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Medellín, 6 de noviembre del 2018.

Directivos de la comunidad educativa


Institución Educativa Colegio Loyola para la Ciencia y la Innovación.

Apreciados directivos:

Antes de comenzar, debemos expresar que la Institución Educativa Colegio Loyola nos ha
dejado muchas cosas positivas a lo largo de nuestra estadía como estudiantes, las cuales
sabemos que nos servirán para toda la vida y estamos orgullosos de hacer parte de un proyecto
como este que nos ha cambiado nuestra forma de pensar, ayudándonos a ser más críticos y a
tener una mejor visión del mundo. También lo consideramos el mejor colegio público de Medellín
por la alta calidad de una importante parte de su personal y por su distintivo modelo educativo.
Pero no todo es color de rosa y la institución tiene algunos aspectos que se pueden mejorar y
por lo tanto serán plasmados en esta carta. Aclaramos que con la presente solo se pretende
hacer una crítica constructiva para que todos podamos crecer y hacer de esta institución el mejor
lugar para aprender.

La visualización de las inconformidades y propuestas presentadas en esta carta inició por la


inconformidad que sentían unos estudiantes del grado décimo uno del año 2018 frente a muchas
cosas del colegio que no eran coherentes con, lo que se supone, debería ser la institución y
tampoco con el tipo de colegio donde ellos desearían aprender. Así que decidieron reunir al
consejo de estudiantes para exponer estas críticas y pensar cómo podríamos, desde nuestro
papel como estudiantes, resolverlas.

Muchos integrantes del consejo estudiantil llevamos mucho tiempo en la institución, y durante
este lapso hemos detectado diferentes problemas en la implementación de la metodología
educativa, que se pensó inicialmente que iba a ser aplicada en la institución y en una serie de
comportamientos estándar que se conocen como “El Espíritu Loyolista”, un espíritu que con el
pasar de los años, tanto estudiantes como profesores hemos notado que se ha ido perdiendo en
la identidad de la comunidad educativa. Al hacer esta reunión se notó que estos problemas no
solo se presentaban en el grado décimo, sino que era el sentir de toda la institución, de cómo se
estaba perdiendo el horizonte de lo que el colegio se planeó ser.
Pero para hablar de nuestra identidad, primero se necesita conocer nuestra historia. La
Institución Educativa Colegio Loyola, para la Ciencia y la Innovación, nace en el año 2010 como
un colegio público alternativo para estudiantes de secundaria y media académica en la ciudad de
Medellín, que según el proyecto educativo institucional (PEI) plantea una educación con un
modelo de aprendizaje basado en proyectos y aprendizaje basado en problemas, partiendo de la
teoría constructivista del aprendizaje significativo, es decir, una teoría enfocada en la
construcción del conocimiento a través de actividades basadas en experiencias ricas en
contexto, pensando en formar estudiantes críticos frente a la vida. Aunque fue un proyecto piloto,
la Alcaldía de Medellín le dio suma importancia, para que pasara de ser un colegio sin mobiliario,
a tener una de las mejores dotaciones tecnológicas, pero todo esto con una razón, el modelo
constructivista es un modelo donde el estudiante es dueño de su propio aprendizaje, donde no
se es necesario que un profesor te dicte y te regañe toda la clase, sino, que seas tan
responsable y autónomo que tú mismo te des cuenta de que está bien hacer y qué no,
observando la realidad como es y siendo crítico con el entorno que te rodea.

Por supuesto, la planeación salió muy bien para las primeras generaciones, pero con el pasar de
los años se han ido sumando diferentes actitudes y hechos que dificultan que el modelo
educativo se lleve a cabo de la mejor manera, estos son:

1. Se ha notado últimamente en la institución los directivos y profesores como Hernán,


Clementina, Angela Posada y Luz Marina se están preocupando más por cosas
irrelevantes como el uniforme, por ejemplo, al establecer reglas estrictas como prohibir el
color de un pantalón. Este problema ha llegado a tal punto que han llegado a sacar a
algunos estudiantes del salón por esto, en vez de dar importancia al mismo aprendizaje,
que es para lo que vinimos al colegio. Está bien que nos represente, pero no debe ocupar
una importancia tan vital en el día a día, por ejemplo, en las primeras generaciones no
llamaban mucho la atención por faltas en el uniforme y se estableció su uso para ser
identificados en eventos externos como ferias científicas, además, la mayoría de los
estudiantes comprendían por sí solos por qué era importante el uso del uniforme en ferias
externas, ya que eran críticos frente a su vida.

Proponemos realizar una reunión del consejo estudiantil, los padres de familia y los
directivos en donde se expongan y sometan a votación los siguientes aspectos con los
que nos identificamos:
Que el uso del uniforme completo sea obligatorio solo en eventos externos como salidas
pedagógicas o recreativas (partiendo de las normas expresadas por los establecimientos
externos donde se desplacen los estudiantes, como los laboratorios del SENA) y en
eventos internos como la feria de ciencias institucional o los laboratorios (partiendo
además de las consideraciones de seguridad que tengan los profesores que dirijan un
laboratorio), pero en nuestro día a día se debe limitar a un elemento representativo, ya
sea usando la camisa, la chaqueta o la sudadera de la institución.

Además, en otro tipo de prendas, debe respetarse nuestra libertad de expresión y dejar
de lado los prejuicios que no tienen nada que ver con el verdadero aprendizaje y que
están expuestos en el Manual de convivencia publicado en el año 2018:​*

1.1 ​Frente al uniforme de educación física:

Según en manual de convivencia se deben usar “tenis de ​color blanco sin adornos de
otros colores​” y “medias tobilleras o largas ​blancas sin estampado​”, pero los elementos
subrayados no tienen nada que ver con un beneficio en la realización de actividades
físicas o recreativas, sino más bien, con una idea de que todos los estudiantes seamos
iguales.

1.2 ​Frente al uniforme de uso diario:

Según el manual de convivencia se deben usar “pantalón ​azul oscuro o jeans ​clásico azul
(​color añil o azul oscuro​, ​sin rotos​, al tobillo, sin accesorios ​extravagantes​)”, pero los
elementos subrayados que se refieren al color específico que deben tener los pantalones
o jeans no van a interferir absolutamente nada con nuestro aprendizaje y deben ser de
libre elección. Por su parte, el apartado subrayado que evita los rotos o accesorios
extravagantes también debe ser eliminado por la misma razón anterior, la no interferencia
de nuestras prendas en nuestro aprendizaje, además, la palabra “extravagante” significa
según la RAE como “Raro, extraño, desacostumbrado, excesivamente peculiar u
original”, siendo un concepto subjetivo que no nos asegura nada dentro de lo definido en
el manual.

*El manual de convivencia publicado en la página web de la Institución en Octubre del 2018 no
fue construido junto al Consejo Estudiantil 2018 como se especifica en su portada:
(Captura de pantalla de la primera página del Manual)

2. A los profesores ya no se les hace una introducción cuando van a trabajar por primera
vez en este modelo de educación y tampoco se les realiza una retroalimentación
obligatoria a final del año o de cada periodo por parte de los estudiantes, a todos los
profesores que les dan clases, de cómo fue la experiencia de aprendizaje en cada curso.
Hay profesores que sí piden una retroalimentación por su cuenta, porque buscan mejorar
cada día y toman en cuenta la opinión de sus estudiantes. ¿Qué esperan los demás para
hacerlo?

Por parte del consejo estudiantil estuvimos analizando cómo se deberían de


retroalimentar los profesores y llegamos a los siguientes criterios:

● Metodología según el modelo de la institución.


● Plan de área desarrollado con continuidad.
● Actitud en clase.
● Relación con los estudiantes.

Estos se evaluarían con una escala numérica o su equivalente en un símbolo (Estrellas,


corazones, etc).

Además, hemos considerado que como un colegio de ciencia e innovación, sería una
buena idea realizar este tipo de retroalimentación por medio de una plataforma digital que
los mismos estudiantes desarrollen y que en esta, queden registrados los promedios de
todas las valoraciones que los estudiantes brinden a los profesores durante diferentes
años y sean visibles para todos los miembros de la institución. Todo esto para reconocer
falencias y ejemplos a seguir en los profesores y sus clases, teniendo un registro más
objetivo que recoja los puntos de vista de diferentes grupos generacionales que hacen
parte y harán parte de la institución.
3. En otros países se han implementado diferentes estrategias de trabajo colaborativo de
las cuales el colegio podría aprender mucho, ya que han funcionado muy bien y creemos
que se podrían implementar con los equipos de trabajo para que encuentren un tema de
interés común en sus proyectos, o con los grados menores, para inculcarles la ciencia y
no crean que aprender es aburrido, sino que se animen a hacerlo. Algunos ejemplos de
las estrategias utilizadas pueden ser la ​Google Science Fair, School in the Cloud,
Makerspace,​ entre otros, que han logrado focalizar a estudiantes alrededor del mundo
para que investiguen autónoma y didácticamente sobre sus intereses y así, lograr
resultados reales y experiencias significativas para los estudiantes, facilitando a los
estudiantes la resolución de una preocupación constante para ellos, que es encontrar su
interés vocacional.

4. Muchos de los representantes de grupo han expresado en el consejo estudiantil la


inconformidad que causa en los estudiantes la actitud que poseen algunos profesores al
expresarse sobre las clases dentro de los grupos. Por ejemplo, cuando los docentes
expresan que “son el peor grupo del colegio” no comprendemos en qué beneficia esto a
nuestros procesos de educación y al contrario, nos causan menos ganas de permanecer
en una clase con este profesor. Además, todos los representantes concuerdan con que
sus grupos se comportan y aprenden mejor con unos profesores que con otros, lo que
nos lleva a pensar que definitivamente, no todos los grupos son iguales y para que las
clases sean una mejor experiencia tanto para los estudiantes como para docentes,
debemos fijarnos en qué estrategias han sido más útiles en el aprendizaje de cada grupo
y pensar en cómo aplicarlas, independiente de los profesores que se les asignen a los
grupos. De esta manera queremos buscar que las clases sean una mejor experiencia
tanto para estudiantes como profesores.

5. Muchas veces los estudiantes, docentes y padres de familia se han quejado de que el
rector en cargo no se expresa de la mejor manera en las reuniones de la comunidad
educativa, ya que usa un tono de voz muy elevado y tajante, llegando a usar falacias,
consiguiendo así manipular la opinión que los demás puedan tener acerca del tema en
cuestión y quita la posibilidad a los demás miembros de la comunidad educativa que no
estén de acuerdo con él de intervenir y realizar críticas constructivas. Consideramos que
esta actitud en los discursos imposibilita el espacio para el diálogo y la democracia sobre
los temas importantes de la institución y si queremos que el colegio parta de la Ciencia y
la Innovación, debemos partir primero de una democracia crítica y no del autoritarismo
para llegar a tomar decisiones con las que todos estemos de acuerdo, no solo lo que al
rector le parezca más correcto.

Además de esto, desde el consejo estudiantil nos preguntamos ¿Qué tan convencido
está el rector sobre el modelo educativo constructivista e innovador que la institución se
plantea llevar a cabo? Porque como observamos al principio de la carta, este modelo
educativo pretende educarnos en “experiencias ricas en contexto” con el fin de perfilar
ciudadanos críticos frente a la que ocurre en su entorno. Y es que según los padres de
estudiantes que aspiran a estudiar en el colegio en el año 2019, el rector expresó que el
colegio no era bueno, debido a que se presentaban muchos problemas, como la
drogadicción o el desorden, pero ¿Acaso así no es la realidad de nuestro país?
Ciertamente es así y para una educación que se base en experiencias ricas en contexto
debemos observar los problemas como un punto de partida para ser mejores (Algo
expuesto en el PEI de la institución), no solo ocultarlos a los estudiantes, porque ¿Cómo
se puede ser crítico sin observar la realidad? ¿Cómo se puede solucionar un problema
sin saber que existe?

Para la solución de los apartados 2, 3 y 4 proponemos que se realicen diferentes reuniones a lo


largo del año entre el consejo de estudiantes, los profesores de cada área (Por separado), un
psicólogo y el representante de mediación, donde se expresen las inconformidades y logros de
los estudiantes hacia los docentes y viceversa, para proponer soluciones a las falencias
observadas durante cada periodo y trabajar en ellas. Las reuniones podrán ser convocadas por
cada área de docentes o el consejo estudiantil, según la prioridad en la que una de las dos
partes considere que sea necesario.

Para la solución del punto 5, proponemos que cuando haya un inconveniente con el rector
designado se haga una reunión que conste del rector, representante de los profesores,
representante de los estudiantes, personero, representante de los mediadores, representante de
los padres y psicólogo. Estas reuniones pueden ser citadas por cualquiera de las partes que se
haya sentido ofendida por el rector, buscando siempre solucionar los problemas mediante el
diálogo. Proponemos también que los estudiantes de la institución que deseemos compartir
nuestra experiencia en la institución, hacia los estudiantes que aspiren a entrar y sus acudientes,
debemos estar presentes en el proceso de admisión para el colegio. Y por supuesto, como
comunidad educativa nos debemos centrar en la lucha contra la drogadicción, pero para esto
debemos partir de no estigmatizar a los involucrados como si fueran criminales, sino personas
que necesitan acompañamiento de todos y que deben conocer qué es lo que pueden causar las
drogas en sus organismos. La educación y la comunicación son la clave.

Frente al asterisco sobre el manual de convivencia (*), convocamos a una nueva revisión del
manual de convivencia para el 2019, ya que no se ha tenido en cuenta la opinión del consejo
estudiantil del año 2018, lo que explica por qué en todo el documento no hay ninguna firma que
certifique lo contrario, ni se ha tenido en cuenta a los estudiantes en general, como se observará
en un anexo a este documento, donde uno de los redactores de la presente carta mandó un
correo en el año 2017 a la rectoría sobre el manual de convivencia, del cual no tuvo respuesta
alguna.

Por último, dejamos abierta esta conversación para que según las circunstancias de cada año, el
consejo estudiantil electo pueda replantearse su opinión frente a estos temas y los nuevos que
se presenten, según los considere necesario. La comunidad educativa debe estar en constante
comunicación, como una democracia viva en donde todos puedan participar. Proponemos que
haya una red social donde los estudiantes puedan comunicarse directamente con el
representante de los estudiantes, para expresar las inconformidades que tal vez al consejo
estudiantil se le hayan pasado por alto de una manera rápida y efectiva. El usuario y contraseña
del perfil de la red social serán controladas por el representante de los estudiantes y el
representante del grado décimo, el cual comunicará estos datos al los representante de los
estudiantes y representante del grado décimo del próximo año.

Esperamos que con esta carta nuestra opinión como estudiantes sea tomada en cuenta, ya que
somos parte vital de la institución, y que lo mencionado anteriormente sea un punto de partida
para que la institución mejore en estos aspectos.

También, estaremos esperando a que los docentes y directivas nos den una pronta respuesta de
cómo podemos trabajar en conjunto para que la institución mejore, ya sea durante lo que queda
de este año o durante el primer periodo del 2019. De lo contrario, la comunidad estudiantil
tomará las medidas pertinentes

¡Gracias por su atención!

Atentamente:

Consejo estudiantil del 2018


Institución Educativa Colegio Loyola para la Ciencia y la Innovación.
Redactado por:

Emanuel Aristizabal Morales - Estudiante voluntario del grado 10°.


Daniela Guerra - Representante de los estudiantes.
Johann Mauricio Montoya Mejía - Representante del grupo 10°1.
Sebastián Valencia Zapata - Representante del grado 10°.

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