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e625.com/la-iglesia-inmersa-en-un-mundo-plural
9 de octubre de
2017
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ideológico, esta variedad o diversidad recibe el nombre de pluralismo. Significa que la
cosmovisión judeocristiana, ha dejado de ser la base que sustenta los valores y las culturas
de los países occidentales.
Además, convivimos con muchas otras cosmovisiones o estilos de vida que pugnan por
ganarse la fidelidad y filiación de las nuevas generaciones de nuestras iglesias. Se ha roto el
monopolio cultural. Los valores cristianos no son los únicos que están al alcance de las
personas para desarrollar su proyecto vital personal. Hay un mercado cultural libre, donde
las diferentes opciones compiten contra el cristianismo y compiten entre ellas, todas
prometiendo los mejores resultados, y reclamando ser la mejor opción como proyecto de
vida.
Como me sucedió a mí cuando entré en Starbucks, les sucede a nuestros jóvenes cuando
entran en la secundaria o en la universidad. De golpe se dan cuenta que, además del
cristianismo, existen muchas otras opciones posibles de elegir y, algunas de ellas, parecen
mucho más atractivas y más gratificantes. La fe de nuestros jóvenes funciona bien para una
cultura que no es plural, fundamentalmente judeocristiana y en la que los valores de la
iglesia y de la sociedad no difieren demasiado. Sin embargo, ¿sobrevivirá esta fe en un
contexto plural, de libre mercado ideológico, donde deberá competir con otras
cosmovisiones y maneras de entender el mundo?
Muchos tememos que no. Hemos domesticado a nuestros jóvenes, pero no los hemos
discipulado. Los hemos preparado para vivir una vida en cautividad, en entornos
protegidos y seguros, pero no necesariamente para sobrevivir y, menos aún, para causar un
impacto en la selva ideológica del mundo actual. Hemos experimentado el enfriamiento
espiritual o incluso la pérdida de la fe de muchos jóvenes cuando entran en el mundo
universitario. Las presiones ideológicas y culturales van más allá de lo que su fe puede
resistir. He visto este fenómeno con muchachos y muchachas. España es un país
ferozmente pluralista y en donde la cultura cristiana y los valores que ella sustentaba, están
siendo constantemente erosionados. Muchos jóvenes que estaban comprometidos con la
iglesia e incluso ocupaban posiciones de liderazgo, se han alejado del evangelio y enfriado
espiritualmente. ¿La causa? Su fe no pudo resistir las presiones de un mundo plural, era
buena para la homogeneidad, no para la heterogeneidad.
Cuando se ven confrontados por un mundo plural, la fe de los jóvenes se rompe por dos
razones principales:
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creencias sirven para más o menos operar en un contexto cultural favorable, como lo era el
de la cultura judeocristiana, no tienen suficiente fuerza para resistir los violentos embates
de una sociedad agresivamente plural.
Sugerencias prácticas para formar a nuestras nuevas generaciones para un mundo plural:
Entiende los retos que tus jóvenes enfrentan o enfrentarán. Todo buen líder debe
equipar a sus jóvenes para un mundo real, no para vivir en un mundo ideal que no existe.
La comprensión de sus luchas, retos y desafíos te ayudará a saber cómo orientar tu
discipulado.
Da la bienvenida a sus preguntas. No juzgues al joven que duda. La duda forma parte del
proceso de maduración. Si le juzgas por dudar no sabrás lo que siente, sufre, piensa y,
consecuentemente, no podrás ayudarle a superar la duda.
Presta atención al interior del joven y no te dejes engañar por el exterior. Muchas veces
buscamos la conformidad exterior del joven a ciertas normas, hábitos, conductas o culturas,
sin embargo, descuidamos el interior. Nos conformamos con moralizar, en vez de
discipular.
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