Para Sartre, justo allí es donde reside la responsabilidad; en otras palabras, una
acción responsable es aquella que cuida y reconoce la libertad del prójimo mientras rechaza los
ejercicios de dominación y violencia.
Concentrémonos ahora en esas dos nociones. ¿Qué se entiende por reconocimiento? ¿Qué se
entiende por cuidado? Esta última noción, lamentablemente, ha sido entendida como la imposición de
un límite. En ciertos contextos, se piensa que el cuidado tiene que ver con la creación de una barrera
entre el sujeto y aquello que puede dañarlo. El problema de tal noción es que es de carácter paternalista
y, lejos de permitirle al sujeto superar y combatir aquello que lo pone en cuestión, termina por reducirlo
a la vulnerabilidad y al miedo. El cuidado, desde la óptica de Sartre (como se citó en Rubiano, 2016),
tiene que ver más bien con la potenciación y entrega de todos los elementos necesarios para que los
sujetos puedan enfrentarse a sus problemas de manera autónoma y segura. Cuidar a alguien no es
imponerle un tratamiento para hacer frente a una dificultad, sino entregarle todos los elementos de
juicio para que la persona pueda tomar la decisión que considere más conveniente. Cuidar nunca puede
ser limitar la libertad, sino potenciarla con los elementos de juicio adecuados.
El cuidado es un deber que se manifiesta en acciones que pueden llamarse responsables. En tanto
que compromiso, posee un carácter bidireccional irreductible: cuidado de sí y cuidado de los otros. El 23
territorio de su ejercicio, de igual modo, debe ser comprendido en un sentido amplio. Hay que verse y
ver a los otros como unidades bio-psico-sociales, lo que supone no solo el cuidado de la mente y el
cuerpo sino también de las tradiciones, los valores, la cultura, intereses y deseos. Si se dice que el
cuidado tiene que ver con la entrega, a sí mismo y a los otros, de los elementos necesarios para el
ejercicio de la libertad, se habla, entonces, de bienes que remiten a las condiciones materiales sobre las
cuales es posible agenciarse y, a su vez, de criterios y contenidos proposicionales que permitan el
desarrollo del juicio. En otras palabras, una acción responsable se caracteriza por el ejercicio de un
cuidado que significa la garantía de condiciones materiales sobre las que tienen lugar las acciones y la
entrega, construcción y reflexión sobre contenidos conceptuales que permiten dimensionar de forma
adecuada los problemas, de suerte que se puedan tomar las mejores decisiones.
En cuanto al reconocimiento, de lo que se habla es de la aceptación y potenciación de las
aspiraciones legítimas de los agentes. En este caso, y con miras al desarrollo de un pluralismo, el criterio
de legitimidad es de carácter lógico y se entiende como razonabilidad. Se debe potenciar toda posición y
divergencia cuyas consecuencias no sean la eliminación de otros discursos o la limitación de la libertad;
esto es, cualquier doctrina o situación que, escudada en la libertad, realmente sea un atentado contra la
misma. Respecto de tales situaciones, el compromiso con la libertad supone el ejercicio de la crítica a
propósito de todas aquellas condiciones materiales o discursos que limiten la libertad, generen violencia
o dominación, con el objetivo de encontrar las causas que las generan y poder modificarlas. El
reconocimiento del otro no quiere decir que yo sea responsable por lo que el otro es, pero sí que yo soy
responsable de dejarlo ser tal y como él se quiera, en el marco de la razonabilidad. Esta responsabilidad
existencial deriva de la libertad y del deseo de llevar una vida que no sea violenta y condenada al fracaso.
En sentido político, este compromiso implica que se debe trabajar, en todos los aspectos de nuestra vida,
por crear relaciones de justicia e instituciones que promuevan una sociedad que acepte la otredad.
Este trabajo, es importante recordar, empieza en nosotros y tiene que ver, ante todo, con la crítica
sobre los prejuicios que se tienen respecto de los otros y que no permiten ver sus necesidades, ni
escuchar sus llamados. La responsabilidad se logra cuando se aprende a reconocer al otro en los propios
juicios y a cuidarlo con actos, lo que, no obstante, supone en primera medida que cada quien se cuida y
se reconoce a sí mismo, ya que nunca será posible asumir el compromiso con los demás si no se ha
asumido el compromiso personal. Ahora bien, no es posible determinar de forma última las acciones
concretas que deben realizarse para cumplir este objetivo. Es necesario que cada cual, a propósito de
24
contextos muy concretos y de forma prudente, identifique cuál es el mejor curso de acción. Antes de
indagar cómo puede darse un tal desarrollo en la psicología bajo la forma de la responsabilidad
profesional, que no es sino una expresión de la responsabilidad existencial que se juega en todos los
contextos y relaciones, se ahondará en la noción de respuesta ante los llamados del otro.

Responderle al otro. Para Emmanuel Lévinas (2012), desde una postura similar a la de Sartre pero
con fundamentos diferentes, la responsabilidad debe ser entendida de forma amplia como una
respuesta ante los llamados del otro. Responsabilizarse es responder a los llamados que realiza el otro.
Para este autor, lo propio de los totalitarismos que desencantaron el mundo fue la imposición de un
"No" frente a los llamados del prójimo. En respuesta a tales situaciones, él apuesta por el desarrollo de
un "Sí". Según Emmanuel Lévinas, el otro todo el tiempo está llamando para que ser acogido, para que
se desarrolle una política de la hospitalidad en la que lo que se le dé al otro no sea resultado, como en
las relaciones guiadas por el capitalismo, de lo que el otro puede dar a cambio, sino de su necesidad.
Según el autor, el llamado del otro es algo que trasciende la intencionalidad del lenguaje y se ubica de
lado de la presencia en el rostro. El otro les habla sin palabras, les habla con su sola presencia y es esta el
lugar de donde emerge la demanda por el reconocimiento. Para Lévinas, la ética no es otra cosa que
brindar una respuesta al llamado del otro antes de que éste, con palabras, realice cualquier pedido. La
ética es un "Sí" incondicionado anterior a toda pregunta, una respuesta, una responsabilidad, anterior a
todo cuestionamiento.
La muerte aparece como la desaparición de toda respuesta. Es una no-respuesta del otro, del que
muere, ante los llamados de los otros. Un silencio al que solo resta decirle adiós. Con la muerte del otro
muere, de cierta manera, una parte de nosotros: aquella que le hablaba a aquel que ya no está, aquella
que era acogida por el otro. La muerte del otro es una muerte en nosotros. Imposibilidad de acoger la
voz tras la muerte, imposibilidad de la complicidad, la mirada, el cara-a-cara. Y, sin embargo, apertura al
recuerdo, a escuchar la voz en el silencio. Apertura y necesidad de la memoria. Cara-a-cara espectral.
Esta muerte última no es, sin embargo, la única muerte posible. Hay otras muertes que no son la muerte
física pero que comparten con esta los signos de aquel que nos deja: un dar la espalda, un cerrar los ojos,
un negar la escucha. Quien, ante otro, cuya presencia ya es llamado, ya es súplica antes de la súplica;
quien ante tal otro da la espalda, niega la mirada o su atención, quien niega la hospitalidad al otro que
no da espera, lo asesina. El no reconocimiento de la voz del otro, de su infinitud, es un ultraje igual de 25
doloroso e irreparable que la muerte de aquel que nos dice, y a quien le decimos adiós (A-Dios, agrega
Lévinas).
Para Lévinas, el otro es una prohibición. El mostrarse de su infinitud, de su misterio, es una
prohibición de totalizar el infinito o de develar el misterio. La exposición de su fragilidad, de su
violabilidad es también, y principalmente, una prohibición al daño y a la violación. El otro que se me
muestra es lo violable inviolable. Tal prohibición, que Lévinas hace explícita en el “no me matarás”, es lo
que el rostro indefenso proclama. La promulgación que el otro hace de sí, su entrega ante la posible
violación que puede ejercerle el sí de mi rostro, guarda la esperanza de ser reconocida como radical
separación. El rostro del otro siempre es esperanza y mi rostro, para el otro, siempre es promesa.
Esperanza de ser reconocido, promesa de reconocimiento. A la realización positiva de tales apuestas es a
lo que abre la hospitalidad. El otro se me confía y de ahí en adelante he de responder por él, he de
asumir la responsabilidad bajo la forma de la hospitalidad, esto es, una acogida incondicional, el sí frente
a sus necesidades.
La acogida, la hospitalidad (la buena) no es un dar ante la petición del otro, es un sí para con el
rostro del otro anterior a toda petición. La acogida es una respuesta anterior a toda pregunta. Un sí que
precede al sí del otro (a su darse) y que, por tanto, no depende de éste. Es un gesto incondicionado
incluso ante el no del otro. Un acontecimiento que se promete y que siempre es promesa cumplida. El
contenido de tal sí, de tal promesa, es la apertura de sí. Un recibir (dar como recibir) que acoge y abre el
en-casa, la morada. Un sí como recibir, como acogida de la idea de la infinitud del otro. Un sí, una
respuesta que se opone al no, a la no-respuesta de la muerte, a la no-respuesta que genera las otras
muertes que no son la muerte física.
La acogida suele desencadenar un poder que ejerce el anfitrión sobre el huésped. Se trata de una
violencia que pone al otro en condición de dependencia: relación que funciona bajo la dialéctica del amo
y el esclavo. Las causas de ello no pueden señalarse de manera categórica, pero lo que sí es enunciable
es que para tal hospitalidad el otro siempre es un medio, en primera instancia, para la consolidación del
propio poder. La hospitalidad, así entendida, es un ejercicio de soberanía: se acoge al otro mientras se lo
domina para consolidar el poder en el marco del territorio (Esclavitud, Paternalismo, Celos).
Esta violencia en el acto del dar, esta violencia como don, se da también en la palabra. Y es que todo
acto de habla posee una fuerza ilocucionaria creadora de realidades. No solo Dios crea con la palabra,
también (tan solo) lo hacen los hombres. La diferencia es que la palabra de Dios es apertura, mientras
26
que el discurso humano es clausura. Cuando se nombra, no solo se adjudica un término para identificar
lo otro, o al otro, sino que con la palabra lo insertamos en un marco de posibilidad. El hombre al que se
le llama esclavo ya no será libre. El hombre sin nombre, por su parte, no será reconocido. He ahí una
cuestión fundamental: la necesidad de la palabra para el reconocimiento y, sin embargo, su inherente
violencia. ¿Cómo acoger, entonces, al otro? ¿Sin palabras? En primera instancia sí, sin palabras. Una
acogida que es ante todo escucha; un abrir la puerta que no es pasividad: tener la idea de la infinitud del
valor del otro. Pero también con palabras, con el lenguaje de la amistad, de la prudencia, de la
complicidad, un decir que sea el de una violencia económica: un hablar que no deje víctimas ni
victimarios. Palabra, lenguaje, que no ejerce sino que libera de todo poder. Acto que no es ejercicio de
soberanía sino de reconocimiento.
¿Ocurre lo mismo con el victimario? Quien niega el rostro del otro ¿no pierde el suyo? ¿Hay
humanidad en quien niega la humanidad del otro? Sí, aunque en ciertas ocasiones (enceguecidos por el
dolor y el deseo de venganza) no se quiera aceptarlo. La solidaridad absoluta (de ser en realidad absoluta
como la quieren Lévinas o Sartre) debe ejercerse incluso con el victimario. Es en tales lugares donde la
solidaridad no parece posible donde tiene sentido ejercerla; esto, empero, no se puede exigir: se trata de
una decisión personalísima, comunicable pero intrasmisible. Se piensa (y es comprensible hacerlo) que la
solidaridad con el victimario es una nueva afrenta contra el rostro de la víctima; pero el no
reconocimiento de la infinitud de aquel que no reconoce las otras infinitudes es de la misma naturaleza
que el no reconocimiento que el victimario ejerce. Tal es, por ejemplo, la paradoja de la pena de muerte.
Pero, ¿cómo asumir la responsabilidad en el marco de las instituciones?
La relación entre una ética de la hospitalidad y una jurisprudencia debe ser pensada con precaución.
¿Puede la ética fundamentar un derecho o política de la hospitalidad? ¿Ello solo será posible si la ética
puede hacer frente al problema del tercero (justicia)? ¿La entrega al otro (relación de exclusividad)
puede transformarse, bajo la figura de la ley y la institucionalidad, en relación de inclusividad para con
todo otro en un espacio social, nacional o internacional? El otro nos seduce y con su rostro nos rapta,
nos llama hacia el Yo-Tú, y a la fidelidad absoluta (incondicionada) como condición de una tal relación de
reconocimiento y distancia infinita. Esa relación amigable y hospitalaria es bendición angustiante, ya que
siempre existe la posibilidad de la separación. Sentir desgarrador que genera la muerte, temor del corte,
pánico del fin. Angustia que no es tan solo angustia de la muerte del otro, sino también de la muerte de
la relación Yo-Tú ante la posibilidad de un tercero: él o ella que, como el tú, a su vez demanda atención y 27
no da espera. Temor del adiós que, sin embargo, es propio de toda relación con el otro.
En toda relación con otro (un tú) aparece siempre otro que, como el tú, demanda mi atención,
demanda mi escucha, el reconocimiento de su infinitud y, al igual que el tú, no da espera. La relación Yo-
Tú, empero, para ser exitosa, para ser incondicionada supone (por principio) la exclusión de cualquier
tercero. En otras palabras, la acogida, la lucha contra la violencia, es siempre una violencia con el tercero
en virtud de la exclusividad de la relación. Ante esta afrenta, el rostro del tercero pregunta “¿Por qué
ustedes sí y yo no?”. Y ante esa pregunta no se puede ofrecer una respuesta que sea justa. La
comparación entre el tú y el tercero no lo resuelve pues no hay manera de comparar dos infinitudes. La
exclusividad siempre es una injusticia. La justicia, por el contrario, es aquella que hace del tú cualquier
otro. Ante la demanda del tercero nace la cuestión de la justicia. ¿A quién he de dar mi atención, mi
escucha, mi acogida? ¿Al tú y al tercero, es ello posible?
El tercero siempre es límite de la relación Yo-Tú, límite de la responsabilidad que se tiene por el
otro. Mi responsabilidad por el otro encuentra su límite donde el tercero aparece reclamando que me
haga responsable de sí (de él). El tercero amenaza la relación, su presencia es el fin del cara-a-cara con el
otro, es la apertura al duelo entre las singularidades. Es con el tercero, explica Derrida (1998), que se da
el salto (que se hace necesario el salto) de la responsabilidad ética a la responsabilidad jurídica y política,
pues para tal compromiso el cara-a-cara de la ética se queda corto. Es allí, ante las demandas del tercero,
donde el compromiso ha de devenir institucional mientras que la responsabilidad existencial, para crecer
en su alcance, ha de expresarse bajo la forma de responsabilidad profesional en organizaciones
socialmente comprometidas.

Deontología de la responsabilidad profesional


Luego de pensar a fondo el problema de la responsabilidad, a propósito de la cuestión de su
imputación, así como lo que puede constituir un acto responsable y tras haber señalado que lo que está
en juego con ello es la asunción de un deber, de un compromiso, respecto de los otros y de nosotros
mismos, anterior a todo cuestionamiento y según el cual hemos de responder con cuidado y
reconocimiento, nos ocuparemos a continuación a mirar cómo, en el interior de la profesión de la
psicología, puede hacerse justicia a la idea de la responsabilidad a través del cumplimiento de las guías y
normativas que regulan la profesión. Interesa, ante todo, ahondar en el problema de la toma de
decisiones a través de la reflexión sobre la deliberación y la prudencia, lo que no significa que no existan
28
muchos más caminos para el ejercicio de esta responsabilidad, pero, dado que en términos generales
todas esas disposiciones tienen que ver con la toma de decisiones, se ha decidido concentrar la discusión
en tal sentido.
La responsabilidad del psicólogo es un punto central de su quehacer profesional, no solamente
cuando está frente al usuario, sino también cuando debe tomar decisiones en el curso del servicio
profesional que presta, incluido el momento en el cual debe hacer uso de la información y de los datos
que este le ha brindado, ya sea directamente a través de la comunicación verbal o a través de la
respuesta a pruebas o instrumentos psicológicos de evaluación o intervención. Gran parte del quehacer
del psicólogo se centra en registrar información y en elaborar informes o conceptos, razón por la que el
contenido de estos documentos es un objeto de cuidado. Lo que se escriba en documentos públicos o
privados impactará y podrá tener consecuencias positivas o negativas para el usuario. Es por esto que el
registro de información hace parte de la amplia lista de responsabilidades profesionales del psicólogo.
La responsabilidad profesional no solamente la exigen las normas legales y los principios éticos que
enmarcan la labor del psicólogo, sino que también hace parte del imaginario que tiene la sociedad sobre
la labor que lo hace idóneo como un profesional de servicio o ayuda ante quien los usuarios revelan
intimidades como no lo harían ante nadie más. Se espera de estos profesionales un nivel alto de
conocimiento, actualización, integridad y autorregulación de su conducta. Esta labor social de los
profesionales en general la reconoce Janeth Hernández (como se citó en Garcés y Giraldo, 2013) al
señalar que “la finalidad del trabajo profesional es el bien común. Toda persona al ejercer su profesión,
además de contar con los conocimientos necesarios de su campo, debe contar con valores morales que
tienen como finalidad buscar y tratar de garantizar el bien común” (p. 166-167).
La Ley 1090 de 2006 determina en su artículo segundo los principios universales que rigen el
ejercicio profesional del psicólogo. El primero de ellos es el Principio de Responsabilidad. Incluye dentro
de él tres compromisos centrales: el desempeño dentro de los más altos estándares profesionales, lo
que a su vez implica poner todo el empeño en llevar a cabo acciones que aseguren que sus servicios sean
usados de forma correcta, y la aceptación de las consecuencias de sus actos profesionales. La
responsabilidad supone reflexión, deliberación juiciosa y anticipada sobre las decisiones profesionales,
sus consecuencias, las competencias para la labor que se va a llevar a cabo en cada momento, lo que
implica el compromiso adquirido con el usuario, la comunidad y la sociedad a partir del momento de
obtener el título profesional. No se jura en vano en la ceremonia de grado. Ese juramento conlleva una 29
obligación, un deber que se debe respetar y tener siempre presente. Los artículos 10 y 11 de la Ley 1090
complementan este principio al dar claridad sobre las obligaciones y prohibiciones para el psicólogo. No
tener suficientemente en cuenta estos componentes inherentes a la responsabilidad ha llevado a que,
entre el 2008 y el 2016, las sanciones impuestas en los Tribunales Deontológicos de Psicología en
Colombia hayan sido principalmente por faltas a este principio.
Siendo coherentes con la primacía de la Responsabilidad, el Acuerdo No. 15 (2016) de los Tribunales
de Psicología destaca en este Manual Deontológico la Responsabilidad como el principio ético
fundamental, rector de los principios que a continuación desglosa empleando un modelo de
“principialismo jerarquizado” (p. 7) que comprende los principios relacionados con los derechos y la
obligatoriedad moral (principio de No Maleficencia y de Justicia) y con el libre desarrollo de la
personalidad y la elección ética (Beneficencia y Autonomía); cada uno de estos principios a su vez cuenta
con principios subsidiarios como la integridad, la solidaridad, la igualdad, la veracidad y el respeto, entre
otros.
Un documento complementario del Manual Deontológico es el de Rojas (2016) sobre Ética y
ejercicio de la Psicología en Colombia que, al explicar ampliamente el Principio de Responsabilidad, deja
en claro que la asunción de una responsabilidad “traspasa el ámbito de las propias acciones. Ser
verdaderamente responsable, reconocer la dignidad del otro, no significa hacerse cargo, tan solo, de las
consecuencias de nuestros actos, sino hacer que nuestros actos expresen el cuidado y reconocimiento
del prójimo” (p.27). Esto hace que el Principio de Responsabilidad sea de hecho un eje articulador de
cualquier decisión moral y esté directamente conectado con los principios de Beneficencia, Justicia y
Autonomía.
Más allá del entorno nacional se encuentra que es frecuente que los códigos de ética del psicólogo
incluyan el Principio de Responsabilidad. El Metacódigo Europeo (2001) incluye la responsabilidad como
el tercero de los cuatro principios éticos pero resalta la interrelación permanente de dichos principios.
Hace explícito que “los psicólogos serán conscientes de las responsabilidades profesionales y científicas
de cara a sus clientes, a la comunidad y a la sociedad en la que trabajan y viven. Evitarán producir daños,
serán responsables de sus propias acciones y se asegurarán, en la medida de lo posible, de que sus
servicios no sean mal utilizados” (p 2.). Este Principio comprende 6 elementos, a saber: a)
Responsabilidad general, relacionada con la prestación de servicios de calidad y la obligación de asumir
las consecuencias de sus acciones, b) Promoción de altos niveles, lo cual llama a mantener un alto nivel
30
de actividad científica y profesional de acuerdo con el Código Ético, c) Evitación de daños, para obligar al
uso inapropiado de los conocimientos o de las prácticas psicológicas y minimizar el daño previsible e
inevitable, d) Continuidad de la atención, que comprende a su vez dos deberes: prestar la atención
profesional que requieran sus usuarios de manera continua, llevar a cabo acciones apropiadas cuando se
deba suspender o terminar la prestación de un servicio profesional, y colaborar con otros profesionales.
El segundo deber incluido en este punto es el cuidado “hacia los clientes después de la terminación
formal de la relación profesional en el caso de que en contactos posteriores se aborden temas que se
deriven de la relación profesional original” (p. 5), e) Responsabilidad extendida; la responsabilidad no se
limita a la actuación científica y profesional directa del profesional, incluye el seguimiento de las normas
éticas por parte de los colaboradores, sean estos empleados, ayudantes, supervisados o estudiantes, f)
Resolución de dilemas o problemas éticos siguiendo modelos diseñados para ello o consultando con otros
colegas y/o asociaciones profesionales; también está aquí la obligación de dar a conocer a otras personas
o entidades relevantes sobre las exigencias del Código Ético como el marco en el cual cimentará el
psicólogo su actuación profesional. Estos amplios componentes de la responsabilidad dejan claro que
son deberes de los psicólogos la actualización permanente de los conocimientos, así como “la
divulgación tanto de las debilidades y limitaciones de los métodos aplicados, como de los
procedimientos y tratamientos que resulten adecuados para el cliente” (Lang, 2009, p. 2).
La Declaración Universal de Principios Éticos para Psicólogos (2008), en su cuarto principio llama la
atención sobre las “Funciones de la psicología como disciplina en el contexto de la sociedad humana”:
Como una ciencia y una profesión, la psicología tiene responsabilidades para con la
sociedad. Estas responsabilidades incluyen contribuir al conocimiento sobre el comportamiento
humano y al entendimiento del conocimiento que las personas tienen de sí mismos y de los
demás, y el uso de esos conocimientos para mejorar la condición de las personas, familias,
grupos, comunidades y la sociedad. También incluye la realización de sus asuntos dentro de la
sociedad, de acuerdo con los más altos estándares éticos, y el fomento del desarrollo de las
estructuras sociales y políticas que beneficien a todas las personas y los pueblos (p. 6).

La American Psychological Association (APA) (2010), en su documento de Principios Éticos de los


Psicólogos y Código de Conducta, ubica como Principio General B el de Fidelidad y Responsabilidad.
Respecto de ellos señala que:
Los psicólogos establecen relaciones de confianza con aquellos con quienes trabajan. Son
conscientes de sus responsabilidades profesionales y científicas con la sociedad y las 31
comunidades específicas donde interactúan. Los psicólogos apoyan las normas de conducta
profesional, determinan sus roles y obligaciones profesionales, aceptan la adecuada
responsabilidad por sus acciones y procuran manejar los conflictos de intereses que puedan
llevar a explotación o daño. Los psicólogos consultan con, se dirigen a, o cooperan con otros
profesionales e instituciones según sea necesario para servir a los mejores intereses de
aquellos con quienes trabajan. Se preocupan por el cumplimiento ético de las conductas
científicas y profesionales de sus colegas. Los psicólogos se esfuerzan por aportar unas partes
de su dedicación profesional a cambio de una compensación o beneficio personal muy bajas o
nulas (p.3).

El Código Australiano de Ética para psicólogos – APS (2007), en su Principio B, Propriety, resalta en
toda su explicación la necesidad de proporcionar servicios psicológicos que beneficien y no produzcan
daño, ejerciendo la profesión dentro de los límites de la competencia y del marco de las reglas legales,
profesionales, éticas y organizacionales, anticipando las consecuencias de sus acciones y asumiendo la
responsabilidad de sus decisiones. El tercer estándar de este principio es la responsabilidad e incluye las
siguientes 8 acciones concretas: a) actúa con el cuidado y la pericia que se espera de un psicólogo
competente; b) asume la responsabilidad de hacer una previsión razonable de las consecuencias de su
conducta; c) toma las precauciones necesarias para prevenir los daños que puedan provenir como
resultado de su conducta; d) proporciona servicios psicológicos solamente por el período durante el cual
los clientes necesitan sus servicios; e) es responsable personalmente por las decisiones profesionales
que toma; f) toma las precauciones necesarias para asegurar que sus servicios y productos son usados
apropiada y responsablemente; g) es consciente de y toma las medidas necesarias para establecer y
mantener límites profesionales adecuados con colegas y clientes; y h) revisa periódicamente los
acuerdos contractuales con los clientes y cuando cambian las circunstancias hace las modificaciones que
se requieren, con el consentimiento informado de los clientes.
El cuidado responsable que debe tener el profesional con las decisiones que toma para evitar causar
daño al usuario y asegurar, en la medida de lo posible, el bienestar y la calidad del servicio que presta,
pasan necesariamente, como ya se señaló, por la dedicada y cuidadosa reflexión previa del psicólogo
prudente. Por su relevancia dentro del principio ético de la responsabilidad, la prudencia, una de las
virtudes intelectuales destacadas por Aristóteles como necesaria para la toma de decisiones, será
abordada a continuación.

Prudencia en el ejercicio profesional


32
La prudencia se refiere a la “capacidad que tiene una persona de deliberar bien acerca de las cosas
que son buenas y que conducen a la buena vida en general” (Garcés y Giraldo, 2013, p. 165). Sin
embargo, tener esta capacidad no implica, por sí mismo, obrar bien. Para el bien obrar se debe contar
igualmente con la voluntad de hacer bien las cosas y con principios e ideales que sirvan como normativas
hacia las que apunte la prudencia, en este caso el cuidado y el reconocimiento. La prudencia es una
virtud, esto es una disposición del sujeto para actuar de cierto modo. Empero, la prudencia “no es una
virtud más, sino que ha de verse como la madre de todas las virtudes éticas” (Vergara, 2015, p. 271).
Etimológicamente, proviene del latín prudentia. Es definida por la Rae (2016) como “Templanza, cautela,
moderación, sensatez, buen juicio. Una de las cuatro virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza,
templanza), que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello”.
Hay una cierta sabiduría popular que indica que "todo en exceso es malo"; detrás de esa frase, que
suele pasar desapercibida, en realidad hay un cierto grado de verdad sobre el que ya había meditado
Aristóteles (2004), a propósito del problema de las virtudes. Para el filósofo no existen recetas que nos
puedan decir cómo vivir bien y alcanzar la felicidad, no hay modo de determinar de antemano lo que hay
que hacer en cada caso para tomar las mejores decisiones, no es posible que un método lo garantice, lo
que no significa, sin embargo, que no puedan dar importantes indicaciones. Para Aristóteles, la virtud no
es actuar de un modo particular sino saber hallar, en cada circunstancia, lo que constituye el justo medio
de las cosas. Así, por ejemplo, no es posible decir que para llevar una vida sana hay que comer 3 kilos de
carne a la semana y practicar 30 minutos de ejercicio todos los días; cada persona, dependiendo de sus
circunstancias, deberá encontrar las proporciones justas de acuerdo con sus necesidades. Lo que sí es un
hecho, no obstante, es que todos deben evitar los extremos; Aristóteles es muy claro en señalar que las
cosas se malogran por exceso o por defecto y que, por tanto, es necesario buscar el justo medio, pues
allí estará la clave de la vida virtuosa.
Todo en exceso es malo, ya lo había dicho Aristóteles; no obstante, lo que no dice el refrán, pero sí
el filósofo, es que no todo admite un justo medio. No es posible decir, por ejemplo, que la virtud está en
robar en la justa medida, o en lograr un término medio para el daño y el asesinato. Se puede decir que
todas aquellas cosas que generan sufrimiento, que niegan el reconocimiento, o bien que no son
ejercicios de cuidado, son cosas que no admiten un punto intermedio, sino que, por principio, deben ser
rechazadas. Pero, ¿cómo realizar un ejercicio de cuidado y reconocimiento? Si no es posible determinar
de antemano cuáles son las acciones responsables, aunque sí qué es una acción responsable, no 33
tenemos otra opción que realizar ejercicios deliberativos que sean altamente prudentes y que persigan
de una serie de valores normativos. Para el caso del psicólogo, el ejercicio de la responsabilidad, que será
facilitado por la toma de decisiones deliberadas y prudentes, debe apuntar a dar cuenta de los principios
de Justicia, No Maleficencia, Beneficencia y Autonomía.
La prudencia nos señala que no es posible hacer lo mismo en todos los casos y que, incluso en casos
similares, siempre existirán variables que nos harán reconsiderar nuestras decisiones. Por ello, a lo que
apunta esta virtud que afecta a las otras (valentía, generosidad, modestia, etc.), es al desarrollo de un
ejercicio de ponderación en la búsqueda del justo medio. Pero no es posible hacer lo correcto
simplemente realizando un ejercicio de prudencia, pues esta debe estar enfocada hacia la rectitud, es
decir, apuntar a otros valores que son su real marco de juego. La prudencia solo tiene sentido mientras
no sea tan solo una virtud intelectual, sino también una virtud moral que ayude a perseguir la realización
de ciertos ideales normativos que permitan el desarrollo de una vida buena en todas sus dimensiones.
Para los psicólogos esto es un deber, no solo por el desarrollo de altos estándares profesionales
sino, ante todo, porque la psicología es una disciplina con alto impacto social. Un profesional imprudente
que no apueste por acciones orientadas en el marco de la ética y que no realice un verdadero ejercicio
de responsabilidad no solo es alguien que pone en cuestión la calidad de la disciplina, sino en riesgo la
vida de los otros. Cuando las decisiones son tales que pueden modificar el curso de una vida, las
precauciones deben ser muy altas, para lo cual es fundamental fortalecer la capacidad de juicio,
reconocer las limitaciones y fortalecer todo el tiempo el conocimiento y experticia; en otras palabras, ser
prudentes.
Es importante señalar que no se nace prudente, pero tampoco que la imprudencia es algo natural.
Las virtudes son susceptibles de aprenderse y de ejercitarse, así mismo de perderse; es más, solo se
puede decir que se las posee como consecuencia de un hábito. La prudencia es un ejercicio que debe
realizarse todos los días y para el cual es necesario comprender que no hay prácticas con valor absoluto:
la clave de la prudencia está en la continua evaluación de las situaciones y los discursos, en la previsión
de las consecuencias, y en la búsqueda de los mejores métodos y medios para la consecución de fines
particulares que, en cada caso, son el cuidado y el reconocimiento de nosotros mismos y del otro. Es
importante señalar que la prudencia no conduce al relativismo porque, si bien señala que no hay
decisiones absolutas, sí menciona que hay principios generales que la guían. El punto está en entender,
más bien, que la existencia de tales principios no implica la existencia de reglas postuladas para su
34
aplicación. Así, por ejemplo, los Tribunales Deontológicos deben comprender que, aunque existen
normas que determinan qué es una falta, siempre es necesario asumir una actitud prudente que consiste
en no juzgar la conducta simplemente porque la ley lo establece, sino reflexionar por qué la conducta
constituye un agravio moral que debe rechazarse o corregirse, esto para poder explicárselo al psicólogo
sobre quien tiene lugar el proceso y contribuir de tal modo, no solo a la aplicación de una coacción, sino
a la educación y formación de los profesionales.
La prudencia consiste en evaluar la mejor manera de adecuar principios a circunstancias, estando en
conformidad con los ideales normativos de las acciones. Para quien toma la decisión se trata, a su vez, de
la conciencia sobre la falibilidad: ser prudente tiene que ver con tener presente la posibilidad del error,
para imponernos la sana costumbre de juzgar con cierta dosis de duda, que no es la de la ignorancia, sino
la de la conciencia sobre los propios límites. Ser prudente tiene que ver, en muchos sentidos, con pensar
que se puede estar equivocado, con no creer ciegamente en lo que se dice y estar dispuesto a considerar
opiniones divergentes. En términos generales, se puede decir que una decisión prudente es la que tiene
en cuenta las circunstancias, no instrumentaliza al otro, evalúa medios y fines, prevé las consecuencias y
tiene en mente las jerarquías de los valores que se pretenden defender.
La prudencia es una virtud que nos ayuda a discernir más allá de las pasiones; en esa medida,
constituye un freno a los impulsos y un empoderamiento de la razón. En tanto que hábito se ve
favorecido por la madurez, la experiencia, la posibilidad de adaptación, la disciplina, la discreción y la
capacidad para la evaluación y construcción de argumentos. De igual manera, su mayor valor consiste en
que ayuda a evitar la precipitación en la toma de decisiones, lo cual constituye una irresponsabilidad,
una falta de cuidado y reconocimiento respecto de aquellos que son afectados por nuestras
resoluciones. La prudencia enseña que lo correcto es cuestión de matices y que los métodos
deliberativos pueden ayudar, pero no garantizan nada, debido a que lo importante no es deliberar
mucho, sino deliberar bien y transmitir prudentemente los resultados de dicho proceso reflexivo.
Dicho proceso reflexivo, como también la responsabilidad y la deliberación antes referidas, se dan
en el marco de unas interacciones sociales de tipo intrapersonal, interpersonal, grupal y comunitaria,
dentro de unos entornos locales, regionales y globales que tienen como elemento básico la información
que se obtiene, procesa, interpreta e intercambia, con lo cual se configura el proceso de comunicación,
asuntos que serán tratados a continuación.
35
El contexto y la conceptualización de la información y la comunicación
En términos del contexto mundial, según Bauman (2004) se podría decir que se vive en la “sociedad
moderna tardía o posmoderna”, “la sociedad de la segunda modernidad” (Ulrich Beck, como se citó en
Bauman, 2004, p. 29) o “la sociedad de la modernidad líquida” (p. 29), metáfora asociada a “fluidez” o
“liquidez”, excepcional capacidad de movimiento y fácil desplazamiento, pero también “levedad”,
“liviandad” e “inconstancia” (p. 8). Cabría agregar que aunadas a esas características, se encuentra la
inmediatez, esa enorme e imperiosa necesidad de obtener y conquistar todo rápido y fácil,
particularmente cuando se trata de información y comunicación.
Por su parte, Lyon (1997) estima que se vive en la era de la posmodernidad, la cual hace referencia
al “agotamiento de la modernidad” (p. 21) y distingue entre posmodernismo (énfasis en lo cultural e
intelectual) y posmodernidad (énfasis en los cambios sociales), aunque estima imposible escindir los
aspectos culturales de los sociales, en los que son significativos “las nuevas tecnologías de la información
y la comunicación, que a su vez facilitan otros procesos como la globalización y el consumismo…” (p. 22).
De acuerdo con Lyon, lo cultural e intelectual están íntimamente ligados a los cambios sociales,
generan nuevas e ingeniosas maneras de concebir y entender el mundo, así como las relaciones entre las
personas y con su entorno. Aunque no es privilegio de esta época, también se dan destacados avances
científicos y tecnológicos desde mediados del siglo XX y la correspondiente producción y expansión de
información, surgen los instrumentos, aparatos y equipos para su manejo y organización, con lo que
llega a adquirir un “carácter estratégico” (Dumas, p. 31). Por ello, a comienzos de los años 60 fue
necesario darle estatuto de disciplina, inicialmente con una concepción mecanicista y positivista dentro
de las ciencias naturales; posteriormente, hacia finales de los 70 e inicios de los 80, en virtud de
compartir su objeto de estudio con muchas disciplinas, se consideró “como una parcela de las ciencias
sociales o como ciencia interdisciplinar, que atraviesa múltiples ámbitos del conocimiento” (Dumas, p.
31). O como lo señala Linares (2010), el fundamento epistemológico de la ciencia de la información
fueron el empirismo y el positivismo, propios del contexto socio-histórico de los mencionados decenios.
La información, tema central de este proyecto, es un elemento sustantivo de las distintas
actividades del ser humano en el transcurso de la historia, y un término que ha sido de interés desde la
antigüedad y hoy constituye objeto de estudio de diversas disciplinas y enfoques, hasta llegar a
consolidarse como la Sociedad de la Información en integración con la comunicación y el conocimiento,
así como en ciencia de la información, cuyo objeto es “la producción, recolección, organización,
36
almacenamiento, recuperación, diseminación, transformación y uso de la información” (Griffith, como se
citó en Capurro, 2007, pp. 13 y 14).
Como concepto, la información ha tenido una dinámica evolutiva con diversos significados,
fundamentos, usos y explicaciones propios de las realidades de cada época, en términos sociales,
culturales, económicos, científicos y tecnológicos (Marín y Torres, 2005).
Respecto de la información, Capurro (2008) resalta que esta noción dada su etimología latina y los
conceptos griegos “de eidos/idea y morphé” ha pasado de ser un “concepto ontológico (‘dar forma a
algo’)” al sentido de “decir algo a alguien” (p. 1). Bunge (1999) afirma que esta palabra es ambigua y
polisémica, en razón de sus distintos significados en los diferentes campos del conocimiento.
Por su parte, Pérez-Amat (2008), más que construir un significado, le asigna a la información la
función de reducir la incertidumbre en la comunicación humana, siempre y cuando se ajuste a un
modelo de intencionalidad. La considera una noción con problemas que requiere estudiarse desde una
mirada empírica del “uso del lenguaje”, desde modelos satisfactorios del “usuario del lenguaje” y de la
comunicación (p. 55).
Desde luego, es una noción que requiere el referente del modelo de intencionalidad y los modelos
satisfactorios “del usuario del lenguaje”, como también cómo operarían para que la información reduzca
la incertidumbre en la comunicación entre las personas. No son escasas las ocasiones en que la
información en lugar de reducir incertidumbres en la comunicación, las incrementa.
También Zhong (2011) considera a la información muy usada por todo tipo de público con cientos de
definiciones diferentes, plantea la posibilidad o no de tener una teoría unificada de la información y
propone una teoría que integre, tanto el componente ontológico (la información en sí misma y diferente
de otras, aplicado sin restricción alguna a cualquier cosa o a cualquier campo de la ciencia), como el
componente epistemológico (uso de la información con el fin de generar conocimiento), en un eco-
sistema de la información (adquisición – detección, transmisión – comunicación, procesamiento –
cómputo, comprensión – producción, regeneración – formación de estrategia y control – estrategia de
ejecución), cuyo centro corresponde a la comprensión y regeneración de la información, denominada
“inteligencia artificial” (p. 407), entendida por el mismo Zhong como “el sistema de refinación y re-
generación de la información” (p. 413).
Se puede apreciar en esta propuesta de Zhong (2011) que además de la información en sí misma, se 37
refiere a la comunicación como la transmisión y a la inteligencia como los aspectos de orden superior
(comprensión y regeneración), conceptos para los cuales establece semejanzas y diferencias. Así, afirma
que la información es una descripción de un fenómeno “que responde al interrogante "qué" o “recurso
básico”, el conocimiento es una descripción de la esencia del fenómeno” y responde al "por qué" que se
produce inductivamente a partir de la información; y “la inteligencia es una descripción de la estrategia
de resolución de problemas” que responde al "cómo", producida deductivamente a partir tanto de la
información como del conocimiento (p. 410).
El anterior planteamiento de Zhong (2011) sugiere en el ser humano unos procesos de percepción
de la naturaleza y los correspondientes procesamientos cognoscitivos, para lo cual emplea tres
capacidades indispensables a efectos de manejar la información, tales como “observar la forma”,
“comprender el contenido” y evaluar su utilidad, acciones con las que se logra una información
comprehensiva y se configura la información epistemológica (p. 411).
Es importante resaltar de esta propuesta teórica, ante todo su perspectiva psicológica, la
trascendencia que tiene el manejo de la información a partir de las capacidades enunciadas de
observación, comprensión y evaluación de la información recopilada en las diversas acciones humanas,
así como el destino que se le dé luego de la refinación y regeneración producidas, situación del cotidiano
vivir y del ejercicio de los profesionales en cualquier ámbito de trabajo.
Capurro y Hjorland (2007) definen información como “conocimiento comunicado” (p. 343),
conocimiento que elaboran las personas a través de unos procesos cognoscitivos, resultantes de la
percepción de los elementos de la realidad en sus interacciones cotidianas, sobre el que reflexionan, le
dan sentido y comunican a través del lenguaje, como acción y experiencia social y cultural, en diversas
formas y escenarios o contextos, es decir, afirma van Dijk (2012) “en relación con las condiciones y
consecuencias circundantes” (p. 23). De allí que los procesos comunicativos estén influidos por el
carácter o la naturaleza tanto de las personas, como de sus entornos. Al respecto señala el citado autor
que si dichos contextos son dinámicos “deben serlo porque los usuarios del lenguaje hacen algo,
estratégicamente, mediante sus acciones o sus pensamientos” (p. 81).
Interesante concepción de la información como “conocimiento comunicado” producto de unos
procesos psicológicos que se manifiestan en las interacciones interpersonales a través del lenguaje,
medio de comunicación distintivamente humano, influido por los aspectos propios de los ambientes y
culturas.
38
En cuanto al lenguaje, afirma van Dijk (2012) que además de las funciones principales de sintaxis,
semántica y pragmática, se deben incluir otras fundamentales, a saber: 1) las culturales (“definición de la
identidad y reproducción cultural”), 2) las sociales (identidad grupal, “actividad institucional, dominio”),
3) las evaluativas o normativas (“reproducción de normas y valores”), 4) las ideológicas (divulgación de
intereses grupales), 5) las emocionales (“expresión de emociones”) y 6) las intrapersonales (establecer y
conservar “la autoidentidad”) (p. 76). Tanto las funciones principales, como las fundamentales,
favorecen una perspectiva amplia de análisis del uso del lenguaje, además de lo puramente lingüístico, y
destaca los aspectos sociales y culturales, tan influidos y modificados por efecto de las cambiantes y
nuevas maneras del manejo de la información en el mundo actual.
Asimismo, David y Foray (2002) establecen una clara diferencia entre información y conocimiento y,
en primer lugar, se refieren al conocimiento como una capacidad cognoscitiva que permite llevar a cabo
actividades de carácter intelectual o manual. Con relación a la información, afirman que “es un conjunto
de datos, estructurados y formateados” que permanecen inertes e inactivos hasta tanto son
manipulados e interpretados por quienes tienen el conocimiento para ello, a partir de esa capacidad
cognoscitiva que se transfiere de diversas maneras y por diferentes medios entre las personas.
Las personas al utilizar el lenguaje interactúan como hablantes u oyentes, o como escritores o
lectores, producen unos discursos (hablados o escritos) y, simultáneamente, desempeñan unos
complejos roles que les dan identidad social y cultural (van Dijk, 2010).
Así, en la interacción del psicólogo con los usuarios de sus servicios, a cada uno de ellos con sus
respectivas características sociodemográficas le corresponde una categoría o condición socio-cultural.
Igualmente, al psicólogo le corresponde una categoría de profesional, dentro de una práctica
institucional o privada, que actúa no solo a título personal, sino en representación del gremio de
profesionales de la psicología. Y lo mismo sucede con el usuario de los servicios del psicólogo, quien
también tendrá su propia identidad social y cultural. Tanto el psicólogo como el usuario de sus servicios,
en unas ocasiones serán hablantes y en otras oyentes, y como parte de su labor profesional, el psicólogo
además elaborará productos (registros o documentos escritos, audiovisuales, etc.) de la información
recabada en dicha interacción.
Pero esas interacciones entre el psicólogo y el usuario de sus servicios mediadas por la utilización de
información van más allá del simple intercambio y elaboración de determinados productos, puesto que
estas acciones se subsumen en un proceso comunicativo, un proceso dialógico en el que se comparte 39
algo puesto en común con otro (Martínez-Gómez y Agudiez, 2012).

La inteligencia, el dato, el conocimiento y la comunicación


Subyacen en la información el dato, el conocimiento, la inteligencia y la comunicación. Respecto de
la inteligencia, Cremades y Díaz (2015) afirman que esta se construye con la información como materia
prima, por ello es fundamental entender la naturaleza de la información a partir del reconocimiento,
definición y ordenamiento de unas fuentes veraces y pertinentes, para la generación del conocimiento y
la inteligencia.
Para ello, los autores antes mencionados establecen una clara diferencia entre fuentes de
información, entendidas como aquellas que suministran la materia prima a través de diferentes medios,
requerida para producir la inteligencia, y fuentes de inteligencia entendida como los productos
concretos entregados por quienes producen inteligencia. Así, la inteligencia es el resultado de una labor
sistemática para crear un conocimiento con fines intelectuales y de apoyo a la toma de decisiones, tarea
poco sencilla debido a la incertidumbre, complejidad y competitividad de los entornos donde se decide,
como también por los efectos de una decisión correcta o incorrecta.
El conocimiento, de acuerdo con Bunge (como se citó en Cremades y Díaz, 2015) se entiende como
la información recibida (algo), asimilada y significada por “un sujeto cognoscente” (alguien) en su ámbito
privado que le orienta para actuar, pues “el conocer es un proceso cerebral” (p. 16) o en términos
psicológicos, un proceso cognoscitivo.
Son procesos cognoscitivos los que se generan a partir del intercambio de información en la
interacción interpersonal entre el psicólogo y el usuario de sus servicios, información a la que se le
asigna un significado y un sentido, entendido este último a la manera de Heidegger (2008) como
“aquello en que se funda la comprensibilidad de algo, sin presentarse ello mismo a la vista expresa y
temáticamente” (p. 351). Dicho intercambio de información se constituye en intercambio de mensajes
con necesaria comprensión para quienes los intercambian, configurándose de esta manera la
comunicación.
No obstante, la permanente e histórica presencia de la comunicación en la vida de los seres vivos, de
manera singular, en la de las personas, “tiene un gran número de acepciones” según afirma Denis
Diderot en la Enciclopedia de 1753 y su gran cantidad de significados refiere nociones de “reparto,
comunidad, contigüidad, continuidad, encarnación y exhibición” (como se citó en Mattelard, 2007, p.
40
11).
Sobre la comunicación, afirma Piñuel (2009), que su rasgo característico es la transmisión de
mensajes, objeto de estudio sobre el cual se han establecido diversos enfoques y desde diversas
disciplinas, en los que se privilegian determinados aspectos de dicha transmisión de mensajes, tales
como su fidelidad (Física), las conductas de interacción de los seres vivos (Biología y Psicología), “el uso
de significados y discursos” (Lingüística), fijar normas de verdad a las palabras (Filosofía), establecer
criterios de explicación a narraciones o sucesos (Historiografía), asignar a los mensajes de los grupos de
personas efectos característicos de esa interacción social (Sociología) (p. 13).
En consecuencia, sostiene el citado autor Piñuel, que las prácticas cotidianas de los grupos humanos
les han permitido crear y reproducir un acervo cognoscitivo, soportado por las acciones comunicativas
de las personas dadas a conocer generación tras generación, con lo cual se han afianzado la confianza y
seguridad de su actuar en la reproducción de dichas actuaciones individuales y colectivas. Destaca Piñuel
lo planteado por diversos autores, tales como Maturana y Varela, quienes sostienen que no solo las
personas tienen la capacidad de comunicarse, sino también los seres vivos que han ido reconfigurando
sus condiciones producto de las relaciones con su entorno; según Vigotsky, las ciencias humanas
permiten entender el comportamiento comunicativo de las personas, determinado por su evolución y
maduración personal y social, mediante el cual, de acuerdo con Luhman, se construyen “identidades,
hábitos, escenarios e imaginarios sociales” requeridos para reproducir los conocimientos que se
comparten y las interacciones humanas en los grupos sociales (p. 3). Además, Piñuel resalta que según lo
afirmado por Deacon, justamente, es en la comunicación que adquieren relevancia los aspectos
lingüísticos que enriquecen su universo, y conforme lo expresa Garfinkel, en la escritura se reproduce el
conocimiento de relevancia social, una generación tras otra, pero como lo afirman, por una parte Lledó
y, por otra, Piñuel y Lozano, con ciertas dudas acerca de cómo adecuar lo mejor posible las expresiones e
imágenes, tanto en la evolución individual como en la cultural que garanticen un conocimiento “con
criterios de verdad”, sean estos míticos o científicos” (p. 3), criterios de verdad que cambian
históricamente y se ubican temporal y espacialmente en el cotidiano vivir de las comunidades (Ranke;
Bachelard, como se citó en Piñuel, 2009).
Con base en lo antes anotado, es importante reconocer en la aparente y sencilla concepción de la
comunicación como transmisión de mensajes, su gran complejidad en razón de los aspectos involucrados
que, como ya se señaló, corresponden a diversas disciplinas. Sin embargo, afirma Vidales (2011), tiene la 41
comunicación “relativismo conceptual” atribuido al desequilibrio entre los procesos de investigación
teórica y aplicada, lo que conduce a un “relativismo teórico”, como se puede apreciar en gran cantidad
de denominaciones de teorías de la comunicación, que más que un cuerpo de conocimientos sobre unos
objetos definidos de estudio, son unas proposiciones admitidas sin demostración o unos esquemas de
“sistemas conceptuales” (p. 13).
De todas formas, al contemplar su objeto de estudio, menciona Piñuel (2009) que es posible hacerlo
desde los tipos de comunicación (de masas, grupal, interpersonal, organizacional), las perspectivas
(histórica, sociológica, antropológica, filosófica, lingüístico-semiótica, psicológica e interdisciplinar) y los
modelos teóricos (conductismo, funcionalismo, estructuralismo, fenomenológico, sistémico, crítico,
informacional, constructivismo). Tales abordajes podrán favorecer el debate sobre sus aspectos
epistemológicos y contribuir al esclarecimiento de su objeto de estudio.
Sobre lo ya expuesto, reafirma Craig (como se citó en Vidales, 2011) que la ciencia de la
comunicación no cuenta con un objeto teórico desarrollado en su totalidad y su modelo científico aún no
logra la inclusión e integración de las comunicaciones interpersonal y masiva, y a pesar de su crecimiento
institucional permanente, no se logra “consenso sobre un núcleo teórico y una epistemología científica
rigurosa” (p. 16). Desde luego, no es la pretensión de este estudio hacer claridad teórico-conceptual
sobre la comunicación, pero es importante tener en cuenta las limitaciones antes referidas, como
también los esfuerzos desde hace varios decenios por el desarrollo en este campo del saber, en los que
se aprecia una gran producción de diversos planteamientos que representan las posturas
epistemológicas, filosóficas, axiológicas y, si se quiere, políticas de quienes los han construido, como
también los fines que las han inspirado. De todas maneras, como lo señala Mattelard (2007) “cada época
histórica y cada tipo de sociedad tienen la configuración comunicacional que se merecen” (p. 11).
No obstante conocer dichas limitaciones y en razón del sustrato dialógico y comunicativo del
registro, manejo y custodia de la información en el ejercicio profesional de la Psicología, es preciso
considerar los aspectos de la comunicación interpersonal dentro de una comunidad y la sociedad, con
base en la teoría de la acción comunicativa de Habermas (2006), la cual da sustentos epistemológico y
ético a dicha comunicación, en virtud de su triple estructura, a saber la racionalidad comunicativa (sin
limitarla a cuestiones cognoscitivo-instrumentales) que orienta el entendimiento de las personas a través
de unos esquemas simbólicos (el lenguaje y sus significados) y de la acción, en un momento histórico
particular; al concepto de sociedad en conjunción con “los paradigmas de mundo de la vida y sistema”, y
42
“una teoría de la modernidad” que da razón de las “patologías sociales”, mediante la cual la intrincada
red de la vida en sociedad, puede explicar “las paradojas de la modernidad” (p. 10).
Afirma Habermas (2006) que la racionalidad comunicativa se refiere en esencia a la “capacidad de
aunar sin coacciones y de generar consenso” a partir de los argumentos de los interlocutores de sus
respectivas experiencias, a pesar de las iniciales posiciones subjetivas que logran, a través de la
intersubjetividad, “la unidad del mundo objetivo” (p. 25).
En el planteamiento de la racionalidad comunicativa quedan implícitas nociones éticas tan
importantes como “la voluntad libre y la razón práctica”, la autonomía, que concibe a las personas como
integrantes de una “comunidad moral”, con capacidad de incluir y autolegislar para unas personas
“libres e iguales”, comprometidas a tratarse con dignidad, y la responsabilidad, entendida como la
“implicación en una práctica intersubjetivamente compartida” en la socialización a través del lenguaje y
unas prácticas comunicativas propias de las prácticas culturales de sus respectivas comunidades
(Habermas, 2003, p. 5).
Justamente, es el propósito en las relaciones que se establecen entre los psicólogos y los usuarios de
sus servicios alcanzar unas relaciones de intersubjetividad e interlocución sin coacciones que permitan
consensos y la aceptación respetuosa de disensos, logros que estarán precedidos de unos desarrollos
morales y axiológicos, como también de unos aprendizajes y el desarrollo de unas habilidades que
favorezcan unas prácticas comunicativas competentes en un mundo en permanente cambio e incierto.

La Sociedad de la Información y la Comunicación


De tal relevancia ha sido la información para el ser humano, como ya se dijo antes, hoy se afirma
vive en la sociedad de la información, inclusive en la era de la información, época que ha seguido a la
agraria y a la industrial, clasificación que según Capurro (2008) es a todas luces arbitraria por cuanto el
hombre de todas las épocas ha vivido en sociedades que dependen de la información, desde luego, sin
los actuales medios de comunicación digital.
Sostiene Mattelart (2002) que “sociedad de la información” y “era de la información” son nociones
que se han hecho parte del vocabulario de la “era global”, aprovechadas en diversos y heterogéneos
discursos en defensa de su carácter de certeza y claridad, a partir de lo cual se “anuncia una sociedad
necesariamente más solidaria, más abierta y más democrática”, como consecuencia de una concepción
geopolítica que orienta e influye distintos sectores sociales, políticos, económicos, científicos, etc. con 43
intereses de expansión planetaria y que llevan a concebir lo nuevo como solo aquello que funciona por
un dispositivo técnico, hasta llegar a formalizarse en las máquinas inteligentes utilizadas en la Segunda
Guerra Mundial, de tal manera que se consolida en la segunda mitad del siglo XX la creencia del poder
extraordinario de las tecnologías de la información, olvidándose de la anhelada “lengua universal”,
prevista mucho antes que el “lenguaje informático” (pp. 11-13).
De manera simplemente ilustrativa, en cuanto a la lengua universal, sostiene el citado autor
Mattelard que surge por el interés de Gottfried Wilhem Leibniz (1646-1716) de acercar a la totalidad del
género humano a través del lenguaje de los signos mediante la combinación de 0 y 1, aunque, afirma
Leibniz, que un sistema como el suyo entró en vigencia desde hace cuatro milenios en la China de Fo-Hi,
considerado en el siglo XVII el inventor de la escritura con símbolos, el único lenguaje capaz de
solucionar los defectos de las “lenguas naturales… fuentes de discordia y de obstáculos para la
comunicación” (p. 20). Señala, además, que previamente, en 1629, Descartes ya había propuesto un
sistema decimal para un lenguaje nuevo y que fue John Wilkins (1614-1672) quien propuso en 1668 una
“lengua analítica” a partir de la categorización y subdivisión del universo por medio de letras, proyecto
que luego tomó Jorge Luis Borges (1899-1986) con la pretensión de solucionar “el caos de los saberes”
planteado en su obra Otras inquisiciones, base de Las palabras y las cosas (1966) obra de Michel Foucault
(1926-1984) con la que el autor hace una arqueología de la naturaleza de las ciencias y plantea la
epistemología de la cultura occidental.
Cabe agregar que además de la epistemología de la cultura occidental es necesario considerar las
circunstancias y maneras de construir el conocimiento científico y de cualquier naturaleza en las diversas
culturas, máxime cuando en la actualidad la sociedad humana hace intercambios permanentes mediados
por el lenguaje con el que le es posible interpretar y actuar de manera libre y autónoma, con influencia
marcada de las TIC, pues se vive en un mundo “condicionado por el medio digital” donde a la sociedad le
es posible autocomprenderse “desde y por medio de las TIC”, es decir, se ha constituido una “ontología
digital” (Capurro, 2010, p. 3).
Al respecto de las TIC, señala el citado autor que Foucault distingue 4 tipos de tecnologías, a saber:
de producción (elaboración, transformación y manipulación de objetos), de sistemas de signos (uso de
signos, símbolos y significados), de poder (determinación del comportamiento humano a efectos de
dominarlo y cosificarlo) y tecnologías del yo (actuaciones individuales o con apoyos que buscan el logro
de “estados de felicidad, pureza, sabiduría, perfección o inmortalidad” (Capurro, 2010, p. 3).
44
Estos pretendidos estados a partir de las tecnologías del yo difícilmente se alcanzan y, quizás, solo
son alcanzados por una minoría de personas en el mundo, dado que la sociedad de la información vive
una serie de situaciones que impiden esos logros, pues, según Capurro (2010), paradójicamente, la
caracterizan la sobrecarga informativa (posibilidades de acceso a la información, pero con dificultades
para determinar su “veracidad, relevancia y calidad”); la interactividad a través de los diversos medios
(Internet con la World Wide Web y diferentes herramientas de “socialización digital” incrementan las
libertades individuales y colectivas, pero pueden ser usados sin control y con efectos nocivos); la
autodefinición individual y colectiva (pero trascienden los fenómenos de orden social, político y cultural
de carácter local y regional por las interacciones globales); y su base material (en apariencia sin atadura
con la realidad espacial y temporal, pero los procesos de producción digital, de utilización y recuperación
impactan negativamente el medio ambiente y en la salud humana) (pp. 3, 4).
A estas preocupaciones de carácter pragmático y científico se han sumado las de los derechos
humanos, que como es bien sabido, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano hecha
por la Asamblea Constituyente de Francia el 26 de agosto de 1789, traducida por Antonio Nariño en
1811, establece en relación con la comunicación lo siguiente:
Artículo 11. La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es uno de los
derechos más preciosos del hombre: todo ciudadano en su consequencia (sic) puede hablar,
escribir, imprimir libremente, debiendo sí responder de los abusos de esa libertad en los casos
determinados por la ley (pp. 19 y 20).

Se destaca de este derecho de la comunicación su contraparte ética expresada en la responsabilidad


que se asume por el manejo abusivo de tal derecho.
En fecha posterior, y con base en los citados derechos, la Convención Americana de Derechos
Humanos suscrita en la Conferencia Especializada Interamericana de Derechos Humanos, conocida como
Pacto de San José, reunida en San José de Costa Rica en noviembre de 1969 y ratificada por Colombia en
1973, determinó la estructura, competencia y procedimiento de los órganos encargados de los derechos
humanos y estableció dentro de su articulado los aspectos relacionados con la información, la libertad de
pensamiento y expresión, manifestada en la libre búsqueda, acceso y difusión de cualquier tipo de
información e ideas, en sus formas oral, escrita, impresa o artística o por cualquier medio, sin censuras
previas, pero con las responsabilidades posteriores de acuerdo con las establecidas por la ley.
En 1980, la Comisión Internacional para el Estudio de los Problemas de la Comunicación, convocada
45
por Unesco, bajo la presidencia de Sean MacBride, político irlandés, Premio Nobel de Paz 1974 y Premio
Lenin 1977, y de la cual hizo parte Gabriel García Márquez, entre otros destacados intelectuales de
diversos países del mundo, presentó en la XXI Conferencia General de la Unesco, el informe titulado
Many Voices, One World (Un solo mundo, voces múltiples), en el cual se da a conocer el amplio examen
de los problemas e implicaciones de la comunicación en el mundo para aquel entonces, como también
los retos por afrontar y los mecanismos para su solución.
Con dicha publicación, Naciones Unidas consideró haber iniciado un primer esfuerzo y, en primera
instancia, determinó hacer amplia difusión entre autoridades e instituciones encargadas del manejo de
la comunicación, así como entre investigadores, “organismos internacionales no gubernamentales e
intergubernamentales” y entre todo tipo de personas en todo el mundo, y, asimismo, continuar esta
iniciativa con mayor profundidad, de tal manera que participen en “el proceso del pensamiento
colectivo”, los pueblos puedan aprender unos de otros, tener un entendimiento propio de su condición y
visión del acontecer del mundo, avanzar por la senda de “la libertad, la democracia y la hermandad” y
“Hacia un nuevo orden mundial de información y comunicación, más justo y más eficiente” (p. 16).
Han sido evidentes los esfuerzos de Naciones Unidas por acercar los pueblos del mundo a través de
procesos comunicativos en un ambiente ético y moral, donde las personas a través del diálogo con sus
múltiples y diversos medios y voces se unan, contribuyan a su desarrollo y al logro de la tan anhelada,
pero siempre esquiva, paz mundial.
Producto de los avances en materia de información y comunicación, también ha habido un creciente
interés por el estudio de los problemas, limitaciones y alcances de estos en términos sociales, culturales,
lingüísticos, económicos, tecnológicos, entre otros, y el desarrollo de acciones compartidas por diversos
organismos internacionales, representantes de los gobiernos de los países del mundo, el sector privado y
la sociedad civil, para la búsqueda de soluciones, hasta que, como resultado de la propuesta hecha por el
gobierno de Túnez en 1998, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU por su sigla en inglés),
organismo especializado en telecomunicaciones de Naciones Unidas, resolvió efectuar una Cumbre
Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI) (página WEB ITU).
Dicha propuesta fue inscrita y aprobada por Naciones Unidas mediante la Resolución 56/183 del 21
de diciembre de 2001 y se determinó llevar a cabo la primera de ellas en dos fases, una en diciembre de
2003 y la segunda en noviembre de 2005, con sedes en Ginebra (Suiza) y Túnez (Túnez),
respectivamente, con el objeto “de discutir las oportunidades del nuevo ambiente de información y
comunicación, así como afrontar retos como la desigualad en el acceso a la información y la
46
comunicación llamada ‘brecha digital’.” (Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, Unesco,
página WEB, párr. 2), como efecto de la revolución digital y el impacto de diversa índole individual y
colectiva por ella generado en el comportamiento humano en los distintos ámbitos, tales como en el de
la educación, el trabajo, los medios de comunicación, el comercio, la administración gubernamental, la
industria, la investigación, en fin, en todos los campos donde actúan las personas, donde se requiere del
manejo de todo tipo de información y conocimientos.
De la primera fase de la Cumbre surge la Declaración de Principios (2004), en la que se postula
construir la Sociedad de la Información: un desafío global para el nuevo milenio, con fundamento en
nueva visión común y para todos de dicha Sociedad, con unos principios fundamentales y con base en el
intercambio de conocimientos. Dentro de los principios fundamentales, cabe resaltar las dimensiones
éticas de la Sociedad de la Información y, dentro de estas, “respetar la paz y regirse por los valores
fundamentales de libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia, responsabilidad compartida y respeto a la
naturaleza”; fomentar la justicia, la dignidad humana, los derechos humanos y las libertades
fundamentales (privacidad, “libertad de opinión, conciencia y religión”) a través del uso de las TIC e
impedir su uso abusivo (Principio B10).
En febrero de 2013, se hace en París la primera reunión de evaluación de la CMSI+10: Hacia las
sociedades del conocimiento para la paz y el desarrollo sostenible, en concordancia con los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM) propuestos por Naciones Unidas y el propósito de mejorar, tanto las
condiciones de vida de millones de personas en el mundo, como la comunicación con miras a la solución
de conflictos y el logro la paz mundial (Unesco, página web). En la respectiva declaración se reafirman
“los derechos humanos y libertades fundamentales enunciados en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos”, se destaca el notorio incremento de las TIC en la vida cotidiana y el aporte al
desarrollo económico de las nuevas tecnologías, así como al logro de los ODM, no obstante la necesidad
de superar y eliminar los grandes obstáculos para que todas las personas en el mundo accedan a la
información y el conocimiento, y se distribuyan de manera proporcional beneficios de las TIC en los
diferentes países, reforzando el “Compromiso de Túnez sobre el potencial de las TIC para fomentar la
paz y prevenir los conflictos.” (pp. 2 y 3).
Igualmente, en sus líneas de acción, instan a la cooperación entre gobiernos, sector privado,
sociedad civil, Naciones Unidas y demás organismos internacionales en los diferentes proyectos,
programas y actividades relativas a la Sociedad de la Información, la celebración anual del Foro de la 47
CMSI y en la relevancia del 17 de mayo, “Día Mundial de la Sociedad de la Información” con el fin de
sensibilizar sobre asuntos tratados en sus conferencias, las bondades de las TIC para el acceso universal y
sin discriminación de la información y el conocimiento en cualquier entorno y en cualquier parte del
mundo para “reducir la brecha digital”, dentro de estas “la brecha entre hombres y mujeres", a través de
la capacitación y alfabetización que permitan el desarrollo de las competencias digitales (pp. 2 y 3).
Los principios y las acciones propuestos en las cumbres mundiales reflejan una concepción política,
filosófica y axiológica a partir del gran anhelo de los hombres de alcanzar la paz mundial, como también
sus perspectivas humanista y ecológica, concepción que intenta, por una parte, salvaguardar a las
personas en sus diferentes entornos, así como a la naturaleza, del uso indebido de la información y de
las respectivas tecnologías. De manera particular se requiere la protección y confidencialidad de los
datos, pues el avance de las tecnologías ha invadido la vida privada de las personas y son numerosos los
daños que se han generado.
Baste un solo ejemplo para resaltar la labor adelantada por otro de los organismos multilaterales
como la Organización Internacional del Trabajo en relación con la salvaguarda de los derechos de los
trabajadores, al publicar en 1997, Protección de los datos personales de los trabajadores. Repertorio de
recomendaciones prácticas de la OIT, recomendaciones que no revisten un carácter obligatorio, pero
buscan orientar a los diferentes estamentos públicos y privados en la elaboración de disposiciones
respecto del manejo manual y automático de todos los datos personales de los trabajadores, en
correspondencia con las respectivas políticas y normas laborales de cada país, “con el fin de salvaguardar
la dignidad de éstos, proteger su vida privada y garantizarles el ejercicio de su derecho fundamental a
decidir quiénes podrían utilizar determinados datos, con qué finalidad y en qué circunstancias.”, con el
fin de crear conciencia en todas las personas, sean estas empleadores, representantes de los
trabajadores, empresas de servicios temporales o trabajadores que manejen información personal de
otros trabajadores de la enorme responsabilidad que se debe asumir en relación con los diversos
procesos sobre el registro, tratamiento o manejo y custodia de información que se obtenga.
En el citado repertorio de recomendaciones, se definen datos personales como “todo tipo de
información relacionada con un trabajador identificado o identificable”; tratamiento como el “acopio, la
conservación, la combinación, la comunicación o cualquier otra forma de utilización de datos
personales”; vigilancia como la utilización de dispositivos, aparatos, materiales “o métodos de
identificación y de localización y cualesquiera otros sistemas de vigilancia”, y trabajador “todo trabajador
48
o extrabajador y a todo candidato a un empleo” (p. 1).
Conlleva esta orientación, además de los elementos clave antes señalados, la necesidad de contar
con el consentimiento informado y comprendido del trabajador para el acopio de sus datos personales y,
además, que las instituciones y personas responsables del manejo y custodia de dichos datos deben
asegurar en todo momento que quienes los soliciten o los utilicen en estudios eviten “toda
interpretación falsa o engañosa” (OIT, 1997, p. 3).
Desde luego, estas consideraciones son extensivas, sin excepción alguna, a todos los ámbitos donde
se acceda, procese y difunda información de las personas, en esencia por el respeto a sus derechos y a su
dignidad humana.
Cremades y Díaz (2015) señalan que el dato corresponde a pequeñas partes de carácter físico que
pueden llevar información, información a la que la persona cognoscente le adjudica un contenido
semántico con base en claves de codificación para descifrar el contenido del dato. Según Pérez (como se
citó en Cremades y Díaz, 2015) son de naturaleza material (acontecimientos físicos) o conceptual que
corresponde a la información como conjunto de datos de contenido semántico. Y datos son los que
abundan de diferentes orígenes y en diferentes tipos de registros que luego de reunidos y descifrados se
transforman en información, razón por la que han sido materia de preocupación por la responsabilidad
que reviste su protección, en especial los que conciernen a la privacidad de los datos de las personas.
Específicamente, Naciones Unidas, mediante Resolución 45/95 de la Asamblea General reunida el 14
de diciembre de 1990, establece las directrices para los Estados sobre los procedimientos y normas
referentes a “los archivos de datos personales informatizados” bajo los principios de legalidad y lealtad,
exactitud, finalidad, acceso, no discriminación, seguridad, protección de la intimidad, entre otros, dentro
de un país y en circulación transfronteriza de datos (p. 1).
En 2009, la XXI Conferencia Internacional de Autoridades de Protección de Datos de carácter
personal, estableció los Estándares Internacionales para la protección de la Privacidad, en relación con el
Tratamiento de Datos de carácter personal o Resolución de Madrid, en respuesta a la necesidad urgente
de dicha protección en “un mundo sin fronteras” (p. 30).
Posteriormente, las mismas Naciones Unidas en su Asamblea General, reunida el 7 de junio de 2011,
expiden la Resolución 2661 mediante la cual se reconoce que tanto el “acceso a la información pública”
como “la protección de datos personales” no solo de carácter informático, son considerados valores
esenciales que van de la mano, dados su privacidad y el imperativo fomento y protección del flujo de 49
información transnacional (p. 2).
En tal sentido, los Estados y los organismos privados y civiles se han acogido a los diferentes
lineamientos antes señalados; no obstante, Rojas (2014) afirma que no existe un tratado internacional al
respecto de protección de datos. Sin embargo, Estados Unidos, Canadá y diferentes países de la Unión
Europea, así como en Latinoamérica, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Honduras, México,
Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela la han reconocido constitucionalmente.
Específicamente con la expedición de la Ley 1581 de 2012 o Ley de Habeas data y con otras normas
sobre el particular, Colombia se ha integrado a la comunidad internacional en la regulación y protección
de datos, norma que busca garantizar la salvaguarda de los derechos fundamentales de las personas en
cuanto a su vida privada en relación con el manejo de datos, a pesar de las limitaciones en términos de
su administración y control, pues no solo es responsabilidad del Estado proteger a las personas de
posibles delitos, sino también de ellas “decidir la información personal que debe ocultarse total o
parcialmente para mantener su reserva o cederla a voluntad para determinados fines” (Rojas, 2014, p.
110).
Dicha afirmación de Rojas (2014) podría resultar coherente con la “autodeterminación informativa”,
derecho que tiene el individuo para “decidir quién, cuándo y cómo” se traten sus datos personales de
forma telemática, automatizada o no, dentro de un sistema normativo y legislativo de datos conocido
como “protección de datos” que protegen la “privacidad de los ciudadanos” (IFAI, 2004, p. 6).
Por supuesto, es labor también del Estado instruir a las personas sobre sus derechos y deberes, y de
estas, instruirse al respecto. Y para el caso concreto de los derechos directos y asociados al manejo de
datos e información de las personas en el marco de las actuaciones propias del ejercicio profesional de la
psicología en Colombia, es relevante la revisión que sobre los aspectos normativos y su aplicación en
dicha actividad profesional se presenta más adelante.
Desde luego, son de resaltar las diferentes acciones gubernamentales, de los organismos
transnacionales y de cualquier otro tipo, así como de las personas en el mundo, encaminadas a la
protección de los derechos humanos en general, y de ser informados y de comunicarse, en particular,
comprendidas desde la perspectiva humana, pues la comunicación afirman Burgui y Erro (como se citó
en Martínez-Gómez y Agudiez, 2012), “es más un juego y una relación humana que una estrategia” (p.
86), y no unas acciones que conciben la comunicación como meramente instrumental, con enfoques
50
económico y tecnológico.
Por ello, se ha de destacar la naturaleza relacional del individuo como fenómeno social, dado que “el
ser humano es individuo sólo en cuanto es social, y es social sólo en cuanto es individuo, y su vivir
humano se da en el “lenguajear” y el conversar, en el entrecruzamiento de muchas conversaciones,
mediante “acciones que constituyen al otro como un legítimo otro en coexistencia con uno” (Maturana,
1990, p. 247). Dichas acciones han de ser fundamentadas en el respeto como una de las formas de
reconocimiento que se da en las relaciones intersubjetivas del individuo que requiere ser reconocido por
los otros de manera igualitaria y recíproca (Honnet, 1997). Planteamiento fundado en la misma línea de
la propuesta de Hegel (2006) sobre la necesidad de hacer conciencia de sí mismo para ratificarse como
un yo que en sus relaciones requiere ser reconocido por los otros, o a la manera de Sartre (2008) es la
lucha por el reconocimiento, aspecto este que fue ampliamente tratado junto con otros tópicos del
sustento filosófico y ético de este estudio.
Registro, manejo y custodia de la información en el ejercicio profesional de la psicología

La mayoría de las actuaciones profesionales de los psicólogos implican un acercamiento a la vida


íntima de las personas. En ese sentido, la información que reciben los psicólogos de sus usuarios 2 es, por
antonomasia, reservada y sometida a las reglas del secreto profesional, tal como lo disponen las normas
concordantes que se desprenden del artículo 74 de la Constitución Nacional y se recopilan en la Ley 1090
(2006) y en la Doctrina No. 1 del Tribunal Nacional Deontológico y Bioético de Psicología (2015).
Sin embargo, no toda la información obtenida por el psicólogo en su práctica profesional es
considerada reservada, ni está sometida a las disposiciones constitucionales del secreto profesional. Ello
se debe a que no toda la información recibida por el psicólogo en su praxis está en el mismo nivel de
privacidad o de cercanía con el mundo íntimo de las personas, o a que hay información que puede ser
revelada a terceros ya sea por disposición legal o por el consentimiento del mismo usuario o de sus
representantes legales, si se trata de menores de edad o de adultos declarados como incapaces o de los
legitimarios testamentarios, si se trata de usuario fallecido, dado que aun después de fallecido el
usuario, el psicólogo está obligado a la reserva profesional al tenor de los dispuesto por el artículo 32 de
la Ley 1090 de 2006, el cual señala que el fallecimiento del usuario o su desaparición no libera al 51
psicólogo de las obligaciones del secreto profesional.
La actividad profesional del psicólogo se desarrolla en dos ambientes bien definidos: en los
ambientes públicos o colectivos y en los ambientes estrictamente privados. Los ambientes públicos o
colectivos son aquellos que se encuentran a la luz pública o dentro de una colectividad determinada
como, por ejemplo, en la empresa donde trabaja el psicólogo, el colegio, su oficina, la clínica, como
docente, conferencista o como entrevistado en un medio de comunicación, etc. Por ambiente privado se
entiende el espacio íntimo y reservado en donde se establece una relación profesional de cercanía entre
el psicólogo y su usuario dentro del marco de lo estrictamente personal y privado, como por ejemplo en
la terapia, en el proceso de entrevista y evaluación con fines terapéuticos, laborales, legales,
académicos, etc.
Por lo tanto, la información recibida por el psicólogo en su praxis profesional es de dos categorías, la
una pública, o colectiva, y la otra privada o íntima. En consecuencia, y debido a que las dos formas de
información protegen derechos distintos de las personas, el régimen legal aplicable a cada una de ellas

2
Se utiliza el término “usuario” y no “paciente”, en concordancia con lo establecido en la Ley 1090 de 2006 que
refiere como “usuario” a aquella persona que recibe los servicios profesionales del psicólogo.
es diferente. La información que recibe el psicólogo en su praxis pública o colectiva está sometida a
disposiciones legales relacionadas con el habeas data, mientras que la recibida en forma privada o intima
está regulada por las normas que protegen el secreto profesional.

Secreto profesional como principio rector en la praxis del psicólogo


En principio, toda la información recibida por el psicólogo en ejercicio de su práctica profesional está
sometida a reserva, tal como lo dispone el ordinal 5º del artículo 2º de la Ley 1090 de 2006, el cual
señala que los psicólogos tienen una obligación básica respecto a la confidencialidad de la información
obtenida de las personas en el desarrollo de su trabajo como profesionales de la psicología. Esta misma
norma dispone que el secreto profesional pueda ser divulgado sólo con el consentimiento del usuario o
de su representante legal. Por otro lado, la norma en cita le permite al psicólogo divulgar el secreto
profesional si de la información suministrada por el usuario se desprende un inminente daño a sí mismo
o a terceros. Sin embargo, la misma norma obliga al psicólogo a informarle a su usuario o a su
representante legal, las limitaciones al secreto en esos casos.
La obligación para el psicólogo de informar las limitaciones al secreto profesional en los eventos
52
descritos en el ordinal 5º del artículo 2º de la Ley 1090 de 2006, y la aceptación por parte del usuario o
de su representante legal, antes de iniciarse la intervención psicológica, es una forma más de
consentimiento dado al psicólogo por el usuario o su representante legal. Este permiso tiene que ser
claro, informado, explícito y específico, se da en el proceso dialógico del consentimiento informado y
debe quedar escrito en el documento resultante.
En estricto sentido, el ordinal 5º del artículo 2º de la Ley 1090 de 2006 no propone salvedades al
secreto profesional, ya que obliga al psicólogo a informar de las limitaciones al secreto y a que éste dé su
consentimiento. Ello en consonancia con lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 74 de la
Constitución Nacional, que señala que el secreto profesional es inviolable. En relación con la
inviolabilidad del secreto profesional y las limitaciones impuesta por la ley, la Corte Constitucional
colombiana indicó que: “No puede el Legislador señalar bajo qué condiciones puede legítimamente
violarse el secreto profesional. El profesional depositario del secreto profesional está obligado a
mantener el sigilo y no es optativo para este divulgar su contenido o abstenerse de hacerlo (Sentencia C -
264 de 1996). En síntesis, si el usuario no da su consentimiento, la información obtenida por el psicólogo
en su praxis deberá permanecer bajo reserva, sin limitaciones y salvedades 3. La Ley 1090 de 2006 es
reiterativa al recordarle al psicólogo su obligación frente al secreto profesional, al punto que son varios
los artículos que tienen que ver con él, tales como el 2º, ordinal 5º ya citado, el 10, ordinales a, b y f; el
11 ordinal c, y los artículos 23, 29, 30 y 32.
El imperativo ético, constitucional, legal y jurisprudencial que obligan al secreto profesional, que se
derivan del inciso final del artículo 74 Constitucional, protegen al psicólogo, y los profesionales en
general obligados por él, frente a situaciones externas de presión, entre ellas las judiciales, que le
obliguen a divulgar lo que se le ha confiado. Frente a tales circunstancias, las normas ordinarias, en
concordancia con el imperativo constitucional, protegen la información suministrada a los profesionales
que están obligados a la reserva. En la jurisdicción civil, el artículo 209 la Ley 1564 de 2012, señala las
excepciones al deber de testimoniar de los profesionales a quienes se les han confiado información, o la
han obtenido por razón de su ministerio, oficio o profesión.
En sede jurisdiccional penal, el artículo 68 de la Ley 906 de 2004 (Código de Procedimiento Penal),
exonera al psicólogo del deber de denunciar la comisión de un delito cuando este ha llegado a su
conocimiento en función de su profesión y mediado por el secreto profesional. En ese mismo sentido se 53
pronuncia el artículo 385 de la misma Ley que señala como excepciones constitucionales al deber de
testimoniar las relaciones entre el psicólogo y su usuario, entre otras profesiones.
A nivel de la jurisdicción contenciosa administrativa, la Ley 1437 de 2011 (Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo), define en su artículo 24, como documentos
reservados, entre otros, los amparados por el secreto profesional. Adicionalmente, señala el mismo
artículo, están sometidos a la reserva todos los documentos que pongan en peligro los derechos a la
privacidad e intimidad de las personas, incluidas en las hojas de vida, la historia laboral y los expedientes
pensionales y demás registros de personal que obren en los archivos de las instituciones públicas o
privadas, así como la historia clínica. La única manera de conocer esta información es mediante la
solicitud del usuario o por sus apoderados con facultad expresa para acceder a esa información.
La obligación que tiene el psicólogo de guardar el secreto profesional también se extiende a la
información obtenida de grupos de personas, tales como poblaciones vulnerables, personas en condición
de desplazamiento, grupos minoritarios y en situación de riesgo, excombatientes de grupos armados al

3
Se invita al lector a consultar la doctrina No. 2 del Tribunal Nacional Deontológico y Bioético de Psicología, la cual
se encuentra disponible en: https://issuu.com/colpsic/docs/doctrina_no__02_revisada_el_secreto
margen de la ley; grupos específicos, como los miembros de comunidades cívicas, es decir, cuando se
trabaje con habitantes de veredas, municipios o departamentos, grupos escolares, empresariales o
deportivos, religiosos, etc. (Doctrina No. 2 del Tribunal Nacional Deontológico y Bioético de Psicología).
El artículo 29 de la Ley 1090 de 2006 señala que la exposición oral, impresa, audiovisual u otra, de casos
clínicos o ilustrativos con fines didácticos o de comunicación o divulgación científica, debe hacerse de
modo que no sea posible la identificación de la persona, grupo o institución de que se trata. Cuando el
medio utilizado conlleve la posibilidad de identificación de la persona, será necesario su consentimiento
previo y explícito.
La obligatoriedad del secreto profesional para el psicólogo no termina con la muerte del usuario. El
artículo 32 de la Ley 1090 de 2006 dice que el fallecimiento del usuario o su desaparición no libera al
psicólogo de las obligaciones del secreto profesional. En situaciones así, la información quedará en poder
del psicólogo que sólo la podrá divulgar a los herederos legítimos del occiso, siempre y cuando dicha
revelación no atente en contra de algún derecho de su familia o del fallecido si este estuviera vivo. Así lo
ha señalado la Corte Constitucional en Sentencia T-158A de 2008:
La protección del derecho a la intimidad familiar exige mantener la reserva respecto de los
datos personales y médicos de los individuos que fallecen, puesto que la divulgación de los mismos 54
puede acarrear la violación del derecho en mención y, de contera, afectar la dignidad que, como
parte integrante del núcleo familiar, tienen sus parientes cercanos. Este mismo criterio ha sido
acogido por algunas legislaciones y Tribunales de otros países, en los que se considera que la
divulgación de información médica relativa al estado de salud de una persona fallecida o, de
manera general, la revelación de datos íntimos y personales de un individuo que muere, puede
comportar la vulneración del derecho a la intimidad de su núcleo familiar.

Recapitulando, el secreto profesional es inviolable y sólo se podrá divulgar con el consentimiento del
usuario o de su representante legal. En caso de usuario fallecido, sólo se podrá divulgar la información a
sus legítimos herederos y guardando la prudencia de no lastimar la dignidad de la familia del fallecido ni
su memoria. Esta disposición también obliga al psicólogo cuando accede a información de comunidades
o grupos específicos con los cuales trabaje.
Sin embargo, al psicólogo se le pueden presentar casos extremos en los que de no divulgar el
secreto podría poner en peligro derechos de grado sumo de sus usuarios o de terceros. Cuando ello, el
psicólogo, si revela el secreto, se convierte en un profesional infractor, pero puede justificar su actuación
recurriendo a algunas de las estrategias para la resolución de dilemas éticos. En ese sentido se pronunció
el Tribunal Nacional Deontológico y Bioético de Psicología, en concordancia con lo dispuesto por la Corte
Constitucional colombiana, quien en sentencia C-411-93 señaló que: “[…] en situaciones extremas en las
que la revelación del secreto tuviera sin duda la virtualidad de evitar la consumación de un delito grave
podría inscribirse el comportamiento del profesional infractor en alguna de las causales justificativas del
hecho (art. 29 del Código Penal)”.

Ley de Habeas Data en el manejo de la información


La información que recibe el psicólogo en su praxis pública o colectiva tiene que ver con aquella que
se obtiene cuando actúa como profesor, conferencista, tallerista, entrevistado en medios de
comunicación o como participante en congresos científicos. Los participantes a estas actividades tienen
que llenar ficha de inscripción en las cuales se consigna información personal como nombre, número de
identificación, dirección, teléfono, e-mail, etc. Lo mismo se predica de la lista de estudiantes del
psicólogo cuando oficia como profesor. Con esta información obtenida por el psicólogo se alimentan
bases de datos las cuales suelen ser usadas para promocionar bienes y servicios sin que los participantes
hayan dado permiso para ello.
Con el vertiginoso avance de los medios computacionales, las bases de datos se comercializaron al 55
punto que datos personales de un asistente a un congreso de psicología terminaba en manos de
comerciantes de todo tipo, quienes invadían a las personas que estaban en sus bases de datos con
promociones de bienes y servicios de diversa índole. Las personas empezaron a sentir que su privacidad
se estaba diluyendo y que sus datos personales estaban en manos de un indeterminado número de
personas, quienes no solo utilizaban estos datos para la promoción de bienes y servicios sino incluso
para prácticas criminales.
Por otro lado, las prácticas comerciales obligaban a las personas a dar sus datos personales a
entidades crediticias quienes, al momento de que los clientes, sin importar el motivo que fueran, se
retrasaban en sus pagos, eran reportados por la entidad financiera a centrales de riegos, quienes
publicaban la información de los clientes deudores, produciendo con ello vetos para recibir de un nuevo
crédito. Las prácticas en el manejo de la información por parte de las centrales de riegos llegaron incluso
a que, aun a pesar de que el cliente hubiera pagado su deuda, su nombre aparecía en las bases de datos
de las centrales de riego como deudor, lo que suponía una muerte crediticia de la persona y se lesionaba
su buen nombre. Estas prácticas estaban en contra de lo establecido en el artículo 15 de la Constitución
Nacional, el cual señala que todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su
buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar. De igual modo, tienen derecho a
conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en bancos de datos y
en archivos de entidades públicas y privadas. Adicionalmente, el mismo artículo ordena que en
recolección, tratamiento y circulación de datos se respetaran la libertad y demás garantías consagradas
en la Constitución. Asimismo, prescribe la misma norma, la correspondencia y demás formas de
comunicación privada son inviolables. Sólo pueden ser interceptadas o registradas mediante orden
judicial, en los casos y con las formalidades que establezca la ley. Finalmente, la misma prescripción
constitucional señala que para efectos tributarios o judiciales y para los casos de inspección, vigilancia e
intervención del Estado podrá exigirse la presentación de libros de contabilidad y demás documentos
privados, en los términos que señale la ley.
En el marco de esa coyuntura, en Colombia se expidió la Ley Estatutaria 1581 de 2012, denominada
Ley de Habeas Data y del Decreto Nacional 1377 de 2013 que la reglamentó parcialmente, que
complementó la Ley Estatutaria 1266 de 2008, por medio de la cual se dictaron las disposiciones
generales del hábeas data y se reguló el manejo de la información contenida en bases de datos
personales, en especial la financiera, crediticia, comercial, de servicios y la proveniente de terceros
56
países.
La Ley de Habeas Data define las bases de datos, según su artículo 3º, ordinal b, como el conjunto
organizado de datos personales que sea objeto de tratamiento, entendiendo por este último cualquier
operación o conjunto de operaciones sobre datos personales, tales como la recolección,
almacenamiento, uso, circulación o supresión, según el ordinal g de la misma norma. Cabe señalar que la
base de datos no necesariamente hace relación al conjunto de datos personales almacenados de manera
digital, también constituye base de datos la información almacenada en las bitácoras de control de
visitantes de algunas entidades o edificios particulares. Por lo tanto, será base de datos cualquier
organización de datos personales independientemente de la forma como se hayan recogido o
almacenado.
Por otro lado, el ordinal c de la norma en cita denomina dato personal a cualquier información
vinculada o que pueda asociarse a una o varias personas naturales determinadas o determinables, es
decir, cualquier conjunto organizado de datos que permitan identificar a una persona o conjunto de
ellas. En consecuencia, se denomina base de datos al conjunto organizado de información almacenada
en cualquier medio que permita identificar a una persona o a un conjunto de ellas.
En las bases de datos se encuentra información relacionada con las personas y que permiten su
identificación. Estos datos, además de identificar a la persona o a un grupo de ellas, también pueden
contener información que, de ser revelada, no solo permitiría identificar a la persona sino que podría
invadir su intimidad. Es por ello que las normas que regulan lo relacionado con las bases de datos lo que
pretenden salvaguardar son la vida íntima de las personas y las intromisiones no permitidas de terceros,
sobre todo para usos comerciales.
La intimidad es un derecho fundamental, según el artículo 15 constitucional ya citado, que al ser
violado lesiona la dignidad de las personas. En un Estado Social de Derecho, los derechos fundamentales
gozan de especial protección y su amparo se logra mediante la Acción de Tutela (Hernández, 2010). Sin
embargo, ni la Constitución ni la ley definen lo que es la intimidad de las personas, por ello, la Corte
Constitucional colombiana, en Sentencia de Tutela No. 904 de 2013, recurrió a la doctrina del Tribunal
Constitucional alemán para definirla. Según la Corte Constitucional, la doctrina del Tribunal
Constitucional alemán distingue tres ámbitos o espacios de la intimidad. El primero de ellos es el que
tiene que ver con la esfera más íntima, que corresponde a los pensamientos o sentimientos más
personales que una persona sólo ha expresado a través de medios muy confidenciales, como cartas o 57
diarios estrictamente privados. En este ámbito, la garantía de la intimidad es casi absoluta, de tal manera
que sólo situaciones o intereses excepcionales e importantes justifican la intromisión de terceros.
El segundo ámbito de la privacidad, según la misma doctrina constitucional, corresponde a la vida en
espacios usualmente considerados reservados, como la casa o el ambiente familiar de las personas, en
donde también hay una intensa protección constitucional, pero hay mayores posibilidades de
intervención ajena legítima. Por último, el tercer ambiente de los individuos es el social, que
corresponde a las características propias de una persona en sus relaciones de trabajo o recreación, o más
públicas, en donde la protección constitucional a la intimidad es mucho menor y la intromisión puede
resultar no necesariamente ética, pero si válida desde el punto de vista legal.
Por lo tanto, teniendo en cuenta los derechos protegidos, lo que las normas sobre secreto
profesional protegen es el derecho a la intimidad expresado en pensamientos o sentimientos de las
personas que sólo ha manifestado a través de medios muy confidenciales, como los espacios
terapéuticos o profesionales de los psicólogos. Por su parte, las normas de habeas data protegen el
segundo espacio de privacidad de las personas, tales como su vida en familia. A estos espacios pueden
ingresar terceras personas sólo con el consentimiento del morador, de tal manera que las relaciones
socio-familiares queden protegidas. Cabe aclarar que cuando se habla de espacios familiares, estos no
son necesariamente físicos, pues puede haber ámbitos o espacios familiares en ambientes públicos,
como por ejemplo cuando los miembros de una familia departen en un restaurante público. No porque
la familia esté en un ambiente físico abierto al público un tercero se puede inmiscuir en su conversación
o relación. Sin embargo, las condiciones de privacidad allí disminuyen.
En cuanto a la información y el derecho a la intimidad, la Corte Constitucional señaló que:
(…) salvo las excepciones previstas en la Constitución y la ley, que obliguen a las personas a
divulgar cierta información a partir de su reconocimiento o valoración como de importancia o
relevancia pública; el resto de los datos que correspondan al dominio personal de un sujeto no
pueden ser divulgados, a menos que el mismo individuo decida divulgar autónomamente su acceso
al público (Corte Constitucional, Sentencia T-904 de 2013).

Por lo tanto, salvo las disposiciones constitucionales y legales, toda información que repose en las
bases de datos relativa a las personas ha de ser salvaguarda de la injerencia de terceros. Sin embargo, no
toda información almacenada tiene el mismo grado de cercanía con la persona y por lo tanto el nivel de
protección no es el mismo. De allí que la misma ley ha definido algunos conceptos relacionados con los
datos y cuáles de ellos no podrán nunca ser revelados o tratados sin el consentimiento expreso y escrito
58
del usuario o de su representante legal.

Datos públicos y datos sensibles


El Decreto Nacional 1377 de 2013, por medio del cual se reglamentó parcialmente la Ley 1581 de
2012, define en dos grandes apartados la calidad de la información que puede reposar en una base de
datos: dato público y datos sensibles. Según lo establece el numeral 1º del artículo 3º del decreto citado,
se consideran datos públicos, entre otros, los relativos al estado civil de las personas, a su profesión u
oficio y a su calidad de comerciante o de servidor público. Por su naturaleza, los datos públicos pueden
estar contenidos, entre otros, en registros públicos, documentos públicos, gacetas y boletines oficiales y
sentencias judiciales debidamente ejecutoriadas que no estén sometidas a reserva.
Por su parte, el numeral 3º del mismo artículo señala que los datos sensibles son aquellos que
afectan la intimidad de la persona o cuyo uso indebido puede generar su discriminación, tales como
aquellos que revelen el origen racial o étnico, la orientación política, las convicciones religiosas o
filosóficas, la pertenencia a sindicatos, organizaciones sociales, de derechos humanos o que promueva
intereses de cualquier partido político o que aseguren los derechos y garantías de partidos políticos de
oposición, así como los datos relativos a la salud, a la vida sexual, y los datos biométricos.

Datos semiprivado y privado


Dentro de las categorías de datos públicos y datos sensibles se encuentran los datos semiprivados y
privado, que son definidos por la Ley Estatutaria 1266 de 2008. El ordinal g del artículo 3º de esta ley
define el dato semiprivado como aquel que no tiene naturaleza íntima, reservada, ni pública y cuyo
conocimiento o divulgación puede interesar no sólo a su titular sino a cierto sector o grupo de personas
o a la sociedad en general, como el dato financiero y crediticio de actividad comercial o de servicios; y
por dato privado se entiende aquel que por su naturaleza íntima o reservada sólo es relevante para el
titular.
En consecuencia, y teniendo en cuenta las consideraciones constitucionales, legales y
jurisprudenciales antes citadas, el psicólogo está obligado a la reserva de la información obtenida como
consecuencia de su praxis y sólo podrá divulgarla con el consentimiento expreso del consultante o de su
representante legal. Sólo podrá divulgar información obtenida en su praxis pública o colectiva y que 59
tenga relación con los datos públicos tales como los relacionados con el estado civil de las personas, a su
profesión u oficio y a su calidad de comerciante o de servidor público que, por su naturaleza, son datos
que pueden estar contenidos, entre otros, en registros públicos, documentos públicos, gacetas y
boletines oficiales y sentencias judiciales debidamente ejecutoriadas que no estén sometidas a reserva.

Registro, manejo y custodia de la información obtenida por el psicólogo


Toda información recibida por el psicólogo en su ejercicio profesional privado deberá estar
registrada y custodiada siguiendo los lineamientos expuestos en la Resolución 1995 de 1999 del
Ministerio de Salud y en la Doctrina No. 1 del Tribunal Nacional Deontológico y Bioético de Psicología,
actualizada en el año 2016. En términos generales, lo que se pretende es que la información íntima y
privada de las personas esté a salvo de intromisiones indeseadas y que sólo podrá ser divulgada
mediante autorización clara y expresa del consultante o de su representante legal.
En cuanto a la información obtenida por el psicólogo en su ejercicio público o colectivo con la que se
han creado bases de datos, podrá ser tratada sólo con el permiso del titular de la información en los
términos señalados por la Ley 1581 de 2012 y por el Decreto Nacional 1377 de 2013, que la reglamentó
parcialmente. La Ley prohíbe de manera clara y expresa que la información obtenida por medio del
diligenciamiento de fichas de calificación de eventos o cualquier otra forma de obtener información, sea
utilizada con fines distintos para la que fueron recogidas. De manera igual, la persona tiene el derecho a
saber en qué bases de datos está su información y cuál es el uso que se le va a dar, lo mismo que a pedir
que sus datos sean retirados y que no vuelvan a ser utilizados.
Las disposiciones contendidas en las normas de habeas data obligan al psicólogo a contar con una
política sobre manejado de bases de datos, en caso de que las tenga, so pena de cuantiosas multas.
Dichas políticas se deberán publicar en las páginas web del psicólogo o de su empresa, y en caso de que
no tenga página web, no podrá hacer uso de las bases de datos. Es decir, el psicólogo no podrá mandar
correos masivos a sus contactos ofreciéndoles bienes y servicios a no ser que tenga el consentimiento
expreso de la persona para recibir dicha información.
Para facilitar el acercamiento a todos los anteriores aspectos relacionados con el registro, manejo y
custodia de la información, se consideró que el instrumento que mejor se ajusta para el cumplimiento de
los objetivos planteados en esta investigación es la encuesta, sobre lo cual se hace referencia a
continuación.
60
Referente psicométrico
La técnica de encuesta es ampliamente utilizada como procedimiento de investigación, ya que
permite obtener y elaborar datos de modo rápido y eficaz. De acuerdo con García, Ibáñez y Alvira (2007)
se puede definir la encuesta como:
una técnica que utiliza un conjunto de procedimientos estandarizados de investigación
mediante los cuales se recoge y analiza una serie de datos de una muestra de casos
representativa de una población o universo más amplio, del que se pretende explorar, describir,
predecir y/o explicar una serie de características (p. 167).

Para Sierra (1997) la observación por encuesta, que consiste igualmente en la obtención de datos de
interés sociológico mediante la interrogación a los miembros de la sociedad, es el procedimiento de
investigación más importante y el más empleado. Entre sus características están sus siguientes:
1. La información se obtiene mediante una observación indirecta de los hechos, a través de
las manifestaciones realizadas por los encuestados (respuestas a ítems), por lo que cabe la
posibilidad de que la información obtenida no siempre refleje la realidad.
2. La encuesta permite aplicaciones masivas, que si se emplean técnicas de muestreo
adecuadas, pueden hacer generalizaciones de los resultados a comunidades enteras.
3. El interés del investigador no es la persona quien contesta la encuesta, sino la población
a la que pertenece; de ahí, la necesidad de utilizar técnicas de muestreo aleatorios apropiadas
siempre que sea posible, o muestras no aleatorias cuando se trate de estudios exploratorios si
ánimo de generalizaciones poblacionales.
4. Permite la obtención de datos sobre una gran variedad de temas.
5. La información se recoge de modo estandarizado mediante un cuestionario
(instrucciones iguales para todos los sujetos, idéntica formulación de las preguntas, etc.).
Existen varias modalidades de encuesta: la presencial, encuestas telefónicas por correo y por
internet. Sin embargo, el gran crecimiento de las encuestas por Internet ha venido desplazado a las otras
maneras de hacer investigación mediante esta modalidad. La principal razón se debe a sus características
intrínsecas, como son la posibilidad de distribuir rápida y masivamente los cuestionarios, la rapidez en la
recogida, de información y el bajo costo. Estas son características que necesariamente llevan a poner en
duda las tradicionales ventajas de la encuesta presencial; modalidad considerada, hasta hace pocos 61
años, como la mejor forma de recogida de información.
De acuerdo con Díaz de Rada (2012) las encuestas por Internet presentan como ventaja la
posibilidad de acceder a un amplio número de personas con un bajo costo y de manera rápida, aspectos
que no se consiguen en las encuestas administradas presencialmente. Además, las encuestas por
Internet superan las barreras físicas y sociales de acceso al entrevistado (barreras geográficas y
relacionadas con el estatus socioeconómico) al mismo tiempo que permiten acceder a personas muy
ocupadas y/o difíciles de localizar con encuestas presenciales y telefónicas. Las mayores desventajas de
las encuestas autoadministradas mediante Internet están relacionadas con la dificultad para localizar
muestras representativas, en primer lugar, por problemas de cobertura provocados por el hecho de que
no todo el mundo tiene acceso a la red, por analfabetismo informático o debido a la falta de acceso a
equipos de cómputo.
Un segundo problema de las encuestas por Internet es la gran dificultad para hacer muestreos
probabilísticos, que lleva a la utilización de muestras de voluntarios que distan mucho de ser
representativas, de ser similares a la totalidad del universo objeto de estudio Pese a que existen diversos
métodos para la elaboración de muestras probabilísticas, el incremento en el costo económico que
supone su utilización genera que, hoy en día, la mayor parte de las encuestas realizadas por este medio
se basen en muestras de voluntarios, en personas autoseleccionadas. La realización de una muestra
probabilística precisa de la elaboración de un marco muestral, la selección aleatoria de participantes, las
invitaciones para colaborar, el seguimiento de los invitados, los envíos sucesivos para recordar el envío
de la encuesta, etc. Todo ello supone un importante costo económico y, además, retrasa enormemente
la investigación.
El tercero de los problemas referidos a la representatividad en las encuestas administradas
mediante Internet está relacionado con la menor tasa de respuesta de las encuestas. Una estrategia
tradicionalmente empleada por las encuestas administradas para aumentar la cooperación ha sido el uso
de incentivos, que no ha demostrado ser tan eficaz para las encuestas por Internet.
No obstante las limitaciones señaladas, la manera más factible de acceder a los psicólogos del país y
obtener una respuesta rápida a la encuesta diseñada es a través de Internet, que se ha convertido en un
medio de comunicación institucional efectivo del Colegio Colombiano de Psicólogos en varios de los
estudios que ha llevado a cabo.

62
Capítulo tercero
Método

Diseño
Corresponde a este estudio un diseño descriptivo dado su objetivo de identificar el registro, manejo
y salvaguarda de la información consignada en los documentos que los psicólogos del país elaboran en
su ejercicio profesional. Afirman Hernández, Fernández, y Baptista (2006) que un estudio descriptivo
busca “especificar las propiedades, características y los perfiles de personas, grupos, comunidades o
cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis” (p. 102).

Participantes
Ingresaron al sitio web del Colegio Colombiano de Psicólogos 718 psicólogos, 4 de los cuales (0.6%)
no aceptaron el consentimiento informado y por consiguiente no respondieron la encuesta. De los 714
que estuvieron de acuerdo, 437 (57.8%) diligenciaron la encuesta en su totalidad, aunque algunos de
ellos dejaron uno o varios ítems sin contestar, y 277 (42,2%) se limitaron a contestar las 8 preguntas de
identificación pero no avanzaron en la encuesta.
63
La caracterización de los participantes se presenta en la descripción de los resultados de los ítems 1
a 8 que contemplan los datos sociodemográficos de quienes respondieron la encuesta.

Instrumento
Para este estudio se utilizó una encuesta diseñada con base en una matriz temática, con el objeto de
un contar con un instrumento de respuesta cerrada, es decir, un listado de preguntas que se formulan de
forma idéntica a todos las personas interrogadas, que sigue las recomendaciones técnicas para su
elaboración: lenguaje claro y adecuado según la población objetivo, enunciados cortos, alternativas de
respuesta excluyentes, número similar de alternativas de respuesta, entre otros. Dicha matriz quedó
integrada por las definiciones de los referentes tenidos en cuenta para su estructura, en los aspectos
ético, normativo y procedimental del ejercicio profesional, así como en los tópicos registro, manejo y
custodia de la información. Esto generó una serie de celdas que orientó a las investigadoras en la
elaboración de preguntas que cubrieran los tres tópicos temáticos que fueron el objeto de la
investigación. Los tópicos de la información y los referentes que se incluyeron, así como el número de los
ítems de la encuesta perteneciente a cada uno de ellos se pueden consultar en el Apéndice A. Con base
en las definiciones plasmadas en cada una de las celdas se definieron 42 ítems de los cuales los 8
primeros correspondieron a datos sociodemográficos, a saber: año de grado como psicólogo, sexo, lugar
de trabajo (departamento y municipio), último nivel de formación académica, modalidad laboral
(independiente, empleado, independiente y empleado) y modalidades del rol profesional (actividad
disciplinar específica, administrativo, docente, investigador). Los 34 restantes ítems estuvieron
relacionados con situaciones que contienen los referentes y tópicos antes señalados.
Es de resaltar que para la elaboración de la encuesta se incluyeron los ítems requeridos para el logro
de los objetivos general y específicos, como se indica a continuación.
Con el objeto de identificar el tipo de información que consignan en los documentos formales e
informales, públicos y privados, así como en los informes para terceros, se elaboración los ítems 20
(literales, exactas, generales y personales sobre sus inquietudes y reflexiones), 28 (inclusión o no de
anexos y sustentos teóricos y metodológicos sobre la atención prestada), 35 (datos de identificación
sobre los usuarios de sus servicios dependiendo del propósito de los documentos o informes que
elabore) y 36 (datos demográficos sobre los usuarios de sus servicios según el destino de los informes o
formatos que elabore).
Con el fin de identificar el seguimiento que hacen los psicólogos respecto de las disposiciones
64
normativas relacionadas con el registro, manejo y custodia de la información en su ejercicio profesional,
se generaron los ítems 17 (exigencia legal y normativa sobre el registro, tratamiento, manejo y custodia
de la información según vinculación laboral o si trabaja de manera independiente), 19 (referentes de
experticia personal, deontológicos y bioéticos de la APA, procedimentales de la institución donde
trabaja, legales del país y disciplinares), 21 (obligación o no de llevar registro de información según
campo profesional o disciplinar, exigencia institucional, como sustento de informes o conceptos para
terceros), 25 (titularidad de información del mayor de edad usuario de los servicios) y 26 (titularidad del
menor edad usuario de los servicios).
Con el objeto de identificar los aspectos éticos que tienen en cuenta los psicólogos en Colombia en
la toma de decisiones respecto del registro, manejo y custodia de la información en el ejercicio
profesional, se diseñaron los ítems 9 (carácter de la información que reciben los psicólogos), 10
(propósito por el cual los psicólogos dan a conocer a sus usuarios sus derechos, la finalidad y el tipo de
información que recogerán, las fuentes y los medios que utilizarán y las consecuencias, si las hubiere, de
negar el consentimiento), 11 (límites de la confidencialidad), 12 (decisión de los usuarios ante los límites
de la confidencialidad), 13 (situaciones a las que se ven abocados los psicólogos relacionadas con los
límites de la confidencialidad), 14 (actuación de los psicólogos ante dilemas éticos), 15 (participación de
estudiantes o profesionales en formación en la atención a los usuarios), 16 (custodia de la información
íntima y privada de los usuarios), 29 (manejo confidencial de la información recibida en la atención
psicológica), 30 (autorización del usuario para la remisión de informes psicológicos), 40 (tipo de
relaciones entre los psicólogos y sus usuarios), 41 (fundamentación científica, metodológica y disciplinar
el ejercicio profesional) y 42 (tipos de fundamentación ante dilemas en el ejercicio profesional).
Con referencia al objetivo de identificar las medidas técnicas y administrativas que tiene en cuenta
el psicólogo para el registro, manejo y custodia de la información en el ejercicio profesional, se
construyeron los ítems 18 (situaciones por las cuales se lleva registro del proceso de atención a los
usuarios), 31 (medidas que aseguren la custodia de la información, la reserva profesional y la seguridad
de todo tipo de documentos), 34 (tipos de procesos y procedimientos sobre el tratamiento y manejo de
la información de la atención psicológica), 37 (acciones tendientes a la corrección y ajuste de
información suministrada por los usuarios), 38 (medidas tomadas para la reserva profesional frente al
personal auxiliar), 39 (medidas tomadas con los documentos al cambiar de organización, área de
desempeño o dejar de ejercer la profesión). 65
Para identificar el tipo de información que incluye el psicólogo en los informes o conceptos dirigidos
a terceros, se elaboraron los ítems 22 (límites de la confidencialidad y el tipo de información incluida en
informes o conceptos) y el 27 (tipos de informes de evaluación).
También, para identificar los criterios que tiene en cuenta el psicólogo cuando utiliza datos
ilustrativos de sus usuarios con fines didácticos, de comunicación o divulgación científica, se diseñó el
ítem 23 (manejo de la información producto de los servicios profesionales con fines didácticos, de
comunicación o divulgación científica).
El instrumento final se puede consultar en el Apéndice B.
No era posible obtener indicadores de validez del instrumento debido a que en el presente estudio
se pretendía conocer el seguimiento que hacen los psicólogos en Colombia de diversos aspectos éticos y
legales relacionados con el registro, manejo y custodia de la información que reciben de sus usuarios, y
para esto los ítems se plantearon de tal forma que en muchos de ellos no había una única alternativa
correcta, sino que varias o todas podían serlo y la elección que hicieron lo que mostró fue la relevancia
que los participantes le dieron a cada alternativa. Adicionalmente, la encuesta tampoco evalúa
constructo psicológico alguno sobre el que se requiera demostrar si se está midiendo adecuadamente y
que la medida es consistente.
No se hizo un muestreo poblacional como manda idealmente la investigación por encuesta, sino que
se trabajó con la base de datos de correos electrónicos de los psicólogos que posee Colpisc, a quienes se
les envió la invitación a participar de manera voluntaria. Realizar un estudio con una muestra
representativa implicaría tener muy bien delimitado el marco poblacional de los psicólogos colombianos,
llegar sólo a la muestra seleccionada según manda el diseño muestral, lo que implicaría altos costos
económicos y largo tiempo que superan ampliamente las expectativas del presente estudio, ya que los
resultados son un primer acercamiento al registro, manejo y custodia de la información que hacen los
psicólogos colombianos en su cotidiano ejercicio profesional.

Procedimiento
El desarrollo del presente estudio se hizo de acuerdo con las siguientes fases:
Fase 1: diseño de una encuesta. Se diseñó una encuesta anónima que fue respondida en línea a
través del sitio web del Colegio Colombiano de Psicólogos, con las respectivas indicaciones de señalar en
los datos sociodemográficos, el año de egresado del pregrado como psicólogo, sexo, departamento y 66
ciudad donde trabaja, el título más alto alcanzado en su formación académica, y el campo o los campos
profesionales o disciplinares en el o los que se desempeña (los dos campos a los que le dedica mayor
tiempo en su trabajo), así como la instrucción para responder cada uno de los 34 ítems restantes, es
decir, del 9 al 42, que hacen referencia a contenidos específicos en las categorías de la información
suministrada por el usuario de los servicios del psicólogo (sometida a reserva, pública, privada,
semiprivada, privada y sometida a reserva), los objetivos y medios del manejo de la información, los
límites de la confidencialidad y de la divulgación de datos de los usuarios, el manejo de dilemas éticos, la
custodia de la información, la reserva profesional, tipos de registro de la información en los diferentes
campos del ejercicio profesional, entre otros.
Fase 2: revisión de la encuesta por expertos. La encuesta diseñada fue sometida a revisión por parte
de tres psicólogos, uno experto en evaluación, un psicómetra y otro experto en investigación, así como
por un experto en lengua española, con el fin de garantizar la calidad idiomática y gramatical del
instrumento y la inclusión de los elementos estructurales y de contenidos requeridos para lograr los
objetivos de este estudio.
Fase 3: montaje y respuesta de la encuesta en el sitio web de Colpsic. La encuesta diseñada se subió
a la página web de Colpsic del 18 de julio al 1 de agosto de 2016 a través del programa Survey Monkey.
De manera previa, la oficina de Comunicaciones de Colpsic envió un aviso masivo a 35.291 colegiados de
todo el país invitándolos a contestar la encuesta; 18.739 miraron la invitación y de ellos 1.324 la
abrieron. Ninguno de los mensajes enviados rebotó. Por su parte las investigadoras compartieron dicha
invitación a sus contactos. La invitación se hizo en los siguientes términos, junto con el consentimiento
informado:
“Distinguido colega, le damos la bienvenida a la investigación “Identificación de los tipos de
registro y las maneras de manejo y custodia de la información en el ejercicio profesional de la
psicología en Colombia”, la cual tiene como principal objetivo conocer el manejo ético y
deontológico que hacemos los psicólogos colombianos de la información producto de nuestro
ejercicio profesional. Esta investigación institucional del Colegio Colombiano de Psicólogos -
Colpsic está a cargo de las psicólogas Maritza Sánchez Ramírez
(sanchezramirez.maritza@gmail.com) y Gloria María Berrío Acosta (gmberrio@gmail.com).
Le invitamos a responder de manera voluntaria 42 preguntas de selección múltiple sobre el
tema, invirtiendo entre 15 y 20 minutos de su tiempo. Cualquier respuesta es válida, solo nos
interesa identificar las prácticas más comunes, razón por la cual le solicitamos conteste según su
criterio. Puede optar por no contestar o retirarse de la encuesta cuando lo desee. Toda
67
información será tratada con estricta confidencialidad.
Si usted contesta toda la encuesta podrá acceder a los enlaces de unos documentos de
interés, la mayoría de ellos, publicados en la página web de Colpsic.

Consentimiento informado:

“He sido informado acerca de la investigación y de lo que se requiere de mí en la misma. Entiendo


que mi participación es voluntaria y puedo retirarme en cualquier momento. Entiendo que puedo
optar por no responder aquellas preguntas que no desee responder y que los datos serán tratados
en forma confidencial.
¿Está usted de acuerdo con las anteriores afirmaciones? Sí____ No____”

Fase 4: elaboración de la base de datos de las respuestas a la encuesta. Se elaboró una base de
datos en Excel con tablas de las respuestas a cada uno de los ítems de la encuesta con sus frecuencias y
porcentajes (Apéndice C).
Fase 5: procesamiento, análisis estadístico de los resultados de la encuesta. Se hizo un análisis
descriptivo de los porcentajes de respuestas a cada uno de los ítems de la encuesta, información que
corresponde al siguiente capítulo de resultados. Igualmente, se definió un documento para dicho análisis
con el fin de establecer relaciones entre ítems que permitieron profundizar en aspectos sobresalientes
de los resultados sobre el registro, manejo y custodia de la información en el ejercicio profesional de los
psicólogos participantes en este estudio, y determinar el logro de los objetivos planteados para esta
investigación (Apéndice D).

Consideraciones éticas

Como ya se indicó, el presente estudio estuvo precedido de un consentimiento informado para la


participación voluntaria de los psicólogos que fueron invitados a responder la encuesta diseñada para tal
efecto, con la opción de responder solo aquellas preguntas que se desearan, de retirarse en cualquier
momento, y de garantizar el anonimato de los participantes y el manejo confidencial de la información
por ellos suministrada. Con ello se dio cumplimiento a lo establecido en los principios cinco y seis del
artículo 2 de la Ley 1090 de 2006, sobre la confidencialidad y resguardo de la información, así como el
respeto a la integridad y protección del bienestar de las personas y de los grupos participantes en
procesos de investigación, respectivamente.

68
Capítulo cuarto

Resultados

Descripción de la muestra
Participaron 718 psicólogos, dentro de los cuales 4 personas (0,6%) contestaron No al
consentimiento informado. De quienes contestaron que Sí al consentimiento informado (714)
contestaron el primer bloque de preguntas, cuyo objetivo fue caracterizar al profesional que diligenció la
encuesta, en aspectos sociodemográficos tales como sexo, año de graduación, nivel académico,
departamento y municipio donde trabaja, etc.
La segunda parte de la encuesta, que corresponde al bloque de preguntas objeto de esta
investigación, fue contestada por 437 profesionales, es decir el 61% del total de personas que accedieron
voluntariamente al cuestionario. De estas personas, el 76,7% (335) contestaron en su totalidad, el 11,2%
(49) dejó de contestar una pregunta, el 5,1% (22) de 2 a 3 preguntas, el 2,1% (9) de 4 a 10 preguntas y el
4,9% (21) 11 o más preguntas.
Al realizar un análisis de no respuesta de cada ítem se encontró que el ítem No. 34 fue el que tuvo
69
mayor índice de no respuesta (7,6%, es decir, 33 personas no contestaron el ítem, el cual se relacionaba
con el tratamiento y manejo de la información obtenida durante la atención psicológica), seguido por el
ítem No. 35 (6,6%, que trata sobre la acción: “El psicólogo incluye datos de identificación sobre el
usuario de sus servicios en...”) y el No. 32 (6,4%, “Cuando el psicólogo atiende a un usuario emplea
documentos escritos o audiovisuales…). Los ítems que tuvieron los índices de menor número de no
respuestas fueron el No. 10 (0,5%: “El psicólogo le da a conocer al usuario sus derechos, la finalidad y el
tipo de información que recogerá, las fuentes y los medios que utilizará y las consecuencias, si las
hubiere, de negar el consentimiento, con el propósito de…”) y el No. 9 (0,7%: “Toda información que un
psicólogo recibe de su usuario en el ejercicio profesional es…”). Los detalles de no respuesta se
presentan en la figura 1.
Total de no respuestas de cada ítem
10. El psicólogo le da a conocer al usuario sus… 2
9. Toda información que un psicólogo recibe de su… 3
13. Cuando el psicólogo se entera de asuntos que… 9
14. Cuando se le presentan dilemas éticos sobre el… 10
11. En la atención inicial el psicólogo le informa al… 10
15. Cuando el psicólogo tiene a su cargo estudiantes… 11
19. Cuando el psicólogo, en cualquier campo y bajo… 12
17. Las leyes y demás disposiciones normativas sobre… 12
18. El psicólogo lleva registro de las actividades que… 13
20. En el registro de información de las actividades… 15
12. Si después de explicarle los límites de la… 15
16. El psicólogo protege los documentos impresos y… 17
26. Cuando el usuario del servicio de atención… 19
27. En los informes de evaluación, el psicólogo 21
21. Respecto al registro de información de las… 21
41. El psicólogo basa su ejercicio profesional en la… 22
31. Para dar cumplimiento a las normas relacionadas… 22
42. Cuando el psicólogo se encuentra en un dilema en… 23
40. La relación entre psicólogo y usuario se ubica… 23
38. Para asegurar la reserva profesional frente al… 23
28. En el documento en el cual el psicólogo registra la… 23 70
22. Al expedir informes o conceptos, el psicólogo… 23
39. Cuando el psicólogo cambia de organización, de… 24
33. El psicólogo registra la información que le brinda… 24
25. Cuando el usuario del servicio de atención… 24
23. Cuando el psicólogo utiliza datos ilustrativos… 24
37. De las siguientes opciones indique la acción… 25
29. En relación con el manejo confidencial de la… 25
24. Cuando el psicólogo en su ejercicio profesional… 25
30. Cuando el psicólogo remite informes psicológicos… 27
36. El psicólogo incluye datos demográficos sobre el… 28
32. Cuando el psicólogo atiende a un usuario emplea… 28
35. El psicólogo incluye datos de identificación sobre… 29
34. Sobre el tratamiento y manejo de la información… 33
0 5 10 15 20 25 30 35
Freecuencia

Figura 1. Distribución de frecuencia de no respuestas a cada ítem.

Se incluye a continuación la descripción de cada una de las figuras que contienen los resultados en
porcentajes de cada uno de los ítems de la encuesta.
Año de graduación
50 46,3

40
33,2
30
%
20 14,3

10 4,8
1,4
0
1968 - 1980 1981 - 1990 1991 - 2000 2001 - 2010 2011 - 2016

Figura 2. Distribución por período de graduación.

Los psicólogos con 5 o menos años de egresados fueron quienes más respondieron la encuesta
(46,3%), seguidos de los que llevan entre 6 y 15 años (33,2%). A pesar de ser el menor porcentaje (1,4%),
se destaca la participación de psicólogos que llevan entre 36 y 48 años de egresados.
71

Sexo

28,1
Mujer
Hombre

71,6

Figura 3. Distribución según sexo de los participantes.

La participación por sexos fue de 71,6% para las mujeres y de 28,1% para los hombres. Uno de los
participantes se identificó como intersexual.
Bogotá D.C. 36,8
Antioquia 16,0
Cundinamarca 5,9
Valle del Cauca 5,7
Santander 5,0
Tolima 3,2
Boyacá 2,7
Atlántico 2,5
Huila 2,1
Córdoba 2,1
Nariño 1,8
Risaralda 1,6
Caldas 1,6
Quindío 1,4
Cesar 1,4
Cauca 1,4
Casanare 1,4
Bolívar 1,4
Norte de Santander 1,1
Meta 1,1
Magdalena ,9
San Andrés y Providencia ,5
Guaviare ,5
Arauca ,5
Vichada
Sucre
,2 72
,2
Magdalena ,2
Chocó ,2
Caquetá ,2
Amazonas ,2
10 20 30 40
%

Figura 4. Distribución según departamento donde trabajan.

Los psicólogos que respondieron la encuesta trabajan en 30 de los 32 departamentos del país y en
Bogotá, D. C. No se contó con participantes de La Guajira y Vaupés. Los lugares con mayor participación
fueron Bogotá, D. C. con el 36,8% y Antioquia con el 16,0%, los que sumados superan la mitad de los
participantes con el 52,8%, frente al 47,2% de los 28 departamentos restantes. Los participantes
estuvieron ubicados laboralmente en 143 municipios: Bogotá (34,7%), las 18 restantes capitales de
departamentos (Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Ibagué, Neiva, Tunja, Armenia, Cartagena,
Cúcuta, Pereira, Manizales, Montería, Pasto, Valledupar, Florencia) suman el 38,7%; los 125 municipios
restantes agrupan al 26,6%, dentro de los cuales hay capitales de departamentos (Popayán, Santa Marta,
Villavicencio, Sincelejo, Quibdó) y de otros municipios.
2,1

Pregrado
22,7
Especialización
46,9
Maestría
Doctorado

28,4

Figura 5. Distribución según nivel académico.

En cuanto al nivel de formación académica, se aprecia que el 46,9% de los participantes tienen
pregrado, el 28,4% especialización, el 22,7% maestría y solo el 2,1% tiene doctorado.

73
Psicología Clínica 37,3
Psicología Educativa 28,8
Psicología Social, Ambiental y Comunitaria 22,4
Psicología de las Organizaciones y del Trabajo 19,7
Psicología de la Salud 12,8
Desarrollo Humano y Ciclo de Vida (infancia - vejez) 12,4
Psicología Jurídica y Forense 8,7
Evaluación, Medición y Estadística Aplicada 4,1
Neurociencia y Psicobiología 3,9
Análisis Experimental de la Conducta 3,2
Psicología de la Sexualidad 2,7
Ética y Deontología Profesional 2,3
Procesos Psicobiológicos Básicos 1,8
Psicología del Consumidor 1,6
Epistemología e Historia de la Psicología 1,6
Psicología Militar 1,1
Psicología del Deporte ,7
Psicología del Tránsito y Seguridad Vial ,5
,0 5,0 10,0 15,0 20,0 25,0 30,0 35,0 40,0
%

Figura 6. Distribución según campos de dedicación profesional.


Se registraron 18 campos diferentes de dedicación profesional, dentro de los que se destacan con
mayor participación los profesionales que se dedican a la Psicología Clínica con el 37,3%, seguidos por los
de la Psicología Educativa con el 28,8%, los de la Psicología Social, Ambiental y Comunitaria con el 22,4%
y los de la Psicología de las Organizaciones y del Trabajo con el 19,7%. Los 14 campos restantes
participaron con el 57,4%. El 36,8% se dedica a un solo campo profesional y el 63,2% a dos campos.

26,6
29,1
Independiente
Empleado
Independiente y empleado

44,3

74
Figura 7. Distribución según modalidad laboral.

Se observa que el 44.3% de los participantes son empleados, el 29,1% comparten su modalidad
laboral como independientes y empleados y el 26,6% son independientes. Sumadas las modalidades de
empleado e independiente y empleado resulta un 73,4%, lo que significa que cerca de una tercera parte
de los psicólogos tienen una relación laboral.
Modalidades profesionales

Investigador 15,3

Docente 29,7

Administrativo 30,7

Actividad disciplinar específica 57,9

0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 50,0 60,0 70,0


%

Figura 8. Distribución según modalidades profesionales.


El 57.9% de los participantes se dedica a una actividad disciplinar específica, el 30.7% a lo
administrativo, el 29.7% a la labor docente y el 15.3 a la investigación.

60
52,8
50 75
40

% 30 23,7
20 14,7

10 4,4 4,4

0
sometida a reserva pública en la privada semiprivada y con privada y sometida
medida en que reserva relativa en a reserva
terceros pueden la medida en que
solicitarla pero terce

Figura 9. Tipo de información que recibe el psicólogo del usuario de sus servicios.

Descripción general sobre el manejo de la información


Se observa que el 52,8% de los psicólogos consideran que la información que reciben de sus
usuarios en el ejercicio profesional es privada y sometida a reserva; el 23,7% semiprivada y con reserva
relativa, en la medida en que terceros pueden solicitarla; el 14,7% privada, y con el mismo puntaje de
4,4% pública, en la medida en que terceros pueden solicitarla pero reservada porque quienes la solicitan
no pueden vigilarla, y sometida a reserva.

60 54,9

50

40

% 30 25,3

20
8,3 8,5
10
3,0
0
cumplir un proceso tomar decisiones ilustrarlo y sugerirle cumplir un requisito ilustrarlo para que
administrativo conjuntas luego de la mejor opción del legal tome una decisión
un proceso dialógico proceso de atenci libre y autónoma

Figura 10. Distribución según propósito de la información que suministra y recoge el psicólogo del
usuario de sus servicios.

El 54,9% de los psicólogos participantes en este estudio consideran que la información que
suministran y recogen del usuario de sus servicios tiene como propósito ilustrarlo para que tome una
76
decisión libre y autónoma; el 25,3% cumplir un requisito legal; el 8,5% ilustrarlo y sugerirle la mejor
opción del proceso de atención; el 8,3% tomar decisiones conjuntas luego de un proceso dialógico; y el
3,0% cumplir un proceso administrativo.
70 65,1

60
50
40
%
30
20 15,9
12,2
10 6,8

0
el secreto profesional en la confidencialidad tiene la confidencialidad es la confidencialidad y el
todos los casos es límites absoluta secreto profesional tienen
inviolable límites

Figura 11. Distribución según límites de la confidencialidad y el secreto profesional.


Se destaca en este ítem que el 65,1% de los participantes estiman que la confidencialidad y el
secreto profesional tienen límites; para el 15,9% la confidencialidad es absoluta, en tanto que para el
12,2% la confidencialidad tiene límites y para el 6,8% el secreto profesional en todos los casos es
inviolable.

60 55,9
50
40
30,1
% 30
20 14,0
10
0
acepta guardar el secreto guardará su secreto pero consulte a un profesional que se
profesional en su totalidad y asum interiormente se reserva el ajuste a sus exigencias
derecho

Figura 12. Distribución según explicación al usuario de los servicios de los límites de la confidencialidad y
decisión del usuario de no tomar dichos servicios.

Una vez se le explica al usuario del servicio del psicólogo los límites de la confidencialidad y este
decide que no le interesan, el 55,9% de los psicólogos que respondieron la encuesta le indica que
consulte a un profesional que se ajuste a sus exigencias; el 30,1% que guardará su secreto pero 77
internamente se reserva el derecho de informar sobre aquellos aspectos que considere debe comunicar
a terceros; y el 14,0% que acepta guardar el secreto profesional en su totalidad y asumir las
consecuencias.

60 54,9
50
40
% 30 21,7
20 16,4
7,0
10
0
persuade al usuario a no solicita la autorización de rompe la confidencialidad actúa conforme a lo
cometer tales acciones. un juez para romper la de la información de su establecido en los límites
confidenc usuario de la confide

Figura 13. Distribución según actuación del psicólogo ante situaciones de peligro contra la integridad
y derechos del usuario, su familia o la sociedad.
Ante situaciones que conllevan peligro o atenten contra la integridad y derechos del usuario, su
familia o la sociedad, el 54,9% de los psicólogos actúa conforme a lo establecido en los límites de la
confidencialidad acordados con el usuario; el 21,7% rompe la confidencialidad de la información de su
usuario; el 16,4% solicita la autorización de un juez para romper la confidencialidad de la información; y
el 7,0% persuade al usuario de no cometer tales acciones.

80 70,3
70
60
50
% 40
30
20 10,5 12,6
10 1,9 4,7
0
le dice su propia le dice un experto en le responden a le refieran otros encuentra en los
experiencia estos temas, sea o través de la página colegas a partir de la códigos éticos
no psicólogo web del Colegio experiencia de ello nacionales o
Colombian internacionales

Figura 14. Distribución según dilemas éticos en el manejo de información.


Ante situaciones dilemáticas sobre el registro, tratamiento y manejo de la información, la gran
78
mayoría, el 70,3% de los psicólogos participantes los resuelven según lo consultado en códigos éticos
nacionales o internacionales, frente a unos pocos que actúan de acuerdo con lo referido por otros
colegas (12,6%), las respuestas dadas por el Colegio Colombiano de Psicólogos a través de la página web
(10,5%), y unos muy pocos (1,9%), con base en su propia experiencia.

90 78,4
80
70
60
50
%
40
30 20,9
20
10 ,7

atiende al usuario sin hacer informa al usuario que dichos aclara al usuario cuál es el rol de
explícita la presencia de estos estudiantes o profesionales so dichos estudiantes o pro

Figura 15. Distribución según participación de estudiantes y profesionales en formación.


Cuando se tiene a cargo estudiantes en práctica profesional o profesionales en formación que
participan en la atención al usuario de sus servicios, la mayoría de los psicólogos que respondieron la
encuesta (78,4%) le aclara el rol de dichos estudiantes y profesionales para que decida si los acepta o no,
el 20,9% le informa que dichos estudiantes o profesionales son parte de su equipo de trabajo; y
únicamente el 0,7% lo atiende sin hacer explícita la presencia de estos estudiantes o profesionales.
40 36,2
35
30
25 22,4
17,9 18,3
% 20
15
10 5,2
5
0
el principio ético de la costumbre ética el principio de el principio de el principio de no
no correr el riesgo de gremial de no contar justicia que señala beneficencia que maleficencia que
adquirir una ma lo que se ha escucha que no se debe hacer llama al profesional a indica que se debe
dañ actu preve

Figura 16. Distribución según razones para proteger información íntima y privada. 79

Las razones que tienen los psicólogos participantes en este estudio de proteger los documentos
impresos y digitales en los que guardan información íntima y privada de los usuarios son, en primer
lugar, con 36,2%, por el principio de no maleficencia, el cual señala que se debe prever el daño posible,
seguido con un 22,4% por el principio de beneficencia que llama al profesional a actuar bien; a su vez,
con un 18,3% por el principio de justicia que señala no hacer daño al usuario; un 17.9% por la costumbre
ética gremial de no contar lo que se ha escuchado durante el ejercicio profesional; y, por último con un
5.2% por el principio ético de no correr el riesgo de adquirir una mala imagen profesional.
100 89,7
90
80
70
60
% 50
40
30
20 8,2
10 ,9 1,2

en instituciones públicas de manera independiente en instituciones públicas de manera independiente


exclusivamente exclusivamente o privadas y en instituciones públicas
o privad

Figura 17. Distribución según disposiciones normativas vinculantes para el psicólogo.


El 89,7%, que corresponde a la gran mayoría de los psicólogos que contestaron la encuesta,
consideran que las leyes y demás disposiciones normativas sobre el registro, tratamiento, manejo y
custodia de la información producto de su ejercicio profesional son vinculantes para el psicólogo que
trabaje independientemente y en instituciones públicas o privadas; un 8,2% para quienes laboren en
instituciones públicas o privadas; un 1,2% exclusivamente de manera independiente; y un 0.9%
únicamente en instituciones públicas. 80

100 90,4
90
80
70
60
% 50
40
30
20
1,9 5,6
10 ,9 1,2

solo en aquellos solo cuando lo cuando anticipa que como soporte de su tanto en los casos
casos que lo exige la considera necesario debe elaborar archivo personal que exige la ley
ley informes para como para su
terceros archivo per

Figura 18. Distribución según razones para el registro de actividades de la atención a usuarios.
El 90,4% de los psicólogos participantes lleva registro de las actividades del proceso de atención a
sus usuarios tanto en los casos que exige la ley como para su archivo personal; un 5,6% lo hace como
soporte de su archivo personal; un 1,9% cuando anticipa la elaboración de informes para terceros; un
1,2% sólo cuando lo estima necesario; y un 0,9% únicamente en los casos que exige la ley.

50 41,8
40 35,7

30
%
20 13,1
10 3,5 5,9

0
propios surgidos a procedimentales de la legislación deontológicos y disciplinares y
partir de la establecidos por la colombiana en esta bioéticos de la legales
experiencia institución donde materia Asociación
profesional trabaj Americana de Psic

Figura 19. Distribución según manejo de información en cualquier campo y modelo teórico.

Para el registro, manejo y custodia de la información producto de su ejercicio profesional, el 41,8%


de los psicólogos tiene claros los referentes disciplinares y legales; el 35,7%, los deontológicos y bioéticos
de la APA; el 13,1%, la legislación colombiana en esta materia; el 5,9%, los procedimentales de la 81
institución donde trabaja; y el 3,5% los de su propia experiencia profesional.

60
51,8
50

40 32,9
% 30
20
7,1 8,3
10

0
personales sobre sus literales de la información generales sobre la exactas sobre la
inquietudes y reflexiones suministrada por el información relevante información relevante
acerca de la usuario suministrada por el suministrada por el u

Figura 20. Distribución según tipos de registros de información en el ejercicio profesional.


En el registro de información de las actividades profesionales en la atención a los usuarios, el 51,8%
de los psicólogos hace anotaciones exactas sobre información relevante; el 32,9%, generales sobre este
mismo tipo de información; el 8,3%, literales sobre la información suministrada; y 7,1%, personales
sobre sus inquietudes y reflexiones.
70 63,3
60

50

40
%
30

20
11,0 12,5
8,4
10 4,8

0
es obligatorio llevar es obligatorio llevar es obligatorio llevar es optativo llevar o es obligatorio llevar
a registro escrito de registro de las registro escrito de no registro escrito registro escrito de
las actividades (b) actividades las actividades pr de las actividades las actividades en
profesiona (a) (e.) (d) (c.)

Figura 21. Registro optativo u obligatorio de información en el ejercicio profesional.


Respecto de si es optativo u obligatorio llevar registro escrito de las actividades profesionales, es
obligatoria para el 63,3% de los participantes solo cuando se lo exige la empresa o institución donde
labora; para el 12,5% únicamente cuando es necesario sustentar la información que se incluye en
informes o conceptos que son solicitados por terceros; para el 11% es obligatorio únicamente cuando 82
trabaja en las áreas clínica y de la salud; para el 8,4% es optativo llevar o no registro escrito de las
actividades dependiendo del campo profesional o disciplinar; y para el 4,8% es obligatorio en todos los
campos profesionales o disciplinares.

70 62,9
60
50
40
%
30 24,8
20 11,8
10
,5

lo que el usuario le indica lo que responde a la lo que considera debe lo que responde a los fines
que debe incluir solicitud del destinatario conocer el destinatario del acordados con el usuario e
independient informe inclu

Figura 22. Distribución según contenidos en expedición de informes o conceptos sobre el usuario.
Con referencia a la expedición de informes o conceptos, el 62,9% incluye lo que responde a los fines
acordados con el usuario e incluidos dentro de los límites de la confidencialidad previamente aceptados;
el 24,8 lo que considera debe conocer el destinatario del informe; el 11,8% lo que responde a la solicitud
del destinatario independientemente del interés del usuario; y el 0,5% lo que el usuario le indica que
debe incluir.

80 72,7
70
60
50
% 40
30 19,3
20 8,0
10
0
los participantes en sus los destinatarios de dichos datos no sea posible la identificación de
investigaciones solo sean los manejen de manera prud la persona, grupo o inst
reconocid
83
Figura 23. Distribución según datos ilustrativos de usuarios con fines académicos, de comunicación o
divulgación científica.

De utilizarse datos ilustrativos productos de los servicios profesionales con fines didácticos, de
comunicación o divulgación científica, producto de sus servicios profesionales, los psicólogos lo hacen de
modo que en el 77,2% de los casos no sea posible la identificación de la persona, grupo o institución
participante; en el 19,3% que los destinatarios de dichos datos los manejen de manera prudente y
reservada; y en el 8% que los participantes en sus investigaciones solo sean reconocidos por la
institución donde se realizó.
60
51,3
50
40
27,6
% 30 21,1
20
10
0
consigue la autorización de sus ilustra a sus usuarios o utiliza de forma anónima y
usuarios o participantes par participantes sobre la posibilidad confidencial los datos e informac

Figura 24. Distribución según confidencialidad y anonimato datos e información sobre usuarios en
docencia y divulgación científica.

El 51,3% de los psicólogos utiliza de forma anónima y confidencial los datos e información de sus
usuarios o participantes en actividades docentes o de divulgación científica; el 27,6% ilustra sobre la
posibilidad de utilizarlos en tales actividades; y el 21.1% consigue la autorización para utilizarlos sin
restricciones.

90
80
77,1 84
70
60
50
%
40
30
18,1
20
10 4,8
0
la persona interesada en la el psicólogo que recibió la el usuario que recibe la atención
información sobre el usuario información profesional

Figura 25. Distribución según usuario mayor de edad y titularidad de la información producto de la
prestación del servicio.

En el caso del servicio de atención psicológica a un mayor de edad, el 77,1% de los participantes
considera que el dueño o titular de la información producto de esta atención psicológica es el usuario
que recibe la atención profesional; el 18,1% el psicólogo que recibió la información; y el 4,8% la persona
interesada en la información sobre dicho usuario.
45 41,3 41,5
40
35
30
25
% 20 14,3
15
10 2,6
5 ,2

el menor de edad y el menor de edad el psicólogo que el representante el representante


cualquier persona recibió la legal del menor de legal y el menor de
interesada en la información edad edad
inform

Figura 26. Distribución según usuario menor de edad y titularidad de la información producto de la
prestación del servicio.

Cuando el servicio de atención psicológica es a un menor de edad, el 41,5% de los psicólogos


considera que el dueño o titular de la información producto de la atención psicológica es el
representante legal y el menor de edad; el 41,3% el representante legal del menor de edad; el 14,3% el
psicólogo que recibió la información; el 2,6% el menor de edad; y el 0,2% el menor de edad y cualquier
85
persona interesada en la información sobre él.

80
67,4
70
60
50
% 40
27,1
30
20
10 4,6
1,0

incluye rotulaciones y evita rotulaciones y incluye rotulaciones y evita diagnósticos,


conceptos o diagnósticos conceptos o diagnósticos conceptos o diagnósticos rotulaciones y conceptos
definitivos definitivos definitivos definitivos, pe

Figura 27. Rotulaciones en conceptos o diagnósticos de usuarios.

En los informes de evaluación, el 67,4% de los participantes evita diagnósticos rotulaciones y


conceptos definitivos pero incluye hallazgos del proceso de evaluación; el 27,1% incluye rotulaciones y
conceptos o diagnósticos definitivos con información que sustente los hallazgos del proceso de
evaluación; el 4,6% evita rotulaciones y conceptos o diagnósticos definitivos; y el 1% incluye rotulaciones
y conceptos o diagnósticos definitivos.

70
58,3
60
50
40 31,1
%
30
20
3,6 7,0
10
0
no incluye anexos no incluye anexos incluye anexos relevantes incluye anexos relevantes
relevantes ni sustentos relevantes pero sí los y sustentos teóricos y y sustentos teóricos y
teóricos y metodol (c.) sustentos teóricos (b) metodológic (d) metodológic (a)

Figura 28. Inclusión de anexos en los documentos de registro psicológico

El documento en el que se registran los procedimientos, técnicas o actividades propios del ejercicio
profesional, el 58,3% de los participantes incluye anexos relevantes y sustentos teóricos y metodológicos
de la atención prestada; el 31,1% incluye anexos relevantes y sustentos teóricos y metodológicos de la
86
atención prestada solo cuando se requieran para acciones legales; el 7% no incluye anexos relevantes
pero sí los sustentos teóricos y metodológicos de la atención prestada; y el 3,6% no incluye anexos
relevantes ni sustentos teóricos y metodológicos de la atención prestada.

90 78,0
80
70
60
50
% 40
30 20,3
20
10 1,7
0
el usuario establece los límites de el psicólogo establece los límites el psicólogo y el usuario acuerdan
la confidencialidad segú de la confidencialidad se los límites de la confide

Figura 29. Manejo confidencial de la información.


En relación con el manejo confidencial de la información recibida durante el proceso de atención
psicológica, el 78% de los participantes establece los límites de la confidencialidad según su criterio; el
20,3% usuario establece los límites de la confidencialidad según su criterio; y el 1,7% el psicólogo y el
usuario acuerdan los límites de la confidencialidad.

80 75,9
70
60
50
% 40
30
20 10,5 11,2
10 2,4
0
puede ser utilizado para no ha sido autorizado por ha sido autorizado por el ha sido autorizado por el
los fines que el solicitante el usuario y el solicitante usuario de la atención usuario y el solicitante
crea c queda psicológica queda com

Figura 30. Criterios para la remisión de informes psicológicos.


87
En la remisión de informes psicológicos solicitados por personas distintas al usuario, instancias
legales, instituciones u organizaciones, el 75,9% de los participantes deja constancia de que el contenido
del documento ha sido autorizado por el usuario y el solicitante queda comprometido a manejar
confidencialmente dicho contenido y emplearlo en el estricto marco para el que fue requerido; el 11,2%
ha sido autorizado por el usuario de la atención psicológica; el 10,5% no ha sido autorizado por el usuario
y el solicitante queda comprometido a no darle difusión fuera del estricto marco para el que fue
requerido; el 2,4% puede ser utilizado para los fines que el solicitante crea conveniente.

60 55,0
50
40
% 30 20,9 20,9
20
10 3,1
0
humanas y éticas técnicas, humanas y legales, humanas y éticas, humanas y legales
administrativas administrativas

Figura 31. Medidas para la custodia, reserva y seguridad de documentos.


Para el cumplimiento de las normas relacionadas con la custodia de la información y garantizar la
reserva profesional y la seguridad de los documentos físicos y digitales, el 55% de los psicólogos
participantes toma medidas éticas, humanas y legales; el 20,9% legales, humanas y administrativas, y
con el mismo porcentaje, medidas técnicas, humanas y administrativas; y el 3,1% humanas y éticas.

70 64,9
60
50
40
% 25,6
30
20 9,5
10
0
exclusivamente documentos formales en los que consigna la formales para consignar la
personales donde registra sus refl información de las acciones información, así como documentos

Figura 32. Formalidad de documentos escritos o audiovisuales.

En la atención psicológica a un usuario, el 64,9% de los participantes emplea documentos escritos o


audiovisuales formales para consignar la información, así como documentos personales donde registra 88
sus reflexiones, observaciones o consideraciones sobre el usuario o sobre el proceso de atención; el
25,6% formales en los que consigna la información de las acciones profesionales efectuadas en el
proceso de atención; y el 9,5% exclusivamente documentos personales donde registra sus reflexiones,
observaciones o consideraciones sobre el usuario o sobre el proceso de atención.
Historia clínica 49,3
Ficha de atención y seguimiento 14,3
Ficha de atención individual 9,7
Archivo profesional de atención psicológica 7,7
Documento con otra denominación. ¿Cuál? 7,7
Historia de atención psicosocial 6,0
Ficha de orientación escolar 2,7
Ficha de seguimiento psicopedagógico 1,2
Historia socio familiar 1,0
Historia psicodeportiva ,5

,0 20,0 40,0 60,0


%

Figura 33. Denominación de documentos para el registro de información.

Con referencia a las denominaciones dadas por los psicólogos a los documentos que elabora para el
registro de información, dentro de las 10 denominaciones propuestas, se destaca que el 49,3% emplea la
historia clínica (36,1 de psicología clínica y 11,6% de psicología de la salud); el 14,3% emplea el 89
documento denominado ficha de atención y seguimiento; el 9,7% la ficha de atención individual; el 7,7%
tanto el archivo profesional de atención individual, como otras denominaciones (estudio psicolaboral,
ficha de caracterización, informe y reporte de sesión, hoja de evolución, entre otros), seguidos por la
historia de atención psicosocial, la ficha de orientación escolar, la ficha de seguimiento psicopedagógico,
la historia sociofamiliar y la historia psicodeportiva con puntajes entre 6%, la primera de ellas y 0,5% la
última.

70
59,3
60
50
39,3
40
%
30
20
10 1,5
0
pregunta a colegas sobre los sigue los procesos y establece los procesos y
procesos y procedimientos que e procedimientos diseñados para procedimientos que seguirá al
este fin respe

Figura 34. Manejo de información en la atención psicológica.


Sobre el manejo de la información obtenida durante la atención psicológica, el 59,3% de los
psicólogos establece los procesos y procedimientos que seguirá al respecto; el 39,3% sigue los procesos y
procedimientos diseñados para este fin por la institución donde labora; y el 1,5% pregunta a colegas
sobre los procesos y procedimientos que ellos siguen al respecto.

60 57,0

50
37,7
40

% 30
20
10 3,9
1,5
0
informes académicos o de informes requeridos para formatos de registro de formatos de registro que
divulgación científica efectos de planificación los sistemas de están bajo su cuidado
información de las i

Figura 35. Inclusión de datos de identificación de los usuarios de los servicios.


90
Respecto de los datos de identificación sobre el usuario de sus servicios, el 57% de los psicólogos
participantes los incluyen en formatos de registro que están bajo su cuidado; el 37,7% en formatos de
registro de los sistemas de información de las instituciones o empresas; el 3,9% en informes requeridos
para efectos de planificación; y el 1,5% en informes académicos o de divulgación científica.

50 47,1
45
38,0
40
35
30
% 25
20
15
6,6 8,3
10
5
0
informes académicos o de informes requeridos para formatos de registro de formatos de registro que
divulgación científica efectos de planificación los sistemas de están bajo su cuidado
información

Figura 36. Inclusión de datos demográficos de los usuarios de los servicios.


En cuanto a la inclusión de datos demográficos sobre los usuarios de sus servicios, el 47,1% de los
participantes lo hace en formatos de registro que están bajo su cuidado; el 38% en formatos de registro
de los sistemas de información; el 8,3% en informes requeridos para efectos de planificación; y el 6,6%
en informes académicos o de divulgación científica.

70
57,9
60
50
40
% 23,7
30
20 14,5
10 3,9
0
eliminar aquella rectificar únicamente actualizar únicamente rectificar aquella
información inexacta información inexacta información incompleta información que induzca
a error

Figura 37. Opciones de ajuste de información en los registros profesionales.

De ser necesario hacer ajustes de la información de sus usuarios anotada en los registros 91
profesionales, el 57,9% de los psicólogos participantes rectifica aquella información que induzca a error;
el 23,7% actualiza únicamente información incompleta; el 14,5% rectifica únicamente información
inexacta; y el 3,9% elimina aquella información inexacta.

80 71,1
70
60
50
% 40
30
20 13,7 14,5
10 ,7

deja a la vista el material mantiene oculto del mantiene oculto del instruye al personal
de trabajo e instruye al personal auxiliar personal auxiliar el auxiliar sobre el manejo
persona solamente la parte del material de trabajo reservado de l

Figura 38. Aseguramiento de la reserva frente el personal auxiliar del psicólogo.


Para asegurar la reserva profesional frente al personal auxiliar que le colabora al psicólogo, el 71,1%
de los participantes instruye al personal auxiliar sobre el manejo reservado de la información y de los
documentos producto de los servicios psicológicos; el 14,5% mantiene oculto del personal auxiliar el
material de trabajo producto de la atención al usuario; 13,7% mantiene oculto del personal auxiliar
solamente la parte del material de trabajo que considera confidencial; y el 0,7% deja a la vista el material
de trabajo e instruye al personal auxiliar para que no lo revise.

70 66,2
60
50
40 30,2
%
30
20
10 3,6
0
destruye tanto los documentos hacer entregar a quien hacer entregar a quien
impresos y digitales formales corresponda en la institución corresponda en la institución
donde l donde l

Figura 39. Manejo de documentos en cambios de organización, área de desempeño o finalización del 92
ejercicio profesional.

Cuando el psicólogo cambia de organización, de área de desempeño o deja de ejercer la profesión,


el 66,2% de los participantes procede a hacer entregar a quien corresponda en la institución donde
labora de los documentos impresos y digitales formales donde se consigna la información de sus
usuarios, así como de los documentos personales donde registra sus reflexiones, observaciones o
consideraciones sobre los usuarios o sobre el proceso de atención; el 30,2% hace entregar a quien
corresponda en la institución donde labora, de los documentos impresos y digitales formales donde se
consigna la información de sus usuarios, pero no de los documentos personales donde registra sus
reflexiones, observaciones o consideraciones sobre los usuarios o sobre el proceso de atención; y el 3,6%
destruye tanto los documentos impresos y digitales formales donde se consigna la información de sus
usuarios, como los informales donde registra sus reflexiones, observaciones o consideraciones sobre los
usuarios o sobre el proceso de atención.
90 81,0
80
70
60
50
%
40
30
20 8,9
10 4,3 5,8
0
íntima secreta personalísima reservada

Figura 40. Ubicación de la relación entre el psicólogo y el usuario de sus servicios.

Respecto de la relación entre el psicólogo y su usuario, el 81% de los participantes estima que se
debe ubicar dentro de la relación reservada; el 8,9% personalísima; el 5,8% secreta; y el 4,3% íntima.

80 68,5
70
60
50
% 40
93
30 20,9
20 10,6
10
0
que le brinda su experiencia que obtuvo en sus estudios actualizada en su respectivo
profesional universitarios campo de trabajo

Figura 41. Fundamentación científica, metodológica y disciplinar del ejercicio profesional del psicólogo.

En relación con la fundamentación científica, metodológica y disciplinar, el 68,5% de los


participantes basa su ejercicio profesional en la actualización en su respectivo campo de trabajo; el
20,9% en la que obtuvo en sus estudios universitarios; y el 10,6% en su experiencia profesional.
70 61,9
60
50
40
%
30
18,6
20 14,0
10 2,7 2,9
0
pragmáticos y pragmáticos y deontológicos y morales y teóricos y
morales teóricos pragmáticos deontológicos deontológicos

Figura 42. Fundamentos para la toma de decisiones ante dilemas en el ejercicio profesional.

Cuando el psicólogo encuentra dilemas en su ejercicio profesional, el 61,9% de los participantes


fundamenta sus decisiones en referentes teóricos y deontológicos; el 18,6% en referentes morales y
deontológicos; el 14% en referentes deontológicos y pragmáticos; el 2,9% en referentes pragmáticos y
teóricos; y el 2,7% en referentes pragmáticos y morales.
Conocida la descripción de los resultados de la encuesta, se procedió a determinar unas relaciones
entre ítems, para lo cual se tuvo como criterio identificar aquellos ítems, tanto del primer bloque de
preguntas (1 a 8), correspondientes a la caracterización sociodemográfica de los participantes, como del
94
segundo grupo (9 a 42), específicos de la temática de este estudio, cuyos resultados aportaron con
mayor claridad al logro de los objetivos específicos planteados.

Análisis de tabulaciones cruzadas


Con los datos obtenidos se realizaron tabulaciones cruzadas entre variables con el fin de evaluar
posibles relaciones entre las mismas. Por la extensión de los análisis se decidió describir las relaciones
más significativas e incluir los detalles de la tabulaciones cruzadas en el Apéndice D, a saber: ítem 1 (año
de grado como psicólogo) con los ítems 10 (propósito de la información suministra y recoge del usuario),
19 (tipos de registros de información en el ejercicio profesional) y 41 (fundamentación científica,
metodológica y disciplinar del ejercicio profesional); el ítem 4 (municipio donde trabaja) con los ítems 13
(actuación del psicólogo ante situaciones de peligro contra la integridad y derechos del usuario, su
familia o la sociedad) y 21 (registro optativo u obligatorio de información en el ejercicio profesional); el
ítem 5 (el título más alto alcanzado en la formación académica) con los ítems 14 (dilemas éticos en el
manejo de información) y 21 (antes indicado); el ítem 6 (campo profesional o disciplinar de desempeño)
con los ítems 21 (antes indicado) y 41 (antes indicado); el ítem 7 (modalidad laboral) con los ítems 9 (tipo
de información que recibe el psicólogo del usuario) y 39 (manejo de documentos en cambios de
organización, área de desempeño o finalización del ejercicio profesional); el ítem 11 (límites de la
confidencialidad y el secreto profesional) con el 13 (antes citado); el ítem 16 (protección de información
íntima y privada) con el 38 (aseguramiento de la reserva frente el personal auxiliar del psicólogo); el ítem
18 (razones para el registro de actividades de la atención a usuarios) con los ítems 5 (antes citado) y 6
(campos de dedicación profesional); el ítem 19 (antes citado) con los ítems 22 (contenidos en expedición
de informes o conceptos), 35 (inclusión de datos de identificación sobre el usuario) y 36 (inclusión de
datos demográficos sobre el usuario); el ítem 23 (datos ilustrativos de usuarios con fines académicos, de
comunicación o divulgación científica) con 24 (confidencialidad y anonimato de datos ilustrativos de
usuarios en docencia o divulgación científica) y el ítem 30 (criterios para la remisión de informes
psicológicos) con 35 (antes citado).
Para efectos del análisis del ítem relacionado con el municipio donde trabajan los psicólogos
participantes en esta investigación se procedió a agruparlos de la siguiente manera: Grupo 1: Bogotá,
Medellín y Cali (rango de 18 a 156 participantes), Grupo 2: Bucaramanga – Barranquilla – Ibagué – Tunja 95
– Neiva – Armenia – Montería – Pasto – Pereira – Cúcuta – Manizales y Cartagena (rango de 4 a 14
participantes) y Grupo 3: los demás municipios (entre 1 y 3 participantes).

Ítem 1 (año de grado como psicólogo) con Ítem 10 (información que le da el psicólogo al usuario
sobre sus derechos, la finalidad y el tipo de información que recogerá, las fuentes y los medios que
utilizará y las consecuencias, si las hubiere, de negar el consentimiento)
Entre el 48,4% (egresados entre 1991 y 2000) y el 80% (egresados entre 1968 y 1980) ilustran a los
usuarios para que tomen una decisión libre y autónoma, en tanto que solo lo hace el 43% de los recién
egresados (de 2011 a 2016). Cuando la alternativa de dar información se hace con el fin de cumplir un
requisito legal, los resultados oscilan entre 0% (los de mayor tiempo de egreso) y el 50,5% los recién
egresados.
Ítem 1 (año de grado como psicólogo) con Ítem 19 (referentes empleados por el psicólogo para el
manejo, registro y custodia de la información)
Entre el 46% (egresados entre 2001 y 2010) y el 66,7% (egresados entre 1968 y 1980) emplean
referentes disciplinares y legales. En contraste, el 59,6% de los recién egresados (de 2011 a 2016)
seleccionan los referentes deontológicos y bioéticos de la APA, en tanto que los de mayor tiempo de
egreso (1968 a 1980) solamente el 0,7% tiene a la APA como referente.
Ítem 1 (año de grado como psicólogo) con Ítem 41 (tipo de fundamentación en la cual el psicólogo
basa su ejercicio profesional)
Al relacionar el año de grado con el tipo de fundamentación en la cual el psicólogo basa su ejercicio
profesional, se encuentra que el 100% de quienes se graduaron entre 1968 y 1980 lo hacen con
información actualizada en su respectivo campo de trabajo; los que menos lo hicieron con respecto a
este criterio con 64,9% fueron los recién graduados (2011 a 2016).
Ítem 4 (municipio donde trabaja el psicólogo) – Ítem 13 (acciones llevadas a cabo por el psicólogo
cuando se entera de asuntos que conllevan peligro o atentan contra la integridad y derechos de la
persona, su familia o la sociedad)
El 62,1% de los psicólogos residentes en los municipios clasificados en el grupo 2 (municipios
medianos) actúa conforme a lo establecido en los límites de la confidencialidad acordados con el
usuario, mientras que los del grupo 3 (municipios pequeños) solamente lo hace el 47,2%.
Ítem 4 (municipio donde trabaja el psicólogo) – Ítem 21 (obligatoriedad o no de llevar registro de
96
las actividades profesionales)
Se observa que entre el 68,2 y el 61,3%, de los participantes residentes en cualquiera de los
municipios considera que es obligatorio llevar registro escrito de las actividades en todos los campos
profesionales.
Ítem 5 (nivel académico) con Ítem 14 (acción del psicólogo cuando tiene dilemas éticos sobre el
registro, tratamiento y manejo de la información)
La mayoría de los psicólogos con doctorado (77,8%) y el 67,5% de psicólogos con especialización
indicaron que frente a los dilemas éticos consultan los códigos éticos nacionales o internacionales.
Ítem 5 (nivel académico) con Ítem 21 (obligatoriedad o no del registro de información)
Para el 67% de quienes tienen maestría, el 64.7 con Especialización y el 60.4 de pregrado es
obligatorio llevar registro escrito de las actividades en todos los campos profesionales.
Ítem 6 (campo de desempeño profesional) con Ítem 6 (obligatoriedad o no del registro de
información)
Dentro de las relaciones establecidas, cabe destacar la del ítem 6 con el 21 (campo de desempeño
profesional y la obligatoriedad del registro de información), que se muestra en la siguiente tabla.
Tabla 1
Relación entre el campo de desempeño profesional y la obligatoriedad del registro de información.
OBLIGATORIEDAD DEL REGISTRO DE INFORMACIÓN
Opciones a. Es optativo b. Es obligatorio c. Es d. Es e. Es obligatorio
de respuesta llevar o no llevar registro obligatorio obligatorio llevar registro
registro escrito de las llevar de las llevar registro escrito de las
escrito de las actividades en actividades de las actividades
actividades todos los campos registro actividades profesionales,
dependiendo profesionales o escrito de las profesionales, únicamente
del campo disciplinares actividades únicamente cuando trabaja
profesional o profesionales, cuando es en las áreas
disciplinar únicamente necesario clínica y de la
cuando esto le sustentar la salud
es exigido por información
la empresa o que se incluye
institución en informes o
donde labora conceptos que
Campo son solicitados
disciplinar por terceros
Análisis 14.3%
experimental 28.6% 57.1%
de la conducta
Desarrollo 18.9% 56.6% 1.0% 11.3% 11.3% 97
humano y ciclo
de vida
(infancia -
vejez)
Ética y 80% 20%
deontología
Medición y 58.8% 17.6% 5.9% 17.6%
evaluación
Neurociencia y 76.5% 11.8% 11.8%
psicobiología
Procesos 14.3% 71.4% 14.3%
psicobiológicos
básicos
Psicología 9.0% 70.5% 3.2% 4.5% 12.8%
clínica
Psicología de 14.8% 57.4% 1.9% 5.6% 20.4%
la salud
Psicología del 42.9% 28.6% 28.6%
consumidor
Psicología del 100%
deporte
Psicología 13.6% 61.0% 5.1% 9.3% 11.0%
educativa
Psicología 10.8% 64.9% 5.4% 13.5% 5.4%
jurídica y
forense
Psicología 25% 25% 25% 25%
militar
Psicología 11.5% 65.6% 3.1% 11.5% 8.3%
social,
ambiental y
comunitaria
Psicología de 81.8% 9.1% 9.1%
la sexualidad
Tránsito y 50% 50%
seguridad vial

Esta tabla permite observar que al analizar el tópico de registro de información en los diferentes
campos profesionales, en 13 de los 16 campos que tuvieron representación, la alternativa que obtuvo
preponderancia fue la que decía que es una obligación del psicólogo llevar registro escrito de las
actividades en todos los campos profesionales o disciplinares. Entre estos 13 campos se destacan los 98
altísimos porcentajes en los casos de la Psicología del Deporte (100%), la Psicología de la Sexualidad
(81.8%) y la de Ética y Deontología (80%). Para tres de los campos esto es optativo porque se considera
que depende del campo profesional o disciplinar: Psicología del Tránsito (50%), Psicología del
Consumidor (42.9%) y Psicología Militar (25%). Los campos de Epistemología e Historia de la Psicología y
de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo no presentaron respuestas. Posiblemente sus
participantes se limitaron a responder la primera parte de la encuesta relacionada con la caracterización
de los participantes. El 100% de los participantes con nivel de pregrado consideró que el registro
solamente se hace cuando lo exige la ley y el 62.5% hace los registros como soporte de su archivo
personal. Tanto los de pregrado como los de especialización hacen el registro cuando anticipan que
deben hacer informes para terceros (50% cada uno).
Con referencia al registro de las actividades que el psicólogo realiza en el proceso de atención al
usuario y en relación con los campos de su ejercicio profesional, llevan dicho registro tanto en los casos
que exige la ley, como para su archivo personal, el 100% de Psicología del Consumidor, Psicología Militar
y Psicología de la Sexualidad, así como Psicología del Transporte y Seguridad Vial, el 95.2% de Psicología
de las Organizaciones y del Trabajo, el 94.6% de Psicología Jurídica y Forense, el 90.7% de Desarrollo
Humano y Ciclo de Vida, el 91.8% de Psicología Clínica, el 90.2% de Psicología Educativa, el 90% de Ética y
Deontología Profesional, el 88.5% de Psicología Social, Ambiental y Comunitaria, el 88.2% de Evaluación,
Medición y Estadística Aplicada, el 85.7% de Procesos Psicobiológicos Básicos, el 85.5% de Psicología de
la Salud, el 78,6% de Análisis Experimental de la Conducta, el 66.7% de Epistemología e Historia de la
Psicología y de Psicología del Deporte lleva el registro de sus actividades.
La alternativa de llevar registro de las actividades solo cuando el psicólogo lo estima necesario no
fue considerada por los psicólogos de 12 de los 18 campos registrados en este estudio; en los restantes 6
que sí la escogieron sus puntajes fueron bajos y oscilaron entre el 0.8% y 3.7%.
Respecto de la expedición de informes o conceptos en cualquier campo y bajo cualquier modelo
teórico, el 69.8% de los encuestados expresó tener claros los referentes de la legislación colombiana en
esta materia y, por tanto, en dichos documentos incluyen solamente la información que responde a los
fines acordados con el usuario e incluidos dentro de los límites de la confidencialidad previamente
aceptados. Asimismo, el 66.7%, aunque también incluye la información previamente acordada con el
usuario, se guía por los referentes surgidos a partir de la experiencia profesional. En esta misma línea de 99
registro de información, el 68.6% incluye los datos de identificación sobre el usuario de acuerdo con lo
establecido en la legislación colombiana, seguida de un 60.2% por la alternativa del manejo de la
información con base en los referentes disciplinares y legales. En cuanto a los datos demográficos, el
50% hace el registro con base en la legislación colombiana, y el 47.4% y el 47.2%, a partir de referentes
disciplinares y legales, así como en los referentes de la APA, respectivamente.
El 80% de los psicólogos utiliza datos ilustrativos producto de sus servicios profesionales con fines
didácticos, de comunicación o divulgación científica, de forma anónima y confidencial, y el 66.7% ilustra
a los usuarios sobre la posibilidad de utilizar dichos datos o información en tales actividades.
Ítem 6 (campo de desempeño profesional) con Ítem 41 (fundamentación científica, metodológica
y disciplinar)
En la tabla 2 se muestra la relación del campo de desempeño profesional con la fundamentación
científica, metodológica y disciplinar.
Tabla 2

Relación entre el campo profesional de la Psicología y la fundamentación científica, metodológica y


disciplinar.

El psicólogo basa su ejercicio profesional en la fundamentación científica, metodológica y


disciplinar
Opciones de a. que obtuvo en sus b. actualizada en su c. que le brinda su
respuesta estudios universitarios respectivo campo de experiencia profesional
Campo disciplinar trabajo
Análisis 7.1% 87.7% 7.1%
experimental de la
conducta
Desarrollo humano y 24.1% 66.7% 9.3%
ciclo de vida
(infancia - vejez)
Ética y deontología 10% 80% 10%
Medición y 94.1% 5.9%
evaluación

Neurociencia y 11.8% 82.4% 5.9%


psicobiología
Procesos 28.6% 57.1% 14.3% 100
psicobiológicos
básicos
Psicología clínica 22.9% 66.2% 10.8%
Psicología de la salud 22.2% 77.8% 0%
Psicología del 42.9% 57.1% 0%
consumidor
Psicología del 33.3% 86.7% 0%
deporte
Psicología educativa 21% 66.4% 12.6%
Psicología jurídica y 19.4% 75% 5.6%
forense
Psicología militar 20% 40% 40%
Psicología social, 20% 68.4% 11.6%
ambiental y
comunitaria
Psicología de la 9.1% 81.8% 9.1%
sexualidad
Tránsito y seguridad 100%
vial
Estos resultados permiten identificar que los psicólogos que trabajan en el campo de Medición,
Evaluación y Estadística son quienes más informan que basan su ejercicio profesional en la
fundamentación científica, metodológica y disciplinar que obtuvieron en sus estudios universitarios
(94.1%) y los demás campos lo hacen, principalmente, a partir de una fundamentación actualizada en su
respectivo campo de trabajo. Es en el campo de la Psicología Militar en donde el porcentaje es igual
tanto en la fundamentación actualizada (40%) como en la basada en aquella que brinda la experiencia
profesional (40%).
Al comparar los resultados entre el tiempo de egreso del pregrado y el ítem relacionado con el
propósito por el cual el psicólogo le da a conocer al usuario sus derechos, la finalidad y el tipo de
información que recogerá, las fuentes y los medios que utilizará y las consecuencias, si las hubiere, de
negar el consentimiento, se observa que los profesionales que tienen mayor tiempo de egresados (entre
26 y 48 años) informan que lo hacen para ilustrar al usuario de tal forma que ellos puedan tomar una
decisión libre y autónoma. A partir de 16 a 25 años, se reduce progresivamente el porcentaje que elige
esa alternativa y se empieza a incrementar la alternativa de hacerlo por cumplir un requisito legal, de tal
forma que los más recientemente egresados, entre 0 y 5 años, en un alto porcentaje optan por esta 101
alternativa.
En la modalidad laboral combinada entre independiente y empleado hay un mayor reconocimiento
(57.3%) de que la información que el psicólogo recibe de su usuario es privada y sometida a reserva. Esta
relación estuvo cercana a la de la categoría laboral de independiente (54.4%). En relación con las
acciones a seguir cuando se cambia de organización, los psicólogos con las tres modalidades laborales
estuvieron muy cercanos (empleados: 67%, independientes 65.7%, independientes y empleados 63.9%)
al indicar que hacen entrega a quien corresponda en la institución donde laboran, de los documentos
impresos y digitales formales donde se consigna la información de sus usuarios, pero no de los
documentos personales donde registran sus reflexiones, observaciones o consideraciones sobre los
usuarios o sobre el proceso de atención.
Cuando el 69% de los participantes se entera de asuntos que conllevan peligro o atentan contra la
integridad y derechos de la persona, su familia o la sociedad, tiene claro que el secreto profesional es
inviolable, seguido (59.6%) por quienes consideran que la confidencialidad tiene límites y quienes
piensan que la confidencialidad y el secreto profesional tienen límites (57.9%). Por otra parte, para no
correr el riesgo de adquirir una mala imagen como profesional, el 81% de los participantes instruye al
personal auxiliar sobre el manejo reservado de la información y de los documentos producto de los
servicios psicológicos, seguido de quienes hacen lo mismo pero guiados por el principio de no
maleficencia que indica que se debe prever el daño posible (79.6%).
En el manejo de la información, el 69.8% de los participantes incluye en sus informes o conceptos
psicológicos lo que responde a los fines acordados con el usuario e incluidos dentro de los límites de la
confidencialidad previamente aceptados, de acuerdo con lo establecido en la legislación colombiana en
esta materia.
Ítem 7 (modalidad laboral) – Ítem 9 (consideración que hace el psicólogo sobre el tipo de
información que recibe de su usuario -privada, pública o sometida a reserva)
En un rango de 49% y 57,3%, tanto los psicólogos que trabajan de forma independiente, como
empleados o en las dos modalidades anteriores, consideran que la información que reciben de sus
usuarios es privada y sometida a reserva.
Ítem 7 (modalidad laboral) con Ítem 39 (tipo de manejo que hace del psicólogo cuando cambia de
organización, área de desempeño o deja de ejercer la profesión)
En un rango de 63,9% y 66,7%, en cualquiera de las tres modalidades laborales, los psicólogos
102
entregan a quien corresponda en la institución donde laboran, los documentos impresos y digitales
formales donde se consigna la información de sus usuarios, pero no de los documentos personales
donde registran sus reflexiones, observaciones o consideraciones sobre los usuarios o sobre el proceso
de atención.
Ítem 11 (límites de la confidencialidad y el secreto profesional) con Ítem 13 (acciones llevadas a
cabo por el psicólogo cuando se entera de asuntos que conllevan peligro o atentan contra la integridad
y derechos de la persona, su familia o la sociedad)
El 69% de quienes considera que el secreto profesional en todos los casos es inviolable y actúa
conforme a lo establecido en los límites de la confidencialidad. El 59,6% estima que la confidencialidad
tiene límites y actúa conforme a dichos límites.
Ítem 16 (protección de los documentos impresos y digitales que elabora el psicólogo con Ítem 38
(cuidados que tiene para preservar la información confidencial frente al personal auxiliar que le
colabora)
En un rango del 61,4% al 81%, los psicólogos instruyen al personal auxiliar sobre el manejo
reservado de la información y de los documentos elaborados en la prestación de los servicios
psicológicos, con el fin de cumplir con los principios éticos y prevenir riesgos en el deterioro de la imagen
profesional.
Ítem 18 (exigencia de llevar registro de las actividades que realiza en el proceso de atención a sus
usuarios) – Ítem 5 (nivel académico)
El 100% de los psicólogos con pregrado lleva registro solo en aquellos casos que exige la ley. El 50%
de los psicólogos con especialización lleva registro escrito cuando anticipa que debe elaborar informes
para terceros. Los de maestría en un 40%, solo lo hacen cuando lo consideran necesario. Únicamente el
2,1% de los psicólogos con doctorado lleva registros, tanto en los casos que exige la ley, como para su
archivo personal.
Ítem 18 (exigencia de llevar registro de las actividades que realiza en el proceso de atención a
sus usuarios) con Ítem 6 (campos a los que el psicólogo le dedica mayor parte de su tiempo)

El 100% de los psicólogos en los diferentes campos profesionales lleva registro en los casos que
exige la ley y como soporte de su archivo personal.
Ítem 19 (referentes empleados por el psicólogo para el manejo, registro y custodia de la
información) con ítem 22 (información que incluye el psicólogo en informes o conceptos) 103
En la elaboración de informes y conceptos, los psicólogos incluyen aspectos acordes con los
límites de la confidencialidad previamente aceptados por el usuario, en un 69,8% cuando tiene como
referente la legislación colombiana; un 67,2% cuando los referentes son los disciplinares y legales, y un
66,7% cuando tienen como referente la propia experiencia profesional.
Ítem 19 (referentes empleados por el psicólogo para el manejo, registro y custodia de la
información) con ítem 35 (inclusión de datos de identificación sobre el usuario de sus servicios)
El 68,6% de los psicólogos encuestados incluye datos de identificación sobre el usuario de sus
servicios, en los formatos de registro que están bajo su cuidado, con base en los referentes de la
legislación colombiana, seguido un 54,5% que lo hace a partir de los lineamientos de la APA. Por otra
parte, el 64% registra dichos datos de identificados en formatos que hacen parte del sistema de
información de la institución donde laboral, lo cual se constituye simultáneamente en referente de las
normas establecidas por la misma institución.
Ítem 19 (referentes empleados por el psicólogo para el manejo, registro y custodia de la
información) con ítem 36 (inclusión de datos demográficos sobre el usuario de sus servicios)
Cuando los documentos están bajo su custodia, el 50% de los psicólogos incluye los datos
demográficos de acuerdo con lo establecido por la legislación colombiana, el 47,4% por los referentes
disciplinares y legales, y el 47.2% por la APA. En los del sistema de información de la institución, el 44% lo
hace con base en los referentes institucionales.
Ítem 23 (utilización de datos ilustrativos producto de sus servicios profesionales con fines
didácticos, de comunicación o divulgación científica) con ítem 24 (anonimato, confidencialidad y
autorización de los usuarios para la utilización de sus datos)
El 56,9% utiliza de forma anónima los datos para que no sea posible la identificación de la
persona, grupo o institución participante. El 33,3% pide autorización a sus usuarios o les indica la
posibilidad de utilizar sus datos en actividades docentes o de divulgación científica y que esta
información sea conocida por la institución donde se realizó el estudio.
Ítem 30 (remisión de informes psicológicos solicitados por instancias legales, instituciones u
organizaciones) con ítem 35 (inclusión de datos de identificación sobre el usuario de sus servicios)
El 65,9% incluye los datos de identificación del usuario cuando remite informes solicitados por
instituciones legales y organizaciones y deja constancia de que el contenido del documento ha sido
104
autorizado por el usuario. El 60% remite la información a esas instituciones desde el sistema de
información de la empresa donde labora y deja constancia de que la información puede ser utilizada
para los fines que el solicitante crea conveniente.
Capítulo quinto

Discusión

La presente investigación tuvo como objetivo identificar los tipos de registros, así como las formas
de manejo y custodia de la información que emplean los psicólogos colombianos en la elaboración de los
documentos formales e informales, públicos y privados, en los diferentes campos profesionales. Para ello
se tuvieron en cuenta referentes normativos, éticos y procedimentales, definidos los primeros como “las
normas legales y las disposiciones institucionales que sean específicamente vinculantes para los
psicólogos que ejerzan la profesión de manera independiente o en instituciones públicas o privadas,
tales como la Ley 1090 de 2006, Ley Estatutaria 1266 de 2008, Ley Estatutaria 1581 de 2012 y las
jurisprudencias”; los referentes éticos se entendieron como los “Principios, valores, marco deontológico
y normas morales sobre los cuales el psicólogo fundamenta la justificación ética de su actuación para
cumplir con el compromiso profesional y tomar decisiones enmarcadas dentro del respeto de los
derechos humanos y de la responsabilidad social que se deriva de su título profesional” y, finalmente, los
referentes procedimentales comprendían el “conjunto de actividades, protocolos o guías de trabajo que 105
determinan el paso a paso de la labor que desempeña el psicólogo para el cumplimiento del ejercicio
profesional en todos los campos de la Psicología”.
A partir de estas definiciones se diseñó una encuesta que fue diligenciada por vía electrónica. La
muestra que participó en este estudio fue escasa, no obstante la invitación hecha tanto por el Colegio
Colombiano de Psicólogos, como por las investigadoras, a cerca de 35.500 psicólogos colegiados de todo
el territorio nacional. Se contó con 714 profesionales que respondieron el primer bloque de ocho
preguntas del cuestionario, es decir, el 2,01%, con 437 en el segundo bloque, equivalente al 1,23%, y de
335 que lo contestaron en su totalidad, valor que corresponde al 0,94%.
A pesar de la importancia que puede representar este tipo de estudios para la comunidad de
psicólogos del país, se apreció poco interés en contestar la encuesta y no todos los que participaron la
contestaron en su totalidad debido a que en el consentimiento informado se indicaba que la
participación era voluntaria, que las personas podían abandonar la encuesta en cualquier momento y
que tenían la opción de no responder aquellas preguntas que no desearan. En la encuesta no se solicitó
ninguna información personal que permitiera identificar a los participantes y las investigadoras aclararon
que los datos surgidos a partir de las respuestas a la encuesta serían tratados en forma confidencial para
dar cumplimiento a lo establecido en los artículos 29 y 50 de la Ley 1090 de 2006. El primero de ellos
indica que cuando el profesional emplea la información de manera ilustrativa “con fines didácticos o de
comunicación o divulgación científica, debe hacerse de modo que no sea posible la identificación de la
persona, grupo o institución de que se trata, o en el caso de que el medio utilizado conlleve la posibilidad
de identificación del sujeto, será necesario su consentimiento previo y explícito”. El segundo, por su
parte hace un llamado a “basarse en principios éticos de respeto y dignidad, lo mismo que salvaguardar
el bienestar y los derechos de los participantes”.
Los resultados relacionados con la caracterización de quienes participaron en la investigación
muestran, en cuanto al sexo, que se mantiene el mayor porcentaje de las psicólogas frente al de los
psicólogos, por ser una profesión que tradicionalmente ha sido preferida por las mujeres. Se desconoce
cuál es la distribución de los colegiados según número de años de egreso del pregrado, sin embargo,
podría explicarse la mayor participación en este estudio de los psicólogos con 5 o menos años de
egresados, quienes probablemente solamente cuentan con pregrado. Ellos, presumiblemente, por ser
los más jóvenes y mejor familiarizados con el manejo de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación pudieron estar más motivados en responder la encuesta.
106
A pesar de haberse registrado 18 campos diferentes de dedicación profesional, se presentaron con
mayor porcentaje las tradicionales áreas clínica, educativa y organizacional, y con una importante
presencia el área social comunitaria, campo de trabajo que desde el decenio de los 90 del pasado siglo
XX ha logrado un mayor posicionamiento en los ámbitos académico, científico y profesional, cuando la
realidad social con sus exigencias y problemáticas, tales como pobreza, habitabilidad de calle, consumo
de sustancias psicoactivas y sus concomitantes con la delincuencia, conflictos familiares y sociales,
conflicto armado, entre otras, demandó su comprensión e intervención desde una perspectiva holística
al entender a la persona en su contexto, según el concepto de la psicóloga María Victoria Neira Roa,
experta en este campo (conversación personal del 18 de septiembre de 2016).
El número de psicólogos que respondieron la encuesta según distribución geográfica concuerda con
la concentración de estos profesionales en Bogotá, D. C. y en las principales ciudades capitales de los
departamentos del país, probablemente donde existe mayor número de puestos de trabajo, como
también mayor posibilidad de demanda de sus servicios, pero cabe destacar la participación de
psicólogos que laboran en poblaciones pequeñas (menos de 10.000 habitantes) y a varios cientos de
kilómetros de distancia de la capital del país y de las capitales departamentales.
Para efectos del análisis del ítem 4, municipio donde trabajan los psicólogos participantes en esta
investigación, se procedió a agruparlos de la siguiente manera: Grupo 1: Bogotá, Medellín y Cali (rango
de 18 a 156 participantes), Grupo 2: Bucaramanga – Barranquilla – Ibagué – Tunja – Neiva – Armenia –
Montería – Pasto – Pereira – Cúcuta – Manizales y Cartagena (rango de 4 a 14 participantes) y Grupo 3:
los demás municipios (entre 1 y 3 participantes). No se observaron diferencias notorias por ubicación
territorial, sin embargo, es preciso destacar que quienes están ubicados en los municipios del Grupo 2
son quienes, principalmente, informan que actúan conforme a lo establecido en los límites de la
confidencialidad cuando se enteran de asuntos que conllevan peligro o que atentan contra la integridad
y derechos de las personas, la familia o la sociedad, seguidos muy de cerca de quienes trabajan en las
principales ciudades del país (Bogotá, Medellín y Cali) y, a su vez, por los de municipios del Grupo 3, es
decir, los municipios pequeños. Esto permite señalar que los psicólogos, en general, tienen especial
cuidado en la identificación de los potenciales riesgos contra la integridad y derechos de las personas, y
en su ejercicio profesional se guían primordialmente por el principio de beneficencia el cual se refiere a
“una actuación realizada en beneficio de otros” (Beauchamp y Childres, como se citó en el Manual
Deontológico y Bioético, Colpsic, 2016, p. 27), principio que, adicionalmente, y en asocio con el principio 107
de justicia, demanda de los psicólogos asegurar su mayor esfuerzo por trabajar con la más alta
competencia profesional en favor de sus usuarios (personas, grupos o instituciones), proteger sus
derechos y ayudarlos en la solución de determinadas necesidades requeridas, de tal manera que se
busque siempre su bienestar y no el interés particular del profesional (Manual Deontológico y Bioético,
Colpsic, 2016), previa consideración de la conveniencia y el respeto a los derechos y características
particulares de cada uno de sus usuarios, “teniendo más cuidado con el más débil o necesitado” (Artículo
35, Ley 1164 de 2007).
Cerca de tres cuartas partes de los encuestados tiene una relación laboral que algunos de ellos
combinan con actividades profesionales de forma independiente y solo una cuarta parte,
aproximadamente, ejerce la profesión exclusivamente de manera independiente. Se destaca que la
mayoría de los psicólogos ejerce la profesión en su campo disciplinar; sumadas las modalidades
administrativa y docente son similares a la disciplinar; sólo un 15,3% se dedica a la investigación.
La relación entre el tiempo de egreso del pregrado y el ítem relacionado con el propósito por el cual
el psicólogo le da a conocer al usuario sus derechos, la finalidad y el tipo de información que recogerá,
las fuentes y los medios que utilizará y las consecuencias, si las hubiere, de negar el consentimiento,
mostraron que los profesionales que tienen mayor tiempo de egresados brindan esta información con
fundamento en principios éticos que privilegian la toma de decisión libre y autónoma. A partir de 16 a 25
años de egresados se reduce progresivamente el porcentaje que elige esa alternativa y se empieza a
incrementar la alternativa de hacerlo por cumplir un requisito legal, de tal forma que los más
recientemente egresados, entre 0 y 5 años, en un alto porcentaje optan por esta alternativa. Esto
posiblemente se relaciona con el interés que han ido teniendo los programas de formación en Psicología
de difundir entre docentes y estudiantes la existencia y relevancia de hacer seguimiento al Código
Deontológico establecido en la Ley 1090 de septiembre 6 de 2006. Saber que existe una norma
vinculante ha puesto en alerta a los profesionales, especialmente a los más recientemente vinculados al
gremio, sobre la participación activa que se le debe dar al usuario en la toma de decisiones que se
relacionan con su proyecto y calidad de vida.
La relación entre el tiempo de egreso y la fundamentación científica, metodológica y disciplinar, a
partir de la cual el psicólogo basa su ejercicio profesional, obtuvo resultados que indican que todos los
grupos muestran un especial interés en la actualización en el respectivo campo de trabajo, siendo los de
menor porcentaje los recientemente graduados, posiblemente por tener conocimientos más o menos
108
actualizados producto de la cercanía de su culminación del programa de formación.
Sobre el lugar de trabajo y su relación con el registro de la información, la diferencia entre los tres
grupos clasificados es escasa, ya que, en general, los participantes indican que hacen registro escrito de
sus actividades profesionales independientemente del campo de su ejercicio profesional.
Con referencia al título más alto alcanzado en la formación académica, se encuentra que
cuando los profesionales, con o sin títulos de posgrado, se enfrentan a dilemas éticos
relacionados con el registro, manejo y custodia de la información, todos se guían por los códigos
éticos nacionales o internacionales, siendo los de doctorado quienes tienen más en cuenta
dichos códigos. Se observa similar tendencia entre el nivel de formación académica y la
obligatoriedad de llevar registro escrito de las actividades en todos los campos profesionales o
disciplinares. Porcentajes muy bajos de los psicólogos, en los distintos niveles académicos (entre 2% y
14%), señalan que resuelven los dilemas éticos a partir de su propia experiencia, lo que les refieren otros
colegas sobre la experiencia de ellos o lo que les dice un experto.
A continuación se discuten los principales hallazgos relacionados con los tipos de registros, así como
con las formas de manejo y custodia de la información que emplean los psicólogos colombianos en la
elaboración de los documentos formales e informales, públicos y privados, en los diferentes campos
profesionales, a partir de los tres referentes ya mencionados.
Los resultados permiten ver que en el registro de la información cerca de dos terceras partes de los
participantes utiliza escritos o audiovisuales formales, tipo historia clínica, ficha de atención y
seguimiento psicológico, y ficha de atención individual, para consignar la información, así como
documentos personales donde escriben sus reflexiones, observaciones o consideraciones sobre el
usuario o sobre el proceso de atención. La decisión de registrar la información, en general, es tomada
directamente por el profesional, quien de forma autónoma establece los procesos y procedimientos que
seguirá en cuanto al tratamiento y manejo de la información, aunque un buen número de profesionales,
un poco más de una tercera parte, sigue los procesos y procedimientos diseñados por la institución
donde labora, sin que esta investigación permita identificar si dichos profesionales tuvieron la
oportunidad de participar activamente en estos diseños procedimentales.
La mayoría de los encuestados (87.7%) consideró que las leyes y demás disposiciones normativas 109
sobre el registro, tratamiento, manejo y custodia de la información producto de su ejercicio profesional
son vinculantes para el psicólogo que trabaje tanto de manera independiente como en instituciones
públicas y privadas. Es decir, para todos. Sin embargo, este dato es contradictorio con el porcentaje
(63.3%) que en otro ítem señaló que el registro escrito de las actividades profesionales únicamente es
obligatorio cuando esto le es exigido por la empresa o institución donde labora. Excluyen de la norma a
quienes trabajan de forma independiente, lo cual parece mostrar que hay poca claridad sobre lo que
deben hacer quienes trabajan de forma independiente. A pesar de ello, un alto porcentaje (90.4%)
señaló que lleva registro escrito tanto en los casos que exige la ley como para su archivo personal.
Independiente de las disparidades porcentuales, se aprecia una tendencia general a hacer anotaciones
de la actividad profesional, dando así cumplimiento a lo señalado en el literal c del artículo 10 de la Ley
1090 de 2006 que señala, entre otros deberes y obligaciones del psicólogo, “c) Llevar registro en las
historias clínicas y demás acervos documentales de los casos que le son consultados”.
Cuando el psicólogo, en cualquier campo y bajo cualquier modelo teórico, lleva a cabo el registro,
manejo y custodia de la información, producto de su ejercicio profesional, tiene claro en el 41,8% los
referentes disciplinares y legales sobre estos temas, seguidos por el empleo de los referentes
deontológicos y bioéticos provenientes de la Asociación Americana de Psicología – APA- (35,7%). La
sumatoria de ambas alternativas es coherente con el artículo 5° y el literal c del artículo 9° de la Ley
1090, los cuales destacan que la psicología se debe ejercer siempre dentro del marco establecido
socialmente. Es por ello que enfatizan, respectivamente, que “… el psicólogo ejercerá sus funciones de
forma autónoma, pero respetando siempre los principios y las normas de la ética profesional…”, y que
ejercerán “…la profesión dentro del marco de las normas de ética vigentes”. En menor porcentaje, las
restantes respuestas se relacionaron con el empleo de los referentes de la legislación colombiana, los
procedimientos establecidos por la institución donde trabaja y los de su propia experiencia profesional.
Relacionado el ítem de tiempo de egreso con el ítem sobre el referente que tiene en cuenta el
profesional en cualquier campo y bajo cualquier modelo teórico en el momento de hacer el registro,
manejo y custodia de la información producto de su ejercicio profesional, los de mayor tiempo de egreso
se guían, principalmente, por los lineamientos disciplinares y legales, situación que cambia con los de
menor tiempo de egreso, entre 0 y 5 años, cuyo peso mayor está dado por el seguimiento de los
referentes bioéticos y deontológicos de la Asociación Americana de Psicología. Este grupo de
profesionales de menor tiempo de egreso tiene un bajo uso de la legislación colombiana como referente
110
para su actuación profesional en los asuntos de registro, manejo y custodia de la información. Es posible
que esto esté relacionado con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, así como la
referencia en los procesos de formación académica de seguir las normas APA.
Con referencia a la modalidad laboral del psicólogo (ítem 7) y la consideración que él hace sobre
el tipo de información (privada, pública o sometida a reserva) que recibe de su usuario (ítem 9), la gran
mayoría de los profesionales considera que la información que reciben de sus usuarios es privada y
sometida a reserva, y, en general, menos de la cuarta parte considera que es semiprivada y con reserva
relativa, en la medida en que terceros pueden solicitarla, lo cual puede expresar una actitud prudente
del psicólogo frente a la divulgación de la información que recibe, con privilegio de la información
privada y sometida a reserva.
En cuanto al tipo de anotaciones que registra el psicólogo producto de la atención a sus usuarios,
más de la mitad de los participantes señalaron que hacen anotaciones exactas de la información
suministrada por el usuario y de los asuntos pendientes de aclarar en el proceso de atención (51.8%), el
32.9% se limita a anotaciones generales sobre la información que recibió, y en menor porcentaje, realiza
apuntes sobre sus inquietudes y reflexiones personales. Vale la pena resaltar que, aunque en este ítem
no se hace alusión explícita a informes escritos, el artículo 17 de la citada Ley 1090 de 2006 indica que en
ellos el psicólogo “deberá ser sumamente cauto, prudente y crítico, frente a nociones que fácilmente
degeneran en etiquetas de desvaloración discriminatorias del género, raza o condición social”, lo cual
podría estar siendo tenido en cuenta por aquellos profesionales que se limitan a hacer anotaciones
generales.
Entre los campos profesionales, el de Psicología Militar tuvo una distribución idéntica en las
alternativas a, c, d y e del ítem 21, lo cual indica que es el único campo profesional que no reconoce que
es obligatorio llevar registro escrito de las actividades en todos los campos profesionales o disciplinares,
puesto que para ellos o es optativo o la obligatoriedad está ligada a factores puntuales como la exigencia
por parte de la empresa o institución donde se labora, y la necesidad de sustentar la información cuando
es solicitada por terceros o en las labores concretas de Psicología Clínica y de la Salud. Posiblemente la
estricta estructura jerárquica vertical que prima en el ambiente militar influyó en este resultado. Por su
parte, el campo de la Psicología del Consumidor fue el único que en su totalidad reconoció esta
obligación en todos los campos del ejercicio profesional.
Los resultados respecto del manejo de la información recibida y registrada por parte de los 111
encuestados en la atención de los usuarios permiten ver que aunque el 78% de los participantes señaló
que el psicólogo y el usuario acuerdan conjuntamente los límites de la confidencialidad, para el 1.7%
estos límites están a discreción del profesional y una cantidad importante (20.3%) le otorga al usuario
esta potestad. A pesar del predominio del acuerdo conjunto entre psicólogo y usuario respecto a la
confidencialidad, a la hora de elaborar los informes, el 62,9% de los profesionales tiene presente en sus
escritos los fines acordados con el usuario dentro de los límites de la confidencialidad previamente
aceptados; el porcentaje restante, en las diferentes opciones de respuesta, parece desconocer este
deber, establecido en el artículo 26 de la Ley 1090 de 2006. El 75.9% de los participantes deja constancia
en sus informes que el contenido del documento ha sido autorizado por el usuario y que el solicitante
queda comprometido a manejar confidencialmente dicho contenido y a emplearlo en el estricto marco
para el que fue requerido; en menor porcentaje (2.4%) los participantes consideraron que el informe
podía ser utilizado para los fines que el solicitante crea conveniente. El principio ético del respeto por el
usuario muestra su preponderancia en estos resultados. Como se señala en el Acuerdo No. 15 de los
Tribunales Deontológicos de Psicología, o Manual Deontológico, “este principio hace referencia al
respeto por el ejercicio profesional, respeto que implica no traicionar los principios éticos, morales y
legales que regulan el ejercicio profesional mientras se cumple con todas las normas que garanticen la
autonomía, la justicia y el bienestar de todos los implicados. Este principio exige la actuación de buena fe
para mantener los votos y promesas, cumplir los acuerdos y las relaciones contractuales” (p. 10).
También en los ámbitos académico y científico, un poco más de la mitad de los psicólogos
participantes utiliza de forma anónima y confidencial los datos e información de sus usuarios o
participantes en actividades docentes o de divulgación científica, frente a un 27,6% que los ilustra
previamente sobre la posibilidad de utilizarlos. Se resalta que el 21,1%, es decir, cerca de una quinta
parte de quienes participaron en la encuesta, consigue la autorización para utilizarlos sin restricciones,
posición coherente con lo establecido en el artículo 29 de la mencionada Ley 1090 de 2006, que señala
que “en el caso de que el medio utilizado conlleve la posibilidad de identificación del sujeto, será
necesario su consentimiento previo y explícito”.
En cuanto al empleo de rotulaciones y conceptos o diagnósticos definitivos sólo el 4,6% de los
participantes señaló que los evita a pesar de ser este un deber del psicólogo con las personas objeto de
su ejercicio profesional, expresamente establecido en el literal c del artículo 36 de la Ley 1090 de 2006. Si
bien es cierto que el 67,4% de los participantes también informó que evita emitir diagnósticos,
112
rotulaciones y conceptos definitivos, sí incluye en sus escritos hallazgos del proceso de evaluación, lo
cual podría aportar información excesiva que vulnera la confidencialidad, igual como sucede con el
27,1% que incluye rotulaciones y conceptos o diagnósticos definitivos acompañada de información que
sustenta los hallazgos del proceso de evaluación. Solo el 1% se limitó a decir que incluía rotulaciones y
conceptos o diagnósticos definitivos, sin aportar información adicional. Incluir rotulaciones y conceptos o
diagnósticos definitivos va en contravía del mandato del artículo 17 de la Ley 1090 de 2006 que llama al
profesional a “ser sumamente cauto, prudente y crítico, frente a nociones que fácilmente degeneran en
etiquetas de desvaloración discriminatorias del género, raza o condición social”.
Además, con respecto al uso de material psicotécnico, de frecuente manejo por parte de los
psicólogos, el artículo 47 de esta misma ley determina que “El psicólogo tendrá el cuidado necesario en
la presentación de resultados diagnósticos y demás inferencias basadas en la aplicación de pruebas,
hasta tanto estén debidamente validadas y estandarizadas. No son suficientes para hacer evaluaciones
diagnósticas los solos tests (sic) psicológicos, entrevistas, observaciones y registro de conductas; todos
estos deben hacer parte de un proceso amplio, profundo e integral”.
Cuando se trata del documento en el que se registran los procedimientos, técnicas o actividades
propios del ejercicio profesional, el 58,3% de los participantes incluye anexos relevantes y sustentos
teóricos y metodológicos de la atención prestada, actuación acorde con lo establecido en el literal h del
ya citado artículo 36, de “ser responsable de los procedimientos de intervención que decida utilizar, los
cuales registrará en la historia clínica, ficha técnica o archivo profesional con su debido soporte y
sustentación”. Llama la atención que el 31,1% incluya anexos relevantes y sustentos teóricos y
metodológicos de la atención prestada sólo cuando se requieran para acciones legales; que el 7% no
incluya anexos relevantes pero sí los sustentos teóricos y metodológicos de la atención prestada; y que
el 3,6% no incluya anexos relevantes ni sustentos teóricos y metodológicos de la atención prestada,
situación que amerita una amplia reflexión, pues, por una parte, se desconoce la norma y, por otra, el
ejercicio profesional no se está haciendo con el rigor debido.
Cabe resaltar una vez más que la información que recibe el psicólogo está protegida por el secreto
profesional según lo establecido en el artículo 74 de la Constitución Nacional, recopiladas en la Ley 1090
de 2006, así como por la Ley 1581 de 2012 y sus decretos reglamentarios, aún después de fallecido el
usuario de sus servicios, salvo las excepciones que también establece dicha Ley 1090, previa información 113
al usuario o a su representante legal de las limitaciones al secreto profesional, situación ligada al
consentimiento informado que se debe suscribir antes de la prestación del servicio. Todo ello en
consonancia con lo indicado en la Resolución 1995 de 1999 del Ministerio de Salud y en la Doctrina No. 1
del Tribunal Nacional Deontológico y Bioético de Psicología, actualizada en el año 2016, de salvaguardar
de intromisiones indeseadas la información íntima y privada de los usuarios de los servicios, la cual sólo
podrá ser divulgada mediante autorización clara y expresa del consultante o de su representante legal.
Asimismo, y dentro de la reserva profesional, en exposiciones orales, impresas, audiovisuales, de
casos clínicos o ilustrativos “con fines didácticos, de comunicación o divulgación científica”, el 77,2% lo
hace de tal manera que no sea posible la identificación de la persona, grupo o institución participante,
según lo establecido en citado artículo 29 de la mencionada Ley 1090 de 2006.
La exigencia de guardar el secreto profesional no sólo corresponde a la atención de casos clínicos,
pues esta es extensiva a todos los campos del ejercicio profesional del psicólogo donde obtiene
información de personas pertenecientes a diferentes grupos de cualquier tipo, condición o que
desarrollen cualquier tipo de actividad con quienes trabaje (Doctrina No. 2 del Tribunal Nacional
Deontológico y Bioético de Psicología), pues, como lo señala el artículo 15 de la Constitución Nacional, el
Estado debe respetar y hacer respetar el derecho a la intimidad personal y familiar, así como a su buen
nombre, como parte del respeto a la libertad y demás garantías en ella consagradas.
Los referentes éticos de la investigación estuvieron definidos en torno a los principios, valores,
marco deontológico y normas morales sobre los cuales el psicólogo hace la justificación ética de su
actuación para cumplir con el compromiso profesional y tomar decisiones enmarcadas dentro del
respeto de los derechos humanos y de la responsabilidad social que se deriva de su título profesional.
Los resultados relacionados con los 8 ítems que conformaron este referente, de acuerdo con los tópicos
de registro (2 ítems), manejo (5 ítems) y custodia (1 ítem) de la información, dejan en claro que la
mayoría de quienes participaron en la investigación tiene presente que la información que recibe el
psicólogo es privada y sometida a reserva, o que, a pesar de estas características, puede ser solicitada o
dada a conocer a terceras personas, de acuerdo con lo que se haya estipulado en los límites a la
confidencialidad. Se podría inferir que es por ello que el 55.9% dejaría de atender o remitiría al usuario
cuando “luego de explicarles los límites de la confidencialidad el usuario comunica que sus servicios
profesionales no le interesan”. El 54.9% señala que, cuando se entera de asuntos que conllevan peligro o
atentan contra la integridad y derechos de la persona, su familia o la sociedad “actúan conforme a lo
114
establecido en los límites de la confidencialidad acordados con el usuario”, y ante los dilemas éticos el
70.3% recurre a la consulta de códigos éticos nacionales o internacionales en la búsqueda de guías que le
permitan superar el conflicto moral en el cual se encuentra. En aras del respeto de dicha
confidencialidad y reserva de la información, el 78% de los psicólogos le aclara al usuario cuál es el rol de
estudiantes en práctica profesional o de profesionales en formación que participan en la prestación de
los servicios, para que el usuario decida si acepta o no su presencia.
Los datos de identificación y los datos demográficos de los usuarios se incluyen en el registro que
está bajo el cuidado del profesional garante de la reserva (57% y 47.1%, respectivamente) y en los
formatos de registro diseñados para tal fin por la institución donde labora (37.7%). El psicólogo es el
responsable (57.9%) de identificar y rectificar en los formatos de registro la información que induzca a
error sobre sus usuarios, y de instruir al personal a su cargo sobre el manejo reservado de la información
y de los documentos producto de los servicios psicológicos.
Los resultados respecto a la custodia de la información recibida y registrada por parte de los
encuestados en la atención de los usuarios permiten ver el cuidado que los participantes en la
investigación tienen con la información íntima y privada, lo cual posiblemente está relacionado con el
interés de hacer seguimiento del principio de no maleficencia que indica que se debe prever el daño
posible (36.2%) y del de beneficencia que llama al profesional a actuar bien (22.4%).
También, en el manejo de la información íntima y privada en relación con el aseguramiento de la
reserva profesional frente al personal auxiliar, de acuerdo con la costumbre ética gremial de no contar lo
que se escucha, el interés de prever el riesgo de adquirir una mala imagen como profesional, y los
principios de justicia (no hacer daño al usuario), de beneficencia (actuar bien) y de no maleficencia
(prever el daño posible), en términos generales, se aprecia que un alto porcentaje de los participantes en
esta investigación instruye al personal auxiliar sobre el manejo reservado de la información y de los
documentos producto de los servicios psicológicos, el 14,8% mantiene oculto del personal auxiliar el
material de trabajo, el 13,6% mantiene oculta la parte que considera confidencial, y un escaso 0,7% deja
a la vista el material de trabajo e instruye al personal auxiliar para que no lo revise.
Se observa, en tal aspecto, que es claro el interés de los psicólogos por salvaguardar la
confidencialidad de la información de los usuarios de sus servicios. Según esto, se sigue lo dispuesto en
el ordinal 5º del artículo 2º de la Ley 1090 de 2006, que señala que los psicólogos tienen una obligación
básica respecto a la confidencialidad de la información obtenida de las personas en el desarrollo de su 115
trabajo como profesionales de la psicología. Es relevante la acción del psicólogo sobre la protección de
los documentos impresos y digitales que elabora (ítem 16) y los cuidados que tiene para preservar la
información confidencial frente al personal auxiliar que le colabora (ítem 38) con el fin de cumplir con los
principios éticos y prevenir riesgos en el deterioro de la imagen profesional. Este deterioro de la imagen
profesional no solo conduciría a un desprestigio, sino al deterioro de la confianza de los usuarios en los
servicios psicológicos.
Cuando cambian de empresa, dos terceras partes de los psicólogos participantes en esta
investigación se encargan de “hacer entrega a quien corresponda en la institución donde labora de los
documentos impresos y digitales formales donde se consigna la información de sus usuarios, así como de
los documentos personales donde registra sus reflexiones, observaciones o consideraciones sobre los
usuarios o sobre el proceso de atención”, y un poco menos de una tercera parte de los participantes
entrega los documentos impresos y digitales formales donde se consigna la información de sus usuarios,
pero no de los documentos personales donde registra sus reflexiones, observaciones o consideraciones
sobre los usuarios. Unos muy pocos (3.6%) procede a destruir este tipo de documentos.
Dicha custodia de datos se sintetiza en el cumplimiento de la norma establecida en el artículo 15 de
la Constitución Política de nuestro país, en el cual se consagra el derecho que tienen todas las personas
“a su intimidad personal y familiar a su buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar”.
Adicionalmente, “el derecho a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido
sobre ellas”, como también a la inviolabilidad de las comunicaciones privadas, como es el caso de las
comunicaciones que se establecen en los procesos de atención a los usuarios de los servicios
psicológicos. A partir de este derecho constitucional, la custodia de la información empieza a tener
relevancia con Ley Estatutaria 1581 de 2012 o Ley de Habeas Data, la cual en esencia busca respetar los
principios éticos y deontológicos de la dignidad humana por ser esta la base sobre la cual se fundamenta
la moral que guía el actuar personal y profesional. El reconocimiento de la dignidad humana se expresa
en acciones concretas que dan cumplimiento al respeto de derechos y deberes.
Como fue señalado antes, dichas acciones han de ser fundamentadas en el respeto como una de las
formas de reconocimiento que se da en las relaciones intersubjetivas del individuo que requiere ser
reconocido por los otros de manera igualitaria y recíproca (Honnet, 1997), o como apuntan las tesis de
Hegel (2006) y Sartre (2008), el desarrollo de relaciones fundadas en el reconocimiento recíproco. Estas
116
relaciones de reconocimiento conllevan la responsabilidad por el otro en el marco de la libertad y la
razonabilidad, responsabilidad entendida de forma amplia por Lévinas (2012) como una respuesta ante
los llamados del otro. Y como bien lo señala el Acuerdo No. 15 (2016), la responsabilidad es un principio
ético fundamental, y por consiguiente es rector de los principios del modelo de “principialismo
jerarquizado” (p. 7) elaborado para establecer un marco ético que sirva de guía en la actuación
profesional de los psicólogos en Colombia.
Desde luego, implícita en la responsabilidad se encuentra la prudencia, considerada virtud clave
para fortalecer la capacidad de juicio que permite la toma de decisiones responsables, puesto que la
prudencia “no es una virtud más, sino que ha de verse como la madre de todas las virtudes éticas”
(Vergara, 2015, p. 271).
En términos generales, esta investigación permitió observar que al parecer cada vez hay un mayor
conocimiento entre el gremio de las normas y los principios éticos que fundamentan los procedimientos
que debe seguir el psicólogo en Colombia sobre el registro, manejo y custodia de la información en el
ejercicio profesional, como se encuentran plasmados en los artículos 2°, 10° y 13° de la Ley 1090 de
2006, entre otros, y en las doctrinas emitidas por los Tribunales Deontológicos del Colegio Colombiano
de psicólogos, que aunque no son de obligatorio cumplimiento, son referentes y guías de acción
deontológicos y éticos para un óptimo ejercicio de la profesión.
En síntesis, los anteriores datos muestran que la mayor parte de quienes contestaron la segunda
parte de la encuesta hace un cuidadoso seguimiento al registro, manejo y custodia de la información que
recibe de sus usuarios; sin embargo, hay un margen amplio de quienes aún deben aclarar y apropiarse
de los aspectos éticos y normativos que corresponden a un ejercicio profesional responsable.
Los resultados de estudios como el actual, convocan a la reflexión sobre elementos sustantivos de la
labor del psicólogo, razón por la cual el Colegio Colombiano de Psicólogos mantiene abierto un
permanente diálogo con la academia y la comunidad de psicólogos del país, de tal manera que los
criterios y lineamientos que se establezcan para favorecer el ejercicio profesional responsable, surjan por
la “capacidad de aunar sin coacciones y de generar consenso” (Habermas, 2006, p. 25), consenso o
“acuerdo de sentido” e integración, producto de una comunicación mediadora en favor de los grupos y
organizaciones (Piñuel, 2010, p. 128).
Se sugieren como acciones continuar la labor conjunta del Colegio Colombiano de Psicólogos
(Colpsic) y de la Asociación Colombiana de Facultades de Psicología (Ascofapsi) en el desarrollo de 117
actividades de actualización y fortalecimiento en los tópicos relacionados con esta investigación, con el
empleo de las diversas modalidades que actualmente ofrecen las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC), así como las tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento (TAC), sean estas
presenciales, virtuales o mixtas, con alcance nacional, de tal manera que los psicólogos que laboran en
los distintos municipios del país puedan acceder a ellos; son varios los recursos disponibles para el logro
del mencionado propósito, tales como la página de formación éticapsicológica.org que cuenta con
material escrito y visual sobre temáticas que contribuyen al conocimiento y orientan la deliberación para
la toma de decisiones basadas en modelos y principios éticos.
De igual manera, se sugiere que desde Ascofapsi se promueva dentro de los programas de
formación de pregrado y posgrados en Psicología, la inclusión o el fortalecimiento transversal de este
tipo de contenido y las actividades conducentes a la reflexión sobre las implicaciones de la actuación
ética, de tal manera que se contribuya a la consolidación de las respectivas competencias y a la exigencia
de dar cumplimiento a la responsabilidad social que demanda el ejercicio profesional.
Con ello, Colpsic y Ascofapsi continuarán aportando al mejoramiento del desempeño ético de los
psicólogos en Colombia y, en consecuencia, a la prestación de servicios de óptima calidad a sus usuarios,
razón de ser del ejercicio en los diferentes campos profesionales.

118
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125
APÉNDICE A

DEFINICIONES DE TÓPICOS Y REFERENTES


Referentes del J
ejercicio EJERCICIO PROFESIONAL
profesional Práctica de la psicología realizada a partir del cumplimiento de los requisitos
establecidos en el artículo 6 de la Ley 1090 de 2006, y llevada a cabo en los
diferentes contextos y escenarios en los que el conocimiento psicológico se
aplica, fundamentada de forma científica y disciplinar y bajo la metodología
específica de cada campo.
Ítems: 40, 41, 42
Subtotal: 3
Referentes del ejercicio profesional de la Psicología

K L M
Referentes éticos Referentes normativos Referentes
Principios, valores, marco Normatividad legal y procedimentales
deontológico y normas disposiciones institucionales Conjunto de
morales sobre los cuales que sean específicamente actividades,
el psicólogo fundamenta vinculantes para los protocolos o guías
la justificación ética de su psicólogos que ejerzan la de trabajo que
actuación para cumplir profesión de manera determinan el paso
con el compromiso independiente o en a paso de la labor 126
profesional y tomar instituciones públicas o que desempeña el
decisiones enmarcadas privadas, tales como la Ley psicólogo para el
dentro del respeto de los 1090 de 2006, Ley cumplimiento del
Tópicos de la derechos humanos y de la Estatutaria 1266 de 2008, ejercicio
información responsabilidad social que Ley Estatutaria 1581 de 2012 profesional en
se deriva de su título y las jurisprudencias. todos los campos
profesional. de la Psicología.
REGISTRO DE A D G
INFORMACIÓN Son los referentes éticos Es el rigor con el cual el Es el conjunto de
Son las anotaciones sobre que debe tener en cuenta psicólogo registra la actividades
el ejercicio profesional el psicólogo respecto al información obtenida en su (formatos, procesos
realizadas durante el tipo, cantidad, contenido ejercicio profesional, para y procedimientos) a
proceso de atención y pertinencia de la dar cumplimiento a lo través de los cuales
psicológica a un usuario de información que registra establecido en la Ley 1090 se obtienen datos e
sus servicios, previa en los documentos que se de 2006, la Resolución 1995 información del
aclaración de la libertad generan en su ejercicio de 1999 (historia clínica), la usuario durante el
que tiene de suministrar profesional. Ley 1581 de 2012 (Ley de ejercicio
sus datos e información Habeas Data) y el Decreto profesional, y se
personales, y que el 1377 de 2013 consignan en los
psicólogo obtiene a través (reglamentario del habeas documentos
de contenidos consultados, data) y demás normas que (formatos impresos
grabaciones de audio y permitan cualificar su o digitales, videos,
video, fotografías, etc. Ítems: 9, 10 servicio. grabaciones de
Subtotal: 2 Ítems: 17, 18, 19, 20, 21 audio, informes,
Subtotal: 5 instrumentos, etc.).

Ítems: 32, 33
Subtotal: 2
MANEJO DE INFORMACIÓN B E H
Uso de los datos Son los referentes éticos Es el cumplimiento de lo Es el conjunto de
psicosociales, así como la que tiene en cuenta el determinado y sugerido por actividades
selección e inclusión de psicólogo en el la Ley 1090 de 2006, la Ley establecidas por el
información resultado del tratamiento de datos y Estatutaria 1266 de 2008, la psicólogo en los
servicio psicológico manejo de la información, Ley Estatutaria 1581 de 2012 diversos campos de
prestado al usuario y producto del ejercicio y el Decreto 1377 de 2013 su ejercicio
consignada por el profesional, así como en la respecto al cuidado y profesional o por la
profesional en el “Archivo circulación de los reserva en el tratamiento de institución donde
profesional de atención respectivos documentos, datos y el manejo de la trabaja, que
psicológica” (denominado previo cumplimiento de la información obtenidos en el determinan el tipo,
como Archivo de confidencialidad y ejercicio profesional, la cantidad y las
intervención psicológica en consentimiento del respecto a su operaciones
la Doctrina No. 01 revisada usuario de los servicios, almacenamiento, requeridas de datos
y actualizada en febrero de buscando siempre el procesamiento y circulación. e información para 127
2016, p. 2.) o en los respeto máximo por la Incluye igualmente, el la generación de
informes, conceptos o dignidad y los derechos de señalamiento de documentos que
certificados que emita las personas. confidencialidad que se deja incluyan solamente
sobre dicho usuario. explícito en el informe o los tópicos
concepto psicológico pertinentes,
emitido y que obliga al conducentes y
destinatario del documento necesarios para dar
a cumplir lo establecido en cuenta del servicio
el artículo 4 de la Ley psicológico
Estatutaria 1581 de 2012. prestado o dar
respuesta a lo
Ítems: 11, 12, 13, 14, 15 Ítems: 22, 23, 24, 25, 26, 27, solicitado.
Subtotal: 5 28, 29, 30
Subtotal: 9

Ítems: 34, 35, 36,


37
Subtotal: 4

CUSTODIA DE C F I
INFORMACIÓN Son los referentes éticos Son las políticas y normas Es el conjunto de
Medidas técnicas, humanas que tiene en cuenta el legales, así como las medidas técnicas,
y administrativas que toma psicólogo en su ejercicio disposiciones institucionales humanas y
el psicólogo en todos los profesional para relativas al principio de administrativas que
campos de desempeño garantizar la seguridad de seguridad del manejo de toman el psicólogo
para garantizar la toda la información, datos establecido en la Ley y las instituciones
seguridad de los evitando su adulteración, Estatutaria 1266 de 2008 públicas o privadas,
documentos producto de la pérdida, consulta, uso o (artículo 4, literal f) para garantizar la
atención al usuario y evitar acceso no autorizado o mediante el cual “la seguridad de la
su adulteración, pérdida, fraudulento. información que conforma información que
consulta, uso o acceso no los registros individuales […], surge en el proceso
autorizado o fraudulento. así como la resultante de las de atención
consultas que de ella hagan psicológica a un
sus usuarios, se deberá usuario y evitar así
manejar con las medidas su adulteración,
técnicas que sean necesarias pérdida, consulta,
para garantizar la seguridad uso o acceso no
de los registros evitando su autorizado o
adulteración, pérdida, fraudulento. 128
consulta o uso no
autorizado”), y en el Decreto
1581 de 2012 (artículo 4,
literal g), mediante el cual se
exige el manejo de datos
personales “con las medidas
técnicas, humanas y
administrativas que sean
necesarias para otorgar
seguridad a los registros
evitando su adulteración,
pérdida, consulta, uso o
acceso no autorizado o
fraudulento”.
Ítem: 31
Subtotal: 1

Ítem: 16
Subtotal: 1
Ítems: 38, 39
Subtotal: 2

Número de ítems según tópicos y referentes: 2+5+2+3+5+9+4+1+1+2= 34


Número de ítems de datos sociodemográficos de los participantes: 8
Total ítems: 42

129
APÉNDICE B

ENCUESTA PARA LA IDENTIFICACIÓN DE LOS TIPOS DE REGISTROS Y FORMAS DE MANEJO Y CUSTODIA


DE LA INFORMACIÓN EN TODOS LOS CAMPOS DEL EJERCICIO PROFESIONAL DE LA PSICOLOGÍA EN
COLOMBIA

Colegio Colombiano de Psicólogos

“Registro, manejo y custodia de la información en todos los campos del ejercicio profesional de la
Psicología en Colombia”

Encuesta

Investigadoras: Maritza Sánchez Ramírez – Gloria María Berrío Acosta

Respetado psicólogo: lo invitamos a responder la siguiente encuesta de 42 ítems que hace parte
de la investigación “Identificación del registro, manejo y custodia de la información en el ejercicio
profesional de la psicología en Colombia”, la cual tiene como principal objetivo conocer el manejo ético y
deontológico que hacemos los psicólogos colombianos de la información producto de nuestro ejercicio
profesional. Esta investigación institucional del Colegio Colombiano de Psicólogos - Colpsic está a cargo
de las psicólogas Maritza Sánchez Ramírez (sanchezramirez.maritza@gmail.com) y Gloria María Berrío
Acosta (gmberrio@gmail.com).
130
Le invitamos a responder de manera voluntaria 42 preguntas de selección múltiple sobre el tema,
invirtiendo entre 15 y 20 minutos de su tiempo. Cualquier respuesta es válida, solo nos interesa
identificar las prácticas más comunes, razón por la cual le solicitamos conteste según su criterio. Puede
optar por no contestar o retirarse de la encuesta cuando lo desee. Toda información será tratada con
estricta confidencialidad.
Si usted contesta toda la encuesta podrá acceder a los enlaces de unos documentos de interés, la
mayoría de ellos, publicados en la página web de Colpsic.

Consentimiento informado:

He sido informado acerca de la investigación y de lo que se requiere de mí en la misma. Entiendo


que mi participación es voluntaria y puedo retirarme en cualquier momento. Entiendo que puedo optar
por no responder aquellas preguntas que no desee responder y que los datos serán tratados en forma
confidencial.”

¿Está usted de acuerdo con las anteriores afirmaciones? Sí____ No____


1. Año de su grado como psicólogo _______

2. Sexo
a. Mujer
b. Hombre
c. Otro

3. Indique el departamento en donde se encuentra trabajando actualmente


1. Amazonas
2. Antioquia
3. Arauca
4. Atlántico
5. Bolívar
6. Boyacá
7. Caldas
8. Caquetá
9. Casanare
10. Cauca
11. Cesar 131
12. Chocó
13. Córdoba
14. Cundinamarca
15. Guainía
16. Guaviare
17. Huila
18. La Guajira
19. Magdalena
20. Meta
21. Nariño
22. Norte de Santander
23. Putumayo
24. Quindío
25. Risaralda
26. San Andrés y Providencia
27. Santander
28. Sucre
29. Tolima
30. Valle del Cauca
31. Vaupés
32. Vichada
4. Indique el municipio en donde trabaja actualmente ________________________

5. Indique el título más alto alcanzado en su formación académica


a. Pregrado
b. Especialización
c. Maestría
d. Doctorado
e. Posdoctorado

6. Indique el campo profesional o disciplinar en el que se desempeña profesionalmente.


Si trabaja en más de uno, marque los dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
a. Análisis experimental de la conducta
b. Desarrollo humano y ciclo de vida (infancia - vejez)
c. Epistemología e historia de la Psicología
d. Medición y evaluación
e. Neurociencia y psicobiología
f. Psicología de las organizaciones y del trabajo
g. Procesos psicobiológicos básicos 132
h. Psicología clínica
i. Psicología de la salud
j. Psicología del consumidor
k. Psicología del deporte
l. Psicología educativa
m. Psicología jurídica y forense
n. Psicología militar
o. Psicología social, ambiental y comunitaria
p. Psicología de la sexualidad
q. Tránsito y seguridad vial

7. De la siguiente lista, indique su modalidad laboral


a. Independiente
b. Empleado
c. Independiente y empleado

8. De la siguiente lista indique la o las principales modalidades de su rol profesional


a. Actividad disciplinar específica
b. Administrativo
c. Docente
d. Investigador

Para las siguientes proposiciones, por favor seleccione la alternativa de respuesta que usted considere
que mejor describe la acción que realiza el psicólogo durante el ejercicio profesional

9. Toda información que un psicólogo recibe de su usuario en el ejercicio profesional es


a. privada
b. sometida a reserva
c. privada y sometida a reserva
d. semiprivada y con reserva relativa en la medida en que terceros pueden solicitarla
e. pública en la medida en que terceros pueden solicitarla pero reservada porque quienes
la solicitan no pueden divulgarla

10. El psicólogo le da a conocer al usuario sus derechos, la finalidad y el tipo de información que
recogerá, las fuentes y los medios que utilizará y las consecuencias, si las hubiere, de negar el
consentimiento, con el propósito de
a. cumplir un requisito legal
b. cumplir un proceso administrativo
c. ilustrarlo y sugerirle la mejor opción del proceso de atención
d. tomar decisiones conjuntas luego de un proceso dialógico
e. ilustrarlo para que tome una decisión libre y autónoma
133
11. En la atención inicial el psicólogo le informa al usuario que
a. la confidencialidad es absoluta
b. el secreto profesional en todos los casos es inviolable
c. la confidencialidad tiene límites
d. la confidencialidad y el secreto profesional tienen límites

12. Si después de explicarle los límites de la confidencialidad el usuario comunica que sus
servicios profesionales no le interesan, el psicólogo le indica que
a. consulte a un profesional que se ajuste a sus exigencias
b. guardará su secreto pero interiormente se reserva el derecho de informar sobre aquellos
aspectos que considere debe comunicar a terceros
c. acepta guardar el secreto profesional en su totalidad y asumir las consecuencias

13. Cuando el psicólogo se entera de asuntos que conllevan peligro o atentan contra la
integridad y derechos de la persona, su familia o la sociedad
a. rompe la confidencialidad de la información de su usuario
b. solicita la autorización de un juez para romper la confidencialidad de la información
c. persuade al usuario a no cometer tales acciones
d. actúa conforme a lo establecido en los límites de la confidencialidad acordados con el
usuario
14. Cuando se le presentan dilemas éticos sobre el registro, tratamiento y manejo de la información,
el psicólogo procede de acuerdo con lo que

a. le dice un experto en estos temas, sea o no psicólogo


b. encuentra en los códigos éticos nacionales o internacionales
c. le responden a través de la página web del Colegio Colombiano de Psicólogos
d. le dice su propia experiencia
e. le refieran otros colegas a partir de la experiencia de ellos

15. Cuando el psicólogo tiene a su cargo estudiantes en práctica profesional o profesionales en


formación que participan en la atención al usuario de sus servicios
a. informa al usuario que dichos estudiantes o profesionales son parte de su equipo de trabajo
b. atiende al usuario sin hacer explícita la presencia de estos estudiantes o profesionales
c. aclara al usuario cuál es el rol de dichos estudiantes o profesionales para que decida si los
acepta o no

16. El psicólogo protege los documentos impresos y digitales en los que guarda información íntima y
privada de los usuarios debido a
a. la costumbre ética gremial de no contar lo que se ha escuchado durante el ejercicio
profesional
b. al interés de prever el riesgo de adquirir una mala imagen como profesional
c. el principio de justicia que señala que no se debe hacer daño al usuario
d. el principio de beneficencia que llama al profesional a actuar bien
e. el principio de no maleficencia que indica que se debe prever el daño posible 134
17. Las leyes y demás disposiciones normativas sobre el registro, tratamiento, manejo y custodia de la
información producto de su ejercicio profesional son vinculantes para el psicólogo que trabaje
a. de manera independiente exclusivamente
b. en instituciones públicas o privadas
c. de manera independiente y en instituciones públicas o privadas
d. en instituciones públicas exclusivamente

18. El psicólogo lleva registro de las actividades que realiza en el proceso de atención a sus usuarios
a. solo cuando lo considera necesario
b. cuando anticipa que debe elaborar informes para terceros
c. solo en aquellos casos que lo exige la ley
d. como soporte de su archivo personal
e. tanto en los casos que exige la ley como para su archivo personal

19. Cuando el psicólogo, en cualquier campo y bajo cualquier modelo teórico, hace el registro,
manejo y custodia de la información producto de su ejercicio profesional, tiene claros los
referentes
a. propios surgidos a partir de la experiencia profesional
b. deontológicos y bioéticos de la Asociación Americana de Psicología - APA
c. procedimentales establecidos por la institución donde trabaja
d. de la legislación colombiana en esta materia
e. disciplinares y legales
20. En el registro de información de las actividades profesionales el psicólogo hace anotaciones
a. literales de la información suministrada por el usuario
b. exactas sobre la información relevante suministrada por el usuario y pendiente de aclarar
en el proceso de atención
c. generales sobre la información relevante suministrada por el usuario
d. personales sobre sus inquietudes y reflexiones acerca de la información recibida

21. Respecto al registro de información de las actividades profesionales, para el psicólogo en Colombia
a. es optativo llevar o no registro escrito de las actividades dependiendo del campo
profesional o disciplinar
b. es obligatorio llevar registro escrito de las actividades en todos los campos profesionales
o disciplinares
c. es obligatorio llevar registro escrito de las actividades profesionales, únicamente cuando
esto le es exigido por la empresa o institución donde labora
d. es obligatorio llevar registro de las actividades profesionales, únicamente cuando es
necesario sustentar la información que se incluye en informes o conceptos que son
solicitados por terceros
e. es obligatorio llevar registro escrito de las actividades profesionales, únicamente cuando
trabaja en las áreas clínica y de la salud

22. Al expedir informes o conceptos, el psicólogo incluye 135


a. lo que considera debe conocer el destinatario del informe
b. lo que el usuario le indica que debe incluir
c. lo que responde a los fines acordados con el usuario e incluidos dentro de los límites de la
confidencialidad previamente aceptados
d. lo que responde a la solicitud del destinatario independientemente del interés del
usuario

23. Cuando el psicólogo utiliza datos ilustrativos producto de sus servicios profesionales con fines
didácticos, de comunicación o divulgación científica, lo hace de modo que
a. los destinatarios de dichos datos los manejen de manera prudente y reservada
b. los participantes en sus investigaciones solo sean reconocidos por la institución donde se
realizó
c. no sea posible la identificación de la persona, grupo o institución participante

24. Cuando el psicólogo en su ejercicio profesional lleva a cabo actividades docentes o de divulgación
científica
a. utiliza de forma anónima y confidencial los datos e información de sus usuarios o
participantes
b. consigue la autorización de sus usuarios o participantes para utilizar los datos e información
sin restricciones
c. ilustra a sus usuarios o participantes sobre la posibilidad de la utilización de sus datos e
información en tales actividades
25. Cuando el usuario del servicio de atención psicológica es mayor de edad, el dueño o titular de la
información producto de esta atención psicológica es
a. el psicólogo que recibió la información
b. el usuario que recibe la atención profesional
c. la persona interesada en la información sobre el usuario

26. Cuando el usuario del servicio de atención psicológica es un menor de edad, el dueño o titular de
la información producto de la atención psicológica es
a. el psicólogo que recibió la información
b. el representante legal del menor de edad
c. el menor de edad
d. el representante legal y el menor de edad
e. el menor de edad y cualquier persona interesada en la información sobre él

27. En los informes de evaluación el psicólogo


a. incluye rotulaciones y conceptos o diagnósticos definitivos
b. evita rotulaciones y conceptos o diagnósticos definitivos
c. incluye rotulaciones y conceptos o diagnósticos definitivos con información que sustente los
hallazgos del proceso de evaluación
d. evita diagnósticos, rotulaciones y conceptos definitivos pero incluye hallazgos del proceso de
evaluación

28. En el documento en el cual el psicólogo registra la información sobre los procedimientos, técnicas
o actividades que realiza en el ejercicio profesional 136
a. incluye anexos relevantes y sustentos teóricos y metodológicos de la atención prestada
b. no incluye anexos relevantes pero sí los sustentos teóricos y metodológicos de la atención
prestada
c. no incluye anexos relevantes ni sustentos teóricos y metodológicos de la atención prestada
d. incluye anexos relevantes y sustentos teóricos y metodológicos de la atención prestada solo
cuando se requieran para acciones legales
29. En relación con el manejo confidencial de la información recibida durante el proceso de atención
psicológica
a. el psicólogo establece los límites de la confidencialidad según su criterio
b. el usuario establece los límites de la confidencialidad según su criterio
c. el psicólogo y el usuario acuerdan los límites de la confidencialidad

30. Cuando el psicólogo remite informes psicológicos solicitados por personas distintas al usuario,
instancias legales, instituciones u organizaciones, deja constancia de que el contenido del
documento
a. ha sido autorizado por el usuario de la atención psicológica
b. puede ser utilizado para los fines que el solicitante crea conveniente
c. ha sido autorizado por el usuario y el solicitante queda comprometido a manejar
confidencialmente el contenido del documento y emplearlo en el estricto marco para el que
fue requerido
d. no ha sido autorizado por el usuario y el solicitante queda comprometido a no darle difusión
fuera del estricto marco para el que fue requerido
31. Para dar cumplimiento a las normas relacionadas con la custodia de la información y garantizar la
reserva profesional y la seguridad de los documentos físicos y digitales, el psicólogo toma medidas
a. técnicas, humanas y administrativas
b. éticas, humanas y legales
c. legales, humanas y administrativas
d. humanas y éticas

32. Cuando el psicólogo atiende a un usuario emplea documentos escritos o audiovisuales


a. formales en los que consigna la información de las acciones profesionales efectuadas en el
proceso de atención
b. formales para consignar la información, así como documentos personales donde registra sus
reflexiones, observaciones o consideraciones sobre el usuario o sobre el proceso de atención
c. exclusivamente documentos personales donde registra sus reflexiones, observaciones o
consideraciones sobre el usuario o sobre el proceso de atención

33. El psicólogo registra la información que le brinda el usuario en un documento que denomina
a. Ficha de orientación escolar
b. Ficha de atención individual
c. Ficha de seguimiento psicopedagógico
d. Ficha de atención y seguimiento
e. Historia de atención psicosocial
f. Historia socio familiar 137
g. Historia clínica
h. Historia psicodeportiva
i. Archivo profesional de atención psicológica
j. Documento con otra denominación. ¿Cuál?__________________

34. Sobre el tratamiento y manejo de la información obtenida durante la atención psicológica, el


psicólogo
a. establece los procesos y procedimientos que seguirá al respecto
b. sigue los procesos y procedimientos diseñados para este fin por la institución donde
labora
c. pregunta a colegas sobre los procesos y procedimientos que ellos siguen al respecto

35. El psicólogo incluye datos de identificación sobre el usuario de sus servicios en


a. informes requeridos para efectos de planificación
b. informes académicos o de divulgación científica
c. formatos de registro de los sistemas de información de las instituciones o empresas
d. formatos de registro que están bajo su cuidado

36. El psicólogo incluye datos demográficos sobre los usuarios de sus servicios en
a. informes requeridos para efectos de planificación
b. informes académicos o de divulgación científica
c. formatos de registro de los sistemas de información
d. formatos de registro que están bajo su cuidado
37. De las siguientes opciones indique la acción incorrecta cuando el psicólogo debe realizar ajustes de
la información de sus usuarios que ha anotado en los registros profesionales
a) rectificar únicamente información inexacta
b) actualizar únicamente información incompleta
c) eliminar aquella información inexacta
d) rectificar aquella información que induzca a error

38. Para asegurar la reserva profesional frente al personal auxiliar que le colabora, el psicólogo
a. mantiene oculto del personal auxiliar el material de trabajo producto de la atención al
usuario
b. mantiene oculto del personal auxiliar solamente la parte del material de trabajo que
considera confidencial
c. deja a la vista el material de trabajo e instruye al personal auxiliar para que no lo revise
d. instruye al personal auxiliar sobre el manejo reservado de la información y de los
documentos producto de los servicios psicológicos

39. Cuando el psicólogo cambia de organización, de área de desempeño o deja de ejercer la profesión,
procede a
a. hacer entregar a quien corresponda en la institución donde labora de los documentos
impresos y digitales formales donde se consigna la información de sus usuarios, así como
de los documentos personales donde registra sus reflexiones, observaciones o 138
consideraciones sobre los usuarios o sobre el proceso de atención.
b. hacer entregar a quien corresponda en la institución donde labora, de los documentos
impresos y digitales formales donde se consigna la información de sus usuarios, pero no
de los documentos personales donde registra sus reflexiones, observaciones o
consideraciones sobre los usuarios o sobre el proceso de atención.
c. destruye tanto los documentos impresos y digitales formales donde se consigna la
información de sus usuarios, como los informales donde registra sus reflexiones,
observaciones o consideraciones sobre los usuarios o sobre el proceso de atención.

40. La relación entre psicólogo y usuario se debe ubicar dentro de las relaciones
a. personalísimas
b. reservadas
c. íntimas
d. secretas

41. El psicólogo basa su ejercicio profesional en la fundamentación científica, metodológica y


disciplinar
a. que obtuvo en sus estudios universitarios
b. actualizada en su respectivo campo de trabajo
c. que le brinda su experiencia profesional
42. Cuando el psicólogo se encuentra en un dilema en su ejercicio profesional fundamenta sus
decisiones en referentes
a. teóricos y deontológicos
b. morales y deontológicos
c. deontológicos y pragmáticos
d. pragmáticos y morales
e. pragmáticos y teóricos

139
APÉNDICE C
BASE DE DATOS RESPUESTAS A LA ENCUESTA

DATOS DESCRIPTIVOS

¿Está usted de acuerdo con las anteriores afirmaciones?

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado

Válidos Sí 714 99,4 99,4 99,4


No 4 ,6 ,6 100,0
Total 718 100,0 100,0

1. Año de su grado como psicólogo


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos 2015 111 15,5 15,8 15,8
2016 63 8,8 9,0 24,8
2014 62 8,6 8,8 33,6 140
2013 52 7,2 7,4 41,0
2011 45 6,3 6,4 47,4
2012 41 5,7 5,8 53,3
2010 32 4,5 4,6 57,8
2007 27 3,8 3,8 61,7
2009 25 3,5 3,6 65,2
2006 24 3,3 3,4 68,7
2008 22 3,1 3,1 71,8
2005 19 2,6 2,7 74,5
2002 17 2,4 2,4 76,9
2000 16 2,2 2,3 79,2
2004 16 2,2 2,3 81,5
2001 13 1,8 1,9 83,3
2003 13 1,8 1,9 85,2
1997 10 1,4 1,4 86,6
1993 8 1,1 1,1 87,7
1994 8 1,1 1,1 88,9
1996 8 1,1 1,1 90,0
1999 8 1,1 1,1 91,2
1992 7 1,0 1,0 92,2
1998 7 1,0 1,0 93,2
1984 6 ,8 ,9 94,0
1989 6 ,8 ,9 94,9
1991 6 ,8 ,9 95,7
1985 4 ,6 ,6 96,3
1990 4 ,6 ,6 96,9
1982 3 ,4 ,4 97,3
1995 3 ,4 ,4 97,7
1980 2 ,3 ,3 98,0
1986 2 ,3 ,3 98,3 141
1987 2 ,3 ,3 98,6
1988 2 ,3 ,3 98,9
1968 1 ,1 ,1 99,0
1972 1 ,1 ,1 99,1
1973 1 ,1 ,1 99,3
1974 1 ,1 ,1 99,4
1975 1 ,1 ,1 99,6
1977 1 ,1 ,1 99,7
1979 1 ,1 ,1 99,9
1981 1 ,1 ,1 100,0
Total 702 97,8 100,0
Perdidos Sistema 16 2,2
Total 718 100,0
2. Sexo:
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Mujer 541 75,3 75,8 75,8


Hombre 172 24,0 24,1 99,9
Intersexual 1 ,1 ,1 100,0
Total 714 99,4 100,0
Perdidos Sistema 4 ,6
Total 718 100,0

3. Indique el departamento en donde se encuentra trabajando actualmente


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos 5. Bogotá D.C. 253 35,2 35,4 35,4


2. Antioquia 111 15,5 15,5 51,0
32. Valle del 44 6,1 6,2 57,1
Cauca
142
15. 34 4,7 4,8 61,9
Cundinamarca
29. Santander 34 4,7 4,8 66,7
31. Tolima 23 3,2 3,2 69,9
4. Atlántico 21 2,9 2,9 72,8
7. Boyacá 20 2,8 2,8 75,6
18. Huila 19 2,6 2,7 78,3
11. Cauca 14 1,9 2,0 80,3
12. Cesar 12 1,7 1,7 81,9
23. Nariño 12 1,7 1,7 83,6
26. Quindío 12 1,7 1,7 85,3
6. Bolívar 11 1,5 1,5 86,8
8. Caldas 11 1,5 1,5 88,4
14. Córdoba 11 1,5 1,5 89,9
27. Risaralda 11 1,5 1,5 91,5
24. Norte de 10 1,4 1,4 92,9
Santander
22. Meta 8 1,1 1,1 94,0
30. Sucre 7 1,0 1,0 95,0
10. Casanare 6 ,8 ,8 95,8
3. Arauca 5 ,7 ,7 96,5
9. Caquetá 5 ,7 ,7 97,2
20. Magdalena 4 ,6 ,6 97,8
34. Vichada 4 ,6 ,6 98,3
13. Chocó 3 ,4 ,4 98,7
17. Guaviare 3 ,4 ,4 99,2
21. Magdalena 2 ,3 ,3 99,4
28. San Andrés 2 ,3 ,3 99,7
y Providencia
1. Amazonas 1 ,1 ,1 99,9
25. Putumayo 1 ,1 ,1 100,0
143
Total 714 99,4 100,0
Perdidos Sistema 4 ,6
Total 718 100,0

4. Indique el municipio en donde trabaja actualmente


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Acacías 1 ,2 ,2 ,2
Aguachica 2 ,5 ,5 ,7
Apartadó 2 ,5 ,5 1,2
Apulo 1 ,2 ,2 1,4
Arauca 1 ,2 ,2 1,6
Arauquita 1 ,2 ,2 1,9
Arboleda 1 ,2 ,2 2,1
Armenia 6 1,4 1,4 3,5
Barrancabermeja 2 ,5 ,5 4,0
Barranquilla 11 2,5 2,6 6,6
Bello 1 ,2 ,2 6,8
Bogotá D. C. 159 36,4 37,3 44,1
Bucaramanga 14 3,2 3,3 47,4
Buenaventura 1 ,2 ,2 47,7
Cajibío 1 ,2 ,2 47,9
Cajicá 2 ,5 ,5 48,4
Caldas 1 ,2 ,2 48,6
Cali 18 4,1 4,2 52,8
Cartagena 4 ,9 ,9 53,8
Cartago 1 ,2 ,2 54,0
Casabianca 1 ,2 ,2 54,2
Cereté 1 ,2 ,2 54,5
Chía 2 ,5 ,5 54,9
Chiriguaná 1 ,2 ,2 55,2
Ciudad Bolívar 1 ,2 ,2 55,4 144
Consacá 1 ,2 ,2 55,6
Copacabana 1 ,2 ,2 55,9
Cúcuta 5 1,1 1,2 57,0
Dabeiba, Frontino, 1 ,2 ,2 57,3
Anzá, Santa Fe

Duitama 2 ,5 ,5 57,7
El Bagre 1 ,2 ,2 58,0
El Banco 2 ,5 ,5 58,5
Encino 1 ,2 ,2 58,7
Envigado 2 ,5 ,5 59,2
Facatativá 1 ,2 ,2 59,4
Filadelfia 1 ,2 ,2 59,6
Florencia 1 ,2 ,2 59,9
Floridablanca 2 ,5 ,5 60,3
Fundación 1 ,2 ,2 60,6
Fusagasugá 1 ,2 ,2 60,8
Gachetá 1 ,2 ,2 61,0
Garzón 1 ,2 ,2 61,3
Ginebra 1 ,2 ,2 61,5
Guacarí 1 ,2 ,2 61,7
Guadalajara de 1 ,2 ,2 62,0
Buga
Guasca 1 ,2 ,2 62,2
Gutiérrez 1 ,2 ,2 62,4
Honda, Mariquita, 1 ,2 ,2 62,7
Falan
Ibagué 10 2,3 2,3 65,0
Itagüí 2 ,5 ,5 65,5
La Ceja 1 ,2 ,2 65,7
Leticia 1 ,2 ,2 66,0
Madrid 2 ,5 ,5 66,4
145
Málaga 1 ,2 ,2 66,7
Manizales 5 1,1 1,2 67,8
Marinilla 1 ,2 ,2 68,1
Medellín 46 10,5 10,8 78,9
Melgar 1 ,2 ,2 79,1
Miranda 1 ,2 ,2 79,3
Montelíbano 2 ,5 ,5 79,8
Montería 6 1,4 1,4 81,2
Mosquera 1 ,2 ,2 81,5
Neiva 7 1,6 1,6 83,1
Nemocón 1 ,2 ,2 83,3
Nilo 1 ,2 ,2 83,6
Paipa 1 ,2 ,2 83,8
Palmira 1 ,2 ,2 84,0
Paratebueno 1 ,2 ,2 84,3
Pasto 6 1,4 1,4 85,7
Peque 1 ,2 ,2 85,9
Pereira 6 1,4 1,4 87,3
Piendamó 1 ,2 ,2 87,6
Popayán 2 ,5 ,5 88,0
Providencia 1 ,2 ,2 88,3
Puerto Carreño 1 ,2 ,2 88,5
Puerto Tejada 1 ,2 ,2 88,7
Rionegro 3 ,7 ,7 89,4
Rovira 1 ,2 ,2 89,7
Sabaneta 1 ,2 ,2 89,9
Samacá 1 ,2 ,2 90,1
San Andrés Islas 1 ,2 ,2 90,4
San Gil 1 ,2 ,2 90,6
San José 2 ,5 ,5 91,1
San Martín 1 ,2 ,2 91,3
Santa María Huila 1 ,2 ,2 91,5 146
Santa Marta 2 ,5 ,5 92,0
Orito 1 ,2 ,2 92,3
Sibaté 1 ,2 ,2 92,5
Sincelejo 1 ,2 ,2 92,7
Soacha 2 ,5 ,5 93,2
Tocaima 2 ,5 ,5 93,7
Tuluá 1 ,2 ,2 93,9
Tunja 9 2,1 2,1 96,0
Valledupar 3 ,7 ,7 96,7
Villa Pinzón 1 ,2 ,2 96,9
Villamaría 1 ,2 ,2 97,2
Villanueva 2 ,5 ,5 97,7
Villavicencio 3 ,7 ,7 98,4
Yopal 3 ,7 ,7 99,1
Zambrano 1 ,2 ,2 99,3
Zipaquirá 3 ,7 ,7 100,0
Total 426 97,5 100,0
Perdidos 11 2,5
Total 437 100,0

5. Indique el título más alto alcanzado en su formación académica

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado

Válidos Pregrado 367 51,1 51,4 51,4


Especialización 194 27,0 27,2 78,6
Maestría 136 18,9 19,0 97,6
Doctorado 17 2,4 2,4 100,0
Total 714 99,4 100,0
Perdidos Sistema 4 ,6
Total 718 100,0
147

6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Análisis Experimental de 22 3,1 100,0 100,0


la Conducta

Perdidos Sistema 696 96,9


Total 718 100,0
6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado
Válidos Desarrollo Humano y Ciclo 90 12,5 100,0 100,0
de Vida (infancia - vejez)

Perdidos Sistema 628 87,5


Total 718 100,0
6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado

Válidos Ética y Deontología 11 1,5 100,0 100,0


Profesional

Perdidos Sistema 707 98,5


Total 718 100,0

6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Epistemología e Historia de 10 1,4 100,0 100,0


la Psicología

Perdidos Sistema 708 98,6


Total 718 100,0
148
6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado

Válidos Evaluación, Medición y 34 4,7 100,0 100,0


Estadística Aplicada

Perdidos Sistema 684 95,3


Total 718 100,0

6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado

Válidos Neurociencia y 26 3,6 100,0 100,0


Psicobiología

Perdidos Sistema 692 96,4


Total 718 100,0
6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Psicología de las 163 22,7 100,0 100,0


Organizaciones y del
Trabajo

Perdidos Sistema 555 77,3


Total 718 100,0

6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Procesos Psicobiológicos 9 1,3 100,0 100,0


Básicos

Perdidos Sistema 709 98,7


149
Total 718 100,0

6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Psicología Clínica 259 36,1 100,0 100,0


Perdidos Sistema 459 63,9
Total 718 100,0

6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Psicología de la Salud 83 11,6 100,0 100,0


Perdidos Sistema 635 88,4
Total 718 100,0
6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Psicología del Consumidor 14 1,9 100,0 100,0

Perdidos Sistema 704 98,1


Total 718 100,0

6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Psicología del Deporte 6 ,8 100,0 100,0


Perdidos Sistema 712 99,2
Total 718 100,0
150
6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Psicología Educativa 195 27,2 100,0 100,0


Perdidos Sistema 523 72,8
Total 718 100,0

6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Psicología Jurídica y 56 7,8 100,0 100,0


Forense

Perdidos Sistema 662 92,2


Total 718 100,0
6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Psicología Militar 9 1,3 100,0 100,0


Perdidos Sistema 709 98,7
Total 718 100,0

6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Psicología Social, Ambiental 151 21,0 100,0 100,0


y Comunitaria

Perdidos Sistema 567 79,0


Total 718 100,0

6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
151
válido acumulado

Válidos Psicología de la Sexualidad 19 2,6 100,0 100,0

Perdidos Sistema 699 97,4


Total 718 100,0

6. Marque máximo dos campos a los que dedica la mayor parte de su tiempo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos Psicología del Tránsito y 8 1,1 100,0 100,0
Seguridad Vial

Perdidos Sistema 710 98,9


Total 718 100,0
7. De la siguiente lista, indique su modalidad laboral
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos Empleado 344 47,9 48,7 48,7
Independiente y empleado 187 26,0 26,5 75,2

Independiente 175 24,4 24,8 100,0


Total 706 98,3 100,0
Perdidos Sistema 12 1,7
Total 718 100,0

8. De la siguiente lista indique la o las principales modalidades de su rol profesional


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Actividad disciplinar 397 55,3 100,0 100,0


específica

Perdidos Sistema 321 44,7 152


Total 718 100,0

8. De la siguiente lista indique la o las principales modalidades de su rol profesional


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Administrativo 230 32,0 100,0 100,0


Perdidos Sistema 488 68,0
Total 718 100,0

8. De la siguiente lista indique la o las principales modalidades de su rol profesional


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Docente 196 27,3 100,0 100,0


Perdidos Sistema 522 72,7
Total 718 100,0
8. De la siguiente lista indique la o las principales modalidades de su rol profesional
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos Investigador 104 14,5 100,0 100,0


Perdidos Sistema 614 85,5
Total 718 100,0

9. Toda información que un psicólogo recibe de su usuario en el ejercicio profesional es


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos privada y sometida a 229 31,9 52,8 52,8
reserva

semiprivada y con reserva 103 14,3 23,7 76,5


relativa en la medida en
que terceros pueden
solicitarla
privada 64 8,9 14,7 91,2 153
sometida a reserva 19 2,6 4,4 95,6
pública en la medida en que 19 2,6 4,4 100,0
terceros pueden solicitarla
pero reservada porque
quienes la solicitan no
pueden divulgarla
Total 434 60,4 100,0
Perdidos Sistema 284 39,6
Total 718 100,0
10. El psicólogo le da a conocer al usuario sus derechos, la finalidad y el tipo de información que
recogerá, las fuentes y los medios que utilizará y las consecuencias, si las hubiere, de negar el
consentimiento, con el propósito de
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos ilustrarlo para que tome 239 33,3 54,9 54,9
una decisión libre y
autónoma
cumplir un requisito legal 110 15,3 25,3 80,2
ilustrarlo y sugerirle la 37 5,2 8,5 88,7
mejor opción del proceso
de atención
tomar decisiones conjuntas 36 5,0 8,3 97,0
luego de un proceso
dialógico
cumplir un proceso 13 1,8 3,0 100,0
administrativo

Total 435 60,6 100,0


Perdidos Sistema 283 39,4 154
Total 718 100,0

11. En la atención inicial el psicólogo le informa al usuario que

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado
Válidos la confidencialidad y el 278 38,7 65,1 65,1
secreto profesional tienen
límites
la confidencialidad es 68 9,5 15,9 81,0
absoluta
la confidencialidad tiene 52 7,2 12,2 93,2
límites
el secreto profesional en 29 4,0 6,8 100,0
todos los casos es inviolable

Total 427 59,5 100,0


Perdidos Sistema 291 40,5
Total 718 100,0
12. Si después de explicarle los límites de la confidencialidad el usuario comunica que sus servicios
profesionales no le interesan, el psicólogo le indica que

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado

Válidos consulte a un profesional 236 32,9 55,9 55,9


que se ajuste a sus
exigencias

guardará su secreto pero 127 17,7 30,1 86,0


interiormente se reserva el
derecho de informar sobre
aquellos aspectos que
considere debe comunicar a
terceros
acepta guardar el secreto 59 8,2 14,0 100,0
profesional en su totalidad
y asume las consecuencias

Total 422 58,8 100,0 155


Perdidos Sistema 296 41,2
Total 718 100,0

13. Cuando el psicólogo se entera de asuntos que conllevan peligro o atentan contra la integridad y
derechos de la persona, su familia o la sociedad
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos actúa conforme a lo 235 32,7 54,9 54,9


establecido en los límites de
la confidencialidad
acordados con el usuario
rompe la confidencialidad 93 13,0 21,7 76,6
de la información de su
usuario
solicita la autorización de 70 9,7 16,4 93,0
un juez para romper la
confidencialidad de la
información
Persuade al usuario a no 30 4,2 7,0 100,0
cometer tales acciones.
Total 428 59,6 100,0
Perdidos Sistema 290 40,4
Total 718 100,0

14. Cuando se le presentan dilemas éticos sobre el registro, tratamiento y manejo de la información, el
psicólogo procede de acuerdo con lo que
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos encuentra en los códigos 300 41,8 70,3 70,3


éticos nacionales o
internacionales
le refieran otros colegas a 54 7,5 12,6 82,9
partir de la experiencia de
ellos
le responden a través de la 45 6,3 10,5 93,4
página web del Colegio
Colombiano de Psicólogos

le dice un experto en estos 20 2,8 4,7 98,1


temas, sea o no psicólogo 156
le dice su propia 8 1,1 1,9 100,0
experiencia
Total 427 59,5 100,0
Perdidos Sistema 291 40,5
Total 718 100,0

15. Cuando el psicólogo tiene a su cargo estudiantes en práctica profesional o profesionales en


formación que participan en la atención al usuario de sus servicios
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos aclara al usuario cuál es el 334 46,5 78,4 78,4


rol de dichos estudiantes o
profesionales para que
decida si los acepta o no
informa al usuario que 89 12,4 20,9 99,3
dichos estudiantes o
profesionales son parte de
su equipo de trabajo
atiende al usuario sin hacer 3 ,4 ,7 100,0
explícita la presencia de
estos estudiantes o
profesionales
Total 426 59,3 100,0
Perdidos Sistema 292 40,7
Total 718 100,0

16. El psicólogo protege los documentos impresos y digitales en los que guarda información íntima y
privada de los usuarios debido a
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos el principio de no 152 21,2 36,2 36,2


maleficencia que indica que
se debe prever el daño
posible
el principio de beneficencia 94 13,1 22,4 58,6
que llama al profesional a
actuar bien
157
el principio de justicia que 77 10,7 18,3 76,9
señala que no se debe
hacer daño al usuario
la costumbre ética gremial 75 10,4 17,9 94,8
de no contar lo que se ha
escuchado durante el
ejercicio profesional
el principio ético de no 22 3,1 5,2 100,0
correr el riesgo de adquirir
una mala imagen como
profesional
Total 420 58,5 100,0
Perdidos Sistema 298 41,5
Total 718 100,0
17. Las leyes y demás disposiciones normativas sobre el registro, manejo y custodia de la información
producto de su ejercicio profesional son vinculantes para el psicólogo que trabaje
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos de manera independiente y 382 53,2 89,7 89,7
en instituciones públicas o
privadas
en instituciones públicas o 35 4,9 8,2 97,9
privadas
de manera independiente 5 ,7 1,2 99,1
exclusivamente
en instituciones públicas 4 ,6 ,9 100,0
exclusivamente
Total 426 59,3 100,0
Perdidos Sistema 292 40,7
Total 718 100,0

18. El psicólogo lleva registro de las actividades que realiza en el proceso de atención al usuario

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


158
válido acumulado

Válidos tanto en los casos que exige 384 53,5 90,4 90,4
la ley como para su archivo
personal

como soporte de su archivo 24 3,3 5,6 96,0


personal

cuando anticipa que debe 8 1,1 1,9 97,9


elaborar informes para
terceros

solo cuando lo considera 5 ,7 1,2 99,1


necesario

solo en aquellos casos que 4 ,6 ,9 100,0


lo exige la ley

Total 425 59,2 100,0


Perdidos Sistema 293 40,8
Total 718 100,0

19. Cuando el psicólogo, en cualquier campo y bajo cualquier modelo teórico, hace el registro, manejo y
custodia de la información producto de su ejercicio profesional, tiene claros los referentes
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos disciplinares y legales 178 24,8 41,8 41,8
deontológicos y bioéticos 152 21,2 35,7 77,5
de la Asociación Americana
de Psicología
de la legislación colombiana 56 7,8 13,1 90,6
en esta materia

procedimentales 25 3,5 5,9 96,5


establecidos por la
institución donde trabaja
propios surgidos a partir de 15 2,1 3,5 100,0
la experiencia profesional
159
Total 426 59,3 100,0
Perdidos Sistema 292 40,7
Total 718 100,0

20. En el registro de información de las actividades profesionales el psicólogo hace anotaciones


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos exactas sobre la 219 30,5 51,8 51,8
información relevante
suministrada por el usuario
y pendiente de aclarar en el
proceso de atención
generales sobre la 139 19,4 32,9 84,6
información relevante
suministrada por el usuario

literales de la información 35 4,9 8,3 92,9


suministrada por el usuario
personales sobre sus 30 4,2 7,1 100,0
inquietudes y reflexiones
acerca de la información
recibida
Total 423 58,9 100,0
Perdidos Sistema 295 41,1
Total 718 100,0

21. Respecto al registro de información de las actividades profesionales, para el psicólogo en Colombia
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos es obligatorio llevar registro 264 36,8 63,3 63,3
escrito de las actividades en
todos los campos
profesionales o
disciplinares
es optativo llevar o no 52 7,2 12,5 75,8
registro escrito de las
actividades dependiendo
del campo profesional o 160
disciplinar
es obligatorio llevar registro 46 6,4 11,0 86,8
escrito de las actividades
profesionales
es obligatorio llevar registro 35 4,9 8,4 95,2
de las actividades
profesionales, únicamente
cuando es necesario
sustentar la información
que se incluye en informes
o conceptos que son
solicitados por terceros
es obligatorio llevar a 20 2,8 4,8 100,0
registro escrito de las
actividades
Total 417 58,1 100,0
Perdidos Sistema 301 41,9
Total 718 100,0
22. Al expedir informes o conceptos, el psicólogo incluye
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos lo que responde a los fines 261 36,4 62,9 62,9
acordados con el usuario e
incluidos dentro de los
límites a la confidencialidad
previamente aceptados
lo que considera debe 103 14,3 24,8 87,7
conocer el destinatario del
informe
lo que responde a la 49 6,8 11,8 99,5
solicitud del destinatario
independiente del interés
del usuario
lo que el usuario le indica 2 ,3 ,5 100,0
que debe incluir
Total 415 57,8 100,0
Perdidos Sistema 303 42,2
Total 718 100,0 161

23. Cuando el psicólogo utiliza datos ilustrativos productos de sus servicios profesionales con fines
didácticos, de comunicación o divulgación científica, producto de sus servicios profesionales, lo hace de
modo que
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos no sea posible la 301 41,9 72,7 72,7
identificación de la persona,
grupo o institución
participante
los destinatarios de dichos 80 11,1 19,3 92,0
datos los manejen de
manera prudente y
reservada
los participantes en sus 33 4,6 8,0 100,0
investigaciones solo sean
reconocidos por la
institución donde se realizó

Total 414 57,7 100,0


Perdidos Sistema 304 42,3
Total 718 100,0

24. Cuando el psicólogo en su ejercicio profesional lleva a cabo actividades docentes o de divulgación
científica
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos utiliza de forma anónima y 212 29,5 51,3 51,3
confidencial los datos e
información de sus usuarios
o participantes
ilustra a sus usuarios o 114 15,9 27,6 78,9
participantes sobre la
posibilidad de la utilización
de sus datos e información
en tales actividades
consigue la autorización de 87 12,1 21,1 100,0
sus usuarios o participantes
para utilizar los datos e
información sin
restricciones
Total 413 57,5 100,0
162
Perdidos Sistema 305 42,5
Total 718 100,0

25. Cuando el usuario del servicio de atención psicológica es mayor de edad, el dueño o titular de la
información producto de esta atención psicológica es
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos el usuario que recibe la 319 44,4 77,1 77,1


atención profesional

el psicólogo que recibió la 75 10,4 18,1 95,2


información
la persona interesada en la 20 2,8 4,8 100,0
información sobre el
usuario

Total 414 57,7 100,0


Perdidos Sistema 304 42,3
Total 718 100,0

26. Cuando el usuario del servicio de atención psicológica es un menor de edad, el dueño o titular de la
información producto de la atención psicológica es
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos el representante legal y el 174 24,2 41,5 41,5


menor de edad

el representante legal del 173 24,1 41,3 82,8


menor de edad

el psicólogo que recibió la 60 8,4 14,3 97,1


información

el menor de edad 11 1,5 2,6 99,8


el menor de edad y 1 ,1 ,2 100,0
cualquier persona
interesada en la
información sobre él
163
Total 419 58,4 100,0
Perdidos Sistema 299 41,6
Total 718 100,0

27. En los informes de evaluación, el psicólogo


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos evita diagnósticos, 281 39,1 67,4 67,4


rotulaciones y conceptos
definitivos, pero incluye
hallazgos del proceso de
evaluación
incluye rotulaciones y 113 15,7 27,1 94,5
conceptos o diagnósticos
definitivos
evita rotulaciones y 19 2,6 4,6 99,0
conceptos o diagnósticos
definitivos
incluye rotulaciones y 4 ,6 1,0 100,0
conceptos o diagnósticos
definitivos con información
que sustente los hallazgos
del proceso de evaluación
Total 417 58,1 100,0
Perdidos Sistema 301 41,9
Total 718 100,0

28. En el documento en el cual el psicólogo registra la información sobre los procedimientos, técnicas o
actividades que realiza en el ejercicio profesional
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos incluye anexos relevantes y 242 33,7 58,3 58,3


sustentos teóricos y
metodológicos de la
atención prestada
incluye anexos relevantes y 129 18,0 31,1 89,4
sustentos teóricos y
metodológicos de la
atención prestada solo
164
cuando se requieran para
acciones legales
no incluye anexos 29 4,0 7,0 96,4
relevantes pero sí los
sustentos teóricos y
metodológicos de la
atención prestada
no incluye anexos 15 2,1 3,6 100,0
relevantes ni sustentos
teóricos y metodológicos de
la atención prestada
Total 415 57,8 100,0
Perdidos Sistema 303 42,2
Total 718 100,0

29. En relación con el manejo confidencial de la información recibida durante el proceso de atención
psicológica
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos el psicólogo y el usuario 322 44,8 78,0 78,0
acuerdan los límites de la
confidencialidad
el psicólogo establece los 84 11,7 20,3 98,3
límites de la
confidencialidad según su
criterio
El usuario establece los 7 1,0 1,7 100,0
límites de la
confidencialidad según su
criterio
Total 413 57,5 100,0
Perdidos Sistema 305 42,5
Total 718 100,0

30. Cuando el psicólogo remite informes psicológicos solicitados por personas distintas al usuario,
instancias legales, instituciones u organizaciones, deja constancia de que el contenido del documento
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos ha sido autorizado por el 312 43,5 75,9 75,9 165
usuario y el solicitante
queda comprometido a
manejar confidencialmente
el contenido del documento
y emplearlo en el estricto
marco para el que fue
requerido
ha sido autorizado por el 46 6,4 11,2 87,1
usuario de la atención
psicológica
no ha sido autorizado por el 43 6,0 10,5 97,6
usuario y el solicitante
queda comprometido a no
darle difusión fuera del
estricto marco para el que
fue requerido
puede ser utilizado para los 10 1,4 2,4 100,0
fines que el solicitante crea
conveniente
Total 411 57,2 100,0
Perdidos Sistema 307 42,8
Total 718 100,0

31. Para dar cumplimiento a las normas relacionadas con la custodia de la información y garantizar la
reserva profesional y la seguridad de los documentos físicos y digitales, el psicólogo toma medidas

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado

Válidos éticas, humanas y legales 229 31,9 55,0 55,0


técnicas, humanas y 87 12,1 20,9 76,0
administrativas
legales, humanas y 87 12,1 20,9 96,9
administrativas
humanas y éticas 13 1,8 3,1 100,0
Total 416 57,9 100,0
Perdidos Sistema 302 42,1
Total 718 100,0

32. Cuando el psicólogo atiende a un usuario emplea documentos escritos o audiovisuales


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado 166
Válidos formales para consignar la 266 37,0 64,9 64,9
información, así como
documentos personales
donde registra sus
reflexiones, observaciones
o consideraciones sobre el
usuario o sobre el proceso
de atención
formales en los que 105 14,6 25,6 90,5
consigna la información de
las acciones profesionales
efectuadas en el proceso de
atención
exclusivamente 39 5,4 9,5 100,0
documentos personales
donde registra sus
reflexiones observaciones o
consideraciones sobre el
usuario o sobre el proceso
de atención
Total 410 57,1 100,0
Perdidos Sistema 308 42,9
Total 718 100,0

33. El psicólogo registra la información que le brinda el usuario en un documento que denomina

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado
Válidos Historia clínica 204 28,4 49,3 49,3
Ficha de atención y 59 8,2 14,3 63,5
seguimiento
Ficha de atención individual 40 5,6 9,7 73,2

Documento con otra 32 4,5 7,7 80,9


denominación. ¿Cuál?
Archivo profesional de 32 4,5 7,7 88,6
atención psicológica
Historia de atención 25 3,5 6,0 94,7
psicosocial 167
Ficha de orientación escolar 11 1,5 2,7 97,3

Ficha de seguimiento 5 ,7 1,2 98,6


psicopedagógico
Historia socio familiar 4 ,6 1,0 99,5
Historia psicodeportiva 2 ,3 ,5 100,0
Total 414 57,7 100,0
Perdidos Sistema 304 42,3
Total 718 100,0

34. Sobre el tratamiento y manejo de la información obtenida durante la atención psicológica, el


psicólogo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos establece los procesos y 240 33,4 59,3 59,3
procedimientos que seguirá
al respecto
sigue los procesos y 159 22,1 39,3 98,5
procedimientos diseñados
para este fin por la
institución donde labora
Pregunta a colegas sobre 6 ,8 1,5 100,0
los procesos y
procedimientos que ellos
siguen al respecto
Total 405 56,4 100,0
Perdidos Sistema 313 43,6
Total 718 100,0

35. El psicólogo incluye datos de identificación de los usuarios en


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos formatos de registro que 233 32,5 57,0 57,0
están bajo su cuidado
formatos de registro de los 154 21,4 37,7 94,6
sistemas de información de
las instituciones o empresas
informes requeridos para 16 2,2 3,9 98,5
efectos de planificación
informes académicos o de 6 ,8 1,5 100,0
divulgación científica 168
Total 409 57,0 100,0
Perdidos Sistema 309 43,0
Total 718 100,0

36. El psicólogo incluye datos demográficos sobre el usuario de sus servicios en


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos formatos de registro que 193 26,9 47,1 47,1


están bajo su cuidado

formatos de registro de los 156 21,7 38,0 85,1


sistemas de información
informes requeridos para 34 4,7 8,3 93,4
efectos de planificación

informes académicos o de 27 3,8 6,6 100,0


divulgación científica

Total 410 57,1 100,0


Perdidos Sistema 308 42,9
Total 718 100,0

37. De las siguientes opciones indique la acción correcta cuando el psicólogo debe realizar ajustes de la
información de sus usuarios que ha anotado en los registros profesionales
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos rectificar aquella 239 33,3 57,9 57,9


información que induzca a
error
actualizar únicamente 98 13,6 23,7 81,6
información incompleta
rectificar únicamente 60 8,4 14,5 96,1
información inexacta
eliminar aquella 16 2,2 3,9 100,0
información inexacta
Total 413 57,5 100,0
Perdidos Sistema 305 42,5
169
Total 718 100,0

38. Para asegurar la reserva profesional frente al personal auxiliar que le colabora, el psicólogo

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado
Válidos instruye al personal auxiliar 295 41,1 71,1 71,1
sobre el manejo reservado
de la información y de los
documentos productos de
los servicios psicológicos
mantiene oculto del 60 8,4 14,5 85,5
personal auxiliar el material
de trabajo producto de la
atención al usuario
mantiene oculto del 57 7,9 13,7 99,3
personal auxiliar solamente
la parte del material de
trabajo que considera
confidencial
deja a la vista el material de 3 ,4 ,7 100,0
trabajo e instruye al
personal auxiliar para que
no lo revise
Total 415 57,8 100,0
Perdidos Sistema 303 42,2
Total 718 100,0

39. Cuando el psicólogo cambia de organización, de área de desempeño o deja de ejercer la profesión,
procede a
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

Válidos hacer entregar a quien 274 38,2 66,2 66,2


corresponda en la
institución donde labora de
los documentos impresos y
digitales formales donde se
consigna la información de
sus usuarios, así como de
los documentos personales
donde registra sus
170
reflexiones, observaciones
o consideraciones sobre los
usuarios o sobre el proceso
de atención
hacer entregar a quien 125 17,4 30,2 96,4
corresponda en la
institución donde labora de
los documentos impresos y
digitales formales donde se
consigna la información de
sus usuarios, pero no de los
documentos personales
donde registra sus
reflexiones, observaciones
o consideraciones sobre los
usuarios o sobre el proceso
de atención
Destruye tanto los 15 2,1 3,6 100,0
documentos impresos y
digitales formales donde se
consigna la información de
sus usuarios, como los
informales donde registra
sus reflexiones,
observaciones o
consideraciones sobre los
usuarios o sobre el proceso
de atención
Total 414 57,7 100,0
Perdidos Sistema 304 42,3
Total 718 100,0

40. La relación entre psicólogo y usuario se ubica dentro de la categoría


Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos reservada 336 46,8 81,0 81,0
personalísima 37 5,2 8,9 89,9
secreta 24 3,3 5,8 95,7
íntima 18 2,5 4,3 100,0
Total 415 57,8 100,0
171
Perdidos Sistema 303 42,2
Total 718 100,0

41. El psicólogo basa su ejercicio profesional en la fundamentación científica, metodológica y


disciplinar
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos actualizada en su respectivo 285 39,7 68,5 68,5
campo de trabajo
que obtuvo en sus estudios 87 12,1 20,9 89,4
universitarios
que le brinda su experiencia 44 6,1 10,6 100,0
profesional
Total 416 57,9 100,0
Perdidos Sistema 302 42,1
Total 718 100,0
42. Cuando el psicólogo se encuentra en un dilema en su ejercicio profesional fundamenta sus
decisiones en referentes
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
Válidos teóricos y deontológicos 257 35,8 61,9 61,9
morales y deontológicos 77 10,7 18,6 80,5
deontológicos y 58 8,1 14,0 94,5
pragmáticos

pragmáticos y teóricos 12 1,7 2,9 97,3


pragmáticos y morales 11 1,5 2,7 100,0
Total 415 57,8 100,0
Perdidos Sistema 303 42,2
Total 718 100,0

172
APÉNDICE D
Relaciones de ítems

Ítem 1 con ítem 10


Ítem 1 con ítem 19
Ítem 1 con ítem 41
Ítem 4 con ítem 13
Nota: los municipios se agruparon de la siguiente forma para llevar a cabo las relaciones:
Grupo 1: Bogotá, Medellín y Cali (rango de 18 a 156 participantes)
Grupo 2: Bucaramanga – Barranquilla – Ibagué – Tunja – Neiva – Armenia – Montería – Pasto –
Pereira – Cúcuta – Manizales y Cartagena (rango de 4 a 14 participantes)
Grupo 3: los demás municipios (entre 1 y 3 municipios)
Ítem 4 con ítem 21
Ítem 5 con ítem 14
Ítem 5 con ítem 21 173
Ítem 6 con ítem 21
Ítem 6 con ítem 41
Ítem 7 con ítem 9
Ítem 7 con ítem 39
Ítem 11 con ítem 13
Ítem 16 con ítem 38
Ítem 18 con ítem 5
Ítem 18 con ítem 6
Ítem 19 con ítem 22
Ítem 19 con ítem 35
Ítem 19 con ítem 36
Ítem 23 con ítem 24
Ítem 30 con ítem 35
APÉNDICE E

BASE DE DATOS DE RELACIONES ENTRE ÍTEMS

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174

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