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HORA SANTA

HORA SANTA
Oración ante el Monumento
Canción escuchada: “Nuestras manos” (J.A. cedora en dos tercios de nuestro mundo, tiene
Espinosa, letra de Pedro Casaldáliga, en el ál- que ver con un cierto estado de vigilia que man-
bum A los que ama el Señor) Con el título “Mi tiene despierto el deseo. “¡Cuánto he deseado
cuerpo es comida”, se pueden encontrar otras cenar con vosotros esta pascua antes de pa-
versiones en internet: http://www.youtube.com/ decer....!”, decía Jesús. Pero nosotros andamos
watch?v=COw1mm_EP1I (Cristóbal Fones); desganados o aparentemente satisfechos. La
preocupación de Jesús era querer al Padre, por
Introducción eso afirmaba: “Mi alimento es hacer la voluntad
Nos reunimos en oración, esta noche, ha- de mi Padre”. Jesús se nos entrega como co-
ciendo memoria de la Eucaristía, la presencia de mida de salvación. ¿Qué supone acogerle como
Jesús resucitado que ha quedado entre nosotros. pan de vida y vivir la eucaristía?
Guardamos este pan del día de hoy, y con él nos
alimentaremos mañana, en el gran ayuno del vier-
nes. Aun celebrando la muerte de Jesús, lo hace-
mos desde su presencia en este Sacramento.
La Eucaristía es algo simple, lo mismo
que la oración, porque a los discípulos de Emaús
se les abrasaba el corazón mientras aquel desco-
nocido -Jesús resucitado- les contaba las Escritu-
ras. Pero aquel encuentro les hizo aprender para
siempre que era partiendo el pan como podrían
en adelante encontrar al resucitado. Silencio. Música de fondo
Para entenderlo no bastaba que les ar-
diera el corazón, sino que era necesario que Nos preguntamos por nuestros deseos, nues-
les ardiera la vida entera. Porque, para vivir la tras hambres: dónde los tenemos puestos,
eucaristía, son necesarias algunas condiciones cómo los alimentamos.
que, esta noche, serán la guía de nuestra ora-
ción comunitaria. Silencio

Silencio. Música de fondo Ponemos nombre a nuestras tentaciones de


saciedad satisfecha, para mantener despierto
1. “TENER HAMBRE” el deseo de otro Pan diferente del que intentan
vendernos desde tantos mercados.
En la eucaristía somos invitados a una comida
fraterna. Y, para comer, lo primero que necesi- Silencio
tamos es tener hambre. Esta realidad, estreme-

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Canción escuchada: A modo de sugerencia, Cantamos: A modo de sugerencia, “Compartir”


“Tocar con mis sentidos” (del álbum “Buscando (de Carmelo Erdozain, en el álbum “Hoy vuelvo
su presencia”, Plataforma STJ, Ed. Monte Car- de lejos”).
melo, Burgos)
Compartir junto al Señor en el banquete pascual
Silencio es compartir el amor, es compartir un mismo pan.

2. “COMPARTIR LA MESA” Silencio

El banquete, la comida festiva, es la imagen que 3. “RECORDAR,


elige Jesús para hablarnos del reino. Dios acer- ACTUALIZAR EL PASADO”
ca, reúne, incluye siempre. Así lo vemos en la
vida de Jesús. En sus comidas incluyó a aque- “Partir el pan” es más que un gesto ritual: es
llos que en su tiempo eran rechazados y exclui- una forma de comer que expresa una forma de
dos. Compartir la mesa es compartir la vida. vivir. Hacemos memoria de Jesús para seguir
haciendo lo que él hizo: “partirse la vida”, va-
ciarse hasta la muerte. El momento de la cena
concentra toda la vida de Jesús.

Silencio

Nos preguntamos qué significa para cada uno


de nosotros “hacer memoria de Jesús”, y confe-
samos las razones por las que preferimos vivir
desmemoriados a volver, una y otra vez, al re-
cuerdo de quien llegó por nosotros a la muerte.
Silencio. Música de fondo

Nos preguntamos cómo y con quiénes compar-


timos el banquete de nuestra vida; a quiénes
sentamos a nuestra mesa, a quiénes excluimos
y por qué.

Silencio

Nos preguntamos quiénes participan en nues-


tra parroquia y cómo podemos crecer en ese
talante de incorporar, atraer, incluir.

Silencio Silencio

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HORA SANTA

Tomamos conciencia de nuestras evasiones, de Silencio


nuestros olvidos y despreocupaciones de todos
los que hoy, por su entrega, siguen en la cruz. Ponemos nombre a las resistencias que senti-
mos cuando lo que ofrecemos es la tarjeta de
Silencio crédito, las llaves de nuestra casa, el tiempo, las
fuerzas, la atención a los demás...
Vamos ahora a orar por cuantos están sufrien-
do la cruz en nuestro barrio (ciudad, pueblo...) o Silencio
fuera de él: dificultades, menosprecios, recha-
zos, aislamientos por desvivirse por los demás. Recordamos y nos alegramos de tantas actitudes
Oramos también por aquellos que sufren cual- y gestos de entrega gratuita que existen a nues-
quier tipo de cruz. Les apoyamos desde la ora- tro alrededor, les ponemos rostro y nombre.
ción con toda nuestra fuerza.

Lo hacemos en voz alta, de modo espontáneo.


A cada súplica respondemos diciendo:

REAVIVA NUESTRA MEMORIA, SEÑOR

Silencio

4. “ENTREGAR”
Silencio
No es fácil entender la eucaristía desde la cultu-
ra en la que vivimos, donde los verbos que más Oramos dando gracias por todos los signos, ges-
se conjugan son “apropiarse”, “guardar”, “rete- tos, actuaciones de entrega gratuita, de servicio
ner”, “acumular”, “poseer”, “asegurar”... desinteresado, de amor generoso... que cono-
“Haced esto en memoria mía”, dice Je- cemos y están presentes a nuestro alrededor,
sús. Ninguna inversión de amor se pierde. Toda desde los más cercanos (familia, parroquia, ba-
semilla que se siembra es promesa de frutos. rrio...) Hasta los que nos interpelan desde otros
No se trata de dar algo para quedar tran- lugares, desde otro modo de pensar, desde otra
quilos, se trata de entregarnos a nosotros mis- cultura o religión...
mos como hizo Jesús. Ninguna vida entregada
es inútil. Podemos expresar en voz alta nuestra
acción de gracias...
Silencio. Música de fondo
Silencio
Nos imaginamos el gesto del ofertorio, con todo lo
que significa de desapropiación, desprendimiento, Ante Jesús-Eucaristía expresamos en este mo-
de alegría de poder regalar, de disponibilidad... mento un gesto de acogida entre los que esta-

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mos aquí, orando juntos esta noche: un apretón sotros y esa interpelación para nunca perder el
de manos, un beso, un abrazo, una sonrisa... hambre, para saber compartir la mesa, para ha-
Cada uno de nosotros y de nosotras prolongamos cer memoria de la cruz y de la entrega. Y así nos
con nuestra vida la encarnación de Jesús en esta preparamos para celebrar la pasión y muerte
nuestra pequeña o grande historia. Cada uno y de Jesús, cuya meta es la nueva vida de Cristo
cada una somos sacramento de Cristo. resucitado.

Gesto Canción final. A modo de sugerencia: “Tú eres


el Dios que nos salva” (de Juan Antonio Espino-
Terminamos aquí nuestra oración comunitaria sa, en el álbum Así cantamos 2). En internet:
esta noche. Con ella nos llevamos al sueño to- http://www.youtube.com/
dos los deseos de Jesús compartidos entre no- watch?v=N9mpcR1TxUE

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